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CANTO DE ENTRADA:
RITOS INICIALES
RITO PENITENCIAL:
Todos: Amén.
GLORIA.
ORACIÓN COLECTA:
Oremos:
Dios todo poderoso y eterno,
Derrama tu gracia sobre este lugar de oración,
Y socorre a cuánto en él invocan tu nombre;
Que la fuerza de tu palabra
Y la eficacia de tus sacramentos
Fortalezcan el corazón de los fieles
Que aquí se congregan.
El que contigo vive y reina
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
Todos: Amén
LITURGIA DE LA PALABRA:
Salmo 23
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo
previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios
diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo
irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has
presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está
puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una
bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones.
Y a ti, una espada te traspasará el alma.» Había también una profetisa,
Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana;
de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los
ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a
Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba
gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la
liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía
la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El
niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la
gracia de Dios lo acompañaba. Palabra del Señor
HOMILÍA:
ORACIÓN DE DEDICACIÓN:
Peticiones:
Por los gobernantes de nuestro país y los del mundo entero, para que,
viviendo los mandamientos del Señor, se preocupen por los más
necesitados. Oremos al Señor.
Te pedimos Señor, por cada uno de nosotros aquí reunidos, para que
acogiendo al Señor, el Rey de la gloria, podamos ser testigos de su
amor y misericordia que se derrama en este templo. Oremos al Señor.
Todos: Amén
LITURGIA EUCARÍSTICA
PLEGARIA EUCARÍSTICA:
Canto:
CP. Santo eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que, por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Porque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
tomó pan,
y dando gracias te bendijo,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Todos: Amén.
RITO DE COMUNIÓN
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
P. Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
“Mi paz os dejo mi paz os doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia,
y conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Todos: Amén.
BENDICIÓN Y DESPEDIDA
Todos: Amén
Todos: Amén
P.
De modo que, felizmente purificados,
Dios habite en ustedes
y posean con todos los Santos
la herencia de la eterna felicidad.
Todos: Amén
P.
Los bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Todos: Amén
P. Podemos ir en paz.