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Clase – En torno a Marción (gnóstico)

Concepción de Dios trascendente. El Dios verdadero no ha creado al mundo ni al hombre, no hay


providencia, es decir, que no hay gobierno sobre el mundo de los hombres. Marción no considera la
relación entre Dios y Cristo. Dios ama al hombre que no es su criatura y decide liberarlo de su condición,
restaurando la divinidad del alma.

El Dios demiurgo no es considerado por Marción un dios verdadero, dadas sus características. Por lo
tanto, Jesús no puede provenir de este dios. Marción le llama cosmokrator (gobernante).

Dosetismo: herejía que plantea que no hay encarnación, dado que el Verbo divino no se vuelve hombre,
sino que toma la apariencia de un hombre, de modo que no se encarna realmente. El Verbo desciende
del cielo y se reviste de la carne cual disfraz. En efecto, esto es planteado por la imposibilidad del
contacto de lo divino con lo material, pues tal cosa implicaría contaminación con un estado inferior. El
verbo habita la carne, no se transforma en la carne, el verbo es accidental en la materia.

Marción solamente reconoce el evangelio a Lucas. No considera sagrados a los demás libros del canon
cristiano. Por ejemplo, elimina el evangelio de Mateo de su canon personal.
Marción niega la resurrección de la carne

Alma en Marción: Es lo que permite que el Dios que redime adopte al hombre. El alma es inmortal, pero
Marción no presenta una doctrina escatológica.

Todos los que descendieron al infierno, enemigos de Dios, son salvados porque nunca pecaron, puesto
que solo pecaron respecto al dios inferior. Además, solo pecaron con la carne

Negación de la presencia real de Cristo en la eucaristía. ¿Cómo Dios va a presentarse o manifestarse en


especies tan innobles como el pan o el vino? Esto es inadmisible para Marción. Además, Cristo no es hijo
del hombre, no es verdaderamente un hombre, no nace, sino que “desciende”. En tanto Cristo

*Diferenciar argumentos de Ireneo y Marción será lo evaluado en la prueba*

EL hecho de que Jesús descienda sin nacer, responde al requisito de que este no se contamine del mal
que significa la carne en tanto es obra del Dios demiurgo, de quien proviene el mal en todo lo que ha
creado.
Clase II – Marción – Interpelaciones y críticas de Ireneo a Marción.

Los hombres son creación del demiurgo, es decir, no son creados del Dios bueno. ¿Cómo es que el Dios
que no tiene ninguna relación con estos haya decidido redimirlos?

Providencia -> Creación = Constante relación en la doctrina cristiana, que se refiere a la incapacidad (del
creado) de darse su propio Ser, esto es, perpetuarse por sí mismo.

Ireneo juzga al Dios “bueno” por robarle al Dios demiurgo su creación, acción que comete con la finalidad
de salvarlos.

¿Cómo Cristo, no compartiendo la naturaleza pecadora del hombre, puede, en su sacrificio, redimir esa
naturaleza si jamás entra en contacto con ella? Esta es otra de las interpelaciones de Ireneo a Marción.
También se cuestiona la inmolación de Cristo, pues, si Cristo no es humano ni se materializa, no tiene
cuerpo con el que sufrir. De la misma manera, si se afirma que la divinidad es impasible, resulta
contradictorio afirmar el sufrimiento de Cristo como su sacrificio. También se pone en cuestión la posterior
resurrección de un cuerpo que, en el fondo, no es tal.

Existirían dos tipos de marcionismo

A) Nombra tres principios: Dios Bueno (superior), Dios demiurgo (justo) y la materia.
B) En este marcionismo, el Dios demiurgo estaría visto como caprichoso, ignorante, que actúa con
maldad por su pobreza. Este Dios malvado es una suerte de demonio que cumple un rol punitivo.

Crítica de Orígenes a Marción (a través de Celso)

¿Cómo es que si Cristo es Dios, necesita ocultarse en una figura inferior (hombre)?

Los hombres están esclavizados por el Demiurgo, y Cristo llega para liberarlos de este sometimiento

La “maldad” del Demiurgo tiene que ver con una consecuencia metafísica de su imperfección, esto es,
que atribuido a él la imperfección, se reproduce a través de su creación, perpetuando la imperfección.

Marción, al descalificar el Dios del Antiguo Testamento, inventa a otro Dios que sólo es identificable en
Cristo. Tertuliano critica la interpretación de Marción sobre la parábola del “árbol bueno”, interpretación
teológica que debería haber sido, en cambio, antropológica y ética. Tertuliano atribuye esto como
resultado del hecho de que los gnósticos estén marcados por la “pregunta por el origen del mal”, reflejada
también en el tormento agustiniano en su época maniquea.

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