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PERFIL BIBLIOGRÁFICO

BIBLIOGRAFÍA:

Para comenzar, se puede decir que Pierre-Félix Bourdieu vivió entre 1930 y
2002 y es considerado por los seguidores (o no) de su obra, como uno de los
sociólogos más influyentes desde la segunda mitad del Siglo XX y
comienzos del XXI. Sus ideas continúan teniendo gran relevancia en tanto
teoría social, como también en cuanto a sociología empírica,
fundamentalmente dentro de la sociología de la cultura, la educación y los
estilos de vida.
Nacido en Denguin, Pyrénées-Atlantiques, Francia, estudió filosofía en la
École Normale Supérieure de París y durante 1958 y 1960, realizó uno de
sus trabajos de investigación más emblemáticos en Argelia, lo que posibilitó
el hecho de consolidar sus bases de reflexión dentro del campo de la
sociología

Fuente: Wikipedia

combinando la teoría y la base empírica. Se puede agregar, que su estadía en


Argelia posibilitó además, la construcción de ideas tales como la noción de
Habitus y Campo que será especialmente tratado en los próximos apartados.
Fue a su vez, Director del Collage de France, de Actes de la Recherche en
Sciences Sociales y del Centre de Socioligie Européene y su papel como
intelectual cobra plena vigencia a partir de los años noventa en Francia,
cuando realiza manifestaciones públicas al criticar a la política en general y
a los medios de comunicación en particular.

En el plano práctico o político, funda el Parlamento de Escritores con la idea


de consolidar una institución capaz de brindar autonomía respecto a su
ámbito profesional intelectual, generando así una alternativa de pensamiento
respecto a quienes controlan el poder de los medios de difusión masiva de la
cultura. Asimismo agudiza sus críticas al modelo neoliberal y su pretensión
de dominación hegemónica ejercida con carácter incuestionable e
implacable, las cuales, según Bourdieu, cuenta con complicidades propias de
los intelectuales del mundo académico. En esta misma línea, va a afirmar
dicha pretensión, consiste en una “verificación de una utopía (…), convertida
de ese modo en programa político”, donde “esta teoría tutelar, es una pura
ficción matemática basada en una formidable abstracción, que, en nombre
de una concepción tan estrecha de la racionalidad, identificada con la
racionalidad individual, consiste en poner entre paréntesis las condiciones
económicas y sociales respecto a las normas racionales y de las estructuras
económicas y sociales que son la condición de su ejercicio”.

Denuncia además, que “el programa neoliberal, que extrae su fuerza social
de la fuerza político - económica de aquellos cuyos intereses expresa, (…)
tiende a favorecer globalmente el desfase entre las economías y las
realidades sociales, y a construir de este modo, en la realidad, un sistema
económico ajustado a la descripción teórica, es decir, una especie de
máquina lógica, que se presenta como una cadena de restricciones que
obligan a los agentes económicos”. Bourdieu de esta manera, va a conducir
sus reflexiones hacia una sociología de los mecanismos de funcionamiento
del Poder Simbólico, que le permite elaborar un complejo diagnóstico de la
sociedad contemporánea dentro del cual, el neoliberalismo ha impuesto una
brutal reconcentración del poder a escala mundial dando como resultado la
creciente destrucción de una civilización y la exclusión de un amplio sector
de la población de los derechos a la educación, la salud, la cultura o la
seguridad social. En su obra La miseria del mundo, el autor francés y sus
colaboradores analizan con la rigurosidad de la sociología empírica, las
diversas formas de explotación, dominación y exclusión que operan dentro
del capitalismo contemporáneo,5 donde destaca especialmente toda su labor
de crítica de la cultura, mostrando que la distinción cultural no es más que
una forma encubierta de dominación, a la que denominó complicidad
ontológica entre el Campo y el Habitus.

Esta crítica no le lleva al cinismo ante las manifestaciones de la alta cultura,


sino a considerar que todos deberían tener igual acceso a la misma. Lo
novedoso del análisis bourdiano, radica en el señalamiento de que este orden
social se mantiene y llega a ser eficiente sólo con la complicidad de los
propios dominados, esto es: por la imposición de la Violencia Simbólica.
Así, en la mejor síntesis teórica de su sociología expresada en la obra
Méditations Pascaliennes, el autor examina el papel central de la Violencia
Simbólica en la preservación de la normalidad social y las formas de acción
política capaces de enfrentar el orden simbólico dominante.

Bourdieu asume así, una postura que unifica a la sociología con el


movimiento social que pretende una transformación de las estructuras
materiales o económicas, sociales, culturales y sobre todo simbólicas. Se
puede agregar también, que su compromiso lo ha llevado a ser antes que
nada, a ser un sociólogo de la cultura consolidándose como uno de los
intelectuales más influyentes en esta área. Por su parte, el antropólogo
argentino Néstor García Canclini se refiere a este punto, sosteniendo que “En
el estudio de la cultura, los problemas de Bourdieu, como indica con no son
culturales”, sino que mas bien se refiere a una problemática que tiene como
centro la cuestión de la distribución desigual del poder en la sociedad en
general y, en particular, los efectos que se producen como resultado del
ejercicio del Poder Simbólico.

Por su parte, esta toma de posición de compromiso social y su consiguiente


expresión pública, lo coloca en el centro de debate político-académico,
principalmente en Francia. Autores como Jeannine Verdès-Leroux, quien
publica un Ensayo sobre el terrorismo sociológico de Pierre Bourdieu8 o,
también, una respuesta de Olivier Mongin y Joël Roman, director y redactor
jefe, respectivamente, a través de la revista Espíritu reflejan condenas
virulentas donde se lo acusa de descubrir tardíamente la acción política, de
abusar de su notoriedad científica e incluso de regresar a formas intelectuales
anticuadas. Se puede presuponer que en definitiva, lo que resultaba
ciertamente chocante y novedoso era, ante todo, el hecho de que un experto
interviniera, llevando su crítica implacable al dominio político.

A pesar de esto, Bourdieu comprendió que su sociología y el oficio del


sociólogo, ofrecían "instrumentos de expresión y de crítica" capaces de
posibilitar una autorreflexión autónoma en los seres humanos para liberarlos
de la Violencia Simbólica. Su sociología ha buscado, sobre todo, sacar a la
luz los misterios de las instituciones sociales, los ritos culturales y sus
relaciones con el poder, para devolver al Agente social, su derecho a pensar
y justificar “su propia existencia”.

El compromiso de Bourdieu, lo lleva a reflexionar entonces sobre las


"condiciones sociales de posibilidad" del compromiso político y lo lleva a
distanciarse tanto respecto del cientificismo aleccionador como del
"espontaneísmo". Va a afirmar la necesidad de la conjunción de “la
investigación científica y la participación política: (donde) nos referimos a
ese trabajo de conversión de las pulsiones colectivas en impulsos críticos que
otorga a la sociología ese alcance o esa utilidad sin la cual, como decía
Durkheim, "no valdrían ni una hora de esfuerzo", pero también a esa
vigilancia que permite a la ciencia social ayudar a romper con los problemas
políticos y sociales banalizados por la "actualidad".

1.2. EL OFICIO DEL SOCIÓLOGO SEGÚN PIERRE BOURDIEU

Pierre Bourdieu, tal como se ha dicho, plantea entonces una teoría social de
la cultura que aspira a una explicación total, basada en descubrir el principio
generador de las diferencias sociales en diferentes espacios y ámbitos
especializados de la vida social. De esta manera, se muestra crítico con
aquellos científicos que se escudan o “que se ensañan con la impureza
original de la empiria, de quienes no se sabe si consideran las mezquindades
de la rutina científica como atentatorias a la dignidad del objeto que ellos
piensan les corresponde o del sujeto científico que pretende encarnar, o
sumos sacerdotes del método que todos los investigadores observarían
voluntariamente, mientras vivan, sobre los estrados del catecismo
metodológico”.12 Persigue más bien, las opciones que disertan sobre el arte
de ser sociólogo o el modo científico de hacer ciencia sociológica, lo cual
cuenta a menudo, con la disociación del método o la teoría respecto de las
operaciones de investigación, hasta incluso diserta respecto al hecho de
reflexionar sobre aquellos casos donde se disocian la teoría del método o la
teoría de la teoría misma. El investigador tiene que, "objetivar al sujeto
objetivante", entendiendo que quien emprende el estudio de un objeto de
análisis, debe proyectarse a sí mismo como parte del proceso de
investigación.
Siguiendo a Gastón Bachelard sostiene, que la epistemología se diferencia
de una metodología abstracta en su esfuerzo por captar la lógica del error
para construir la lógica del descubrimiento de la verdad como polémica
contra el error y como esfuerzo para someter las verdades próximas a la
ciencia y los métodos que utiliza a una rectificación metódica y permanente.
La razón científica no tendría toda su fuerza “si el “psicoanálisis del espíritu
científico”, no se continuara en un análisis de las condiciones sociales en las
cuales se producen las obras sociológicas (…) el sociólogo puede encontrar
un instrumento privilegiado de vigilancia epistemológica en la sociología del
conocimiento, como medio para enriquecer y precisar el conocimiento del
error y de las condiciones que lo hacen posible y, a veces, inevitable”.13

Plantea además que, para salir de la anarquía conceptual a la que están


condenados aquellos que mantienen una indiferencia ante la reflexión
epistemológica, es necesario someter las operaciones de la práctica
sociológica a la problemática de la razón epistemológica, para definir, y si
es posible inculcar, una actitud de vigilancia que encuentre en el completo
conocimiento del error y de los mecanismos que lo engendran uno de los
medios para superarlo. De esta manera, para Bourdieu, una epistemología
que se remite a una sociología del conocimiento, menos que ninguna otra
puede imputar los errores a sujetos que no son, nunca ni totalmente, sus
autores. En el oficio del sociólogo, o mas bien en cada uno de los sociólogos,
existe un Habitus que, en tanto que sistema de esquemas más o menos
dominados y más o menos transponibles, existe sino una interiorización de
los principios de la teoría del conocimiento sociológico y que en muchos
casos, llevan la cautela metodológica hasta la obsesión, haciendo pensar en
ese enfermo emblemático del que habla Freud, que dedica su tiempo a
limpiar sus anteojos sin ponérselos nunca. “Se requiere, dice Bourdieu, de
una vigilancia epistemológica permanente, que proporcione los medios para
adquirir una disposición mental, que sea condición de la invención y de la
prueba. Sería necesario, como decía Saussure, “mostrar al lingüista lo que
hace”, o sea, preguntarse que es hacer ciencia o, más precisamente, tratar de
saber qué hace el científico, sepa éste o no lo que hace. Esto no es sólo
interrogarse sobre la eficacia y el rigor formal de las teorías y de los métodos,
sino que más bien, es examinar qué hacen con los objetos y qué objetos
hacen”.14

Para Bourdieu, el orden según el cual debe efectuarse este examen se impone
tanto por el análisis propiamente epistemológico de los obstáculos al
conocimiento como por el análisis sociológico de las implicaciones
epistemológicas de la sociología actual que definen la jerarquía de los
peligros epistemológicos y, por este camino, de los puntos de urgencia.
Busca establecer, en definitiva, que el hecho científico se conquista,
construye, comprueba, lo que implica rechazar al mismo tiempo el
empirismo que reduce el acto científico a una comprobación y el
convencionalismo que sólo le opone los preámbulos de la construcción. En
el fondo, busca dar cuenta que “la sociología tiene el mismo objeto que la
política, pero las mismas reglas de validación que la ciencia”.15

El trabajo científico, reside no sólo en ir contra la opinión común y contra


las propias anteojeras sociales, sino también en utilizar un lenguaje que se
oponga a la divulgación de la verdad científica, que es siempre contestataria.
Para el autor francés, la mayoría de los errores a los que se exponen la
práctica sociológica y la reflexión sobre la misma, radican en una
representación falsa de la epistemología de las ciencias de la naturaleza y de
la relación que mantiene con la epistemología de las ciencias del hombre.
Denuncia que el positivismo, efectúa sólo una caricatura del método de las
ciencias exactas, sin acceder ipso facto a una epistemología exacta de las
ciencias del hombre.

De esta forma, al percibir que “los métodos que los científicos o los
investigadores fascinados por las ciencias de la naturaleza, tan a menudo
intentaron aplicar a la fuerza a las ciencias del hombre, no siempre fueron
necesariamente aquellos que los científicos aplicaban de hecho en su propia
disciplina, sino más bien los que creían utilizar”.16 El oficio del sociólogo,
consiste en descubrir en la práctica científica misma, amenazada sin cesar
por el error, las condiciones en las cuales se puede discernir lo verdadero de
lo falso, en el pasaje desde un conocimiento menos verdadero a un
conocimiento más verdadero, o más bien, como lo afirma Bachelard,
“aproximado, es decir rectificado”.17 Esta filosofía del trabajo científico
como “acción polémica incesante de la razón”, transpuesta a la instancia de
las ciencias del hombre, puede proporcionar los principios de una reflexión
capaz de inspirar y controlar los actos concretos de una práctica
verdaderamente científica, (re)definiendo en lo que tengan de específico los
principios del “racionalismo regional” propios de la ciencia sociológica.
Frente a esto, la ciencia social, que debe operar siempre una ruptura con el
sentido común en su labor de conocimiento de lo social, encuentra en la
historización una herramienta crucial para avanzar a contrasentido de la
naturalización, que es tanto fruto como condición de la Violencia Simbólica
y que responde a disposiciones incorporadas. La ciencia tiene por objeto,
según el autor, una tarea de develamiento que ponga en suspenso la sumisión
dóxica al orden establecido. La doxa, entendida como aquel conjunto de
creencias fundamentales que, como tal, “no necesitan afirmarse como dogma
explícito y consciente de sí mismo”.18 Por ello, es muchas veces tarea de la
ciencia el negar una denegación.

La postura teórica de Bourdieu ha sido justamente una suerte de


reivindicación del carácter científico de la sociología. Es decir, constituirla
como ciencia y diferenciarla de las ilusiones y representaciones del sentido
común. La sociología tiene las características que implica la idea de la
ciencia, a saber: Sistemas coherentes de hipótesis, conceptos y métodos de
verificación que según este punto de vista, la tarea del sociólogo consiste en
identificar “sistemas de relaciones” en los que se organiza el objeto estudiado
y no la descripción arbitraria de comportamientos sociales fragmentados.
Para ello es necesario un trabajo de ruptura con la “sociología espontánea”,
punto de partida para la construcción de un objeto de análisis que aparecerá
como una estructura, es decir, como un sistema de posiciones y de relaciones,
donde el sociólogo tratará de desentrañar la lógica del sistema del cual él
mismo es parte integrante.

CORRIENTE EPISTEMOLÓGICO DE PERTENENCIA


Movimiento:
Estructuralismo genetica

Movimiento Estructuralismo genético


Constructivismo

CARACTERÍSTICAS:
Principalmente Pierre Bourdieu se caracteriza por tres tipos que abarca
como, la habitus, campo, capital.
 Habitus. Es un principio generador y un sistema clasificador de
niveles sociales
 Campo. Son las distintas configuraciones de clases o relaciones
sociales, donde se unen para relacionarse.
 Capital. Bourdieu al momento de efectuar su análisis sociológico
valora como capital nio solo el acumulable en forma de moneda,
infraestructura y bienes materiales intercambiables.

CONCEPTOS DE LAS CORRIENTES EPISTEMOLOGICAS

EL ESTRUCTURALISMO GENÉTICO.
es un modo de abordar el estudio de la literatura ideado por el teórico
marxista lucien Goldmann, Se ocupa de las relaciones entre una visión del
mundo y las condiciones históricas que la hacen posible. La estructura
significativa que yace en el fondo de una obra no se explica poniéndola en
relación con la psique del autor o con una totalidad abstracta; se trata de
insertar la estructura significativa de la obra en los grupos y clases de
una sociedad dada..
Según lucien Goldman, la vida de un solo individuo es tan breve que no
puede crear una estructura mental ni influir en la realidad. Así las cosas,
la hipótesis fundamental del estructuralismo genético es que el carácter
colectivo de la creación literaria proviene del hecho de que las estructuras
del universo de las obras son homólogas a las estructuras mentales de
ciertos grupos sociales. El estructuralismo genético permite concebir
desde el principio de manera unitaria el conjunto de los hechos humanos y
ser a la vez comprehensivo y explicativo, ya que la puesta en claro de una
estructura significativa constituye un proceso de comprension, mientras que
su inserción en una estructura más vasta es, respecto de ella, un proceso
de explicacion
OTROS REPRESENTANTES
 V. LENIN (1870-1924) Y LA LITERATURA
 LEON TROTSKI (1879-1940) Y LA LITERATURA COMO
ARMA REVOLUCIONARIA
 ANTONIO GRAMSCI (1891-1937)
 MAO TSE-TUNG (1893-1976)

Se denomina CONSTRUCTIVISMO O CONSTRUCTIVISMO


EPISTEMOLÓGICO a una corriente epistemológica surgida hacia
mediados del siglo XX, de la mano de investigadores de disciplinas muy
diversas (psiquiatras, antropólogos, físicos, matemáticos, biólogos,
psicólogos, sociólogos, lingüistas etc.).
Para el pensamiento constructivista, la realidad es una construcción en
cierto grado «inventada» por quien la observa. Nunca se podrá llegar a
conocer la realidad tal como es pues siempre, al conocer algo, ordenamos
los datos obtenidos de la realidad (aunque sean percepciones básicas) en un
marco teórico o mental. De tal modo, ese objeto o realidad que entendemos
«literal» no es tal, no tenemos un «reflejo especular» de lo que está «ahí
fuera de nosotros», sino algo que hemos construido con base en nuestras
percepciones y datos empíricos. Así, la ciencia y el conocimiento en
general ofrecen solamente una aproximación a la verdad, que queda fuera
de nuestro alcance.1
REPRESENTANTES
1. -JEAN PIAGET
2. -DAVID AUSUBEL
3. -LEV VYGOTSKY
4. -JEROME BRUNER
5. -JOSEPH D. NOVAK

III. PRODUCCION CIENTIFICA-INTELECTUAL DEL AUTOR

PRINCIPALES OBRAS:

 Los herederos (1964)


 La reproducción (1970)
 LA DISTICION (1979)
 El sentido práctico (1994)
 La miseria del mundo (1993)

IV. PENSAMIENTO DEL AUTOR: SOBRE LA EXPLICAION


CIENTIFICA

Fue uno de los sociólogos más importantes de la segunda mitad del siglo XX.
Sus ideas fueron relevantes tanto en teoría social como en sociología
empírica, especialmente en la sociología de la cultura, de la educación y de
los estilos de vida.
Su teoría destaca por ser un intento de superar la dualidad tradicional en
sociología entre las estructuras sociales y el objetivismo (fisicalismo), por
un lado, frente a la acción social y el subjetivismo (hermenéutica), por otro
lado. Para ello se dota de dos conceptos nuevos, el habitus y el campo así
como reinventa uno ya establecido, el capital.7
Por habitus entiende las formas de obrar, pensar y sentir que están originadas
por la posición que una persona ocupa en la estructura social. En cuanto al
campo, es el espacio social que se crea en torno a la valoración de hechos
sociales tales como el arte, la ciencia, la religión, la política... Esos espacios
están ocupados por agentes con distintos habitus, y con capitales distintos,
que compiten tanto por los recursos materiales como simbólicos del campo.
Estos capitales, aparte del capital económico, están formados por el capital
cultural, el capital social, y por cualquier tipo de capital que sea percibido
como "natural", forma ésta del capital que denomina capital simbólico. Los
agentes, con el habitus que es propio dada su posición social, y con los
recursos de que disponen, "juegan" en los distintos campos sociales, y en
este juego contribuyen a reproducir y transformar la estructura social. La
obra en la que presenta de forma más sistemática su teoría es El sentido
práctico (publicada en castellano por la editorial Taurus).
En su trabajo empírico destaca especialmente toda su labor de crítica de
la cultura, mostrando que la distinción cultural no es más que una forma
encubierta de dominación, a la que denominó complicidad ontólogica entre
el campo y el habitus. Esta crítica no le lleva al cinismo ante las
manifestaciones de la alta cultura, sino a considerar que todos deberían tener
igual acceso a la misma.
Su papel como intelectual cobró plena vigencia a partir de la segunda mitad
de los 90 en Francia, siendo sus declaraciones objeto de viva polémica, por
mantener posiciones muy críticas tanto con respecto a los medios de
comunicación (véase "Sobre la televisión") como con respecto a la política
en general. Propuso y fue fundador del parlamento de los escritores, una
asociación pensada para dar a los intelectuales mayor autonomía sobre su
trabajo, y de esta forma poder criticar y controlar al poder al margen de sus
medios de difusión de la cultura.

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