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Este aviso fue puesto el 31 de agosto de 2014.
Un arabismo es una palabra derivada del árabe, e incorporada a otro idioma.12 Algunos
arabismos proceden originalmente de otra lengua, como el persa, de la que pasaron al árabe.
También se usa el término arabismo para la disciplina científica que se ocupa del estudio de la
lengua y cultura árabes, y además para denominar a la arabidad,3 4 o sea, la devoción por los
intereses, la cultura, aspiraciones e ideales árabes. Muestra de ello, es el uso de la palabra en
el Himno de Siria. Y de esta a su vez, se deriva el término Panarabismo, que ha sido más
utilizado en el ámbito político.
Índice
1Arabismos en español
o 1.1Clasificación morfológica
1.1.1Arabismos que adoptan el artículo original
1.1.2Arabismos que empiezan por «Guad-»
1.1.3Arabismos sin rasgos identificativos tan evidentes
2Véase también
3Referencias
4Enlaces externos
Arabismos en español[editar]
Hay unos 4.000 arabismos en español, algunos en desuso, pero otros de uso muy frecuente.
Un número tan elevado de estos préstamos se explica por la necesidad de nombrar objetos y
tareas que los árabes introdujeron al conquistar la península ibérica durante tantos siglos, y
por el prestigio que entonces tenía una cultura que aportaba avances y una identidad bien
diferenciada. Inevitablemente, esto no sólo ha dejado poso en el castellano, sino también en el
resto de lenguas peninsulares.
Clasificación morfológica[editar]
Arabismos que adoptan el artículo original[editar]
Muchos arabismos españoles se reconocen típicamente por comenzar por «al-», por ser
tomados a partir de la forma árabe con su artículo determinado original anexo, /al-/. Sin
embargo también, en la forma árabe original, el sonido consonántico /-l-/ se omite duplicando
la consonante posterior cuando sea de tipo solar, en cuyo caso el arabismo comienza por «a-»
sin ir seguido de «-l-», con lo que ya no se detecta el origen árabe de forma tan evidente.
Algunos ejemplos de ambos casos son:
aceituna, del árabe hispánico /azzaytūn/ (procedente del árabe clásico /zaytūn/, y éste del
arameo /zaytuun/, un diminutivo de /zaytā/);
adalid, del árabe hispánico /addalīl/ (procedente del árabe clásico /dalīl/);
adive (chacal), del árabe hispánico /aḏḏīb/ (procedente del árabe clásico /ḏīb/);
ajedrez, del árabe hispánico /aššaṭranǧ/ o /aššiṭranǧ/ (procedente del árabe clásico
/šiṭranǧ/, éste del pelvi /čatrang/ y éste del sánscrito /čaturaṅga/, «de cuatro miembros»);
alacena, del árabe hispánico /alẖazāna/ (procedente del árabe clásico /ẖizānah/);
albacea, del árabe hispánico /(ṣāḥb) alwaṣīyya/;
albahaca, del árabe hispánico /alḥabāqa/ (procedente del árabe clásico /ḥabaqah/);
albañil, del árabe hispánico /albannī/ (procedente del árabe clásico /bannā/);
albufera, del árabe hispánico /albuḥāyra/ (procedente del árabe clásico /buḥayrah/,
diminutivo de /baḥr/ «mar»);
albur (mújol), del árabe hispánico /albūri/ (procedente del árabe clásico /būrī/, y éste
del copto /bōre/);
alcancía, del árabe hispánico /alkanzīyya/ (procedente del árabe clásico /kanz/, «tesoro»,
y éste del pelvi /ganǰ/);
alcanfor, del árabe hispánico /alkafūr/ (procedente del árabe clásico /kāfūr/, éste del pelvi
/kāpūr/, y éste del sánscrito /karpūrā/);
alcázar, del árabe hispánico /alqāṣr/ (procedente del árabe clásico /qāṣr/, «castillo» o
«fortaleza», y éste del latín castra, «campamento»);
alcalde, del árabe hispánico /alqāḍi/ (procedente del árabe clásico /qāḍī/, «juez»);
álgebra, del latín tardío /algĕbra/ (procedente del árabe clásico /alǧabru (walmuqābalah)/,
«la reducción (y el cotejo)»);
alguacil, del árabe hispánico /alwazīr/ (procedente del árabe clásico /wazīr/);
almádena, del árabe hispánico /almāṭana/ (procedente del árabe clásico /mi‘dan/ y /árabe
hispánico /patāna/, «trasto», «cacharro»);
almazara, del árabe hispánico /alma‘ṣāra/ (procedente del árabe clásico /ma‘ṣarah/);
almohada, del árabe hispánico /almuẖādda/ (procedente del árabe clásico /miẖaddah/);
arroba, del árabe hispánico /arrūb‘/ (procedente del árabe clásico ربع, /rūb‘/, «cuarta
parte»);
arroz, del árabe hispánico /arrāwz/ (procedente del árabe clásico /ruz[z]/, y este del
griego ὄρυζα);
azafrán, del árabe hispánico /azza‘farān/ (procedente del árabe clásico /za‘farān/);
azúcar, del árabe hispánico /assūkkar/ (procedente del árabe clásico /sukkar/, «azúcar», y
éste del griego σάκχαρι, y éste del pahlavi /šakar/).
Arabismos que empiezan por «Guad-»[editar]
También proceden del árabe, si no todos, la mayoría de nombres propios hispánicos,
generalmente toponímicos, que comienzan por «Guad-», del árabe clásico واد, /wād/, «valle» o
«río», como por ejemplo:
Guadalajara, del árabe hispánico /wād alḥaŷara/, «valle de los castillos», «valle de las
fortalezas» o «río de piedras»;
Guadalquivir, del árabe hispánico /wad alkabīr/, «río grande»;
Guadalete, del árabe /wād al-lete/ (procedente del árabe /wād/ y el griego Λήθη,
«olvido»), «río del olvido»;
Guadalhorce, del árabe /wād aljurs/, «río de los silenciosos» o «río de la guardia»;
Guadalimar, del árabe /wād alahmar/, «río rojo»;
Guadarrama, del árabe /wād arraml/, «río del arenal»;
Guadiana, del árabe /wād/ y el latín ana («pato»), «río de patos».
Arabismos sin rasgos identificativos tan evidentes[editar]
En cambio, otros términos no presentan un patrón que descubra su origen, como en el caso
de:
asesino, del árabe clásico /ḥaššāšīn/ («adictos al cáñamo indio»);
cifra y cero, del árabe hispánico /ṣifr/ (procedente del árabe clásico /ṣifr/, «vacío», por vía
del italiano zero, y éste del bajo latín zephy̆rum);
gazpacho, del árabe hispánico /gazpāču/ (procedente del griego γαζοφυλάκιον, «cepillo
de la iglesia», por su variado contenido);
guitarra, del árabe /qīṯārah/ (procedente del arameo /qipārā/, del griego κιθάρα, «cítara»);
limón, del árabe hispánico /la[y]mún/ (procedente del árabe clásico /laymūn/, éste del
persa /limu/, y este del sánscrito /nimbū/);
medina, del árabe hispánico /madīna/ (procedente del árabe clásico /madīnah/, «ciudad»);
naranja, del árabe hispánico /naranǧa/ (procedente del árabe clásico /nāranǧ/, «naranja
agria», éste del persa /nārang/, y éste del sánscrito /nāraṅga/);
ojalá, del árabe hispánico /in šā' allāh/, «si Dios quiere»;
tarea, del árabe hispánico /ṭarīḥa/ (procedente del árabe clásico /ṭarīḥa/, «echar»);
zanahoria, del árabe hispánico /safunnārya/ (procedente del griego σταφυλίνη ἀγρία,
«zanahoria silvestre»)
Anglicismos
Una introducción al estudio de los anglicismos
empleados en el español
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Palabras como chat, smartphone, whisky, logo y otras similares son empleadas
hoy día como si fueran términos propios del español cuando en realidad no lo son.
Hobby: pasatiempo
Parking: aparcamiento
Show: espectáculo
Bar: local en que se despachan bebidas
Chat: charla
Clóset: armario
Disquete: unidad de almacenamiento de archivos informáticos
Son aquellas palabras propias del idioma inglés pero que tienen un término
equivalente para su uso en el español. Se trata de anglicismos adaptados. Lo que
ocurre muy a menudo es que las personas prefieren utilizar la escritura inglesa y
no la española, debido al uso generalizado de ciertos anglicismos.
Boomerang: Bumerán
Firewall: Cortafuegos
Link: Enlace, vínculo
Magazine: Magacín
Master: Máster, o maestría
PC: Ordenador personal
Blíster: blíster
Aun cuando las palabras inglesas que tiene su forma correspondiente en el idioma
español, siempre existen aquellas que se caracterizan por presentar dificultades al
momento de establecer una forma adaptada al sistema lingüístico del castellano.
Estos términos, aparte de estar hoy día muy extendidos, no cuentan con una
palabra de igual o similar significado en español, razón por la cual su uso es de
carácter general.
Los anglicismos también pueden tener formas más complejas. Existen ciertas
locuciones o frases en inglés que son utilizados en la redacción.
En estos casos, la regla para su escritura es la misma que para los vocablos. Es
decir, indicar su procedencia extranjera escribiendo la locución en cursiva o entre
comillas.
Ejemplo:
¿Qué es el costumbrismo?
Como movimiento artístico o tendencia, el costumbrismo es una búsqueda por
reflejar las costumbres que caracterizan a una sociedad, en relación con una
región o un país en particular; en ocasiones tiende a exagerarlo para que sea
visible.
Por sus características, su desarrollo se enfatizó en las tesis estéticas propias del
romanticismo, en la literatura y en la pintura del siglo XIX.
Ejemplos de costumbrismo
Ejemplos de costumbrismo en pintura