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L a p o r fía d e

-
la r e s u r r e c c ió n 'C
'-
O
E l feminismo teológico nace de "la porfía de la 'C
Q)
resurrección», de una vivencia de la fe cristiana
al
por la cual surge la convicción de que el sentido
W
.
común patriarcal es contrario al meollo del
mensaje evangélico, y desemboca en una
>-
o
manera de hacer teología que pretende que el t:
ea
evangelio de Jesús sea verdaderamente una Z
buena noticia para las mujeres y, por con-
siguiente, también para los varones, liberados de
una carga de supuesta superioridad para la cual
R E D D E L C A M IN O
P a r a la M is ió n In te g r a l e n A m é r ic a latina no fueron creados.
Sin embargo, la teología feminista no se cir-
cunscribe al eje de género -aunque lo considere
de vital importancia- sino que toma en cuenta el
cruce del género con otras perspectivas igual-
mente centrales que tienen que ver con el
racismo, la inequidad económica, la destrucción
de la creación y las múltiples opresiones que la fe
cristiana debe aprender a reconocer y confesar
L a p o r fía d e
como pecado.
La ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
p o r f í a d e l a r e s u r r e c c i ó n es una invitación a
.,
E D IC IO N E S descubrir la fe en el triunfo del amor por sobre el la resurreccion
odio, de la vida por sobre la muerte, de la crea-
K A IR O S srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
ción amorosa de Dios por sobre la nada: esa fe
E n s a y o s d e s d e e l fe m in is m o
nos va fortaleciendo la rebeldía ante las múltiples
ISBN 978-987-1355-19-8 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
opresiones de las que sufrimos, pero también te o ló g ic o la tin o a m e ric a n o
nos empuja a la conversión ante nuestras com-
plicidades con la opresión, nos da hambre y sed
de la justicia de Dios, nos vuelve porfiadas y
NANCY E. BEDFORD
porfiados ante el mal y alegres en nuestro ca-
9 789871 355198
minar en el Espíritu.
La Fraternidad Teológica Latinoamericana
(FTL) es un movimiento evangélico que,
desde la década de 1970, promueve espa-
cios de reflexión teológica contextualizada
y dolido escenario de América
en el colorido zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Latina. Sus encuentros de fraternidad y de
diálogo comunitario con la Palabra están
marcados por la diversidad del pueblo
evangélico y por el compromiso con el Reino
de Dios y su expresión en la vida y misión de
la iglesia latinoamericana.
Anhelamos una iglesia latinoamericana que
=-transforrnada por la Palabra y el Espíritu-
fermente todas las áreas de la vida de
nuestros pueblos como agente del Reino de
Dios y su justicia.
La FTL, como parte de la iglesia, fomenta
espacios fraternos de diálogo y reflexión
bíblico-teológica desde América Latina.

Objetivos
1. Promover la reflexión en torno al Evangelio
y a su significado para el ser humano y la
sociedad en América Latina. Con este fin
estimula el desarrollo de un pensamiento
evangélico atento a los interrogantes que le
plantea la vida en el mundo latinoamericano.
Para tal reflexión, acepta el carácter nor-
mativo de la Biblia como la Palabra escrita de
Dios, escuchando bajo la dirección del Espí-
ritu Santo el mensaje bíblico en relación con
las relatividades de la situación concreta.
2. Construir una plataforma de diálogo entre
personas que confiesan a Jesucristo como
Salvador y Señor y están dispuestas a re-
flexionar a la luz de la Biblia a fin de comu-
nicar el evangelio en medio de las culturas
latinoamericanas.
3. Contribuir a la vida y misión de las iglesias
evangélicas en América Latina, sin pretender
hablar en nombre de ellas ni asumir la
posición de su vocero en el continente lati-
noamericano.CBA
~.fratela.org
C o n te n id o zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXW

AGRADECIMIENTOS 9

INTRODUCCIÓN 11

I. LA COTIDIANEIDAD DESDE EL FEMINISMO 19


TEOLÓGICO

1. Ni balas ni vómitos 21
2. Andar en bicisrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJ
y escribir poesías 29

3. El diccionario 37

4. Plantar una huerta en Babilonia 43


5. Aniversario triste 49

II. EL FEMINISMO TEOLÓGICO EN LA DANZA 57


DEL ESPÍRITU

6. La espiritualidad cristiana desde 59


una perspectiva de género
Breve recorrido conceptual en torno 59
a la "espiritualidad"
El instrumental de género ante 63
el androcentrismo de la tradición cristiana
La perspectiva de género y su vinculación 63
con el feminismo
La distinción entre "sexo" y "género" 66
86srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

del Dios trino revelado en Jesucristo. Como sabía la mujer


cananea, las migajas del pan -y el banquete escatológico-
no son solamente para algunos varones selectos, cualquiera
sea la configuración social y genérica de la mesa en la 7 QPONMLKJIHGFEDCBA
actualidad. Para algunos -varones y mujeres- esto es una
promesa de vida; para otros -varones y mujeres- es palabra H a c ia u n a c r is to lo g ía s a lu d a b le
dura y difícil de digerir. ¿Quiénes la pueden oír? Aquellos
que por el Espíritu de la vida quieran seguir de forma plena p a r a m u je r e s p e r tin a c e s
a quien dijo ser el Pan de vida.

R a m ific a c io n e s crtstológicas d e l te s tim o n io


de dos m u je r e s p e r tin a c e s

S on escasas las referencias al cristianismo primitivo en


los autores clásicos que escribieron en las décadas
inmediatamente posteriores al ministerio de Jesús. Una no-
table excepción es la carta escrita por Plinio el Joven, dirigida
desde Bitinia al Emperador Trajano probablemente en el año
112, es decir, en un momento en que la política romana de
Estado era la de persecuciones esporádicas a los cristianos.
Plinio explica que su procedimiento cuando se le presentaban
personas que habían sido denunciadas por cristianas era
preguntarles dos o tres veces si lo eran realmente, indicando
que si así fuere, merecerían la pena de muerte. Aquellos que
persistían pertinazmente en declararse tales, eran ejecutados,
pero quienes lo negaban, maldiciendo a Cristo y venerando
la imagen del emperador, eran puestos en libertad, pues
Plinio tenía entendido que los verdaderos cristianos no
maldecían el nombre de Jesús. Algunos de los acusados
habían admitido una militancia cristiana en el pasado, pero
afirmaban que consistía únicamente en reunirse antes del
alba, recitar una liturgia confesando a "Cristo como un dios"vutsrqponm
(Christo qua si deo) y comprometiéndose formalmente a
88 La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Hacia una cristología saludable para mujeres pertinaces 89

mantener una cierta línea ética de comportamiento. Luego en el Nuevo Testamento, donde puede significar tanto el
de la ceremonia, comían juntos. Frente a esta información, servicio de todos a todos, como el servicio particular de las
Plinio relata su decisión puntual en el caso de dos esclavasvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
mujeres y de los esclavos."
(a ncilla e) llamadas diáconos (qua e ministra e diceba ntur), a De todas maneras, sugiero que el hecho de especificar que
las que hizo torturar en la esperanza de averiguar si estaban eran tanto a ncilla e como ministra e probablemente indique
involucradas en una conjura. Sin embargo, al torturarlas no un uso técnico de ministra e tomado por Plinio directamente
halló otra cosa que una "superstición irracional y desme- de la boca de los cristianos interrogados, ya que se sabía de
surada" (superstitionem pra va m et inmodica m) similar a la por sí que la función de las esclavas era "servir" en el sentido
de otros cristianos."
no-eclesial. Ute E. Eisen, por ejemplo, no tiene dudas de que
Vista desde una lectura de género?', la epístola de Plinio las a ncilla e fueran diáconos; recuérdese que en Bitinia
es particularmente sugerente, pues ofrece dos datos también se encontró una inscripción griega referida a la
relevantes para una construcción teológica que preste diácono Eugenia." Desde la perspectiva cristológica, es
atención explícita a las mujeres. Desde la perspectiva llamativo el hecho de que en ese momento histórico, tal como
eclesiológica es significativo que en las primeras décadas del lo documenta un observador externo que no manifiesta
segundo siglo hubiera comunidades de fe en Asia Menor empatía alguna con su religiosidad, dos mujeres pertinaces"
donde las mujeres esclavas pudieran ejercer un cargo se compenetraran de manera tan profunda con la confesión
eclesial, posiblemente de tipo diaconal. Como señala Anne de "Cristo como un dios", que ni siquiera bajo tortura dejaran
Jensen, la palabra ministra e en este texto suele traducirse de persistir en su extravagante "superstición". No es difícil
como "diáconos" o "diaconisas", si bien a comienzos del imaginar que algo habría en la vivencia de la fe en Jesús
segundo siglo los perfiles de las funciones eclesiales todavía confesado como el Cristo que transformó las vidas de esas
mujeres y les posibilitó un locus vital diferente al del servicio
no estaban tan solidificados como llegaron a estarlo
posteriormente." obligatorio impuesto por su lugar social como esclavas, a tal
punto que tuvieron la fuerza de ofrecer fiel y pertinazmente
No se puede aseverar con total seguridad que las esclavas testimonio de su fe -ma rtyría - hasta el fin. Y sin embargo,
mencionadas aquí tuvieran un cargo eclesial, sobre todo si frente a estos hechos se insinúa también otra pregunta:
se toma en consideración la ambigüedad del uso de dia konía ¿Puede haber sido realmente algo bueno para estas mujeres

63 Véase Plinio el Joven, Ep. X (a d Tra j.), 96; se puede consultar la versión 66 Al respecto puede consultarse Luise Schottroff, Lydia s ungeduldige
latina de la carta en www.vroma/org-hwalker/Pliny/Plinyl0-096-L.html Schwestern. F eministische Sa zia lgeschichte des frühen Christentums,
y su traducción al castellano en www.puc.cl/facteo!patres/xplinio.thm. Gütersloh, Christian Kaiser! Gütersoher Verlagshaus, 1994, 304.
61 Sobre el significado de los términos "género" y "feminismo" puede 67 Ute E. Eisen, Amstra gerinnen im frühen Christentum. Epigra phische 1I nd
consultarse el capítulo anterior. litera rische Studien, Cottíngen, Vandenhoeck & Ruprecht, 1996, J 75-

65 Cf. Ga ttes selbstbewujJ te Tochter. F ra uenema nzipa cia n im frühen 177.


Christentum? Freiburg, Herder, 1992, 86. 68 Plinio habla de la "pertinacia e inflexible obstinación" de los cristianos.
90srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Hacia una cristología saludable para mujeres pertinaces 91

una fe que las llevó a ser torturadas y a una muerte el Cristo "absolutamente absoluto"." Este texto de Sobrino,
como tantos otros suyos, muestra con claridad la ambigüedad
prematura? Desde las coordenadas del testimonio de lasvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
a ncilla e ministra e cabría pensar que la reflexión sistemática de la cristología y su potencial tergiversación -así como su
sobre el sentido del evento de Cristo -es decir, la potencial talante liberador- pero adolece de no haber
cristología - debería ser una indagación esperanzadora y incorporado como pa rte de su método teológico la insistencia
profunda sobre el carácter de una fuerza capaz de suscitar sistemática sobre el eje de género. Precisamente esto pretende
lealtades tales en las personas más oprimidas de una sociedad la teología feminista: que cualquier teología cristiana, llámese
y transformar su existencia, de modo que fueran capaces de feminista o no, incorpore como eje transversal la pregunta
enfrenta r sin doblega rse a un aparato de Estado represor y explícita sobre el bienestar de las mujeres.
hostil. El hecho de que las esclavas y otras mujeres desde su Si observamos con detenimiento el problema planteado,
fe en Christo quosi deo ingresaran al liderazgo eclesial y nos damos cuenta de que uno de los interrogante s de fondo,
pudieran enfrentar sin miedo a los representantes máximos que están en juego aquí para la cristología como disciplina,
de una estructura patriarcal como la romana, podría en es de carácter epistemológico. Más allá de los casos puntuales
principio otorgarle un tinte muy particular a la reflexión sobre de teólogos que manifiestan un sesgo explícitamente
el significado de esa confesión de fe. Por otra parte, el caso androcéntrico que socava la credibilidad de su construcción
de las dos a ncilla e ministra e pone también sobre el tapete el cristológica en particular o teológica en genera, ¿será que el
problema de la persecución y del sufrimiento de la s mujeres intento mismo de hacer cristología manteniendo algún tipo
qua cristia na s, tema central para una cristología que se quiere de continuidad con la tradición teológica está viciado de
confrontar con las ambiguas consecuencias de su propia entrada? ¿Será que las categorías mismas y los conceptos
lógica. Sin embargo, a través de la historia del cristianismo, fundamentales de la cristología no pueden ser redimidos
la cristología -al igual que la teología cristiana en general- metodológicarnente?" 0, dicho de otra forma, ¿será que la
no ha dado demasiado de sí como expresión teórica ni confesión de nuestras a ncilla e ministra e en Christo qua si
(positivamente) del aspecto liberador de la fe en Jesús para deo lleva a la larga inexorablemente a situaciones teóricas
las mujeres, ni (negativamente) del problema del sufrimiento (cristología) y prácticas (martirio-muerte) que son nocivas
suscitado como consecuencia de la fe por parte de personas para mujeres que anhelan una vida abundante? Mi propia
que ya sufren bajo la lógica del pecado patriarcal. Justamente, convicción es que la cristología confesada y vivida puede ser
debido en parte al déficit cristológico al respecto es que la (y de hecho muchas veces ha sido) nociva para las mujeres,
teología feminista no ha tenido muchas dificultades en
demostrar que la cristología "realmente existente" con
frecuencia ha sido nociva para las mujeres. 69 Cf, J esucristo Libera dor. Lectura histórico-teológica de J esús de ZYXWVUTSRQ
N a z a te t,

Madrid, Trotta, 1991, 13 Y 25ss.


Tomo la expresión "cristologías nocivas" de Jon Sobrino,
Aquí estoy aplicando por analogía a la teología la utilización que hace en
quien trabaja la idea de una cristología que supere imágenes
70

otro contexto María Luisa Pérez Cavana de las categorías de Sandra Harding
alienantes de Cristo surgidas de "sublimes abstracciones" y Donna Haraway en su capítulo "Feminismo y psicoanálisis": Celia Amorós
tales como el Cristo "abstracto", el Cristo "reconciliador" y (ed.), F eminismo y filosofía , Madrid, Síntesis, 224-225.
Hacia una cristologíasaludable para mujeres pertinacc
La porfía de la resurrección
92zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

se ve complicado por la tendencia a la invisibilidad lIn !;".


como tambiénvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
puede ser saludable; por lo tanto, es
mujeres en una tradición androcéntrica como ha sido lí¡ dI!
responsabilidad de toda teología -llámese a sí misma
la teología cristiana; pero parto de la presuposición de q LI(!
feminista o no- que desea ser fiel al Espíritu de Jesús,
ese androcentrismo es una distorsión del mensaje de Jesús y
detectar y fomentar las condiciones de posibilidad para que
no constitutivo del mismo. Por cierto, esta participación
la cristología no lleve a lo primero, sino que conduzca a lo
crítica feminista implica también que se desea una tra ns-
segundo. Hablo de "cristología saludable" como antónimo
de "cristología nociva" o cristología tóxica, porque alude al forma ción de la teología.QPONMLKJIHGFEDCBA
mysterium sa lutis a la vez que evoca el carácter tangible y
E l la d o o s c u ro de la c r is to lo g ía
material de una teología encarnada y vital.
Aquí quisiera investigar brevemente el tema de la condición Para quienes amamos a Jesús e intentamos seguirlo,
de posibilida d bajo la cual la confesión de fe en Jesucristo confesándolo como Kyrios y elaborando nuestra teología
crucificado y resucitado, y la cristología práctica y teórica desde el compromiso con él, es doloroso tener que reconocer
que de allí resultan, pudieran "ayudar a bien". Para lograrlo, que la cristología puede ser nociva. Ese momento de
es necesario investigar las propuesta s presentes tanto en la reconocimiento es parecido al de damos cuenta de que la
tradición como en la cristología contemporánea que apuntan cruz, que tal vez nos colgamos en el cuello y que concentra
de manera constructiva hacia una cristología sa luda ble" así como símbolo la historia liberadora de Dios con nosotros,
como las crítica s feministas al potencial nocivo de esta puede ser también signo de opresión e injusticia -por
doctrina. Estas críticas pueden surgir explícitamente del seno ejemplo- para aquellos que han sufrido el embate de la cruz
de la teología feminista misma o bien implícitamente de la aliada grotescamente con la espada. No podemos mirar con
aplicación del instrumental de la teoría feminista. Al hacer honestidad la vida de nuestro continente y los pecados
referencia a la necesaria crítica feminista de la tradición cometidos por la teología en su propia historia sin admitir
teológica, no me refiero en absoluto a una crítica que me exilie este hecho, por doloroso que nos resulte. No debería resultar
por completo del entramado teórico que ha resultado de asombroso descubrir que las argumentaciones presuntameme
veinte siglos de tratar de "dar cuenta" del sentido de Jesús. teológicas propuestas en el siglo 16 para justificar la escla-
Como señala Urna Narayan en otro contexto, el hecho de vitud de los aborígenes tienen un alto grado de consonancia
asumir qua feminista una postura crítica no implica tornarse con la lógica patriarcal aplicada a las mujeres, pues incluyen
una "extraña" a lo criticado, sino que justamente el estatus la "inferioridad natural" de los pueblos originarios y la
que se tiene como participante de un sistema simbólico es lo
que motiva y urge esa crítica." Por supuesto que el panorama
bagaje intelectual, a seguir formando parte plena y constitutiva de su
cultura originaria, a la vez que vayan transformado su herencia cultural;
cf. "Contesting Culturas. 'Westernization,' Respect for Cultures, and Third-
71 Sobre este tema véase el capítulo siguiente.srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
World Feminists": Linda Nicholson (ed.), The Second Wa ve. A Rea der in
7Z Narayan está hablando del derecho que tienen las feministas del tercer F eminist Tlieory, Nueva York, Routledge, 1997, 412.
mundo, que han incorporado un instrumental crítico "occidental" a su
911 srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Hacia una cristología saludable para mujeres pertinaces gr::

necesidad de castigar sus "pecados". 73 Con las críticas a la


integridad del acto salvífico de Dios en Jesús, que es el me~l,lo
cristología elaboradas desde una perspectiva feminista pasa
de la fe cristiana. Por cierto, el hecho mismo de la encarnacion
algo parecido a lo que nos pasa cuando repasamos los abusos
requiere la particularidad, pero elegir precisam:nte, ~l sexo
del cristianismo en la historia: aunque sean críticas
biológico como la característica particular paradigmática, en
dolorosas, es necesario que las examinemos y que verifi-
desmedro de todas las otras particularidades de Jesús, es
quemos en qué medida -y más allá de nuestras intenciones
una maniobra ideológica que durante siglos pudo persistir
particulares-las construcciones cristológicas que habitamos
de hecho resultan nocivas. gracias al "sentido común" patriarcal ra~a~ veces cuestiona~o,
pero que no resiste finalmente a la lógica de la salvación
Si bien la producción cristológica feminista ha sido abierta a todos por Jesucristo, tal como es presentada por el
compleja y variada en las últimas décadas, hay dos preguntas Nuevo Testamento y luego por los Padres. Si "lo que no es
que han concentrado gran parte de las energías. La primera asumido, no puede ser salvado":", entonces o bien las
pregunta es: "¿Puede un salvador varón salvar a las mujeres?" mujeres son "asumidas" en la encarnación, sin límite alguno,
Fue introducida por Rosemary Radford Ruether, quien o bien no son salvas. De manera que este salvador varón puede
también sentó una base teórica para una eventual afirmativa: salvar a las mujeres en cuanto su calidad de varón no es lo
es posible que salve a las mujeres en cuanto lo que es que le otorga su carácter salvífico, sino que es un dato
paradigmático de Jesús no es su ontología biológica (así como aleatorio, necesario únicamente en cuanto se hizo "carne" en
tampoco su ubicación socio-cultural como judío galileo del la contingencia de la historia.
siglo primero), sino su persona, vista desde la perspectiva
La segunda pregunta tal vez sea la más urticante: L E s . la
de suvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
mensa je y de su prá ctica = De hecho, si se ins-
doctrina cristológica de la expiación inherentemente abusiva
trumentaliza una característica particular de Jesús tal como
hacia las mujeres? Quisiera poner a prueba la posibilidad de
sus gónadas masculinas, para limitar el teomorfismo de las
pasar de una cristología nociva a una cristología saludable
mujeres -y eventualmente también para excluirlas de la
en el marco de algunas posibles respuestas a esta pregunta.QPONM
ordenación pastoral- se atenta finalmente contra la
T ip o lo g ía tr ip a r tita de la d o c tr in a

73 Sobre las complicidades de la teología cristiana en la matanza y esclavitud de la e x p ia c ió n


de los pueblos originarios de nuestro continente, cf. Fernando Mires, E n
nombre de la cruz. Discusiones teológica s y política s frente a l holoca usto
"¿Por qué muere Jesús y por qué lo matan?" La primera
de.l~~ indios (período de conquista ), Costa Rica, DEI, 1989 (segunda
parte de esta pregunta soteriológica que oficia de título de
edición); sobre el tema de las mujeres, véase 44ss.
74 Véase por ejemplo el capítulo "Christology and Feminism: Can a Male
La célebre frase de Gregario Nacianceno se encuentra en su Epístola 101,
Savior Save Women?" en su libro To Cha nge the World. Christology a nd
75

escrita a Caledonio, la que se puede consultar en traducción inglesa en


Cultura l Criticism, Nueva York, Crossraad, 1981, 45-56; Y el capítulo
www.ccel.arg/fathers2/NPNF2-07/Npnf2-07-59.htm# P ~ 0 3 6_ 2081330;
"Can a Male Savior Save Women? Liberating Christology fram Patriar-
chy": lntroducing Redemption in Christia n F eminism, Sheffield, Sheffield algo parecido expresa en otras palabras e~ s.u "Segun~o dlscur.~o s~.bre el
Academic Press, 1998, 81-94. Hijo" ( 0 1 : 30, 3.5): Los cinco discursos teologicos, Madnd, Editorial Ciudad
Nueva, 1995, 187 Y 190-191.
Hacia una cristología saludable para mujeres pertinaces
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
96srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 97

uno de los ensayos de Ignacio Ellacuría'", tiene una larga de la expiación:" (a) la concepción dra má tica de la expiación
historia de respuestas, algunas de las cuales suelen () teoría del Christus Victor; (b) la concepción anselmiana,
organizarse bajo la rúbrica de teorías "clásicas" de la expiación también llamada teoría objetiva , o de la satisfacción; y (c) la
o redención. Ellacuría señala que nunca debe separarse el concepción abelardiana, conocida también como teoría
"por qué" (teológico-histórico) de la muerte del "por qué" subjetiva o de la influencia moral. En el caso de las dos
(histórico-teológico) de su ejecución; de hecho, la prioridad últimas tipologías, se hace referencia a quién es el objeto de
histórica ha de buscarse en el por qué lo mataron: por la vida la transformación ocurrida por medio del hecho de la cruz:
que llevó y por la misión que cumplió: "Si desde un punto Dios (la dimensión "objetiva" se refiere a que el hecho ocurre
de vista teológico-histórico puede decirse que Jesús murió fuera del ser humano) o el ser humano (la dimensión
por nuestros pecados y para la salvación de los hombres, "subjetiva") .
desde un punto de vista histórico-teológico ha de sostenerse La primera agrupa las principales explicaciones del tema
que lo mataron por la vida que llevó". 77 Sin embargo, vigentes sobre todo en los primeros seis siglos, que derivaban
precisamente este divorcio es lo que a menudo ha ocurrido de una visión cósmica del triunfo del bien sobre el malo de
en la historia de esta doctrina, cuyo propósito es explicar de Dios sobre el diablo. A través de la resurrección, la aparente
qué modo la muerte de Jesucristo en la cruz restablece la victoria de Satanás por la muerte del Hijo, se transformó en
relación entre Dios y los seres humanos pecadores. victoria sobre el mal, el diablo y la muerte. Los Padres de la
Los sustantivo s redención, expiación, propiciación, iglesia no presentan una teología demasiado elaborada
restauración, satisfacción o sustitución son todas metáforas sobre esta temática. Se ajustan a las metáforas bíblicas y a
con raíces bíblicas que reflejan el intento de hablar del sentido un estilo más bien narrativo, que cuando se vuelve
profundo de la cruz de Jesús, pero que más allá de su especulativo puede causarles problemas: específicamente el
entramado bíblico evocan un imaginario a menudo negativo problema de transformar una metáfora como la redención
debido a las estaciones de su itinerario semántica a través en una alegoría acerca del pago de un rescate a alguien en
de los siglos, sobre todo en la medida en que se apoyan en el particular. Es el caso del famoso pasaje en el que Gregario
mundo simbólico-cúltico del sacrificio. Para tratar de pintar Niseno sugiere que la naturaleza divina del Hijo estaba velada
un panorama un poco más claro de este matorral de metáforas bajo nuestra naturaleza humana, de modo que sirvió como
e interpretaciones, aunque fuera esquemáticamente, Gustaf una carnada para el diablo, quien, engañado, se tragó el
Aulén propuso en 1930 una tipología tripartita de la doctrina

78 Christus Victor. A Historica l 5tudy of the Three Ma in Types of the Idea s of


tlie Atonement, Nueva York, Macmillan, 1969. Al hablar de "expiación"
cabe recordar que la palabra en castellano dirige el pensamiento mucho
76 El artículo, que apareció originalmente envutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Misión Abierta 2 (1977), 17- más hacia lo sacrificial y cúltico que la palabra inglesa a tonement o
26, está publicado también en una selección póstuma de ensayos, Teólogo la alemana Versohnungsgeka nken, que conllevan el sentido de
má rtir por la libera ción del pueblo, Madrid, Nueva Utopía, 1990, 25-38. "reconciliación"; de todas maneras, el imperativo de "expiar los pecados"
77 Ellacuría, "zPor qué muere Jesús?", 36. ha sido central en la historia de la cristología.
98srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Hacia una cristología saludable para mujeres pertinaces 99

anzuelo divino.79 De todas maneras, los Padres griegos «ubrayan la sa tisfa cción de Dios; (b) aquellos que enfalizan
?eneralmente (y Gregario en particular) estaban más I;¡ muerte sustitutivo de Jesús en lugar de los pecadores; (c)
mteresados en lavutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
enca rna ción que en la interpretación .iquellos que remarcan el aspecto pena l de la muerte de jesús
puntual del hecho de la cruz.
I .ntendido como el que pagó el precio jurídico por el pecado
En cuanto a la segunda tipología, Anselmo desarrolla su ; I j eno. 82 Ésta ha sido la postura preferida históricam en le por
teoría de la sa tisfa cción en su escritoZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
C U T Deus homo? o "¿Por gran parte de los evangélicos conservadores, que suelen
qué Dios se hizo ser humano?"80 desplegando una analogía .rgruparse sobre todo en los últimos dos subtipos.
francamente con textual de Dios imaginado como un señor La tercera tipología es una reacción a las dos anteriores.
feudal cuyo honor ha sido ofendido. Para que pudiera lue Pedro Abelardo quien propuso en su comentario sobre
restaurarse el honor del señor en una cultura feudal era Romanos 3:19-26 esta tercera vía, según la cual los
necesario que ~no de sus "iguales" reparara la falta, pu~s un sufrimientos de Cristo no fueron redentores en sí mismos,
vasallo no podía hacerla. A través de la encarnación el Hijo sino que proveyeron un ejemplo inspirador. Nuestra
se identif~có tanto con los vasallos (los seres humanos) como reconciliación consistiría, entonces, en ser transformados por
con el senor feudal (el Padre) y se entregó a sí mismo en la el ejemplo de Jesús. Experimentar el eterno amor de Cristo
cruz par~ :eparar la falta y restaurar la armonía entre Dios y es lo que nos lleva a vivir en amor y no en temor."QPONMLKJIHGFE
su creación .. Cabe recordar que, a través de su planteo,
Anselmo qurere evitar los excesos especulativos de la L a c a r a n o c iv a d e la d o c tr in a d e la e x p ia c ió n
tradición anteri?r, quitando de en medio la idea del pago de
u.n rescate al diablo. El esquema anselmiano fue adoptado Nos cabe ahora investigar cuáles son las principales
sm ~ayores cambios por Tomás de Aquino, si bien éste críticas surgidas de la teología feminista a esta doctrina, así
corisideraha que la muerte de Cristo no fue estrictamente como verificar si apuntan con igual intensidad a los tres
necesaria.s" La teoría de la satisfacción también fue heredada modelos que acabo de bosquejar. Al hacerla, vale la pena
pO,rl~ o:t~doxia luterana y calvinista, que le otorgó un tinte recordar que la crítica a la expiación tiene raíces profundas
mas jurídico. Como señala]. Denny Weaver, la familia con- en la tradición teológica, desde la crítica de Abelardo mismo
ceptual anselmiana puede subdividirse en (a) aquellos que hacia Anselmo, pasando por la cristología de la liberación
latinoamericana de Sobrino y la teología negra de la liberación
de [ames Cone. En muchos casos, la crítica feminista es una
El Gra n. _C~tecismo u Ora tio Ca techetica , 21-26; puede consultarse en
79
radicalización de discursos críticos ya presentes en el
traduccíon mglesa en http://www.tparents.org/Library/Religion/Christian/
Fa~hers/NP~F2-05/Npnf2-05-39.htm#P3799_2491354 o en la Patrología
grrega de Migna 45, 57-64.
8U Exist~n diversas traducciones de esta obra en el dominio público; véase 82 J. Denny Weaver, The Non violen 1Atonement, Grand Rapids, Eerdmans,
por e¡em.plo www.overdev.com/mv/3dworld/eschool/filosofia/lndex file/ 2001, 16-17.
Opere_f~le/Opere/Anselm,%20Why%20God%20became%20man~htm Expositio in Epistola m a d Roma nos. Rometbtiefkommenta r II íLateinisch-
(trsduccíon al inglés). 63

Deutsch), Freiburg, Herder, 2000, 2 8 0 s s . Ésta fue también la postura de


111 CL Summa Theologica in, q. 48, art. 2. Schleiermacher y de gran parte del protestantismo liberal, hasta hoy.
100 La porfía de la resu rrección Hacia una cristología saludable para mujeres pertinaces 101

universo simbólico de la tradición teológica. Echemos un tomar suficientemente en cuenta el mal y el pecado." Al igual
vistazo al tema en Sobrino y Cone, dos autores paradigmáticos que los Padres griegos subraya -al menos en sus obras
en el desarrollo de una cristología liberadora, tempranas- la dimensión de la encarnación, pero con un
mayor énfasis en la ma teria lida d y especificidad de la misma.
Luego de trabajar exegéticamente algunos textos referidos
A la vez, al ver el racismo de los blancos como una fuerza
a l~ cruz, Sobrino comenta que la idea fundamental que se
diabólica, relaciona narrativamente el triunfo de Jesús en la
repite en el Nuevo Testamento es que "Jesús es inocente los
cruz y la resurrección con el triunfo sobre el mal:
sufrimientos con que carga son los que deberían cargar ;tros
y, en ello, se convierte en salvación para otros"." El Nuevo Aunque la batalla decisiva en contra del mal ha sido peleada y
Testamento no especula acerca de lo salvífico de la cruz, sino ganada, la guerra no ha terminado ( ... ) No hace falta que nos
q~e p~ocla~a. agradecidamente el hecho." Concluye que la embarremos en caracterizaciones pintorescas de Satanás. Los
eficacia salvífica de la cruz se muestra "más bien a la manera hombresZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
[m e n ] están controlados por fuerzas del mal que
de .la caus~ ej~mplar que de la causa eficiente" -lo que no querrían esclavizarlos. Teológicamente, Malcolm X no se
quita su eficacia." Sobrino critica, pues, a los "anselmismos" equivocó demasiado cuando llamó al hombre [ m a n ] blanco 'el

y toma distancia de ellos, ubicándose más bien en una postura diablo' ... 09
abelardista, si bien incorpora elementos narrativas acerca de Cone relaciona, pues, el triunfo de Jesús sobre el mal con
la paradójica victoria de cruz y resurrección frente a la muerte el necesario triunfo sobre el racismo de los blancos, diabó-
q~e tienen cierta consonancia con la tipología delvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Christus licamente encarnado en las estructuras sociales, económicas
Vlctor. Su teología está demasiado imbuida del lenguaje y políticas estadounidenses.9o En el trasfondo de su cristal 0-
neotestamentario como para que deje atrás las metáforas gía parece reaparecer la dinámica narrativa del Christus Vic-
acerca de la redención, pero no asume ninguna explicación tor, quien también triunfa sobre las fuerzas del racismo.
que haga de la cruz una transacción celestial abstracta
Las críticas feministas a la doctrina de la expiación suelen
div~rc~ada de la hi~toria. Por otra parte, quiere evitar que el
asumir estas críticas pero las radicalizan, mirándolas a través
sufrimiento de Jesus en la cruz se utilice para justificar el
sufrimiento de los pobres crucificados en la historia, de de una lente hermenéutica que las visiones androcéntricas
no toman en cuenta. Una de las críticas más despiadadas a
manera que su cristología busca más bien ayudar a la
la doctrina de la expiación es el artículo de [oanne Carlson
"resurrección" del pueblo crucificado."
Brown y Rebecca Parker, "zDe tal manera amó Dios al
Cone critica tanto el anselmismo como el abelardismo el
primero por ser demasiado abstracto y el segundo por 'nosrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
33 God ofthe Oppressed, Maryknoll, Orbis, 1997 [1969], 211-212.
39 God ofthe Oppressed, 52.
34 J esucristo Libera dor, 289.
90 God ofthe Oppressed, 41.
35 J esucristo Libera dor, 290.
9\ "For God So Loved the World?": Joanne Carlson Brown y Carole R. Bohm
BG J esucristo Libera dor, 294. (eds.), Christia nity, P a tria rchy a nd Abuse. A F eminist Critique, Nueva
37 J esucristo libera dor; 20. York, The Pilgrim Press, 1989, 1-30. Existe una traducción al castellano:
102 Hacia una cristología saludable para mujeres pertinaces
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 10

mundo?"?'. Las autoras comienzan con la constatación de Victor critican el hecho de que en su estimación incorpora la
que las mujeres somos socializadas para aceptar el abuso y muerte de Jesús a un marco mítico por el cual el sufrimiento
el sufrimiento. Ante la pregunta de por qué nos dejamos deriva finalmente en algo bueno, a pesar de que esta maniobra
victimizar en mayor o menor medida por las estructuras Liene un efecto devastador sobre la vida humana, pues en
patriarcales, estas autoras puntualizan que es porque hemos realidad la victimización nunca lleva a la victoria. Un ejemplo
internalizado la convicción de que nuestro sufrimiento está del efecto negativo de semejante teología sería que puede
justificado, a tal punto que a veces ni siquiera somos capaces llevar a que se afirme que Dios tenía un propósito en la muerte
de reconocer la realidad de injusticia a la cual estamos de seis millones de judíos en la Shoah, minimizando el hecho
sometidas. Ésta es una de las razones que explican el silencio de esas muertes. Para las autoras, entonces, en esta tipología
de tantas mujeres ante la violencia doméstica y el abuso Lamuerte de Jesús es trivializada en cuanto es vista más como
sexual. Para Brown y Parker, el cristianismo ha sido una de un truco o como un paradigma psicológico que como una
las fuerzas primarias -tal vez la más importante, al menos verdadera muerte. Frente a la teoría anselmiana de la
en los países occidentales- en la socialización de las mujeres satisfacción, Brown y Parker sostienen que presenta a Dios
para aceptar el abuso como algo merecido. La imagen del como déspota y que justifica un orden social injusto, a la vez
Cristo crucificado consolida la idea de que el sufrimiento que se presenta falazmente el sufrimiento como algo que
nos redime, a tal punto que nuestra auto-inmolación y libera a los demás. Si se identifica el amor con el sufrimiento,
obediencia son vistas como virtudes y características esto tiene consecuencias nefastas para la sociedad, pues
esenciales del carácter cristiano. El panorama se complica santifica el abuso infantil: "La imagen del Dios Padre exi-
aún más por la tradición que enseña que Cristo sufrió en giendo y consumando el sufrimiento y muerte de su propio
obediencia a la voluntad de su Padre, de manera que "se hijo, ha reafirmado una cultura del abuso y la opresión y ha
presenta un abuso infantil cósmico como algo salvífico" y conducido al abandono de sus víctimas. Mientras esta imagen
un niño que sufre en silencio como "la esperanza del no sea destrozada, será prácticamente imposible crear una
mundo"." sociedad justa". 93 Tampoco las autoras comulgan con la teoría
abelardiana de la influencia moral. Por el contrario,
¿A qué variantes de la tipología de Aulén dirigen estas
consideran que la imagen de una víctima inocente como la
dos autoras sus críticas? En realidad, a todas. La principal
única capaz de movilizamos a cambiar desemboca en la
hipótesis de trabajo de la que parten es que es contrario al
instrumentalización de las víctimas para la edificación ajena.
mensaje evangélico sostener que el sufrimiento -sea el de
Jesús o sea el nuestro- tenga un carácter redentor. De la Por último, Brown y Parker examinan lo que llaman la
"tradición crítica" moderna, e identifican tres modelos que
concepción dramática de la expiación o teoría delvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Christus
critican desde diversos frentes la tradición clásica de la
doctrina de la expiación: los defensores de la pasibilidad de
"nanto amó dios al mundo?": Mary Judith Ress, Ute Seibert-Cuadra y
Lene Sjorup (eds.), Del cielo a la tierra . Una a ntología de teología
feminista , Santiago, Sello Azul, 1994, 333-36l.
92 "For God So Loved the World?", 2. 93 "nanto amó dios al mundo?", 340.
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
104srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Hacia una cristología saludable para mujeres pertinaces 1 O~)

Dios O del "Dios sufriente"(el personalista Edgar Brightman; las excusa de revisar las bases bíblicas de la doctrina para
Jürgen Moltmann); aquellos que entienden el sufrimiento ver si el uso que hacen de ellas los teólogos posteriores es
como parte inevitable del proceso histórico de liberación legítimo, cosa que no hacen, con la posible excepción de su
(Martin Luther King, Jr.; Oscar Arnulfo Romero); y aquellos pequeño excurso sobre la sangre. El problema es que al saltear
que critican la idea del sufrimiento redentor pero retienen el la exégesis bíblica, se presupone que hay una continuidad
símbolo de la cruz como imagen de liberación (Jan Sobrino; sin fisuras entre la metafórica bíblica y los modelos clásicos
Carter Heyward). La crítica de fondo de las autoras hacia de la expiación. Ese salto deja de lado importantes elementos
estas propuestas, es que todas reconocen parte del problema, que pueden contribuir a una relectura feminista de la
pero no lo medular, que según ellas es que si el cristianismo doctrina, como por ejemplo la crítica a las prácticas
ha de ser liberador para los oprimidos, tiene que librarse de sacrificiales que aparecen en el mismo Nuevo Testamento y
cuajo de esta doctrina: "Debemos deshacernos de la expiación, en algunos escritos cristianos tempranos." Por un lado, esa
esta idea de un pecado de sangre sobre toda la raza humana crítica adopta la polémica de la Biblia Hebrea en contra de
que solamente puede ser lavada por la sangre del cordero. los sacrificios paganos, y por el otro se distancia de los
Este Dios sediento de sangre es el Dios del patriarcado que sacrificios cúlticos judíos vinculados al Templo (también el
por el momento controla toda la tradición judeo-crístiana't.:" judaísmo más tarde se aleja de tales sacrificios), a la vez que
Otra crítica que asumen las autoras, siguiendo a Mary Daly, adopta la terminología sacrificial para tratar de dar cuenta
es que el símbolo de la "sangre" de Cristo, tan presente en la de la experiencia de la persecución." En este sentido, señala
himnología y en las liturgias cristianas, desplaza y sustituye por ejemplo EIsa Támez que "lo fundamental del sacrificio
el símbolo femenino de la sangre menstrual y ubica a Cristo de Cristo es que la obra de Jesús en la cruz no sólo
en el lugar de nuestras madres, devaluándolas." Las autoras desenmascara la injusticia de los sacrificios humanos de
proponen, pues, el abandono de esta doctrina y "una aventura todos los tiempos, sino que declara el fin de los sacrificios.
hacia la libertad" en la que la vida cristiana no se vea Su resurrección los deslegitima de raíz". 99
violentada por ninguna teoría cristológica sobre la expiación. Un segundo problema nodal de la propuesta de Brown y
La propuesta de Brown y Parker adolece de algunos Parker es que parecieran querer dejar afuera la posibilidad
problemas serios. El primero que salta a la vista es que
sugieren deshacerse de una doctrina que deriva por lo menos
97 Por ejemplo Hebreos o la Epístola de Bernabé.
indirectamente de metáforas bíblicas, sin incluir análisis
98 Véase al respecto el cuidadoso estudio de Frances M. Young, The Use of
alguno de ese trasfondo en su escrito. Las autoras aducen Sa crificia l Idea s in Greek Christia n 141'itersfrom the New Testa ment to ZYXWV
que su tratamiento es "teológico y no bíblico", 96 pero eso no [o h n Chrysosiom, Cambridge, Mass., The Philadelphia Patristic Founda-
tion, Ltd., 1979.
99 Contra toda condena . La justifica ción por la fe desde los excluidos, Costa
Rica, DEI, 1991, 179. Otra biblista feminista que examina con cuidado
9'1 "For God So Loved the World?", 26.
las raíces bíblicas de la tlieologia crucis es Elisabeth Schüssler Fiorenza,
95 Cf. Mary Daly,vutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Gyn/Ecology, Boston, Beacon, 1978,82. Cristología feminista crítica . J esús, Hijo de Miiia m, P rofeta de la Sa biduría ,
96 "For God so loved the world" 4. Madrid, Trotta, 2000, especialmente 152ss.
La porfía de la resurrección
106zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Hacia una cristologíasaludable para mujeres pertinac s I () (

de cualquier tipo devutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA


theologia crucis desde una perspectiva desconoce la jorta leza que tantas mujeres a través de los siglo.'
fem inista,"'" por temor a que lleve a la glorificación del han encontrado en el seguimiento del Jesús crucificado .Y
sufrimiento injusto. Sin embargo, como nos enseñan la resucitado proclamado en el kerygma .
teólogas feministas asiáticas, necesitamos modelos que nos
Con todo, no es necesario compartir todas las conclusiones
permitan interpretar el sufrimiento de Jesús en la cruz de un
que sacan de su planteo estas dos autoras para reconocer
modo cuidadososrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y diferenciado, pues por un lado el
que el artículo tiene la virtud de meter el dedo en una lIag;1
sufrimiento pertenece inevitablemente a la existencia
de la realidad: la doctrina de la expiación ha sido y es uti-
humana -y por ende a la verdadera humanidad de
lizada para justificar el sufrimiento inmerecido y socializar
Jesucristo- si bien por el otro, glorificar el sufrimiento del
a las mujeres para que "aguanten" el abuso, así como lo habría
inocente puede derivar en la instrumentalización de las
hecho Jesús. En un libro posterior, Parker explica el trasfondo
mujeres como chivos expiatorios.'?' Es notable que Brown y
autobiográfico que la llevó a cuestionar la cristolog ía
Parker, junto con su rechazo a cualquier tipo de implicación
tradicional.!" Se crió como hija de pastor, con padres que In
redentora en torno a la cruz de Cristo, tampoco asumen la
amaban profundamente. Sin embargo, cuando a los cuatro
doctrina de la "resurrección de la carne" sino que la
años fue abusada sexualmente durante muchos meses por
espiritualizan y desparticularizan: "La resurrección significa
un vecino, aprendió de muchas maneras directas e indirectas
que la muerte ha sido vencida en esos precisos momentos
que debía "cargar" con su sufrimiento, como hacía su padr I
en los que los seres humanos eligen la vida, rechazando la
pastor y como hacía Jesús. A la vez que sus padres no eran
amenaza de muerte. Jesús trepó sobre su tumba en el Huerto
capaces de detectar lo que les estaba pasando a ella y a su
de Getsemaní cuando se negó a abandonar su compromiso
hermanito menor, los modelos de vida cristiana que la
con la verdad, aun cuando sus enemigos lo amenazaban de
rodeaban, los himnos y las enseñanzas de la vida eclesial
muerte. El Viernes Santo, el Resucitado fue Crucifícado".':"
reforzaban el imperativo de sufrir y cargar en silencio con el
Así es que proponen un evangelio sin kerygma , o por lo
dolor. Las secuelas de ese abuso no pueden ser borradas.
menos sin el kerygma del Nuevo Testamento. Se trata de una
Leer el libro es escalofriante e incómodo, en parte porque
propuesta finalmente reduccionista, que por otra parte
desenmascara dolorosamente una realidad que las
estadísticas nos dicen que se repite y multiplica en la vida
100Cosaque sin embargo es perfectamente factible, como lo demuestra la
interesante obra de Mary M. Solberg, Compelling Knowledge. A F eminist
P roposol jor a n Epistemology o/ the Cross, Albano, State University of
I03Escrito con Rita Nakashima Brock: P roverbs o/ Ashes. Violence, R c d c I 1 l I )
tive S u ffe iin g a nd the Sea rch /0 1 ' Wha t Sa ves Us, Boston, Beacon Pruss,
New York Press, 1997, surgida en parte de las vivencias de la autora en El
2001.
Salvador.
IO'Si bien la violencia doméstica, los delitos sexuales y otras violaciones ;¡
IOIKwokPui-lan, Introducing Asia n F eminist Theology, Cleveland, The Pil-
los derechos humanos de las mujeres tienden a ser minimizados o nr:WI(I()~
grim Press, 2000, 81-82. Véase también Elisabeth Moltmann-Wendel,
por el sentido común patriarcal, tienen una presencia endémica Ia mhi 11
"éExiste una teologia feminista de la cruz?": Ha bla r de Dios como m ujer ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y
en nuestros países. Un recurso útil para informarse y encontrar rocu ¡'SOS
como hombre, Madrid, PPC, s/f, 47-67.
contra la violencia es un portal mantenido por Mujeres en Red: hllp://
102¿Tanloamó dios al mundo?", 359. www.nod050.org/mujeresred/violencia.htm.
La porfía de la resurrección
108zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Hacia una cristología saludable para mujeres perLin esrqponmlkjihgfe
I ()<)

de innumerables mujeres,'?' muchas de las cuales sabemos es responsabilidad de la teología manifestar con honcst id"d
que participan activamente en nuestras iglesias. lOS El hecho desde qué precomprensiones se parte y bajo qué condiciones
es que la teología cristiana no puede darse el lujo de ignorar una formulación teológica dada sería nociva desde el ma n;()
voces contundentes, como las de Parker o la de Delores S. de esa precomprensión.QPONMLKJIHGFEDCBA
Williams cuando desde una perspectiva afro-norteamericanavutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(woma nist) subraya que las mujeres negras -que ya sufren P r o b a b le s in d ic a d o r e s d e n o c iv id a d
demasiado al criar solas a sus hijos, en la pobreza, sin acceso La precomprensión de la que parto aquí probablemente
adecuado a la salud, y expuestas a la violencia doméstica, el sea más que evidente: que el hecho de Jesucristo, kerygma
sexismo y el racismo-lo que menos necesitan es que alguien neotestamentario incluido, cuando es actualizado en nuestras
les enseñe a "cargar con su cruz" .106 Hace este comentario en vidas por la Rua j/Espíritu de Dios, es una muy buena noticia
el contexto de una crítica a James Deotis Roberts, quien en para las mujeres -es eva ngelio. Por este motivo, m.e,incl.ino
su cristología habla de un Mesías Negro e incorpora la crítica por aquellos modelos hermenéuticos de la encarnación, vida,
al racismo pero no contempla las implicaciones prácticas de muerte y resurrección del Hijo que subrayan que por este
su discurso para las mujeres negras, que históricamente en camino Dios mismo/a se coloca solidariamente en nuestro
Estados Unidos a menudo han tenido que "tomar el lugar;' lugar (pro nobis) y nos ofrece la posibilidad (extra nos) de
(surroga cy) de las mujeres blancas en el trabajo doméstico, vivir por su Espíritu en la danzante diná~ica .trinitaria q~e
en el cuidado de los niños y en los trabajos más serviles. crea y recrea la vida abundante. Por gracia, DIOSen el HIJO
¿Cómo avanzar cristológicamente sin negar estos datos por el Espíritu hace por nosotros algo que nosotro.s no
de la realidad? Una manera de hacerlo es prestando especial podríamos hacer por nosotros mismos, no para reducimos
atención a las condiciones teóricas que fomentan la utili- al servilismo o al infantilismo, sino para que florezcamos
zación nociva de esta doctrina. Si bien es cierto que algunas exultantemente y nos gocemos. Se trata del "intercambio" de
formulaciones teológicas probablemente merezcan ser la teología paulina 107 o del "hacerse lo que nosotros somos
desechadas, la ambigüedad y fluidez del proceso hermenéu- para que nosotros podamos ser 1o que e'1"es d~ 1reneo 108 ,
tico evita que talo cual doctrina lleve inevita blemente a tal pero depende para actualizarse en nuestras vIdas. ~e la
resultado, ya sea bueno o malo. El lenguaje del fatalismo no dimensión pneumá tica . Así, la mirada desde el feminismo
favorece a ninguna teología, incluida la feminista. Más bien, teológico me conduce hacia una cristología pneumática y una
pneumatología cristológica.

105Un testimonio del fenómeno desde una perspectiva evangélica


conservadora es Andy Smith, "Born Again, Free fram Sin? Sexual Vio- l07Véase al respecto Mama Hooker, "Interchange in Christ": F rom Ada mZYXWVUT
lo

lence in Evangelical Communities": Violence Aga inst Women a nd Chil- Christ. Essa ys on P a ul, Cambridge, Cambridge University Press, 1990,
dren. A Christia n Theologica l Sourcebook, Nueva York, Continuum, 1995, 11-69.
339-350. looAdversus Ha eteses V,prefacio (fa ctus est quod sumus nos, uti nos perficcJ 'ct
106Sistersin the Wilde1'11ess.The Cha llenge ofWoma nist God-Ta lk, Maryknoll, esse quod est ipse); en traducción inglesa puede bajarse de www.ccel.org!
Orbis, 1993, 169. fathers2/ ANF-01/anfOl-63 .htm #P8900 _ 2545577.
Hacia una cristología saludable para mujeres peruna .(H, I I I
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
110srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

período entre el nacimiento y la muerte de Jesús. Cabe <lC\;II";11'


Para que la vida, muerte y resurrección de Jesús sean
instrumentalizadas para justificar el sentido común patriarcal que en sus orígenes, el aprendizaje del Credo (:1",1 \;1
y sus abusos, tal como a veces pasa con la doctrina de la culminación de un camino hacia la preparación bau lis 111<1\
expiación, considero que tienen que coexistir varios factores, que tomaba muy en serio la forma de vivir de Jesús, él la
que de hecho se han dado numerosas veces a través de la manera de la Dida jé; pero con los siglos eso se fue perdiendo.
historia de la teología. La primera maniobra que se requiere Ya en la época moderna, las tres olas de la búsqueda del Jesús
histórico han aportado muchos datos útiles acerca de la época
es la relativización de lavutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
vida de Jesús y del "por qué lo
mataron", de manera que la cruz se vuelve una transacción en que Jesús vivió, pero han subrayado lo poco que se puede
abstracta desvinculada de la materialidad de la realidad. Esto saber con "certeza histórica" acerca del ministerio de Jesús
conlleva el olvido de las implicaciones políticas que llevaron de Nazaret. Esto también puede (si bien esto no es de modo
concretamente a la crucifixión de Jesús, así como la alguno inevitable) llevar a diluir el perfil y por lo tanto la
invisibilización de las mujeres, los pobres y las etnias relevancia del accionar de Jesús durante su vida. Vale, pues,
rr:argi~alizadas como sujetos activos "con Espíritu" de la la pena, aplicar la hermenéutica de la sospecha feminista a
historia de la salvación, que en la vida de Jesús se manifiesta estos dos factores y preguntarse quién sale ganando y quién
~omo salvación en la historia. Volvamos a Plinio por un sale perdiendo si se diluye la centralidad para la fe de los
mstante. Al menos según su informe, no era la admiración relatos evangélicos acerca de la vida de [esús.'?"
de J~sús como líder humano lo que inspiraba a las seguidoras Una segunda maniobra que se requiere para que esta
pertinaces del relato, sino la creencia en Cristo (utilizado
doctrina se preste al sentido común patriarcal es una
como nombre propio) "como un dios" -precisamente esto
comprensión unilateralmente monoteísta, por la que el Hijo
constituía la "extravagancia" de su "superstición". Esto fue no decide activamente su participación en la historia de la
en~endido por los mismos cristianos desde el principio, como salvación ni tampoco es impulsado en su ministerio por la
lo Ilustra el comentario de Pablo, cuando en 1 Corintios 1,18
Rua j o Espíritu; el resultado es que en el fondo sólo el Padre
afirma que la "palabra de la cruz" es una tontería o una es "Dios". Si nos detenemos aquí para analizar por ejemplo
necedad para quienes no siguen el camino de Jesús. El corazón la teoría de la satisfacción desde la perspectiva de estas dos
del mensaje evangélico es que algo que parece una locura o
maniobras, descubriremos que de hecho, Anselmo no presta
una necedad, en realidad salva, porque el poder de Dios se mayor atención al "por qué lo mataron" histórico, como
torna algo "mas fuerte que toda fuerza humana" (v. 25) y
tampoco al ministerio terrenal de Jesús con los más pequeños.
transforma en poder la vida de los débiles y despreciados de
la sociedad (vv.ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
2 7 s s ).

Para relativizar la vida concreta y material de Jesús, es 109Estono nos exime de la tarea exegética diferenciada y cuidadosa frente a
los Evangelios, como ilustra el trabajo de Schüssler Fiorenza, que muestra
necesario desplazar a un segundo plano los relatos de los la complejidad y ambigüedad de las interpretaciones retóricas bíblicas
cuatro evangelios acerca del ministerio terrenal de Jesús - acerca de la ejecución de Jesús (que sin duda incorporan presuposiciones
cosa no muy difícil, si pensamos cómo una confesión de fe androcéntricas), como también sus posibilidades de reconfiguración; véase
tan central como el Credo Apostólico ignora por completo el Cristologia feminista crítica , 157ss.
'11:\
Hacia una cristología saludable para mujeres pertinacc
112srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de la resurrección

propio el objetivo justo de Dios en un mundo alienndo 1:


Su t~o:ía se presta !ácilm:n~e a una lectura "monoteísta" porque iIljUStO,tal vez sea "beber de la copa" que Jesús bebió: 111.I.'il
mamf~esta un. ~lvIdo 'p~ac~Icodel Espíritu.J'" mientras que lavutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
doctrina cristológica (trátese puntualmente de la explacloll
a ~enclQ del H,IJoes minimizada. Inclusive, lo que en Anselmo
() más ampliamente del retrato que se pinta d~ Je~l~s) su
mismo todavía es tratado con cierta delicadeza, a manera de
vuelve nociva cuando es instrumentalizada para [ustificar o
~n d~álogo con ~n amigo, se va perdiendo en las popula-
inclusive glorificar el sufrimiento per se. Podríamos dec~r
nzaciones postenores de la teoría ("anselmismos"), de modo
It en parte gracias a la crítica feminista, se ha vuelto mas
que -ya bastante lejos de lo que leemos en las páginas de Ue
claro que nunca que una cristología (y la pas~or~l que de ella
Cur ~eus ~o:no- va emergiendo la caricatura posterior de
resulta) que promueve o legitima el sufnmIento por .el
u~. DIOS sádico que requiere el sacrificio sangriento de su sufrimiento mismo, más que hacia la simple heterodoxHl,
HIJo para hacer frente a su inexplicable necesidad de ser
perfila hacia la a posta sía , porque promue~e la imagen de u 11
"satisfecho" por el derramamiento de la sangre inocente.
pseudo-dios sádico adorado por masoqmstas.
Promover el sufrimiento por el sufrimiento mismo presu- En cambio, una cristología sa luda ble (y la pastoral que de
pone borrar la distinción entre un testimonio o martirio
ella resulta) refleja teórica Y prácticamente cómo el
asu,mido conscientemente como parte del seguimiento de
pro seguimiento pneumático de Jesucristo facult~ a las per-
[esús e~ e~marco de la resistencia no-violenta por un lado, y
sonas a resistir el mal activamente, en las pequenas Y en las
e? sufrimiento y el dolor sancionados por un Dios Padre
grandes cosas. Aceptar esto último implica, sin e~b~rgo,
fI~alm~nte sádico por el otro. La promesa escatológica del reconocer que hay situaciones en las que el sufn.mIenlo
DIOStnno, que según el testimonio bíblico se manifiesta en
asumido conscientemente como posible consecuenClQ de ZYXWVUTS ]0
el ~ij~ en amo~ y gracia, es eliminar la injusticia y el fidelida d a l ca mino de J esús será preferible ~ la cOIDylicidad
sufrimiento. Segun los relatos Evangélicos, en el ministerio complaciente con el mal. Si por lo contrano, partlmos del
terrenal de Jesús, cuando él se acerca, las fuerzas del mal y
axioma de que (tal vez dados los excesos de la historia h~sla
de l~ ~uerte reaccionan, pero se a leja n (al menos
ahora) para las mujeres nunca, en ningún caso, es prefenbl
provI~onamente) de la vida de aquellos que él sana, alimenta
exorciza o bendice -personas que no necesariamente se
suman a las filas de sus seguidores y seguidoras. Sin em- lllDesde una perspectiva woma nist (es decir,. cruzando la perspectiva de
bargo, sería deshonesto negar que el costo real de hacerse género con la denuncia al racismo y al ?l.aslsmo) [acquelyu Gra~,t hah.l<1
de la importante diferencia entre el servll1s~O o la servld~~bre ( ~h~ SI n
discípulo, es decir, de participar activamente y asumir como of servanthood") Y el seguimiento ("the del1verance of dlsclpleshlp L y
aboga por lo segundo; véase su ensayo "The Sin of.Servantho?d" : Ell1~.I1?
A. Townes [ed.}, A n'oubling in My Soul. Woma I1lst P erspectiva s on E v I !
110 La .agencia del Hijo ~o desaparece en ~ur Deus ha mo? (véase, por ejemplo, a nd Suffering, Nueva York, Mayknoll, 1993, 199-218. Trato.~e haccrmc
el libro se?undo, c~pltulo XI). pero la Divina Persona que consistentemente cargo auto-críticamente como persona "blanca", de. las críticas d? I[l~
es denomma~a «DlOS»es el Padre, y en el capítulo XVIII del libro segundo feministas "de color", lo que implica un compromiso metod~lóglCO ,1
esto se acentua [quomodo vita Cluisti solva tur Deo pro pecca tis hominum prestarle atención al pensamiento woma nist y otras persp.ectlvas que
(el subrayado es mi énfasis) -cómo la vida de Cristo es pagada a Dios por apuntan a la justicia de género pero no se identifican necesanamenl con
los pecados de los seres humanos-l. el término "feminismo".
114srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de fa resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
==
sufrir a las otras opciones dadas, no hay manera de "redím I 11

la doct~ina cristológica de la "expiaciónvue Considero (1111


la realIdad, tal como se nos presenta ahora en toda I11
pecamin.~sidad estructural y personal, indica que las muj 1'1 8QPONMLKJIHGFEDCBA
(y también los varones solidarios) no podemos desarro
llar~os comovutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
sujetos en comunidad en la esperanza de 1I11
hOrIzonte emancipatorio -ni siquiera del modo m(¡ ,
O tr a v e z la c r is to lo g ía
modesto- sin asumir el riesgo de sufrir las consecuenciuli
de. ~uestro co~promiso. Por eso, no creo que las a n cilla I
lmm~tra e del siglo 2, ni las mártires anabautistas del siglo
16, DI las cuatro religiosas católicas asesinadas en El Salva-
ohace mucho, una estudiante en una de mis clases de
dor en el siglo 20 se hayan equivocado al resistirse pertinaz-
mente al mal como consecuencia de su seguimiento y de su
N teología, exclamó con cierta frustración: "¡Pero si toda
¡'sla cristología nunca es nueva ni original! l Sí ernpre
f~ e~ ~hristo qua si deo.v» Sin querer caer en esencialismos
volvemos a lo mismo!" En un sentido tenía razón: es verdad
blOloglcos, tal vez una analogía útil aquí sea la de la diferencia
que a través de los siglos pareciera ~ue .~iramo~ una y otra
entre asumir que no parimos ni criamos nuestros hijos sin
V(!Z en torno a ciertas inquietudes: ¿QUIen decimos que es
dolor y ~reer que ese dolor es un castigo promovido por Dios
lcsús? ¿Qué significa llamarlo el Cristo? ¿Cómo se conecta
y, sacrahzado por la religión. Dicho esto, no quisiera hacer
In que Jesús predicó acerca del reino de Dios C?n. ~uestras
Ol~OSsordos a las advertencias de aquellas mujeres que me
vidas hoy? ¿Qué pasa con la humanidad y la divinidad de
senalan que tal posición corre un riesgo permanente de ser
Jesús? ¿Qué relevancia puede tener Jesús para n~,estra
c?optad~ e ins.trumentalizada por el sentido común patriarcal.
realidad particular? ¿Qué sentido tienen l~ enc~rnaclOn, la
SI el testímonjn y la resistencia de las dos mujeres pertinaces
cruz, la resurrección? Desde otra perspectiva, sin embargo,
que conocemos como a ncilla e ministra e -y junto con ellas
podríamos afirmar que la estudiante se equivocó: de hecho a
la gran nube de testigos mujeres a través de los siglos- no
veces sí planteamos preguntas e intentamos responderlas de
ha de caer en el sin-sentido y el absurdo, la teología tiene
maneras pocas veces articuladas en el pasado. Esto ocurre,
como uno de sus desafíos más importantes el velar
por ejemplo, cuando las personas que plante.an la~ ~regunt~s
permanente y creativamente para que la cristología sea
no tuvieron cabida en las propuestas crístológicas mas
saludable y no sea nociva: es decir, para que sea pneumá tica .
influyentes del pasado.

112Éstaparece ser la conclusión de Brown y Parker. Una panameña de origen kuna -capaz de representar
o gráficamente toda una cosmología en el d~s~ñ~ de la mo:a
113S brelas mártir:s anabau~istas, véase Hermina Joldersma y Louis Grijp
(eds. y trads.), Blisobeth s ma nlyZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
c o u ra g n ", Testimonia ls a nd Songs of que viste- plantea preguntas acerca de la divinidad de [esús
MQ]:tyre?Ana ba ptlst Women lI1 the Low Countries, Milwaukee, Marquette desde el trasfondo de la vivencia de Dios como P a ba y Na na :
UllIv.e~SItyPress, 2001; sobre las cuatro religiosas véase Ion Sobrino, "El muchos de los pueblos erigir.arios mesoamericanos tienen
martmo de Maura, Ita, Dorothy y Iean": Dia konía 4 (1989). 2-6,
una visión dual pero no dualista de Dios como Padre-
116 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de la resurrección
Otra vez la cristologíaCBA lif
114
Madre. Una inmigrante aymara que vende fruta y verdura
En el caso de las cristologías de orientación feminista,
en las calles de Buenos Aires, si reflexiona sobre la divinidad
Ilodemos ver esta continuidad y discontinuidad. con las
de Jesús, lo hará desde una sensibilidad teológica marcada
propuestas cristo lógicas del pasado de manera especialmente
por lavutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
P ocha , muy diferente a la visión occidentalizada de
c:ontundente: las preguntas planteadas y las respuestas
muchas y muchos de sus clientes.115 A su vez, todas estas
desarrolladas por estas teólogas (entre las cuales me incluyo)
personas partirán de presuposiciones muy diferentes a las
110Sproveen tanto rupturas como punto.s de cO,ntacto .c~n los
de los obispos y peritos -todos varones- reunidos en Nicea
urandes modelos explicativos de la crístología tradicional.
en el año 325. Al mismo tiempo, debemos admitir que
Dicho de otra manera: cuando las mujeres se reconocen (o
también existe una continuidad entre la teología nicena y la
!lOSreconocemos) como lugar teológico, comienzan a emerger
teología cristiana kuna o aymara, en cuanto la historia de
Iorrnulaciones significativas que de otra manera se pasarían
Jesús provee un marco común para la conversación
por alto, empobreciendo a la teología. m La articulació~ de
cristológica. Como expresa Kelly Brown Douglas con respecto
lo que descubren las mujeres cuando hacen teología sigue
a la cristología woma nist, las formulaciones niceno-
siendo un ejercicio importante y -por momentos-
calcedónicas son "parte de una tradición continua en la que
resistido, tanto en América Latina como en otras latitudes;
aquellos que confiesan a Jesús como el Cristo intentan
I!StOes muy fácil de comprobar; basta verificar en cualquier
discernir el significado de esa confesión". Como tal, respeta
ensayo o libro de teología escrito por varones en qué medida
la tradición nicena, pero sin otorgarle un "significado
loma en cuenta los escritos de las compañeras teólogas, salvo
normativo".116 De hecho, tal como señala el teólogo ana-
cuando el tema es "la mujer". Como nos recuerda insis-
bautista J. Denny Weaver, el problema de las formulaciones
lentemente María Pilar Aquino en sus escritos sobre
nicenas y calcedónicas no es que carezcan de verdad, sino lo
metodología teológica, en muchos ámbitos, las voces de las
que dejan sin decir, de tal modo que terminan acomodándose
leólogas latinoamericanas siguen sin reconocimiento, y por
demasiado fácilmente a la espada y a la razón colonial.'?
momentos directamente son acall adas.>'? Hay muchas
instituciones teológicas en América Latina, tanto católicas
114Alrespecto cf. Eleazar López Hernández, "Dios camina entre los mayas"
como protestantes, en las que auto-designarse co~o "teóloga
y otros ensayos cristológicos en http://www.tinet.org/-fqi_sp02/ feminista" significaría la imposibilidad de trabajar, por lo
docum_sp.htm. El teólogo kuna más conocido por sus escritos es Aiban que muchas mujeres expresan de otras maneras lo que hacen.
Wagua; véase por ejemplo su ensayo "Las teologías indias ante la globalidad
de la teología" Teología india : primer encuentro ta ller la tinoa merica no-
Mexico, Mexico, CENAMI, 1991, 291-313.
115AnaMaría Vargas, "De limoneras a comerciantes: Las mujeres bolivianas 118Sobre las mujeres latinoamericanas como locus theologic~s. véase el
enfrentan la globalización económica": Nancy Bedford y Marisa Strizzi importante ensayo de Virginia Raquel Azcuy, "El lugar teológico de las
(eds.), El mundo pa lpita , Buenos Aires, CLAI/ISEDET, 2006, 61-72. mujeres": P royecto 39 (2001) 11-34.
116KellyBrown Douglas, The Block Clitist, Maryknoll, Orbis, 1994, 113. "9"Teología feminista intercultural. Hacia un futuro común ~e justic~a":
María Pilar Aquino y María José Rosado-Nunes (eds.), Teologia feminisio
117Cf.su obra The Nonviolent Atonement, Grand Rapids, Eerdmans, 2001,
108. intercultura l. Explora ciones la tina s pa ra un mundo justo, México, Dabar,
2008, 43-66.
IIH srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Otra vez la cristología CBA 119QPONM
Tomandn todo esto en cuenta lo . . -
es presentar algun 1 ' que qUISIera hacer aqui U n a v e z m á s : Ni vencido, ni monarca celestial
os e ementos de .
constructiva de corte fe .. t 1 una Cflstologíil
f rrunis a y atinoam . J<:l título de esta clásica colección de trece ensayos llevaba
.uerte sensibilidad anab au ti t en cano, con un"
me lleva a dialogar de man l~ atOEl. hecho de ser feminista 1,1 subtítulo "imágenes de Jesucristo en América Latina".
era In ensrva (aunq 1 . \ 1iareció hace más de 30 años, pero su intención de subrayar
con 1os trabajos de teó . , ue no exc USlva)
fuera de América LatI'n ncQas.y teologas feministas dentro y 1.1 importancia de que Jesús no sirviera como legitimación
a. uiero conocer d 1I lcológica del dolorismo y de la pasividad, ni del triunfalismo
esfuerzos de las mUJ'er y ar a conocervutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
los
' es
t ea 1ogia. Ser argentina si ifí que contra viento y h \ la violencia imperial, mantiene su relevancia en la ac-
lca marea acen
desde el Cono Sur es delg~l d dquelpienso lo latinoamericano runlidad.?" Podríamos decir que gran parte de la trayectoria de
, cir, es e o que m . 1.1 cristología latinoamericana crítica tiene que ver con la
nuevamente no de ma Iusi ejor conozco, pero
1 . ' nera exc usrva: si bi bl mtención de no caer ni en la trampa de la justificación cris-
al írla recorriendo es qu
habiendo mucho que
r
a I.dea de "América Latina" (Ab a Yal . . en es.pro e~ática
d a), mi pro.pIa expenencia
e en o a nuestra dIversidad sigue
iológica del sufrimiento de las mayorías ni en la trampa de la
j ustificación cristológica del abuso de poder de los pocos. Esta
hace varios años en ChI'cnaosun~. Por. otra parte, porque vivo sensibilidad ya aparece en las reflexiones de Felipe Guaman
go mi propi "t 1 ' . 1 'ama (o Waman Puma) de Ayala (nacido por el 1550 en el Perú)
se ve influenciada cad' ,a ea ogia en migración"
teologías latinas negras ya v~~t.mas por las vivencias y las y de Sor Juana Inés de la Cruz (nacida en México un siglo
. b ' aSla icas en Estados U id después). Ninguno de los dos fue un teólogo consagrado
rrnem ro de una iglesia m . 1 m os. Como
enomta a comunid d d f oficialmente, pero ambos demuestran en sus escritos una
marca mi discernimiento te Ió .' . a e e que
tiene un fuerte sabor an b o ?gICOy mIS prácticas de la fe perspicacia teológica que les permite ver claramente que, por
. a autIsta. Aclaro tod t
po 1ermzar ni para sosten o es o no para un lado, la fe en Jesucristo debería coincidir con la opción por
rior a otras, sino porque e: que se trata de una visión supe- "los más pequeños" y que, por el otro lado, les resulta
. . pIenso que es un e' '. d extremadamente fácil a los poderosos utilizar el cristianismo
InJusto para con los lect 1 Iercrcío e poder
d ' ores y as lectoras el " d para justificar ideológicamente sus abusos. Ambos están
etras de una aparente neutralidad '.. escon erse"
"desde dónde" está hecha talo u obJetIVI,dadque no aclara ubicados en un espacio intermedio entre el privilegio (por
teología cristiana siem "cual teologla. Concibo de la su educación y su estamento social) y la marginación (por
hi ,. ,pre encarnada" su etnia o por su género) y en ese sentido prefiguran el lugar
lstonco y en una geografía ti en un momento
y fluida entre amigos p~r ícular, como una charla larga social ambiguo en el que todavía hoy nos encontramos
discusión acalorada ent y amIgas (y a veces también una muchos teólogos y muchas teólogas en América Latina. Como
ente escribe de Guaman Poma la autora Rolena Adorno:
ni llega a ponerse de acu::: que no se entiende mucho
comparte una misma pasí ?,)p~o ~ue de una manera u otra "Paradójicamente, la experiencia que le dio razones para
por los cuales la teología non. s este uno de los motivos
unca me cansa' si d
en e 11a tesoros nuevos y . . . empre escubro
VIeJOS. 12°Autores varios, J esús: Ni Vencido ni Mona rca Celestia l. Imá genes de
J esucristo en América La tina , Buenos Aires, Tierra Nueva, 1977, Como
tantas otras de la época, la obra no incluye ensayos escritos por mujeres,
120
La porfía de la resurrecciónCBA
-----------------~----------~~~~-------------- Otra vez la cristología 121

rechazar la cultura colonizadora era la misma que le facilitó


En los versos de Sor Juana, sobre todo en sus villancicos,
recursos lingüísticos y literarios para luchar contra ella". 121
los personajes no solamente se expresan en castellano y en
En suvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Nueva corónica (1561), Guaman Poma describe las latín, sino también en náhuatl, "con las cláusulas tiernas del
gestiones de diversos señores españoles "cristianísimos" en Mejicano lenguaje"!":
el gobierno colonial, y concluye que oprimen a los indios y
~avorecen a los ricos y a los mineros, exigiendo labores e Sólo Dios P iltzintli [hijo, niño]
ImpUestos, algunos de los cuales son destinados a la iglesia. del Cielo bajó
Agrega: y nuestro tla tlá col [pecado]
nos lo perdonó.?"
No ay quien buelba por los pobres de Jesucristo, cino que torne
Además de indígenas y mestizos, también aparecen
otra ues, buelba al mundo por sus pobres. Y ací será faborecido
personajes negros que rescatan su propia humanidad y
de los tantos daños y males que pasan en este rreyno los yndios,
porque todos son contra yndios pobres. 122 celebran una vida sin más esclavitud.':" Todos ellos se ven
dignificados por la Virgen Morena, en quien y por quien tomó
Visto desde la perspectiva de género, Guaman es menos lugar el milagro de la encarnación de una Criatura morena.!"
perSPicaz; es de notar, por ejemplo, cómo describe la situación En los versos de Sor Juana se descubre la génesis de una
de las mujeres indígenas y cómo culpa a las españolas de mariología popular y liberadora (con fuertes implicaciones
da~l~s malos ejemplos y enseñarles "vicios"; no realiza un cristológicas), capaz de prestar particular atención a los ejes
a~ahsis más amplio del por qué hay "pocas vírgenes" (por de raza y de género.':"
eJemplo, dadas las violaciones de las indígenas por parte de
La importancia de evitar las cristologías nocivas o tóxicas,
l~s colonizadores) .123 De todas maneras, también es notable
ya esbozada por Guaman Poma y Sor Juana, sigue siendo hoy
~omo se dirige de manera inclusiva a "yndios, yndias" y un eje importante en la cristología latinoamericana, lo que
e~~anos, ermanas ddeste reyno" y les recomienda como se torna particularmente relevante cuando se toman en cuenta
cnstIa . . 1
nos y cnstIanas que evanten la voz como los profetas, las vivencias de las mujeres en nuestros países. Decir que
reclarnándole a Dios justicia y Iiberación.t>
no debemos entender a Jesús ni como vencido ni como
-------------------- monarca celestial todavía no transmite el contenido de lo
12ICf R
. olena Adorno, "Waman Puma: El autor y su obra" (1987): http://srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
W W w.
kb.dk/permalink/2006/poma/info/es/docs/adorno/1987/index.htm
122N 125SorJuana Inés de la Cruz, Obra s Completa s, México, Editorial Porrúa,
tr uev? C.o;ónica y Buen. Gobierno (1561), página 489 del facsímile y 2002, 13a edición, 212.
aSCflpclOn del manuscnto en http://www.kb.dk/permalink/2006/poma/ 12GObra sCompleta s, 224.
489/es/textl? open = id3 088 202.
123V' , . 1270bra s completa s, 223 y 253.
ease ~l respecto la pagina 875 de la Coronicr; (http://www.kb.dk/
er ""Obra s completa s, 257-258.
p tnallllk/2 006/poma/8 75/es/text/?apen = id3 089 751).
I 24 ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
C a l' ' . 129Michelle González, Sor J ua na . Bea uty a nd J ustice in the Amcr ica s,
a n1ca , 922: http://www.kb.dk/permalink/2006/poma/92 2/es/text/
?open=id3089751. Maryknoll, Orbis, 2003, 95-120 analiza la contribución de Sor Juana a la
defensa de negros, indios y mujeres de todas las etnias.
122srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA :1.2
Otra vez la cristología

que sívutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
es, es decir, todavía no comunica cuál será la
nfro-norteamericanas. Concretamente, una woma nist es una
construcción teológica positiva, y en ese sentido todavía no
mujer de color que demuestra audacia, coraje y voluntad.Fs
constituye una cristología constructiva. No obstante los
seria cuando necesita serio, pero no es solemne, pues ama In
límites que propone el "ni vencido, ni monarca", funci~nan
música, la danza y la vida; se ama a sí misma a la vez que
constructivamente en el sentido de que nos obligan a mirar
ama a los dernás.P'' Muchas teólogas negras en Estados
n~ solame~te lo que dice una cristología dada, sino también Unidos, que afrontan lo que Jaquelyn Grant ha denominado
comoZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
fu n c io n a en una situación concreta. Para determinar una "realidad tridimensional" (es decir, la discriminación
cómo fu~ge una cristología, debemos plantear una pregunta por su raza, su sexo y su clase social), han hecho propia la
central: ¿Es una buena noticia? ¿Para quiénes? Se trata del
definición de Walker, pues les permite reconocer sus vínculos
momento de la sospecha ideológica, que luego se completa
con los movimientos de mujeres, a la vez que sus profundas
co.n el, n:omento del rescate, es decir, de la propuesta
raíces en la comunidad afro-norteamericana, marcada por una
cflstologIca constructiva, que intenta ser verdaderamente
espiritualidad de resistencia y de creatividad.'>' Grant
~va ngeJ jo, ~uena noticia, en primer lugar para quienes pasan
destaca que las mujeres afro-nortearnericanas, por cuanto se
tantos danos y males" en nuestras tierras.
ven afectadas simultáneamente por las tres dinámicas de
En el momento de (re-)construcción cristológica, sugiero opresión, se conectan a través de esas experiencias con
que se to~en e~ cuenta dos elementos que pueden ayudar a comunidades más amplias: junto con los varones negros,
~ue la cnstologIa no sea nociva o tóxica, o expresado posí- sufren el racismo; junto con las mujeres de todas las etnias y
tlvamente, que sea saludable: primero, tomar en cuenta a las clases sociales experimentan el sexismo; y junto con los
abuelas, y segundo, tomar en cuenta el mensaje del evangelio pobres y las pobres de todo el mundo comparten las
en plenitud. Estos dos pasos nos ayudan a no caer en la dificultades de la pobreza y la marginalización económica.
trampa de una cristología que deforme a Jesús y lo transforme De esta manera, su "particularidad dentro de lo particular"
ya sea en una figura pasiva y vencida o en un Pantocrátor las conecta a su vez con rea lid
1 a d es mas
' umversa
. 1es. 132
cele~t.ial distante e indiferente a los crucificados y las
crucífícadas de la historia.QPONMLKJIHGFEDCBA Para que el feminismo teológico no caiga en el mismo tipo
de dinámica hegemónica que critica cuando analiza los
hábitos androcéntricos de pensamiento, creo que es muy
T o m a r e n c u e n ta a la s a b u e la s
importante tomar en cuenta los aportes de las teólogas y
Tal vez sorprenda que uno de los principios cristológicos pensadoras que no son "blancas". En los trabajos de las
que propongo sea mantener vivo el legado de las. abuelas teólogas woma nist, como en gran parte de la literatura
pero es u~a temática recurrente, por ejemplo en los trabajos
de las teologas afro-norteamericanas que se denominan
130AliceWalker, In Sea rcli of Out Mother's Ga tdens: Woma nist F ra se, San
wom.a nist. El. término woma nist proviene de la pluma de la
Diego, Harcourt Brace [ovanovich, 1983.
escr~tora ~hce Walker, quien destaca las actitudes que l3lWhite Women's Cluist a nd Bla ck Women's [esus. F eminist Christology cut!
conSIdera Importantes para el florecimiento de las mujeres Woma nist Response, Atlanta, Scholar's Press, 1989, x.
132While Women's Cbrist a nd Bla ck Women's [e s u s , 216-217.
124srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
------~"'__ La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Otra vez la cristología

producto de aut
mundo, la temá ~res y autoras afrodescendientes en todo el anciana y sabia. En una ceremonia que se celebró en el r:i(~IT(!
de pa r tilCU 1ar 1l1J.·
. lica de los ancestros es recurrente Este eJ·ees
.
del Primer Congreso de Teólogas Latinoamerica 11 as y
.
gl as, quien escribportancia en la obra de Kelly Brown Dou- Alemanas, se recordó y honró a las pioneras de la teología
d 1 f
el rostro del Cri e e a e de su abuela y de cómo descubre hecha por mujeres, varias de las cuales estaban presentes,
Sto Negro en el rostro de su abuela 133 Primero otorgándoles el título honorario de a wicluis: "En ellas vive
se pregunta por ' .
rel igi 1 que su abuela formó parte de una tradición el espíritu de las antepasadas/os y por eso se convierten en
ros a - a ~ id d d
menudo trataba ornuní ~ e fe c~isti~na negra- que a guardianas de las vidas de las hijas y los hijos, por los años
alas
luego d escu b re 1 d' mujeres como mfenores a los varones· de los años" .135 En el contexto de un encuentro histórico
'
su vida: e po er que tema la presencia de Cristo en debido a la cantidad de teólogas latinoamericanas reunidas,
fue tal vez el momento más emotivo e inolvidable, acaso
Para ella, Cristo Al . porque la teología no ha tenido la costumbre de reconocer
sus necesidad~sera guíen que ~ntendía su dolor, sus penas,
explícitamente el aporte de estas mujeres.
tod 1 h Y sus deseos. Cnsto era Aquel a quien oraba
as as noc ~s .
día. (... ) Es en ~ y.con ~Ulen conversaba en el transcurso del Hablar de "recordar a las abuelas" en el contexto de la
a·precia su cuei u hdistoria . de fe acerca de un Dios que estima y teología latinoamericana significa por un lado recordar que
del cristianism po e mujer negra, que se encuentra la verdad muchas de nuestras abuelas se apoyaron en Jesús para llevar
era el centro d~o.He llegado a com?rende.r aún más que Jesús adelante sus luchas. Recuerdo a mi propia abuela materna,
de DI·O 1 su fe porque revelo la solidaridad compasiva madre de siete hijos, que enviudó cuando tenía la edad que
s Con o~ imid 1
solidaridad co opr~mI os ~ as oprimidas, y por lo tanto, la yo tengo ahora. La recuerdo cuando tenía ochenta y tantos,
IQpaslva de DIOScon ella. 134
planchando para afuera para sumar unos pesos y mantener
Otra manera d h su independencia económica, con la Biblia abierta frente a la
referencia a las .e ablar de estas antecesoras es hacervutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
"wicbos, palabra aymara que significa abuela, tabla de planchar, meditando sobre la escritura y prepa-
rándose para enseñar la lección de la escuela dominical. En
"'---
133Cf.Kelly Brown Di) .
la época en que vivió unos meses con nosotros en Buenos
uglas, .The ~la ck Chnst, Maryknoll, Orbis, 1994, 116 Y
Wha t's F a ith Ga t tr;y Aires, ya demasiado anciana como para mantener su propia
Orbis, 2005, 221s~ Do with It. Bla ck Bodies/Christia n ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
S o u l s , Maryknoll, casa, recuerdo cómo se comunicaba con las abuelitas italianas
13< Wha t'sF a ith Got
t( l' . de nuestra iglesia, a pesar de no compartir un idioma en
latinoamericanas <:t Do witli It, .221. De ma.~er? muy similar, las teólogas
común. Fue una mujer con mucha fortaleza, que se enfrentó
de recordar a los frodescendlentes tarnbián mcursionan en la temática
Mena López "H \illcestros y las ancestras. Véase por ejemplo Maricel a la pobreza con dignidad, logrando que sus hijos se educaran
", et¡ éuti Bíbli
(Red Ecuménicq ne,ne~ ica l. ica Neg:-a y Feminista" en REBILAC
ar.geocities.com/rE\ ~lbhca LatllloamenC?n.a y Caribeña): http://
"From Within Ou bllac_coordcont/hbnf y Silvia Regina de Lima Silva
Reflection in Lati~1¡elves:.Afrodescendant Women on Paths ofTheological 135NancyRaimondo y autoras varias, "Liturgia de las Awichas" en Liturgia
America n Libera ti\J Alnellca n and the Canbbean": Iván Petrella (ed.), La tin de la P a la bra . Homena je a Teóloga s P ionera s, Primer Congreso de Teólogas
Books, 2005, 62-7"l n Theola gy. The Next Genera tia n, Maryknoll: Orbis Latinamericanas y Alemanas. Biografías, Instituciones y Ciudadanía (25
al 27 de marzo de 2008).
126srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Otra vez la cristología

y que entendieran que ella sacaba fuerzas de su seguimiento Hace poco encontré una mención de una de esas abuelas
de Jesús. "olvidadas" en un árbol genealógico de la familia de mi [1;\-
Al mismo tiempo, la lealtad a la memoria de nuestras dre (oriundo de Nuevo México). Allí aparece el nombro
abuelas significa que nunca debemos olvidarnos que el -sin apellido- de Lucinda, la abuela indígena de mi abuela
nombre de Jesús demasiadas veces se ha puesto al servicio paterna. Era una adolescente cuando en 1838, el pueblo
de los intereses de la espada y del imperio: el hecho es que Aniyunwiya (conocido como cheroqui) fue arrancado de sus
muchas de nuestras antepasadas indígenas y negras fueron tierras y obligado a trasladarse al Territorio Indígena (hoy
violadas por nuestros antepasados blancos. En el caso de las Oklahoma), hecho conocido en el idioma tsa la gi (cheroqui)
abuelas negras de algunos de nuestros países, en muchas como Nunna da ul Tsuny o "el camino en el cual lloraron".
familias han sido borradas, escondidas, negadas y olvidadas. En ese desplazamiento forzoso murieron entre cuatro y ocho
En el Buenos Aires de 1810, por ejemplo, un tercio de la mil personas. Me pregunto bajo qué circunstancias Lucinda
población era negra, pero la herencia negra -así como también se habrá casado con un blanco. ¿Habrá sido posible en esas
la indígena- ha sido negada en el discurso y la auto-imagen circunstancias una relación de pareja caracterizada por cierta
de la mayoría de los argentinos.v? Tal como señala Rita simetría de poder? Se habrá convertido al cristianismo an-
é

Segato, la representación dominante de la Argentina es la de tes o después de estos hechos históricos? Su pueblo ya había
"un país difusamente blanco, una Europa -sin repre- asimilado, a comienzos del siglo 19, muchas de las cos-
sentación- en América del Sur"137Esta estrategia de auto- tumbres y, en muchos casos, las creencias religiosas de los
representación como país homogéneo y difusamente blanco, blancos, e inclusive tenía una buena cantidad de pastores
sin rasgos étnicos que indiquen la presencia de minorías bautistas indígenas, lo que no les sirvió de nada cuando el
lleva, por ejemplo, a que los pueblos originarios estén mucho gobierno estadounidense decidió desplazarlos. En la memo-
más "escondidos" en la Argentina que en el Brasil, aunque la ria de la familia de mi padre no queda de ella más que el
relación de la población indígena argentina por habitante sea nombre y la procedencia, pero para mí, tenerla en cuenta me
más de dos veces mayor que la brasileña.!" devuelve a la cristología con nuevas perspectivas. Me
recuerda, por ejemplo, que cualquier vía crucis, y por ende
cualquier cristología, que olvide el "camino en que lloraron"
los pueblos originarios de nuestro continente, sería una
cristología doceta.
I3GSobrelas abuelas negras, véase Marta Goldberg, "Las afroaraentinas (1750-vutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
1880)": Historia de la s mujeres en la Argentina . Tomo 1: Colonia y siglo Toda cristología, sea tóxica o sea saludable, tiene conse-
XIX, Buenos Aires, Taurus, 2000, 67-85.
7
cuencias corporales y materiales: ésa es una de las principales
'3 Rita Segato, La Na ción y sus Otros. Ra za , etnicida d y diversida d religiosa
lecciones que nos enseñan las cristologías feministas y
en tiempos de P olítica s de la Identida d, Buenos Aires, Prometeo Libros,
2007, 246. woma nist. Dicho de otra manera, la cristología no puede ser
'''''La Na ción y sus Otros, 247. Segato demuestra la pertinencia de que "no principalmente un ejercicio noético: algo que también es un
bastan orígenes variados para formar una sociedad étnicamente plural" eje central de la cristología del Nuevo Testamento. Como lo
(244).
expresa el apóstol Pablo: llevamos en nuestros cuerpos las
128 ________________ ~O~t~ra~v~e~z~la~c~ris~t_o_IO~g~ía
La porfía de la resu rrecciónzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA ~~

marcas de Jesús (Gálatas 6,17). Silvia Regina de Lima Silva han formado parte activamente. de cicl.~s de al~lIs()srqponmlkjih
y
lo subraya de manera contundente, diciendo que como mujer recordarlas significa evocar memonas también ncgat rvas Gn
negra latinoamericana su teología no pasa solamente por lo sus descendientes.!"QPONMLKJIHGFEDCBA
cognitivo: "Soy un cuerpo que vive-piensa-ama-disfruta. La
experiencia de Dios pasa por todo mi cuerpo y por los cuerpos E l e v a n g e lio e n p le n itu d
de los demás" .139 Una cristología que toma en cuenta a El segundo principio que propongo como eje en 1<1
nuestras abuelas pregunta: ¿De qué manera llevamos las articulación de una cristología sana es que recordemos <{tle
marcas de Jesús en nuestros cuerpos? ¿Jesús nos cura las el evangelio de Jesús conlleva un mensaje de vida abun~aQ.te,
heridas y nos seca las lágrimas? ¿O es que la cristología en la no un mensaje de escasez de vida, o de muerte. Demasiad-, a
que estamos enfrascados y enfrascadas nos hiere y nos menudo, las cristologías tienden al reduccionismo: Dar
envenena el propio cuerpo, el de los demás, el de la misma ejemplo, se concentran sobre una teoría particular acerca cl.el
tierra? Se me ocurre que una cristología que tome en cuenta sentido de la cruz (en los ámbitos evangélicos suele ser sobre
a las abuelas, y que las tome a ellas y a sus historias en serio, un modelo de la cruz como expiación de pecados personales
(hayan sido o no cristianas) será menos propensa a manejarse e individuales) o sobre las formulaciones conciliates
con modelos abstractos e incorpóreos que esconden tras la (olvidando o pasando a segundo plano los relatos evang~lic:os
voz pasiva y la tercera persona los intereses de unos pocos. acerca de la vida de Jesús y su predicación). En cambio, lo
Tomar en cuenta a las abuelas no quiere decir que nos que se precisa es una cristología en "pleni~ud" qu~ tome en
olvidemos de los abuelos ni que los excluyamos. El hecho es cuenta toda la historia de Jesús, con una mirada cuidados-, a
que el sentido común androcéntrico tiende a borrar como los cuatro Evangelios.
insignificantes las historias de las mujeres con mayor Precisamente, la insistencia de la cristología latil:lo_
celeridad que las historias de los varones, por lo que la cris- americana sobre el "Jesús histórico" no tiene que ver tal:lto
tología feminista se interesa particularmente por recuperar con las diversas olas de búsqueda del Jesús histórico en
lo perdido o lo que fácilmente podría perderse: las voces y Europa o América del Norte, como con ser u~a forma de
las vidas de nuestras antepasadas. Pensemos por ejemplo en subrayar la importancia de tomar en cuenta la vld~ concreta
nuestros apellidos y los patrones logofalocéntricos de su y material de Jesús de Nazaret tal co~o la pmtan los
transmisión: aunque nos hayan anotado con doble apellido Evangelios, su predicación del reino de DlOSy su manera de
y así llevemos el de nuestra madre, se trata de su apellidovutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
vivir. La Notifica tio que recibió Jan Sobrino en marzo de 2()07
pa terno; su apellido materno no se transmite, y aun su de parte de la Congregación de la Doctrina de la Fe de la
apellido paterno se borra en la siguiente generación. Tener
en cuenta el legado de las abuelas, sin embargo, no significa
idealizarlas ni proponer hagiografías, pues muchas de ellas
140Unode los mejores ejemplos literarios de cómo "toma~ en cuenta" a lllla
abuela, tanto en sus facetas positivas como en las negah~as, es Ca ra melo:
P uro Cuento, la novela de la autora chicana Sandra Cisneros (Madtid,
139"FromWithin Ourselves", 72. Espasa-Calpe, 2002).
130
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Otra vez la cristología 1 '11

Iglesia Católica no llega a acusarlo de negar la divinidad de


Jesús, pero sostiene que no la "afirma con la debida lb como 1o expresa Moltmann , lo mejor es ovitnr. I:I~:
pa a ras, . 1" 143 Quisiera entonces evitar 1:ls
claridad" .141 Lo que lavutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Notifica tio no percibe es precisamente ralsa~ aporías cns: ~gl~:~. reduccionismo cristológico,
lo que hemos tratado de subrayar aquí: es fundamental
aponas y la trla ~ t 1 ía "en plenitud" desde tres ejes
hacer cristología sobre la base de todo el evangelio de Jesús acercándome a a cns o Ogl . , 144
-incluyendo el hecho de su humanidad- y además ;nterconectados: seguimiento, cruz y resurrección.QPONMLKJIHGFED
comprender cómo funciona en un lugar y en un tiempo par-
S e g u im ie n to y p r o s e g u im ie n to
ticular. Sobrino recalca que, al menos en América Latina, el
docetismo continúa siendo el peligro más grave para la fe Una de las contribuciones más importantes de ~a
cristiana, y su cristología refleja esa convicción.142 cristología de Sobrino es recalcar que el seguimiento ~e ~es~~
es central tarito para entenderlo como para .expreslar a. e a
Demasiado a menudo, los conflictos cristológicos nos '1 145 Como jesuita, 11ega por o tro carruno a '. a mrs m
disipan las energías en cuestiones que ni siquiera nos e. 1 " que algunos de los primeros anabautistas: com?
interesan demasiado: nos dejamos distraer por lo penúltimo conc USlOn t d la Reforma Radi-
1 ex resó Hans Denck en el momen o e . .
y permitimos que la discusión se organice de acuerdo a los o p . 1 16 no podemos conocerlo a Cristo SI no lo
intereses del sentido común patriarcal. Es importante que cal del sig o , t s vidas 146 Este seguimiento, que no
imos con nues ra . d 1
no permitamos que nuestras cristologías se organicen en segu 1 en te al nivel del entendimiento o e
torno a núcleos temáticos que en realidad sólo sirven para ocurre so arr: . mbién necesariamente de
que no planteemos la s preguntas candentes que surgen de asentimiento intelectual, sino ta te i dispensable de
maneras materiales y concretas, es ~ar e m e "creo
nuestra particularidad. Por ejemplo, tener que elegir entre
una epistemología cristiana. No es slmpl~mente ~~ ara
una opción cristológica "liberal" que se siente incómoda con
der entender" (credo utintelliga m) sino que SIgOp
la divinidad de Jesús y una opción cristológica "conser-
~~~:~~ntender" (sequor ut intelliga m) o mejor todavía que
vadora" que se siente incómoda con la humanidad de Jesús
tal vez sea simplemente una falsa dicotomía que no nos sirve
a la mayoría de las y los que tratamos de seguirlo. En otras " ivo sobre la cristología de las "dos
143Poreso sospecha del. enfasl,s ,~~ce~ ar 'iba" en tensión con la cristología
naturalezas" y de lacnsto og~a es eEl ~a mino de J esucristo. Cristología
"desde abajo"; cf. Jurgen Mo tmann, S' eme 1993 82-87.
en dimensiones mesiá nica s, Salamanca, ¡gu " .
'4'Puede leerse el texto de la "Notificación" así como un Comenta rio (y una " . d" de la cristología supera lo que menciono
defensa de la cristología de Sobrino) por parte de varios colegas en http:/ 14"Evidentemente, la plenitu . d' cción hacia una crístología
' 1 retendo es empezar a Ir en ire .
/www.fespinal.com/espinallllib/es148.pdf. Sobrino mismo responde a la aqui:
que "de~ mas
qU,ePd '" no hacia a una cristología reduccionista.
e SI y (, 1. )
"Notificación" en http://www.sintapujos.org/respuesta_de-.Jon_sobrino_
al_gral_de_los-.Jesuitas.htm. . . , ». C Floristán y J. J. Tamayo ct S. ,
1<5JonSobrino, "Seguimiento de Jesu~ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
j Madrid Cristiandad, 1983, 9:1(;-
142Cf.Jan Sobrino, La fe en J esucristo. Ensa yo desde la s víctima s, Madrid, Conceptos funda n:enla les de .fa ~tOI~ 'de Jesú~": Ignacio Ellacuría: [on
Tratta 1999, 402-409. El "docetismo" se refiere a una cristología por la 942 y "Espiritualidad y segUlmlen? y, 1 II Madrid Tratta 1990,449-
Sobrino (eds.), Mysierium L i b e r o i i o n i s , o., , ,
cual Jesús aparenta ser humano sin serlo plenamente. Esconde un profundo 476.
rechazo de la materialidad y de la encarnación.
146Wa sgeredet sei, da die S c h r iit sa gt (1 5 2 6 ).
1,1) La porfía de la resurrección Otra vez la cristología

-como comunidad de caminantes, en


"s(!glliIllO S vutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(sequimur) zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBAjuventud, su geografía galilea). Más bien, se trata de doscuhri r
plmal- para poder entender". Seguir a Jesús constituye una a través del Espíritu aquellas maneras en las que hemos dll
manera material y vivencial de confesar la fe: al seguir tras actualizar hoy, en nuestra s propia s pa rticula rida des, el cnur.o
sus pasos, demostramos que nos comprometemos con lo que que él nos marcó mientras estuvo entre nosotros "en la carne".
dijo y lo que hízo.!"
El Jesús juanino, en su diálogo con Felipe, les dice a SIl.'
Cuando hablo de "seguimiento" en este sentido, no me discípulos: "En verdad, en verdad les digo: el que cree en
refiero a la imitación de Cristo, sino más bien a la praxis de mí, las obras que yo hago, también las hará; y aún may res
continuar fielmente por el camino de Jesús, guiados y guiadas que éstas hará, porque yo voy al Padre" (Juan 14,12). Este
por el Espíritu, en nuestro contexto histórico, geográfico, dicho nos puede resultar difícil de asumir: ¿cómo es posible
cultural y material. En palabras de Sobrino, se trata de un que hagamos "mayores obras" que las de Jesús? No obstante,
proseguimiento de la misión de Jesús: "El seguimiento es la podemos entender el texto como un aliento a seguir adelan ln
estructura de vida, el ca uce marcado por Jesús por el cual con confianza: hay mucho por hacer, muchas cosas que Jesús
andar, y el Espíritu es la fuerza que capacita para caminar no tuvo tiempo de hacer o no pudo hacer por el mamen lo y
real y actualízadamente dentro de ese cauce a lo largo de la el lugar en el que estaba. Pero podemos sentimos confiad s
historia" .148 Ese cauce o esa huella que dejó Jesús, y que hoy y confiadas, pues nos dejó sus palabras, su ejemplo y 1I
vamos actualizando, tiene que ver con una ubica ción y un Espíritu, quien nos enseña y nos recuerda qué es lo que Di S
espa cio: seguir a Jesús significa apoyar los pies (o la silla de quiere de nosotros (14,26). En este texto, Jesús también nos
ruedas si eso es lo que nos ha tocado) en un determinado plantea un desafío: "Salgan y prosigan por el camino que 1 s
terreno, lo que siempre lleva a la fricción y al roce con la dejé". Particularmente en la cuestión del "discipulado de
realidad concreta. Precisamente lo concreto y lo material son iguales", quedaba mucho por hacer, aun en el momento d 1
lo que demasiado a menudo han estado ausentes de las ministerio de Jesús, y para colmo, a menudo la iglesia
interpretaciones hegemonícas de la cristología. Por otra parte, primitiva no hizo "cosas mayores" que Jesús con respecto él
esta comprensión del seguimiento como camino episte- la equidad de género, sino que se volvió regresiva, lanzándose
mológico y como confesión de fe tiene una dimensión por caminos tóxicos. En esto, la iglesia demostró que desde
profundamente pneumatológica. Es aquí, precisamente, el principio se ha resistido a los impulsos liberadores del
donde se torna de particular interés desde una perspectiva Espíritu.':" Como escribe María Clara Bingemer, dada la
feminista: cuando seguimos a Jesús, no se trata de reproducir
o imitar su particularidad humana (su sexo masculino, su
149Francisco García Bazán, "Las mujeres en la vida de Jesús. Perspectiva
canónica y extracanónica": Virginia Azcuy (ed.). En la encrucija da del
género. Conversa ciones entre teología y disciplina s, Buenos Aires, CESBi\,
147 Moltmann expresa una idea parecida: "El que recorra el camino de Jesús 2004, 157-184, analiza materiales deuteropaulinos canónicos y
sabrá realmente quién es Jesús; y el que crea realmente en Jesús como el extracanónicos para concluir que las mujeres y los varones tuvieron roles
ungido de Dios, lo seguirá en su camino". Cf. El ca mino de J esucristo, 12. equivalentes en los comienzos de la transmisión del evangelio, pero qu
148Lafe de J esucristo,ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
4 5 9 -4 6 0 .
los conflictos de género y la invisibilización de las mujeres comenzó ya en
los albores del movimiento.
Otra vez la cristología 1
1.111srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de la resurrección

También Mercy Amba Oduyoye escribe acerca de una


antropología inclusiva y holística manifestada en Jesús de
"cristología pneumática", por la cual las cristianas africanas
Nazaret, la cristologíavutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
debería significar el fin del
se sienten capaces de "desafiar a las autoridades injustas y a
patriarca~ismo -per? no ha sido así. 150Caminamos por fe y
las estructuras represoras, y de enfrentar aquellas demandas
no ?~r vI~ta, no habiendo visto todavía, salvo en pequeñas
culturales que van en contra del espíritu de Jesús".153Seguir
anticipaciones, los frutos de la justicia de género; tal vez es
a Jesús en un espacio pneumático nos ayuda a descubrir
por eso que las cristologías feministas latinoamericanas
posibilidades inesperadas Y a desintoxicar a la cristología
hablan de la "vocación escatológica" de las mujeres que siguen
cuando comienza a hacer daño. La historia de la iglesia nos
(que seguimos) a [esús.':" Parafraseando al apóstol Pablo:
demuestra una Yotra vez que cuando se encierran los espacios
"Nosotras, por medio de la Rua j/Espíritu, esperamos por fe
del Espíritu y la cristología pierde su fuerza pneumática, las
la esperanza de la justicia" (Gálatas 5,5).
mujeres -junto con todos los sujetos subalternos- también
Una cristología pneuma tológica o pneumática nos puede pierden fuerza. Expresado de manera positiva, en palabras
ayudar a seguir andando en el camino de la gloriosa libertad de Heike Walz, cuando la fuerza del Espíritu de Dios actúa
de.lo.s hijos y de las hijas de Dios: por cierto, el prose- para superar las limitaciones Y las jerarquías de género, se
guírniento solamente constituye una buena noticia para los crean nuevos espacios a través de la economía trinitaria de
más p~queños y las más pequeñas, si el Espíritu de la justicia, Dios, para que la iglesia funcione como un hogar pleno de
de la libertad y de la vida es el sujeto de nuestro caminar. Lo
vida. 154
que quisiera recalcar, entonces, es que precisamos una
Desarrollar una cristología que tome en cuenta la
cristología explícitamente trinitaria en la cual la pneuma-
centralidad del proseguimiento de Jesús por el Espíritu es,
tología siempre esté presente. Cuando Ignacio Ellacuría
finalmente, una manera de insistir en la importancia de
co.mbina~,a ~as bienaventuranzas de Mateo y de Lucas para
expresar el evangelio en su plenitud. Mientras imprimía estas
afirmar: BIenaventurados son los pobres con Espíritu",
líneas para poder leerlas en papel, una de mis hijas, Caro-
estaba abriéndole el camino a una cristología pneumática.v"
lina (que está en primer grado), me acompañaba. Cuando vio
las páginas que iban saliendo de la impresora, dijo:
15°Cf. María Clara Luchetti Bingemer, "La mujer: protagonista de la -iCuántas palabras! ¿Es algo sobre Dios?
evangelización": Spiritus, (edición latinoamericana). n. 162, Marzo 2001,
107-119, en http://www.sedos.org/spanish/bingemer.htm. -Así es.
151An~María Tepedino y Margarida 1. Ribeiro Brandáo, "Teología de la
mujer ~n la t~ologí~ de la liberación": Ignacio Ellacuría; Ion Sobrino (eds.),
Mysteriutn Llbera t:o~is, Vol; I, Madrid, Trotta, 1990, 297. Es triste pero
153Mercy Amba Oduyoye, "[esus Christ": Susan Frank Parsons (ed.), Tnc
revelador que los Ul1lCOS artículos escritos por teólogas en esta summa de
Ca mbridge Compa nion to F eminist Theology, Cambridge, Cambridgc Uni-
l~ teología católica latinoamericana de la liberación fueron el ensayo
citado y otro sobre mariología. versity Press, 2002, 157.
15'Heike Walz, "La iglesia como un hogar pleno de vida": Nancy Bcdford y
152Cf.su ~nsay~ "Los pobres, lugar teológico en América Latina": Ignacio
Marisa Strizzi (eds.). El mundo pa lpita . Economía , Género y Tcolo , [ ( 1 ,
Ellac~fla, Teologo ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
m á r t i r por la libera ción de un pueblo, Madrid, Nueva
Utopía 1990, 48. Buenos Aires, ISEDET/CLAI, 2006, 201-219.
137
Otra vez la cristología CBA
13 La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

Pensó un poquito y luego me preguntó: por el Espíritu la liberó para desobedecer t~nto al Papa como
al Emperador. Por cierto, la consecuenCIa de esa dcsobe-
-¿y estás contandovutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
toda s las historias?
diencia fue que la ahogaran; se podría decir que las marc~s
Le di un beso y me reí (pensando que realmente son de Jesús que llevaba en el cuerpo terminaron matándola. En
muchas), y le prometí que iba a tratar de tener en cuenta ese contexto, creo que es importante subrayar que ~l su~o
toda la historia de Jesús, aunque no todo entrara en mis fue un martirio en el sentido clásico de dar tes~llnomo
papeles, por muchas palabras que tuvieran. voluntariamente hasta la muerte. Podría haber evlt~~o la
En la tradición anabautista, se suele hablar acerca de esta ejecución, sometiéndose a las autoridades. Tal martirio es
atención integral y encarnada a la vida y obra de Jesús de considerablemente diferente a las marcas que llevan en el
Nazaret en función de la "obediencia". Es una palabra que cuerpo, por ejemplo, las mujeres que a causa de una
muy fácilmente puede derivar en una justificación ideológica cristología tóxica son instadas a someterse como esposas
del sometimiento de las mujeres, los niños y las niñas, y de sumisas y obedientes a la violenci~ dom~stica.15~ Para ~a
cualquiera que se encuentre en inferioridad de condiciones cristología feminista es importante díscernír esta diferencia
por cualquier motivo.!" Sin embargo, en algunos casos la y nunca glorificar la violencia ni la muerte, aunque se trate
"obediencia" en este sentido anabautista significa fidelidad de un martirio como el de Elizabeth, a la vez que ~e c~lebra
al camino de Jesús y por lo tanto "desobediencia" respecto toda "obediencia" a Dios que lleve a la desobedíencia del
del Imperio o de la Cristiandad. Un ejemplo es la historia de sentido común patriarcial.QPONMLKJIHGFEDCBA
Elizabeth de Leeuwarden, una mujer anabautista que sufrió
el martirio en 1549. Cuando las autoridades holandesas la F e m in ic id io Y c ru z
interrogaron, contestó con extraordinaria valentía, cuestio- Las cristologías feministas y woma nist se han es:nerado
nando la validez de la autoridad de sus interrogadores, por tanto en señalar los potenciales peligros para las mujeres de
lo que la acusaron de hablar "desde un espíritu de orgullo". las cristologías de la expiación cuando justifica~ el abuso,
Ella respondió: "No, mis señores: hablo con franqueza". En como en proponer interpretaciones alternatl,vas de la
otra parte de su interrogatorio, añade: "Reconozco que he cristología en general y de la cruz (o es~a~rologla) en p~r-
transgredido la ordenanza del Papa, que el Emperador ha ticular. Las propuestas cristológicas femmlstas y wo~a n~st
confirmado por medio de decretos. Pero pruébenme que haya se han multiplicado con el comienzo del nuevo milenio
transgredido en manera alguna contra mi Señor y mi Dios, y JoAnne Marie Terrell subraya la cruz vacía como símbolo
allí sí podré decir, ay de mí, ser miserable" .156Seguir a Jesús
157Barbara E. Reid, Ta king up the Cross. New Testa ment Interpreta tions
155Cf.Lydia Neufeldt Harder, Obedience, Suspicion a nd the Cospel o] Ma rk: Through La tina a nd F eminist Eyes, For~ress, 2007, 57-86: :~colge
A Mennonite-F eminist Explora tion oi Biblica l Authority, Waterloo, Ontario, testimonios de mujeres mexicanas y bohvlanas que han V1Vl.0 as
Wilfrid Laurier University Press, 1998, 28ss. 'as de ser "obedientes" dentro de un esquema patnarcal
consecuenCl l'b d d
le itimado cristológicamente, Yque a través de una le.ctura 1 era or~ e
156Estediálogo aparece en la selección de fuentes primarias referidas a
lagBiblia comienzan a "desobedecer" las normas patnarcales como fruto
mujeres en el libro de Barbara J. MacHaffie, Rea dings in Het Stoiy. Women
in Christia n Tra dition, Minneapolis, Fortress, 1992, 88s. de su "obediencia" al Dios de la vida.
Otra vez la cristología
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

el espacio" entre Jesús y el Cristo", un espacio liminal Il 11 id ()


del "ernpoderamiento" de las mujeres negras por parte de .' , 163
Dios, y nos pide que prestemos atención a "la intercesión Y resistente a to d a categonzacIOn.
continua del Espíritu de Cristo"!". Kathryn Tanner propone Estas propuestas varían entre sí, pero en todos los casos
un modelo de la cruz que se concentra en la encarnación y se caracterizan por evitar el reduccionismo. En otras palabras,
en los dones de Dios antes que en el sacrificio humano.!" intentan dar cuenta de la muerte de Jesús en la cruz como
Leanne Van Dyk ensancha las fronteras de los tradicionales parte de una historia cristológica amplia y plena, que no re-
modelos estaurológicos de la "satisfacción" y la "sustitución" duce la salvación únicamente a la expiación por nuestros
para incluir nuestra participación corporativa en la vida de pecados individuales. Las teólogas cita~as no se, lim~ta~ a
Cristo, con el propósito de dejar atrás las interpretaciones las clásicas tipologías propuestas por Aulen (la teona objetiva,
individualistas y espiritualistas de la cruz. 160 Martha Schull anselmiana o latina de la satisfacción; la teoría subjetiva,
Gillis recomienda la "resurrección de la cruz", de tal modo abelardiana o humanista de la expiación; y la teoría patrística
que tomemos en cuenta la compasión divina que nos permite clásica o Cbrisius Victor) sino que combinan elementos de
la unidad con Dios, quien nos acuna en su amor divino de las tres teorías y otros más que las tres tipologías tal vez no
una manera que no es ni autoritaria ni coercitiva, y nos brinda conternplen.!" Al hacerlo, se me ocurre que se ace~,can ~ás
una nueva manera de vivir. 161 Katie Cannon desarrolla la al tenor del Nuevo Testamento, que no provee una explica-
cristología y la pneumatología de manera simultánea, ción" de lo que significa la cruz de Cristo, sino muchas
concentrándose sobre la gracia como una fuerza "inevita- maneras distintas de hablar de lo ocurrido y de la praxis que
blemente transformadora", que mueve a los cristianos y las de allí brota. Creo que la clave para una cristología saludable
cristianas a "desafiar las normas preestablecidas y los es aprender a no hablar de la cruz de Jesús de manera aislada,
privilegios opresores". 162 Kwok Pui-lan propone la categoría sino siempre entender que la "cruz" es un símbolo de todo
postcolonial de la "hibridez" para tratar lo que percibe como lo que hace el Dios Trino para salvarnos, li~erarnos e
invitamos a participar de la vida abundante de DIOS.La cruz
no puede entenderse sin el seguimiento y sin la resu:recc,i~n,
ni mucho menos sin tomar en cuenta que es laZYXWVUTSRQPONML
R U Q ]/E s p m tu
oAnne Marie Terrell,vutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
156J P ower in the Blood? The Cross in Africa n-America n
de Dios la que permite que la "palabra de la cruz" nos traiga
Experience, Eugene, OR, Wipf and Stock, 2005, 125.
la vida. La cruz es, pues, un símbolo que representa toda la
159Kathryn Tanner, "Incarnation, Cross and Sacrifice: A Ferninist-Inspired
Reappraisal": Anglica n Theologica l Review (2004) 86:1, 35-56. vida de Dios con nosotros y con nosotras, antes y después
16°LeanneVan Dyk, "How does Iesus make a difference?": William C. Placher de la encamación.
(ed.), Essentia ls ofChristia n Theology. Louisville, Westminster/John Knox,
2003, 205-218.
IOlMartha Schull Gillis, "Resurrecting the Atonement": Amy Platinga Pauw
y Serene Iones (eds.), F eminist a nd Woma nist Essa ys in Reformed Dog-
163KwokPui-lan, P ostcolonia l Ima gina tion a nd F eminist Theology, Louis-
ma tics, Louisville, Westminster/John Knox, 2006, 125-138.
ville, Westminster/John Knox, 2005, 171ff.
162KatieCannon, "Transformative Grace": F eminist a nd Woma nist Essa ys,
139-151. 164Sobreesta tipología véase el capítulo anterior.
O
11)zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de la resurrección 11)1
Otra vez la cristología

Lo que quisiera hacer aquí no es concentrarme sobre una cruz llama a las cosas como son en realidad" .166 Lo que Lutcro
teoría estaurológica en particular, sino más bien sobre la cruz quiere decir es que la crux proba t omnia (WA 5,179): la .cruz
de Jesús como principio hermenéutica, de manera un tanto todo lo pone a prueba e indaga todas las cosas para ver SI son
paralela a lo dicho anteriormente sobre el seguimiento como o no son verdad. Creo que Lutero en general utiliza la "cruz"
principio epistemológico. Ambos principios están relaciona- en el sentido abarcador y no-reductivo del que venimos
dos y en verdad no pueden separarse, pero para facilitar el hablando, aunque su retórica suene a veces tajante, como por
análisis, cuando hablo de epistemología me refiero a "ZCómo ejemplo cuando afirma en su Segunda Clase sobre los Salmos
es que sabemos algo?" y cuando hablo de hermenéutica tiene (1519-1521) que Crux sola est nostra theologia . No está
que ver con la pregunta: "¿Cómo es que interpretamos lo que diciendo que descarta la encarnación ni la resurrección, sino
sabemos?" Si las orientamos a la cristología, las preguntas que la fe cristiana no puede darse el lujo de suavizar u olvidar
son las siguientes: Córno conocemos a Jesús? ¿Cómo

la alienación y la opresión que lleva a que Jesús de Nazaret
sabemos quién es?" Mi respuesta aquí es que llegamos a sea crucificado por el Imperio Romano.
conocerlo y confesarlo siguiéndolo por el Espíritu. "éCómo
interpretamos y ponemos a prueba lo que creemos saber, Desde una lectura feminista de Lutero, Mary Solberg señala
que tal teología de la cruz tiene el potencial de desarticular
dadas nuestras tendencias a la distorsión y a la idolatría?"
la teología oficial, anunciar la solidaridad encarnada de Dios
Lo que quiero proponer aquí es que la "cruz" -en el sentido
abarcativo del que venimos hablando- nos sirve para con la creación y equipar a los seres humanos para vivir en
entender: es un símbolo y un hecho histórico que nos "da el mundo tal como es realrnente.t'" Deanna Thompson
que pensar" (Ricoeur) y que también nos centra en la "verdad desarrolla cuidadosamente los necesarios cuestionamientos
de la realidad" (Sobrino). En palabras de Vítor Westhelle: feministas frente a la postura de Lutero -que por cierto no
está demasiado preocupado por la dimensión de la justicia
ElvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
la gos tou sta urou es una incisión que corta a través de de género- para luego proponer una teología feminista de
cualquíer contigüidad entre los significados literales y la cruz capaz de denunciar la injusticia y decir la verdad, así
espmtuales de la cruz. Desafía y rechaza cualquier intento de como de caminar en el mundo a 1a manera d e J esus. ' 16B
conformarse con un significado espiritual de la cruz que Subraya que la teología feminista de la cruz entiende que no
desplace su sentido literal o resuelva su inquietante tensión. 165 se puede separar la ley del evangelio ni el juicio de la
En la conocida tesis 21 de la Disputación de Heidelberg
(1518), el joven Lutero propuso una distinción entre el "teólo-
?o de la cruz" y el "teólogo de la gloria" que resultó muy I
Importante para la naciente teología protestante: "El teólogo 166Disputa ción de Heidelberg: http://www.iglesiareformada.com/ I
de la gloria llama al mal bien y al bien mal: el teólogo de la Lutero _La_Disputacion _de_Heidelberg.doc
lG7MarySolberg, "Notes Toward an Epistemology of the Cross": Cuttents in
Theology a nd Mission 24 (1997) 14-22.
165VítorWesthelle, The Sca nda lous Cross. The Use a nd Abuse of the Cross
168Deanna Thompson, Crossing the Divide. Luthet; F eminism a nd the Cross,
Minneapolis, Fortress, 2006, 15. '
Minneapolis, Fortress, 2004.
I I I l/l. I~ " QPONMLKJIHGFEDCBA
11 /- -

Otra vez la cristolog ía


La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
142srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

Latina, esta capacidad de la teología de la cruz de echar lu/.


justific,ac~ón, de tal manera que puede predicar la esperanza
sobre la realidad se torna especialmente importante cuando
a las víctimas y la transformación a los victimarios."'"
'recordamos cuántas mujeres de nuestro subcontine~te viv8,n
En la historia de la cruz podemos encontrar, pues, la en circunstancias que son negadas o tapadas por la ídolatría
verdad acerca del sistema en que vivimos y de la manera de de la gloria de la globalización capitalista.
proceder del Dios trino, cuya fidelidad a su creación con-
Una verdad que a menudo es reprimida u ol.vidada es el
fe~amos y en cuya inesperada misericordia estamos inmersos
{ e m i n i c i d i o , es decir, el asesinato impune de m~Jere~ en t?da
e mmersas al s~g~ir a Jesús. No es que la teóloga o el teólogo
-América Latina. El término feminicidio comenzo a dIfun~use
de la cruz se limite a hablar únicamente acerca de la cruz
a raíz de la serie de asesinatos y desapariciones de m~Jeres
sino que la cruz sirve como una lente que nos ayuda a que la 171
en Ciudad Juárez, México, a partir de 1993. Los ase~lI:atos
mentira y la idolatría que nos rodean (y de las cuales a menu-
siguen un patrón de conducta bastante constante: las vICtlm~S
do somos cómplices) no nos enceguezcan. Como escribe
son niñas, adolescentes Y mujeres jóvenes, en s~ rr:ayona
Lutero en la tesis 20, el teólogo de la cruz "aprehende las
estudiantes o trabajadoras en las maquiladoras o fábricas de
cosas visibles e inferiores de Dios a partir de la pasión y de
frontera, de tez morena, que son raptadas, torturadas, en
la cruz". Aunque no cite a Lutero, me llama la atención que
algunos casos violadas por varios hombres, a menudo
Anne [oh -desde una lectura feminista postcolonial de la
torturadas Y mutiladas, Y generalmente estranguladas.
cruz- llegue a conclusiones un tanto parecidas, cuando
Algunos cuerpos son quemados en cal y otros directamente
habla d~ la cruz com? un evento en el cual vemos "la plena
desaparecen. La policía tiene la costumbre de perde~ o de
presencia de lo repnmido/abyecto". Con esto quiere decir
contaminar la evidencia forense. También los expedIentes
q~e la cruz representa la vuelta de los que han sido repri-
se pierden o se ocultan. Los y las. peri~distas, abogados,
midos, expulsados, perseguidos, ejecutados y oprimidos. Así,
familiares Y amigos que tratan de mvestIg~r lo .que ocurre
la cruz por un lado muestra el horror y el poderío de la "Ley
reciben advertencias de alejarse del tema, o bIen duectamente
d,e~osPadres" (es decir, del sentido común patriarcal y de su
son asesinados también. Se acusa a personas inocente~ de
lógica represora) a la vez que la subversión de esa Ley en el
haber cometido los crímenes, utilizándolas como ChIVOS
retorno de todo lo que se quiso tapar y borrar.':" En AméricavutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

171Unestudio de la Comisión Especial de Feminicidio de la LIX legislatura


169Crossingthe Divide, 141. de la Cámara de Diputados de México determinó que entre :999 y 2005
fueron asesinadas más de 6.000 mujeres y niñas en el país; d. htl~://
170Anne ~oh, Hea rt of the Cross. A P ostcolonia l Christology, Louisville, www.cimacnoticias.com/site/s07 O 313 O 1_REPORTA~E-S els-
We.stmmst~r Jo~~ .K~~x, 200~, 114. Lo "abyecto" en la tesis de [oh se mi1.16838.0.html. Para un análisis del problema en la Argentma v~ase
refler,e a lo . semíótíco entendido a la manera de Julia Kristeva en su libro Gabriela Carcaglione y VV.AA., F eminicidios e impunida d, Buenos Aires,
La Re;olutIOn du la nga ge poétique: l'a va nt-ga rde 6 la fin du XIX siécle. Cecym, 2005, que junto con muchos otros documentos ace:c.a d.cl
La u~rea rr;o~t et Ma lIa .rmé, Paris, Seuil, 1974. Se trata de un fenómeno .' ídío en América Latina puede bajarse del Ba nco Da tos F emJ I1lcldlO.
prelingüístico, que Krísteva relaciona con la vivencia en el seno materno f em1l11CIl' . . . el' /
América La tina Ca ribe Espa ñol: http://www.isis.cl/FemIl1JCJ 10
y que ~l orden simbólico luego se ocupa de ordenar o expulsar, pero que a
fdocumento.htm.
veces Igualmente aparece en ciertos tipos de literatura.ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
11

Otra vez la cri~tología


La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

cxpiatorios, mientras los asesinatos continúan. Se acusa a poderosos puede hacer lo que quiere: "el cuerpo de lu:
las víctimas de haberse expuesto al peligro o se las descalifica mujeres asesinadas es consumido como un tributo que exhibo
moralmente. Aunque los brutales asesinatos de Ciudad Juárez y alimenta la potencia, cohesión, reproducción e impunidad
son tal vez los más conocidos, están ocurriendo hechos de las facciones mafiosas'v"
parecidos en otras latitudes, como por ejemplo en la ciudad Segato hace referencia a la estrecha relación entre la
brasileña de Recife y sobre todo en la frontera entre México conquista de nuestros territorios y el abuso de los cuerpos
y Cuatemala."? femeninos: así como la tierra en América Latina fue y sigue
La antropóloga feminista Rita Laura Segato subraya que siendo colonizada, así también los cuerpos de las mujeres
este patrón de abuso, violación y asesinato no es simplemente siguen llevando las marcas de la injusticia, la violencia y la
la expresión de una psiquis individual enferma, sino que es conquista. Sostiene que el feminícidio, la violación como
expresión de profundas estructuras simbólicas, que instrumento bélico y la femirnzación de los cuerpos
organizan los hechos y les confieren inteligibilidad.!" Es masculinos a la manera de Abu Ghraib son señales claras
decir, en estos asesinatos se revela una verdad profunda que constituyen un lenguaje de conquista y de territorialidad.
acerca de nuestras sociedades. En palabras de Julia Monárrez Componen un código a través del cual la cofradía de quienes
Fragoso, la muerte de las mujeres de Juárez "expresa una se benefician de una guerra particular o la dominación de un
opresión de género, la desigualdad de relaciones entre lo territorio particular dejan claro qtiiénes están "a cargo" de la
masculino y lo femenino, entre una manifestación de situación y la poseen. Dicho de otra manera, y siempre
dominio, terror, exterminio social, hegemonía patriarcal, siguiendo a Segato, en Juárez el feminicidio funciona de
clase social e impunidad"."! El feminicidio funciona como manera más expresiva que insituuietita ]: para quienes tienen
símbolo de que en un territorio dado, la fraternidad de los ojos para ver y oídos para oír, queda claro que el Estado
mexicano no controla la situaciótl, sino que la domina una
serie de grupos que operan en el área fronteriza y se ocupan
172Entrelas varias organizaciones que abogan por la verdad en Juárez se destaca de la producción y circulación de bienes y dinero a través de
la frontera entre Estados Unidos y México. Segato los
Nuestras Hijas de Regreso a Casa a.e. (http://www.mujeresdejuarez.orgl).vutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Cima noticia s provee un registro de notas periodísticas ligadas al denomina crímenes de Segundo Estado o de Estado paralelo,
feminicidio de frontera: http://www.cimacnoticias.com/site/Caso-Ciudad- que se asemejan a los asesinatos y desapariciones que conoce-
Juarez.193.0.html; de especial interés es el relato acerca de varias de las
muertas y desaparecidas: http://www.cimacnoticias.com/site/08042304-
mos de las últimas dictaduras militares en nuestra región.!"
Chihuahua-Procurad.32900.0.html.
173Cf.R ita Laura Segato, "Qué es un feminicidio. Notas para un debate
emergente" (2006): http://www.isis.cl/Feminicidio/doc/doc/Segato.pdf. 8. !75"Qué es un feminicidio", 8. Segato desarrolla algunas de estas mismas
Cf. también "La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad ideas en su libro La s estructura s elementa les de la violencia . Ensa yos
Iuárez" (2005): http://www.rebelion.orglnoticia. php ?id = 15859. sobre género entre la Antropología , el P sicoa ná lisis y los Derechos
Huma nos, Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes / Promctoo
!74JuliaMonárrez Fragoso, "Feminicidio sexual serial en Ciudad Juárez (1993-
2001)": Deba te F eminista 25 (2002): http://www.womenontheborder.orgl 3010, 2003.
Articles/feminicidio _sexual_ SP.pdfZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA 17""Qué es un feminicidio", 9-11.
Otra vez la cristología
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
146srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

(le muerte por pedir justicia y el fin de la impunidad. 173 TOll1i11"


Cabe preguntar: ¿qué tiene que ver esta cuestión del
(~11 cuenta a las abuelas en este caso significa apoyar sus luch<1S
feminicidio con una hermenéutica de la cruz? Si prestamos
.rquí y ahora, descubrir la verdad de la realidad e insistir '(1
atención a lo que el evento de la tortura y muerte de Jesús en
su desenmascaramiento Y echar luz sobre la "ignorancia
la cruz nos dice acerca de la realidad, nuestra cristología nos
sancionada" institucional que funciona para acallar sus VOCes
puede ayudar a descubrir (en vez de ocultar, negar o hasta
.Y esconder su sufrímíento.'?"
justificar) lo que el asesinato de las mujeres de Juárez dice
acerca de la realidad del mundo hoy: "La teóloga de la cruz Vale la pena recordar algunos de los insistentes gestos de
llama a las cosas como son en realidad". Jesús, pobre, joven estas madres y abuelas frente a la muerte de sus hijas, que
y moreno, símbolo del "Otro" desde la perspectiva de los subvierten la ignorancia sancionada: Han sembrado cruces
poderosos, es ejecutado por el Imperio Romano -con la en un lote baldío de Juárez, frente a la Asociación
aprobación de ciertos líderes religiosos acomodados- como Maquiladora, cerca del sitio donde fueron encontrados ocho
forma de aleccionar a todos los sujetos subalternos que tengan de los cuerpos de mujeres asas inadas.I'" También han
el talento de la lectura subversiva de sus textos sagrados. colocado cruces en la Puerta de Ciudad Juárez, lugar donde
Las mujeres de [uárez, pobres, jóvenes y morenas, también suelen culminar sus marchas de protesta por la impunidad
funcionan como símbolos de alteridad del sistema de poder
imperante: sus torturas y mutilaciones mantienen a las
trabajadoras de las maquiladoras, así como a sus parientes y
amigos subalternos, en un estado de temor y sumisión, no 178LuisCarlos Cano, "[uárez: Luchan abuelas contra adversidades":vutsrqponmlkjihg
El Uni-
sea cuestión que desarrollen el talento de cuestionar el versa l (8 de marzo de 2005) http://www2.eluniversal.com.mxJpls/impreso/
sistema imperante. noticia.html?id nota=56596&tabla=estados_h.Lorena Vasso lo y
Margarita Alex FlOres han producido el film juá rez: La ciuda d donde los
¿Qué relevancia tendrían los dos ejes cristológicos que mujeres son desecha bles (Taranta, 2006) acerca de las madres de las
veníamos trabajando -el tomar en cuenta a las abuelas y víctimas y sus luchas por la justicia y por el cuidado de los nietos que
evocar el evangelio en toda su plenitud- ante el feminicidio quedan a su cargo; durante la filmación del documental, dos mujeres más
fueron asesinadas. Se puede ver un corto sobre las abuelas en htlp://
de Juárez? En muchos casos, las jóvenes asesinadas eran
citizen.nfb. ca/onf/info ?aid = 8482&eid = 22024.
madres; ahora las que quedan a cargo de esos hijos y esas l7"Sobre la "ignorancia sancionada" y cómo funciona véase el primer capílu lo
hijas son las madres de las mujeres desaparecidas o de Gayatri Chakravorty Spivak, A Critique of P ostcolonia l Rea son, IbWQrc!
asesinadas. m Muchas de esas abuelas están bajo amenaza a History of the Va nishing P resent, Cambridge (Mass.), Harvard Univer-
sity Press, 1999 (cuarta edición, 2003), 4ss. Las diversas hipótesis que
circulan acerca de los asesinatos en Juárez (venta de órganos, filmación
de películas de violencia sexual explícita ("snuff"), actividad de violadores,
entre otras teorías) a veces parecen confundir o tapar más de lo que
177H~escuchado y leído un buen número de testimonios de mujeres que iluminan. Por eso la "metalectura" de Segato acerca de los asesinatos y Sil
afirman que sus esposos o bien murieron poco después del asesinato de función simbólica me resulta tan útil.
sus hijas, o bien no fueron capaces de manejar el dolor y simplemente
16oYer"'[uarez': Drama de las generaciones perdidas": http://www.seinformo.cn
abandonaron a la familia; algo parecido ocurrió en el caso de algunas de
las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina. /juarezdrama.html
Otra vez la cristología 1119
'148 La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

y el 01vido,181Las cruces colocadas en memoria de estas lar cruces de colores en [uárez, la teología de la cruz tambiún
mujeres crucificadas por la violencia de género se mul- es una teología de la esperanza de vida, de la resurrección:
tiplican por la ciudad: a veces son blancas, a veces rosas, a para los y las que quedan (para que la violencia y la impunidad
veces verdes.!" A menudo literalmente les "pasan las no siga cobrando víctimas), pero también acaso para las que
topadoras" y las destruyen, junto con la protesta que han sido asesinadas. No todo se acaba en la muerte: las cruces
simbolizan, bajo el pretexto de mejorar los baldíos donde dan a entender también la posibilidad de unavutsrqponmlkjihgfedcbaZYX
via crucis et
están las cruces y desarrollarlos económicamente.i" Sin resurrectionis. Westhelle nos recuerda que en la teología
embargo, las cruces siguen apareciendo, por ejemplo pintadas latinoamericana de la liberación, la resurrección y la
de negro junto con la palabra "justicia", sobre un fondo rosa, insurrección tienen fuertes punto en común, aunque la
en los postes de electricidad, que no son tan fáciles de segunda no agote a la primera. En sus palabras, en cuanto
derribar.!" Desde el dolor surge una teología popular que "lado oculto de la cruz", la resurrección nos mueve en
hace uso del símbolo de la muerte de Jesús para representar esperanza para ver "que hay un poder de transformación aun
también otras muertes injustas y prematuras. Esta doctrina en medio de la más profunda derrota, un poder que crea de
de la cruz o estaurología popular no sirve para justificar el la nada"?" Una teología feminista de la cruz también tiene
dolor, sino para asegurarse de que la memoria de esas mujeres que ser una teología feminista de la resurrección, orientada
no se pierda, para insistir porfiadamente en que se haga a Jesús y a las preguntas que emergen desde el seguimiento:
justicia y se sepa la verdad.!" ¿Cómo es que su vida echa luz sobre las nuestras? ¿Su historia
es una buena noticia en nuestra propia particularidad y
A su manera, el gesto de las cruces blancas, rosas y verdes
materialidad? ¿Cómo Y por qué?QPONMLKJIHGFEDCBA
con los nombres de las desaparecidas y asesinadas nos
recuerda el evangelio en su plenitud. Tal como la practican
L a p o r fía d e la r e s u r r e c c ió n
las abuelas, las madres y las amistades de las muertas al plan-
En uno de sus ensayos, la gran poetisa chilena Cabrieia
Mistral esboza la frase "la porfía de la resurrección"?" En el
181Lourdes Godínez Leal, "Ciudad Juárez: Marcha en memoria de mujeres contexto original, se refiere al poder de la poesía, pero se me
asesinadas" (CIMAC noticias, Noviembre 1, 2007): http://www. ocurre que su sugestiva frase logra plasmar el talante de lo
cimacnoticias.com/site/07110 110-Ciudad-Juarez-marc.30910.0.html
mejor de la cristología feminista, que sabe mucho del poder
102Cf.Elva Narcia, "Las muertas de Juárez" (BBC, Abril 16, 2003): http://
obstinado y transformador de la fe en la resurrección ante la
news. bbc.co. uk/hi/spanish/latin _america/newsid _295 2000/2952831.stm.
realidad de las múltiples cruces de este mundo. Según los
18JCf."Bulldozing the memories of murdered women" (Febrero 25, 2007;
resumen de noticias de diarios locales de Juárez): http://blog.myspace.com! relatos evangélicos, fueron mujeres las primeras testigos de
index. cfm ?fuseaction = blog.view&friendID= 123664235&blogID= 234780054
134Cf.Pedro Sánchez Briones, "Pintan cruces negras en postes de periférico;
recuerdan a muertas"ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
( E l D i a r i o , Octubre 8, 2007): http://www.diario.com.mx/
nota. php?notaid = 33592c4c880178af54931 0461f53e938 186The Sca nda lous God, 162 y 171.
l0?"Sobre cuatro sorbos de agua": P rosa de Gobtiela Mistra l, Santiago, Edito-
185Leagradezco al pastor Samuel Gómez, de San Diego, el haberme recordado
la importancia de las cruces de Juárez. rial Universitaria 1989, 196.
Otra vez la cristología
1 1
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
150srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

la resurrección y fueron asimismo las primeras a cargo de dada sobre todo si son capaces de integrar una variedad dn
anunciar esa buena noticia, pero como escribe Xabier Pikaza, imág~nes bíblicas. Por eso, sin ánimo de caer .en reducci~nis-
"en conjunto, la iglesia oficial ha reprimido el testimonio de mos, quisiera sugerir que el esquema narratIV~ del. Chtistus
esas mujeres y no las confiesa fundadoras de su vida," como Victa r (Cristo victorioso), el preferido de la iglesia d: los
si "le diera miedo" admitir que el movimiento cristiano surge primeros siglos, puede ser de particular ayuda para quienes
"de la visión que unas mujeres tuvieron del Jesús viviente- se encuentran ante el poder de la muerte, el pecado y el diablo,
amigo y del testimonio que dieron" .188 Mucho podríamos y están particularmente necesitados y necesitadas de la
decir acerca de los miedos que surgen en algunos (y en "porfía de la resurrección" para hacerles frente. Ante
algunas) ante la "porfía de la resurrección" cuando moviliza realidades como las del feminicidio de [uárez, nos puede
a mujeres y varones para transformar su manera de ayudar para construir una cristología que no sea tóxica, sino
relacionarse y de ser/estar en la sociedad. Sin embargo, no saludable.
quisiera detenerme aquí en ese catálogo de temores: baste El modelo del Christus Victa r no constituye una "teoría"
con recordar que "el perfecto amor echa fuera el temor" (1 sobre la expiación, sino que ofrece un resumen narrativo ~e
Juan 4,18), Yque -parafraseando a José Míguez Bonino- si la vida, muerte y resurrección de Jesús. Relata .-sI.n
ese amor es el de Dios, será un amor eficaz, "indisolublemente envolverse en explicaciones imposibles- cómo la víctona
ligado con la esperanza y la justicia" .189 Más bien, quisiera inesperada e inimaginable de Jesús sobre la tumba l~s brinda
tlieologia crucis et esperanza, coraje, perseverancia y nuevas perspectivas a ~os
pensar un poco más a fondo esavutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
tesuttectionis, tomando en cuenta lo dicho hasta ahora. discípulos después de la resurrección, hasta hoy. TransmIte,
en palabras de Karen Baker Fletcher, la buena noticia de "q,'le
Como sosteníamos arriba, no le conviene a ninguna
en la cruz, Dios se sobrepone al mal" 190. Jesús se rehuso a
cristología "casarse" con un solo modelo interpretativo de la
cruz y de la resurrección. Más bien, la cristología debe -a la responder a la violencia con más violencia, y tal como lo
manera del Nuevo Testamento- mantener simultáneamente observaron los testigos, fue silenciado y ejecutado en la cruz.
una multiplicidad de metáforas y relatos para dar cuenta de Sin embargo, eso no llevó a su destrucción por parte de. los
la obra salvífica de Dios en Jesús. No obstante, cabe admitir poderes del mal, sino a la subve~sión de. ese poder: el h~al
de la historia no fue la muerte, SIllOla VIda; no fue el OdIO,
que hay modelos heurísticos que resultan particularmente
sino el amor; no fue la violencia, sino el triunfo de la
iluminadores en un momento histórico o en una situación
resistencia no-violenta. Por eso la primera epístola de Juan
puede decir que "conocemos una victoria que se sobrepone
al mundo" (1 [n 5,4). Expresado en las palabras del tango
lU
U
Pikaza considera que recuperar ese testimonio para nuestro tiempo y
n~estros contextos es una de nuestras tareas teológicas y pastorales más "Tenemos esperanza":
pnmordiales. Cf. Xabier Pikaza, La nueva figura de J esús. Guía eva ngélica ,
Estella (Navarra), Verbo Divino, 2003, 236.
1U"JoséM íguez Bonino, La fe en busca de efica cia . Una interpreta ción de la
reflexión teológico la tinoa merica na de libera ción, Salamanca, Sígueme, 190Da ncing with God, 137.
1977, 140.
152srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Otra vez la cristología 153
Porque una aurora vio su gran victoria
sobre la muerte, el miedo, las mentiras; perspectiva de los "ganadores", lo que permite que su discurso
ya nada puede detener su historia sea cooptado demasiado fácilmente por los poderosos. 193 No
ni de su Reino eterno la venida ... ' alcanza con hablar del "mal" y de la "injusticia" de manera
abstracta; nos compete nombrarlos de manera específica,
El estribillo remata con fuerza: "Por eso es que hoy tenemos aunque sepamos que es eso lo que conlleva la antipatía y la
esperanza; ?or eso es que luchamos con porfía, por eso es enemistad de quienes se benefician por la injusticia.
que hoy miramos con confianza el porvenir en esta tierra
m' "191N Otro peligro latente en el modelo es que se subraye la
la... uestra esperanza aquí, en esta tierra y esta
supuesta pasividad de Jesús en la cruz (y por ende la de
mater~al.ida? .concreta, frente al aplastante poder del mal,
cualquier víctima en la historia) en contraposición a un Dios
de la mjusttcía y de la muerte radica en esa resurrección
Padre todopoderoso que premia el dolorismo con la
en cuya fuerza nos vemos envueltos y empujados hacia eÍ
futuro. resurrección. En resumidas cuentas, el "Cristo Victorioso"
puede tornarse un modelo cristológico tan o más insidioso
El problema surge, sin embargo, cuando el discurso de la que cualquier otro, si no examinamos quién lo utiliza, de
resurrección se vuelve triunfalista y la "victoria en Cristo" qué manera y con qué fines. Por ese motivo, una cristología
se torna una. legitimación ideológica más del poder de los feminista no puede dejar de "hilar fino" cuando se topa con
fuertes. Al final de su clásico libro sobre el modelo delvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
la temática de la resurrección y la victoria sobre la muerte
Chri~tu~ Victor, Gustav Aulén destaca que ese modelo que representa.
explIcatIvo del evangelio adquiere particular relevancia
La teóloga feminista Darby Ray ha realizado una impor-
porque toma en serio el conflicto de la justicia de Dios con
n:
las fuer:~as del al: "Estoy persuadido de que ninguna forma
tante tarea de reconstrucción del modelo del Christus Victor,
subrayando que esta manera de pensar y hablar de lo ocurrido
de ensenanza cristiana tiene futuro alguno si no es capaz de
en la cruz y en la tumba vacía nunca debería glorificar la
mantener delante de los ojos constantemente la realidad del pasividad ni el sufrimiento, sino más bien mostrar que "los
mal en el mundo, y de enfrentársele con un canto victo-
poderes del mal no pueden ser derrotados de manera sencilla
riosO".1.92Sin duda tiene razón, y sin embargo -como señala
o a través de la fuerza bruta, sino que tienen que ser subver-
Joerg Rleger- persiste el problema de que Aulén nunca dice
tidos creativa y astutamente" .194Dicho de otro modo, el
exactamente en qué consiste el mal al que hemos de enfren-
camino de Jesús en los evangelios a menudo se sale del
tamos, por lo que tampoco queda claro qué es ni cómo se
"sentido común", de lo esperado y de lo razonable. No se
vive la victoria que representa la resurrección. Rieger sugiere
trata de mentar en una especie de pago grotesco al diablo o
que el problema es que Aulén finalmente escribe desde la

191Fder í P 193JoergRieger, Cluist a nd Empire. F rom P a ul to P ostcolonia l Times, Minne-


e enco agura y Hornero Perera, "Tenemos Esperanza": http://
apolis, Fortress, 2007, 246-253.
www.selah.com.ar/new/verrecurso.asp ?CodigoDeItem == 113 7ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
92
¡ Chl'istus victo; 159. 194Darby Ray, Deceiving the Devil. Atonement, Abuse a nd Ra nsom, Cleve-
land, The Pilgrim Press 1998, vii.
154zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La porfía de la resurrección Otra vez la cristología 155

caer en especulaciones mitopoéticas, sino de pensar la mínimos; la mayoría solo estudiamos la primaria. Somos madres
historia de la encarnación, cruz y resurrección como un de jóvenes desaparecidas del año 2000 a la fecha; algunas de
camino de liberación y de libertad. El "mal" se define aquí nosotras finalmente encontramos a nuestras hijas: violadas,
en primer lugar como un abuso de poder, que cubre tanto asesinadas y tiradas en cualquier lugar, otras continuamos
dimensiones personales como estructurales. El poder del mal buscándolas. Hoy nos une el sufrimiento de haberlas perdido
es real y es serio, pero el camino de Jesús abre un sendero o la angustia de no saber de ellas. (... ) Todas hemos sufrido el
para resistirse a ese poder. En palabras de Ray: "No es que se mismo calvario. A la desesperación, el dolor y la angustia de
nos salvevutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
de las vicisitudes, de las vulnerabilidades ni del perder una hija, debemos añadir el maltrato que sufrimos de
las au toridades investigadoras ... '97
inevitable sufrimiento de una existencia finita, sino pa ra
que podamos responder de una manera particular a lo inevi- Estas mujeres recurren a un lenguaje cristológico para
tabl e." 195 E"sa manera " o ese ta 1ante es 1o que vemos en Jesús.
describir sus experiencias: el maltrato de las autoridades, el
Aquí aparece una vez más el seguimiento: solamente desde calvario, la alienación de la muerte y la angustia de la
el proseguimiento de su camino tiene sentido hablar de él separación. En sus palabras y hechos nos recuerdan el hecho
como un camino que es verdad y vida; si pretendemos de que (como dice Sobrino), "la resurrección no consistió en
proclamar la centralidad de ese camino de manera triunfalista devolver la vida a un cadáver, sino en hacer justicia a una
y arrogante, ya nos habremos salido del sendero del víctima" .198 Eso es lo que buscan: justicia para las víctimas.
seguimiento de Jesús. Tampoco se trata de poder "entender" Así como las mujeres lo acompañaron a Jesús en su muerte y
la resurrección, sino de vivitla en el seguimiento. lo recibieron resucitado, ahora le toca a Jesús acompañarlas
No hay atajos a la resurrección ni a "la victoria, siempre". a las mujeres que sufren su propio calvario y soplarles su
Como gusta repetir Sobrino, después de todo, el Resucitado Espíritu de aliento y de porfía para que tengan la fuerza de
no es otro que el Crucíficado.ws Esto, lejos de ser una seguir adelante contra viento y marea.
perspectiva dolorista, es un punto fundamental para quienes De la misma manera, una cristología feminista debe ser
están siendo crucificados y crucificadas hoy, tal como las capaz de caminar hombro a hombro con estas mujeres por
mujeres asesinadas y desaparecidas de Iuárez, sus madres y su vía crucis, por el valle de la sombra de muerte, paso a
sus hijos e hijas. Vale la pena escuchar las palabras de algunas paso, sin temer mal alguno, insistiendo obstinadamente en
de esas madres y abuelas: la justicia, por la esperanza y con la porfía de la resurrección.
Como nos recuerda Martha Schull Gillis, "la resurrección
Somos mujeres humildes que vivimos en colonias populares
revela el poder creativo del Dios trino para restaurar la vida
de Ciudad Juárez y Chihuahua; usamos el trasporte público;
somos trabajadoras que percibimos menos de dos salarios

19'J usticia pa ra
nuestra s hija s: http://www.geocities.com/jpnh 12:3/
195Deceiving the Devil, 131s. principal.htm.
193JonSobrino, F uera de los pobres IlO ha y sa lva ción. Pequeños ensa yos
19"J esús en América La tina . Su significa do pa ra la fe srqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y la cristologfa ,
Santander, Sal Terrae 1982, 235. utópico-proféticos, Madrid, Tratta, 2007, 130.
La porfía de la resurrección zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZY

a una creación maltrecha" .199 Ese poder creativo nos ayuda a


buscar maneras inesperadas de curar las heridas causadas
por la injusticia en el presente. De esa manera vamos viendo
por qué la resurrección festeja a los vivientes y justifica a
quienes "luchan por la supervivencia, la dignidad humana y
la liberación de la opresión", aunque esas personas en los
ojos del mundo no sean "nadie". 200
En el relato hacia el final del Evangelio de Mateo, cuando
el Jesús resucitado sale a encontrarse con María Magdalena
y la otra María cuando vuelven de la tumba vacía, les dice:
iNo tengan miedo! iVayan a compartir la buena noticia!
(28,10). Eso es precisamente lo que quiere hacer una
cristología feminista latinoamericana: queremos encon-
tramos con Jesús en el camino; queremos dejar atrás el temor;
queremos asegurarnos de que el mensaje que compartamos
sea verdaderamente una buena y saludable noticia. Con el
mensaje pleno del evangelio metido en los huesos,
acompañadas por los demás discípulos, rodeadas de nubes
de testigos, de ángeles, de santos y devutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUT
a wicha s, con los pies
sobre la tierra, paso a paso, en la fuerza del Espíritu: estamos
en camino.

199"Resurrecting the atonement", 134.


200Elisabeth Schüssler Fiorenza, Cristología feminista crítica . J esús, Hijo de
Miriam, P rofeta de la Sa biduría , Madrid, Trotta, 2000, 174.

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