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Consumidor:

El consumidor es una persona u organización que consume bienes o servicios,


que los productores o proveedores ponen a su disposición y que decide demandar
para satisfacer algún tipo de necesidad en el mercado.
El consumidor es la etapa final del proceso productivo. De este modo, se convierte
en un elemento clave dentro de la cadena de producción, de la que es el
cliente final. Por lo que es un actor vital para el desarrollo de las economías.
En el sentido amplio de la economía, el consumidor ofrece sus recursos,
generalmente dinero, a cambio de dichos bienes o servicios. En otras palabras, el
consumidor busca obtener una determinada satisfacción por medio de
transacciones u operaciones económicas, a cambio de recursos económicos
consigue un producto que le provoca dicha sensación o que cubre alguna
necesidad mediante su compra. Por este motivo, no puede entenderse la
existencia de consumidores sin la de los productores, que lleguen a ofrecer dichos
bienes o servicios, para que se pueda desarrollar esta relación.
Gracias al exponencial crecimiento y desarrollo de las sociedades de consumo el
concepto de consumidor ha ido cambiando y adaptándose a la definición que
tenemos actualmente. Por otra parte, la enorme influencia que han tenido las
nuevas tecnologías y los nuevos usos de las mismas en el ámbito económico han
afectado obviamente también a la manera de comportarse de los consumidores y
a su naturaleza.
En general, suele definirse a los consumidores como individuos que actúan
racionalmente y que buscan maximizar su utilidad con las compras que realizan.
Es decir, buscan la mayor satisfacción y placer posible en base a sus recursos. No
obstante, en ocasiones, y debido al importante papel que juegan la publicidad o el
marketing puede que un consumidor se llegue a exceder de sus posibilidades y
actúe irracionalmente consumiendo más de lo que debería.
Factores que afectan al consumidor:
 Las preferencias o gustos; cada individuo en particular establece y conoce
cuáles son sus necesidades o inquietudes, eligiendo los bienes o servicios
que mejor puedan satisfacer los mismos de manera independiente.
 El nivel de renta; dependiendo del umbral de ingresos y poder adquisitivo
con el que cuente un individuo, tendrá más o menos opciones en el
mercado para poder satisfacer su demanda.
Utilidad cardinal:
La utilidad cardinal es un concepto económico según el cual, la utilidad o
satisfacción que obtiene una persona al consumir un cierto bien o servicio es
directamente observable y cuantificable.
La utilidad cardinal es una medición exacta de la utilidad que obtienen los
consumidores de cada bien o servicio. La unidad de medida utilizada son los
“útiles” y con ellos es posible hacer operaciones aditivas, ordenaciones y
comparaciones tal como se hace con los números. La utilidad cardinal asigna un
cierto valor al consumo de una cesta de bienes y servicios, valor que depende de
las preferencias del consumidor y de la cantidad consumida de cada bien.
Ventajas de la utilidad cardinal:
 La utilidad cardinal tiene varias ventajas entre las que destacan:
 Permite conocer con exactitud cuánto valora un bien o servicio una persona
 Es posible ordenar los bienes y servicios según reporten mayor o menor
utilidad
 Se pueden hacer comparaciones directas entre las valoraciones que hacen
distintos consumidores
 Es factible calcular con exactitud la utilidad marginal que reporta el
consumo de una unidad adicional del bien o servicio
 Se pueden graficar las preferencias de un consumidor utilizando una curva
en cuyos ejes se encuentran la cantidad consumida y los “útiles” obtenidos
Utilidad ordinal
La utilidad ordinal es un concepto económico que señala que es posible ordenar
las cestas de bienes y servicios que consume una persona de acuerdo al grado de
satisfacción que le reportan.
La utilidad ordinal nace como respuesta a las limitaciones de la utilidad cardinal en
donde se pretendía asignar un valor exacto a la utilidad que reportaba cada cesta
de consumo. Dado que en la práctica lo anterior no es posible, la opción que
ofrece la utilidad ordinal es ordenar estas cestas de acuerdo a las preferencias del
consumidor. De esta forma, es posible conocer cuales cestas son preferidas sobre
otras, pero no es factible hacer comparaciones interpersonales de manera exacta.
Así, por ejemplo, si tenemos tres cestas de bienes: A, B y C. Es posible ordenar
estas cestas de acuerdo a las preferencias del consumidor, por ejemplo, si
A>C>B, entonces A es preferido a C y C es preferido a B.
Origen de la utilidad ordinal
El economista Vilfedo Pareto fue uno de los primeros en afirmar que era posible
explicar la teoría del consumidor sin utilizar la utilidad cardinal. De esta forma, solo
bastaría conocer el orden de las preferencias, pero no su valor exacto. No
obstante, Pareto no logró demostrar completamente su afirmación, fue necesario
que otros economistas como Allen, Hicks y Slustky replantearan una teoría de
consumo y demanda independiente de los valores asignados arbitrariamente a las
cestas de consumo.
Ventajas de la utilidad ordinal
 La utilidad ordinal evita el problema de tener que asignar valores arbitrarios
a las preferencias de los consumidores. Además, presenta las siguientes
ventajas:
 Permite conocer cuáles castas prefiere el consumidor sobre otras
 Una transformación monótona creciente de la función de utilidad de un
consumidor refleja las mismas preferencias
 Es posible hacer análisis económico sin hacer supuestos rígidos acerca del
valor que asigna el consumidor a cada cesta de bienes o servicios.
Desventajas de la utilidad ordinal
La utilidad ordinal sólo refleja la prioridad u orden que asigna una persona a las
cestas de consumo, pero no permite conocer con exactitud lo siguiente:
 La utilidad marginal
 La diferencia o comparación de los valores que asignan distintos
consumidores a las cestas de consumo
Qué es Axioma
Los axiomas son verdades incuestionables universalmente válidas y evidentes,
que se utilizan a menudo como principios en la construcción de una teoría o como
base para una argumentación.
Preferencias del consumidor
Las Preferencias del consumidor están determinadas por aquellos bienes o
servicios que otorgan una utilidad a este. En otras palabras, estos productos
satisfacen las diferentes necesidades que los consumidores tienen y que pueden
conseguir teniendo en cuenta dadas sus respectivas restricciones
presupuestarias.
Utilidad ordinal
La utilidad ordinal es un concepto económico que señala que es posible ordenar
las cestas de bienes y servicios que consume una persona de acuerdo al grado de
satisfacción que le reportan.
Acuerdo preferencial
Un acuerdo preferencial consiste en un pacto de reducción mutua de aranceles
entre dos o más países. Es decir, un país reduce uno o varios aranceles a otro
país, que a su vez le reduce también uno o varios aranceles.
Inversión personalista
La inversión personalista es un tipo de inversión enfocada en las características
específicas de un inversor o de un grupo reducido de inversores.
Utilidad cardinal
La utilidad cardinal es un concepto económico según el cual, la utilidad o
satisfacción que obtiene una persona al consumir un cierto bien o servicio es
directamente observable y cuantificable.
Publicidad subliminal
La publicidad subliminal es el uso de mensajes con carácter subliminal e
inconsciente en espacios publicitarios cuyo principal fin es conseguir crear
estímulos e impactos en el público sin el conocimiento directo del mismo.
Curva de Engel
La curva de Engel nos muestra como varía la demanda de un bien ante un cambio
en el ingreso, considerando que los precios de los bienes se mantienen
constantes.
Migración de valor
La migración de valor es un cambio en la forma en que se genera valor o
rentabilidad en una empresa.
Utilidad
La utilidad es la medida de satisfacción por la cual los individuos valoran la
elección de determinados bienes o servicios en términos económicos. Los bienes
y servicios tienen ciertas propiedades que satisfacen necesidades humanas y que
repercuten de forma positiva en sus compradores o Estas preferencias deben
cumplir una serie de criterios para poder ser clasificadas como “racionales” (en un
sentido puramente económico de la palabra).
El primer axioma es la completitud: Independientemente de si al individuo le es
indiferente o tiene preferencias sobre diferentes opciones, siempre debe ser capaz
de tomar una decisión. Es decir, un consumidor siempre puede clasificar un
conjunto de posibilidades, ya sea como mejor, peor, igual o al menos tan bueno /
malo como otro conjunto de posibilidades.
o o ambos al mismo tiempo
Transitividad: Esto simplemente significa que los consumidores son capaces de
ordenar sus preferencias de manera lógica. Es decir, si se prefiere A a B y B a C,
debe preferirse A a C. Es útil expresar esto en forma lógica binaria, con un
conjunto de símbolos que representan lo siguiente:
A se prefiere B, …
… o B ofrece menos utilidad que A,
… o A y B son indiferentes,
… o A es al menos tan preferible como B,
… y, por tanto, para ser transitiva, si y , entonces .
Continuidad: para que la teoría de la preferencia sea útil matemáticamente,
tenemos que asumir la continuidad. Continuidad simplemente significa que no hay
“saltos” en las preferencias de las personas. En términos matemáticos, si
preferimos el punto A a lo largo de una curva de preferencia al punto B, los puntos
muy cercanos a A también se preferirán a B. Esto permite que las curvas de
indiferencia sean diferenciables.

A veces, y con fines puramente formales, un cuarto axioma, la reflexividad, se


menciona:

Esto implica simplemente que A es al menos tan buena como si misma.


Este es el conjunto básico de principios, o axiomas que la economía requiere de
los individuos con el fin de ser agentes económicos racionales. También nos
permite representar gráficamente las preferencias. Sin embargo, Samuelson
desarrolló un conjunto de axiomas como “preferibles”, debido a que sus funciones
también se comportarán de una forma “preferida”. Es decir, será más fácil y más
útil trabajar con tales funciones:
Porque la gente es inherentemente insaciable, y siempre queremos más de lo que
nos gusta, se deriva la premisa de monotonicidad: la monotonicidad débil implica
que si A contiene más que B, A es al menos tan buena como B. Por otro lado, la
monotonicidad fuerte implica que si A y B contienen la misma cantidad, pero A
contiene más de al menos uno bien, entonces A es estrictamente preferible a B.

Convexidad: al desarrollar aún más nuestro gusto por la variedad, preferiremos


cestas de bienes, u opciones, que contengan una gama más amplia. Esto se
puede representar con una curva de indiferencia, que muestra el ratio al que
estamos dispuestos a sustituir unidades de A por unidades de B.

Como suele suceder con cualquier axioma, hay múltiples ejemplos de personas
que los violan. Un buen ejemplo es la decisión sobre qué tono de azul usar para
pintar tu salón. Si se te presenta con dos tonos de azul, donde uno es ligeramente
más claro que el otro, es probable que te resulte indiferente si no puedes ver la
diferencia. Sin embargo, cuando se te presenta con mil matices diferentes, cada
vez más claros, y se te pide elegir entre el matiz más claro y el más oscuro, es
probable que tengas una preferencia definida. Esto, por supuesto, viola la premisa
de transitividad.
Curvas de Indiferencia
Las curvas de indiferencia son un conjunto de combinaciones de bienes que
proporcionan la misma utilidad al consumidor. Sobre una curva de indiferencia el
consumidor es indiferente entre cualquiera de las canastas de bienes que se le
presentan. Si representamos las curvas de indiferencias en dos dimensiones
obtenemos la Figura 4.

Las curvas de indiferencia regulares poseen las siguientes características:


Tienen pendiente negativa
Se supone que, si hablamos de cestas de dos bienes, siempre más es preferible a
menos. Es decir, si tenemos una cesta de bienes (x1, y1) y otra cesta (x2, y2) tal
que la segunda contiene la misma cantidad de uno de los bienes y más de uno de
ellos, la segunda cesta será preferida a la primera. Este supuesto se denomina
“preferencias monótonas”. Este supuesto de preferencias monótonas implica que
las curvas de indiferencia tienen pendiente negativa. Miremos la Figura 5 si
partimos de la cesta (x1, y1) y nos desplazamos en sentido ascendente y hacia la
derecha, nos encontraremos sí o sí en una cesta preferida. En cambio, si nos
movemos hacia abajo y a la izquierda, necesariamente estaremos en una
situación peor. Por lo tanto, para encontrar una situación indiferente, debemos
movernos o bien, hacia arriba a la izquierda o bien, hacia abajo a la derecha, por
lo tanto, la curva debe tener pendiente negativa.
Las curvas de indiferencia no se cortan entre sí
Supongamos tres cestas de consumo, A, B y C, tales que A se encuentre en una
de las curvas, B sobre la otra curva y C en la intersección de ambas, como vemos
en la Figura 6. Partimos del supuesto de que las curvas de indiferencia allí
dibujadas representan distintos niveles de utilidad, por lo que una de las cestas,
por ejemplo la A es preferida a la B. Según la definición de curvas de indiferencia,
sabemos que la cesta A es indiferente a la C y que la cesta C es indiferente a la
cesta B. Si utilizamos el supuesto de transitividad, deberíamos obtener que las
cestas A y B sean indiferentes. Pero como habíamos supuesto al principio A es
preferida a B, con lo que demostramos que las curvas de indiferencia que
representan distintos niveles de utilidad, no pueden cortarse.

Son convexas al origen


Esto es lo mismo que decir que se prefieren las cestas medias a las cestas con
combinaciones extremas (nada de un bien y todo del otro bien). Una curva es
convexa al origen cuando la línea que conecta dos puntos de la curva pasa por
encima de la curva de indiferencia. Este supuesto no puede demostrarse desde
los supuestos de las preferencias, sino que se basa en el principio de la diversidad
en el consumo.
Este supuesto es útil en el sentido de encontrarnos con curvas de indiferencia que
impliquen que el consumidor preferiría especializarse en el consumo de uno de los
dos bienes. Estos son casos de estudio particulares. El caso de estudio general se
refiere a aquel en que el consumidor desea intercambiar una parte de uno de los
bienes por una parte del otro y terminar consumiendo una cierta cantidad de cada
uno más que especializarse en el consumo de alguno de los dos.
La relación marginal de sustitución

Distintos tipos de curvas de indiferencia


En la Figura 9 podemos observar distintas formas de curvas de indiferencia, estas
curvas reflejan diferentes preferencias por los bienes. En la primera figura (a)
observamos curvas de indiferencia para bienes que el consumidor considera como
sustitutos perfectos, la RMS es constante a lo largo de toda la curva. Cualquiera
de los dos bienes satisface igualmente la necesidad del consumidor.
En la figura (b) se presentan curvas de indiferencia de bienes que son
complementarios perfectos y se consumen en proporciones fijas. Estas curvas
indican que aunque la cantidad de uno de los bienes aumente, si la cantidad del
otro bien se mantiene constante, la utilidad del individuo no se modifica. Por
ejemplo los pares de zapatos, si aumenta la cantidad de zapatos del pie izquierdo,
sin que se modifique la cantidad de zapatos del pie derecho, la utilidad que
obtiene el individuo permanecerá constante.
En la figura (c) tenemos el caso de un mal y un bien. Un mal es una mercancía
que no le agrada al consumidor. Sobre el eje y se mide la cantidad del “mal” y
sobre el eje de las x se mide la cantidad del producto que le agrada al consumidor.
Las curvas de indiferencia tienen pendiente positiva debido a que si queremos que
el consumidor acepte una unidad adicional del producto que no le agrada,
deberemos entonces, compensarlo con una mayor cantidad del producto que si le
agrada para que se mantenga sobre la misma curva de indiferencia. Supongamos
que al consumidor le agradan las bebidas colas pero no le gusta beber agua
mineral, entonces si queremos que el consumidor acepte un vaso adicional de
agua, deberemos compensarlo con una cantidad mayor de bebida cola para que
se mantenga sobre la curva de indiferencia.
Por último la figura (d) muestra el caso en que el bien que se mide en el eje y se
considera neutral. La utilidad del sujeto no varía según la cantidad del bien y que
consuma, su utilidad sólo depende de la cantidad de x que consume. Cuanto más
tenga de x mejor, sin importar la cantidad de y.

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