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Embriología e histología
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Índice
Introducción………………………………………………………………………………………………..3
Desarrollo
Origen embrionario del cordón…………….....……………………………………………….. 4
Desarrollo del cordón…………………………………………………………………………... 4
Estructura y función del cordón……………………………………………………………….. 5
Anomalías del cordón umbilical……...…………………………..………………………....… 6
Dimension………………………………………………………………………………. 6
Giros del cordón………………………………………………………………………... 7
Número de vasos………………………………………………………………………. 8
Inserción del cordón…………………………………………………………………… 9
Anomalías del cordón que pueden interferir en el flujo sanguíneo……………... 10
Conclusión…………………………………………………………………………………………........ 14
Bibliografía…………………………………………………………………………………………….... 15
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Introducción
El cordón umbilical conecta al bebé con la placenta. La placenta es un órgano que crece en el
útero materno y que suministra al bebé alimentos y oxígeno a través del cordón umbilical.
Al alejarse de la placenta, pero unida a ella mediante el cordón, el feto posee la total libertad de
movimiento permitiendo el adecuado desarrollo de todos los órganos de su cuerpo.
En raros casos el cordón es excesivamente corto, como también puede ser excesivamente
largo, dando origen a distintas anomalías que pueden ser inofensivas, como también en el peor
de los casos pueden causar la muerte si no se trata a tiempo.
Aquí se mostrará y analizará las anomalías que pueden existir en el cordón umbilical. Ya sean
de menor o mayor importancia clínica.
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Desarrollo
El saco vitelino y la vesícula umbilical donde se desarrolla son notorios en etapas tempranas
del embarazo. Al principio el embrión es un disco aplanado interpuesto entre el amnios y el
saco vitelino, puesto que la superficie dorsal crece a mayor ritmo que la ventral en relación con
la elongación del tubo neural. El embrión
protruye hacia el interior del saco
amniótico, y la parte dorsal del saco
vitelino se introduce en el cuerpo del
embrión para formar el intestino. El
alantoides se proyecta en la base del tallo
corporal desde la pared caudal del saco
vitelino y después desde la pared anterior
del intestino posterior (ver figura 2).
A medida que avanza el embarazo, el saco vitelino se hace más pequeño y su pedículo
relativamente más largo. Alrededor de la mitad del tercer mes, el amnios en expansión oblitera
al exoceloma, se funde con el corion leve y recubre al disco placentario protruyente y la
os
superficie lateral del tallo corporal. Este último se llama después cordón umbilical o funis. L
restos del exoceloma en la porción anterior del cordón pueden contener asas de intestino, que
continúan su desarrollo fuera del embrión. Aunque las asas después se retiran hacia la cavidad
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peritoneal, el ápex del asa del intestino medio conserva su conexión con el conducto vitelino
atenuado.
Cuando se obliteran el alantoides el conducto vitelino junto con sus vasos, lo único que queda
en el cordón son los vasos umbilicales rodeados de gelatina de Wharton. Este tejido, rico en
proteoglucanos, funciona como capa protectora de los vasos sanguíneos.
El cordón contiene tres vasos sanguíneos: dos arterias y una vena. La vena transporta oxígeno
y nutrientes desde la placenta al feto. Las dos arterias transportan desechos del feto hacia la
placenta. Los desechos pasan a la sangre de la madre y son eliminados por sus riñones.
La sangre fluye desde la vena umbilical y toma la vía de menor resistencia a través de dos
rutas dentro del feto. Una es el conducto venoso, que se vacía directamente en la vena cava
inferior. La otra vía consta de numerosas aberturas más pequeñas hacia la circulación
hepática.
La sangre sale del feto a través de dos arterias umbilicales, que son ramas anteriores de la
arteria ilíaca interna y se obliteran después del nacimiento. Se pueden observar sus vestigios
como ligamentos umbilicales mediales.
El cordón umbilical se desarrolla en estrecha relación con el amnios, desempeña una función
vital, pero por desgracia puede enredarse, comprimirse y ocluirse.
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Los cordones en extremo largos (ver figura
7) tienen más posibilidad de relacionarse con
prolapso del cordón o formación de nudos,
así como con anomalías, sufrimiento y
pérdidas fetales.
Tanto el volumen del líquido amniótico como
la movilidad del feto influyen de manera
positiva en la longitud del cordón.
Miller et al (1981) identificaron tasas más
altas de cordones con acortamiento notorio
cuando había una limitación fetal crónica debida a oligohidramnios o reducción del
movimiento fetal, como el que se observa con el síndrome de Down o disfunción de las
extremidades.
● Diámetro
La determinación de la longitud del
cordón umbilical antes del nacimiento
plantea limitaciones técnicas. Debido a
esto, los investigadores estudiaron el
diámetro del cordón umbilical como un
indicador capaz de predecir la condición
del feto. Aunque los cordones
umbilicales delgados se relacionan con
crecimiento fetal deficiente, y aquellos
que tienen un diámetro mayor (ver figura
8), con macrosomía, la utilidad clínica de
este parámetro todavía no queda clara.
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Número de vasos
● Arteria umbilical única
La incidencia aumenta mucho en mujeres con diabetes, epilepsia, preeclampsia, hemorragia
preparto, oligohidramnios o polihidramnios y anomalías cromosómicas.
Aunque existen varias teorías, la que se acepta con más frecuencia como etiología es la atrofia
de una arteria umbilical que antes era normal.
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Inserción del cordón
● Inserción marginal
El cordón suele insertarse en el centro de la cara fetal de la
placenta o cerca del mismo. La inserción del cordón en el borde
de la placenta (ver figura 13) en ocasiones se denomina placenta
de battledore o placenta raqueta de tenis. Se observa en cerca
del 7% de las placentas de término. A excepción de que el
cordón pueda avulsionarse durante el alumbramiento, tiene poca
importancia clínica.
● Inserción bifurcada
En esta anomalía infrecuente, el sitio de inserción es normal pero los vasos umbilicales pierden
su gelatina de Wharton protectora poco antes de unirse a la placenta. En consecuencia, se
encuentran cubiertos sólo por amnios y tienden a comprimirse, torcerse y experimentar
trombosis.
● Inserción velamentosa
Este tipo de inserción tiene importancia
clínica considerable. Los vasos umbilicales
se abren dentro de las membranas a cierta
distancia del borde placentario, el cual
alcanzan circundados sólo por un pliegue
de amnios ( ver figura 14). Como resultado,
los vasos son vulnerables a la compresión,
lo cual puede inducir anoxia fetal. Aunque
su incidencia se acerca al 1% la inserción
velamentosa se desarrolla con más
frecuencia en caso de placenta previa y
gestaciones múltiples.
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Anomalías del cordón que pueden impedir el flujo sanguíneo
Hay varias anomalías mecánicas y vasculares del cordón umbilical que pueden alterar el flujo
sanguíneo fetoplacentario.
● Nudos
Los nudos falsos (ver figura 15)
se observan como abultamientos
que sobresalen de la superficies
del cordón y corresponden a la
redundancia localizada de un
vaso o de la gelatina de Wharton,
sin importancia clínica.
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● Circulares
Es frecuente que el cordón se enrede en torno a parte fetales, y esto es más común con los
cordones largos. Las asas que se forman en torno al cuello se denominan circulares al cuello
(ver figura 17).
Durante el trabajo de parto, 20% de los fetos que tiene una circular al cuello cursa
desaceleraciones variables de la frecuencia cardiaca de intensidad moderada o intensa, y
también tiene mayor probabilidad de presentar un pH más bajo en la arteria umbilical. Por
fortuna, el enrollamiento del cordón en torno al cuello es una causa infrecuente de evolución
perinatal adversa.
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● Presentación funicular
En casos excepcionales, el cordón umbilical puede ser la parte que se presenta durante el
trabajo de parto (ver figura 19) y la mayor parte de las veces se asocia a presentación fetal
anómala. El prolapso del cordón o las anomalías de la frecuencia cardiaca fetal constituyen un
hallazgo asociado durante el trabajo de parto, aunque la presentación funicular puede
identificarse antes del mismo con ecografía Doppler de flujo a color. En caso de existir durante
el trabajo de parto, es característico que se indique cesárea.
● Hematoma
Estas acumulaciones de sangre (ver figura
20) se relacionan con cordones cortos,
traumatismos y enredamiento. Pueden
deberse a la rotura de una várice, por lo
general de la vena umbilical, hay fuga de la
sangre el interior del cordón. Los
hematomas también pueden deberse a la
punción de algún vaso umbilical
● Quistes
Los quistes del cordón en ocasiones pueden encontrarse
a lo largo del mismo y se denominan quistes verdaderos o
seudoquistes, de acuerdo con su origen. Los quistes
verdaderos s on remanentes del alantoides cubiertos por
epitelio (ver figura 21) y pueden coincidir con persistencia
del uraco.
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En contraste, los seudoquistes son más
frecuentes y se forman a partir de la
degeneración focal de la gelatina de
Wharton. Ambos tienen una apariencia
similar en la ecografía (ver figura 22).
Por otra parte, los seudoquistes que persisten después de este periodo pueden relacionarse
con defectos estructurales o cromosómicos, en especial trisomías 18 y 13.
● Trombosis
La trombosis intrauterina de los vasos del cordón umbilical constituye un episodio infrecuente.
Alrededor del 70% es de tipo venoso, 20% es venoso-arterial y 10% es arterial. Las trombosis
venosas tienen tasas de morbilidad y mortalidad más bajas que las arteriales. Estas últimas se
relacionan con restricción del crecimiento fetal y pérdida del producto.
● Dilatación vascular
Una udrice venosa umbilical es una dilatación intensa localizada que puede
desarrollarse dentro de la región intraamniótica de la vena umbilical o en su porción dentro del
abdomen fetal. Los que se ubican en posición intraabdominal se asocian al incremento de las
tasas de pérdida fetal, anomalías estructurales y aneuploidías. Las complicaciones más
frecuentes son la rotura o la trombosis de la várice, la compresión en la arteria umbilical y la
insuficiencia cardiaca fetal debida al aumento de la precarga.
Un aneurisma de la
arteria umbilical c orresponde a
un adelgazamiento congénito
raro de la pared del vaso, con
disminución del soporte que
deriva de la gelatina de Wharton
(ver figura 23). De hecho, la
mayor parte de estas lesiones se
desarrolla en, o cerca de, la
inserción del cordón en la placenta, donde se carece de soporte.
Hay una asociación con arteria umbilical única, trisomía 18, restricción del crecimiento
fetal y mortinatalidad. Se sugiere que estos aneurismas desencadenan la hipoxia y la muerte
del feto por efecto de compresión de la vena umbilical.
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Conclusión
Según los estudios analizados se concluye que: el cordón umbilical es el nexo entre el feto y la
madre, en el cual se encuentran vasos sanguíneos, que llevan nutrientes y oxígeno que son
importantes para el crecimiento y desarrollo del feto. No obstante, existen distintas anomalías
que pueden perjudicar un correcto funcionamiento de este, como así también, el feto en
muchos casos puede verse gravemente afectado por estas anormalidades. Estas se pueden
detectar durante un examen de ultrasonido y en otros casos, se detectan después del parto al
momento de examinar el cordón.
Lamentablemente, las anomalías del cordón no se pueden prevenir, ni tampoco tratar, pero si
se puede tratar al feto interviniendo el embarazo con una cesárea programada siempre y
cuando sea realmente necesario, donde corre riesgo la vida del feto.
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Bibliografía
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