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GRADO EN LOGOPEDIA
TRABAJO FIN DE GRADO
Curso: 2015-2016
Convocatoria: extraordinaria
RESUMEN
ÍNDICE
RESUMEN ...................................................................................................................................... 2
1. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 4
2. CONTEXTUALIZACIÓN ........................................................................................................... 5
2.1. DEFINICIÓN DE LA AFASIA PROGRESIVA PRIMARIA Y ANTECEDENTES HISTÓRICOS ......... 5
2.2. EPIDEMIOLOGÍA Y FACTORES DE RIESGO DE LA AFASIA PROGRESIVA PRIMARIA............. 8
2.3. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DE LA AFASIA PROGRESIVA PRIMARIA ................................... 9
2.4. EVALUACIÓN DE LA AFASIA PROGRESIVA PRIMARIA....................................................... 10
2.5. EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO DE LA AFASIA PROGRESIVA PRIMARIA ............................... 12
2.6. VARIANTES DE LA AFASIA PROGRESIVA PRIMARIA.......................................................... 14
2.6.1. Caracterización clínica de las variantes de afasia progresiva primaria ..................... 14
2.6.2. Caracterización anatómica de las variantes de afasia progresiva primaria. ............. 21
2.6.3. Correlación neuropatológica de las variantes de afasia progresiva primaria ........... 23
3. TRATAMIENTO DE LA AFASIA PROGRESIVA PRIMARIA ....................................................... 25
3.1 TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS................................................................................. 25
3.2 TRATAMIENTO LOGOPÉDICO ............................................................................................ 25
4. CONCLUSIONES ................................................................................................................... 32
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ........................................................................................... 34
1. INTRODUCCIÓN
En la gran mayoría de las ocasiones, se excluye u olvida el papel tan importante que
tienen los logopedas en cuanto a la prevención, la evaluación, el diagnóstico y la
rehabilitación de los trastornos ligados a la población adulta, y más concretamente, en
el ámbito de las enfermedades neurodegenerativas. No se debe olvidar que existen
numerosas enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, Parkinson, Esclerosis
Múltiple etc…) que llevan asociadas alteraciones de la deglución, la comunicación, el
habla y/o el lenguaje. Es más, existe un trastorno, que es el tema central de este trabajo
fin de grado, cuyo síntoma nuclear es la alteración del lenguaje. El trastorno se conoce
como afasia progresiva primaria.
Las razones por las que se realiza este trabajo fin de grado son varias. La primera se
debe a las novedades que han surgido en los últimos años en torno a este trastorno; la
aparición de un nuevo tipo de afasia progresiva primaria, la clasificación de la
enfermedad en tres variantes y la introducción de nuevos criterios diagnósticos. La
segunda sería la falta de literatura actualizada en castellano sobre este trastorno. Y por
último, el interés personal como futura logopeda por conocer más acerca del trastorno
y de cómo reducir el impacto que suponen los déficits del lenguaje en la vida de quienes
lo padecen y de sus familiares.
propone una batería de pruebas estandarizadas con el fin de realizar una evaluación
exhaustiva de todas las áreas del lenguaje que permita establecer un diagnóstico
diferencial y conocer las características del lenguaje de los pacientes. Y por último, se
presentan las tres variantes en las que se puede clasificar la afasia progresiva primaria:
afasia progresiva variante no fluente (APP-vnf), afasia progresiva semántica (APP-vs) y
afasia progresiva variante logopénica (APP-vl). Y se describen cada una de las variantes
en base a sus manifestaciones clínicas, anatómicas y neuropatológicas.
En el último capítulo, se ofrece una visión general de los tratamientos que existen y más
en profundidad de los tipos de terapias logopédicas, con el fin de demostrar su eficacia
y establecer pautas terapéuticas basadas en la evidencia científica.
2. CONTEXTUALIZACIÓN
(Custodio et al., 2013). Uno de los primeros en hacerlo fue Sérieux (Serieux, 1893) quien
describió el caso de un paciente que presentaba dificultades para comprender palabras.
Durante los años posteriores no cesaron las publicaciones de pacientes con esta
sintomatología. En 1909, Max Rosenfeld detalló la alteración progresiva del lenguaje de
tipo anómico en un paciente de 62 años de edad, que no presentaba otros déficits
neuropsicológicos y cuya autopsia reveló una atrofia severa del lóbulo temporal
izquierdo (Espert, Navarro, Deus, Gadea, y Chirivella, 1996).
En 1982 Marcel Mesulam presentó el caso de cinco pacientes que presentaban una
afasia anómica progresiva cuya tomografía computarizada (TC) reveló una
degeneración cerebral focal en la región perisilviana del hemisferio izquierdo.
Basándose en esta estas evidencias clínicas y anatómicas, acuñó el término afasia
lentamente progresiva (Slowly progressive aphasia) para referirse a un trastorno aislado
del lenguaje que progresa lentamente sin perturbaciones intelectuales ni conductuales
con atrofia selectiva de la región perisilviana izquierda (Mesulam, 1982). Solo cinco años
más tarde, fue el mismo Mesulam quien sustituyó el término de afasia lentamente
progresiva (Slowly progressive aphasia) por afasia progresiva primaria (Primary
progressive aphasia) para referirse a este síndrome y diferenciarlo de las alteraciones
del lenguaje que aparecen en la enfermedad de Alzheimer (EA) (Mesulam, 1987).
Murray Grossman describió otro trastorno progresivo del lenguaje al que denominó
afasia progresiva no fluente. Este trastorno se caracteriza por un lenguaje espontáneo
hipofluente con numerosos errores gramaticales y un deterioro gradual de la
comprensión de oraciones (Grossman, Mickanin, Onishi, Hughes, D' Esposito, Ding,
Alavi y Reivich, 1996)
Por último, existe una minoría de pacientes que no pueden incluirse en ninguna de estas
variantes, ya sea porque presentan síntomas lingüísticos aislados o porque tienen
características de más de un grupo. Este grupo de patologías se engloban bajo el
término de afasias progresivas no clasificables (Matías-Guiu y García-Ramos, 2013).
La APP suele tener una edad de inicio comprendida entre los 50 y 60 años, aunque
puede presentarse en un rango de edad que comprende desde los 35 hasta los 80
(Johnson et al., 2005). Según la doctora Gorno-Tempini la APP es más frecuente en
mujeres (Gorno-Tempini, et al., 2004). Sin embargo, esta afirmación entra en
contradicción con otros autores que afirman que no existen diferencias en relación al
género (Grossman, 2010), o incluso, que la APP es discretamente más frecuente en el
sexo masculino que en el femenino (Westbury y Bub, 1997).
Por otro lado, los problemas de aprendizaje, especialmente la dislexia, pueden ser más
frecuentes en pacientes con APP, lo que sugiere una vulnerabilidad de las redes
neurales del lenguaje. Igualmente, se ha detectado una mayor frecuencia de
vasectomía, explicándose dicha asociación por un fenómeno autoinmune aunque
ninguna de estos dos supuestos han sido refutados (Rogalski y Mesulam, 2009).
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El Boston Naming Test (BNT) (Kaplan, Goodglass y Weintraub, 1983) permite evaluar
la denominación de objetos (Custodio et al., 2012). La fluidez se puede evaluar a través
del BNT o el WAB, pero el WAB tiene láminas con más personajes y acciones más
variadas que incrementan las oportunidades para la producción del habla.
Posteriormente, se transcriben las muestras de voz del paciente y se comparan con la
escala de siete puntos del test de Boston para el diagnóstico de la afasia (Goodglass,
Kaplan y Barresi, 2001). Por último, el WAB-R (Kertesz, 2006) ofrece una prueba de
repetición muy completa que evalúa repetición de palabras y frases (Mesulam, Wieneke,
Rogalski, Cobia, Thompson y Weintraub, 2009).
El Three Words Three Shapes (3W3S) evalúa la memoria episódica y muestra que los
pacientes con APP tienen un compromiso selectivo para el recuerdo de palabras que no
afecta a las formas (Custodio et al., 2012).
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En los últimos estadios de la enfermedad, la gravedad del trastorno del lenguaje se hace
más pronunciada, pudiendo llegar en muchos casos hacia el mutismo (Matías-Guiu y
Garcia-Ramos, 2013). Sin embargo, el ritmo de progresión y la severidad, dependen del
paciente (Rogalski y Mesulam, 2009).
En una media de 7 años alrededor del 50% de los enfermos de APP pierden su
independencia (LeRhun, Richard y Pasquier, 2005). La supervivencia se estima en torno
a los 7-10 años, aunque recientemente se han realizado investigaciones que indican un
curso más lentamente progresivo (Matías-Guiu y Garcia-Ramos, 2013).
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La producción del habla es costosa, los pacientes se expresan con dificultad y de forma
lenta. Así mismo, la fluencia verbal (palabras por minuto) también se ve
significativamente reducida (Bonner, Ash y Grossman, 2010). Además aparecen
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Además de los déficits lingüísticos es frecuente que los pacientes con APP-vnf
desarrollen otros déficits neuropsicológicos. Las alteraciones más comunes se producen
en las funciones ejecutivas, concretamente en la memoria de trabajo y la planificación
mental. Estas alteraciones se ponen de manifiestos en tareas de repetición de dígitos
de forma inversa, tareas de fluencia verbal (por ejemplo, decir palabras que empiecen
por la letra f) y tareas en las que es necesario operar con medidas de tiempo. Por el
contrario, la memoria episódica y las habilidades visuoespaciales suelen estar
preservadas (Grossmann, 2012).
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La afasia progresiva variante semántica (APP-vs) se caracteriza por una pérdida del
conocimiento semántico que se traduce en dificultades en la denominación por
confrontación visual y/o déficits en la comprensión de palabras aisladas. El déficit en la
memoria semántica complica significativamente el reconocimiento de objetos y
personas, incluso cuando estas se presenta con diferentes modalidades de entrada,
como visual (representaciones pictóricas y objetos reales), táctil, olfativa y gustativa. Por
lo tanto, en los criterios diagnósticos se incluyen las diferentes modalidades de
presentación (véase cuadro 2). Los déficits semánticos suelen afectar a todas las
categorías semánticas aunque se han descrito casos en los que solo se estaban afectas
determinadas categorías semánticas. La dificultad en la comprensión de palabras afecta
sobre todo a aquellas palabras de uso poco frecuente, de tal manera, que los pacientes
normalmente tienen más dificultades en la comprensión de palabras como cebra que en
otras más frecuentes como gato. Por el contrario, la comprensión de frases está
totalmente preservada (Gorno-Tempini et al., 2011).
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Al contrario que en las otras dos variantes descritas, en la APP-vs la repetición está
totalmente preservada (Custodio et al., 2012).
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La APP-vs también puede evolucionar con otras alteraciones asociadas como agnosia
visual asociativa o prosopagnosia. En esta línea, Mesulam distingue entre los trastornos
puramente lingüísticos (APP-semántica) y aquellos que asocian con agnosia visual u
otros déficits (demencia semántica). Por el contrario otros autores, consideran que APP-
vs y demencia semántica son la misma entidad, probablemente en diferentes estadios
evolutivos, pero con una anatomía patológica común (Matías-Guiu y García-Ramos,
2013). En cuanto a la memoria, a pesar de que la memoria semántica esté
comprometida, la memoria episódica está totalmente preservada, especialmente para
recordar los hechos recientes (Harciarek y Kertesz, 2011).
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Los resultados de los diversos estudios de neuroimagen, tanto estructurales (RM) como
funcionales (PET), en multitud de pacientes con APP han permitido identificar las
regiones anatómicas afectadas. Estos estudios también han revelado que existe
asimetría en cuanto a la atrofia cortical siendo las áreas perisilviana, supramarginal y
angulares del hemisferio cerebral izquierdo las más gravemente afectadas (Rogalski,
Cobia, Harrison, Wieneke, Thompson, Weintraub y Mesulam, 2011). Además existe
correspondencia directa entre la zona anatómica dañada y la sintomatología lingüística,
por lo que se han concretado unos criterios de neuroimagen que ayudan al diagnóstico
de las diferentes variantes clínicas de la APP (Gorno-Tempini et al., 2011) (véase cuadro
4).
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Existe un tercer nivel en cuanto a los criterios diagnósticos de las diferentes variantes
de APP (vease cuadro 5). El tercer nivel permite establecer un diagnóstico
neuropatológico definitivo. Se refiere a los casos que presentan características clínicas
típicas (con o sin pruebas neuroimagen) de cada variante y mutaciones patológicas o
genéticas asociadas con el DLF- tau, DLFT-TDP43, AD u otra etiología específica. La
presencia de la patología definitiva no implica que el síndrome esté mejor definido
clínicamente, sólo que se ha asociado con una función biológica conocida (Gorno-
Tempini et al., 2011).
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El diagnóstico clínico que esté presente el criterio uno y cualquiera de los otros dos:
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Las alteraciones lingüísticas producidas por la APP condicionan las relaciones sociales
y el desarrollo de las actividades de la vida diaria (al menos aquellas en las que interfiere
el lenguaje), disminuyendo la calidad de vida del paciente (Jokel, Graham, Rochon y
Leonard, 2014). Esto lleva a la incipiente necesidad de desarrollar alternativas eficaces
de tratamiento (Tippett, Hillis y Tsapkini, 2015). Existen dos tipos de tratamiento de la
APP claramente diferenciados; tratamientos farmacológicos (Reed, Johnson,
Thompson, Weintraub y Mesulam, 2004; Kertesz, Morlog, Light, Blair, Davidson, Jesso
y Brashear, 2008) y tratamientos no farmacológicos (Jokel, Rochon y Leonard, 2006;
Dressel, Huber, Frings, Kümmerer, Saur, Mader y Abel, 2010).
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pacientes. No obstante, los resultados sobre que tratamiento es más eficaz para cada
variante de la APP son escasos y poco fiables. Mientras que unas investigaciones
afirman que los tratamientos con enfoque semántico favorecen a los pacientes con APP-
vs y los tratamientos con base fonológica a los pacientes con APP-vnf. Otras muestran
que los pacientes con APP-vs se benefician tanto de tareas fonológicas como
semánticas (Jokel, et al., 2006).
Las dificultades en el lenguaje escrito, es otra de las características que está presente
en todos los subtipos de APP, aunque con diferentes formas de presentación. La APP-
vs suele asociarse con la disgrafía de superficie mientras que la disgrafía fonológica es
característica de la APP-vnf y la APP-vl. A pesar de ser un trastorno muy frecuente, solo
se han realizado dos investigaciones sobre la intervención de disgrafía en APP, en
ambos casos los pacientes mostraban características clínicas compatibles con APP-vl
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(Rapp y Glucroft, 2009; Tsapkini y Hillis, 2013). Los resultados evidencian beneficios
inmediatos y a corto plazo. Lo que permite suponer que la disgrafía es sensible al
tratamiento en las otras dos variantes (Gramah, 2013).
En relación al resto de los déficits que forman el cuadro clínico de la APP y sus variantes,
apenas se han encontrado investigaciones. Solo se ha encontrado una investigación
para el tratamiento de la apraxia del habla y otra para el agramatismo. El estudio sobre
la apraxia del habla tiene por objeto establecer un método novedoso y eficiente para el
tratamiento de la misma. El método consiste en utilizar la lectura oral estructurada como
una herramienta para mejorar la producción de palabras polisílabas. Los resultados
indican una mejora en la fluidez articulatoria, tanto en la lectura en voz alta como en el
habla conversacional. Además de una reducción de la frustración de los pacientes
cuando se comunican, tanto con sus familiares como con desconocidos (Henry, Meese,
Truong, Babiak, Miller, y Gorno-Tempini, 2013). En cuanto al agramatismo la
investigación propone un tratamiento que combina la comunicación verbal y gestual para
adquirir y generalizar los tiempos verbales (pasado, presente y futuro) en la producción
de frases. La metodología es la siguiente: se le muestra una tarjeta al paciente con una
frase, y antes de que él realice la actividad, se ofrece un video realizando el gesto
correspondiente y se le da el modelo de forma oral. Tras el tratamiento, se observan
mejoras en la producción de frases y generalización de los tiempos verbales a aquellos
verbos no entrenados. En el seguimiento se mantuvieron las respuestas gestuales
mientras que las respuestas verbales disminuyeron en los tiempos de futuro y pasado
(Schneider, Thompson y Luring, 1996).
Por otro lado, han aparecido diversas investigaciones con el objetivo de que el paciente
mantenga la eficacia comunicativa en sus interacciones. El punto fuerte de este tipo de
intervenciones es que se centran en las necesidades de los pacientes e intentan
establecer un vínculo entre la rehabilitación y actividades de la vida diaria. Por el
contrario, su debilidad reside en las dificultades para lograr medir los efectos del
tratamiento de manera experimental (Carthery-Goulart et al., 2013). Aun con estas
dificultades existen investigaciones que muestran ciertos benéficos en el lenguaje de los
pacientes.
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Otros autores, creen que es útil enseñar al paciente diferentes estrategias para iniciar y
mantener la comunicación con el interlocutor. Este es el caso de Wong y sus
colaboradores que realizaron una intervención destinada a mejorar la eficacia
comunicativa de un paciente con APP-vs, en primer lugar enseñaron al paciente las
estrategias en sesiones individuales y después se realizaron sesiones grupales para
ponerlas en práctica. Por último, se le dió una serie de pautas a la mujer del paciente
con el fin de que ayudarle a generalizar los aprendizajes en un el contexto de la vida
diaria (Wong, Anand, Chapman, Rackley y Zientz, 2009). Es importante tener en cuenta
que este tratamiento está dirigido a un paciente con APP-vs, no se desconoce su
eficacia en otras variantes. En el siguiente cuadro (Cuadro 6) se recogen los objetivos
más importantes de la intervención:
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En base a los buenos resultados, parece más que evidente la necesidad de ampliar el
tamaño muestral y continuar con la investigación en este ámbito, con el fin de establecer
un tratamiento eficaz.
4. CONCLUSIONES
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5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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