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Introducción

El problema que siempre ha surgido en el mundo por causa de la insatisfacción del


hambre y que en este trabajo lo presentaremos como el pecado de la economía y del
egoísmo, los cuales hacen que los hombres se alejen de Dios y pierdan la misericordia hacia
su prójimo.

El texto lleva por nombre los oprimidos y la iglesia, en lo cual veremos la realidad
de tanta gente del mundo, que viven oprimidas por causa de la injusticia de la economía, es
decir del capitalismo.

En el desarrollo encontraremos un poco de historia sobre cómo se presenta en la


sociedad y como iba surgiendo lo que les llamamos los oprimidos. Lo que necesitaría el
hombre para que pueda salir de esta presión que le lleva a la muerte en distinta forma.

La iglesia que es la segunda palabra que lleva el título de nuestro trabajo, en el


veremos la importancia que tiene dentro de este problema económico que aqueja más de la
mitad del mundo entero, se presentara documentos que consta que es una obligación y
compromiso de la iglesia que sea participe de esta realidad.

En la misma Biblia encontramos estos problemas, y partiendo de ahí


fundamentaremos la importancia de dicha institución para que puedan salir de esta opresión
nuestra gente que no tiene posibilidad por sí solo, llevar adelante su organización de
libertad.

La iglesia tiene que cumplir con su obligación, principalmente viendo en Jesús que
es su fundador y que los oprimidos, los pobres, etc. era para él lo preferente, pero teniendo
en cuenta que será una lucha de apoyo a los oprimidos y no una responsabilidad de la
iglesia misma en ayudarles económicamente, sino más bien organizarles y salir a luchar
juntos por sus derechos y contra el Capitalismo que oprime cada día más a la gente
necesitada.

Por eso definiremos los pasos concretos, pastorales y liberadores, que traduzcan las
opciones en práctica y he aquí donde entra el lugar de la revelación, de la fe que se
presentara como el compromiso de los cristianos y de la iglesia, dentro del poder
económico, político e ideológico, para caminar hacia la periferia, donde viven y sufren las
grandes mayorías pobres.
Los oprimidos y la iglesia
La iglesia puede contribuir eficazmente en el proceso de liberación, pero antes
conviene a definir el sentido de la liberación, la pertinencia del discurso de la fe sobre la
liberación, la presencia de la iglesia y así mismo, la contribución general y especifica de la
vida Religiosa al proceso de liberador.

Cuando hablamos de liberación, en el contexto de nuestras actuales reflexiones,


debe interpretar principalmente en el sentido de liberación económica, política y social de
los pueblos oprimidos, no se trata del primer momento de liberación del pecado, del
egoísmo y demás vicios que turban la convivencia humana y ponen en peligro la relación
con Dios, para la liberación ultima del pecado y la liberación para la gracia suponen una
serie de liberaciones penúltima de carácter económico, político, social, pedagógico, etc. En
estos puntos se histórica concretamente el pecado social y las relaciones injustas entre los
hombres.

Una liberación espiritual y del pecado que no incluya la liberación al nivel de la


infraestructura de la vida humana, es una liberación incompleta, lo económico no es
únicamente económico, sino que es también soporte de la gracia o del pecado, una
liberación que se reduzca a lo económico y social, sin posibilitar un horizonte trascendente,
habrá de ser denunciada como una liberación miope o insatisfactoria frente a las exigencias
humanas fundamentales.

Al nivel teológico, puede decirse que es en lo económico y en lo político donde más


se le ofende hoy a Dios, está sola constatación bastaría para justificar el compromiso de la
Iglesia y de la comunidad cristiana por la liberación económica y política de nuestros
pueblos oprimidos

La liberación es el grito de los oprimidos y la estrategia de su acción, y a partir de


ahí identificar a causa generadora del empobrecimiento y el dinamismo que le hace
perpetuarse, debemos superar en este punto el moralismo, la utopía y el idealismo, tan
frecuente entre los cristianos y que suelen expresarse con rodeos tales como: el egoísmo
humano, frente a este postular una sociedad fraterna y justa y cristiana, que solo se alcanza
mediante la solidaridad, la corresponsabilidad y la práctica del amor.

Hablamos de causa dominante, no de causa única, porque existen efectivamente


otras con-causas, el analítico de las ciencias sociales, debe afirmarse que la pobreza de los
países subdesarrollados es consecuencia de los países desarrollados de nuestro sistema
occidental, este sistema imperante es el capitalismo, en su actual fase de imperialismo
trasnacional.

La Encíclica Populorum Progressio definía el capitalismo como un sistema que


considera el lucro como el motor esencial del desarrollo económico, la concurrencia como
la ley suprema de la economía, y la propiedad privada de los bienes de producción como un
derecho absoluto y sin límites ni las correspondientes obligaciones sociales (n. 26). El tipo
de acumulación capitalista, a escala internacional, constituye la causa dominante que
explica la escandalosa pobreza de millones de personas dentro de nuestro sistema.

Ante esta situación histórica quiere hacerse oír el grito de los oprimidos que han
tomado ya conciencia de su opresión y están organizándose, el grito de los oprimidos se
deja oír cada vez más alto, lo cual significa que el dinamismo objetivo de la historia está
exigiendo un tipo de ordenamiento social distinto del capitalismo.

Para que la economía funcione en beneficio de todos, es necesario que funcione por
intermedio de todos, la unificación del espacio económico mediante el capital mundial, así
como los lazos de desigual interdependiente, hacen que ningún país se mantenga
desvinculado del destino de todos.

En el punto teológico hay que ver dos niveles el proceso de liberación: uno teorico-
teologico y otros practico-pastoral.

Teorico-teologico se trata de hacer una relectura del texto analítico de la realidad a


partir de los recursos de la fe y del Evangelio, tratando de detectar la consonancia o
discordancia del sentido de esa realidad con el proyecto histórico de Dios.

Practico-pastoral se aborda la contribución específica de la fe y la iglesia al proceso


concreto de liberación.

La principal preocupación consiste en la forma concreta de superarlo históricamente


al capitalismo, el problema del fondo es más político que moral, más que revelarse
proféticamente contra una injusticia estructural, sabiendo que no todo lo que se presenta
como liberación es según el pensamiento de la fe cristiana, tal liberación.

El Reino de Dios engloba todas las dimensiones de la realidad, espirituales,


materiales, religiosas y políticas, por eso incluye también la instancia económica, social y
política, el Reino se opone al reino de este mundo según criterio egoísta.

El sínodo de los Obispo de 1974, en su documento sobre la Justica en el Mundo,


subraya que la misión de anunciar el Evangelio exige, en los tiempos actuales, que nos
comprometamos, ya desde ahora, en orden a lograr la liberación integral del hombre en su
existencia terrena.

Los evangelios conceden a los pobres un privilegio absolutamente especial. Su


situación de pobreza y marginación por ser fruto de la injusticia, constituye un desafío para
el Rey mesiánico. Por eso siempre la iglesia toma partida a favor de los pobres, es
infalible, porque demuestra estar presente en aquel lugar socia en el que Jesús se situó,
profirió su anuncio de liberación y realizo sus más significativas intervenciones.
La fe le ayuda a tomar partido por los pobres y asumir sus ansias de liberación, la fe
posee una dimensión política que le es inherente y no depende de determinadas coyunturas
socio-históricas.

Misión universal de la iglesia y concreta

En los ambientes contrarios a la Teología de la liberación se argumenta a veces que


la iglesia no puede descender a compromisos muy concretos con los oprimidos, porque
pondría en peligro su misión universal. La iglesia no es clasista, sin embargo, la lucha
historia en favor de los pobres exige una opción de clase, lo cual, a su vez, supondría una
renuncia a la universalidad y a la solicitud pastoral que la iglesia debe tener para con todos
los hombres, independientemente de su inserción social.

Que quiere decir que la iglesia es universal, primeramente por el sentido


descriptivo, este conjunto total universal es más que una suma numérica, porque la unidad
proviene de la comunión de todas las iglesias locales entre sí.

Sentido cualitativo, ser católico es una propiedad intrínseca a la realidad cristiana en


cada uno de los niveles de realización, personal, comunitario o planetario.

Sentido geográfico, se trata de una acepción derivada, consecuencia de la misión


universal.

Sentido polémico, católico significa verdadero y ortodoxo, este sentido surgió a


partir del siglo III y se estratifico especialmente en el siglo XVI.

Sentido antropológico-comiso católico quiere decir, por último, planificador y


totalizador.

La iglesia no solo revela ser universal por causa de su intrincidad católica y de su


misión universal, sino que se hace universal en la medida en que asume las causas
universales de los hombres y de la sociedad, en la medida en que hace suya la universalidad
articulada por otros. En esta perspectiva, la universalidad se define a partir de la misión
entendida como proceso de encarnación liberadora, dentro de una coyuntura históricamente
definida, es decir, al encarnar causas universales, la iglesia se hace también universal.

Una iglesia fuera del mundo universalidad a partir de la fe

Durante siglos, y en los círculos oficiales hasta el Vaticano II, las prácticas
cristianas más significativas se circunscribían al campo religioso, contrapuesto al campo de
lo profano. Desde ahí se creó la imagen de una iglesia fuera del mundo y frente al mundo,
portadora en exclusiva de una misión universal para el mundo.

En término históricos, este tipo de iglesia fuera del mundo y frente al mundo
significo para América Latina y África la colonización religiosa, la imposición de los
esquemas del cristianismo europeo de corte tridentino y la destrucción o no
aprovechamiento de los valores culturales de las civilizaciones testigos vigentes en ambos
continente. Quien se considera como el único poseedor de la verdad de la salvación y el
portador exclusivo de los instrumentos de redención está condenado a ejercer la
intolerancia y la represión de los posibles competidores.

Con el Vaticano II, los Obispo redefinieron la misión de la iglesia, una iglesia
dentro del mundo, la salvación está en el mundo por Jesús está en el mundo, bien sea como
verbo para la cual, con el cual y en el cual el mundo fue hecho, bien sea como encarnado en
el mundo, o bien como resucitado, como pleroma del mundo.

La misión consiste en sentirse verdaderamente solidaria con género humano y con


su historia , la Gaudium et Spes enumera las aspiraciones más universales y profundas del
género humano, la iglesia no actúa desde fuera, sino desde dentro, abrazando a todos los
hombres, creyentes o no, ayudando a tos a percibir con mayor claridad su vocación integral
de construir un mundo más acorde con la dignidad eminente del hombre, aspirar a una
fraternidad universal apoyada en unos fundamentos más profundos y corresponder con
generoso y comunitario esfuerzo, y bajo el impulso del amor, a las exigencias de nuestra
época.

En 1968 se celebró en Medellín la segunda Conferencia General del Episcopado


Latinoamericano. Se trataba de traducir las intuiciones del Vaticano II a las circunstancia
concretas del continente subdesarrollado. La iglesia cayo en la cuenta de los siglos de
colonialismo y dominación a los que había estado y sigue estando sometida América
Latina. La iglesia hace suyo el deseo de emancipación total, de liberación de toda
servidumbre de las grandes mayorías depauperadas.

La iglesia desea situarse no imprecisa y simplemente dentro del mundo, sino dentro
de un mundo determinado, el submundo, el mundo de los pobres y de los no hombres. Ahí
es donde la iglesia busca una forma de presencia más intensa y renovada en la actual
transformación de América Latina.

El destinatario no es el mismo que el de Gadium et Spes, ya no es el hombre


ilustrado, sino el que no ha recibido una adecuada o el analfabeto, ya no es el hombre
integrado en el sistema socio-económico, político vigente, sino el marginado.

Las iglesias del tercer mundo se han asociado a las causas de los condenados de la
tierra. Sus causas reivindican una universalidad de una cegadora evidencia, se trata de la
mínima justicia, de la libertad esencial al ser humano, de la dignidad y los derechos sin los
que el hombre se halla en una situación peor que la de un animal. La justicia por su propia
naturaleza, es siempre justicia para todos. Del mismo modo, la libertad, los derechos y la
dignidad lo son indistintamente para todos los hombres.
Casi la mitad de la población de los países de América Latina está constituida por
jóvenes menores de 18 años. Esto significa un verdadero capital de esperanza y fuerza
renovadora de la propia iglesia y de la sociedad. Pero la mayor parte de la población está
condenada a no poder vivir su juventud, se ven insertos en el proceso productivo como
fueran adultos y pasan a formar parte de las masas empobrecidas, muchos de ellos ven
como se ponen innumerables obstáculos a su capacidad de renovación del cuerpo social, a
ser reprimidos por los sistemas de gobierno.

La mujer aparece como un grupo humano especialmente oprimido entre los


oprimidos, por su condición de mujer y de pobre, la propia iglesia ha contribuido a la
marginación de la mujer, al no haberle dado acceso a un participación en las iniciativas
pastorales, pero la iglesia apoya las aspiraciones de liberación y promoción de la mujer, la
cual debe participar precisamente como mujer en la transformación de la sociedad, debe
participar en paganismos de planificación, coordinación, pastoral, catequesis, etc.

La iglesia en las bases, el pueblo que se libera, la principal novedad eclesial de los
últimos tiempos ha sido el surgimiento de la iglesia en las bases de la estructura social. Los
pobres se reúnen para comentar juntos la palabra de Dios, confrontando la página bíblica
con la página de la vida, y junto ayudarse y defenderse mutuamente.

Un hecho inaudito en los casi 480 años de historia patria y eclesial brasileña, el
pueblo toma la palabra, que está siempre había sido un monopolio de un cuerpo de expertos
de la iglesia, catequista, sacerdotes, obispos, el pueblo había sido reducido como simple
receptor y reproductor del discurso de los otros, su voz había sido siempre eco de la voz de
los superiores. Pero ahora se oye la voz del pueblo. Durante los cuatro días que duro el
encuentro, la propia base abordo estas cuatro grande cuestiones: nuestra realidad y nuestra
acción sobre ella, un análisis de esa realidad y esa acción, a la luz del evangelio se
desenmascara lo que subyace a dicha realidad y la inquietud de la raíz que sustenta el árbol
que da malos frutos y el ultimo se deciden los pasos que hay que dar a continuación, tanto
a nivel de comunidades locales y regionales como a nivel articulación nacional.

Opción preferencial por los pobres, dada la importancia del tema, conviene definir
del mejor modo posible sus términos, si deseamos alcanzar la claridad teórica necesaria
para llegar a las consecuencias prácticas y obviar las ambigüedades inherente a los asuntos
conflictivos.

Primeramente opción significa conversión, el servicio al pobre exige, de hecho, una


conversión y purificación constantes en todos los cristianos, con objeto de llegar a una
identificación cada día mas plena con Cristo pobre y con los pobres.

El segundo preferencial que es desde los pobres y abierta a todos, con la expresión
preferencial se pretende precisamente salvaguardar la esencial universalidad del mensaje
cristiano, abierto a todos cuando desean escuchar la palabra de Dios y ponerlo en práctica,
pero la expresión dice más en establecer la perspectiva fundamental desde la que se ve la
realidad social y se organizan las prioridades.

Los terceros pobres empobrecidos y víctimas de la injusticia, la pobreza como falta


de medios, es el sentido más directo de la pobreza, en cuanta deficiencia que es preciso
sanar. La pobreza como virtud, es sinónimo de ascesis, sin que ello signifique el desprecio
de los bienes lo cual sería malo sino el uso moderado de los mismos, que libera el espíritu y
al cuerpo tanto de la miseria como de la siempre esclavizadora acumulación.

Pobreza como mal e injusticia, significa propiamente empobrecimiento. Se trata de


pobreza culpable, porque es producida por los mecanismos de expropiación del valor del
trabajo, que es lo que da origen al enriquecimiento de unos pocos, cada vez más ríos, a
costa de unos pobres cada vez más pobres. Pobreza como modo de ser humilde equivale a
humildad, sencillez, desprendimiento, disponibilidad total, apertura ilimitada a recibir y a
dar.

La iglesia intenta reinventarse desde los pobres, a fin de que toda la iglesia sea una
iglesia para los pobres, con los pobres y de los pobres, esto no significa que una vez
convertidos y alcanzados por el anuncio evangélico, los ricos deben sentirse urgidos a
comprometerse por la justica y en contra de la pobreza-injusta y explotación.

Por tanto, vemos como presenta el autor el sentido de la liberación de los oprimidos,
entendido la liberación de los pobres, de su realidad de pobreza, veo y me hago parte de su
presentación de las causas principales que presenta esta realidad de muchas personas en el
mundo entero.

La pobreza como la presenta el autor no es algo natural, sino más bien es cuestión
de nuestra fragilidad como ser humano que es el pecado, el cual le lleva a separarse de Dios
y entra en la cuestión de no llenarse del amor de Dios sino de la envidia, avaricias, sed
poder, sed de riqueza, y así el hombre va perdiendo de su vista realidad de los demás y se
enfoca solamente en su mundo, económico, político, financiera, industria, etc.

Por lo tanto lo podemos ver según el trabajo la causa principal de esta pobreza
extrema es el capitalismo, que utiliza al hombre sin importarle su dignidad, sino su motor
de desarrollo económico, es un sistema muy fuerte que sino solamente piensa solo va a ver
que nunca va a acabar, pero ahora estamos escuchando el grito de los oprimidos, ese grito
que muchas se hace callar, con un poco de víveres, con la compra de los que encabezan ese
grupo, por lo tanto esto tiene que llamar a la iglesia para que esta organización que está
surgiendo pueda ser llevado a la realidad con el objetivo de cambiar esa realidad de tanta
gente.

Por eso la iglesia tiene que plantearse como enfrentar esta estructura histórica,
porque no es algo nuevo sino muy antiguo, una de las formas que plantea el autor es que la
iglesia tiene que llevar adelante un Plan Pastoral sobre esta situación, formando a las
personas en lo moral, hablándoles tanto a las personas que están dentro de la estructura
capitalista y también del mundo sufriente.

La fe que vemos en el Evangelio es lo que nos tiene que impulsar a ese compromiso
de liberación que tanto necesita nuestra gente, la fe no depende de determinada de
coyuntura social político.

La iglesia tiene una misión con los pobres, porque en el Evangelio vemos que tiene
una opción preferencial Jesús en ellos y con ellos. La iglesia tiene que asumir la causa
universal de los hombres y de la sociedad por su nombre mismo de ser Católico.

Muchos documentos de la iglesia se manifiesta con esta realidad de la pobreza a


partir de Vaticano II, pero que el pueblo no sabe por eso mismo el autor llama también a los
pastores de hacer conocer estos comprimo a sus fieles y así comprometerse juntos no ser un
mero receptor como fueron muchos años los que participaban en la iglesia.

Las mujeres con los que más participan en la iglesia, hablándose desde el punto
celebrativo y son a las que menos importancia muchas veces les han dado la iglesia, sin
embargo la iglesia es de todo y para todo. Llama a los pastores de no olvidar esa opción
preferencial por los pobres que es algo que identifica mucho a la iglesia, pero siempre
haciendo ver la distinta forma de pobreza que se presenta en la realidad.

El autor no está en contra de las personas que tienen riquezas, sino está en contra de
aquellos que consiguieron a costa del sufrimiento del otro, cumpliéndose así el dicho, rico
cada vez más rico a costa de pobres cada vez más pobres.

Por último, lo que podemos destacar del autor que toda su presentación es una
realidad latente en el mundo, sino no nos organizamos como pueblo, como iglesia, no habrá
liberación, tenemos que hacernos consiente de esta realidad en forma conjunta, porque
como vemos el grito hay, pero solo que no se escucha.

La iglesia intenta reinventarse desde los pobres, a fin de que toda la iglesia sea una
iglesia para los pobres, con los pobres y de los pobres, esto no significa que una vez
convertidos y alcanzados por el anuncio evangélico, los ricos deben sentirse urgidos a
comprometerse por la justica y en contra de la pobreza-injusta y explotación.

Posible solución una iglesia en salida y organizada con su gente, atacando el pecado
Central que es la Estructura Capitalista, que afecta lo social, lo económico, lo político, pero
sabiendo que no será con armas, sino a través de la Conciencia del mal que están haciendo
a la gente, a través de sus pecados… por lo tanto ORGANICEMONOS.
Conclusión
Me hizo retocar la realidad del país y del mundo este trabajo, haciéndome entender
del compromiso que uno debe tomar como ciudadano como iglesia, porque todo podemos
caer en esta opresión.

El capitalismo tiene amigo, sino más bien es algo o inclusive podemos decir
alguien, porque es una estructura formado por el egoísmo y la insatisfacción del hombre y
que va consumiendo de a poco todo lo que está a su alcanza, para que pueda agrandándose
más y más.

Por eso es importante estar organizado como vemos y no estar separado luchando
cada uno por su parte, así nunca llegaríamos a una libertad que realmente merecemos como
humano, porque todo somos hijos de Dios y merecemos vivir dignamente.

Como iglesia y como futuro pastoral me hizo abrir más los ojos sobre esta realidad
que muchas veces queremos tapar con dedo, haciendo solamente un asistencialismo a
nuestros hermanos oprimidos, sin un consentimiento de compromiso con ellos.

Por tanto concluyo diciendo que debemos hacer realidad nuestro compromiso,
nuestra opción preferencial por los pobres, sin medio a perdernos en la misión, porque es el
compromiso mismo del fundar de nuestra Iglesia que es Jesucristo, sin olvidar lo espiritual
y el punto de partida.

La iglesia es de todos y para todos…. Luchemos juntos contra la injustica. El


capitalismo es una realidad hecha por los hombros y no por Dios.
Bibliografía
Boff Leonardo, La fe en la periferia del mundo, el caminar de la iglesia con los
oprimidos, Segunda edición, Editorial Sal Terrae Santander, Rio de Janeiro 1980, Brasil

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