Entre algunos bienes públicos se encuentran la prestación regular de servicios
como la educación, salud, justicia, caminos, espacio recreativos etc. Algunas características son: que una vez producidos están disponibles para todos los agentes de la comunidad, su uso o consumo no excluye a otros consumidores el uso por otros consumidores no disminuye la dotación del recurso no supone un beneficio igual para todos pero es problemática su determinación, ya que no todos se benefician de la misma forma con su producción. Los mismos son propiedad del Estado por tanto del pueblo, están en custodia o al cuidado de quienes gobiernan circunstancialmente, tienen que ser utilizados con la responsabilidad debida, y en el marco de lo establecido por las normas jurídicas existentes. Los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), son corresponsables en velar por el buen uso de los bienes públicos y los recursos del Estado. Las autoridades públicas, sean electas o administrativas, del nivel local, departamental o nacional, tienen la obligación de proteger y conservar los bienes del Estado, debiendo utilizar los que le fueran asignados para el desempeño de sus funciones de manera racional, evitando su abuso, derroche o desaprovechamiento, sin emplear o permitir que otros empleen los bienes del Estado para fines particulares o propósitos que no sean aquellos para los cuales hubieran sido específicamente destinados (malversación). Las consecuencias de ser un bien de dominio público son: Imprescriptibles: es decir, no pueden ser adquiridos por la prescripción adquisitiva, o sea de usucapión. Inalienables: no pueden ser transmitidas a otra persona u estado. Sin embargo, puede dejar de ser de dominio público, mediante el procedimiento que se llama “desafectación” y de esta manera se torna inalienable. Inembargables: no se puede decretar el embargo preventivo o ejecutivo sobre bienes de dominio público del estado. Nosotros, como ciudadanos y, por ende, contribuyentes que somos, estamos continuamente disfrutando de los bienes públicos que gestiona el estado y que son financiados por nuestros impuestos. El ejemplo más común es el de la defensa nacional : un servicio de protección ciudadana que a todos nos garantiza la seguridad y del que es muy difícil excluir a una persona en concreto. Por lo general, este tipo de servicios está gestionado y administrado desde la Administración Pública, bien sea desde el Estado Central o bien desde subdivisiones de éste. La infraestructura vial. Las carreteras, autopistas, puentes, y demás infraestructura pública que conecta los distintos rincones de un país suele ser propiedad del Estado, incluso cuando la administración y mantenimiento se le cede a una empresa privada. Pero al ser bienes inmuebles, que no pueden ser removidos, son propiedad pública y suele haber ministerios encargados de ello. El espectro radioeléctrico. El espectro radioeléctrico de un país, a través del cual se emiten las diversas ondas de radio y televisión, es un bien irrevocablemente púbico, cuya explotación ocurre cuando el Estado entrega concesiones a empresas privadas para transmitir sus programaciones respectivas. Las patrullas de policía y vehículos de bomberos. Así como estos organismos forman parte de los servicios públicos normalmente, sus implementos de trabajo y vehículos especiales forman parte de los bienes del Estado. El espacio aéreo nacional. Nadie en ningún país puede comprar el aire ni los cielos, que son bienes, por llamarlos de alguna manera, pertenecientes únicamente al Estado. Por eso cuando un avión ingresa a los cielos de otro país, se encuentra sujeto a las leyes de ése territorio. Los espacios públicos. Los sitios memoriales, las plazas, la casa presidencial, los parques públicos y todos los bienes de la colectividad nacional son propiedad pública. Las reservas naturales. Las reservas forestales y los grandes bosques protegidos, los Parques Nacionales y toda su extensión de tierra son propiedad del Estado y no suelen estar nunca en venta, pues en muchos casos son incluso Patrimonio de la Humanidad. El patrimonio de las empresas públicas. Todo lo que sea patrimonio de alguna empresa del Estado será, necesariamente, propiedad pública también. Así, todos los escritorios de un Ministerio suelen ser del Estado y no le pertenecen a ningún individuo aislado. Los fondos públicos. El dinero (los billetes y monedas en físico) de un país, si bien representa riquezas públicas y privadas sin distinción, es propiedad material del Estado exclusiva. Por eso uno no puede emitir sus propios billetes, ya que no nos pertenecen únicamente a nosotros sino a toda la colectividad del país. Electricidad. En muchos países es normal que la empresa de electricidad sea de propiedad exclusiva o mayoritaria del estado. Así, pueden ofrecerse tarifas eléctricas más amables a la población y puede controlarse políticamente este servicio básico indispensable para la vida contemporánea. Identificación y extranjería. La emisión de pasaportes, billetes de identidad, carnés y todo tipo de documentos de identificación para los ciudadanos nacionales o extranjeros residiendo o en tránsito en el territorio de un país, es un servicio exclusivamente público del que se ocupan las oficinas estatales apropiadas. Representación consular. A todos los ciudadanos de un país que habitan en una nación extranjera, los representa legal y logísticamente una embajada, un consulado y diversas instancias diplomáticas que les ofrecen servicios públicos burocráticos, legales e, incluso, auxilio ante una emergencia nacional. Legalización de documentación. La certificación de la originalidad de ciertos documentos legales, como contratos, títulos académicos, etc., toman lugar bajo la mirada del Estado. Diversas entidades públicas se encargan de dar fe por escrito de la originalidad de dichos documentos o certificar la firma de los mismos, actuando como garante de la ecuanimidad. Labores judiciales. Los procesos judiciales tanto civiles, penales, constitucionales o de cualquier índole son responsabilidad exclusiva del Estado, por lo que se trata de un servicio que brinda a sus ciudadanos, en resguardo del cumplimiento de sus derechos y deberes, para velar por el marco jurídico y las reglas de juego legales. Salud pública. Un tema álgido en algunos países, ya que a menudo se debate si los recursos del Estado bastan para atender a todos los habitantes que tengan una emergencia de salud sin cobrarles o cobrándoles tarifas sociales. En todo caso, este servicio se activa cuando hay emergencias de salud pública, como epidemias, y forma parte de los mecanismos del Estado para contenerla.