ESTÀ, PERO NO AQUÌ

Hay personas que desgastan su vida pensando dónde está la fuente y el origen de todo.
De seguro, habrá ilusiones, pero no realidades, teorías mas no praxis, entelequias menos
verdades.

Aquí el dilema, ¿Cuál es la esencia de la que tanto se ha comentado y propagado?

Considero que se puede caer en el peligro de convertirnos en pericos, es decir, conocidos
por el reguero de palabras. Palabras vacías de contenido.

Es cierto, jamás una palabra podrá definir un escenario de esta categoría. Puesto que, el
contenido mismo del que lo emite hace referencia al que está, pero no aquí. Expresión
transcendental que rompe cualquier interpretación filosófica; el sentido de la frase tiene
otra connotación “mostrar una realidad que existe”. La pregunta de fondo ¿Qué existe?
Existe una persona a quien no necesitas sacarle una cita. Porque su tiempo se llama
eternidad y puedes acercarte las 24h00 del día sin mayor complicación.

Razón de tanto misterio versa sobre la mirada de Dios sobre los suyos que viven como
migrantes en el mundo, digo migrantes porque no somos inmortales, simplemente somos
equiparados a unos campistas que hacen de cada situación una oportunidad de vida.

No puedo afirmar que en todas las personas se de esta realidad, sin embargo, el ideal
siempre será tenerle cerca. Muchos hablan de Él, su conocimiento está basado en libros,
películas, foros o porque se ha oído, más no un conocimiento que brota de un encuentro
personal.

El Evangelio no se equivoca cuando dice: “me honran con sus labios, pero su corazón
está lejos de mí” (Mt 15, 8). Maxime el desafío de la Iglesia es predicar con Cristo, porque
hablar de Cristo es muy fácil. La primera (tiene al autor) la segunda (carece del autor).

La experiencia de fe hace de tutela ante aquellos que seguirán diciendo “Está, pero no
Aquí”, Dios está y estará, pese a la duda e incredulidad de muchos agentes sobre la acción
de Dios en la historia y de faz de la tierra.