Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
La aparición del lenguaje en los seres humanos ha contribuido de gran manera a la elevación de la raza con respecto
de cualquier otra forma de vida conocida. Sin el lenguaje, en estos momentos seguiríamos siendo una raza animal más
dentro del planeta, sin sociedades complejas, sin una capacidad desarrollada de expresión... sin ciencia. Los lingüistas
están de acuerdo en que el cambio crucial se produjo en algún momento tardío de la prehistoria y, lo más importante,
este cambio sólo se produjo una vez (probablemente en África Oriental). La aparición de una única fuente de la que
derivaron todas las lenguas actuales y las ya desaparecidas simplifica de forma considerable la búsqueda de una
explicación para dicho fenómeno. Los partidarios de las hipótesis gestuales defienden que el lenguaje derivó de un
sistema gestual en el que se podrían haber entremezclado sonidos vocales. Lo que no logra explicar es cómo y porqué
los gestos dieron lugar al lenguaje vocal. Las hipótesis vocalistas tratan de ver en nuestros antepasados a unos simios
capaces de realizar diversas vocalizaciones instintivas y de los cuales evolucionamos cuando fuimos capaces de
combinar esos sonidos en un número infinito de secuencias con distinto significado. Este cambio, debió ocurrir hace
unos 100.000 años y se debió a una mutación genética. Rechazando este último aspecto, las hipótesis no específicas
creen que la aparición del lenguaje no fue debida a ninguna mutación, sino, al aumento progresivo de la inteligencia,
paralelo al aumento de la capacidad craneal y a un lento desarrollo cultural. La contra hipótesis surge cuando nos
preguntamos por qué nuestra raza ha sido la única capaz de llegar hasta aquí, ya que no debemos olvidar que animales
como los del fines, las ballenas y los chimpancés tienen una masa cerebral bien capaz (según esta hipótesis) de haber
seguido nuestro camino. Otra cosa importante en el origen del lenguaje es la cuestión fisiológica. El ser humano es el
único ser entre las especies existentes que tiene la capacidad de poder articular las palabras y expresarlas al tiempo
que se generan mentalmente, en cuestión de segundos la boca y lengua son capaces de articular las ideas que se generan
en nuestro cerebro a una buena velocidad. Es importante señalar que el lenguaje articulado solo es una de las variadas
maneras en que el hombre ha podido comunicarse, aunque sea la más importante, está la existencia de un lenguaje
pictográfico que después se convierte en un idioma al combinar el habla con la escritura.
Uno de las grandes interrogantes que el hombre se ha planteado sobre sí mismo, es cuándo y cómo fue capaz de
desarrollar el lenguaje en un sentido tanto comunicativo como abstracto. A partir de estos interrogantes se han
planteado las más diversas teorías. Aun cuando existe un acuerdo general en que aún no ha sido planteada una teoría
definitiva acerca del origen del lenguaje humano, por lo que no es posible aclarar nada en ese aspecto. Sin embargo
muchas teorías podrían ser combinables en parte, y quizás el origen del lenguaje no pueda ser abarcable por ninguna
en particular, sino por un conjunto de ciertos aspectos de todas.
En la presente entrada expondremos, de manera sucinta, las teorías recopiladas principalmente en tres textos: La
lengua y el hombre de Bertil Malmberg, El lenguaje de George Yule, y Lingüística general de R.H. Robins.
Las principales teorías planteadas en estos textos son las siguientes:
1. El lingüista danés Otto Jespersen creía que todas las lenguas tienden a evolucionar desde una morfología y
complejidad muy grandes, a una separación cada vez mayor de sus distintos componentes en elementos
independientes. O sea el empobrecimiento morfológico de una lengua es signo de su evolución, pues es capaz de crear
elementos independientes para lo que antes se expresaba en un sólo gran elemento o palabra si se quiere. Para Jespersen
la lengua, en sus inicios, era sólo una expresión de sentimientos, por lo que no era muy distinguible del canto, y sólo
gradualmente fue adquiriendo el carácter lingüístico. La principal objeción que se le hace a esta teoría es que carece
de solidez, y que exagera al generalizar la evolución desde estadios de síntesis a estadios de análisis en todas las
lenguas, pues si bien es cierto que muchas lenguas han seguido esa evolución, también hay otras que han hecho el
camino contrario.
2. Otra teoría diferente es la que propuso el lingüista holandés J. Van Ginneken, quien mirando hacia atrás cree
poder distinguir hoy que rasgos de las lenguas son primitivos y cuales no lo son. Propone por ejemplo que las lenguas
provistas de vocales son mucho más avanzadas que las que sólo tienen consonantes. Además considera que las dos
etapas más primitivas de la evolución lingüística son aquellas en las que el hombre se expresaba únicamente a través
de gestos y dibujos, sin palabras y sin sonidos. Por lo que de algún modo está proponiendo algo más complicado de
resolver, que la escritura sería más antigua que la lengua y que los gestos serían el origen del habla. Estas teorías
resultan claramente insostenibles, pero aun así sería complicado reconocer lo estrictamente contrario.
3. El sicólogo húngaro G. Révész plantea sus teorías basado en el carácter social de la lengua. Para él la lengua es
lo que hace posible el contacto entre los miembros de un grupo social, y es esa necesidad de contacto lo que conduce
al niño a adquirir la lengua de dicho contorno, pero está claro que no todo contacto tiene necesariamente carácter
lingüístico, por ejemplo el grito de un niño, para Révész el cambio se produce cuando ese grito se transformas en un
intento por llamar la atención de alguien, o sea en una llamada. Y es, a través de esa llamada que se habría originado
la forma más primitiva de la lengua, por lo que la primera manifestación de la lengua habría tenido un carácter
puramente imperativo. Esta teoría significa un gran avance en la comprensión de la lengua en su estado primitivo, pues
considera su carácter social y sociológico, pero sin duda aún debe ser completada por lingüistas.
4. Otra teoría es la del carácter divino de la lengua. En casi todas las religiones hay una fuente divina que dota al ser
humano del lenguaje. Se creía que si se dejaba que un niño creciera sin contacto con la lengua éste desarrollaría la
lengua original de la humanidad, aquella que, según la religión fue dada originalmente por Dios al hombre. A lo largo
de la historia se desarrollaron muchos experimentos tratando de comprobar esto último, pero ninguno arrojó un
resultado concreto. Lo único claro es que si se deja a un niño crecer sin contacto con la lengua sería incapaz de hablar,
además si el lenguaje proviniera de una fuente divina no habría manera de reconstruirlo.
5. Hay otro tipo de hipótesis, llamada la del sonido natural, dentro de la cual destacan tres teorías: la llamada teoría
del guau-guau, que básicamente plantea que las palabras primitivas podrían derivar de imitaciones de los sonidos
naturales que los seres humanos primitivos oían a su alrededor, o sea para denominar una cosa lo hacían por medio del
sonido que ésta producía, de hecho en todas las lenguas modernas existen palabras que parecen imitar el sonido que
produce lo que nombran (por ejemplo zumbar, chapotear, etc.). Pero, si bien esto último es cierto esta teoría se diluye
ante la interrogante de cómo se hizo entonces para nombrar la enorme cantidad de cosas que no emiten sonido, así
como las palabras que representan significados abstractos, además esta teoría parece reducir la lengua a un conjunto
de palabras utilizadas como nombre de las cosas. Otra teoría sugiere que el lenguaje proviene de los gritos de
emociones, pero esto cae rápidamente, pues la mayoría de los gritos que representan emociones no son utilizados para
nada más en la lengua. La siguiente teoría basada en el sonido natural es la que se conoce como la del yo-heave-ho,
que propone que el origen del lenguaje está en el sonido que hacen varias personas ante un esfuerzo físico conjunto
para el cual requieren coordinación, esta teoría se vuelve interesante bajo el punto de vista social, pero no aclara nada
respecto al origen de dichos sonidos, los cuales son utilizados, incluso, por algunas especies animales.
6. La teoría del origen oral-gestual propone que el lenguaje hablado proviene directamente del lenguaje físico, que
originalmente se habría desarrollado un conjunto de gestos físicos como medio de comunicación, luego habrían
aparecido los gestos orales hechos con la boca, en un principio como un sistema de gestos con patrones de movimiento
similares a los gestos físicos. Lo que de algún modo fue presentado como una mímica de lengua y labios resulta muy
poco sostenible, pues existen muchos mensajes imposibles de emitir por medio de gestos físicos.
7. La última teoría es la llamada glosogenética, que se interesa fundamentalmente de las bases biológicas evolutivas
que han permitido la formación y desarrollo del lenguaje humano. Si bien no propone ninguna teoría sobre el origen,
es muy útil por cuanto se preocupa de las diferencias biológicas entre el hombre y los animales que permiten que el
ser humano pueda hablar. A través del estudio de cráneos fósiles humanos ha podido establecer aproximadamente, si
bien no el porqué, por lo menos el cuándo del origen del lenguaje.
Como hemos visto, el problema del origen del lenguaje se ha abarcado desde el punto de vista de las más diversas
teorías, sin embargo ninguna de ellas ha podido dar una solución cien por ciento satisfactoria acerca de la interrogante
del cómo fue que el ser humano adaptó sus primitivas condiciones al lenguaje hablado, pero quizás cada una de ellas
esconda en el fondo una parte de la verdad que en conjunto podrían acercarnos a la respuesta que estamos buscando.
Entonces, ¿cuándo comenzó el lenguaje? ¿A los primeros comienzos del hombre tal vez hace 4 ó 5 millones de años? ¿O
con el advenimiento del hombre moderno, Cro-magnon, hace unos 125.000 años? ¿El Neandertal hablaba? Ellos tenían un
cerebro más grande que el nuestro, pero su laringe estaba, al parecer, más alta en su garganta, como la de los simios. No lo
sabemos.
Hay muchas teorías acerca del origen del lenguaje. Muchas de éstas tienen nombres tradicionales y divertidos, y yo crearé
un par más cuando sea necesario:
1. La teoría mama. El lenguaje habría comenzado con las sílabas más fáciles relacionadas con los objetos más
significantes.
2. La teoría ta-ta. Sir Richard Paget, influenciado por Darwin, postuló que el movimiento del cuerpo precedió al
lenguaje. El lenguaje habría comenzado como una imitación inconsciente vocal de estos movimientos – tal como la boca
de un niño se moverá cuando usa tijeras, o aprieto mi lengua entre mis dientes cuando trato de tocar guitarra -.
3. La teoría bow-wow. El lenguaje habría comenzado como imitaciones de sonidos naturales – mu, chu-chu, pash, bzz,
miau -. Esto se conoce más con el nombre de onomatopeya.
4. La teoría pu-pu. El lenguaje habría comenzado con interjecciones, gritos instintivos y emotivos, tales como ¡oh! para
indicar sorpresa, o ¡auch! para indicar dolor.
5. La teoría ding-dong. Algunas personas, incluyendo al famoso lingüista Max Muller, han planteado que existe una
misteriosa correspondencia entre sonidos y significados. Palabras en inglés como small (pequeño), sharp (afilado) y en
general cosas que él denomina “altas” (high things), tienden a tener vocales agudas abiertas en muchos idiomas, mientras
que palabras como big (grande), round (redondo), en general cosas que él denomina “bajas” (low things) tienden a tener
vocales cerradas posteriores. Esto también es conocido como simbolismo del sonido.
6. La teoría yo-hey-ho. El lenguaje habría comenzado con cantos rítmicos, tal vez finalmente de los gruñidos del trabajo
pesado. El lingüista D. S. Diamond sugiere que tal vez éstos fueron llamados de apoyo o cooperación acompañado de los
gestos correspondientes. Esto podría relacionar esta teoría con la teoría ding-dong.
7. La teoría sing-song. El lingüista danés Jesperson sugirió que el lenguaje habría salido del juego, la risa, arrullos,
cortejos, susurros, y expresiones emocionales similares. Incluso sugirió que, contrario a las teorías, tal vez algunas de
nuestras primeras palabras fueron de hecho largas y musicales, en vez de gruñidos cortos, como muchos piensan.
8. La teoría hey tú. Un lingüista de nombre Revesz sugirió que siempre hemos necesitado contacto interpersonal, y que
el lenguaje comenzó como sonidos para señalar tanto la identidad (¡aquí estoy!) y la pertenencia (¡estoy contigo!).
También podemos gritar de miedo, rabia o dolor (¡ayúdame!). Esta es comúnmente llamada la teoría del contacto.
9. La teoría del hocus pocus. Creo que el lenguaje pudo haber tenido algunas raíces en una especie de aspecto mágico o
religioso de la vida de nuestros ancestros. Quizás empezamos llamando con sonidos mágicos a los animales para
domesticarlos, lo que se convirtió en sus nombres.
10. La teoría eureka. Y finalmente quizás el lenguaje fue conscientemente inventado. Tal vez algunos ancestros tuvieron
la idea de asignar arbitrariamente sonidos para significar ciertas cosas. Claramente, una vez que la idea se tuvo, ¡se
esparciría como fuego!
Otro tema es cuántas veces el lenguaje se originó (o fue inventado). Quizás fue inventado una vez, por nuestros primeros
ancestros – tal vez por los primeros que tuvieron las propiedades genéticas y psicológicas necesarias para producir
complejos sonidos y organizarlos en series. Esto es llamado monogénesis. O quizás fue inventado muchas veces –
poligénesis – por mucha gente.
Podemos intentar reconstruir las primeras formas de lenguaje, pero sólo podemos ir hasta cierto punto antes que los ciclos
de cambio destruyan cualquier posibilidad de reconstrucción. Muchos dicen que sólo podemos volver quizás hasta 10.000
años atrás antes de que la huella se enfríe. Por lo tanto, quizás simplemente nunca sabremos.
Quizás el debate más grande entre los lingüistas y otros interesados en los orígenes del lenguaje es si podemos dar cuenta
del lenguaje usando sólo los mecanismos básicos de aprendizaje, o si necesitamos postular algún tipo de apresto especial
para el lenguaje.
La gente orientada solamente al aprendizaje (por ejemplo, B. F. Skinner) dice que el condicionamiento infantil, o quizás el
modelaje, puede dar cuenta de la complejidad del lenguaje. La gente orientada hacia la existencia de un dispositivo de
adquisición del lenguaje (LAD: language-acquisition-device), tales como Chomsky y Pinker, dicen que la facilidad y
rapidez con que los niños aprenden el lenguaje requiere la existencia de algo más.
El debate sólo es real para aquellos que prefieren tomar uno u otro de estos extremos. Parece muy claro para la mayoría
que ninguna es la respuesta. ¿Hay algún mecanismo neuronal especial para el lenguaje? No en el sentido de un LAD.
En la mayoría de los mamíferos, ambos hemisferios lucían bastante similares. En algún punto de los primeros años de la
humanidad, unas pocas personas posiblemente heredaron una mutación que dejó a un hemisferio con una capacidad
limitada. En lugar de que las conexiones neuronales fueran en cada dirección, tendieron a organizarse más linealmente. El
otro hemisferio no pudo relacionarse con las cosas del modo multidimensional usual. Pero ¡sorpresa!, esa misma
capacidad disminuida resultó ser muy buena para ordenar cosas linealmente. Y eso es exactamente lo que el lenguaje
necesita: la habilidad para convertir eventos completamente dimensionales en secuencias lineales de sonidos, y viceversa.
EL ORIGEN DEL LENGUAJE
"Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras." (Génesis 11:1)
Son en la actualidad unas seis mil quinientas las lenguas que se hablan en nuestro mundo. De ellas, solamente veinticinco
pueden considerarse importantes por su extensión y por su producción escrita.
La pregunta que ha preocupado siempre a pensadores y lingüistas es inmediata: ¿De dónde surgió tal diversidad? ¿Cuál
fue el origen de todas las lenguas?
Desde que Charles Robert Darwin, en el año 1871, escribía la frase: "Creemos que la facultad del lenguaje articulado no
ofrece tampoco sería objeción a la hipótesis de que el hombre descienda de una forma inferior", en su famosa obra "El
origen del hombre", se han venido publicando toneladas de libros en favor de esta teoría: La teoría de la evolución del
lenguaje, según la cual la enorme variedad de lenguas que existen actualmente se habrían originado a partir de los
gruñidos y gritos intermitentes de los monos antecesores -según el transformismo del hombre.
Se ha supuesto, que los hombres empezaron por imitar los sonidos que oían en los animales (bú-bú), o a lanzar gritos
emocionales instintivos (pú, pú) o cantos de sincronización al trabajar en equipo (yo-je-jo), más o menos como los
remeros del Volga, y todo esto dio origen al lenguaje.
Engels, en su "Dialéctica de la naturaleza" dice: "... los hombres en formación llegaron a un punto en que tuvieron
necesidad de decirse algo los unos a los otros. La necesidad creó el órgano. La laringe poco desarrollada del mono se fue
transformando... mientras los órganos de la boca aprendían a pronunciar un sonido tras otro."
Y esto es, en definitiva, lo que se acepta hoy. Mayoritariamente se cree, se escribe y se enseña que de los gruñidos han
surgido las modernas gramáticas; de lo simple lo complejo y de lo primitivo lo civilizado.
Hasta tal punto esto es así que los modernos métodos "científicos" para la investigación del origen del lenguaje se centran
en la observación de los recién nacidos, desde sus primeros balbuceos, y en el estudio de retrasados mentales, pues según
Maistre (1963), estos deficientes nos marcarían las etapas por las que la inteligencia humana tuvo que pasar para
conseguir hablar.
Pero ¿estamos ya en condiciones de responder a la pregunta inicial? ¿Es la teoría de la evolución del lenguaje la
explicación científica definitiva al problema del origen de las lenguas? Pues parece que no; la cosa no es tan simple como
creían Darwin, Engels y sus correligionarios.
La ciencia que estudia las leyes humanas del lenguaje (Lingüística), acabó desechando –ya siglo pasado- el problema del
origen de las lenguas, por considerarlo incompatible con la objetividad científica.
Así, en el año 1866, la Sociedad Lingüística de París prohibió en sus estatutos que se tratase sobre el tema en cuestión,
negándose a aceptar cualquier comunicación en éste sentido, el problema supera los límites de la observación científica.
Se afirmaba que cualquier discusión acerca del origen del lenguaje no es más que una mera especulación.
Desde ese momento, los lingüistas se han interesado más por el funcionamiento de las lenguas que por su origen.
Así pues, para la ciencia actual los orígenes del lenguaje articulado constituye un verdadero enigma; pero ¿quiere esto
decir que los lingüistas se muestran asépticos al problema, que no profesan, sostienen y enseñan ninguna hipótesis sobre
este origen? Bueno, esto ya es otra cosa, porque a pesar que los hombres de ciencia como tal no pueden decir nada al
respecto, los hombres de ciencia sí dicen y enseñan lo que creen; y lo que ''creen"' -valga la expresión, ya que se trata de
un acto de fe, sin base histórica, ni factual- es precisamente la teoría de la evolución del lenguaje: un mono que se hizo
inteligente, dejó de gruñir y empezó a hablar.
Vamos a pasar revista a algunos hechos que podemos observar en la actualidad, para comprobar si concuerdan con lo que
nos propone esta teoría.
En primer lugar, notemos que los lenguajes escritos más antiguos que nos han llegado suelen ser los más difíciles y
complicados. Es de todos conocido que el griego clásico es más difícil que el griego moderno; el latín más que el
castellano, el francés o el inglés, y el chino antiguo mucho más que el chino moderno. Incluso, si comparamos. los más
antiguos entre sí, resulta que el griego clásico, anterior 600 años al latín, era más complicado que éste, y si nos
remontamos al Sánscrito Veda (1.500 a.C.) la dificultad es increíblemente superior, ya que, por ejemplo, cada verbo
poseía 500 partes (compárese con el inglés, en él que cada verbo solo posee 5 partes). ¿Qué nos viene a decir este hecho?
Pensemos un momento... si la teoría de la evolución fuera verdad, deberíamos esperar que las lenguas antiguas fuesen más
simples que las modernas, ya que -según la teoría- de los simple se evoluciona a lo complejo. Pero esto no es lo que
podemos observar, sino más bien todo lo contrario.
Si estudiamos detenidamente las lenguas modernas podemos observar una creciente degeneración de las lenguas
primitivas, una simplificación a partir de un idioma complicado.
El eminente filólogo inglés Richard Chevenix Trench, después de estudiar numerosas lenguas nativas en distintas
misiones por todo el mundo, dijo que en cada caso se trataba de las ruinas de un pasado mejor y más noble. A medida que
cambian las costumbres en una civilización, ciertas palabras se pierden primero del uso y después de la memoria.
En la India existe el descendiente más directo del Sánscrito, el Hindi, que tiene solamente 400 años de antigüedad y es
considerado como el idioma más fácil de aprender de toda la India.
La conclusión es evidente: En los distintos lenguajes a través del tiempo, la dirección es siempre la misma: de lo
complicado a lo simple, y nunca al revés.
El segundo hecho en el que podemos fijarnos, es que los lenguajes hablados por pueblos considerados "primitivos" son
con frecuencia más complejos que los hablados por personas civilizadas. Así por ejemplo: los Yagaanos de la Tierra de
Fuego, -tribu nómada- poseen 30,000 palabras en su vocabulario, casi como los Zulúes de Sudáfrica.
La lengua Aymará del Perú tiene la posibilidad de expresar casi cada raíz verbal en 100,000 combinaciones distintas.
Algunos lenguajes Bantúes poseen una gramática más compleja que el griego, tienen 20 clases de nombres y cada adjetivo
tiene que concordar con el nombre al que modifica.
Los esquimales utilizan 63 formas para el presente y sus nombres simples; tienen 252 desinencias (finales de palabra
distintos, ejemplo: mesa, mesita, mesaza, etc.).
Desde luego, esto tampoco encaja con la pretendida evolución del lenguaje a partir de estructuras monosilábicas, pues
sería de esperar que los pueblos "primitivos" tuviesen también un lenguaje primitivo y simple. Pero los hechos nos dicen
de nuevo que esto no es así.
Otro último dato a tener en cuenta es la existencia en el mundo de cincuenta familias de lenguajes diferentes que no
parecen tener ninguna relación entre sí, por ejemplo: la familia Indoeuropa (que comprende a su vez otras 70 lenguas), la
Sinotibetana, Semítico-camítica, Dravidiana, Uralaltaica, Japonesa, Malayo-polinesia, Bantú, Austro-asiática y
aproximadamente cuarenta más, algunas de las cuales se hablan en grupos pequeños, como el vascuence, de la zona
vasco-navarra, que parece no tener ningún "antepasado", ni ningún "descendiente".
Entre todas estas familias no existen evidencias de pertenecer a un tronco común o de tener algún tipo de relación
histórica; pero a pesar de ello, los antropólogos admiten la unidad de la raza; entonces ¿por qué son tan distintos nuestros
idiomas?
La teoría de la evolución del lenguaje no tiene respuesta a esta pregunta. Pero si descartamos esta teoría, aparece una
posible respuesta, que de antigua ya casi habíamos olvidado: la historia de la Torre de Babel de Génesis 11.
Todos estos hechos que acabamos de comentar -y otros que la brevedad de este artículo no nos permite tratar- constituyen
un problema para la teoría de la evolución del lenguaje articulado, pero sin embargo concuerdan perfectamente con el
registro bíblico.
La Biblia nos dice que el lenguaje fue un don de Dios dado al primer hombre. Adán no tiene que realizar todo un proceso
de aprendizaje, pasando por etapas de balbuceos, gritos o gruñidos, antes de pronunciar la primera palabra correcta, sino
que en el mismo acto creador le es infundida una lengua perfecta y compleja.
Inmediatamente, el padre de la humanidad es capaz de comprender órdenes verbales, de hablar con su compañera, de
poner nombre a todos los animales -los zoólogos saben bien lo difícil que puede resultar esta labor- y de comunicarse con
Dios.
Según el primer versículo del capítulo 11 de Génesis, parece que toda la tierra era de una misma lengua...", pero esto no
duró mucho; cien años después del diluvio universal, el Creador efectuó un milagro de juicio.
Los hombres se rebelan contra Él, los descendientes de Noé no quieren obedecer el mandato de Dios de "llenar la tierra"
(9:1) y Dios tiene que actuar. Confusión instantánea y total del primitivo lenguaje, para que no se pudieran entender unos
con otros y no tuvieran más remedio que dispersarse.
Este es, según la Biblia, el verdadero origen de las lenguas.
En la misma Torre de Babel Dios disgregó el lenguaje original, que había otorgado a Adán, en los aproximadamente
cincuenta lenguajes principales que hoy los lingüistas no consiguen relacionar entre sí, todos igualmente complejos y
mutuamente incomprensibles.
Surgen así el japonés, el árabe, el bantú, etc., modos completamente distintos de comunicación verbal. Desde luego, es
muy cierto que un español, un inglés, un alemán o un francés que no conociesen las lenguas de sus vecinos, no se podrían
entender en absoluto con ellos; pero la evidencia demuestra que probablemente Dios no actuó dividiendo idiomas de una
misma familia, en este caso, la Indoeuropea, sino que se centró en la separación, rotunda y radical de las principales
familias, que luego, con el tiempo, cada una por separado, originarían el total de las lenguas de la actualidad.
En el transcurso de los siglos, algunas tribus aprenderían a escribir y dejarían así constancia de su lenguaje (griego); otras
se perderían en la jungla y no desarrollarían ningún sistema de escritura, pero aun así, la transmisión oral nos permite
comprobar que sus lenguas son reliquias de un pasado glorioso.
Esto es lo que dice la Biblia.
La oscura incógnita que se cierne en nuestros días sobre el tema de los orígenes de las lenguas, este verdadero enigma que
ha hecho abandonar la toalla a numerosos investigadores, se ha producido y se continúa manteniendo como consecuencia
del fracaso de arqueólogos, lingüistas y antropólogos, al pretender obstinadamente explicar este origen, en términos
evolucionistas.
La gran diversidad de lenguas que existe en la actualidad no es una obra -como muchos creen- del ingenio humano, sino
todo lo contrario: de su pecado, la rebeldía del hombre a la voluntad de Dios, algo que, por desgracia, todavía no hemos
superado.
OTRAS TEORÍAS SOBRE EL LENGUAJE
Teoría tradicionalista: El origen del lenguaje es uno de los enigmas que difícilmente resolveremos en un futuro cercano.
Como pasa con la mayoría de los “orígenes de las cosas”, hay muchas teorías pero ninguna comprobada. La primera
división en las hipótesis, está marcada por la creencia en teorías divinas o evolucionistas.
La hipótesis divina del origen del lenguaje nos dice que Dios le otorgó al hombre la capacidad de dar nombre a todos los
seres de este mundo (libro del Génesis).
Teoría evolucionista: Según la teoría evolucionista, el lenguaje humano se desarrolla, cuando hay un proceso de
evolución de homínido a hombre, en el transcurso de millones de años. Todas las hipótesis, pese a sutiles diferencias,
concuerdan en que el habla apareció por la necesidad de comunicarse. Los impulsores de estas teorías dicen que es muy
posible que el lenguaje haya aparecido en la era de Neandertal, y que con el Homo sapiens se haya desarrollado más
vertiginosamente.
TEORÍAS DEL PENSAMIENTO SOBRE EL ORIGEN DEL LENGUAJE
La teoría reguladora: plantea que el idioma influye o determina la capacidad mental (pensamiento). En esta corriente
lingüística incide la "gramática generativa" de Noam Chomsky, para quien existe un mecanismo idiomático innato, que
hace suponer que el pensamiento se desarrolla como consecuencia del desarrollo idiomático. Por lo tanto, si se considera
que el lenguaje es un estado interior del cerebro del hablante, independiente de otros elementos adquiridos del entorno
social, entonces es fácil suponer que primero está el lenguaje y después el pensamiento; más todavía, si se parte del
criterio de que el lenguaje acelera nuestra actividad teórica, intelectual y nuestras funciones psíquicas superiores
(percepción, memoria, pensamiento, etc).
La teoría cognitiva: sostiene que la capacidad de pensar influye en el idioma. Algunos psicolingüistas sostienen que el
lenguaje se desarrolla a partir del pensamiento. En esta corriente lingüística esta la llamada "The cognition hypothesis"
(La hipótesis cognitiva), cuya teoría se resume en el concepto de que el "pensamiento está antes que el lenguaje". Uno de
sus mayores representantes fue Jean Piaget, para quien el pensamiento se produce de la acción, y que el lenguaje es una
más de las formas de liberar el pensamiento de la acción. "Piaget indica que el grado de asimilación del lenguaje por parte
del niño, y también el grado de significación y utilidad que reporte el lenguaje a su actividad mental depende hasta cierto
punto de las acciones mentales que desempeñe; es decir, que depende de que el niño piense con preconceptos, operaciones
concretas u operaciones formales. (Richmond, P. G., "Introducción a Piaget", 1981, pág. 139).
La teoría simultánea: define que tanto el lenguaje como el pensamiento están ligados entre sí. Esta teoría fue dada a
conocer ampliamente por el psicólogo ruso L.S. Vigotsky, quien explicaba que el pensamiento y el lenguaje se
desarrollaban en una interrelación dialéctica, aunque considera que las estructuras del habla se convierten en estructuras
básicas del pensamiento, así como la conciencia del individuo es primordialmente lingüística, debido al significado que
tiene el lenguaje o la actividad lingüística en la realización de las funciones psíquicas superiores del hombre. Asimismo,
"El lenguaje está particularmente ligado al pensamiento. Sin embargo, entre ellos no hay una relación de paralelismo,
como frecuentemente consideran los lógicos y lingüistas tratando de encontrar en el pensamiento equivalentes exactos a
las unidades lingüísticas y viceversa; al contrario, el pensamiento es lingüístico por su naturaleza, el lenguaje es el
instrumento del pensamiento. Lazos no menos fuertes ligan al lenguaje con la memoria. La verdadera memoria humana
(intermediadora) más frecuentemente se apoya en el lenguaje que en otras formas de intermediación. En igual medida se
realiza la percepción con la ayuda de la actividad lingüística"
OTRAS TEORÍAS DEL PENSAMIENTO:
La teoría "Pooh Pooh": se refiere a las primeras palabras desprovistas de sentido del hombre fueron emitidas
instintivamente, y más tarde llegaron a simbolizar la particular situación que las provocó.
La teoría onomatopéyica: también denominada teoría "Bow-bow", sostiene que el lenguaje primitivo fue el resultado de
los intentos realizados por el hombre para imitar los sonidos emitidos por los animales, o los ruidos de la naturaleza. Esta
teoría tropieza con el hecho de que, incluso entre los pueblos no civilizados, las palabras de tipo imitativo, tales como
«cucú» o «quiquiriquí», constituyen tan sólo una parte de su vocabulario relativamente pequeña.
La teoría "Ding Dong": Explica que el lenguaje surge a partir de las correlaciones simbólicas entre el valor impresivo de
una emisión sonora y su sentido.
La teoría "Yo-he-ho": Afirma que el lenguaje surge a partir de las emisiones sonoras que acompañan al esfuerzo
muscular.
¿PRIMERO ESTÁ EL LENGUAJE O EL PENSAMIENTO?
Al intentar encontrar una respuesta al problema de qué fue primero si el pensamiento o el lenguaje, encontramos que es
similar a la problemática de saber qué fue primero si el huevo o la gallina, porque la mayoría de teorías que se utilizan
como fuente tienen bases muy sólidas y fiables. Después de consultar cada una de las teorías relacionadas al tema,
podemos interpretar que el pensamiento surgió primero que el lenguaje, porque fuimos creados como seres pensantes,
desde un principio teníamos ideas y es allí donde nace la necesidad de comunicarse y se origina el lenguaje.
La manera de comunicarnos es diversa, puede ser oral, escrita, etc. El lenguaje es un código que lleva un mensaje con
sentido común y sirve para concretar y expresar nuestros pensamientos. El lenguaje es el instrumento del pensamiento.
La familia lingüística indoeuropea, que presenta diversas ramas, es la familia lingüística que mayor difusión presenta en
todo el mundo. Hasta el descubrimiento de América su presencia estaba confinada a Eurasia occidental:
Helénico (griego), Itálico (románico), Indoiranio, Céltico, Germánico, Armenio, Báltico, Eslavo, Albanés, Lenguas no-
indoeuropeas
El ancestro común a la mayoría de familias no es conocido o conocido solo de forma directa en pocas ocasiones, ya que el
registro histórico de la mayoría de las lenguas es muy corto. Sin embargo, es posible recuperar muchas de las
características del ancestro común de lenguas relacionadas aplicando el método comparativo —un procedimiento de
reconstrucción desarrollado en el s. XIX por la escuela neogramática en la que destaca el lingüista August Schleicher—.
Las familias de lenguas pueden ser subdivididas en unidades menores, normalmente denominadas “ramas” (la historia de
una familia de lenguas se representa frecuentemente como un árbol filogenético).
El ancestro común de una familia (o una rama) se conoce como «protolengua». Por ejemplo, la protolengua reconstruida
de la bien conocida familia indoeuropea es llamada protoindoeuropeo (de la que no se conservan restos escritos, puesto
que fue usada antes de la invención de la escritura). A veces una protolengua puede ser identificada con una lengua
conocida. Así, los dialectos provinciales del latín («latín vulgar») fueron origen de las lenguas romances modernas. Es
decir, la lengua «protorromance» es más o menos idéntica al latín (aunque no idéntica al latín culto de los escritores
clásicos). Los dialectos del antiguo nórdico son la protolengua del noruego, el sueco, el danés y el islandés. De ahí que
dichas protolenguas resulten de una «reconstrucción» que los lingüistas intentan a partir de datos conocidos.
Distribución geográfica
La distribución geográfica de las familias es el reflejo del devenir histórico de sus hablantes. Así, la mayor parte de las
grandes familias de lenguas parece haberse expandido gracias a «revoluciones» agrícolas o tecnológicas de algún otro
tipo. La revolución neolítica provocó la expansión de las lenguas afroasiáticas en África y Oriente Medio, las lenguas
sino-tibetanas en Extremo Oriente y, de acuerdo con la teoría de Renfrew, la expansión de las lenguas indoeuropeas en
Eurasia occidental.
La mejora de las técnicas de navegación permitió a los hablantes de las lenguas austronesias expandirse desde la isla de
Taiwán por toda Oceanía, llegando incluso a Madagascar, frente al continente africano. El imperialismo europeo llevó las
lenguas indoeuropeas a América y a numerosas áreas de África, Oceanía y, en menor medida, Asia. Al parecer, el uso del
hierro y otras tecnologías habría permitido a las lenguas Níger-Congo llegar a imponerse en África desplazando a los
hablantes de otras familias ahora poco numerosas, como las lenguas nilo-saharianas o las lenguas joisanas.
En la actualidad, las dos mayores familias lingüísticas por número de hablantes, las lenguas indoeuropeas y las lenguas
sino-tibetanas, juntas suman un número de hablantes equivalente al 75 % de la humanidad. Por otro lado, entre las lenguas
indígenas de América, por ejemplo, muchas familias de lenguas apenas superan los pocos miles de hablantes.
Familias de Europa
Durante la Edad Media europea se reconoció el parentesco evidente entre algunas lenguas (las lenguas románicas, las
lenguas celtas, las lenguas germánicas, las lenguas eslavas, etc.). Sin embargo, no se sospechó que todos estos grupos
estaban en última instancia emparentados hasta mucho más tarde. Hacia finales del siglo XVIII el juez británico Williams
Jones propuso seriamente la idea de que el latín, el griego, el germánico, el celta, el sánscrito y el persa estaban
emparentados. Esta fue la primera identificación de la familia indoeuropea en una forma cercana a como la conocemos
hoy en día. Durante el siglo XIX el desarrollo del método comparativo permitió identificar otras familias.
En la actualidad Europa es el continente menos diverso desde el punto de vista lingüístico. Esto se debe básicamente a las
migraciones indoeuropeas durante el neolítico, y la posterior formación de imperios cuyos hablantes usaban lenguas
indoeuropeas, que acabaron con la mayoría de las lenguas preindoeuropeas del continente, con excepciones como el
vasco, el finés, el húngaro y diversas lenguas del Cáucaso.