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La Misa ambrosiana comienza con el canto procesional de entrada.

Después de incensar el altar,


se canta el Gloria, tal vez como vestigio del antiguo oficio ambrosiano de Laudes.

De ahí la triple invocación Kyrie Christe Kyrie en todas las Misas, como en el rito romano. Sigue
la oratio super populum, precedida del saludo “ El Señor este con ustedes” de cara al altar, lo que
supone que éste estaba normalmente cara al pueblo.

Las lecturas en la Misa ambrosiana son tres, ya desde San Ambrosio, como en la antigua Misa
romana y en las galicana y mozárabe: lectura profética (tomada del Antiguo Testamento o de los
Hechos de los Apóstoles), apostólica o epístola, y evangélica.

Entre la primera y segunda se canta el salmo, correspondiente al gradual romano; y antes del
Evangelio, el Aleluya con un versículo, al que acompaña en las grandes solemnidades una antífona
del evangelio , mientras tiene lugar la procesión al ambón o púlpito. Después, como canto
procesional a continuación de la lectura o como preparación del altar para el ofertorio, se canta
la antífona post Evangelio con triple Kyrie, (desconocida en la liturgia romana).

La oración conclusiva de la liturgia de la Palabra (la antigua oratio super sindonem, desconocida en
la liturgia romana)

El rito del ofertorio es bastante parecido al de la Misa romana tradicional. Después 10 ancianos y
10 ancianas, pertenecientes a la vieja cofradía Schola Sancti Ambrosii, con su hábito característico
y cuerpo y manos cubiertos con el amplio velo, llevan las ofrendas de pan y de vino hasta el
presbiterio, donde las recibe el celebrante con sus ministros. Y mientras se llevan las ofrendas al
altar, se canta la antífona Offerenda, equivalente al canto romano del ofertorio, del que no pocas
veces toma el texto. Después del ofertorio se canta el Credo, y sigue la oración sobre las ofrendas.

Se abre con el Prefacio, del que existen numerosísimos formularios, de gran finura y estilo, como
en los ritos galicano y mozárabe. En el Communicantes se incorporan a la lista los santos y mártires
de la Iglesia milanesa. Es inmediatamente antes de la consagración, el celebrante va al lado de la
epístola y en silencio se lava las manos. Las palabras consacratorias concluyen con el recuerdo de
la muerte y resurrección de Cristo y el anuncio de su segunda venida.

De la fracción del Pan sigue inmediatamente a la doxología final. Mientras tanto, se canta
el Confractorium( canto al partir el pan). Los fieles comienzan a prepararse a la comunión con el
Padre Nuestro y dándose a continuación la paz. El Cordero únicamente tiene lugar en las Misas de
difuntos. La fórmula de comunión siempre fue la que desde la última reforma es también del rito
romano: Corpus Christi. R/Amén.

Mientras se da la comunión, se canta el Transitorium (antifona de comunión ) Termina la Misa


con la poscomunión, triple Kyrie eleison con que solían terminar todos los oficios ambrosianos,
bendición y fórmula de despedida Procedamus in pace. R/ In nomine Christi.

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