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Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

La Gran Manzana, rincón por rincón, con todos sus imprescindibles. Una guía esencial
para explorarla por primera vez o redescubrirla. Tomá nota antes de visitarla
Carolina Reymúndez

2 de octubre de 2017 • 00:00


rooklyn está de moda. Fue el primer suburbio de Estados Unidos y allí vivieron
intelectuales y escritores. La mejor manera de llegar a Brooklyn Heights es caminando
por el paseo costero. Un dato: quien tenga pensado pasar el 4 de julio en Nueva York,
esta pasarela de 500 metros, inaugurada en 1950, es perfecta para ver los fuegos.
Cranberry, Willow, Hicks: calles arboladas, con edificios de ladrillo elegante y gastado
construidos en las primeras décadas de 1800. En Montague St. hay tiendas,
restaurantes y cafés para una pausa.
Fuente: Lugares

El mejor calendario de eventos, qué hacer, barrio por barrio, circuitos de compras y
paseos, críticas de nuevos restaurantes y shows está en la revista Time Out, la mejor
guía de programas para adueñarse por unos días de Nueva York.

Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez


Los newyorkers viven en departamentos mínimos. Si bien cada barrio tiene su parque,
el Central Park es la referencia, casi un cuarto más de la casa cuando el tiempo lo
permite. Running, picnic, lectura, fotos de boda, una caminata por Strawberry Fields
-nombrado en honor a John Lennon que vivía cerca, en el edificio Dakota-, música,
escenas de película, besos bajo un cerezo, cada habitante se apropia del Central Park a
su manera. Plantado entre el Upper East y el Upper West, tiene 341 hectáreas y 150 años
de historia: fue el primer parque público de Estados Unidos. Una hora en bicicleta
alcanza para un pantallazo.

Crédito: Celine Frers

La avenida principal de la zona más trendy del barrio es Bedford. Allí encontrarás
cafés, personajes y situaciones. Entre locales de ropa vintage, ferias y ecoboutiques, City
Reliquary (370 Metropolitan Ave) es un museo de memorabilia de Nueva York: desde
colecciones privadas de tijeras hasta pósters de Miss Subway, un título de belleza que
existió entre 1941 y 1976. El Music Hall de Williamsburg maneja una agenda de
conciertos de indie pop y rock.

Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

El Chinatown de Manhattan tiene alma de pulpo: si bien las calles principales están al
Sur de Canal y al este de Broadway, también hay negocios, restaurantes y
supermercados que se asoman en el vecino Lower East Side. Y en Little Italy, que se
ha ido encogiendo y da la impresión de que de un momento a otro se la comerán con
palitos. Imposible no comprar en Chinatown: joyas, carteras Louis Vuitton y Prada a
veintitantos dólares y lólex, que no son otra cosa que Rólex truchos. Las pescaderías son
un lujo y los supermercados, un museo vivo de la cultura asiática. En Chinatown hay
más de 200 restaurantes, donde comer los famosos dumplings de cerdo o el pato
laqueado. A propósito, algunos creen que aquí es donde vienen los patos del Central
Park en invierno.
Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

Además de 26 mil árboles de 140 especies, el Central Park tiene el Metropolitan


Museum, que ocupa más de cinco hectáreas, y para muchos la madre de todos los
museos de la ciudad. Desde la terraza, la vista del parque con la ciudad en el fondo es
magnífica. Hay un bar donde tomar un trago o un café. En sus instalaciones, el Met
guarda nada menos que cinco mil años de arte. Se hacen recorridos guiados, pero es
importante preguntar antes qué área visitarán. Reserve un tiempo para los shops de los
museos porque suelen tener ofertas de libros de arte.
Fuente: Lugares - Crédito: Gentileza Whitney Museum

La casa del arte norteamericano se mudó de barrio. El Whitney Museum of American


Art invita a descubrir su abultada colección de 21 mil obras del siglo XX y de artistas
contemporáneos en el moderno barrio Meatpacking District. Diseñado por el arquitecto
italiano Renzo Piano, el edificio que se levanta entre el High Line y el río Hudson
alberga la galería sin columnas más grande de Nueva York, con 1.672 m2. La visita vale
la pena, no sólo para conocer este nuevo integrante del skyline neoyorkino, sino por la
historia del arte norteamericano desde el 1900 hasta hoy. El tip para fanáticos de
Edward Hopper es que este museo es dueño de toda la colección del maestro de la luz y
la síntesis.
Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

El nombre de este barrio no tiene nada que ver con Disney. Dumbo quiere decir Down
Under the Manhattan Bridge Overpass y se refiere al distrito neoyorquino que está
justo del otro lado del Puente de Manhattan. Es un barrio antiguo, con fábricas de
ladrillo de la época en que no existía el puente y se cruzaba el East River en ferry. Los
fines de semana suele haber ferias de arte y negocios que venden samples o muestras de
ropa sin etiqueta pero de marca. Pruebe las tartas de Grimaldi's (19 Old Fulton St).
Cerca, entre los dos puentes, el de Manhattan y el Brooklyn, se extiende el Empire-
Fulton Ferry State Park, un área verde a orillas del río, con vistas espectaculares del
skyline de Manhattan. Debajo del Puente de Manhattan encontrará el mejor setting para
un picnic de primavera. De postre, una pâtisserie en Almondine Bakery (85 Water St.),
de las mejores panaderías de la ciudad. Se puede caminar hasta el Puente de Brooklyn,
desde donde se ve el Financial District, hermético, vidriado, alto.

Una aclaración: el gospel es parte de una ceremonia religiosa, no un show para turistas.
En el corazón de Harlem, la Abyssinian Baptist Church fue fundada en 1808. Los
servicios más concurridos son los de los domingos, a las 9 y a las 11 de la mañana. Van
muchos fieles y cada vez más turistas; a pesar de hacer una hora de cola es difícil
conseguir lugar. En cambio, en la ceremonia del miércoles, a las 19, se entra sin espera.
Primero, el ministro da un discurso, en general, con sentido del humor. Los fieles
comentan mientras el pastor habla, yes sir, oh yes, y se ríen a carcajadas de sus bromas.
Después, viene el coro de gospel. Serán unas 15 personas que suenan con la potencia de
un órgano medieval.
Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez
Cuando se inauguró, en 1883, fue el puente colgante más largo del mundo. Tiene casi
dos kilómetros de largo y, cada día, lo utilizan 150 mil autos, 1.200 bicicletas y 2.500
peatones. Fue diseñado por el ingeniero John Augustus Roebling y se construyó en un
momento de apogeo sin igual de Brooklyn: era la tercera ciudad más grande de Estados
Unidos y se necesitaba un puente que la conectara con Manhattan. La aclaración de
hacer la caminata al atardecer es por la luz y porque a esa hora la población que lo
atraviesa es más heterogénea. No son únicamente turistas, como durante el día, sino
también locales que regresan a su casa en Brooklyn o que salen a correr o en bicicleta.
Atención: el carril de los ciclistas es muy respetado. Después de cruzar la torre
neogótica, en Brooklyn, puede llegar caminando a Dumbo. Si ya es hora de cenar, un
recomendado: The River Cafe, con una vista increíble.

Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

Los que ya fueron seguramente tendrán lugares. Durante muchos años, fue un lugar
turístico fundamental. Hoy, ya no tanto. La segmentación por gustos y afinidades es lo
que más sale. Pero, seguramente, en algún momento, camine por la Quinta. Cuando
pases entre la 49 y la 59 por lo menos peinate: es la zona comercial más cara del mundo.
El metro cuadrado cuesta más de 16 mil dólares. Antes de cruzar la 50, el Rockefeller
Center, un clásico para patinar en invierno y disfrutar los canteros de flores en
primavera. Grandes vistas de la ciudad, el Hudson y el Central Park desde Top of the
Rock, en el piso 70. En diagonal y rodeada de edificios, St. Patrick's fue la primera
iglesia de la ciudad y es la iglesia católica más grande del país. En la 42 y la Quinta, la
Public Library, un lugar para tener en cuenta. También, hay acceso a Internet sin costo,
algo curiosamente difícil de encontrar en la Gran Manzana. A la salida, un desvío verde:
Bryant Park.
Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

Aquí, el último no apaga la luz. El mítico cruce de Broadway y la 7» brilla las 24 horas.
Durante años tuvo mala reputación, pero después de la limpieza del alcalde Giuliani y el
estreno del musical de Disney, El Rey León, se ha convertido en un lugar turístico sin
igual. Por momentos es difícil avanzar por la cantidad de gente y las vidrieras con
descuentos. Las publicidades tamaño extra large de los musicales se pelean, en
definitiva, por uno, para que su cartel venda más entradas. Desde lo alto de la gran
escalera roja se logran vistas del conjunto luminoso, que tiene su punto culminante cada
31 de diciembre, cuando se reúnen más de 300 mil personas a recibir el Año Nuevo.
Debajo está la ventanilla de TKTS, el lugar donde conseguir tickets con descuento para
los shows de la misma noche. Suele haber cola pero no tanta. Es bueno comprarlos
temprano porque los musicales empiezan a las 19, en el vecino distrito de los teatros.
Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

Esta información es para compartir con gente que valore lo usado: ropa, muebles, joyas,
objetos únicos. Se llama thrift shops a los negocios de segunda mano. En los de
Manhattan es posible encontrar tesoros, como un blazer de pana de los años 70 en buen
estado y por u$s 10, una alfombra turca nueva por u$s 25, una campera larga de pluma
por u$s 30, un pañuelo de seda con estampas de la torre Eiffel, por u$s 1. Lo mismo que
en una tienda vintage del L.E.S. cuesta u$s 100, en un thrift shop puede salir u$s 8 o
u$s 12. En general dependen de una iglesia o institución de caridad: lo que se vende
proviene de donaciones y lo que se recauda es para obras de beneficencia.

Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez


La mejor vista de la ciudad, desde el piso 102 del Empire State. Después de distinguir
varios edificios, los ríos, los puentes, la geografía aparece la imagen de la gente. Las
millones de luces encendidas me recordaron algo que escribió E. B. White sobre Nueva
York, en 1949. Él dice que hay vagamente tres ciudades: una, de los nativos; otra, de los
commuters (los que cada día vienen a trabajar desde los suburbios y se vuelven) y la
última, de los que nacieron en otra ciudad y llegaron a Nueva York en busca de algo.
Según White: "Los commuters le dan a la ciudad su inquietud inagotable; los nativos le
aportan solidez y continuidad; pero los colonos le dan pasión".
Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

Para este paseo se recomienda elegir un día de sol y arrancar lo más temprano que se
pueda. Porque siempre hay muchos visitantes, para registrar cómo late el Downtown
por la mañana y disfrutar del paseo por Battery Park. Además, llegando con tiempo
puede tomar el ferry gratuito que llega en 25 minutos a Staten Island. Es un transporte
estatal, manejado por la ciudad de Nueva York, para que los habitantes de la isla están
conectados con Manhattan. Esta alternativa les servirá a los que tengan menos tiempo y
quieran visitar únicamente la Estatua de la Libertad. La otra opción es tomar el ferry
clásico que va a Staten Island y después a Ellis Island, la isla que entre 1892 y 1954 fue
la puerta de entrada para 12 millones de inmigrantes, y donde hay un excelente museo
de la inmigración. El viaje hacia Lady Liberty es emocionante por el símbolo
democrático que representa y por la cantidad de gente de todo el mundo que llega desde
lejos a comprobarlo.
Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

De zona fabril y peligrosa, se transformó en barrio imprescindible. Todavía quedan


fábricas de ropa, pero la mayoría de los viejos depósitos fue reciclada y ahora se usan
como oficinas de sellos de música, estudios de diseño y publicidad. En el SoHO hay
negocios, restaurantes, buenos cafés, como el Habana (17 Prince St.), y está McNally
Jackson, una librería independiente para quedarse un rato largo (tiene una completa
sección de libros en español en el subsuelo). Hace tiempo que se instalaron GAP, H&M,
Mango y la japonesa UNIQLO, entre otras cadenas. Pero también hay tiendas con
encanto. Agent Provocateur, la marca inglesa de lencería de lujo, fundada por Joseph
Corré, hijo de la famosa diseñadora Vivienne Westwood, es una de ellas.
Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

Inaugurado en 1929, es uno de los museos de arte moderno más importantes del
mundo. Algunas de las obras más importantes que exhibe son: La noche estrellada de
Van Gogh, Las Señoritas de Aviñón de Picasso, La Persistencia de la Memoria de Dalí e
Interior holandés de Miró.Recorrerlo en modo rápido implica por lo menos destinarle
dos horas. Imperdibles, el cuarto y quinto piso, donde atesora algunos de los cuadros
más famosos de la historia.
Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

El diseño, la mirada, la música, la comida y las tradiciones japonesas están de moda en


Nueva York, ciudad hermana de Tokio. Todos los años, entre fines de abril y principios
de mayo se festeja el hanami o florecimiento de los cerezos, un ritual de primavera, tan
emocionante que vale la pena planificar un viaje para estar ahí. El cerezo es el árbol
querido de los japoneses. El Jardín Botánico de Brooklyn tiene 220 cerezos, una parte
de los dos mil que donó el gobierno de Japón a Estados Unidos en el siglo pasado. Cada
año celebra el Festival Sakura Matsuri, una fiesta para pasarse todo el día bajo los
cerezos rosados. Las performances suelen ser muy buenas.
Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

Desde que abrió en 1981, el mejor jazz del mundo pasa por The Blue Note , el club
nocturno de Greenwich. Cualquier día del año es posible ver grandes músicos en vivo.
También hay noches donde se presentan nuevos talentos locales, que seguro son
buenos. El lugar no es demasiado grande y se ve bien desde todos lados. Igual, conviene
llegar con tiempo antes porque se llena. No es barato, pero el show es excelente. Los
tragos son buenos y la comida no es gran cosa.

El problema de esta antigua librería cercana a Union Square es cómo salir. Su logo es
"18 miles of books" que, traducido, son 28,9 km de libros. La librería , que ya pasó los
80 años, estaba antiguamente a la vuelta de la ubicación actual, en una calle conocida
como la cuadra de los libros porque tenía varias librerías. Con el tiempo fueron
reemplazadas por bancos y seguramente por alguna sucursal de la popular cadena de
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HACE 21 MESES

farmacias Duane Reade. Hoy, la única que queda es Strand, un negocio familiar
atendido desde el comienzo por la familia Bass. Hay tres pisos y un subsuelo. Hay mesas
de best sellers, de ofertas, de buenas ideas para hacer regalos, de curiosidades, por
menos de u$s 10, de ficción y de no ficción. Todas tienen cartelitos con los libros
recomendados por el personal, más de 200 empleados con cara de lectores voraces.
Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

Podría ser un lujoso hotel de París, pero es una estación de trenes por donde cada día
pasan 400 mil personas. De fachada clásica y techos altísimos, Grand Central (43 y
Lexington Ave.) fue inaugurada en 1912, después de diez años de construcción. Las
lámparas, los relojes y dos águilas de hierro, todos los detalles son monumentales. Si no
le alcanza con mirarlos, puede sumarse a un tour gratuito para explorarla en detalle, los
miércoles y viernes, a las 12:30. Un dato curioso: las constelaciones pintadas en el techo
fueron hechas para ser vistas desde arriba. Cuando salga de la estación, mire hacia la
izquierda y se encontrará con el Chrysler (405 Lexington), uno de los edificios más
lindos de la ciudad y un monumento al art déco. En el barrio también está otro grande
del siglo pasado, el hotel Waldorf Astoria.

Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

Atrás del Chinatown, el Lower East Side es un barrio con onda. Es uno de los
distritos más antiguos de la ciudad, donde casi todos los edificios son esos
inconfundibles de Nueva York con ladrillo a la vista y escaleras de incendio en el frente.
En ese distrito decaído y oscuro comenzó una movida de diseñadores y artistas que,
como se ve, son los que descubren y colonizan nuevos barrios. En los últimos años
abrieron tiendas de ropa vintage, donde se puede encontrar una cartera de cuero con
mariposas fucsias pintadas, o una estola de piel que aterrorizaría al movimiento verde,
tan presente en Estados Unidos. Hablando de verdes, en L.E.S. hay una sucursal de
Babeland, un sex shop ecofriendly, que vende condones veganos, lubricantes orgánicos
y juguetes que no dañan al planeta. También hay negocios multimarca. El mundo puede
cambiar, pero siempre queda Kat's Delicatessen , deliciosa evidencia de antaño. Kat's
abrió en 1888 y es uno de los mejores lugares de Nueva York para comer matzo ball, una
típica sopa judía. Los fines de semana, ferias callejeras de artesanías y ropa hecha a
mano. Uno se prueba ahí mismo en la calle. Otro dato para los fines de semana: Market
NYC, una feria de diseñadores jóvenes donde se pueden encontrar oportunidades. Dos
imperdibles gastronómicos del barrio: Dean & Deluca (560 Broadway) y Balthazar (80
Spring). El primero es la casa de las delicadezas más sofisticadas. El segundo es un
bistró francés donde la bouillabaisse es imbatible y las ostras, un viaje al mar. Aunque
no coma ahí, asómese para ver el lugar. Enseguida, el SoHo se transforma en Nolita,
donde la escena es similar.

Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez


Además de lo obvio, de lo que se encuentra en la Quinta Avenida y alrededores, están las
tiendas departamentales como Century 21, en el Financial District. Allí encontrará ropa,
calzado, utensilios de cocina, baño y dormitorio, juguetes, todo de marcas conocidas y a
precios reducidos. Es una tienda de varios pisos, seguramente saldrás con bolsas y
cuando ya sea de noche. Pero más que grandes tiendas, prefiero recomendar sitios
elegidos. Una juguetería indie, con preciosas muñecas de tela, teatros, juegos para
aprender, guitarras, microscopios: Kidding around (60 W. 15 St), en el barrio de
Chelsea. Otro seleccionado, por curioso, por único: Fish's Eddy , en Flatiron District,
entre Chelsea y Gramercy Park, se especializa en vender vajilla vintage -platos, tazas,
soperas, jarras, azucareras- que alguna vez vistieron las mesas de elegantes hoteles y
restaurantes que ya no existen o cambiaron el servicio. Un hit: los cuchillos de primera
clase de Pan Am. Otro: J.J. Hat Center, el negocio de sombreros más antiguo de Nueva
York (310 5th Avenue), establecido en 1911, un lugar para entrar aunque no use
sombrero. Muji es una tienda japonesa que basa concepto en lo simple del diseño.
Desde un sacapuntas hasta una remera de material reciclado, todo minimalista. Tiene
varios locales en la ciudad y uno en la tienda del MoMA, que a propósito es un lugar más
para chequear. ,

Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez


El número 10013 es uno de los códigos postales más caros del país, y pertenece a
TriBeCa , un barrio con lofts millonarios, donde el promedio de edad ronda los 38. Sólo
con pasear un rato entre galerías de arte, calles de adoquines, bares y fábricas
convertidas en departamentos de acero, vidrio y ladrillo, se advierte que TriBeCa
(Triangle Below Canal Street) es un barrio exclusivo. El vecino más famoso es Robert De
Niro, y en los últimos años se afianzó como un poderoso inversor. Tiene una productora,
el restaurante Tribeca Grill, un complejo de cines y desde hace poco, el Greenwich
Hotel, un lujoso establecimiento boutique. Además, De Niro es el principal promotor del
Tribeca Film Festival, un certamen en crecimiento. Varios de los mejores restaurantes
de la ciudad están en el barrio. Y también está Nobu, el lugar del chef Nobu Matsuhisa
(y también de De Niro). Justo al lado, Nobu Next Door es una versión informal, más
accesible y sin reserva. Si el día amaneció lindo se puede disfrutar del área verde a
orillas del río Hudson. Si viajás con chicos, el Washington Market Park.

Fuente: Lugares - Crédito: Carolina Reymúndez

Velvet Underground, The Ramones, Iggy Pop, Led Zeppelin, todos ellos tienen un bar,
una calle donde se sacaron fotos, alguna historia en este barrio de tradición rockera. En
sus orígenes, el East fue un lugar de inmigrantes polacos y ucranianos, por eso hay
Museo Ucraniano y una plaza que lleva el nombre del gran poeta Taras Shevchenko. A
pocas cuadras, la Cooper Union es una prestigiosa universidad fundada en 1859. Hoy
quizás siguen viviendo muchos descendientes de inmigrantes, pero lo que más se ve por
las calles son desfiles de turistas. Especialmente en la zona de St. Marks Place , con
puestos, bares y restaurantes para turistas. Un clásico: Trash and Vaudeville, una tienda
que vende discos, ropa y accesorios de la cultura punk rock de los años 70. En dos pisos,
cuero negro, tachas, zapatos y fanáticos. Alejándose unas cuadras hacia la renovada
Plaza Tompkins, se pueden encontrar algunos negocios vintage, una buena peluquería,
muros pintados con grafittis, pandillas de skaters y algunos cafés. Aquí la numeración
de las calles incluye las letras del alfabeto, por eso el barrio que limita con el East, es
Alphabet City. Para quien quiera salir de noche, el East es un sitio con movimiento, y
Shoolbred's (197 Second Ave) un bar con ambiente.

Por: Carolina Reymúndez

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