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> > 3 3 > > 3 3 3 > ae 3 > > BIBLIOTECA CIENTIFICO-FILOSOFICA {ENSAYOS DE CRITICA Y DE HISTORIA HIPOLITO TAINE ‘TRaDUCDOS DE ka DEciNA EDICION FRANCESA CARLOS CERRILLO ESCOBAR MADRID DANIEL JORRO, EDITOR (CALLE! DF LA PAZ, 28 ess osc ee Pe eee ee ee ee 0 a oni eda Decor a9 ae Prefacio de Ia primera edicién © ‘Muchos eriticos (2) me han hecho ef honor de refu- {ar el método empleado en fos trabajos que vais 4 leer, Precisamente es dicho método fo que me propongo cexplicar y justficar aqui. ‘Vease de qué manera: si se descompone para ana~ fizarlo un persoiaje, una Titeratura, un siglo, una vilizacién 6 un grupo natural cualquiera de acontec! imientos humanos, se verd que todas sus partes de- penden unas de otras, o mismo que los rganos de tuna planta 6 de un animal, En un mismo siglo, por ejemplo, 1a filosofia, e arte; la forma de estar constituida la familia y de es- arto el Gobierno; las costumbres privadas y piiblicas, ¥ todos los aspectos de la vida de una nacidn, se resuponen los unos 4 los otros, de tal manera que hinguno de ellos podria alterarse sin que se alterara ()_ Este prefaclo aparecié en el Journal des Débats det 2446 noro de 1858, “ @_M. Sainte-Beuve, M. Guillaume Guizot, M, Gustave Panene, M. Prévost-Paradel, M. Weiss 2 mSAYOS DE CRITI Y DE MIsToRIA cl resto también. Pues asimismo, en wn poeta, es flo, a etecctén de asf, Ia indole de fos caactere, tas ereencne y 4s bites, todas las pares del alma yes faces del fates, se complement los unas Tes otrs, de tal manera que siti de elias se rans- formara is dens, no. podsian subsist. El Hombre noes un conjunto de pieras contigus, sino una ma tina dle reas coocdinadas es un sistema y no wn Sipe masado. abe donde procede esta dependencia mua €in- venctbley por ales relaciones fants flos separa Gow se untn en un Soo Bes? St descomponts, na tras of, todas ls partes de un grup, allars que est todas gobertadasy for tmadas por un pequen nitro de fuerzas y con mls frecuencia por una faera nea fa cl produce fa tmonta de todas las partes ymantiene su sin. En un mismo sigo, pot ejempin la lost a re- tigion as ates, fa faiia'y eh Estado, recben su Singular earetor de alguns fneinactén 6 de alguna facitad predominante : Es una misma i intligencia y ano mismo el co- rauin que alli han pensado, quid, taginado y Cjeeutado es decir, que ha sido la misma stuacion genre nso tral nat fs que a oa gop reid ns obras esparcias y diversas el mismo feito se ha impreso. de varios modes en diferentes tuateris,y inguna de-sus impresiones podria cam Bian sin que se promoviera of cambio de ls oe, Pangue nad dente ellas se mada, sino madndose rete. De modo que para conocer al hombre lo epee PREPACIO DE LA FRUERA Roto 3 que hay que hacer no es acumular observaciones, sino desentrantar una fuerza; no son olas esparcidas ue hay que recoger, sino un manantial que recibir. Que sea el hombre infinitamente méltiple; que se derive su manera de ser, de su familia, de sus con ciudadanos, de sus contemporineos, de sus lecturas, de su condicién social y de mil accidentes contrarios, 6 de infltraciones innumerables que hayan dimanado de todos los puntos del horizonte, para formarle y nui Iridle, poco importa; fo importante es sefialar ia receién y la potencia de la corriente que le arrastra, sentir qué energfa la impulsa, prever hacia qué echo se precipita; conocer, pues, un objeto cualquiera 6: conocer su causa y seguirla través de todo ef orden de sus efectos. ‘A esto se suele replicar: «Tal cosa no es posible} ¢l hombre es muy complejo; no basta una formula part cexplicarie; si senalis en 61 dos & tres lineas genem= les, omitis en cambio cincuenta; en una civiliclOn, como en un individuo, hay siempre cien mil matiees y vos les confundis en un solo color» “Una aristocracia de cortesanos que hacen vida de salén y el gusto de las ideas generales y mediocres que se pueden alli exponer, he aqui las dos cireuns- fancias primordiales y predominantes, 4 las cuales Fedueis nuestro siglo Xvi gAcaso no encerraba otra cosa? Sin necesidad de it més lejos, alli se verd Ia imitacién de Espana, el respeto 4 fos clsicos, restos de fosquedad feudal, cierto aire de libertinaje algo disimulado, gustos de cierto adelantamiento de Ia Regencia, tos primeros atisvos de las ideas humani- a tarias, un poco le misticismo y no sé qué otros ca- racteres, que no se podrin suprimir sin alterar la fiso- nomia de aquel tiempo. Compendiar de aquel modo ces desteuir, y vuestros resimenes Sern, pues, verda- © dera mutilactén, sHistoriadar, orador. En estas dos palabras que- ris encerrar toda la gran personalidad de Tito Livio; ‘mucho temo que se ahogue. Todos fos. romanos fue: ron oradores, y sin embargo cada uno de ellos se dis- {ingue de todos los demas, Este era patricio, patriot, roligioso, hombre honrado; mas sobrio que’Cicerén, ids regular que Salustio, mis sencillo que Téctto; nln galldades, defectos y- sentimientos que séto co- teagpondian al tiempo en que él vivi6, & laa eireuns- {anclas que lo conformaron, al modo especial de su ta- lento, Basta sin duda una linea, para trazar una figura de geometria; pero se necesitan ml, iainitamente ru zadas y plegadas, para formar una figura humana, Muchas veces que creeis haber trazado ua rostro no hhabéis trazado sino una circunferencia 6 un cuadro.» Esto es concluyente contra una erica que quisiera pintar; pero no Jo es contra una que aspire & flloso- far. Pintar es hacer ver, y una aplicacidn especial de Ja pintura es hacer ver los personajes det pasado. Si cualquiora en esto se empenia, serd necesario que se halle preparado por e&tudios propios de artista, para realizar este trabajo de arlistas; que hubiera sido en su juventud novelista, como Walter Scott, y hasta poeta; que d titulo de’ tal perciba naturalmente y & primera vista los mds leves matices y las débiles r0- Taciones de entre los sentimientos; que poco 4 poco ereeweon PREFACIO DE LA PRIMPAA HONE 5 el aumento de la edad y ta mayor flexibilidad de Ia reflexién hayan afiadido en él 1a cfencia del psieélogo al artista; que la finura peculiar del espirita francés, Ja delicadeza parisiana, ta erudicién propia det si ‘glo XIX, el epicurefsmo de la ‘euriosidad, la ciencia del hombre y de los hombres le hayan formado un facto" exquisito y dnico; y asf datado y prevenido ira recogiendo entre las otras y las delicadezas de len- Buaje una verdadera galeria de retratos histéricos; Se deslizard en torno de sus personajes, de las pala~ bras, de eada una de las actitudes de ellos, en cada ademn y cada gesto; volverd sobre sus pasos, mati- zando suis primeros colores con tintas nuevas. mas ligeras ¢ ird de este modo, de retoque en retoque, sin dejar de percibir el contormo complejo y eambiando Ja luz frdgil y fugaz, que es el simbolo y como la flor de la vida. Para el observador esto no seria suficientemente an retrato: comprencleria que la pintara tenia que variar con Tos cambios mismos del personaje pintado y le escribiria en la adolescencia, en la juventud, como adulto, en ta madurez y la ancianidad, en la corte y Ia guerra, y bajo todos sus hbitos y todos sus estos; igualaria la movilidad det tiempo y el alma, por Ia re~ novaciGn de sus impresiones y de sus lineamientos; no fendria suficiente, para realizar tal obra, con el estilo. sencillo de fos dialécticas y los clisicos: tendria nece- sidad de usar frases més retorcidas, eapaces de atem- perarse y atenuarse unas 4 otras; palabras més espe- iosas, provocaado con ellas un ntimero de relacio~ nes y recuerdos, Seria menos de leer que de saborear 6 -ENSAYOS DE CRIRCA ¥ DE HISTORIA tal obras pareceria uno de esos perfumes complejos y preciosos en que la vez se respiran veinte esencias escogidas y suavizadas por su concordancia mutua En deseribiéndose al género, se ha descrito al hom. bre. El-lector habré nombrado 4 M, Sainte-Beuve, pero el género no corresponde sino al hombre y no se le puede imponer a nadie la torpeza 6 Ia impert nencia de imitarle, Tolérense, pues, las demas indagaciones; dejad al objeto que hia proporcionado materia a la pintura, gue la proporcione también 4 ta tilosotia; permitid ue el andlisis se extienda también al campo del arte; ue si es bello describie un personaje, acaso tambien Sea interesante hacerle comprender. Son los dos estu~ dios diferentes, pues que la imaginacién difiere de la inteligencia, y el razonamiento tiene el derecho de descomponer aquello que los ojos han contemplado y to que el corazén ha sentido. Yo puedo pregumlarme que de donde vienen ciertas cualidades, ciertos defec- ts, ciertas pasiones, ciertas ideas; ewéles son efectos Y cules causas; de qué faculiades primitivas se deri~ ‘van; si alejdndose mas en la indagacidn de estas fa- ccaltades no Hlegard uno 4 remontarse hasta una fuen~ te comiin; qué parte y qué clase de sentimientos. ha puesto cada una de ellas en la pasién fotal. Las emo- ciones y los pensamientos de los hombres estin rela. cionados como fas partes y los movimientos del cuerpo; y puesto que este encadenamiento merece ser notado.en el mundo corporal y visible, merece tam- bién ser observadoen el mundo invisibleé incorpéreo, ¥ desde este punto caen todos vuestros preceptos; las ‘PREeAci0 De LA PRIMERA wovctON a reglas que rigen la pintura no tienen jurisdiccién en et ‘anilisis; aquello que seria un defecto para la primera se hace un deber para la segunda, ¢Os desenvolveis? Ella se reduce. ¢Perseguls los detalles delicados? Ella indaga tas grandes causas. 2Cazdis al vuelo aquellas lineas fugaces que hacen aparecer en la imaginacién toda una figura? Ella se atiene 4 las fuerzas genera doras que producen en la vida toda una serie de aconiecimientos; vosotros desculdis muchos puntos que ella imporian y desatiende muchos aspectos ue os interesan. Para ella el cambio de objetos ha cambiado el resto; si se ha encontrado su fin legitino, ho se la puede prohibir el paso por el camino que la conduce & su fin, Tomemos ejemplos sensibles: sea un noble cabje Mo, y ante ét, pincel en mano, ef mejor pintor del mundo. Poco a poco una figura se disena sobre e! fienzo; una cabeza en extrema vivaz; las narices, abiertas; los ojos, ardlentes; 1a linea de la grupa so curva; el pelo vibra; tos jarretes se tlenden como Arcos; una amplia luz cae sobre el costado, que se apompa, y bajo aquellos misculos tensos peretbese la soberbia contextura que va a proporcionar sus impetuosos movimientos. éTiene ya nada més el pin. tor que hacer alli? ¥ el lienzo, ast recubierto, res onde 4 toda cuestisn? Sdlo una queda sin respuesta, y toda ella content dda en esta breve frase: cpor qué? Armado de esta breve frase, llega un hombre, ob- serva ef animal: {Por qué se mueve la. pierna? :Por ‘ué ef hueso esti clevado? 2Por qué el tendén inser a Ao > > > > > > > >» » > ) ) ) ) ) ) ) ) to en el musculo tira del hueso? gPor qué el nervio, bajo la atcida de la medula y el cerebro, contra ef miiseulo? gPor qué la piema esta construfda de ese modo? Por qué el animal es vertebrado y mamtfero? ePor qué el tipo designade por su nombre exige tal dlisposicién permanente de partes? gPor qué las ne- cesidades de su vida exigen clerta concordancia en~ fre sus instintos, su estémago, sis facultades, sus nifembros y sus movimientos. He aqui, pues, nuevas Indagaciones, y es claro que el segundo observador gue venga no esti obligado 4 seguir las huellas del Drier. El color de tos ojos, las manchas. del pe~ To, los temblores de la piel, la expresiéa de 1a boca, Jo Juegos de a luz, todo cuanto hay le momentineo fen el movimiento y en Ia vida, lo podré descuidar 6 indicarlo apenas. Su objeto no es provocar ilusién ni causar delete, excitando Ia simpatia, sino encadenar tuna serie de efectos bajo un sistema de leyes. e#lay, pues, una anatomia en la historia humana, como en la historia natural? ¢Por qué Ia evitica y la filosofia de Tito Livio son hasta tal punto buenas y son malas hasta cudl otro? 2Por qué algunos de sus caracteres y algunas. partes de sus caracteres son ciertos y el resto estdn Henos de imperfeccio- nes? gPor qué Joga triunfar en muchas clases de discursos y fracasa en otros? La misma cuestion fengendra aqui las mismas indagaciones, y 1a mis ma respuesia se opone aqui también 4 Iss mismas ‘objeciones. Lo esencial es encontrar In forma de in- genio original de donde se deducen todas las cuali- dades importantes del hombre y de la obra, No te PREFACIO DE LA PAIMERA EDICION ° imdis suprimir nada de esto; estas dos palabras, his: toriador y orador, contienen més cosas de lo que pa- rece 4 primera vista; Ia mayor parte de-aquellas que 8 parezcan omitidas se hailan contenidas allt: ef pa- tricio religioso, el hombre honrada y el romano, con- tribuyen a formar en él al orador; los acontecintion- tos que le han rodeado, la.caida de la Repiiblica y el testablecimiento del Imperio, Te han retenido en las Bibliotecas, en lugar de Hévarle 4 Ia tribuna, y le tian heché historiador, en lugar de hacerle hombre de Es- ado. Veis que 1a férmula lleva enlazadas consigo, como precedentes 6 como consecuencias, todos los ‘asgos importantes; respecto 4 los otros, una palabra, cualquiera los indica de pasada. No necesitan més espacio; ellos son accidentes y no causas, y una vez seniadas y seuidas las causas, fenemos ya cuanto {querfamos tener. Pues esto mismo sucede respecto 4 todas las co- ‘sas, ¥ singularmente respecto 4 todo grupo natural de azontecimientos humanos. Sélo ciertos rasgos son en ellos esenciales; el resto es accidental. El grupo re- cibe stt unidad, su naturaleza y su sér de una ley 6 fuerza que produce y forma todas sus partes; y los cien mil accidentes fortuitos que le afectaran, no ha rin mds que camblarle su apariencia, sin cambiar nada de su fondo, i Esta distincida es mds visible atin cuaide no es de tun hombre de To que se trata, sino de un siglo, como el XVIL. Sin duda que la superficie de las cosas es en él multiple y movible. Cada década y cada ano cam- Dian alll una eosa. Et gusto espanol aparecié y se fué 0 ENSAYOS DE cnivica Y DE msTORIA Iwego; las novelas, y en seguida los retratos, se pusie- ron en boga; los jansenistas aparecieron, después los jesuitas; un instante sobrenadan los misticos; despues dominan tos galicanos. ¢Quién podré. referir las ine ‘numerables fluctuaciones, los retornos, los remolinos, el juego de las olas contraidas, entrecortadas, y to. das las ondulaciones sinuosas que vienen & plegar ta superficie de esta gran corriente? Que se las vaya mencionando conforme pasan y para determinar bajo ellas la marcha del rio, nada es'més justo; pero, qué settiene que hacer con su direcciéa y-su fuerza? Aqui, como fuera de ello, el primer euidado debe ser el de separar fo que es importante y lo que no 10 es. Lo importante es saber, por ejempio, en qué consiste que el arte de explicar, siendo allf perfecto, exeluye & los. otros; por qué el teatro no es sino un’ salén de dise cursos admirables; por qué la filosofia, en lugar de observar fos hechos nuevos, se limita a consultar las ideas generales adquicidas (1); por qué la religién pura viene d ser una especie de eonviecién razonada; Por qué Dios es una especie de rey majestuoso, re- gularmente instituido por ta tradicién’y confirmado Dor la reflexién. Todas estas cualidades y las demis {que se les asemejan, se derivan de ta formula primi- tiva y no son importantes, sino porque se derivan de ella, Sélo pertenecen 4 1a naturaleza del siglo; vie~ nen dg sus profundidades y no de fuera de él; forman ‘un conjunto, det cual nada puede separarse sin que (1) Deaqat surge ta fisien de Descartes, su prueba de Dios, ete PREFACO DB LA PRHABRA REIGN 4 perezea ol resto; ellas manifiestan ina fuerza unives sal presente en todas partes y activa, soberana de to- das las grandes cosas_y directora de todos los gran- des acontecimientos. Sélo vsta fuerza interesa al fld- sof, porque, segiin palabras de Aristételes, fo uni- versal e6 el objeto sinico de la ciencia; y en formarla € en lo nico que se invirtié todo el siglo xvt y bajo. su presién fué como nacié el siglo siguiente, Cada uno de ellos supone asi su antecesor y predice su st cesor. Elfin de la historia no es anegarse, como se [a ve hacer hoy, en la multitud de los detalles, sino re- ‘montarse hasta aquella fuerza madre, encerrarla res- ecto 4 cada siglo en su férmula y relacionar entre ellas fas formulas, observar las necesidades por las, ‘cuales se derivan unas de otras y separar, en fin, et tipo lereditario y Ia situacién primitiva ‘de donde el resto proviene. Entonces solamente cesard de ser 1a historia una compilacion y sera una ciencla; enton- es solamente ser cuando podremos percibir y me: dir las potencias secretas que nos mueven; acaso en- tonces se podra prever. 1Qué sequedad, se diré, y qué desagradable figura tendrd la historia, reducida diuna geometria de fuer zast Poco importa: su objeto no es divertir. Adems, si yo escribo friamente, esto sera falla mia; no cul péis de ello al método, sino al escritor; las fuerza que gobiernan al hombre son siempre humanas; no son sino pasiones empleadas por las facultades y fa- ccultades desarrolladas por las pasiones; no son sino ‘maneras de pensar y sentir permanentes, sujetas al hombre 6 4 la raza, desde su nacimiento hasta st ! Oe ee on raat 2 ENSAVOS De cRTICA ¥ DE MsTORIA muerte, y las hay siempre semejantes en nosotros mismos, y no podemos observarias en otro sin sentir que se revelan y se agitan en lo més profundo de puestro corazén. Me atrevo 4 decir més: ellas son osotros mismos, componen nuestra substancia y nuestro sée; nos han Hegado & través de los sigios y han entrado en nosotros con nuestra propia inteli igoncia y nuestra sangre. No hay en nosotros una idea Hii un-sentimiento cuyo trayecto y origen no se pueda fnuigat, El hibito del andlisis nos viene del sigio xvu Ta libertad dle pense comenzs en el Renacimiento; et profuindo manantial de nuestra tristeza fué fomentado por la Edad Media; nuestra idea de Dios nacié en Judea, y nuestra sutileza Ioglea se remonta a ta enna ‘de muestra raza, en el fondo de la India. ‘La historia entera ha contribuido a fabricar el sér que sois cada uno de vosotros, y asi_el pasado revi- ve conservado en el presente. Interesa, pues, tanto como el presente; ialeresa mil veces mas en adelante. ues las facultades ylas pasiones mezquinas se hacen ssublimes en los grandes hombres y en las grandes mmasas; reciben Ia amplitud del genio que las condu- ce y del siglo que rigen. Esta cre6 una religién en Ju ‘dea; aquella, un Imperio en Roma; esta otra, una filo- sofia en Grecia, y aquella otra un mundo entero en Ia China y en Ia India. Ellas son las divinidades det mundo humano, siempre vivientes, activas en todo e280, fuentes de toda belleza y de toda armonta; se ddan la mano con otras potencias, hijas de In misma raza y duenas de fa materia, como ellas lo son del es piri y todas juntas forman el coro invisible de que PREEACIO De LA PRISERA EDICION 8 hablan fos antguos poets, que crete 4 trays de Tes seres y por el cual patplta el universo eternal. Este eopectaculo me parece noble; el método es el jnstrumento que Je proporciona; este instrumento, fe pricado por Aristételes y Hegel, es el que merece sor gat defendido solamente, y respecto al obrero no hharé otra cosa que demandar perd6n, | | | | 4 | | a i x Prefacio de la segunda edicion 7 Varios eriticos me han hecho el honor, ya de com- batirme, ya de aprobar eso que ellos Haman mi siste- ma, Yo no tengo la. pretensidn de tener un sistema, Un sistema es una explicacién del conjunto é indica tuna obra hecha; un método es una manera de traba- jar é indica una obra por hacer. Yo he querido traba- jar en un determinado sentido y en cierta forma nada mds, La cuestién esti en saber si esta forma es bue- na, Para esto es necesario practicarla; y si el lector ‘quiere hacer la prueba podrd, por si, juzgar. En fugar de impugnar las refutaciones, yo quiero refinar el pro- cedimiento que las causa, y aquellos que lo hayan se- guido sabrén por ellos misinos si conduce & la verdad. Esté de todo punto comprendido en esta nota que las causas morales tfenen, como las fisicas, dependen- cias y condiciones. ‘@)_ std pretacio figura ta cabeza de todas tes ediciones ‘aa los Basayos,& partir de a segunda, Supongo que se quiere comprobar esta méxima y medir su importancia. El lector tomard por ejemplo &

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