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El hombre sin tiempo que trae películas que nadie conoce.

David Duponchel (Foto: Valentina Pérez Llosa)

David Duponchel es un historiador formado en la Sorbona y cineasta formado en


Escuela de Cine de Praga, es el fundador del Festival de Cine Al Este de Lima y trae a
Perú la competencia de cine Proyecto 48. Con dos festivales más en diferentes partes
del mundo (Creador del Festival de Cine de Europa Central y Oriental “A l’Est, du
Nouveau” en Francia y el Festival al Este de La Plata, en Argentina), este hombre le
roba tiempo al tiempo y decide, con varias películas desconocidas de Europa del Este
bajo el brazo, llenar Lima con cine fuera de serie.

David Duponchel no cuenta el tiempo de la misma manera que nosotros. Una cita a la una y
cuarto, advierte sonriendo, como disculpándose, mientras sus vivaces ojos azules corren
del ordenador a la cortina, buscando el orden preciso para dejar el aula tal y como la
encontró. Son las doce y veinte del mediodía en esta sala llena de mapas de la antigua
Sumeria y Mesopotamia, mientras el ruido de una construcción cercana le hace olvidar la
calma de su país natal, Francia.

Si bien su aterrizaje en Lima lo determinó una checa, su tiempo de vida aquí lo definió una
peruana, con quien tiene un hijo que cumple años ese fin de semana.

A diferencia del estereotipo de las películas que trae (“las películas de Europa del Este son
en blanco y negro y tristes”, se burla), David es un hombre vivaz y elocuente. Sus grandes
ojos azules viajan entre sus recuerdos de los diversos países en los que ha viajado para
detenerse en Perú un momento, mientras cuenta la titánica tarea de traer cine de lugares
recónditos a Perú.

Sus ojos no son lo único que se mueve alrededor del salón. Su mente está dividida en tres
lugares del mundo: Francia, su tierra natal, Argentina y Perú. Estas tres son las sedes de
sus 3 festivales de cine. El festival que ha creado aquí, El Festival de Cine Al Este de Lima
es uno de los más importantes y grandes festivales de cine que existen en la ciudad. Este
festival se ha convertido en una de las únicas plataformas que existen para acceder a cine
de países tan lejanos a nosotros como lo son Polonia, República Checa y Rusia.

Afiche del Festival Al Este de Lima (Foto: Archivo FAEL)

Estamos ad portas del festival, y el tiempo se hace más ominoso para David. Hacer un
festival de cine en Lima es realmente tortuoso. Estamos en un país cuya cultura no es tan
importante como lo es en Europa, y eso es algo que a él lo llena de frustración: hacer un
festival de cine sin que le preocupen los constantes pedidos de las personas de marketing
de las empresas acerca de cómo se verá su marca es algo con lo que tiene lidiar cada
edición del festival. Mientras tanto, anda pendiente del dinero que invertirá en la publicidad y
la realización de éste. Es por eso que trabaja sin cesar y anda sin tiempo para vivir.

El guión de una película que ha escrito hace más de 5 años lo sabe bien.
Tener a tantas personas juntas trabajando por un solo objetivo es algo que a él lo llena de
felicidad; sin embargo, ansia darles un poco más de incentivo que el mero reconocimiento
oral de su dedicación. La profesionalización del papel del gestor cultural es uno de sus más
grandes sueños, pues podría darle ceder el papel que tiene como fundador y principal
curador a personas peruanas y quedarse con al menos, al menos, un poquito más de
tiempo para él. “Una pequeña oficinita y peruanos trabajando allí para el festival. Ese es mi
sueño”, comenta, risueño, gesticulando vivazmente con sus manos y hablando en un
español masticado con francés que ha aprendido a hablar en sus 8 años de estancia en
Perú.

“Traer películas de este tipo y evitar que sean consumidas por el mismo tipo de personas es
una de las metas que tengo”, dice. Es fácil pensar que este tipo de cine solamente le
interesaría a un tipo de personas. Eso es algo que David tiene demasiado en claro. Es por
eso que se dedica a viajar y seleccionar películas que puedan atraer la atención de
personas que no están interesadas en el cine. “Si tal vez de las 30 personas que ven la
película, solo 2 o 3 se han convencido de dedicarse a hacer cine, mi tarea está hecha”,
sonríe, pensando en todas las dificultades que ha tenido que enfrentar durante las 8
ediciones de este festival: malos ratos, colapsos mentales y falta de dinero. Todo para traer
el cine que le enamoró a un país que lo cautiva diariamente con su naturaleza cambiante.
“Lo fascinante del Perú es que todo puede cambiar en un instante”.

Es cierto. Acaba de ver la hora en el reloj colgado en el salón y se ha espantado. Es la una


y cuarto. “¡Tenía una cita a la una!”, me dice, espantado, mientras corre a hacer una
llamada telefónica y al mismo tiempo, mete su cargador en su maleta.

Recojo mis cosas mientras él habla acerca de problemas de dinero y tiempo por teléfono,
otra vez. Mi profesor de Documental, Mauricio Godoy, ya me había advertido: “Es un
hombre que dicta 48 horas semanales de clase sin descanso”, dijo, incrédulo, “¡Una
completa locura!”.

No hay duda que es un hombre al que le vendría más horas en el reloj, sobretodo para vivir.

Mónica Guillén Huaylla

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