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Hace tiempo escuche un relato de una empresa que estaba pasando por tiempos
muy difíciles. Habían despedido a muchos empleados, estaban muy endeudados
con el banco y habían cerrado muchas líneas de producción. Sin embargo, esta
compañía puso un anuncio en el diario que solicitaban a un Vice-Presidente con un
salario de $50 mil dólares al año más beneficios. Un joven recién graduado de la
universidad, muy capaz y listo fue y se entrevistó con el presidente de la compañía.
Cuales van a ser mis responsabilidades preguntó el joven? El presidente le
respondió: busco a una persona a quien yo le pueda pasar todos mis problemas y
preocupaciones. Muy bien respondió el joven: tengo no más una pregunta-de donde
va a venir el dinero para pagar mi salario si la compañía está prácticamente en
bancarrota? Esta va a ser tu primera preocupación, le respondió el presidente.
Alguien que se encargue de mis preocupaciones. Sería algo fantástico si hubiera
alguien que se encargara de todo aquello que nos preocupa e inquieta. Si hubiera
alguien que pudiera resolver nuestros problemas sería algo que nos diera mucho
alivio. Las buenas noticias es que si lo hay. David en el primer verso del Salmo 23
nos dice: Jehová es mi pastor y nada me faltara. Con Dios nada nos falta y sin el
todo nos falta. Con Dios lo tenemos todo y sin el no tenemos nada que valga la
pena. El promete resolver nuestros problemas y proveer por nuestras necesidades.
Viviendo en la ciudad tal vez no tenemos la idea de lo que es ser un pastor. Nuestra
experiencia consiste en comer de vez en cuando unos tacos de borregos o un
consomé o ir a la feria estatal y dejar a los que niños entren al corral para acariciar
a las ovejas. Estamos un poco desconectados con la vida pastoral. Pero un pastor
dormía en el campo cuidando sus ovejas. Se levantaba muy temprano en la
mañana daba un silbido y sus ovejas le comenzaban a seguir. Las ovejas no se
arrean como el ganado. No, el pastor va por delante- el las guía y ellas le siguen.
Busca un pasto delicado para que puedan comer y luego después las conduce a un
lago tranquilo para que beban agua. Finalmente las lleva a otro campo donde hay
sombra para que descansen.
La idea que tenemos aquí es que Dios a lo igual nos lleva a un lugar de provisión. El
suple todas nuestras necesidades. Es parte de su carácter. Es uno de sus nombres-
Jehová proveedor- Jehová Jireh.
El trasfondo de ese nombre viene del capitulo 22 de Génesis donde Dios le dice a
Abraham que sacrifique en un altar a su único hijo Isaac. Vamos a leer en Génesis
22:1-14. Ahora, nosotros sabemos que Abraham tenía otro hijo – a Ismael. Pero su
hijo Isaac era el hijo que vivía con el- y quien el amaba. La palabra único sugiere
que era un hijo que amaba y le tenía mucho cariño.
Aquí tenemos el concepto de a veces le tenemos que entregar nuestros Isaacs a
Dios. Puede ser algo positivo- como nuestro talento, nuestra voz para cantar,
nuestras habilidades como maestros y como líderes. Todo con que Dios nos ha
dotado- lo mejor de nuestra vida se lo tenemos que
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presentar a el. Pero también puede ser aquello que es negativo- nuestra falta de fe,
nuestra indiferencia, los vicios y el orgullo se lo tenemos que entregar a Dios para
que el nos cambie y nos transforme.
Entonces Abraham, sin cuestionar a Dios se levanta muy de mañana, corta la leña y
se va con su hijo y sus dos siervos hacia el Monte Moriah. El verso 5 es muy clave
en entender el pasaje. Abraham creía que el y su hijo iban a regresar.
El verso 7 esta una pregunta de su hijo que tal vez fue muy agonizante para su
padre. El hijo le pregunta dónde está el holocausto?- Abraham- responde que Dios
va a proveer. Lo que sigue no lo menciona el escritor no nos dice nada de la
angustia de Abraham- de sus lagrimas- de su sufrimiento y no sabemos si su hijo
Isaac se ofreció voluntariamente o si tuvo Abraham que forzarlo y atarlo al altar.
Sucede de que cuando Abraham esta por lanzar el cuchillo en su hijo que un ángel
lo detiene diciendo- Abraham, Abraham. En la cultura hebrea cuando se repite un
nombre dos veces es una expresión de cariño. Entonces Abraham voltio y a sus
espaldas estaba un carnero atorado en una zarza. Abraham quita a su hijo del altar
y ofrece el carnero en sacrificio. Después Abraham le llamo aquel lugar- Jehová
proveerá.
Hay cuatro conceptos importantes que podemos ver aquí:
1. Siempre hay un lapso de tiempo. Dios nos prueba así como probó a
Abraham. El problema es que a veces en vez de esperar nos desesperamos. Dios
no viene temprano ni tarde –el siempre viene a su tiempo. La palabra provisión
viene de dos palabras pro-antes y visión de ver. Dios vio tus necesidades de hoy
ayer. Antes de que tu le pidas a Dios el ya conoce de ante mano tus
necesidades.
Abraham aprendió esa lección- Dios no proveyó hasta el momento que él le iba a
quitar la vida a su hijo. Lo más difícil es esperar. Esto no es fácil. No es fácil
esperar que se abran las puertas de un trabajo. No es fácil esperar cuando
tenemos una cuenta gigantesca que tenemos que cancelar. El tiempo de espera
es un tiempo que nos abruma, nos consume y nos preocupa. Pero recuerda que
Dios provee a su tiempo.
2. Siempre la provisión de Dios es en respuesta a la obediencia. Las
bendiciones de Dios no son carta blanche- o es decir automáticas. Las
bendiciones vienen a través de la obediencia. Es cierto que hay gente impía- que
no conoce a Dios que son ricos- pero es porque Dios tiene misericordia de ellos.
En el mayor de los caso Dios responde cuando nosotros respondemos en fe.
Recuerden regresando a la imagen del pastor- son las ovejas que siguen al
pastor y el pastor les conduce a los pastos verdes.
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