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De qué depende la Tensión Superficial?

En Física se denomina tensión superficial de un líquido a la cantidad de energía necesaria para aumentar
su superficie por unidad de área. Esta definición implica que el líquido tiene una resistencia para
aumentar su superficie (se opone a ello). Esto es debido a que para extender el área de una interfase, es
necesario “llevar” las moléculas desde el interior a la superficie, por lo que se debe hacer un trabajo
contra las fuerzas cohesivas del líquido.

La tensión superficial se debe a que las fuerzas que afectan a cada átomo son diferentes en el interior del
líquido y en la superficie. Así, en el seno de un líquido cada átomo está sometido a fuerzas de atracción
que en promedio se anulan. Esto permite que el átomo tenga una energía bastante menor. Sin embargo,
en la superficie hay una fuerza neta hacia el interior del líquido.

El trabajo realizado para extender la película una distancia dx es el trabajo reversible necesario para
aumentar en dA el área de una interfase:

dw=γdA

Aunque uno de los casos más curiosos e interesantes relacionados con la tensión superficial se encuentra
en nuestros propios pulmones. Los pulmones contienen unos 300 millones de alveolos, éstos se sitúan al
final de la unidad respiratoria y es donde se produce el intercambio gaseoso entre atmósfera y
organismo, y viceversa, sistema por el cual conseguimos O2, nutriente vital, y eliminamos el CO2, un
desecho metabólico.

Para que se pueda llevar esta difusión de gases el espacio entre alveolo y capilar sanguíneo deberá ser
ínfimo además de presentar unas características determinadas para hacer posible este hecho. Durante la
ventilación pulmonar el tejido que forma los pulmones se distiende y se comprime para que puedan
entrar y salir los distintos gases implicados en el proceso, al reducir su tamaño, según la ecuación de
Laplace, la presión sobre los alveolos aumenta enormemente, corriendo el riesgo de sufrir el colapso del
alveolo.

1. ¿A qué se llama presión osmótica y oncótica?

La presión oncótica o coloidosmótica es una forma de presión osmótica


debida a las proteínas plasmáticas que aparece entre el compartimento
vascular e intersticial, presión que suele tender a meter agua en el sistema
circulatorio. Es la fuerza contraria a la presión hidrostática.

Al ser los capilares sanguíneos poco permeables a los compuestos de


elevado peso molecular, como es el caso de las proteínas, éstas tienden a
acumularse en el plasma sanguíneo, resultando menos abundantes en el
líquido intersticial. De este gradiente de concentración entre el interior de los
capilares y el espacio intersticial se deriva una tendencia del agua a
compensar dicha diferencia retornando al capilar sanguíneo con una cierta
presión, la presión oncótica capilar. Dicha presión se opone al filtrado que
finalmente se produce a través del endotelio capilar, gracias a que la presión
hidrostática capilar supera a la presión oncótica capilar.

La presión osmótica puede definirse como la presión que se debe aplicar a


una solución para detener el flujo neto de disolvente a través de una
membrana semipermeable. La presión osmótica es una de las cuatro
propiedades coligativas de las soluciones (dependen del número de
partículas en disolución, sin importar su naturaleza). Se trata de una de las
características principales a tener en cuenta en las relaciones de los líquidos
que constituyen el medio interno de los seres vivos, ya que la membrana
plasmática regula la entrada y salida de soluto al medio extracelular que la
rodea, ejerciendo de barrera de control.

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