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Cuadernos de Antropología
Segunda Época | Número Especial | 2012
Autoridades
Rector
Dr. Oreste Carlos Cansanello
Vicerrector
Mgr. Hernán Bacarini
Directora Decana
Dra. Alicia Rey
Vicedecano
Prof. Omar H. Gejo
Secretaria Académica
Lic. Amalia Testa
Subsecretaria Académica
Dra. María del Carmen Martínez
Secretario de Investigaciones
Dr. Gustavo D. Buzai
Secretario Administrativo
Lic. Héctor Barthelemy
Secretaria Técnica
Prof. Mariela Karaman
Director
Dr. Mariano Ramos
CUADERNOS DE ANTROPOLOGÍA es una publicación semestral del Programa de Arqueología
Histórica y Estudios Pluridisciplinarios (PROARHEP) del Departamento de Ciencias Sociales (Disposi-
ción del Consejo Directivo Departamental Nº 431/09) de la Universidad Nacional de Luján. Pu-
blica artículos originales, conferencias, entrevistas, traducciones, reseñas y debates de autores
nacionales y extranjeros que desarrollen sus investigaciones en el campo de la Antropología Social,
la Arqueología y la Etnohistoria. También se aceptan artículos de Antropología Biológica cuando
su objeto de análisis (material) forme parte de un registro arqueológico o un estudio social. La
revista se propone colaborar en la actualización y profundización del conocimiento en las diversas
áreas dentro del campo antropológico contemporáneo, incluyendo el abordaje de problemas pluri-
disciplinarios. Las contribuciones pueden ser de índole epistemológica, teórica, metodológica y
estudios de casos. CUADER-NOS DE ANTROPOLOGÍA recibe artículos a partir de convocato-
rias específicas y su publicación está sujeta a un proceso de evaluación externa al Comité Editorial,
garantizando el anonimato de autores y evaluadores. La revista cuenta con el ISSN 0328-9478.
Director y Editor responsable
Dr. Mariano Ramos
Co-Directora
Lic. Marcela Brac
Comité Editorial
Dra. Bibiana Andreucci (UNLu), Dr. Alejandro Balazote (UNLu, UBA), Dr. Rubens Bayardo
(UNLu, UBA), Dra. Mabel Fernández (UNLu, UNLPam), Mgr. Beatriz Goldwaser (UNLu), Prof.
Verónica Helfer (UNLu), Dra. Eugenia A. Néspolo (UNLu, Instituto Ravignani),
Lic. Daniel Piccinini (UNLu, UBA), Dra. Alicia Tapia (UNLu, UBA) y Dr. Sebastián Valverde
(UBA, CONICET).
Editores ejecutivos
Lic. Fabián Bognanni, Dra. Matilde Lanza, Dra. Analía García,
Lic. María Eugenia Morey y Téc. Odlanyer Hernández de Lara
Diseño y diagramación
Odlanyer Hernández de Lara
Revisión y corrección
Fabián Bognanni, Matilde Lanza, Analía García, Pablo Molina, Martín Vilariño y
Laura Weiss
Foto de tapa
Fotos de Pablo Quintero
Comité Académico Asesor
Dra. Martha Bechis (UBA), Dr. Eduardo Crivelli Montero (UBA, CONICET), Dr. Luis
González (UBA), Dra. Mabel Grimberg (UBA/CONICET), Dr. Daniel Loponte
(CONICET), Dra. María Rosa Neufeld (UBA), Dr. Juan Carlos Radovich (UBA,
CONICET), Dra. Ana María Rocchietti (UNRC, UNR), Dr. Mario Silveira (UBA),
Dr. Hugo Trinchero (UBA/CONICET), Dr. Alejandro Goldberg (FFYL-
UBA/CONICET).
Evaluadores del número
Dra. Mariana Andrea Schmidt (ICA-FFyL, UBA). Dra. Ana Murgida (Programa de
Investigaciones en Recursos Naturales y Ambiente. FFyL UBA). Marcelo Spagnuolo (Centro
Regional Zona Atlántica, Universidad Nacional del Comahue, Viedma). Marcelo Conti.
Valeria Iñigo Carrera (ICA-FFyL, UBA – CONICET). Henry Chiroque Solano (Universidad
Nacional de Quilmes). Valeria Mutuberría Lazarini. Carlos Cowan Ros. Carlos Martínez
ÍNDICE
Pablo QUINTERO
Instituto de Ciencias Antropológicas, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de
Buenos Aires / Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Correo
electrónico: pquintero@filo.uba.ar
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Antropología rural: orígenes, desplazamientos y aperturas P. QUINTERO
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Antropología rural: orígenes, desplazamientos y aperturas P. QUINTERO
ben ser mencionados también los intentos fracasados del Acuerdo Multi-
lateral del Inversiones, y para el caso latinoamericano del Área de Libre Co-
mercio de las Américas, ambos proyectados durante la década de 1990.
En consecuencia, estas políticas que afectan la economía mundial
han impactado profundamente en el campo latinoamericano ocasio-
nando serios resultados: a) Por los patrones de siembra actuales los
suelos se desgastan cada vez con mayor rapidez y las empresas requie-
ren de nuevos territorios productivos, esto origina la recrudización de
los históricos conflictos por la tierra entre fracciones del capital, por lo
general con la venia de los Estados en contra de las poblaciones rurales,
sean estos campesinos, indígenas o afrodescendientes; b) La precariza-
ción del trabajo rural y las consecuencias que esto conlleva en el modo
de vida de estas poblaciones; c) Lo anterior ha impactado a su vez en la
explosión migratoria del campo hacia las ciudades latinoamericanas y en
algunos casos al cruce de fronteras buscando mejores oportunidades de
subsistencia; d) La subsecuente monopolización de territorios y paque-
tes tecnológicos que condicionan la producción de alimentos en fun-
ción de los requerimientos del mercado mundial, en la mayoría de los
países América Latina esto ha generado la proliferación de “productos
de lujo” y el decaimiento de la producción de cereales, que como se
sabe representa un alimento básico para cualquier población; e) La re-
ducción de la biodiversidad genética a partir de los patrones producción
y consumo, impuestos por el mercado internacional y las compañías
agroindustriales transnacionales derivado de la monopolización ya
mencionada, en la actualidad sólo cinco compañías controlan más del
88% del comercio mundial de granos, por mencionar sólo un ejemplo;
f) A raíz de los puntos anteriores la reemergencia y explosión de los
movimientos sociales ligados al mundo rural por la defensa del territo-
rio, la autonomía y la vida.
Bajo este panorama se vislumbra que el escenario de la ruralidad y
sus actores ha cambiado con la profundización de las crisis. La antropo-
logía rural de hoy, está preocupada por estas tendencias y sus investiga-
ciones recientes parecieran estar lejos de considerar a las poblaciones
rurales como un escalón intermedio entre la modernidad y la tradición.
El espacio rural atravesado por estas actuales tendencias del capitalis-
mo, se yergue como un espacio fundamental en donde están al mismo
tiempo apareciendo y re-expandiéndose nuevos horizontes de sentidos
y prácticas de subversión del orden capitalista, así como se ha expandi-
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Bibliografía
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COMPRESIÓN ESPACIAL Y AVANCE DE LA FRONTERA
AGROPECUARIA. TRANSFORMACIONES EN LOS USOS
DEL SUELO EN EL CHACO CENTRAL
Y EL UMBRAL AL CHACO
Sergio Braticevic*
Resumen
En este estudio se presenta un breve análisis del desarrollo reciente en
infraestructura, así como los arreglos institucionales que brindaron
mayor compresión espacio-temporal sobre las áreas examinadas. Todo
esto con el propósito de comprender las transformaciones territoriales
que confluyeron en el avance de la frontera agraria en el Chaco Central
y el Umbral al Chaco. De este modo, se intentan reconocer los cambios
en los usos del suelo a nivel regional, identificando las limitaciones que
este mismo proceso impuso sobre la población local.
Palabras clave: compresión espacio-temporal; arreglos institucionales;
desarrollo de infraestructura; expansión sojera.
Abstract
In this study appears a brief analysis of recent infrastructure develop-
ment, as well as the institutional arrangements that offered increasing
time-space compression at the examined areas. All this with the inten-
tion of understanding the territorial transformations that came together
with the agrarian frontier expansion at Central Chaco and Umbral al
Chaco. Therefore, it is tried to recognize the changes in the land uses in
the region, identifying the limitations that the same process imposed
over local people.
Key words: time-space compression; institutional arrangements; infra-
structure development; soybean expansion.
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Introducción
1 El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es una unión aduanera integrada por
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Fue creado el 26 de marzo de 1991 con la firma
del Tratado de Asunción.
2 La Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA)
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pequeñas diferencias en los costos de producción (debido a las materias primas, las
condiciones de trabajo, los bienes intermedios, los mercados de consumo, la infraes-
tructura y arreglos impositivos) son más fácilmente explotables por el capital con alta
movilidad. Reducir la fricción de la distancia, hace al capital más sensible a las
relaciones geográficas locales. El efecto combinado de un mercado más libre con costos
de transporte más reducidos no genera mayor igualdad de poder a través de la evolu-
ción territorial de la división del trabajo, sino mayores desigualdades geográficas”
(Harvey 2006: 41).
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4 Este movimiento, con base en Quimilí, adquiere gran notoriedad en 1998 cuando en
el Paraje La Simona los campesinos locales resistieron un intento de desalojo de sus
tierras.
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deradas hasta aquel momento como marginales. Unos años más tarde,
la frontera del cultivo avanza en dirección oeste gracias a la necesidad
de implementar rotaciones para mejorar la productividad de la región
cañera-algodonera del norte santafesino, promoviendo el avance de la
soja hacia el norte del país. Es en aquel tiempo cuando empieza a densi-
ficarse el domo agrícola chaqueño. La adaptación de la soja al terreno,
así como los buenos precios internacionales fueron favoreciendo el
incipiente proceso de agriculturización, teniendo como contrapartida el
consecuente desplazamiento de la ganadería y la liquidación de stocks.
La producción de soja, mientras tanto se fue incrementando a mayor
ritmo que la demanda interna, generando precios internos inferiores a
los del mercado externo, convirtiendo a la Argentina en un país expor-
tador de soja (Conte et. al 2008).
Desde el punto de vista climático, la extensión del ciclo húmedo en
la década de 1970 posibilitó extender la frontera para cultivos de secano.
Más tarde, a comienzos de década de 1990, se desarrolla un proceso de
revalorización de las tierras aptas para la soja, desmontadas previamente
por el valor de sus maderas nativas y dedicadas mayormente a la gana-
dería extensiva. En este punto confluyó la introducción de innovacio-
nes tecnológicas en la producción –el paquete de semillas transgénicas,
siembra directa y herbicidas- con la creciente demanda mundial de soja
(Slutzky 2008).
Se producen, entonces, dos procesos análogos: la agriculturización y
oleaginización del Chaco, expandiéndose la frontera de este cultivo en el
ecotono selva-yungas hacia el este salteño y desde el norte de Santa Fe hacia
el domo central chaqueño y Santiago del Estero. De este modo, la soja
desplaza a la ganadería, a la vez que las antiguas áreas algodoneras (que
no estaban en producción) se convierten al cultivo de la oleaginosa. La
facilidad de desmonte, los bajos precios de la tierra, las nuevas tecno-
logías, la extensión del ciclo húmedo y los buenos precios internaciona-
les son los factores que permiten la generalización del cultivo en el
Chaco. En la figura 1 puede observarse el incremento de la superficie
sembrada entre principios de los años 1980 y la presente década. Du-
rante el primer periodo, el cultivo se centraba en la Pampa Húmeda,
área de mayor aptitud agroecológica, y marginalmente en el este de
Tucumán y Salta. Para el año 2005, se había extendido a gran parte del
territorio del Chaco Meridional (Domo Central de la provincia de Cha-
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nes operativas y de escala de producción. Este fenómeno genera áreas parches agríco-
las de gran tamaño, con pequeñas ´islas` de vegetación natural. Este patrón es
particularmente claro en Salta. La agricultura se ha transformado por la superficie
ocupada y la conectividad de los parches en la “matriz” del paisaje” (LART-
FAUBA 2004: 76).
En el Umbral al Chaco el cultivo se localiza en el este de Tucumán,
mientras que en Salta la zona de cultivo se desarrolla en los departa-
mentos de San Martín, Orán, Anta, Rosario de la Frontera y Metán. Por
su parte, la provincia de Salta representó el 57% del área cultivada en la
región para la campaña 2005-06. Si se incorporan a las zonas sojeras de
Catamarca, Jujuy y Santiago del Estero, durante el periodo 1970-2006
las tasas de crecimiento anual promedio para el área sembrada y la pro-
ducción oscilaron alrededor del 16,3% y 18,7% respectivamente. La
producción de la región a comienzos de los años 1970 era de 9.325 t y
el área sembrada abarcaba unas 7.700 hectáreas, mientras que en la
campaña 2005-06 estos valores fueron de 1.8 millones hectáreas y 3.8
millones de toneladas. La mejora de la productividad se reflejó en los
rindes, que crecieron a un ritmo de 2,3% en promedio por año durante
las últimas tres décadas, algo así como 35 kg/ha año, partiendo de 1,2 t
en la década de 1970 y alcanzando un promedio de 2,7 t/ha en el ciclo
2005-06. El incremento de la productividad ocurrido fue posible gracias
a la adopción de tecnologías como la siembra directa y variedades de
soja transgénica con resistencia al glifosato (Devani et. al 2007).
En la figura 2 puede observarse el área sojera del Umbral al Chaco
por departamento con la superficie cultivada durante la campaña 2010-
2011. Los departamentos que superan las 100.000 hectáreas son Burru-
yacú (al noreste de Tucumán), San Martín y Anta (este Salteño). En
estos dos últimos se identifican desmontes recientes para la puesta en
producción con cultivos de secano (como la soja). Por lejos, el de ma-
yor superficie cultivada es Anta, que alcanza unas 330.620 sobre unas
603.445 hectáreas de toda la provincia (alrededor de un 60% del área
cultivada de todo el Umbral se localiza en Salta y casi un 30% en Anta).
Además, entre ambos departamentos registran el 75% de la superficie
sojera provincial. Para el caso de Santiago del Estero, si bien la exten-
sión territorial del cultivo es considerable (1.048.330 hectáreas), repre-
senta apenas el 20% del total de la provincia (182.710 hectáreas) ya que
el 80% restante (865.620 hectáreas) se encuentra en el este provincial –
formando parte de la expansión del norte santafesino y oeste chaqueño-
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Provincia Cabezas
Buenos Aires 15.982.834
Santa Fe 6.032.822
Corrientes 4.868.160
Córdoba 4.782.463
Entre Ríos 3.981.768
La Pampa 2.545.878
Chaco 2.379.091
Formosa 1.790.164
San Luis 1.598.794
Santiago del Estero 1.328.235
Salta 1.019.006
Total Argentina 48.949.743
Tabla 1. Provincias con más cabezas de Ganado Bovino. Marzo de
2010. Fuente: INTA-RIAN (2010).
Santiago del
Período Salta Formosa Chaco
Estero
1,993 482.670 762.870 1,369,760 2,435,760
1,994 441.160 764.280 1,243,400 2,429,980
1,995 481.700 784.610 1,214,970 2,622,090
1,996 388.000 764.200 1,096,700 2,481,300
1,997 381.800 768.300 1,224,600 2,655,600
1,999 477.100 751.600 1,093,500 2,277,200
2,000 421.400 817.700 1,060,300 2,305,000
2,002 493.804 1,044,169 1,340,983 1,981,310
2,008 968.929 1,389,095 1,834,273 2,627,329
2,010 1,019,006 1,328,235 1,790,164 2,379,091
Tabla 2. Existencias de ganado bovino (cabezas) en provincias seleccio-
nadas. Serie histórica 1993-2010 con saltos. Fuente: SIIA (2011)
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to, maíz y soja) y algunos enclaves a base de riego. Por su parte, en las
zonas más áridas o cercana al Bermejo se desarrolla el sector silvogana-
dero. A su vez, pueden observarse las propiedades indígenas en Formo-
sa (tituladas) y el territorio en disputa en Salta (lotes fiscales 55 y 14)
con sus respectivos centros principales a la vera del Pilcomayo en el
límite internacional. El principal propósito del mapa es mostrar el arrin-
conamiento de las comunidades indígenas hacia zonas de frontera con
pocas precipitaciones y baja productividad de la tierra.
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Figura 2. Chaco Central. Usos del suelo y avance del frente productivo.
Fuente: elaboración propia en base a PEA (1999)
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Conclusiones
7En el campo petrolero de Selva María, donde se ubica el paraje El Surubí, se encontró
petróleo el 2 de septiembre del año 2008. Un descubrimiento que se produjo en un área
concesionada con una superficie de casi 368 km2, en una faja cercana al campo de
Palmar Largo. La participación es del 85% para la petrolera canadiense Gran Tierra
Energy S.A., mientras que el 15% restante queda en manos del consorcio provincial
REFSA-Recursos Energéticos Formosa S.A.
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Bibliografía
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PROBLEMÁTICA DEL AGUA E IMPACTO SOCIAL EN LAS
FAMILIAS CAMPESINAS DEL NOROESTE CORDOBÉS
Karina V. FLEITAS
Magali L. PAZ
Resumen
En el noroeste cordobés, el avance del capital agrario en zonas margina-
les conlleva una lógica de explotación de recursos naturales (desmonte
indiscriminado, monocultivo) que se opone a la dinámica del sector
campesino. El trabajo se propone abordar las estrategias socioeconómi-
cas de los pequeños productores para su subsistencia y el conflicto que
sostienen por el acceso deficitario al recurso del agua. El estudio se
concentra en la zona de riego del Dique Pichanas, en el espacio deno-
minado Fuera de Zona, una zona de riego eventual, que en el sistema de
reparto es la primera que no recibe agua.
Palabras clave: Capitalismo agrario; Pequeños Productores; Recurso
Hídrico.
Abstract
In the northwest side of Cordoba, the progress of the agrarian capital in
marginal areas comes with a logic of exploitation of natural resources
that opposes to the peasant’s sector dynamic. This dissertation proposal
is the approach of the socioeconomics strategies of the small produc-
ers, in their subsistence and the conflict that they have in the area, be-
cause of the poor access to water. The research is concentrated in the
area of the dam Pichanas. The space called Out of Area is an eventual
irrigation zone that is the last in receiving water in the system of distri-
bution.
Key words: agrarian capital; the small producers; water resource
Cátedra de Antropología Social y Cultural- Facultad de Filosofía y Humanidades-
Universidad Nacional de Córdoba. karyfleitas19@hotmail.com; magaliartano@gmail.com
Fleitas, K. y M. Paz (2012), “Problemática del agua e impacto social en las familias
campesinas del noroeste cordobés”, Cuadernos de Antropología, No. Especial: 39-62. ISSN:
0328-9478 (impreso).
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Introducción
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Santa Fe -Paraná, el complejo Zarate –Brazo Largo, la central nuclear de Atucha, entre
otras. (De Riz 2007).
3 Hacia 1970 y en los años ‘80 se estableció una re-estructuración económica y
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Los pobladores
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dominantes del capital que metamorfosea un sujeto para adecuarlo a sus principios. El foco del método
del paradigma de la Cuestión Agraria da énfasis a los procesos determinantes y dominantes del capital
que destruye y recrea, como también enfrenta estrategias de resistencias del campesinado, en constante
diferenciación y reinvención social, permaneciendo como tal y cambiando en su tiempo presente,
proyectando el futuro y transformando el pasado en historia” (Mançano Fernández Op. Cit.:14).
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Viajan una hora hasta Serrezuela día por medio o cada dos días para
hacer las compras. Aunque la mayoría de las familias cocina al calor de
las brasas también consumen gas envasado.
Mientras tanto, en el margen derecho según informes y un acta de
constatación (fecha 2004), los beneficiaros del parcelamiento son quin-
ce propietarios, empresarios agrícolas, terratenientes ausentistas, algu-
nos funcionarios públicos, que las tienen en arriendo o a nombre de
testaferros:
“…el Sr. Juan Jose Archilla ex legislador provincial es dueño de parcelas ya
que contrata gente para trabajar y según consta en listado de catastro (adjunto) su
nombre no figura como adjudicatario por lo que en algún momento compro o arrendó
sus parcelas” ( Informe facilitado por la Asociación de Productores del
Noroeste de Córdoba).
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ción la escasez del agua porque vivimos con el riesgo de que nuestros animales se
mueran de hambre y tampoco podemos sembrar porque no tenemos de dónde sacar el
agua, o hay veces, que el agua viene muy poca” (vecina de Iglesia Vieja).
Además, el agua que llega a los predios para que las familias llenen
las represas y rieguen sus cultivos es de pésima calidad ya que arrastra
mucha arena fruto de la erosión en el lecho de los canales de tierra y del
arrastre desde el azud6, así como también se sufre la falta de caudal en
el canal por las grandes pérdidas de agua cuando atraviesan el canal de
tierra.
La distribución del sistema de riego queda reflejada de la siguiente
manera:
Desde el dique Pichanas nace un canal que se divide en dos partes,
margen izquierdo y margen derecho, con la distribución del 75 % y 25
% a cada lado del río. El primero, correspondiente al margen derecho,
abastece a los parceleros propietarios, entre medianos y grandes pro-
ductores con parcelas de aproximadamente 100 ha que las riegan a
través de los canales revestidos en cemento; al tiempo que se abastece a
un grupo de productores que no pertenecen a las parcelas y que, según
los entrevistados, viven en la localidad de Paso Viejo.
El segundo, abastece a 4 consorcios conformados por 25 producto-
res, 40 productores, 15 productores y el más grande de los consorcios
conformados por unos 220 productores nucleados en Iglesia Vieja.
Cuando el margen derecho queda revestido, las familias campesinas
del margen izquierdo se quedan sin agua y a merced de la gestión de la
DIPAS quedando excluidas de los sistemas de participación y afectadas
por el representante que toma decisiones en función de la dependencia
a favor de los parceleros.
En aquella primera aproximación observamos que dentro del siste-
ma de riego en cuanto a la distribución y administración del agua, las
familias afectadas no se encontraban integradas en el diseño de las polí-
ticas públicas que, sumado a las características medioambientales de
escasez de agua y déficit hídrico de la zona, impidió su capacidad de
producción y reproducción con lo cual, la adaptación o adopción de
formas diversificadas de producción terminaron siendo escasas.
La DIPAS -luego Dirección de Agua y Saneamiento- y la comisión
fiscalizadora requerían el re-empadronamiento de los pobladores del
6El azud es una construcción habitualmente realizada para elevar el nivel de un caudal
o río con el fin de derivar parte de dicho caudal a las acequias.
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Perspectivas
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Manuscritos
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ORGANIZACIÓN, RESISTENCIA Y PERSISTENCIA
CAMPESINA EN LOS ANDES COLOMBIANOS.
APROXIMACIONES EN VOZ DE LOS EXCLUIDOS
Resumen
El medio rural colombiano se ha caracterizado por mantener profundas
relaciones de desigualdad, siendo el campesinado quien históricamente
ha vivido la exclusión social. El sector en los últimos años ha eviden-
ciado un proceso de reconfiguración producto de la expansión del capi-
talismo agrario; la agudización del conflicto social y político interno
armado y las reformas de corte neoliberal. Estos procesos mantienen
un sesgo anti campesino, por cuanto representan, ante los ideales de la
modernidad, un lastre que limita y perjudica el desarrollo. El artículo
aborda la actualidad del campesinado y las estrategias que ha debido
desarrollar para garantizar su persistencia.
Palabras clave: Campesinado; movimientos sociales; neoliberalismo;
reforma agraria; Andes colombianos.
Abstract
Colombian rural areas has been characterized for maintaining deeps
relations of inequality, being the peasantry who have historically lived
social exclusion. The zone in recent years has shown a reconfiguration
process resulting from the expansion of agrarian capitalism, the deepen-
ing of social and political armed conflict and the reformations of ne-
Candidato a Doctor en Estudios Sociales Agrarios. CIECS-CONICET/UNC, Argen-
tina. e-mail: feliperinconm@gmail.com
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Introducción
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2 Los negros esclavos que lograban escapar de las haciendas y el control español fueron
llamados cimarrones, quienes tenían por objetivo encontrar un sitio escondido, seguro y
fértil para establecer una colonia agrícola independiente, donde los antiguos esclavos
pudieran reconstruir por lo menos parte de la cultura africana perdida y asegurar la
subsistencia material; éstos sitios fueron llamados palenques o quilombo. (Fals 1982).
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Organización, resistencia y persistencia campesina… L. F. RINCÓN
3 Las entrevistas que se hacen mención en el artículo fueron realizadas durante el vera-
no de 2010-2011 en la sede campesina de la Asociación Municipal de Usuarios Campe-
sinos de Supía, Caldas-Colombia.
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lejo (línea dura), bajo la cual se adelantarían las más importantes accio-
nes de recuperación de tierras y movilizaciones campesinas en la segun-
da mitad del siglo XX. Las décadas posteriores serían testigos de la
desmovilización campesina como consecuencia de las acciones de re-
presión llevadas a cabo por terratenientes, ejércitos privados y fuerzas
militares ante la complacencia del Estado, marginando al campesino en
el acceso a sus demandas e, incluso, pondría en amenaza los logros
obtenidos.
Con la implementación de las políticas de apertura económica y de
ajuste estructural en las décadas de 1980 y 1990 se asesta un duro golpe
a la economía nacional y particularmente al sector agropecuario, por
cuanto se sobreviene un periodo de desestructuración y desmantela-
miento de instituciones y programas que promovían el desarrollo para
el sector. La apertura económica conlleva a un generalizado empobre-
cimiento de la población rural que -incapaz de hacer frente a los cam-
bios del modelo económico- ve reducido significativamente sus ingre-
sos imposibilitándolos de sostener su producción ante la competencia
internacional. Esta situación generó un entorno de inestabilidad
económica y social en el sector, favoreciendo la desaparición de unida-
des productivas, expansión de cultivos tipificados como ilícitos, con-
centración improductiva de la tierra, agudización del conflicto interno
armado y expansión de la producción capitalista en áreas de producción
campesina (Tobasura y Rincón 2007).
Para Colombia, el modelo agroexportador neoliberal, ha conducido
a una serie de profundas transformaciones en el plano económico y
social, con implicancias negativas para las sociedades rurales; entre las
que sobresalen: formulación y aplicación de políticas sectoriales a favor
de la agroindustria, expansión del capitalismo agrario, empobrecimiento
de las comunidades campesinas, desaparición de unidades y reconver-
sión productiva, agudización de los conflictos territoriales y del conflic-
to interno armado, entre otras. Con el objetivo de develar estos impac-
tos, ponemos atención en un escenario representativo de las dinámicas
que se despliegan en el actual contexto agrorural colombiano, mante-
niendo de esta forma el dialogo entre lo “local” y lo “global” como
dimensiones constituyentes y transformadoras en sí mismas.
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Organización, resistencia y persistencia campesina… L. F. RINCÓN
4 Cauroma fue el cacique hallado por los españoles al momento de conquistar el territo-
rio de los Sopias (donde actualmente se encuentra el municipio de Supía). Este Señor de
los Sopías gobernaba sobre los Pirzas, Chirimias, Muchilones Cañamomos y Sopías
propiamente dichos (Zapata 1990).
5 Colombia esta divida político-administrativamente en 32 departamentos.
6 El Eje Cafetero lo componen los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío que
anteriormente fueran el “Viejo o Gran Caldas”. Se les denomina así por cuanto la
producción de café es la principal actividad productiva sobre la cual se soporta la eco-
nomía de la región. La expansión del cultivo del café en esta zona se remonta a los
procesos de colonización ocurridos en el país a finales del siglo XIX y principios del
XX, donde el café se adaptaba particularmente bien al tipo de asentamientos surgidos
de la colonización.
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“Tere”
7 La cadena productiva de la panela esta compuesta por diferentes actores que pasan
por su producción, acopio y transporte, hasta su ubicación en los puntos de venta. Los
actores directos son los productores de caña de azúcar y los procesadores de la caña o
beneficiaderos de la caña panelera (trapiches). Los eslabones comerciales están consti-
tuidos por mercados mayoristas locales, municipales y regionales, que distribuyen a los
mercados y centrales de abasto para la puesta del producto en supermercados e hiper-
mercados. El mercado a menudeo es cubierto por tiendas rurales y urbanas.
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Cuadernos de Antropología | Núm. Especial | 2012
dra (0,64 ha), allí edificaron una casa de bareque8 y cultivan café y
plátano, algunos cultivos de ciclo corto como la yuca y unas cuantas
aves de corral, que mediante una explotación exclusivamente familiar se
constituyen en la base de su subsistencia y permite la venta de algunos
excedentes en la comunidad o en el casco urbano del municipio.
Su actividad y participación en las dinámicas organizativas a nivel
comunitario surge a partir de la presencia de población indígena prove-
niente del resguardo de San Lorenzo, que fue ocupando territorio y
abriendo nuevas áreas productivas ante lo prolongado del proceso de
reconocimiento del territorio indígena para el pueblo emberá capio. El
problema radicaba en que éstos al autorreconocerse como indígenas y
al estar habitando un territorio campesino, no contaban con reconoci-
miento y ayuda por parte de las autoridades administrativas locales;
Teresa lo describe así:
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Organización, resistencia y persistencia campesina… L. F. RINCÓN
(…) dicen que ahora indios no hay, ahora lo que hay son
unos intereses que por las leyes preferente, ahora todos quie-
ren ser indios, pero indio que se identifique, que se respete no
hay, ¿pero quién tuvo la culpa de eso?, eso tuvo unas razones
en donde la gente pues pierde un poco su cultura y su identi-
dad, por que si yo estoy en una parte y a mi me ofrecen un
rol totalmente diferente a lo que fueron mis costumbres, a mi
me toca acoplarme a lo que me están ofreciendo en el momen-
to, esas son una de las razones por la que no hay indios re-
almente ni hay campesinos realmente; hay gente que tiene sus
raíces
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¿Por qué no hay ofertas? Pues [porque] los que tienen plata
van comprando tierras de los vecinos para ir extendiendo, y
como la tierra no se pudre, ahí se van haciendo unas grandes
extensiones y eso está en manos de campesinos pudientes, son
campesinos que no tienen las mismas necesidades que tene-
mos el resto. El otro problema es por el lado de la conviven-
cia, a la gente no le gusta mucho como en años anteriores, por
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Y amplía:
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A modo de cierre
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Agradecimientos
Bibliografía
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TENSIONES EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN
VENEZUELA. EL CASO DEL FRENTE NACIONAL
CAMPESINO EZEQUIEL ZAMORA
Yanina SETTEMBRINO
Resumen
Los movimientos sociales venezolanos acompañan, construyen y se
dirimen en un proceso revolucionario cargado de tensiones y antago-
nismos. Organización estatal vs. organización popular, respuestas a las
coyunturas políticas vs. construcción del poder popular, autonomía vs.
dependencia, mirada crítica vs. dogmatismo revolucionario, profundi-
zación del proceso revolucionario vs. reformismo. A estas y otras ten-
siones se enfrentan los movimientos sociales venezolanos en la actuali-
dad. El Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora (FNCEZ) es,
podría decirse, el movimiento social surgido del seno del pueblo vene-
zolano que actualmente estructura una propuesta concreta de construc-
ción de poder popular desde las bases, y se enfrenta a estas y otras ten-
siones de un proceso revolucionario en crecimiento y expansión. En la
resolución, nunca definitiva sino dialécticamente en movimiento, es que
el Frente va configurándose como una fuerza social particular que in-
tenta (y logra) contribuir y ser parte activa de este proceso revoluciona-
rio. La propuesta entonces es analizar el papel del Frente, y sus carac-
terísticas particulares, dentro del contexto de un proceso revoluciona-
rio, que como todos posee contradicciones internas, pero que se estruc-
tura como una alternativa mundial al capitalismo en decadencia.
Palabras clave: Venezuela; campesinado; movimientos sociales; Frente
Nacional Campesino Ezequiel Zamora.
Abstract
Venezuelan social movements accompanying built and are settled in a
revolutionary process fraught with tensions and antagonisms. Vs State
Licenciada en Sociología (UBA). FCSoc, Universidad de Buenos Aires. Email: yaniset-
tem@yahoo.com.ar.
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Las tensiones
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A modo de conclusión
Bibliografía
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DESARROLLO Y NORMATIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN
EN EL CIRCUITO PRODUCTIVO FRUTÍCOLA DEL
ALTO VALLE DE RÍO NEGRO
Liliana LANDABURU
Resumen
El Alto Valle de Río Negro históricamente fue estructurado con la
penetración de formas capitalistas de producción. El modelo neoliberal,
y los cambios propuestos por los modelo de desarrollo modificaron el
espacio productivo, agravando sus condiciones estructurales y dando
origen a una normatización de la producción que afecta a los sectores
liminales del espacio productivo. Describiremos y analizaremos las
“Buenas Prácticas Agrícolas”, y los nuevos planes de desarrollo regional
en función de la nueva dinámica que adquiere el capital, exacerbando
los procesos de desigualdad y concentración del capital, como así tam-
bién la implementación de prácticas empresariales en el ámbito rural.
Palabras clave: espacio rural; desarrollo; buenas prácticas agrícolas;
desigualdad; capital.
Abstract
The Upper Black River Valley was historically structured penetration of
capitalist forms of production. The neoliberal model, and the model
proposed by development changes modified the productive space, ex-
acerbating their structural conditions and giving rise to a standardiza-
tion of production that affects the productive sectors liminal space.
Describe and analyze the “Good Agricultural Practices” and the new
regional development plans based on the new dynamics acquires capital
processes exacerbating inequality and concentration of capital, as well
as the implementation of business practices in rural areas.
Key words: countryside; development, good agricultural practices; ine-
quality; capital.
Lic. Ciencias Antropológicas. Becaria Doctoral UBA Instituto Ciencias Antropológi-
cas. Facultad Filosofía y Letras. UBA. liliana-landaburu@hotmail.com
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Introducción1
1 Este trabajo forma parte de la investigación realizada para la tesis doctoral en el Alto
Valle de Río Negro. El trabajo de campo se ha realizado en la última colonización
planificada, que incluye las ciudades de Villa Regina, Chichinales y General Enrique
Godoy, Departamento General Roca. El universo de estudio han sido unidades pro-
ductivas menores a 25has, medianos empaques y frigoríficos. Se ha articulado el trabajo
de campo, entrevistas estructuradas y semi estructuradas con los planes de desarrollo a
nivel internacional y nacional-local, implicando una mirada más amplia que articula lo
micro y macro del espacio regional.
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Organización, resistencia y persistencia campesina… L. F. RINCÓN
91% del total, mientras que las de mayor dimensión entre 25 y 50 has
representan el 6% y los que superan dicho limite el restante 3% (INTA
1999).
Durante el gobierno del Presidente Perón, se nacionalizan los ferro-
carriles y las estaciones de AFD, pasan al dominio del Estado. Si bien
los empaques se mantuvieron cerrados, la fruta cosechada comenzó a
ser empacada en las mismas chacras y dando inicio posteriormente a los
primeros galpones de empaque de capital nacional. Es en este período
que se estableció un régimen para la transferencia definitiva de los bie-
nes rurales de los colonos, los cuales estaban embargados por la presión
del capital inglés y la colonia es incorporada al plan del Banco Hipote-
cario Nacional.
Durante la década de1 950, el Alto Valle se afianza cada vez más
como líder en el cultivo de frutas de pepita. Entre los años 1943 y 1950
el total cosechado en el país había alcanzado un promedio anual del
47% en manzanas y 57% en peras, mientras que en el año 1960 esa
participación había subido al 72% y 69% respectivamente (De Jong y
Tiscornia 1994).
Este periodo de fuerte acumulación, debido a la demanda externa,
significó en 1963 un ingreso equivalente a U$S 15 por cajón de manza-
na, un precio muy rentable para la época, lo cual implicó que la produc-
ción y la superficie plantada siguiera aumentando hasta entrados los
años 1970 (Manzanal 1983).
Simultáneamente a este proceso se iniciará un proceso de moderni-
zación, que incluirá la construcción de frigoríficos, el cual a su vez im-
pulsará una mayor producción de fruta y un importante aumento de la
cantidad de frigoríficos instalados en la región, pasando de 9 en 1957 a
48 en 1968. Esta escala continuó a cerca de 200 a comienzos de los
años 1980 con una capacidad de 25.7 millones de cajones (De Jong y
Tiscornia 1994).
Paulatinamente la incorporación de innovaciones en las chacras se
fue tornando más selectiva, innovaciones muy especializadas solo acce-
sibles a las grandes empresas, especialmente las integradas (Bendini
1999; Bendini, Tsakoumagkos 1999).
A mediados de la década de 1970, finalizará la época de esplendor
para la actividad frutícola y para los pequeños productores, los chacare-
ros. El surgimiento de nuevos actores sociales, entre ellos comercializa-
dores, empacadores e industriales, los ubicarán en un grado de depen-
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2 Hoy se debate ampliamente sobre los efectos de las primeras reglas que se adoptaron
en los noventa en materia de reformas estructurales. El economista John Williamson
acuñó el término Consenso de Washington para denominar los acuerdos entre los
aparatos financieros de Estados Unidos y las Instituciones de Bretton-Woods. El
acuerdo consistía en: disciplina de las finanzas públicas para recurrir el déficit, determi-
nación de propiedades en los gastos públicos, reforma de la fiscalidad, adopción de un
tipo de cambio único, liberalización comercial, promoción de la inversión extranjera
directa, privatización de las empresas públicas, desreglamentación, fundamentalmente
para eliminar todo freno a la competencia y fortalecimiento de los derechos de propie-
dad (Comeliau C. 2000).
3 Programa Federal de Reconversión Productiva para la Pequeña y Mediana Empresa
Agropecuaria.
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objetivo de que la fruta que llega a los empaques cumpla con las BPA.
Este procedimiento se realiza en chacras que no son de su propiedad,
donde compran la producción de pera y manzana, que requieren de una
calidad óptima para poder abastecer el mercado externo, logrando indi-
rectamente, a través de la supervisión sistemática, un control vertical de
la producción.
Mira…los grandes acá compraron chacras, compraron muchas…, tienen mu-
chas hectáreas desparramadas por el Valle. Antes te daban los remedios, ahora
mandan a inspectores a ver si haces las cosas bien, viene y te hacen controles, inspec-
ciones, recorren los cuadros, te controlan todo, de eso no te podes escapar. Antes
compraban el monte de fruta, te compraban toda la fruta, entendés…ahora seleccio-
nan, lo que este bien para exportar, otro para el mercado interno, con diferente precio
y la de industria te arreglas vos…por eso terminas vendiendo la fruta al de siempre,
quizás a menos, pero sin tanta exigencia… (Chacarero, Nota de Campo
2010).
En la década de 1990 los procesos de subsunción indirecta se me-
diatizaban adelantando insumos, agroquímicos o dinero para realizar los
trabajos culturales de las chacras a cuenta de la materia prima que sería
entregada con la cosecha.
“Debemos considerar que el adelanto de insumos, es decir el capital usurario,
permite obtener grandes intereses. Por un lado los chacareros mantiene la propiedad
jurídica, pero el adelanto de insumos en muchos casos conlleva a un control indirecto
de los grandes o medianos productores en cuanto al desarrollo del ciclo productivo, lo
cual implica la subsunción indirecta formal (Gordillo, 1992) sin alterar el proceso
de trabajo al interior de la unidad” (Landaburu 2006: 196).
La implementación de las BPA en el espacio social, ha generado a su
vez un nuevo proceso de transformación técnico y tecnológico, sumado
al de reconversión productiva, exacerbando los procesos de subsunción
indirecta real (Gordillo1992) ya existentes y paralelamente normalizan-
do, regulando a través de las BPA la producción. Así mismo, cabe con-
siderar que este contexto ha generado un nuevo proceso de exclusión-
expulsión, dado que por las condiciones estructurales de los pequeños
productores rurales, no siempre existe la posibilidad de acceder a nue-
vos instrumentos técnicos y tecnológicos.
Observamos que la normatización de la producción a través de las
BPA, implica agentes privados y estatales que participan en el segui-
miento de la producción, los cuales a su vez están dirigidos por orga-
nismos internacionales. Por lo tanto, la supervisión del proceso produc-
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Las Buenas Practicas Agrícolas son las que nos exigen los compradores europe-
os, es fundamental la calidad, como se aplican los plaguicidas, se tiene en cuenta no
solo la calidad de la fruta, que tiene que ser casi perfecta, las tareas de los trabaja-
dores, que usen ropa adecuada para la actividad, el agua potable, los tractoristas,
deben seguir ciertas normas, que antes ni se tenían en cuenta, estas prácticas se deben
aplicar a toda la actividad laboral. Esto requiere de inversiones, por un lado, y no
todos tienen esa posibilidad, mas ahora, cómo esta la situación en el valle, y por el
otro un cambio cultural, una nueva manera de trabajar…Se requiere, calidad,
cantidad y continuidad en la producción (Nota de Campo 2010).
Indudablemente la calidad del producto a exportar basado en nor-
mas de sanidad adquiere, un protagonismo para las BPA, que permite
insertarse en el mercado internacional, un mercado que se consolida a
partir de la normatividad dada por las políticas de los países hegemóni-
cos.
Esta normatividad relacionada con la calidad y trazabilidad se articu-
la a las estrategias de las grandes empresas como así también a la im-
plementación de políticas empresariales en el ámbito rural, lo cual mo-
difica los procesos de trabajo tanto en las chacras como en los empa-
ques y frigoríficos.
Antes en las chacras se trabajaba distinto, uno hacia el trabajo…, yo me subía
al tractor, mis hijos ayudaban, se controlaba la poda, el raleo, en época de cosecha la
entrega de la fruta, ahora es muy distinto, hay que saber de remedios, de poda,
cada variedad se poda diferente!!! Ya no es como antes. Uno tiene que ser un especia-
lista… las cosas tiene que ser de una manera porque sino estas afuera”.Yo me
arreglo porque soy yo, mi mujer y mis dos hijos, todo lo hacemos nosotros, trabaja-
mos, hacemos las capacitaciones, ellos mas que yo…, van y se actualizan….Por eso
estamos todavía acá, sino es imposible y así y todo no nos podemos dar muchos
lujos, va ninguno, vivimos (Chacarero, nota de campo 2009).
La normativa impuesta por las BPA implicó desarrollar estrategias
competitivas que permitan mayor y mejor adaptabilidad, calidad dife-
rencial, mayor eficiencia productiva, lo cual trajo consecuentemente
transformaciones en el aumento de la productividad, la reducción de
costos laborales, y la flexibilidad de la producción. En este sentido,
calidad, cantidad y continuidad conforman la noción de eficiencia que
permite permanecer en el sistema, del cual es imposible escapar, y las
BPA se transforman en las portadoras de modernización y desarrollo
que permiten la articulación de los mercados locales y mundiales a
través del control y protección de la materia prima.
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que hacer las cosas lo mejor posible para seguir adelante (Trabajador empaque,
Nota de Campo 2010).
En este sentido, las formas de organización del proceso de trabajo
sufrieron lo que Coriat (1987) denomina la triple crisis del taylorismo y
fordismo, lo cual implicó nuevas formas de organización. Los trabaja-
dores no serán considerados apéndices de las maquinas, desprovistos
de capacidad y toma de decisiones, sino muy por el contrario, ahora se
necesita un trabajador capaz de decidir y usar su capacidad para ejecutar
y solucionar problemas, “un nuevo trabajador adaptado (al nuevo orden) y
adaptable a la nueva fisonomía de una organización flexible” (Figari 2003: 102).
En nuestro caso, el control que se ejerce en el proceso de trabajo, a
través de máquinas computarizadas, que permiten dar cuenta de la tra-
zabilidad de la materia prima que se procesa, implica un control de la
fuerza de trabajo individualizada. Paradójicamente, por un lado se le
pide al trabajador creatividad para resolver problemas y por el otro se
exacerba un control individualizado durante toda la jornada laboral.
“La calidad, cantidad y continuidad que requiere esta economía regional, nor-
matizada por las BPA, implica un aumento de productividad, la reducción de tiem-
pos muertos y un trabajo calificado, donde los trabajadores deben ser capaces de dar
respuesta a problemas y contingencias propias del proceso de trabajo. Por consiguiente
la nueva gestión del trabajo se sostiene, a la vez, sobre la producción de un saber
técnico y un saber ser “(Figari 2009: 159).
En este sentido, “hacer lo mejor posible” implica atender los aspectos de
la subjetividad de los trabajadores, sus formas de pensar y actuar. Coin-
cidimos en la conformación de “una ética del autodiciplinamiento, la cual se
funda en que cada trabajador no solamente controla a los demás trabajadores, sino
que se controla a si mismo. A los trabajadores les resulta más difícil percibir su
dominación, pues ellos mismos tienden a transformarse en sutiles instrumentos de esa
dominación” (Presta 2004: 06).
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Bibliografia
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Organización, resistencia y persistencia campesina… L. F. RINCÓN
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gro. Tesis de Doctorado. Universidad Nacional de Misiones. An-
tropología Social.
Documentos
116
ANTROPOLOGÍA DEL DESARROLLO:
ENFOQUES PRINCIPALES Y TENDENCIAS RECIENTES
Pablo QUINTERO
Introducción
Instituto de Ciencias Antropológicas, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de
Buenos Aires / Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. E-mail:
pquintero@filo.uba.ar
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Antropología rural: orígenes, desplazamientos y aperturas P. QUINTERO
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Antropología rural: orígenes, desplazamientos y aperturas P. QUINTERO
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Antropología y desarrollo
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Antropología rural: orígenes, desplazamientos y aperturas P. QUINTERO
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Antropología rural: orígenes, desplazamientos y aperturas P. QUINTERO
Pero ya para mediados de la década de los ´70 era evidente que los
modelos y teorías sobre el choque cultural y la aculturación, no podrían
expresar con nitidez los cambios acaecidos en lo que comenzó lustros
antes a ser nombrado como Tercer Mundo, y más aún las políticas de
intervención diseñadas e implementadas por los expertos provenientes
de la antropología -y las demás ciencias sociales- comenzaban a perder
fuerza a partir de sus repetidos fracasos. Fue necesario en el marco
interno de la disciplina antropológica, reencauzar los esfuerzos de la
anterior antropología aplicada hacia un campo de enunciación y prácti-
ca investigativa más específico, centrado ya no en los problemas genera-
les producidos por el proceso de modernización, sino esta vez focaliza-
do en el desarrollo como el motor de los cambios deseados en la socie-
dades estudiadas por los antropólogos. Cómo solucionar los problemas
que tenían las naciones del Tercer Mundo para desarrollarse sería el
nuevo motivo central de esta nueva división que comenzó a denomi-
narse como “antropología para el desarrollo”3.
Esta nueva corriente también justificaba su constitución alegando
que la presencia de antropólogos en agencias y proyectos de desarrollo
de diverso tipo, ayudaría a redimensionar los marcos generales de los
análisis económicos y estadístico-matemáticos que dominaban las agen-
cias de desarrollo internacional, proveyendo así nuevas herramientas
para el estudio del desarrollo e incluso proveyendo impulsos democra-
tizadores en estos proyectos, que ahora pretendían considerar a las
poblaciones y sus culturas (Kottak, 2000). Lo cierto es que, como era de
esperarse, lejos de producir cambios significativos a lo interno de las
instituciones desarrollistas, la antropología para el desarrollo reprodujo
en lo fundamental los marcos de análisis extendidos y no llegó a pro-
fundizar una crítica al desarrollo en tanto cuerpo de discursos y prácti-
cas. Esta orientación continúa empero actualmente, produciendo inves-
tigaciones y estudios de caso, y participando en la planificación e im-
plementación de proyectos de desarrollo y de “solución” a las condi-
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Antropología rural: orígenes, desplazamientos y aperturas P. QUINTERO
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Paradigma
Liberalismo Marxismo Posestructuralismo
Variables
Epistemología Positivista Realista / Dialéctica- Interpretativa /
Constructivista
Conceptos clave Mercado Trabajo Lenguaje
Individuo Producción Significación
Objetos de Mercado Modo de producción Discurso
estudio Derechos Estructuras sociales Representación
Ideología Saber / Poder
4 De hecho Tibor Mende fue por varios años funcionario de a las Naciones Unidas y
formó parte de la plantilla de expertos de este organismo para asuntos económicos del
Tercer Mundo. Experiencia que le fue provechosa para escribir su crítica a la forma de
implementación de los programas de desarrollo y de ayuda internacional.
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lismo occidentalista, convive con el texto del propio Albert Roca sobre
la “dinámica cultural” de la corrupción en las naciones del África negra
como impedimento principal del desarrollo. Trabajos como los de Ro-
ca, lejos de contribuir con una mirada analítica sobre el desarrollo, re-
produce acríticamente los clichés más generalizados por este meta-
relato, desdibujando además fenómenos extremadamente complejos
como la corrupción y convirtiéndolos en una especie de apéndice de la
cultura de los subdesarrollados. Pero otra parte de los artículos, sí se
hace interesante para revisar algunos casos en donde se gestaron res-
puestas locales a los programas de desarrollo nacional e internacional,
particularmente en América Latina.
Otro trabajo de compilación, esta vez más parejo que el anterior y
que ha tenido mayor difusión, es el coordinado por Andreu Viola
(2000). Éste se posiciona ya desde una antropología del desarrollo en
varias de sus vertientes y reúne trabajos que cuestionan al desarrollo
tanto a nivel epistémico y representacional como a través de estudios de
caso particulares en América Latina. No obstante, en el texto también
se registran contribuciones como el del antropólogo norteamericano
Conrad Phillip Kottak que se posiciona más bien desde una disciplina-
rización antropológica que apoya la idea general y las prácticas del desa-
rrollo. A pesar del trabajo de Kottak y de algún otro escrito, el libro es
una valiosa contribución que ayuda a definir el campo de la antropolog-
ía del desarrollo, especialmente delimitado en la introducción que reali-
za el propio Viola al volumen. La compilación, además, le da por pri-
mera vez la posibilidad al lector hispanohablante de toparse con traba-
jos seminales de la crítica al desarrollo como el extraordinario trabajo de
Gustavo Esteva presente en este libro.
Recientemente ha aparecido en inglés un volumen compilado por
Marc Edelman y Angelique Haugerud (2005) que procura ser una histo-
rización de las ideas occidentales en torno al desarrollo desde las pro-
puestas de la economía clásica representada en Adam Smith hasta los
debates críticos actuales enmarados en la crítica deconstructivista de
Arturo Escobar, pasando por Marx y la teoría de la dependencia. Si
bien es un libro interesante como pantallazo general de las discusiones
sobre desarrollo, que, vale mencionar, están relacionadas en el texto por
los editores con los procesos generales de globalización, el producto
final es una especie de carrera por la historia de las ideas y dinámicas del
desarrollo con algunos trabajos muy disparejos, no sólo por la calidad
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5 Está por aparecer en 2011 un texto coordinado por Henry Veltmeyer de título “The
critical development studies handbook”, que promete ser un interesante mapa de las
aproximaciones críticas que hasta la fecha se han hecho sobre el desarrollo.
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6Cabe recordar aquí que aunque el libro de Escobar aparece cinco años después que el
de Ferguson, ya desde 1986 Escobar comienza a publicar parte de sus investigaciones
en revistas especializadas. Estos fragmentos convergirán luego en su texto.
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f) Desarrollo y poscolonialismo
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g) Desarrollo y colonialidad
7 Es sabido que el extraordinario trabajo crítico de Edward Said abonó el camino para
la crítica poscolonial y los estudios subalternos, pero además fundamentó las bases para
una futura crítica del desarrollo en tanto sistema de representaciones colonial/imperial
aún cuando él mismo no llegó a esbozarla. No lo incluimos aquí como primer avance
de la crítica poscolonial porque el propio Said marcó distancia con esta perspectiva en
el postfacio de la edición “Orientalismo” de 1995.
8 A fines de 2009 apareció en inglés un trabajo de Cheryl McEwan con el título “Post-
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9 Para una caracterización general del modelo del poder y de la teorización de la colo-
nialidad del poder de Aníbal Quijano puede verse, Quintero (2010).
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i) Desarrollo y posdesarrollo
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Palabras finales
Bibliografía
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