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2.

ANATOMÍA DE UN SECUESTRO EMOCIONAL /1336

(Inteligencia Emocional, Daniel Goleman)

La vida es una comedia para quienes piensan y una tragedia para quienes sienten.

Hornee Walpole

Era una calurosa tarde de agosto del año 1963, la misma en que el reverendo Martin Luther
King, jr. pronunciara en Washington aquella famosa conferencia que comenzó con la frase
«Hoy tuve un sueño» ante los manifestantes de la marcha en pro de los derechos civiles.
Aquella tarde, Richard Robles, un delincuente habitual condenado a tres años de prisión por
los más de cien robos que había llevado a cabo para mantener su adicción a la heroína y
que, por aquel entonces, se hallaba en libertad condicional, decidió robar por última vez.
Según declaró posteriormente, había tomado la decisión de dejar de robar pero necesitaba
desesperadamente dinero para su amiga y para su hija de tres años de edad.

El lujoso apartamento del Upper East Side de Nueva York que Robles eligió para aquella
ocasión pertenecía a dos jóvenes mujeres, Janice Wylie, investigadora de la revista
Newsweek, de veintiún años, y Emily Hoffert, de veintitrés años de edad y maestra en una
escuela primaria. Robles creía que no había nadie en casa pero se equivocó y. una vez
dentro, se encontró con Wylie y se vio obligado a amenazarla con un cuchillo y
amordazaría, y lo mismo tuvo que hacer cuando, a punto de salir, tropezó con Hoffert.

Según contó años más tarde, mientras estaba amordazando a Hoffert, Janice Wylie le
aseguró que nunca lograría escapar porque ella recordaría su rostro y no cejaría hasta que la
policía diera con él. Robles, que se había jurado que aquél sería su último robo, entró
entonces en pánico y perdió completamente el control de sí mismo. Luego, en pleno ataque
de locura, golpeó a las dos mujeres con una botella hasta dejarlas inconscientes y,
dominado por la rabia y el miedo, las apuñaló una y otra vez con un cuchillo de cocina.
Veinticinco años más tarde, recordando el incidente, se lamentaba diciendo: «estaba como
loco. Mi cabeza simplemente estalló».

Durante todo este tiempo Robles no ha dejado de arrepentirse de aquel arrebato de


violencia. Hoy en día, treinta años más tarde, sigue todavía en prisión por lo que ha
terminado conociéndose como «el asesinato de las universitarias».
Este tipo de explosiones emocionales constituye una especie de secuestro neuronal. Según
sugiere la evidencia, en tales momentos un centro del sistema límbico declara el estado de
urgencia y recluta todos los recursos del cerebro para llevar a cabo su impostergable tarea.
Este secuestro tiene lugar en un instante y desencadena una reacción decisiva antes incluso
de que el neocórtex —el cerebro pensante— tenga siquiera la posibilidad de darse cuenta
plenamente de lo que está ocurriendo, y mucho menos todavía de decidir si se trata de una
respuesta adecuada. El rasgo distintivo de este tipo de secuestros es que, pasado el
momento crítico, el sujeto no sabe bien lo que acaba de ocurrir.

Hay que decir también que estos secuestros no son, en modo alguno, incidentes aislados y
que tampoco suelen conducir a crímenes tan detestables como «el asesinato de las
universitarias».

En forma menos drástica, aunque no, por ello, menos intensa, se trata de algo que nos
sucede a todos con cierta frecuencia. Recuerde, sin ir más lejos, la última ocasión en la que
usted mismo «perdió el control de la situación» y explotó ante alguien —tal vez su esposa.
su hijo o el conductor de otro vehículo— con una intensidad que retrospectivamente
considerada, le pareció completamente desproporcionada. Es muy probable que aquél
también fuera un secuestro, un golpe de estado neural que, como veremos, se origina en la
amígdala, uno de los centros del cerebro límbico.

Pero no todos los secuestros límbicos son tan peligrosos porque cuando por ejemplo,
alguien sufre un ataque de risa, también se halla dominado por una reacción límbica, y lo
mismo ocurre en los momentos de intensa alegría. Cuando Dan Jansen, tras varios intentos
infructuosos de conseguir una medalla de oro olímpica en la modalidad de patinaje sobre
hielo (que, por cierto, había prometido alcanzar, en su lecho de muerte, a su moribunda
hermana) logró finalmente alcanzar su objetivo en la carrera de mil metros de la Olimpiada
de Invierno de 1994 en Noruega, la excitación y la euforia que experimentó su esposa fue
tal, que tuvo que ser asistida de urgencia por el equipo médico junto a la misma pista de
patinaje.
LA SEDE DE TODAS LAS PASIONES

La amígdala del ser humano es una estructura relativamente grande en comparación con la
de nuestros parientes evolutivos, los primates. Existen, en realidad, dos amígdalas que
constituyen un conglomerado de estructuras interconectadas en forma de almendra (de ahí
su nombre, un término que se deriva del vocablo griego que significa «almendra»), y se
hallan encima del tallo encefálico, cerca de la base del anillo límbico, ligeramente
desplazadas hacia delante.

El hipocampo y la amígdala fueron dos piezas clave del primitivo «cerebro olfativo» que, a
lo largo del proceso evolutivo, terminó dando origen al córtex y posteriormente al
neocórtex. La amígdala está especializada en las cuestiones emocionales y en la actualidad
se considera como una estructura límbica muy ligada a los procesos del aprendizaje y la
memoria. La interrupción de las conexiones existentes entre la amígdala y el resto del
cerebro provoca una asombrosa ineptitud para calibrar el significado emocional de los
acontecimientos, una condición que a veces se llama «ceguera afectiva».

A falta de toda carga emocional, los encuentros interpersonales pierden todo su sentido. Un
joven cuya amígdala se extirpó quirúrgicamente para evitar que sufriera ataques graves
perdió todo interés en las personas y prefería sentarse a solas, ajeno a todo contacto
humano. Seguía siendo perfectamente capaz de mantener una conversación, pero ya no
podía reconocer a sus amigos íntimos, a sus parientes ni siquiera a su misma madre, y
permanecía completamente impasible ante la angustia que les producía su indiferencia. La
ausencia funcional de la amígdala parecía impedirle todo reconocimiento de los
sentimientos y todo sentimiento sobre sus propios sentimientos. La amígdala constituye,
pues, una especie de depósito de la memoria emocional y, en consecuencia, también se la
puede considerar como un depósito de significado. Es por ello por lo que una vida sin
amígdala es una vida despojada de todo significado personal.

Pero la amígdala no sólo está ligada a los afectos sino que también está relacionada con las
pasiones. Aquellos animales a los que se les ha seccionado o extirpado quirúrgicamente la
amígdala carecen de sentimientos de miedo y de rabia, renuncian a la necesidad de
competir y de cooperar, pierden toda sensación del lugar que ocupan dentro del orden
social y su emoción se halla embotada y ausente. El llanto, un rasgo emocional típicamente
humano, es activado por la amígdala y por una estructura próxima a ella, el gyrus
cingulatus. Cuando uno se siente apoyado, consolado y confortado, esas mismas regiones
cerebrales se ocupan de mitigar los sollozos pero, sin amígdala, ni siquiera es posible el
desahogo que proporcionan las lágrimas.

Joseph LeDoux, un neurocientífico del Center for Neural Science de la Universidad de


Nueva York, fue el primero en descubrir el Importante papel desempeñado por la amígdala
en el cerebro emocional. LeDoux forma parte de una nueva hornada de neurocientíficos
que, utilizando métodos y tecnologías innovadoras, se han dedicado a cartografiar el
funcionamiento del cerebro con un nivel de precisión anteriormente desconocido que pone
al descubierto misterios de la mente inaccesibles para las generaciones anteriores. Sus
descubrimientos sobre los circuitos nerviosos del cerebro emocional han llegado a
desarticular las antiguas nociones existentes sobre el sistema límbico, asignando a la
amígdala un papel central y otorgando a otras estructuras límbicas funciones muy diversas.

La investigación llevada a cabo por LeDoux explica la forma en que la amígdala asume el
control cuando el cerebro pensante, el neocórtex, todavía no ha llegado a tomar ninguna
decisión.

Como veremos, el funcionamiento de la amígdala y su interrelación con el neocórtex


constituyen el núcleo mismo de la inteligencia emocional.
CUESTIONARIO

1. Quién fue el que pronunció la famosa conferencia que comenzó con la frase “hoy
tuve un sueño”
a. Martin Lutero
b. Martin Luther King, Jr
c. Joseph Ledoux
d. Dan Jansen
2. En qué año fue pronunciado el discurso que comenzaba con la famosa frase “hoy
tuve un sueño”
a. 1953
b. 1958
c. 1964
d. 1963
3. ¿Cuántos robos cometió Richard Robles?
a. 98
b. 200
c. 100
d. 120
4. Richard Robles era adicto al bóxer (v/f)
5. Las mujeres que se encontraban en el apartamento del Upper East Side eran:
a. Juliana rocks y Emilia parck
b. Eunice Hoffer y Emily Wylie
c. Emily Hoffer y Janice Wylie
d. Rebeca Robles y Romillas White
6. Con cuál elemento Robles atacó a las dos mujeres hasta dejarlas inconscientes?
a. Bate
b. Botella
c. Barco
d. Bife
7. Por qué Richard Robles decidió apuñalar a Hoffer y a Wylie?
8. En qué parte del sistema límbico se originan los secuestro neuronales o
emocionales?
a. Hipocampo
b. Amígdala
c. Glándula Pineal
d. Hipocampo
9. En qué año Dan Jansen ganó la medalla de oro en la carrera de mil metros de la
olimpiada de Invierno en Noruega?
a. 1994
b. 1992
c. 1996
d. 1995
10. Las dos Amígdalas se hallan encima del tallo encefálico, cerca de la base del anillo
límbico, ligeramente desplazadas hacia delante. (V/F)
11. En qué tipo de cuestiones se especializa la amígdala?
a. Cuestiones matemáticas
b. Cuestiones emocionales
c. Cuestiones familiares
d. Cuestiones complicadas
12. La interrupción de las conexiones existentes entre la amígdala y el resto del cerebro
provoca una asombrosa ineptitud para calibrar el significado emocional de los
acontecimientos, una condición que a veces se llama:
a. Ceguera emocional
b. Ceguera amorosa
c. Ceguera familiar
d. Ceguera afectiva
13. La amígdala constituye, pues, una especie de depósito de la memoria emocional y,
en consecuencia, también se la puede considerar como un depósito de significado.
Es por ello por lo que una vida sin amígdala es una vida despojada de todo
significado personal. (V/F)
14. Fue el primero en descubrir el Importante papel desempeñado por la amígdala en el
cerebro emocional:
a. Joseph Ledoux
b. Joseph Murphy
c. Joseph setter
d. José Silva
15. Se le considera una estructura límbica muy ligada a los procesos de aprendizaje y
memoria:
a. Hipocampo
b. Cerebro olfativo
c. Neocortex
d. Amígdala
Tu patrón del dinero (Secretos de la mente millonaria, T Harv Eker) /341

Vivimos en un mundo de dualidades: arriba y abajo, luz y oscuridad, caliente y frío, dentro
y fuera, deprisa y despacio, derecha e izquierda… Estos no son sino unos pocos ejemplos
de los miles de polos opuestos. Para que exista un polo debe existir también el otro. ¿Es
posible que haya una derecha sin una izquierda? Ni por casualidad.

Por consiguiente, al igual que hay leyes «externas» del dinero, debe haber leyes «internas».
Entre las primeras hay cosas como las técnicas empresariales, la administración financiera
y las estrategias de inversión. Son todos asuntos esenciales. Pero el juego interior es todavía
más importante. Una analogía sería un carpintero y sus herramientas. Tener herramientas de
buena calidad resulta imprescindible, pero ser un carpintero de primera que las utilice
magistralmente es aún más importante.

Yo tengo un dicho: «No basta con estar en el lugar adecuado en el momento justo. Tienes
que ser la persona adecuada en el lugar adecuado en el momento justo».

Así pues, ¿quién eres tú? ¿Cómo piensas? ¿Cuáles son tus creencias? ¿Cuáles son tus
hábitos y tus rasgos de carácter? ¿Cómo te sientes realmente con respecto a ti mismo? ¿Qué
grado de confianza tienes en ti mismo? ¿Cómo te relacionas con los demás? ¿Cuánto
confías en los demás? ¿Sientes verdaderamente que mereces la riqueza? ¿Cuál es tu aptitud
para actuar a pesar del miedo, a pesar de la preocupación, a pesar de los inconvenientes, a
pesar de las molestias? ¿Eres capaz de actuar cuando no estás de humor?

El hecho es que tu carácter, tu forma de pensar y tus creencias constituyen una parte
fundamental de lo que determina el nivel de tu prosperidad.

Uno de mis autores favoritos, Stuart Wilde, lo expresa del siguiente modo: «La clave del
éxito es elevar tu propia energía. Cuando lo hagas atraerás a la gente hacia ti de forma
natural. Y cuando se pongan a tiro, ¡pásales la factura!».

PRINCIPIO DE RIQUEZA:

¡Tus ingresos pueden crecer únicamente hasta donde crezcas tú!


TIPOS DE MEMORIA (Desarrolla una mente prodigiosa, Ramón Campayo) /1042

La memoria podemos clasificarla de dos formas distintas:

A) Atendiendo al tiempo que somos capaces de retener la información memorizada:

 — De CORTO PLAZO, cuando, por ejemplo, nos dicen todos los dígitos de un
número de teléfono y sucede que, si no los anotamos inmediatamente, se nos
olvidan, pues solamente somos capaces de poder retenerlos durante unos pocos
segundos. A veces nos repetimos dicho número para nosotros, de forma incesante,
para escucharlo de nuestra propia voz y así poder recordarlo mejor hasta que lo
anotemos.

 — De MEDIO PLAZO, cuando la información se retiene uno o dos días a lo sumo.

 — De LARGO PLAZO, cuando es retenida meses o años y solo requiere de


pequeños estímulos para mantenerla nítida en nuestro recuerdo. A modo de ejemplo
puede valemos el nombre de la ciudad donde nacimos, la imagen de la cara de un
hermano o la voz de nuestro padre.

B) Atendiendo al sentido por el que percibimos el tipo de la información a memorizar.


Así, la memoria puede ser:

 — VISUAL, es la más importante y poderosa de todas, y gracias a ella podemos


recordar las cosas que vemos. En el caso de un estudiante que está leyendo un texto,
su mente puede proceder a transformar esas palabras que ve escritas en imágenes,
las cuales forman la llamada memoria fotográfica (que no debe ser confundida con
la memoria eidética), siempre y cuando esta persona haya conseguido adquirir la
destreza necesaria.

Mientras una persona está leyendo se van produciendo una serie de enlaces, más o menos
lógicos, de todos los datos que lee. Estos son interpretados por su mente subconsciente
junto con los datos que esa persona memorizó anteriormente o que ya tenía adquiridos
desde una época pasada. A la comprensión de los datos que la mente es capaz de retener o de
asimilar es a lo que vamos a denominar aprendizaje.
El estudiante solo aprende cuando es capaz de razonar y de comprender lo que está
memorizando. Esto es posible si trabaja con datos a los que llamaremos secuenciales, los
cuales estudiaremos más adelante. Hay otro tipo de datos (llamados datos puros) que no
pueden ser razonados y que, por tanto, no pueden aprenderse, aunque sí pueden
memorizarse fácil y profundamente en la memoria de largo plazo. También los veremos en
breve.

Observemos con atención cómo distinguimos claramente entre los conceptos de memorizar
y de aprender. Muchas personas pueden haber memorizado datos, pero a lo mejor ni
siquiera saben que los han memorizado, con lo cual no han aprendido absolutamente nada.
Para aprender hay que poder entender y razonar lo que ha sido memorizado, y además se ha
de tener una clara consciencia de esos datos. La acción de aprender crea experiencia, es
decir, aquella persona que ha aprendido algo podrá deducir sus conocimientos en el futuro
cuando sea necesario, pudiendo entonces usarlos para algún fin. En cambio, el que ha
memorizado a lo bruto, sin entendimiento, será incapaz de responder acertadamente cuando
alguien le formule una pregunta planteada de forma distinta a como él la memorizó.

Ahora quisiera desmitificar lo que normalmente se entiende por memoria fotográfica, es


decir, lo que supuestamente poseen ciertas personas que, de una manera más o menos
mágica y en un abrir y cerrar de ojos, les permite ir haciendo «fotografías» de todo lo que
ven, por ejemplo de una habitación, y retener esa información nítidamente en su recuerdo,
como si la estuviesen volviendo a ver. Esa idea es completamente falsa y nadie puede hacer
eso. Me incluyo yo también, por supuesto.

Sí es cierto que todos tenemos la capacidad para hacer o recordar pequeños flashes
fotográficos, pero estos solo perduran unas décimas de segundo en nuestra memoria,
aunque pueden ser desarrollados con el entrenamiento. Constituyen la memoria eidética.

En cualquier caso, la memoria más fuerte será aquella basada en imágenes, y más aun la
que se componga de imágenes que posean movimiento, lo que yo denomino vídeo mental.
Sin duda, esta es la mayor arma memorística que todos los humanos poseemos para
memorizar y también para poder leer velozmente. Fíjate, por ejemplo, lo bien que se nos
queda la información de una película que estamos viendo en el vídeo de nuestra casa. Ello
es así porque precisamente estamos viendo esas imágenes en realidad.
Pues bien, nosotros somos capaces de forzar la aparición de tales imágenes mentales
aumentando la rapidez de nuestra lectura, incrementando así la velocidad de memorización
de una manera impresionante.

El resto de los sentidos que poseemos también pueden hacemos memorizar una
información, pero estos son realmente mucho menos eficaces. Siguiendo con ellos, y por
orden de importancia, nos encontraríamos en el siguiente lugar con la memoria que
funciona a través del oído, y que se denomina:

 — AUDITIVA, una memoria muy usada diariamente y que nos permite, por
ejemplo, memorizar y recordar una canción.

Fíjate que en primer lugar se memoriza y posteriormente se recuerda, por lo que,


lógicamente, no podremos recordar nada que no hayamos memorizado con antelación. A
veces puede llegar a costamos recordar una información ya memorizado, debido a ciertos
mecanismos de censura inconsciente que poseemos y que son en realidad sistemas
defensivos que utiliza nuestra mente de vez en cuando (para algunas personas lo hace con
más frecuencia de la que ellos quisieran).

•— GUSTATIVA, sin necesidad de explicarla. ¿Quién no es capaz de recordar el sabor de


su comida preferida? Sobre todo cuando la está comiendo otra vez.

•— OLFATIVA, gracias a ella y a nuestro olfato podremos memorizar y recordar los


olores.

•— TÁCTIL, recordando mediante el tacto las sensaciones que un día percibimos a través
de nuestra piel.

Finalmente, hay otro tipo de memoria interesante, la llamada memoria QUINESTÉSICA, la


cual nos permite realizar todo tipo de acciones y movimientos musculares que ya tenemos
asimilados de manera completamente inercial e inconsciente, como, por ejemplo, andar,
escribir o conducir un vehículo a motor.

Es muy importante a tener en cuenta, para aquellos estudiantes que tengan que realizar
exámenes prácticos, que la mejor manera de desarrollar este último tipo de memoria, la
quinestésica, es precisamente practicando mucho tales actividades, intentando llevarlas a
cabo de manera automática, sin pensar demasiado en lo que se está haciendo y, ¡cómo no!,
actuando siempre con el mayor agrado posible.
EL PODER DE UN CAMBIO DE PARADIGMA /1027

(Los siete hábitos de la gente altamente efectiva, Steven Covey)

Quizá la conclusión más importante que puede obtenerse del experimento perceptivo
pertenece al área del cambio de paradigma, que podría denominarse experiencia
«¡Eureka!», y se produce cuando alguien finalmente «ve» de otro modo la imagen
compuesta. Cuanto más apegada esté una persona a su percepción inicial, más poderosa
será la experiencia «¡Eureka!». Es como si en nuestro interior de pronto se encendiera una
luz.

La expresión cambio de paradigma fue introducida por Thomas Kuhn en un libro muy
influyente, una piedra angular, titulado La estructura de las revoluciones científicas. Kuhn
demuestra que casi todos los descubrimientos significativos en el campo del esfuerzo
científico aparecen primero como rupturas con la tradición, con los viejos modos de pensar,
con los antiguos paradigmas.

Para Tolomeo, el gran astrónomo egipcio, la Tierra era el centro del universo. Pero
Copérnico creó un cambio de paradigma, suscitando muchas resistencias y persecuciones al
situar al Sol en el centro. Súbitamente, todo fue objeto de una interpretación distinta.

El modelo newtoniano de la física es un paradigma de movimientos regulares y todavía


constituye la base de la ingeniería moderna. Pero es parcial, incompleto. El mundo
científico moderno se vio revolucionado por el paradigma einsteiniano, el paradigma de la
relatividad, cuyo valor predictivo y explicativo es mucho mayor.

Hasta que se elaboró la teoría de los gérmenes, un alto porcentaje de mujeres y niños
morían durante el parto, y nadie entendía por qué. En las escaramuzas de la guerra, eran
más los hombres que morían de pequeñas heridas y de enfermedades que de traumas
importantes sufridos en el frente. Pero en cuanto se desarrolló la teoría de los gérmenes, un
paradigma totalmente nuevo, un modo mejor y perfeccionado de comprender lo que
sucedía, hizo posible un perfeccionamiento médico extraordinario, significativo.

Los Estados Unidos de hoy en día son el fruto de un cambio de paradigma. El concepto
tradicional del gobierno había sido durante siglos el de la monarquía, el del derecho divino
de los reyes.
Entonces se desarrolló un nuevo paradigma: el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el
pueblo. Nació una democracia constitucional, capaz de liberar en gran medida la energía y
el ingenio humanos, que originó un nivel de vida, de libertad, de influencia y esperanza
inigualado en la historia del mundo.

No todos los cambios de paradigma siguen una dirección positiva. Como ya hemos
señalado, el paso de la ética del carácter a la ética de la personalidad nos ha alejado de las
raíces mismas que nutren el verdadero éxito y la verdadera felicidad.

Pero ya sea que el cambio de paradigma nos empuje en direcciones positivas o negativas, o
que se produzca de modo instantáneo o gradual, determina que pasemos de una manera de
ver el mundo a otra. Ese cambio genera poderosas transformaciones. Nuestros paradigmas,
correctos o incorrectos, son las fuentes de nuestras actitudes y conductas, y en última
instancia de nuestras relaciones con los demás.

Recuerdo un «minicambio» de paradigma que experimenté un domingo por la mañana en el


metro de Nueva York. La gente estaba tranquilamente sentada, leyendo el periódico,
perdida en sus pensamientos o descansando con los ojos cerrados. La escena era tranquila y
pacífica.

Entonces, de pronto, entraron en el vagón un hombre y sus hijos. Los niños eran tan
alborotadores e ingobernables que de inmediato se modificó todo el clima.

El hombre se sentó junto a mí y cerró los ojos, en apariencia ignorando y abstrayéndose de


la situación. Los niños vociferaban de aquí para allá, arrojando objetos, incluso arrebatando
los periódicos de la gente. Era muy molesto. Pero el hombre sentado junto a mí no hacía
nada.

Resultaba difícil no sentirse irritado. Yo no podía creer que fuera tan insensible como para
permitir que los chicos corrieran salvajemente, sin impedirlo ni asumir ninguna
responsabilidad. Se veía que las otras personas que estaban allí se sentían igualmente
irritadas. De modo que, finalmente, con lo que me parecía una paciencia y contención
inusuales, me volví hacia él y le dije: «Señor, sus hijos están molestando a muchas
personas. ¿No puede controlarlos un poco más?».
El hombre alzó los ojos como si sólo entonces hubiera tomado conciencia de la situación, y
dijo con suavidad: «Oh, tiene razón. Supongo que yo tendría que hacer algo. Volvemos del
hospital donde su madre ha muerto hace más o menos una hora. No sé qué pensar, y
supongo que tampoco ellos saben cómo reaccionar».

¿Puede el lector imaginar lo que sentí en ese momento? Mi paradigma cambió. De pronto
VI las cosas de otro modo, y como las veía de otro modo, pensé de otra manera, sentí de
otra manera, me comporté de otra manera. Mi irritación se desvaneció. Era innecesario que
me preocupara por controlar mi actitud o mi conducta; mi corazón se había visto invadido
por el dolor de aquel hombre. Libremente fluían sentimientos de simpatía y compasión.
«¿Su esposa acaba de morir? Lo siento mucho… ¿Cómo ha sido? ¿Puedo hacer algo?»
Todo cambió en un instante.

Muchas personas experimentan un cambio de pensamiento análogo y fundamental cuando


afrontan una crisis que amenaza su vida y de pronto ven sus prioridades bajo una luz
diferente, o cuando asumen un nuevo rol, como el de esposo o esposa, padre o abuelo,
directivo o líder.

Podemos pasar semanas, meses, incluso años, trabajando con la ética de la personalidad
para cambiar nuestras actitudes y conductas, sin siquiera empezar a aproximarnos al
fenómeno del cambio que se produce espontáneamente cuando vemos las cosas de modo
diferente.

Resulta obvio que si lo que pretendemos es realizar en nuestra vida cambios relativamente
menores, puede que baste con que nos concentremos en nuestras actitudes y conductas.
Pero si aspiramos a un cambio significativo, equilibrado, tenemos que trabajar sobre
nuestros paradigmas básicos.

Según decía Thoreau, «Mil cortes en las hojas del árbol del mal equivalen a uno solo en las
raíces». Sólo podemos lograr una mejora considerable en nuestras vidas cuando dejamos de
cortar las hojas de la actitud y la conducta y trabajamos sobre la raíz, sobre los paradigmas
de los que fluyen la actitud y la conducta.
I El mundo es un negocio (¿Qué harías si no tuvieras miedo? Borja Vilaseca)/479

Un anciano empresario le regaló a su nieto el juego del Monopolio por su decimoctavo


aniversario. Era verano y el joven disfrutaba de sus vacaciones antes de comenzar la carrera
de Económicas. Era un chico ambicioso. Quería superar la fortuna acumulada por su
abuelo. Por las tardes, los dos se sentaban junto al tablero y pasaban horas jugando. A pesar
de la frustración de su nieto, el empresario seguía ganándole todas las partidas, pues
conocía perfectamente las leyes que regían aquel juego.

Una mañana, el joven por fin comprendió que el Monopolio consistía en arruinar al
contrincante y quedarse con todo. Y hacia el final del verano, ganó finalmente su primera
partida. Tras quedarse con la última posesión de su mentor, se enorgulleció de ver al
anciano derrotado. «Soy mejor que tú, abuelo. Ya no tienes nada qué enseñarme», farfulló,
acunando en sus brazos el botín acumulado.

Sonriente, el empresario le contestó: «Te felicito, has ganado la partida. Pero ahora
devuelve todo lo que tienes en tus manos a la caja. Todos esos billetes, casas y hoteles.
Todos los ferrocarriles y compañías de servicios públicos. Todas esas propiedades y todo
ese dinero… Ahora todo lo que has ganado vuelve a la caja del Monopolio». Al escuchar
sus palabras, el joven perdió la compostura.

Y el abuelo, con un tono cariñoso, añadió: «Nada de esto fue realmente tuyo. Tan solo te
emocionaste por un rato. Todas estas fichas estaban aquí mucho antes de que te sentaras a
jugar, y seguirán ahí después de que te hayas ido. El juego de la vida es exactamente el
mismo. Los jugadores vienen y se van. Interactúan en el mismo tablero en el que lo
hacemos tú y yo. Pero recuerda: tu dinero, tu casa, tu coche, tu televisión… Nada de eso te
pertenece. Todo lo que tienes. Todo lo que posees. Y todo lo que acumules. Tarde o
temprano, todo lo que crees que es tuyo irá a parar nuevamente a la caja. Y te quedarás sin
nada».

El joven escuchaba cada vez con más atención. Y al captar su interés, el anciano
empresario compartió con él una última lección: «Te voy a decir lo que me hubiera gustado
que alguien me hubiera dicho cuando tenía tu edad.
Piénsalo con detenimiento. ¿Qué sucederá cuando consigas el ascenso profesional
definitivo? ¿Cuándo hayas comprado todo lo que deseas? ¿Cuando tengas suficiente
seguridad financiera? ¿Cuándo hayas subido la escalera del éxito hasta el peldaño más alto
que puedas alcanzar? ¿Qué pasará cuando la excitación desaparezca? Y créeme,
desaparecerá. Entonces, ¿qué? ¿Cuántos pasos tienes que caminar por esta senda antes de
que veas a dónde conduce? Nada de lo que tengas va a ser nunca suficiente. Así que hazte a
ti mismo una sola pregunta: ¿Qué es lo verdaderamente importante en la vida?».
EL NACIMIENTO DE LA BANCA MODERNA /544
(¿Qué harías si no tuvieras miedo? Borja Vilaseca)

El primer banco moderno fue fundado en 1406, en la ciudad italiana de Génova, desde
donde fue extendiendo su modelo por toda Europa. Dado que en aquella época no todos los
ciudadanos disponían de oro, los banqueros empezaron a conceder «préstamos». Es decir, a
redactar, firmar y prestar papeles en los que anotaban la cantidad proporcionada, creando
así una nueva forma de dinero. Fue entonces cuando los bancos pusieron en práctica un
sistema de funcionamiento que les llevaría a gozar de cada vez más poder y control sobre
las comunidades en la que operaban.

Por un lado, abonaban un tipo de interés por el oro que la gente depositaba en su caja
fuerte. Así fomentaban el ahorro, aumentando año tras año su cartera de clientes y de
capital. Y por el otro, cobraban un tipo de interés mayor a quienes prestaban dinero. La
diferencia cubría los costes de gestión del banquero, dando lugar un nuevo concepto
llamado «beneficio». Y al hacer de puente entre quienes podían permitirse ahorrar y
aquellos que necesitaban urgentemente dinero, nació el denominado «papel-moneda».5Esto
es, los billetes tal y como hoy los conocemos. En Europa, los primeros billetes aparecieron
en Suecia en 1661. Debido a la comodidad que presentaban frente a las pesadas bolsas de
monedas, enseguida fueron extendiéndose por el resto de países europeos.

En paralelo, a lo largo del siglo XVII se produjo una gran demanda de crédito para
financiar la expansión europea hacia América. Tanto es así, que los bancos no pudieron
prestar todo el dinero que les solicitaban. Principalmente porque no almacenaban suficiente
oro para respaldar dichos préstamos. Fue entonces cuando estas entidades financieras
modificaron nuevamente su sistema de funcionamiento. Los banqueros sabían que era muy
poco probable que todos sus clientes retiraran su oro al mismo tiempo. De ahí que optasen
por prestar más capital del que almacenaban dentro de sus cajas fuertes. Para mantener la
confianza en este sistema, tan solo se necesitaba que los clientes siguieran creyendo que el
banco iba a devolverles su oro cada vez que lo reclamaran, independientemente de que esto
fuera cierto o no.
En vez de prohibir que estas entidades financieras prestaran más dinero del que en realidad
poseían, esta práctica fue legalizada y regulada por el Estado. Con el tiempo aparecieron los
bancos centrales, que avalaban la posible quiebra de alguno de sus bancos privados. Su
función consistía en proporcionar nuevas reservas de oro a aquellas filiales comerciales que
se hubieran quedado sin existencias. Estas, a su vez, se encargaban de conceder créditos y
dar préstamos a personas, familias y empresas. Y como consecuencia, el uso del dinero —a
través de billetes y monedas emitidos por el Estado— empezó a democratizarse,
convirtiéndose en la energía impulsora del progreso de la sociedad.

De esta manera, el comercio fue acelerándose, sofisticándose y expandiéndose,


desarrollando una forma de intercambio y de cooperación humana denominada «mercado».
Es decir, el escenario donde la oferta (los que ofrecemos algo) y la demanda (los que
necesitamos o queremos algo) negociamos, compramos y vendemos para obtener ese algo.
En esencia, el mercado es el lugar donde interactuamos con la finalidad de mejorar —de
alguna manera u otra— nuestra calidad de vida.
Todos podemos soñar (Matti Hemmi, te atreves a soñar)/1051

Todos nuestros sueños pueden hacerse realidad, si tenemos el coraje de perseguirlos.

WALT DISNEY

EQUILIBRIO, NECESIDADES, MEMES Y SUEÑOS

El viaje que estás a punto de iniciar es una experiencia maravillosa que tienes todo el
derecho a llevar a cabo y disfrutar. En función de cuáles sean tus circunstancias de partida
esto puede sonarte extraño, pero cada persona está llamada a sacar lo mejor de sí misma
como ser humano. El cerebro ha evolucionado hasta convertirse en un órgano
perfectamente equipado para conseguir objetivos. Y estos no dejan de ser un tipo particular
de sueños.

Eso sí, el primer objetivo del cerebro es asegurar su propia supervivencia. Y por ello
controla cómo lo hace, qué prioriza y qué aplaza, en qué pone sus energías y qué deja para
más tarde.

Así, durante miles de años, el objetivo de nuestros antepasados fue llevar comida a su
cueva. Bueno sí. Además estaba lo de procrear y cuidar a sus familias. Todo ello englobado
en las necesidades básicas de supervivencia, seguridad y pertenencia, que diría Abraham
Maslow.

Esa capacidad de conseguir objetivos, de rellenar el hueco entre lo que tienes y lo que
deseas, de no querer experimentar la sensación de vacío, es innata al ser humano. Estamos
diseñados para satisfacer nuestras necesidades. Como cualquier animal, buscamos
constantemente estar en equilibrio. Eso sí, un equilibrio inestable. Inestable por lo poco que
tarda en producirse una nueva necesidad que nos hace ponernos en acción, sea de forma
consciente o inconsciente. Gracias a esa inestabilidad movemos nuestros músculos para
respirar, bombear sangre, hacer la digestión y satisfacer los millones de desequilibrios que
posibilitan la vida.

Pero, además, contamos con otras necesidades de orden superior. Como mamíferos, nos
diferenciamos de otras especies por la necesidad de establecer vínculos, la necesidad de
pertenecer, de ser gregarios. Y por último, pero no por ello menos importante, tenemos la
necesidad de creer en nosotros, de aprender y crecer como personas, y finalmente la de
dejar huella y autorrealizarnos.

Esta última necesidad se plasma en el instinto de dejar nuestros propios memes, concepto
explicado por Richard Dawkins en su libro El gen egoísta. Los memes son nuestros «genes
culturales» que permiten que algo de nosotros pase a las siguientes generaciones, incluso
aunque no tengamos hijos.

Y es aquí donde los sueños, tus sueños, juegan un papel importante. Porque muchos de esos
memes los crearás en la medida en la que te atrevas a soñar y a convertirlos en realidades
que puedas dejar como herencia a las generaciones venideras. Y al hacerlo, habrás
desarrollado una cierta actitud frente a lo desconocido, habrás incorporado habilidades
como aplazar el juicio y gestionar la incertidumbre, contarás con formas de afrontar tus
miedos, e incluso habrás añadido a tu caja virtual de herramientas conocimientos acerca de
ese proceso. Y todo eso es susceptible de convertirse en memes que pases a otros.

Una forma de dejar una herencia y de paso ser feliz es la de dar ejemplo cumpliendo tus
sueños.

SUEÑOS E IMAGINACIÓN

Una de las habilidades innatas para cumplir tus sueños es saber utilizar tu imaginación.
Porque la imaginación permite encontrar valor en cosas o en habilidades que aparentemente
no lo tienen.

El hombre se ha desplazado a pie o usando medios animales durante siglos. La invención


de la rueda supuso sin duda un gran invento que ha movido a la humanidad la mayor parte
de su historia. Pero casi siempre se empleaba con energía animal. Hasta hace poco más de
cien años, la gente aún se desplazaba por algunas de las ciudades más modernas del mundo
en carros tirados por caballos, dejando detrás una estela maloliente de desechos.

Por otra parte, desde los tiempos prehistóricos, el agua y el fuego han sido grandes recursos
que la humanidad ha utilizado de forma inteligente. Y durante los últimos diez siglos
algunos iluminados fueron combinándolos de distintas maneras con el fin de conseguir que
el vapor y la rueda movieran objetos o personas. Las locomotoras y los barcos a vapor
marcaron sin duda un hito en ese proceso.
En paralelo, el petróleo ya se utilizaba como betún en tiempos bíblicos y en muchas
culturas se usaba para impermeabilizar los barcos; los chinos utilizaban el vapor de petróleo
para calentar los alimentos. Pero este no encontró sus usos más espectaculares hasta que
alguien imaginó, y encontró, la forma de usarlo como combustible para motores.

Y así podría seguir contándote la historia de la humanidad desde el punto de vista


tecnológico. O de las innovaciones. Pero lo que pretendo es que, desde el principio de esta
lectura, empieces a darte cuenta de qué es lo que hace falta para conseguir tus sueños.
Todos esos avances han ocurrido porque alguien usó lo que tenía disponible y encontró una
forma nueva de convertirlo en un recurso. Decidió usar su imaginación para satisfacer una
necesidad, propia o ajena.

En función de qué tipo de persona seas puedes querer satisfacer necesidades propias o
ajenas; y a cambio de dinero, o de forma altruista. Pero este libro no tiene que ver con ese
debate. Este libro es para enseñarte a cumplir tus sueños. A que tomes conciencia de que ya
cuentas con los recursos necesarios para cumplirlos. Al menos con los mínimos necesarios.
Sé que muchos sueños requieren de muchos más recursos de los que hoy tienes. Pero no
conseguirás cumplirlos si no les das valor a esos recursos con los que ya cuentas.

Este ha sido para mí, que me considero un cumplidor de sueños, mi gran aprendizaje. Y lo
que enseño a mis hijos es que en lugar de pensar en lo que no tienen, y en lo que les falta,
piensen en lo que ya tienen y en cómo utilizarlo de forma que les permita cumplir su sueño.

Y desde luego, ahora en el siglo XXI, es mucho más sencillo que en el pasado. Incluso
aunque estés viviendo en la sabana africana. No digo que sea fácil, digo que es más fácil,
mucho más fácil. Muchos miembros de la etnia masáis tienen hoy en día teléfonos móviles
que utilizan mientras mantienen sus costumbres tradicionales. Y es que lo que el presente, y
el mundo, nos está enseñando es que necesitamos aprender a combinar lo mejor del
presente con lo mejor del pasado.

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