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Médica
Responsables:
Erica Sanabria Galeano
Maria Sol Sanabria Mayor
Vanessa Ortiz Galvez
Maria Paz Frutos
Nicolas Villalba
Sección: 6 B
Palabra Clave: SIDA EN MUJERES
BVS: OBTENCION de 10 artículos relacionados con el filtrado:
Texto completo
Humanos
Español
Años 2015,2014,2013,2012,2011
Resumen
El propósito del presente artículo expone como el diagnóstico de VIH ha afectado a mujeres
chilenas en su rol de trabajadoras, conociéndolo desde su propia perspectiva. Es una
investigación cualitativa, donde se entrevistan a 3 mujeres sero positivo de edad entre los 20 y
65 años, que cuentan con experiencia laboral previo al diagnóstico de VIH. Los resultados
identifican un antes y después del diagnóstico de VIH, donde para mantener su rol de
trabajadoras ocultan su diagnóstico al empleador y a sus compañeros de trabajo por miedo a
ser discriminada; dan a conocer abiertamente su diagnóstico al contexto social que se
desenvuelven para evitar prejuicios; o cambian su rubro laboral. De esta manera, se reconoce
que la ley del SIDA de Chile no logra cubrir una protección real que permita el respeto,
fiscalización y responsabilidad de estas normas, siendo vulnerados los derechos de las
mujeres que viven con VIH. Las mujeres diagnosticadas sufren apartheid ocupacional e
injusticia ocupacional, ya que no logran realizar su rol como trabajadoras debido a la
desinformación que existe en la sociedad frente al VIH y a los estigmas que se encuentran en
torno a ella, desencadenando prejuicios sociales históricos que han favorecido que mujeres
vivan ocultando su realidad...(AU)
INTRODUCCIÓN El Virus de Inmunodeficiencia Humana VIH es declarado por la Organización de
Naciones Unidas (2004) como una de las pandemias más importantes y causante de millones de
muertes alrededor del mundo. Ésta no sólo perjudica la salud de las personas, sino que también
afecta todos sus ámbitos personales y sociales. Es por esto, que países y organizaciones se han
movilizado a favor de políticas públicas que permitan la detección y prevención del VIH, además
del acceso a un tratamiento adecuado e igualitario y a políticas públicas que eliminen la
discriminación en personas que viven con VIH. Según Carlos Marx, el trabajo es una actividad vital
para todo ser humano, permitiendo potenciar las habilidades de las personas y trasformar su
condición de vida. (Zapata, 2011). Asimismo, la Asociación Americana de Terapia Ocupacional
(2002) refiere que a través de las ocupaciones, como es el trabajo, permite generar independencia
y autonomía en la persona promoviendo su inclusión en la sociedad. Por otra parte, ONUSIDA
(2007) manifiesta que las mujeres diagnósticas con VIH enfrentan situaciones de discriminación en
sus trabajos, siendo vulnerados sus derechos humanos y laborales. Contextualización de la
investigación Según un estudio de caracterización de los factores de riesgo y vulnerabilidad de la
población migrante frente al VIH/SIDA (Organización Internacional para las Migraciones, 2005) los
casos diagnosticados están entre los 20 y 49 años principalmente, siendo ésta etapa de mayor
productividad laboral en las personas. Asimismo, ONUSIDA indica que alrededor del 50% de las
personas diagnosticadas con VIH son mujeres (2011), quienes han enfrentado situaciones de
discriminación en sus trabajos por la existencia de prejuicios y estigmas sociales (2007). Asimismo,
a nivel mundial existe desigualdad de género, donde mujeres experimentan discriminación y
violencia, la cual se ve incrementada para aquellas que viven con VIH, predisponiendo la
vulneración de sus Derechos Humanos. Por lo tanto, las mujeres se ven forzadas no sólo a luchar
contra la desigualdad y vulnerabilidad de sus derechos, sino que además contra el estigma y la
exclusión social que produce en la sociedad al ser sero positivo. (ONUSIDA, 2007) Según lo
señalado, ésta investigación cualitativa profundizará desde la perspectiva de mujeres que viven
con VIH, cómo ésta patología ha afectado su desempeño ocupacional laboral y a limitado su
participación en ocupaciones y roles significativos luego de ser diagnosticadas VIH positivo. Virus
de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) El VIH es aquel virus que altera o inhabilita la función del
sistema inmunitario, dejando de proteger al cuerpo frente a infecciones y enfermedades. El
Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida SIDA es un término que se aplica a los estadios más
avanzados de la infección por VIH y se define Facultad de Medicina Universidad de Chile
Departamento de Terapia Ocupacional y Ciencia de la Ocupación 4 por la presencia de alguna de
las más de 20 infecciones oportunistas, aumentando la probabilidad de mortalidad en la persona
(Organización Mundial de la Salud, 2004). ONUSIDA estima que a nivel mundial existen 35,3
millones de personas viviendo con VIH (2013). Por su parte, el Ministerio de Salud de Chile (2012)
señala que existe alrededor de 27 mil personas que viven con VIH/SIDA en Chile, existiendo un 9,6
por cien habitantes notificados con VIH y un 6,0 por mil habitantes de notificados de SIDA, de los
cuales 23 mil de ellos podrían encontrarse viviendo con la enfermedad sin tener conocimiento de
ello. En Chile el diagnóstico del VIH se realiza a través del Test de Elisa en sistemas de salud
públicos como privados. Según la ley del SIDA N°19.779 de Chile, señala que la realización de éste
examen como del resultado es de carácter voluntario y confidencial. Además, esta ley protege de
la discriminación ocurrida ante la realización del examen, donde existen diferentes sanciones y
procedimientos a quienes falten a la ley según el Artículo N° 4 (Biblioteca del Congreso Nacional
de Chile, 2011) Vulnerabilidad de la mujer ONU Mujeres (2013) manifiesta que las desigualdades
entre el hombre y la mujer están muy arraigadas en las sociedades. Las mujeres en varios países
no tienen acceso a un trabajo decente, ni a educación, ni a servicios de salud, entre otros. Cabe
destacar que, Nina Ferenci expone que las mujeres son más propensas al contagio del VIH debido
a una causa biológica que las predispone, ya que el VIH posee una carga viral mayor en el semen
que en los fluidos vaginales, además que el tejido vaginal y del recto es mucho más vulnerable a la
contracción de infecciones que el tejido que cubre el pene. De ésta manera, la vulnerabilidad de
contraer el virus aumenta no sólo por causa biológica, sino que además por la desigualdad al
acceso a la información del VIH, su prevención y a medidas que permitan el auto-cuidado sexual.
Por lo tanto, las mujeres que viven con el VIH luchan contra el estigma y la exclusión social que se
ven agravadas por la vulneración de sus derechos humanos. (British Broadcasting Corporation,
2004) Mujeres trabajadoras En Chile una gran proporción de los casos de personas con VIH están
entre los 20 y 49 años, etapa de mayor productividad laboral (Organización Internacional para las
Migraciones, 2005). Es por lo anterior, que la población más afectada se encuentra en la etapa de
la adultez temprana (20 a 40 años) y parte de la adultez media (40 a 65 años), rangos etarios
utilizados en ésta investigación. La adultez temprana es la etapa donde existe una estabilidad y
crecimiento personal, es un período de culminación de sus objetivos y metas, comenzando a
asumir roles en base al reconocimiento y demandas sociales, orientados a alcanzar mayores logros
y desarrollando así su autonomía; mientras que en la adultez media es un ciclo vital que se destaca
por ser un proceso de autoevaluación y balance, donde existe mayor exigencias laborales y de
búsqueda de satisfacción y éxito en la vida profesional (Undurraga, 2011). Carlos Marx (1844)
manifiesta que “El trabajo es la actividad vital del ser humano a través de la cual transforma sus
propias condiciones de vida y se transforma a sí mismo… En él va desplegando todas sus
potencialidades, perfeccionando habilidades, ingenio y creatividad”. El trabajo es una actividad
vital para el humano y permite que la persona transforme sus propias condiciones de vida
personales y sociales (Zapata, 2011). El trabajo genera bienes y servicios que produce satisfacción
para las necesidades individuales y de la comunidad en la que está inserto, siendo necesario para
vivir, mantenerse, desarrollarse, satisfacer necesidades y ampliar el ámbito de relaciones sociales
(Undurraga, 2011). La Organización Internacional del Trabajo (2004) indica que cerca de 36,5
millones de personas que realiza algún tipo de actividad productiva en el mundo son seropositivas.
La Organización Internacional para las Migraciones (2005) manifiesta que las personas que viven
con VIH realizan principalmente trabajos independientes y ocasionales, de bajos ingresos,
destacando que la mayoría de las mujeres diagnosticadas se desempeñan como dueñas de casa.
Puesto que, la encuesta realizada por VIVO POSITIVO (2004), indica que el 20,1% de los
entrevistados realizaban trabajos de manera independiente, y de ellos el 70% no contaban con un
trabajo permanente, sino que eran ocasionales (Di Pillo, R. Ramírez, E., 2005). Es fundamental
destacar la Declaración Universal de Derechos Humanos proclamada por La Asamblea General de
las Naciones Unidas en 1948, puesto que en ella se expresa la base de las leyes que se han
incorporado en Chile. Por lo tanto, destacamos en el Artículo N° 1: “Todos los seres humanos
nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y dotados como están de razón y conciencia, deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros”; en el Artículo N° 23: “Toda persona tiene
derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de
trabajo y a la protección contra el desempleo” (Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 1948).
Por consiguiente, la ley del SIDA declara en el Artículo N° 7 que ningún sector laboral público o
privado se podrá condicionar la contratación, permanencia o renovación del empleo, o de exigir el
examen de VIH el cual es confidencial (Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2005). Cabe
destacar que en Chile el año 2012, se aprueba la Ley 20.609 llamada Antidiscriminación o Ley
Zamudio, que protege y respalda a cualquier persona que reciba una discriminación arbitraria, es
decir, toda distinción, exclusión o restricción que no sea justificable, realizada por un agente del
Estado o particulares, causando privación, perturbación o amenaza en el ejercicio legítimo de los
derechos fundamentales establecidos por el país o en tratados internacionales sobre derechos
humanos ratificados por Chile y que se encuentren vigentes. (Biblioteca del Congreso Nacional de
Chile, 2012) Facultad de Medicina Universidad de Chile Departamento de Terapia Ocupacional y
Ciencia de la Ocupación 6 La perspectiva desde la terapia ocupacional La Organización
Internacional del Trabajo (2004) refiere que el trabajo es un conjunto de actividades humanas
remuneradas o no, que producen bienes o servicios en una economía, que satisfacen las
necesidades de una comunidad o proveen los medios de sustento necesarios para los individuos.
Se efectuó una revisión bibliográfica exhaustiva desde la terapia ocupacional centrada en las
personas con VIH/SIDA, orientada en el sexo femenino, la vulneración de sus derechos y su
desempeño ocupacional laboral. No obstante pese a haber información ésta sólo se focalizaba en
el diagnóstico, tratamiento e intervenciones principalmente biomédicas, careciendo de una
perspectiva psicosocial y orientada en los derechos de las mujeres afectadas, como es el propósito
central de ésta investigación. Dentro de los conceptos de la terapia ocupacional se encuentra la
subjetividad, entendida como el resultado de la relación del sujeto en todas sus áreas con los
diferentes contextos familiares, ambientales, culturales, políticos, laborales, y sociales. La
subjetividad se expresa a través de la praxis, con la finalidad de que la persona pueda dejar una
huella social y en consecuencia, relacionarse con el quehacer de la persona, sus ocupaciones,
actividades y acciones (Galheigo, 2007). Por su parte, Kronenberg y Pollard (2007) identifican el
concepto de apartheid ocupacional, como las condiciones del entorno que niega el acceso a la
participación de ocupaciones significativas y legítimas de las personas marginadas, siendo el
resultado de limitaciones políticas irresponsables que se replican en esferas sociales, culturales y
económicas, las cuales fomentan la desigualdad dejando en peligro la salud y bienestar de los
individuos, comunidades y sociedades. Esta imposición perpetúa en la ignorancia y es posible que
las personas no conozcan su potencial convencidas que no pueden cambiar el ambiente en el que
viven. Por lo tanto, se obtiene una injusticia ocupacional donde la participación en la ocupación de
la persona se margina, limita, segrega y se prohíbe de cualquier modo. De esta manera,
Ramugondo (2007) hace referencia que el vivir con un diagnóstico de VIH/SIDA supone un grave
desafío para la persona. Sin embargo, lo que hace al VIH diferente son las controversias
psicosociales que lo acompañan, donde su magnitud afecta más allá del individuo y su familia. Por
ende, las condiciones de vida de las mujeres y la discriminación que enfrentan, son legados del
estigma social ligado al VIH/SIDA. El derecho humano de poder desempeñar empleos que
entreguen un sentido y determinen su calidad de vida, es frecuentemente negada por la sociedad
como consecuencia de un legado discriminador histórico. El apartheid e injusticia ocupacional se
potencia cuando los recursos o el desarrollo de ocupaciones y roles significativos están reservado
sólo para algunos, mientras que para otros se les ha negado sin poder elegir por ellos mismos y
siendo juzgados por ser diferentes, convirtiéndolos en menos merecedores de sus derechos. La
Asociación Americana de Terapia Ocupacional (2002) menciona que "Todas las personas necesitan
ser capaces o capacitarse para comprometerse en ocupaciones de su necesidad y elección, para
crecer a través de lo que ellos hacen, y experimentan independencia e interdependencia, igualdad,
participación, seguridad, salud y bienestar". Por lo tanto, las mujeres viviendo con VIH al no
cumplir con su rol de trabajadoras carecen de las características mencionadas por los autores
citados. Fundaciones en apoyo de las personas que viven con VIH. En Chile existen varias
fundaciones u organizaciones que apoyan a las personas que viven con VIH, desde el apoyo con los
medicamentos, entrega de información o en el empoderamiento de sus derechos. Durante la
investigación se realizó contacto con la Fundación Savia, que es una organización social sin fines de
lucro, cuyo interés fundamental es cooperar con las personas que viven con VIH/SIDA, con la
finalidad de romper las barreras de la incomprensión, la exclusión social, la intolerancia y la
discriminación que se ejerce contra quienes sufren esta situación. Por otra parte, las entrevistadas
son parte de la ICW Chile y Agrupación Regional de Personas Viviendo con el VIH/SIDA (ARPEVIH),
donde ICW Chile es organización comunitaria reconocida internacionalmente, sin fines de lucro
liderada por mujeres viviendo con VIH/SIDA, que defiende el reconocimiento y el ejercicio de los
derechos de las mujeres, adolescentes y niñas/os chilena/os viviendo con VIH-SIDA. Por su parte,
ARPEVIH es una organización de la región de Antofagasta, que inició en 1998 con la finalidad de
crear espacios de encuentro, apoyo y conversación entre personas que viven con VIH/SIDA, para
luego cooperar con los medicamentos de alto costo para la época. Actualmente están enfocados a
promover el desarrollo íntegro de las personas que viven con VIH/SIDA y sensibilizar a la
comunidad para prevenir la propagación del virus. METODOLOGÍA Esta investigación se basó en el
modelo cualitativo naturalista debido a que se entendió la realidad por medio de los valores y los
conocimientos que se construyen en la cotidianidad de las mujeres que viven con VIH,
permitiendo la validación de su diversidad las cuales les da sentido a sus experiencias (Hernández,
Fernández, & Baptista, 2006). A su vez, desde el diseño fenomenológico las investigadoras fueron
consideradas parte de la situación analizada, por lo que sus experiencias e ideologías inciden en el
estudio, sin que estas sean condicionadas por las teorizaciones efectuadas en la investigación
(Briones, 2002). Desde la Terapia Ocupacional se avaló este estudio desde el paradigma social de
la ocupación, el cual describe a la ocupación como fenómeno social y político enfocado en la
justicia social y los derechos humanos de las personas. De esta manera, permitió fomentar la
emancipación y el Facultad de Medicina Universidad de Chile Departamento de Terapia
Ocupacional y Ciencia de la Ocupación 8 empoderamiento, comprendiendo el sistema a un nivel
macro y como éste influyó en la perspectiva que tienen las personas sobre sus ocupaciones dentro
del sistema. La investigación se realizó a mujeres dentro del ciclo vital de la adultez temprana y
media, debido a que en esta etapa el trabajo cumple un gran significado y sentido de identidad,
considerando que la discriminación y desigualdad laboral que han enfrentado las mujeres se ha
perpetuado históricamente. Por lo tanto, la investigación analizó sus experiencias en base a la
vulneración de sus derechos por ser mujer y vivir con VIH dentro de su rol como trabajadoras. El
estudio se centra en mujeres viviendo con VIH entre los 20 y 65 años, con experiencias laborales
previas y residentes en Chile. El tamaño de la muestra fue de 3 mujeres diagnosticadas de VIH
contactadas por Fundación Savia5 y que son de la región de Antofagasta y región Metropolitana,
debido a que sólo ellas accedieron a ser entrevistadas y cumplían con los criterios solicitados. Los
criterios de inclusión y exclusión utilizados son: - Mujeres - Entre los 20 y 65 años - Nacionalidad
chilena - Sero positivo - Experiencia laboral. Para reunir la informaciónn se utilizó una Entrevista
semi-estructurada aplicada de manera individual a cada participante en solo una sesión de dos
horas cronológicas. Asimismo, su elaboración con formato semi-estructurado procuró dar libertad
a las entrevistadas de expresar sus experiencias e indagar con mayor profundidad en los temas de
interés para la investigación. La entrevista se clasificó en 11 ítems que abordaron diferentes
aspectos de las participantes, como se podrá observar en la descripción de cada ítem de la Tabla 1.
La Pauta de Entrevista se construyó en base al Marco de Trabajo para la práctica de Terapia
Ocupacional (2002) específicamente el perfil ocupacional, las áreas de ocupación, los patrones del
desempeño y el contexto; la Ley del SIDA N°19.779 (2005); y los capítulos VI, VII, XXIII del libro
Terapia Ocupacional sin Fronteras. Para proteger la integridad de las mujeres y evitar la
vulneración de su dignidad, se elaboró el instrumento con la colaboración de la terapeuta
ocupacional Luz María Yaconi, experta en la temática y directora ejecutiva de la Fundación Savia.
Las entrevistas fueron grabadas y consecutivamente transcritas para garantizar la confiabilidad de
los datos recolectados. Posteriormente, se obtuvo diferentes categorías codificando la
información por medio de la identificación de unidades de significado, categorización y asignación
de códigos.
2- Impacto del tratamiento antirretroviral en la función sexual de
mujeres con VIH / Impact of antiretroviral treatment on sexual
function of HIV-infected women
Zallio, Verónica; Marconi, Luis; Parenti, Pablo; Agostini, Marcela; Lupo, Sergio.
1) Carrera de Medicina, Universidad Abierta Interamericana, Rosario, Argentina
2) Instituto Centralizado de Asistencia e Investigación Clínica Integral (CAICI), Rosario
Resumen
Objetivo. Describir la función sexual de un grupo de mujeres con VIH bajo tratamiento
antirretroviral. Evaluar si existe diferencia entre las tratadas con un esquema que contiene
Inhibidores No Nucleósidos de la Transcriptasa Inversa (INNTI) y aquéllas que reciben
Inhibidores de la Proteasa (IP). Material y métodos. Estudio descriptivo, transversal. Muestra:
92 pacientes mujeres con VIH bajo tratamiento antirretroviral, que son asistidas en el Instituto
Centralizado de Asistencia e Investigación Clínica Integral (CAICI). Instrumento: Se les realizó
una encuesta que consta de características demográficas, preguntas referidas al VIH y al The
Female Sexual Function Index (FSFI). Análisis estadístico: se utilizó ANOVA, Kruskall-Wallis,
Chi cuadrado, regresión logística y alpha de Cronbach. Resultados. Edad media: 42±10 años;
65% tenían pareja estable, siendo el 73% de estas sero-discordantes. La mayoría (45,7%)
estaban en tratamiento antirretroviral por más de dos años, con una media de CD4 mayor a
500 cél/ml y el 90% con carga viral plasmática indetectable. El 64,1% presentaba otra
enfermedad asociada, por lo que el 55,4% tomaba medicación concomitante. El 27,2%
continuó con su actividad sexual luego del diagnóstico de VIH, pero el 26,1% nunca la retomó.
La puntuación total alcanzada por medio del FSFI fue de 20,4±10,1 para las tratadas con IP y
20±10,6 para las tratadas con INNTI (p <0,005). Conclusiones. La muestra analizada presentó
un puntaje compatible con disfunción sexual. No hubo diferencia estadísticamente significativa
en la función sexual de las mujeres tratadas con IP y las tratadas con INNTI.
ABSTRACT
Introduction: depression is a common event in HIV people, hence the study of this
condition arouses growing interest of the professionals in charge of this population
segment.
Objective: to estimate the frequency of depression and its relationship with
sociodemographic factors in HIV people.
Methods: cross-sectional descriptive study of 100 HIV people who live in Huambo and
Bailundo municipalities in Huambo-Angola province and treated in the period of
January through May 2012, who met the inclusion criteria. The depressive condition
was evaluated with the Beck Depression Inventory and a closed question interview.
Results: females prevailed and most of this population section had low schooling.
Various depressive symptoms were present in 33 patients (33 %) of both sexes.
Conclusions: in the studied population, the frequency of depression was relatively low
and predominant in women, young people, with social support, and it was not related
to employment, civil status or schooling. Therefore, it is recommended to carry out
more studies in this socio-cultural context, considering the severe impact of HIV
epidemics on that part of the African continent.
INTRODUCCIÓN
ONUSIDA estima que existen en todo el mundo más de 33,3 millones de personas
viviendo con el VIH/sida, reconoce que como resultado de los esfuerzos globales se ha
logrado una reducción en el número de contagios por VIH, en las muertes relacionadas
con la enfermedad y también se ha aumentado considerablemente el número de
personas que ahora tienen acceso a los antirretrovirales. Esta situación de optimismo
nos llena de esperanzas para el cumplimiento exitoso de las metas establecidas para el
milenio.1
A pesar de estos avances en las investigaciones con fines de buscar una respuesta más
eficaz a esta pandemia, el sida sigue siendo una enfermedad transmisible letal, que
acarrea consigo una serie de cuestiones cuyos abordajes traspasan la esfera biomédica
extendiéndose a los aspectos socioculturales de diferentes grupos afectados por esta
pandemia. El África subsahariana, región donde se ubica Angola, sigue siendo, según
los informes de la ONUSIDA el continente más afectado por la pandemia con todas las
consecuencias nefastas.5 Contradictoriamente, en estos países existen pocos estudios
que puedan ayudar a comprender los distintos factores implicados en la interacción
entre la pandemia del VIH y las enfermedades mentales.6
Como consecuencia, el diagnóstico de positivo para el VIH, requiere por parte del
paciente estar preparado ante la posibilidad de ser discriminado en distintos ámbitos
como la familia, la comunidad, la escuela, el trabajo o los servicios de salud. Este
hecho frecuentemente desencadena ciertas reacciones, entre las más frecuentes se
encuentran: ocultar los resultados para que no ser discriminados y desacreditados
públicamente,8 retirar las medicinas de sus paquetes originales para que parezcan
otras medicinas no asociadas a los ARV (antirretrovirales), ir a las consultas lejos de
sus áreas de residencia y atenderse por especialistas de otras ciudades, para no correr
el riesgo de encontrarse con personas conocidas.9
Desde el surgimiento del VIH/sida varios estudios han apuntado la depresión como una
de su principal comorbilidad. Su prevalencia en las personas infectadas o enfermas de
VIH/sida presenta diferencias significativas en comparación con la población general,
frecuentemente influenciadas por las diferentes variables sociodemográficas. 2,4,7
MÉTODOS
De un total de 145 pacientes (Huambo 110 y Bailundo 35) se obtuvo una población
definitiva de 100, con predominio del sexo femenino. La información relativa a la
enfermedad HIV/sida se obtuvo mediante las historias clínicas de los pacientes.
La captura de los datos se realizó mediante una base de datos creada en el paquete de
programas SPSS versión 15.0, con el que también se realizó el procesamiento de la
información consistente en el cálculo de medidas de resumen para variables
cualitativas (frecuencias absolutas y relativas).
RESULTADOS
La distribución de las PVIH, en virtud del estado civil, arrojó un predominio de las
solteras con 48 mujeres, seguidas por las acompañadas con 29 y las casadas con 17,
con tendencia a un comportamiento homogéneo de la depresión entre los grupos. En
las solteras hubo más depresión moderada, presente en el 12,5 % seguida por la leve;
en tanto que para las casadas, acompañadas y separadas hubo un predominio de la
depresión leve, con porcentaje que fluctuó entre 17,2 para las acompañadas y 100,0
para las separadas; entre las viudas la depresión se distribuyó de manera equitativa
entre las categorías leve y grave. Obsérvese que, de manera general, no se presentó
una fuerte relación entre el estado civil y la presencia de depresión (tabla 4).
La mayoría de las personas participantes refirió no poseer ningún vínculo laboral hasta
la fecha de la entrevista. La distribución de los síntomas depresivos según el empleo
tuvo un comportamiento parecido entre ambos grupos. Así, el 15,2 % de las personas
con empleo tenía depresión leve, en tanto entre los desempleados esta cifra alcanzó el
12,5 %, constituyendo en ambos la principal forma de depresión. Lo señalado con
anterioridad habla de una tendencia a un comportamiento similar de la depresión entre
empleados y desempleados, lo que sugiere la ausencia de relación entre las variables
estudiadas (tabla 5).
Sin embargo, en este estudio, se constató que la mayoría de ellos no presentó ningún
síntoma de depresión y, que entre los deprimidos predominó la forma leve. Ello es
favorable para la imposición de conductas terapéuticas orientadas al mejoramiento de
la calidad de vida de estas personas y del grupo en general.
El resultado diferencial por sexos, llama la atención y, pudiera explicarse a través del
enfoque de género en sociedades machistas, donde ella desempeña papeles pasivos,
se mantiene más tiempo sola atendiendo las labores domésticas y, en sentido general,
es sumisa ante las decisiones de su pareja. Es víctima en ocasiones de la violencia
doméstica, en el contexto de un ambiente de altos niveles de estrés, abuso sexual,
experiencia de eventos traumáticos lo que se agrava cuando hay una laguna en lo que
respecta al apoyo familiar a ellas.
Teva en estudio con 100 pacientes VIH positivos encuentra una alta prevalencia de
depresión con ligero predominio de la leve sobre la moderada y, en menor cuantía la
grave, con mayor intensidad entre los varones, a diferencia de otros estudios donde
predomina en las mujeres.13
En el estudio se verificó la gran adherencia de las PVIH a las distintas religiones. Este
hecho, además de que la población angolana es predominantemente cristiana sobre
todo en las religiones católicas y protestantes, puede explicar el recurso a fuerzas
espirituales para afrontar la enfermedad, ya que la religión es para muchos un espacio
en que el hombre busca explicaciones para lo sobrenatural y en él también busca
recursos espirituales para el afrontamiento a diversos eventos que surgen a lo largo de
la vida.
Para Mellagi, la orientación de los fieles que padecen de VIH está entre las nuevas
acciones de las iglesias por tratarse de una enfermedad que genera sufrimiento al
hombre. El alivio del dolor del enfermo y de la familia que convive con él
frecuentemente encuentra refugio en la divinidad cuyos símbolos son presentados en
las instituciones religiosas. Varios estudios que buscan identificar las diferentes
estrategias de afrontamiento en PVIH/sida apuntan hacia la religión como estrategia
focalizada a las emociones en el proceso de afrontamiento a la enfermedad. 20
Con respecto al apoyo social, solo un escaso número de personas refirió recibir algún
tipo de apoyo social. De este grupo, apenas 2 presentaron síntomas leves de
depresión. De los que no tuvieron apoyo social, el 54,6 % presentó síntomas entre
moderado y grave. Esta diferencia resalta el valor del efecto del apoyo social si se
considera la distribución de la intensidad de los síntomas depresivos dentro de los que
no tenían apoyo.
El bajo número de personas que declararon recibir algún apoyo social solo puede
referirse a apoyo material de alguna institución sin considerar los amigos o la familia.
Sin embargo, el hecho de que la mayoría de los PVIH no permitieron ser conocidas por
otras personas puede perjudicar el apoyo que generalmente reciben en estas
situaciones. Otro aspecto a comentar es el bajo apoyo social de familiares, amigos y
colegas. La explicación pertinente es que el nivel de conocimiento de la población
angolana sobre las distintas formas de transmisión y prevención es muy bajo, lo que
trae como consecuencia que los enfermos deciden alejarse de las personas más
cercanas, separar los utensilios domésticos (platos, cubiertos), y así lo que logran es
degradar aún más su autoestima.
Según López Cabanas y otros,21 el apoyo social es como la información que aporta a la
persona la sensación de ser querido y cuidado, que es valorado, y que pertenece a una
red de relaciones mutuas. Considera además que el apoyo social sirve de paliativo en
situaciones de crisis, pero hace énfasis en su aspecto cognitivo y enfatiza la
importancia de que el apoyo sea percibido por la persona que la recibe para que sea
eficaz.
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4- Conocimientos sobre VIH/SIDA en adolescentes de una
universidad en Cartagena – Colombia, 2011 / Conhecimentos
sobre Vih/Aids em Adolescentes de uma Universidade em
Cartagena – Colômbia, 2011 / Undergraduate Teenage Students’
Knowledge About Hiv/Aids in a University in the City of Cartagena
Colombia, 2011
Resumen
Palabras clave
Abstract
Key words
Resumo
Palavras chave
INTRODUCCIÓN
El impacto del VIH/SIDA es aún mayor cuando se tiene en cuenta que los y
las jóvenes entre 15 y 24 años representan el 45% estimado de las nuevas
infecciones en el mundo y gran cantidad de jóvenes aún no cuentan con
información completa acerca de cómo evitar la exposición al virus. A nivel
mundial, el número de niños menores de 15 años que viven con el VIH
aumentó de 1,6 millones en 2001 a 2 millones en 2007, razón por la cual el
VIH ha pasado a ser reconocida como una enfermedad de los jóvenes (4).
La falta de conocimiento sobre las medidas básicas para evitar las ITS y el
VIH, puede ser un obstáculo para la puesta en práctica de comportamientos
sin riesgo; la percepción del riesgo y la severidad de la enfermedad son
importantes, debido a que mientras más amenazante y severa, se perciba
esta, las personas podrían tener mayor disposición para adoptar medidas
para prevenirla (7).
MATERIALES Y MÉTODOS
Muestra
Muestreo
Análisis estadístico
RESULTADOS
Características sociodemográficas
Respecto a los conocimientos acerca de los efectos del VIH, se apreció que
el 89,6% (823) de los jóvenes aseguran que la duración del periodo
ventana es de una semana y el período asintomático por el cual se cursa,
es de seis meses tras infección [74% (680)], creencias y estimaciones
totalmente erróneas, aspectos que indican el desconocimiento de los
estudiantes universitarios sobre el desarrollo de esta patología. Además,
desconocen que el periodo ventana es el tiempo que tarda el cuerpo en
producir anticuerpos tras la transmisión de VIH [91% (836)]. (Ver Tabla 2).
Conocimiento sobre el factor otras vías de transmisión del VIH
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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CORRESPONDENCIA: maria.guerra@ucv.ve
RESUMEN:
OBJETIVO: Desarrollar una estrategia de intervención odontosanitaria, integral,
educativa y preventiva para controlar la caries en dentición primaria en los hijo/as de
las madres VIH/SDA
ABSTRACT
OBJECTIVE: To develop an intervention strategy sanitary in dental health,
comprehensive, educational and preventive to control caries in primary teeth in the
son of the mothers HIV/SDA.
MATERIALS AND METHODS: A study of cases and controls. The sample was composed
of 30 pregnant HIV/AIDS and their son/ace, in CAPEI/UCV, since January 2006. Three
instruments were developed to collect data to study the sociodemographic variables,
conditions of oral health of the mother and the child. Trained mothers individually in
techniques of oral hygiene children according to age, preventive measures were
applied with varnishes of the sodium fluoride to 5 %. The control group 45 children
exposed without intervention. Groups were compared statistically by means of Fisher's
exact test, the Student-t distribution. We calculated the Pearson correlation coefficient
to establish an association between the variables. RESULTS: The maternal age was
between 14 and 40 years, the 40% does not receive any income, pregnant women in
the DMFT index was: 15.40 ± 4.4. To complete the primary dentition of their son/as
the index ceo = 0, in contrast, with the control group whose average ceo index = 9.54
± 4.81. CONCLUSION: The strategy in dental health educational with preventive
treatment in pregnant HIV/AIDS, enabled us to recognize the importance of oral health
during pregnancy, the auto oral exam and training in the recognition carious lesions,
the importance of the oral controls from the birth, as well as the applications of
fluoride varnish prevented caries in their children.
INTRODUCCIÓN:
El planteamiento anterior nos motivó a realizar esta investigación, para elaborar una
estrategia de intervención odontosanitaria dirigida a embarazadas seropositivas al VIH
y a sus hijos, con el propósito de enseñarles a identificar lesiones bucales en tejidos
duros y blandos, que podrían progresar a lesiones graves asociadas al Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), así como a prevenir la caries en dentición
primaria de sus hijos.
ANTECEDENTES:
Con respecto a la caries dental, los niños VIH (+) tienen una prevalencia de caries
superior a los niños VIH (-)16. La caries rampante suele asociarse a la xerostomía, pues
los niños VIH (+) producen menor cantidad de saliva que los niños, sanos aunque ésta
tiene la misma capacidad buffer en ambos casos 17,18.
OBJETIVO GENERAL:
MATERIALES Y MÉTODOS
Para estudiar la caries dental: Los datos obtenidos del odontodiagrama se colocaron en
una hoja de registro, elaborada por la Cátedra de Preventiva y Social, en la cual se
calcularon los índices COPD para las embarazadas y ceo para dentición primaria de los
niño/as, que agrupa los dientes cariados (c), los extraídos o con indicación de
extracción (e) y las obturaciones presentes (o) 18.
CASOS:
CONTROLES:
OBTENCIÓN DE DATOS
Los datos fueron obtenidos por la investigadora responsable del estudio desde el mes
de enero de 2006 hasta el mes de marzo de 2011, utilizando tres cuestionarios y a
través de exámenes clínicos a las madres y sus hijos.
Criterio de exclusión de los niños no se incluyeron aquellos cuyo diagnóstico de VIH fue
durante el parto, durante la lactancia materna, o durante el primer año de vida.
1 Capacitar a la embarazada:
1.2 A las madres se les presentó la información sobre la relación entre las
manifestaciones bucales y el progreso de la infección, con énfasis en caries dental.
Estas charlas fueron interactivas e individuales a las embarazadas, con apoyo
audiovisual de una computadora, un video beam y una presentación preparada en
Power Point en las cuales se explicaba el progreso de la caries dental y sus
características, la relación de las manifestaciones bucales con el progreso de la
infección, la importancia de la cavidad bucal para realizar una correcta nutrición y su
relación con la calidad de vida de las personas que viven con VIH.
1.3 Se les realizó a las embarazadas todo el tratamiento odontológico necesario para
que al momento del nacimiento tuvieran una boca saludable al momento del
nacimiento de su hijo.
2. Capacitar a la madre:
Después del nacimiento, se visitó durante el puerperio en Hospital se examinó
bucalmente a los niños, para descartar lesiones en tejidos y con apoyo de un video, se
le capacitó sobre las diferentes técnicas de higiene bucal de acuerdo al período de
desarrollo, en el cual se encuentra el niño, reforzamiento de técnica de higiene bucal y
control lesiones bucales y erupción dental cada tres meses, para lo cual se diseño un
protocolo de atención para bebes verticalmente expuestos al VIH 11.
RESULTADOS:
Variables sociodemográficas
TABLA 1
Distribución de acuerdo a la edad de las embarazadas VIH/SIDA 2006
La distribución del ingreso mensual de las embarazadas. El 40% no percibe ningún
ingreso, el 10% devenga 750,00 Bs.F y el resto señala una remuneración mensual
entre 300,00 BsF. y 500,00 BsF. (Tabla No 2 ).
TABLA 2
Distribución según el ingreso mensual de las Embarazadas VIH/SIDA 2006
TABLA 3
Distribución de acuerdo al grado de instrucción de las Embarazadas VIH/SIDA 2006
TABLA 5
Distribución de acuerdo al índice COPD de las embarazadas
VIH/SIDA del CAPEI/UCV año 2006
Los niños participantes del estudio se mantuvieron libres de caries dental y sin secuela
durante todo el tiempo de duración del estudio ceo = 0. En contaste, la muestra de 46
niños/as que configuraron el grupo control de la misma edad (edad media = 4 años)
procedentes de la consulta de niños verticalmente expuestos al VIH/SIDA del Hospital
de Niños JM de los Ríos tuvo un índice ceo promedio 9.54 ± 4.81, piezas dentarias
primarias con caries ó secuela. Su promedio fue de un índice ceo = 10.57 (± 4.85) en
niñas y ceo= 7.75 (± 1.25) en niños (Tabla No 6).
Tabla 6
Distribución de acuerdo al índice caries en dentición primaria(ceo) de los grupos Niños
verticalmente expuestos estudiados
La asistencia a la consulta en forma regular (una consulta cada tres meses), es uno de
los aspectos que históricamente se ha buscado mejorar en los pacientes VIH. En este
sentido, se logró que la asistencia a la consulta se incrementara sensiblemente con el
tiempo. De 56,7% embarazadas con cuatro asistencias en el primer año de estudio, se
consiguió que para el último año, ésta llegará a 73,4% (Gráfico 1)
Gráfico 1
Distribución de acuerdo a la asistencia de las embarazadas y posteriomente
madres a las consultas de control
DISCUSIÓN:
CONCLUSIONES:
Las embarazadas presentaron un índice CPOD: 15,40 ± 4,4; muy alto comparados con
los promedios internacionales. El énfasis en el cuidado bucal de la embarazada,
durante el período del estudio, evitó el progreso de la caries, lo cual reveló lo
indispensable del cuidado integral del binomio madre e hijo VIH/SIDA desde el período
pre-natal en la prevención de enfermedades bucales.
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7- Asistencia a mujeres embarazadas con VIH/sida en
Fortaleza, Ceará, Brasil / Medical care provided to
pregnant women with HIV/AIDS in Fortaleza, Ceará,
Brazil
Brasil. alix.araujo@hotmail.com
4Magíster en Ciencias de la Motricidad. Profesor, Universidade Estadual Paulista,
Brasil.valdanha@uol.com.br
RESUMEN
El objetivo de este estudio es analizar los resultados perinatales de las medidas profilácticas
adoptadas en la prevención de la transmisión vertical del VIH. Se realizó una investigación de las
historias clínicas de 168 mujeres con VIH y sus recién nacidos en una maternidad pública de
Fortaleza, estado de Ceará, entre 2005 y 2009. Los datos se obtuvieron entre los meses de marzo
y septiembre de 2010 y fueron analizados con el programa SPSS 10.0. Las embarazadas que
conocían el diagnóstico en forma previa al embarazo tuvieron una rápida atención que permitió una
terapia antirretroviral eficaz y un mayor número de controles (p<0,05). Se administró terapia
antirretroviral al 97,6% de las embarazadas, triple esquema al 88,7%; AZT intraparto al 95,2% y
AZT oral en jarabe al 100% de los recién nacidos. Predominó la cesárea (92,8%) asociada al AZT
intraparto al ser cotejada con el parto vaginal (p<0,001). La cesárea proporcionó mayor
administración de AZT intraparto.
PALABRAS CLAVES: Atención Prenatal; Infecciones por VIH / prevención & control;
Serodiagnóstico del SIDA; Parto Obstétrico; Brasil.
ABSTRACT
The objective of this study is to analyze the perinatal results of the prophylactic measures adopted
in the prevention of the vertical transmission of HIV. The study was carried out using the medical
records of 168 women with HIV and their newborns in a public maternity unit of Fortaleza, in the
state of Ceará, from 2005 to 2009. The data was obtained between the months of March and
September 2010 and was analyzed using the program SPSS 10.0. The women diagnosed before
pregnancy received timely care that permitted them an effective antiretroviral therapy and a greater
number of check-ups (p<0,05). Antiretroviral therapy was administered to 97.6% of the pregnant
women, and triple therapy in 88.7%. AZT was administered intrapartum in 95.2% of the women and
oral AZT in syrup to 100% of the newborns. Birth by cesarean section was predominant (92.8%)
and was associated to the intrapartum use of AZT when compared to vaginal birth (p<0.001).
Cesarean section favored intrapartum administration of AZT.
KEY WORDS: Prenatal care; HIV Infections / prevention & control; AIDS Serodiagnosis; Delivery,
Obstetric; Brazil.
INTRODUCCIÓN
Una investigación realizada por Newell et al. (12), en 2004, encontró que la tasa
de mortalidad de niños menores de un año infectados por VIH por transmisión
vertical era aproximadamente nueve veces mayor que la de niños no infectados.
Otra investigación realizada en Nigeria, al comparar un grupo de mujeres
embarazadas con VIH tratadas con antirretrovirales durante el embarazo con otros
grupos no tratados, encontró que la tasa de transmisión vertical del primer grupo
era del 4,8% versus el 19,5% de los otros, confirmando la eficacia de la
prevención profiláctica (13).
Sobre la base del contexto antes mencionado y dada la importancia del tema, esta
investigación tiene como objetivo describir la atención prenatal, el trabajo de parto
y la vía de parto ofrecidos a las mujeres embarazadas con VIH/sida y sus recién
nacidos en una maternidad pública en Fortaleza, Ceará, Brasil entre los años 2005
y 2009.
METODOLOGÍA
Se realizó una investigación retrospectiva de todas las mujeres embarazadas con
VIH/sida que recibieron asistencia prenatal y que realizaron el parto en una
maternidad de referencia terciaria de la ciudad de Fortaleza, Ceará en el período
de 2005 a 2009. Esta maternidad realiza el seguimiento de las mujeres
embarazadas con VIH derivadas desde las Unidades Básicas de Saúde (UBS) y
desde otros servicios de salud. Las mujeres embarazadas ingresan en su totalidad
a esta maternidad solo con la primera muestra positiva de examen de VIH. Luego
se realizan la segunda muestra para confirmar el diagnóstico y la prueba de
Papanicolau.
Este artículo forma parte de una investigación más amplia titulada “Perfil
Epidemiológico de gestantes HIV positivas atendidas no ambulatório de prevenção
da transmissão vertical da Maternidade Escola Assis Chateaubriand da
Universidade Federal do Ceará”, cuyo proyecto fue aprobado por el Comité de
Ética en Investigación de la Universidade Federal do Ceará (UFC), bajo el
protocolo número 13/07.
RESULTADOS
En ocasión del parto, se administró AZT inyectable a 160 mujeres (95,2%). La vía
de parto fue cesárea en 156 casos (92,8%), de los cuales en 145 se realizó
cesárea electiva. Del total de partos, 14 mujeres presentaban rotura prematura de
membranas ovulares, en 12 casos se obtuvo información del tiempo de rotura y en
8 de ellos el tiempo fue igual o mayor de cuatro horas. La edad gestacional fue
mayor de 37 semanas en 144 casos (85,7%).
Con respecto a los recién nacidos, a 166 (98,8%) se les suministró AZT oral en
jarabe en las primeras ocho horas; 150 (89,3%) presentaban el peso adecuado
para la edad gestacional; y 142 (84,5%) tuvieron un peso igual o mayor de 2.500
gramos (Cuadro 2).
EG = Edad gestacional.
El Cuadro 3 presenta un análisis bivariado acerca del conocimiento previo del
diagnóstico de VIH. Se observó diferencia estadísticamente significativa entre el
conocimiento previo del diagnóstico y el inicio del control prenatal (RO=8,16;
IC95% [2,61; 33,46]; p<0,001), cantidad de contoles (RO=4,61; IC95% [2,28;
9,39];p<0,001) e inicio de la terapia antirretroviral antes del tercer trimestre de
embarazo (OR=5,70; IC95% [2,37; 14,38]; p<0,001).
DISCUSIÓN
De las ocho pacientes que no recibieron AZT intraparto, en cinco casos no hubo
tiempo para la administración (dos por encontrarse en períodos expulsivos, dos
por tratarse de trabajos de parto adelantados y uno por sufrimiento fetal agudo);
en dos casos no hubo indicación por tratarse de fetos muertos; y en uno no había
datos sobre profilaxis en la historia clínica.
Fue posible evidenciar que los profesionales procuraron adoptar todas las
medidas recomendadas para la prevención de la transmisión vertical, pues entre
las mujeres que fueron sometidas al parto por cesárea y con menor número de
rotura de membranas ovulares fue más frecuente la administración de AZT
intraparto. Angelillo y Villari (21), en los resultados de un metaanálisis observaron
una reducción significativa en las tasas de transmisión del VIH perinatal en
cesáreas electivas, comparadas a las cesáreas de emergencia y al parto vaginal.
CONCLUSIÓN
Por último, se puede concluir que la realización del examen serológico para VIH
durante el embarazo es una medida eficaz para un buen control prenatal. La
detección temprana beneficia a las mujeres y sus recién nacidos, ya que la
transmisión del VIH puede ser evitada con la aplicación de medidas profilácticas.
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8- Recomendaciones para la prevención de la
transmisión perinatal del virus de la
inmunodeficiencia humana en Costa Rica /
Recommendations for prevention of perinatal
transmission of the human immunodeficiency virus in
Costa Rica
Resumen Se conoce que la transmisión perinatal del VIH es prevenible con la toma de algunas
medidas generales y otras específicas. La acción fundamental para lograr esta prevención es
identificar temprano durante el embarazo, cuáles mujeres embarazadas están infectadas por VIH.
Para conseguir este objetivo es necesario realizar la prueba del ELISA para VIH, a toda
embarazada, en su primera consulta prenatal. Las guías para la prevención de la transmisión
perinatal de VIH se desarrollaron con el fin de facilitar la aplicación de todas las acciones
necesarias para prevenir la transmisión perinatal de VIH en Costa Rica, brindando una óptima
atención médica a la madre y al recién nacido. Los elementos fundamentales de estas guías
incluyen: tratamiento con 3 antirretrovirales a las mujeres embarazadas VIH+, a partir de la 12ava
semana de gestación, uso intravenoso de Zidovudina en labor, vía de parto por cesárea,
suspensión de la lactancia materna, y profilaxis con Zidovudina al recién nacido a partir de las 8
horas de edad. Las guías proveen también recomendaciones para proceder en situaciones
especiales relacionadas con la embarazada VIH+ y su hijo. Descriptores: virus de la
inmunodeficiencia humana, VIH, transmisión perinatal, embarazo, antirretrovirales, lactancia
materna, BCG Abstract It is known that perinatal transmission of HIV is preventable by taking some
general and some specific measures. The key action to achieve this is to identify which pregnant
women are HIV infected early in pregnancy. To achieve this goal it is necessary to perform the
ELISA HIV test to all pregnant women at their first prenatal visit. Guidelines for prevention of
perinatal transmission of HIV were developed to facilitate the implementation of all necessary
actions for the prevention of perinatal transmission of HIV in Costa Rica, providing optimal care to
the mother and newborn. The key elements of these guidelines include: treatment with 3
antiretrovirals to pregnant women HIV+ from the 12th week of gestation, intravenous zidovudine
in labor, cesarean delivery, suspension of breastfeeding and zidovudine prophylaxis to newborn
born from 8 hours old. The guidelines also provide recommendations to proceed in special
situations related to pregnant woman HIV+ and her child. Keywords: human immunodeficiency
virus, HIV, perinatal transmission, pregnancy, antiretroviral, breastfeeding, BCG. Fecha recibido: 05
de febrero de 2013 Fecha aceptado: 07 de marzo de 2013 97 Prevención transmisión perinatal VIH
/ Porras et al La posibilidad de que una mujer embarazada e infectada de virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) transmita este al producto, es entre u n 35-45%.1,2 Desde la
aparición de los resultados del protocolo ACTG 076 en 1994, donde se demostró que la profilaxis
con Zidovudina (AZT) a las embarazadas infectadas de VIH reducía la probabilidad de infección del
producto hasta un 67%,3 el uso de terapia antirretroviral preventiva se ha generalizado. Estudios
posteriores demostraron que estos resultados se podían obtener también en mujeres con
enfermedad avanzada.1 Como se conoce que la mayor probabilidad de transmisión durante el
embarazo es en el periodo perinatal, se estableció la pauta de realizar cesárea electiva a toda
paciente portadora de VIH.4,5 Tanto el uso de AZT como la cesárea electiva son factores
independientes, pero sumatorios, para disminuir la transmisión perinatal del VIH. Con ambos se
redujo la posibilidad de transmisión vertical hasta en un 2%.1 En los últimos años se ha
demostrado que la profilaxis con AZT se debe ampliar a terapia antirretroviral (TARV) triple, para
toda mujer embarazada portadora de VIH, con el propósito de lograr una carga viral no detectable
para el segundo semestre del embarazo. Se ha evidenciado que el uso de triple terapia
antirretroviral junto con la cesárea programada, disminuye hasta en un 1,2% la posibilidad de
transmitir el virus.4,5 Sin embargo, se debe tener en cuenta que la transmisión se ha reportado en
madres con todos los niveles de carga viral, incluyendo el no detectable.4 La suspensión de la
lactancia materna y el uso de Zidovudina profiláctica en el recién nacido, reducen aún más el
porcentaje de transmisión. Los resultados de aplicar todas las actividades preventivas de la
transmisión perinatal, predicen la posibilidad de cero transmisión en un futuro cercano. La
aplicación de estas guías tiene como objetivo primordial prevenir la transmisión perinatal de VIH.
El tratamiento con antirretrovirales (ARV) en la embarazada infectada por VIH, debe producir
supresión completa del ARN del VIH en plasma (carga viral plasmática (CVp) no detectable), para el
tercer trimestre o al momento del parto. El riesgo de transmisión se asocia con la vía de parto y
con factores maternos como la carga viral, el número de linfocitos T CD4+ y el dar o no lactancia
materna. Los ARV muestran diferencias farmacocinéticas en mujeres embarazadas con respecto a
otros grupos de pacientes. No se conocen los efectos secundarios de estos medicamentos a
mediano y largo plazo, sobre los fetos y los niños. Durante el embarazo, algunos cambios en la
tolerancia gastrointestinal de las mujeres dificultan el uso de medicamentos, y los ARV producen
diversos grados de efectos secundarios gastrointestinales. Tomando en cuenta al binomio madre /
hijo, la decisión del uso de ARV debe discutirse con la madre y es después del acuerdo entre el
equipo de atención interdisciplinario y ella, que se deberá elegir el esquema adecuado.6 Los ARV
reducen la transmisión perinatal porque disminuyen la carga viral materna preparto y proveen al
recién nacido con profilaxis pre y postexposición. Esta es la razón por la que todas las mujeres
embarazadas infectadas por VIH, independientemente de su carga viral, deben recibir ARV a partir
de la 12ava semana de gestación o cuando sean detectadas. Con base en en la evidencia
publicada,1,4,7-11 la Comisión Clínica de VIH (CC-VIH) de la Caja Costarricense de Seguro Social,
recomienda la siguiente guía de manejo para prevenir la transmisión perinatal del VIH. Esta
estrategia se puede aplicar en el momento cuando se inicie el control prenatal y se sustenta en
cuatro elementos: a. Tamizaje de la embarazada en la primera consulta prenatal, idealmente
durante el primer trimestre, aunque puede efectuarse en el momento de inicio del control
prenatal. b. Notificación inmediata de pruebas de tamizaje positivas al área de salud
correspondiente, para ubicar a la paciente lo más pronto posible, y continuar con las medidas
preventivas de la transmisión maternofetal. c. Disponibilidad de los medicamentos
antirretrovirales en las presentaciones oral (tabletas y solución) e intravenosa indicadas en estas
guías. El personal de salud encargado de ofrecer estos medicamentos debe conocer su dosis y
utilización, efectos adversos, contraindicaciones y consecuencias reportadas sobre el feto y el
recién nacido, en procura de ofrecer la consejería adecuada a la madre VIH+. d. Educación
continua del personal de salud en todos los niveles de atención, para que la estrategia se
desarrolle sin interrupciones ni errores. Actividades para la prevención perinatal del VIH La
estrategia de prevención debe implementar todas las actividades enumeradas en el Cuadro 1. I.
Tamizaje de la mujer embarazada Todas las pacientes que acuden a la primera consulta prenatal,
deben recibir consejería sobre los beneficios del tamizaje prenatal para VIH. Después de obtener
el consentimiento de la mujer para que se realice la prueba de ELISA-VIH, se debe enviar al
laboratorio clínico para la toma de la muestra. Es preferible que esta se tome el mismo día de la
consulta y no se cite a la paciente en otra fecha. Debe rotularse como “embarazada” e indicar
algún teléfono directo para el reporte inmediato de pruebas positivas. Los servicios de atención
primaria deben asegurarse de dar seguimiento a estas órdenes de laboratorio con el fin de
obtener los resultados lo antes posible. Un resultado del ELISA-VIH reactivo en una mujer
embarazada, debe considerarse una emergencia médica. Las normas internacionales (OPS/OMS) y
nacionales (ley general del sida) vigentes, no obligan a que el consentimiento sea escrito o se
encuentre firmado por la paciente. La recomendación que prevalece es la de simplificar el
procedimiento tanto como sea posible. Los casos con ELISA-VIH reactivo (con cualquier nivel de
lectura, los reportes indeterminado o en zona gris se deben considerar como reactivos) deben ser
reportados de inmediato por parte del laboratorio al personal de salud que atendió la consulta
prenatal. A este nivel no se requiere tomar más pruebas en relación con el diagnóstico de VIH.
Tras cono Cuadro 1. Actividades para la prevención de la transmisión perinatal del VIH 1. Tamizaje
de la mujer embarazada, en la primera consulta prenatal, con un ELISA-VIH 2. Terapia
antirretroviral (TARV) para la mujer embarazada VIH+, a partir de la 12ava semana de gestación 3.
TAR durante labor 4. Recomendación de vía de parto por cesárea para la mujer embarazada VIH+
5. Consejería para la madre VIH+ sobre adherencia al tratamiento, lactancia materna, sexo seguro,
nuevos embarazos y esterilización 6. Atención de la madre en la clínica VIH /sida de adultos
(CVIHa) correspondiente 7. Atención en el periodo neonatal del hijo de madre VIH+ en el lugar del
parto 8. Atención del hijo de madre VIH+ en la clínica de infección por VIH del Hospital Nacional de
Niños Dr. Carlos Sáenz Herrera (CVIH-HNN) Cuadro 2. Contacto telefónico para las clínicas de VIH
Hospital México 2242 6717, 2242 679. Fax 2296-8622 Hospital Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia
22121359 / 22121225 Hospital San Juan de Dios 2547-8145 / 2258-2988 Hospital Monseñor
Sanabria 26630033 ext 3037 Hospital Nacional de Niños Dr. Carlos Sáenz Herrera 2523 3600, ext.
3309. Fax 2223 5125 Hospital de Alajuela 2436-0129 99 Prevención transmisión perinatal VIH /
Porras et al Las embarazadas VIH+ referidas o en control en las CVIHa, pueden presentar,
dependiendo del momento de referencia y de su experiencia con el uso de antirretrovirales, las
siguientes situaciones: 1. Infección por VIH, con 12 o más semanas de gestación y sin TARV previa:
a. Discusión e inicio, a partir de la semana 12 de gestación, de Zidovudina, Lamivudina y Lopinavir/
Ritonavir (Cuadro 3). b. Zidovudina IV durante labor de parto (Cuadro 3). c. Referencia a
Obstetricia y recomendación de vía de parto por cesárea en la semana 38 de gestación. 2. Mujeres
VIH+ con TARV iniciada antes del embarazo: a. Explicar a la madre la TARV propuesta (durante el
embarazo, parto y periodo neonatal) y sus beneficios, efectos adversos, contraindicaciones, y
ventajas y desventajas para el recién nacido. b. Recomendación de interrumpir el tratamiento
hasta la semana 12 si el diagnóstico del embarazo se hace antes de esta y existe riesgo de falla por
dosis reducidas o intermitentes, debido a hiperémesis gravídica. c. Continuación de la TARV que la
mujer está recibiendo, si no existe la condición del punto b y la CVp está no detectable. d.
Suspensión, lo antes posible, de Efavirenz, sustitución por Lopinavir/Ritonavir, y discución con la
madre del riesgo para el feto, por la exposición a Efavirenz. e. Cuando la madre se presenta con un
embarazo mayor de 12 semanas, con carga viral no detectable, se debe mantener el TARV sin
modificarlo, aunque contenga Efavirenz y no Zidovudina. Se exceptúan pacientes con monoterapia
con inhibidores de proteasa, o que se encuentren recibiendo D4T y/o ddI, los cuales no deben
prescribirse durante el embarazo. Estos pacientes deben ser motivo de discusión en el grupo de
expertos. En caso de carga viral detectable, es urgente adecuar el tratamiento para lograr
supresión viral, y conviene la discusión en el grupo de expertos. f. Implementación de las
indicaciones para labor, 3. En todas las mujeres con TARV durante el embarazo, aumentar el
Lopinavir/Ritonavir a 3 tabletas cada 12 horas, a partir del 2do trimestre. 4. Mujeres VIH+, en el
periodo de labor, sin TARV previa: a. Implementación de las indicaciones para labor y para el
recién nacido. 5. Mujeres VIH+, que rehúsan el uso de TARV durante el embarazo: a. Consejería
adecuada e insistir sobre los beneficios de la TARV para el recién nacido. Si persiste en su decisión,
considerar hospitalización e intervención del Patronato Nacional de la Infancia. b. Implementación
de las indicaciones para labor y para el recién nacido. 6. Mujeres VIH+ con CVp detectable en el
3er trimestre: e. Hospitalización para TARV directamente observada. III. Terapia durante la labor
de parto 1. Iniciar Zidovudina IV, 3 horas antes del inicio de la cirugía para cesárea programada, y
luego mantener la infusión hasta que se complete el nacimiento. 2. Si en el hospital donde se
atiende el parto no se dispone de AZT IV, sustitución por el siguiente esquema: AZT 300 mg c/3
horas VO más Lamivudina (3TC) 150 mg c/12 horas VO, durante el periodo de labor. IV. Vía de
parto Durante el trabajo de parto y el parto se produce el 65% de la transmisión perinatal, por
exposición del recién nacido a sangre y secreciones maternas que contienen el VIH.2 Los
mecanismos discutidos para explicar transmisión son microtransfusiones sanguíneas durante las
contracciones, ascenso del virus de vagina y cérvix cuando se da la ruptura de membranas, y
absorción del VIH mediante el tracto digestivo del recién nacido. Existe amplia evidencia médica
que demuestra que la cesárea electiva (antes del inicio de labor y de la ruptura de membranas),
programada para las 38 semanas de edad gestacional, disminuye por sí sola el riesgo de
transmisión perinatal del VIH.12-14 También hay evidencia de que cuanto más instrumentado y
prolongado sea el parto vaginal, mayor será el riesgo de transmisión perinatal del VIH.15 La
ruptura prematura de membranas se asocia con aumento del riesgo de transmisión,
principalmente a partir de las 4 horas, y con aumento linear del 2% por cada hora posterior.2,16
Recientemente, algunos estudios indican la reducción del riesgo si la madre tiene carga viral < 35
semanas de gestación al nacimiento: ZDV 2 mg/Kg de peso corporal/dosis VO (o 1,5 mg/Kg de
peso corporal/dosis IV), cada 12 horas. A partir de los 15 días de edad, aumentar la dosis a 3
mg/Kg de peso corporal/dosis VO (o 2,3 mg/Kg de peso corporal/ dosis IV), cada 12 horas. b. < 35
semanas, pero se aumenta la dosis después de las 4 semanas de edad. 2. La profilaxis
antirretroviral adicional cuando la madre no recibió profilaxis preparto, es con AZT y 3TC. La
presentación de 3TC es en solución oral en frascos de 10 mg/ml en 240 ml, con una dosis para el
recién nacido de profilaxis de 2 mg/Kg de peso corporal/dosis VO, cada 12 horas.1,9 En la madre
sin PPTPN en quien se documenta un Elisa-VIH reactivo en el postparto inmediato antes de su
egreso, se recomienda el esquema del punto V.2, mientras se confirma el diagnóstico de la madre.
3. Suspensión de la lactancia materna: se debe explicar a la madre que existe evidencia de que el
VIH se puede transmitir a través de la leche materna y que este factor de riesgo se debe evitar
suspendiendo la lactancia. El riesgo añadido de transmisión del VIH por LM es de alrededor del
14% al 29% si se da la lactancia durante la infección aguda de la madre.2,19 Se debe indicar a la
madre que contará con el suministro mensual de una fórmula basada en leche de vaca. 4.
Suspensión de la vacunación con BCG: se debe informar a la madre que la vacuna está compuesta
por una bacteria viva, atenuada, y explicarle que puede haber riesgo de diseminación si su hijo
presenta defectos en la función de su sistema inmune, como consecuencia de la infección por VIH.
5. Referencia: se debe reportar el caso para seguimiento y para obtener la cita de control, al
Servicio de Inmunología del Hospital Nacional de Niños Dr. Carlos Sáenz Herrera, en forma
personal, o al teléfono 2523 3600, extensión 3309. La hora más adecuada para comunicarse es de
8-11 a.m., o de 1-3 p.m., de lunes a viernes. En la referencia enviada con el paciente, es preciso
indicar: componentes del PPTPN recibidos por la madre y el niño, fecha y valor de la última carga
viral, CD4 de la madre y existencia de salpingectomía. VIII. Atención del niño en la CVIH-HNN
Durante el periodo cuando se define si el producto de una madre VIH+ está infectado, el niño
recibirá atención y control en la CVIH-HNN. Se debe continuar con el control de niño sano en el
EBAIS local, y recibir la atención de los aspectos de crecimiento, desarrollo psicomotor y
vacunación. En el nivel primario de atención no se debe solicitar pruebas de ELISA-VIH para estos
niños. En la vacunación, se evita el uso de vacunas con virus o bacterias vivas. No se utiliza BCG en
el recién nacido de una madre infectada por VIH. No se debe sustituir la vacuna contra polio,
porque en el esquema actual es un virus inactivado contenido en la vacuna Pentaxim que se aplica
a los 2, 4, 6 y 15 meses de edad. Los hijos de madres VIH+ no deben recibir vacuna de polio oral
(virus vivos atenuados), para evitar el riesgo de polio asociado a la vacunación en los miembros de
la familia con infección por VIH. La profilaxis con Trimetroprin/ Sulfametozaxol evita que la
pneumonitis interticial por Pneumocystis jirovecii sea la patología de inicio en los casos de niños
infectado por VIH. Por lo tanto, se recomienda el uso de profilaxis a partir de la semana 4 de edad,
y hasta que se determine su condición de no infectado.1,20 Se debe procurar el diagnóstico
temprano de infección por VIH+, con la determinación de PCR-ADN en las células mononucleares
del niño, lo cual permite suspender medicamentos innecesarios cuando no hay infección, o iniciar
el TARV en los casos en los que se demuestre la transmisión del VIH de la madre al niño.18,19,21
En los pacientes identificados como serovertores, es decir, no infectados por VIH, se continúa su
control anual hasta los 4 años de edad. Los infectados por VIH continúan su tratamiento
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topics in p
9- Implicaciones éticas, legales y sociales del
diagnóstico de VIH/sida en la mujer / Ethical, legal and
social implications of HIV/AIDS diagnosis for woman
Implicaciones éticas, legales y sociales del diagnóstico de
VIH/sida en la mujer
RESUMEN
ABSTRACT
The objective of this paper was to examine the ethical, legal and social implications of
HIV/AIDS diagnosis for women. Once the HIV test is made, there are two kinds of
moral implications, namely, the implication from the reception of the test results, and
the responsibility of the medical staff in charge of informing the patient. The lack of
gender equity derived from the traditional machismo in the society brings greater
social vulnerability for the women in terms of catching the HIV virus, and once they get
infected, they suffer numerous disease-related stigmas. The HIV/AIDS infection in
women has proven ethical legal and social implications that have unfavorable impact
on the society. It seems that a long distance remains to be covered until a woman with
this health condition can reach and exercise all the due legal and social rights.
INTRODUCCIÓN
El VIH fue en sus orígenes una epidemia que ocurría fundamentalmente entre los
homosexuales masculinos y los drogadictos por inyección, mientras que las mujeres se
encontraban al margen de esta. En los años 90 comenzó a producirse un aumento de
la transmisión heterosexual donde es de 2 a 10 veces más probable que la mujer sea
infectada, por lo que se ha convertido internacionalmente en el grupo más susceptible.
En consecuencia, un número cada vez mayor de mujeres y niños se infectan
equiparándose con la cifra de hombres.
En África subsahariana, aproximadamente el 61% de los adultos con VIH son mujeres,
también los porcentajes de mujeres con VIH en América Latina, Asia y Europa está
aumentando debido a la transmisión sexual.
Las mujeres suelen preocuparse muy poco por infectarse del VIH. Sin embargo, hoy, sí
debería ser una preocupación, puesto que en el mundo la relación entre hombres y
mujeres contagiados de VIH se ha ido acortando.
¿Qué es el VIH?
El VIH es un retrovirus que puede afectar a los humanos y que pertenece al género de
los lentivirus, causante del sida. Una serie de infecciones y enfermedades oportunistas
están asociadas a la inmunodepresión y se relacionan con los efectos que el mismo
produce en el sistema inmune.
¿Cómo se transmite?
Diagnóstico
Riesgo y vulnerabilidad
• Relaciones sexuales sin protección con una persona cuyo estado serológico al VIH se
desconoce.
reducen la capacidad de los individuos o comunidades para evitar la infección por VIH.
Puede incluir:
Con frecuencia las mujeres no pueden controlar las parejas con las que tienen
relaciones sexuales, por inadecuada comunicación y por la imagen atribuida a la mujer
como objeto sexual, madre o ama de casa.
Las mujeres son la mayoría de las victimas de la violación, factor de riesgo directo
para la adquisición del VIH.
En algunas culturas o medios, las mujeres tienden a tener relaciones con hombres
mayores en edad, por lo que existe la posibilidad de que estos hayan tenido más
parejas sexuales y hayan adquirido la infección previamente.
Las mujeres con relaciones estables tienen menos percepción de riesgo, debido a que
relacionan la estabilidad del hogar con la seguridad en la fidelidad de la pareja.
MÉTODOS
Se realizó una revisión bibliográfica nacional e internacional, que permitió una reflexión
sobre las implicaciones éticas, legales y sociales que tiene para la mujer ser
diagnosticada con la infección de VIH/sida.
IMPLICACIONES
Implicaciones éticas
La ética es aquella rama del conocimiento científico que se interesa por las
obligaciones morales, la responsabilidad y la justicia social. La palabra deriva de los
términos griegos ethikos y ethos, que significan uso o costumbre. La ética refleja el
carácter del individuo y, desde un punto de vista más actual quizás, el carácter de un
grupo de individuos. Hay muchas formas de definir la ética. Lo último que se ha dicho
es que a través del estudio de la ética la persona entiende y se guía según lo que está
bien o mal moralmente. 6
Según Sánchez Vázquez,7 la ética es "la teoría o ciencia del comportamiento moral de
los hombres en la sociedad". Según este autor la moral representa: un sistema de
normas, principios y valores, según el cual se regulan las relaciones mutuas entre los
individuos o entre estos y la comunidad, de tal manera que estas normas, dotadas de
un carácter histórico y social, sean acatadas libre y concientemente por una convicción
íntima y no de una manera mecánica, externa o impersonal.
Si es ama de casa dedicada a su esposo, no puede entender que con una conducta de
fidelidad hacia su pareja pueda estar infectada; si es una profesional soltera le inquieta
la idea de que la consideren una inmoral; si es una mujer que se dedica a la
prostitución, justifica su comportamiento porque es su medio de subsistencia; si es
una mujer embarazada, tiene el conflicto moral de decidir si nace su bebé y la
posibilidad de transmitirle el virus; en el caso de una adolescente, su mayor dilema es
que se enteren sus padres de su inicio precoz de las relaciones sexuales o que se
inyectó drogas.
De una forma u otra, el sida es una enfermedad en la que no solo se padecen los
síntomas físicos, si no que la afectación en el bienestar de la persona es general, y en
esto influye el estigma y la discriminación que sufren las personas infectadas, los
cuales se ha constatado que son universales, causado por su modo de transmisión
(más frecuente por vía de las relaciones sexuales), los prejuicios sociales en torno a la
sexualidad y el hecho de que el sida hasta este momento sea incurable; desde su
descubrimiento ha generado rechazo en la población e incluso en el personal de salud.
Antes de realizar una prueba de VIH es importante informar a la persona del estudio y
obtener su consentimiento, un principio ético que se viola con frecuencia, que trae
como consecuencia que el paciente -en este caso la mujer-, tenga una escasa
preparación para el diagnóstico positivo y una desfavorable repercusión psicológica.
¿Cuál sería la actitud de una persona al recibir el resultado del examen de laboratorio
con el resultado positivo al virus de inmunodeficiencia humana (VIH)?
A partir del instante en que la persona recibe el diagnóstico de positivo al VIH, tiene la
responsabilidad moral y legal con la sociedad de no transmitir de forma intencional la
epidemia.
¿Cuál sería la actitud del personal de salud con el diagnóstico positivo de VIH de un
paciente?
Uno de los aspectos más importante que debe tener en cuenta el médico ante este
diagnóstico es la confidencialidad, tiene el deber informarle al paciente y este a su vez
decide a quien comunicarlo, está en su derecho de decirlo solo a quien considere
necesario.
Ejemplo de esto: una mujer diagnosticada con VIH que se niegue a comunicarlo a su
pareja por temor a su reacción, al rechazo, al abandono. Por otra parte, de no
comunicarlo, este hombre no se realiza el estudio de VIH, por lo que desconoce si está
infectado y puede seguir transmitiendo el virus a otras personas, enfermar y morir, sin
la posibilidad de alcanzar un tratamiento que le mejore su calidad de vida. El médico
enfrenta un conflicto ético porque a pesar que la paciente se niegue a comunicarlo a la
pareja, él está en la obligación de examinar y diagnosticar al individuo.
También el médico puede verse en el conflicto de indicar la cesárea a una gestante con
VIH, como medio de disminuir la posibilidad de transmisión materno infantil, y la
embarazada puede no estar de acuerdo y quiere parir a su hijo.
Otro aspecto a analizar en los profesionales de la salud ante un infectado con el virus,
es la actitud de rechazo y discriminación, que desafortunadamente aún persiste a nivel
mundial. El personal de salud que brinda atención a las personas infectadas con
VIH/sida debe estar dispuesto a realizar este recorrido con paciencia, amor y
profesionalidad.
Existe voluntad política del gobierno con respecto a esta entidad, por lo que los
afectados tienen garantizado los medicamentos, la alimentación y la seguridad social.
Implicaciones legales
La epidemia del VIH/sida ha hecho cierta toda una nueva y completa área de
violaciones de los derechos humanos, en la medida que la epidemia representa una
conjugación de dos de las formas más insidiosas de opresión humana, como son: el
género y la sexualidad.11
Una de las luchas más intensas que han sostenido las personas infectadas de VIH/sida
desde el origen de esta pandemia, es la de igualdad de derechos, antes que en la
opinión internacional surgiera la necesidad de proteger a estas personas, y surgieran
reformas políticas en este ámbito, el rechazo y la discriminación destruía la vida de
muchos infectados por el VIH; debido al temor al contagio eran aislados y separados
de su familia, desalojados de sus viviendas, despedidos de sus trabajos, se les negaba
la atención médica en clínicas y hospitales, así muchas atrocidades que violaban sus
derechos como ser humano.
Por eso al transitar de más de 30 años de epidemia, las mujeres han comenzado a
empoderarse y a tener una posición activa en grupos de apoyo regionales y están
enfrentando la epidemia, abandonando su aislamiento y desarrollando lazos de unión
entre ellas, para luchar por sus derechos.
En Cuba todos los ciudadanos tenemos iguales derechos, por lo que es criterio
generalizado que no es necesaria una legislación especial para el tema del VIH/sida.
No obstante, existen diferentes leyes, decretos-leyes y resoluciones que protegen a las
personas con VIH, en cuanto al derecho que tienen los ciudadanos a recibir una
adecuada atención médica, al trabajo y la seguridad social
Implicaciones sociales
Para la mujer con VIH esto resulta perjudicial, puesto que puede conllevar a
sentimientos de vergüenza, culpa y aislamiento.
Aunque el contagio por VIH no hace distinción de edad, raza, ni clase social, en el
mundo las mujeres están contrayendo la infección en edades más temprana que los
hombres y esto provoca que la mayoría de las mujeres portadoras de VIH que se
contagiaron en su adolescencia, al final de su tercera década de vida han desarrollado
la enfermedad o han fallecido a causa de este mal. Esto causa un impacto social
desfavorable, porque se pierde a la persona en plena edad de desarrollo laboral,
intelectual y de procreación.
El VIH ha afectado a todas las clases sociales pero no por igual, es también una más
de las enfermedades de la pobreza, las mujeres pobres y las que pertenecen a
minorías étnicas representan a nivel internacional un número desproporcionado, esto
trae como consecuencia que se sumerjan en más pobreza al perder sus trabajos por
despidos, al enfermar y no poder trabajar, al no tener dinero para financiar el costo de
los medicamentos antirretrovirales, además la imposibilidad de criar a sus hijos, la
posibilidad de morir y dejarlos huérfanos.
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10- Enfermedad periodontal en mujeres vih/sida /
Periodontal disease in women HIV / AIDS
RESUMEN:
Desde 1987 se describieron diferentes formas clínicas de enfermedad periodontal y
gingivitis en pacientes VIH/SIDA. OBJETIVO: Determinar la presencia de enfermedad
periodontal en mujeres VIH/SIDA que acudieron al Centro de Atención a Pacientes con
Enfermedades Infectocontagiosas (CAPEI/UCV) durante el periodo 2008-2010.
MATERIALES Y METODOS: Estudio prospectivo y transversal de 55 mujeres VIH/SIDA,
entre 17-57 años de edad, todas bajo terapia antirretroviral, previo consentimiento
informado, se evaluaron clínicamente. Se establecieron rangos inmunológicos de
acuerdo al valor en sangre de CD4 por mm 3: sin inmunodeficiencia 500 cel/mm3,
moderada: 200-499 cel/mm 3 severa:< 200 cel/mm 3. A cada paciente se le aplicó el
índice periodontal de Russell (IP-R). Se consideraron los valores 1 y 2 como gingivitis,
y 6-8 como periodontitis. RESULTADOS: De acuerdo al status inmunológico 10 (1,8%)
sin inmunosupresión, 15 (27,8%) inmunosupresión moderada y 30 (54,4 %) con
inmunosupresión severa. El valor 6 del IP-R se observó en 25 mujeres (43,6 %),
seguido del valor 8 en 19 mujeres (34,5 %), y 11 ( 20 %) valor 2. Se apreció una
media de 4,36 para las mujeres sin inmunosupresión; inmunosupresión moderada un
discreto aumento a 4,71; inmunosupresión severa, se observó la máxima expresión
numérica de 5,47. El análisis de varianza demostró una dependencia o asociación
estadísticamente significativa (p < 0,05). CONCLUSIÓN: Se observó una fuerte
asociación entre el deterioro del sistema inmune y el estado periodontal de las mujeres
estudiadas.
ABSTRACT:
Since 1987 were described different clinical forms of periodontal disease and gingivitis
in HIV/AIDS patients. OBJECTIVE: To determine the presence of periodontal disease in
HIV/AIDS women who attended Centro de Atención a Pacientes con Enfermedades
Infectocontagiosas de la Universidad Central de Venezuela (CAPEI/UCV) during the
period 2008-2010. MATERIALS AND METHODS: Prospective cross-sectional study of 55
women HIV/AIDS among 17-57 years of age, all under prior informed consent,
antiretroviral therapy were evaluated clinically. Settled immunological ranges
according to the value in of CD4 blood by 3 mm: without immunodeficiency 500
cel/mm3, mild: 200-499 cel/mm 3 severe: 200 cel/mm 3. Periodontal index of Russell
(IP-R) was applied to each patient. We considered the values 1 and 2 as gingivitis and
periodontitis 6-8. RESULTS: According to the status immune 10 (1.8%) without
immunosuppression, 15 (27.8%) immunosuppression moderate and 30 (54.4%) with
severe immunosuppression. The 6 IP-r value was observed in 25 women (43.6%),
followed by the value 8 19 women (34.5%), and 11 (20%) value 2. Will appreciate an
average of 4.36 for women without immunosuppression; immunosuppression
moderate discreet increased to 4,71; severe immunosuppression, note the maximum
numerical expression of 5.47. Analysis of variance showed a unit or statistically
significant Association (p 0,05). CONCLUSION: There was a strong association between
the deterioration of the immune system and the periodontal status of the women
studied.
INTRODUCCIÓN:
Es bien conocido que en la cavidad bucal se encuentra una combinación de una serie
de fenómenos que la convierten en un lugar relativamente resistente a la transmisión
del VIH, como son: la capa epitelial gruesa, bajo número de células diana CD4,
presencia de anticuerpos antivíricos y de diversos inhibidores endógenos 1,2.. Por otro
lado los mecanismos de acción de los antirretrovirales no son perfectos, por ejemplo si
hay pérdida de solución de continuidad de la mucosa, por desgarro de la misma o por
la presencia de enfermedad periodontal, estos pueden ser susceptibles a la entrada del
virus.3,4
OBJETIVO:
MÉTODOS:
A cada paciente se le aplicó el índice periodontal de Russell (IP-R). Descrito por Rusell
en 1956, se trata del índice gingival y periodontal para estudios de poblaciones.
Mediante este índice se han reunido gran cantidad de datos de interés odontológico en
todo el mundo10.
Clasificación de la infección por VIH y criterios de definición del SIDA para adultos y adolescentes mayores de
13 años
Fuente: CDC 1994 Revised classification - System for Human Inmunodeficiency Virus Infection in Adolescent and Adults more than 13 years
of age. Morbility and Mortality Weekly Report, 1994: 43:1 -11.
Todos los datos de las pacientes, al igual que los valores del índice, se recogieron en
un instrumento diseñado para tal fin. Se creó una base de datos en el programa de
computación SPSS y una hoja de cálculo para realizar el procesamiento de los datos
obtenidos. Se utilizaron diferentes medidas de resúmenes de datos y pruebas
estadísticas.
RESULTADOS:
Tabla I
Distribución de acuerdo al Status inmunológico de las mujeres VIH/SIDA.
En la Tabla II podemos observar que el valor 6 del IP-R fue el registro que predomino,
se observó en casi la mitad de las mujeres pertenecientes al estudio 25 mujeres (43,6
%), seguido del valor 8 observado en 19 mujeres (34,5 %), y 11 ( 20 %) valor 2 como
gingivitis leve.
Tabla II
Distribución a las mujeres VIH/SIDA según grado de IP-R
Tabla III
Relación entre los valores promedio de IP-R en las mujeres VIH/SIDA y el status inmunológico.
Se aprecio una media de 4,36 para las mujeres sin inmunosupresión; inmunosupresión
leve un discreto aumento a 4,71; inmunosupresión severa, se observo la máxima
expresión numérica de 5,47. Se observa que a medida que se deteriora la inmunidad
los valores del IP-R aumentan. El análisis de varianza demostró una dependencia o
asociación estadísticamente significativa (p < 0,05). La prueba Chi cuadrado nos
confirma la asociación entre el IP-R y el grado de inmunidad, es decir, que a medida
que existe un mayor deterioro de la inmunidad se registran valores más altos del
índice periodontal.
DISCUSIÓN:
El grupo etario de las mujeres que acudieron a la consulta fue muy variado. Aunque
desde 1995 la Organización Mundial de la Salud señala que la infección por VIH no
tiene edad, la literatura médica y social reporta las edades entre 18 y 25 años como
las de más alta prevalencia afectada por el VIH, lo que pudiera explicarse por la
prostitución, drogadicción (especialmente por vía parenteral), una conducta
heterosexual y homosexual inadecuadas e irresponsables, que son más frecuentes a
esas edades 12.
El valor 6 del IP-R fue el registro que predomino, en casi la mitad de las mujeres
pertenecientes al estudio, seguido del valor 8 estos dos valores sumados son el 78%
de presencia de periodontitis, Al igual que otros estudios encontraron que la
periodontitis era la forma más frecuente en que se manifestó 2,7,12,13,14.
CONCLUSIONES:
Los dientes con sacos reales, sin movilidad con valor 6 IP-R, fue el hallazgo más
frecuente en todos los status de deterioro inmunológico.
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Data Collection
During the interview, we collected information on demographic
characteristics (education, occupation, health insurance, marital
status, and household income), treatment method for breast cancer
(type of surgery, chemotherapy and traditional Chinese medicine),
and social support for patients (family harmony status, interaction
with friends or neighbors, participating in the healing club,
engaging in peer-patient activities and communications). In China,
there are three main health insurance programs run by the
government. The Urban Employee Basic Medical Insurance
(UEBMI) was implemented beginning in 1998. The plan is a part
of the work compensation through the premium contribution by
both the employer and the employee. The Urban Resident Basic
Medical Insurance (URBMI) is a medical insurance plan for
minors, students, disabled, elderly and unemployed residents in
the city of Shanghai. The plan was implemented beginning in
2007. The New Rural Cooperative Medical Scheme (NRCMS) is
for farmers. The plan is individually paid and supported by the
local community and subsided by the government. The
information on the characteristics of breast cancer was extracted
from the records in the Shanghai Cancer Registry, including date
and means of diagnosis, subsite, and clinical stage of the cancer
using the TNM system. The clinical stage information was an
optional rather than required item by the standard operating
procedure of cancer registries, thus missing information on the
stage of cancer is allowed. There were 16.8% enrolled patients
with missing data on clinical stage of breast cancer at diagnosis.
Social support status of patients was assessed by the revised
Perceived Social Support Scale (PSSS) that assessed the extent to
which patients with breast cancer received support from different
sources [29]. The original scale included 12 items that evaluated
perceived support from family, friends, and special others. During
the validation of this method, examples were added to help
patients understand the special others such as supervisors,
colleagues, and relatives. The ratings ranged from 1 (totally
disagree) to 7 (totally agree). The 12 individual ratings were
summed, resulting in a maximum total score of 84. There were
some problems with social support for the patient if the summed
total score was below 50, and more serious problems if the score
below 32. The Chinese version of the PSSS scale has been
validated as being satisfactory in reliability and validities among
Chinese cancer patients [30].
The outcome measure was the health-related QOL of breast cancer
patients evaluated by the Functional Assessment of Cancer
Therapy-Breast Cancer (FACT-B), an instrument designed to
measure multidimensional QOL including PWB (7 items), SWB
(7items), EWB (6 items), FWB (7 items), and BWB (9 items)
[31]. The study subjects were asked to rate their responses to all
questions on a scale of 0 (not at all) to 4 (very much) for the
truthfulness of each statement describing the well-being
characteristics during the previous 7 days. The total FACT-B
score (TQOL) was calculated by summing over (unweighted) 5
individual subclass well-being scores; higher scores represented
better QOL. The instrument has been extensively validated in
different racial/ethnic groups, including Chinese population [31–
33]. The scale reliability estimates for each of the FACT-B
domains and overall functional index were all acceptable
(Cronbach’s alpha ≥0.70 and item-total correlations <0.30)
[31,32].
Statistical Analysis
Demographic characteristics, clinical factors and social support
status were summarized using frequencies and percentages for
categorical variables, and arithmetic means and their standard
deviations (SDs) for continuous variables. Analysis of covariance
(ANCOVA) method was used to compare least-squared means of
the total and individual QOL scores across different categories of
demographics (age at diagnosis, levels of education, marital status,
occupation, household income, and types of health insurance),
clinical characteristics of breast cancer (stage, type of treatment,
and time elapsed since initial cancer diagnosis), and social support
status (family harmony, interaction with friends and neighbors,
participation in the healing club, participation in peer-patient
activities and communications, and the score of PSSS). The
parsimonious statistical models were developed using a
forward/backward stepwise approach to assess independent effect
of patient’s characteristics, clinical factors and social support
status on the scores of total and subclass QOL domains. The initial
criteria were set at theP<0.05 for the entry into and P ≥ 0.10 for
removal of a given variable from the model. All categorical
variables (education, occupation, marital status, health insurance)
were each treated as a set of indicator variables. The final model
chosen was based on the largest R-square and the lowest
global P value, and included variables with significant P value
only. The original data are available upon request.
Data analyses were conducted using the SPSS 16.0 software
package (SPSS Inc. Chicago, USA). All P values were 2-sided.
The P values less than 0.05 were considered statistically
significant.
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Results
The present study included 1,160 breast cancer patients. The
average age at diagnosis was 57.7 (SD11.5) years (Table 1). A
majority of breast cancer patients were married (90.5%),
employed (78.4%), and attained an education level higher than the
middle school (79.0%). There were 1,122 patients with available
information on PSSS. Among them, 89.1% had a PSSS score
higher than 50.0. Among 965 patients with available stage
information, 375 (38.9%) were diagnosed with stage 0 or stage I
cancer whereas only 17 (1.8%) with stage IV cancer.
Approximately 89% of the patients underwent mastectomy and the
remaining 11% lumpectomy. More than half the study population
(64.5%) received the treatment of traditional Chinese medicine for
breast cancer whereas only 16.5% patients received
chemotherapy.
Table 1
Characteristics of breast cancer patients (N = 1160) in Shanghai,
China, 2011–2013.
Table 2
Quality of life measures by sociodemographic characteristics in
breast cancer patients in Shanghai, China, 2011–2013.
Table 4
Quality of life measures by social support status in breast cancer
patients in Shanghai, China, 2011–2013.
Table 5
Multivariate regression coefficients of socio-demographic
characteristics, clinical factors, and social support status on
quality of life measures in breast cancer patients in Shanghai,
China, 2011–2013.
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Discussion
The present study demonstrates that income, social support and
treatment for breast cancer have significant impact on quality of
life of Chinese women with breast cancer. These findings provide
a scientific basis to develop a comprehensive program that
incorporates these factors, especially social support, to improve
the QOL of breast cancer survivors in China as well as elsewhere
in the world. In addition, the consistent results of the present study
in a Chinese population with those in Western population support
a universal effect of age, income, marital status, social support,
and chemotherapy on the long-term quality of life of breast cancer
patients [19–21].
The present study shows that high household income is associated
with a better QOL of patients with breast cancer in each and every
domain measured. Our findings are consistent with those of
previous studies [18–20,34,35]. Higher socioeconomic status has
been linked to many aspects of better care of patients such as the
prompt treatment, access to comprehensive rehabilitation, taking
leave of absence from work and having less worry about financial
constraint [36,37]. The type of health insurance is directly related
to the financial stress of a patient after cancer diagnosis in the
present study population. The coverage for medical expenses by
UEBMI is higher than by URBMI and NRCMS. Compared with
URBMI and NRCMS, patients in UEBMI had better measures of
SWB, EWB, FWB and TQOL. The difference could be related to
the different financial risk and burden of medical care cost due to
breast cancer under different medical insurance plans. Some
studies showed that NRCMS has higher financial risk and burden
of medical care cost than UEBMI [38]. Based the findings of the
present study, financial support for patients who are recently
diagnosed with breast cancer through governmental subsidies and
other supporting mechanisms may significantly improve their
quality of life and recovery from their breast cancer.
Similar to previous studies, the present study demonstrates that
chemotherapy is associated with lower score of overall QOL
measure, possibly related to its toxicity and severe side-effects
[16,21]. Interestingly traditional Chinese medicine can
significantly improve the quality of life of breast cancer patients in
several domains including the physical, emotional, and breast
cancer-specific well-being even after adjustment for
chemotherapy, socioeconomic and social support status. Several
studies found that adjuvant therapy of traditional Chinese
medicine was effective in alleviating the cancer-related symptoms
and chemotherapy-related side effects including diarrhea and poor
appetite [39,40], and may even reduce the risk of death from
advanced breast cancer [41]. The findings of the present study, if
confirmed by other studies, may be incorporated in a medical care
and management program for breast cancer patients, especially
those who are receiving chemotherapy.
Social support relies on a multidimensional supportive network
with both quantity of social ties and the quality of relationship
with other people who provide support for the patients. The same
social network would have different effect on different patients
because of their difference in personal characteristics. Thus, it is a
challenge to comprehensively evaluate individual social support
status. The dimensions of social support include perceived
availability of support, actual support received, and reciprocity,
i.e., the provision and receiving support [42]. In the present study,
we used a validated comprehensive measure for social support, the
PSSS, to assess the extent to which breast cancer survivors
currently perceived support from different sources, which
evaluates the social support status dependent on the self-feeling of
a given patient. Thus, the PSSS assesses the individual social
support status more objectively than the measure based on her
social network. Our study demonstrates that the scores of PSSS
are significantly and positively associated with the QOL measures
of breast cancer patients in a dose-dependent manner. Our findings
are consistent with those reported by Candyce and coworkers who
used a social network approach that assessed both quantity of
social ties and quality of relationship [43]. Good status of family
harmony and frequent interactions with friends and neighbors, two
specific measures of social support, significantly improve the
QOL of breast cancer survivors. Divorced women had a
statistically significant 30% lower score of SWB compared with
married women with breast cancer. These findings strongly
implicate that social support from family members and friends as
well as other social connections plays an important role in coping
with and recovering from breast cancer. Social support should be a
key component of a management and care of breast cancer
survivors.
In the present study, after adjustment for other factors,
participation in the cancer patient healing club had no additional
beneficial effect on QOL of breast cancer patients. Participation in
the healing club is highly correlated with the participation in the
peer-patient activities and communications (the correlation
coefficient = 0.49,P<0.001). Given that the latter represents a
more comprehensive measure for social support, it has a stronger
effect on QOL measures than the healing club. When both
variables were simultaneously included in the logistic model, the
effect of participation in the healing club on QOL was no longer
statistically significant (P =0.345) whereas the impact of the
participation in the peer-patient activities and communications on
patients’ QOL remained statistically significant (P = 0.001).
The present study has several strengths. The study used a novel,
comprehensive approach for assessment of social support. The
validated standardized scales for QOL assessment can allow for
the direct comparison with other studies conducted in Chinese
women [14,44]. A larger sample size provided sufficient statistical
power to simultaneously evaluate the independent effect of many
factors that may have impact on QOL measures. There also are
several limitations in the present study. We did not collect
information on co-morbidities of patients (such as depression,
diabetes, and other chronic conditions), physical excise and the
breast reconstruction after mastectomy. All these factors may have
impact on the QOL measures [45,46]. Because this study was used
a cross-sectional study design, the causal effect of the social
support and traditional Chinese medicine on patients’ QOL cannot
be inferred. In addition, we did not collect information on the
QOL measure of women before their diagnosis of breast cancer,
thus were unable to examine the change of QOL before and after
the diagnosis of breast cancer. The majority of patients in the
study were married, well educated, diagnosed with an early stage
breast cancer and well insured. All of these factors would have a
positive impact on the prognosis. Thus findings of the present
study may not be directly applicable to patients in rural areas of
China or other patient populations in Western societies, where
there is significant difference in cultural, societal and familial
characteristics.
In summary, the present study demonstrates that high household
income and adequate social support significantly and
independently improve QOL of Chinese women with breast
cancer. These findings, if confirmed by other studies, support a
comprehensive program with financial and social support
components for the management and care of breast cancer
survivors. The future studies are warranted to further examine and
confirm the beneficial effect of traditional Chinese medicine on
the improvement of QOL in patients with breast cancer. If
confirmed, the remedy can be introduced to western societies that
currently lack or have limited access to such remedy.
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Funding Statement
Pudong Health Bureau of Shanghai (Young Medical Talents
Training Program) PWRq2012-24 to Bei Yan.
National Cancer Institute R01CA144034 to Jian-Min Yuan.
National Cancer Institute UM1CA182876 to Jian-Min Yuan.
Pudong Health and Family Planning Commission of Shanghai
PWZz2013-15 to Qiao Sun.
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2- Increasing Partner Attendance in Antenatal Care and HIV
Testing Services: Comparable Outcomes Using Written
versus Verbal Invitations in an Urban Facility-Based
Controlled Intervention Trial in Mbeya, Tanzania.
Abstract
Go to:
Background
Throughout Sub-Saharan Africa (SSA), reproductive healthcare
systems including services for antenatal care (ANC), voluntary
HIV counselling and testing (VCT), or prevention of mother-to-
child-transmission of HIV (PMTCT), have widely been
established in the past years. Yet they often remain underutilized
or suffer from high client attrition rates [1, 2]. At the same time, as
an inherent structural deficit of these services, they mostly focus
on women and forget the other “half of the equation” of
reproduction [3].
It has been shown in multiple studies from SSA that men can
positively influence female health decision-making and utilization
of reproductive health services, for example the uptake of HIV
testing and PMTCT measures [3–7]. The involvement of men in
maternal and family health as well as in HIV prevention and
PMTCT could significantly contribute to achieving important
goals for global public health, particularly Millennium
Development Goals 3, 4, 5 and 6, and has been recognized as a
priority area of intervention by the World Health Organization [1].
For the United Republic of Tanzania, HIV has been a major public
health issue for the past decades, albeit having achieved a
reduction of the nationwide prevalence rate from 7% in 2003 to
5.3% in 2012. [8, 9] However great regional differences occur,
e.g. in the southwestern Mbeya Region where HIV prevalence
amounts to 9%. Mother-to-child-transmission is the second most
common way of HIV infection in Tanzania, and at the same time
many Tanzanians do not know their HIV status: as of 2012, there
was a lack of VCT service utilization of 53% in men and 38% in
women in the age group 15–49. [9]
The failure of male participation in ANC and PMTCT has been
identified as a key barrier for successful PMTCT measures in
Tanzania in the National Strategic Framework for HIV/AIDS. The
Ministry of Health and Social Welfare had therefore proposed a
target to increase male partner testing during pregnancy to 50% by
the year 2015. [8]
As an effective tool to systematically increase partner
involvement, official partner invitation letters have been
frequently mentioned in studies from other African settings.
[5, 10, 11] Although research from Mbeya Region revealed
several years ago that men considered official invitations both
helpful and acceptable [12, 13], this specific strategy has not, to
date, been further assessed regarding its effectiveness in Tanzania.
Therefore, this study aimed at analysing partner return rates and
couples´ VCT (CVCT) rates following official partner invitation
letters compared to verbal invitations in Mbeya, Tanzania.
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Methods
Study design
Within the frame of a multi-site implementation study [13]
regarding acceptability of invitation letters for partner
involvement in Mbeya Region, Tanzania, a facility-based
controlled intervention trial was conducted as a sub-study to
assess the measure´s effectiveness in Ruanda Health Centre (HC)
in Mbeya. Ruanda HC was chosen for the study as it is a large,
urban-situated primary healthcare facility offering free-of-charge
ANC, VCT, PMTCT and HIV treatment services, and serves up to
300 new ANC clients monthly. Prior to the study period, few male
partners joined their pregnant wives for CVCT. Available data
from the clinic registers indicated that over the study-preceding
three-month period, only 1.7% of partners of all new ANC clients
at Ruanda HC had received CVCT. Standard ANC services at
Ruanda HC include monthly visits to the facility; with routine opt-
out HIV testing offered to women at their initial ANC visit.
Women attending ANC for the first time during their current
pregnancy were enrolled for the study within a four-week-period
between April and May 2013. Eligibility criteria included
confirmed pregnancy, written informed consent, and a partner who
was generally accessible (i.e., not permanently working abroad).
Women were excluded if they were widowed or divorced or if
their partner attended the first ANC visit. After enrolment, women
were allocated to two different groups in a quasi-randomised
approach by systematic alternation of intervention and control
group; i.e. the first client was allocated to intervention, the second
to control, the third to intervention, and so forth.
Study procedure
Interviews with women were conducted in Swahili by trained
research assistants at baseline visit and at two subsequent ANC
visits, and were based on structured questionnaires which had
been pre-tested and adjusted accordingly by the investigators.
Questionnaires were similar for both groups apart from questions
directly targeting the invitation letter or verbal invitation.
Interviews were conducted after routine ANC sessions according
to the facility´s standard of care (including opt-out HIV testing) in
a separate room and not in the presence of the ANC nursing staff
or the male partner.
After the first ANC visit, women were interviewed on baseline
socio-demographic indices about themselves and their partners.
“Employment” included formal and self-employment as opposed
to “unemployment”. “Media exposure” was grouped in having
home access to not more than one media type, including radio,
television or newspaper, or having access to two or all of these
media types. “Intimate partner violence” was defined as the
experience of financial, emotional or physical abuse from the
partner. Results of HIV tests performed within the study sites were
not known to the research team, therefore data on participant and
partner HIV status were self-reported by participants. Because
very few women in this study reported to be HIV-positive or to
have an HIV-positive partner, we assumed some degree of
underreporting and included only unspecified “HIV status
knowledge” as a baseline variable.
At the end of the first interview women of the intervention group
were given a written invitation letter for their male partner,
requesting their presence at the next routine ANC visit. It
contained general information about what to expect during an
ANC session, but did not state that an HIV test would be offered.
The courteous and formal letter contained the partner´s name and
was signed by the Regional Medical Officer. If women reported
their partner to be illiterate, they were requested to identify a
person who would read the letter to the partner. Women in the
intervention group did not receive additional instructions to
verbally invite their partner.
Within the control group, women did not receive a letter, but were
instructed to verbally invite their male partners to attend the next
ANC session. Both groups received a specified appointment for
the next ANC visit in 4 weeks.
If the partner attended the next visit as requested a joint ANC
session would take place during which CVCT was offered to the
couple. If either of the couple did not want to take part in CVCT,
VCT was offered individually. After this joint session the research
assistant would interview the woman on the partner session.
If the partner had not accompanied the woman to this second ANC
visit, they were interviewed regarding the reasons for his non-
attendance. These women then received either a further letter of
invitation for the partner, or, if belonging to the control group,
repeated instructions to verbally invite the partner to the next ANC
session. Again, both groups received a new specified appointment
in 4 weeks.
After the third ANC visit women of both groups were again
interviewed by the research assistants regarding partner return at
this third visit, CVCT, or reasons for the partner to reject attending
ANC.
During the study period, irregular community sensitisation on HIV
testing and PMTCT took place as part of routine government
public health initiatives in Mbeya Region, for example in the form
of radio broadcasts, but not specifically in Ruanda HC.
Statistical methods
Data analysis was performed using IBM SPSS Statistics for
Windows, Version 22.0. Primary outcome indicators were partner
return rate and CVCT rate; analysis of these indicators was based
on intention-to-treat. Secondary outcome indicators were
influencing socio-demographic factors on partner return and
CVCT. Intervention and control group were compared regarding
socio-demographic indices using Pearson´s Chi² Test and Fisher´s
Exact Test for categorical variables, and using Mann-Whitney-U
Test for continuous variables. Influencing factors on partner return
and CVCT were assessed by calculating univariate odds ratios
(OR) of relevant variables. Multivariable analysis of factors
associated with male partner involvement was conducted using a
binary logistic regression model, and included the variables that
had a p-level<0.20 [14] in univariate analysis as well as
significantly imbalanced baseline covariates and the intervention
group type to adjust for potential selection bias despite
randomization. A significance level of p<0.05 and a 95%
confidence interval (CI) were used throughout.
Ethical considerations
The study was approved by the Mbeya Medical Research and
Ethics Committee in Tanzania (MRH/R10/18/VOL.V1/75). All
participants gave written informed consent and could withdraw
their participation at any time without stating reasons. The
research assistants´ training included participant confidentiality,
and all data was recorded and treated anonymously.
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Results
The study cohort consisted of 199 eligible women; 97 women
were part of the intervention group and 102 were part of the
control group (Fig 1).
Fig 1
Flow chart: Study participants and partner return rates at each
visit.
Table 1
Socio-demographic baseline information and differences
between intervention and control group.
Table 2
Univariate and multivariate analysis of influencing factors on
partner attendance/CVCT.
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Discussion
In this study we analysed the effectiveness of official invitation
letters in comparison to verbal invitations for increasing male
partner attendance at ANC and CVCT. We found that both
measures resulted in high partner return rates: almost every third
man came to the next ANC visit with his female partner in both
groups. Although official invitation letters brought a 20%
increased odds of partner return compared to verbal invitations,
both measures led to comparable outcomes.
The results of our investigation largely correspond to the findings
of other studies on partner return following official invitation
letters, e.g. 26%-35% in South Africa [3], 28% in Malawi [15] or
36% in Kenya [16], while some others reported lower rates, for
example in a Ugandan study with 16% partner return [11]. In
another Tanzanian study, although with a slightly different focus,
33% of women returned with partners [17]. In studies where
women were instructed to verbally invite their partner, male
attendance at ANC was usually lower, for example in Kenya with
11% [4] or in Tanzania with 12% [7]. However our overall partner
return rates are still below the national Tanzanian goal of 50%
partner testing during pregnancy [8]. Other authors have reported
invitation letters to result in around 50% partner return, and even
above 70% when combined with home visits [18]. An earlier
study from the same Tanzanian setting [13] demonstrated that
invitation letters might have considerably different outcomes
according to the hospital setting, with partner return rates as high
as 76% in rural areas.
A reason for the surprising finding that both groups resulted in
very similar outcomes could be the fact that while women in the
control group had received comprehensive coaching on how to
verbally invite their partner, women in the intervention group had
not received this coaching in addition to the letter. It is possible
that personal ambition of the woman to invite the partner
compared to only handing out a letter does play a role in finally
convincing him to attend. Apart from that, another reason could be
that Ruanda HC had extremely low partner attendance rates before
study start (1.7%), and no specific measures were in place to
involve men in this facility. This might have contributed to the
finding that even a relatively basic intervention like being
instructed by health staff to verbally invite the partner for the next
appointment already led to an impressive gain in partner return.
Previous studies from the same setting in Tanzania have found
that partner non-attendance is often a result of men lacking
information regarding their expected attendance at ANC/PMTCT
services [12], and our results imply in fact that as long as the
information is passed on to male partners, every means of passing
on this information can be highly effective.
Even though invitation letters and verbal invitations resulted in a
similar return rate at the second ANC visit, it was observed that in
case of a repeated invitation of the partner, official invitation
letters had a stronger effect. It is possible that a letter with a
formal character is more impressive if handed out repeatedly, and
also that women are reluctant to insistently invite partners verbally
several times if this was unsuccessful earlier. Additionally, official
letters seemed to have an encouraging character specifically for
HIV-infected partners. While the invitation letter used in this
study did not contain information on HIV testing, and some
authors have reported this to be a deterrent from partner
attendance [10], other studies have demonstrated that the
perspective to receive an HIV test can motivate men to attend
ANC, with improved partner attendance rates compared to a letter
without information on CVCT. [3, 19] Further implementation
research in our setting could reveal if there would be an additional
increase in partner return rates if invitation letters mention that
HIV testing will be offered.
However, as observed in our study, even official invitation letters
not mentioning CVCT seem to provide HIV-infected individuals
with more confidence in benefit of attendance compared to verbal
invitations. Both measures resulted in a notable increase of partner
return compared to the pre-intervention data. Considering
practicability in resource-constrained settings like SSA, we
suggest that at the first instance, ANC clients should receive
intensive coaching on verbal partner invitation, which should then
be followed by an official invitation letter if partners did not return
after verbal invitation.
All ANC-attending partners consented to CVCT, exceeding other
studies´ outcomes, where mostly around 90% of partners in ANC
proceeded to CVCT. [3, 11] Becker et al. reported even only 47%
of letter-invited couples consenting to CVCT in Tanzania [17].
The full CVCT coverage among attending partners suggests that
Ruanda HC is providing high quality couple pre-test counselling,
and further research, possibly using qualitative methods, would be
insightful to assess the successful counselling strategies in this
facility.
At study enrolment, half of the women did not know their HIV
status and two-thirds did not know their partners´ status. This
problem has also been reported from a South African study, where
40% of recently pregnant women did not know their partners´ HIV
status even post-delivery [20]. The increased CVCT rate and
status awareness in our study setting have to be viewed as a large
success in addressing a high priority issue especially in the context
of the women´s pregnancies and future PMTCT measures.
We found ANC attendance of the partner in a previous pregnancy
to be the only significant predictor for partner return and CVCT.
This finding demonstrates that partner attendance in ANC is
acceptable for those men who have already participated in it, and
that the inherent cultural barrier can be overcome by individual
positive experiences. Previous studies in this context have
identified a number of other influencing factors, like partners´
secondary education [21], or gestational age [3], but this was not
confirmed by our data, or, in the case of maternal HIV status, not
analysed due to lacking reliable data. For future research, it would
be helpful to include laboratory-confirmed maternal HIV status in
the analysis of predictors for partner return.
However, some influencing factors might have remained
unidentified due to lacking statistical power of the remaining
sample after the second ANC visit. We acknowledge that the
rather high drop-out of women after the first visit is a limitation of
this study, decreasing the sample size for follow-up data and
thereby reducing the power of the trial. Response rate in our
cohorts for second ANC visit was about 60%, which is largely in
accordance with the regional setting [9]. Drop-out after the first
ANC visit has frequently been reported and might be caused by
women changing the health facility for ANC, transportation
problems, or low risk perception for their pregnancy [11]. For
similar studies in the future, the primary estimated sample size
should take the possibility of high attrition rates at return visits
into consideration, and studies should be sufficiently powered to
identify significance in smaller differences between the two study
arms than the one our power calculation was based on.
Another limitation of the study was the mode of chronological
alternating randomization, which is only a quasi-randomized
approach, and although our results do not imply this, we cannot
completely exclude a selection bias. Also, we are aware of the fact
that a single-site study might not provide generalizable results, and
further studies should be conducted, especially comparing
outcomes between urban and rural settings.
In conclusion, our study, conducted in an urban setting in
Tanzania, demonstrates that rather simple measures to increase
partner attendance in ANC and CVCT, including official partner
invitation letters and instructions for women to verbally invite
their partners, can be effective and have comparable outcomes.
Partner involvement in ANC and CVCT is viewed as a paramount
factor for improving reproductive, maternal and infant health-
related parameters, particularly in the context of HIV and
PMTCT. While further studies using larger samples and different
geographical settings, covering both urban and rural, would be
helpful for evidence-based policy-making, we recommend the
systematic coaching of ANC clients on how to invite partners
verbally at the first instance, followed by official partner invitation
letters if verbal invitations are not successful. These strategies
should be embedded as standard procedures in ANC guidelines to
increase male partner involvement in those health services.
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Acknowledgments
We thank all involved bodies, including the Regional and District
Medical Offices and the Regional AIDS Control Program in
Mbeya. We also thank study participants for their participation
and the staff of Ruanda Health Centre in Mbeya, Tanzania,
particularly the involved study assistants.
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Funding Statement
The study was funded by the Gilead Sciences "HIV Clinical
Cooperation Grant.” The funder had no role in study design, data
collection and analysis, decision to publish, or preparation of the
manuscript.
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Data Availability
To protect patient confidentiality data will be made available upon
request to the corresponding author, Dr. Stefanie Theuring, and
the secretary of the Mbeya Medical Research and Ethics
Committee, Dr. Humphrey Kiwelu
(moc.oohay@ulewikyerhpmuh).
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