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Vaisali, India,

7-01-09

D ijo el Señor Gautama aquí en Vaisali :“Están llegando al


final mis días, estoy por cumplir 80 años, y así como un carro viejo
rueda con dificultades, así mi cuerpo sólo se sostiene con
muchísimos cuidados. Únicamente se sostiene bien mi cuerpo
cuando me sumerjo en fervorosa meditación, abstraído del
mundo material”, solamente la meditación le alivia a uno la carga
de los años, de los problemas, de las situaciones. “Por eso,
Ánanda, SEAN LÁMPARAS PARA USTEDES MISMOS”. Esta es la
frase angular. Miren que estaba todo nublado, y cuando dije:
“Sean lámparas para ustedes mismos”, surgió un ramalazo de luz
solar, el sol apareció e iluminó todo Vaisali.

P ercátense de este suceso, “nada es por casualidad”, existe el


principio de correspondencia. Si esto se dijo en la tierra, hubo una
correspondencia, una respuesta en los planos superiores. Desde
hace años, Dios me premitió hacer público para todo el uso de la
Metafísica la frase del Señor Gautama que dijo en esta última
charla “Sean Lámparas para ustedes mismos” y que incluí en el
Servicio “Los Votos del Iluminado”.

A ntes de esto, esta frase nadie la conocía en la metafísica. Esto


quiere decir que no tienen porqué andar buscando la Luz en su
facilitador, en su instructor, en nadie; es su conciencia lo que los
tiene que iluminar. Por supuesto, esto no significa que uno vaya
en contra del facilitador, lo ataque o lo desconozca, uno tiene su
facilitador, lo quiere, y lo ama porque si bien él no es el Sol, es el
dedo que lo apunta y dice donde está. Sin el facilitador estaríamos
perdidos. He amado a Conny y he escrito maravillas sobre ella,
como nadie en el mundo, y a Katiuska la he adorado, pero nunca
les estuve preguntando: “¿Hago esto, no lo hago o hago esto
otro?”, ni pidiéndoles permiso para nada. Una cosa es el amor,
respeto y reconocimiento al facilitador, gurú o maestro y otra es la
sumisión, la obediencia ciega; uno debe amar, pero no debe estar
sumiso a nadie. “Sean lámparas para ustedes mismos” significa
que sea la conciencia la que nos guíe en la Enseñanza. El Señor
Gautama tuvo su Maestro que era Dipánkara y todos los
seguidores de Gautama lo tenían a Él y todavía esto sigue vigente.
No hay un sólo Maestro de la Jerarquía Espiritual que no tenga su
preceptor o Maestro y que no ponga en práctica esta frase. “Lo
cortés no quita lo valiente”. “Ser Lámparas para sí mismo” no es ir
en contra del Maestro ni el facilitador, es no depender de él.

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