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SISMICA EN BOLIVIA

REGISTROS:
El área Charagua se encuentra en la provincia Cordillera, en Santa Cruz, en una
zona tradicional con una superficie de 99.250 hectáreas y se calcula un potencial
de más de dos trillones de pies cúbicos (TCF) en recursos.
La exploración y el desarrollo demandarán una inversión de al menos 1.100
millones de dólares y el éxito del proyecto significará una producción adicional de
10,2 millones de metros cúbicos día de gas natural.
En julio de 2016, YPF comprometió en Charagua una inversión inicial de 80
millones de dólares, de los cuales 20 millones serán para la exploración sísmica y
60 millones para la perforación de un pozo con una profundidad de 5.500 metros.
CUENCA MADRE DE DIOS
La sísmica 3D se llevará a cabo en la cuenca Madre de Dios.
“Paralelamente (a Lliquimuni) vamos a realizar una sísmica en tres dimensiones
en Beni y Pando, en la cuenca Madre de Dios, también nos va a demorar
aproximadamente un año el levantamiento de información, el procesamiento y la
interpretación de la sísmica. Esperemos tener buenos resultados en la sísmica, si
es así vamos a empezar a perforar inmediatamente en los departamentos de Beni
y Pando”, señaló el ejecutivo de la estatal petrolera.
Agregó que se espera que estos tres departamentos (La Paz, Beni y Pando) que
no son productores tradicionales de gas y petróleo en el transcurso de un año o
un año y medio se incorporen a los cuatro departamentos productores (Tarija,
Chuquisaca, Santa Cruz y Cochabamba) y el país tendrá siete regiones
productoras de hidrocarburos.
Este proyecto prevé obtener información de posibles yacimientos de
hidrocarburos. Consiste en la apertura de 32 líneas sísmicas de 1,5 metros de
ancho, con una longitud total de 1.538.3 kilómetros. El área Madre de Dios cubre
una superficie de 500.000 hectáreas de extensión.
En junio de la presente gestión, el Ministerio de Hidrocarburos concluyó el proceso
de Consulta y Participación con 59 comunidades para el proyecto "Adquisición
Sísmica 3D Cuenca Madre de Dios, Área Río Beni" en los municipios de El Sena y
San Lorenzo, del departamento de Pando.

YPFB programa 42 proyectos exploratorios hasta el 2021 en Santa Cruz

MUCHIRI EN EL ÁREA CAROHUAICHO 8A


En el área Carohuaicho 8A que cuenta con una superficie de 100.000 hectáreas,
se identifican tres lineamientos estructurales: Anticlinal Tatarenda, Monoclinal
Caipipendi y Anticlinal Muchiri. Las actividades desarrolladas son el modelaje
geológico estructural, procesamiento sísmico 2D y gestiones de solicitud de
licencia ambiental para el proyecto de adquisición de datos magnetotelúricos y de
los futuros proyectos de perforación. En 2015 se programó completar los trabajos
de modelaje geológico y reprocesamiento sísmico 2D y adquisición de datos
magnetotelúricos. Este proyecto está liderizado por YPFB Chaco.
LOS HUESOS PROFUNDO
El área Carohuaicho 8C cuenta con una superficie de 97.500 hectáreas. Se
visualizan las estructuras con potencial Los Huesos Profundo y Curuyuqui. Las
actividades desarrolladas son elaboración y análisis de diseño sísmico en el área y
reprocesamiento sísmico 2D. En 2015 se programó completar los trabajos de
reprocesamiento sísmico 2D e inicio de solicitud licencia ambiental para el
proyecto de Adquisición Sísmica.

YPFB sobrevuela 3.000 km con la exploración sísmica

Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) reportó ayer que la exploración


petrolera con el método no invasivo aerogravimétrico superó en lo que va del año
los 3.000 kilómetros de sobrevuelo en los departamentos de Santa Cruz, Tarija,
Chuquisaca, La Paz, Beni y Pando.
La exploración de estas zonas se realizó utilizando el método no invasivo
aereogravimétrico que detecta las anomalías del subsuelo donde se encuentre
fluidos entrampados. A junio se ha sobrevolado una longitud de más de 3.067
kilómetros.

Con el proyecto Adquisición Sísmica, en el área Río Beni se efectuará el


levantamiento sísmico de 1.538 kilómetros lineales con 32 líneas sísmicas, 28
transversales y cuatro longitudinales.

La adquisición, procesamiento e interpretación de más de 2.000 kilómetros de


líneas sísmicas 2D en las áreas Río Beni y Nueva Esperanza de la Cuenca Madre
de Dios en el norte de Bolivia no tiene carácter destructivo, afirmó hoy el
presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Guillermo
Achá M.

Para la ejecución de proyectos integrales (Adquisición, Procesamiento e


Interpretación Sísmica) en las áreas de Nueva Esperanza y Rio Beni, YPFB ha
firmado contratos con las empresas SINOPEC INTERNATIONAL PETROLEUM
SERVICE ECUADOR CO S.A. (SUCURSAL BOLIVIA) Y ASOCIACIÓN
ACCIDENTAL BGP por un monto global de Bs 728 millones, producto de un
proceso de licitación pública.

Estas empresas realizaron proyectos sísmicos 2D y 3D anteriormente en Bolivia,


estando constituidas legalmente en el país. Las mismas tienen una relación
netamente contractual con YPFB y deberán llevar a cabo las actividades en
cumplimiento del Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental del proyecto hasta
su conclusión.

“Los proyectos que se están ejecutando en la Cuenca Madre de Dios


corresponden a sísmica de tipo 2D, por lo que la influencia específica del proceso
de adquisición, se restringe directamente a las líneas para el propósito, en las
cuales se harán las detonaciones citadas, lo cual es una característica de los
programas sísmicos de este tipo”.

La sísmica de Nueva Esperanza comprende 1008 Km y la sísmica de Rio Beni


comprende 950 Km. Adicionalmente, se implementan facilidades como ser
campamentos y otros para el desarrollo de los proyectos. En este entendido, en
las áreas Río Beni y Nueva Esperanza se tiene un área de intervención de 320.45
y 323.7 hectáreas, respectivamente. Esto representa el 0.03 y 0.04 % de las áreas
mencionadas, lo cual representa una mínima intervención”, indicó Achá.

La metodología de trabajo en proyectos sísmicos comprende de cuatro etapas:


Topografía, Perforación, Registro, y Abandono y Restauración, estas actividades
logísticamente serán realizadas utilizando las vías existentes con el apoyo de
helicópteros para minimizar el impacto ambiental. En el caso particular del trabajo
en el área Nueva Esperanza, la logística se realizará vía fluvial y aérea.

Si bien existirá el uso de explosivos para el proceso de registración sísmica es


necesario puntualizar que estos no son del tipo convencional, sino están
especialmente diseñados para este trabajo, puesto que su propósito es
proporcionar mayor energía y propagación que potencia, misma que es
transmitida directamente sin efectos en la superficie, explicó Achá.

El presidente de YPFB hizo notar que este tipo de trabajos no solamente se


realizan en Bolivia, sino que también se han realizado en países vecinos que
comparten nuestra misma amazonia y bajo condiciones sociales y ambientales
mucho más complejas.

Asimismo, dijo que se tiene acuerdos y compromisos con las comunidades


campesinas e indígenas para respetar la fauna y flora de interés de éstas, los
cuales se encuentran reflejados en los Convenios de Validación de Acuerdos
suscritos.

Sin embargo, la adquisición sísmica es solo una parte del proceso de exploración
hidrocarburífera. “Este trabajo antes de ser realizado tuvo que superar y aprobar
todos los trámites inherentes a la presentación de un Estudio de Evaluación de
Impacto Ambiental (EEIA) donde se establecen medidas de prevención y
mitigación para las actividades de los proyectos, con las cuales se reducen,
controlan y/o evitan impactos ambientales. Adicionalmente, se ha trabajado en
procesos de relacionamiento comunitario siendo condición para la ejecución de
este tipo de trabajos, por lo que hablar de daños irreparables es un despropósito
puesto que una vez se concluya el proyecto se procederá a la restauración y pago
de afectaciones a los actores de la zona del proyecto”, complementó Achá.

De acuerdo a lo establecido en la normativa vigente para el sector de


hidrocarburos, se realizaron para ambos proyectos procesos de Consulta y
Participación, mismos que fueron liderados por el Ministerio de Hidrocarburos y
Energía como autoridad competente, en el marco del pleno respeto de la
normatividad vigente. Para el proyecto en el área de Río Beni, se llegó a un
acuerdo (Convenio de Validación de Acuerdos) con las 59 comunidades
Campesinas e Indígenas de la Central Sindical Única de Trabajadores
Campesinos Sena y San Lorenzo que se encuentran dentro del área de influencia
directa del proyecto. Para el proyecto en el área de Nueva Esperanza, se firmó el
Convenio de Validación de Acuerdos con la TCO Tacana II y la Comunidad El
Chivé.

“Entre las medidas de prevención y mitigación más importantes se encuentra el


respeto a especies de interés comercial y cultural de las comunidades campesinas
e indígenas involucradas, manejo adecuado de residuos sólidos y líquidos
generados durante la ejecución de los proyectos, el compromiso de minimizar lo
más posible las áreas del proyecto y otros buscando reducir al máximo la
intervención del proyecto en el lugar”, agregó.

Las Licencias Ambientales de ambos proyectos incluyen las etapas de abandono y


restauración, por lo que las áreas intervenidas serán restauradas y reforestadas a
la finalización de los proyectos.

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