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Mateo del Pino, Ángeles. Reseña de Poesía lesbiana queer.

Cuerpos y sujetos inadecuados de Elena Cas-


tro. Anclajes, vol XXII, nº 3, setiembre-diciembre 2018, pp. 137-140
DOI: 10.19137/anclajes-2018-22310

Reseñas
Poesía lesbiana queer. Cuerpos y sujetos
inadecuados

Elena Castro
Barcelona: Icaria, 2014, 168 páginas.

E lena Castro, especialista en poesía,


estudios de género y sexualidad,
teoría queer y estudios culturales, ha dado
ca (1931-1939), la dictadura de Fran-
co (1939-1975), las primeras elecciones
democráticas (1977), hasta el primer
a conocer algunas obras sobre estas áreas, decenio del siglo XXI. Si atendemos a
entre las que destaco sus textos más recien- la cronología de las poetas estudiadas, el
tes: La subversión del espacio poético en el período que comprende esta obra abarca
surrealismo español (2008) y Cos Textual- desde 1895, fecha de nacimiento de Lucía
Sexual. Cuerpo sexual-textual. Inscripcions Sánchez Saornil, hasta 1974, nacimiento
del design lèsbic a la poesia espanyola con- de Txus García, aunque la incorporación
temporània. Inscripciones del deseo lésbico en a la poesía de ambas nos sitúa o bien en
la poesía española contemporánea (2012). las primeras décadas del siglo XX (1916),
El libro que nos ocupa, Poesía lesbiana tal es el caso de Sánchez Saornil, o bien
queer. Cuerpos y sujetos inadecuados (2014), en la primera década del siglo XXI (2011),
retoma la obra poética de Lucía Sánchez si nos referimos a García. De cualquier
Saornil, Elizabeth Mulder y Ana María modo, estamos hablando de casi un siglo
Martínez Sagi, junto a otras más –en total de recorrido poético.
serán trece las poetas revisadas– que, como La obra se abre con una “Introducción”,
veremos, nos harán transitar por la España en la que la autora sienta las bases de los
del siglo XX hasta desembocar en el XXI. términos que le van a servir para vertebrar
El volumen se estructura a partir del todo el libro: escritura, poetas lesbianas y
discurrir de la historia española, desde queer. Para establecer qué entiende por es-
fines del siglo XIX, pasando por el gol- critura sigue muy de cerca lo esbozado por
pe de Estado del general Miguel Primo el filósofo y teórico queer español Paul B.
de Rivera (1923), la Segunda Repúbli- Preciado, quien en “Pienso, luego existo”

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(2013) la define como “tecnología de pro- vacío. Un volumen que da cuenta de la
ducción de subjetividad” (7). El porqué de poesía queer de poetas queer españolas.
su elección queda justificado al señalar que El diálogo teórico lo establecerá con la
sólo se ocupará de aquellas lesbianas que crítica vertida por la academia anglosajona
defienden un cuestionamiento crítico de y estadounidense, en este sentido cobran
sí mismas y rechazan toda concepción ho- particular importancia los trabajos de Ju-
mogeneizadora de las identidades, es decir, dith Butler, Monique Wittig y Michel
aquellas que renuncian a toda concepción Foucault, a los que acude constantemente
fija y estable de la identidad, las que de- a lo largo de la obra. No obstante, adquie-
construyen las etiquetas identitarias, las re protagonismo Paul B. Preciado, autor
disidentes sociales, sexuales y de género de dos textos emblemáticos: Manifiesto
que se resisten a toda normalización y, des- contra-sexual (2002) y Testo Yonki (2008).
de luego, al devenir mujer normativo. A No debemos obviar que en las últimas dé-
la hora de referirse a lo queer, consciente cadas en el panorama español han cobrado
de que esta denominación ha sido muy importancia una serie de autores/as a cuyas
utilizada en los últimos años para afirmar producciones se hace imprescindible acu-
la excentricidad, la inestabilidad de catego- dir si se trata de acercarnos a los estudios
rías, el fluir del deseo y de las identidades, de género, sexualidad y teoría queer. Algu-
con una voluntad antiasimilacionista, que nos de estos nombres son: David Córdoba,
replantea los modelos de subjetividad en Beatriz Gimeno, Ricardo Llamas, Alberto
toda la sociedad, siguiendo lo esbozado por Mira, Raquel Osborne, Javier Sáez, Lucas
Alberto Mira (Para entendernos 621-622), Platero, Meri Torras, Paco Vidarte, Fefa
Castro defiende la idea de que las teorías Vila…
queer cuestionan también el concepto de Los restantes apartados del libro se es-
sujeto político «mujer» (y «homosexual») tructuran cronológicamente. El primer ca-
para concentrarse en la subjetividad per- pítulo o momento precursor está dedicado
formativa. Será, pues, la inestabilidad en la a las poetas lesbianas queer de las tres pri-
identidad genérica existente en los textos meras décadas del siglo XX: Lucía Sánchez
de estas poetas lo que les permita confor- Saornil (Luciano de San-Saor), Elizabeth
mar una subjetividad propia y, junto con Mulder y Ana María Martínez Sagi. A ellas
el Manifiesto contra-sexual de Preciado, se les debe la valentía de inaugurar esa (re)
afirmará que ellas “(re)presentan el gé- presentación de identidades no normativas
nero como una tecnología sofisticada de y desestabilizaciones genéricas en sus tex-
resistencia que produce cuerpos sexuales” tos, “al romper la rígida división de roles
(11). Así, fijado el corpus, se servirá de la genéricos y de las identidades sexuales im-
escritura para examinar cómo “las poetas puestas por el patriarcado y reclamar una
queer, disidentes sexuales y genéricas, la corporalidad para el cuerpo lésbico/queer
usan para inscribirse en la memoria y en el que supone una resistencia a la heteronor-
presente, para producir cuerpos y sujetos matividad” (18). El género es visto como
propios, (in)inteligibles” (7). Conocedora espacio político, por lo que las estrategias
de que en los últimos años se ha dado paso de apropiación de la performatividad mas-
a investigaciones en las que se ha analizado culina servirán para desnaturalizar la dife-
la producción de identidades genéricas y rencia sexual, espacios de resistencia donde
prácticas sexuales en la narrativa española es posible observa una subjetividad perfor-
del siglo XX y XXI y que no ha ocurrido lo mativa propia.
mismo con la obra de las poetas lesbianas El segundo capítulo cubre la produc-
queer, este libro pretende subsanar dicho ción de las poetas lesbianas durante la dic-

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tadura de Francisco Franco, época en la refiere a la mujer se perpetúa la existencia
que impera el mandato patriarcal –orden de un modelo ideal femenino heredado del
natural: heterosexualidad normativa– de franquismo que ya no sirve y en esta nueva
subordinación de la mujer al hombre, mo- era de libertad se reclama un/otro modelo
tivo por el cual se niega la sexualidad de en que mirarse (Keefe Ugalde, En voz alta
la mujer, el derecho al placer y al goce de/ 24). Las propuestas poéticas recogidas se-
por sí mismas. En este apartado veremos a rán diversas, pero en todas ellas se desvela
Gloria Fuertes y Alfonsa de la Torre “cues- la regulación que del lenguaje, género e
tionando el discurso del poder, alterándolo identidad hace la heteronormatividad, en-
mediante el propio lenguaje, [es] como se tendida ésta como poder. Ana María Moix
consiga dar voz a lo silenciado y producir muestra una desestabilización genérica, en
discursos, espacios e identidades contra- un doble sentido, sexual y literario. Pu-
hegemónicas” (46). Esto es lo que apre- reza Canelo se posiciona como identidad
ciamos en Gloria Fuertes, una de las dos configurándose en su actividad discursiva
poetas analizadas, quien parodia el discur- y Andrea Luca (antes Dolores Álvarez) de-
so del poder al apropiarse del significante nuncia la imposibilidad de reconocerse o
“mendigo” y “mendiga” para significar a aceptar los modelos que le vienen dados
‘homosexuales’ y ‘lesbianas’, dado que a por el sistema normativo y propone la
ellos se refería La ley de vagos y malean- construcción de un ser andrógino como
tes del código penal español de 1933, en estrategia discursiva de desestabilización
la que se recogía aquellas conductas con- genérica.
sideradas antisociales –vagabundos, nó- Una selección de apuestas de la poesía
madas, mendigos, rufianes, proxenetas–, reciente es lo que encontramos en el cuar-
posteriormente modificada por el régimen to capítulo. En particular Habitación de
franquista para incluir la represión de los hotel (2007) de Cristina Peri Rossi, quien
homosexuales (1954). La estrategia de Al- piensa y escribe el deseo lésbico fuera de
fonsa de la Torre es diferente, ella se (re) la estructura sexual binaria. De esta ma-
apropia y resignifica el lenguaje litúrgico, nera, logra que su poema devenga espacio
al utilizar la figura de Lilith, arquetipo de político, liberador en lo que concierne al
mujer abyecta, primera esposa de Adán, deseo entre mujeres. Por su parte, Concha
según los textos religiosos hebraicos, ex- García, continuará con este rechazo de las
pulsada del Paraíso por no querer acatar la tecnologías de poder de la heteronormati-
sumisión sexual –la posición del misione- vidad, pero atentando contra ella median-
ro– y la reproducción. Interesante hubie- te una sujeto hablante que se siente des-
ran sido las aportaciones de Erika Bornay, ubicada en el mundo, resistiéndose a ese
Las hijas de Lilith (1990), en la construc- devenir mujer normativo. Lo mismo hará
ción de esa femme fatale, reflejo de una so- Katy Parra, quien se (re)apropiará de los
ciedad sexofóbica y misógina. La imagen cuentos infantiles, cuestionando el control
de Lilith será igualmente retomada con del poder sobre la producción de la subje-
posterioridad por Andrea Luca, pero en tividad. Un paso más allá da María Eloy
este caso bajo la forma andrógina de una García, quien construye “una subjetividad
nueva raza con voz femenina. cyborgqueer”, según lo nomina Elena Cas-
El tercer capítulo abarca las décadas tro, siguiendo de cerca a Donna Haraway
del setenta a la del noventa, desde la dicta- (Manifiesto cyborg, 1985), pues se trata de
dura aún presente a la democracia: era de un sujeto sin género, en este caso de una
transición llena de cambios, no sólo polí- sujeto poética que se resiste a toda catego-
ticos sino también culturales. En lo que se rización genérica. Por último, en la era del

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llamado postfeminismo o, según señala Con todo, esta obra se erige en un
Preciado, transfeminismo del “movimien- compendio de propuestas poéticas trans-
to tullido-trans-puto-marico-bollero-in- gresoras que desestabilizan el sistema he-
tersex y postporno” (Transfeminismo 10), gemónico y apuestan por la producción de
el cual habría comenzado en 2009, rela- cuerpos y de sujetos no heterocentrados di-
cionado con el colapso de mercados finan- fíciles de etiquetar. Sin lugar a dudas, Ele-
cieros, el aumento de la deuda pública y na Castro cumple con creces los objetivos
las políticas de austeridad, surge la poética marcados: subsanar el vacío existente sobre
de Txus García. Una genderhacker que ha- la producción de identidades genéricas y
bita en el Middlesex, en clara alusión a la prácticas sexuales en la poesía española del
obra de Jeffrey Eugenides, cuyo protago- siglo XX y XXI. Estudio innovador que da
nista, Cal Stephanides, como Tiresias, ha voz a la poesía queer de poetas queer es-
vivido como mujer y como hombre. En su pañolas y un referente imprescindible para
poética se advierte también una resistencia futuros trabajos que quieran continuar in-
al propio concepto de género, entendido dagando en esta materia.
éste como una construcción que se utiliza
como herramienta de opresión, un sistema
Ángeles Mateo del Pino
de poder que produce, controla y limita
DEPARTAMENTO DE FILOLOGÍA
los cuerpos para adaptarlos al orden social HISPÁNICA, CLÁSICA Y DE ESTUDIOS
establecido, pretendiendo modificar, am- ÁRABES Y ORIENTALES.
UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE
pliar, alterar y transformar los códigos que GRAN CANARIA. ESPAÑA
rigen todas estas construcciones sociales.
La suya es una subjetividad propia que se
resiste a la identidad, sexualidad y generi-
zación normativas, una intención clara de
negar la naturalización de una identidad
heterosexual hegemónica, pero también,
afirmará Elena Castro, “de una supuesta
identidad contrahegemónica, homogenei-
zadora de todo el colectivo lesbiano o gay.
Denuncia en definitiva la exclusión de las
minorías periféricas, reclama un espacio
para ellas a la vez que proclama la muta-
bilidad, hibridez e inestabilidad de toda
identidad de género, […] sexualidades y
géneros imposibles de clasificar” (155).
Con ello nos sitúa en un espacio posgéne-
ro, posidentitario. En este sentido, dicha
poética parece coincidir en su propuesta
con el manifiesto de Preciado: “Somos
un batallón sexo-semiótico, una guerrilla
cognitiva, una armada de amantes. Terror
anal. Somos el futuro parlamento pos-
tporno, una nueva internacional somato-
política hecha de alianzas sintéticas y no
de vínculos identitarios. Dicen crisis. De-
cimos revolución” (Transfeminismo 13).

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