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Dos errores frecuentes en la educación de los hijos.

Esta mañana en el parque observaba una escena bastante común: una niña de unos 2 años
y medio lloraba enfadada al no ser la primera en subirse al tobogán, ya que su amiguita
llegó antes.
Automáticamente pensé “que paciencia hay que tener en esta etapa de rabietas” y recordé
que no hace tanto tiempo mi hija hacía exactamente lo mismo. Es más, ella me obligó , en
cierta manera, a sacarme un “máster” en paciencia, pues su tolerancia a la frustración era
bastante escasa. Afortunadamente esa etapa ya pasó. Y hoy quisiera ayudar a aquellos
padres que sí están atravesando esa fase.

Es verdad que resulta difícil que a la más mínima situación que difiera de lo que los niños
desean aparezca el enfado, manifestado a través de llanto, gritos y pataletas. Pero así es y
así será hasta que aprendan a gestionar sus emociones de manera más adaptada. Y es
normal que, a veces, los padres también perdamos la paciencia, pero lo que no se debe
hacer nunca es usar los insultos o las críticas dirigidas a los niños, que es precisamente lo
que escuché de estos padres.
Comentarios del tipo: “eres insoportable”, “ tonta”, “siempre igual” o “no puedo con
ella”(hablando con su amiga haciendo referencia a su hija,aunque ella podía oírlo). Este tipo
de comentarios sólo van a dañar el autoconcepto que tiene la pequeña de sí misma, pues le
están diciendo cómo es y esto lo incorporará como identidad , en lugar de reseñárselo como
comportamiento o conducta que realiza y que se puede cambiar. En su inconsciente se
estará formando una idea errónea de lo que es ella “ no soy adecuada” , “soy un desastre”,
“mis padres no me quieren”, son el tipo de creencia que se forma en la mente de la
pequeña.
Lo que quiero decir es que si ves que tu hijo no se está portando de manera adecuada se
lo digas así : “eso que estás haciendo no está bien por…” en lugar de usar la expresión de
“eres….” . En este caso concreto lo único que podían hacer los padres por ella es decirle
cómo se siente y darle una alternativa: “estás muy enfadada porque querías ser la primera,
pero no siempre se puede, anda vente a este otro columpio que es muy divertido”, tras esto,
si la niña sigue con el enfado, que es lo más probable, entonces hay que dejarla expresar
y sentir el enfado hasta que se le pase.

Continuando con el ejemplo en del parque, la actuación de los padres de dejar a la niña
tranquila hasta que se le pasara el berrinche fue adecuada. El problema es que justo en el
momento en que se calmó, dejó de llorar y se acercó a los padres, éstos la ignoraron, ante
lo cual la niña volvió a llorar captando ,ahora sí , la atención de los padres. Era en ese
momento justo en el que estaba tranquila cuando los padres tenían que aprovechar para
hablarle o prestarle atención. Sólo así se reforzaría la conducta adecuada y no la
inadecuada.
Básicamente lo opuesto a lo que por naturaleza solemos hacer: ignorar cuando se portan
bien y regañar cuando se portan mal. Así que recuerda: ¡ Presta atención a aquello quieres
que se repita e ignora lo que quieras que desaparezca!

Resumen:
1. Jamás critiques a la persona,mejor corrige la conducta.
2. Pon atención al comportamiento adecuado.
Estos dos principios son muy básicos para una buena educación emocional y por lo que
pude observar todavía se cometen con demasiada frecuencia.

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