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DESERTIFICACIÓN Y GEOINGENIERÍA

En la actualidad, el planeta Tierra se ve afectado por un fenómeno del que poco se habla, pero el cual puede
traer consecuencias críticas si no se trata a tiempo. Este es la desertificación, definida como un proceso lento
de degradación de la tierra en zonas áridas, semi-áridas y secas sub-húmedas, que se da por varios factores,
como variaciones climáticas (temperatura, agua, gases, viento, gravedad, fauna y flora), la explotación abusiva
de los recursos y actividades humanas, que convierten al espacio en inutilizables, desolado e incapaz de
mantener a la población que ha vivido de él (Amal Kar y Dwivedi 2016; García 1984). Este término fue utilizado
por primera vez en 1927 por Lavauden, para describir terrenos sobre pastoreados en Tunisia, luego en 1949
por Aubreville para mostrar una excesiva erosión en los suelos debido a la deforestación en el Oeste Francés
de África (Amal Kar y Dwivedi 2016), Aubreville era un silvicultor que comprobó cómo la flora terminaba
desapareciendo y el área se hacía cada vez más desértica. Fue así como el término se empezó a integrar en la
literatura, hasta concretar la definición que se tiene hoy en día.

Este proceso ha afectado a la población humana desde hace mucho tiempo, y se ha convertido gradualmente
en un problema cada vez más importante y que necesita una mirada detallada para buscar soluciones y seguir
evitando sus consecuencias. Un ejemplo de su incidencia se ve a los inicios de los años setenta, cuando 200.000
personas murieron de hambre por una gran sequía en la región localizada al sur del Sahara (Alcaldía Mayor
de Bogotá D.C).

Teniendo en cuenta lo anterior, es preciso afirmar que los territorios más vulnerables a una degradación de la
tierra y por consiguiente una desertización, son aquellos donde comúnmente se dan lluvias torrenciales,
vientos, sequía y erosión de la tierra. Por lo tanto, entre los territorios que más se ven afectados, se encuentran:
África y gran parte de América del sur. Incluso en Colombia se encuentran zonas como la Guajira, Atlántico y
Chocó, que tienen un alto riesgo de padecer dicho fenómeno. Es por esto que -trayendo el problema a nuestro
país- se hace necesario tomar consciencia de las repercusiones que puede tener en la ecología, economía y el
ámbito social este fenómeno. Es urgente que el gobierno colombiano en compañía con el Ministerio de Medio
Ambiente formule proyectos basados en la geoingeniería cuya meta y propósito sería la prevención de la
desertización en el país, pues a medida que pasa el tiempo, las soluciones son difíciles y menos efectivas y
accesibles.

Los lagos siempre se han sido especialmente vulnerables a la desertización, es en ellos en donde mejor se
puede ver el cambio del hábitat y los que más afectan a la población que vive de los mismos. Entre los muchos
ejemplos que se pueden encontrar para este fenómeno, se resalta la situación de la antigua laguna de Nava,
en España. Es descrita por el historiador Pascual Madoz, en 1853, así:

"En los inviernos muy lIuviosos la laguna tiene sobre 6 pies de agua de profundidad; así como en los
que son poco cargados de lluvias se ve generalmente enjuto el suelo, y cubierto de yerba". "La Nava
produce ricos y abundantes pastos donde se mantienen todos los años más de 20.000 cabezas de
ganado lanar, vacuno, mular y caballar...". "Sirve de asilo, y particularmente en invierno, a infinidad de
especies de aves acuáticas y de formas variadas, entre las que se ven gansos de tres clases, patos de
otras tantas, zarcetas, búhos cuyo graznido se parece al mugido de los toros, vencejos de agua,
zarapicos y otras aves sumamente vistosas y desconocidas en los demás del país" (Graciante 2006).

Los viajeros la conocían como el mar de Campos ya que esta laguna tiene la particularidad de tener en su
interior una diversidad de vegetación. Es considerada como una esteparia por la impermeabilidad de su suelo
arcilloso, su profundidad máxima no excedía 1.8 m, de largo medía 8,3 km y 3,5 km de ancho (Jubete 2004).
Sin embargo, con el pasar de los años, esta laguna se sumió en un abandono total, fue tanto así, que los
habitantes de la zona estaban utilizando su extensión de tierra para la agricultura, es decir, se alcanzó un nivel
de desertificación bastante alto. Pero en este punto, se decidió, mediante un proyecto de reparación e
implementando las tecnologías de la geoingeniería, lograr la recuperación de esta zona, la cual es fundamental
para los diferentes tipos de especie que habitan en ella.

Las principales obras que fueron llevadas a cabo trataron de anular los desagües de la red de canales y
acequias existentes, con el fin contrario de evacuar el agua e impedir la excesiva inundación de los pastos. A
los pocos días de haber realizado estas acciones, se podía apreciar que la Nava se llenó de aves. Por su éxito,
se decidió crear un proyecto más ambicioso, “Restauración del humedal de la laguna de la Nava (Mar de
Campos), Palencia”, la gestión más significativa fue la regeneración hídrica del vaso lagunar, que garantizó “un
caudal de agua hasta la cubeta, y fueron necesarios la realización de diferentes obras y trabajos de gestión
que permitiesen la entrada de agua a la laguna proveniente del Canal de Castilla y del río Retortillo” (Jubete
2004).

Las obras en el interior del vaso lagunar afectaron exclusivamente a la zona a inundar y consistieron en el
cierre de zanjas de drenaje con la excepción de las necesarias para la gestión del agua, y la construcción de
un muro para la retención del agua dentro de los límites previstos. Estas actuaciones permitieron la
recuperación e inundación de 150 ha, que han funcionado hasta la actualidad como una laguna. A esta
superficie se unen otras 150 ha, que son inundadas temporalmente para favorecer el crecimiento de pastos y
su posterior aprovechamiento por los ganaderos, “las entradas de agua a la laguna tienen lugar en dos
momentos del año. La primera se hace coincidir con el comienzo del otoño meteorológico, para facilitar la
migración de las aves y asegurar el encharcamiento invernal necesario para las especies invernantes. La
segunda se realiza a finales del invierno, coincidiendo con la migración invernal hacia el norte y el comienzo
de la nidificación” (Jubete 2004), todo esto ayuda a la iniciación de la vegetación acuática en el equilibrio
ecológico en cuanto a las especies tanto marítimas como terrestres, principales para mantener un orden de
rehabilitación de la zona satisfactorio y evitar un nuevo equilibro ambiental.

Es así como a través de este ejemplo, se evidencia el importante papel que jugó la geoingeniería para la
restauración de tan importante laguna, pues pasó por encima de las críticas y debates que se crean alrededor
de sus tecnologías, y demostró poder generar realmente un cambio con efectos positivos para el medio
ambiente y los organismos que habitan en él, sin necesidad de proyectos costosos que tengan que ver con
escudos o aparatos que requieran tiempos extensos para su modelación y correcto funcionamiento.

Michelle Negrette

REFERENCIAS

Amal Kar A, Dwivedi R. Desertification. En: Roy RSD and PS, editor. Geospatial Technol Integr Nat Resour
Manag. 1st ed. Yes Dee Publishing, Chennai; 2016 p. 295-320.

García J. Sobre el concepto de «desertización» y castilla. 1984.

Graciante A. La Laguna de la Nava «Campaña de anillamiento postnupcial 2006». 2006(Verano).

Jubete F. El proyecto de recuperación de la laguna de La Nava: una iniciativa de éxito. Ecosistemas.


2004;13(2):65-9.

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