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W. W.

ROSTOW

Las etapas
de
crecimiento económico
U N MANIFIESTO N O COMUNISTA

19644

U n i v e r s i d a d

roamericana

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


CAPÍTULO I
InglalsrrO
INTRODUCCIÓN

Froncio
Este libro cs„una generalización de la marcha de la historia moderna,
hecha por u n historiador de la economía. Esta generalización reviste
Eslados Un-dos la forma de una serie de etapas de crecimiento.
H e llegado gradualmente a ser dei parecer de que es posible y,
para ciertas finalidades limitadas, útil s u M i v i d i r la historia de cada
Alemania
economía nacional —y algunas veces la historia de las regiones— de
acuerdo con esta serie de etapas. Éstas constituyen, a la postre, t a n t o s
una teoría sobre el crecimiento económico como una teoría más gene-
Suecio
ral, aun cuando todavía m u y parcial, acerca de la historia moderna en
su c o n j u n t o ,
Jopon Pero cualquier forma de considerar las cosas que pretenda incluir
en su órbita, digamos, los aspectos más importantes de la Inglaterra
de fines del siglo x v i i i y de la Rusia de Khruschev, del Japón del pe-
riodo M e i j i y del C a n a d á en la ¿poca del auge ferroviario anterior
a 1914, de los Estados U n i d o s de Alcxandcr H a m i l t o n y de la China
Conodá de M a o , de la A l e m a n i a de I l i s m a r r k , y del E g i p t o de Nasser —todo
proyecto de esta naturaleza está destinado, en el mejor de los casos, a
tener ciertas limitaciones.
N o puedo insistir bastante, desde el principio, en que las etapas de
crecimiento representan una manera arbitraria y limitada de conside-
rar la sucesión de acontecimientos que forman la historia moderna: y
que, de n i n g u n a manera, constituyen la forma correcta. De hecho,
están ideadas para esclarecer no solamente las uniformidades en la se-
cuencia de la modernización, sino también —e igualmente— el carácter
Arg«n!>rta sui gencris de la experiencia de cada nación.
C o m o dice Cioce al exponer los límites del materiaHsmo histórico:
Milico
" . . . e n tanto que es posible reducir a conceptos generales los factores
particulares de la realidad que aparecen en la h i s t o r i a . . . no es posible
darle la forma de conceptos generales al tjnico y complicado total cons-
China tituido por estos factores".* A s í , pues, nos ocuparemos aquí de ciertos
"factores particulares de la realidad" que aparecen en el transcurso de
Indio
la historia del m u n d o moderno aproximadamente desde 1700.
A l aceptar y hacer hincapié en la naturaleza limitada de la empre-

CtiaHro d e b-i etapa* del crecimiento e c o n ó m i c o en alpunoi r-'^'^'^' írlrcc.onado!. KA-


tesc qvic C a r a d í y Aimr;>lia entraron 3 la etapa del alto c o n s u m o rn m a s a antes d e • B . C r o c e . ¡iitloricúl Materiaiiim and ihf Economici of Karl Marx, irad. ingl. d e
alcanzar !a mailnre/., ¡Corlesí.i de T/ie Ecortomitl.] C , M . Meredith, rr- V*.
13
14 INTRODUCCIÓN i>rnioDUcctÓN 15

53, debe observarse que las etapas de crecimiento se hr.n ideado con el / desde su fundamento en los motivos humanos, j a m á s debe olvidar el
f i n de abordar una serie considerable de problemas. ¿ Q u e impulsos aforismo de K c y n c s : "Si la naturaleza humana 110 sintiera la tentación
iníluycron en las sociedades agrícolas tradicionales para iniciar el pro- de probar suerte, n i satisfacción (abstracción hecha de la ganancia) en
ceso de su modernización P ¿ C ó m o y cuándo se transformó el creci- construir una fábrica, un ferrocarril, una mina o ima hacienda, no
m i e n t o n o r m a l en una característica innata de cada sociedad? ¿ Q u é habría mucha inmersión como resultado simplemente de cálculos pon-
fuerzas dieron impulso al proceso de crecimiento sostenido y determi- derados."»
naron sus límites? ¿ Q u e rasgos comunes sociales y políticos del pro- La exposición principia con una definición impresionista de las c i n - •'('
ceso del crecimiento pueden discernirse en cada etapa? ¿ E n que sen- co principales etapas de crecimiento y u n breve enunciado de la teoría
t i d o se pone de manifiesto, etapa por etapa, el carácter único de cada dinámica de la producción que constituye su estructura central. Los
sociedad? ¿ Q u e fuerzas han d e t e r m i n a d o las relaciones entre las zo- cuatro capítulos que siguen consideran en forma mas analítica, con
nas más desarrolladas y las de escaso desarrollo; y q u é conexión, si ejemplos de la historia y de la experiencia contemporáneas, las etapas
la hubo, g u a r d ó el proceso de desarrollo con el estallido de la guerra? que sujwran la sociedad t r a d i c i o n a l : el periodo de las condiciones prc-
Y , por último, ¿hacia dónde nos llevará el interés compuesto? ¿Nos vias, el impulso inicial o despegue, la madurez y el periodo de difu- |i
conducirá hacia el c o m u n i s m o , hacia los ricos barrios residenciales ha- sión en masa de bienes y servicios duraderos de consumo.
bilitados generosamente con u n capital social fijo, a la destrucción, a E n el capítulo v r i se examinan los modelos comparativos ílcl creci-
la l u n a , o a donde? miento de Rusia y los Estados U n i d o s durante el siglo pasado, tema
H e ideado las etapas de crecimiento para averiguar estas cuestio- que tiene interés tanto histórico como contemporáneo.
nes; y como constituyen una alternativa a la teoría de la historia m o - , ^ El capítulo V I H aplica las etapas de crecimiento al problema de la
derna de K a r l M a r x , he dedicado totalmente el capítulo final a esta- agresión y la guerra, hasta principios de 1950, problema que se conoce
blecer una comparación entre su manera de interpretar las cosas y por lo c o m ú n bajo el r u b r o de imperialismo.
!a m í a . El capítulo I X continúa este análisis de la .elación entre el desarrollo
Pero liay que dejar esto bien claro: aunc^ue las etapas de crecimiento y la guerra en el f u t u r o , teniendo en cuenta la naturaleza del problema
representan una forma económica de considerar a las sociedades en su de la paz, - i se examina a partir de la perspectiva de las etapas de ^¡
totalidad, de n i n g u n a manera significa que los m u n d o s de la política, crecimiento. ^
de la organización social y la c u l t u r a sean una simple superestructura Y, [x>r último, en el capítulo x examinamos en forma expresa la re-
construida y obtenida exclusivamente de la economía. Por el contra- laciún que existe entre las etapas de crecimicnio y el sistema niarxista.
rio, aceptamos desde el p r i n c i p i o la idea a la que M a r x volvió final- Ahora podemos ya preguntarnos ¿ q u é son estas etapas de crcci-
mente la espalda, y que F.ngcis, ya m u y anciano, estaba dispuesto a miento? '}>
reconocer de todo c o r a z ó n : a saber, que las sociedades son organismos
de acción recíproca. Si bien es cierto <pie las variaciones de índole
económica tienen consecuencias políticas y sociales, el cambio cconómi- , /
co, en sí, es considerado aquí como el resultado de fuerzas políticas y
sociales, así como estrictamente económicas. Y en términos de la m o t i -
vación h u m a n a , muchos de los cambios más profundamente económi-
cos son vistos como consecuencia de motivos y aspiraciones humanas
de naturaleza no económica. Q u i e n estudia el crecimiento económico

* f>c cm;ilea riia frasr i-omo u n a ffirnia abrcviaii.i d e s u R c i r q u e nnrtnalmente el


drtarrnllo se prfviiice píir prngiesión g n i m c c n r a , a j e m c j a n T ^ d e u n a cuenta de ahorros Trorh general de \b o/iipanán, e¡ inleríf y el dinrri, 5* ed., F o n d o de Cultura
en I» qi!C deja q u e el interdi jc a c u m u l e al •-apK.-'l principal.
Econóntica, H í p i c o , 1 9 5 8 , p . M'í-
TA SOCIEDAD TRADICIONAL IJ

epidemias. Se desarrollaron diversos grados de prwluceión; pero, a


r.ArÍTTJlXl II
•cmejanza de la agricultura, el n i v e l de la productividad estaba l i m i t a -
LAS CINCO ETAPAS D E C R E C I M I E N T O . do por lo inaccesible de la ciencia moderna, de sus aplicaciones y del
RESUMEN marco intclcctuaTT
H a b l a n d o en términos generales, como consecuencia de la l i m i t a -
Es [xisiblc identificar las sociedades, en sus dimensiones económicas, ción de la p r o d u c t i v i d a d , estas sociedades tenían que dedicar una g r a n
d e n t r o de una de estas cinco categorías: la sociedad tradicional, las parte de sus recursos a la a g r i c u l t u r a ; y del sistema agrícola dimanaba
condiciones previas para el i m p u l s o i n i c i a l , el i m p u l s o i n i c i a l , la mar- una estructura jerárquica social, con u n margen relativamente estre-
cha hacia la madurez, y la era del g r a n consumo en masa. d i o —aunque existente— para su m o v i l i d a d vertical. Los nexos fa-
miliares y de clan desempeñaban u n papel importante en la organi-
Lo sociedad tradicional zación social.
E l sistema de valores de estas sociedades estaba ligado, por lo ge-
P r i m e r o consideraremos la sociedad t r a d i c i o n a l . Sociedad tradicional neral, a lo que pudiera llamarse u n fatalismo a largo plazo; es decir,
es aquella cuya estructura se desarrolla dentro de una serie l i m i t a d a de el supuesto de que las posibilidades abiertas para los nietos serían poco
funciones de producción, basadas en la ciencia, la técnica y una actitud más o menos las mismas que había tenido el abuelo. Mas este fatalismo
p r c n e w t o n i a n a en relación con el m u n d o físico. Empleamos en este a largo plazo de ningún modo excluía la opción a corto plazo de que,
caso a N e w t o n como u n símbolo de esa fase de la historia en que los dentro de un margen considerable, fuese posible y legítimo que u n a
hombres llegaron a creer que el m u n d o exterior estaba sometido a persona luchara por mejorar su condición de vida. E n las aldeas c h i -
unas pocas leyes conocibles, y que sistemáticamente era susceptible nas, por ejemplo, existía una lucha interminable por a d q u i r i r o retener
de una manipulación p r o d u c t i v a . las tierras, lo c]uc hacía que la tierra rara vez perteneciera a la m i s m a
Sin embargo, este concepto de la sociedad tradicional no es, en m o d o familia durante más de un siglo.
a l g u n o , estático; y no e l i m i n a la posibilidad de incrementos en la pro-
A u n q u e en las sociedades tradicionales existía con frecuencia —en
ducción. Puede ser ampliada la superficie de tierra cultivable; pueden
una u otra f o r m a — una autoridnd política central, que sujKraba a la
ser introducidas en el comercio, la i n d u s t r i a y la a g r i c u l t u r a algunas
de provincias rei.Ttivatncnte autosuficicntes, el centro de gravedad del
innovaciones técnicas ad hoc, a m e n u d o m u y productivas; puede au-
poder político se encontraba, en las provincias, en manos de los que
mentarse la p r o d u c t i v i d a d , por ejemplo, con el mejoramiento de obras
poseían o controlaban la tierra. E l terrateniente mantenía una influen-
de irrigación o con el descubrimiento y difusión de un nuevo tij>o de
cia variable, aunque comúnmente profunda, sobre el gobierno político
c u l t i v o . Pero el hecho f u n d a m e n t a l relacionado con la sociedad tradi-
cional era que existía u n tope al nivel de la producción obtenible per central existente, a¡ioyado por su séquito de servidores civiles y sol-
capita. Este límite provenía del hcciio de que no eran asequibles las dados, i m b u i d o de actitudes que trascendían la provincia y controlado
posibilidades científicas y técnicas modernas o que no se podían apli- por intereses que también la sobrepasaban.
car en forma regular y sistemática. Así, [)ues, con In fr.ise "sociedad t r a d i c i o n a l " agrupamos histórica-
T a n t o en el pasado remoto como en épocas recientes la historia mente a todo el m u n d o prenewtoniano: las dinastías en C h i n a ; la ci-
de las sociedades tradicionales fue así u n relato de cambios incesantes. vilización del Mesoriente y el Mediterráneo; el m u n d o de la Europa
Por ejemplo, entre ellas y dentro de ellas, fluctuaba la extensión y el medieval. Y agrfgaremos a c-tos las sociedades posnewtoninnas que,
v o l u m e n del comercio de acuerdo con el grado que alcanzaran las tur- durante algún tiempo, permanecieron intactas y sin ser movidas por la
bulencias políticas y sociales, la eficacia del gobierno central o el man- nueva capacidad humana de manejar regularmente su circunstancia
t e n i m i e n t o de los caminos. La población —y, dentro de ciertos lími- para su propio beneficio económico.
tes, el nivel de v i d a — aumentaba y disminuía no sólo con la sucesión Incluir dentro de un;i sola categoría a tales sociedades i n f i n i t a m e n -
de las cosechas, sino también con la incidencia de las guerras y de las te variadns y mutables, basándonos en la l i m i t a d a productividad de su»

COTJDICIONES PKEVIAS T A R A F.L I M P U L S O INICIAL I 9
l8 LAS C I N C O ETAPAS DE C R E C I M I E N T O

técnicas económicas es, en verdad, decir bien poca cosa. Pero, después N o solo se propagó la idea de que era posible el progreso econó-
de todo, estamos simplemente despejando el c a m i n o con el objeto de mico, también (¡uc éste era una condición necesaria para !a consecución
entrar de lleno en el tema de este l i b r o , es decir, el de las sociedades de otros objetivos i g n a l m c n t c convenientes: la d i g n i d a d naciojial, la
postradicionales, en las que se alteraron las diversas características p r i - ganancia personal, el bienestar general o u n medio mejor de vida para
mordiales de toda sociedad tradicional de manera que les p e r m i t i e r a la j u v e n t u d . La_educac¡ón, al menos para algunos, se hace más extensa
i m crecimiento regular: su política, su estructura social y , en cierto y se adapta a las necesidades de la actividad económica moderna. Se
grado, sus valores, así como su economía. forman nuevos tipos de hombres de empresa —en la economía privada,
en el gobierno, en arnbos— dispuestos a m o v i l i z a r ahorros y a correr
riesgos en busca de \itilidades o de modernización. Aparecen bancos
Condiciones previas para el impulso inicial
y otras instituciones para el manejo del capital. A u m e n t a n las inver-
siones, principalmente en el transporte, las comunicaciones y en las ma-
L a segimda etapa de crecimiento abarca las sociedades (pie se hallan terias primas de interés económico para otras naciones. Se expansiona
en proceso de transición, es decir, el periodo en que se desarrollan las el campo de acción del comercio interno y externo. Y surgen, aquí y
condiciones previas para el impulso i n i c i a l ; pues requiere tiempo trans- allá, empresas manufactureras modernas que u t i l i z a n los nuevos meto-
f o r m a r u n a sociedad tradicional de manera que pueda explotar los dos. Pero toda esta actividad camina a r i t m o lento en una sociedad y
frutos de la ciencia moderna, defenderse de los rendimientos decrecien- una economía que se encuentran todavía caracterizadas, principalmen-
tes y gozar de los beneficios y opciones debidos al progreso a r i t m o de te, por métodos tradicionales de baja p r o d u c t i v i d a d , por una estructura
interés compuesto. y valores sociales anticuados y por instituciones políticas de base regio-
E n u n p r i n c i p i o , las condiciones previas para el impulso inicial se nal formadas 3 su tenor,
desarrollaron, claramente, en la Europa occidental de fines de! si-
\í\\s casos actuales, por ejemplo, persiste la sociedad tradicio-
glo XVII y p r i n c i p i o s del x v i i r , a mcdi<!a que las interioridades de la
nal al lado de las actividades económicas modernas, guiada con fines
ciencia moderna comenzaban a traducirse en nuevas funciones de pro-
económicos limitados por una potencia colonial o scmicolonial.
ducción, en la a g r i c u l t u r a y en la industria, en u n marco dinámico que
A u n q u e el periodo de transii.¡ón —entre la sociedad tradicional y el
provenía de la expansión lateral de los mercados miinriiales y de !a
impulso i n i c i a l — fue tesiigo de grandes cambios en la |iro¡iia economía
competencia internacional entre unos y otros. Pero toda líTquietud an-
y en el e q u i l i b r i o de los valores sociales, el rasgo decisivo fue por lo
terior al resquebrajamiento de la Edad M e d i a fue apropiada a la crea-
general de índole política. Desde u n p u n t o de vista político, la cons.
ción de las condiciones previas para el i m p u l s o inicial en Europa oc-
trucción de un Estado nacional centralizado y efectivo —fundado en
cidental. D e todos los estados que la c o m p o n í a n , Inglaterra, favorecida
coaliciones influidas por un nuevo nacionalismo opuesto a los intereses
por la geografía, los recursos naturales, las posibilidades comerciales y
tradicionales sobre tierras regionales, a la potencia colonial o a amlxís—
la estructura política y social, fue la p r i m e r a en desarrollar plcnamenic
constituyó u n aspecto decisivo del periodo de las condiciones pre-
tales condiciones previas para el impulso i n i c i a l .
vias; y, casi univcrsalmente, fue condición necesaria para el impulso
Sin embargo, la historia moderna vio surgir en la forma más gene-
inicial.
ra! esta etapa de las condiciones previas como consecuencia de una i n -
trusión externa de sociedades adelantadas más que de manera endó- Existen muchas cosas más que es preciso decir acerca del periodo
gena. Estas invasiones —en sentido literal o f i g u r a d o — sacudieron la de las condiciones previas, pero pensamos tratarlas en el capítulo i i i en
sociedad t r a d i c i o n a l y comenzaron o aceleraron su desintegración; pero el que se examina la anatomía de la transición de una sociedad tradi-
pusieron también en marcha ideas y sentimientos que iniciaron el cional a una moderna.
proceso que construiría, partiendo de la antigua cultura, una nueva al-
ternativa de la sociedad tradicional.
20 LAS C I N C O ETAPAS DE CRECIMIENTO
EL IMPULSO INICIAL 31

El impulso inicial los ponen a disposición de los encargados de activar dicho sector. Se
m u l t i p l i c a esta nueva clase de empresarios y orienta las grandes co-
H e m o s llegado ahora a la g r a n línea divisoria en la vida de las socie- rrientes d f inversión hacia e! sector privado. L a economía hace uso
dades modernas: la tercera etapa, o sea, el i m p u l s o i n i c i a l . Esta fase de recursos naturales y métodos de producción que hasta entonces n o
es el intervalo en el que, por f i n , se superan lodos los viejos obstáculos habían sido explotados.
y resistencias contrarios a u n crecimiento permanente. Las fuerzas ten- E n la agricultura y en la industria se d i f u n d e n nuevas técnicas a
dientes al progreso económico, que producían brotes c inclusiones h - medida que se comercializa la agricultura y crece el número de agri-
mitadas de actividad m o d e r n a , se expanden y llegan a d o m i n a r la so- cultores preparados a adoptar los nuevos métodos y lo^cambios p r o f u n -
ciedad. E l crecimiento llega a ser su condición n o r m a l . E l interés dos cjuc ocasionan en el medio de vida. Los cambios revolucionarios
compuesto se transforma, por decirlo así, en parte integrante de sus en la p r o d u c t i v i d a d agrícola constituyen ima condición fundamental
hábitos y de su estructura institucional. para u n exitoso impulso inicial, pues la modernización de una sociedad
E n la G r a n Bretaña y en aquellas partes del m u n d o bien dotadas aumenta, en forma radical, su lista de productos agrícolas. L a estruc-
por la naturaleza que fueron pobladas, principalmente, [)or I n g l a t e r r a tura econónúca básica y la estructura social y política de la sociedad
(los Estados U n i d o s , el C a n a d á , etc.), el estímulo i n m e d i a t o de la fase se transforman —en una o dos decadas— de tal manera que, en lo
inicial fue esencialmente (aunque no en su t o t a l i d a d ) de índole tecno- sucesivo, puede sostenerse con regularidad, n n r i t m o fijo de creci-
lógica. E n el caso más general, el impulso inicial t u v o cpie esperar la miento.
formación de capital social fijo y una oleada de desarrollo tecnológico C o m o se indica en el capítulo i v podemos situar el impulso inicial de
en la agricultura y la industria, así como la aparición en el poder pú- l Inglaterra en las dos décadas posteriores a 178^; el de Francia y los
blico de un gru[>o preparado para considerar la modernización de la Estados U n i d o s a varios decenios antes de 1860; el de A l e m a n i a , en el
economía como asunto trascendental y de g r a n categoría política. tercer cuarto del siglo x i x ; el de Japón en los últimos veinticinco año»
D u r a n t e el i m p u l s o inicial la tasa efectiva de ahorro e inversión del siglo x i x ; el de Rusia y el C a n a d á en el cuarto de siglo, poco más
puede aumentar, por ejemplo, del 5 % del ingreso nacional al 10% o menos, anterior a 1914; en tanto que la I n d i a y C h i n a , en f o r m a
o m á s ; aunque, cuando se necesitó una fuerte inversión de capital so- completamente diferente, no lo han conseguido sino en 1950.
cial fijo para crear las confliciones técnicas previas ai impulso inicial la
tasa de inversión en el periodo de condiciones previas pudo ser m a y o r
del 5 % como, por ejemplo, en el C a n a d á antes del año de 1890 y en Im marcha hacia la madurez
la A r g e n t i n a antes de 1914. E n tales casos la importación de capital
constituyó c o m ú n m e n t e una g r a n ¡iroporción de la inversión total d u - Después del impulso inicial sigue u n largo intervalo de progreso sos-
rante el periodo de las condiciones previas y, algunas veces, aun en el teniflo aunque fluctuantc a medida que la economía, en crecimiento
curso del propio im[)ulso inicial, como en Rusia y el Canadá en !a épo- n o r m a l , pugna por hacer extensiva la tecnología moderna al frente
ca de sus bonanzas ferroviarias anteriores a 1914. total de su actividad económica. D e u n 10 a u n 2 0 % del ingreso na-
cional se invierte continuamente, lo que permite que la producción so-
D u r a n t e el impulso inicial nticvas industrias se exji.insionan con
brepase, por lo c o m ú n , al aumento de la población. A medida que
rapidez produciendo utilidades, de las cuales una gran proporción se
mejora la técnica cambia incesantemente la estructura de la economía,
reinvierte en nuevas plantas.^ y estas nuevas industrias estimulan, a su
se acelera el desarrollo de nuevas industrias y se nivelan las más anti-
vez, a través de la necesidad cada día mayor de obreros fabriles, de
guas. L a economía del país encuentra su sitio dentro de la economía
servicios en su ayuda y de m á s productos manufacturados, una mayor
internacional: bienes que antaño se importaban se projluccn ahora en
expansión en zonas urbanas y en otras plantas industriales modernas.
el país; se crean nuevas,necesidades de importación y, con el f i n He
El proceso total de expansión del sector moderno produce un incre-
equipararlas, se fabrican nuevas mercancías para la exportación. D e
m e n t o del ingreso de los que realizan ahorros en gran proporción y
acuerdo con las necesidades de la eficiente producción moderna la so-
LA ERA DEL ALTO CONSUMO EN MASA 23
22 LAS CINCO ETAPAS DE CRECIMIENTO

cicd.id fija las condiciones que desea, e q u i l i b r a n d o los valores c insti- estado n o r m a l . Pero es obvio que no se justifica n in g ún d o g m a t i s m o
tuciones nuevos con los más antiguos o m o d i f i c a n d o estos de tal ma- acerca de la l o n g i t u d exacta del intervalo que transcurre desde el i m -
nera que mantengan el proceso de crecimiento y no que lo retarden. pulso inicial hasta la m a d u r e z ,
Unos sesenta años después de comenzar el i m p u l s o inicial (digamos,
unos cuarenta aííos después del f m de esta etapa) se ha alcanzado Tlij era del alto consumo en masa
generalmente l o que puede denominarse m a d u r e z . L a economía, con-
centrada durante el im p u l so inicial alrededor de u n complejo industrial Llegamos ahora a la era del g r a n consumo en masa, en la cual, a su
y tecnolcígico relativamente limitaílo, ha a m p l i a d o su radio de acción debido tiempo, los sectores principales se mueven hacia los bienes y
hacia procedimientos más refinados y, desde el p u n t o de vista técnico servicios duraderos de consumo: fase de la que los norteamericanos
y con frecuencia, más complicados; por ejemplo, puede haber u n cam- comienzan a salir, cuyas satisfacciones no inequívocas empiezan a
bio de enfo(]ue de las industrias del carbón, del hierro y de la ingenie- probar, con toda energía, Europa occidental y el Japó n , y con la que
ría pesada de la fase ferroviaria a las industrias de herramientas, la sociedad soviética se encuentra empeñada en i n q u i e t o coqueteo.
productos químicos y equipo eléctrico. Ésta, por ejemplo, fue la A medida que las sociedades fueron alcanzando la madurez en el
transición por la que pasaron A l e m a n i a , Inglaterra, Francia y los Es- siglo %x sucedieron dos cosas: el ingreso real per capita aumentó a t al
tados U n i d o s a fines del siglo x i x , o poco t i e m p o después. Pero otros punto que u n g r a n n ú m e r o de personas alcanzaron u n nivel superior
modelos sectoriales se han seguido también entre el i m pul s o inicial y de consumo que sobrepasó a los productos básicos: ha,bitación, vestido
la madurez, que se analizan en el capítulo v. y sustento, y cambió de t al m o d o la estructura de\las fuerzas del
E n su aspecto f o r m a l podemos definir la m a d u r e z como la etapa en trabajo que incrementó la proporción de la población urbana en re-
la cual la economía demuestra su capncidad para desplazar las p r i m e - lación con la población total y m á s tarde también l a proporción de
ras inrlustrias que ¡propiciaron su im[iulso inicinl, y absorber y aplicar, la población empleada en oficinas o en labores fabriles calificadas —co-
efectivamente, sobre u n a m p l í s i m o c o n j u n t o de sus recursos —o a su nocedora y ávida de a d q u i r i r los beneficios de consumo de una eco-
t o t a l i d a d — los frutos más adelantadcis de la tecnología considerada en- nomía m a d u r a .
tonces como m o d e r n a . E n esta etapa la economía pone de manifiesto C o m o complemento de estos cambios económicos, la sociedad dejó
la adquisición de la suficiente habilidad técnica y de empresa para fa- de aceptar la extensión adicional de la tecnología moderna considerán-
bricar aquello que necesite, aunque no todo lo producible en el mercado dola como objetivo supeditado. E n esta etapa de la posmadurez, por
mundial. Pudiera ser que carezcan (como, por ejemplo, ¡a Succia y ejemplo, las sociedades occidentales, a través del proceso político, han
la Suiza contemporáneas) de las materias primas o de otras condicio- optado por asignar grandes recursos para el bienestar y la seguridad
nes de sustitución que se requieren para p r o d u c i r económicamente u n sociales. E l s u r g i m i e n t o del Estado benefactor constituye la manifes-
t i p o dado de r e n d i m i e n t o , pero su dependencia es más i)icn asunto tación de una sociedad que se desplaza más allá de la madurez técni-
de selección económica o de p r i o r i d a d política que de necesidad técnica ca; pero es también en esta etapa cuando los recursos tienden, cada
o institucional. vez más, a ser dirigidos hacia la producción de bienes duraderos de con-
•ntmo y a ia difusión de servicios en g r a n escala, siempre que predomine
Desde un p u n t o de vista histórico, parecen necesarios algo así como
la soberanía de los consumidores. Gradualmente se fue propagando el
unos sesenta años para encaminar a una sociedad desde el p r i n c i p i o
uso de la m á q u i n a de coser, de la bicicleta y, [xjsteriormente, de los
del i mpul so inicial hasta !a m a d u r e z . L a explicación analítica de u n
diversos artefactos eléctricos para uso doméstico. N o obstante, desde
intervalo de esa naturaleza puede apoyarse en la poderosa aritmética
un p u n t o de vista histórico, el elemento decisivo ha sido la barata
del interés compuesto aplicada al m o n t o de capital, en combinación
producción en masa del automóvil con sus efectos Cífmplctamente re-
con las consecuencias, de mayor alcance, dcliidas ni poder de una so-
volucionarios, tanto sociales como económicos, sobre la vida y perspec-
ciedad de absorber la tecnología moderna de tres generaciones sucesivas
tivas de la sociedad.
que viven bajo u n régimen en el que el crecimiento constituye su
I.AS C I N C O E T A P A S D E C R E C I M I E N T O U N A T F O B Í A D I N A M I C A D E l-A P R O D U C C I O N 25

E l p u n t o c u l m i n a n t e para ios Estados U n i d o s fue, ral vez,, la i m - decada por encima de la mayor difusión de los bienes duraderos de
p l a n u c i ó n de banda sin f i n de montaje por H e n r y F o r d en los años consumo.
de 1913 a 1914; pero fue en el decenio de 1920 y, de nuevo, en la dé-
cada de la pdsgucrra, 1946 a 1956, cuando esta etapa de crecimiento H e aquí, pues, en forma más impresionista que analítica, las etapas
fue v i r t u a l m e n t e obligada a llegar a su conclusión lógica. Europa oc- de crecimiemo que pueden destacarse una vez que una sociedad t r a d i -
cidental y el J a p ó n parecen haber entrado de lleno en esta fase en el cional inicia su m o d e r n i z a c i ó n : el periodo de transición, en el cual se
decenio de 1950, como respuesta esencial a u n i m p u l s o de sus econo- crean las condiciones previas [jara cl i m p u l s o inicial, en respuesta, ge-
m í a s totalmente inesperado en los primeros años de la posguerra. En neralmente, a la intrusión de una potencia extranjera, coincidiendo con
el aspecto técnico, la U n i ó n Soviética se encuentra preparada para esta ciertas fuerzas nacionales que contribuyen a la modernización; cl pro-
etapa y tiene todos los visos de que sus ciudadanos la esperan con pio i m p u l s o i n i c i a l ; la marcha hacia la madurez que, por lo general,
ansiedad; pero si se llega a iniciar, los dirigentes comunistas tendrán abarca aproximadamente la vida de dos generaciones m á s ; y luego, por
que encarar difíciles problemas sociales y políticos de adaptación. último, si el aumento del ingreso ha logrado igualar la difusión de la
maestría técnica ( l o que, como veremos, no es necesario de inmedia-
t o ) , la desviación de la economía en plena madurez hacia el abasteci-
Más allá del consumo
m i e n t o de bienes y servicios duraderos de consumo (así como cl Estado
benefactor) para su creciente población urbana —y, posteriormente, a
Es imposible predecir hasta q u é grado pueda llegarse más allá, salvo
la suburbana—. Queda, aparte de esto, el problema de si se prorlucirá
quÍ7.3 cuando observamos el hecho de que en la última decada los
o no u n cstancaniiento espiritual secular y, si es así, cómo podrá de-
norteamericanos, por lo menos, han procedido como si, tras u n m o -
fenderse cl h o m b r e de éste: tema que se considera en el capítulo v i .
m e n t o crítico, la u t i l i d a d m a r g i n a l relativa decreciente se hubiera fra-
guado en los bienes duraderos de c o n s u m o ; y han optado, de manera E n los cuatro capítulos siguientes examinaremos con más deteni-
miento y vigor las condiciones previas, el impulso inicial, la marcha
m a r g i n a l , por familias más numerosas — a c t i t u d acorde con el modelo
hacia la madurez y los procesos que han conducido hacia la época del
de la dinámica de l í u d d c n b r o o k — S e han comportado como si, por
alto consumo en masa. I'ero, aun en esta introducción, debemos darle
haber nacido bajo u n sistema que les proporcionó seguridad económica
claridad a una característica del sistema.
y alto consumo en masa, concedieran valor inferior a la obtención de
aumentos adicionales al ingreso real y convencional, como opuesto a
las ventajas y valores que representa una familia más numerosa. Pero Una teoría dinámica de la producción
a u n en esta aventura que se hace genera! es u n poco prematuro crear,
fundándose en u n solo caso, una nueva etapa de crecimiento basada en Estas etnpns no son sólo descriptivas. N o representan, simplemente,
bebes, como siguiente paso a i . i época de los bienes duraderos de con- una form;i de genernii/ar ciertas observaciones de los hechos relaciona-
s u m o : como lo expresarían los economistas, la elasticidad-ingreso de la dos con la secuela del desarrollo de las sociedades modernas. Poseen
demanda de bebés de sociedad a sociedad puede variar considerable- continuidad y lógica internas y tienen u n fundamento analítico, arrai-
mente. I V r o If) c i e n o es que las implicaciones del auge de la natalidad gado en una teoría dinátnica de la producción.
j u n t o con el déficit, no del todo inconexo, del cafiital social fijo d o m i - L a teoría clásica de la producción se f o r m u l a de acuerdo con .su-
narán probablemente la economía norteamericana durante la próxima puestos esencialmente estáticos que se congelan —-o permiten úni-
camente u n solo cambio— en las variables más adecuadas para el
' En \a n o v c U ele U s tres gcncracinnc^ f/.ot Buddenhrook]. (!c T l i o m a ^ ^ ^ ^ n n . h
p r i m e r a l i m c ó cl dinero; b l e g u n c h , q u e había nacido en la riiiueza. irató d e adquirir proceso del crecimiento económico. A medida que los economistas ino-
la poiieiín cívica y social; la lercrra, nacida en la opulencia y cl prcítitno famili.Tr. c o n - dernos han tratado de fusionar la teoría clásica de la producción con cl
saETÓ su vida a la mi'nica. D e d o n d e cl a r g u m e n t o e^d formulatlo para sugerir iai
análisis kcynesiano del ingreso, han ido introduci'^ndo las variables d i -
s^piracionrj c a m h i a n t e s d e ÍSÍ RCnrracione', a m e d i d a q u e é ^ U í c o n c e d e n escaso valor
a lo q u e d a n por 5cnt,i<Jo y b u s c a n n u e v a s f n n n a s d e satisfacción. námicas: población, tecnología, espíritu de empresa, etcétera. Pero se
26 I-AS C I N C O ETAPAS DE CRECIMIENTO U N A TEORÍA DrNAMlCA DE LA PRODUCCIÓN

h a n incHnado ¡jor iiaccrlo de manera tan rígida y general que sus m o - privada, de las políticas seguidas por los gobiernos y del impacto pro-
delos no pueden captar los fenómenos esenciales del crecimiento t a l ducido por las guerras. E n forma transitoria, las guerras alteraron las
c o m o se le aparecen a u n historiador de la economía. T e n e m o s nece- finalidades lucrativas de la inversión al crear demandas arbitrarias y
sidad de una teoría dinámica de la producción que aisle n o sólo la cambiar las condiciones de la oferta, destruyeron capital y, ocasional-
distribución del ingreso entre c l consumo, el ahorro y la inversión ( y mente, aceleraron el desarrollo de una nueva tecnología adecuada a la
el e q u i l i b r i o de la producción entre consumidores y bienes de c a p i t a l ) , economía de paz, modificando la estructuración social y política por
sino (jue se concentre, directamente y con algún detalle, en la compo- medios conducentes al crecimiento de tiempos de j i a z , ^ D e estas des-
sición de la inversión y en desarrollos propios de sectores particulares viaciones de los modelos óptimos, que ocurren en la realidad, resulta
de la economía. FJ tema siguiente tiene por base -dicha teoría flexible la sucesión histórica de los ciclos económicos y de los periodos de ten-
y desintegrada de la producción. dencias; y, conjuntamente con el impacto de las gucrra.s, tales fluctua-
C u a n d o se a m p l í a n los límites convencionales de la teoría de la p r o - ciones producen trayectorias históricas de crecimiento que difieren de
ducción es posible definir las posiciones teóricas del e q u i l i b r i o para la las señaladas por los modelos óptimos calculados con anterioridad.
producción, la inversión y cl consumo como u n todo y para cada sector C o n todo, la historia económica de las sociedades en crecimiento ad-
de la economía.^ quiere parte de su forma imperfecta del esfuerzo que hacen tales so-
D e n t r o del marco fijado por las fuerzas que d e t e r m i n a n cl n i v e l ciedades a f i n de aproximarse a las trayectorias sectoriales óptimas.
total de producción, en el lado de la demanda, las posiciones sectoriales E n cualquier periodo, la tasa de crecimiento de los sectores variará
óptimas son establecidas por ios niveles de ingreso y población y por considerablemcníe; y en las etapas iniciales de su evolución es posible
la naturaleza de los gustos; en el lado de la oferta, por el estado de la aislar empíricamente ciertos sectores principales, cuyo rápido r i t m o de
tecnología y la calidad del espíritu de empresa, tal como esta d e t e r m i - expansión desempeña, directa c indirectamente, u n papel fundamental
na la pro¡iorción de las innovaciones disponibles por la técnica y lucra- en cl m a n t e n i m i e n t o del impulso integral de la economía.^ F's con-
tivas en potencia, (pie se encuentran realmente incorporadas a los bie- vctnente, con ciertos propósitos, caracterizar a una economía en térmi-
nes de capital.'' nos de sus sectores principales; y cierta paite de la base técnica de las
E n suma, se debe ¡Trcscniar una hipótesis cmpíiica que es en extre- etapas de crecimiento estriba en la sucesión cambiante tic estos mistnos
m o significativ.i: que la desaceleración constituye la trayectoria n o r m a ! sectores. Que en el p r i n c i p i o de su vida los sectores tengan tendencia
ó|itima de u n sector debido a la variedad de factores que operan en a una rápida fase de crecimiento es, en esencia, lo que hace posible y
elia, desde la oferta y la demanda.* útil considerar la historia económica como una sucesión de etapas
Los equilibrios resultantes de ia aplicación de estos criterios formar» y no, simplemente, como u n todo u n i f o i m e y c o n t i n u a , dentro del que
i m c o n j u n t o de trayectorias sectoriales, de las que, como primeros deri- la naturaleza jamás avanza a saltos.
vados, surge una serie de modelos óptimos de inversión, Sin embargo, las etapas de creciniicnt') re(]uicrcn igualmente (]"e se
N a t u i a l m c n i c , los modelos históricos de inversión no fueron una tomen en cuenta las elasticidades de la demanda y que se amplíe este
réplica exacta de estos ejemplares óptimos. Sufrieron una distorsión conocido concepto, ya que estas fases de rápido crecimicnio en los sec-
como consecuencia de las impeifeccioiies en el [iroccso de ia inversión tores provienen de la discontinuidad de las funciones de producción
y de las grandes elasticidades-precio o elasticidades-ingreso de la de-
2 W . W . R n s t o w , Thr Proceis of Kfonnmíc Croivih ( O x f o r d , 1 9 5 Í ) , cspcclalmrnte
f1 c-ipíiuio IV. T a m b i r n , " T r c n d s in thc Allfxation nf Resources ¡n Srctilar G t o w l h " , manda. Los sectores [irincipalcs se determinan por el curso cambiante
capí lulo X V del Errnnrtnc Vingress, ctl. L c o n H . D u p r i e z , c o n a y u d a de D o u g l a i C . de la tecnología y la cambiante disposición tic los hombres de empresa
HaRiie ( L n v a i n a , 1 9 5 5 ) .
para aceptar las innovaciones disponibles y, en parte, por aquellos
^ V..n u n m o d e l o cerrado, u n a teoría din.-ímica fie la producción d e b e tener er>
ciient.i, c o m o a^príto* sectoti.Tlen d e la inversión, las existencias variables d e la cienci* I* The Prnee'i "/ f.ro'inmie Gromlh. capítulo vit, especi.ilmcnte p p . !6-1-l(í7.
hásiea y flplic.Td.n, lo q u e se ha h e c h o e n The Prncest of Econamic Groivih, cspecial- * U n a exposición d e los sectores principales, sus consecuencias directas c indireclas
m c n i c e n las p p . 72-25. y los diversos c a n u n " * d e sus c h o q u e s p u e d e n verte en " T r c n d s in the Allocnrion of
* U»ti., p p . 9 6 - 1 0 3 . Resources in Secular G r o w t h " , ¡oc. di.
U N A TEORÍA DINAMICA DE LA PRODt;-ClÓN Hl^
28 LAS C I N C O ETAPAS DE CRECIMIENTO

¿ C u á n d o se ha alcanzado cl nivel de nación iridcpendicnte moder-


(ipos ¿c t l c m n n d A que han dado muestras de g r a n elasticidad en re-
na.-' ¿ C ó m o debe disponerse de las energías nacionales? ¿ D e b e n e m -
lación con cl precio, el ingreso o con ambos.'
plearse para la agresión exterior, para corregir viejos errores o para
Sin embargo, ia demanda de recursos es resultado de las exigencias
explotar posibilidades recientemente creadas o advertidas, con el f i n de
impuestas por las decisiones sociales y p(jr las políijcas de los gobier-
aumentar el poder nacional? ¿ P a r a completar y perfeccionar la vic-
nos —estén acordes o no con el sistema democrático— y no sólo por
toria política del nuevo gobierno nacional sobre los viejos intereses
las apetencias y opciones particulares. Es necesario, por lo tanto, ob-
regionales? ¿ P a r a modernizar la economía?
servar las selecciones hechas p or las sociedades al disponer de sus
U n a vez que, con el impulso inicial, se pone en marcha c l creci-
recursos en condiciones que superen a los procedimientos convencio-
miento, ¿hasta qué p u n t o deben reducirse las necesidades de difusión
nales del mercado. Es preciso considerar las funciones de su bienestar,
de la tecnología moderna y elevarse basta el m á x i m o la tasa de des-
en cl sentido más a m p l i o , i n c l u y e n d o en ellas los procesos no econó-
arrollo por c l deseo de incrementar el consumo per cafñta y el bien-
micos que las d e t e r m i n a r o n .
estar?
Por ejemplo, el curso que sigan los índices de natalidad representa
C u a n d o se ha logrado la madurez tecnológica y la nación tiene
una forma de selección de bienestar realizada por las sociedades, a
bajo su control u n g r a n aparato industrial moderno y diferenciado, ¿ a
m e d i d a que cambia el ingreso. Las curvas en la gráfica del m o v i m i e n -
que fines debe destinarlo y en qué proporciones? ¿ A l aumento del
t o de población reflejan ( a d e m á s de los índices cambiantes de m o r t a -
seguro social, a través del Estado benefactor? ¿ A expandir el a l t o
l i d a d ) la manera como se calculó cl tamaño de la familia en las d i s t i n -
consumo en masa de servicios y bienes duraderos de consumo? ¿ A l
tas etapas. A partir del descenso n o r m a l ( a u n q u e no universal) de
crecimiento del nivel y el poderío de la nación en el escenario m u n -
los índices de natalidad, durante el impulso inicial o poco después, a
dial? ¿ O a aumentar la ociosidad?
medida que se afianza la urbanización y cl progreso se convierte en
Entonces aparece el problema de lo que vendrá después, del cual
una posibilidad a ia vista, al aumento reciente, los norteamericanos ( y
la historia tínicamente nos ofrece fragmentos: ¿qué habrá de hacerse
otros pueblos de sociedades caracterizadas por su alto consumo en
cuando pierda su atractivo cl incremento del propio ingreso real? ¿ A u -
masa) parecen buscar, dentro de familias más numerosas, otros valo-
niciiiar ia nataliílad, llegar a! hastío, descansar tres días cada f i n de
res aparic de los que les puedan b r i n d a r la seguridad económica y u n
semana, ir a la luna o crear nuevos límites internos a la ambición h u -
extenso abastecimiento de servicios y bienes duraderos de consumo.
mana en sustitución de los imperativos de la escasez?
Existen, asimismo, otras decisiones que han ido adoptando las so-
ciedades a medida que las opciones que se Ies ofrecen han sido alte- l ' o r ello al estudiar ios vastos contornos de cada una de las etapas
radas por el proceso e v o l u t i v o del crecimiento económico. Estas a m - de crecimiento no examinamos simplemente la estructura sectorial de
plias decisiones colectivas, determinadas por muchos factores que están las economías, a medida que se transformaron, ajustándose al creci-
fuera del mercado —con profundas raíces en la historia, la cultura y tnicnto, y crecieron; estamos también analizando una serie de opcio-
cl proceso activo de la política— han actuado a !a recíproca con la nes estratégicas adoptadas por varias sociedades en relación con la
d i n á m i c a de la demanda de mercado, la tecnología y el espíritu de forma de disponer de sus recursos, las cuales incluyen, y sobrepasan,
cm[?resa, aceptando los riesgos para determinar cl contenido específico las elasticidades-ingreso y las elasticidades-precio de ia demanda.
de las etapas de desarrollo en cada sociedad.

¿ C ó m o debería reaccionar la sociedad tradicional, por ejemplo, ante


la intromisión de una potencia más adelantada? ¿ C o n cohesión, p r o n -
t i t u d y energía, como ios-japoneses? ¿ H a c i e n d o de la debilidad una
v i r t u d , a semejanza de los o p r i m i d o s irlandeses del siglo x v i i i i* ¿O
alterando lentamente y de tnala gana la sociedad tradicional, como los
cliinos?
MtoHuBi . »««r»rt •¿-•.-..-J . • i

• : • Í.AS S I E T P . l ' R O r O S I C I Ü N E S MARXISTAS


^^^^v"" . CAPfrULO X
liberan los hombres de ia carga de la escasez y adviene el p r e d o m i n i o ,
. EL MARXISMO, EL C O M U N I S M O Y LAS ETAPAS de sus otras causas y aspiraciones más humanitarias.''^ .*
i-iúr DE CRECIMIENTO Segunda, ia historia avanza por medio de una serie de luchas de
MÍ clases, en las cuales los hombres hacen valer sus itUcrescs ectuióinicos,' I
^^^^ capítulo final considera la comparacióu del análisis de las etapas que se hallan inc\'iLablcmente en conflicto con u n ambiente de ca-
V - !r crecimiento con cl m a r x i s m o , pues, en su esencia, también el mar- restía.
••v . .• , xismo es una teoría (pie Iraia de la manera cómo las sociedades tra- Tercera, las sociedades leúdales —sociedades tradicionales, s e g ú n ,
^^J. ¡ dicionalcs llegaron a crear dentro de sus estructuias cl interés com- nuestra denominación^— fueron destruidas porque p e r m i t i e r o n q u e
dentro de su propia estructura se desarrollara una ciase media, cuyos
Vy'i.-^ puesto, aprendiendo las ariimailas de la tecnología industrial moderna
intereses económicos dc|)endían de ia expansión del comercio y de las
'.V¿4'^* y '-¡'^ '''s etapas que seguirán basta que alcancen esa definitiva etapa
manufacturas modernas; pues esta clase media iiiclió con éxito contra
Í:V' abundancia, ia que en opinión de M a r x no era e! socialismo, bajo
ia sociedacj tradicional y logró imponer una nueva superestructura po-
?• ^'^ dictadura del proletariado, sino el verdadero comunismo. En con-
lítica, social y c u l t u r a l , conducente a la busca de la u t i l i d a d por q u i e -
traposición a nuestras etapas —la .sociedad tradicional, el periodo de
nes d o m i n a b a n ios nuevos medios modernos de producción.
condiciones previas, cl impulso inicial, la madure?, y ia época del alto
Cuarta, de manera similar, las sociedades industriales capitalistas,
consumo en masa— prcscnlaiiios, pues, el feudalismo (ic M a r x , el ca-
según la predicción de M a r x , formaríais las condiciones propicias para .
1 f •I'." pitalismo burgués, cl socialismo y el c o m u n i s m o . .
su destrucción debido a dos caractctísiicas inherentes: la creación de
Empezaremos haciendo u n resumen, en primer lugar, de la esen-
fuerzas de traliajo esencialmente no calificadas, a las que continúan
cia de las proposiciones de M a r x . L u e g o observaremos las semejanzas
entre su análisis y cl de las etapas de crecimiento y las diferencias en- 1 \.:\i r:cirti ilc l,i función (]iic rrl.iflntn cl intncs fconóinifii m n rl c o m p o r -
tre ios dos sistemas de pensamiento, siguiéndolas cta¡)a por etapa. Esto taniicnio no c K i n ó m i c o ».iría en los escrilos <lc M . i r x y en l.n litei.Ttur.i ni.irxista subsi-
Ruientc. B u e n a p.Trtc d e los lexlos originales — y casi toílas las conclusiones íimcionalcs
nos proporcionará el medio para d e f i n i r la postura y el significado q u e d e estos se i l c i i v m — dcpcn<!c d e u n a función sencilla y dirctia q u e rchciona cl
, del marxismo, visto desde la perspectiva de la sucesión de las etapas interés e c o n ó m i c o c o n el com¡xirtauiicnto s'KÍal y políiico. V.n alRuuas partes d e ia lite-,,
ratura niai);ist:i, sin e[»l>argo, se desarrolla I,i función e n u n a f o r m a rn.ís rebuscada. VA
¿c. crecimiento. Por último, examinaremos Ijrevemciue la evolución
coiujioriamieiUo n o e c o n ó m i c o n o se considera Li.'.otiadc*. d e n n n e r a direit.i e irunediaia,
• del pensamiento niarxista y de la política comimista, partiendo de Le- al interés e c o n ó m i c o en sí, sino .T la ¡deoioRÍa y las lealtades d e clase. N o cbsianie, y a
n i n ; y dci¡varemos algunas conclusiones. q u e los intereses y las ideologías d e clase se presentan, esencialmente, c o m o una función
d e las técnicas d e producción y del n e x o social q u e proviene d e ellas, esta f o r m u l a c i ó n
indirecta p r o d u c e , con muclin, los m i s m o s resultados q u e la declaración m á s primitiva,
d e relación. F n l.i p a r f principal de la literatura marxisia, ilc principio a fin, se e x -
'•'.'¡f^iy. • I^s siete proposiciones marxislas presa q u e los hiitnlircs sólo se dedican, ver<lailciamenté en seiio, a buscar, proteger y
a u m e n t a r la propiedad y cl ingreso. Por último, existen u n o s cuantos pasajes en la obra
d e M a r x — y m á s en !a d e l'-ngels— q u e revelan cierta percepción d e q u e la c o n -
pensamiento marxista puede condensarse en las sicic projiosicioncs
ducta l i u m a n a csiá influida por unitivos q u e n o necesitan estar relacionadi>s o coincidir
siguientes: con e! interés e c o n ó m i c o en sí. SÍ esta percepción luibie.sc sido e!.ibor;ni.i e n forrti.i
Primera, las características políticas, sociales y culturales de las so- sistemática, h.-.bríi alterado ratücalmente la crrien'e total ríe ta argumeni.iclón marxista
y sus conclusión'-:. M a r x , Engeis y sus sucesores, en las formulaciones ideológicas, hi- ,
ciedades constituyen una función de la fcirma cómo se dirige el proceso ticron caso omisf» de cst.i percepción; a u n q u e , c u n o se indica posterimiurnte e n este
económico. Y , de manera fundamental, cl c o m p o r i a m i c n i o político, capítulo, L c n i n y sus sucesores e n la polítita comunista b a n o b r a d o ericrpicimentc d e
social y c u l t u r a l de ios hombres es una función de sus intereses econó- a c u e r d o c o n esta percepción.

micos. 2 Es d e m a s i a d o restrictivo el conceiHo de N í a n respecto al feudalismo para p o d e r


abarcar .T lodaí las sociedades tradicionales, ya q u e cierto n ú m e r o de ellas n o dcsarrolt.l-^
í"o-'''-l T o d o lo c]uc sigue en la teoría de M a r x se deriva de esta pro- ron u n a clase nobiliaria, ligada .1 la C o r o n a T propietaria d e g r a n d e s extensiones d c
• posición hasta que se alcanza la etapa del comunismo en la que se tierra. Por e j e m p l o , los análisis marxislas d e la C h i n a trailicional h.in sido d e f o r m a d o *
e n este p u n t o .
U.^.^ ií!^^ IE^S.V'^ i . - ...^ , >'íV '• , ^..-..-Jj ,.J • JteiNlyMili Í0aír«*J

.174 M A R X I S M O , C O M U N I S M O Y ETAl-AS DK C R E C I M I E N T O A N A L I S I S DE LAS r.TAl>AS ni", C R E C I M I E N T O 175

asignando u n salario real m í n i m o de supervivencia, y la tendencia .dé- ción con el f i n del proceso: " E n una fase dc mayor evolución de l a
la búsqueda de utilidades a una expansión progresiva de la capacidad' sociedad comunista, después (]ue haya desaparecido la subordinación
i n d u s t r i a l , lo (.juc daría por resultado una lucha competitiva por la esclavizante de los individuos a ia división dei traliajo y, por t a n t o ,
obtención de mcrcadcjs, ya que el poder adc]uisitivo dc la m a n o de también a la antítesis entre el (rabajo físico y el m e n t a l ; cuando e l
obra sería una fuente dc demanda inadecuada para ia producción po- trabajo, lejos de ser u n simple medio dc vida, se haya c o n v e r t i d o , p o r
tencia!. sí m i s m o , en la necesidad primoidiaí dc la vida; cuando los recursos
Q u i n t a , esta contradicción innata del capitalismo —salarios reales productivos hayan aumentado también j u n t o con el desarrollo i n t e g r a l
de mano dc obra, relativamente estancadf)S, y la formación de la ur- del i n d i v i d u o , y afluyan abundantemente todos ios manantiales dc la
gencia para encontrar mercados a una capacidad en expansión— pro- riqueza cooperativa, únicamente entonces .se jiodrán dejar a la zaga las
duciría cl siguiente mecanismo específico dc autodcstrucción: un prole- estrechas perspectivas dc las leyes biwgucsas y la sncicclad podrá po-
tariado cada día con mayor conciencia dc sí mismo y que afirma sus ner cstn inscripción en sus bandeiaf;: Jr aida uiio scinhi .ÍÍ.'.C ü¡>!itudcs,
derechos, i m p e l i d o , al f i n , a a¡)odcrarsc de los medios de producción para cada utio dc acuerdo ron sus necesidades'.'
frente a crisis cada vez más graves dc desocupación. A mciÜila <|uc,
en la etapa más m a d u r a del capitali.sino, aumentara ]a conipciciicia
S'unilitudcs COI! c! íJihí!¡sí<' de las rfapijs dc nrrlniicnfo
por la obtención dc mercados, se allniuuía la posesión, porque se for-
marían monopolios; y se crearía ei ambiente adecuado para r l p.isf) dc
Vamt)s a identificar .aíima las simililndc.<; geneialcs entre la sucesión
¡a propiedad a ¡loder del listado.
histórica dc M a r x y cl .análisis <lc las etapas dc crecimiento.
Sexta --esta es una cxicnnión leninista del marxismo—, la mecá- P r i m e r o , ambos vcpicscntan aspectos dc la forma en que se des-
nica dc la caída del capnaliiímo no sólo consistiría en crisis crecientes a r r o l l a n las sociedades, vistas cl'-"dc una perspectiva económica; consti-
sucesivas de grave desocupación, sino t a m l i i c n en guerras imperialis- tuyen cxploracione,'; dc i^r, pinl)lriuas y las c<inscciicncias (.pie paia las
tas, a medida (]uc la competencia por cl c i m c r c i o v para dar salidas sociedades totales signiíica la creación del interés compuesto en sus
al capital, i n d u c i d a dicha com¡icicncia |inr mercados inadecuados a la costumbres c instituciones.
capacidíul. condujera no sólo a la formación dc monopolios, sino Segundo, los dos acrinan el hecho dc que la modificación econó-
igualmente a una lucha colonial, de m a g n i t u d m u n d i a l , cutre los mo- mica produce consecuencias poUticas, sociales y ciiluirales; aun cuan-
nopolios nacionales del m u n d o capitalista. U n esta forma, la clase obre- do el análisis de las cta¡ias de c i c c i n i i c n i o repudia ia idea <lc cpie ia
ra a.siimiría cl poder c ¡m[)laiuaría cl socialismo no solamente en una economía, como sector de la .sociedad —y el provcciio económico, como
atmósfera de grave desocupación crónica, sino también dc desorgani- m o t i v o h u m a n o — predominen necesariamente.
zación ocasionadas por las guerras imperialistas, a las f]ue se vería Tercero, ambos aceptarían la realidad dc intereses dc g r i i ] i o y de
orillado el m u n d o capitalista con cl f i n dc evitar la desocupación, y cl.tse d e n t r o del pioccsri piiiíiico y social, vinculados a intereses de pro-
para eludir y desvirtuar la afirmación creciente dc i m proletariado vecho e c o n ó m i c o ; aniuiuc cl análisis dc las etapas dc crecimiento
cada vez con mayor m o v i l i d a d y conciencia dc clase, d i r i g i d o y edu- negaría cjUC éstos hayan sido la única fuerza d c t c r m i i i a i u c en la mar-
cado, dentro dc sus filas, por los comuni.stas. cha desde las sociedades tradicionales hasut la ctajia del alto consumo
en masa.
S é p l i m a , una vez cpic cl Estado socialista se ha hecho cargo dei
|)oder, obrando en beneficio del proletariado industrial —<!uraiuc la C u a r t o , ios dos admitirían la rcalid.ul dc tpie ios intereses econó-
fase llamada " l a dictadura del p r o l e t a r i a d o " — impulsaría firmemente micos h a n ayudado a determinar cl ambiente en que se han o r i g i n a d o
'la producción, sin crisis, y se aumentaría cl ingreso real hasta el p u n t o ciertas guerras, aunque las ciapas de crecimiento negarían la p r i m a -
en que llegara a ser posible c l verdadero c o m u n i s m o . Esto sucedería, cía dc motivos e intereses económicos como causa fundamental en la
porque cl socialismo eliminaría las contradicciones internas del capi-
^ Cit.T ele "Critique n£ ilic Goilia rtor;r:unmc", cu J. E.iton, Polincnl EíOnoniy, a
talismo. Permítaseme citar ia representación gráfica dc M a r x en reía- Marxisl Texlbook (Lnn<lrcí, l'^5R), p . 1 8 7 .
\« i — — ,' »<-5-4^Av-r
•. U - « - W^SíW ¿ : , • . . -y.y. •
• •«•.••-;: x-y-ii
' • •-• •' y TEMAS CENTRALES DE LAS E T A P A S DE CRECIMIENTO •
176 MARXISMO, C O M U N I S M O Y LTAPAS Dlí, C R E C I M I E N T O -.Víí.
una scnsaci('ni dc parentesco con los seres humanos dc todas paites,-'j
gcslación ele las guerras y r e l a L Í o n a i íaii la guerr;i y los factores c c o n ó - ; '
quienes, así lo reconoce, comjíartcn su condición esencialmente.para-. 1
micos en f o i m a totalmente d i s t i n t a a como lo hicieron M a r x y L e n i r i . ' - '
dójica. E n rcsunicn, la conducta humana pura no se ve c o m o un
Q u i n t o , ambos sistemas p r o p o n d r í a n , a la postre, la meta o el pro-
hecho de realizaciones m á x i m a s , sino come un acto de címaparación •
blema de la abundancia verdadera — d e l m o m e n t o en que, según lá '
válida expresión de M a r x , cl trabajo "se ha convertido, per sí m i s m o , dc objetivos humanos alternativos, y iiecucnicinentc en p u g n a , f r e n t e ,
en la neccsidatl p r i m o r d i a l de la v i d a " — ; auiujuc las ciajias de crcci-' a una sciic dc o|icioncs que se prcsmtaFi y cpir jos hombres advierten.
m i e n t o tienen algo más tpie decir rcspcctfi a la naiuralc/.a de las op- I'or si.i|>ursto, esta idea dc cnmpai.ición c n i i c alternativas que se
ciones disponibles. advierten al presentarse es más complicada y tliíícil rpie un simple pro-
pósito dc icalizacioncs al ináximo y no Ih'va una serie lígida e in-
Sexto, en términos dc la técnica econónúca, los dos se encuentran
cviiablc de etapas hist('jri(.-as. Conduce a normas dc elección hechas
basados en análisis sectoriales d e l proceso de crecimiento; auncjue M a r x
dentro de la c s i r u c u i i a permitida por el jianoraiua cambi.inte dc
se constriñe a los sectores de bienes dc consumo y bienes dc capital,
la .sncied.id: medio que por sí n i i ^ n o coiisiituye cl resultado tanto
en tanto cpic las etapas de c r e c i m i e n t o están arraigadas en u n análisis
dc condiciones icalcs objciivas como de elecciones hechas anterior-
más dcsiniegrailo de los sectores [!rinci[ialcs, (]ue se origina en una
meiiic por b o m b i c s que ayudan a d r i c r i i n u a r cl ambiente c o m ú n en
teoría d i n á m i c a de la produccióu.
<]uc han dc tlcscnvolveisc los demás hombres.'
N o c x p l o r a ' c m o s cu este lugar las propiedades íorm.ilcs de csic sis-
/ Teguas centrales dc his etapas de crecimiento lema dinámie{>; pero se colige, dc csic punto de vista de cr'nno obran
los i n d i v i d u o s , que cl c o m p o r i a m i e n t o de las soucdadcs no está deter-
T e n i e n d o coino antecedentes estas dus listas, podemos aislar ahora, con minado ext-lusivanicntc por consideraciones de niden e<cniMiiKo. f-os
m a y o r precisión y más positivanientc, la manera cómo cl análisis de sectores de iiii.i sociedad a d ú a n leeíprin amciili : las fuer/.is euiiuralc.s.
las etapas dc crecimiento intenta tratar y resolver, etapa [lor etapa, los sociales y políiicas. reflejo dc disiiiiias í.uct.is <!e los seres bumarujs,
problemas con los que t u v o (]uc luchar M a i x y evitar los que parecen producen sus propias repercusiones auténticas v inde[iendieiUes en el ^
errores fundamentales dc M a r x . f u n c i o n a n i i e n i o dc las sociedades, inclusive su liesempeñn econi'jmico. '
La [irimera diferencia, y m á s f u n d a m e n t a l , entre los dos análisis A s í . pues, la ptiHuca de tas naciones y el fiiiK i o n a m i c n i n int.il de las
estriba en el p u n t o de vista q u e se ha l o m a d o dc los motivos h u m a - .sociedades —como la conducta de los i n d i v i d u o s — repicsenian actos
nos. A scinejanza de la economía clásica, el sistema de M a r x es u n dc cotn¡)aración más bien que u n sencillo ¡irocedimienio de eleva:
(Conjunto de deducciones lógicas, más o menos artificiosas, que pro- ción dc los rendimientos al m á x i m o .
vienen dc la idea de la elevación dc la u t i l i d a d al m á x i m o , si ésta se
De acuerdo con esia opinión es de gr.an imiiortaneia saber c ó m o
amj)lía para cubrir, i n d e f i n i d a m e n t e , cl provecho económico. L a afir-
se conducen las sociedades para hacer sus elecciones y cotejos. De
mación analítica más i m p o r t a n t e de los escritos de M a r x la constituye
manera específica, se deduce (¡tic l.i economía no es el fenómeno cen-
la aseveración (jue se encuentra en el Manifiesto Comunista, de que el
tral del i n u n d o ile las sociedades en el p c i i o d o postradicional —ya sea
capitalismo " n o dejó ningúrv o t r o nexo entre un hombre y o t r o q u e
capitalista o n o - - y coiisiiiuyc el pincedimieiUi> l o l a l por m e d i o del
c l p r o p i o interés desnudo, q u e el endurecido 'pago de contado' 9
cual se realizan las npciones. Las etapas dc crecimiento rechazarían |
E n la sucesión de las etapas de crecimiento se considera al h o m b r e por inc\act(T el v¡s;oroso stipucsto de M a r x , aurupie muy s i m j d i f i c a d o , j ^ ^
. c o m o una u n i d a d más c o m p l e j a . E l h o m b r e no sólo busca cl prove-
cho económico, sino también el poder, el ocio, las aventuras, la con- A!i;iiniis i.ic las tíiiactcri-aicas d c las cLipa-^ t\c cr. ciniii-iiKi iiut: t i m e n efecto per-
sistente en la -íiiccsión total del cretimientn <r cncncntr.in arraig.id.is en la íi'cicd.id tr.i-
t i n u i d a d en la experiencia y la seguridad; está interesado en su fami-
dicional y e n su cultural. O'iisiitnyrn un.i loiidición in1ci.1l del p r u c c o d e crecimiento
l i a , en los valores conocidos de su cultura regional o nacional y en q u e tiene consecuencias dut.uite u n pcrindo cronológico q u e sobrcp.is.i el tajíso q u e
tener alguna diversión en su ambiente local. Y , fuera de estos diver- parte d c las con'licioncs ptrsi.is y sigue adelante. Del .mt'ir véase, fíriliih Emnomy of
thc Nincicentli ('.cniiiiy ( O x f o r d , tf-lS), caji. \ i , especialmente las p p . 1 2 8 " y H O .
sos vínculos familiares, cl h o m b r e es susceptible dc conmoverse por
i---- --^

178 M^RXIs^Io, COMI;NISMÜ Y ETAPAS Dr. cur.ciMIENTO


TEMAS CENTP.AI.F.S DF LAS ETAPAS HE CRECIMIENTO 179'

' t]uc expresa <.]\ic las decisiones adoptadas por una socicdatl representan
g r a n experiencia en los procedimientos de la defensa y las transacción,
sencillamente u n a función de quienes poseen la propiedad. Por cjcjn- ncs—, expresó recientemente como sigue:
plo, las que M a r x considera como sociedades capitalisias, aun en su
forma m á s pura, en n i n g u n a etapa llevaron a c a b o to<ias sus decisio- S[tgi':ro —c'ijo-- (.pie oiUre f u e r z a s o p u e s t a s h s C O S M ^ S C v a n h a c i e n d o e n
nes principales s i m p l e m e n t e en relación con el mecanismo del mer- f o r m a grndLial. lín Í,I:Í p e r s o n a s n o existe la l l a m a d a a m o - r c i i r c s i ó n . L o
cado libre y el beneficio p r i v a d o . E n I n g l a t e r r a , por ejemplo, en el que ricnc a s p e c t o <le tal es, e n realidad, indecisión... P r o b a b l e m e n t e sc
busque m e j o r la v e r d a d e n cl m e r c a d o d c la libre e x p r e s i ó n , p e r o las
apogeo dc su marcha hacia la m a d u r e z —digamos, en el periodo de
m e j o r e s d e c i s i o n e s ni sc v e n d e n ni sc c o m p r a n , felas s o n r e s u l t a d o d c la
i 8 r 5 a 1.850, cuando era menos débil el poder del capiialista indus- dcs,ivencncia, e n la q u e la iiliima p a l a b r a 110 rs, " A d m i t o q u e u s t e d tiene
t r i a l — se puso en acción ia legislación fabril, y después dc que con r,i7()n", s i n o m á s b i e n , "Tengo q u e coniemi'orizar c o n csle tal p o r c u a l ,
las Leyes dc Reforma segunda y tcrccia se l u i b o heclio más extenso no licnr rfiiiedio".-''

el voto, la política de la sociedad fue determinada por la comparación,


por una parte, entre los inicicscs en las ganancias y la elevación al K a r l M a r x - hombre solitario, [irofundamcntc aislado dc sus .semejan-
m á x i m o dc la u t i l i d a d relativa y, por la o i r a , intereses dc bicncsiar
tes— jamás comprendió este d e f i n i t i v o solvente humano. Lo consi-
efectivos, a través del proceso político, sobre la base de (pie " u n h o m -
deró, en realidad, como cobardía y traición, no como la condición iní-
bre rcjircscntab.i un v o t o " . VA ca[ntalÍstno, (|ue es el centro d e l relato
mma, en cualquier t i e m p o y lugar, tic la vida .social organizada.
dc M a r x respecto a ta fase posfcudal es, por t a n t o , una base analítica
Y , como sc dcsarrolli') en cl capítulo v i i i , un simple análisis de la
inadecuada para explicar cl f i m c i o n a m i c n t o dc tas sociedades occiden-
guerra, en relación con cl ¡trovccbo cc(jnómico, se desintegra frente
tales. DcL>emos considerar directamente el mecanismo pleno de la elec-
a una consiflcración (,1c los distintas lipos dc conflictos armados y
ci<)n e n t r e ¡lolíticas ahcrnniivas, incluyendo el prriccst) poUiíco — y , dc
cómfi han acontecido en realidad, p.l nacionalismo - y todo !o qtie
hecho, los procesos social y r e l i g i o s o c o i n r ) campos in'le[icndicnies
encierra en léimun-s dc política pública y senniuicnto h u m a n o — es
para llevar a cabo decisiones y opciones.
el residuo del m u n d o dc las sociedades tradicionales.*'
Para ser más ojncisos, d i i c t n o s que no hay nada en el análisis de N o es preciso más, .siiu) observar la jirimacía (pie los pueblos co-
M a r x (pie pueda explicar cómo y por (pié los intereses de los hacenda- loniales otorgan a la independencia sobre cl tlcsarrollo ct^onómico o
dos ace[iiaron, al f i n , la Ley dc Reforma de i H ; 2 , o ¡ l o r qué razón las cálidas cniocioncs (]uc despiertan los [lolíticos árabes en las m u l -
los capitalistas aceptaron e l impuesto prcjgicsivo sobre la renta o el tiiudcs citadinas, para comprender que cl provecho económico no
^ [Estado bcncfact(jr, ya (pie para cl m a r x i s m o es absolutamente esencial constituye una base suficiente para explicar el cornportamientí) políti-
. (que tos hombres luchen y mueran por la propiedad, 'l'alcs fenóme- co; loda la historia moderna sustenta la opinión de que lo que con-
nos del>cn explicarse, e n r r a l i r l a d , crin relación a cierto sentido d e com- templamos nctiialmcnie e n Asia, c! Mesoriente y A f i i r a , cuando se
promiso con la c o m u n i d . i d nacional y con los principios del credo cornpara con las elecciones arrostradas por las sociedades t i a d i c i o n a -
u t i l i t a r i o - i n d i v i d u a l i s t a que superan al simple beneficio dc las ganan- le*;, es una forma clásica (.le la experiencia humana.
cias. D c manera similar, en el análisis de M a r x nada cx[)lica la acep-
tación paciente de !a clase obrera del sistema del capitalismo privado C . Corlis, A Cnhimoni^larrfíoot(!\'iicva Y o i k . 1 9 5 7 ) , p|>. 112-1',
cuando va t u n d o al p r o c e d i m i e n t o político democrático, a pesar de las Este t e m a fue dcsairolbuln ¡inr Scbiuniicter en sus escritos acerca tie M . T X y e n su
e n - i y o sfitirc el imperialismo (hui'eiia/isnt, <!c f. ScIlumpctcr, ed- 11- Iloselitz, M e r i d i a n
continuas divergencias en el ingreso.
H."'l;s, Nucv.i V o i k . I'í5'i. eípreialmeiitc p p . fí't y Tn> Crcnf r.ror.nmi'rs, L o n d r e s ,
M a r x —y M e g c l — estaba en lo justo al a f i r m a r ( l u e la historia 1 9 5 2 , e'pccialmcnie pp- ? 0 y ó ! .<*.). K n tanto ipic Sclumiprtcr enfatir.ó la persistencia
de .Tctitudcs nacionalistas in.acion.ilcs y roin.íniicas, el prrscnn- análisis subrayaría otros
progresa por el cbocpie dc intereses y perspectivas en [ ) U g n a ; pero el d"s factores. P r i m e r o , el papel q u e dcsrmpejl.m ciertos g i u p o s y actitudes q u e provienen
resultado dc la pugna, en una sociedad de crecimiento n o r m a l , pro- dc la sociedad tradicional, en ei mismo proceso ilc c r e c i m i e m o . S e g u n d o , el beclio es-
bablemente está regido por consideraciones fundamentales de conti- Irucmrai d e q u e , una v e z q u e fue aceptada como regla en e! panoram.i m u n d i a l la
srtber.iiua nacion.-)l. las naciones se encontraron enfrascadas en una liicba oligopólica por
n u i d a d conrunal, las que Charles C u r t í s , abogado de Poston —con cl jioder, casi ineludible, que tenl.i e l e m e n t o s d c Pacionalidad.
' y a m H v m m m i m m m m - HHI •••.am

180 MARXISMO, COMUNISMO Y ETAPAS DE CRECIMIENTO TEMAS CENIHALES DE I.AS E T A P A S DE CRECIAUENTO 10Ir - i

Así, pues, c l i<:]ato cjuc a q u í sc o f i c f c dc la disolución de las so-,^ ,de cualquier sociedad capitalista, si se l:i examina siipcrficiahnentc);//jLji.
ciedadcs tradicionales tiene por f u n d a m e n t o la coincidencia de motivos los hombres hicieron iodo lo necesario para industrializar u n vastp' j ' í
de u t i l i d a d privada en los sccioies modernos con un nuevo sentido de. y rico contincute, no solamente para ganar dinero, sino portpic cl.y'.í
nacionalidad ultrajada. Y lambic'n otras fner/.as entran e n juego, por- poder, la aventura, los estímulos y el prestigio .social podían, en con- i'^-
ejemplo, la sencilla noción dc que los nii"ios no deben m o r i r tan jóve-' j u n t o , encontrarse en cl mercado de una sociedad en la rpie la Iglesia
ncs o v i v i r como analfabrios loria su v i d a : una sensación de h o r i z o n - . y cl Estado carecían relativamente de impori.'uicia. l'".n esta etapa era .í
tes humanos más amplios, independiente de la u t i l i d a d y de la d i g n i - r c m u n e r a d o r el juego dc la cxpansii'm y del lucro, no solamente cií '
dad nacional. Y cuando, por í m . se ha logrado la independencia o t é r m i n o s dc d i n e r o , sino en relación cun la g ' m a total de los motivos
la nacionalidad moderna, l u i sc lealiza un sencillo cambio auioinátlco y aspira< iones humanos. (¡ 1 )c (pié otra mancia puede explicarse el
hacia el d o m i n i o del m o t i v o u n h i . n i o y al progreso económico y so- tesonero e m p e ñ o de los hombres mucho después dc haber ganado más
cial, por cl contrario, existe u n pifíblema dc comparación y una m i - d i n e r o del que razonablemente pudieran gastar ellos o sus hijos? Y
nuciosa elección tpic h.tccr emre los lies sentidos en (¡ue pudiera se necesitaría hacei modificaciones similares en el [lunio de visia mar-
orientarse la política: la aíiitnaLióit en el cxierior. tnia mayor concen- xista dc la motivación humana para lograr un relato exacto dc los
tración de la a u t o r i d a d en el i c n u o en oposición .-1 l.is regiones y ct periodos de maicha hacia la madurez dc A l e m a n i a , cl {apon, Suecla,
crecimiento económico. Francia, la C í a n Urciaña y - - c l a i o cM:i - Rusia,
Entonces, cuando sc han sorteado, al f i n , estas elecciones y la socie- E n esta eta|ia nos encíintrauins, naturalincnte. con IdS c n o c i d o s
dad marclia uncida al progreso, l.i historia dcercia gcneiahiientc u n errores técnicos de M a r x : su temía de la población, implícuamcnle
largo period<i en cl (jnc doniin.i el c r e c i m i c n i o ccíuiómico auiupie sin malthusiana, y su teoría de los salarios le.dcs estancados.
ser una actividad exclusiva: el i m p u l s o inicial y lc»s sesenta años, más Constituye un viejo truco señalar (pie. en iealidat.1, la poiilación
o menos, necesarios a la exp.uisir'qi dc las técnicas mr^lernas. Durante no sc crunjiorti'i como lo h i z o i o n el l i n de manieiier un eiército dc
la marcha hacia la m a d u r e / , las so; iedades sc ii-m ( i i u d u c i t i o dc la reserva de desocu|ia(los y (pie las opciaciones del capiialismo compc- '
manera más marxisla, auiupie cada una dc ellas en los l i ' r m m o s dc l i t i v o no si'iht no [ii()du|eion salarios reales csiaucailos, sino salarios
sus propias culturas, estruciiuas sociales y procesos jirijíticos, pues las reales en -•umienlo. Por ejem|ilo. Kobiiison y K a l d o r han puesto de •
sociedades m vías dc crcMiiiieiii 11, aun las r apÍ!:disi as, han diferido relieve hace poco estas profund.is lall.i', t u la economía dc Marx.^ I?.n >
• radicalmente en estos respectos. I'.n las sociedades e n cr-^cimienio no términos foimales, son errores absoluianienle técnicos eomelidos al''
ha existido una " s u p e r e s t r u c i u t a " u n i f o r m e , por cl c o i i i r a r i o , la natu- juzgar la ftjrma cómo obraría el jiroceso cconóinico. Pero son algo ,
raleza flivcrgcnte dc las "superestructuras" ha aíccia<io intensamente más. Reflejan i i u h r c c i a m c n i c l.i piopo-^ición básic.i dc M a r x respecto d c V

las normas asumidas por el crecimiento económico. ^' aun en la mar- las sociedades; pues ni cl poder politice^, ni el social, ni siíjuicra eb, '
económico, resultaron claiamciiie del hecho dc cpic la pro[>iedad fuese j
cha hacia la madurez debemos ser m u y cautos para n o identificar lo
posesión privatl,!. L a competencia no cedió su puesto al m o n o p o l i o ' , o
que se hizo —la expansión energética dc la técnica moderna— con
c, imperfecta, permitió a los sabinos aproximarse al productt) neto
una l!Í¡ióicsis demasiado simplí.Ma acerca de los moiivus humanos. Sa-
del valor m a r g i n a l ; este aspecto icciiico del mecanismo del mercado
bemos que durante los impulsos iniciales y en cl curso dc la marcha
sc vio respaldado al aceptar la sociedad a los sindicatos obreros, y
hacia la madurez las sociedades p r o p e n d i e r o n , real y fundamentalmen-
[)or u n número creciente de inteivenciones políticas, permitidas y es-
te, a hacer a u n lado otros objetivos y a despejar la l U t a para otras
t i m u l a d a s por cl proceso de la política democrática. A d e m á s , cl he-
actividades que, d e n t r o de las limitaciones humanas, de recursos y de
cho del progreso m i s m o en mas:*, descartado en el análisis de Marx,
otra índole social, elevarían al grado m á x i m o la tasa dc crecimiento.
h i z o CJUC los hombres reconsidciaian el cálculo en la |irocre.u;Íón de
Mas esto no cjuierc decir (pie |ircdoiTiinaia en sí el m o t i v o u t i l i t a r i o ;
aunque, ciertamente, jugó su parte. Pero en los Estados Equidos, des-
' (nan líobiii-^on, kf.vx, Ma'-'/iall, niiii Keyucs (Flcllii, P 5 5 ) , N . Kalclor, " A Modrl
pués de la guerra c i v i l , por ejemplo ( q u i z á en la fase más rnat-írialista oí Ecoioiiiic C i o w í h " , Túoiio'inc ¡ournal, diciembrt- <lc 1'.'57, cspccialmcnic p p . 6 1 8 - 2 1 .
^ mm^» vnr^ r-- - ™ , , ,

182 MARXISMO, COMUN'ISMO V KTAI'AS l i K O R t C l M IF.NTO TEMAS CENTRALES DE LAS ETAPAS DE CRECIMIENlTl 183

hijos y csLc p r o d u j o u n control no m a l l l u i s i a n o sohrc cl índice dc na-, concentraciones del poderío económico, se han visto obligadas a ac-'
t a l i d a d : una rcstriccicSn que no sc basaba en la pobreza y la enferme- tuar, cada vez m á s , dc acuerdo con las condiciones impuestas por e l
d a d , sino en cl p r o p i i i progreso. Pensemos aquí no sólo en los casos proceso político antes cjue por los únicos procedimientos dc m á x i m o
m á s antiguos de descenso de la tasa de nacimientos en la historia, sino r e n d i m i e n t o del p r o p i o mercado.
en la baja radical en lf)s índices de natalidad del japón e Italia en la
En segundo lugar veamos el asuiuo de ias crisis cada vez más agu-
década de los cincuenta.
das. Hasta 1914 no existe prueba alguna dc cpic haya aumentado
Y en esta forma, cuando h u b o l o m a d o a u a i g o el iiucrés compues- la a m p l i t u d de los ciclos dc desocu[)acÍiín. Pnr cl c{>nirario, existe la
t o , cl progreso fue cornparti<lo por el capital y el trabajf), a m i n o r ó la evidencia dc una notable u n i f o i n i i d a d en los ciclos del siglo x i x , ya
lucha entre las clases y, cuando sc alcanzó la madurez, los países no sea que se consideren dc acuerdo con los íUios estadísticos de desocu-
t u v i e r o n que afrontar una d i f i c u l t a d insupeiable de proporciones ca- pación que disponemos o bien en relación con los años tic creciente y
tastróficas. Simplemente t u v i e r o n q u e hacer fíenle a una nueva serie decreciente a c t i v i d a d económica. H u b o , por supuesto, la g r a n depre-
dc optativas; es decir, t u v i e r o n q u e establecer la comparación entre cl sión sur ^nicris dc la década de los treinta. I V i o , si es correcto cl p u n -
l'.slado benefactor, el alto consumo en mas.i v ima oleada dc afirma- ió dc vista desarrollado en cl capítulo v i , el estancatnicnto relativo de
ción en cl escenario m u n d i a l . Euro[)a occidental d i ñ a n t e cl i n t c i v a l o entre las dos guerras no fue
D e este modo, cl Ínteres comjaicsto y las o[H!tJucs que b r i n d a p r o debido a r e n d i m i e n t o s decrecientes a laigff plazo, sino a que Tairopa
gresivatncntc, al elevar cl nivel m e d i o del ingreso real, se convierten occidental no logró crear u n ambiente en el que sus :;ocici.ladcs nacio-
en una variable p r i n c i p a l independiente en las etapas de crecimien- nales sc m o v i l i z a r a n rápidamenic hacia la é[XKa del alto consumo en
t o ; en tanto ()iie, en la i c o r í a j i c M a r x , cl interés crmipucsto aparece masa, p i o d u c i e n d o nuevos sectores ¡)r¡nci¡»ales. Y esta falla sc debió,
en la f o r m a pervertida de a c u m u l a c i ó n de utilidades, sólo suscciilibles p r i n c i p a l m e n t e , a cpie no pudieron crear ocu¡iación plena inicial en la
dc ser distribuidas en el ambiente dc bis grandes tapitalisias, dc ca- situacir'in de las relaciones de iiueieaiubio d u i a u l c el pcriodt) pf>sierior
pacidad no utilizable, y cu la p,ueria. Uxpies.'rlo ( n otra forma, d i - a U)Vu V.{\a semejante, la prolongada depresión dc los Estados
reinos cpie la elasticidad-ingreso dc la demanda lepicseiita una fuerza Unidos durante ta década dc los t i e i n i a no -^r' debió a rendimientos
viva en cl análisis dc las cia[ias dc c r e c i m i e n t o ; nueiuras (jue las fuer- decrecicnics a largr» ¡ilazo, sino a (.pie no se logró forniar, por medio
tes simplificaciones de M a r x lo o b l i g a n a excluirla casi por completo. de una política g u b e r n a m e n t a l , u n ambiente inicial renovado de ocu-
pación plena que hubiese permitido cl desenvolvimiento progresivo,
Veamos ahora cl asunto e x ¡ T U C s i o por L e n m : el capitalismo, cptc
hasta más allá de 1920. de los nuevos sectores principales, reprcscnta-
tiene una supuesta tendencia innata a hacer icdiicir las utilidades, pro-
<]os por la construcción dc alojamientos suhuibaiios, la difusión dc
voca la creación dc los m o n o p o l i o s , por lo (¡ue las crisis se haceti
los automóviles y los líicnes y servicios duraderos de consumo.
progresivamente más agudas, y conducen a una lucha desesperada en
la competencia internacional por los mercados y a ¡a guerra. En vista dc la sensibilidad del proceso político en las sociedades
Examinemos, en p r i m e r t e r m i n o , la cuestión de la concentración democráticas modernas, aun en relación con jicípicños focos dc des-
industrial. E n este caso, s i m p l e m e n t e afirmaríamos que las pruebas ocupación, existen muchas razones para creer tpic las sociedades oc-
en [os Estados U n i d o s , cuando menos, no indican en modo a l g u n o cidentales ya no tolerarán las políticas torpes y tímidas cpie pusieron
que haya aumentado significativamente cl grado do concentración en, en práctica en las décadas dc los veinte y treinta, respecto al nivel de
digamos, Ins i l l t i m o s cincuenta años. Y en los lugares donde ha au- ocupación, y actualmente —debido a la revolución keyncsiana— son
mentado, Iri ha hecho así más con base en la investigación y cl des- comprendidos a m | i l i a m c n t e los trucos técniciis dc ese oficio. N o de-
arrollo en gran escala dc las e c o n o m í a s que debido a que el a i n b i c n i c bemos olvidar que el m i s m o Keyncs se impuso la tarea de frustrar cl
m e r c a n t i l haya sido demasiado débil para sostener a las empresas pe- pronóstico dc M a r x acerca del n m i h o c]uc tomaría ia desocupación
queñas. Y dudo m u c h o que cl caso fuese m u y distinto en otras so- bajo el régimen del capitalismo y lo lí>gró en gran nic<íida.
ciedades maduras del Occidente. A d e m á s , donde han persistido las Por lo que respecta a ese viejo mal clásico dc los " r e n d i m i e n t o s
^i^im léMü^ it^'--'^

• MARXISMO, COMUNISXÍO Y KTAPAS OF, CRF.CIM I F.NTO MARX V.U I'ERSt'l-CTIVA

" d e c r e c i e n t e s " —del (¡ue M n r x se apoderó cx[)rcsándolf) bajo ia forma v;;;*!?^ Existe también la opción a tener lujos o llegar al a b u r r i m i e n t o , al des->: „"¿5*?.:J
de su supuesto del nivel descendente dc u t i l i d a d e s — no podemos ser ' a r r o l l o de nuevo.s límites interims de la capacidad e iniciativa huma->
dogmáticos en cl plazo m u y l a r g o ; pero a j u z g a r por la escala y cl ñas, a la exploración dei espacio exterior y a ia entrega a los placeres
r i t m o que ad(]uicren las empresas cicniíficas en el m u n d o moderno t r i v i a l e s — o , acaso, a la destrucción, si el es|iíiitu del mal pone en mar-
(sector que sc cncuenira en una e[a|ia de rápido crecimiento) no es cha sus lÁierzas---. Pero aun cuando este es el problema ccoiiómicp •• fs.'
probable (pie carezcamos de cosas productivas (pie hacer, si la i;cnLc fundamental de la i i u t u a n i d a d , es u n problema del que, si todo va .V;;
jireficrc la a t l i v i d a d p r o d u c t i v a a la ociosidad. A d e m á s , si las so-, bien, podemos alísiraeinos hasta cierto g i a d o los de esta generación
cicdades prefieren continuar en ia vida activa, tienen posibilidad de .
dado cl programa de actividades que se nos presenta en un m u n d o dc .
seguir la ¡iiimacía norteamericana y r e i m p o n c i ' un aumenio n i a h l u i -
armas nucleares y. frente a ia magna larea de crear una c o m u n i d a d
siano de la poblacióai, cuando se sienian hastiados de los ariefacios
m u n d i a l pacífica (.¡ue abarcará a las naciones m.ís antiguas y ^ Lis '•'"j
modernos.
más nuevas cpie hayan a p i e n d i d o los t i i i m s del crecimiento.
T r a t á r e m o s , por último, el asunto de la dependencia de l.is colo-
nias bajo cl capitalismo n i a d u r o . Sólo necesitamos h.iccr iiot.ir. cu
Miirx en per.<¡!o/ir,i , •
esic caso cpie, en tanto tpie c l colfiiüalismo se c n c u e i i i i a \iiiualmcn-
te m u e r t o , el capitalismo goza dc u n r c s u r g i n i i c n i o evolutivo estiaor-
A s í , pues, ^-quc podemos decir acerca de M a r x , estudiado a la l u z
d i i i a i i o en el hemisferio occidental, Europa occideiual y el lapi'üi. Es del análisis de las etapas 'le n e r i m i c n i o ? ¿ l ' n (pié punto encajan
peifectamcnte cvidenie (pie, cualesquieta (|ue sean los trasioinos eco- sus docirinas?
nómicos dc las sociedac'es ca¡ii(alisias, no provienen csrnciahnentc de
R e u n i ó ¡luclectuiluif me dns conjuntos de i n s i i u m c n i o s : u n p i m í o
iMia dependencia del i m p e r i a l i s m o . Su vuliicrabili<lad piovií-iic, si aca-
dc visia bcgeiiano de la din.ímica de la histi>ria y. del m u n d o de los
rdo, de su falta de luiena disposiciiin para ocuparse Ki suíi( icute del
cco'.'.omisias clásicos, una veisiijii gcneralÍ7ada de l.i elevación al má
m u n d o de las naciones subdesarrolladas y para asígnailc recursos ade-
xinu) de las utilid:ides ( a s i como lambii'n v.irías projuisiciones sus-
cuado.";. La demanda interior no es tan i m p r o p i a que obligue ,i la
tantivas).
atención hacia cl exterior: es demasiado l u c r i c ¡lata hacer (juc los.
Aplicó su acer\'o a lo (jue pudo p e n i l i i r de un r-a,so hisl/uico: el
gobiernos movilicen los recursos adectt.idos en asuntos cxteiitu.vs. La
del impulso inicial y la maiciia liacia la madurez ile Inglaterra; h i z o
es[ieranza comiiii del c o m u n i s m o no estriba en el apicvecbamienio
su generalización y proycitó su resultado. 'Podo su sistema fue for--,"v-/í
ílc las crisis y la conftisión ocasionados por una i'jclia apremiante para
mado completamente en cuando en colaboración con Engcls -"--J:'¡
desembarcar exportaciones, sino de una excesiva concentración del
redactaron cl Manijiesto Con)uuistíi\s deeir, fue creado antes dc que
m u n d o capitalista en los atractivos dc los mercados nacionales.
ningtina oita sociedail más (pie Inglaterra hubiera experimentado el
Esio nos hace establecer una comparación entre cl punto de vista irnpulso itiiciai. Y aunque en el transcur.so de ios años Marx hizo • T
dc M a r x respecto al c o i m m i s m o y la etapa posterior al alto consumo í comentarios ad hnc de diverst)S as¡>ectos a corto plazo de los casos -V--^^;
en masa del análisis dc las etapas dc crecimiento. E n este punto de ' francés, alemán y norteamericano —y csiiivo iiuniscuido, en lo per-
controversia M a r x fue u n romántico del siglo x i x . (.j"ms!deraba cpie soiial, en algunos aconiccimieuins poHiico.s de Francia y A l e m a n i a — -'.^^
los hombres, al haber superado la escasez, se permitían cultivar y ha- fue ia revolución i i v i u s i r i a l británica, y lo (]uc siguió al impulso i n i -
cer floicccr lo más n'.>blc dc sus propias naturalezas; mcdiaiue cl tra- cial cu Inglaterra, lo cpie dio f o r m a a sus categorías. Nada dc l o .•',•')'•
bajo ¡lor el placer dc la expresión personal, en u n amliieníc en cl realmente i m p ó r t a m e en M a r x es posterior a 1S48. --j;
cpie ia ai)undancia había e l i m i n a d ' ) la necesidad y la tentación de la A h o r a bien, t o m o ya hemos visto, el caso de la transición británica -J-:
avaricia. Esfo, en rcaliíiad, constituye una esperanza decente y legí- fue único, en cl sentido de (pie parece oc.isionado por la d i n á m i c a .; . i-'
t i m a , una aspiiacióii y basta una p o s i b i l i d a d . Pero, según sc indicó interna dc una sociedad aislada, sin intervención exterior; es decir, '•>-!•:•
ch la parte final del capítulo vt, no representa la única alternativa. que en cl seno dc una socie<lad mercantil y agrícola se desarrolló una
U-.-. tú..-««» ISt»*W« . i.

186 MARXISMO, COMUNISMO Y KIAI'AS líE C1U^CI^ÍM••N•I•0 ^ E V O L U C I O N 1)I:L C O M U N I S M O M O D E R N O ' •lO^yJ

. c l a s e media indusiiiaí, la cual traiisformc'i, progresivamente, la polí- nriento íntimo dc este fracaso es responsable del hecho de quc^Éix
tica, la estructura social y los valores de la .sociedad, principalmente " ; Capital sea un libro sin terininar. liste error revistió la f o r m a de;
^ durante las tres décadas posteriores a la batalla dc Wai;crioo. Los ca- • alza en los salarios icales industriales en í/.uropa occidental y del he^:
sos francés, alemán y noitcamcricano no eran suficientemente dcsta- - cho perfectamente evidente de (]ue las cla.scs obreras, inglesa y de^''
, , cados, [)or lo menos en ja época dc M a r x , ni estaban dentro de sus Europa occidental, estaban dispuestas a arepiar útiles mejoramientos,
alcances, para obligarlo a modificar sus categorías; no esludió al Ja- al acatar las condiciones de! capitalismo democrático en vez dc con-
pón ni !o incorporó a su sistema; Rusia le bacía estremecer, por l o centrar sus esfuerzos cu la lealización dc una saugriei\i.a acción defi-.
menos hasta m u y avanzada su vida, cuando los intelectuales rusos n i t i v a , apoderarse de la ¡nopicdad y entregarla al Estado (pie, s e g ú n ,
comenzaron a t o m a r l o cu serio; y c o m o buen intelectual de capilla la opinión de M a r x , ios obreros [lodiían controlar entonces. La Pri-
dc la .Europa occidental, y fuera dc la órbita dc sus conocimientos mera Internacional, ípie cl formó y dirigió, sc desintegró a principio'-
las perspectivas en Asia y África, irató casi totalmente del contexto dc la decada dc 1S70, ci.iando los dirigentes sindicales, desconociendo
de la política británica más que en íérnainos de sus profiios proble- a M a r x , buscaron reformas graduales dentro de sus propias sociedades.
mas dc modernización.'^ Y de este modo M a r x —y también Engcls— t e r m i n a r o n su.s días
,. L a concentración en el caso británico permitió u n concepto m u c h o c o n t e m p l a n d o una imagen u n tanto desengañada del obrero indus-
más sencillo del periodo dc la transición y del impulso inicial del t r i a l , en q u i e n tanto confiaban para hacer realidad su dialéctica: el
; que admitiría nuestro alcance contemporáneo en cl conocimiento his- obrero sc encontralja contento con obiciici tina pequeña [lartc dc u n '
'•[-• tórico. A l generalizar sus íntimas apreciaciones sobre la G r a n Bre- progreso bastante n o r m a l ; tenía la sensación dc tpie ias cosas mejo--
', •• talla, A-larx se concretó a la clase media y ^d m o t i v o dc lucro. P u d o ' raban para el y sus hijos; cx¡icrimciiiaba la impresión dc tiuc, e n
•-' pasarle i n a d v c r i i d o el papel del nacionalismo reactivado al transfor- todos respectos, estaba obteniendo una participación razonable dc ios
mar una sociedad tradicional y el problema de elección a que hubo beneficios de ia sociedad en su t o t a l i d a d ; sc encontraba resuelto a l u -
- dc hacer frente cuando sc creó un I'.starlo moderno inde[)cndienie. char por io que cl deseaba dentro de ios lincamientos dc la democra-
•,(j¡ E n pocas palabras, M a r x pertenece a la generación íntegra dc los cia política, bajo u n régimen dc posesión de la propiedad privada; con
hombres occidentales (pie. en distintas formas, reaccionaron contra el tendencia a identificarse con su sociedad nacional en lugar de hacerlo
y costo social y h u m a n o dc ¡a marcha hacia la madurez, y trataron de con cl m u n d o abstracto dc obreros industriales, supuestamcnic luimi-
encontrar u n e q u i l i b r i o mejor y más h u m a n i t a r i o para la sociedad. liados, dc todas partes y, a pesar de las pugnas y las injusticia.s, cori'
Impulsado - - s e g ú n la [ra.sc de su p a d r e - - por u n "egoísmo demo- buena disposición para convivir con sus semejantes en vez de cons-
niaco",^ identificándose con los de abajo y alimentando su odio a los pirar ¡lara matarlos. Y es en esc punto donde coniÍen?a la historia
que estaban en las esferas superiores, pero disciplinándose también, en dc L c n i n y el c o m u n i s m o modernc'.
cierto grado, por su pasión a ser "científico" antes que sentimental,
M a r x creó su noiahie sisicina: u n sistema lleno dc errores, ¡lero [)lcno'
también de pcrccjicioncs parciales legítimas, una gran contribución J.a ci'üíiición <lcl coniuujf/no ninJcriio
forma! a la ciencia social, y una guía ¡ntjnstruosa de política guberna-
El c o m u n i s m o moderno surgió directamente dc u n esfuerzo para
mental.
tratar los problemas que M a r x no resolvió, o lo h i z o incnrrectaiñcn-
U n a falla del sistema de M a r x c o m e n z ó a revelarse antes de su tc, como teorizante y como político practicante revolucionario. En
muerte y no supo cómo superaría. Algunos creen (¡uc el reconoci- forma completamente concreta, el comunismo moderno está estructu-
^ I. Bnlirt, Karl Minx ( L o n d r e s , \05(>), Jif. 25-1-8. Sin cinbnLgn, M a r x hizn al.r;ii-
rado con base en los errores y fallas de M a r x . L c n i n t u v o cpic enten-
nas interesantes observaciones aii hoc sobre la India y C b i n a , c u a n d o escribía c o m o p e - dérselas con u n m u n d o de obrerrjs tales coino crau y dc campesinos, a
riodista acerca dc la política briiánica e n las Ruerr.Ts del opio y en rl m o t í n dc !a quienes M a r x consideraba despreciables, y a quienes hizo a un lado
Icdia.
con unas cuantas frases supcrficiaies; con u n m u n d o en cl (jue cl na-
» C . J. S . SpriiíHC, K<i>-I Í W r ( L o n d r e s , L ) 3 S ) , p. 2 7 .
^ ' L ^ u SL«*-d íÉw*» • ' í W ^ i

• 188 MARXISMO, (Jí)MUNlSMt) V TTAPAS 1>V. O K K O I M I E N T O í -.'fe- F.VOI.OCtÓN DKL OiMUNMSMO MODERNO ' . '' ^' ' ' ^ ^ . J .

cíoiialisino competitivo c í a una [ u c i z ; i poderosa; y un m u n d o q u e ^-.^ esa esperanza sc p e r d i ó ; y prosiguió L c n i n .sobre la base del cornu-
estaba en guerra. Antes que luchar con la realidad, M a r x licenció las nismo en u n solo país, m u c l i o antes (]iic Stalin acuñara la fra.se. , / '\í
fuerzas dc la Primera I n t e r n a c i o n a l ; L c n i n se m a n t u v o en cl juego Tercera, en la revolución de K i o n s i a d i dc marzo de 1921, L e n i n 'Váíj;
dc la política y cl |M)dcr tal c o m o lo encontró. ^ ratificó la pauta dc I(^(Í2 y de noviembre de 1917, empleando la fuerza ' • • •
ff ¿ E n que forma procedió L c n i n ? Su j i r i m c r a , y más f u n d a m e n t a l , para sofocar la revuelta dc una probable mayoría del Partido C o m u - í.
I decisión fue Iniscar el poder político, a ()esar del hecho de (jue la ni.sia, la que sc oponía a la aparición rápida de un sistema dc Estado'
mayoría de la ciase obrera i n d u s t r i a l dc Rusia no estaba dispuesta a dictatorial. T r a s algunas cavilaciones, L c n i n decidió continuar gober- . ;
apoyar una tentativa revolucionaria para detentar cl poder. E l pan- nando sobre la ba.sc dc una dictadura de listado-policía. . 'r
fleto dc L e n i i i , ¿Qi<c hacer?, publicatio en i()02. consliiuye ct verda- ^: Cuarta, en el decenio de i ( ; j o , Stalin, (]uc liabía aceptado dc b u e n
der(j origen del comunismo moderno. En el afirmaba que si kis grado la dictadura del I',siado-pol¡cía cnmo ba.se del gobierno, alteró ' * .'
obrcrf)s rusos no cstaljan prepaiados para c t i m p b r su destino his- radicaimeiue el aspccio dc ia sociedad introduciendo poderosos incen-
tórico marxisla - - c o m o , evidentemente, no io estaban— cl Partido Co- tivos materiales para los (]uc estuvieran dispuestos a trabajar, dc ipa- ' ;
munista ios liaría c u m p l i r dicho destino, (^uc cl Partido (^omtmista ñera eficiente, d e n t r o de la órbita del P.statlo comunista, y c o m p l c - ' ','1
mentando la ideología con vigorosos elementos del gran nacionalismo
no opcralia como una sección del m o v i m i c n i o socialista, como lo acon-
ruso, lo que p r o d u j o modificaciones en todas las cosas, desde el u n i -
. scjó el Manifiesto Comunista. F o r m a r í a , por sí m i s m o , un p a r t i d o por
forme dei soldado ha.sta el texto de los libros de historia en la ins-- V -.í
.separado, una élite de conspiradores, la (]uc buscarla el poder sobre
trucción p r i m a r i a y cl t i p o aceptado de vida f a m i l i a r . • ,'
una base m i n o r i t a r i a en nombre del prolciai iado, "nadando contra la
corriente de la historia". f Q u i n t a , en cl X I X Congreso del Partido, en octubre de i()52, pero, , - •,
? I M I suma, L c n i n decidió llevar a cabo ia profecía de M a r x , a pesar para ser más exactos, des|)ués de la nuierte de Stalin, .se desvió el ! •?
I sentido de la cxjiansión comunista, de los pai.ses adelantados a las
del fracaso dc la piedicción de M a r x . Desde cl p i i n c i p i o hasta la
regiones subdcsarroliadas, siguiendo lo prescrito por L e n i n y, de hecho,' .\^f
fecha —a j i a n i r de la división del m o v i m i e n t o socialista cu Rusia,
lo (pie el practicó. I:ai realidad, cl criterio que susient.aha M a r x res- « v 1
anterior a 1914, hasta el Icvantamienio dc: los obreros de iUidapest
pccto a la sucesión de la historia y cl paso inevitable dc las sociedades • ''/w'i
en 1956 y la continua renuencia de Moscú para intentar elecciones
capitalistas maduras hacia el socialismo, fue abandonado en favor dc^ '
libres aun en .sociedades en las que se encuentra totalmente l i q u i d a d o
la fórmula leninista, la que todavía continúa siendo ia guía de K r u s h -
c l capitalista y el gran leiTatcnienle— este ha sido cl peso muerto
chcv, tamo en ia teoría como en la ¡u,íctica.
(|ue se encuentra en el fondo dc la práctica y ct pensamiento c o m u -
L o que ha resultado, entonces, es un sistema de organización estatal
nistas: el obrero industrial n i ha pensado n i sc ha coni¡)ortado como
moderna que no tiene por fundamento el determitiisino cctmómicoy
debiera, dc acuerdo con la teoría.
sino c l d é t c r m i n i s m o dc la política o el poder. N o es la p r o p i e d a d "i''a.,]V4
7" L a segunda decisión de L e n i n p r o v i n o directametitc tic la p r i m e -
dc los medios de producción lo (pie decide todo, es ei conirol del cjér- n .;pV
ra; apoderarse del gobierno en Rusia, ajirovccbándosc dc la confusión
Cito, ia policía, los tribunales y los medios dc comunicación. Lenin, .
. q u e siguió a la revolución de m a r z o de 1917, a u n cuando, de acuerdo y sus succsoics, en realidad, han puesto nuevamente a Hegcl sobre "*
con los postulados marxistas, la retrógrada Rusia era. en ct aspecto sus pies pero han i n v e r t i d o a M a r x . Para ellos no funcionó bien el '.'
iiistórico, " p r e m a t u r a " para el socialismo. Por corto tiempo, los más d c t c r m i n i s m o econ(ímico pero el determiiúsmo del [loder ha llenado , ...¿.'J,'
sinceros marxistas (pie m i l i t a b a n en c! campo de L e n i n se consolaron el vacío ¡icríeciamentc l)Íen. H a n anuailo (ic acuerdo con la irlca de \
con la esperanza de cpjc A l e m a n i a —sociedad lústóiicamentc "ma- que, en ciertas circunstancias, una minoría lesuclia y bien ciiscijiÜnada
d u r a " — sc convertiría al c o m u n i s m o después de la primera Guerra puede tomar el poder político en una sociedad confimdida y mal ;
M u n d i a l , y podrían crear, de este m o d o , una zona total comunista organizada; luia vez en el poder, pueden sostenerlo con economía de
dentro dc ia cual tpicdarla i n c l u i d o cl air.iso histórico ruso. Pero fuerza si la clite c o n u m i s i a mantiene su u i i i r l ; i d ; y con la retención *^_'V
•' w^..^- —
' U...... ^—' • • """"^'"-Kí
19*") M.MtXISMO, (XIMIINISMO V F.TAl'AS nií, CH l-.Ci NnV,N-[-() íT)MUNiSMo: r.NFFRMr.uAi) T F i u o i K i 1)1^ TKANSTCIÓN
' • «

del'poder pueden organizarse los recursos de una sf)ciedad, dc tal m a - E n forma s i m i l a r , aunque [Uicdc incrementarse la producción'poí^-^ííj^',
nera t]uc hagan crecer la ccononiía dc acuerdo con iraycclorias (píe medio dc las técnicas comunistas, cl m o v i m i c u K i hacia la madure¿',í;|;-
consoliden y aumenten cl poder dc la cltte c o m i m i s i a . iccnológica crea aspiraciones y alcanza niveles de rebuscamiento irir'-'r'*'
La ironía en esta dcscripcicm se hace extensiva aun a la naturaleza tclcctual que también producen importantes tensiones contrarias.
dc la economía política bajo c l r é g i m e n del c o m u n i s m o . E n la his- A d e m á s , generación tras generación avanza la dinátnica dc BucL"
toria dc ia Rusia moderna — a s í como en la de Europa oriental, d u - d c n b r o o k ; los que dctciuaron cl [KXICI" y io empicaron para c o n s t r u i r -'!'•
rante cl periodo posterior a 1945, y en ia de China c o m u n i s t a - - , se una m á q u i n a i n d u s t i i a l de g r a n recurso, pueden ser sucedidos p o r .
puede encontrar una a p r o x i m a c i ó n bastante buena dc la inexacta des- hombres que, si dicha m á q u i n a no llega a producir un resultado i a - •
cripción hecha por M a r x de l a f o r m a c ó m o operaría la economía'ca- ternacionai decisivo, resuelvan que existen otros objetivos mejores t a n - ' ,
pitalista: los salarios se m a n t i e n e n t a n cerca dei m í n i m o indispensable to en el país como en el extranjero.
como io permite la necesidad dc ios incentivos; sc remvicrlen las ga- Eu suma, aun cuando L c n i n y Sialin —y ncttialnicntc M a o — l i a n
nancias, en g r a n escala, en inversiones y gastos militares y cl sistema logrado superar los puntos dcl)iies existentes en c! análisis dc M a r x ^/
sc enctieuira estructurado en t a l f o r m a tpic peligraría en io fundamen- en relación con el proceso histórico, no se sigitc dc ello que sus téc-
tal si la inmensa capacidad resultante sc dedicara, con sinceridad, a nicas demostrarán tener una viabilidad a largo plazix T a n t o cl max- ^
la tarca dc elevar ios salarios reales. L a diferencia entre la imagen xismo cotno cl c o m u n i s m o moderno son conceptos t]uc f i j a n inetas
que tenía M a r x del capitalismo y la que tiene ia c(ononiía política trascendentales, independientes dc las técnicas empicadas para alcan-,'^,,..,
comunista consiste, n a t u r a l m e n t e , en ([110 en u n caso cl motivo de esa zarlas; pero la prolongada lección cptc nos brinda la historia es que]-,
imagen eran las utilidades privadas, y en el otro el m a n t e n i m i e n t o los fines realmente logrados icprcsciitan, eu gran parte, una funcÍód"|'.„Q
y la extensión did pfxíerío dc la ('lite comunista. dc los medios utilizados para conseguirlos.

De modo similar, la díctadtira política dc la élite sobre la mayo-


• ria, actuando (Je acuerdo con sus propios intereses, constituye una Conuinisnio: cnjcrmctlíid del poiodo dc iraasicióii
aproxiinacióii justa dc lo c]ue M a r x creía ser la conlormación política
del capualismo, en dnnde gobernaban los que tenínn la p i o p i e d a d ; Por otra paite, ai c o m u n i s m o tal cual es — u n gran hecho de la his-
pero la vinculación automática que h i z o M a r x de la posesión de la t o r i a — no se le puede poner f i n simplemente revelando su natura-""
•propiedad con cl poder político dejó cierto vacío en el mecanismo Icza, sus inaposturas y sus dilemas. N o cotistiiaiyc una realización
dé cómo sc ejercía el poder.^" Y este vacío t u v o que llenarlo cl co- muy i m p o r t a n t e identificar los crroics del m a r x i s m o ' y ^ d c m o s t r a r - ^ l -
m u n i s m o con la policía secreta y el sistema total dc represiones e i n - <;¿t^!.cr antimarxista del c o m u n i s m o . E l hecho es que cl comunis-
centivos que le permiten gobernar y obtener cl rendimiento que de- mo, como técnica de poder, representa una fuerza f o r m i d a b l e . Alih--
sea dc aquellos a quicties controla. que de percepción antimarxista, fue u n a idea correcta dc L c n i n que
Pero esta inversión dc M a r x , invocando el nombre dc M a r x , también cl poder, en ciertas circunsiancias, ¡lodría detentarse y sostenerse por
tiene stts problemas y disytintivas. M i e n t r a s pueda sostenerse cl poder medio dc una mitioría resgclta y preparada para u t i l i z a r una policía
con economía de fuerza, no puede anularse el nacionalisino cu Europa secreta. Y , a pesar de ser percepción antimarxista, resultó una apre-
oriental y, dentro dc Rusia, la evocación táctica del nacionalismo que ciación correcta que las sociedades durante cl [laso dc la .situación
h i z o Stalui en las decadas de los treinta y cuarenta, ha determinado, tradicional a la moderna sfin peculiarmcnte vulnerables a dicha usur-
mediante firme acopio dc fitcrzas, importantes tensiones o¡iucstas. pación del poder. M

Cnmn lo -scfi^il.i Berlín (1/1. c/f., ¡i. 1 0 8 ) , Pakuiiín ailvírlió q u e , en c! f o n d o ,


En realidad, es en este punto donde cl comunismo encuentre pi"0-
M a r x era "iin adoradijr fanático del E s t a d o " , y su total d e s e m p e ñ o c o m o político revo- bablemcntc su sitio cu la historia. Recordemos de nuevo el análisis
lucionario, c ' i n su coacción para cicrccr p e r s o n a l m e n t e el pcKJcr alistiluto o n a d a , sugie- del cajiíiulo i t i , en el que sc consideró el periodo de las condiciones
re q u e , en circunstancias similares, c! habría cubierto esc vacío teórico tal c o m o lo hizo
L c n i n ; a u n q u e era evidente q u e M a r x carecía d c las dolcs láclicas rlc L c n i n .
previas: situación en la cual ia sociedad ha a i l o u i r i d o una existencia
• "... --^--i -^"^ ix.^i^im.-.i^
/ ^ t. ' LMÍ»'' ''mmá' toww irt^.^, '•

192 MARXISMO, C O M U N I S M O Y l.TAI'AS VV. CRI-.OIMIKNTO


U N A AFIR.MACION D F VAIJORP.S ' • ."'"^ " Í . ^ ^ Í I - Í ^

considcr.iUle dc capital social fijo y u n acervo d c conoriniiciilos mo-


coloca, junto al régimen dc la tesiaurat ióii Meiji en cl J.ipón y a lá^^'^í^
dernos, pero t ¡ u c sc c n c u c i i l r a dcsconccriada por la p u g n a c i i U e los;
T u r q u í a de Aiatuik, por ejemplo, c o m o una forma particularmente^'*'^
elementos tradicionales q u e <iucdan y if>s (pie t|nis¡cran m o d e r n i z a r
inluimaua de organiz.acif'm política c;ipaz de iniciar y sostener el proi^'.i^'íl
su csirucitna y jtor los conflictos (¡ue confrontan (¡uicnes quisieran
ceso del crecimiento en sociedades cu l.is q u e el periodo d c las condl-
progresar, perfj n o p u e d e n resolver por luái de los Mes c a m i n o s h a n
ciones pfevias n o pioduzca u n a clase m e d i a comercial, .sustancial y''\jt-
de seguir, ya q u e carecen d e la cohesión y organización indispensa-
e m p r e n d e d o r a , y u n adecuado acuerdo político general entre los di-, -i:'
bles para avanzar, en forma decidida, en un sentido sostenido.
rigentes d e la sociedad. Constituye u n a especie dc e n f e r m e d a d que".- i
lin csic ambieuie dc cmifusión política y social, antes dc lograr
hace presa de u n a sociedad en transición si ésta n o logra organizar
ct impulso inicial y consolidarse política, social y e c o n ó m i c a m e n t e , es
eficientemente los clcmenios tjtte, dentro de ella, se encuentran prc- *
m á s fácil apoderarse del pfider por la conspiracÍ(jn comunista; y es en
parados para avanzar en la tarea de la moderiiÍ/acÍón.
diclias circunstancias c u a n d o u n a dicladuia centralizada p u e d e pro-
i'ara quienes [ircfiric.scn ver q u e las sociedades ambiciosas del m u n - 1 .
porcionar la condición previa técnica esencial para cl impulso inicial
d o n o siguieran esta ruta particular dc modernización — e n Asia, el
y para u n a m a r c h a sosicniíla liacia la m a d u r e z ; u n a organización
Mesoriente, Africa y América .Latina— la técnica comunista para
efectiva d c Estado mí)derno.
la movilización de fuerzas y recursos [>laniea u n p r o b l e m a formida-"
R e c o r d e m o s , por e j e m p l o , q u e atrajo ticl c o m u n i s m o a los intelec- ble, cpie los historiadores juzgarán, casi con seguridad, c o m o cl reto . ,
tuales chinos después de la primera G u e r r a M u n d i a l . N o fue su ten- central de nuestra época; es decir, cl reto para crear, c o n j u n t a m e n t e
.dencia niarxista, ya (¡uc los coinunisias chinos fueron marxistas indi- con los políticos y los pucidos n o comunistas dc las regiones q u e se . ';
ferentes y así h a n |iernianccido. N o fue el d e s e m p e ñ o CCOIK'ÍUIÍCC»
hallan cu el [icriodo de las condiciones previas y e n cl principio del- - •í;
comunista, pues la e c o n o m í a rusa se encontraba en m a l a condición a impulso inicial, una a s c 5 c i a c i ó n q u e los a y u d e a pa.sar a u n crccimien-
principios de la década de los veiiiie. l,.i iiiieicctualidad china se sintió to sostenido, sobre una ba.se s<xial y política (pie m a n t e n g a accesibles
atraída por la técnica de organizaci('jii d e Eeiiin c o m o medio para las posibilid.ades dc desarrollo democrático progresista. -,. .
uniíicai- y controlai u n país i n m e n s o y m u y dividido. T a n t o el K u o -
m i i u a n g c(jmo los roinunisias chinos sc orgamzarrMi de acuerdo con
ct m o d e l o leninista, lo (pie era comprensible (11 una nación i[ue ca- Una afniaacián ¡le vahucs
recía dc u n gobierno cential efectivo en su fase d c transición y estaba
d o m i n a d a , de hecho, por jefes gticireros regionales. ( P o d e m o s decir, ¿ P o r q u e razón d e s e a m o s este rcsuliaílo? Desde nuestro [lunto d e
de paso, (jue si n o hubiera ocurrido la [iiimera Citicrra M u n d i a l — o vista d e los h o m b r e s y dc la vida, ¿cpié reacciona igualmente en con- *í
sucedido u n a década después— Rusia liabtía logrado, casi con seguri-' tra del dctcrminismo económico dc Marx y del d c t c r m i n i s m o del S'*'^
•dad, u n a afortunada transición hacia la modernización y se hubiera poder hcgchanti del c o m u n i s m o , con su insistencia en q u e cl juicio *.. \
vuelto invulnerable al c o m u n i s i n o . El c o m u n i s m o hizo presa dc R u - vórrccto de la historia, liccbo por la élite comunista, justifica cualquier.
sia m u y al final dc la fase, c u a n d o sc notaba indefensa C'J!\;Í-;; la liso d c la fuerza q u e la éhte considere necesario para cumplir las
, clase ,dc crisis q u e tuvo q u e afrontar en i n t ~ . ) leyes de la historia o sus ¡iropios intereses.? _
L a respuesta está en c ó m o definamos el bien y el m a l . E l profesor '. .
E l c o m u n i s m o n o es, en m o d o alguno, la única f o r m a de organi- Eliing M o r i s o n del I. T . M . , colega m í o , hablaiiíjo d c otro t e m a , hace "*'
zación estatal cficieni': ;pi- ¡v.trda consolidar las condiciones pievias poco d i j o ; " ; , -I,
durante ia transición de u n a sociedad tradicional, lanzarse al i m p u l -
so inicia! y conducir a una' sociedad hacia ta m a d u r e z tecnológica. M i propia opinión respecto .T1 m.TJ es l,i sifiiiicntc: consiste en cl esfuerzo
Pero, pudiera ser u n a m a n e r a de realizar esta difícil tarea —lo q u e pnra mantener un fin parttcul.ir —-por r.iz(ines dc orden, 16gic.T, estética,-
decencia o pnr cualquier olr.i nizóii— iiacicndo uso dc medios que nie-
está a ú n por verse— si resuelve cl prcjblcma dc la producción agríco-
la en las décadas del iinjiulso inicial. A s í , pues, ct c o m u n i s m o sc
1 ' E . E . M n r i s o n (cd.). T A e Amev'tcan Slyh ( N u e v a Y o r k , 1 9 5 8 ) , p . -121. ..-.i-'.-S
COMUNISMO UNA A l - I R M AOION II)- VAIXJRKS
194 M A R X I S N Í O , Y K T A T A S \>V. CRT-.CI MM'NTt)

jj.m a l(»s Iiuinlirc la o|"iriniii<ln<l p a r n iurnnr cii cnciila I.TÍ alLcrnalivas derno en Asia, el Mesoriente y África —problemas plaiucados por lá,-"''
incvilahlcs (jiir sc les prcscnlan pnr b diversidad y cl carácirr paradójico' creación d c las condiciones previas y el impulso inicial— deben-serV
dc Kiis propias naUiralczns. Los fines puedcFi ser perversos —como cl de resueltos por m e d i o s q u e dejen abierta la posibilidad dc esa evolución '•'
poner a AUtnani.i por encima dc todos— o ideales —como cl cniioblccU
equilibrada y humanitaria,
niicnto d c los linm[»rcs—, los medios ¡ u K i l r n ser ruines — r u i n o cl potro
fiel lt)inierilo, \m prillclcs o iin ptírj;:ii'U'• o más I n i m a n o s —romo im-
pedir que los niilos se enteren dc! Iictlio <le tnie los rlioscs del Olimpo L s aquí, puc-s, q u e llega a su fin, cu el a ñ o dc 1959 y en el N o r t e
sc cniliriapati.m y narraban anccdotn-; obscenas—; dc todos modos es lo democrático, el análisis d c las etapas de crecimicnio: n o con la cpoca
niistno.
de la a b u n d a n c i a , ni con la del automóvil y las c o m p r a s a plazo.s, \
Lsia --(oinimui M m i s o n — 110 es m n opinión oiij;iiial. V n ([tic nucs-
t a m p o c o con cl p r o b l e m a del cstanc;iiinenio secular del espíritu, ni
n,i civilización, como lo liemos cumciiido, fiic expresada en forma m e -
morable en cl Nuevo Testamento: con su intensa pieocupación por l,i siquiera c o n los listados U n i d o s y su vasta cosecha infantil, sino c o n
relacitjii del Immbrc consigo m i s m o y con sus prójimos, c o n su dcscon- los dilemas y las preocupaciones dc los h o m b r e s dc Djakarla, R a n -
fianza por (i sistema lógico y por las solticioiics tniif<írmcs, sus parábo- g ú n , N u e v a Dcihi y K a i a c h i , los dc T e h e r á n , B a g d a d y el Cairo, y
las qtic irradian significados aml.'igtios, s u s mordaces admoniciones en ^
también los del sur del desierto, en Accra, L a g o s y Salisbury. Y a que
pugna y sn insistencia en que la sabidm ía i'inicamcntc es justa si, cuando
cambi.iii las siliiaciones, c;imbia también lo que es justo. Este aspecto de'^;''.í;;, cl destino d e los q u e ahora vivimos en la etapa del alto c o n s u m o en j
las cosas parece babcrsc encontrado e n la mentalidad dc los que inventa- - '-~¡i^.''' m a s a va a ser d e t e r m i n a d o , f u n d a m e n t a l m e n t e , por la naturaleza del (
ron la dcm()Ciaria, la cual es tni mciodo que rn su ¡nform.did:H.l y des- • .^C^, proceso d e las condiciones previas y del impulso inicial en nacioi-ics I
orden permite (|uc instintos tn pugna produzcan su propio resultado y se -¡y^f remotas, proceso e x p e r i m e n t a d o ya poi nuestras sociedades hace bas- j
ni,imcnpan los fines dc la paradoja dentro de una resolución tolerable
tantc m á s d e u n siglo, e n f o r m a m e n o s minucif)sa y difícil.
p a o tambianic. N o prejuzga los fines o Ins rcsntiados fin:ilcs. L'.spcra la ^ '^^j
llegad,! lie las nuc\as ocasiones ani.cs dc asignar los nuevos deberes. • Cí-y^ Sc necesitará hacer un esfuerzo dc in-iaginación cteadora para
comjircnder q u e es lo <pie sucede en estas ¡.artes decisivas de! m u n d o ¡
A l g o semejante a la declaración del credo dc M o r i s o n se encuentra 'V.iíj^- y para resolver q u é es lo tpie (lodcmos y d e b e m o s hacer a fin d e •
en la esencia íntima dc todas las sociedades occiticntales. M á s a ú n , n o desempeñar un papel conveniente en estos procesos distantes. Q u i - •
existe n i n g u n a gran cultura --incluyendo In rusa y la china— q u e , ,•.•4^. siéramos abrigar la esperanza d e (]ue el análisis de las ciapas dc cre-
en su propia f o r m a , n o tenga eii cuenta la calidad sxi ^cncns y la "~V|^j< cimiento, al condensar y formar una especie dc orden indefinido d c
liivcrsidad de los h o m b r e s y, al efecto, en sus cánones y estriiciura,, ,' l:t experiencia histórica n-iodcrua, pueda contribuir cot-t cierio g r a d o
provea io necesario para q u e estos j>ucdan establecer comparaciones.. dc apreciación en problemas c¡uc, por ;;u naturaleza, d e b e n ser susti-
y disfrutar de u n ambiente privado dc retraimiento y expresión, tutivos para nosotros. Desearíamos también alinicntar la esperanza
dc q u e el conocimiento dc las m u y diversas sociedades q u e , de ma-
L a declaración de Mori.son del credo detnrvcrático p u e d e intcrpre-
neras diferentes, sc h a n organizado para su crecimiento sin suprimir
tarsc fácilmente en términos d e oirás c u l t m a s : hablando en general,'
la posibilidad de la Übcitad h u m a n a , nos dará á n i m o s para seguir
es lo q u e la m a y o r í a d e los seres h u m a n o s elegirían, si tuvieran op- ' •:•,',„»•,
adelante con confianza. Pues, a la postre, la lección cptc sc obtiene de
ción « hacerlo. vil
todo esto es q u e no son tan difíciles las pautas del crccirniento;
M a s las sociedades d e b e n hacer algo m á s q u e tener un credo. D e - ^.V-j
p u e d e n parcccrlo en i n o m e n t o s dc fracaso y confusión en las socieda-
bcn resolver sus problemas. L a misma dcmocr.acía, c u a n d o actúa, " ' ^ M '
des en periodo d c transición y así parecieron c u a n d o nuestras piopias
constituye u n extraordinario ejercicio d e c o m p a r a c i ó n entre la discí-
sociedades se estancaron entre la m a d u r e z y cl periodo del alto con-
plina impuesta, la autodisciplina y la expresión privada. Si nosotros ^V:^,j
s u m o en m a s a , c o m o sucedió en el intervahi entre tas guerras.
y n u c s U o s descendientes t e n e m o s q u e vivir en u n ambiente en d o n d e , ..-iV
Pero M a r x tenía razón en u n punto —y nosotros c o m p a r t i m o s su
algo similar al credo democrático constituya la base d e la organiza- .^í^;
opinión—; el fin d c todo cstt) n o es cl interés c o m p u e s t o para siem-
ción d e la m a y o r paite d e las sociedades, incluyendo a la nuestra, _ Ví^^^j
pre; es la aventura d c ver (jué iniede b a m - v n"-' ^-I 1^'^--.1—
entonces los p r o b l e m a s de la transición <lct status tradicional al mc^-' • • ' ^ 1
X96 MARXISMO, COMITNJSMO Y r.TAÍ'AS PE CRFCIMIENTO

cuando cjucdc liberado, en forma sustancial, lie \.\a i\c 'lai^-.


escasez. •"•1-;j
LA DIFUSIÓN DVA, At'l"()Mí'>VIL PAIlTIt:UI A R ^ \
D e b e m o s t o m a r en serio la e c o n o m í a — ( i c r o n o d e m a s i a d o en se-
rio— record.uido siempre cl brindis q u e ante la Sociedad Real de
^ Notus ni •ihiiliof\
E c o n o m í a hizo K c y n c s en I9'15: " O s ofrezco —dijo - cl brindis d c la "
Sociedad Real tic IlconcHnía. cl de la e c o n o m í a y |r)s economistas, c]uic-"'i Las sijíiiirnics fiicnlrs c.a;íri (.iiadns in,i', ,i!<iii, |>.,r Ins níiicvi.jtiiras:

ncs n o son los depositarios d e la civilizatif'in, sino de la posibilidad A. r. ati/l /-- :-- AvioninMr l'ntr' ,:ii,¡ I ,c}-ir< l'JSS. A ^ I K in, i<',n I'.il.ricantcs d c
Aiilomóvilcs (Dcin'ii, H ' ^ X ) .
d e la civilización." D e b e m o < tener m u y presente esta a d m o n i c i ó n n o
Hjnilhiith -.- Sf,uisri<[hrs ¡liKiilhuch t/rr Wdliiirisí-baji (IVrlín, n.io).
sólo c o m o un acicate para a}uestuar cl día en (¡ue inilus p u e d a n par-
Jahrhiich Slntlaisches ¡alnhi'd, }iir dic Hi<iuie!rf¡^„hlili Deutsr/il,iii<í, 1 9 5 3 - 1 9 5 8 .
' ticipar de las opciones c|ue sc les ofrezcan en la etapa del alto c o n s u m o
U. N. S. y. " Uiiiied Narions Siminíiit/ Ye;iil!fio/(.
en m a s a y m á s allá de ella, s m o en cl [ i r o c e s o del paso a dicha cta-
])a. Miles d c millones d c seres h u m a n o s deben vivii en cl m u n d o '
si lo conservatnos, en los cien años o m á s {|ue h a n de transcurrir para
Alcance: I.ns cifr.is incluyen 'avií.
q u e se haga universal la ('poca del alto c o n s u m o en m a s a . Ellos tienen
Fuentes: l9-10-iy-15, Hisloric.il Sr.tiisiirt nj Vniud Staif, /7,?9-/9-/5 (lO'iq), •'
cl derecho de vivir su época en u n a atmósfera civilizada, q u e sc dis-
191()-1957, Slaliílkal Absliact o¡ ihe Vntlni Stata '.
tinga por el grado de respeto q u e sc tenga de su calidad sui gencris 1958, A. r. and F. (ajust.i.lo).
y d c su dignidad, señalada por políticas de ccjuiliitrio en sus socie-
dades, q u e n o sean .simplemcnic u n a obsesión compulsiva en relación CANADÁ (inLlusíi T e r r a n o v a d e s d e 19-10).
con las estadísticas de producci(')n y d c acuerdo con objetivos públicos
Alcance: L a s cifras incluyen veii!iiil'>s ei'niercialrs liasi,-» cl ailn de 1 9 2 1 , L a cantidad
definidos por u n a c/iíc cooptativ.i. El h o m b r e es un ser pluralista dc estos era eru<uices d c '12 0 0 0 . S e ' iruliiye a los taxis desde l''íl¡ liabía 8 000
— u n a complicada u n i d a d familiar, n o u n a iniidad susceptible d e lle- en 1950.
gar a un m á x i m o — y tiímc el deiecho d e vivir en una sociedad plu- Fuentes: I 9 Ü 1 - 1 9 5 6 , Cn'jada Yciirhio!;.
1 9 5 7 , U. N. S. V ,
ralista.

A d e m á s , c o m o hipótesis de cienci.a social y declar.ición dc fe, los ob- FBANCIA (indu'.o .•Msacia-Loreo.i ilcsdc l".!l).
jetivos (pie lograinos en la historia n o p u e d e n separarse de los m e d i o s
Alcance: Las cifras iniluven c:uni'inc< fr-nirri i.ilcs ilc nienns ttr u n a tcnrt.ida d e c a p a -
q u e e m p l e a m o s para alcanzarlos, l'osiblcmente n o cjuedaiá m u c h a civi- cidad, excepto d c 1951 a l'.'5.í.
lización por salvar a m e n o s q u e , nosotros, los dei Norte democrático, Fuentes: 190-1-1910, 1 9 M - 1 9 3 3 . Aji'i'umf Smtnlt^uc dc la ¡ranee. ¡'iS6.
h a g a m o s frente y tratemos, con cl esfuerzo pleno de nuestro cometido 1 9 1 3 , ¡}ar>ífh<cl,: 193'l-l')3íi, ¡,¡hhul,.
mora!, nticstra energía y nuestros reclusos, cl reto implícito en las 19!7-193(>. V. N. S. y.
1 9 5 7 , .-/. /-. and /-.
etapas de crecimiento tal y c o m o están actualmente en el m u n d o .

C U A N lin r I A Ñ A

Alcance: I.as cifras d e 190-1 a l'í^O i n c l u v m n Id.inda, T.n li.ü'ia •! 1100 a u t o m ó -


viles ['articulares en Irlanda del Norte.
Fcctiüs: lOCH-l^líO, 31 de inar/.o; 1 9 2 1 , úluin.. tnmcslre; I W M 9 3 L 1939-1915, 31
d c agobio; 1 9 3 5 - 1 9 3 8 , I9-I(i-I95f, trimestre ']uc eiTipie:^.a en septienilvc.
Fuentes: 1 9 0 1 - 1 9 2 ! , ^fr^/nr iudinlry o¡ (hraf Ihi.-'iia. 1917 (Sr.ticil.id d c Fabrícame*
d c Auiiirnóvilcs, I S I " ) .
1 9 2 2 - 1 9 3 1 , Siaiifiicn! Ahmaci j"r ¡he IJrUtd Kin^dom
1 9 3 5 - 1 9 5 7 , Anntial A/i.-trait of Slaiiflits
1 9 5 8 , Monl/ily D¡ecst nf Siali'lirt
> "¡"f\

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