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Nuevos genogramas en las familias con


reproducción asistida: Retos y propuestas

Conference Paper · October 2008

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2 authors, including:

Lorena García-Quintáns
Complutense University of Madrid
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Available from: Lorena García-Quintáns


Retrieved on: 04 October 2016
Título:

Nuevos genogramas en las familias con reproducción

asistida: Retos y propuestas

Autores
Lorena García1, María Carrera2.

1. Psicóloga Interna Residente. Área Sanitaria V (Gijón) del Servicio de Salud del Principado
de Asturias.
2. Psicóloga Interna Residente. Área Sanitaria IV (Oviedo) del Servicio de Salud del
Principado de Asturias

Dirección de Contacto

Lorena García Quintáns.


Centro de Salud Mental II La Calzada.
C/Simón Bolivar s/n. La Calzada. C.P: 33213. Gijón
Telfs: 659619090; 985/30-11-66
E-mail: logaqui@hotmail.com
Resumen

Objetivos: 1) Examinar y describir los nuevos modelos de familia que emergen ante los cambios

recientes tras pasar las parejas por Técnicas de Reproducción Asistida (TRA), 2) Proponer las

limitaciones que generan en su representación mediante el genograma clásico así como propuestas

para dicha representación, y 3) Analizar los retos que nos plantean estos nuevos modelos familiares

y proponer objetivos de intervención. Metodología: Análisis descriptivo-cualitativo y gráfico

(genograma) de 9 modelos de familia que pueden generarse tras someterse las parejas a TRA y que

no están recogidos en las clasificaciones clásicas. Se describe un caso clínico tratado en un Centro

de Salud Mental, de una mujer sometida a la técnica de inducción y estimulación de la ovulación

como tratamiento para su infertilidad. Este caso se expone como oportunidad para analizar los retos

que plantea la intervención psicológica con parejas que pasan por TRA. Resultados: Se recogen 9

tipos de configuraciones familiares tras el paso por TRA, se exponen las limitaciones de los

genogramas clásicos para la representación de dichas familias y se proponen los retos que desde la

psicología clínica se abren en este nuevo campo de actuación, así como los objetivos de

intervención psicológica. Conclusión: El incremento de las parejas que se someten a TRA por un

lado, y nuestra práctica clínica por otro ponen de manifiesto el impacto psicológico que aquellas

producen, abriéndose una nueva línea de intervención en nuestro campo con directrices de

actuación particulares. Es necesario actualizar el diseño de los genogramas para comprender la

realidad de las familias que han recibido tratamiento de RA, lo que generará cambios en el formato

de los genogramas con nuevos símbolos, como los propuestos.

Palabras Clave
Fertilidad, Técnicas de Reproduccion Asistida, Familia.
1. Introducción

La fecundidad y el nacimiento de un hijo define la esencia de vida para muchas parejas y en

consecuencia para su ideal de familia. Sin embargo, se informa de unas tasas de infertilidad en

torno al 10-15% de las parejas en edad (Speroff,1999). La infertilidad según la OMS (1993) se

define como la incapacidad para concebir un hijo después de un año de mantener relaciones

sexuales regulares no protegidas. En los últimos años, la demanda de tratamientos de infertilidad se

ha incrementado por múltiples razones, entre las cuales se pueden citar las siguientes: el retraso en

la maternidad, el incremento de prevalencia de los trastornos de transmisión sexual, la disminución

de las adopciones, el desarrollo de nuevas y más eficaces técnicas para la infertilidad y el

incremento de la concienciación pública de los servicios disponibles (Hirsch y Mosher, 1987). Otra

razón que podría añadirse a las previamente citadas sería los cambios experimentados en los

modelos familiares que vienen produciéndose, tales como familias monoparentales y parejas de

homosexuales entre otros; y que precisan por tanto del uso de técnicas de reproducción asistida

(TRA) para tener descendencia.

Según conclusiones extraidas en el XXVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de

Fertilidad que se celebró recientemente en Oviedo (Mayo 2008), el hecho de que las parejas se

sometan a tratamiento mediante TRA es un tema de gran actualidad por varios motivos. En primer

lugar, el retraso que se viene produciendo en la maternidad está generando un incremento de

“madres añosas”, citándose cifras en torno al 25% de parejas en tratamiento de reproducción

asistida (RA) mayores de 35 años. Junto a ello, la espera media en unidades públicas para este tipo

de tratamiento se sitúa entre un año y un año y medio. En el caso concreto de Asturias el tiempo

medio de espera es de 2 años, encontrándose en esta situación en la actualidad unas 500 parejas. Se

informaron de cifras actuales de 60.000 ciclos de RA en España (750 en Asturias). Finalmente,


someterse a TRA no garantiza el éxito de la reproducción ya que se habla de tasas globales de

gestación tras RA de 24,4%.

Diversos estudios muestran que el sometimiento a TRA, tales como la fecundación in vitro (FIV)

causa un elevado impacto psicosocial tanto en el paciente como en la pareja, impacto manifestado

fundamentalmente en altos niveles de ansiedad, depresión y estrés (Slade et al., 1997; Boivin, 2003;

Schmidt, 2006). Entre las causas de dicho impacto psicológico se citan en la literatura las

siguientes: 1) los procedimientos de diagnóstico e intervención son largos e intrusivos (examen

fisico, examen postcoital del moco cervical, coger semen tras masturbación etc...), 2) el dolor físico,

3) la alteración de la rutina diaria en la pareja, 4) tension en la relación sexual de la pareja, ya que

se convierte en obligado lo espontaneo que caracteriza a una relación de tipo sexual (“del placer al

deber”), 5) contar detalles íntimos al personal médico, por ejemplo cómo es la actividad sexual de

la pareja etc..., 6) percepción por parte de la pareja de que pasar por una TRA es su “última

oportunidad” de experimentar la maternidad/paternidad, 7) elevada expectativa no realista del

resultado del tratamiento, 8) tomar decisiones éticas, tales como qué hacer con los embriones que

sobran, uso de donante etc.., 9) ocultar el estar sometidos a TRA y como consecuencia de ello

recibir bajo apoyo social y, 10) elevados costes económicos. En consecuencia, son muchos los

motivos por lo que las parejas sometidas a pruebas de fertilidad pueden convertir la experiencia de

ser padres en altos niveles de ansiedad y depresión.

En un reciente trabajo aparecido en la revista Lancet y citado previamente (Schmidt, 2006) se

apunta que tanto la psicoterapia grupal, como individual y la de pareja resultan eficaces para reducir

los síntomas ansiosos y depresivos en las parejas sometidas a tratamientos de fertilidad. A pesar de

dicha eficacia demostrada, se encuentra que estas parejas están satisfechas con los cuidados

médicos recibidos mientras que muestran menor satisfacción con los tratamientos psicosociales que

acompañan a aquellos. El autor de este análisis resalta por tanto la importancia de ofrecer
intervenciones psicosociales a las parejas sometidas a tratamiento de RA junto a la alta calidad de

las técnicas de reproducción existentes. La conclusión a la que se llega en este trabajo se basa

fundamentalmente en el éxito de intervenciones psicoterapeúticas informadas en otros estudios

(Mcnaugton-Cassill et al. 2000; McNaughton-Cassil el al. 2002; Lee 2003; Facchinetti et al., 2004;

Tarabusi et al., 2004; DeLiz y Strauss 2005, Levita et al., 2005; Chan et al., 2006); poniendo de

maniesto por otro lado que tan solo una minoria de las parejas que pasan por tratamientos de

fertilidad acceden a dichas intervenciones.

Con todo lo comentado hasta ahora de fondo, nos planteamos qué impacto puede suponer en las

estructuras familiares el paso por técnicas de RA. Por un lado, los recientes avances en las

tecnologías reproductivas que permiten a las parejas disponer de alternativa a la imposibilidad de

sentirse padres mediante métodos naturales, constituyen desde nuestro punto de vista, nuevas

configuraciones familiares no recogidas en las clasificaciones existentes tales como las propuestas

por autores clásicos (Minuchin y Fischman, 1981). Por tanto, resultaría de interés que esas nuevas

organizaciones familiares se incorporaran a las ya existentes y con ello reflejaran la realidad actual,

dada la utilidad terapeútica de dichas clasificaciones para formular hipótesis y planificar las

intervenciónes a seguir. El genograma familiar es una herramienta clínica muy usada para

representar la contribución del sistema familiar a la presencia de un determinado problema

(McGoldrick y Gerson, 1987), y por ello útil para describir los nuevos modelos de familias

emergentes con los que nos hallamos en la práctica clínica diaria, entre los que se encontrarían

aquellos que se generan tras pasar por TRA. Son varias las configuraciones que se pueden originar;

pero en los trabajos revisados no se recogen estos nuevos modelos familiares en las clasificaciones

existentes ni se representan mediante símbolos adecuados a través del genograma.

Para superar estas limitaciones realizamos el presente trabajo con el que nos proponemos tres

objetivos principales. El primero consiste en examinar y describir los nuevos modelos de familia
que emergen ante los cambios recientes tras pasar las parejas por TRA. El segundo, en proponer las

limitaciones que generan en su representación mediante el genograma clásico, así como propuestas

para dicha representación. Y finalmente se analizan y discuten los retos que nos plantean estos

nuevos modelos familiares y se proponen posibles objetivos de intervención


2. Metodología

El modo de analizar los modelos de familia que comentaremos en el presente trabajo es descriptivo-

cualitativo y gráfico (mediante el empleo del genograma).

Por un lado, se recogen y analizan 9 modelos de familias que pueden generarse tras someterse las

parejas a técnicas de fertilidad. Además, se presenta una propuesta que permita recoger las

características especiales de este tipo de familias, cuya estructura y relaciones entre los miembros se

muestra deficiente a través de los símbolos que los representa en el genograma clásico. Para ello,

previamente se crean nuevos símbolos que representan los aspectos característicos y diferenciales

de estos nuevos modelos familiares.

Por otro lado, se presenta y describe un caso clínico tratado en un Centro de Salud Mental, de una

mujer sometida a la técnica de inducción y estimulación de la ovulación como tratamiento para su

infertilidad. Este caso se expone como oportunidad para analizar los retos que desde la psicología

clínica se abren en este reciente campo de actuación, así como los objetivos que plantea una

intervención psicológica para parejas que pasan por TRA.


3. Resultados

3.1. Limitaciones de los genogramas clásicos y propuesta de


representación.

Describimos a continuación algunas de las limitaciones que presenta el genograma clásico para

recoger estas nuevas configuraciones familiares, surgidas a raíz de los recientes avances en el

campo de la RA, y creamos una posibilidad de representación gráfica a través de los símbolos que

aparecen en la tabla 1.

Tabla 1 aquí

Los símbolos que aparecen en la tabla pretenden dar una respuesta gráfica a las cuestiones que

planteamos a continuación.

En primer lugar, ¿Cómo representar que la pareja ha recibido tratamiento de RA? La pareja ha

podido tener éxito, en cuyo caso la representación del/de los descendiente/s constataría dicho éxito.

Sin embargo, consideramos de interés simbolizar el paso de la pareja por dicho tratamiento,

independientemente de su resultado (que por otro lado ha podido ser sin éxito), dado el impacto que

por si mismo ejerce sobre dicha pareja. En la parte inmediatamente superior de donde se representa

el comienzo de la relación o fecha de la boda de la pareja se dibuja la cara de un niño (que

simbolizaría el deseo de los padres de que dicho nacimiento se produzca), cara sonriente en caso de

que el paso por un tratamiento de RA haya resultado exitoso y cara triste en caso de que no lo haya

sido. Seguido de la cara y entre paréntesis, se señalaría el período de tiempo que llevan en el

proceso de tratamiento y el número de intentos realizados, por ej. (2 años, 2 intentos).

En segundo lugar, ¿Cómo representar el paso por técnicas de fertilidad de parejas homosexuales

mujeres? En este caso, resultaría de interés dejar constancia de quién es la mujer que porta la
figura/modelo masculina y quien la femenina, es decir, cual será la mujer que se someta al

tratamiento, y desarrolle el rol femenino de la pareja dadas sus posibles implicaciones en la

educación del hijo a la luz de algunas teorías. Nuestra propuesta pasaría por representar círculos

para el sexo femenino– tal y como se recogen en el genograma clásico- y alrededor de éstos otro

círculo para el que adopte el rol femenino de la pareja y cuadrado para el masculino. De esta

manera, el símbolo interior representaría el sexo biológico y el exterior su papel en la pareja. Por

ejemplo, en el caso de parejas de lesbianas sometidas a inseminación artificial será diferente el

papel de la mujer a la que se le ha inyectado los espermatozoides, y en caso de someterse a una

técnica de FIV será diferente para la que haya donado sus óvulos etc... Así la mujer donante y la

inseminada se rodeará de un círculo en su representación gráfica, adoptando de esta forma el rol

femenino según nuestra propuesta.

En tercer lugar, ¿Cómo representar al donante no conocido, es decir al padre/madre biológico que

dona óvulos, espermatozoides o embriones, en función del tratamiento recibido? Para ello hemos

identificado a dicho donante como una “persona invisible” para la pareja o persona receptora, de tal

manera que la representaríamos con la figura de un fantasma, rodeado de un cuadrado en el caso de

que el donante sea un hombre y rodeado de un círculo en el caso de que la donante sea mujer.

En cuarto lugar, teniendo en cuenta el tipo de TRA utilizada, ¿Cómo representar los hijos nacidos

de las distintas técnicas de reproducción asistida? Mediante símbolos que representen las diversas

formas de fertilidad, es decir un dibujo de un espermatozoide para aquellos hijos que nazcan a

través de la técnica de inseminación artificial, con la cabeza cuadrada para el sexo masculino y la

cabeza redonda para el sexo femenino. El dibujo de una probeta se aplicará cuando el descendiente

proceda de la técnica de FIV, rodeando la probeta con un círculo si es mujer y con un cuadrado si es

hombre.

¿Cómo representar a un hijo fruto de la donación de embriones? La figura del hijo se representa

mediante una probeta y pende de la línea que conecta a la pareja donante pero extendiéndose hasta

situarse debajo de la unión que forman los padres receptores.


Y para finalizar, ¿Cómo unir al donante/es con el receptor/es? La unión se llevaría a cabo a través

de una línea de puntos representados a distinto nivel.

3.2. Configuraciones Familiares tras someterse a TRA.

Las nuevas configuraciones familiares que se pueden generar tras someterse las parejas a TRA, se

presentan y describen a continuación. Para ello, las hemos dividido en dos grandes grupos, teniendo

en cuenta fundamentalmente el origen del donante, es decir, si el donante es ajeno o no ajeno a la

persona receptora. En segundo lugar se ha tenido en cuenta el tipo de pareja que recibe el

tratamiento (monoparental, homosexualidad etc.) y el tipo de TRA (inseminaciópn artificial, FIV).

Siguiendo estos criterios de clasificación, los dos grupos generados con sus divisiones serían los

siguientes (se hace una representación posible de cada tipo de configuración, atendiendo a los

simbolos creados y comentados en el apartado previo):

1. Pareja sometida a inseminación artificial conyugal

Se trataría de aquellos casos en los que se depositan en el interior del tracto reproductor femenino

los espermatozoides procedentes de la pareja masculina de la mujer (no existe donante ajeno). Este

caso sólo podría darse si la pareja es heterosexual y se somete además a la técnica de inseminación

artificial.
2. Familias con “miembro invisible”

Serían aquellas parejas en las que existe un donante ajeno, y que nosotros hemos denominado por

ello padre fantasma. Dentro de este grupo hemos identificado varios subtipos, en función del tipo

de pareja (heterosexual/homosexual, monoparental/ambos progenitores) y del tipo de TRA

(inseminación artificial, donación de embriones):

- Pareja heterosexual que se somete a inseminación artificial de donante. “Padre fantasma”

- Pareja homosexual que se somete a inseminación artificial de donante. “Padre fantasma”


- Pareja estéril receptora de embriones.”Padres fantasma”

- Pareja homosexual receptora de embriones. “Padres fantasma”.

- Familia monoparental (mujer y estéril) receptora de embriones. “Padres fantasma”.


- Familia monoparental (mujer) sometida a inseminación artificial de donante. “Padre

fantasma”

- “Matrimonio fraternal”:

Esta configuración, aunque inicialmente parece utópica podría llegar a darse con el avance
de las TRA. Sería aquella situación en la que una pareja heterosexual recibe un embrión de
una pareja donante y ésta a su vez tiene un hijo de manera natural y el embrión y este hijo
(hermanos biológicos) forman, tras conocerse, una nueva pareja. Esta situación que
pertenece a la ciencia ficción podría llegar a suceder.

- Parejas que pasan por técnicas de reproducción asistida con parto múltiple:

Hacemos referencia a esta configuración debido a que uno de cada cuatro embarazos
concebidos mediante tratamientos de RA resulta en un parto múltiple, según la Sociedad
Española de Fertilidad. No la incluimos en ninguno de los dos grupos creados ya que
pudiera darse en cualquiera de las configuraciones descritas previamente
3.3. Caso clínico.

Se presenta el caso de una mujer de 38 años, casada desde hace 3 años aunque en convivencia con

su pareja desde hace 8. Su marido estuvo casado anteriormente, y tiene un hijo de 10 años fruto de

ese matrimonio, que vive con la madre. Aunque la ilusión de la paciente siempre fue ser madre,

había pospuesto dicha posibilidad hasta hace tres años, momento en el que se puso de manifiesto el

problema de infertilidad al intentar quedarse embarazada y no conseguirlo. A través de su Médico

de Atención Primaria acude al Servicio de Ginecología y después de un tiempo de espera de 1 año

se le informa a la paciente, tras las pruebas correspondientes, de su infertilidad en relación con su

edad. Se le ofrece la posibilidad de someterse a la técnica de inducción y estimulación de ovulación.

Tras meses sometida a dicha técnica se le informa de la imposibilidad de quedarse embarazada por

dicho método (“contra la naturaleza no se puede luchar” comenta la paciente que le dijo el médico),

pero no se le ofrecen otras alternativas. La paciente sigue con su vida, no había comentado a su

familia su infertilidad y su sometimiento a tratamiento. A los 8 meses comienza con sintomatología

depresiva y su Médico de Atención Primaria la remite para valoración a su Centro de Salud Mental.

La paciente presenta clínica compatible con trastorno adaptativo con reacción depresiva
prolongada. En el caso de esta paciente estaban presentes muchas de las características descritas en

la introducción y que a nuestro entender resultarían el objetivo de tratamiento psicológico:

infertilidad femenina, deseo de ser madre frustado en una mujer que considera la maternidad como

un gran valor, sometimiento a un TRA (inducción y/o estimulación de ovulación), no éxito del

tratamiento, tiempo de espera del tratamiento, no implicación de la pareja en el tratamiento, escasa

información recibida, alteración de la vida conyugal (“obligación” del acto sexual), ocultación de la

situación en la familia…

Tras realizar una revisión acerca de las TRA y analizar el impacto psicológico que causan en las

parejas sometidas a ellas, ejemplificado a través del caso clínico presentado, queremos hacer

hincapié en el nuevo campo de actuación que se abre a la psicología clínica (retos de nuestra

profesión):

• La incorporación del psicólogo clínico en los equipos de ginecología (Unidades de

Reproducción Asistida) y su potenciación en los servicios de interconsulta y enlace.

• La necesidad, cada vez mayor, de tratar desde un Centro de Salud Mental las implicaciones

psicológicas-psicopatológicas derivadas del diagnóstico de infertilidad y del posterior

tratamiento de RA.

Respecto a los objetivos de nuestra intervención psicológica planteamos las siguientes propuestas:

• La intervención sobre aspectos clave: el deseo, la esperanza, la incertidumbre, emociones

presentes durante el largo proceso de diagnóstico y tratamiento; o, cuando no se consigue el

esperado embarazo: desilusión, culpa, rabia, depresión, pérdida, duelo y sufrimiento.

• Mantener una postura basada en las habilidades básicas de la relación terapeuta-paciente, es

decir, intervenir desde una postura de actitud y compresión empáticas, escucha activa y

aceptación no crítica.
• Realizar una intervención específica en la relación de pareja (cuidar la relación) puesto que

el deseo de tener un hijo se convierte en el centro de sus vidas, dejando de lado la relación

conyugal: las relaciones sexuales son programadas por orden facultativa, nada depende de

sus deseos sino de sus obligaciones. Por ello, debemos ayudar a la pareja a prevenir los

posibles problemas que puedan surgir de ésto. En ocasiones, sería necesario realizar una

terapia sexual para mejorar el tipo de relación que ha podido quedar deteriorada tras pasar

por las tecnologías reproductivas.

• Otro aspecto en el que debemos intervenir es ante la sintomatología ansiosa o depresiva que

pueda presentarse ante el diagnóstico de infertilidad, durante y después de haber pasado por

el proceso de RA. El tratamiento psicoterapéutico sería el mismo, teniendo en cuenta la

idiosincrasia del caso a tratar, que el que utilizamos ante la presencia de psicopatología

ansiosa-depresiva reactiva a un determinado estresor.


4. Discusión y Conclusiones

La experiencia de la infertilidad puede resultar devastadora para una pareja que anhela “convertirse

en padres”. Los avances experimentados en este campo, gracias fundamentalmente a los

tratamientos mediante TRA están permitiendo abrir esperanzas no sólo a parejas infértiles sino

tambien a parejas que por su constitución biológica no pueden experimentar la paternidad de

manera natural. En este sentido, parejas de homosexuales y familias monoparentales (sólo

constituida por la mujer) resultarían beneficiarias de dichos tratamientos. Sin embargo, tal y cómo

se describen en algunos trabajos revisados, someterse a TRA suele acompañarse de elevados

niveles de ansiedad, depresión y estrés (Slade et al., 1997; Boivin, 2003; Schmidt, 2006). Por tanto,

el camino que conduce a ser padres puede requerir de una intervención psicológica que a la luz de

trabajos recientes realizados en este campo informan de eficacia tanto para las intervenciones

psicoterapéuticas individuales, como las de pareja y grupales (Mcnaugton-Cassill et al. 2000; Lee

2003; McNaughton-Cassil el al. 2002; Facchinetti et al., 2004; Tarabusi et al., 2004; DeLiz y

Strauss 2005, Levita et al., 2005; Chan et al., 2006). Respecto a las intervenciones individuales,

éstas resultarían similares a aquellas realizadas en situaciones de duelo por las reacciones

emocionales ante el “no nacido” y reacciones agudas ante el fracaso del tratamiento (recordemos

que tan sólo 1/3 alcanza el éxito). La intervención grupal parece resultar de gran importancia por lo

que respecta a compartir experiencias con otras parejas que pasan por una situación similar. Y, la

terapia de pareja parece clave debido fundamentalmente a la necesidad de mejorar la comunicación

e interacción entre los miembros y al impacto negativo que se produce sobre el ajuste marital y la

satisfación sexual de la pareja. En este sentido, el trabajo de Schmidt (2006) encuentra una gran

disminución de la satisfacción sexual en las parejas que se sometieron a TRA, por lo que resultaría

un objetivo clave de la intervención. Junto a éste, y tal y como hemos comentado previamente,

aspectos como el deseo, la esperanza, la incertidumbre, la desilusión, la culpa, la rabia, la depresión,

la pérdida, el duelo y el sufrimiento resultarían objetivos a tratar desde una postura de actitud y
compresión empáticas, escucha activa y aceptación no crítica por parte del terapeuta. En el trabajo

de Poehl et al. (1999) sobre consejo psicoterapeútico y tasas de embarazo en FIV, se cita que en

Austria, desde 1992, “los especialistas en fertilidad están obligados a ofrecer consejo psicológico o

psicoterapeútico a mujeres y a sus parejas, si ellos no lo rehusan”. Esta iniciativa en un pais europeo

podría traducirse en España en la incorporación del psicólogo clínico en los equipos de ginecología

(Unidades de Reproducción Asistida) y su potenciación en los servicios de interconsulta, así como

en formación específica en el ámbito que nos ocupa de cara a tratar las implicaciones psicológicas-

psicopatológicas derivadas del diagnóstico de infertilidad y del posterior tratamiento de RA.

Por lo que respecta a los nuevos modelos de familia que emergen tras someterse las parejas a TRA,

se trata hasta el momento actual de un tema poco debatido, a la luz de la revisión realizada. Sin

embargo, la realidad presente nos conduce a cambios que es preciso discutir y analizar siendo uno

de ellos los nuevos retos de las familias ante los cambios recientes. Desde nuestro punto de vista,

estos retos de las nuevas familias provienen de diversas fuentes. Por un lado, de los derivados de la

inmigración (familias partidas, distantes; familias interculturales); por lotro lado de los derivados de

las familias reconstituidas (parejas, exparejas, hijos compartidos, suegros y resuegros). Y, en tercer

lugar añadiríamos los resultantes del sometimiento a TRA, que pudiera incluirse entre las familias

reconstituidas, por ejemplo aquellos casos que hemos denominado “miembro invisible” o “padres

fantasma” porque introducirían otro/otros padres en la combinación. Sin embargo, no todas las

configuraciones familiares que hemos descrito se adaptarían al término de reconstituidas como por

ejemplo “la pareja sometida a inseminación artificial conyugal”, en la que no se hace uso de un

agente externo, sino que es la propia familia original la que hace uso de sus potencialidades. Por

ello, las parejas sometidas a TRA constituyen desde nuestra visión una realidad independiente que

precisa de éste y de futuros trabajos en la misma línea que hemos iniciado. El genograma como

instrumento clínico que recoge la realidad familiar, y por tanto básico en la metodología de trabajo

en terapia familiar, se ha presentado como clave en el estudio que hemos desarrollado. Tal y como
hemos mostrado a la hora de representar nueve configuraciones familiares resultantes del paso por

TRA, las nuevas familias plantean un reto metodológico en la construcción inteligible de los

genogramas. Es decir, plantean problemas técnicos a los que buscar solución ya que trabajos

clásicos como el de McGoldrick y Gerson (1987) se quedan desfasados ante los cambios recientes

en las estructuras familiares. Por ello, nuestro trabajo contribuye a la ampliación de los símbolos

usados en el genograma para representar estas nuevas realidades como la que hemos expuesto.

Para finalizar, podemos extraer las siguientes conclusiones tras la realización del presente trabajo.

En primer lugar, el incremento de las parejas que se someten a TRA por un lado, y nuestra práctica

clínica por otro, ponen de manifiesto el impacto psicológico que aquellas producen en estas

personas, abriéndose una nueva línea de intervención en nuestro campo, con directrices de

actuación particulares. En segundo lugar, el genograma clásico, como herramienta que recoge la

realidad familiar, se queda obsoleto para representar los cambios experimentados por las familias

cuyas parejas se someten a TRA, por lo que resulta necesario ampliarlo e incluir dichos cambios. Es

necesario, por lo tanto, actualizar el diseño de los genogramas para comprender la realidad de las

familias que han recibido tratamiento de RA, lo que generará cambios en el formato de los

genogramas con nuevos símbolos, como los propuestos.


Agradecimientos

Este trabajo fue presentado en el XXVIII Congreso Nacional de Terapia Familiar, Los nuevos

Retos de Las Familias y el Trabajo en Red que se celebró en Oviedo los días 30 y 31 de Octubre y 1

Noviembre de 2008
Referencias bibliográficas

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TABLA 1. Propuesta de símbolos para representar el paso por Técnicas de Reproducción Asistida*
Símbolo propuesto Descripción Localización
Cara de niño Parte inmediatamente superior donde representa el comienzo de la
Paso por RA con éxito sonriente relación o fecha de la boda.
(Tiempo, nºintentos)

Cara de niño triste Parte inmediatamente superior donde representa el comienzo de la


Paso por RA sin éxito relación o fecha de la boda.
(Tiempo,nºintentos)
Paso por RA de Sexo biológico y Alrededor de círculos y cuadrados genograma clásico
parejas homosexuales papel en pareja
Fantasma Donde se sitúe la pareja donante.
Donantes
Hijos nacidos de Probeta La figura del hijo pende de la línea que conecta a la pareja donante
parejas sometidas a pero extendiendose hasta situarse debajo de la unión que forman
técnicas de RA Espermatozoide los padres receptores

Unión donantes y Línea de puntos Espacio entre donantes y receptores


receptores representados a
distinto nivel

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