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La ley no escrita (la ley natural)


Manual de Funcionamiento de la persona humana1
Extractos del patrimonio de la humanidad para una sociedad multicultural

Objetivo de este documento

Mostrar una panorámica sintética de qué se ha dicho a lo largo de la historia sobre las normas
morales. Se ha tratado de buscar la literalidad de lo dicho y por quién.

Hay dos grandes tradiciones:


• Una que aquí denomino de manera genérica "el Tao", para referirme a la “ley natural”
o “el decálogo” (los diez mandamientos) que Yaveh entregó a Moises en el monte
Sinai: la tradición que afirma la existencia de una ley moral (ese Tao o decálogo) que
el hombre descubre y de cuyo cumplimiento depende su felicidad y salvación. La ley
natural, propia del hombre, compartida por todas las religiones y culturas desde muy
antaño. No es un aporte ni es distintivo del cristianismo.

• Otra tradición igual de antigua que la anterior. La a veces llamada por algunos
tradición relativista o progresista (según se autodenominan a veces quienes, con
mayor o menor consciencia, son sus seguidores) que se oponen o cuestionan la
anterior.

Ambas son muy viejas: quienes se adhieren a la segunda tradición suelen defender que "no hay
verdad absoluta", "no hay verdad" o "todo es relativo", "todo depende de…" y lo afirman como un
absoluto indiscutible e indudable. A veces éstos se autodenominan "progresistas" y califican a los
"otros" como "conservadores o tradicionalistas": pero éstos progresistas, aunque insisten en negar
“tradiciones” resultan conservadores de una tradición de ideas tan viejas como las otras. Ninguno de
sus representantes aporta quizá nada sustancialmente nuevo a dichas tradiciones.

Con el buen humor que le caracteriza señala Chesterton2: «Todo el mundo moderno se divide en
Progresistas y Conservadores. La labor de los Progresistas es ir cometiendo errores. La labor de los
Conservadores es evitar que los errores sean arreglados».

Todo, o casi todo, lo que se dice actualmente a favor o en contra de las leyes morales es muy viejo, y
nadie quizá dice nada nuevo. Por eso, me parece mejor examinar la historia de este asunto.

Como se podrá apreciar examinando citas y autores, ninguna de las dos tradiciones es químicamente
pura, hay zonas de consenso entre ambos, y se pueden descubrir a veces contradicciones en quienes
pertenecen a una u otra tradición. Hay "progresistas o relativistas" que defienden la justicia y los
derechos humanos de manera notable: es decir, el quinto y séptimo mandamiento del decálogo.

1
Presentación y selección de textos realizada por el Prof. Manuel Alcázar, del PAD – Escuela de Dirección de la
Universidad de Piura, Lima. Versión noviembre 2009. © Derechos reservados. Prohibida su reproducción sin
autorización.
2
No se pretende aquí al usar los términos “progresista” o “conservador” referirme a las actuales denominaciones
políticas en algunos países. Por conservador no nos referimos a la “ideología” conservadora de algunos en Estados
Unidos, ni por “progresista” a la así autodenominada posición de algunos políticos europeos. Ver como botón de
muestra: “The Heritage foundations: el poder de las ideas” de Pablo Lucas Chinchilla, Sevilla 2009, o “Por qué no soy
progresista” de Eulogio Lopez, Madrid 2001
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Como se verá, no se trata en este documento de fundamentar ni una ni otra de las tradiciones.

Se muestran solo las normas morales o ley moral, un aspecto inevitable de la ética. Pero la ética no
se reduce a estas normas sino que ha de incluir, además de las normas morales, los bienes a los que
el hombre puede aspirar, y la libertad que hace posible alcanzarlos. Esa es la clave de la cuestión a
mi modo de ver, copiando a quien descubrieron más o menos esto que acabo de decir: Socrates y
Aristóteles (s. IV a. de C.).

Quedará claro por tanto —eso espero— que el aporte del cristianismo, aunque tiene que ver con eso
("no he venido a abolir la ley y los profetas" dice Jesucristo), no consiste en la defensa de los diez
mandamientos o del Tao. El mensaje del cristianismo es radicalmente diferente a estas dos
tradiciones, radicalmente diferente por elevación. Al final del documento incluyo un breve esquema
de la relación entre normas, bienes y libertad en el “Tao” y en el cristianismo. Pero este documento
solo se centra en las normas (en el Tao, o ley moral), por tanto, se centra en una de las tres patas
sobre las que se asienta la ética, excluyendo la propuesta cristiana para otra ocasión.

Cicerón, hacia el 45 antes de Cristo, escribe en su obra "Las leyes":

«En opinión de los sabios más eminentes, hay una Ley Eterna que rige el Universo por medio de
sabios mandatos y prohibiciones, y no procede de la inteligencia humana ni de la voluntad popular.
También dicen que esta ley, que es la primera y la última, se identifica con la mente divina que obra
racionalmente»

«Por eso, aunque durante el reinado de Tarquino no había ninguna ley en Roma acerca del estupro,
no diremos que el atentado de Sexto Tarquino contra Lucrecia, hija de Tricipitino, no fue una
violación de la Ley Eterna. Pues existía una razón derivada de la naturaleza de las cosas, incitando al
bien y apartando del mal, que para llegar a ser ley no necesitó ser redactada por escrito, sino que fue
tal desde su origen. Y su origen es tan antiguo como el de la mente divina. Por eso, la ley verdadera
y esencial, la que manda y prohíbe legítimamente, es la recta razón del sumo Júpiter»

«No hay nada más absurdo que creer que todas las leyes e instituciones son justas. ¿Acaso son justas
las leyes de los tiranos? (…) Si el fundamento del Derecho lo constituyera la voluntad de los
pueblos, las decisiones de sus jefes o las sentencias de los jueces, entonces el Derecho podría
consistir en robar, cometer adulterio o falsificar testamentos, si tales acciones fueran aprobadas por
votación o por aclamación popular»

«Hay, por tanto, una distinción entre ley buena y ley mala, que sólo puede hacerse desde el criterio
de la Naturaleza (…) pues ella nos dio la inteligencia que descubre la relación de lo honroso con la
virtud, y lo deshonroso con el vicio. Pues habría que estar loco para creer que estas cosas proceden
de la opinión y no de la naturaleza»

---
«Si la voluntad de los pueblos, los decretos de las autoridades, las sentencias de los jueces, hacían el
derecho, para crear el derecho al bandidaje, al adulterio, a la falsificación de los testamentos, bastaría
que estas maneras de obrar tuviesen el sufragio y la aprobación de la muchedumbre. Si las opiniones
y los votos de los insensatos tuvieran una potencia tal que pudiesen cambiar la naturaleza de las
cosas, ¿por qué no decidirían que lo que es malo y perjudicial será en adelante tenido por bueno y

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saludable?, o ¿por qué la ley que de lo injusto puede hacer el derecho, no convertiría el bien en mal?
Por todo esto, para distinguir una ley buena de otra mala no tenemos más regla que la naturaleza. Y
no solamente la naturaleza nos hace distinguir el derecho de la injusticia, sino que, de una manera
general, las cosas moralmente bellas de las que son feas, pues una especie de inteligencia difundida
por todas partes hace que las conozcamos, e inclina nuestras almas a identificar a las primeras con
las virtudes, y a las segundas con los vicios. Ahora bien, creer que estas distinciones son puro
convencionalismo, y no están fundadas en la naturaleza, es una locura» (Ciceron, Leyes, I, 16)

«Existe una ley verdadera que es la recta razón conforme a la naturaleza, difundida en todos los
seres, siempre de acuerdo con ella misma, no sujeta a perecer, que nos llama imperiosamente para
cumplir nuestra función, nos prohibe el fraude y nos desvía de él. El hombre honesto nunca es sordo
a sus mandamientos y a sus defensas, que no actúan sobre el perverso. Ninguna enmienda está
permitida a esta ley; no es lícito derogarla en totalidad ni en parte. Ni el Senado ni el pueblo pueden
dispensarnos de obedecerla y no es necesario buscar un Sextus Aelius para explicarla o interpretarla.
Esta ley no es diferente en Atenas, hoy o mañana, es una sola y misma ley que rige todas las
naciones en todo tiempo; para enseñarla y prescribirla a todos hay un dios único: la concepción,
deliberación puesta en vigor de la ley, también le pertenecen. Quien no obedece a esta ley se ignora a
sí mismo y, porque habrá desconocido la naturaleza humana, sufrirá por eso mismo el mayor castigo,
incluso si escapa a otros suplicios» (Ciceron, La República, III, 22).

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Y Zenón de Elea dice: "La ley natural es una ley divina y posee, como tal, la fuerza de regular y
medir lo que es justo y lo que es injusto" (Arnim I, 42, 35). Y Crisipo: " A uno y lo mismo llamamos
Zeus, común naturaleza de todo, destino y necesidad; y esto es también la justicia y el derecho, la
unidad y la paz". Y Heráclito: "todas las leyes humanas se alimentan de la única ley divina" (frag.
114). Y Aristóteles: "No vale esto para hoy o sólo para mañana, sino que siempre vive y nadie sabe
desde dónde y cuándo vino" (Antígona, 1373b 12) … "al que le ha cabido en suerte por naturaleza
tener razón, también se le ha dado tener recta razón; y con ello la ley… y si la ley, también lo justo"
(Arnim III 78, 27). La ley natural se muestra por sí misma al hombre. Se nos da con la razón como
tal. Basta poseer razón para tener ya un saber o conciencia moral de lo que es justo y de lo que no lo
es.

Hesiodo: "Escucha la justicia; olvida siempre la violencia. Esta es la ley que el Cronida (Zeus) ha
prescrito a los hombres: que los peces, las fieras, los pájaros se devoren, porque no hay entre ellos
justicia; pero a los hombres Zeus ha hecho don de la justicia, que es, con mucho, el primer bien"
(Los trabajos y los días, 276-280)

Sófocles: "La ley que guía está en las alturas; ha nacido en el celeste éter; y el Olimpo es su único
padre" (Edipo Rey, 863). En su obra Antigona dice el tirano Creonte: Así, te has atrevido a traspasar
mi ley. Y responde Antígona: Sí, porque no era Zeus quien la había ordenado; ni la justicia, que se
sienta al lado de los dioses; y no pienso que tus prohibiciones sean tales que permitan a un mortal
traspasar otras leyes, no escritas, inquebrantables, de los dioses" (Antígona, 454-458).

Heráclito: "Todas las leyes humanas, se alimentan de una, que es una ley divina" (DIELS,
Fragmentos de los presocráticos, I, 100).

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La Regla de Oro:

Formulaciones no filosóficas:

• Tradición judía: «Ama a tu prójimo como a ti mismo» (Levítico 19, 18)


• Tradición cristiana: «Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros
también a ellos» (Mateo 7,12)
• Tradición china: «Tsi-Gung preguntó:”¿Existe una sola palabra, según la cual una persona
pueda actuar durante toda su vida?” El Maestro dijo: “Esta palabra es la reciprocidad: lo que
no quieras que te hagan a ti, no lo hagas tu a nadie”» (Confucio, Lun-Yu, 15, 23). «El
Maestro dijo: “mi doctrina es sencilla y fácil de comprender”. Theseng-Tsé respondió: “Eso
es cierto”. Después que salió el Maestro, sus discípulos preguntaron qué había querido decir
el Maestro. Theseng-Tsé respondió: “La doctrina de nuestro Maestro consiste únicamente en
poseer rectitud de corazón y amar a los demás como a sí mismo”» (Confucio, Lun-Yu, 3,15)
• Tradición Hindú: «No dañes a nadie, no ofendas a nadie de palabra ni de obra, no pronuncies
ninguna palabra que pudiera herir a un semejante» (Código de Manu, libro VIII).

Formulaciones filosóficas:

• «Obra de tal modo que trates a los demás como fines; nunca sólo como medios» (Inmanuel
Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Cáp. 2.)
• «Todo hombre debe ser tratado (amado) respetando y promoviendo su fin propio, del cual
deriva su dignidad de persona» (G. Chalmeta, Ética especial. El orden ideal de la vida
buena, Eunsa, Pamplona 1996, p.34).
• «En general, en el trato con los demás, quien niega que el otro es persona se transforma
automáticamente en un ser que no puede vivir según su condición de ser humano; se condena
a sí mismo a vivir contra la ética» (Leonardo Polo, Ética. Hacia una versión moderna de los
temas clásicos, Unión Editorial, Madrid 1996, p. 81)
• La regla de oro ha sido formulada, con independencia, por orientales y occidentales, por
científicos y filósofos y por no filósofos, a lo largo de todas las épocas, culturas y religiones.
Es algo tan natural como la formulación axiomatica de que "el todo es mayor que las partes".

Las almas de los egipcios muertos se justificaban ante Osiris con esta confesión:

«Traigo en mi corazón la verdad y la justicia, pues he arrancado de él todo mal. No he hecho sufrir a
los hombres. No he tratado con los malos. No he cometido crímenes. No he hecho trabajar en mi
provecho con abuso. No he maltratado a mis servidores. No he privado al necesitado de lo necesario
para la subsistencia. No he hecho llorar. No he matado ni mandado matar. No he tratado de aumentar
mis propiedades por medios ilícitos, ni de apropiarme de los campos de otro. No he manipulado las
pesas de la balanza. No he mentido. No he difamado. No he escuchado tras las puertas. No he
cometido jamás adulterio. He sido siempre casto en la soledad. No he cometido con otros hombres
pecados contra la naturaleza. No he faltado jamás al respeto debido a los dioses» (Libro de los
muertos, Cáp. 125)

Y Confucio dice: «El sabio se guardará de tres cosas: durante su juventud, cuando la sangre está
revuelta, se guardará de la lujuria; en el período viril, cuando la sangre alcanza la plenitud de sus
fuerzas, se guardará de pelearse con el prójimo; en la vejez, cuando la sangre se ha debilitado, se
guardará de la pasión de lograr ganancias» (Diálogos, XVI, 7)

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Victor Frankl, psiquiatra judio, quizá el mejor psiquiatra del s. XX, refiriéndose a la vida de
los reclusos en el campo de exterminio nazi de Auschwitz donde también él estuvo internado y
del que logró sobrevivir, señala3:

«Las experiencias de la vida en un campo demuestran que el hombre tiene capacidad de elección.
Los ejemplos son abundantes, algunos heroicos, los cuales prueban que puede vencerse la apatía,
eliminarse la irritabilidad. El hombre puede conservar un vestigio de la libertad espiritual, de
independencia mental, incluso en las terribles circunstancias de tensión psíquica y física. Los que
estuvimos en campos de concentración recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón
consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les quedaba. Puede que fueran pocos en
número, pero ofrecían pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una
cosa: la última de las libertades humanas -la elección de la actitud personal ante un conjunto de
circunstancias- para decidir su propio camino.

Y allí siempre había ocasiones para elegir. A diario, a todas horas, se ofrecía la oportunidad de tomar
una decisión, decisión que determinaba si uno se sometería o no a las fuerzas que amenazaban con
arrebatarle su yo más íntimo, la libertad interna: que determinaban si uno iba o no iba a ser el juguete
de las circunstancias, renunciando a la libertad y a la dignidad, para dejarse moldear hasta
convertirse en un recluso típico».

Juramento Hipocrático de los médicos


(Escuela Hipocrática, s. V a. C.)

JURO por Apolo, médico, por Asclepio, y por Higía y Panacea, y por todos los dioses y diosas del
Olimpo, tomándolos por testigos, cumplir este juramento según mi capacidad y mi conciencia:

TENDRÉ al que me enseñó este arte en la misma estimación que a mis padres, compartiré mis
bienes con él y, si lo necesitara, le ayudaré con mis bienes. Consideraré a sus hijos como si fueran
mis hermanos y, si desean aprender el arte médico, se lo enseñaré sin exigirles nada en pago. A mis
hijos, a los hijos de mi maestro y a los que se obligaran con el juramento que manda la ley de la
Medicina, y a nadie más, les enseñaré los preceptos, las lecciones y la práctica.

APLICARÉ mis tratamientos para beneficio de los enfermos, según mi capacidad y buen juicio, y
me abstendré de hacerles daño o injusticia. A nadie, aunque me lo pidiera, daré un veneno ni a nadie
le sugeriré que lo tome. Del mismo modo, nunca proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo.

VIVIRÉ y ejerceré siempre mi arte en pureza y santidad. No practicaré la cirugía en los que sufren
de cálculos, antes bien dejaré esa operación a los que se dedican a ella. Siempre que entrare en una
casa, lo haré para bien del enfermo. Me abstendré de toda mala acción o injusticia y, en particular, de
tener relaciones eróticas con mujeres o con hombres, ya sean libres o esclavos.

GUARDARÉ silencio sobre lo que, en mi consulta o fuera de ella, vea u oiga, que se refiera a la vida
de los hombres y que no deba ser divulgado. Mantendré en secreto todo lo que pudiera ser
vergonzoso si lo supiera la gente.

3
El hombre el busca de sentido, editorial Herder, Barcelona.
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6

SI FUERA FIEL a este juramento y no lo violara, que se me conceda gozar de mi vida y de mi arte,
y ser honrado para siempre entre los hombres. Si lo quebrantara y jurara en falso, que me suceda lo
contrario.

-------------------

Juro por Apolo el Médico y Esculapio y por Hygeia y Panacea y por todos los dioses y diosas,
poniéndolos de jueces, que éste mi juramento será cumplido hasta donde tenga poder y
discernimiento.

A aquel quien me enseñó este arte, le estimaré lo mismo que a mis padres; él participará de mi
mandamiento y si lo desea participará de mis bienes. Consideraré su descendencia como mis
hermanos, enseñándoles este arte sin cobrarles nada, si ellos desean aprenderlo..

Instruiré por precepto, por discurso y en todas las otras formas, a mis hijos, a los hijos del que me
enseñó a mí y a los discípulos unidos por juramento y estipulación, de acuerdo con la ley médica, y
no a otras personas.

Llevaré adelante ese régimen, el cual de acuerdo con mi poder y discernimiento será en beneficio de
los enfermos y les apartará del perjuicio y el terror. A nadie daré una droga mortal aún cuando me
sea solicitada, ni daré consejo con este fin. De la misma manera, no administraré a la mujer
supositorios para provocarle aborto; mantendré puras mi vida y mi arte.

No operaré a nadie por cálculos, dejando el camino a los que trabajan en esa práctica. A cualesquier
casa que entre, iré por el beneficio de los enfermos, absteniéndome de todo error voluntario y
corrupción, y de lascivia con las mujeres u hombres libres o esclavos.

Guardaré silencio sobre todo aquello que en mi profesión, o fuera de ella, oiga o vea en la vida de los
hombres que no deba ser público, manteniendo estas cosas de manera que no se pueda hablar de
ellas.

Ahora, si cumplo este juramento y no lo quebranto, que los frutos de la vida y el arte sean míos, que
sea siempre honrado por todos los hombres y que lo contrario me ocurra si lo quebranto y soy
perjuro. Fin.

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7

LOS MISMOS MANDATOS EN DISTINTAS CULTURAS

El hinduismo primitivo califica la conducta humana de buena si se asemeja al Rta, los


griegos buscan en la Physis la razón de ser de las cosas, la tradición de Confucio llamaba Tao al
camino por el que marcha el universo, la idea de Bien de Platón y la Verdad de San Agustín, la
Naturaleza de Aristóteles y el Noúmeno de Kant... son diversas concepciones culturales que
coinciden en dar un valor objetivo a ciertas actitudes, y se trata de concepciones que han nacido en
civilizaciones alejadas unas de otras en el espacio y en el tiempo. El escritor inglés C. S. Lewis hace
un elenco de tales prescripciones como apéndice de su libro La abolición del hombre, para ilustrar la
coincidencia de distintas civilizaciones en aspectos éticos fundamentales. A continuación el texto
completo de dicho apéndice:

APÉNDICE4

Las siguientes ilustraciones de la Ley Natural están recogidas de fuentes que me han ido llegando de
forma natural, sin pretensiones propias de un historiador de profesión. El elenco no pretende ser
exhaustivo. Se debe notar que citas de escritores como Locke y Hooker, que escribieron dentro de la
tradición cristiana, se reseñan al lado de citas del Nuevo Testamento. Esto sería absurdo, por
supuesto, si se tratara de recoger testimonios independientes del Tao. No pretendo, de este modo,
demostrar su validez mediante el argumento de la aprobación general; su validez no se puede
demostrar5. Para quienes no perciben su racionalidad, ni siquiera la aprobación general vendría a
demostrar nada. La idea de recoger testimonios independientes presupone que las “civilizaciones” se
han levantado en la historia independientemente unas de otras; o incluso que la humanidad ha tenido
diversas apariciones en el planeta independientes entre sí. Pero la biología y la antropología
implicadas en tal concepción son de procedencia extremadamente dudosa. Porque es cierto, sin duda
alguna, que no ha existido (en el sentido amplio de la expresión) más que una única civilización en
toda la historia; pues siempre se puede argumentar que cualquier civilización que consideremos,
procede de otra civilización y, en último extremo, de un centro único, propagado como una
enfermedad infecciosa o como la sucesión apostólica.

La ley de la beneficencia6 general

a. En negativo

• «No he matado» (Tradición egipcia. De la confesión del Alma Justa, “Libro de la Muerte”,
V, Encyclopedia of Religion and Ethics, ERE, Vol. V, p. 478)
• «No matarás» (Tradición judía, Éxodo 20, 13)

4
Tomado de C. S. Lewis, La abolición del hombre, Ediciones Encuentro, Madrid 1990.
5
Como tampoco se puede demostrar que "estamos aquí conversando", que "el todo es mayor que las partes", o que "el
ser es y la nada no es". Lo evidente se ve que es verdad, sin que necesite ser demostrado. Aristóteles mostró que si
buscáramos demostrar todo, nada podría ser demostrado: una demostración es concluir, a partir de unas premisas, que
determinda conclusión no puede no darse. Es decir, dicha conclusión queda demostrada al ver que no puede ser de otra
manera, a partir de unas premisas. A su vez las premisas serán o no demostradas. Para demostrar que las premisas son
verdaderas habría que mostrar que son conclusión, a su vez, de otras premisas, y así sucesivamente. Al final, o se llega a
unas premisas evidentes (cuya verdad no requiere ser demostrada) o, si se busca seguir demostrándolas, se abre un
proceso al infinito y queda sin fundamento cualquier tipo de demostración.
6
beneficencia significa hacer bien, hacer el bien. Procede del latín "bene" (de bonum, bien) y facere (hacer).
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8

• «No atemorices a los hombres o Dios te atemorizará a ti» (Tradición egipcia. Preceptos de
Ptahhetep. H.R. Hall, Historia Antigua del Oriente Próximo, p. 133)
• «En el Nástrond (Infierno) vi … asesinos» (Tradición nórdica. Volospá 38,39)
• «No he causado desgracia alguna a mis semejantes. No he hecho más arduo el inicio de cada
jornada a los ojos de los que trabajan para mí» (Tradición egipcia. Confesión del Alma Justa,
ERE, v. 478)
• «No he sido codicioso» (Tradición egipcia. Ibíd.)
• «Quien ejerce opresión, busca la ruina de su morada» (Babilonio. Himno a Samas, ERE, v.
495)
• «Aquel que es cruel y calumniador tiene el carácter de un gato» (Hindú, Leyes de Manu.
Janet, Historia de la Ciencia Política, Vol. 1, p. 6)
• «No darás falso testimonio contra tu prójimo» (Tradición judía. Éxodo 20,16)
• «No pronuncies una palabra que pueda herir a alguien» (Hindú. Janet, p.7)
• «¿Ha apartado a un hombre honesto de su familia’ ¿ha roto un clan fuertemente unido?»
(Babilonio. Relación de Pecados de las tablas del Conjuro. ERE v.446)
• «No he causado hambre. No he causado tribulación» (Tradición egipcia. ERE v.478)
• «No hagas con los demás lo que no quieras que hagan contigo» (Tradición china. Anales de
Confucio, traducción de A. Waley, XV. 23; Cf. XII. 2)
• «No guardes rencor en tu corazón a tu hermano» (Tradición judía. Levítico 19,17)
• «Aquel cuyo corazón está orientado hacia la bondad incluso en su grado máximo, a nadie
disgustará» (Tradición china. Anales, IV. 4)

• "Ama quella": no seas ocioso (Tradición inka)7.

b. En positivo

• «Por naturaleza se sigue que un hombre puede desear que exista la sociedad y desear
pertenecer a ella» (Tradición romana. Cicerón, De Officiis, I. iv)
• «Por la ley fundamental de la Naturaleza, el hombre debe ser preservado en la mayor medida
posible» (Locke, Tratado de Gobierno Civil, II. 3)
• «Cuando la gente se haya multiplicado, ¿qué se podrá hacer por ellos? El maestro dijo:
enriquecedlos. Jan Ch’´iu dijo: Cuando les haya enriquecido, ¿qué se podrá hacer por ellos? El
Maestro dijo: instruidlos» (Tradición china, Anales, XIII. 9)
• «Habla con ternura… demuestra buena voluntad» (Babilonio, Himno a Samas. ERE v. 445)
• «Los hombres vinieron a la existencia por el deseo de los propios hombres de hacerse el bien
mutuamente» (Romano, Cicerón, De Off. I. VII)
• «El hombre es la maravilla del hombre» (Tradición nórdica, Hávamál 47)
• «A quien se le pida limosna debería siempre darla» (Hindú. Janet, I.7)
• «¿Qué hombre de bien contempla las desdichas como algo que no le concierne» (Romano,
Juvenal XV. 140)
• «Hombre soy: nada de lo humano me es ajeno» (Romano, Terencio, Heaut. Tim.)
• «Ama a tu prójimo como a ti mismo» (Tradición judía. Levítico 19, 18)
• «Ama al forastero como a ti mismo» (Tradición judía, Ibíd.. 33, 34)
• «Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros también a ellos»
(Tradición cristiana. Mt. 7, 12)

7
Añadido del autor que no se haya en el texto de Lewis.
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9

Ley de la beneficencia especial

• «Bajo una única perspectiva trabaja el gentilhombre. Cuando ésta está firmemente alcanzada,
el Camino se esclarece. Ciertamente, la conducta correcta hacia vuestros padres y hermanos
mayores es la perspectiva de la bondad» (Tradición china. Anales, I.2)
• «Los hermanos lucharán entre sí y serán la ruina unos para otros» (Tradición nórdica.
Leyenda de la Época Perversa previa al Fin del Mundo, Volospá 45)
• «¿Ha insultado a su hermano mayor?» (Babilonio. Relación de Pecados, ERE v. 446)
• «Les veréis ocuparse de los suyos y de los hijos de sus amigos… sin rechazarlos en absoluto»
(Redskin. Le Jeune, citado en ERE v. 437)
• «Ama a tu mujer con dilección. Contenta su corazón durante toda la vida» (Tradición
egipcia. ERE v. 481)
• «Nada puede jamás cambiar los anhelos de bondad de un hombre bien pensante»
(Anglosajón. Beowulf, 2600)
• «¿No amó Sócrates a sus hijos, a pesar de que lo hizo como hombre libre y consciente de que
los dioses tienen la primera palabra en nuestra amistad?» (Griego. Epícteto, III.24)
• «La afección natural es una cosa justa y acorde a nuestra Naturaleza» (Griego. Ibíd.., I. XI)
• «No debo ser insensible como una estatua, sino que debo desarrollar al máximo mis
relaciones naturales y artificiales como devoto, como hijo, como hermano, como padre y como
ciudadano» (Griego, Ibíd.. III. II)
• «Te comunico esta máxima: sé condescendiente con tus hijos. No tomes venganza cuando
yerren» (Tradición nórdica. Sigrdrifumál, 12)
• «¿Sólo los hijos de Atreus aman a sus mujeres? Todo hombre de bien, de mente recta, ama y
estima a los suyos» (Griego. Homero, Iliada, IX 340)
• «La unión y el compañerismo entre los hombres serán cultivados si cada cual recibe de
nosotros mayor atención en la medida en que nos es cercano» (Romano, Cicerón, De Off. I. XVI)
• «Parte de nuestro ser reclama nuestro país, parte de nuestros padres, parte de nuestros
amigos» (Romano. Ibíd.. I. VII)
• «¿Si un gobernante (…) lograra la salvación de todo el Estado, lo llamarías Bueno? El
Maestro dijo: no sería ya una cuestión de “Bondad”. Sería, sin duda alguna, un Sabio Divino»
(Tradición china. Anales, VI 28)
• «¿Te das cuenta de que, a los ojos de los dioses y de los hombres de bien, tu tierra natal
merece de ti más honor, adoración y reverencia que tu madre y que tu padre y que todos tus
ancestros? ¿Que deberías responder con mayor cariño a su enfado que al de tu padre? ¿Qué si no
puedes persuadirla de que cambie su modo de pensar debes obedecerla sin rechistar, tanto si te
obliga a hacer algo como si te maltrata o te envía a la guerra donde te pueden herir o matar?»
(Griego. Platón, Crito, 51 A, B)
• «Quien no se preocupa de los suyos, y especialmente de los de su casa, ha renegado de su fe»
(Tradición cristiana. 1 Tim 5, 8)
• «Recuérdales que acaten al gobierno y autoridades» (…) «Te ruego que se hagan oraciones
por los reyes y por todos los constituidos en autoridad» (Cristiano. Tit 3,1 y Tm 2, 1-2)

Obligaciones con nuestros padres, mayores y ancestros

• «Tu padre es imagen del Señor de la Creación; tu madre es imagen de la Tierra. Para quien
los deshonra, toda obra de piedad es en vano. Este es el primer deber» (Hindú. Janet, I.9)
• «¿Ha menospreciado a su Padre o a su Madre?» (Babilonio. Relación de Pecados. ERE v.
466)

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• «Yo era un empleado al lado de mi padre…iba y venía según me mandaba» (Tradición


egipcia. Confesión del Alma Justa. ERE v. 481)
• «Honra a tu Padre y a tu Madre» (Tradición judía. Éxodo 20,12)
• «Cuida a tus padres» (Griego. Relación de deberes en Epícteto, III. VII)
• «Los niños, los ancianos, el pobre y el enfermo deberían ser considerados los señores de la
atmósfera» (Hindú. Janet, I 8)
• «Álzate ante las canas y honra al anciano» (Tradición judía. Levítico 19,32)
• «Yo cuidé del anciano, le di mi bastón» (Tradición egipcia. ERE v. 481)
• «Les verás ocuparse… de los ancianos» (Resdkin. Le Jeune, citado en ERE v.437)
• «No he sustraído las oblaciones del santo difunto» (Tradición egipcia. Confesión del Alma
Justa. ERE v. 478)
• «Cuando se muestra un respeto apropiado hacia el difunto en el momento final y perdura
cuando éste está ya lejano, la fuerza moral(tê) de un pueblo alcanza su punto álgido» (Tradición
china. Anales, I.9)

Deberes hacia nuestros hijos y hacia la posteridad

• «Los niños, los ancianos, el pobre, etc., deben ser considerados los señores de la atmósfera»
(Hindú. Janet, I 8)
• «Casarse y engendrar hijos» (Griego. Relación de deberes. Epícteto, III. VII)
• «¿Puedes imaginarte una comunidad de naciones epicúreas? (…) ¿Qué sucedería? ¿De dónde
procedería la población a sustentar? ¿Quién les educaría? ¿Quién sería el Tutor de los Jóvenes?
¿Quién sería el Director de Educación Física? ¿Qué se enseñaría?» (Griego. Ibíd..)
• «La Naturaleza genera un amor especial hacia los hijos» y «Vivir acorde a nuestra Naturaleza
es el bien supremo» (Romano. Cicerón, De Off. I. XXII)
• «El niño es digno del máximo respeto» (Romano. Juvenal, XIV. 47)
• «El maestro dijo: respetad a los jóvenes» (Tradición china. Anales, IX. 22)
• «La matanza de las mujeres y, muy especialmente, de los chicos y chicas jóvenes que
suponen la fuerza futura de un pueblo, es la parte más triste (…) y lo sentimos profundamente»
(Redskin, Relato de la Batalla de la Rodilla Herida. ERE v. 432)

La ley de la justicia

a. Justicia sexual

• «¿Se ha acercado a la mujer de su vecino?» (Babilonio. Relación de Pecados. ERE v. 446)


• «No cometerás adulterio» (Tradición judía. Éxodo 20, 14)
• «En el Nástrond (Infierno) vi (…) a los seductores de las mujeres de otros» (Tradición
nórdica. Volospá 38,39)

b. Honestidad

• «¿Ha establecido falsos límites?» (Babilonio. Relación de Pecados. ERE v. 446)


• «Errar, robar, incitar al robo» (Babilonio. Ibíd..)
• «No he robado» (Tradición egipcia. Confesión del Alma Justa. ERE v. 478)
• «No robarás» (Tradición judía. Éxodo 20,15)
• «Prefiere las pérdidas a las ganancias vergonzosas» (Griego. Chilón Fr. 10. Diels)

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11

• «La Justicia es la intención estipulada y permanente de hacer valer los derechos de cada
hombre» (Romano. Justiniano. Instituciones, I, I)
• «Si un nativo hacía cualquier clase de “descubrimiento” —por ejemplo, el de un Hovenia
dulcis8— y lo marcaba, en lo que se refiere a los indígenas, se le reservaba en adelante a él, sin
importar cuánto tiempo hiciera de ello» (Aborígenes australianos. ERE v. 441)
• «El primer aspecto de la justicia es que no se debe causar daño a alguien a menos que haya
sido dañado por la conducta incorrecta de otro. El segundo es que el hombre debe tratar la
propiedad pública, y la propiedad privada como algo suyo. No hay nada, por naturaleza, como la
propiedad privada; pero las cosas se deben convertir en privadas bien mediante ocupación prior
(como cuando en el pasado los hombres llegaban a un territorio inhóspito) o bien mediante
conquista, ley, acuerdo, pacto o repartición» (Romano. Cicerón, De Off. I. VII)

• "Ama sua": no seas ladrón (tradición inka)

c. Justicia en los tribunales

• «Quien no acepta soborno (…) le es grato a Samas» (Babilonio. ERE v. 445)


• «No he difamado al esclavo ante quien está por encima de él» (Tradición egipcia. Confesión
del Alma Justa. ERE v. 478)
• «No darás falso testimonio contra tu prójimo» (Tradición judía. Éxodo 20, 16)
• «Estima tanto a quien conoces como a quien no» (Tradición egipcia. ERE v. 482)
• «No daréis sentencias injustas. No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al
rico» (Tradición judía. Levítico 19, 15)

La ley de la buena fe y de la veracidad

• «El sacrificio se mancha con la mentira, y el mérito de la limosna con el fraude» (Hindú.
Janet, I.6)
• «Que la boca llena de mentiras no encuentre en ti aval: desprecia lo que de ella salga»
(Babilonio. Himno a Samas. ERE v.445)
• «¿Con su boca hacía honor al Yea; estaba su corazón lleno de Nay?» (Babilonio. ERE v. 446)
• «No he dado falso testimonio» (Tradición egipcia. Confesión del Alma Justa. ERE v. 478)
• «No perseguí el engaño, no presté falso testimonio» (Anglosajón. Beowulf, 2438)
• «El maestro dijo: sed constantemente hombres de buena fe» (Tradición china, Anales, VIII.
13)
• «En el Nástrond (Infierno) vi a los perjuros» (Tradición nórdica. Volospá 39)
• «Aborrecible como las puertas del Infierno es para mí el hombre que dice una cosa y esconde
otra en su corazón» (Griego. Homero. Iliada, IX, 312)
• «El fundamento de la justicia es la buena fe» (Romano. Cicerón, De Off. I. VIII)
• «[El caballero] debe aprender a confiar en sus superiores y a guardar las promesas»
(Tradición china. Anales, I.8)
• «Cualquier cosa en mejor que la traición» (Tradición nórdica. Hávamál 124)

• "Ama llulla": no seas mentiroso (tradición inka)

La ley de la piedad

8
Sarmiento japonés o vid japonesa; n.d. t.
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12

• «El pobre y el enfermo deben ser considerados los señores de la atmósfera» (Hindú. Janet, I.
8)
• «Quien intercede por el débil le es grato a Samas» (Babilonio. ERE v. 445)
• «¿Ha dejado de liberar a un prisionero?» (Babilonio. Relación de Pecados. ERE v. 446)
• «He dado pan al hambriento, agua al sediento, vestido al desnudo, y una barca al que carecía
de ella» (Tradición egipcia. ERE v. 478)
• «Nunca se debe maltratar a una mujer; ni si quiera a una flor» (Hindú, Janet, I.8)
• «Ahí, Thor, hallaste desgracia; cuando golpeaste a la mujer» (Tradición nórdica.
Hárnarthsljóth 38)
• «En la tribu Dalebura, una mujer lisiada de nacimiento fue en todo momento trasladada de un
lado para otro por sus semejantes hasta su muerte a los sesenta y seis años» (…) «Nunca
abandonaban al enfermo» (Aborígenes australianos. ERE v. 443)
• «Verás cómo se ocupan de (…) las viudas, los huérfanos y los ancianos, sin reprocharles
nada» (Redskin. ERE v. 439)
• «La naturaleza manifiesta haber dado a los seres humanos el corazón más sensible posible
habiéndonos conferido la facultad de llorar. Esta es nuestras mejor capacidad» (Romano.
Juvenal, XV. 131)
• «Dicen que fue el más benigno y gentil de los reyes del mundo» (Anglosajón. Plegaría del
héroe en Beowulf, 3180)
• «Cuando siegues la mies de tu campo y olvides en el suelo una gavilla, no vuelvas a
recogerla; déjasela al emigrante, al huérfano y a la viuda» (Tradición judía. Deut 24, 19)

La ley de la magnanimidad

a.

• «Hay dos clases de injusticia: la primera se encuentra en quienes hacen daño a alguien; la
segunda en quienes pudiendo, no lo protegen del daño» (Romano, Cicerón, De Off. I. VIII
• «Los hombres han sabido desde siempre que cuando se ejerce la fuerza y se hace mal se
deben proteger a sí mismos; han sabido que cualquier hombre que buscara su comodidad
ejerciendo una violencia sobre los demás no debía ser soportado, sino combatido por todos y a
toda costa» (Inglés. Hooker, Laws of Eccl. Polity, I. IX. 4)
• «Pasar por alto un ataque violento es fortalecer el corazón del enemigo. El vigor es valeroso;
la cobardía es vil» (Tradición egipcia. El Faraón Senusert III. Cit. H.R. Hall, Historia Antigua
del Oriente Próximo, p. 161)
• «Vinieron a los campos de la alegría, la hierba fresca de las Maderas Afortunadas y la
morada de los Benditos (…) en compañía de quienes fueron heridos en la lucha por la tierra de
los suyos» (Romano. Virgilio, Eneida VI. 638-9,660)
• «Nuestro coraje debe ser mayor, nuestro corazón más resistente, nuestro espíritu más austero
conforme nuestras fuerzas se debilitan. Aquí yace nuestro señor, hecho pedazos, nuestro mejor
hombre en el polvo. Si alguien piensa abandonar esta batalla, bramará por siempre» (Anglosajón.
Maldon, 312)
• «Pedid e imitad al hombre que, mientras la vida le es grata, la muerte no le es dolorosa»
(Estoico, Séneca, Ep. Liv)
• «El maestro dijo: amad el aprender, y si os atacan estad dispuestos a morir por el Buen
Camino» (Tradición china, Anales, VIII. 13)

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13

b.

• «Se debe preferir la muerte antes que la esclavitud y las acciones despreciables» (Romano.
Cicerón, De Off. I. XXIII)
• «Mejor es para el hombre la muerte que la vida innoble» (Anglosajón. Beowulf, 2890)
• «La naturaleza y la razón mandan que nada de mal gusto, nada afeminado, nada lascivo sea
hecho o pensado» (Romano. Cicerón, De Off. I. IV)
• «No debemos escuchar a quienes nos advierten de que “seamos hombres para tener
pensamientos buenos, y seamos mortales para tener pensamientos mortales”, sino que debemos
tener en consideración la inmortalidad cuanto sea posible y tensar cada nervio para vivir según lo
mejor que hay en nosotros, que, aún siendo pequeño en magnitud, sobrepasa con mucho en poder
y en honor, a cualquier cosa» (Tradición griega. Aristóteles. Eth. Nic. 1177 B)
• «El alma debe, por tanto, guiar al cuerpo, y el espíritu de nuestras mentes al alma. Esta es,
por tanto, la primera ley por la cual el poder supremo de la mente exige obediencia al resto»
(Hooker, op. cit., I. VIII. 6)
• «Dejadle que no desee morir, dejadle que no desee vivir, dejadle que espere su momento (…)
Dejadle que soporte con paciencia duras palabras, que se abstenga por completo de los placeres
corporales» (Tradición Hindú, Leyes de Manu. ERE II.98)
• «Quien está inmóvil, quien ha comedido sus sentidos (…) se dice que es un devoto. Como
una llama que no vacila en un lugar en calma, así es el devoto» (Tradición india. Bhagavad gita.
ERE II. 90)

c.

• «¿Acaso el amor a la sabiduría no es una iniciación a la muerte?» (Tradición griega. Platón,


Fedón, 81 A)
• «Sé que permanecí en el patíbulo durante nueve noches, herido por una lanza en señal de
sacrificio a Odín, mi persona ofrecida a Mi Persona» (Tradición nórdica. Hávamál, l. 10 en
Corpus Poeticum Boreale; estrofa 139 en Lieder der Älteren Edda, Hildebrand, 1922)
• «En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, no da fruto;
pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde» (Juan 12, 24-25)

Más formulaciones

Demócrito, 460-370 antes de Cristo (era materialista y ateo9, en teoría):


• "Quien se entrega de voluntad a acciones que son justas y según la ley, ése pasará día y
noche feliz, confortado y sin cuidados; quien desatiende en cambio la justicia y no hace lo
que debe, todo le será sinsabor al caer en la cuenta de ello, vivirá en angustia y se
atormentará a sí mismo" (frag. 174)
• "Es varonil no sólo aquel que vence a los enemigos, sino también aquel que vence al placer.
Muchos domeñan ciudades y son esclavos de mujeres" (frag. 214)

9
Carlos Marx hizo su tesis doctoral sobre Demócrito.
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14

LA INVERSIÓN DE VALORES (CONTRA EL TAO): LA ABOLICIÓN DEL HOMBRE

La negación de la ley natural: el relativismo a lo largo del tiempo

“Nada es verdad ni nada es mentira, todo depende del color


del cristal con que se mira”. Principio que los adolescentes (y los no
tan adolescentes) traducen de la siguiente guisa: "No escuches a
nadie, nadie es más listo que tú, así que haz lo que te venga en
gana".

Según otra corriente que se ha dado de manera paralela a lo largo de la historia, la ley moral natural
o no existe o, si existe, es cambiante a lo largo del tiempo, de las circunstancias, de las culturas.
Depende de un acuerdo expreso o tácito de los hombres, depende de la costumbre, de la raza, de las
condiciones económicas o materiales, etc.

Según el relativismo, sería lícito cualquier acto inmoral (que viola el TAO o ley natural) si la
"cultura" de un momento no lo considerara inmoral. Por ello, en algunas épocas, algunos pueblos
realizaban sacrificios humanos (aztecas, incas, etc. con fines "religiosos") considerándolos buenos, o
los genocidios nazi, soviéticos, camboyanos (con fines psicosociales, políticos y/o económicos), o el
aborto en la actualidad en algunos sectores de la población occidental (con fines de lucro y/o
psicológicos y/o “sentimentales”), incluido los abortos de embriones descartados en la fecundación
in vitro (FIV) y la "manipulación" de éstos embriones fruto de la FIV (experimentos con personas
que ponen gravemente en riesgo su vida, de manera inncesaria, o la destruyen) (con fines de lucro
y/o supuestamente terapeúticos). O también, la moralidad de la "eutanasia" (con supuestos fines de
"calidad" de vida) o los actos homosexuales, en algunos sectores minoritarios a lo largo de la historia
o de algunos sectores actuales en algunos países occidentales.

Según el relativismo, son buenos si se consideran buenos, si nos ponemos de acuerdo en que así
sean. Esa fue, por ejemplo, la estrategia de Hitler: con una hábil propaganda lograr que se pusiera en
práctica la idea de que matar a los débiles y minusválidos era algo bueno. Como dijo Hitler "daré
una razón propagandista para comenzar la guerra, no importa si es plausible o no. Al vencedor no se
le pregunta después si él dijo o no la verdad"10.

La postura relativista apela a veces a que hay que superar los "valores tradicionales" y explorar
nuevas formas de pensar y ver las cosas. Sin embargo, el relativismo es una posición tradicional
muy vieja. Veamos algunos botones de muestra:

10
Tomado de láminas de historia de Diario Correo, Lima 2005.
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15

Protágoras (490-420 a. C.):


• Relativismo absoluto: no existen verdades universalmente válidas y objetivas. "Como cada
cosa me aparece, así es para mí; y como aparece a ti, así es para ti" (frag. 1)
• "el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son, y de las que no son
en cuanto no son" (frag. 1)11.
• "sobre los dioses no tengo medio de saber, ni si existen ni si no existen" (frag. 4)

Gorgias (485-380 a. C.):


• Nada existe. Si algo existiera, no sería cognoscible a los hombres. Y si fuera cognoscible,
sería en todo caso imposible de comunicarlo a otros (frag. 3)12
• "Yo creo que si alguno pidiera a todos los hombres que reunieran en un punto todo cuanto
uno estima por inconveniente y luego pidiera de nuevo que retirara de aquel montón cada
cual lo que estima por conveniente, de seguro que no quedaría allí ningún trozo, sino que
todo habría quedado repartido entre ellos" (frag 90, 2)

Antifón e Hipias de Elis (s. V a. C.):


• es lícito traspasar la ley: se puede hacer tranquilamente con tal de que nadie lo advierta.
Calicles:
• el más fuerte tiene siempre más que el débil. Este es su derecho, su derecho natural. Sólo los
débiles, la masa, las naturalezas esclavas se crean costumbre y leyes para protegerse con
ellas. Nuestra educación y cultura recoge estas ficciones y pone así límites al poder de los
fuertes.
Critias (460-403 a. C.):
• los dioses y toda religión no son sino invenciones de una astuta cabeza que quiso atemorizar
a los hombres con estos fantasmas de terror y demonios, para que cumplieran las leyes del
Estado sin necesidad de una policia al lado ("Gorgias", Platón).
• Y recoge la teoría evolutiva, que es muchos siglos más antigua que el darwinismo, como
refuerzo de su concepción del mundo: hubo un estado primitivo, "allí la vida del hombre
estaba en pleno desorden, a ras del animal, y sometido al más fuerte; no había ningún
premio para la virtud y ningún castigo para el vicio. Entonces creo yo que se les ocurrió a
los hombres dar leyes" ("Gorgias", Platón, 88 B 25)

Hegesías fue uno de los primeros defensores de la "eutanasia". Evolucionó del hedonismo (el único
bien es el placer) hacia un trágico pesimismo, y la gente le apellidó con el mote de "predicador de la
muerte", pues en todos sus discursos exhortaba constántemente al suicidio, hasta que Ptolomeo Lago
(323-285 a. C.) puso fin a su propaganda macabra encerrándole en la cárcel.

El "relativismo": coartada del totalitarismo

La negación de Dios como autor de la ley moral implica que el fin del hombre sería, como máximo,
la totalidad de la especie humana. En ese caso, cualquiera que se declarase depositario de la

11
Aristóteles responderá: "no eres tú blanco porque nosotros creemos que lo eres, sino porque lo eres decimos la verdad
al enunciarlo" (Metafísica 0, 10; 1051 b 7). "La verdad consiste en decir del ser que es y del no ser que no es" (Met. x 7;
1011b 27)
12
Platón le contestó diciendo: ¿son al menos estos principios que formula Gorgias verdaderos? Si no son verdaderos,
¿por qué los asegura Gorgias con tanta universalidad? y ¿por qué intenta comunicarlos a los demás?. Y Chesterton en el
s. XX decía que predicar el egoísmo es practicar el altruismo.
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16

Humanidad —en nombre del Estado, de una Clase, de una Raza, de una Idea, etc.— podría
arbitrariamente imponer su ley, sin que existiese fundamento alguno para oponerse moralmente. Este
es el camino que han escogido, para imponerse, todos los totalitarismos, antiguos o modernos: esos
que, desde hace por lo menos tres siglos, el hombre ha rechazado, aun a costa de su vida.

Veamos algunos ejemplos de estas coartadas:

Thomas Hobbes (1588-1679):


• Entrega al hombre atado de pies y manos a la voluntad del Estado: "la religión no es
filosofía, sino ley del Estado" (De Homine, cap. 14, 4). "Si se alcanza la ciencia, se elimina
la fe", la religión es "sólo" cuestión de fe, como en Kant y después de Kant.
• En el contrato social, es preciso que los derechos cedidos nunca puedan ser recuperados. El
Estado debe ser omnipotente y tener poder para determinarlo absolutamente todo por sí. Los
investidos del máximo poder estatal no están sometidos a nadie. El estado es soberano
absoluto respecto de todos sus subordinados, y es la única fuente del derecho, de la moral y
aun de la religión. Nada de libertad de conciencia. "Por ello otorgo aquí al poder supremo
del Estado el derecho de decidir si determinadas doctrinas son incompatibles con la
obediencia de los ciudadanos o no, y en caso afirmativo prohibir su difusión" (De cive, cap.
6). El Estado es Dios. Vuelve el hombre a ser de nuevo la "medida de todas las cosas" como
dijo Protágoras.

Kant (1724-1804):
• "¿Qué hacer si un pueblo, ante una determinada manera de gobierno, ve con gran
probabilidad peligrar su felicidad? Nada le queda sino obedecer". Aunque "el ciudadano
sumiso debe, al menos, poder suponer que su señor no le quiere hacer injusticia" (Obras, ed.
Academia VIII, 303 ss). Derecho y moral quedan separados. Ante el derecho ya no puede
apelarse a la conciencia o a la ley natural.

Hegel (1770-1831):
• La ley no está obligada, por definición, a ser justa; no se define más que por la voluntad del
Estado. «La ley es el puro querer absoluto de todos, que tiene la forma de ser inmediato...
Este puro querer no es, así, un mandamiento que solamente debe ser, pero es y vale; es el yo
universal de la categoria que es inmediatamente realidad efectiva, y el mundo solo es esta
realidad efectiva» (Hegel, Phänomenologie, I, p. 352, Ed. Hoffmeister, 1937.)
• «Ante una orden del Estado mi conciencia puede experimentar escrúpulos, la cosa prescrita
puede parecerle inhumana, injusta, criminal. ¡No importa! Estas confusiones y estos
escrúpulos de la conciencia sólo tienen un valor subjetivo, los rechazo con el valor de la
moralidad auténtica que ha llegado a ser mi segunda naturaleza, sin embarazarme con la
reflexión que delibera»
• "El Estado no es una obra de arte, está en el mundo, y entra, por tanto, en la esfera de lo
caprichoso, de la contingencia y del error; una conducta mala puede desfigurarle en muchos
aspectos"… Pero así como el hombre feo es todavía hombre, el más feo de los Estados será
todavía un dios.

Feuerbach (1804-1872):
• "lo humano es lo divino"…"Hemos de ser religiosos –la política será nuestra religión—". El
Estado es el "compendio de todas las realidades", "el ser universal" y la "providencia del
hombre". Así queda el Estado constituido prácticamente en enemigo de la religión. "El

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ateísmo práctico es, pues, el lazo que une los Estados", "los hombres se lanzan ahora a la
política, porque ven en el cristianismo una religión que despoja al hombre de su vigor
político".

Marx (1818-1883):
• "La religión es el opio del pueblo". Sólo un ateísmo que sustituye la fe en Dios por la fe en sí
mismo empujará al hombre a mirar or sí sin trabas ni escrúpulos. La destrucción de la
religión cristiana es un presupuesto para la creación de un mundo en el que el hombre sea
dueño de sí. Pero no sólo la religión cristiana; toda clase de religión es igualmente proscrita,
porque la religión es quizá lo que quita al hombre la conciencia de su miseria al consolarle
con la esperanza de otro mundo mejor. Por ello hay que llevar al pueblo constantemente la
idea de que la religión es una mera creación del hombre.

Lenin (1870-1924):
• "La religión es el opio del pueblo. La religión es una especie de aguardiente espiritual en
que los esclavos del capital ahogan su dignidad de hombres y sus derecho a una vida
humana medianamente digna. Pero el esclavo que ha llegado a hacerse consciente de su
esclavitud y se apresta a la lucha por su liberación, ha dejado ya de ser esclavo en una
mitad. El trabajador moderno con conciencia de clase, educado a la sombra de una gran
industria, despierto por la vida de ciudad, lanza de sí con desprecio los prejuicios religiosos,
deja el cielo para los curas y los beatos burgueses, y se aplica a conquistar para sí una vida
mejor aquí sobre la tierra" (Lenin, Marx, Engels, "Artículos escogidos", Socialismo y
Religión, Berlín 1946, p. 115).
• La religión puede y debe ser un asunto privado, cosa que se ha repetido siempre en las
esferas marxistas. Pero esto vale sólo para el Estado; el partido como tal es hostil a la
religión. El Estado debe ser neutral, libre de todo lazo de unión con la religión. Al ciudadano
como tal, nada le pone o le quita la religión.

Nietzsche (1844-1990)13:
• "No queda otro remedio para devolver a la filosofía su dignidad, hay que comenzar por
colgar a todos los moralistas. Mientras hablan de felicidad y de virtud, no logran ganar para
la filosofía sino a unas cuantas viejas" (Obras, XVI, 437). Nietzsche guerrea contra la moral,
porque la moral mata la vida. la historia de la filosofía, pero especialmente el cristianismo, es
una secreta rabia contra la vida, sus fundamentos y sus valores.

13
Conviene tener en cuenta lo que dice Hirschberger en su "Historia de la Filosofía", II, págs. 328-346, de
donde he recogido estas citas: Las contradicciones abundan en su pensamiento. No es su especialidad
entretenerse en menudencias analíticas. En ningún otro filósofo es tan grande el peligro de que el lector se
deje embelesar por el estilo musical y se contente con bellas palabras. Lo que aparece a muchos como
profundidad es tan sólo sentimiento y afecto que Nietzsche es maestro en sugerir. Pero en filosofía nada
sacamos con meros sentimientos y palabras vacías. Se precisan ideas, conceptos, razones. Más importante que
la forma es el contenido. Al leer a Nietzsche hay que preguntar continuamente por el contenido, si no quiere
uno verse burlado por la bella dicción. Además de leerle hay que estudiarle. Se advertirá que a medida que se
acaballan las palabras sonoras y sugestivas, se aleja el contenido buscado. Pero decadas después tendrá una
brillante escuela de adeptos —se refiere a los nazis y sus experiementos genéticos, y que hoy son de plena
acutalidad— que estará realmente persuadida de que el superhombre puede ser resultado de una experiencia
de establo.

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18

• La vida no es la felicidad. "¿Os aconsejo el amor al prójimo? Más bien os empujo al odio del
prójimo (próximo) y al amor lejano". Todo eso de felicidad, bienestar, compasión, le suena a
Nietzsche a insultos de la plebe. Es el "verde placer del pasto" de las grandes multitudes.
• "¿Cuáles son nuestras valoraciones y nuestras tablas de biene morales dignos de tal
nombre? ¿qué saldo positivo arroja su vigencia? ¿a favor de quién? ¿en razón de qué?
Respuesta: para la vida. Pero, ¿qué es la vida? Urge dar una nueva y más precisa
comprensión del concepto de la vida. Mi fórmula es: vida es voluntad de dominio" (Wille z.
Macht, Afor. 254).
• "¿Qué es lo bueno? Todo lo que eleva el sentimiento de poder, la voluntad de dominio mismo
en el hombre. ¿Qué es lo malo? Todo lo que viene de la debilidad… No conformidad y
resignación, sino más poder; no paz, sino guerra; no virtud, sino destreza (…sin escrúpulos
éticos). Los débiles y los fracasados deben perecer; primer principio de nuestro amor a los
hombres. Y hay que ayudarles a ello. ¿Qué es más perjudicial que cualquier vicio? La obra
de misericordia con toda suerte de desgraciados y débiles, el cristianismo" (Anticristo, afor.
2). Todo el proceso del mundo se resuelve para él en apetito de dominio y nada más.
• Su moral es una moral de los poderosos, de los que mandan. La Moral de señores: Bueno es
todo lo que cuadra al carácter, al poder y a la raza de estos señores: las actitudes levantadas y
soberbias; un sentimiento de plenitud, que tiene que desbordarse; la euforia de un alto
potencial de vida; la conciencia de una riqueza propia que tiende a difundirse, no por
compasión, sino por magnificencia redundante. La dureza, la fe en sí mismos, la arrogancia,
una oposición instintiva a todo lo que es desinterés, y una cierta reserva frente a todo lo que
significa simpatía y buen corazón.
• Lo opuesto son los débiles, los pequeños, los esclavos, los deheredados de la vida y toda su
peculiar manera de sentir y situarse ante las cosas. Todo lo que se acomoda a ellos es bajo y,
por tanto, malo. Éstos son objeto de desprecio. El cristianismo es una moral de débiles.
• "Sería horripilante creer todavía en pecados; todo cuanto hacemos, por muchas veces que lo
repitamos es inocente" (Obras, XII, 68). "Tengo que eliminar no sólo la doctrina del pecado,
sino también la del mérito".
• "Hoy todo imperativo moral (el hombre debe ser de esta o de la otra manera) pone en
nuestros labios una mueca de ironía". La realidad de lo ético se ha desvanecido para él. El
deber queda tan desprovisto de sentido como el querer.
• "Dios ha muerto". "Nada es verdad, todo está permitido" (Así habló Zaratustra, IV, la
sombra), puesto que no hay un "tú debes".
• Nietzsche aparece como enemigo de lo aleman y enemigo de lo cristiano. Éste inventó el
concepto de Dios como contraconcepto de la vida, para aplastar los instintos de ésta, sus
alegrías y su pujanza exuberante; inventó el más allá para desvolorizar el más acá; el alma,
para denigrar al cuerpo; el pecado, la conciencia, la libertad para arrebatar a los fuertes y
soberbios su fuerza. La conciencia y el pecado fueron propiamente invenciones judías pero
las tomó el cristianismo y Roma para judaizar el mundo entero. Los conceptos principales del
cristianismo, amor, compasión, humildad, abnegación, espíritu de sacrificio, son pura moral
de esclavos y odio de la vida. "El Dios de la cruz es una maldición contra la vida". "Yo
levanto contra la Iglesia cristiana la más terrible de todas las acusaciones… Es para mí la
más grande de todas las corrupciones imaginables… de todo valor ha hecho un antivalor; de
toda verdad, una mentira; de toda honradez, una vileza" (Anticristo, afor. 62)
• Pero, sin embargo, como dice Jaspers, para casi toda afirmación de Nietzsche se puede
encontrar en el mismo Nietzsche la afirmación contraria. Y por ejemplo, también dice
Nietzsche: "Ironía contra aquellos que creen hoy superado el cristianismo por las modernas
ciencias naturales. Los valores cristianos no han sido superados nunca por dichas ciencias.

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Cristo en la cruz es el más elevado símbolo de hoy" (Wille z. Macht, afor. 219). Igualmente
merecen su admiración una porción de instituciones de la Iglesia católica, las obras buenas,
las ceremonias del culto, el halo de dignidad y autoridad que rodea al sacerdote, hasta el rezo
del Rosario, la confesión sacramental, el celibato y los jesuitas son a veces defendidos por
Nietzsche contra las acusaciones del vulgo. Y truena contra Lutero.

Jean-Paul Sartre (1905):


• Nihilista14 y ateo radical. Ayuda a comprender la posición del hombre cuando pretende
ocupar el lugar de Dios: es él mismo el artífice de su propio ser y esencia. El hombre no es
otra cosa que lo que él mismo se hace. El hombre es ahora absolutamente libre, pero "está
condenado a ser libre", condenado porque para que la libertad sea plena libertad, no puede
haber nada enfrentado normativamente al hombre, ni fe en Dios, ni verdades ni valores. El
hombre se encuentra solitario y sin arrimo en un mundo hostil ("el infierno son los otros"),
sin tener otra salida que a sí mismo, su propio proyecto.

--------------------

Señala Pérez López, «podríamos recordar otros personajes históricos inhumanos, cuyo estado
interior en los estadios finales de su vida ha sido finamente descrito, en algunos casos, por autores de
auténtico genio literario. Valga como botón de muestra la insatisfacción de Macbeth, tan
genialmente expresada por Shakespeare en la escena III del acto V de la tragedia: “He vivido
bastante; el camino de mi vida declina hacia el otoño de amarillentas hojas; y cuanto sirve de
escolta a la vejez: el respeto, el amor, la obediencia, el aprecio de los amigos, no debo pretenderlos.
En cambio, vendrán maldiciones ahogadas, pero profundas, homenajes de adulación, murmullos
que el pobre corazón quisiera reprimir y no se atreve a rehusar”»

La inversión de valores no es una aportación de Nietzsche. Cualquier justificación de la injusticia,


sea cual sea, se orienta hacia esa meta. Es la propuesta de las brujas que incitan a Macbeth al
asesinato. Su lema es: "lo bello es feo, y lo feo es bello". Por tanto, se puede pisotear la conciencia. Y
Macbeth, con la complicidad de su mujer, asesina a su rey. Pero no le salen las cuentas. La
conciencia pisoteada se revuelve contra él y le produce la picadura venenosa del remordimiento:
"¡Oh, amor mío, mi mente está llena de escorpiones!"

Macbeth, la inolvidable tragedia de Shakesperare, es un retrato del hombre perdido en el vértigo de


una pasión, ahogado en su propia inversión de valores. Shakespeare nos muestra la tragedia de dos
personas con una ambición sin límites. Macbeth siente su propia conciencia como "un potro de
tortura" insoportable y entonces empieza a no desear haber nacido y "que la máquina del universo
estalle para siempre en mil pedazos". Su mujer le anima a resistir: "que se bloqueen todas las
puertas al remordimiento", dice; y añade poco después: "Si damos a esto tanta importancia, nos
volveremos locos". Palabras que se cumplieron en ella al pie de la letra. Muere loca, obsesionada
porque "aún queda olor a sangre. Ni todos los perfumes de Arabia perfumarían esta pequeña
mano".

Los grandes personajes literarios que han intentado sepultar la conciencia —entre otros, Macbeth,
Rodian Raskolnikov en Crimen y castigo, Lobo Larse en El lobo de mar— han sufrido siempre las
consecuencias de sus propios actos. Sus vidas trágicas nos enseñan que nadie debe amordazar la

14
del latín "nihil" que significa "nada".
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conciencia con la esperanza de triunfar, pues fuera de la ley moral no se hacen más grandes: al
contrario, se sienten atrapados en un cerco que cada vez se estrecha más y más.

BREVE ESQUEMA SOBRE LA PROPUESTA DEL CRISTIANISMO EN RELACIÓN A


TODO LO ANTERIOR

La propuesta cristiana incluye la ética común a las diversas religiones, pero no se reduce a ella, pues
lo que propone es algo muy diferente: supone na elevación al plano que denomina "sobrenatural"; le
denomina así para distinguirlo del plano "natural", que es el que descubren las demás culturas y
religiones diversas:

Bienes Virtud (libertad)15 Normas16


Invitación cristiana a Identificación con Gracia: Virtudes Bienaventuranzas
ser elevado al plano Dios en Jesucristo y sobrenaturales, (Sermón de la
"sobrenatural" ser amado por las morales infusas, y Montaña17):
Personas Divinas: Dios dones del Espíritu ("Este es el
Padre, Dios Hijo y Santo mandamiento mío: que
Dios Espíritu Santo (“sin Mí no podéis os améis los unos a los
hacer nada", Jn. 15,5) otros como yo os he
amado", Jn. 15,12).
Etica común a todas 1. Amar y ser amado Autocontrol Haz a otro…
las religiones (plano (por personas (racionalidad y No hagas a otro…
"natural") humanas) virtualidad) 10 mandamientos
2. Saber (el “Tao”)
3. Tener

El cuadro espero que ayude a comprender el sentido de todo este documento: ilustrar la celda
inferior de la derecha.

15
Su pérdida acarrea la cualidad contraria: vicio, pérdida de libertad, entendida como capacidad de elegir bien.
16
Se trata de normas o leyes “morales” o “éticas”. No se confunda con las leyes “jurídicas o legales”, con las leyes
“biológicas”, “económicas”, “físicas”, etc.
17
Ver Anexo.
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ANEXO

SERMÓN DE LA MONTAÑA (Evangelio de San Mateo 5-7, 29)

5 Viendo Jesús a las multitudes, subió al monte18; y sentándose, se le acercaron sus discípulos y
abriendo su boca les enseñaba diciendo:

Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.


Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el Reino de los
Cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y os calumnien por mi causa. Alegraos y
regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el Cielo: de la misma manera persiguieron a
los profetas, anteriores a vosotros.

Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa ¿con qué se salará? No vale sino para
tirarla fuera y que la pise la gente.

Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en lo alto de un monte; ni se
enciende una luz para ponerla debajo de un celemín, sino sobre un candelero a fin de que alumbre a
todos los de la casa. Alumbre así vuestra luz ante los hombres para que vean vuestras buenas obras y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos sino a darles su
plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse la Ley hasta
la más pequeña letra o trazo de ésta. El que quebrante uno solo de estos mandamientos, incluso de
los más pequeños, y enseñe a los hombres a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los
Cielos. Por el contrario, el que los cumpla y enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos. Os
digo, pues, que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el
Reino de los Cielos.

Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que mate será reo de justicia. Pero yo os
digo: Todo el que se llene de ira con su hermano será reo de juicio; y el que llame a su hermano
"raca" será reo ante el Sanedrín; el que le llame "renegado", será reo del fuego del infierno. Por
tanto, si al llevar tu ofrenda al altar recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda
ante el altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y vuelve después para presentar tu ofrenda.
Ponte de acuerdo cuanto antes con tu adversario mientras vas de camino con él; no sea que tu
adversario te entregue al juez y el juez al alguacil y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás
de allí hasta que restituyas la última moneda.

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Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer
deseándola, ya ha cometido adulterio en su corazón. Si tu ojo derecho te escandaliza, arráncatelo y
tíralo; porque más vale que se pierda uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo sea arrojado al
infierno. Y si tu mano derecha te escandaliza, córtala y arrójala de ti; porque más te vale que se
pierda uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.

Se dijo también: Cualquiera que repudie a su mujer, déle libelo de repudio. Pero yo os digo que todo
el que repudie a su mujer —fuera del caso de fornicación— la expone a cometer adulterio, y el que
se una con la repudiada comete adulterio.

También habéis oído que se dijo a los antiguos: No jurarás en vano, sino que cumplirás tus
juramentos al Señor. Pero yo os digo. No juréis en absoluto; ni por el Cielo, porque es el trono de
Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del Gran
Rey. Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes volver blanco o negro ni un solo cabello. Sea,
pues, vuestro modo de hablar: Sí, sí o no, no. Lo que exceda de esto, viene del Maligno.

Habéis oído que se dijo: Ojo por oro y diente por diente. Pero yo os digo: No repliquéis al malvado:
por el contrario, si alguien te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiera
entrar en pleito contigo para quitarte la túnica, déjale también la capa. A quien te fuerce a andar una
milla, ve con él dos. A quien te pida, dale y no rehuyas al que quiera de ti algo prestado.

Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a
vuestros enemigos y rezad por los que os persigan y calumnien para que seáis hijos de vuestro Padre
que está en los cielos, que hace salir su sol sobre buenos y malos, y hace llover sobre justos y
pecadores. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? ¿Acaso no hacen eso también los
publicanos? Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿Qué hacéis de más? ¿Acaso no hacen eso
también los paganos? Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto.

6 Guardaos bien de hacer vuestra justicia delante de los hombres con el fin de que os vean; de otro
modo no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los Cielos.

Por tanto, cuando des limosna no lo vayas pregonando, como hacen los hipócritas en las sinagogas y
en las calles, con el fin de ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya recibieron su
recompensa. Tú, por el contrario, cuando des limosna, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu
derecha, para que tu limosna quede en oculto; de este modo, tu Padre que ve en lo oculto te
recompensará.

Cuando oréis, no seáis como los hipócritas que son amigos de orar puestos de pie en las sinagogas y
en las esquinas de las plazas, para exhibirse delante de los hombres; en verdad os digo que ya
recibieron su recompensa. Tú, por el contrario, cuanto te pongas a orar, entra en tu aposento y,
cerrada la puerta, ora a tu Padre en lo oculto; y tu Padre que ve en lo oculto te recompensará. Y al
orar no es preciso que empleéis muchas palabras como los gentiles, que se figuran que por su
locuacidad van a ser escuchados. No queráis, pues, ser como ellos; porque bien sabe vuestro Padre
de qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis. Vosotros, pues orad así:

Padre nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu Nombre;


venga tu Reino; hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy;

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y perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores;


y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal.

Pues si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre Celestial. Pero si
no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestros pecados.

Cuando ayunéis no os finjáis tristes como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los
hombres noten que ayunan. En verdad os digo que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio,
cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lávate la cara, para que no adviertan los hombres que ayunas, y
tu Padre que ve en lo oculto te recompensará.

No queráis amontonar tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los corroen y donde los
ladrones socavan y los roban. Amontonad en cambio tesoros en el Cielo, donde ni polilla ni
herrumbre corroen, y donde los ladrones no socavan ni roban. Porque donde está tu tesoro allí estará
tu corazón.

La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es sencillo todo tu cuerpo estará iluminado. Pero si tu ojo
es malicioso todo tu cuerpo estará en tinieblas. Y si la luz que hay en ti es tinieblas, cuán grande será
la oscuridad.

Nadie puede servir a dos señores, porque o tendrá aversión al uno y amor al otro, o prestará su
adhesión al primero y menospreciará al segundo: no podéis servir a Dios y a las riquezas.

Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, con qué os
vestiréis. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento y el cuerpo que el vestido? Fijaos en las aves
del cielo que no siembran, ni siegan, ni almacenan en granero, y vuestro Padre Celestial las alimenta.
¿Es que no valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Quién de vosotros por mucho que cavile puede
añadir un solo codo a su estatura? Y acerca del vestir, ¿por qué preocuparos? Contemplad los lirios
del campo, cómo crecen: no se fatigan ni hilan, y yo os digo que ni Salomón en toda su gloria pudo
vestirse como uno de ellos. Si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios la
viste así, ¡cuánto más a vosotros, hombres de poca fe! No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿qué
vamos a comer, qué vamos a beber, con qué nos vamos a vestir? Por todas esas cosas se afanan los
paganos. Bien sabe vuestro Padre Celestial que de todo eso estáis necesitados.

Buscad, pues, primero, el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura. Por
tanto, no os preocupéis por el mañana, porque el mañana traerá su propia preocupación. A cada día
basta su contrariedad.

7 No juzguéis y no seréis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis se os juzgará, y con la
medida con que midáis se os medirá.

¿Por qué te fijas en la mota del ojo de tu hermano, y no adviertes la viga que hay en el tuyo? O
¿cómo vas a decir a tu hermano: deja que saque la mota de tu ojo, cuando tú tienes una viga en el
tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver cómo sacar la mota del ojo de
tu hermano.

No déis las cosas santas a los perros, ni echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen
con sus patas y revolviéndose os despedacen.

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Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y todo
el que busca, encuentra; y al que llama se le abrirá.

O ¿quién hay entre vosotros, al que si su hijo pide un pan le da una piedra? ¿o si le pide un pez, le da
una culebra? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más
vuestro Padre que está en los Cielos dará cosas buenas a quienes le pidan?

Todo lo que queráis que hagan los hombres con vosotros, hacedlo también vosotros con ellos: Esta
es la Ley y los Profetas.

Entrad por la puerta angosta, porque amplia es la puerta y ancho el camino que conduce a la
perdición, y son muchos los que entran por ella. ¡Qué angosta es la puerta y estrecho el camino que
conduce a la Vida, y qué pocos son los que la encuentran!

Guardaos bien de los falsos profetas que vienen a vosotros disfrazados de oveja, pero por dentro son
lobos voraces. Por sus frutos los conoceréis; ¿Acaso se cosechan uvas de los espinos o higos de las
zarzas? Así, todo árbol bueno da frutos buenos y todo árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no
puede dar frutos malos, ni un árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no dé fruto bueno será
cortado y arrojado al fuego. Por tanto, por sus frutos los conoceréis.

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos; sino el que hace la voluntad
de mi Padre que está en los Cielos, ése entrará en el Reino de los Cielos. Muchos me dirán en aquel
día: Señor, Señor, ¿pues no hemos profetizado en tu nombre, y arrojado los demonios en tu nombre,
y hecho prodigios en tu nombre? Entonces yo les diré públicamente: Jamás os he conocido: apartaos
de mí, los que habéis obrado la iniquidad.

Por tanto, todo el que oye estas palabras mías y las pone en práctica, es como un hombre sabio que
edificó su casa sobre roca: Cayó la lluvia, llegaron las riadas, soplaron los vientos y batieron la casa,
y no se cayó porque estaba cimentada sobre roca.

Pero todo el que oye estas palabras mías y no las pone en práctica es como un hombre necio que
edificó su casa sobre arena: Cayó la lluvia, llegaron las riadas, soplaron los vientos e irrumpieron
contra la casa aquella, y cayó y fue tremenda su ruina.

Y sucedió que, cuando terminó Jesús estos discursos, las multitudes quedaron admiradas de su
doctrina, pues les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas y los fariseos.

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