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Tiempo de entrenamiento
Para algunas personas son suficientes unas pocas semanas de práctica de las
técnicas para experimentar alivio en sus síntomas; sin embargo, otras necesitan
de un trabajo continuado, paso por paso, para conseguir un cambio significativo.
Instrucciones
El primer paso en el entrenamiento de técnicas asertivas es identificar los tres
estilos básicos posibles en toda conducta interpersonal:
Estilo agresivo. Son ejemplos típicos de este tipo de conducta la pelea, la
acusación y la amenaza, y en general todas aquellas actitudes que signifiquen
agredir a los demás sin tener de ningún modo en cuenta sus sentimientos. La
ventaja de esta clase de conducta es que la gente no pisa a la persona agresiva; la
desventaja es que no quieren tenerla cerca.
Estilo pasivo. Se dice que una persona tiene una conducta pasiva cuando permite
que los demás la pisen, cuando no defiende sus intereses y cuando hace todo lo
que le dicen sin importar lo que piense o sienta al respecto. La ventaja de ser una
persona pasiva es que raramente se recibe un rechazo directo por parte de los
demás; la desventaja es que los demás se aprovechan de uno y se acaba por
acumular una pesada carga de resentimiento y de irritación.
Estilo asertivo. Una persona tiene una conducta asertiva cuando defiende sus
propios intereses, expresa sus opiniones libremente y no permite que los demás
se aprovechen de ella. Al mismo tiempo, es considerada con la forma de pensar y
de sentir de los demás. La ventaja de ser asertivo es que puede obtenerse lo que
se desea sin ocasionar trastornos a los demás. Siendo asertivo se puede actuar a
favor de los propios intereses sin sentirse culpable o equivocado por ello;
igualmente dejan de ser necesarios la docilidad extrema o la retracción, el ataque
verbal o el reproche, y estas formas de actuación pasan a verse como lo que son:
formas inadecuadas de evitación que crean más dolor y estrés del que son capaces
de evitar. Antes de empezar a desarrollar una conducta asertiva hay que tener
bien claro el hecho de que tanto el estilo de conducta agresivo como el pasivo
generalmente no sirven para lograr lo que se desea.
A continuación se ilustra con un ejemplo cada uno de los estilos de conducta
descritos. El ejemplo trata de una mujer que quiere que la ayuden a lavar los
platos.
Estilo agresivo
Ann: Oye, tengo otra vez que ajustarte las cuentas. Estoy hasta las narices de que
siempre tengo que ser yo la que lava y seca los platos y ni una sola vez eres capaz de
hacerlo tú.
Dan: Déjame ahora, estoy viendo la televisión.
Ann: ¿Qué estás viendo la televisión? Y yo de criada todo el tiempo. No, si tú con la
televisión ya tienes bastante, que no eres capaz de mover un dedo.
Dan: ¡No empieces otra vez!
Ann: Lo único que haces es estar ahí todo el día tirado como idiota mirando la
pantalla, y mientras tanto a engordar la barriga esa que te está saliendo.
Dan: ¡Cállate, bocazas!
Observe que la línea general es de ataque y que Ann repite la cólera de anteriores
enfados. Tales escenas no tienen nunca un ganador porque la conducta agresiva
solo va dirigida a agredir al otro, creando resentimientos e impidiendo la mejora
de la situación.
Estilo pasivo
Ann: Perdona, ¿te molestaría mucho secarme los platos?
Dan: Estoy viendo la televisión.
Ann: Ah, bien, de acuerdo.
Observe que al decir “Ah, bien, de acuerdo” está recompensando a Dan por
desentenderse del asunto. Actuando de esta forma pasiva, Ann no solo no
consigue lo que quiere sino que pierde un poco de su respeto por sí misma. Se va
convirtiendo en una mártir callada que puede que más tarde intente vengarse de
Dan dejando, por ejemplo, que la comida se le queme un poco.
Estilo asertivo
Ann: Quisiera que fueras secando los platos mientras yo los lavo.
Dan: Estoy viendo la televisión.
Ann: Me sentiría mucho mejor si compartiéramos la responsabilidad de las tareas
de la casa. Puedes volver a ver la televisión en cuanto hayamos terminado.
Dan: Es que están a punto de coger a los malos.
Ann: Bien, puedo esperarme un poco. Me ayudarás cuando termine la película?
Dan: Eso está hecho.
Escena 1
A : ¿ E s eso que veo otra abolladura en el coche?
B: ¡M ira, acabo de llegar a casa, he tenido un d ía horrible y no quiero volver a h a b lar
más del asun to p o r hoy!
A: ¡A m í m e im porta h a b la r de ello y v am os a hacerlo ah o ra m ism o !
B: ¡Ten un p o co de co n sid e ració n !
A : ¡V am os a decid ir ah o ra quién va a p a g a r los g a sto s del arreglo , cuándo y dónde!
B: ¡Y a m e en cargaré yo, pero a h o ra d éja m e solo, p o r am o r del cielo!
Escena 2
A : D ejaste que me la s a rre g la ra solo en la f i e s t a ... Me sentí completamente abandonado.
B: F u iste el últim o mono de la fie s t a .
A : No conocía a n a d ie ; lo m enos que p o d ría s h aber hecho es presentarm e a tus am igos.
B : Oye, eres m ayorcito y p u ed e s cu id arte solo. Estoy ca n sa d o de que sie m p re tengan
que c u id a r de ti.
A : Y yo estoy c a n sa d o de tu f a l t a de con sideración.
B : E stá bien, la próxim a vez me p e g a ré a ti com o si fu e r a cola.
Escena 3
A : ¿P o d ría s ay u d arm e con este fic h e r o ?
B : E stoy muy ocu p ad o con este inform e. Dím elo m á s larde. A : Bueno, realm
ente siento m olestarle pero es im portante. B : M ira, tengo que ac a b a rlo p a r a
la s cuatro en punto.
A : Ya. E n tien do; y a se que m olesta m ucho que te in terrum pan . La co n d u cta de A
E sc e n a 4
A : E sta m añ an a he recibido una c a rta de m am á. Quiere venir a p a s a r dos se m a n a s con
nosotros. R ealm ente m e g u sta r ía verla.
B : ¡Oh, no, tu m adre n o! Y ju s t o p isá n d o le lo s talon es a tu hermana. ¿C u án d o vam os a
tener un poco de tiem po p a r a n o so tro s?
A : B u en o, yo quiero que venga, p e ro en tiend o que y a te n g as g a n a s de e s ta r sin fa m i l i a
p o lític a b a jo tu s f a l d a s . A m í m e g u s ta r ía ten erla un m es conm igo en lu g a r de dos
se m a n a s, p ero creo que in v ita rla a que p a s e un a se m a n a s e r á su ficie n te. ¿Q u é
dic e s a e s o ?
B : Que me d a s un gran alivio.
Escena 6
(En el tra n scu rso de u n a fiesta, A está con ta n d o a su s a m ig o s lo m ucho que d isfru ta
con que su n ovia le lleve a b u en o s restau ran tes, a conciertos y espectáculos. S u s a m ig o s
lo critican p o r ser un mantenido.)
A : No es a sí. Yo no gan o tanto en m i p u e sto de trabajo como ella en el suyo. Yo no p o dría hacer
que a sistié ra m o s a los lu g are s tan bon itos a los que vam os, ni siq u ie ra pagar mi
parte en todos. D ad a la realid ad económ ica que atravesamos, no me estoy aprovechando
de ella ni tengo menos valor por eso.