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17-9-2018 Ensayo sobre Bullying

Secundaria del Estado Campo


Militar José Velasco Siles

Alumno:
Julio César Espinosa Urbina

Grado:

Grupo:
A
Bullying: Más allá del acoso escolar

El bullying o acoso escolar puede causar lesiones físicas, problemas sociales y


emocionales, e incluso la muerte. (Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades, 2011). Los niños y adolescentes que son víctimas de este tipo de
hostigamiento tienen mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental, entre
ellos depresión, ansiedad, dolores de cabeza y problemas de adaptación en la
escuela. (Smokowski & Kopasz , 2005). El bullying también puede tener efectos
nocivos en la autoestima a largo plazo. (Reece, 2008)
El intimidar, forzar a otra persona a hacer algo, es una experiencia común para
muchos niños y adolescentes. El bullying es el maltrato físico y/o psicológico
deliberado y continuado que recibe un niño por parte de otro u otros, que se
comportan con él cruelmente con el objetivo de someterlo y asustarlo, con vistas a
obtener algún resultado favorable para los acosadores o simplemente a satisfacer
la necesidad de agredir y destruir que éstos suelen presentar. El bullying implica
una repetición continuada de las burlas o las agresiones y puede provocar la
exclusión social de la víctima. (Universia España, 2012)

Esta práctica incluye diversas formas de maltrato que se ejercen con la intención de
causar daño. La persona que lleva a cabo el acoso lo hace con el propósito de
imponer su poder y dominio sobre la víctima, a través de constantes intimidaciones,
amenazas, insultos, humillaciones, devaluaciones, agresiones físicas, entre otras.
De igual manera se identifican diversos tipos de bullying tales como el: verbal,
psicológico, físico, sexual, robo y ciber-bullying. (Presidencia de la República, 2014)

Los apodos, burlas, bromas ofensivas, robos, empujones y golpes no siempre


pueden manifestar una situación de acoso escolar o bullying, a menos que:

 Sean constantes y dirigidos a la misma persona


 Su objetivo sea ofender, humillar y/o hacer sentir mal a una persona

Los conflictos entre niñas, niños y adolescentes se convierten en bullying, cuando:

 Existe una intención de agredir a la víctima de manera constante


 El agresor no presenta sentimientos de compasión por la víctima
 Es evidente una desigualdad entre el agresor y la víctima, como pueden ser
la edad, estatura o popularidad
 El agresor comúnmente justifica su agresividad, señalando diferencias que
tiene que ver con cuestiones de raza, religión, género, origen, estatus
económico, discapacidad, orientación sexual, así como características físicas
y estéticas, entre otras. (IMSS, 2016)

Las causas de este fenómeno de bullying o acoso escolar son múltiples y


complejas. Existen, en nuestra sociedad, ciertos factores de riesgo de violencia,
como la exclusión social o la exposición a la violencia a través de los medios de
comunicación.

Sin embargo, se carecen de ciertas condiciones protectoras que podrían mitigar los
efectos de dichos factores, como modelos sociales positivos y solidarios, contextos
de ocio y grupos de pertenencia constructivos o adultos disponibles y atentos para
ayudar.

A través de la familia se adquieren los primeros modelos de comportamiento, que


tienen una gran influencia en el resto de relaciones que se establecen con el
entorno.

Cuando los niños están expuestos a la violencia familiar, pueden aprender a ver el
mundo como si sólo existieran dos papeles: agresor y agredido. Por ello, pueden
ver la violencia como la única alternativa a verse convertido en víctima.

Una situación de maltrato del niño por parte de los padres contribuye a deteriorar la
interacción familiar y el comportamiento del niño en otros entornos:

 Disminuye la posibilidad de establecer relaciones positivas.


 Se repite crónicamente, haciéndose más grave.
 Se extiende a las diversas relaciones que los miembros de la familia
mantienen.

Un importante factor de riesgo de violencia familiar son las condiciones de pobreza y


dificultades que de ella se derivan, ya que esto aumenta el estrés de los padres,
que muchas veces es superior a su capacidad para afrontarlo. Por eso, son
necesarias acciones encaminadas a mejorar las condiciones de vida de familias en
graves dificultades económica. (Reece, 2008)

En México, 18 millones 782 mil alumnos de primaria y secundaria son víctimas de


bullying, de acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE). (IMSS, 2016)
De acuerdo a este mismo estudio se observa que un 20% de los estudiantes de 15
años declaran sufrir acoso escolar al menos pocas veces al mes. La media a nivel
mundial de esta organización es del 19%. Además un 13% de los estudiantes
mexicanos señalan que otros se burlan de ellos, mientras que la media es del 11%.
(IMSS, 2016)
En lo académico el análisis agrega que los jóvenes con menor rendimiento en
materias como ciencias son dos veces más propensos a ser golpeados o empujados
y tres veces más propensos a convertirse en víctimas de rumores desagradables.

Los adolescentes mexicanos son 5% más propensos que las niñas a expresar que
son víctimas de algún tipo de acoso escolar. Y en las escuelas con altos niveles de
acoso escolar, donde más del 10% de los estudiantes son frecuentemente víctimas
de intimidación, obtienen un promedio de 34 puntos menos en ciencias que en las
escuelas con niveles de 5% o menos de casos de intimidación estudiantil.

Además la exposición frecuente a cualquier tipo de acoso es mayor entre los


estudiantes que no sienten que sus padres les ayudan con sus dificultades en la
escuela en comparación con aquellos que perciben este apoyo parental.
La importancia de la existencia de este fenómeno entre los niños y adolescentes
radica en los efectos que una situación de acoso puede generar a corto, mediano y
largo plazo. Los niños y adolescentes que hostigan a otros tienen un riesgo mayor
de desarrollar abuso de sustancias, problemas académicos y violencia hacia los
demás más adelante en sus vidas. (Smokowski & Kopasz , 2005)
Los niños o adolescentes que hostigan y al mismo tiempo son víctimas de
hostigamiento, son los que sufren los efectos más graves del bullying y tienen un
riesgo mayor de desarrollar problemas mentales y de comportamiento que aquellos
que solo son víctimas o victimarios. (Smokowski & Kopasz , 2005)
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano
Eunice Kennedy Shriver (NICHD por sus siglas en inglés), cualquier persona
involucrada en el bullying —ya sea que hostigue a otros o sea víctima del
hostigamiento, o que tenga ambos roles— corre más riesgo de desarrollar
depresión. (NICHD, 2012)
Los estudios de investigación financiados por el NICHD también encontraron que,
a diferencia de lo que ocurre con las formas tradicionales de bullying, los jóvenes
que son víctimas del ciberacoso —por ejemplo a través de la computadora o el
celular— tienen un riesgo mayor de sufrir depresión que los jóvenes que realizan el
hostigamiento. Aún más sorprendente es que los mismos estudios observaron que
las víctimas de ciberacoso tenían un riesgo mayor de depresión que los que
realizaban el ciberacoso o los tenían eran víctimas y victimarios al mismo tiempo, lo
cual no se había observado en ninguna otra forma de bullying. (NICHD, 2012)
Los niños que son intimidados experimentan un sufrimiento real que puede interferir
con su desarrollo social y emocional, al igual que con su rendimiento escolar.
Algunas víctimas de intimidación hasta han intentado suicidarse antes de tener que
continuar tolerando tal persecución y castigo. (Smokowski & Kopasz , 2005)

Los niños y adolescentes que intimidan, se engrandecen y cobran fuerzas ("thrive")


al controlar o dominar a otros. Ellos muchas veces han sido las víctimas de abuso
físico o de intimidación. Los intimidadores ("bullies") pueden también estar
deprimidos, llenos de ira y afectados por eventos que suceden en la escuela o en el
hogar. Los niños que son el blanco de los intimidadores también tienden a caer bajo
un perfil particular. Los intimidadores a menudo escogen niños que son pasivos,
que se intimidan con facilidad o que tienen pocos amigos. Las víctimas también
pueden ser más pequeños o menores a quienes se les hace muy difícil defenderse
a sí mismos. (Reece, 2008)
La complejidad del fenómeno del bullying radica fundamentalmente en la diversidad
de factores que interactúan en el entorno tanto del que lo sufre como del que lo
ejerce, partiendo desde el entorno escolar principalmente pero con importantes
indicios del efecto que el entorno familiar puede ejercer en el desarrollo de la
inteligencia emocional de la niñez y la adolescencia. En este sentido, los padres de
familia juegan un papel muy importante al ser quienes deberán estar muy atentos al
comportamiento de su hijo o hija, tener amplia comunicación con ellos y si está en
una situación de bullying, solicitar atención médica para atender a tiempo el
problema y evitar mayores daños.

Es acá donde los padres pueden ayudar a sus hijos mediante el diálogo abierto y
sincero, otras sugerencias incluyen:

 Preguntarle al niño o niña lo que él o ella cree que se debe de hacer. ¿Qué él
ha tratado ya? ¿Qué le funcionó y qué no le funcionó?
 Buscar ayuda de la maestra del niño o del consejero de la escuela. La mayor
parte de la intimidación ocurre en las áreas de juego, en las cafeterías, los
baños, los autobuses escolares o en los pasillos donde no hay supervisión.
 Pedirle a los administradores de la escuela que busquen información acerca de
programas que han sido utilizados en otras escuelas y comunidades para
combatir la intimidación, tales como la mediación entre los pares, la resolución
de conflictos, el adiestramiento para controlar la ira y el aumento en la
supervisión por adultos.
 No estimular al niño para que se defienda peleando. En vez de ello, sugiera que
él o ella trate de alejarse para evitar al intimidador, o que busque la ayuda del
maestro, entrenador u otro adulto.
 Ayudar al niño a practicar a hacer valer sus derechos. El simple acto de insistir
que el intimidador lo deje solo o quieto puede tener un efecto sorpresivo.
Explíquele a su niño que la meta del intimidador es lograr una respuesta.
 Ayudar a su hijo a practicar qué decirle al intimidador de manera que esté
preparado para la próxima vez.
 Estimular a su niño para que esté con sus amigos cuando viaja hacia la escuela
y de regreso, durante los viajes para hacer compras, o en otras salidas. Los
intimidadores tienden a no molestar al niño que está en un grupo.

Para lograr un ambiente escolar seguro es necesario sensibilizar y estimular la


participación de todas las personas involucradas, directa o indirectamente, y en
caso de sospecha de que algún escolar sufre de estos actos violentos, las
autoridades de la escuela deben vigilarlo de cerca y brindarle apoyo para que
pueda denunciar lo que sucede. (Presidencia de la República, 2014)

El acoso escolar es una forma de violencia y por ende es una vulneración sus
derechos. Es muy importante intentar prevenir el bullying y la violencia en las aulas
a través de la educación y de las relaciones entre la escuela y la familia. Muchas
veces, las causas están en esos entornos y es allí mismo donde hay que intentar
atajarlas.
Bibliografía

1. Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. (07 de Agosto de


2011). CDC.GOV. Recuperado el Septiembre de 2018, de
https://www.cdc.gov/violenceprevention/pdf/bullying-factsheet.pdf
2. IMSS. (20 de Abril de 2016). IMSS.GOB. Recuperado el Septiembre de 2018,
de http://www.imss.gob.mx/salud-en-linea/acoso-escolar
3. NICHD. (07 de Agosto de 2012). Taking a stand against bullying. Obtenido
de http://www.nichd.nih.gov/news/resources/spotlight/060112-childrens-
mental-health
4. Presidencia de la República. (01 de Junio de 2014). Gob.mx. Recuperado el
Septiembre de 2018, de https://www.gob.mx/presidencia/en/articulos/5-
datos-sobre-el-bullying
5. Reece, T. (07 de Agosto de 2008). http://www.healthychildren.org/. Obtenido
de http://www.healthychildren.org/English/safety-prevention/at-
play/Pages/Bullies-Beat-Down-Self-Esteem.asp
6. Smokowski, P., & Kopasz , K. (2005). Bullying en la escuela: Una revisión
general de los tipos, efectos, características familiares y estrategias de
intervención. Children and Schools, 27, 101-109.
7. Universia España. (Enero de 2012). Universia.es. Recuperado el Septiembre
de 2018, de http://www.universia.es/bullying-acoso-
escolar/bullying/at/1121975

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