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Carl Rogers

¿Cómo puedo crear una relación de ayuda?


¿Cómo puedo ser para que el otro me perciba como una persona digna de
fe, coherente y segura, en sentido profundo?
Supone ser sincero y auténtico. He escogido el término "coherente" para
describir la manera de ser que me gustaría lograr.
¿Puedo ser lo suficientemente expresivo, como persona, de manera tal
que pueda comunicar lo que soy sin ambigüedades?
Si puedo crear una relación de ayuda conmigo mismo, es decir, si puedo
percibir mis propios sentimientos y aceptarlos-, probablemente lograré
establecer una relación de ayuda con otra persona.
¿Puedo permitirme experimentar actitudes positivas hacia esta otra
persona: actitudes de calidez, ¿cuidado, agrado, interés, respeto?
Estoy convencido de que una de las razones principales para
profesionalizar cualquier campo de trabajo consiste en que -esto ayuda a
mantener la distancia.
¿Puedo ser suficientemente fuerte como persona como para distinguirme
del otro? ¿Puedo respetar con firmeza mis propios sentimientos y
necesidades, tanto como los del otro? ¿Soy dueño de mis sentimientos y
capaz de expresarles como algo que me pertenece y que es diferente de
los sentimientos del otro? ¿Es mi individualidad lo bastante fuerte como
para no sentirme abatido por su depresión, atemorizado por su miedo, o
absorbido por su dependencia? ¿Soy íntimamente fuerte y capaz de
comprender que su furia no me destruirá, su necesidad de dependencia
no me someterá, ni su amor me sojuzgará, y que existo
independientemente de él, con mis propios sentimientos y derechos?
Cuando logro sentir con libertad la capacidad de ser una persona
independiente, descubro que puedo comprender y aceptar al otro
con mayor profundidad, porque no temo perderme a mí mismo
¿Estoy suficientemente seguro de mi mismo como para admitir la
individualidad del otro?
Farson,6 en el que este autor demostró que el asesor menos adaptado y
competente tiende a inducir una adecuación a su propia personalidad y
procura que sus clientes lo tomen como modelo. En cambio, el asesor más
competente y adaptado puede interactuar con un cliente durante muchas
entrevistas sin interferir la libertad de éste de desarrollar una
personalidad muy diferente de la de su terapeuta.
¿Puedo permitirme penetrar plenamente en el mundo de los sentimientos
y significados personales del otro y verlos tal como él los ve?
la mayor utilidad se logra cuando puedo ver y plantear con claridad los
significados de su experiencia que han permanecido oscuros y
encubiertos para él cuando mi actitud es condicional, la otra persona no
puede -cambiar o desarrollarse en los aspectos que no soy capaz
¿Puedo comportarme en la relación con la delicadeza necesaria como
para que mi conducta no sea sentida como una amenaza?
Simplemente obedece a la convicción, basada en la experiencia, de que si
puedo liberarlo tanto como sea posible de las amenazas externas, podrá
comenzar a experimentar y ocuparse de los sentimientos y conflictos
internos que representan fuentes de amenazas.
En consecuencia, he llegado a sentir que cuanto más libre de juicios y
evaluaciones pueda mantener una relación, tanto más fácil resultará a la
otra persona alcanzar un punto en el que pueda comprender que
el foco de la evaluación y el centro de la responsabilidad residen en sí
mismo
La teoría de los cuatro
humores, de Hipócrates
Una de las primeras teorías que trataron de explicar el
temperamento de los humanos.

La psicología es una de las ciencias más jóvenes, pero eso no


significa que no se haya ido gestando a lo largo de siglos, o incluso
milenios.
De hecho, algunas de las grandes preguntas a las que intenta dar
respuesta empezaron a generar teorías hace más de 2.000 años. La
teoría de los cuatro humores, relacionada con las distintas clases
de personalidad que podemos encontrar en los seres humanos, es un
ejemplo de ello. Fue propuesta por el griego Hipócrates.

Los orígenes de la teoría de los cuatro


humores
Hacia el siglo V a.C., la Antigua Grecia, que fue la cuna de lo que se
convertiría en la civilización occidental, ya se empezaban a fraguar
teorías sobre por qué somos como somos y hacemos lo que hacemos.
En realidad esta clase de propuestas teóricas también habían aparecido
antes en otras zonas del planeta, pero el caso griego fue de especial
importancia porque allí se unían los avances técnicos de Asia y Egipto
con la filosofía y la potente actividad cultural y filosófica de la zona.
Grecia era una región en la que el conocimiento se divulgaba de un
modo mucho más libre que, por ejemplo, en el Imperio Persa, en el que
la enseñanza de la escritura estaba muy centralizada y se utilizaba
básicamente para el comercio y la administración.
Eso explica que en tan solo tres siglos la Antigua Grecia pudiese llegar a
ser un referente del desarrollo de la filosofía y las ciencias (un su fase
más embrionaria). Pero la ciencia griega, al igual que lo que ocurría en
otras partes del mundo, estaba mezclada con las religiones y una visión
del mundo aún muy fundamentada en viejos mitos. Eso es lo que
explica la aparición de la teoría de los cuatro humores.

¿Qué es la teoría de los cuatro humores?


Originariamente, la teoría de los cuatro humores, propuesta por primera
vez por el médico griego Hipócrates, se basaba en el supuesto de que el
cuerpo humano está compuesto por cuatro sustancias básicas (los
denominados "humores") y que los equilibrios y desequilibrios en las
cantidades de estas sustancias en un organismo determina la salud de
este.
Estos humores se correspondían a los elementos aire, fuego, tierra
y agua, que unos años antes habían sido señaladas por el filósofo
Empédocles como las materias primas de todo lo que existe.
Así pues, la teoría de los cuatro humores no estaba aislada del modo en
el que se entendía la realidad en la Antigua Grecia, sino que entroncaba
con una creencia sobre el origen del planeta y del cosmos en general;
supuestamente, toda la realidad era una combinación de diferentes
cantidades de estos cuatro elementos, y de ahí surgía la teoría de los
cuatro humores. Las propiedades de estos cuatro elementos, a su vez,
se reflejaban en las características de los cuatro humores que según
Hipócrates fluían por el cuerpo humano.

Los diferentes humores según Hipócrates


¿Y cuáles eran estos humores? Cada uno de ellos expresa
características físicas concretas, en la línea de los pensadores de la
época, que intentaban describir la realidad a partir de propiedades
cotidianas y fácilmente identificables materialmente. Explicados muy por
encima, eran estos:

1. Bilis negra
Sustancia vinculada al elemento tierra, cuyas propiedades eran el frío
y la sequedad.
2. Bilis amarilla
Humor correspondiente al elemento del fuego. Sus cualidades eran la
calidez y la sequedad.

3. Sangre
La sustancia vinculada al elemento del aire, cuyas propiedades eran
la calidez y la humedad.

4. Flema
La sustancia relacionada con el agua, cuyas propiedades son el frío y
la humedad.

Los humores y la personalidad


Para Hipócrates y una buena parte de los médicos que asimilaron las
teorías del primero durante los siglos posteriores, la teoría de los cuatro
humores ofrecía una base sobre la que trabajar en medicina, por
muy precaria que fuese. De ese modo, muchos tratamientos para
enfermedades consistían en modificar la dieta de los pacientes de modo
que, ingiriendo ciertos alimentos, sus niveles humorales se equilibrasen.
En algunos casos se realizaban sangrías para que los pacientes
perdiesen líquido con el mismo propósito.
Pero esta base para la medicina no fue lo único que surgió a partir de la
teoría de los cuatro humores. Algunos pensadores la expandieron para
que fuese capaz de explicar no solo la salud de las personas, sino
también las tendencias de su conducta y de su vida mental. Entre estos
investigadores destacó Galeno de Pérgamo, un médico y filósofo
romano nacido en el siglo II d. C.
Las ideas de Galeno

Para Galeno, los desequilibrios en las cantidades de humores tenían


una influencia en el modo en el que pensamos, sentimos y
actuamos. Dicho de otra manera, sus proporciones eran la base del
temperamento de las personas. De manera natural, cada individuo
tiene unos niveles de humores que en muy raras ocasiones son
totalmente proporcionadas, y eso es lo que explica las diferencias de
personalidad.
Cuando predomina el humor bilis negra, por ejemplo, creía que la
persona tendía a ser melancólica y con tendencia a la tristeza y la
expresión de emociones intensas, mientras que en los individuos en los
que hay mayor proporción de flema que del resto de sustancias su
temperamento se caracterizaría por su tendencia al análisis racional de
las situaciones y su facilidad para mantener la calma.
Los tipos de personalidad eran los
siguientes
Tal y como hemos visto, según esta visión humoral del ser humano la
salud se encontraba en el equilibrio de estas sustancias (la lógica de los
equilibrios entre elementos fundamentales era muy frecuente en la
época). Se creía que algunas enfermedades o situaciones especiales
podían hacer que esta desproporción creciese, agravándose la salud de
la persona y/o haciendo que su temperamento se volviese más extremo y
discordante respecto a la manera de ser de los demás.

1. Sanguíneo
Correspondía a personas alegres y optimistas, con tendencia a
expresar su cariño por los demás y con seguridad en sí mismas.
Correspondía a la sustancia de la sangre.

2. Melancólico
Temperamento definido por la presencia de una gran cantidad de bilis
negra, su temperamento asociado es triste, con sensibilidad artística
y fácil de conmover.

3. Flemático
Correspondiente al humor de la flema, las personas asociadas a este
temperamento serían frías y racionales.

4. Colérico
Temperamento relacionado con la bilis amarilla, se expresaría en
personas apasionadas, de enfado fácil y con una gran energía.

La teoría de los cuatro temperamentos, hoy


La teoría nacida con Empédocles e Hipócrates y expandida por Galeno
fue uno de los pilares de la medicina hasta la época del Renacimiento.
Más allá de esta etapa histórica, sin embargo, ha servido de inspiración a
algunos psicólogos interesados por el estudio de las diferencias
individuales y la personalidad, entre ellos Hans Eysenck.
Hay que tener en cuenta que este sistema de clasificación no tiene
valor científico; en todo caso, puede servir para inspirar a la hora de
desarrollar teorías e hipótesis que, con el tiempo, lleguen a contar con
evidencia empírica a su favor.

Uno de los teóricos más importantes del estudio de la personalidad


es Hans Eysenck. Un psicólogo nacido en Alemania, pero que a los 18
años se instaló en el Reino Unido donde creció profesionalmente. Llevó a
cabo muchas investigaciones, aunque se hizo famoso por su teoría de la
personalidad.
Su enfoque se enmarca dentro de la teoría de los rasgos, que asume que
la conducta está determinada por unos atributos relativamente estables
que son las unidades fundamentales de la propia personalidad, porque
predisponen a una persona actuar de una manera determinada. Esto
significa que los rasgos deben ser coherentes a través de situaciones y
con el tiempo, pero pueden variar entre los individuos.

Eysenck y las diferencias individuales


Para Eysenck, los individuos difieren en sus rasgos debido a diferencias
genéticas, aunque no descartó las influencias ambientales y
situacionales en la personalidad, como las interacciones familiares en la
infancia. Por lo que se basa en un enfoque biopsicosocial en el que
estos factores genéticos y ambientales determinan la conducta.
Lo que propone el autor es que cada persona nace con una estructura
específica a nivel cerebral, que causa discrepancias en la actividad
psicofisiológica y, por tanto, provoca que el individuo desarrolle
diferencias en el mecanismo psicológico, determinando un tipo específico
de personalidad.
La personalidad según Hans Eysenck
Hans Eysenck desarrolló una teoría basada en los resultados del análisis
factorial de las respuestas de unos cuestionarios de personalidad. El
análisis factorial es una técnica que reduce el comportamiento a una
serie de factores que pueden agruparse juntos bajo un encabezado
llamado dimensión, ya que comparten unos atributos comunes.
Como conclusión, identificó tres dimensiones independientes de la
personalidad que explicaré más adelante: Neuroticismo (N), Extraversión
(E) y Psicoticismo (P), lo que recibe el nombre de modelo PEN.
Este modelo pretende ser explicativo y causal, pues determina las bases
biológicas de estas dimensiones y las confirma experimentalmente.

La Teoría de la Personalidad
de Eysenck: el modelo PEN
Una de las teorías más sólidas que explican por qué cada
individuo tiene su propia personalidad.

Los estudios de Eysenck


Durante la década de los 40, Eysenck trabajaba en el Hospital
Psiquiátrico de Maudsley (Londres, Reino Unido). Su trabajo era realizar
la evaluación inicial de cada paciente antes de que su trastorno fuese
diagnosticado por un psiquiatra. En este puesto de trabajo recopiló una
batería de preguntas sobre el comportamiento, que más tarde aplicó a
700 soldados que estaban siendo tratados en el mismo hospital por sus
trastornos neuróticos.
Tras pasar los cuestionarios, se dio cuenta de que parecía haber un
vínculo de unión entre las respuestas de los soldados, sugiriendo
que había rasgos de personalidad que estaban siendo revelados.

La estructura de la personalidad según Eysenck


Tras los resultados de sus investigaciones, Eysenck propone un modelo
jerárquico de la personalidad en el que el comportamiento se puede
ordenar cuatro niveles distintos. Este es el orden desde el nivel más bajo
al más alto:

 Primer nivel: En este nivel se encuentran las respuestas que pueden


observarse una vez, y que pueden ser o no características de la persona
(por ejemplo, vivencias de la vida cotidiana).

 Segundo nivel: Son las respuestas habituales, que suelen suceder


frecuentemente bajo contextos similares (por ejemplo, si se contesta a un
test por segunda vez, se darán respuestas similares).

 Tercer nivel: Son los actos habituales que se ordenan por rasgos
(sociabilidad, impulsividad, vivacidad, etc.).

 Cuarto nivel: Este nivel es el más extenso en el sentido de generalidad,


y se encuentran los superfactores que he mencionado antes:
Neuroticismo, Extraversión y Psicoticismo.

Las personas pueden puntuar alto o bajo en estos superfactores. Una


puntuación baja en Neuroticismo hace referencia a una estabilidad
emocional alta. Las puntuaciones bajas en Extraversión hacen referencia
a Introversión.
Los tres tipos o superfactores son suficientes para describir la
personalidad de manera adecuada, pues a partir de estos se pueden
hacer predicciones tanto a nivel fisiológico (por ejemplo, nivel de
activación cortical), psicológico (por ejemplo, nivel de rendimiento) y
social (por ejemplo, conductas delictivas).

Las dimensiones del Modelo de Eysenck

Neuroticismo (estabilidad-inestabilidad emocional)

Las personas con inestabilidad emocional muestran ansiedad, histeria


y obsesión. Con frecuencia tienden a reaccionar de forma
emocionalmente exagerada y tienen dificultad para volver a un estado
normal después de la activación emocional. En el otro extremo la
persona es ecuánime, calmada y con un alto grado de control emocional.

Extraversión (extraversión-introversión)
Los extravertidos se caracterizan por la sociabilidad, impulsividad,
desinhibición, vitalidad, optimismo y agudeza de ingenio; mientras que
los introvertidos son tranquilos, pasivos, poco sociables, atentos,
reservados, reflexivos, pesimistas y tranquilos. Eysenck piensa que la
principal diferencia entre los extravertidos y los introvertidos se
encuentra en el nivel de excitación cortical.

Psicoticismo

Las personas con puntuaciones altas en psicoticismo se caracterizan


por ser insensibles, inhumanas, antisociales, violentas, agresivas y
extravagantes. Estas puntuaciones altas se relacionan con distintos
trastornos mentales, como la propensión a la psicosis. En contraste con
las otras dos dimensiones, el psicoticismo no cuenta con un extremo
inverso, sino que es un componente presente en distintos niveles en las
persona.

Bases biológicas del modelo PEN: aspectos


causales
Teniendo en cuenta este el modelo descriptivo de la personalidad, el
modelo PEN también aporta una explicación causal. Para ello se centra
en los mecanismos biológicos, hormonales y psicofisiológicos
responsables de las tres dimensiones, para así poder probar esta teoría
de forma experimental.

Teoría de la Activación Cortical y su relación con la


extraversión
La teoría de la activación cortical aparece posteriormente a otra
propuesta del propio Eysenck, el modelo de la Excitación-Inhibición,
puesto que esta última no permitía hacer predicciones empíricamente
contrastables.

Modelo de excitación-inhibición

El modelo de la excitación-inhibición propone que las personas


extravertidas tienen potenciales de excitación débiles e inhibición
reactiva fuerte. En cambio, las personas introvertidas poseen
potenciales excitatorios fuertes e inhibición reactiva débil.

Teoría de la Activación Cortical

La activación cortical de Eysenck propone una explicación biológica de la


extraversión teniendo en cuenta el sistema de activación reticular
ascendente (SARA). La actividad del SARA estimula la corteza cerebral,
que, a su vez, aumenta el nivel de activación cortical.
El nivel de arousal cortical se puede medir a través de la conductancia de
la piel, las ondas cerebrales o el sudor. Teniendo en cuenta los distintos
niveles de actividad del SARA, los introvertidos tienen niveles más
elevados de actividad que los extravertidos. Algunas investigaciones
han demostrado que los extravertidos buscan fuentes de estimulación
externa que les provocan un mayor nivel de estimulación.

Neuroticismo y activación del sistema límbico


Eysenck también explica el neuroticismo en términos de los umbrales
de activación del sistema nervioso simpático o el cerebro visceral. El
cerebro visceral también se conoce como el sistema límbico, que
consiste en el hipocampo, la amígdala, el septo, y el hipotálamo, y regula
los estados emocionales tales como el sexo, el miedo y la agresión. Es
responsable de la respuesta de lucha o huida en la cara del peligro.
Para medir los niveles de activación del cerebro visceral se puede utilizar
la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la conductancia de la piel,
sudoración, la frecuencia respiratoria y la tensión muscular
(especialmente en la frente). Las personas neuróticas tienen umbrales
bajos de activación del cerebro visceral y son incapaces de inhibir o
controlar sus reacciones emocionales. Por tanto, experimentan efectos
negativos en situaciones estresantes, están molestos incluso en
situaciones con una tensión menor y se disgustan con mucha facilidad.

Psicoticismo y hormonas gonadales


Eysenck también aporta explicación biológica de psicoticismo,
concretamente de las hormonas gonadales como la testosterona y las
enzimas como la monoamino oxidasa (MAO). A pesar de no haber gran
cantidad de investigaciones sobre el psicoticismo en comparación con la
extraversión y el neuroticismo, algunos estudios actuales muestran que
las personas con episodios psicóticos presentan niveles altos de
testosterona y niveles bajos de la MAO.
Además, en estos estudios, la impulsividad y la agresividad, dos rasgos
característicos de los individuos que puntúan alto en psicoticismo,
correlacionaron negativamente con la MAO, pues esta enzima
desempeña un papel fundamental en la degradación de las monoaminas
noradrenalina, dopamina y serotonina. En dichos estudios, también se
demostró que los niveles bajos de la MAO es una característica que
presentan los pacientes psicóticos.

Cuestionarios de personalidad de Eysenck


A raíz de la teoría de la personalidad de Eysenck, han surgido varios
cuestionarios que son el resultado de más de cuarenta años de
desarrollo y gran cantidad de estudios psicométricos y experimentales
llevados a cabo en muchos países.

 Maudsley Medical Questionnaire (MMQ): Contiene 40 ítems y evalúa el


Neuroticismo.
 Maudsley Personality Inventory (MPI): Contiene 48 ítems y evalúa la
Extraversión y el Neuroticismo.
 Eysenck Personality Inventory (EPI): Contiene 57 ítems y evalúa
Neuroticismo y Extraversión
 Eysenck Personality Questionnaire (EPQ): Contiene 90 ítems y evalúa
los tres superfactores: Extraversión, Neuroticismo y Psicoticismo.
 Revised Eysenck Personality Questionnaire (EPQ-R): Contiene 100
ítems y evalúa los tres superfactores.

Referencias bibliográficas:

 Eysenck, H.J. y Eysenck, S.B.G. (1994). Manual of the Eysenck


Personality Questionnaire. California: EdITS/Educational and Industrial
Testing Service.
 Gray, J. A. (1994). Three fundamental emotion systems. En P. Ekman &
R. Davidson (Eds.). The nature of emotion (pp. 243-247). New York:
Oxford University Press. Gutiérrez Maldonado, J. (1997). Psicología de la
personalidad y síntesis experimental del comportamiento. Revista
Latinoamericana de Psicología, 29, 435-457.
 Pueyo, A. A. (1997). Manual de Psicología Diferencial. Madrid: Mc Graw
Hill.
 Schmidt, V., Firpo, L., Vion, D., De Costa Oliván, M. E., Casella, L.,
Cuenya, L, Blum, G.D., y Pedrón, V. (2010). Modelo Psicobiológico de
Personalidad de Eysenck: una historia proyectada hacia el futuro. Revista
Internacional de Psicología, 11, 1-21.
Uno de los grandes ámbitos de la psicología es el estudio de la
personalidad.
Sin embargo, a la hora de buscar maneras de clasificar y describir el
estilo de comportamiento y pensamiento de los seres humanos, no solo
se ha hablado sobre la personalidad, sino que hay otro concepto que a lo
largo de la historia, también se ha utilizado para intentar captar las
particularidades de cada persona. Este concepto se llama
temperamento, e intenta dar cuenta de esas inclinaciones y tendencias
de cada uno que son más fijas, invariables y difíciles de cambiar.

¿Qué son los tipos de temperamento?


El tipo de temperamento de cada persona acostumbra a ser
entendida como la estructura básica encima de la cual se construye
la personalidad de cada uno, con todos sus detalles y particularidades.
En las últimas décadas esto significa que el término temperamento se ha
usado para hacer referencia a la genética de cada uno, la parte
heredable de la personalidad, lo cual significa que el temperamento de
cada cual permanecería más o menos inalterado independientemente de
las cosas que nos sucedan, el modo en el que aprendamos a gestionar
nuestras emociones, etc.
Pero... ¿cómo nace la idea de que los seres humanos disponemos de
diferentes tipos de temperamentos que nos diferencian los unos de los
otros? La respuesta está en la teoría de los 4 temperamentos básicos,
que parte de la idea de que nuestra manera de ser depende de varios
tipos de sustancias, o "humores", que circulan por nuestro cuerpo.

La teoría de los cuatro humores

Una de las primeras personalidades históricas en desarrollar la teoría de


los 4 humores que más tarde daría paso a la de los temperamentos fue
el médico griego Hipócrates.
Alrededor de los siglos V y IV a. C., en la antigua Grecia que habitó
Hipócrates, tenía mucha importancia la creencia de que todo lo que
existe en el mundo estaba compuesto por unos pocos elementos
combinados entre sí. Hipócrates adoptó este punto de vista al defender la
idea de que el cuerpo humano está formado por 4 sustancias básicas,
también llamadas humores.
Para Hipócrates, estos humores son los siguientes:

 Sangre, cuyo elemento asociado es el aire.


 Flema, el elemento del cual es el agua.
 Bilis amarilla, que corresponde al elemento fuego.
 Bilis negra, asociada a la tierra.

Pero Hipócrates no dejaba de ser un médico, y por eso hizo que esta
teoría humoral entrase más en el campo de la medicina que en el de
la psicología y la personalidad. Según él, el hecho de que en nuestro
cuerpo se encuentren todas estas sustancias en equilibrio hace que
estemos sanos, mientras que una descompensación en los niveles de los
humores produciría enfermedades.
Fue Galeno de Pérgamo quien, en el siglo II a. C. realizó mayores
esfuerzos para transformar la teoría de los humores en una teoría de los
temperamentos básicos.

La teoría de los temperamentos básicos


Galeno partió de la idea de que todo está constituido por la mezcla de 4
elementos y que cada uno de ellos corresponde a uno de los humores
del cuerpo humano para terminar aplicando esta visión a la primitiva
psicología de aquella época.
Para este médico griego, los niveles en los que están presentes cada
uno de los humores en un cuerpo humano explican los estilos de
personalidad y temperamento de este, lo cual significa que observando
las cantidades de estas sustancias se podría saber el estilo de
comportamiento de una persona, cómo expresa sus emociones, etc.
Los 4 temperamentos básicos propuestos por Galeno fueron los
siguientes.

1. Temperamento sanguíneo
Las personas sanguíneas se caracterizan según Galeno por ser alegres,
optimistas y buscar siempre la compañía de los demás.
Muestran calidez a la hora de tratar con otras personas, su modo de
actuar obedece más a los sentimientos que a las conclusiones
generadas por el análisis racional. Además, cambian de parecer con
facilidad y son poco dadas al comportamiento disciplinado, porque se
guían por la búsqueda del placer inmediato. Por eso frecuentemente
dejan cosas sin terminar. Su elemento asociado es el aire.

2. Temperamento flemático
El temperamento flemático expresa una propensión a un modo de
comportarse sereno y tranquilo y un modo de acercarse a las metas
perseverante y basado en la racionalidad.
Según la teoría de galeno, las personas que destacan por este tipo de
temperamento valoran mucho la exactitud a la hora de pensar y de hacer
las cosas, raramente se enfadan y no muestran demasiado sus
emociones, llegando a parecer algo frías. Además, suelen mostrarse
algo tímidas y evitar ser el centro de atención o sostener un rol de
liderazgo. Según la teoría de los 4 temperamentos, a estas personas les
correspondía el elemento agua.

3. Temperamento colérico
Las personas que destacan por su temperamento colérico son
especialmente enérgicas, proactivas e independientes. Muestran una
tendencia a estar siempre dedicándose a una actividad o emprendiendo
proyectos y defienden con ahínco sus opiniones y posturas ante las
diferentes situaciones que viven.
Además, confían en su propio criterio y no temen entrar en confrontación
con los demás, por lo que son asertivas y no rehúyen las posiciones de
liderazgo. Sin embargo, si este tipo de temperamento es muy extremado
puede dar pie a la aparición de muchos conflictos y hostilidades. El
elemento con el que se las relacionó era el fuego.

4. Temperamento melancólico
Las personas con temperamento melancólico se caracterizan, según
Galeno, por ser emocionalmente sensibles, creativas, introvertidas,
abnegadas y perfeccionistas. De algún modo, este tipo de
temperamento puede relacionarse con el concepto reciente de Personas
Altamente Sensibles (PAS), aunque definido de modo mucho más
ambiguo.
Aunque encuentran placer en las tareas que requieran esfuerzo y
sacrificio personal, les cuesta decidirse a la hora de iniciar proyectos
justamente por ese espíritu perfeccionista y por la preocupación que
produce la inseguridad de no saber lo que va a pasar. Su humor varía
con facilidad y muestran una propensión a la tristeza. Su elemento es la
tierra.
La teoría de los 4 temperamentos y la
psicología
La obra de Galeno ha sido un referente durante muchos siglos de
historia, pero hoy en día no se considera válida ni en la medicina ni
en la psicología.
Los motivos son que, por un lado, no se formuló sobre ideas y posturas
filosóficas aceptadas hoy en día (la teoría humoral) y por otro lado, que el
modo en el que se describen los diferentes temperamentos es muy
ambigua. Eso significa que aunque pueda ser inspirador ver reflejada la
propia personalidad en alguno de estos tipos temperamentales, es muy
posible que parte del interés que nos produzca este sencillo sistema de
clasificación se deba al efecto Forer, tal y como ocurre por ejemplo con
el eneagrama de la personalidad.
A fin de cuentas, en la época de Galeno la psicología como ciencia no
existía, y apenas se estaba empezando a comprender el funcionamiento
del mundo y del cuerpo humano recurriendo a conceptos poco definidos,
compuestos por varias ideas que, aunque de forma intuitiva podríamos
relacionarlas entre sí, más allá de esto no se puede justificar que estén
unidas. Por ejemplo, no hay ningún motivo por el que dentro del
temperamento flemático deban aparecer unidos el carácter sereno y el
modo de pensar racional. ¿Acaso no podría existir un temperamento
sereno y no racional?

El potencial inspirador de Galeno


Sin embargo, que la teoría de los cuatro temperamentos ya no tenga
validez científica no significa que no haya servido como inspiración para
varias teorías de la personalidad en la psicología moderna. Muchos
estudiosos de la personalidad se han basado en el concepto de
temperamento para desarrollar sus test y herramientas de medición
de la personalidad, y hoy en día se considera que la herencia genética
tiene un papel importante en nuestra manera de ser.

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