Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
1
El presente informe es una edición y síntesis realizada por Virgilio Hernández de otros
trabajos como: Caso Chevron. La verdad no contamina, publicada en el 2013 por el Diario El
Telégrafo, escrita por Orlando Pérez y Nelson Silva; El caso Chevron/Texaco. La lucha por la
Justicia Ambiental y Social en el Ecuador, producida por el Ministerio de relaciones exteriores y
Movilidad Humana y aportes de Alexis Mera Giler sobre el laudo del 30 de agosto de 2018.
2Chevron - PrecioPetroleo.net
https://www.preciopetroleo.net/chevron.html
1
de petróleo y abrió al menos 1.000 piscinas en la selva, algunas de forma
clandestina, donde se arrojaban residuos de todo tipo, como crudo, aguas y
lodos tóxicos. El contenido contaminante de ciertas piscinas era incendiado
junto a la vegetación a 200 metros a la redonda. En el proceso, además de los
gases contaminantes lanzados a la atmósfera, se contaminaban las aguas y
tierras, el ambiente y cualquier ser vivo en las cercanías… La transnacional
petrolera es responsable del derrame de no menos de 15.8 mil millones (59.9 mil
millones de litros) de residuos de petróleo y 28.5 millones de galones (108
millones de litros) de petróleo bruto en la Amazonía”
Según el libro Las palabras de la Selva, los efectos sobre la población indígena y
colona de las provincias de Sucumbíos y Orellana, son un gran indicador,
presentándose una alta incidencia de cáncer (estómago, útero y leucemia);
según otra publicación realizada por Adolfo Maldonado y Alberto Narváez en
2003 se concluyó que el 82,4% de la población en áreas de influencia se ha
enfermado alguna vez por la contaminación, entre las principales,
enfermedades de la piel, complicaciones respiratorias, digestivas y de la vista.
Además, cerca del 75% de la población cercana a las áreas donde operó Texaco
se vio afectada por la perdida parcial o total de sus cultivos y el 94% de familias
ha perdido animales domésticos (vacas, cerdos y gallinas) a causa de la
contaminación, profundizando de esta manera la frágil situación económica de
miles de familias.
3 Pérez Orlando, Silva Nelsón, Caso Chevron La verdad NO contamina, El Telégrafo, 2013, Quito
2
3. ¿Por qué Texaco se niega a reconocer el juicio en las cortes
ecuatorianas?
Es preciso recordar que esta acción de los pobladores se presentó en 1993, año
en que indígenas y colonos locales se organizaron para exigir reparaciones por
los daños ambientales y sociales causados por la empresa estadounidense.
Son dos procesos absolutamente distintos, el uno es una causa de los pueblos
indígenas y pobladores y las otras son acciones del Estado ecuatoriano, que le
correspondía defenderse al haber sido demandado en cortes de arbitraje por la
transnacional Chevron-Texaco.
Como dice Pablo Fajardo, abogado de los demandantes: “Uno es el caso que la
UDAPT junto a los pueblos hemos llevado en estos 25 años contra Chevron y
otro es el arbitraje de Chevron contra Ecuador. Sin embargo, el día de hoy (30
agosto de 2018) el panel de arbitrajes publica un laudo arbitral contra el Estado
ecuatoriano, en el cual ordena, que viole la Constitución del Ecuador y ordene a
los jueces que no ejecuten la sentencia nuestra. Además, les ordena que tome las
medidas necesarias para que impida que los afectados podamos hacer cumplir
la sentencia fuera de Ecuador. Lo que dispone el panel de arbitraje es ilegal y
atenta contra la seguridad jurídica de los afectados y del país. Es más ese
4
arbitraje se basa en un TBI, suscrito entre Ecuador y Estados Unidos en el año
1997, en éste caso aplicado de forma retroactiva. Cualquier persona razonable,
podría pensar que el Estado se defendería y al menos protestaría por la
ilegalidad del arbitraje. Pero eso no ocurre hoy. Hemos escuchado a un
procurador y al Secretario Particular de la Presidencia, hacerle el juego a
Chevron, abogar en favor de Chevron y tratar de buscar culpables casa adentro.
En otras palabras el Estado pretende cumplir con un ilegítimo laudo arbitral y
sacrificar los derechos de los pobladores de las Provincias de Orellana y
Sucumbíos. Esto es inaceptable. Como UDAPT rechazamos el laudo arbitral y
rechazamos la actitud y posición del Estado ecuatoriano. Alerta compañeros,
debemos actuar. No podemos permitir que nuestros derechos humanos sean
negociados en acuerdos comerciales”.
Además el laudo reconoce, como lo han señalado por más de veinte y cinco
años los afectados, que si existió contaminación e incluso llegan a afirmar: “Que
lamentan sobremanera que los reclamos de las personas de la amazonia no
hayan sido arreglados por Chevron en estos años. Pero que aquello no “es parte
de esta decisión”
5
En lo de fondo, el Tribunal Arbitral, ratifica todos y cado uno de los reparos que
se han realizado respecto de los tribunales de arbitraje y tratados bilaterales de
inversión, puesto que:
Indigna advertir como estos tribunales arbitrales son solícitos con las grandes
transnacionales: Se probó en el proceso que Chevron pretendió alterar peritajes
para que lo sucio salga limpio en la Amazonia. Pero de ese tema, gravísimo sobre
todo en el derecho anglosajón, los árbitros hacen mutis por el foro.
Con respecto a la sentencia de Lago Agrio dicen que, a pesar nunca se pudo
probar que alguien le pasó algún archivo a la computadora del Juez para que
haga la sentencia tienen suficiente evidencia que el juez no la escribió, porque
según el Tribunal Arbitral no tuvo el tiempo para hacerlo, por el estilo de
redacción o por contener datos técnicos, como reportes de salud que no están en
el proceso, sino en las alegaciones de los demandantes.
Cabe decir finalmente que este laudo se complica con las decisiones adoptadas
con la aprobación de la mal llamada Ley de Fomento Productivo, que eliminó
6
algunas condiciones para homologación de laudos y sentencias extranjeras, al
mismo tiempo, que permitió la vigencia de TBI, en contra de los dispuesto en la
Constitución de la República.
Este laudo es susceptible de anulación en una corte del Reino de los Países
Bajos, aunque para que tenga éxito requiere de una política de defensa de los
intereses del Estado, en lugar de buscar un nuevo hecho de vendetta política
contra el gobierno del expresidente Rafael Correa, como lamentablemente han
sido las expresiones del Secretario de la Presidencia y del Procurador General
del Estado, quien incluso a inicios de agosto, ya “vaticinó” que se podía perder
las acciones de arbitraje internacional 4, de igual manera ha señalado que la
nulidad la “ve cuesta arriba y que probablemente se pierda” 5 sin contar
adicionalmente con el cabildeo político que ha realizado el Ministro Pablo
Campana 6 desde el año 2017 con la empresa Chevron..
Es urgente que el Procurador General del Estado responda por las acciones que
se han desarrollado durante este año para la defensa de los intereses del
Ecuador; así mismo debe explicar sus declaraciones realizadas en el mes de
agosto y las que señala que la nulidad del laudo arbitral del 30 de agosto las “ve
cuesta arriba”; de igual forma, debería decirle al país la posición que mantuvo
la Procuraduría General del Estado en las modificaciones realizadas respecto a
los TBI en la mal llamada Ley de Fomento Productivo e incluso en aras de la
transparencia sería bueno conocer la historia personal de vinculaciones con
empresas mineras, hidrocarburíferas y transnacionales para saber si
efectivamente se van a defender los intereses del país o no.
De la misma forma, no puede quedar sin respuesta las acciones realizadas por
el Ministro Pablo Campana con el FMI y Chevron, ¿en qué consistieron? ¿a qué
compromisos llegaron? ¿tuvo o no conocimiento el Presidente de la República
Lenín Moreno sobre estas conversaciones?; por último no estaría mal conocer si
efectivamente uno de los abogados de la empresa Chevron en Ecuador es tío
del Secretario de la Presidencia Juan Sebastián Roldán.
7
El Ecuador requiere acciones claras en defensa de la patria y que el
“progresismo moderno” del Presidente Lenín Moreno demuestre su
compromiso con el Ecuador, evitando que servidores obsecuentes con las
grandes transnacionales protagonicen en pleno siglo XXI un nuevo capítulo de
la “Venta de la Bandera”, como el que realizó en 1894 José María Plácido
Caamaño, en el gobierno “neoconservador progresista” de Luis Cordero
Crespo.