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llegamos a una especie de necesidad a priori, pero un a priori que no

se constituye hasta el final, y no al principio, a título de resultado y no


a título de fuente. y que, por tanto, no toma de la idea apriorista sino
el concepto de necesidad y no el de preformación (p. 225).
Lo propio de la estructura de las operaciones formales, así como de
otras estructuras o esquemas en un momento dado en equilibración. es su
tendencia a asimilar constantemente los nuevos elementos que forman
parte de la experiencia; en cierto sentido se produce un dominio absoluto
de la asimilación. No obstante, no se debe olvidar que dicha capacidad de
asimilación se ha producido por una sucesiva acomodación de la estructura
a diversos eventos con los cuales ha debido interactuar el sujeto en su
ontogenia. Dicha estructura se ha complejizado al subdividirse en múltiples
subestructuras que mantienen la organización de la estructura general
pero que, sin embargo, son relativamente distintas, en tanto son más
especificas. Desde este punto de vista se puede afirmar que, en cierto
sentido, hay una total acomodación. Lo que caracteriza la equilibración
entre asimilación y acomodación es la combinación entre ellas de la ma-
nera en que se ha mostrado; aún cuando es posible describir ambos pro-
cesos en forma independiente, debe entendérselos como actuando siem-
pre. Toda asimilación implica cierto grado de acomodación y viceversa.
Un último aspecto que es necesario precisar con relación a la con-
cepción piagetana de asimilación es que dicho concepto hace alusión a
tres niveles dependientes de la naturaleza de lo que se asimila. Un primer
nivel corresponde a la asimilación de un objeto exógeno al esquema y la
acomodación recíproca de éste al primero (ej. la manilla nueva en relación
con el esquema de abrir puertas con picaporte). El segundo nivel dice re-
lación con la asimilación recíproca entre esquemas de acción (ej. la coor-
dinación entre el esquema perceptivo visual y el esquema motor de tomar
un objeto, para conformar un esquema integrado en los niños pequeños).
El tercer nivel. más complejo que los anteriores, implica la diferenciación
en subsistemas al interior de una estructura como resultado de la acomo-
dación (la complejización que lleva asociada). Estos subsistemas se inte-
gran por asimilación recíproca en una nueva totalidad de nivel superior
(ej. el proceso de abstracción reflexiva que se desarrolla en el nivel de las
operaciones formales, en él, sobre la base de la abstracción de cada una
de las relaciones entre elementos al interior de un conjunto de ellos, se genera
una noción de orden superior en la cual se definen las leyes que organizan
las relaciones abstraídas) (Vuyk, 1984).

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