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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Alyssa Day

Atlantis Unleashed
(Atlántida Desatada)

Guerreros de Poseidón 3

Portada Original

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Staff

Traducción + Corrección
Diseño

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Argumento

Hace once mil años, los guerreros de Poseidón juraron proteger a la humanidad
de aquellos que acechaban en la noche. Ahora esas poderosas fuerzas se están
uniendo. Pero hay dos almas que son todo lo que se interpone entre la justicia y la
eterna oscuridad...

Lord Justice1 hizo el máximo sacrificio por su hermano y lo pagó con torturas
inimaginables. Ahora está de vuelta, rescatado de la muerte, su cordura sacudida, y su
misión ineludible: buscar la perdida Estrella de Artemis. Pero la hermosa mujer
humana a quien ha jurado proteger se ve ensombrecida por un mal que podría
destruirlos a ambos.

Los artefactos arqueológicos de la Atlántida hablan con la Doctora Keely


McDermott, compartiendo visiones de la vida de hace mucho tiempo. Las antiguas
revelaciones la han arrojado a un mundo entre el pasado y el presente, entre la
realidad y la ilusión… y, cuando conoce al feroz guerrero Atlante asignado a protegerla,
también se ve atrapada entre los mundos del terror y la tentación.

Cuando sus dos mundos chocan, también lo hará el peligro y el deseo.

3
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Atlántida Unleashed
(Atlántida Desatada)

El Credo del Guerrero

Vamos a esperar. Y cuidar. Y proteger.

Y servir como primera advertencia en la víspera de la destrucción de la


humanidad.

Entonces, y sólo entonces, la Atlántida se elevará.

Porque somos los Guerreros de Poseidón, y la marca del tridente que llevamos
sirve como testimonio de nuestro sagrado deber de salvaguardar la humanidad.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capitulo Uno

Hace cuatro meses,

Una profunda cueva debajo del Monte Rainier, Cascada Range,

Washington, Estados Unidos

Justice hizo un inventario de su condición, sus armas y sus posibilidades, como


había hecho tantas veces antes en sus siglos como guerrero, y valoró con:

1. malo

2. peor

3. probabilidades favoritas para ser un hombre muerto en los próximos cinco


minutos

Condición física: Actualmente estaba acostado boca abajo en la fría tierra


húmeda del suelo de la caverna. La cara aplastada sobre el lado de un húmedo y
'pronto-a-estar-seriamente-enfurecido' tigre. Sobresalía un huevo de tamaño pavo real
en la parte posterior de su cabeza gracias a un manejo brusco por el vampiro y los
Shifters2 lobos que le habían llevado por el largo túnel frío y húmedo desde la
superficie. Posible costilla rota o dos. La 'ketamina'3 que lanzaron con un dardo contra
él estaba gastada y en su mayoría fuera, debido a la naturaleza de su sistema
inmunológico Atlante, pero no apostaría cualquier gema por su capacidad de
transformarse en niebla.

Condición, mental: Furia rozando la furia homicida. En otras palabras, el


procedimiento operativo estándar. Ja. SOP4. Poseidón eligió a sus guerreros
cuidadosamente, o siempre lo había oído así. El Dios del mar debía haber estado my
atareado el día que había decidido añadir el nombre de Justice a la lista.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Armas: Ninguna. La espada que había usado durante cientos de años (de hecho,
desde que el Rey de la Atlántida se la había dado a él sin una sola palabra de
explicación, excepto una mirada cargada de desprecio) estaba desaparecida.

Uno de los dos Shifters guardianes que estaba de pie sobre Justice y su peludo
amigo tigre Jack, se dirigió hacia la entrada de la cueva, acariciando la espada de
Justice como si no pudiera creer su suerte. Un débil resplandor de la caverna más allá,
recortaba las formas de los guardias contra la oscuridad absoluta de la pequeña cueva
en la que habían arrojado a Justice, y observó con furia impotente como el Shifter
levantó su espada en el aire como admirando su nuevo juguete.

-Claro, era todo sobre diversión y juegos hasta que un guerrero Atlante le
rebanara las tripas.5

Justice habría sonreído si no hubiera terminado con la boca llena de pieles de


tigre mojado. Habían tomado sus dagas, también.

-Las mejores para matarlos con ellas.

Trató de llegar hacia su hermano por el camino psíquico Atlante compartido,


pero nada más que una estática áspera zumbó por su mente. La droga probablemente
todavía estaba interfiriendo con su acceso a sus poderes sobre el agua y la energía,
también. Él asumiría que estaba indefenso. Mejor así.

Nunca confíes en lo poco fiable cuando estás de este modo, sin armas contra dos
lobos y un tigre potencialmente enloquecido por drogas.

Posibilidades: Él apostaba por sí mismo frente a la mayoría de los Shifters,


incluso en lugares cerrados como este, pero… ¿doscientos cincuenta kilos de tigre?
Incluso siendo las de Jack, que era una especie de amigo cuando caminaba en dos
patas. Tendría que calmarle, incluso con las probabilidades en contra. Y eso antes de
que él alguna vez llegara hasta los dos lobos. Así que tal vez tendría que sacar a los
lobos primero.

Debido a que Justice sabía un hecho crítico: prefería pasar la eternidad


tostándose en el más bajo de los nueve infiernos que pasar un minuto más
presionando la cara en el hedor de rango animal de un tigre mojado.

Los Shifters terminaron su murmullo saliendo para mirar a hurtadillas la acción y


se alejaron, aproximadamente tan sigilosos como un par de búfalos de agua borrachos.
Antes de hoy, Justice habría apostado que un 'emperador-romano-convertido-en-
vampiro' tan poderoso como Calígula habría contratado una mejor clase de ayuda.
Había estado equivocado. No es de extrañar que el Imperio Romano hubiera caído.
Mejor para él, sin embargo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Justice esperó el tiempo suficiente para asegurarse de que no estaban fingiendo


el movimiento, entonces saltó hacia arriba y lejos del tigre aún inconsciente pero
amenazadoramente nervioso. Tal vez la acción tocó algo suelto en su drogado cerebro,
porque de repente supo que su hermano estaba llegando finalmente.

-Lord Venganza al rescate, simplemente malditamente genial.

Por supuesto, Venganza no sabía que era hermano de Justice.

-"Podría decírtelo, pero tendría que matarte."- gruñó Justice; luego, en voz más
alta para que pudiera ser oído, -"Maldita sea, Venganza, será mejor que aprecies esto."

Se dio la vuelta para ver a Venganza de pie en la entrada del túnel, con la espada
en la mano. Ven dijo algo sobre el pelo de gato y almohadas de tigre, pero Justice
apenas lo oyó, porque el sonido en pleno auge de una campana invisible rompió a
través del aire. Se tapó los oídos, pero las ondas de ruido percutor amenazaron con
aplastar su cráneo bajo su poder.

Un destello de conocimiento anticipado barrió a través de él y de alguna manera


supo (simplemente lo supo) que la próxima hora lo cambiaría todo. Todo.

Entonces la Diosa entró en la sala 'vestida' con el cuerpo de la mujer de Ven, y


dentro de Justice se hizo añicos todo lo que no fuera el espíritu primitivo y salvaje
descendiente de sus antepasados Nereida.

La locura y la lujuria de la batalla le inundaron en una neblina azul-verdosa a


través de su visión y, mientras miraba al hermano al que quería desesperadamente
conocer, su último pensamiento racional fue uno de remordimiento.

¿Habían pasado minutos u horas? Justice se agachó en la repisa de piedra, oculto


a la vista y estudiando la matanza. Shifters y vampiros muertos y moribundos cubrían
el suelo de piedra de la caverna. El hedor de la descomposición ácida de los vampiros,
combinado con el sabor metálico cobrizo de la sangre pudriendo el mismo aire que
respiraban. Las luces parpadeantes de las antorchas en las paredes iluminaron
exhibiciones llamativas de cuerpos rotos y desgarrados abiertos.

Había hecho su parte, pero había tenido cuidado de mantenerse fuera de la


vista, captando a sus oponentes desde detrás de los muchos afloramientos rocosos de
la caverna. Incluso los sentidos preternaturales de los vampiros habían sido abrumados
por el baño de sangre, y nadie había parecido notarle.

-Nadie que aún viviera, por lo menos.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Justice planeaba ser la carta de triunfo, y cualquier buen jugador conocía el valor
de no revelar nunca su mano. Echó un vistazo a la hoja de su espada brillando
húmedamente en la parpadeante oscuridad.

Ninguna carta de triunfo había repartido una mano tan mortal. Él era el comodín,
y la Reina de la Muerte era la siguiente en la lista.

Entonces escuchó su voz, y supo que había fallado. La Diosa vampiro Anubisa
había capturado a Venganza y su mujer, a pesar de la fuerza de Ven y la poderosa
brujería de Erin. Justice les había fallado. Él había fallado a su familia.

Mientras escuchaba, las opciones, la estrategia y las medidas desesperadas se


arremolinaban a través de su cerebro todavía sólo semi lúcido. La escuchó decir algo.
Las palabras que había temido. Anubisa iba a llevarse a Ven con ella. Le estaba dando a
Calígula el resto de ellos como un pequeño Regalo. Un aperitivo.

Justice se disparó y comenzó a mostrarse a sí mismo, luego se detuvo,


congelado, cuando vió a Anubisa sosteniendo a Erin mientras Ven clavaba la punta de
su espada en su propio corazón.

-"Si realmente quieres mi servicio voluntario, libérala ahora y presta juramento


por su seguridad. O voy a usar esta espada a través de mi corazón, y quedarás privada
de tu objetivo."- dijo Ven, con sombría determinación endureciendo sus facciones.

Justice casi se tambaleó mientras la verdad de lo que debía hacer se estrelló


contra él. Para salvar a su hermano (para rescatar a Erin, que posiblemente podría ser
capaz de sanar al real heredero no-nacido de su segundo hermano) debía hacer el
último sacrificio. Peor aún, tenía que hacerles creer que deseaba hacerlo.

Ácido lavó por sus venas mientras se preparaba para enfrentar una eternidad de
tortura. Él casi se rió ante la idea. Era nada menos que lo que merecía.

-No más de lo que esperaba.

Debajo de él, en el suelo de la caverna, aún estaban hablando. No podía


escuchar, sin embargo. No podía distinguir las palabras. Nada más que un gran ruido
de sonido se estrelló contra su cráneo, hasta que escuchó a la Diosa chupasangre
emitiendo su demanda, en una voz enfundada con sangre y hielo que se deslizó a
través de la neblina de su mente.

-"¿Aceptas voluntariamente mi servicio, Lord Venganza, pariente de sangre de


Conlan?"- exigió Anubisa.

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Justice se obligó a bajar el dolor y la bilis amenazando con hacerle vomitar y dio
un paso más hacia fuera desde detrás de la roca que usaba como blindaje y sobre la
cornisa directamente por encima y frente a ella. Esto necesitaba ser una actuación
como para eclipsar a todas las actuaciones. Menos mal que tenía la mejor cara de
póquer de la Atlántida. Él aspiró una bocanada de aire y la llamó.

-"Por supuesto que no es así, malvada zorra. Tú estás sosteniendo a su novia


como garantía. No tiene elección."

El shock en su cara le agradó. Había sorprendido a una Diosa. Tal vez tenía una
probabilidad de uno-entre-mil para mantenerse con vida. Tal Vez.

Anubisa se lanzó a través del suelo de la caverna, y él saltó hacia ella,


apuntalándose de pie y silencioso hasta que ella le levantó en alto, separándole sólo
unos centímetros del suelo. El rojo ardiente de sus ojos se profundizó hasta que
resplandecieron, y entonces aquella monstruosa Diosa le olfateó, inhalando su aroma
como una bestia, y su piel trató de arrastrarse fuera de su cuerpo.

-"Pelo azul."- Dijo. -"Y sin embargo hueles como..."

-"Huelo como la familia de sangre de Conlan y de Venganza."- Dijo, con una


sonrisa con sabor a muerte. -"Yo soy su hermano, y me ofrezco en lugar de Venganza."

Ven explotó en negación, pero Justice apenas lo oyó. El Geas6 estaba pateándole,
mordiendo sus terminaciones nerviosas. Había sido condenado a matar a cualquiera a
quien le dijera la verdad de su nacimiento. O bien matarle o bien su mente se
rompería.

Cogió la opción C: Aparearse con una Diosa vampiro. Al menos tal vez tendría un
poco de diversión antes de que ella le matase. Todo el mundo le estaba mirando
fijamente. Correcto. Hora de empezar a actuar. Se rió.

-"Crees que estoy mintiendo, ¿no? Preciosos Príncipes reales mimados, sin
imaginar que el querido papá pudo haber echado un polvo con alguien que no era su
madre. Alguien que incluso no era de su especie."

Anubisa se sacudió su largo pelo negro de la cara, mirando fijamente a sus ojos
como si quisiera descubrir si estuviera diciendo la verdad. Las Diosas vampiras antiguas
no mostraban emoción. Pero había algo (tan sólo un parpadeo) en sus ojos que le
permitió creer que ella se lo creía.

-"¿El apareamiento que forcé sobre el padre de Conlan dio sus frutos? ¡Oh, eso
es totalmente demasiado delicioso!"

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Ella echó la cabeza hacia atrás riéndose a carcajadas, y los Shifters que seguían
con vida comenzaron a aullar.

-"Sí, bueno, esta deliciosa fruta va a empezar a matar a todos en esta sala,
gracias a los Geas establecidos en mi culo, si no me sacas de aquí."- Dijo Justice,
tratando de pensar en una manera de convencerla. -"¿Querías voluntarios? Bueno,
confía en mí, después de siglos de tener que recibir órdenes de mis hermanos, con su
exagerado sentido del derecho que viene con ser los herederos reales, estoy más que
dispuesto a probar el otro lado."

Venganza volvió a protestar pero Justice le interrumpió, luego envainó su espada


y le sonrió a Anubisa.

-"Yo por él. Dispuesto al servicio."

Entonces, a pesar de que necesitó cada gramo de coraje que alguna vez había
siquiera soñado que poseía, puso sus manos sobre sus hombros, la atrajo hacia él y la
besó. Fue más bien un beso de desafío, y ella se estremeció bajo su toque, primero con
rigidez, luego fundiéndose en un abrazo.

Así que la Diosa vampiro era por lo menos parecida en algo a una mujer mortal.
Él podría usar eso, y todavía podría sobrevivir. Alma intacta o no.

Cuando Justice finalmente levantó la cabeza, los ojos de Anubisa se habían


desvanecido desde un color rojo brillante al negro. El mundo cambió hacia la locura
cuando, por un solo momento, ella pareció ser casi mortal. Una mujer cuya belleza era
tan oscura y terrible, que cualquier hombre estaría dispuesto a bucear a través de sus
congeladas profundidades para su propia destrucción.

-"Ningún hombre me ha besado por su propia voluntad por más de cinco mil
años."- Susurró. -"Yo acepto tu oferta, Lord Justice, pariente de sangre de Conlan y de
Venganza."

-"¡No!"- gritó Ven, pero ya era demasiado tarde.

Anubisa puso sus brazos alrededor de la cintura de Justice y se disparó hacia


arriba, hacia el lejano techo de la caverna. Mientras se elevaban, Justice recordó el
rubí de curación que ella llevaba... la piedra preciosa que podría salvar a su sobrina o
sobrino por nacer. Él atrapó sus labios en otro beso y movió su codo para que golpeara
el bulto envuelto en tela desde sus brazos, pensando que era ahí cuando ella le
mataría. Shock número tres mil (o más) de la jornada: ella ni siquiera pareció darse
cuenta.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-Que así sea.

Ven y Erin estarían a salvo... el Príncipe Conlan, su mujer y su hijo por nacer
estarían a salvo. Justice había ganado (casi) una familia, y sus acciones de este día iban
a mantenerles a salvo. Su alma arruinada a cambio de la inocencia de una nueva vida.
La muerte o la locura eran el más pequeño de los precios por dicho valor.

Pero él quería decirlo. Necesitaba decirlo. Sólo una vez. Inclinó la cabeza y miró a
Ven, y pronunció la palabra que le había estado prohibido decir durante tantos siglos.

-"Hermano."

Entonces Anubisa susurró algo en una lengua muerta hace mucho tiempo, y su
realidad se fracturó hacia el Vacío, como en un caleidoscopio.

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Capitulo Dos

Día de hoy, Departamento de Arqueología,

Universidad del Estado de Ohio, Columbus, Ohio

La doctora Keely McDermott abrió la puerta de su oficina, alegrándose de que los


pocos estudiantes deambulando el largo pasillo iluminado por fluorescentes no le
prestaron ninguna atención. No se sentía muy bien para responder a las preguntas
después de un largo vuelo desde Roma.

Cuando tiró en su oficina el saco que contenía sus preciadas herramientas, hizo
una nota mental para ordenar una nueva paleta de Marshalltown7. La suya había visto
días mejores y, como la mayoría de los arqueólogos, ella contaba sus herramientas
entre sus posesiones más preciadas. Podía mantener la antigua herramienta con fines
sentimentales, quizá. Había sido su primera paleta, y eso la había llevado hasta él.

-Su guerrero.

Ella bajó la mirada hacia la pequeña talla de madera de un pez que descansaba
sobre la parte delantera de su camiseta, colgando de su cadena de plata. La vieja
Marshalltown había descubierto para ella el delicado pez tallado. Desde que tocó por
primera vez el pez, hace tres años, había pasado más tiempo de lo que probablemente
debería perdida en visiones de su versión muy adulta de un amigo imaginario: el
guerrero de pelo azul de cientos de años en el pasado. Él había tallado el pez mientras
se sentaba al lado de una fogata, riendo y hablando con los amigos.

Había contenido la respiración con asombro ante aquella primera imagen suya.
Era hermoso, tan primitivamente masculino que la visión de él la había dejado
literalmente sin aliento.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Desde la maravilla de seda de su pelo multicolor hasta sus altos pómulos, cuello
fuerte, y los anchos hombros superando su musculoso torso… debería haber estado
posando para una escultura, en lugar de tallando una de madera. Las líneas y
musculosas curvas de su cuerpo habían estado claramente definidas ante la
parpadeante luz del fuego de su visión mientras estaba allí sentado, vistiendo sólo
pantalones, la cabeza inclinada hacia su talla.

Incluso ahora, probablemente cientos de años después de que la fogata se


hubiera extinguido, la resonancia emocional de su toque relucía a través, era brillante
a través de sus terminaciones nerviosas con una caricia casi tangible cada vez que el
pez entraba en contacto con su piel. No importa que su guerrero llevara acostado en
su tumba durante mucho tiempo. Confiaba en no ser el tipo de loca que deseaba a un
hombre que había muerto hace siglos. Pero cuando tocaba la talla, le ofrecía una
especie de consuelo.

Y aún así, incluso ahora, un escalofrío de calor corrió a través de ella, trayendo
anhelos sensuales que había pensado que estaban tan muertos como las civilizaciones
que estudiaba. Por él. Nunca por un hombre viviente, alcanzable. Siempre por él.

Acarició la aleta de madera del extraño pequeño pez y, una vez más, fue casi
como si él estuviera allí con ella. Una de las pocas ventajas de tener un toque psíquico.
Su rostro se torció en una sonrisa amarga.

-Perder todos sus amigos de verdad, pero encontrar un trozo de un guerrero


fantasma para hacerte compañía.

Ella suspiró y deseó por milésima vez o más haber podido al menos saber su
nombre. De todos modos, quienquiera que fuese, no era su culpa que ella fuese un
bicho raro sin amigos. Definitivamente, guardaría la paleta.

Finalmente rompió fuera de sus sueños privados y cerró la puerta de su oficina


detrás de ella, mirando a su alrededor en su espacio. Los recuerdos de sus viajes y
excavaciones... yesos de algunos de sus hallazgos y algunos Regalos preciados de la
ciudadanía local. Coloridas cerámicas y pequeñas tallas competían por el espacio en las
estanterías, mientras que los dibujos estratigráficos enmarcados cubrían las paredes,
cada uno mostrando las capas de la historia dentro de la excavación que representaba.

Sus valiosos libros desbordaban los abarrotados estantes, arqueando sus


estanterías peligrosamente, y se alineaban en las paredes en precarios montones. Por
el aspecto, uno o dos centímetros de polvo en todas las superficies disponibles, la
secretaria del departamento había seguido las instrucciones de Keely para asegurarse
de que su oficina había quedado totalmente imperturbable mientras ella no estaba.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Keely dio un estremecedor suspiro de alivio al regresar finalmente a lo más


parecido a un hogar que había tenido en muchos años. El estéril apartamento donde
almacenaba unos pocos objetos personales nunca había sido su hogar; era
simplemente un lugar donde podía ir a ducharse y cambiarse de ropa. Ella siempre
estaba aquí en su oficina, en el salón de clases, o en una excavación, viviendo atada a
una maleta.

Pero aquí, había elegido cuidadosamente cada objeto. Nada que pudiera
molestarla (ni un solo objeto que pudiera enviarla a un remolino de las emociones de
alguna otra persona) estaba permitido en cualquier parte de la habitación.

-Aquí, puedo finalmente quitarme los guantes.

Desprendiéndoselos fuera, los dejó caer en una esquina de su escritorio, y una


nube de polvo desplazado se disparó al aire para hacerle cosquillas en la nariz. Está
bien, no perturbado estaba muy bien (excelente incluso) pero ahora que estaba de
vuelta un poco de limpieza estaba en el orden del día. Más adelante.

Se dejó caer en su silla y cerró los ojos, dejando que las olas de agotamiento
resbalaran sobre ella. Incluso después de todos estos años, de todos estos viajes,
nunca había conseguido la habilidad de dormir en los aviones. Tenía que estar alerta
contra toques no deseados. Demasiada cantidad de posibilidades de que su cabeza
fuera a la deriva hacia un lado mientras ella dormía, su mejilla podría rozar el asiento
del avión, desatando las emociones de miles de compañeros de vuelo (airados,
impacientes, aterrorizados, o incluso sobreexcitados) directamente en su vulnerable
cerebro.

Miró el viejo sofá rojo-y-verde-a-cuadros que extendía su acolchada forma contra


una pared, preguntándose si echarse una siesta no sería una buena idea antes de tener
que abordar las pilas de papel, cientos de mensajes de correo de voz, y todo lo demás
que por lo general se amontonaba durante los meses de ausencia.

Suspirando de nuevo, levantó el teléfono. Dejaría algo hecho ahora, y después


podría sentirse más virtuosa sobre la siesta. Marcó su código pin, que sólo necesitó
unos segundos para recordar, encontró un lápiz y papel, y esperó a recibir la gran
cantidad de mensajes habitual para comenzar.

"NO TIENE NUEVOS MENSAJES DE CORREO DE VOZ."

Keely parpadeó, luego se encogió de hombros, pensando que se había liado con
su código. Verificándolo en la parte inferior de su cartapacio8 de escritorio, donde lo
había escrito a lápiz para una ocasión como esta, comenzó de nuevo.

"NO TIENE NUEVOS MENSAJES DE CORREO DE VOZ."

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Bajando lentamente el teléfono, sintió el familiar ácido comenzar a agitarse en su


estómago. La mala comida de avión y el no dormir no ayudaba cuando una se
preguntaba por qué ninguno de sus colegas se había molestado en llamarla durante
más de tres meses.

Quizás no supieron que ella se había ido. Por supuesto. Eso era todo.

El hecho de que siempre había vuelto a casa con un torrente de mensajes no


significaba nada. O al menos solamente significaba que la gente finalmente se había
dado cuenta y decidió llamarla a su teléfono móvil internacional en lugar de aquí,
donde ella no estaba. Cuando ella no estaba.

Excepto que... no había recibido muchas llamadas en el campo, tampoco. Claro


que ella había ignorado algunas llamadas de George en los primeros días de la
excavación. La emoción del descubrimiento había tomado hasta la última gota de su
atención.

El famoso Lupercale9... el mismo santuario que los antiguos romanos pensaron


que era la cueva donde los fundadores de Roma, los gemelos Rómulo y Remo, fueron
amamantados por una loba. Cuando el equipo había bajado las sondas, y habían visto
la silueta del águila imperial, tal y como se describe en textos del siglo XVI, justo en el
vértice de la bóveda, todos en la sala habían empezado a gritar su triunfo.

Los escalofríos bailaron por su espina dorsal, incluso ahora, al recordarlo. Uno de
los mayores descubrimientos arqueológicos de todos los tiempos, y ella había estado
allí. Naturalmente que no había tenido tiempo de devolver las llamadas de su jefe.
Muy pocos de sus colegas se molestaban en llamar cuando ella estaba fuera; ellos lo
entendían. ¿O no?

Excepto que… todos los demás en el departamento siempre parecían llamar a los
otros cuando estaban en las excavaciones. Compartiendo la emoción y la maravilla del
descubrimiento. Había escuchado las conversaciones, en las raras reuniones de
personal a las que logró asistir. Pero de alguna manera ella no estaba incluida en ese
círculo de compañerismo.

Claro, ella tendía a mantener a la gente a distancia. No era por los guantes; en
esta era de 'Deal or No Deal'10, con Howie Mandel11 hablando abiertamente de sus
problemas con OCD12, nadie pensaba que alguien con 'germofobia'13 confesada fuera
demasiado fuera de lo normal. Pero aún así, cuando las personas se convertían en
amigos, se abrazaban.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Tocar. Ella quería tocar cosas. Sostener sus bebés. Acariciar al perro. Admirar el
nuevo objeto que habían adquirido. Era demasiado difícil evitar todo. Demasiado duro.
Demasiado llamativo.

No podía decirles la verdad. Nunca podía decirles la verdad. Había aprendido eso
de la manera más dura con unos amigos cercanos en la escuela secundaria, y luego con
el único hombre al que nunca había pensado que amó. Él la había dejado. La llamó
bicho raro. Ella no había sido capaz de negarlo en aquel entonces. Todavía no podía,
ahora.

Pero eso no importaba cuando trabajaba. ¿Quién necesitaba conexión personal


cuando el mundo antiguo se desarrollaba ante sus ojos? Ella había contado con pasar
al menos otros seis meses en el Lupercale. Debería haber sabido que no podía contar
con nada, ni con nadie.

Ahora que los Shifters habían salido a la luz, eso había puesto un nuevo giro en la
mitología de Rómulo y Remo. Sin mencionar que había cambiado la fisonomía de la
jurisdicción. El contingente italiano de los hombres-lobos de Europa se había hecho
cargo, lanzando a su equipo fuera.

-"La llamaremos si la necesitamos, Doctora McDermott."

Uno de ellos se lo quedó todo, pero se burló de ella mientras él la empujaba


fuera de la sede de la excavación.

-"No aguante la respiración esperando."- le dijo.

La risa que había seguido, mientras iba sacándola, hizo un eco perturbador con
un borde de locura lunática y, teniendo en cuenta la hora del crepúsculo y la cercanía
de la luna llena, ella no había argumentado. No había llegado tan lejos como lo había
hecho por ser una suicida, después de todo.

Sacudiendo la memoria, se dio cuenta de que aún sostenía el teléfono, ahora


zumbando en su mano. Lo recolocó en su base, mirando de nuevo alrededor de su
polvorienta oficina. ¿Bienvenida sin ser molestada o negligente abandono? Es curioso
cómo una cosa tan simple como la falta de mensajes de teléfono podría cambiar toda
la perspectiva de una persona.

Los teléfonos funcionaban de dos maneras, se recordó a sí misma, tratando de


alcanzar el teléfono de nuevo. Había una persona que siempre respondía sus llamadas.
Con la mano libre, pasó un dedo por el borde polvoriento de la única foto enmarcada
en su escritorio. La mujer sonriendo nerviosa a la cámara se parecía mucho a Keely. El
pelo rojo era un poco menos vibrante. Las líneas de risa más pronunciadas. El cuerpo
atlético se había suavizado con los años, pero seguía siendo una mujer hermosa.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Una vez, Keely había pensado que era la mujer más bella del mundo. Antes de los
médicos, antes de la incredulidad y de las dudas.

El teléfono sonó cuatro veces antes de que el familiar 'clic' sonara. Algo sobre las
líneas telefónicas fuera en los bosques del este de Ohio siempre hacía que la conexión
sonara como si estuviera hablando dentro de un tarro. O bien la mala conexión o bien
la resonancia de veintiocho años de decepción mutua.

-"¿Hola?"

Keely tragó, a continuación, se las arregló para hablar sobre la repentina


obstrucción en su garganta.

-"Hola, Mamá."

-"¿Keely?"

Keely sofocó la familiar impaciencia. ¿Quién más podría ser? Sus padres no
habían querido correr el riesgo de un segundo embarazo, ya que Keely había sido...
defectuosa.

-"Sí, mamá, soy yo. ¿Cómo estáis vosotros? ¿Cómo está papá?"

-"Oh, ¿vendrás finalmente a casa desde ese terrible lugar? Acabamos de ver en
las noticias que los vampiros están tratando de apoderarse del trono de Rusia. Esa
mujer dijo algo acerca de ser la princesa Anastasia, que fue convertida en vampiro
cuando su familia fue asesinada. ¿Crees que podría ser cierto? Te quedaste en el
interior por la noche, ¿verdad? Pusimos una segunda cosecha entera de ajo y los
estamos vendiendo como rosquillas, aunque… ¿quién querría rosquillas de ajo, no?
Vas a..."

-"Mamá."- la interrumpió Keely, maravillándose de que su madre no había


parecido dar una sola respiración durante el bombardeo de preguntas. -"Mamá, sí,
estoy en casa y estoy bien."

Sabía por experiencia que no debía responder a las preguntas individuales, o la


conversación nunca se desviaría de nuevo al rumbo correcto.

-"Pero, ¿y tú? ¿Cómo está tu artritis? ¿Cómo está papá?"

-"Bueno, estamos bien, cariño. Pero papá está preocupado por ti, sobre todo
porque no hemos sabido nada de ti en mucho tiempo. ¿Has estado sufriendo de
cualquier cosa por... tu condición?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Culpabilidad mezclada con algo de dolor en Keely. De alguna manera, sus padres
siempre podían cortarla en lo más profundo, a pesar de que sus intenciones eran
buenas. Sobre todo, porque sus intenciones eran buenas.

-"Mamá, tú sabes que mi condición no es una enfermedad. Sólo soy un poco


psíquica. Cuando toco objetos, consigo impresiones... Mamá, ya hemos hablado sobre
todo esto durante años y años."

Hubo un silencio en el teléfono, y luego el sonido tranquilo de mocos, como si su


madre estuviera tratando de no llorar. Otra Vez.

Keely se preguntó cuántas otras hijas causaron a su madre tal angustia por el
simple hecho de existir, pero trató de empujar el pensamiento a distancia cuando el
ácido en su estómago se sacudió en ella hasta llegar a la fuerza del ciclón.

-"¿Todavía tienes que usar esos guantes para evitar el contacto con cualquier
cosa? ¿Has visto al Doctor Koontz? Él dice que si quieres intentará la hipnosis de
nuevo..."

-"No, nunca voy a ver al Doctor Koontz de nuevo, mamá. Él piensa que estoy
loca. Se negó a creerme, incluso cuando le di la prueba mediante la lectura de aquel
portalápices que su hijo hizo para él."

-"Eso no fue muy agradable, Keely. Inventar historias sobre su pobre niño
bloqueando a su hermana en el armario."- Dijo su madre, con voz de reproche.

-"No fue una historia, y si le hubieras visto de cerca cuando le conté mi visión,
sabrías que él había sospechado de la intimidación de su hijo por algún tiempo. De
todos modos, yo no puedo volver, incluso si quisiera. El doctor Koontz me despidió
como paciente."

No había conocido psiquiatras que pudieran hacer eso (despedir a la gente) pero
evidentemente podían. Como la mayoría de las personas que había visto a su "talento"
de cerca y personalmente, jamás había querido tener nada que ver con ella de nuevo.
Tal vez algo de ironía allí. Incluso los psiquiatras pensaban que era un bicho raro. Tal
vez ella no tenía necesidad de ir allí, incluso en la intimidad de sus propias
inseguridades.

-Espero al menos que haya conseguido poner a su hijo bajo control.

-"¿Puedo hablar con papá?"

-"Bueno, él está, um…"- La voz de su madre vaciló. -"Está echando una pequeña
siesta."

18
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-Sí, claro.

El nudo en la garganta de Keely estaba repentinamente de regreso, y era más


grande.

-"Papá nunca se ha echado una siesta en su vida, mamá. ¿No podrías al menos
tratar de salir con algo creíble?"

-"Keely, tú sabes que te ama. Él no sabe cómo lidiar con tu... tu problema."

-"Bien, mamá."- trató de contener la amargura de su voz, pero podía notar que
estaba fallando gravemente. -"Mi problema. Bueno, hey, tengo que irme. Cientos de
mensajes de correo de voz para devolver, cartas que contestar. Ya sabes, de esas
personas que sí quieren hablar conmigo."

-"¡Keely! No es justo. Ya sabes que siempre estoy muy feliz de saber de ti."

Keely se suavizó.

-"Lo sé, mamá. Estaba pensando que podría ir para una visita esta semana.
Podríamos conducir hasta..."

-"Oh, cariño, esta no es una buena semana. Nosotros, ah, sólo estamos muy
ocupados. Te llamaré este fin de semana y tendremos tener otra charla, ¿de acuerdo?"

-"Bien, mamá. Bueno. Este fin de semana. Yo..."

La voz de Keely vaciló, pero respiró hondo y forzó las palabras a venir. Obligada a
decir estas palabras a la madre que no quería ni verla.

-"Te quiero, mamá."

-"Te quiero, también, nena. Hablaremos pronto."

Después de colgar el teléfono, Keely puso su cabeza sobre sus brazos, allí sobre
su polvoriento escritorio, en medio de su silenciosa oficina, finalmente cedió a las
lágrimas.

19
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Tres

En la actualidad,

En el Vacío creado por Anubisa, Diosa del Caos y la Noche

Justice flotaba en una dimensión oscura compuesta enteramente de dolor, su


mente canibalizando sus recuerdos para un cierto sentido de sí mismo. Viscoso como
una espesa y turbia poción conjurada por una bruja oscura, el dolor le rodeaba, se
burlaba de él, golpeándole y acunándole hasta que ya no existía más que como un
suplicante, un esclavo, un participante involuntario en un juego retorcido y tortuoso.

Su conciencia se había reducido hasta el más elemental alfilerazo de luz


parpadeante. Conocía su nombre, sabía que era Justice en una inmensidad de
injusticias, sabía que su sacrificio había salvado otros cuyos nombres siempre habían
sido arrancados de su mente. Pero la nobleza no era nada contra el dolor; el dolor se
comió la nobleza, consumió su fuerza, devoró su orgullo. Comió su Cuerpo hasta que lo
que quedaba del propio Cuerpo se quemó en rebelión contra el ácido de la Mente. La
Mente gritaba y aullaba, gritos silenciosos de protesta contra un mal inflexible que
lamió su sangre, dándose un festín con su terror, y riéndose con un oscuro y
desalentado humor de nostalgia.

Pero los recuerdos destellaban, burlándose de él con su evanescencia. En primer


lugar, una visión de principio. Allí estaba la caverna, y luego hubo un después. Después
había sido cuando comenzó el dolor. De eso, al menos, estaba seguro.

Despertándose lentamente a la conciencia, Justice despertó a una pesadilla que


seguramente debía existir en el más bajo de los nueve infiernos. Como diseñada en Las
Vegas14.

Se quedó mirando el dosel de la cama más grande jamás creada, que estaba
envuelta en (no es broma) negro y rojo satinado. Sin exageración allí.

20
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Los postes de la cama tallados con sátiros y mutantes con aspecto de ninfas,
realizando actos sexuales perversos que debieron romper al menos un par de leyes de
la física, eso ni siquiera le sorprendió después del satén.

-"¿Quién eres tú bromeando con esto? ¿Contrataste a algún escenógrafo de


películas de porno de serie B15? Si se inicia la música de 'bowm-Chicka-bowm-bowm'16,
me voy de aquí."- Dijo.

Tan pronto como las palabras salieron de su boca fue cuando recordó. La cueva.
Su sacrificio. Se suponía que debía estar dispuesto. Sin embargo, Anubisa no había
olvidado y, con independencia de su gusto en la decoración del cuarto, ella no era
idiota.

Malvada, asesina, retorcida, y obsesiva… pero no estúpida. Las Diosas rara vez lo
eran. Incluso aquellas que Reinaban en su propio feudo en los nueve infiernos.

Ella se sentó en el borde de la cama, que se hundió perceptiblemente, como si la


pura fuerza de la furia y la muerte que alojaba su alma añadieran peso a su esbelta
figura. Casi contra su voluntad, él tocó un mechón de su masa de pelo, que le caía
hasta las caderas. O tal vez fue realmente en contra de su voluntad. Tal vez ella lo
estaba manipulando con tanta pericia que ni siquiera se daba cuenta.

Pero si de verdad creía eso, él le daría su destino. Intentaría matarla y escapar en


un resplandor de estupidez suicida. Él no era un Dios, pero no era tonto, tampoco.
Debía esperar el momento oportuno.

-"Si no te agrada el mobiliario, lo cambiaré."- Dijo ella descuidadamente con el


aire de un padre benevolente otorgando un Regalo a un niño. Luego su voz se volvió
casi tímida. -"¿Hay algo aquí que te guste?"

Justice no había vivido durante siglos sin aprender algunas cosas sobre las
mujeres. Le divirtió (y de alguna manera le tranquilizó) descubrir que esta Diosa, el
azote de la Atlántida durante milenios, tenía por lo menos un parecido superficial con
una mujer mortal.

Se preguntó si alguna vez había sido una. Se preguntó si alguna vez se atrevería a
preguntárselo.

-"Sabes que lo hay."- Gruñó mientras, cruzando los dedos deseando que ella no
le matara por su temeridad, la agarró del brazo y tiró de ella al lado suyo. -"Tu belleza
es impecable, y bien lo sabes."

Una luz brilló escarlata profundamente en el centro de sus pupilas mientras


lentamente le sonrió.

21
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Hay mucho de mí que es impecable, guerrero. ¿Desearías descubrir más?"

Su sonrisa se ensanchó, y sus colmillos descendieron mientras levantaba la


cabeza para golpear. El conocimiento disparó a Justice en la conciencia aun cuando el
dolor se comió la memoria. ¿Así que había cooperado? ¿Había fingido desearla? Su piel
trató de arrastrarse fuera de su cuerpo ante ese pensamiento. ¿En qué momento el
mal impregna el alma? Acostarse con perros...

-¿Y qué pasa si te acuestas con Diosas perras?

Visiones de pulgas mutantes del tamaño de leones de montaña comiéndose su


hígado no hicieron nada para tranquilizarle de su cordura, pero el breve destello de
humor negro le recordaba a alguien. A algo. ¿Quizás a él mismo?

Entonces la cordura disminuyó y su breve regreso a la lucidez se desvaneció bajo


el dolor. Era Justice, y había sido enterrado en el dolor durante años o siglos o
milenios... ¿o simplemente minutos? Pero el dolor existió fuera de la realidad del
tiempo hasta que sólo permaneció la locura estirada y la percepción torturada.

Sin embargo, el punto parpadeante de luz que era todo lo que quedaba de su Ser
esperó, y observó y se trazó. Porque él era Justice y... no importa los eones de tiempo
que pasaran antes de que su tiempo finalmente llegara... la Justicia sería servida.

Como para premiar la valentía volando en la esfera de la absoluta inutilidad, o la


esperanza agazapada en la sombra de la desesperanza absoluta, se abrió una ventana
en la oscuridad y vió a través de las sombras una cara.

La cara era Otra, no su rostro, no su mente, no Justice. La cara era femenina,


pero no maligna. No la muerte femenina, o la destrucción, o la desesperación.
Mientras observaba la cara, observándola a ella, fascinado por los ojos vívidamente
verdes que brillaban con tanta intensidad que proyectaban un resplandor de luz en su
eterna oscuridad, su visión se amplió para incluir la parte superior del cuerpo y sus
manos, que tocaban algo en su garganta.

-¿Una talla de madera?

La levantó y la presionó contra sus labios, incluso mientras las lágrimas brillaban
en las esmeraldas de sus ojos y lentamente trazaban un camino por sus mejillas.

De repente, el fogonazo de comprensión le golpeó, lo suficiente como para él


tirar de de regreso a la cordura. La talla era un pequeño pez de madera, una especie de
forma extraña parecido a un pez payaso, pero uno que sólo había visto en las
profundidades del océano. Se agrupaban cerca de la base de la cúpula que cubría la
Atlántida y parecían entretener a los niños, a quienes les encantaba verlos.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Como la que había hecho él, hace mucho tiempo, en días más inocentes.

Ningún caminante de la tierra habría visto esos peces. Por lo que ninguno podría
haberlos esculpido. Quienquiera que fuese, ella sostenía su talla. Mientras la
observaba llorar, sola y en silencio, una solitaria lágrima cristalina cayó sobre la talla
que todavía tenía en sus labios. De alguna manera, a pesar de que era imposible, sintió
el dolor de ella cavando en su pecho.

Imposible o no, la talla les conectaba. Gritó algún ruido sin palabras de añoranza,
o pérdida o soledad, y mediante cualquier magia o alucinación que se arremolinaba
entre ellos, ella lo escuchó. Sólo por un instante, ella se quedó sin aliento, parpadeó
esos hermosos ojos y pareció mirar directamente hacia él. Entonces, cuando la visión o
el espejismo de ella se desvanecieron y él se hundió de nuevo en la oscuridad, pero no
en la desesperación, comprendió una única verdad innegable.

-Ella era suya.

O quizás ella era un producto de su imaginación. Suspendido solo en la oscuridad


sin fin, Justice se echó a reír.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Cuatro

Rowe Wharf, Boston

Alexios se quedó mirando el enorme edificio revestido de ladrillo y granito que


brillaba a la luz de la luna como dinero nuevo y antigua arrogancia. Silbó, un bajo y
penetrante sonido de incredulidad, y se volvió a Brennan.

-"¿Me estás tomando el pelo? ¿Este es el cuartel general? ¿Qué pasó con los
buenos tiempos en que los Apóstatas de Algolagnia17 se escondían en almacenes
abandonados y sótanos húmedos con goteras?"

Alexios casi se rió de sí mismo, aunque nada acerca de la situación era divertida.
Sólo estaban teniendo una conversación normal entre un par de tipos.

Si los tipos resultaban ser centenarios guerreros Atlantes que habían llamado a
su poder sobre el agua para montar las corrientes de aire enriquecidas con el
penetrante olor del agua de mar y el combustible diesel que se mezclaba en el puerto
de Boston.

Christophe se disparó por los aires para unirse a ellos, su camiseta Firefly18 y
vaqueros desgastados contrastando vivamente con la ropa oscura que Alexios,
Brennan, y el resto de los Siete usaban rutinariamente en misiones fuera de la
Atlántida. La guardia de élite y fuerza de combate del Alto Príncipe Conlan, no se
suponía que debían realmente a parecerse chicos góticos universitarios jugando a ser
rebeldes, después de todo.

Como si hubiera oído ese pensamiento, Christophe volvió toda la fuerza de su


mirada hacia Alexios, quien de repente se dio cuenta de que la ropa no significaba
nada. El peso del poder, apenas contenido, que brillaba en los ojos de Christophe, hizo
la cuestión de su atuendo irrelevante... el guerrero era un asesino tan helado como las
profundidades más aisladas del océano.

24
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

En realidad no era el tiempo para reflexionar sobre la moralidad de Christophe,


su conciencia, o la falta de cualquiera de los dos, sin embargo. Necesitaban encontrar a
Justice, antes de que toda esperanza de que aún estuviera vivo desapareciese bajo la
dura realidad del paso del tiempo.

-"Vamos a comprobarlo."- llamó Alexios en voz baja.

Difuminándose en niebla, los tres se levantaron más lejos en el aire hasta que
revolotearon una treintena de metros sobre las aguas heladas del invierno del puerto
de Boston.

Guerreros de Poseidón, preparándose para jugar a 'Peeping Tom'.19

El pensamiento enfermaba a Alexios, especialmente teniendo en cuenta lo que


podrían ver de los miembros de un culto que experimentaba el placer a través del
dolor. No importaba, sin embargo. Él daría su vida para encontrar a Lord Justice. Todos
ellos lo harían. Localizar a unos pervertidos enfermos para obtener información
parecía un pequeño precio a pagar.

-"Incluso si el lugar parece tan desagradable."- Agregó en voz alta.

-"Ponte al día, ya."- Dijo Christophe, burlón. -"El culto retorcido de Anubisa
posee las vidas y almas podridas de miembros con grandes cantidades de dinero y
conexiones aun más grandes. Los humanos llaman a este complejo de edificios la
'puerta de entrada a Boston'. ¿Qué mejor manera para que los acólitos de Anubisa
vayan a estacar su reclamo hacia el resto del nuevo mundo?"

-"Estacar su reclamo. Entiendo. Vampiro, culto de adoración. Estaca. Hombre


divertido."- dijo Alexios, no divertido en lo más mínimo.

-"¿Dónde están?"

Brennan se aclaró la garganta, como estirando sus oxidadas cuerdas vocales.


Últimamente el guerrero había sido propenso a períodos de silencio largos y más
largos. Alexios se preguntó, no por primera vez, si los siglos de no tener ninguna
emoción estaban finalmente llevando a Brennan abajo.

-"Cuando Quinn envió un mensaje a Atlántida, indicó que el culto celebra sus
ritos en una suite del ático del Boston Harbor Hotel, que está dentro de este edificio."

Señaló una sección del arco de varios pisos que se extendía por un área muy
grande. Alexios entrecerró los ojos.

-"Un jodido hotel de lujo para jugar sus enfermizos juegos. ¿Qué será lo
próximo? ¿La Casa Blanca? ¿Tal vez el dormitorio Lincoln?"

25
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Abraham Lincoln habría enfermado viendo el débil que posee su oficina en la


actualidad."- Dijo Brennan, su voz totalmente tranquila sin dar ninguna pista de si o
compartía no el sentimiento. -"No hay evidencia de que el presidente Warren se haya
unido a los Apostatas, sin embargo."

Christophe echó atrás la cabeza y se rió.

-"Sí, ¿quién tiene que unirse a un culto dedicado a la búsqueda de placer sexual a
través de un intenso dolor cuando ya estás casado con una rompe-pelotas como es la
Primera Dama de este país?"

-"Tal vez deberíamos dejar la especulación política por el momento."- Dijo


Brennan, con un toque de mando en su tranquila voz. -"Somos los Guerreros de
Poseidón, y no es nuestra competencia especular sobre los humanos y sus opciones de
liderazgo, tanto como podamos disgustarnos con esas elecciones. Es nuestro honor y
deber únicamente protegerlos de los depredadores que en otro tiempo se mantenían
a la sombra de la noche."

-"Correcto. El orgullo de la Atlántida protegiendo las malditas ovejas que invitan


a los lobos a cenar."- se burló Christophe.

-"En la década transcurrida desde que los Shifters y vampiros se declararon a la


humanidad, se han apoderado de ellos. Vampiros en el Congreso y ahora en el
parlamento británico. Shifters que controlan los medios de comunicación. Cada uno de
ellos caminando alrededor como si fueran los dueños del lugar. Oh, espera... lo son."

Christophe gruñó una frase en el antiguo Atlante y deslizó una mano hacia abajo.
Un embudo de agua se agitó en espiral a través del aire a su mando, subiendo lo
suficientemente alto como para rociar agua en sus botas antes de que Christophe lo
soltara.

Alexios apretó los dientes contra el impulso de reprender al guerrero más joven.
Después de todo, Christophe sólo estaba representando la frustración enloquecedora
que todos sentían.

-"No hay tiempo para nada de eso ahora. Esta secta puede tener algún
conocimiento que nos pueda ayudar a encontrar a Justice. Eso es lo único que nos
importa esta noche. La misión es conseguir sacárselo, todo lo que podamos."

Mientras los tres guerreros se dispersaban en niebla y se elevaban en silencio


hacia el tejado, Alexios obligó a salir de sus pensamientos los tóxicos recuerdos de su
tiempo como prisionero de Anubisa. Memoria era una palabra tan pálida e impotente,
de todos modos; era más como un flashback, completo de luces y sonido, sobre la
tortura que había cauterizado a través de su cuerpo y su mente.

26
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Casi como si una vez más sufriera el azote de sus látigos con punta de metal o la
agonía de su violación mental.

Dos años de reclusión con la Diosa vampiro, como pago por algún mal que ella
creía que Poseidón le había hecho hace tanto tiempo que cualquier recuerdo de ello se
perdió en las aguas del tiempo. Al menos cualquiera mortal. Las Diosas tenían
memorias muy, muy largas.

Dos años de ser llevado ante la muerte y más allá, una y otra y otra vez. Que
había sobrevivido no fue testimonio de su propia fuerza o el coraje, sino más bien lo
bajo que había estado en su lista de prioridades. Ella no había estado presente muy a
menudo para jugar sus retorcidos juegos con él, o habría estado muerto.

O peor que muerto. Un patético juguete para cumplir sus órdenes. Un hombre
no podía superar a una Diosa, después de todo. Ni siquiera un hombre que también
era un guerrero Atlante.

A medida que los recuerdos estremecieron a través de su alma, se obligó a


concentrarse. En la misión. En Justice... su colega y amigo. Y trató de no preguntarme
si, después de cuatro largos meses de atenciones muy personales de Anubisa, no
habría quedado nada de Justice para encontrar.

Tardaron sólo unos minutos en encontrar la ventana correcta en la última planta


del hotel. La desvergüenza, o las tendencias exhibicionistas de sus habitantes,
significaron que las cortinas estaban abiertas de par. Sintió sus labios rizarse atrás de
sus dientes mientras miraba, a través del reflejo fantasma de su propio rostro lleno de
cicatrices en el cristal, una escena sacada de algo que Dante20 podría haber escrito.

El mobiliario del hotel, probablemente de alta calidad y todo de tipo muy


costoso, había sido empujado contra las paredes para dejar un espacio abierto
aproximadamente cuadrado en el centro de la suite. Decenas de desnudos cuerpos,
sudorosos, resbaladizos, retorcidos y contorsionados en posturas imposibles. Las
formas giratorias de varios Apostatas vestidos con túnicas rojas giraban de víctima a
víctima. Cada uno de los tipos de las túnicas rojas llevando látigos y otros utensilios de
acero, de propósito más oscuro, con los que cortaban en movimientos precisos.

Lo peor de todo era que había un ritmo deliberado en esto: coreografiando el


dolor en un baile pervertido. La sangre que goteaba de cada participante y empapaba
el color crema pálido de la alfombra era perturbadoramente viva y casi demasiado
brillante para ser real. Pero incluso ahora, mientras Alexios observaba, las figuras con
túnicas rebanaban nuevos cortes en la carne, haciendo que los humanos desnudos
gritaran y se retorcieran en el suelo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Alexios gruñó una antigua maldición en su lengua nativa y brilló de nuevo en su


forma corpórea, todavía envuelto en sombras para que los de dentro no vieran como
desenvainaba sus dagas. Los pensamientos de Brennan se arremolinaron por el aire
hacia Alexios, deteniéndole en mitad del movimiento.

-Sujétate, Alexios. Esperaremos al líder. Estos humanos no reaccionarán como


podrías pensar, y no darán la bienvenida a nuestra interferencia, en cualquier caso,
por lo que no hacemos ningún bien precipitándonos dentro en este momento.

-"¿De qué infiernos estás hablando? Están teniendo su piel desmenuzada por
esos látigos. Yo diría que es un buen momento para dar la bienvenida a alguna
interferencia."- respondió Alexios, manteniendo su voz baja.

Christophe brilló tenuemente en una sombra junto a él, con los ojos ya brillando
intensamente calientes con su energía.

-"Mira a esos bastardos enfermos, Alexios. Están disfrutando de eso."

Alexios giró su cabeza hacia atrás para mirar hacia los humanos retorciéndose de
dolor en el suelo.

-"No están..."

Pero entonces se detuvo, las palabras congeladas en su boca. Lo había visto con
bastante frecuencia a partir de los Apostatas durante su cautiverio. Habían conseguido
un culto de placer sexual a través del dolor... el de los demás y los suyos.

Pero lo peor es que aquellos eran chupasangres, como la Diosa oscura que
adoraban. Parte de su manada de sangre. Estos eran humanos. Humanos. Y estaban
jodiendo entre sí, mientras sangraban, allí mismo en la alfombra.

Alexios sintió la bilis corroyendo sus entrañas.

-"Poseidón nos salve. Esa es la cosa más repugnante que he visto en mucho..."

Christophe le interrumpió.

-"A cada uno lo suyo, Alexios. El hecho de que no disfrutaste todo lo que Anubisa
hizo marcando con cicatrices tu bonita cara no significa que a algunos de nosotros no
nos guste jugar un poco duro a veces."

Girando para hacer frente al otro guerrero, Alexios ni siquiera se dio cuenta de
que había lanzado su puño hacia atrás para golpear hasta que Brennan captó su
muñeca en una poderosa mano.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Las palabras de Christophe, como suele ser el caso, superan a sus


pensamientos, viejo amigo."- Dijo Brennan con calma. -"Pero sólo somos tres y no
podemos tolerar la disensión entre nosotros si vamos a buscar cualquier noticia de
Lord Justice."

Alexios asintió, sin dejar de perforar un agujero en el lado de la cabeza de


Christophe con su mirada.

-"Tienes razón, Brennan. Pero cuando esto acabe, llegará el momento de ajustar
cuentas."

Christophe ni siquiera se volvió hacia él, pero mantuvo la mirada fija en la


ventana, con las manos abriéndose y cerrándose a sus costados. El poder salió de él en
oleadas, hasta que Alexios pensó que el interior de su cráneo estallaría por ello.

-"Christophe, reduce eso abajo. Ahora."

Christophe no se molestó en responder, pero la presión en la cabeza de Alexios


disminuyó a medida que el cuerpo entero de Christophe se puso rígido y señalando al
cristal.

-"Apuesto a que es nuestra bola de fango. Mira la forma en que todas las túnicas
rojas le hacen reverencias."

El hombre (no, el vampiro; ya que alguien con una cara del color blanco del
vientre de los peces sólo podía ser un no-muerto) entró caminando a grandes
zancadas dentro de la habitación. Tenía que medir por lo menos dos metros de altura.
Su calva brillaba como si estuviera aceitada, igual que el resto de su cuerpo. O al
menos lo que podían ver de él, que era demasiado para el gusto de Alexios.

-"¿Qué lleva puesto?"- Dijo Christophe, con asco goteando de sus palabras. -"¿Lo
más nuevo en cuero y cadenas?"

-"Mis ojos están sangrando."- gimió Alexios.

-"Deplorable gusto en la ropa o no, tal vez deberíamos actuar ahora."- murmuró
Brennan.

Christophe alzó las palmas de las manos, y dos esferas brillantes de energía azul-
verdoso puro se formaron al instante, el poder de Poseidón punzando a través de él
como electricidad canalizada.

-"Ahora funciona para mí."- Dijo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"No hagas daño a los humanos."- gritó Alexios, pero ya era demasiado tarde.

Christophe disparó las esferas contra la enorme pared de cristal, rompiéndola


hacia adentro en una explosión atronadora. Los miembros de la secta más cercanos a
la ventana gritaron y se lanzaron lejos de los fragmentos mortales de vidrio yendo
como flechas hacia ellos, luchando por alejarse sobre sus manos y rodillas recién
ensangrentadas. Gritos y gritos llenaban el aire mientras todos en la sala corrían o se
arrastraban lejos de la ventana.

Genial. Eso no dejaría de alertar a la seguridad del hotel. Alexios envió una rápida
oración a Poseidón de que al menos la fuerza de seguridad no estuviera compuesta
por Shifters, luego empujó a Christophe fuera del camino y voló a través del irregular
agujero.

Los miembros de la secta se apresuraron a poner aún más distancia entre ellos y
los intrusos cuando los Atlantes se dispararon en la habitación y aterrizaron en la
alfombra cubierta de cristales. Todo el mundo, excepto el líder. Se quedó mirando
fijamente a los ojos de Alexios, y él sonrió.

-"Os esperaba antes de esto, debiluchos. ¿Queréis uniros a los caminos de


Algolagnia? Yo, Xinon, estaría encantado de demostraros cómo el dolor puede
convertirse en placer."

-"Creo que preferiría demostrarte cómo el dolor puede no ser nada más que
dolor, sanguijuela."- Dijo Alexios, explorando la habitación para una mayor amenaza. -
"Bragas bonitas, por cierto."

El vampiro echó un vistazo a las correas de cuero que llevaba en lugar de


pantalones, y luego volvió a sonreír.

-"Sí, me enteré de que disfrutaste de nuestros juegos cuando eras nuestro...


invitado."

El frágil control que Alexios tenía en su temperamento estaba deshilachado, muy


cerca de romperse, después del truco idiota de Christophe. Levantó sus dagas.

-"Estás más cerca de lo que sabes de la verdadera muerte, vampiro, por lo que
tal vez deberías mantener la boca cerrada."

Brennan comenzó rodeando la habitación, lanzando estrellas con la mano. La


visión de los rasgos helados del guerrero tuvo un efecto extrañamente tranquilizante
sobre los humanos gimientes que se apiñaban en las esquinas. Al pasar por cada
grupo, ellos retrocedieron de él y amortiguaron sus sollozos con sus manos. Brennan
no les hizo caso y lanzó una pregunta.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Esto huele a algún tipo de control mental. ¿Puedes liberarlos, Christophe?"

En el lado opuesto de la habitación desde Brennan, Christophe acechaba más


cerca y más cerca del líder, haciendo malabarismos con más esferas de energía... esta
vez dos para cada mano. Sus ojos brillaban tan intensamente con el poder que los
humanos protegieron sus ojos de la vista.

-"Tal vez sólo voy a matar al viejo Xinon aquí y ver si eso hace el truco."- Dijo.

El vampiro sólo echó atrás la cabeza y se rió.

-"¿Es que intentas intimidarme, Atlante? He vivido más de mil años y he


sobrevivido a la guerra, al hambre, y a las turbas de aldeanos con antorchas de
fuego."- Xinon hizo una pausa y sacudió la cabeza, los anillos de plata que perforaban
sus orejas parpadeantes en la luz. -"Un cliché, si. Pero ¿de verdad crees que
representas cualquier amenaza para mí?"

-"Dinos donde está reteniendo a Lord Justice esa puta malvada de Diosa, o te
mostraré mi versión de una amenaza."- gruñó Alexios.

Cortó su daga por el aire en una señal convenida, y todos, Brennan, Christophe y
él, avanzaron hacia el vampiro.

-"Por lo que sé, tu Lord Justice fue de buena gana a los brazos de Anubisa, la más
ensalzada Diosa del Caos y la Noche."

El vampiro se burló de ellos, silbando un poco mientras sus colmillos se


extendían y se agachó.

-"Tal vez él no quiere ser encontrado. Tal vez incluso ahora yace en sus brazos
disfrutando de sus favores."

Antes de que Alexios pudiera moverse o ni siquiera pensarlo, Brennan azotó sus
brazos hacia adelante y hacia abajo, y dos de sus estrellas ninja de plata dispararon a
través del aire tan rápido que incluso la visión Atlante de Alexios apenas alcanzó a
verlas. Una tras otra, las estrellas impactaron en el cuello del vampiro con tal fuerza
que la primera rebanó la mitad y la segunda completó el trabajo.

Alexios contempló, atrapado entre la sorpresa y la furia, como la única esperanza


que tenían para encontrar a Justice se disolvía en una piscina chisporroteante de baba
ácida vampírica que quemó a través de la alfombra hasta el suelo de hormigón. Se dio
la vuelta para enfrentarse a Brennan.

-"Por los nueve infiernos, ¿en que estabas pensando? Teníamos que hacerlo
hablar, no..."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Las palabras se marchitaron en su boca al ver la expresión en el rostro de


Brennan. La tranquila serenidad de siglos no estaba por ningún lado. Los ojos de
Brennan ardían como plata fundida y tenía el rostro contorsionado mientras todo su
cuerpo se estremecía con lo que sólo podría ser rabia. Rabia. En Brennan, quien fue
maldecido a no sentir ninguna emoción en absoluto.

El silbido suave de Christophe sobresaltó a Alexios de su trance.

-"¿Que infiernos? ¿Brennan? Siglos de ninguna emoción, y ¿las recoges ahora


para batir mierda sobre nosotros?"

Alexios ni siquiera podía hablar. Era como si repentinamente arriba estuviera


abajo. Como si los peces volaran y las aves nadaran. Brennan, con rabia. El choque de
ello se tragó el pensamiento lúcido.

Brennan evidentemente tenía palabras suficientes para todos ellos. Un torrente


de amargura (duras palabras convertidas en lírica por la musical cadencia de la antigua
lengua Atlante) vertido de entre los dientes descubiertos del guerrero. Los ojos de
Brennan brillaron con ese misterioso color plata metálico mientras hablaba, pero no
fue hasta que Alexios vió la sangre goteando de los puños apretados de Brennan que
se dio cuenta de que el guerrero aún mantenía las mortales estrellas afiladas de
lanzamiento en sus manos.

Brennan no parecía siquiera darse cuenta de la sangre o el dolor, porque no


dejaba de despotricar en voz baja y ronca, ahora girando en un círculo lento para
barrer la habitación y los seres humanos acobardados con su mirada.

El estribillo inquietante derramado de sus labios; todavía en el antiguo Atlante,


pero por supuesto Alexios entendía cada palabra. Era, después de todo, su lengua
materna.

-"Mátalos. Mátalos a todos. Mata a todos ellos ahora."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Cinco

Octubre 1776,

Antiguas colonias británicas en Norteamérica

Justice se puso de pie, mirando en silencio, hasta que el rastro de polvo


levantado por los cascos del caballo hacía tiempo que se habían asentado de nuevo en
el suelo rocoso. Los últimos rayos del sol poniente brillaban sobre la débil trayectoria
como una bendición, la naturaleza misma de la aprobación por las noticias del jinete.

-Independencia.

Desde principios de julio, evidentemente, cuando estos humanos temerarios y


increíblemente valientes se habían declarado libres de la dominación británica. Libres
de las opresiones de una monarquía distante. Libres de luchar por su existencia en una
tierra llena de peligros, tanto conocidos como desconocidos.

Por supuesto, entonces fueron demasiado lejos y trataron de conquistar a los


que habían residido en estas tierras mucho antes de que los recién llegados hubieran
desembarcado desde tierras lejanas.

El patrón nunca cambiaba. Batalla y conquista. Triunfo o rendición. La paz, una


fantasía ilusoria soñada por un loco.

-"Sabíamos estaba llegando."- Dijo Ven, caminando a su lado. -"Maldita sea si no


me gustan estos colonos. Todo coraje y agallas. Pero la gente del lugar puede tener
una o dos palabras que decir. Especialmente el jefe Illini21. Él es un buen hombre, un
hombre moderado, pero no se esconderá en una esquina sin luchar."

Justice suspiró.

-"No estás equivocado. Me gustaría que fuera diferente."

33
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Luego se volvió a enfrentar la improbable visión de un Príncipe de Atlántida con


un sombrero de piel de mapache.

-"¿Coraje y Escamas?" 22

Ven resopló.

-"Agallas, no escamas. Trata de mantenerte al día."-

Le gustaba encajar con la población local.; ahora se estaba haciendo pasar por un
cazador de pieles. Justice sonrió, recordando la decepción de Ven porque nadie en
Roma llevaba togas en estos días.

-"Coraje y agallas: otras palabras para el valor. Muchos de estos hombres serían
buenos guerreros, si decidieran oponerse a los Shifters y vampiros."

-"Coraje o no, una pistola y una barriga llena de judías no les ayudarán en una
pelea con ese nido de vampiros."- Respondió Justice. -"Y no, aún así no voy a usar un
sombrero hecho de un animal muerto, así que no vuelvas a preguntar."

-"Está bien, continua adelante con tu aburrida existencia trágica. Pareces más un
nativo que un cazador francés, de todos modos."

Era cierto. La trenza de pelo largo hasta la cintura le catalogaba como un nativo o
peor aún, (en algunas mentes intolerantes) como un mestizo. Esto le había sido
señalado amablemente por las reacciones de muchos de los moradores más...
aromáticos de los pocos pueblos donde se habían molestado en detenerse durante
esta misión.

Uno o dos de los más atrevidos habían aventurado un comentario en ese


sentido. Entonces habían visto la empuñadura (muy gastada) de la espada envainada
en diagonal a través de su espalda. O tal vez habían visto simplemente la promesa de
una muerte no-lamentada en sus ojos. De cualquier manera, ninguno de ellos había
osado hacer un segundo comentario.

Justice entendió la hipocresía inherente a ello, nombrando a otro depredador.


Pero, de nuevo, la autoconciencia era simplemente una clase más inteligente de
libertad. Si la libertad podía ser reclamada por alguien prometido (en espada, sudor, y
alma) al Dios del mar.

-"Imagina la reacción de Poseidón si los Atlantes firmaran una Declaración de la


Independencia."- Dijo secamente.

La boca de Ven se abrió, luego echó hacia atrás la cabeza y soltó una carcajada
tan fuerte y larga que hizo inquietar a los caballos.

34
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"¿Por qué caballos, otra vez, cuando viajamos con mucho menos esfuerzo
siendo niebla?"

Justice caminó deliberadamente unos cuantos pasos más allá.

-"Por no hablar con mucho menos hedor."

-"Los vampiros no esperan demasiada resistencia de un grupo de cazadores de


pieles."- Dijo Ven. -"Sería muy diferente si un grupo de supernaturales se materializase
en medio de ellos."

-"Por lo menos tendríamos el factor sorpresa."- Dijo Justice, otra vez.

Sabía que iba a perder el argumento. Otra Vez.

-"Oh, van a estar sorprendidos. Cualquiera se sorprendería descubriendo que un


chico guapo como tú realmente sabe cómo usar la espada."

Sentencia entregada, Ven caminó, sin dejar de reír, de nuevo hacia la fogata para
unirse a los otros. Justice no pudo evitar la sonrisa retorciéndose las comisuras de sus
labios. Ven era todo lo que un hermano mayor debería ser.

Demasiado malo que todos estarían pudriéndose en el menor de los nueve


infiernos antes de que nadie se enterase de que era en realidad hermano de Justice.

Su sonrisa murió antes de haber tenido la oportunidad de formarse. Igual que


cualquier esperanza que podría haber albergado de que alguna vez tendría una familia.

Cena capturada, cocinada y comida en su mayoría, a excepción de Bastien y su


sexta o séptima ración, Justice se instaló junto al fuego a la espera de la completa
oscuridad. Sin saber a dónde los vampiros anidaban, el mejor recurso era esperar a
que se levantaran y fueran a la caza de sangre. La pequeña ciudad, que había servido
como su zona de alimentación vampírica durante demasiado tiempo, estaba cerca.

La manada de sangre de estos vampiros era bastante extraña como para llamar
la atención de la Atlántida, incluso más que el tipo habitual. A diferencia de la mayoría
de los grupos de vampiros que permanecían siendo pequeños debido a la falta de
inclinación natural de los chupasangres para formar cualquier tipo de lealtad o
inclinarse ante cualquier autoridad, este nido se rumoreaba que era enorme. Tal vez
cientos de vampiros, todos en un solo lugar.

Las historias sostenían que el líder vampiro tenía un arma especial. Una joya que
podría destruir a su propia especie y funcionaba como un elemento disuasorio ante
cualquiera de ellos lo suficientemente audaz para querer dejarlo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Las historias y chismes tenían una tendencia a extenderse como un reguero de


pólvora a cabo aquí en la frontera, pero Conlan había querido investigar esto. Así que,
aquí estaban, acampando como verdaderos pioneros.

O al menos Ven quiso ser así, espuelas, agallas, y todo. Justice sacudió la cabeza,
sonriendo, y miró a su alrededor en el pequeño y discreto campamento. Lo habían
configurado como camuflaje. Lo suficientemente cerca para oír la señal preestablecida
de la campana de la iglesia; lo suficientemente lejos para parecer inofensivos ante
cualquier centinela vampiro.

Así que ahora esperaban. Parecía como si la mayoría de la vida de un guerrero


estuviera esperando, más de lo que Justice nunca hubiera creído. Por eso había
empezado la talla en primer lugar. Una manera de enfocar la mente antes del sonido
de armas entrechocando y la furia de la batalla.

Dio la vuelta al bloque de madera una y otra vez entre sus manos,
preguntándose qué forma descubriría en su grano liso. El pequeño carro, la gorda
manzana redonda, y el caballo que ya había terminado yacían en un cuadrado de seda
de la Atlántida en la parte superior de su manta de montar plegada.

Bastien se agachó junto a él, con un plato de carne asada y los siempre presentes
frijoles en su gigantesca zarpa, y movió la cabeza hacia el bloque de madera, plantando
una mueca exagerada en su rostro.

-"¿Qué tal una linda mujer rellenita?"

Justice se rió y negó con la cabeza. Ninguno de los colonos que tendían a correr
al ver a Bastien creería su afición por bromear con sus compañeros guerreros. La mera
visión de los casi dos metros de altura del guerrero era a menudo suficiente para
detener cualquier problema antes de que comenzara.

Al menos ningún problema humano. Se necesitaba algo más que la visión de


unos guerreros Atlantes para hacer a cualquiera de la gente Shifter nativa alzar
siquiera una ceja. ¿Y los vampiros? Ya estaban muertos, y probablemente pensaban
que no tenían mucho que perder. Ven arrojó otra rama en el fuego.

-"¿Estás diciendo que la única manera de que Justice pueda conseguir una mujer
es si él esculpe la suya propia?"- le gritó.

Justice no les hizo caso, dejando que el flujo y reflujo de su charla animada
resbalara sobre él mientras trataba de ver el interior de la madera. Trató de sentir y
escuchar lo que ésta le estaba diciendo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Él no estaba tallando una mujer. Era algo mucho más básico. Sencillo. Algo que
se sentía como en casa y resonaba como las frías profundidades del mar. Un recuerdo
de pertenencia, cautivo en la mente de un guerrero obligado por el deber de patrullar
esta polvorienta, aridez rocosa.

Cerró los ojos y trazó el contorno del trozo de madera con los dedos. De repente,
lo supo, como siempre lo sabía.

-Un pez. Era un pez.

Casi podía sentir sus orejas enrojecer.

-¡Por las pelotas de Poseidón!

Se burlarían de él hasta la muerte por ésto.

-¡Malditos Dioses! Un pez, de todas las cosas ordinarias.

Pero era lo que era; había aprendido hace mucho tiempo a no intentar forzar
una talla en una forma diferente a la que se mostraba ante él por la propia madera.

Este pez era diferente, en cualquier caso. Uno que viajaba por la profunda
inmensidad de la fosa donde la Atlántida yacía escondida y esperando. Esperando
estos largos milenios por un día que podría no llegar nunca.

Se centraría en el pez, sin embargo. No en la política. No ahora. Este pez jamás


había visto siquiera el más elemental atisbo de mar filtrado de luz solar. Bancos de
estos peces nadaban cerca de la cúpula, y a los niños les encantaba verlos
remolineando a la vista. Cuando las luces de las Siete Islas los tocaban, brillaban con un
rico verde translúcido. Esmeraldas impregnadas de luz de la luna.

Como convocado sus pensamientos, un rostro apareció en su mente. Una mujer.


Riendo, pero llevando un peso de tristeza en sus ojos. Sus ojos color esmeralda.

Bastien dio un codazo en su hombro, sacudiéndole de la visión. Justice no sabía si


sentir alivió o arrepentimiento. Centrado en ninguno de ellos.

-"Soñando con esa mujer de madera, ¿amigo mío?"

-"No es una mujer. Sólo es un pez."

Desconcentrado por sus carcajadas, inclinó la cabeza hacia la madera. Podía


verlo ahora. Ver las elegantes curvas y ángulos de su cara. No. No de su cara. El pez.
Sólo un pez.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Y todavía… Y todavía, de alguna manera mucho más. De alguna manera, algo...


alguien... quien brillaba como esmeraldas en la esquina de su mente.

Lo había terminado en los próximos días y luego quizás se lo regaló a uno de los
niños nativos. No tenía sentido que lo conservara. No había razón para llevárselo de
vuelta a Atlántida.

Después de todo, fantasías de esmeraldas a un lado, era simplemente un pez.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Seis

El Vacío, en la actualidad

Un sonido ralló a través de la oscuridad para sus oídos cada vez mas
desacostumbrados a escuchar. Un bramido lejano, una cercanía de suspiros
tambaleantes. Algo grande agitándose en la oscuridad.

El Vacío. Justice conocía el significado que esas palabras sostenían, significado


que no podía descifrar. Él era Justice de... de la Atlántida. Pero esa Atlántida podría
estar agazapada astutamente bajo la niebla dentro de su mente.

Los Geas estaban rotos... él los había roto. Siglos de estar limitado por una
maldición de no revelar nunca las circunstancias de su nacimiento, a menos que
inmediatamente matara a cualquiera que le hubiera escuchado decirlo.

Maldecido una eternidad para ser separado de sus dos hermanastros. Se había
roto esa maldición en esos momentos finales cuando... cuando…

Pero la memoria se perdió en las historias sombrías del dolor. La cordura había
saludado su último adiós hace mucho tiempo. Ahora el deber y la venganza atraían a
su conciencia, llamando a lo que quedaba de Si Mismo. Nombres aislados que llevaron
el peso y resonaron con emoción devastada, ambos ligeros…

Ven. Conlan. Erin. Riley.

Y oscuridad... Anubisa.

Justice se estremeció, girando hacia atrás en la negrura del limbo. La angustia


luchó contra la rabia en los confines oscuros de su mente. Anubisa. Mejor no pensar en
ella.

Los sonidos de nuevo. Algo grande gimiendo húmedamente en la oscuridad,


como si se sacudiera cada vez más cerca.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Pero el rostro. La luz. De Ella. El nombre. Él luchó por ello; gritando


silenciosamente en el interminable vacío de la noche. Fallando, siempre fallando en
lograrlo. Su nombre.

De Ella.

La bestia... ¿bestia? ¿Monstruo? El mal sin nombre que se le acercaba gruñó


sacando fuera una serie de gruñidos, haciéndose más fuerte en su ímpetu. Enfoque.
Un nombre, no de ella. La sabiduría antigua transmitida. Arquelaus. Una voz en su
cabeza.

-Utiliza todos tus sentidos. Nunca confíes solo en tu mente. Subestimar el


potencial de tu enemigo para crear ilusión significa la muerte. Concéntrate, o muere.

Muerte. ¿Era su momento? ¿Podría incluso lamentar la muerte de su vida?


Pensamientos filosóficos inadecuados para la oscuridad eterna del vacío, tal vez. ¿Por
qué no permitir a la muerte aproximarse y conquistarla?

-Terminar con el dolor incesante.

Una flecha de luz dorada disparó a través de la oscuridad, dejándole ciego. Luz
después de eones de oscuridad, quemando a través de sus retinas y apuñalando en su
cerebro, atrapándolo en toda su gloria. Negándose a dejarle retroceder.

La luz en torno a una cara. Su rostro, rodeado de una corona de fuego de pelo
rojo. Los ojos verdes encendidos de una inteligencia feroz, pero con la sombra de del
dolor recordado.

Ella era un enigma. Ella era la esperanza personificada. Ella era suya.

Justice lo sabía, y fue transformado. Rugió un desafío a la monstruosa criatura


que se acercaba a él, incluso cuando la luz dorada quemó a través suyo de nuevo y
estuvo a punto de doblarse con su calor y sus llamas.

Ella era suya. Y su nombre era Keely.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Siete

Departamento de Arqueología

Universidad del Estado de Ohio, Columbus, Ohio

Keely se cruzó de brazos, dándose cuenta de que aquellos dos hombres dentro
de su estrecha oficina podían leer su lenguaje corporal como una bandera roja de
advertencia, pero no importándole una maldita mierda.

-"No me importa cómo de prestigioso sea, o que sea un honor, o lo que sea que
el gobierno esté pidiendo. Necesito vacaciones."

El hombre de aspecto poderoso del traje negro abrió la boca para hablar, pero
ella levantó una mano para detenerle.

-"Mire, Señor Liam..."

-"Sólo Liam."- Dijo, con un rastro de impaciencia en su voz.

Estudió sus pómulos cincelados y las olas de pelo negro de seda que eran sólo
una sombra demasiado larga como para que él fuera un lacayo del gobierno de edición
estándar. La anchura de sus hombros y de su pecho, combinado con su altura
imponente, no se sumaban a ser 'jinete de oficina'23, tampoco. No con ese tipo de
músculo. Pero ¿desde cuándo los funcionarios empiezan a parecer como antiguos
guerreros?

-¿Antiguos guerreros? ¿De dónde vino volando ese pensamiento?

Keely parpadeó, y de repente lo supo. La talla apoyada en su pecho parecía casi


quemar su piel. Este Liam se parecía a él. Igual que su guerrero. El que había tallado su
pez. Algo sobre el ángulo de los pómulos, o el mandato arrogante sellado en los planos
y ángulos de su rostro. Podrían haber sido hermanos... no, primos, tal vez. Por otra
parte, el desfase horario podría estar haciendo guacamole con sus ondas cerebrales.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Casi como si pudiera ver a través de su cráneo a sus pensamientos, los ojos azul
medianoche de Liam se estrecharon y, por medio segundo o así, pareció brillar la plata
en ellos.

Correcto. El increíble truco del cambio de color de ojos. Joder. No estaba


simplemente cansada; estaba en un nivel completamente nuevo más allá del
cansancio. 'Zombificada', tal vez. De repente sintió necesidad de protección y echó un
vistazo a sus guantes desechados, que reposaban en su escritorio. Pero allí no los
necesitaba; todo había sido despejado. Ella estaba a salvo en su oficina.

-"Está bien, Liam. Esta es la cuestión."

Ella se encogió de hombros y giró su cuello para tratar de aliviar la tensión que se
había anudado elevándose hasta llegar a parecer jorobada.

-"Me pasé dieciocho meses de los últimos dos años trabajando el Lupercale, en
períodos de tres meses. Dieciocho meses, tres derrumbes, un asalto, y dos viajes a la
sala de emergencias."- Sacudió la cabeza. -"Uno pensaría que mi italiano habría
mejorado más, por todo ello."

George Grenning habló desde donde se encorvaba, en una silla junto a la puerta,
aparentemente tratando de encajar su desgarbada figura en el menor espacio posible.
Había trabajado con él durante cinco años. George era un reconocido investigador,
frecuente editor y aspirante a Indiana Jones24. A pesar de que era el jefe de su
departamento, por lo tanto su jefe, y tenía quince años mas de edad y experiencia
sobre ella, él todavía no tenía ninguna confianza en sí mismo.

-"La Lupercale. La cueva real donde una loba amamantó a Rómulo y Remo, los
gemelos fundadores de Roma. Daría mi brazo izquierdo por haber sido invitado en esa
excavación."

Los ojos de Keely se estrecharon, pero el rostro de George, abierto y afable,


mostraba sólo un toque de admiración, no de envidia. La arqueología era un mundo
pequeño, y en ocasiones la política académica propia se prestaba más a puñaladas por
la espalda de celos profesionales que a cualquier verdadera camaradería, como ella
había aprendido, dolorosamente, a través de sus propias experiencias. A pesar de que
él la superaba en rango en la oficina y en el campo, con su especial talento...
significaba que ella estaba muy solicitada.

Muy solicitada, a pesar del hecho de que nadie con quien hubiera trabajado
alguna vez supo que ella era cualquier cosa menos normal. Todos le atribuían 'saltos
increíbles cognitivos' o, con menos generosidad, 'intuición femenina'.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Si les hubiera dicho que los artefactos literalmente hablaban con ella, estaría
coordinando sus futuras excavaciones desde el manicomio.

Liam convirtió el efecto completo de su 'yo estoy al mando' fijando su mirada en


George, que se marchitó aún más.

-"Doctor Grenning, aunque aprecio su curiosidad profesional, tengo muy poco


tiempo. ¿Tal vez nos podría excusar mientras que la Doctora McDermott y yo
discutimos los parámetros de nuestra petición?"

Keely casi se rió ante el absoluto atrevimiento de aquel hombre. Acababa de


despedir a George, echándole de su propia oficina.

-"George se queda."- Dijo rotundamente, levantando su Coca-Cola Light y


tragando un saludable sorbo. Tal vez un poco de cafeína podría ayudar. -"Y tú no eres
el único que tiene muy poco tiempo. He dicho que no, así que ¿quizás deberías
largarte?"

Liam apretó la mandíbula, y la ilusión de agradable persuasión que había usado


como una máscara se desvaneció, dejando la arrogancia y austero mando estampados
en su rostro.

-"Yo estaría más que encantado de aceptar tu negación, excepto que mi Alto
Príncipe me ha encargado esta misión."- dijo apretando los dientes. -"Somos muy
conscientes de tu Regalo, Lady Keely. Sabemos eres una lectora de objetos; y que eres
poseedora de un Regalo que durante mucho tiempo creímos perdido en las aguas del
tiempo. Por esta razón, y debido a tu reputación como brillante arqueóloga de
integridad impecable, es mi honor invitarte a la Atlántida."

La risa de Keely quedó atrapada en su garganta mientras miraba a los ojos, que
ahora ardieron con plata líquida pura, distrayéndola.

-"¿Cómo haces eso con los ojos? Y, ¿en serio? ¿La Atlántida? ¿El continente
perdido? Tu..."

Repentinamente, el comienzo de su declaración quedó registrado en su mente, y


lanzó una alarmada mirada a George, que estaba mirando con avidez a aquel psicópata
que decía ser de la Atlántida.

-"¿Mi Regalo? No sé lo que estás hablando, y es evidente que eres un chiflado. La


Atlántida, correcto. Claro, déjame que lo escriba a lápiz25."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Fingió escanear su calendario de escritorio, pero la frase 'lectora de objetos' giró


en su mente, arañando algo enterrado profundamente. Haciendo caso omiso de eso,
le sonrió dulce y completamente hipócrita a Liam.

-"Puedo encajar la Atlántida dentro de dos semanas a partir de ahora, justo


después de excavar en Oz."

Liam nunca rompió su sonrisa.

-"No conozco a ese Oz, pero tus prioridades acaban de cambiar."

-"Mira, voy a llamar a la seguridad del campus."- Comenzó ella.

Poniéndose de pie, exploró su escritorio para buscar cualquier cosa que pudiera
usar como arma si él se pusiera violento. El busto de mármol de Filipo de Macedonia
26
tenía posibilidades, pero estaba demasiado lejos.

-"Por supuesto que debes llamar a quien quieras."- Dijo Liam.

Pero, en un movimiento demasiado rápido para que ella lo viera en realidad, se


inclinó sobre su escritorio, le puso algo en la mano, y luego cruzó sus dedos alrededor
de ello. Al instante, la enorme edad de la piedra lisa en su mano se registró en cada
una de las terminaciones nerviosas de Keely.

-"¡No! No, mis guantes... tu no lo entiendes..."

Entonces la historia la envolvió. Siglos de presencia la hicieron girar en la


vorágine, y su cuerpo se arqueó en un doloroso espasmo cuando ella cayó sobre su
escritorio, gritando. Su última visión fue el leve matiz de remordimiento sombreando
el rostro de Liam.

Desprevenida... total y absolutamente desprevenida... ella se hundió.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Te necesito, mi amor."

Las palabras salieron de los labios de Keely pero la voz no era la suya. Ella miró el
vestido de seda azul que llevaba sobre un voluptuoso cuerpo y se dio cuenta de que el
cuerpo no era el suyo, tampoco. Como sucedía a menudo, ella estaba atrapada en la
visión... un participante activo en la vida de alguien que había tenido emociones
vívidas relacionadas con el objeto que sostenía.

-El objeto. Liam.

Los recuerdos de su oficina vacilaron en la parte posterior de su mente (y la de


ella), brumosos detrás de la cortina de la visión. Bajó la mirada hacia el objeto, para ver
que sostenía un enorme zafiro que brillaba como si pequeños universos despertaran a
la vida en su interior.

La visión de sus manos (las suyas/las de ella) atrajo su mirada desde la joya.
Anillos adornaban cada dedo y pulseras de plata repicaban como campanas en sus
muñecas mientras movía sus delgadas manos. Pálidas manos blancas que no estaban
curtidas o con cicatrices con los restos de innumerables rasguños de innumerables
excavaciones.

-Manos que, definitivamente, no eran las suyas.

Keely miró alrededor de la habitación iluminada por el sol, maravillándose de la


rareza exótica de la misma. Las columnas de mármol en las esquinas estaban
decoradas con incrustaciones de piedras preciosas y un metal como de cobre brillante.
Una cama lo suficientemente grande como para caber diez personas adornaba el
centro de la habitación, adornada con colgaduras de seda pura en blanco, azul y
cristalino verde. La habitación estaba abierta a un balcón que daba a una ciudad con
torres de cristal, mármol y capiteles.

Entonces, más allá, una... cúpula. Ella (ambas) conocía la cúpula. Eso protegía las
Siete Islas de las profundidades del océano. Las Siete Islas. La Atlántida.

Dejó caer la gema de sus dedos repentinamente sin fuerza, y un susurro de aire
frío cortó a través de la sala para materializarse ante ella como un hombre. Alto y
escandalosamente guapo, se estremeció ante su belleza masculina, con un escalofrío
de deseo oscuro a través de ella. Atrapó el zafiro antes de que tocara el suelo de
mosaicos, luego se lo ofreció a ella. Captó la luz e irradió reflejos brillantes de luz
desde su corazón.

-"Es inusual que seas tan torpe, mi amara27. Sobre todo en un día tan
importante. Hoy coronamos a nuestro nuevo Rey."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Como si sus palabras abrieran la puerta a sus otros sentidos, se dio cuenta de los
sonidos distantes de muchas, muchas personas gritando y llamándose en voz alta. No
con ira, sino con un tono de celebración. El olor a carne asada flotaba en el ambiente,
por lo que inesperadamente su estómago retumbó un poco.

El hombre sonrió, sus ojos iluminándose con un humor endiablado.

-"Tenemos que hacer algo sobre tu hambre, amor, aunque sea otra hambre la
que yo esperaba satisfacer antes de debamos irnos."

Keely sintió sus mejillas calentarse, pero le sonrió, una persona dentro del
cuerpo de otra persona.

-"No hay tiempo. Tú coronas al nuevo Rey, mi amor. Como Sumo Sacerdote de
Poseidón, es tu deber y tu honor."

Se inclinó para presionar un beso en sus labios, y ella se quedó sin aliento en el
calor de fusión que se arremolinaba a través de su cuerpo.

-"Es mi alegría. Como será tu alegría, lo sé, al regalar este pequeño complemento
de la Estrella de Artemisa a su Reina. A pesar de que se dice que la propia Estrella
sanará la mente fracturada de un guerrero, esto tiene el poder para consolar a un
corazón herido."

-"Pero ¿porqué algo que sanará el corazón herido de un reino debe permanecer
enterrado bajo el mar?"

Sus cejas se unieron mientras su expresión se volvió sombría.

-"Ni siquiera Poseidón aventurará una opinión sobre eso. Las Siete Gemas del
Tridente fueron dispersadas a cada rincón de la Tierra antes del Cataclismo. Hasta que
sean devueltas a su entorno legítimo, la Atlántida no puede elevarse. La magia se
volverá contra sí misma y la cúpula será destruida."

Keely se quedó sin aliento, las palabras de aquel hombre/su marido


tamborileando una grave amenaza a través de la habitación. Por un instante, Keely
estuvo segura de que sus palabras contenían una gran importancia para su propio
tiempo, pero la conciencia se desvaneció cuando la mente de su anfitriona luchó por el
control de su propia conciencia y la propia mente científica de Keely se animó ante la
idea de aquellas piedras preciosas con poderes.

Él la agarró por los hombros ligeramente.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Nunca debes hablar de esto, porque nadie más que el Rey y yo, y ahora tú,
conoce la verdad del Tridente. Si fuese ampliamente conocido, nuestro pueblo
perdería toda esperanza."

Instantáneamente pensó en una docena de preguntas, y ¿cuando mejor para


preguntarlas? Buscando en la mente de su anfitriona el conocimiento que ella sabía
que estaba allí, formó el nombre en sus labios. Su nombre.

-"Nereus."

Como si el nombre contuviera poder, la conciencia de su cuerpo anfitrión tomó


el mando del discurso de Keely.

-"Nereus, mi amor, mi vida. Les deseo a todos ellos toda la felicidad que nosotros
hemos disfrutado."

Cuando el hombre la tomó en sus brazos, sus ojos negros comenzaron a brillar
con una llama azul-verdosa en los centros exactos de sus pupilas.

-"Como lo hago yo, Zelia, esposa mía. Como lo hago yo."

Keely levantó la cara para recibir su beso, y cuando cerró los ojos, el mundo se
arremolinó hasta negro.

-"¡Doctora McDermott! ¡Keely!"

Alguien le gritaba, el sonido amortiguado por las olas oceánicas ondeando en la


superficie de la cúpula. La cúpula... de la Atlántida.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Keely abrió los ojos para ver el rostro de Liam enmarcado por las placas de techo
en mal estado en su oficina. Impactada ante el pleno conocimiento de dónde... y
quien... había sido, miró fijamente los ojos oscuros del hombre que la había hecho
pasar a través por eso.

-"Te ves como él."

Los brazos de Liam se apretaron alrededor de ella, y se dio cuenta de que la


sostenía en el aire, acunándola como un niño. Su cara ardió de vergüenza.

-"Ponme abajo, Atlante. Ahora."

Con evidente reticencia, la bajó hasta que sus pies tocaron el suelo.

-"¿Estás bien?"

-"Como si te importara, cabrón. ¿Tienes alguna idea...?"

Ella cortó en mitad de una frase, un horrible pensamiento cruzó su mente.


George. Si había visto... todos sus años de esconderse cuidadosamente... Keely
escaneó frenéticamente la habitación y estuvo enormemente aliviada de ver que
George se había ido. A menos que él hubiera ido a buscar a la gente del manicomio.
Eso sería malo. Ella volvió su furia al hombre que se lo merecía.

-"¿Tienes alguna idea de lo que me hace tocar objetos antiguos sin preparación?"

Tomó respiraciones lentas y profundas para tratar de evitar la reacción, pero la


estaba pegando fuerte. Todo su cuerpo se sacudió con tanta fuerza que apenas podía
estar de pie, pero cuando Liam se acercó a sostenerla, ella se apartó de él.

-"Toma tu maldito zafiro, también."

Ella se lo tiró y él lo atrapó con la misma velocidad sobrenatural y reflejos que el


hombre de su visión había demostrado.

-"Nereus. Te ves como él."- Repitió con amargura. -"Lástima que no seas un
caballero como él."

El Atlante se echó hacia atrás como si lo hubiera golpeado, luego se inclinó hacia
ella.

-"¿Dijiste Nereus? ¿Realmente viste a Nereus? Había rumores, pero... ese


recuerdo podría haber sido incrustado en la piedra hace más de ocho mil años."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Se estremeció y trató de llegar a la silla, pero él la cogió y la levantó suavemente


en el viejo sofá maltratado de su oficina. Antes de que pudiera protestar, él estaba
quitándose la chaqueta y se la puso sobre los temblorosos hombros.

-"¿Qué puedo hacer, mi señora?"- Le preguntó, agachándose ante ella. -"¿Qué te


ayuda en esta situación? Puedes estar segura de que tienes mis mayores disculpas,
pero deberás esperar hasta que hayamos asegurado tu bienestar."

Ella parpadeó, desconcertada por su repentina preocupación.

-"Yo no... Bueno, té. En realidad, un poco de té caliente con mucha azúcar
ayudaría. George puede... "- Ella miró a su alrededor, recordando que George se había
ido. -"¿A dónde se fue?"

La boca de Liam se aplastó en una línea sombría.

-"Corrió como un conejo asustado cuando te derrumbaste. Supuse que quería ir


en busca de una figura de autoridad o de asistencia médica. Me vi obligado a impedir
eso."

Ella estaba instantáneamente alerta.

-"¿Que le has hecho?"

-"No le hice ningún daño permanente, mi señora. Él simplemente está


descansando, y sus recuerdos se alteraron un poco. Es un pequeño talento que
poseo."

Hizo un gesto con una mano, y ella giró la cabeza para ver a George acostado en
el suelo detrás de su escritorio, desmayado, frío, su piel con un alarmante parecido al
blanco nuclear de su camisa.

-"¿Estás seguro de que está bien? Tenemos que llamar..."

-"Te lo juro por mi vida y por mi honor, pediremos ayuda para él en pocos
minutos."

Ella se calmó, ya que él era claramente capaz de detenerla de ir en busca de


ayuda y la tez de George parecía estar recuperando el color rosado. Un par de minutos
más tarde, después de que el temblor se calmó lo suficiente para estar segura de que
estaba pensando coherentemente, fue tras los hechos.

-"Escogiste una manera interesante para tratar de convencerme para


acompañarte."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Levantó la cabeza en un gesto arrogante que hizo sospechar que realmente tenía
un Alto Sacerdote en su línea de sangre.

-"Has sido elegida como uno de los cinco científicos humanos a quienes se les
permitirá entrar dentro de la Atlántida, mientras nos preparamos para hacer el
anuncio de nuestra existencia ante el mundo. ¿Realmente necesitas persuasión,
Doctora McDermott?"

Ella le miró fijamente durante un largo momento, sabiendo que no había manera
de que pudiera lograr derribarle.

La Atlántida. ¿Qué arqueólogo no abandonaría todo para estar entre los


primeros en explorar sus maravillas? Daría todo lo que tenía por esa oportunidad,
como siempre había hecho. Sacrificando amistades y relaciones por la emoción de la
búsqueda. La emoción del descubrimiento. Si hizo eso, tal vez arriesgando su trabajo
habiendo ignorado a su jefe, por el Lupercale, ¿qué no iba a hacer por la Atlántida?

No había duda de que existía. No después de esa visión. O por lo menos había
existido, hace miles de años. Las visiones de Keely nunca se habían equivocado, nunca.

Aún así, creer que eso estaba allí para ser encontrado hoy, significaba un salto en
ambos: la fe y la lógica. La primera no tenía la fuerza de la segunda; esta última le dijo
que se quedara y que acompañase a Liam hasta la puerta.

Pero... la Atlántida. La simple idea de eso causó que desapareciera su


agotamiento inducido por jet-lag. Incluso la posibilidad de que fuera algo más que el
sueño febril de la fantasía de cada arqueólogo, historiador y erudito en el mundo…
merecía la pena perseguirlo. Sabía que había tomado su decisión en el momento que
había visto esas torres de cristal. Aún así, renunció a ceder tan fácilmente, sobre todo
después de que él había sacudido sus sentidos con ese truco con el zafiro.

-"Te daré mi decisión en cuarenta y ocho horas."- Dijo con firmeza.

Un destello de diversión iluminó sus ojos oscuros.

-"Desafortunadamente, necesito tu decisión en los próximos cuarenta y ocho


segundos o voy a tener que borrarte la memoria sobre este encuentro y pasar al
siguiente arqueólogo en mi lista. Un hombre con el nombre de Lloyd, creo. Él no tiene
tu Regalo, pero..."- Dejó colgando la amenaza, silenciosa, en el aire.

La indignación inundó a Keely, quemando los últimos restos del choque residual.
El doctor Lloyd siempre fue uno de los primeros en hacer comentarios
condescendientes sobre su 'intuición femenina'.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Generalmente desde la primera fila de la audiencia cada vez que ella se


presentaba una ponencia en una reunión de la sociedad. Por lo general, mientras
miraba a sus pechos. De ninguna manera iba a dejarle poner sus asquerosas manos en
una sola mota de polvo Atlante. Se puso las manos en las caderas y miró a Liam.

-"¿Lloyd? ¡No podría excavar su salida de una bolsa de papel! Sus teorías
sobre..."

Su voz se apagó cuando sus labios se torcieron en una sonrisa que no pudo
reprimir por completo. Había estado jugando ella todo el tiempo.

-"Correcto. Divertido. No es muy de alto sacerdote, pero es eficaz. Muy bien,


señor Liam. Soy toda tuya. Sólo tengo que recoger mis cosas y manejar algunas cosas
personales."

Él negó con la cabeza.

-"En cuanto a tus asuntos personales, me darás una lista, y cualquier tarea que
necesites llevarse a cabo será manejada por uno de nuestros guardianes. Todo el
equipo que necesitas ya está preparado, y… ¿estoy asumiendo que esta bolsa en el
suelo contiene tus propias herramientas?"

-"¿Cómo hiciste...?"

Se agachó y levantó la pesada bolsa como si no pesara nada. Probablemente con


músculos como esos, no le pesaba.

-"Tu asistente graduada fue muy servicial."- Dijo.

Keely le fulminó con la mirada.

-"Apuesto a que ella lo fue, una vez que consiguió una alabanza tuya."

Una sonrisa maliciosa cruzó por su rostro, y su semejanza con el Sumo Sacerdote
de su visión se hizo aún más fuerte.

-"Creo que el término que usó era 'Hottie total'.28 ¿Tal vez podrías explicarme
eso durante nuestro viaje?"

-"Descúbrelo tú mismo."- Murmuró ella, agarrando sus guantes y tirando de


ellos, después de dar un último vistazo a su oficina. -"Estoy de vacaciones, de todos
modos, así que nadie me echará de menos por un tiempo. Condúceme, McHottie."

Él levantó una ceja.

-"¿Perdón?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Sí. Deberías suplicar mi perdón."- Dijo, pero no había mucho picante en eso.

Mientras seguía a Liam por la puerta, Keely se preguntó en qué se había metido
exactamente, pero no pudo reprimir un escalofrío de emoción. La Atlántida. La había
visto por sí misma, y las visiones que tuvo, nunca, ninguna vez habían estado
equivocadas.

La aventura de toda una vida, y era toda suya. Ella casi se rió en voz alta,
imaginando las expresiones en las caras de los incontables loqueros que sus padres la
habían arrastrado a ver.

-Imaginación súper-desarrollada rayana en la psicosis, ¡mi culo!, Doctor Koontz.


Voy a Atlántida.

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Capítulo Ocho

Boston

Alexios contempló a Brennan, quien continuó con su letanía de asesinato en voz


baja y ronca.

-"Mátalos. Matar a todos."

Brennan levantó las manos, apuntando sus mortíferas estrellas ninja hacia un
grupo de seres humanos que se apiñaban, desnudos y temblorosos, en la esquina. El
movimiento quebró a Alexios de su estado de shock y le puso en movimiento, cruzó la
habitación para agarrar los hombros de Brennan, notando con el rabillo del ojo que
Christophe estaba cambiando de posición para proteger a los seres humanos.

-Proteger a los humanos. De Brennan.

Eso alucinó su maldita mente.

-"¡Brennan! ¡Detente ahora!"- gritó Alexios, sacudiendo los hombros del


guerrero.

El color verde pálido de los ojos de Brennan se había desvanecido en el fuego


plateado, y no hubo ninguna señal de reconocimiento en su rostro cuando miró hacia
Alexios.

Por un momento, incluso mientras su mente retrocedió ante la idea, Alexios


pensó que tendría que luchar contra el hombre que le había salvado la vida en
innumerables ocasiones. Los brazos de Brennan se tensaron bajo las manos de Alexios
mientras se esforzaba por escapar, pero entonces los ojos del enfurecido guerrero
lentamente remitieron de nuevo a verdes cuando un sentido gradual de la conciencia
regresó a sus rasgos.

-"¿Alexios? ¿Qué...?"- la voz de Brennan se fue apagando cuando la conciencia


nadó desde las profundidades secretas detrás de sus ojos. -"¿El líder? ¿Dónde está?
¿Escapó?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Alexios soltó a su amigo y dio un paso atrás, aún desconfiando, con las manos
cayendo a las empuñaduras de sus dagas.

-"No exactamente."

Christophe se dirigió a ellos, con la espada desenvainada y mantenida en alerta,


una mueca en su cara.

-"Sí, le hiciste polvo. Que normalmente sería bueno, pero necesitábamos a éste
para decirnos lo que sabía sobre Justice. ¿En qué estabas pensando?"

Uno de los seres humanos se levantó tambaleándose y tomó una respiración


profunda, tratando de recuperar cierta apariencia de control. Estaba construido como
un manatí, y Alexios se preguntó al azar por qué eran siempre los humanos horribles
los que iban a fiestas de culto al desnudo. Los humanos bellos, sin duda, tenían cosas
bastante mejores que hacer Maldita sea su vergüenza, considerando cómo había
reventado muchas de estas reuniones durante los últimos cuatro meses.

El 'manatí' dibujó una capa de pomposidad en torno a sí mismo como un manto


y dramáticamente se aclaró la garganta. Probablemente sería algún magnate de la
industria cuando tenía la ropa puesta. Si tan sólo su junta directiva pudiera verlo
ahora.

-"Mirad, vosotros tres. No sé lo que pensáis que estáis haciendo, pero esto era
una fiesta privada, y yo voy a llamar..."

-"Oh, cállate, 'Tiny Dick'29."- espetó Christophe. -"Sólo un consejo, quizás sería
mejor mantener tus pantalones, en el futuro."

Casi negligentemente, agitó una mano en el aire en la dirección del hombre,


cuyos ojos se desorbitaron antes de que sus párpados se cerraran y en silencio se
deslizara hasta el suelo, inconsciente. Alexios lanzó una mirada a Christophe y se
sorprendió al ver que los ojos del guerrero brillaban con un verde oscuro feroz por la
fuerza del poder que canalizaba.

-"Infiernos, ya que estamos en ello…"- murmuró Christophe -"¿por qué no


hacerse cargo de todos estos?"

Él respiró hondo y levantó las manos en el aire, luego susurró un antiguo


encantamiento y abrió los brazos en un gesto amplio que abarcaba la habitación.
Como una ola agitada contra la orilla, todos los seres humanos en la habitación
cayeron al suelo en una línea elegante, un balanceo de carne desnuda.

Alexios entrecerró los ojos.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Están inconscientes, ¿no? No acabas de matar a una sala llena de seres


humanos, ¿verdad?"

Christophe se echó a reír.

-"Hey, no es una mala idea. ¿Qué son, treinta idiotas menos que tendremos
proteger de sí mismos?"

Alexios casi gruñó.

-"Loco, si..."

-"Relájate. Sólo les puse a dormir un rato. Pero todos se despertaran con una
resaca miserable. Era lo menos que podía hacer."

Brennan se metió las estrellas ninja en algunos bolsillos ocultos en su chaqueta y


se quedó mirando las heridas sangrantes en sus manos.

-"¿Que pasó aquí? ¿Por qué estoy sangrando? ¿Yo verdaderamente degollé al
único vampiro que podría habernos ayudado a encontrar a Justice?"

Alexios dejó escapar un profundo suspiro.

-"Sí. Lo hiciste. Tenías algún tipo de crisis y fuiste como loco contra nosotros,
diciendo que los humanos deben morir. Y si no me equivoco, eso era una ración
gigante de emoción que aplastándote abajo."

Brennan levantó una ceja, pero no hubo ninguna otra evidencia de la más
mínima sorpresa estropeando la serena calma que había regresado a blanquear su
expresión.

-"Imposible. No he experimentado ninguna emoción en más de dos mil años."

Una voz femenina tambaleante pero decidida los interrumpió, viniendo de la


esquina de la habitación.

-"Bueno, eso fue una buena imitación de ello, entonces."

Como uno, los tres guerreros se giraron para enfrentar la amenaza, señalando
armas apuntadas hacia la figura que se asomó hacia ellos desde detrás de un gran sofá
de cuero rojo. Una hembra humana, envuelta en nada más que una desgarrada tela de
gran longitud, se puso de pie y se quedó mirándolos desafiantemente.

Su pelo oscuro estaba enredado alrededor de sus hombros y lucía un ojo


hinchado y magullado como si hubiera recibido un golpe (duro) en la cara.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

A pesar de su desorden, tenía una belleza irresistible que atrajo a Alexios, le dio
ganas de ayudarla, de alguna manera.

Ella levantó la barbilla y, a su vez, miró a cada uno de ellos.

-"A menos que esté escuchando cosas, o que esté loca, sois de la Atlántida, y
odiáis a estos monstruos tanto como yo lo hago. Así que ¿qué tal si hacemos un trato?
Me ayudáis a conseguir la historia de mi vida, y yo os ayudaré a encontrar a vuestro
amigo."

Christophe se rió y bajó la espada.

-"Correcto. Desnuda y maltratada, en esta sala, y ¿esperas que creamos que eres
una especie de periodista? Eres tan enferma y retorcida como el resto de ellos."

-"Eso puede ser."- Dijo Alexios lentamente. -"Pero ¿por qué es que el único
humano todavía consciente?"

Brennan hizo un gruñido extraño y dio un paso adelante, pero Alexios disparó
una mano para agarrar su brazo. Brennan se detuvo en seco, pero nunca dejó de mirar
fijamente a la mujer.

Ella sacudió la cabeza, sus delgados dedos retorciéndose en la tela que sostenía
cerrada sobre sus pechos.

-"No, no lo entiendes. Yo soy..."

-"Está bien."- Dijo Christophe, mirando de reojo. -"¿Te he dicho que me gustan
enfermas y retorcidas? Definitivamente deberíamos conocernos el uno al otro alguna
vez."

Los gruñidos de Brennan se estrangularon hasta convertirse en un rugido en toda


regla, y se separó de la mano restrictiva de Alexios empujando a Christophe en medio
de la habitación.

-"No lo entiendes."- repitió la mujer, sólo con un ligero toque de nervios


roscados a través de la determinación en su voz, mientras su mirada se lanzó de ida y
vuelta entre ellos. -"Escribo para el Boston Herald. Yo sé dónde está tu amigo. Les oí
hablar de él estando en un lugar que llaman el Vacío."

Alexios maldijo.

-"Si Justice está verdaderamente en el Vacío, no podemos esperar encontrarlo. El


camino es..."

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-"A través de la magia."- dijo ella a Alexios, aunque nunca quitó sus ojos de
Brennan, quien se había retirado en una especie de estado de fuga mientras
permanecía de pie, con las manos apretadas en puños, mirándola como si quisiera
devorarla. -"Magia oscura. Conozco gente. Mira, vamos a encontrar mi ropa, y al
menos podemos hablar. Mi nombre es Tiernan Butler, y yo soy..."

De repente se detuvo a media frase, sus ojos se volvieron hacia atrás en su


cabeza y comenzó a derrumbarse en el suelo. O cualquier magia de Christophe la había
golpeado con una reacción retardada, o estaba más lesionada de lo que había dejado
ver, o la conmoción finalmente la había alcanzado.

Antes de que Alexios pudiera moverse Brennan destelló en la sala, una lluvia de
meteoritos en miniatura de un chorro de niebla brillando a través del aire a su paso.
Barrió la mujer en sus brazos y se volvió hacia Alexios y Christophe, mostrando los
dientes. Toda esa rabia y furia desnuda estaba una vez más en su rostro, luchando con
una emoción brillante y mortal, como una espada desenvainada.

Una emoción que Alexios no había visto ninguna vez sobre Brennan. Pero sin
duda había visto esa mirada de alguien más recientemente. Cuando el Príncipe Conlan
miraba a Riley, su futura novia. Posesión.

-"Maldita sea."- Murmuró.

-"Brennan, deja abajo a la bonita humana."- Dijo Christophe, sonriendo como de


alguna broma maravillosa. -"Ella es..."

-"Mía."- Dijo Brennan rotundamente. -"Ella es mía. Acércate a ella y morirás."

Alexios bajó el brazo de la espada y envainó su arma, luego suspiró y levantó la


cabeza para mirar al techo.

-"Genial. Excepcional. Así que ahora que tengo a varios humanos inconscientes y
sangrientos, a Justice posiblemente en el Vacío, y a Brennan perdiendo su diminuta
mente. ¡Bienvenido a mi pesadilla!"

Un viento helado cortó a través de la habitación y se materializó en la forma del


Sumo Sacerdote de Poseidón. Alaric, ataviado todo de negro tan sólo aliviado por la luz
verde plateada brillante del poder brillando intensamente en sus ojos, estudió la
situación en un solo golpe de vista.

-"Estás de suerte, guerrero. Me especializo en las pesadillas."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

En el espacio entre pensamientos, Alaric levantó las manos y le disparó a una


esfera de pulsante energía azul-verdosa directamente a Brennan, que voló por los
aires, sin soltar a la mujer inconsciente, para intentar escapar de ellos. Pero Brennan,
sobre todo bajo la influencia de cualquier magia oscura que había forzado su rabia a la
superficie, no era rival para Alaric. La luz brillante rodeó al guerrero y su cautiva e
inexorablemente los bajó hasta que colgaron, congelados, varios centímetros por
encima del suelo.

Alaric inclinó la cabeza, y Alexios se precipitó hacia adelante para levantar a la


humana de los brazos de Brennan. Tan pronto como él la apartó, el estado congelado
de sus músculos se relajó en flacidez. Él la colocó cuidadosamente en el sofá y tiró de
la tela sobre las curvas redondeadas que habían sido reveladas cuando la movía. Ella
era encantadora, y estaba en problemas.

-¿Por qué los dos siempre van de la mano cuando se trata de mujeres?

-"¿Qué ha pasado aquí?"- exigió Alaric.

Alexios le puso al día.

-"Por tanto, esta tal Tiernan afirma conocer una manera de encontrar a Justice,
pero requiere de la magia negra."- concluyó Alexios. -"¿Qué te parece?"

Alaric cerró los ojos durante varios segundos y luego lentamente negó con la
cabeza.

-"Poseidón no me ofrece ninguna orientación sobre este tema, aunque sí sé que


sólo la magia de muerte abrirá el Vacío. Debemos decidir un curso de acción, pero
Conlan y Venganza no descansarán hasta que hayan rescatado a su hermano..."

-"Todavía no puedo creer que Justice es su hermano."- Dijo Christophe. -"Algún


secreto seriamente increíble que mantuvo durante todos estos años."

-"Es la naturaleza de los Geas que estaba arrojados sobre él."- Dijo Alaric. -"Él fue
condenado a no revelar nunca la verdad a menos que luego matara a todo ser viviente
que lo escuchase de sus labios."

Alexios sacudió su cabeza.

-"Pero él no mató a ninguno de los que lo escucharon durante la batalla final con
Calígula. Nunca pensé en preguntártelo, en todo este tiempo que hemos estado
buscándole. ¿Qué ocurre cuando se rompe un Geas?"

Los ojos de Alaric se oscurecieron, todo el sangrado verde salió de ellos hasta
que fueron nada más que puro negro.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Te mueres, Alexios. Mueres, o te vuelves completamente, irreparablemente


loco."

-"Entonces, ¿qué estamos buscando?"- Preguntó Christophe, fuera todo rastro


de burla y sentido del humor. -"¿Qué vamos a encontrar si alguna vez le localizamos?"

-"Esa es una respuesta que hasta yo tengo miedo de dar."- Respondió Alaric. -"Y
Poseidón no responde a mis preguntas sobre este asunto."

Un silencio frágil llenó la habitación por unos momentos, mientras el tiempo y las
terroríficas respuestas quedaron suspendidos entre ellos. Entonces Alaric sacudió la
cabeza y gesticuló a un espacio delante de la ventana rota, y una forma oval iridiscente
comenzó a formarse.

-"Ahora volvamos a la Atlántida, donde puedo intentar descubrir qué fuerza


oscura ha superado a Brennan."

-"¿Y la mujer?"- Preguntó Alexios, mirándola fijamente.

-"Ella también viene, y vamos a determinar lo que sabe exactamente."

Con eso, Alaric dio un paso a través del portal, y Brennan, todavía congelado,
flotó atravesándolo detrás de él como si tirase de una correa de sujeción. Christophe
echó una última mirada alrededor de la habitación y se echó a reír.

-"¿Me pregunto cómo van a explicarse todo esto a sí mismos al despertarse?"

Sin dejar de reír, saltó a través del portal, dejando a Alexios para levantar a
Tiernan en sus brazos y llevarla a través del mismo con él. Al entrar en la puerta mágica
a la Atlántida, bajó la mirada hacia su rostro pálido y magullado.

-"Señora, espero que estés diciendo la verdad. Porque si no encontramos a


Justice pronto, sólo Poseidón mismo será capaz de ayudarle."

A medida que el portal se arremolinó cerrándose tras él, las palabras de Alexios...
palabras que sabían que era un sacrilegio... hicieron eco en la oscuridad.

-"¿Y los Dioses? Entre nosotros, no son siempre confiables del todo."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Nueve

El Vacío

-Usa todos tus sentidos.- repetía la olvidada voz de un pasado antiguo dentro de
la mente de Justice.

Se esforzó por cumplirlo, armando su voluntad de un valor formidable para


derrotar a la rendición.

Hizo el inventario:

Vista... inútil en la negrura del Vacío.

Olfato... sin proporcionar nada valioso, ninguna nueva información. La fetidez de


cadáver descompuesto. El aroma cobrizo oxidado de sangre primordial.

Oído... los gruñidos y gemidos se hacían más fuertes, más cercanos, más y más
ansiosos. El Oscuro Morador ganando en su objetivo.

El recuerdo de una voz. Burlándose. No, no se burlaba. Afecto subyacente,


camaradería.

-"Entonces, Justice, ¿vas a sentarte allí y pensar en ese monstruo, o vas a patear
su culo?"

Los músculos faciales largamente atrofiados se movieron en la parodia de una


sonrisa. Bastien. Amigo. Hermano. Hogar.

Un ruido de áspero graznido raspó su garganta. Hablar, después del silencio


implacable. Rebeldía, después de estar cerca de la rendición. Él era Justice, y regresaba
a casa.

-"Patear. Su. Culo."- Gruñó.

Como grito de batalla, era deficiente. Como faro direccional al monstruo,


funcionó muy bien.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Ven a mí, entonces. Ven a mí y muere."

El monstruo rugió respondiendo al desafío, un ruido áspero, ronco, junto con


sonidos de succión mojados. Heraldos de captación de la codicia y el hambre
insaciable. Peor aún, en algún lugar del ruido, existían palabras casi inarticuladas.
Distorsionadas, retorcidas. Palabras pronunciadas por alguien que casi había olvidado
el significado de la palabra.

-"Durante mucho tiempo, enemigo mío. Tanto tiempo he esperado para darme
un festín de carne, y de sangre, y de miedo. Desafíame, te lo suplico. Desafíame, y tu
muerte tendrá un sabor mucho más dulce."- ralló aquella criatura con oxidadas sílabas.

Tardó un momento en darse cuenta de que la criatura hablaba en griego antiguo


y luego formuló una respuesta en ese tipo. Entonces, por un instante... atrapado entre
el pensamiento y la acción... Justice reconoció la lástima.

-"¿Desde cuándo?"- Exigió. -"¿Cuánto tiempo has estado atrapado aquí,


criatura?"

Hubo una larga y estremecedora pausa antes de que la criatura respondiera.

-"Más tiempo que la conciencia, humano. Más tiempo que la realidad. No existe
nada más que la sangre."

Antes de que la compasión tuviera la oportunidad de cristalizar en empatía, la


criatura saltó, gruñendo con furia bestial. Justice reaccionó, el cuerpo y la mente en
movimiento entrando en el baile perfeccionado por siglos de entrenamiento y
práctica. Su brazo se extendió hacia arriba, alcanzando la mano detrás de su cabeza
para agarrar la empuñadura de la espada que él ni siquiera había sabido hasta ese
momento que todavía estaba envainada en su espalda.

Entonces, ella le había dejado un arma. Incluso con su espada, ante sus ojos él
era demasiado endeble para plantear un riesgo. Había demostrado que estaba
equivocada.

-"Entonces bailemos, monstruo."- rugió Justice, encontrando su voz completa. -


"¡Por la Atlántida!"

En el segundo siguiente, el monstruo le golpeó, duro, derribándole hacia el suelo


rocoso que no recordaba haber tenido bajo sus pies. El peso de su cuerpo era
demasiado ligero.

Lo que él podía sentir de su atacante se sentía más desconcertante que si fuera


simplemente un hombre. Pero los sonidos de esa cosa…

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-¡Por los Dioses! ¿Qué hombre hacía sonidos como esos?

Justice rodó hacia atrás, moviendo su cuerpo para adaptarse a la espada, y ganó
sus pies en el espacio de unos instantes. Sosteniendo su espada en un agarre con las
dos manos, y delante de él con la punta hacia abajo, Justice cargó hacia adelante. La
fuerza bruta tendría que bastar; la oscuridad hizo innecesaria la elegancia.

Juzgando su distancia por los duros y resoplantes fuelles de la respiración de


aquella criatura, Justice corrió hacia adelante dos pasos cortos y empujó la punta de su
espada hacia su destino, la rabia acelerando la fuerza de su empuje.

El monstruo chilló y balanceó un palo del tamaño del tronco de un árbol,


desviando la hoja, rompiendo en el costado de Justice y posiblemente fisurando sus
costillas. Pero las costillas se curarían si la muerte fuera derrotada, por lo que Justice
siguió adelante, poniendo todo su peso detrás de la presión que ejerció sobre su
espada, tratando de atravesar a su oponente.

Bramando agudos gritos que ardían como el ácido en los oídos de Justice, la
criatura cambió de táctica. Fétido aliento fue su única advertencia, Justice saltó hacia
atrás y lejos, solo un momento antes de que los dientes del monstruo chocaran
cerrándose.

Un estremecimiento de humor serpenteaba a través de él, a pesar de la muerte,


la oscuridad y el vacío. Una sombra del hombre que había sido antes de todo aquello.

-"Trae un nuevo significado a 'no arrancarme la cabeza de un bocado', ¿no?"-


Dijo, y luego se echó a reír.

A pesar de la locura y la muerte inminente, se rió.

Como en respuesta al sonido prohibido de alegría, aparecieron en su espada


unos símbolos azul-plata (símbolos que nunca había visto allí antes) y comenzaron a
brillar. Primero débilmente, y luego aumentando su poder, hasta que un círculo de
unos doce metros de diámetro brilló con la luz cristalina de una noche de luna llena.

La criatura gritó y dejó caer el palo. Protegiendo su cara, se encogió ante la luz, y
la vista de él retorció algo muy dentro de Justice. La criatura era humanoide, quizás
incluso hubiera sido humano, una vez, hace eones, antes que la oscuridad y la locura le
hubieran capturado. Su correosa forma retorcida, musculosa y abombada con bolsas
como de lapas-incrustadas. El borde del único ojo que Justice podía ver, estaba
mirando fijamente, blanco y ciego. La luz de la espada parecía quemarle, y gritó, y gritó
durante largos minutos hasta que sus salvajes gritos disminuyeron en sollozos.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Justice no podía decidirse a ejecutarlo. Bajó la espada, que todavía brillaba con la
fuerza de la luna nueva, aunque en un lugar donde ninguna luna había brillado nunca.

-"¿Desde cuándo, entonces? ¿Cuánto hace que no has visto la luz?"

Los roncos sollozos se detuvieron entrecortadamente, luego llegaron a detenerse


por completo.

-"No lo sé. Anubisa me encontró en un campo de batalla, cerca de la muerte,


cuando mi Lord Alejandro30 derrotó Tebas."

Justice se balanceó hacia atrás un paso, la fuerza de la admisión fue más


poderosa que el dolor en sus costillas.

-"¿Más de dos mil años? ¿Todos aquí?, ¿atrapado en el Vacío?"

Un largo y tembloroso suspiro saludó a sus palabras. Pero esperó, y finalmente la


criatura habló.

-"Yo estaba a punto de morir por mis heridas, y ella me prometió la vida eterna.
No sabía que iba a ser condenado por toda la eternidad si aceptaba. Cuando... rechacé
su abrazo, temiendo por mi alma, me lanzó aquí, para convertirme en un monstruo
incluso peor que ella."

Ásperos sollozos graznando sacudieron de nuevo a la criatura.

-"No he visto la luz ni una sola vez en ese tiempo. Sin embargo, ella no me dejará
morir. Sólo un arma empuñada por un campeón me liberará, por las palabras de su
maldición. Pero ningún campeón jamás se encontraría en el Vacío. Así que permanezco
aquí, durante más de dos milenios, como tú dijiste. Inmortal y sin encontrar nunca mi
descanso eterno."

Ambos sentimientos, la piedad y la repugnancia, se combinaron en Justice. Hizo


un juramento temerario, sin saber cómo podría... o si podría cumplirlo.

-"Soy un guerrero de Poseidón, criatura, y en alguna medida todos quedaríamos


como campeones para los humanos de la tierra. Vamos a escapar juntos de este
infierno."

Él levantó su espada de nuevo, para usarla como un faro en lugar de como un


arma, examinó los bordes de la oscuridad que los rodeaba, y luego volvió su atención a
su adversario.

-"Si vamos a luchar juntos, no puedo llamarte criatura. ¿Cuál es tu nombre?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

La criatura (no, el hombre) bajó su brazo y miró hacia Justice, su rostro se


retorció dolorosamente con lo que podría haber sido esperanza.

-"¿Mi nombre? No he tenido ningún nombre durante tanto tiempo..."

Él envolvió sus brazos alrededor de las huesudas rodillas y, lamentándose en voz


baja, se echó hacia atrás y hacia delante en el suelo hasta que Justice temió que aquel
hombre hubiera sucumbido una vez más a la locura.

-"Si no tienes nombre..."

-"Pharnatus."- Dijo el hombre, boquiabierto como quien tiene una revelación. -


"Mi nombre era Pharnatus. Yo era soldado de infantería para Alejandro de
Macedonia."

Justice inclinó la cabeza.

-"Tras estos miles de años después, Alejandro Magno sigue siendo reconocido
como uno de los más grandes líderes militares de todos los tiempos. Así que no eres
ninguna criatura, sino un verdadero guerrero. Soy Justice, de la Atlántida, Pharnatus.
Vamos a conquistar el Vacío juntos, en nombre de Alejandro y de la Atlántida."

Le tendió la mano, y Pharnatus se la miró fijamente durante un largo momento.


A continuación, el griego llegó con su propia mano, nudosa y torturada. Justice la cogió
suavemente y le levantó de un salto.

Pharnatus inhaló un largo y tembloroso suspiro, luego sacudió la cabeza y dio un


paso atrás, con sus ojos blancos quemándose ante la luz de la reluciente espada.

-"El olor de tu sangre. Todavía tira de mí. Sólo tengo un recuerdo fantasma de ser
un hombre, pero siglos de existencia como un monstruo. Y si..."

-"Eres un campeón por derecho propio, Pharnatus. Recuerda a Alejandro y gana


fuerza de su ejemplo."- le ordenó Justice.

Mandando. Sí. Eso regresaba a él. Él era Justice de la Atlántida, y tenía amigos.
Hermanos guerreros. Hogar. El dolor cortó su alma al recordar los Geas que había roto.
La verdad que finalmente había revelado. Familia. Tenía familia. Hermanos. Ven y
Conlan eran sus hermanos, y debía regresar a la Atlántida. Con su familia.

Sin embargo, otra memoria empañada volvió a él, rompiendo las cubiertas de su
mente mientras la luz de su espada rompía a través de la oscuridad del Vacío. Dejó
escapar fuera una carcajada, y cuando Pharnatus retrocedió alejándose de él, el brillo
de la espada resplandeció aún más fuerte.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"¡El bebé! Pharnatus, ¡voy a ser tío! Tenemos que encontrar una manera de salir
de aquí. Ahora."

De pronto se detuvo, una cara... su cara... parpadeando en su mente. Keely. Una


ola de fuerza renovada recorrió su cuerpo.

-"Tengo que encontrar a la mujer que estoy destinado a conocer."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Diez

La Atlántida

Los últimos resplandores de luz desde el portal se apagaron mientras se cerraba


detrás de lo que Alexios pensó que debía ser el grupo más extraño que jamás hubiera
entrado en la Atlántida. Sintió que sus pulmones se expandían, como si el mismo aire
le estuviera diciendo que ahora podía relajarse.

-Estaba en casa.

La plataforma de mármol adornado que pisaban estaba bordeada por la


profusión más gruesa de árboles, plantas y flores que había visto, excepto por la selva
amazónica. Orquídeas delicadas, en colores nunca vistos en ningún lugar, crecían a una
altura de cuatro metros o más, masas imposibles de floraciones en tantos tonos de
púrpura que sólo los jardineros de palacio podían nombrarlos todos. Árboles cubiertos
con una sinfonía de flores, cayendo en cascada a través de cálido marrón y brillantes
ramas plateadas.

Los jardines habían sido una piedra de toque para él durante lo peor de la
tortura. Dejaba su cuerpo y se imaginaba caminando por los senderos de los jardines
del palacio, y nada de lo que le hicieron a su cuerpo podía llegar hasta él.

-"¿Estás con nosotros, Alexios?"

La voz sarcástica de Christophe le sacó de recuerdos que no tenía ningún deseo


de volver a examinar, y se dio cuenta de que aún sostenía a la mujer humana
magullada, vestida con la sabana, entre sus brazos.

Alaric se puso de pie, su cara sombría y una mano extendida hacia Brennan, que
flotaba inmóvil junto a él. Christophe sonrió a los seis guardias del portal, que se

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

agazapaban ligeramente, las espadas sostenidas en alto y listas para la batalla,


esperando órdenes.

-"Pueden retirarse."- Dijo Alaric, la voz tranquila, pero resonando con autoridad.
-"Lord Brennan ha sido temporalmente incapacitado..."

El más alto de los guardias se inclinó ante el sacerdote.

-"Como digas, entonces. ¿Debemos notificárselo al Príncipe?"

Alaric miró a lo lejos por un momento y luego hizo un ligero movimiento con los
hombros que podría haber sido un encogimiento de hombros.

-"El Príncipe Conlan está en camino con Lord Venganza."

Volvió su mirada verde brillante al guerrero cautivo junto a él.

-"Tal vez ahora, en el suelo de la Atlántida, Brennan recupere sus facultades."

Alexios retrocedió dos pasos rápidos, todavía con Tiernan, cuando Alaric movió
su mano en un pequeño semicírculo y dijo una palabra en voz baja. Los ojos de
Brennan se abrieron de golpe, y él también cayó en una postura de preparación a la
batalla, escaneando la zona como si hubiera algún peligro.

-"¿Atlántida? ¿Cómo estoy aquí? Xinon... los humanos... la mujer..."

Alaric suavemente se interpuso entre Brennan y Alexis.

-"Sí, Atlántida. ¿Quizás no te importaría explicar tus acciones en lo que respecta


a la hembra humana?"

Brennan sacudió lentamente la cabeza.

-"No sé a qué te refieres. Había muchas hembras humanas entre los Apóstatas.
¿Había una en particular que necesita nuestra ayuda?"

Alexios salió de detrás de Alaric, pero se mantuvo a una distancia prudencial de


Brennan. Tiernan estaba empezando a despertar de la inconsciencia, moviéndose sin
cesar en sus brazos.

-"Sí, se podría decir eso, Brennan. Ésta en particular. La única que reclamaste
para ti y por la que amenazaste con matarnos. ¿Sonando cualquier campana?"

Christophe rodó casualmente una esfera verde de pura energía de palma a


palma y lanzó una mirada a Brennan.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Campanas, infiernos. Debería estar sonando un gran maldito gong en ese


diminuto cerebro sin emociones tuyo, Brennan. No nos olvidemos de los humanos que
intentaste matar sin razón. No es que yo no esté de acuerdo con eso; el único humano
bueno es un humano muerto y todo eso. Manojo de malditas ovejas. Pero, oh, sí,
misión sagrada, deber como guerreros, bla, bla, bla. ¿Verdad?"

Antes de Alexios pudiera gruñir una reprimenda a la insolencia de Christophe,


Tiernan abrió los ojos y le miró fijamente.

-"¿Qué.?.. ¡Oh! Correcto."

Ella tomó una respiración profunda, que hizo cosas interesantes contra las curvas
ocultas por la sabana, y luego volvió a hablar, más bien tranquilamente, considerando
la situación.

-"¿Por favor me pones abajo? Creo que voy a vomitar."

Alexios apresuradamente la bajó a sus pies, ella dio un paso vacilante y luego se
agachó, apoyando una mano en la hierba y agarrando la sabana hacia sus pechos con
la otra. Aspiró varias respiraciones profundas, temblando, pero al parecer logró calmar
su inestable estómago.

Finalmente, levantó la vista y miró alrededor del anillo de guerreros que la


observaban. Poco a poco, se levantó, sacudiendo la cabeza ante la mano que Alexios le
tendió para ayudarla. Su barbilla se levantó mientras miraba hacia arriba (y arriba… y
más arriba), y su boca se abrió en una expresión de absoluto asombro.

Alexios siguió su mirada y se dio cuenta de que estaba mirando hacia la cúpula
casi transparente y débilmente brillante que rodeaba la Atlántida. O más allá de ella,
hacia las corrientes profundas y oscuras del océano bajo las cuales descansaban las
Siete Islas.

Por último, habló, su voz ronca y ricamente convincente.

-"¡Santo Pulitzer31, Batman! Esta es la historia de mi vida."

Los ojos del Sacerdote se estrecharon.

-"Es una historia que todavía podrías no vivir para contarla..."- comenzó, antes
de ser interrumpido por un sonido gutural profundo, casi animal.

-"¡Dáñala y mueres, Sacerdote!"- Gritó Brennan, mientras daba un salto adelante


hacia Alaric, desenfundando las dagas en sus manos. -"Ella es mía."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

En el espacio medido por el salto de Brennan, tres cosas ocurrieron


simultáneamente. En primer lugar, Tiernan cayó sobre la tierra, con los ojos oscuros
abriéndose enormes en su pálido rostro. En segundo lugar, Alaric levantó una mano y
otra vez capturó a Brennan, congelándole en su lugar. En tercer lugar, y lo más
inesperado, un portal que no era el portal, sino más como una ventana, brilló
tenuemente a la existencia, no más grande que un único panel de vidrio.

Mientras todos observaban, sin embargo, la ventana o portal se amplió hasta


que fue de la altura y la anchura de un hombre. Era transparente aunque de manera
tenebrosa y se abrió a una visión que debía estar situada en uno de los nueve
infiernos. Luz rojiza-anaranjada pulsaba hoscamente sobre un rocoso, árido paisaje
que se retorcía como formado a partir una erupción volcánica o un juego de lanzar
rocas tipo hurling32 interpretado por Dioses aburridos. Ninguna vida existía en su
interior... ni árboles ni plantas ni criaturas.

Se miraron y cada guerrero sacó sus armas, preparados para lo peor. Alexios
apretó sus manos en las empuñaduras de sus dagas. Siempre preparado para el peor
de los casos, incluso en una vida vivida a través de los siglos. Por desgracia, la medida
de lo peor sólo se estiraba y ampliada con los años.

-"Es como una ventana que da a la locura en sí."- murmuró Christophe,


sacudiendo la cabeza con aparente incredulidad.

-"Sin embargo, si se trata de la locura, al menos dos seres habitan en ella."-


respondió Alaric, señalando a la esquina superior izquierda de la transparencia.

Alexios vió dos figuras, minúsculas y moviéndose lentamente a lo lejos, cuando


miró por la ventana distorsionada. La luz brillaba de un objeto en poder del primero de
los dos, quien la ponía adelante casi dolorosamente.

-"Es una espada."- Dijo Alexios. -"Y mira. Mira la trenza balanceándose detrás de
él. ¡Es Justice! ¡Tiene que ser Justice!"

Alaric giró y señaló a los guardias del portal.

"¡Vosotros dos! Llevad a Brennan al palacio. Llévalo sobre tu espalda si tienes


que hacerlo. Le Instálale en las salas de sanación, y no vayas, en ningún caso, a dejarle
salir."

Luego exclamó una palabra y Brennan se derrumbó en un montón inconsciente


en el suelo. Los guardias se adelantaron para recogerle entre ambos, pero Alaric no
esperó para ver si cumplían sus órdenes.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Si ése es realmente Justice, entonces estamos mirando directamente dentro


del Vacío. De nuevo, si lo que esta hembra humana nos dice es correcto. Hay
demasiadas suposiciones en esta situación para que me sienta cómodo."

-"¿Y si está comprometido?"- Preguntó Christophe, con las manos en las


empuñaduras de sus dagas. -"¿Y si está liderando algún tipo de ejército para Anubisa?
¿Cómo puede haber abierto una ventana directamente dentro de la Atlántida? Las
salvaguardas protegen las Siete Islas de cualquier magia negra."

La hembra interrumpió su especulación, poniéndose en pie desde donde se


había caído en el césped.

-"Está en el Vacío."- Dijo Tiernan. -"Vi morir a alguien dando esa información. Un
buen hombre, que no se merecía lo que hicieron con él."- Las lágrimas rodaban por su
rostro, pero ella no les hizo caso. -"Tu guerrero está en el Vacío, y si ese es él, es mejor
prepararse para algo seriamente malo."

-"Sí, como si te creyéramos, Apóstata."- se burló de ella Christophe.

Alaric le interrumpió con una sola mano levantada.

-"Como él dice, hembra, no tenemos ninguna razón para confiar en ti. Cuando se
resuelva esta situación, aprenderemos más unos de otros. Hasta entonces, a menos
que tengas más información que pueda ayudarnos a sellar esta brecha, permanece en
silencio."

-"Mi nombre es Tiernan, no hembra."- Dijo ella, con desafío en su tono. Pero
después, murmurando algo que sonaba como -"Pulitzer, Pulitzer, Pulitzer."

Inclinó la cabeza hacia Alaric.

-"Sólo una cosa más, y es probable que lo sepas, ya que pareces ser el gran jefe
por aquí. La única manera de entrar y salir del Vacío es con la magia de muerte, y no
estoy hablando de animales."- Dijo, añadiendo un hecho crucial a lo que Alaric les
había dicho antes. -"Una persona tiene que morir para que alguien se escape... una
vida por una vida. Así que a menos que tú o él planeéis sacrificar a alguien, ninguno de
los dos estará consiguiendo pasar a través de esa puerta de entrada."

Christophe levantó una de sus dagas y dio un paso hacia Tiernan, una peligrosa
sonrisa se extendía por su rostro.

-"Bueno, qué conveniente que tenemos un sacrificio convenientemente vestido y


sin ningún lugar a donde ir."

Alexios desenvainó su espada y se puso delante de Tiernan.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Yo sé que estás bromeando, pero ella no lo sabe. Cállate y aléjate de la


humana, a menos que quieras cabrearme seriamente. Porque, Christophe, estoy
teniendo lo que algunos podrían llamar un día trágicamente malo."

Riendo, Christophe dio la vuelta para mirar a través de la entrada de nuevo. Las
figuras se habían acercado más, y casi podía divisar las características del hombre en
cabeza.

-"No puede ser Justice."- Dijo Alexios. -"Puedo reconocer a Justice mucho más
lejos que esto, simplemente por la forma en que camina. Nadie más avanza así, con
esa arrogancia innata, como si fuera el dueño del mundo. Este hombre puede lucir su
cabello en una trenza, pero ese caminar arrastrando los pies no puede pertenecer a
Lord Justice. "

Alaric, sin mirar lejos de la visión, contestó en voz baja.

-"Y sin embargo tú mismo caminaste así, justo de tal manera, cuando estabas
sanando de lo que Anubisa te hizo. Las lesiones casi mortales pueden acabar incluso
con la arrogancia más resuelta."

Incapaz de formar una respuesta coherente a la ira de Alaric, Alexios apretó la


mandíbula y consideró sus opciones. Mientras observaban, las figuras avanzaban cada
vez más cerca en la distorsión brillante de la ventana.

-"Bueno, ¿no se nos dice siempre que la solución más sencilla suele ser la
correcta?"- consiguió decir finalmente.

-"Occam33 puede tener un derecho previó sobre esa enseñanza, pero sí."-
Respondió Alaric. -"¿Tu punto?"

-"Mi punto es que ni siquiera hemos tratado de pasar por esto todavía. Tal vez es
tan simple como caminar directamente a través."

-"Seguro. Porque no hay posibilidad de que esto podría ser una trampa, ¿no?"-
Dijo Christophe, rodando los ojos. -"No hay posibilidad de que esto podría ser un juego
de 'freír-a-los-Atlantes' por parte de Anubisa."

-"La hembra... Tiernan... tiene razón. Si se trata de una vista sobre el Vacío, no se
puede entrar sin magia de muerte. No tengo ningún deseo de mi propia muerte para
convertirme en la plataforma para esa entrada, tocando a propósito una de las
construcciones de Anubisa."- Dijo Alaric.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Alexios se sintió tentado, a pesar del hecho de que nunca había sabido que el
Sacerdote estuviera equivocado. Justice, era más que amigo, más que hermano. Eran
los Guerreros de Poseidón, y ellos no dejaban un hombre detrás.

Alexios había dedicado gran parte de los últimos meses buscando


incesantemente a Justice, corto tiempo teniendo en cuenta lo que los largos siglos de
silencio debieron costarle al guerrero. Lo que el romper los Geas debió hacer para
erosionar más su mente. Lo que Anubisa había hecho para atormentarlo más. Los
escudos que Alexios había erigido en su propia mente para bloquear esos recuerdos
vacilaron, y apretó los puños mientras construía sus escudos de nuevo en paredes
impenetrables.

-"Voy a hacer el intento, Alaric. Voy a probar esta barrera."

Antes de que Alaric pudiera detenerlo, Alexios puso una mano plana contra la
superficie ondulante de la ventana. Un enormemente poderoso pico de energía se
estrelló contra él, tirándolo hacia atrás casi una docena de pies. Mientras yacía en el
suelo, parpadeando, notó el humo antes de ver su origen.

Aturdido y sin palabras, con el aire estrellándose fuera de sus pulmones, Alexios
levantó esa misma mano que había tocado la barrera. Las terminaciones nerviosas
gritaban de dolor como si él sostuviera su mano dentro de los fuegos más calientes de
lo más profundo de los nueve infiernos. Sin embargo, el único daño residual era el
ennegrecimiento de las yemas de sus dedos y las uñas humeantes. Aún así, sin
embargo, el olor del humo se hizo más fuerte.

-"Loco."- Gruñó Alaric. -"¿Tengo que tratar contigo como si fueras el más bruto
de los guerreros desentrenados?"

El Sacerdote levantó una mano, y luego la cortó por el aire hacia Alexios, como si
lanzara un objeto. En su lugar, una corriente de agua helada se disparó por el aire y
golpeó a Alexios en la cara, empapando su cabeza. De un salto se encaramó fuera de la
tierra, escupiendo y limpiándose el agua fuera de su rostro.

-"¿Porque fue eso?"

Christophe se echó a reír.

-"Tu pelo estaba en llamas, hombre. Alaric probablemente no quería dejar una
cicatriz al otro lado de tu bonita cara, también."

Alexios casi involuntariamente agachó la cabeza, por lo que su pelo empapado se


balanceó hacia adelante para cubrir el lado izquierdo de su cara, horriblemente
marcado.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Algún día irás demasiado lejos, Christophe."- Gruñó. -"Entonces seré yo quien
te enseñe una lección."

Tiernan, a la que casi habían olvidado, se aclaró la garganta.

-"Um, no es por romper esta fiesta de testosterona fraternal, pero tu amigo está
cada vez más cerca. Si él sigue siendo tu amigo, después de pasar tiempo en el Vacío.
Y, ¿qué es exactamente esa cosa caminando detrás de él?"

Alexios corrió hacia el resplandor oscuro de aquella ventana y pudo ver que el
espacio se había hecho dolorosamente despejado en los últimos momentos.

-"¡Ese es Justice!"- Gritó.

Una sensación de hormigueo en el cuello de Alexios fue su única advertencia


antes de que el Alto Príncipe Conlan y su hermano, Lord Venganza, cargaran su camino
hacia la ventana. La tensión prácticamente vibró desde ambos, mientras retomaban la
primera vista de Justice. El guerrero que había afirmado ser su hermano
inmediatamente antes de que se hubiera sacrificado ante la Diosa vampiro. Justice
había salvado la vida de Ven, y la vida de la cantante de gemas Erin Connors, quien era
la Elegida de Ven y una sanadora. Al hacerlo, él también había salvado la vida del niño
por nacer del Príncipe Conlan.

Lord Justice era un héroe. Pero tal vez él era un héroe corrompido en un traidor.
No había manera de estar seguro, hasta que Alaric pudiera comprobarle.

Como si estuviera extrayendo los pensamientos de Alexios, Alaric comenzó a


hablar en voz baja y rápidamente, informando a Ven y Conlan de la situación actual. La
mirada de obsidiana de Conlan recorrió sobre Tiernan, y él cabeceó hacia ella con toda
cortesía.

-"Si dices la verdad, señora, serás recompensada. Sé bienvenida a Atlántida."

Una expresión extraña, casi una mueca, cruzó la cara de Tiernan ante sus
palabras, pero ella se limitó a asentir.

Ven cortó una señal con la mano a Christopher y Alexis, dirigiéndolos para vigilar
a Tiernan, pero Ven por sí mismo apenas la miró, toda su atención se centraba en la
visión a través de la magia oscura de la ventana.

-"Verdad, recompensas, sí, lo que sea. Por ahora, ¿qué en los jodidos nueve
infiernos vamos a hacer?"

Alaric terminó su informe, y las manos de Ven descendieron a las empuñaduras


de sus dagas.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"¿Magia de muerte? ¿Me estás tomando el pelo?"- soltó una carcajada. -


"Genial. Finalmente nos enteramos Justice está vivo, y ¿tenemos que matar a alguien
para sacarlo?"

El Príncipe Conlan miró a su hermano.

-"Nadie estará muriendo hoy."- Espetó. Luego volvió su atención a Alaric. -


"¿Opciones?"

-"Si tuviera cualquier opción, ya la habría presentado."- dijo Alaric, su voz tan
helada que Alexios se sorprendió de que Conlan no sufriera congelación.

El Sacerdote estaba acostumbrado a resolver todos los problemas y tener la


última palabra en todas las crisis. Alexios no se figuraba que el agrietado culo de Alaric
fuera incapaz de resolver este caso.

-"Tal vez…"- ofreció Christophe -"…ya que Justice parece haber abierto la primera
ventana del Vacío en Atlántida, él puede tener algunas ideas sobre el asunto."

-"¿Qué es esa cosa caminando detrás de él?"- Preguntó Ven.

-"Vaya, me gustaría haber preguntado eso."- Dijo sarcásticamente Tiernan.

Alexios no pudo evitar una sonrisa escapándose. La mujer tenía agallas; él le


daría eso.

A medida que ambos se habían acercado, más y más de la figura siguiendo a


Justice había sido revelado. Parecía casi humano, aunque groseramente deformado.
Como arrastrando los pies junto a la estela de Justice, rara vez miró hacia arriba, sino
que simplemente contemplaba el camino delante de él.

-"Bueno, tal vez tengamos suerte."- Añadió Christophe. -"Tal vez Justice trajo su
propio sacrificio junto con él."

Un destello de luz en su visión periférica fue su única advertencia antes de que el


portal de la Atlántida, situado exactamente en el lado opuesto de la plataforma de
entrada de mármol de la oscura ventana, comenzara a temblar y alargarse de su esfera
ovoide habitual.

Amenazado por ambos lados con un posible peligro, Alexios corrió a colocarse
delante de Tiernan, con las dagas desenvainadas. El Príncipe Conlan y sus guerreros
sacaron las armas y Alaric llamó a su poder, esperando en un halo de energía verde
plateado, mientras Justice se dibujaba cada vez más cerca por un lado del grupo, y dos
personas llegaban a través del portal de la Atlántida en el otro.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Alexios reconoció a Liam, uno de los más peligrosamente eficaces de los


guerreros de Poseidón, llevando otra hembra humana. Ésta tenía un ardiente pelo rojo
y los ojos más intensamente verdes que había visto nunca en un ser humano. Estaba
vestida casualmente, agarrando una mochila gastada a su pecho con, por extraño que
parezca, las manos enguantadas. La cabeza de Liam se volvió hacia ella mientras
cruzaban el portal.

-"Bienvenida a la Atlántida, Doctora McDermott."- le dijo.

Los impresionantes ojos de la mujer se abrieron y su mandíbula se tensó, pero,


en su haber, no dio ninguna otra señal de alarma al ver a varios guerreros armados y
una mujer semidesnuda. Ella simplemente parpadeó una vez, levantó una mano y
saludó, y luego miró a Liam.

-"Bueno. Tengo que admitirlo, McHottie, ésta es una de mis fiestas de


bienvenida más interesantes."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Once

Atlántida

Keely había aprendido, desde largos y dolorosos años de experiencia, cómo


parecer tranquila en la superficie cuando todo iba desastrosamente en el interior.
Ahora parecía la gran prueba final para todo lo que practicó; el examen de doctorado
en el mantenimiento del orden durante el caos.

Ella nunca había suspendido un examen, sin embargo, y de ninguna manera iba a
empezar ahora. ¿Qué haría Gertrude Bell34? No es que una de las más famosas
arqueólogas femeninas de todos los tiempos hubiera tenido que enfrentarse con la
Atlántida. Pero Lawrence de Arabia35 tenía que haber llegado muy cerca.

Ella respiró hondo, pero discretamente, mientras estudiaba el grupo delante de


ella. Hombres armados y una mujer con el rostro magullado (llevando… ¿una toga?,
¿una sabana?) estaban parados, incongruentemente, en la hierba más verde que había
visto nunca. Jade fundiéndose con la más fina esmeralda, sombreando en un verde
oscuro casi azulado más allá de ellos.

¿Más allá de eso? Maravilloso. Increíble, como Alicia con los pies en la
madriguera del conejo. Estaban de pie en una plataforma circular de mármol gastado
cerca del borde de la misma cúpula que había visto en su visión. Sólo veía azul
profundo más allá de la cúpula. Un toque de claustrofobia la estranguló por un
momento, su mente científica calculó la presión por centímetro cuadrado del agua que
debía estar presionando contra esa cúpula.

Árboles con hojas densamente agrupadas en pequeñas arboledas cerca del


borde del claro y, en la distancia, pudo distinguir la parte superior de las mismas
cúpulas y chapiteles elegantemente delicados que había visto en su visión.

A pesar de su respiración deliberadamente medida, sus pulmones hiparon fuera


su siguiente respiración. La Atlántida.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-Realmente era la Atlántida.

O por lo menos un lugar como ninguno donde hubiera estado o imaginado


nunca. Increíble. Incluso el olor del lugar era diferente. Exótico. Notas florales
delicadas se superponían en la profunda, exuberante vegetación. Flora y fauna como
imaginados por antiguo hedonismo36.

-Excepto que era real.

Liam sostenía ahora lo que parecían dagas antiguas en sus manos, aunque no
tenía ni idea de dónde habían venido. Ocultas en su ropa, probablemente. No es como
el portal hubiera sido equipado con un detector de metales. Fascinada, echó otro
vistazo a los puñales. Las volutas intrincadas en las empuñaduras fechadas desde
probablemente...

-Céntrate, idiota. Ahora no es el momento para tratar de ubicar armas


antiguas, cuando un montón de ellas están desenfundadas y apuntándote por
hombres que parece que saben cómo usarlas.

Después de Liam, debería haber estado preparada, pero ¿qué podía haberla
preparado para esto? Cinco hombres imponentes, cada uno de ellos más magnífico y
más amenazante que aquel a su lado. Además, el requisito de la damisela en apuros de
pie detrás de ellos.

-"Es como si estuviera vagabundeando en un estudio cinematográfico."- se


atrevió a decir en voz alta, con la esperanza de calmar la tensión tan evidente en el
aire. -"¿Quién de vosotros llegará cabalgando para rescatar a la desventurada
doncella?"

Forzó una sonrisa leve, e indicó a la mujer magullada con un movimiento de la


cabeza, como si se tratara de un hecho cotidiano para ella encontrar hombres
fuertemente armados rodeando a una mujer semidesnuda. Una mujer que claramente
había sido golpeada o algo más, quizás había estado en un accidente automovilístico
gravemente malo. Aunque llevaba una sábana.

-Sí, muchas mujeres se dirigen a dar una vuelta usando nada más que una
sábana. Un paseo a, no lo olvidemos, la Atlántida. ¿Ellos incluso tienen coches?

Antes de que pudiera escanear la zona para detectar cualquier evidencia de


transporte terrestre Atlante, la mujer de la sabana soltó un bufido, su boca se curvó
hacia arriba en una media sonrisa.

-"Tiernan Butler, no desventurada, definitivamente no una doncella."- Dijo, con


demasiado humor mordaz para ser una víctima.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Algo más, entonces. La tensión de Keely disminuyó ligeramente, y le devolvió la


sonrisa.

-"Keely McDermott, últimamente de Ohio State. ¡Vamos, Buckeyes!37, ¿Alguien


los conoce?"

Años de estudios antropológicos, que complementaron su carrera de


arqueología, habían moldeado a Keely como una estudiante astuta del lenguaje
corporal. Una cierta disminución casi imperceptible de la tensión en las posturas de los
hombres señaló que tal vez, sólo tal vez, no estaba a punto de conseguir ser ensartada
en la punta de una de esas espadas.

Uno de los hombres dio un paso adelante. Él era tan alto como Liam, más de dos
metros, y tenía el mismo pelo negro de seda. Este hombre tenía un porte
inconfundible de mando, sin embargo, y también rasgos faciales aristocráticos. Un
general o líder de algún tipo. Claramente era tan hermoso y tan mortal como las armas
que llevaba y, aunque modestamente vestido con una camisa azul intenso y pantalón
negro, podría también haber llevado puesto una túnica de Rey o el uniforme de un
almirante.

-"Soy Conlan, Príncipe supremo de la Atlántida."- Dijo, y ella sintió como el


pequeño calor de las expectativas reunieron una llamarada dentro de ella. -"Te doy la
bienvenida, Doctora McDermott. Como habrás sospechado desde nuestra...
apariencia, nos encontramos desprevenidos para los huéspedes."

Su voz profunda era cortés y sorprendentemente serena, como si él saliera con


sus amigos, armados hasta los dientes, todo el tiempo. Lo cual, por lo que ella sabía,
así era. Antes de que pudiera hablar, el Príncipe Conlan volvió su atención a Liam,
despidiéndola.

-"Por favor, lleva a la Doctora McDermott y a la Señora Butler al palacio."

Un segundo hombre, que se parecía a muchísimo al Príncipe, dio un paso


adelante, sacudiendo la cabeza.

-"Mejor si Liam se queda. Dependiendo de lo que esté acechando en el Vacío


siguiendo a Justice, es posible que necesitemos otro juego de espadas."

Liam hizo una reverencia a los dos.

-"Príncipe Conlan y Lord Venganza, tengo el honor de serviros como deseéis, por
supuesto. Sin embargo, debéis saber que la Doctora McDermott vió a Nereus en una
visión cuando tocó el zafiro..."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Cuando tu lo forzaste en mi mano, quieres decir, lo cual es algo que tenemos


que discutir."- Dijo Keely, cortando suavemente a través del informe de Liam. -"Chico
Guerrero o no, debes saber que emboscarme así no me hace exactamente feliz de
aceptar tu invitación."

El que Liam había llamado Lord Venganza se echó a reír, y su risa le cambió desde
prohibitivo guerrero a puro macho potente. Cada uno de ellos irradiaba magnetismo
sexual con tanta fuerza que Keely sentía que había aterrizado en algún tipo de fantasía
para mujeres que habían estado solas durante demasiado tiempo.

-"Sí, McHottie. Eres malo, definitivamente. "- Dijo Ven, cortando en sus alocadas
divagaciones mentales. -"Lástima que no tenemos tiempo para escuchar todo sobre
esto."- Él volvió la mirada hacia ella. -"Llámame Ven. ¿Puedo llamarte Keely? "

-"Claro que si..."

-"Genial. Ahora no es un buen momento, Keely. Como arqueóloga, supongo que


eres muy buena encontrando cosas. Mira al norte. De hecho, basta con ir en línea
recta hacia ese grupo de guardias armados corriendo hacia nosotros; ¿los ves?"

Ella asintió con la cabeza, suponiendo que estaba apuntando a la ligera turbidez
que podía ver a lo lejos por el camino bordeado de árboles a su derecha.

-La visión Atlante era superior a la humana, entonces.- pensó, y archivó el


pensamiento.

-"Lleva a Butler contigo, si lo deseas."- Dijo el Príncipe, despidiéndola cuando se


volvió hacia el espejo extrañamente distorsionado, como la forma del resto de ellos.

Liam se inclinó ante ella, con esa cortesía del viejo mundo todavía en su lugar a
pesar de la amenaza aparente.

-"Gracias, por tu cooperación, Doctora McDermott. Nosotros pronto..."

Un grito desde el grupo en las figuras del espejo le interrumpió y un ruido en


auge tronó a través del suelo como un pequeño terremoto. Keely había experimentado
derrumbes antes y tenía el miedo instintivo y sano de un arqueólogo de que algo
podría traer toneladas de tierra colapsando sobre ella. Esta vez, para variar, estaba
sobre el suelo, pero ella escaneó el área por cualquier estructura inestable que podría
volcarse y aplastarles. Al no ver ninguna, Keely miró a Tiernan y notó que el rostro de
la mujer se había pasado a blanco muerto, y los moretones en su rostro se destacaron
en marcado contraste con su palidez.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"¿No hay una gran cantidad de terremotos de dónde vienes?"- Preguntó,


mientras cruzaba rápidamente al lado de Tiernan. -"Tal vez deberíamos tomar sus
consejos y empezar a movernos."

Tiernan levantó un brazo temblando y señaló.

-"Estoy a favor de salir de aquí."- Dijo ella -"Pero el tipo en el otro lado de ese
espejo parece dirigirse directamente a ti."

Keely se dio la vuelta para mirar hacia atrás en el espejo brillante, o ventana, o lo
que fuera, y se quedó sin aliento, dando un paso atrás. Debido a que aquel hombre
que podía ver a través del espejo (cubierto de tierra, sangre y aun peor), estaba
gruñendo como una especie de depredador salvaje. Su mente de científico catalogó los
detalles, incluso cuando retrocedió ante la visión de él: su larga trenza de pelo (con
costras de tierra) se balanceaba detrás de él mientras corría. La espada que sostenía
en posición de ataque brillaba con luz fría y acerada emitida desde unos símbolos en la
hoja. Él estaba ganando terreno, golpeando a través de un paisaje que no podría existir
en la realidad, y una criatura parecida a un 'ghoul' 38arrastraba los pies detrás de él.

Aunque ella no podía oírle (la barrera debía haber atrapado el sonido)
claramente estaba gritando. El extraño silencio proveniente de la visión contradecía la
evidencia que era fácil de ver: su boca estaba abierta, estaba mostrando los dientes, y
los cordones en su cuello estaban forzados tensos mientras gritaba en silencio. O, al
menos, silenciosamente para todos ellos en este lado de la barrera.

Entonces se dio cuenta de un detalle final, y su observación cuidadosa,


desapasionada, científica, se derrumbó bajo el peso de un solo hecho. Este
depredador, este atacante aterrador, estaba ignorando a cada uno de los hombres
armados que rodeaban la ventana y mirándola directamente a ella.

Y, de alguna manera, él parecía familiar.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

El Vacío

Primero, se había producido el menor atisbo de luz. Entonces, Justice y


Pharnatus habían visto lo que parecía un portal, en la distancia. Tropezando al
principio, luego moviéndose más rápidamente, se habían dirigido hacia lo que quizás
sería la libertad... o simplemente un espejismo.

Justice podía ver a Keely ahora. La visión de ella inflamó y abrumó el remanente
de cordura que la risa y la luz de su espada habían regresado brevemente a él. Algún
núcleo de la razón sabía que podría ser otro espejismo. Un falso oasis enviado por
Anubisa para atormentarlo.

Ella lo había hecho antes, Poseidón lo sabía. Le envió imágenes de sus


compañeros guerreros, de los Siete, visiones que eran similares a la imagen de ellos de
pie junto a la puerta de entrada ahora. Conlan y Ven, los hermanos que nunca había
sido capaz de reclamar. Christophe, sonriendo con su mala actitud habitual. Alexios, de
pie firmemente, a pesar de la formación de cicatrices que Anubisa había dejado en su
rostro y en su alma durante el cautiverio. Incluso Alaric, con quien Justice había
intercambiado palabras duras tan a menudo.

Todos ellos de pie, de pie delante de Keely. De pie frente a la mujer que él sabía
que le pertenecía. Sacudió la cabeza, la negación y la rabia entrechocándose en el
campo de batalla de su mente.

Keely era suya. No era un producto de su imaginación calenturienta deslizado en


su mente por Anubisa. Keely era su mujer. Su salvación.

Esta visión era diferente, en cualquier caso. Bastien no estaba allí, ni Denal, el
jovenzuelo. Brennan había desaparecido, también. Su semblante tranquilo había
estado en el primer plano de las falsas visiones que Anubisa le había enviado antes.
Brennan era un enigma para ella, uno que, riéndose, le había dicho a Justice que
planeaba resolver. Justice había jugado con eso, al principio. Fingió haber desertado a
su lado, proclamando odio violento por el régimen de su hermano. Todos esos años de
juego sujeto al Príncipe Conlan. Obligado a fingir que él no tenía también sangre real
fluyendo a través por venas que eran solamente la mitad Atlante. Obligado a negar a
su madre Nereida.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Más cerca. Corrió y corrió y la entrada parecía crecer en tamaño mientras se


acercaba a ella. Más y más cerca. Ella se acercó, y su visión casi derribó sus pies bajo su
peso.

Pharnatus fue olvidado tras él. Anubisa fue olvidada. No había nada excepto
Keely, con su pelo rojo, ojos verdes y labios suaves y deliciosos. Gritó su nombre.

Ella le miró... directamente a los ojos... y se estremeció. Incluso tan lejos como
estaba de ella, vió su reacción, y por un instante la odió. La odió y sin embargo no lo
hizo; ella era suya. No importa lo que hiciera falta, él la reclamaría.

La razón le gritó, parpadeando en la oscuridad de su alma. La cordura trató de


abrirse paso a través del tejido de la cicatriz en su psique.

-Ella nos puede salvar.- alegó. -Ella podría salvarnos de nosotros mismos.

Pero el pacto de paz que hace mucho tiempo había sido fijado entre su mitad
Atlante y su mitad Nereida se había destrozado cuando rompió los Geas en esa
caverna húmeda debajo de las montañas.

Los dos lados de su naturaleza (ambos alfa, ambos dominantes) luchaban por el
control de su mente. Él sabía el alcance de sus poderes como Atlante, pero acababa de
entrar en el rango de sus poderes como un Nereida. Sería más fuerte de lo que había
sido nunca, o bien la cordura se destruiría en el suelo rocoso de la batalla que luchaba
por completo dentro de su mente.

-"Keely."- Gritó. -"Estamos llegando hasta ti."

Aún en marcha, sin dejar de gritar, captó y sostuvo su mirada esmeralda con la
suya. Ella tenía miedo, lo vió. Estaba aterrorizada, y una parte pequeña, casi extraña de
él, le reveló su miedo.

El auto-desagrado lo ahogó. ¿El Vacío le había transformado tan lejos de sí


mismo? ¿Desde el deber? ¿Desde el honor?

Pero ella no estaba retrocediendo. Ella no se echaba para atrás. No corrió, como
si se diera cuenta de que al hacerlo activaría su instinto de presa.

Tal vez ella pensó que sus compañeros guerreros podrían protegerla. Tal vez uno
de ellos ya la había reclamado. La idea de eso se estrelló contra él como una lanza en
el estómago, se tropezó y cayó sobre las rocas, con fuerza, sintiendo como se
desmenuzaba la piel en las manos y la cara.

-Ignorado el dolor. Ignorada la sangre. Ambos son irrelevantes.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Poniéndose de pie de nuevo, ignoró los intentos de Pharnatus para alcanzarle,


comprobando sólo que su control sobre su espada era aún firme.

El lado Nereida de su alma aullaba sin palabras, y la furia abrasadora se


construyó en él hasta que llegó a la fuerza explosiva. Sin saber o controlar lo que
podría suceder, Justice arrancó desatando las salvaguardas que había sostenido con
tanta fuerza contra el lado Nereida de su naturaleza por mucho, mucho tiempo.

La magia Nereida, siempre negada, atacó fuerte. El poder Nereida, reclamando


su propio yo, casi lo destruyó. Los vientos huracanados azotaron a su alrededor en el
austero paisaje, levantando rocas del tamaño de ballenas azules como un juguetes
infantiles y luego estrellándose contra el suelo con fuerza percusiva.

Detrás de Justice, Pharnatus gritó de miedo, pero siguió corriendo, cada vez más
rápido, para alcanzarle. Justice se dio cuenta de esto en la periferia de su conciencia,
en alguna parte de sí mismo que no era viento, no era poder, no era rabia.

Corrió, con la sangre caliente goteando en sus ojos desde los cortes en su frente.

Debía llegar a ella. Ella era real. Ella era la realidad.

Ella era su realidad, y si pudiera reclamarla, sería sanado.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Doce

El corazón de Keely tronó al ritmo del martilleo de los pies del demente que
seguía corriendo hacia ella a través de un paisaje retorcido que parecía proceder de
una novela gráfica barata. Él estaba ganando terreno, y venía por ella. Estaba en sus
ojos, girando en la locura de colores que no podrían existir. Azul, verde y plata, como
un caleidoscopio en sus ojos hasta que se sintió mareada... casi hipnotizada... y tuvo
que apartar la mirada.

Aún así, a pesar de la locura que retorcía sus rasgos, había algo. Algo tan
familiar...

El hielo se estremeció por su columna vertebral. Esto definitivamente no había


estado en el programa que había construido cuidadosamente en su mente en los
escasos cinco o seis minutos que había tenido antes de que hubiera puesto realmente
un pie en la Atlántida. Había imaginado Templos en ruinas, tal vez unas pocas personas
muy, muy viejas deambulando como cuidadores. Una especie de excavación
arqueológica en progreso, en otras palabras.

En cambio, había entrado en el centro de un antiguo campo de batalla a la vida.


Completado con magia, locura y caos, para no ir todo entremezclado ni nada.

Uno de los guerreros... Venganza... se volvió y gritó algo hacia ella, y Keely dio un
paso atrás en sus talones, sólo para darse cuenta de que no le estaba gritando a ella en
absoluto. Una mujer rubia menuda y curvilínea, vestida con pantalones vaqueros y una
sencilla camiseta, estaba corriendo detrás de ella. Venganza saltó hacia la mujer, con
un ceño verdaderamente aterrador en su rostro.

-"No es un buen momento, Erin."- Gruñó. -"Te quiero con seguridad de vuelta en
el palacio. Ahora. Puedes llevar a estas dos mujeres contigo."

En lugar de estar intimidada en lo más mínimo, sin embargo, la mujer se echó a


reír.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Alaric mandó decir que él me puede necesitar."- Dijo. -"Y ¿desde cuándo toda
esa rutina tuya de He-Man39 jamás ha funcionado conmigo, de todas formas?"

Venganza volvió el peso de su ira hacia los hombres que rodeaban el portal
distorsionado.

-"Alaric, ¡por los nueve infiernos!, ¿qué estás haciendo involucrando a Erin en
esto?"

El hombre que se volvió hacia ellos y respondió era uno de los hombres más
atemorizantes que Keely había visto en su vida. Era sin duda todo un hombre... y,
como los demás, tenía el mismo magnetismo sexual de macho alfa. La fuerza de su
encanto casi se disparó por las nubes, de hecho. Pero éste era diferente.

Donde Conlan había dado la impresión de regia orden, y Ven era todo guerrero
rudo y listo, algo en los espeluznantes ojos verdes resplandecientes de éste y las duras
líneas de su rostro hablaban de hechos oscuros susurrados en callejones sombreados.
Éste podría derramar sangre antes de que siquiera supieras que habías sido cortado, y
podría disfrutar haciéndolo.

Keely se estremeció de pronto más aterrorizada de lo que nunca había estado en


su vida.

-"No desafíes mi juicio sobre esto, Lord Venganza."- Dijo el hombre,


presumiblemente Alaric.

-"Si queremos tener alguna posibilidad de salvar a Justice del Vacío, se sitúa con
Erin y su dominio de la Wilding.40"

Ven se detuvo, a mediados de gruñido, e inclinó la cabeza.

-"¿De verdad crees que puede funcionar? Cada vez que trata de canalizar la
Wilding en la Atlántida, los resultados son, cuando menos, inesperados. No me
gustaría que ella lograra sacar nada más que su cadáver de cabello azul a través de
eso."

El humor desapareció del rostro de Erin como si una mano invisible hubiera
restregado fuera.

-"No te burles de mí, Ven. Si puedo hacer algo... cualquier cosa... para traer a tu
hermano a casa, después de lo que hizo por mí... por nosotros... lo haré."

Mientras Ven y Erin continuaban discutiendo, Keely se encontró


inexplicablemente atraída de nuevo hacia el portal. Hacia los ojos del demente todavía
machacando hacia ella.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Estaba gritando algo, gritando y gritando, pero no podía oír lo que decía. El
espejo estaba en silencio. Pero de alguna manera, de repente, se dio cuenta de lo que
era. Ella sabía quién era.

-¿Qué había dicho Ven?

-"Su cadáver de cabello azul."

Azul. Cabello. Era él. Era el guerrero de sus visiones. Cerró los ojos mientras su
mano involuntariamente se elevó a captar la talla de madera que llevaba como un
talismán. No podía ser. El pez era probablemente de más de dos siglos de antigüedad.
Era imposible.

Y sin embargo... y sin embargo. Aquí estaba ella, en la Atlántida.

Abrió los ojos y su mirada inmediatamente se bloqueó de nuevo con él,


inexplicablemente atraída hacia él con la atracción segura de la marea de la luna. Esta
vez, estaba segura.

Era él. Su guerrero. Y él estaba gritando su nombre.

El terror emocionó a través de ella con tanta intensidad que se sintió debilitada
por ello, y un extraño letargo se extendió por sus miembros. Siempre analítica, su
mente estudió su reacción como si estuviera a distancia. ¿Era así como la presa
reaccionaba a la vista del depredador tironeando hacia abajo sobre ella, con las garras
desenvainadas y mostrando los colmillos?

Ella quebró su cabeza a la izquierda y luego a la derecha en un intento de


sacudirse el cansancio extraño que se apoderó de ella. Entonces comprendió que
Conlan estaba hablando.

-"Decide ahora."- Espetó. -"No tenemos tiempo para esto, Ven. Si Erin no puede
canalizar la magia Wilding para intentar abrir esta puerta de entrada, la única otra
forma es a través de la magia de muerte. Y si se trata de eso, me comprometo por
nuestro hermano. Él salvó a mi esposa y mi hijo... no puedo hacer menos."

Un silencio cayó conmocionado. Incluso Keely, una extranjera en esta cultura, se


dio cuenta al instante de la importancia de lo que el Alto Príncipe acababa de decir. Iba
a sacrificarse para rescatar al guerrero (no, no 'su' guerrero, mi guerrero) quien estaba
evidentemente atrapado en este Vacío.

-"¡No! ¡Estás destinado a ser Rey, idiota!"- gritó Ven.

-"Y… ¿has olvidado el bebé en camino? Si alguien muere aquí, seré yo. Él es mi
hermano, también, y se sacrificó a la Diosa vampiro por mí."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ellos dos (dos de los hombres de aspecto más mortífero que había visto nunca, a
pesar de que parecían ser bastante comunes aquí abajo) se enfrentaron mirándose,
dispuestos a luchar por el derecho a ser la persona que muriese. Eran tan parecidos
que casi podrían ser gemelos.

Exactamente la misma furia oscura chocando en dos pares casi idénticos de ojos.
El mismo endurecimiento exacto de dos mandíbulas idénticamente cinceladas. El
mismo tensado exacto de brazos y hombros musculosos, como dispuestos a saltar el
uno contra el otro.

-"Ya basta, idiotas."- gritó Erin, corriendo junto a Keely. -"¿De qué sirve hacer
esto para cualquiera de nosotros, especialmente para Justice? Tenemos que solucionar
esto. Nadie muere hoy."

Keely sintió una oleada de mareo amenazando con derribarla desde sus pies. En
el espacio de una hora, ella había desaparecido de su agradable, tranquila y sosa
oficina en el estado de Ohio hasta un lugar donde gente loca estaban luchando sobre
quién tiene que quitarse la vida para rescatar a gente aun más loca, que estaba
corriendo a través de un lugar que podría posiblemente no existir, a causa de una
Diosa vampiro que tampoco podía existir.

-"Por supuesto, estoy parada en la Atlántida."- dijo en voz alta, mirando hacia la
cúpula sobre su cabeza. -"O eso, o estoy teniendo algún tipo de crisis psicótica."

Erin palmeó el brazo de Keely.

-"Está bien. Afecta de esta manera a todos nosotros, los pobres humanos, en un
primer momento."

Entonces, con sus acciones contradiciendo totalmente sus palabras sobre ser una
pobre humana, Erin levantó los brazos en el aire, echó la cabeza hacia atrás, y comenzó
a cantar. La canción era sin palabras, con una melodía tan estratificada de oscuridad y
de poder que parecía que no podía venir de una voz humana.

Las notas casi arrancaron físicamente las emociones de Keely, llamando


sucesivamente recuerdos largamente ocultos de dolor y desesperación. La desolación
lavó a través de ella; la desesperanza de una vida vivida no realizada... inútil potencial,
oportunidad desperdiciada.

Arrepentimiento y punzadas agudas de culpa se vertieron a través de ella,


lamiendo sus defensas a través de las ondas de las corrientes de la canción. Cada dolor
que había infligido... cada herida que había sufrido... se arremolinaba a su alrededor en
un miasma de remordimiento y miserias.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ella quería morir. Ella merecía morir. ¿Por qué estaban todos aún conteniendo el
aliento? Se sorprendió apretando los puños llenos de una hierba que se había
sombreado desde el vibrante verde al más aburrido gris, como los colores de su
lamentable, patético mundo.

Una voz áspera cortó través de la niebla que se apoderó de su alma con garras
codiciosas.

-"¡Suficiente! Erin, ya es suficiente. Tu canción no está teniendo ningún efecto


sobre la Wilding, excepto uno más duro de lo que piensas sobre todos los que están
aquí en sus proximidades."

Keely parpadeó cuando la canción se desvaneció, volviendo a una cierta


apariencia de sí misma. Se dio cuenta de que había sido Alaric quien había hablado,
porque él estaba agarrando los hombros de Erin y agitándola suavemente.

Luz azul plateada rodeada a ambos, pero cuando él se alejó, Keely se dio cuenta
de que la luz había surgido solamente de Erin. De algún modo, Erin había cantado la
desesperación volviéndola realidad.

-Hola, bienvenidos al País de los Cuentos de Hadas.

Keely tropezó con sus pies desde donde había aterrizado de rodillas. Miró a su
alrededor y vió que los refuerzos habían llegado. Otra docena de guerreros, aunque
todos habían caído al suelo también.

Cuando empezó a retroceder hacia el portal, se dio cuenta de que uno de los
guerreros recién llegados, con una mirada de dura determinación en su rostro, estaba
recostado sobre su lanza. El extremo era puntiagudo. Y él estaba presionándola contra
su pecho. Ella gritó y comenzó a correr, sabiendo que no podría llegar a tiempo.

-"¡No! Era la música; ¡era sólo la música! ¡Que alguien le detenga!"

Sorprendido, el guerrero la miró. En ese instante, uno de los otros golpeó la lanza
fuera de sus manos. Keely estaba corriendo demasiado rápido para detenerse, sin
embargo. Se deslizó directa contra ambos, golpeando sobre ambos. Mientras yacía allí,
tumbada de espaldas con el viento que pasaba sobre ella, se echó a reír. Una vez que
empezó, no podía parar.

Dos caras entraron en su campo de visión, mirándola. Los dos guerreros que
parecían gratamente sorprendidos con su 'no-tan-agraciado' acercamiento. Se miraron
preocupados, lo que la hizo reír más fuerte.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Esto debe ser un ataque de nervios. He estado trabajando muy duro durante
mucho tiempo, y por eso mi cerebro está simplemente tomándose unas pequeñas
vacaciones. Esto es una fantasía, por eso estoy rodeada de magia, y vampiros, y
hombres magníficos, ¡oh, Dios mío!"- Logró decir, en medio de jadeantes respiraciones
casi dolorosas.

Uno de los hombres sonrió, pero el otro... el que había estado a punto de hacer
'kebab' 41 consigo mismo... permaneció solemne.

-"No sé por qué la música me afectó tanto, mi señora."- le dijo. -"Pero estoy
eternamente en deuda contigo por salvarme de mis propias acciones."

Extendió su mano sobre la suya. Mientras él la ayudaba a levantarse, trató


desesperadamente de recuperar el control de sí misma. Cuando lo último de su risa se
desvaneció, oyó un sonido diferente. Esta vez, sin duda no era la música. Era un
terrible aullido abrasador de almas.

-"Al parecer, tu magia ha afectado a la entrada en cuanto a eliminar la barrera


del sonido."- le dijo Alaric a Erin, que se había trasladado para colocarse cerca de Ven. -
"No estoy seguro de que sea una mejora."

-"Nunca he oído un sonido como ese que viene de Justice."- Dijo Venganza. -
"Cualquiera cosa que Anubisa hiciera con él..."

Dejó el pensamiento inacabado mientras se movía para proteger a Erin,


acomodando sus dagas en sus vainas.

-"Es la hora de la fiesta. Aquí está la esperanza de que esté al menos un poco
cuerdo, o que le puedas detener antes de que él se lastime, Alaric."

La mirada de Keely se disparó a la entrada, y cualquier vestigio de la risa dentro


de ella desapareció como si nunca hubiera existido. Porque su guerrero... el que todos
llamaban Justice... había llegado hasta la ventana, y su horrible grito se había detenido,
como si alguien hubiera accionado un interruptor. La atrapó en su mirada, su cara
consolidada como si la retara a que mirara lejos.

De cerca, era aún más aterrador. Bajo la sangre, la suciedad y el pelo enredado,
vió que se asemejaba a sus hermanos, a excepción del pelo azul. Bajo toda esa mugre,
ella sabía que era azul. Sabía que era hermoso. Había visto su cabello limpio y brillante
muchas veces, a lo largo de los años, mientras él se inclinaba en la tarea de tallar su
pequeño pez.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Belleza era la palabra correcta, se dio cuenta, todavía atrapada en su mirada.


Justice poseía una belleza oscura, como si un ángel caído se hubiera convertido en
depredador y acechara la Tierra. Pero más que eso, más allá de cualquier característica
física, había algo en su presencia... algo en sus ojos... que llamaba a una parte
primordial de ella de una manera que nunca le había sucedido cuando le había visto en
sus visiones.

La conexión fue tan intensa que ella tropezó, olvidando cómo respirar. Todo su
cuerpo se tensó hacia él, intentando saber lo que pudiera decir o hacer.

Pero él se quedó en silencio, simplemente mirándola fijamente, mientras la


criatura de aspecto horrible detrás de él arrastraba los pies cada vez más cerca.
Entonces Justice levantó su espada y la apuntó directamente a ella, mirando más allá
de sus hermanos, de Alaric, y del resto de ellos, como si no existieran. Justice
simplemente se la quedó mirando, con el rostro dibujado en líneas heladas, casi como
si la conociera, casi como si él… la despreciara. Se estremeció en reacción, pero fue
incapaz de hablar.

Él imitó su silencio, sin decir nada durante casi un minuto completo o aun más
tiempo. Conlan miró a Keely, luego se volvió hacia su hermano.

-"¿Justice? ¿Puedes oírnos?"

La mirada de Justice parpadeó hacia Conlan, pero no dio otra señal de que
hubiera escuchado o entendido las palabras antes de que su mirada se clavara en
Keely de nuevo. Después de otro soplo de silencio, en el que nadie parecía saber qué
hacer ni qué decir, él habló, con voz áspera, ronca.

-"Eres ella. Eres Keely."

Sus palabras eran una exigencia, no una pregunta. Se encontró asintiendo, como
obligada a responder.

-"Sí."- Respondió ella, con voz apenas un susurro. -"Soy Keely."

Él sonrió con una sonrisa lenta y peligrosa, y la blancura de sus dientes fue casi
chocante en la oscuridad de su rostro.

-"Somos Justice."- le dijo. -"Y tú eres nuestra."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Trece

Justice miró a la mujer, preguntándose cuándo y cómo se había convertido en el


punto focal de su universo. Preguntándose cómo podía ser tan hermosa que brillaba
como una joya en el escenario de la Atlántida. Se sintió atraído por el coraje que vió en
sus ojos y... por el más elemental instante... la nobleza y el honor le aconsejaron
alejarse. Permanecer en el Vacío y nunca, nunca tratar de encontrarla de nuevo. Ella
era la luz para su oscuridad, y él estaba retorcido.

Todo en él estaba equivocado.

Por ese único, momento congelado, su lado Atlante luchó contra la necesidad
imperiosa, la demanda dura y amarga hambre que se derramó de su mitad Nereida.
Pero su lado Nereida había sido negado durante mucho tiempo.

Él quería. Necesitaba. Él necesitaba a Keely, y la tendría. Un rugido sin palabras


explotó fuera desde sus pulmones y se escapó de su garganta. Se la llevaría. Ahora.

Dio un paso adelante para cruzar la puerta de entrada, pero en el primer toque
de su mano contra la superficie vidriosa, una carga eléctrica feroz lo derribó atrás una
media docena de pasos. Detrás de él, Pharnatus, la pobre criatura que casi había
olvidado, se tambaleó hasta detenerse.

-"No entiendo lo que está pasando aquí, mi Lord. Pero cualquier entrada desde
el Vacío está cerrada y protegida por la magia de muerte. Como la Diosa vampiro las
creó, así deben ser traspasadas. Sin un sacrificio de sangre, no puedes unirte a tus
compañeros, ni ellos a ti."

Justice giró en redondo, gruñendo, la espada todavía reposando en su mano.


Pharnatus se encogió, cubriéndose la cara con un brazo, sus ojos salvajes rodando en
sus orbitas.

-"La poca vista que me queda proclama que estás cerca de tomar mi vida."- Dijo,
con no poca dignidad. -"Por lo menos déjame decir mis últimas palabras a los Dioses
de mi padre antes de hacerlo."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Antes de que Justice pudiera negarlo, casi antes de que pudiera verificar el
impulso de atacar, la criatura deforme que una vez había sido un hombre inclinó la
cabeza y se arrodilló sobre una rodilla. Él comenzó a murmurar una sencilla letanía de
oración y Justice se sorprendió al oír que era una oración de gratitud.

-Agradecimiento.

Agarró a Pharnatus por el hombro y le dio un tirón hacia arriba.

-"¿Qué puedes haber dejado posiblemente en el camino de la gratitud? ¿Qué


puedes estar diciendo a esos Dioses tuyos sin valor, que te dejaron en este infierno
durante miles de años? Ellos no merecen ni tus oraciones ni tu agradecimiento, sólo tu
odio y venganza."

El griego de Justice era casi ininteligible cuando gruñó eso con los dientes
apretados, pero el hombre que tenía delante pareció entenderle.

-"Tal vez habrías tenido razón, una vez."- murmuró Pharnatus con los labios
agrietados y torcidos. -"Tal vez hubiera muerto con la venganza en mi lengua y el odio
en mi corazón, entonces. Pero viniste, y trajiste la luz a través de tu espada sagrada. La
luz brilló sobre mi cara de nuevo, por última vez, después de dos milenios de
oscuridad. ¿Cómo no voy a estar agradecido? ¿Cómo no voy a creer en mis Dioses?
Para mí tú eres su mensajero, y ahora, con tu brillante espada, me vas a entregar a
ellos."

Justice dio un paso atrás, pero gritando de frustración.

-"No soy el mensajero de ningún Dios, pobre loco engañado. No soy más que el
bastardo abandonado de un Rey hipócrita y la pesadilla no deseada del Dios del mar.
Incluso mi propia madre me abandonó. Así que no me hables de Dioses y mensajeros.
No te voy a matar. Aunque mi nombre es Justice, no soy un repartidor de ella."

Se volvió hacia la ventana. Él no tendría ninguna entrada en la Atlántida,


entonces. Nunca más pondría un pie en la tierra de su hogar. No sabía que la idea de
eso podría arrancar a través de él mordiendo con tal agonía y con tal rango de
desesperación, pero daría su propia vida antes de tomar la de esta pobre y miserable
criatura. No podía soportar mirar a Keely de nuevo, por lo que tuvo la precaución de
mirar sólo a Conlan y Ven.

-"Hermanos"- Dijo, de alguna manera la palabra plasmándose en Atlante en lugar


de en antiguo griego. -"Después de todos estos años, por fin puedo llamaros mis
hermanos, y entonces es sólo para que pueda deciros adiós."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

El Nereida dentro de él aullaba silenciosamente con rabia, pero fue silenciado


por la mitad Atlante de su alma cuando vió las lágrimas que caían de los ojos de sus
hermanos. Conlan y Ven, los hermanos que nunca había sido capaz de reclamar,
quedaron angustiados ante él, con la evidencia de su relación rastreándose por sus
rostros.

-"Jamás despedida, mi hermano."- Dijo Conlan, sus oscuros ojos destellando a la


plata. -"No, cuando apenas nos hemos encontrado. Yo, como Rey, reclamo el derecho
del sacrificio. Sabes que lo hago por amor a ti, y queda en paz con eso."

Antes de que Justice pudiera reaccionar, Conlan levantó una daga hasta su
propia garganta y apretó la hoja en su carne. La reacción de Ven fue mucho más
rápida, sin embargo, cuando él gruñó una advertencia y golpeó la cuchilla de Conlan
fuera de su mano.

-"No lo harás, ¡maldito idiota! Te lo dije, si alguien se sacrificará a sí mismo por


nuestro hermano, voy a ser yo."

Con eso, Ven se retorció, ya que estaba bajo el brazo de Conlan, y forzó la mano
de Conlan hasta alzar la daga, todavía apretada en el puño de Conlan, cortando ahora
en la garganta de Ven. Una línea de sangre vívidamente escarlata manaba de debajo
de la hoja, hipnotizando a Justice con su vibrante color.

Vitalidad. Vida. Las vidas que sus dos hermanos estaban dispuestos a sacrificar
por él. La realización lo noqueó del extraño trance causado por la visión de la sangre
goteando.

-"No. ¡No! No podéis. No voy a aceptarlo. No voy a tener vuestras vidas en mi


conciencia. No soy, y nunca he sido, digno de vuestro sacrificio."

Pero o bien no le escuchan, o ellos no le hicieron caso, porque seguían peleando


por la daga. Luchando entre sí sobre quién iba a morir para que él pudiera volver a
casa. La agonía arrancó como el acero frío a través de su pecho al pensar en cualquiera
de ellos muriendo en su nombre.

-"¡No!"- gritó de nuevo. -"No voy a aceptarlo. Voy a regresar al Vacío, así que
cualquier sacrificio que hagáis sería en vano. Bajad la hoja, y no continuéis con este
curso de estupidez."

Forzó un sarcasmo burlón que él no sentía en su voz.

-"Sois tan tontos, ambos. Casi me avergüenza llamaros hermanos míos. Dejad
fuera esta locura ahora. Con mucho gusto regreso al Vacío para escapar de vuestras
sensibleras tendencias de sacrificio."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Y entonces, en un acto de valor más allá de cualquiera que había conocido en


todos sus siglos, él levantó la cabeza para echar un último vistazo a Keely. Bebió la
vista de ella... el pelo rojo glorioso que nunca tocaría, el exuberante cuerpo que nunca
sentiría junto al suyo.

-"Acuérdate de mí, mi señora. Eso es todo lo que pido de ti por ésta o cualquier
vida. Acuérdate de mí, aunque nunca me conocieras, porque yo siento que te he
conocido por toda la eternidad y tuve hambre por ti durante más tiempo, todavía."

Con eso, se volvió para alejarse, luchando contra todos los instintos que poseía.
Su mente y su corazón y su alma le gritaban que no podía dejarla. Y sin embargo, su
honor sabía que no podía permitir que sus hermanos hicieran aquel sacrificio supremo
por él.

Cuando se volvió, con la espada todavía sostenida delante de él, olvidada,


Pharnatus le cerró el paso.

-"Ningún bastardo desechado ocasionaría tal lealtad por parte de sus


hermanos."- Dijo, con una sencilla dignidad brillando sobre sus rasgos retorcidos. -
"Eres un mensajero de los Dioses, aunque no sepas la verdad de ti mismo. Tú eres el
emisario de mi liberación de la oscuridad, de Anubisa, y de la muerte sin sentido."

En ese momento, Pharnatus jadeó y levantó la cabeza para mirar con terror y los
ojos desorbitados a algo sobre el hombro de Justice. Justice se dio la vuelta para ver
qué nueva amenaza había llegado, pero antes incluso de que hubiera empezado a girar
su cuerpo hacia el portal maldito de Anubisa, un peso repentino y ominoso se empujó
hacia él.

Por reflejo, dobló las rodillas para atrapar a Pharnatus cuando el hombre cayó en
sus brazos. Pero, mirando hacia abajo, Justice comprendió que su espada estaba
enterrada hasta la empuñadura en el abdomen de Pharnatus, y echó la cabeza hacia
atrás y aulló su desesperación al palpitante cielo rojo.

-"Para los Dioses que están escuchando, sabed esto."- Dijo el griego,
esforzándose para dar forma a cada palabra, su rostro contorsionado en una brillante
combinación de agonía y de júbilo. -"Hago esto por mi propia voluntad, y mi sacrificio
debe poder liberar a Lord Justice de su prisión."

Justice gritó y sacó la espada de Pharnatus, mientras el hombre se desplomaba


en sus manos.

-"¡No! ¡No por mí! ¡Nunca por mí! Yo no merezco tu sacrificio."- Gritó, sus
propias lágrimas le corrían por la cara. -"No puedes hacer esto."

94
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Ya lo he hecho."- dijo Pharnatus, la voz desvaneciéndose. -"Y es hora para ti de


que vivas tu vida con el conocimiento de ello. El conocimiento de que eres digno, y los
Dioses te han elegido por una razón."

Con eso, una inmensa alegría inundó el rostro del griego, y levantó sus brazos
como si viera algún heraldo invisible.

-"Alejandro, mi Lord, has venido por mí."- Exclamó.

Con un último suspiro tembloroso, Pharnatus cerró los ojos y murió. Un


gigantesco sonido en auge se estrelló a través del Vacío como una onda expansiva, y
Justice levantó la vista para ver que la superficie distorsionada de la entrada se había
vuelto transparente.

El Sumo Sacerdote Alaric limpió a través de la apertura y extendió un brazo.

-"Su sacrificio ha abierto el camino, pero sólo un ser vivo puede pasar. No puedo
ir a ti, Justice. Tienes que caminar a través, hacia nosotros."

-"No voy a dejarle."- dijo Justice con voz áspera. -"No le merezco, y no le voy a
dejar."

-"Puedes traer su cuerpo."- Dijo Alaric. -"Él ya no está vivo, y por lo tanto no está
sujeto a las restricciones del Vacío. Pero ven ahora, antes que se cierre la puerta."

Justice miró la espada y observó, con algún rincón de su mente, que ya no


brillaba. De hecho, la propia hoja se había vuelto negra.

-"Negra para que coincida con mi alma, tan indigna de su sacrificio."- Dijo con
amargura.

A través de los hábitos nacidos de los siglos, sin embargo, la limpió con la manga
y la envainó en su espalda en lugar de lanzarla hacia fuera a los desechos de las tierras
del Vacío.

-"Ahora, debes darte prisa."- instó Alaric. -"No sabemos por cuánto tiempo
permanecerá abierta la puerta."

No había nada más dudas con eso. Si permanecía en el Vacío, eso haría inútil el
sacrificio de Pharnatus. Él no podía... no se permitiría hacer eso. Recogió al hombre
caído entre sus brazos y se levantó. Luego, en un solo salto, pasó por las puertas del
Vacío y entró en la Atlántida.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Mientras cruzaba en el aire de su tierra natal, la frágil paz entre sus dos
naturalezas se hizo añicos. La mitad Nereida de su alma gritó su desafío, y su lado
Atlante inclinó su cabeza en vergüenza por que el hombre caído se hubiera sacrificado
para un ser tan despreciable como él mismo. Su cráneo latía con la rabiosa furia de la
batalla de su psique dividida por el control.

-Pero ¿qué importa sentir más dolor después de tanto tiempo de nada más?

Metió su lastimera carga en los brazos de Alaric.

-"Quisiera pedirte que honres a este hombre con los antiguos ritos funerarios. Él
era un soldado de infantería griega en el ejército de Alejandro y sobrevivió dos
milenios en el Vacío."

Alaric inclinó la cabeza.

-"Así se hará, como honor y prueba de su supervivencia y por su sacrificio."

Justice echó la cabeza hacia atrás y gritó una dura carcajada que no tenía humor.

-"No había motivo detrás de su equivocada elección, aunque el altruismo por sí


solo merece honrarse. Pero no debería haber hecho eso por mí. Nunca por mí."

Detrás de él, Ven y Conlan se acercaron más. Como si fueran uno, pusieron sus
brazos alrededor de él en un abrazo feroz. En ese instante, eran finalmente más que
camaradas o compañeros guerreros. Eran hermanos... familia. Por un instante, Justice
se permitió experimentar lo que otros habían conocido. La calidez de pertenencia.
Pero luego los apartó.

-"No creo que me incluyáis en vuestro linaje real a través de un simple accidente
de nacimiento."- Se burló. -"Somos hermanos sólo de nombre, y no podría serlo de
otra manera. No busco nada mas ahora, excepto liberarme de la carga del sacrificio no
deseado de este pobre hombre."

Un ruido suave captó su atención, el sonido de una negación hecha sin palabras.
Era ella. Era Keely. El dolor casi se había llevado la conciencia de su presencia. Miró
hacia arriba y directamente a aquellos ojos más verdes que las esmeraldas y más
profundos que las corrientes oceánicas que les rodeaban. Ella estaba agarrando una
mano a su garganta y la piel caliente y sedosa de su cuello le fascinó. Quería abrazarla,
para enterrar la cara en la curva donde su cuello donde se encontraba con su hombro y
nunca dejarla ir.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Cuando habló, la cadencia líquida de su voz atrapó algo en lo más profundo de su


alma. En sus dos almas.

-"No hagas eso."- le dijo, con una voz ronca que sintió como un canto de calor y
fuego por su espina dorsal. -"No menosprecies su regalo para ti. En toda la historia, no
hay honor más grande que el auto-sacrificio, y este pobre hombre dio su vida por ti."

Se quedó helado, las dos mitades de su alma atrapadas por el dolor en su voz.
Cada fibra de su ser anhelaba ir hacia ella, desesperado por conocerla. Desesperado
por abrazarla. Desesperado por tenerla. Él nunca, nunca sería digno de ella. Pero
pasaría su tiempo intentándolo.

-"¿Tú deseas que le honre? Tus deseos son mis órdenes, señora. "- Gruñó.

Luego supo que estaba perdiendo todo su control... sólo era capaz de centrarse
en ella. De tomar posesión de ella.

-"Honro su sacrificio con el del tuyo para mí."

Con esas palabras, y nada más allá de algún vago conocimiento de un poder de
Nereida que nunca había ejercido, saltó hacia Keely, la cogió en sus brazos, y deseó
que ambos estuvieran en otra parte. Sólo ellos dos. Su voluntad les llevó a un santuario
que no había visitado en más de dos siglos.

Cuando una profunda niebla azul-verdosa se arremolinó de la nada rodeándole,


su última visión fue de las caras desencajadas de Alaric y sus hermanos. Entonces,
antes de que tuviera oportunidad de protestar, él apretó su agarre en Keely y cerró los
ojos mientras la oscuridad los reclamaba.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo catorce

Atlántida, una caverna debajo del Templo de las Nereidas

La consciencia de Keely se destrozó y reconstruyó, una y otra vez, entre


partículas de colores brillantes de la materia que giraba alrededor de ella como una
tormenta de arena concebida por un artista loco. Duró unos pocos segundos (de
alguna manera supo eso) a pesar de que su sentido del tiempo y el espacio fue
arrojado y descentrado. Ella existía y no existía simultáneamente en varias realidades
diferentes, pero en cada una de ellas estaba sostenida por unos brazos como bandas
de acero y contra un pecho duro como una roca. Aunque aquel acero y aquella roca
estaban despidiendo calor como un horno y olían a sangre y suciedad.

De pronto, el vórtice desapareció y ella cayó sobre sus pies, fuerte, en un suelo
de piedra. Sólo la fuerza y el equilibrio de Justice le impidieron caer. Ella esperó, con
los ojos bien cerrados, respiraciones rápidas y poco profundas, hasta que pudo confiar
en sí misma para hablar o moverse sin peligro de perder el contenido de su turbulento
estómago.

Los brazos alrededor de ella apretaron, presionándola más cerca entre sus
brazos, y el miedo anuló sus náuseas. Sus ojos se abrieron de golpe y ella empujó
contra su pecho con toda la fuerza que pudo reunir. Podría muy bien haberse ahorrado
el esfuerzo, dado el efecto que había hecho en él. Fue como empujar contra las rocas
en un derrumbe; la misma sensación de enorme peso inamovible.

El miedo se convirtió en frustración y una abrumadora sensación de haber tenido


mucho, mucho más que suficiente pulsando a través de su cabeza con el inicio de un
dolor de cabeza como un inmenso petardo.

-"Déjame ir."- le espetó con los dientes apretados, mirando con determinación a
su pecho.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Aunque ella era de altura por encima del promedio para una mujer (con un
metro setenta y siete), él era considerablemente más alto, por lo menos un metro
noventa y cinco, probablemente. De algún modo supo que no deseaba mirarle a los
ojos. No ahora. No cuando aún tenía la atrapada en sus brazos.

Él habló por fin, aún con esa ronquera oxidada en su voz.

-"No estamos seguros de que queramos dejarte ir, nuestra Keely."

Su mente tartamudeó sobre su extraño uso del plural, pero antes de que pudiera
encontrar una respuesta, sus brazos se aflojaron y, a pesar de sus palabras en sentido
contrario, él la soltó. Inmediatamente se tambaleó hacia atrás y lejos de él, negándose
a mirar hacia su propia camisa y pantalón, ahora también manchadas con la sangre de
su cuerpo.

Las náuseas iban ganando, y ella no necesitaba darles un impulso. En cambio,


escaneó su entorno para tratar de averiguar dónde estaba. Averiguar cómo había
llegado allí podría esperar hasta más tarde.

El oscuro espacio era enorme, con el techo tan alto por encima que no podía
verlo. El suelo era un mosaico de intrincado patrón que le recordaba a la sala que
había visto en su visión de Nereus. El tenue, aunque no desagradable, olor de
minerales flotaba en el aire ligeramente húmedo. Le recordaba a las aguas termales en
California.

-"¿Dónde estamos?"

Empezaría con las preguntas sencillas, ya que no estaba del todo segura de
cuanta cordura tenía en realidad aquel hombre salvaje que la había secuestrado.
Simplemente porque él era el hombre de su visión (o su gemelo malvado) no
significaba que estuviera a salvo con él.

Tocó involuntariamente la talla a través de su camisa. El hombre que había visto,


sentado junto al fuego, tallando su pez... él era como una imagen fotográfica
extrañamente distorsionada de este guerrero. Le hizo dudar de sus visiones. Le hizo
dudar de sí misma.

¿Tal vez este hombre, Justice, era algún descendiente del guerrero de su visión?
Tal vez.

-"Una profunda caverna bajo el Templo de las Nereidas."- Dijo. -"Apropiado, ¿no
es así?, ya que nuestra mitad Nereida finalmente ha asumido el dominio sobre
nosotros."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Bueno. Es hora de hacer frente a la pregunta obvia.

-"¿Nosotros? ¿Quién es nosotros? ¿Siempre hablas de ti mismo en plural?"

Quizás no sea la mejor idea, confrontar de frente su psicosis, pero ella era
arqueóloga, no psiquiatra. Después de toda una infancia pasada siendo arrastrada de
un psiquiatra con otro, estaba especialmente cualificada para reconocer la diferencia.

Maníaco-depresiva. Sociopatía límite. Falta completa de cualquier sentido de la


realidad. Diagnósticos, con sonido profesional o no, quemaron por su mente como si
fuera ácido. ¿Había pasado todos esos años tratando de convencer a sus padres que
realmente era normal... de que realmente estaba cuerda... sólo para perder ahora su
control sobre la realidad?

Empujó las dudas a un lado y tomó una profunda respiración temblorosa.


Recogiendo lo que quedaba de su maltrecho coraje, finalmente le miró directamente.
De cerca, era aún más terroríficamente salvaje y más atrayente incluso (aunque esto
no tenía ningún sentido en absoluto).

A pesar de que estaba plantado de pie, erguido y alto ante ella, daba la
impresión de ser un depredador agazapado para saltar. Lo que la llevó de vuelta a la
incómoda sensación de ser su presa.

Todos esos años de estudiar el pasado, y ahora estaba enfrentándose con el


salvajismo primitivo en toda su furiosa gloria. El hombre era un antiguo guerrero
vuelto a la vida, no uno enterrado en las arenas de la historia, como ella había asumido
siempre.

Los trapos que llevaba parecían ser los restos de una simple camisa y los
pantalones, o bien habían visto batallas o de lo contrario pasaron a través de una
trituradora. Su pecho musculoso era claramente visible debajo de la tela hecha jirones,
aunque ambos estaban rayados de sangre y suciedad. Su estómago se volteó
amenazadoramente y rápidamente apartó la vista de la sangre.

Ella era dura; siempre había tenido que ser dura. Pero en este momento su
equilibrio no era feliz con nada sobre su situación. No querer mirar la sangre de aquel
pobre hombre no la hacía ser cobarde.

Una correa de cuero le cruzaba el pecho y se conectaba a la parte superior de la


funda en su espalda. Había esgrimido la espada como si fuera una extensión de su
brazo, y era evidente que la había usado muchas, muchas veces antes.

Los mechones de pelo cayendo alrededor de su cara y la harapienta trenza que


colgaban hasta su cintura eran azules, como ella había sabido.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Pero no azul simple, no. Los matices de su cabello oscilaban en todo el


espectro... desde la medianoche más profunda hasta el azul pálido de un cielo de
verano. Al menos por lo que podía deducir, bajo la tierra y la sangre que cubría casi
cada centímetro de su cuerpo. Las líneas tensas de su rostro eran clásicamente
perfectas.

Había visto estatuas romanas que habrían sufrido en comparación. Y sus ojos
eran de color negro o de un azul tan oscuro que la luz no los tocaba en absoluto. Sus
labios se curvaron en la mera sugerencia de una sonrisa burlona, y se dio cuenta de
que había estado mirándole fijamente, como una colegiala deslumbrada, durante más
tiempo de lo que quería admitir. O como alguien temiendo por su vida.

-"Puedo proporcionar más luz, si deseas examinarme más a fondo, mi señora."-


Dijo, con voz ronca. -"Sin embargo, me parece que mi control no es lo que yo podría
desear después de los acontecimientos de hoy, y tu atenta lectura no me está
ayudando para abstenerme de actuar sobre mis impulsos más básicos."

-"No suenas loco."- Espetó, luego gimió. -"Lo siento. De veras. No estoy tratando
de antagonizar o alterarte de ninguna manera."- Dijo, tratando de tener un tono
tranquilo y nivelado, incluso mientras retrocedía unos pasos más. -"Aunque, tienes que
admitir que debes darme algunas explicaciones. Pero empecemos con cómo hemos
llegado hasta aquí y cómo podemos salir, ¿de acuerdo? Entonces podemos pasar a
cuestiones más complejas, como la forma en que me conoces."

Consideró mostrarle la talla y le preguntarle sobre eso, pero decidió no hacerlo.


Todavía no. Establecer una conexión entre ellos, no importa cuán tenue fuera, no
parecía prudente teniendo en cuenta su estado de ánimo actual.

Razonar con aquel hombre loco ahora; descomponerse en pánico histérico


después. Comprobado. Todas esas veces que se había quedado a solas por la noche
para evitar posibles ladrones de tumbas, no había tenido miedo entonces. Bueno, está
bien, había estado despreciablemente asustada. Pero aquellas experiencias le
permitieron ahora fingir una calma que estaba a kilómetros de distancia de sentir.

Él hizo un gesto con la mano, y una hilera de faroles que rodeaban la caverna se
iluminó con suave y brillante luz azul-verdosa. Ella abrió la boca un poco, no por el
truco de magia con las luces, sino por la vasta extensión del espacio que reveló,
incluyendo un gran estanque de agua que debía ser el manantial de agua mineral que
había olido antes. Girando lentamente en un círculo, estudió la caverna y las brillantes
piedras preciosas insertadas en las paredes todo el camino alrededor de ellos, la
curiosidad científica casi superando su miedo muy racional por lo que podría estar
planeando hacer con ella. O contra ella.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"¿Es una especie de geoda42?"- Murmuró eso para sí misma, pero él respondió.

-"Sí. Parcialmente. La cámara que está directamente encima de nosotros es una


geoda y es utilizada en los rituales de curación del Templo. Pero esto es una sencilla
caverna, aunque los propios muros están incrustados con, hasta donde yo recuerdo,
ejemplos de cada piedra preciosa que ha conocido la Atlántida."- Dijo, moviéndose
lentamente hacia ella. -"Eres más hermosa de lo que había imaginado."

El abrupto cambio de tema la cogió con la guardia baja, y chasqueó de nuevo en


modo de alerta.

-"¿Qué? ¿Por qué? ¿Por qué me imaginaste? Y, ¿por qué estamos aquí?, y ¿quién
demonios eres tú? He oído que el Príncipe y su hermano (¿otro Príncipe?) decían que
eras su hermano perdido hace mucho tiempo. Entonces ¿por qué no estás en una gran
reunión familiar real en este momento? ¿Lo del hijo pródigo y todo eso?"

Sus ojos se estrecharon.

-"Ya has oído mucho. ¿Cuánto tiempo has estado en la Atlántida? ¿Suficiente
tiempo para que uno de ellos te reclamara?"

Sus palabras salieron con un tono de gruñido bajo, y él se tensó visiblemente,


como conteniéndose de abalanzarse sobre ella. Ella retrocedió de nuevo, levantando
sus manos en un intento de apaciguarle y alejarlo de cualquier idea enloquecida que
estuviera formulando.

-"Mira, Señor Justice, o Príncipe Justice, si lo prefieres, no sé de qué estás


hablando. Nadie me reclama. Este no es el siglo XII. Tu amigo Liam vino a mi oficina
para ofrecerme la oportunidad de estudiar la Atlántida. Soy arqueóloga, y yo..."

Se detuvo, sin saber realmente cómo explicarlo.

Él se tranquilizó un poco, los músculos tensos se relajaron por un momento, pero


luego una oleada de algo que parecía como desesperación o quizás aborrecimiento
cruzó su rostro, y ella se estremeció.

-"Parece que somos incapaces de pensar con claridad a tu alrededor, Keely. Tal
vez podrías descansar mientras nos bañamos, para que podamos continuar esta
discusión cuando no apestemos a la sangre del sacrificio de Pharnatus."

-"¿Descanso? ¿Descansar?"

Oyó levantarse su voz cerca de ser un grito, pero parecía no poder evitarlo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"¿Me estás tomando el pelo? Acabas de escapar de algún lugar que no puede
existir, un pobre hombre se quitó la vida en tus brazos con tu espada, me
secuestraron, me estás hablando de ti mismo en plural de nuevo, algo sobre una
reclamación y tus más viles impulsos, y… ¿quieres que tome una siesta?"

Apretó los puños y buscó salvajemente alrededor algo que podría usar para
defenderse, de manera irritante fue consciente de que era la segunda vez en un día
que había tenido que hacer lo mismo.

-"Si alguna vez salgo de esto, me voy a comprar una navaja."- Espetó ella. -"O tal
vez un Taser. O una pistola. No hay ninguna siesta. No hay reposo. No, sólo tu
sacándome de aquí."

Él levantó la espada envainada sobre su cabeza, y ella pensó que estaba acabada.
Su madre siempre le había advertido que su boca le conseguiría muchos problemas.

-Moderadamente famosa arqueóloga asesinada por antiguo guerrero


renacido: reconstrucción de los hechos en YouTube.- pensó.

Pero él simplemente colocó la espada, con vaina y todo, en el suelo, y luego se


quitó el resto de su camisa. La sangre y la suciedad estriaban su piel, y por el tejido de
cicatrices en media docena de lugares pudo ver que él había sido gravemente herido
muchas veces. Algunas de ellas parecía que deberían haber sido fatales.

-"¿Estás herido?"- Se encontró preguntando. -"La... esa sangre... ¿es cualquiera


de ella tuya? ¿Necesitas asistencia médica? Conozco algunos rudimentarios primeros
auxilios, si puedes conseguirnos algunos suministros."

Se quedó inmóvil en su lugar y la miró fijamente, con una expresión en su rostro


que ella no podía descifrar.

-"¿Acabas de ofrecerme tu ayuda?"

Exasperada, cruzó los brazos sobre su pecho.

-"Sí. ¿Por qué? ¿Estoy rompiendo una especie de regla de 'no-toques-a-la-


realeza'? Porque tengo que decírtelo, tengo una buena dosis de miedo pasando por mi
ahora mismo, pero está a punto de conseguir ser revocado por lo que mi abuela
siempre llama 'pura-terquedad-intratable'."

Él parpadeó.

-"Honras a tu abuela, entonces, porque ambas sois mujeres guerreras, ¿no?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Fue su turno de parpadear, porque eso había casi sonado como admiración en su
voz.

-"Pero..."

-"No"- dijo, interrumpiéndola. -"No hay una regla contra el contacto con la
realeza, aunque no reclamo ningún tipo de herencia para mí. Medio hermano o no; yo
solo era el bastardo no deseado y forzoso de un Rey cautivo. Es más bien que no podía
creer que te ofrecieras para ayudarme cuando yo te he tratado muy pobremente."

Trató de procesar la información, pero no tenía el conocimiento suficiente para


formarse cualquier teoría. El drama de telenovela de las familias reales de toda la
historia parecía estar en plena vigencia con éste, también, y ella necesitaba más
conocimiento, incluso antes de que quisiera especular.

-"Lo hice. Quiero decir, lo haré. Te ayudaré si lo necesitas."- Logró decir,


conteniendo la respiración en la garganta mientras él se dirigió hacia ella.

Entonces se le ocurrió un pensamiento.

-"Dijiste 'yo' de nuevo. No 'nosotros'. Es que... ¿Puedes explicarme eso?"

Él caminó lentamente como para demostrarle que no sería ninguna amenaza y


finalmente se detuvo justo delante de ella.

-"Me honras, Keely, y voy a explicarte tanto como pueda. Pero primero tengo
que bañarme y descansar. Necesitas descansar, también."

-"¡Eso de nuevo, no! Mira, ya te lo dije..."

Pero mientras miraba hacia sus ojos, se olvidó de lo que había estado pensando.
Llamas azules verdosas danzaban profundamente en los centros de sus pupilas negras,
y ella, fascinada, levantó una mano para tocar su rostro.

-Por supuesto que necesito descansar. Estoy muy cansada, ¿no? Muy cansada.

Cuando sus dedos trazaron la fuerte curva de su pómulo, se estremeció bajo su


mano, despertando un rastro de la potente conciencia sensual en su cuerpo. Pero una
vocecita enterrada profundamente en su mente le gritaba que no estaba cansada en
absoluto. Que necesitaba escapar.

Mientras miraba a sus ojos, la voz se desvaneció. Muy bien. Ella estaba muy, muy
somnolienta. Sus párpados se cerraron, y sintió que sus rodillas cedían bajo ella. Él la
cogió mientras caía.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Me estás sosteniendo de nuevo."- Murmuró, el sueño reclamándola en oleadas


de paz y tranquilidad.

-"Ningún otro te sostendrá jamás, Keely."- Dijo, y luego sintió sus labios tocar
ligeramente la frente. -"Eres mía."

Algo sobre sus palabras... algo incorrecto... cosquilleó en el borde de su


conciencia por unos segundos, pero luego se rindió al sueño. Podía averiguarlo más
tarde. Cuando no estuviera tan, tan cansada. Hundiéndose abajo, abajo en ondas
suaves de sueño, soñó con espadas, joyas, y un hombre con pelo de zafiro que
esgrimía ambos.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Quince

Atlántida, el palacio, a la mañana siguiente

Conlan miró alrededor de su habitación de planificación estratégica (se negaba a


pensar en ella como una sala de guerra, cuando el tema en cuestión era su propio
hermano) y se preguntó por qué una noche de sueño parecía no haber refrescado a
ninguno de ellos. La oscuridad se extendía como hematomas debajo de los ojos de
todos los que entraban en la habitación, y él sabía que su propio rostro reflejaba lo
mismo. Riley había sufrido pasando a través de una noche difícil, una vez más, y se
encontró que le resultaba imposible dormir cuando ella no podía hacerlo.

La miró, para asegurarse de que ella había obedecido su orden de permanecer


en el cómodo sofá, descansando sobre montones de almohadas con sus pies en alto. El
embarazo no estaba siendo sido fácil, y como su fecha de vencimiento se acercaba,
parecía estar cada vez más pálida y delgada, con excepción del enorme montículo de
su vientre.

Finalmente había admitido ante él, sólo el día anterior, que era infeliz. Su boda
se había aplazado una y otra vez cuando se intensificó la batalla para proteger a los
humanos de la superficie. Luego, por supuesto, cuando Justice había desaparecido,
todos los pensamientos de la planificación de una celebración habían quedado en
suspenso indefinido.

Pero, como ella le había recordado, el bebé podría no esperar el momento


perfecto para llegar. Él o ella podrían entrar en el mundo en un momento elegido por
la naturaleza, y si no se apresuraban, el bebé nacería sin la bendición de la legitimidad.
O, como había dicho Riley, tan elegantemente…

-"Sobre mi cadáver."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Así que, incluso si la boda real oficial, que por la tradición y la ley tenía que seguir
o acompañar a la coronación, debía necesariamente ser pospuesta una vez más, habría
una boda. Pronto. Ya sea que encontraran a Justice y a la Doctora McDermott o no.

Cuando el último de los rezagados llegó, Conlan levantó una mano para pedir
silencio y luego se dirigió a los sirvientes de más alto rango que estaban circulando por
la sala ofreciendo refrescos.

-"Gracias, Neela. Si dejáis las bandejas, podemos servirnos nosotros ahora."

Era una petición implícita de que les dieran privacidad, y Neela lo comprendió al
instante. Ella había estado con su familia desde hace décadas y, por desgracia, conocía
bien los requisitos de planificación en tiempo de guerra. Con lo que pareció nada más
que un gesto de la cabeza, reunió a su personal y todos se habían ido en el espacio de
unos pocos minutos, cerrando detrás de ellos las enormes puertas de madera con
incrustaciones de cobre y oricalco. El brillante metal Atlante trenzado con el cobre
para formar intrincados diseños en las puertas. Símbolos de bienvenida o de
advertencia, nunca había estado exactamente seguro de cuál.

Conlan tomó un largo trago de café caliente y luego puso la taza sobre una mesa.

-"Buenos días a todos. Gracias, por reuniros conmigo a una hora tan temprana.
Todos conocemos la situación, por lo que no voy a perder el tiempo con el resumen.
Tenemos tres objetivos: En primer lugar, tenemos que encontrar a Justice y la Doctora
McDermott. En segundo lugar, Alaric deberá determinar si Justice ha sido
comprometido por su tiempo en el Vacío. Y, en tercer lugar, vamos a pasar a la
ofensiva."

-"Ya era maldita hora."- gritó Ven desde un punto al otro lado de la sala, de pie
junto a la silla de Erin. -"Jugar una partida repetida frente a los Apóstatas de Anubisa
no nos ha ganado nada más que dolor, dolor y más dolor. Si ella le hizo daño…"

Las palabras de Ven se apagaron, pero incluso desde el otro lado de la


habitación, Conlan pudo leer la agonía en los ojos de su hermano. Justice se había
sacrificado a la Diosa vampiro por él, y el peso de eso había estado aplastando el alma
de Ven desde entonces.

-"Estoy de acuerdo."- Dijo Alaric.

Estaba solo, como siempre; separado y aparte del resto de ellos. Tal vez
solamente Conlan sabía el alcance de esa soledad... Conlan había estado allí con Alaric,
cuando el Sacerdote se dio cuenta por primera vez del alcance total de sus
sentimientos por Quinn.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Pero todos los altos sacerdotes de Poseidón juraban un voto de celibato, y el


papel de Quinn como co-líder de los rebeldes humanos la había obligado a su propio
estado de soledad. Nunca pudo un emparejamiento haber sido más imposible, pero la
futilidad no se tradujo fácilmente en la capacidad de olvidar.

-"Tenemos que trabajar más de cerca con los rebeldes humanos y forjar un plan
integral."- Continuó Alaric -"Los días y los siglos de actuar como fuerza de choque han
quedado atrás. Si Quinn... si Jack y Quinn están en condiciones de reunirse con
nosotros, debemos hacer ese encuentro más temprano que tarde. Pero nuestra
primera prioridad debe ser Justice, por supuesto."

Riley se movió en el sofá e hizo un pequeño ruido de incomodidad, y Conlan se


tensó, listo para saltar a través de la sala en su ayuda. Ella sacudió la cabeza, sin
embargo, y le sonrió.

-"Estoy bien. Sólo fue un estiramiento. Nuestro hijo persiste en su deseo de


sentarse sobre mi vejiga."

-"Nuestra hija nunca está quieta, como su madre."- Corrigió Conlan.

-"Si deseas conocer la verdad de esto, todo lo que necesitas hacer es


preguntar."- Dijo Alaric secamente. -"Por mucho que todos hemos disfrutado de este
juego divertido en los últimos meses."

Riley rodó los ojos ante él, y luego encajó una pequeña almohada detrás de su
espalda y miró alrededor de la habitación.

-"No hay nada... nada... más importante que encontrar a Justice y asegurarse de
que está bien. Incluso antes de que supiéramos que era tu hermano, sabíamos que era
nuestra familia, como todo el mundo en esta sala y cada guerrero en el Siete."

Hubo varios guiños de acuerdo. Conlan comenzó a hablar, pero Riley sacudió la
cabeza de nuevo.

-"Es mi turno de ser egoísta. Entendí que era necesario poner todo en suspenso
por Justice cuando fue tomado prisionero por Anubisa. He hecho todo lo posible para
apoyar la búsqueda. Pero ahora, por lo que me cuentas, desapareció voluntariamente.
No sólo eso, sino que secuestró a esa pobre arqueóloga."

-"Hablando de tu incidente internacional."- Dijo Erin, haciendo una mueca.

-"Exactamente."- Respondió Riley. -"Aquí está mi punto, aunque sé que estoy


haciendo mal. Mi bebé no nacerá hasta que sus padres estén casados. Entiendo que no
podemos celebrar la gran boda oficial, y estoy bien con eso. Nunca me importó acerca

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

de ese gran circo de ceremonia, de todos modos. Pero ya sea que vayamos a mi iglesia
en casa, o traigamos un pastor para nosotros en la Atlántida, o vayamos a una maldita
capilla de Elvis43 en el maldito Las Vegas. No me importa. No me disgusta. Siempre me
ha gustado Elvis, de todos modos. Pero de un modo u otro, Conlan y yo nos casaremos
algún día de la próxima semana."

La belleza de esto, y una de las cualidades más sorprendentes de Riley, fue que
jamás levantó la voz. No tenía por qué. Era humana, no de la Atlántida, y una vez
bromeó diciendo que lo más cerca que había estado de la realeza antes de que hubiera
conocido a Conlan fue yendo a Burger King. Pero vestía el porte de una Reina como si
hubiera nacido para ese papel.

-"Bueno, ya lo habéis oído. Mi futura Reina ha hablado y no puedo hacer menos


que obedecerla."- Dijo Conlan, sonriéndole.

-"Es correcto que el niño nazca de padres casados."- Dijo Alaric. -"Él o ella se
enfrentará a bastantes problemas cuando llegue el momento de que le pases la
corona, como el primer medio-humano que jamás tomó el trono de la Atlántida.
Ciertamente, no hay necesidad de agregar la carga adicional de la ilegitimidad."

-"Siempre podemos contar contigo, ¿no, Alaric?"- Dijo Riley, la exasperación


mezclada con un afecto reticente en su voz. -"Quise decir que deseo que mi bebé
nazca en el mundo sabiendo que sus padres se aman lo suficiente como para hacer ese
compromiso final. Pero gracias a Dios, contamos contigo para destacar los aspectos
legales de la situación."

Alaric levantó una ceja y la miró perplejo.

-"A pesar de que detecto sarcasmo en tus palabras, no estoy seguro en cuanto a
su causa. Aunque... oh. Por supuesto."- Hizo una reverencia hacia ella. -"Como desees,
mi señora."

Riley entrecerró los ojos.

-"Si se trata de uno de tus momentos 'Riley está hormonal', Alaric, será mejor
que te alegres de que estoy demasiado gorda como para contonearme hasta allí y
patearte el culo."

-"Mi culo, como tú dices, está infinitamente aliviado."- Respondió Alaric. -"Pero
tal vez podríamos volver al tema en cuestión."

Ven cruzó la habitación hasta la larga mesa central de madera, donde montones
de mapas y planes estratégicos se habían amontonado en un lado para dejar espacio a
los refrescos. Se sirvió otra taza de café.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Aquí está un informe rápido de estado. Nosotros recibimos la noticia esta


mañana de que hay un levantamiento de vampiros en Saint Louis. Evidentemente,
Anubisa está tratando de romper el látigo sobre nosotros, mientras los vampiros
recolectan Apóstatas, pero lo está haciendo a través de Vonos. El tipo tiene toda la
sutileza de Bruce Willis44 persiguiendo a los tipos malos en la quinta o sexta 'Jungla de
cristal'."

Conlan asintió.

-"Alexios, Christophe, y Denal nos abandonaron antes del amanecer para viajar a
Saint Louis y reunirse con Jack, Reisen, y la facción rebelde allí."

-"¿Nosotros repentinamente confiamos en Reisen?"- Preguntó Alaric, con los


ojos brillando de repente de un verde feroz mientras su poder trazaba sobre él. -
"¿Después de que se encargó de robar el tridente de Poseidón del propio Templo del
Dios?"

-"Si nosotros confiamos en él o no es discutible. Quinn confía en él, Jack confía


en él, y ambos informaron de que él está en una especie de búsqueda de redención."-
Dijo Conlan. -"Él sólo actúa sobre las misiones más peligrosas, hasta el punto de que
tienen miedo que podría ser algo suicida."

-"No me preocupa su búsqueda de redención. No le quiero cerca de Quinn."-


gruñó Alaric. -"Saldré para Saint Louis tan pronto como levantemos esta reunión."

-"Te necesitamos aquí, Alaric."- Dijo Erin.

Había estado inusualmente tranquila durante la reunión.

-"He estado tratando de alcanzar a Justice... por algún indicio de su presencia...


desde que llegamos aquí. Ya sabes, ¿yo soy una cantante de gemas? ¿Protegida de la
Diosa de las Nereidas? Desde descubrimos que él es mitad Nereida, esperaba que, de
alguna manera, yo podría utilizar esa conexión para tratar de conseguir por lo menos
una idea aproximada de dónde podría estar."

Ella sacudió su cabeza en negación antes de que pudieran preguntarle.

-"Sin suerte. Nada. Puedo ser una bruja y un cantante de gemas, pero al parecer
apestó como teléfono móvil."- Ella se volvió hacia Alaric. -"Es por eso que te
necesitamos. Eres el único que tiene el poder para localizar a Justice."

-"No tengo ningún deseo de ofenderte, Erin."- Dijo Alaric. -"Pero, ¿te das cuenta
de que, por supuesto, he estado constantemente tratando de contactar o localizar a
Justice desde que nos dejó ayer por la noche?"

110
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Erin suspiró y se dejó caer un poco en su silla.

-"Lo siento, Alaric. Debería haberme dado cuenta. Sólo estoy exhausta. No creo
que haya dormido nada desde que Justice se marchó con Anubisa hace meses. Me
salvó la vida. Salvó la vida de Ven. Él incluso salvó a mi hermana, de alguna manera.
Pero ahora no sabemos dónde está. Tampoco sabemos dónde está Deirdre, o si mi
hermana está aún con vida."

Se detuvo y frotó con fiereza sus ojos con los puños. Cuando volvió a hablar, su
voz era ronca por las lágrimas contenidas.

-"Creo que estoy solo esperando que algo que vaya correctamente."

Ven se arrodilló junto a la silla de Erin y la tomó en sus brazos, y la angustia que
su rostro reflejaba se deslizó a través del pecho de Conlan.

-"Creo que todos estamos esperando que algo vaya correctamente."- Dijo
Conlan. -"Necesitamos un plan, entonces. Alaric irá a Saint Louis, pero continuará
intentando localizar a Justice. Riley y yo vamos a encontrar ya sea un pastor o un Elvis
dispuesto a celebrar un matrimonio en la Atlántida. Ven, conducirás a un equipo para
tratar de averiguar dónde está Justice con esta arqueóloga y luego irás a traerlos a
casa."

Llamaron a la puerta, y Liam asomó la cabeza y miró a Conlan como


preguntándole. Conlan asintió y le hizo una seña para entrar.

-"Justo a tiempo."- Dijo Ven. -"Tenemos que saber sobre esta Doctora
McDermott. ¿Qué hay en ella que hizo Justice se vuelva loco?"

Liam entró en la habitación, sacudiendo la cabeza.

-"Eso no lo sé. Pero te puedo decir esto: Keely McDermott es una autentica
lectora de objetos, aunque el Regalo se creía perdido en las aguas del tiempo. Leyó el
zafiro, y vió a Nereus."

La cabeza de Alaric quebró, y se inclinó hacia delante.

-"¿Que dijo ella? ¿Qué dijo sobre el Sumo Sacerdote Nereus y la Estrella de
Artemisa?"

-"No mucho."- confesó Liam. -"Yo había planeado preguntarle más sobre ello una
vez que estuviera a salvo en la Atlántida. Pero dijo lo más extraño. Ella me dijo que
parecía exactamente como él."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Dieciséis

La caverna debajo del Templo de las Nereidas

Justice se levantó instantáneamente, subiendo a través de ondas de sueño hasta


una atención máxima en el espacio de un par de segundos. No había habido ningún
descanso sin vigilancia en el Vacío, y menos aún durante su breve tiempo con Anubisa.
Su rabia cuando no había estado dispuesto a consumar su relación (y, la verdad sea
dicha, fue incapaz de ello) había sido monumental.

Ella era una Diosa y poseía la belleza oscura más exquisita de lo que los ojos
mortales incluso podrían comprender. Pero era una belleza arraigada en el mal y
sumida en el asesinato y la condenación.

Una ola de disgusto lavó a través de él. Después de todo, no es como si él fuera
único en ese particular. A través de los siglos, había estado con muchas mujeres,
cuando quiso. Por desgracia, nada ni nadie le había agradado realmente en varias
décadas. Siempre había habido algo que faltaba en sus breves encuentros. Algo que no
había querido reconocer.

Hasta que vió su cara. Keely. El pensamiento de ella lo sacudió en plena memoria
de dónde estaban y lo que había hecho. Saltó de la pila de edredones y mantas que
había formado con la ropa de cama la noche anterior. La caverna había sido un refugio
para aquellos de mente perturbada antes de los desprendimientos de rocas y la
inestabilidad posterior de los túneles, y varios baúles estaban apilados en un rincón,
llenos de mantas y pedacitos de ropa diversa.

De pronto se recordó haciendo una cama similar para ella, pero ¿dónde? O bien
la niebla de su memoria no estaba cooperando o bien ella se había ido. ¿Y si se había
escapado? ¿Y si nunca la encontraba de nuevo?

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

El pánico corrió a través de él ante ese pensamiento. El pánico y algo más


profundo. Algo más oscuro. Algo originario de la mitad Nereida de su alma. Estaba
creciendo en reconocer aquel lado de sí mismo, ya que luchaba cada vez más fuerte
para ser puesto en libertad. Luchaba con su mitad Atlante para el control.

Se dio la vuelta, buscando por la caverna oscura una señal de ella, y luego suspiró
de alivió, sus músculos cerrándose en el mecanismo de lucha o de vuelo, basados en la
adrenalina, que se había disparado cuando pensó que se había ido.

Ella todavía estaba allí, durmiendo sobre un montón de ropa de cama que había
creado para ella cerca de una pared de piedras preciosas incrustadas.

Ya la conocía lo suficiente como para darse cuenta de que estaría furiosa con él
por haberse atrevido a entrometerse en su mente. Pero necesitaba dormir, y había
estado cerca de caer de agotamiento, totalmente incapaz de responder a su
determinación, tanto que había bordeado el terror.

-Correcto. Lo he hecho por ella.- silenciosamente se burló de sí mismo. -Claro


que sí. Los villanos siempre demostraron exquisito talento en la auto-justificación.

El remordimiento lavó a través de él de nuevo, pero lo desestimó y trató de


concentrarse en sus realidades físicas. Un baño. Necesitaba otro baño. Aunque antes
de quedarse dormido, se había bañado en la piscina de aguas termales... la simple
alegría en la limpieza después de tanto tiempo en el Vacío lo llevó a hacerlo de nuevo.
Él se negó a considerar que la suciedad le tocaba en un nivel mucho más profundo que
la piel.

Se bañaría y luego, correctamente vestido con algo de la ropa de los baúles, él


podría despertarla. Tenían mucho que discutir. Quería saber todo sobre ella. Cada uno
de los detalles de su vida. Además, tenía que convencerla de que le diera tiempo. Era
hora de demostrarle que él no era un monstruo. Tiempo para convencerla de que ella
le pertenecía a él. Tiempo de averiguar por sí mismo cómo sabía que eso era verdad.

No se molestó en vestirse, a excepción de su espada. Era una parte tan


importante de él como su brazo o sus ojos, a pesar de la terrible muerte que había
infligido. Era lo que era, y eso era suyo. En silencio cruzó el pequeño espacio entre
ellos y, se agachó a su lado, estaba contento de verla dormir.

El pelo rojo brillante de Keely era exactamente la cortina que había visto en su
visión original de ella. Eran llamas fusionadas con la luz del sol, y era un complemento
perfecto para el impecable brillo dorado de su piel ligeramente bronceada. Sus
párpados cerrados bloquearon su visión del verde esmeralda, casi iridiscente, de sus
ojos, pero su memoria estaba feliz de proporcionar el tono exacto.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Se acostó a su lado, y una mano descansó por encima de las mantas. Le había
quitado los guantes, después de que ella se había quedado dormida, preguntándose
por qué los llevaba, y las colocó junto a ella. Su mano era delgada, con dedos largos
que de alguna manera parecían resistentes y competentes. Melladuras y raspaduras
rascaban su piel, como si hubiera hecho trabajo duro recientemente. Tal vez es por eso
que llevaba los guantes.

Arqueología. Le había dicho que era arqueóloga. Una estudiosa del pasado. Casi
se echó a reír, pero atrapó el sonido en la garganta para no despertarla. Ella era una
estudiosa del pasado, y él era un guerrero que había vivido a través de su pasado.

Tal vez habían sido destinados a reunirse. Esta vez, se le escapó una amarga
carcajada. Él era el hijo bastardo del destino; ahora ¿iba a convertirse en hipócrita y
bendecir a los mismos destinos a los que había pasado siglos maldiciendo?

-"¿Qué podría entregar por ti, Keely?"- Murmuró. -"¿Mi honor? ¿Mi amargura?
¿Tal vez incluso parte de mi alma? ¿Cómo es que me has capturado así?"

Suspiró un poco en su sueño, y el sonido fue como una antorcha para una
linterna de aceite, corriendo a través de él y encendiendo un rastro ardiente de
hambre feroz, casi animal. La deseaba tan súbitamente y con tanta desesperación que
el deseo era un dolor físico.

No, él la necesitaba. Ellos la necesitaban, y no se les negaría.

-¡Detente!- Gritó la palabra en el silencio de su propia mente. -No me puedes


vencer, aunque eres parte de mí ser.

Una voz, la suya, pero no la suya, susurró una amenaza helada dentro de él.

-Te equivocas, Atlante, capturador de mi mismo encarcelado. Voy a


conquistarte, porque eres débil. Y cuando gane el control de nuestra mente por
completo, la mujer será mía.

El Nereida... que aunque era parte de Justice, era Otro, y no sabía de qué otra
manera pensar sobre esa parte de su alma... destelleó imágenes a través de la mente
de Justice. Un torrente hirviente de imágenes sensuales, cada una más explícita que la
anterior:

Keely, desnuda y de rodillas delante de él en sumisión, esas preciosas manos


curtidas rodeando su polla. Las extremidades pálidas de Keely entrelazadas con las
suyas propias mientras golpeaba dentro de ella.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Keely, tendida en almohadones de seda, sus piernas sobre sus hombros mientras
él la saboreaba.

Keely, inclinada hacia adelante sobre su cama, mientras sostenía sus hermosos
pechos redondos en sus manos y se conducía dentro de ella por detrás.

Keely, retorciéndose en éxtasis, gritando su nombre mientras se rompía con el


placer en sus brazos, su resbaladiza crema caliente bañando su polla con su dulzura.

Keely. Keely. Keely.

Las visiones quemaron a través de él, una y otra vez, más y más rápido, hasta que
su polla se endureció tan dolorosamente que sentía que debía despertarla y tomarla,
para hacerle comprender cuán desesperadamente necesitaba estar enterrado hasta la
empuñadura en su centro cálido y húmedo. Su mano se extendió, casi en contra de su
propia voluntad, para rasgar la cobertura de ella.

Entonces lo vió. Las huellas plateadas de las manchas de lágrimas en su rostro.


Había estado llorando. Incluso en el hipnótico sueño inducido, una parte de ella sabía
que estaba en peligro, y había tenido miedo. Le creía un monstruo, y con una buena
causa. Se arrojó hacia atrás y lejos de ella, estremeciéndose en auto-odio. Era un
monstruo, pero nunca la tocaría salvo que fuera invitado. Se mataría a sí mismo
primero.

-No puedes ganar.- le dijo a la Nereida, o tal vez simplemente al codicioso lado
lujurioso de su propia naturaleza. -Voy a derrotarte, o moriré en el intento. Pero
nunca te dejaré dañar ni un solo pelo en su cabeza.

Una risa burlona resonó débilmente en toda la caverna, o bien sólo existía dentro
del cerebro de Justice. Él casi era incapaz de distinguir ninguna diferencia entre ambas
cosas.

-¿Un solo pelo en su cabeza? ¿Te gusta su pelo, también?

Mientras Justice corría hacia la piscina para sumergirse en sus aguas vaporosas y
lavar las imágenes eróticas de su mente, el Nereida le dedicó una imagen final: Keely
envolviendo los largos mechones de su cabello alrededor de la base de su polla
mientras tiraba de él dentro de su boca.

Dejó caer su espada en el suelo y tropezó al entrar en el agua, preguntándose


mientras caía si tal vez un guerrero de la Atlántida que era mitad Nereida se atrevería,
por primera vez en su vida, a rogar a la Diosa Nereida (o incluso al mismo Poseidón)
para obtener ayuda. Tenía mucho miedo de que su salud mental pudiera depender de
esa respuesta.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Una extraña sensación de aprensión se enroscaba alrededor de los sueños de


Keely, tiñéndolos con tonos de gris carbón y sombra tostada. Nadó a través de
corrientes oscuras, maltratada y zarandeada por singularidades: una gorda manzana
de madera del tamaño de un burro, una talla de caniche de madera del tamaño de un
caballo que dio la vuelta y le sonrió mientras nadaba. Un carro de madera de un niño,
impulsado por las olas, flotaba serenamente junto a ella, adaptándose a la velocidad
de su natación a pesar de los restos flotantes que empujaba. Sintió una fuerte
compulsión a alcanzar el juguete, pero tenía miedo de que si perdía el ritmo de sus
trazos, se ahogaría.

Sabía que estaba soñando (estaba casi segura de ello) pero había perdido todo
sentido de la realidad fuera del acuático paisaje onírico. Su único objetivo era llegar a
la orilla opuesta, donde sabía que la salvación esperaba. Pero no sabía dónde, ni por
qué, ni cómo podría ser.

Algo se estrelló contra su hombro, y volvió la cabeza para ver un triciclo de metal
rojo, su manillar atrapado en la maraña de su pelo mojado. Vacilante, retorció la
cabeza a un lado para liberarse, y el triciclo se quedó atrás. Se volvió de nuevo hacia la
orilla que aún no podía ver, pero sabía que estaba allí, y el carro de juguete chocó
suavemente contra su nariz, como si la empujase a tomarlo.

-"Pero no tengo un bolsillo en que guardarte."- Dijo ella sin poder hacer nada.

Al instante siguiente, estaba despierta y respirando con dificultad, erguida en


posición vertical y mirando a su alrededor. Fuera de un sueño y dentro de una
pesadilla.

La memoria entró inundándola de nuevo en ondas con una desagradable


reminiscencia del sueño, zarandeándola con los acontecimientos del día anterior. La
Atlántida. Guerreros. La criatura muerta... que resultó ser un hombre de la época de
Alejandro Magno.

-Justice.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Se puso de rodillas, intentando permanecer baja y poco visible mientras buscaba


por la caverna al hombre salvaje de la pesadilla en que despertó el día anterior.

-O tal vez…- susurró con algo de nostalgia dentro de su mente, -¿…el guerrero de
mi visión?

En cambio, su mirada se cruzó en una visión de un tipo completamente diferente


de sueño. El tipo de sueño que acabó con ella enredada en sábanas húmedas, dolorida
e insatisfecha, porque los guerreros primitivos que a veces había visto en sus visiones,
cuando había tocado ciertos artefactos de civilizaciones antiguas, simplemente no
existían en los modernos tiempos. Desde luego, no se presentaban en las oficinas
académicas en el estado de Ohio.

Pero ella ya no estaba en Ohio. El fuerte macho musculoso que era la prueba de
ello, estaba saliendo del agua, completamente desnudo y mojado, apenas una docena
de pasos cerca de ella. Keely nunca había pensado en el agua como un afrodisíaco
antes, pero las gotas que se aferraban con amor al cuerpo de Justice podrían calificar
como tal. Le acariciaban en todos los lugares que, de repente, se encontró con ganas
de tocar. Con su lengua.

Cerró los ojos por un momento ante su propia estupidez. ¿Ahora se sentía
atraída por su secuestrador? Pero, había sido tan cuidadoso con ella ayer, y había visto
su amargo dolor por el sacrificio del hombre... Seguramente no podría ser...

Abrió los ojos, incapaz de resistirse a dar otra mirada. Él había levantado los
brazos para empujar fuera de su cara la pesada carga de su pelo destrenzado, mojado
y lavado, y el movimiento hizo cosas a las líneas de su cuerpo que deberían ser ilegales.

Justice era tan alto y elegantemente delgado y musculoso que hacía que los
culturistas que había visto trabajando en el gimnasio en la OSU45 parecieran como
'trolls46' achaparrados en comparación.

Sus poderosos brazos, el derecho con un intrincado pero sencillo tatuaje en lo


alto del bíceps; sus fuertes piernas; el pecho musculoso que disminuía
progresivamente hasta ajustarse a sus caderas y... ¡oh!

-¡Oh!

Intentó tragar a través de una garganta que sentía tan seca como el polvo de una
pirámide sin abrir. O los Atlantes andaban en un perpetuo estado de intensa excitación
o Justice estaba seriamente 'feliz' de verla. Un rayo de puro calor chisporroteante pasó
por ella, convirtiendo su sensatez en un serpentín plateado de lujuria líquida
exactamente en el lugar donde le gustaría...

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-Oh. Querido. Dios.

La había sorprendido mirándole. Congelada, ella le miró fijamente a los ojos,


sintiendo la quemadura de la vergüenza en sus mejillas. El sentido común y la auto-
conservación lograron anular a sus zumbantes hormonas, sin embargo, y se levantó de
un salto.

-"Aléjate de mí, ¿de acuerdo? Sólo... me pondré algo de ropa, y hablaremos


como seres humanos civilizados, er, Atlante y humano, ahora que hemos conseguido
un poco de descanso y estás, um, limpio."

No se movió ni hizo ningún movimiento amenazador, pero de repente sintió un


estremecimiento de escalofriante inquietud a través de ella. Una emoción sin nombre
ardía en sus ojos, cambiándolos de medianoche oscuro al azul zafiro ardiente.

Lentamente, muy lentamente, su mirada viajó desde su cara, hasta su pecho,


donde se quedó antes de continuar su lectura hasta el final, abajo a sus pies. La
arrogancia masculina y la posesión descarada en su mirada la hizo prepararse para
correr, incluso si sus pezones se hincharon y palpitaron en las copas de encaje de su
sostén.

De ninguna manera iba a responder ante él. Nada en sus antecedentes o su


personalidad ferozmente independiente, la convertiría en el tipo de chica que se excita
por algún retrogrado macho alfa desnudo de vuelta a los antiguos días, cuando los
hombres eran machos y las mujeres eran posesiones.

Incluso cuando se decía eso, su cuerpo se estaba convirtiendo en un traidor,


evidentemente cansado de noches solitarias. A medida que su mirada la recorría
lentamente, bajando por su cuerpo, su piel se estremecía... más sensibilizada y más
desesperada por su toque.

Esa sensación de hormigueo, finalmente, fue lo que la sacó del trance sensual en
que, de alguna manera, la había puesto y regresó a la lógica, la precaución, y un poco
de maldito sentido común.

-"Ya basta."- Espetó ella. -"Deja de mirarme como si yo fuera el botín de tu


propia guerra personal, y vístete. Tenemos que hablar de cómo vamos a salir de aquí,
¿de acuerdo? ¿Donde está la salida? ¿Dónde está el pasaje, el túnel, o el maldito súper
ascensor mágico Atlante que nos llevará a salir de aquí?"

Él extendió las manos a los lados, las palmas hacia arriba, como para demostrarle
que no significaría ninguna amenaza.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Por desgracia, el movimiento sólo destacó la fuerza de sus brazos musculosos y


le hizo darse cuenta de que, a pesar de los años de clases de defensa personal, y a
pesar de que estaba desnudo y desarmado, ella no sería rival para él.

-Bueno, está desnudo. Pero no estoy tan segura acerca de que esté
desarmado.- dijo ese lado malvado-seductor antaño silencioso de su naturaleza. -Es un
arma enorme lo que tiene allí.

Genial. Ella escogió ahora para ir a por todas con la personalidad múltiple. La
parte cuerda de ella fue directamente de nuevo a su agenda personal de asustada,
aterrorizada, y con bastante maldito miedo, si la piel de gallina viajando por sus brazos
era cualquier indicación.

-"Keely, por favor ten calma."- Dijo en voz baja, como si calmara a un animal
herido.

-"Estaré calmada cuando me saques de aquí."- Señaló, orgullosa de lo razonable


que sonaba su voz, cuando su corazón latía con fuerza en el pecho. -"No en la forma en
que llegamos aquí, tampoco. Nada de esa mierda de 'Tele-transpórtame, Scotty'.47 Un
bonito túnel normal. O unas escaleras. Escaleras estaría bien."

-"Pero..."

-"¡Y vístete!"- Gritó, perdiendo la paciencia. -"No me importa si te ves como una
especie de estatua griega cobrando vida. ¡Quiero que te pongas la ropa de nuevo!"

Esa sonrisa lenta y peligrosa suya (esa que realmente debiera estar registrada
como un arma letal) se extendió por su rostro.

-"¿Crees que me veo como una estatua?"

Keely le frunció el ceño.

-"Ropa. Ahora. "

Sin dejar de sonreír, se paseó hasta un montón de ropa y, casi no lo


suficientemente rápido para su paz mental, se puso una camisa y pantalones. Su vista
de su firmemente musculosa parte trasera, al entrar en los pantalones, casi la hizo
gemir en voz alta. Ella iba a conseguir años del valor de las fantasías de esta
experiencia, si pasaba viva por esto.

-"Bien vale. Ahora estás vestido. Así que me puedes llevar hacia arriba como una
flecha."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Él negó con la cabeza mientras cruzaba el mosaico de azulejos hacia ella en unos
pocos pasos largos.

-"Me gustaría creer que te liberaría si fuera capaz, a pesar de los oscuros deseos
del Otro dentro de mí, Keely. Pero no estoy del todo seguro de cómo hemos llegado
hasta aquí, ya que el poder de transporte nunca ha sido uno de mis dominios hasta
ahora."

-"Pero..."

-"No sé cómo usarlo de nuevo."

Se detuvo a pocos centímetros de distancia de ella, y se quedó mirando a sus


ojos, su propia espiral con vívidas llamas azul verdoso.

-"Desafortunadamente, la escalera que conduce desde el Templo a esta caverna


fue bloqueada por rocas y tierra en un derrumbe hace algunos años. No hay manera
de salir."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Diecisiete

Keely nunca había sufrido de claustrofobia, afortunadamente, incluso después de


algunos de los tratamientos más escandalosos a los que varios psiquiatras la habían
sometido en su infancia, como el tanque de privación sensorial que sólo duró una
sesión. No habían sabido que una niña de ocho años de edad, podría gritar tan
fuertemente.

Pero la noticia de que estaba atrapada con Justice en una caverna subterránea...
subterránea en la Atlántida, y no había manera de evitar pensar siquiera en la
posibilidad de que todo el tinglado podría tener fugas o algo así... la llevó a un todo
nuevo nivel de psicosis.

Su respiración se aceleró hasta la hiperventilación, y empezó a temblar,


fluctuando con cada respiración, estremeciéndose entre la furia y pánico.

-"Tú... tú... ¿Estás loco? Me trajiste a una cueva subterránea... ¿sin tener ni idea
de cómo volver a salir de nuevo?"

Levantó una ceja.

-"La mayoría de las cuevas se encuentran bajo tierra."

-"¡Lo sé! Soy arqueóloga, tu..."

Haciendo caso omiso de sus palabras bombardeadas, Justice levantó una mano
como para tocarla. ¡Oh no! Eso no iba a pasar, tanto si era terriblemente sexy como si
no. Ella saltó hacia atrás fuera de su alcance, agarrando su cabeza entre sus manos e
inhalando profundamente. Trató de calmarse, para poder pensar racionalmente acerca
de un plan.

-Un plan, eso es lo que necesito.

Sin motivo, sintió el terror insensato sobre lo que los arqueólogos del futuro
pensarían cuando encontraran sus huesos desmenuzados yaciendo al lado de un par
de guantes, otro esqueleto, y una maldita espada.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Tardíamente, se dio cuenta de que sus dedos se habían enredado en su cabello.


Sus dedos desnudos.

-"¡Mis guantes! ¿Qué hiciste con mis guantes?"

Su respiración se aceleró de nuevo hasta que sus pulmones ardieron dentro de


su pecho. Silenciosamente él señaló el suelo, cerca de la plataforma de carga donde se
había acostado. Ella se apartó de él y se inclinó para arrebatarlos, pero él se trasladó
con esa inquietante velocidad inhumana y la cogió por la muñeca antes de que pudiera
alcanzar el primer guante sobre su mano.

-"¿Por qué, Keely? ¿Por qué los guantes? ¿Sientes que te ofrecen alguna
protección?"- Una mueca torció su cara. -"¿Soy tan aterrador para ti?"

Él le soltó la muñeca y se agachó, luego se levantó con su espada envainada en


sus manos. Antes de que pudiera protestar, desviarse, o tomar cualquier acción
evasiva en absoluto, él la metió en sus brazos.

-"Toma esto, entonces. Toma esta espada que he llevado durante tanto tiempo
que es una parte de mí mismo, y úsala contra mí si tanto me temes."- le dijo, sus ojos
oscuros y su voz áspera recubiertos con hielo. -"Para matar a un hombre, presiona el
extremo puntiagudo aquí."

Él puso la palma de su mano en el pecho, sobre su corazón, queriendo


empujarle. Pero fue muy tarde, demasiado tarde. Malditamente tarde.

La empuñadura de la espada se encajó en su mano como si estuviera


buscándola. Buscando su conocimiento de ella. Tuvo la idea extravagante de que había
reclamado su mente, como Justice ha reclamado al resto de ella cuando la había traído
aquí.

Pronto no hubo lugar para la reflexión cuando el peso de los siglos aplastó la
fantasía, aplastó sus defensas. Edades de tiempo y eones de violencia. Violentas
muertes sangrientas, salpicando a través de los pasillos no protegidos de su mente.

-"No."- trató de protestar, mientras la resonancia de la historia de la espada la


golpeó hasta la sumisión. -"No, no, no. Demasiado, demasiado. No puedo... mis
guantes... No puedo..."

-"¡Keely!"

Él la llamó, pero el sonido fue silenciado. Amortiguado. Una vez más, él la cogió.
La sostuvo. Pero fue demasiado tarde.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ella cayó, gritando en silencio, en la oscuridad de su propio vacío personal.


Mientras caía, ella le miró a los ojos y logró una sentencia definitiva.

-"No puedo sobrevivir a esto."

Keely se estrelló contra la realidad de la visión con el dolor físico real. Un gran
tirón y el desgarro del tejido de su existencia, se manifestó en el dolor punzante de
carne rota y sangrante, extrañamente centrada en su cara y su garganta.

Ella jadeó y cayó hacia atrás, su atención capturada por el suelo... un suelo muy
diferente al de aquella caverna. Este suelo era de mármol blanco brillante, con
incrustaciones de diseños de oro y cobre y otro metal, similar al cobre pero chispeante
y casi como algún tipo de gema.

El desgarrador dolor comenzó de nuevo, y comprendió que no podría sobrevivir


a esta visión. Dolor como nada que jamás hubiera experimentado, envuelto alrededor
de su garganta como si hubiera sido aplastada. Se quedó sin aliento, su respiración
sibilante, pero un grito quejándose venía de más lejos en la misma habitación y levantó
la vista para tratar de encontrar la fuente.

Era una mujer de cabello oscuro, de rodillas en el suelo, aferrándose a su vientre.


Su enorme vientre ondulado de embarazada. La mujer estaba claramente en trabajo
de parto, y la agonía de ello hizo que Keely se replantease cualquier anhelo aleatorio
que hubiera sentido de tener niños. Ella gritó de nuevo. Debían ser contracciones. Si
venían tan rápidamente, casi una sobre la otra, ¿eso no significaba algo?

-¡Oh, no! ¡Oh, no, no, no! La mujer está a punto de tener un bebé... justo ahí, en
el suelo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Keely comenzó a gritar, pero el dolor agudo y punzante que cortó su garganta le
dijo que la mujer en que se había convertido para su visión no iba a estar hablando en
corto plazo. ¿Qué había ocurrido? Ella palpó cautelosamente su cuello y se estremeció
por las mordeduras de carne desgarrada. Sus dedos trazaron la herida y descubrieron
un largo trozo de su piel; parecía ser poco profunda pero sangraba un poco.

Por la marca en un lado de su rostro herido, alguien la había golpeado hacía muy
poco, pero sus dedos inquisitivos no pudieron encontrar ningún corte en la mejilla o
cerca de su ojo, donde se centraba el dolor.

Llevaba un vestido sencillo de algodón y sandalias. Sin joyería o adornos.


Probablemente estaba viendo la habitación a través de los ojos de una sirvienta,
entonces. Pero, ¿por qué una criada? Por lo general, las visiones la llevaban a una
persona que tenía una conexión personal cercana o una conexión profundamente
emocional al objeto que tocaba. ¿Una sirvienta alguna vez...? Poco a poco, un
horroroso pensamiento cruzó su mente.

Bajó la mano apretando su garganta y se quedó casi cegada ante la sangre roja
brillante que manchaba sus dedos y la palma. Trató de buscar respuestas en la
aterrorizada mente de su anfitriona, pero lo único que veía era una imagen de la
espada, viniendo hacia ella... no, dirigiéndose a la mujer embarazada.

La criada sólo había tenido la mala suerte de haberse interpuesto en el camino


de la espalda, cuando el hombre enloquecido tiró su espada por encima de su hombro
como preparación de la estocada. Quienquiera que fuese, había cortado literalmente
su garganta, y ahora había una mujer embarazada justo entrando en trabajo de parto
frente a ella.

Y no había absolutamente nada que pudiera hacer al respecto. Ella no era más
que una observadora en sus visiones, incapaz de cambiar las acciones que habían
sucedido hace mucho tiempo en el pasado lejano. Lo único que podía hacer era sufrir
su dolor, y rezar para que la visión la soltara pronto.

La mujer en el suelo volvió a gritar. Ella cayó a su lado y levantó las rodillas,
acurrucándose en una bola, como si tratara de escapar.

-"¡Ayudadme! ¡Que alguien me ayude!"- gritó ella, empujando el pelo


enmarañado y apartándolo de su cara.

Su enmarañado cabello azul medianoche, notó Keely. ¿Y si esta mujer estaba


relacionada con Justice? Intentó, a pesar de todo lo que sabía sobre las visiones, forzar
su cuerpo anfitrión para ir hacia la mujer.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Para ayudarla, a pesar del evidente terror de la sirvienta. Pero era como tratar
de mover una pirámide con sólo su mente. Ella no podría afectar lo que pasó, estaba
hecho y terminado. No importa lo mucho que deseara cambiarlo.

Cuando la contracción disminuyó, la mujer de pelo azul se las arregló para


levantar la cabeza y escanear la habitación. Keely hizo lo mismo y se quedó sin aliento
de nuevo. Columnas de mármol se alineaban en las paredes, y un trono de oro
adornaba un extremo. Debía estar en la sala del trono del palacio, entonces.

Pero no estaba sola. ¿Cómo podía haberle pasado por alto? Aquel hombre de pie
delante del trono. Su pelo oscuro, rasgos aristocráticos y su prestancia real tenían
mucho de Conlan y Ven en él, y reconoció la espada que sostenía, como ésta que la
había arrojado al abismo.

Sólo que ahora estaba mojada con su sangre. Atraída por cierta fascinación
horrible, Keely se quedó mirando la evidencia de que este hombre había cortado su
garganta. La garganta de su anfitriona. Su garganta. La oscuridad empezó a girar detrás
de sus ojos, y no sabía si intentar permanecer consciente o esperar que el desmayo
pudiera sacarla de la visión.

-¿Su anfitriona se desmayaría? ¿El hombre con la espada la castigaría si lo


hiciera?

Y como Keely no podía afectar al pasado, sólo fue experimentando el vértigo de


su anfitriona, ¿seguramente debido al miedo y la pérdida de sangre?

La mujer embarazada gritó... un largo grito lleno de sufrimiento y desesperanza.


Ella levantó la mirada hacia el hombre, suplicando, desde donde estaba acurrucada en
el suelo frío y duro, completamente sola.

-"Ayúdame por favor. Te lo ruego. Este bebé viene, ahora."

A lo lejos, Keely reconoció que estaba de alguna manera escuchando y


entendiendo la antigua lengua Atlante. La cadencia de esa lengua era casi musical;
parecía incorrecto utilizar un lenguaje tan precioso para describir tal sufrimiento. La
dureza del inglés sería mejor.

Algo como: -¿No ves que estoy sufriendo aquí? O, ¡Ayúdame, cabrón!

Tres contracciones seguidas recorrieron a la mujer, presionando su espalda


contra el suelo con el peso del dolor. Su abdomen, visiblemente duro como una roca,
se apretó con cada una de ellas. Pero todo lo que se supone que debía suceder no
parecía estar sucediendo. Al menos por lo que Keely sabía.

125
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Miró tímidamente las piernas de la mujer, desnudas bajo algún tipo de falda de
seda, rezando para que la cabeza del bebé no llegara todavía. Todavía no. Pero Keely
notó algo nuevo. Algo que su conmoción le había impedido notar antes. La piel de las
piernas y las manos de la mujer eran de color marfil teñido de azul pálido. Ella no era
humana. Ni siquiera era Atlante. Era algo... distinto.

La contracción pareció aliviarse de nuevo, y la mujer fue reducida a sollozos,


tendida en el suelo. Keely intentó de nuevo en vano forzar a su anfitriona para ir hacia
la mujer y ayudarla. Pero el miedo de la sirvienta era demasiado grande para permitir
que la compasión se tradujera en movimiento.

La ira se extendió por la conciencia de Keely en una franja ardiente, y un solo


pensamiento muy decidido le vino a la mente: si alguna vez sobrevivía a esta visión, iba
a apuñalar a Justice con su propia espada.

Finalmente, el Rey SOB 48 habló.

-"No puedo creer que te atrevieses a venir a mí con tu hijo bastardo, Éibhleann.
Después de lo que tú y Anubisa me hicisteis, tienes suerte de que no te golpee hasta la
muerte donde yaces en el suelo."

La mujer embarazada enseñó los dientes y en realidad le siseó, un sonido


extraño que rebotó en las paredes.

-"Yo no fui. Nunca fui yo. Yo era como mucho una cautiva como tú, Alteza. Si tú,
que eres el todopoderoso Rey de la Atlántida, no pudiste resistir el control mental de
Anubisa, ¿cómo podría una sencilla doncella Nereida esperar hacerlo?"

Ella echó la cabeza hacia atrás, sujetando sus dientes cerrados, pero luego
cediendo ante el aullido cuando impactó otra contracción. Cuando pudo respirar de
nuevo, continuó.

-"Sabes que las Nereidas vemos la cara destinada de nuestro verdadero amor
como parte de nuestra búsqueda de la visión. Créeme cuando te digo que yo nunca vi
el tuyo. Yo, también, fui sacrificada a la obsesión celosa de Anubisa, aunque no voy a
amar menos a nuestro hijo a causa de ella."

La confusión del Rey casi anuló la furia que endureció sus facciones. Sólo por un
momento, pero fue suficiente para dar a Keely una pequeña esperanza de que iba a
ayudar a la mujer.

-"Si lo que dices es cierto..."- empezó a decir, pero luego sacudió la cabeza. -
"Pero no. No tiene importancia. No voy a criar como mío propio al hijo bastardo nacido
de la violación de mi mente por la Diosa vampiro."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Mientras otra ola del dolor de las contracciones destrozaba a Éibhleann, sucedió
algo que nunca antes había ocurrido en una de las visiones de Keely. Ella habló con su
propia voz, desde su propio conocimiento, de una manera que iba en contra de todos
los instintos de su actual cuerpo anfitrión.

-"Eres una excusa patética para un Rey."- Gritó hacia él, con la voz ronca. -
"Conlan y Ven estarían avergonzados de ti, si supieran sobre esto. Tienes que ayudar a
esta mujer antes de que tenga su bebé aquí en el suelo."

El Rey gruñó y levantó su espada sangrienta, dando un paso hacia Keely, pero un
nuevo personaje entró en la habitación. Una voz femenina, tambaleante pero
decidida, habló desde detrás de Keely.

-"Sí, esposo mío. Tenemos que ayudarla. Convoca a la Primera Doncella del
Templo de las Nereidas de inmediato para ayudar en el parto."

Keely estaba casi aterrada de tratar de descubrir quién estaba hablando, aunque
tenía una idea bastante clara de que era la madre de Conlan y Ven.

-"Gracias."- Susurró ella, a través de su garganta cruda y herida.

La Reina se trasladó lentamente a la vista, con el rostro crudamente blanco ya


sea por el shock o por el dolor. Apenas miró a Keely al principio, pero luego sacudió la
cabeza, mirando a la garganta herida de la anfitriona de Keely.

-"De nada."- Dijo la Reina, apenas un susurro. -"Ahora vamos a encontrar un


curandero para ti y la Primera Dama de las Nereidas para esta mujer y su hijo."

Ya sea alivió, agotamiento, o ambos combinados recorrieron a Keely, todavía


encerrada en la mente de su anfitriona, y su tenue control sobre la conciencia se
desvaneció. A medida que los bordes de la habitación se oscurecieron, cayó, girando y
girando en el vórtice de la visión que claramente aún no había acabado con ella.

La puerta se abrió detrás de Keely, que se encontraba en una habitación a


oscuras mirando fijamente un bebé envuelto en una cuna de madera. Una voz familiar
murmuró un saludo.

-La Reina.

Un mechón de pelo plateado cayó hacia adelante en la cara de Keely, aquello (y


la ausencia de dolor en su garganta) le hizo darse cuenta de que no estaba habitando
el cuerpo de la misma mujer que antes. Con el alivió de las lesiones y del terror de la
joven sirvienta, Keely era capaz de pensar con más claridad.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

La madre de Justice. Éibhleann debía ser la madre de Justice, entonces. Pero,


¿dónde estaba? Y ahora, ¿qué fue de la anterior anfitriona de Keely? Las lágrimas
brotaron de sus ojos y obstruyeron su garganta cuando el conocimiento se filtró a
través de la mente de su nueva anfitriona.

Éibhleann estaba muriendo. El nacimiento había sido demasiado para ella. No


había nada más que hacer excepto rezar. Una ola de tristeza y lástima lavó a través de
Keely mientras miraba hacia abajo a la delicada curva de la pequeña mano del bebé,
sus dedos se acurrucaban como una frágil anémona de mar.

-Este debe ser Justice, entonces. No es de extrañar que esté tan dañado, con un
comienzo así.

-"Primera Doncella."- Dijo la Reina, entrando en la habitación.

Ella llevaba una vela, y la luz de la llama iluminó el cabello azulado salvajemente
erizado del bebé dormido.

-"¿Cómo está el niño?"

Keely dio cuenta de que la Primera Doncella era ella (ambas), cuando su
anfitriona respondió a la consulta.

-"Lo hace muy bien, Alteza. Pero la madre... me temo que está más allá de mi
poder de curación."

La Reina se volvió hacia Keely. Con la cabeza bien alta y tranquila determinación
en cada línea de su cara, ella habló en voz baja, pero con un propósito definido.

-"Aunque esta Nereida femenina ha yacido con mi marido, debido a las viles
manipulaciones de Anubisa, no querría que ningún daño le suceda. Haz todo lo posible
para curarla, por favor. Por mí y por este niño, que está libre de culpa."

"Y ¿si ella no vive? Está muy enferma, y no hemos tenido ninguna cantante de
gemas en el Templo durante miles de años. Las leyendas dicen que una cantante de
gemas puede aprovechar el poder de la propia Diosa, más poderoso incluso que el
poder de una Primera Doncella, con el fin de sanar."

-"Entonces voy a educarlo yo, como mi propio hijo."- Dijo la Reina, sus ojos
llevando el peso del devastador dolor, pero aún secos. -"Él lleva la sangre de mi marido
y es pariente de mi hijo Conlan y de los futuros hijos que podrían llegar. ¿Qué menos
podría hacer?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"¿Podrías amar a este niño?"- Preguntó Keely, registrando en el fondo de su/sus


mentes el valor de la Primera Doncella por atreverse a cuestionar así a una Reina. -"Él
merece ser amado y no sentirse no deseado."

-"Yo le amaré."- respondió la Reina con firmeza, como si tratara de convencerse


a sí misma. -"Yo deberé amarle."

El bebé soñoliento abrió los ojos y miró a Keely. Alargó la mano para tocar su
mejilla, y ella cayó, hundiéndose de nuevo en la oscuridad.

Las visiones venían rápidas y más rápidas; una tras otra. Breves fragmentos de la
memoria que la espada había reunido a lo largo de su larga existencia.

Gracias a Dios, Keely estaba observando sólo como un espectador en todo,


mientras ella era arrojada de un momento a otro.

La sala del trono.

-"Él no puede saberlo."- Dijo el Rey a un hombre y una mujer que se quedaron
mirando, rebosantes de alegría, al bebé que tenía en sus brazos. -"Él nunca puede
saberlo."

Cuando estuvieron de acuerdo, dando su palabra, salieron casi cayendo uno


sobre otro con su prisa, la Reina estaba detrás de su esposo con lágrimas rodando por
sus mejillas.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Una orilla rocosa, en medio de una tormenta eléctrica

Las olas chocaban contra los acantilados. El Rey estaba solo, recortado contra un
cielo pintado de tempestad. Una voz, de alguna manera más grande y más fuerte que
las olas, le rodeaba.

-"DEBES DECÍRSELO. SU NOMBRE SERÁ JUSTICE, Y SERVIRÁ COMO RECORDATORIO DE LAS


INJUSTICIAS QUE RESULTARÁN SI SE PERMITE QUE ANUBISA EXTIENDA SU DOMINIO SOBRE LA RAZA
HUMANA."

El Rey inclinó la cabeza, con los puños apretados a su lado.

-"No puedo decírselo. No puedo arriesgarme a que a mis hijos, y los enemigos de
mis hijos, sepan de su existencia."

La voz, de nuevo. La voz que de alguna manera Keely sabía... aunque era
imposible que lo supiera, era imposible que fuera cierto... era la del Dios del mar.
Poseidón.

-"NO ME DESAFÍES EN ESTO. SE LO DIRÁS, COMO HE ORDENADO. HE PUESTO UN GEAS SOBRE ÉL, Y
ESTÁ MALDECIDO A NO REVELAR NUNCA LAS CIRCUNSTANCIAS DE SU NACIMIENTO, A MENOS QUE LUEGO
DEBA MATAR A TODO EL QUE LE HUBIERA ESCUCHADO."

-"Entonces has creado un monstruo y un asesino." gritó el Rey, apuntando con su


espada (la espada) hacia las olas.

-"NO."- tronó el Dios. -"HE CREADO UN ARMA, DIFERENTE A CUALQUIERA QUE JAMÁS SE HAYA
PERFECCIONADO PARA LA BATALLA. SERVIRÁ A TUS HIJOS, Y ÉL SERVIRÁ A MI JUSTICIA. CUANDO CUMPLA
DIEZ AÑOS, TU LE DARÁS TU ESPADA, Y LE CAMBIARÁS EL NOMBRE POR FURIA DE POSEIDÓN, PARA
ASEGURAR QUE MI FURIA POR EL TRATO DE ANUBISA HACIA MI REY ELEGIDO NUNCA SEA OLVIDADA."

El relámpago cayó sobre las olas, y una forma ondulada oscura saltó a través del
agua hacia la costa, pero antes de que Keely pudiera echar un vistazo a eso, ella volvió
a caer en la oscuridad.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Al aire libre delante de una pequeña casa de campo

El niño pequeño de pelo azul miró al Rey, el desconcierto en su rostro, luego


hacia abajo hacia la espada envainada que descansaba en sus brazos delgados.

-"Pero, pero yo no entiendo, Majestad. ¿Por qué me darías tu espada?"

El Rey le miró sin ninguna ternura en su expresión.

-"Hay algo que tengo que decirte..."

Y Keely cayó. Torciendo, girando y dando vueltas a través de los siglos, Keely
cayó de una visión a otra visión. La única cosa constante era Justice, pasando de niño a
hombre, a guerrero experimentado, siempre con la espada bien amarrada a la espalda
o utilizándola en la batalla. Batalla tras batalla. Lucha desesperada tras lucha
desesperada. Vampiros y cambiaformas, todos ellos con el objetivo de esclavizar o de
comer seres humanos. Todos ellos derrotados por Justice, empuñando la Furia de
Poseidón.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Keely cayó, y cayó, y cayó, en una visión que nunca terminaba. Una visión
envuelta dentro de otra visión, sangrienta batalla tras sangrienta batalla, hasta que no
pudo recordar nada, excepto la carnicería, el dolor y la muerte.

Pero ella creció en conocerle... ¡oh, sí!, llegó a conocer a este hombre salvaje que
la había robado lejos. La angustia que vivía en el interior de él. La soledad. La amargura
que venía de vivir durante siglos como una herramienta, en la búsqueda de venganza
de un Dios enfurecido. Su corazón dio un vuelco, y Keely sintió lágrimas de impotencia
rodando por su rostro.

-"¡Basta!"- Gritó. -"Ya basta. Por favor, no puedo soportar más esto. Por favor
por favor. No más."

Cayó, de nuevo, hacia abajo en la oscuridad. Pero esta vez, en lugar de caer, ella
bajó hacia... bajó hacia un guerrero de pelo azul con llamas en los ojos.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Dieciocho

Saint Louis

Vonos se materializó en el amplio estudio de la mansión en Ladue, un suburbio


de nuevos ricos de Saint Louis, y estaba claro que nadie le estaba esperando. Habían
estado esperando a Xinon, recientemente fallecido, y no le esperaban hasta más tarde
en esa semana. Así que estaban totalmente sin preparación para que el vampiro
apareciera en medio de ellos. Qué era justo lo que le gustaba a Vonos.

Vestido con un traje de Savile Row49 hecho a medida, minuciosamente


planchado, con una exquisita corbata de Zegna50 y zapatos Ferragamo51, sabía
exactamente la impresión que causaba en los humanos vestidos con camiseta polo y
pantalón caqui en la habitación. Él no hacía nada sin un propósito deliberado detrás de
ello, incluso hasta la elección de qué ponerse para ayudar a estas ovejas idiotas a que
le subestimaran.

El vampiro supermodelo, le había etiquetado la prensa. El Primátor de la alta


costura. No sabían si admirarle o ridiculizarle por su apariencia pulida a la perfección.
Un político humano habría sido arrancado fuera del Congreso por ser demasiado
elitista. No era un 'hombre del pueblo'. El pensamiento divirtió a Vonos. Él era un
hombre del pueblo. Simplemente, prefería comérselos.

En cualquier caso, la fascinación (y el miedo) que provocaba en la población sólo


era realzado por su estilo, cuidadosamente cultivado. Él era el líder del Primus, el
nuevo, único vampiro, miembro de las cámaras del Congreso, y sus electores jamás
respetarían a alguien que no fuera más poderoso que ellos.

Por fin, se dignó a notar a los humanos apiñados en torno a la mesa. Estaban
boquiabiertos ante él, como una especie particularmente estúpida de pez. Sin
embargo, uno de ellos que, posiblemente, poseía una pizca de inteligencia hizo una
profunda reverencia.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Mi Señor Primátor. ¿A qué se debe este honor?"

-"El honor es una palabra interesante, humano. ¿Puedo llamarte humano? ¿O


prefieres decirme tu nombre, el cual yo luego olvidaré de inmediato como hago con la
mayoría de las pequeñas molestias?"

Vonos sonrió ampliamente, lo suficiente para mostrar sus colmillos, y le hizo


gracia cuando uno de los hombres, un hombre esqueléticamente delgado con un
pésimo corte de pelo, se derrumbó en un desmayo. Pero el hombre que había hablado
primero (y debía ser una especie de líder) tenía más presencia de ánimo.

-"Me puedes llamar como quieras, por supuesto, Primátor Vonos, pero mi
nombre es Rodríguez."

-"Por supuesto que lo es. Qué apropiado. ¿Sabes que yo antes residía en tus
preciosas inmediaciones cuando era territorio español? Lo llamaron Norte de
Louisiana, creo."

Sonrió ante el recuerdo, pero luego frunció el ceño mientras el recuerdo


agradable de épocas más sencillas y de abundantes humanos para alimentarse dio
paso a otro, de memoria mucho más desagradable. Esta no era la primera vez que se
había enfrentado con los Atlantes en este territorio. Hace más de dos siglos, un grupo
de ellos había llegado a la ciudad y, con la ayuda de ambos, colonos y nativos Illini,
asesinaron brutalmente a casi toda su manada de sangre. Naturalmente, ante la
muerte de su familia de vampiros, se había visto obligado a huir. Discreción, valor,
etcétera, etcétera.

-"Nunca voy a huir de nuevo."- Dijo.

Sus uñas se clavaron en el borde de la mesa con tanta fuerza que la madera se
agrietó. El humano se estremeció.

-"¿Señor?"

-"Olvídalo. He sabido que tu grupo es muy ambicioso, cuando se trata de


recolectar miembros para los Apostatas, Señor Rodríguez."

Una medida de nerviosismo del hombre se calmó, y se inclinó hacia adelante con
entusiasmo.

-"Sí, ha sido un privilegio. Espero estar a la vanguardia de una nueva ola de


conversos. Definitivamente podemos ver el futuro, y eso implica la cooperación entre
especies."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Vonos siempre se maravillaba de la capacidad humana para la total y completa


negación. De alguna manera, en la mente de las ovejas, el sometimiento se había
convertido en cooperación. Bueno, como se decía, lo que consigues a través del día...

-"No nos encontramos satisfechos con las acciones de los vampiros locales y su
manada de sangre."- Dijo Vonos. -"A partir de este momento, coordinarás todos los
esfuerzos de reclutamiento a través de mi oficina y por medio de mi representante
local, a quien voy a presentarte en los próximos días."

Uno de los hombres agazapados detrás del líder, murmuró algo que fue
demasiado confuso para que Vonos lo entendiera.

-"¿Podrías repetir eso?"- Preguntó Vonos. -"De todos modos, compártelo con el
grupo."

Le hacían disfrutar, estos pintorescos conceptos humanos.

-"Yo no... Yo no..."

El hombre tartamudeaba demasiado fuerte como para pronunciar las palabras. El


miedo tiende a destruir la capacidad de conversación en las ovejas.

-"Por favor, dímelo."- dijo Vonos, con calma educada y con un ligero énfasis en
las palabras 'por favor'.

Luego le dirigió una suave sonrisa alentadora al hombre.

-"O… voy a arrancarte la lengua de raíz, y no tendrás que preocuparte por decirle
nada a nadie nunca más."

La oveja cayó de rodillas, balbuceando algo incoherente, y Vonos suspiró.

-"En verdad, está empezando a molestarme."- Le dijo al hombre a cargo. -"¿Tal


vez tú podrías traducírmelo, antes de que pierda la paciencia y mate a cada uno de
vosotros?"

-"Tiene miedo de lo que los vampiros locales harán contra nosotros si dejamos
de colaborar con ellos."- Dijo apresuradamente el líder. -"Estamos..."

-"Estoy interesado en sus fundamentos."- Dijo Vonos, interrumpiéndole. -"Ten


en cuenta que los vampiros locales nunca volverán a ser una amenaza para ti o
cualquier otra persona. Estamos descontentos con su falta de cuidado."

El teléfono móvil de Vanos sonó, y él levantó un dedo para pedir silencio. Las
ovejas eran por lo menos buenas con sus tecnologías. Él amaba su iPhone. ¿Tal vez
debería convertir a ese colega Steve Jobs52?

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-Hmmm. Los pensamientos ociosos para otro momento.

Vanos miró el identificador de llamadas y señaló que era su asistente personal,


uno de los muy pocos vampiros en los que él confiaba. Abrió el teléfono.

-"¿Sí?"

-"Tienes una llamada urgente del líder humano de los Apostatas de Ohio."- le
dijo su asistente. -"Él dice que tiene conocimientos que tú necesitas."

-"Estoy cada vez más asombrosamente cansado de estos humanos."- Dijo Vonos
en el teléfono, mientras que exploraba la fila de hombres serviles alejándose de él. -
"¿Conocimiento de qué tipo?"

-"Sé que suena loco, pero él dice que es acerca de la Atlántida. Dice que un
guerrero Atlante secuestró a una de sus colegas justo fuera de su oficina. Me dijiste
que estuviera atento a todo lo que podríamos usar en contra de los Atlantes, como un
seguro para cuando quieran negociar con el gobierno de Estados Unidos. Esto podría
ser eso."

Vonos entrecerró los ojos y pensó por un momento.

-"La historia suena inverosímil. Los Atlantes han sido demasiado cuidadosos para
permitir que cualquiera pueda presenciar algo tan falto de delicadeza como un
secuestro."

-"Él jura que es verdad."- Dijo su asistente, con emoción en su voz. -"El Atlante le
hizo algo, alguna forma de control mental que lo dejó fuera de combate, pero él no se
quedó fuera por mucho tiempo. Sólo se quedó allí en el suelo fingiendo estar
inconsciente y escuchó todo. Dice que sabía que una noticia como ésta sería crucial
para nuestra misión."

-"Él realmente dijo eso, ¿verdad? ¿Crucial para nuestra misión? Estos seres
humanos y su sentido del melodrama."

-"Bueno, este tipo ha sido marcado durante mucho tiempo. Es un trepador;


quiere ascender en la jerarquía y estar en línea para ser convertido, con el tiempo."

-"Ah. Inmortalidad. El premio difícil de alcanzar al final del arco iris de todas las
ovejas. Eso, sin embargo, lanza una cierta sombra de duda sobre su reclamo. Quizás
exagera con la esperanza de ganar elogios."- Dijo Vonos con escepticismo, aunque
permitiéndose un poco de cauteloso optimismo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Anubisa le recompensaría bien por construir un caso fuerte en contra de la


llegada de la Atlántida a la política internacional. Estar auspiciando el secuestro de
científicos estadounidenses sería sin duda un buen comienzo.

-"Creo que voy a visitar a este hombre yo mismo."- decidió Vonos. -"¿Quién es él
y dónde está?"

El sonido de pasar papeles llegó por el teléfono durante un momento, y luego el


ayudante de Vonos volvió a estar en línea.

-"Aquí está. Doctor George Grenning en la Universidad del Estado de Ohio."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Diecinueve

Sede regional Rebelde, Saint Louis

Alaric dio un paso a través del portal en una escena de caos controlado y de
inmediato buscó a los Atlantes. Alexios, con sangre moteando su cabello dorado en
pesados grumos, se situaba cerca de la pared frontal de crudo hormigón del almacén
base del cuartel general, gritando órdenes a los humanos fuertemente armados
mientras iban y venían, muchos de ellos cojeando o llevando camaradas heridos.

Alaric hizo una mueca ante el acre olor del humo de los disparos en el aire.
Christophe se apoyaba contra una pared de cubierta de graffiti, encorvado, con las
manos en los muslos, como apoyándose. Alaric detectó el débil brillo residual de la
energía azul-verdosa que rodeaba a Christophe; el guerrero debió gastar enormes
cantidades de energía muy recientemente.

Denal no estaba por ningún lado. Tampoco Reisen, Jack, o Quinn. Algo en el
pecho de Alaric se apretó dolorosamente ante el pensamiento de Quinn, pero se negó
a permitir que eso le superara. Ella estaría bien. Tenía que estar bien. Si Quinn muriera,
él no tendría ninguna razón para seguir existiendo.

Aunque ella había dejado muy claro que no tenía lugar en su futuro, sólo el
conocimiento de que estaba viva y caminando por el mismo tiempo que él hacía más
llevadera la desolación de su vida, de alguna manera.

Él era un Sumo Sacerdote encarcelado por los dictados de un capricho de un


Dios. Ella era una líder rebelde torturada por el recuerdo de un hecho oscuro. No había
manera de que pudieran estar juntos, ningún reino potencial del futuro que
prometiera alguna esperanza.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Pero la idea de su muerte conllevaba la extinción de toda esperanza, y él no


podía tolerar eso. Cruzó rápidamente la habitación hasta Alexios, que echó un vistazo a
la cara de Alaric y de inmediato dejó de dar órdenes.

-"Está viva, Alaric. Ella resultó herida, pero fue menor de importancia."- Dijo
Alexios, con una áspera compasión en su voz.

Una extraña debilidad corrió a través Alaric y tuvo que luchar contra sus propios
pulmones para respirar.

-Quinn resultó herida.

-"¿Cómo de menor?"- Gruñó. -"Dímelo ahora."

-"Relájate. Es sólo un rasguño. Un Shifter excesivamente entusiasta la agarró con


una garra o dos. Denal la remendó, ellos dos y Jack se fueron tras los líderes vampiros.
Sólo para hacer un reconocimiento. Van a averiguar dónde se refugian, para que
podamos ir tras ellos con toda nuestra fuerza después. Enviaron a Reisen a algún otro
sitio."

Alaric entrecerró los ojos.

-"No me cuentes nada sobre ese traidor."

Jack había sido socio de Quinn durante algunos años. Ambos eran co-líderes de
los rebeldes norteamericanos, y Jack también resultaba ser el más feroz Shifter que
Alaric había visto nunca. Pero claro, los tigres-Shifters nunca habían sido conocidos por
sus naturalezas mansas.

Jack era audazmente confiado y Alaric sospechaba que el tigre estaba


desarrollando algo más que un apego de compañero guerrero por Quinn. No es que
fuera de su preocupación nada de lo que hiciera Quinn, se recordó a sí mismo, incluso
cuando el dolor de eso apuñaló a través de él. Apartó de sí mismo esos pensamientos
venenosos. Alexios estaba herido, y sin embargo, el Sacerdote que debería ser su
curador estaba lloriqueando como un maldito jovenzuelo.

-"Tu cabeza. ¿Qué tan malo es?"

Alexios hizo un gesto con la cabeza, alejándose de las manos de Alaric.

-"No es nada. Un rasguño. Ya sabes cómo sangran las heridas en la cabeza. Ni


siquiera me desmaye, en esta ocasión."

Alaric atrapó la mirada del guerrero con la suya, mientras él llamaba su poder
sanador.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Si tuviera tiempo para mimar guerreros tercos, me gustaría ir a través del
intercambio de esa costumbre contigo, pero sé cuánto tu y el resto de los Siete
necesitáis demostrar qué feroces e imparables sois. Sin embargo, te necesitamos
entero, por lo que permanece quieto antes de que pierda los últimos fragmentos de mi
temperamento."

Con malhumor apenas mal disimulado, Alexios gruñó algo acerca de 'sacerdotes
entrometidos', pero hizo lo que Alaric le había pedido. Sin duda era más que un simple
rasguño, y Alexios había sido bastante afortunado para escapar sin perder la
consciencia. Alaric sanó la herida rápidamente, asegurándose de enjuagar toda
suciedad persistente y la sangre, canalizando una corriente de agua pura para rodear y
limpiar la cabeza del guerrero. Alexios se apartó de él en el momento que hubo
terminado, todavía murmurando entre dientes, pero luego esbozó una sonrisa.

-"Tengo que admitir que me siento mucho mejor. Supongo que las 'ratas de
Templo' tienen sus usos, después de todo."

-"Me alegro de estar de servicio."- Dijo Alaric secamente. -"Por lo menos


refrenaste tu mal humor, a diferencia de Denal..."

Denal. El pensamiento del joven guerrero, que se había ido con Quinn, convirtió
en hielo la sangre de sus venas. ¿Tendría suficiente experiencia en la batalla para ser
de alguna ayuda si Quinn realmente lo necesitaba? Él intentó encuadrar el
pensamiento con su voz saliendo repentinamente ronca.

-"¿Denal…?"

Alexios negó con la cabeza.

-"Ni siquiera lo digas. Todos pensamos en él como el jovenzuelo que solía ser.
Pero no olvides que Denal entregó su vida por la futura Reina de Conlan. Sólo su
propio sacrificio, a su vez, le trajo de vuelta. Las batallas que ha visto en los últimos
meses le han envejecido. Incluso más allá de eso, Conlan y Ven no eligieron a los
guerreros más feroces de la Atlántida para el Siete por sorteo o al azar."

Antes de que Alaric pudiera responder, uno de los rebeldes, una hembra
humana, de piel dorada y de ojos oscuros, se acercó a ellos.

-"Alexios, tenemos que trasladar a los heridos al hospital. ¿Estás seguro de que
estamos bien para irnos?"

La mujer apenas miró a Alaric antes de ignorarle, pero le dio una plena y
respetuosa atención a Alexios.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Llevaba el arco y el carcaj de flechas atados a su cuerpo como si estuviera muy


familiarizada con el peso de tal arma, y las dagas atadas a sus dos muslos largos y
delgados tenían una cinta muy gastada envolviendo sus empuñaduras.

-"Estamos bien, Grace. Jack se hizo cargo de los Shifters que bloqueaban los
Jeeps antes de que él y Quinn se fueran con Denal. Dile a los demás nos estamos
moviendo fuera. Tu conduces y yo llevo la escopeta."- dijo Alexios.

Ella asintió con la cabeza y luego rápidamente se alejó, dejando a Alexios


mirándola.

-"Todavía me parece equivocado, para mi gusto, que tantas mujeres deban


tomar las armas en esta batalla."- Dijo, en voz tan baja que Alaric casi se perdió sus
palabras.

-"Y, sin embargo, es su futuro y el de sus hijos, el que se está corrompiendo por
los vampiros y Shifters renegados. ¿Qué poder es más formidable que el de las madres
que actúan aunando esfuerzos?"- Respondió Alaric.

Alexios no dijo nada. Siguió mirando la mujer mientras ella dirigía a los otros para
recoger a los heridos. Finalmente arrancó su mirada y se volvió hacia Alaric.

-"Tengo que irme. Necesitan protección en caso de que tengamos alguna


amenaza esperándonos en el camino al hospital."

-"¿Tienes necesidad de mí?"- Alaric levantó la mano y una bola brillante de


energía pura se fusionó en su palma. -"Estaría sumamente complacido de enseñar a
algunos de los atacantes una lección o dos sobre el poder de Poseidón."- Dijo, la rabia
y la frustración de los últimos días abrasando a través de sus terminaciones nerviosas.

Alexios se le quedó mirando, con los ojos entrecerrados, y luego empujó su pelo
enmarañado de su cara.

-"Lo que necesito es una ducha. Si tuviera cinco minutos extra, me gustaría
llamar a una maldita tormenta y fregar el hedor de la sangre fuera de mí. Malditos
sean estos bastardos que merodean desde los nueve infiernos, de todos modos. No
podemos seguir luchando contra ellos en tantos frentes sin refuerzos. Conlan y Ven
deberían intensificar mejor sus planes para aumentar la capacitación de guerreros."

Alaric estuvo de acuerdo, pero se limitó a asentir. No era ni el momento ni el


lugar para discutir estrategias de guerra.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

La mujer, Grace, se les acercó de nuevo, esta vez sosteniendo una pistola de
aspecto mortífero apuntando al suelo. Incluso Alaric, que tenía poco trato con armas
humanas, reconoció un arma de primera categoría al verla.

-"Es la hora. Michelle se va a desangrar si no le conseguimos su cirugía."- Dijo.

-"Si me lo permites, puedo sanarla."- ofreció Alaric.

Ella se sobresaltó.

-"Yo... yo no lo sé."

-"Sólo lo suficiente para llevarla al hospital, Alaric."- Dijo Alexios. -"Vas a tener
que conservar tu fuerza en caso de que Quinn..."

Alaric sintió esas palabras como un golpe en el pecho, pero forzó la emoción
dentro de una cámara cerrada en la parte posterior de su alma. Quinn era una
superviviente. Él sanaría a esta humana, y Quinn estaría bien.

Se arrodilló junto a la camilla y extendió los dedos ampliamente sobre la mujer


herida. Era pequeña, no más grande que un niño, con cortos rizos oscuros. Su tamaño
y pelo oscuro le recordaban a Quinn, y por un instante vió su cara superpuesta a la de
Michelle. Entonces los ojos asombrosamente azules se abrieron y Michelle lo miró con
una chispa de humor en su mirada, a pesar de la picadura de la herida horriblemente
abierta en su garganta.

-"Voy a morir, ¿no? Eso es simplemente brillante. Mi primera misión y salgo con
un mordisco, por así decirlo."- Bromeó, sorprendiéndolo con un acento británico
crujiente. "Los vampiros sangrientos son aún peores aquí de lo que son en Londres."

Su humor tocó una chispa de calor enterrado profundamente dentro de él, y


trató de sonreír.

-"No vas a morir hoy. Considera esto mi versión de las buenas relaciones
diplomáticas entre países."

Llamó a su poder y, como siempre, agradeció a Poseidón por obsequiar a su


Sumo Sacerdote con el poder de curar. A medida que la energía azul-verdosa
chisporroteante se tamizó a través de su cuerpo y se derramó de sus dedos, por dentro
y por encima de sus heridas, la cuchillada pulsando en la garganta de la mujer,
lentamente se selló cerrándose y el color volvió a sus mejillas. Cuando se sentó sobre
sus talones, con la sanación hecha, ella parpadeó y una deslumbrante sonrisa se
extendió por su cara.

142
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Si los embajadores en realidad fueran como tú, amor, creo que tendríamos
mucho mejores relaciones internacionales. ¿Cualquier posibilidad de que estés libre
para una taza de té ahora que puedo beber sin que se salga por el agujero en mi
garganta?"

Una ráfaga inesperada de risas escapó de su garganta, y Alaric levantó la mano a


sus labios.

-"En otra ocasión, valiente."

Antes de que pudiera levantarse, ella cogió su mano entre las suya, y su rostro se
volvió repentinamente serio.

-"Gracias. No pensé que lo lograría en el hospital, y... bien, gracias. Si alguna vez
necesitas algo, por favor llámame. Grace puede encontrarme."

En los momentos más extraños (momentos que llegaron tan pocas veces durante
los siglos) un ser humano hacía algo que le daba a Alaric esperanza para el futuro de
sus especies. Esta fue una de esas veces. No pudo hacer otra cosa que darle su valor
por este hecho. Se puso de pie y se inclinó profundamente mientras los otros la
ayudaban a sentarse.

-"Siempre estoy agradecido de encontrar un aliado, especialmente uno tan


valiente. Gracias, mi señora."

Grace cayó de rodillas al lado de Michelle y la abrazó, luego miró a Alaric con los
ojos empapados de lágrimas.

-"Gracias. Cualquier cosa. Cualquier cosa que alguna vez quieras y cuando
quieras, yo estoy aquí para ti."

Repentinamente incómodo ante la efusión innecesaria de su gratitud, Alaric


inclinó la cabeza y se dirigió hacia la puerta y hacia un extrañamente sombrío Alexios,
que estaba mirando a Grace y Michelle.

-"Tenemos que irnos, ahora, Grace. Hay un montón de nuestra gente con heridas
leves que será mejor llevar a la sala de emergencias en vez de drenar más la fuerza de
Alaric."- ordenó Alexios. -"Alaric, deberías ponerte en marcha, también. Déjame saber
lo que encuentres y si me necesitas."

Alaric simplemente asintió con la cabeza, incapaz de decidir lo que, en todo caso,
haría a continuación. Alexios hizo un gesto hacia el primer grupo encabezando la
puerta.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Vámonos."

Grace levantó su arma y, con un brazo alrededor de Michelle, encabezó la


marcha saliendo por la puerta. Los otros, llevando a los heridos, se alinearon detrás de
ella. Alexios desenvainó sus dagas y empezó a seguirles, luego se volvió.

-"Alaric, ve tras ella. Desde que Daniel forzó el vínculo de sangre sobre ella,
Quinn ha sido diferente. Parece perdida. Ella se merece algo mejor que tú
abandonándola y, Sacerdote o no, tú lo sabes."

Alaric perdió el control ante la idea de aquel vampiro Daniel (su 'a-veces-aliado'),
quien también se hacía llamar Drakos, que había salvado la vida de Quinn incluso
cuando la había atado a él. Alaric arrojó la esfera de energía contra la pared más
alejada de los humanos y observó con sombría satisfacción como las ventanas
estallaron hacia fuera en la calle vacía.

-"Lo que Quinn Dawson merece es mucho más de lo que yo podría ofrecerle,
tanto si está unida en sangre a un vampiro como si no."

-"Tres intercambios, Alaric. Se necesitan tres intercambios para que un ser


humano pueda convertirse en vampiro. Salvó su vida por hacer aquello, pero sólo fue
uno."- Alexios sacudió la cabeza, claramente disgustado. -"No tengo tiempo para esto.
Haz lo que quieras. Me voy."

Corrió hacia la puerta, con las armas desenfundadas, yendo detrás del último de
los humanos. Alaric comenzó a seguirles. Se detuvo. Dio otro paso. Se detuvo. Quizá
por primera vez en todos sus siglos de existencia, estaba casi congelado por la
indecisión.

Todos los instintos que poseía le gritaban que fuera detrás de Quinn. La lógica
dictaba que ayudara a Alexios. La emoción luchó contra la razón. El anhelo guerreó con
la racionalidad. La emoción pateó el culo de la lógica.

-Voy detrás de Quinn.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Veinte

Atlántida, la caverna

Keely luchó su camino de regreso a la conciencia, sintiendo las secuelas de la más


intensa visión que nunca había tenido, pateando su culo como una resaca de tequila.
Estaba atrapada; algo la sujetaba hacia abajo. Algo... o alguien.

Sus ojos se abrieron de golpe, y miró a su cara. La cara que había conocido
durante años, a pesar de que sólo acababa de conocerle realmente. Su mano se dirigió
automáticamente a la talla del pez, aún a salvo bajo su camiseta.

La imagen de su penosa infancia nadó a través de su memoria, desorientándola.


Ella no pudo evitarlo; necesitaba tocar su cara. Justice se estremeció un poco ante su
toque, pero luego apoyó la cabeza en su mano, con los brazos apretando alrededor de
ella. Se dio cuenta de que estaba acostada en su regazo y se preguntó por qué se
sentía tan completamente correcta.

Parte de ella sabía que debía alejarse. El resto de ella quería quedarse allí en sus
brazos por un tiempo muy largo. Se sentía a salvo en una situación totalmente
insegura, sin importar que se tratara de una locura. Pero, de nuevo, ella acababa de
vivir a través de los siglos de su vida, y ahora le conocía en un nivel más fundamental
de lo que nunca había conocido a nadie antes.

-"¿Estás bien?"

Su voz era ronca, y sus negros ojos eran inesperadamente cálidos y suaves.

-"Has estado inconsciente durante varias horas. Si te hubiera perjudicado de


alguna manera..."- Dejó la frase sin terminar, pero su rostro se endureció y sus ojos se
congelaron con la auto-recriminación.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"No."- se las arregló para decirle. -"Fue la espada. No tenías forma de saberlo.
Yo... tengo visiones al tocar objetos. Especialmente artefactos antiguos que tienen
tanta historia violenta y emocional unida a ellos. Nunca he reaccionado a algo tan
intensamente como lo hice con tu espada."

Justice fulminó con la mirada su espada, sus labios curvándose hacia atrás de sus
dientes, luego parpadeó.

-"Entonces, ¿eres una lectora de objetos? Es un Regalo que habíamos creído


perdido hace milenios."

-"Así es como Liam lo llamó, también. Supongo que es un nombre tan bueno
como cualquier otro. Hay un talento llamado psicometría, que tiene que ver con esto
de recoger las impresiones de una persona al tocar un objeto que le pertenece a él o
ella. Pero lo que yo hago es mucho más específico. Casi siempre recojo una única
escena, y parece ser la que tuvo la resonancia más emotiva para ese objeto. Es una
escena entera, completa con diálogo y acción, también. "

-"Así que no podrías..."

-"No pude sostener una camiseta perteneciente a un niño desaparecido y saber


dónde había sido raptado, por ejemplo."- Dijo, recordando el dolor y la frustración
cuando había intentado hacer precisamente eso una vez.

Trató de hacer su don algo valioso para la sociedad, de otras maneras que solo
aprendiendo hechos indemostrables sobre artefactos antiguos.

-"Lo que yo consigo es más probable que sea la escena donde él conoció a su
nuevo cachorro, vistiendo esa camiseta, a causa de la alegría inmensa que resonaría en
las fibras de la tela. O el dolor y la pena si su perrito había muerto…"

-"Entiendo. Lo siento."

-"Está bien. Tengo que admitir que es una especie de alivió hablar de esto con
alguien que me crea. Realmente no quiero terminar en la versión de la Atlántida de un
manicomio."

Él la acercó más hacia él hasta que su cabeza descansó sobre su pecho. Se sentía
de alguna manera confortada por el tranquilizante palpitar de su corazón bajo su
mejilla.

-"Por manicomio, ¿supongo que quieres decir asilo de locos? ¿Alguien te ha


amenazado con un lugar así, simplemente porque tienes un Regalo que está fuera de
lo común para los estándares humanos?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Sus brazos se apretaron aún más, como en respuesta a una amenaza, y ella hizo
un pequeño ruido de protesta. Al instante aflojó su abrazo, y ella respiró hondo.

-"No es exactamente una amenaza. Más como una larga historia de ser
institucionalizada. Mi infancia... bueno, digamos que no todo fue muy divertido."

Keely comprendió que estar sentada en el regazo de Justice, no importa cuán


seductoramente confortable fuera, tal vez no era una posición de fortaleza para ella.
De repente, le estaba contando cosas que nunca le había contado a nadie antes y no
tenía ganas de empezar a hablar más ahora.

Cambió de posición, poniendo la mano sobre su pecho para empujarle, pero se


congeló cuando se dio cuenta de la dureza situada bajo su parte inferior. Se quedó sin
aliento en su garganta y el calor quemó a través de ella, derritiendo sus defensas.
Estaba claro que la deseaba, y había una pequeña parte de ella que quería ponerse de
pie y aplaudir.

Excepto... excepto que él había estado en el Vacío durante mucho tiempo. Ella
no sabía lo que era eso, pero no sonaba como el tipo de lugar donde puedes salir y
conocer mujeres. Entonces, ¿qué hacía eso de Keely que no fuera una salida
conveniente... una mujer que estaba a mano y disponible? No era nada más que eso.
La vergüenza enrojeció su rostro.

-No. Un millón de veces no.

Su fuerza física no era rival para él, por lo que dejó de tratar de alejarse de su
agarre.

-"Por favor, déjame ir, ya puedo levantarme ahora."- Dijo en voz baja.

Por espacio de un latido de corazón, él no se movió. Luego suspiró y sintió el


calor de su aliento en el pelo. Cuando la soltó, trepó lejos de él, agarrando sus guantes
y tirando de ellos de nuevo en sus temblorosas manos.

-"Gracias. Por cogerme cuando yo… bueno, cuando me desmayé."

-"Por favor no me des las gracias, no cuando fue mi acción la que te envió a esa
dolorosa visión." -gruñó, poniéndose de pie y comenzando a pasearse por el suelo. -"Si
lo hubiera sabido... una lectora de objetos obligada a tocar, sin preparación, un
instrumento de tal violencia a través de tantos siglos. No sé cómo pudiste soportarlo."

Él gruñó una ráfaga larga del lenguaje que recordaba de su visión. Dado el sonido
de la misma, acababa de escuchar un buen montón de selectos juramentos Atlantes.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Casi sonrió a pesar de las circunstancias; su lado científico estuvo picando por tener su
portátil o, al menos, un lápiz y papel para poder iniciar la transcripción.

Esto era mejor que la biblioteca perdida de Alejandría. Este era un orador
viviente de una antigua lengua muerta. Frases como "niño en una tienda de dulces" o
"cerdo en el barro" corrieron por su mente. Este era el hallazgo de la década. Del siglo,
incluso.

-Si logro sobrevivir a esto.

Este pensamiento la impulsó a ponerse en pie. Necesitaba estar en terreno llano


con él.

-"Fue bastante difícil."- Admitió con pesar, reconociendo que su confesión era
probablemente el eufemismo del año. -"Pero no fue todo sobre violencia. Al menos,
no todo fue violencia en campos de batalla. La escena con tu madre..."

Él se dio la vuelta.

-"¿Has dicho mi madre?"

Ella casi se retiró cuando vió sus ojos. Habían vuelto a ser de un color azul-verde
intenso otra vez, casi salvajes. Ardientes.

-"¿Qué sabes tú acerca de nuestra madre?"

Saltó por el suelo hacia ella y esta vez la hizo dar un paso atrás. Él era todo
guerrero ahora, la dulzura que había visto ido antes desaparecida, como si hubiera sido
un espejismo.

-"Dinos. Cuéntanos todo."

Estaba de vuelta a la auto-referencia plural de nuevo. Consideró opciones, y


finalmente fue con la más sencilla. La verdad.

-"Sí, vi a tu madre. Traté de ayudarla, pero él... él..."

Ella se estremeció hasta su fin, sacudiendo la cabeza en negación. Esta no era


una historia que quería contarle. Ni ahora, ni nunca. Sobre todo cuando Justice era
'ellos' de nuevo. Se preguntó quién era la segunda personalidad y donde se había
originado. Se preguntó si se trataría de algo que jamás podría sanar.

No fue ira, sino más bien sorpresa teñida de asombro lo que cruzó su rostro
cuando él cayó de rodillas en el suelo delante de ella.

-"Dinos."- Repitió.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Pero esta vez era una súplica, no una demanda.

-"Por favor, cuéntanoslo."

No lo pudo resistir. No hubiera podido resistir a la desnuda súplica en su cara. No


podía resistirse al sonido del niño perdido en su voz. Se arrodilló a su lado, tomó sus
manos entre las suyas, y le contó todo, sin hacer caso de las lágrimas cayendo por su
cara.

Justice escuchaba a Keely con una creciente sensación de tristeza. De pérdida.


Había mantenido controlado bien su dolor y su ira toda su vida. Desde que su hermano
mayor, el hijo natural del hombre y la mujer que Justice había creído que eran sus
padres, le había dicho la verdad en un ataque de resentimiento. Que había sido
adoptado. Que sus verdaderos padres no le habían querido. Que nadie le quería.

Pero su hermano había sido castigado por la mentira, y Justice había sido
silenciado y confortado por la mujer que él había empezado a sospechar no era
pariente de sangre suya. A pesar de sus palabras tranquilizadoras, había tenido la edad
suficiente para darse cuenta de que ninguno de ellos se parecía en nada a él. Aunque,
para ser justos, nunca había conocido otro Atlante con el pelo azul, y eso que había
pasado la mayor parte de su primera década de vida buscándolo. Había dejado de
preguntarse sobre él después de su décimo cumpleaños, por supuesto. Afeitándose la
cabeza en un ataque de rabia.

'Rastrojo Azul', había sido lo peor. Había estado a punto de sufrir costillas rotas
en tres o cuatro peleas de patio de colegio más de una vez. Cuando el Rey le había
confrontado con la verdad de su nacimiento, fue casi un alivió.

Agridulce, eso era seguro, lleno de confusión y dolor, pero aún así un alivió. No
estaba loco. Él encajaba, en algún lugar. Pertenecía a alguien. Era el hijo del Rey. ¡El
Rey de toda la Atlántida!

Pero su alivió y alegría se redujeron a cenizas en su boca casi antes de que


tuvieran la oportunidad de nacer. El Rey le contó la orden de Poseidón, y le habló
sobre los Geas. Justice nunca podría revelar la verdad, o estaría impulsado a asesinar a
cualquiera que hubiera oído la historia de su nacimiento y herencia.

Lo peor de todo era que el Rey (su padre por lazos de sangre) nunca le había
querido. El propio padre de Justice le había dejado de lado. Le había dicho que su
madre nunca le había querido, tampoco, confirmando el miedo más secreto, el más
oscuro miedo de Justice: que no era digno del amor… incluso el de sus padres.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Había sido un alivió ser aceptado en la academia de entrenamiento de guerreros.


El esfuerzo físico constante era una manera civilizada para liberar la furia que le
montaba demasiado fuerte. Había gruñido y escupido su desafío a sus entrenadores y
compañeros de estudios como un animal salvaje de pelo azul, empujándose a los
límites de su resistencia y luego más allá. Mucho más allá. Todos los curanderos
crecieron despreciando verle.

Pero entonces, un día normal y corriente, todo había cambiado. Había conocido
a Ven y Conlan. Ellos le gustaron. Incluso les admiró, aunque les había odiado por
tener lo que él nunca tendría... una verdadera familia que les amaba. Un lugar al que
pertenecer.

Ahora esta mujer, esta lectora de objetos, esta humana que había llegado a
representar la salvación de su alma, le decía que no había sido indeseado. Su madre le
había querido. Él susurró su nombre.

-"Éibhleann."

El Nereida, que se había quedado en silencio, se hizo eco de las sílabas líquidas
del nombre de su madre dentro de su mente.

-"Éibhleann."

La angustia latía a través de ambos. Éibhleann era un antiguo nombre Nereida


que significaba 'amada por la Diosa'. ¿Qué asquerosa ironía residía en eso? La voz de
Keely se quedó en silencio. Ella había terminado su relato de las visiones que había
visto, visiones que ella había vivido. Visiones de su vida.

-"¿Justice? ¿Tu...? Bueno, suena estúpido preguntarte esto, pero ¿estás bien?"

La suave preocupación en su voz casi le rompió, cuando siglos de batalla no lo


habían hecho. Sonaba preocupada por él. Por él, cuando debería odiarle por lo que le
había hecho a ella. Primero secuestrándola, luego poniéndola en aquel peligro y a
través de tanto sufrimiento. Él era un monstruo. No importa lo que él necesitaba, ella
se merecía algo mejor.

-No hay nadie mejor que nosotros para ella.- gritó la Nereida en su mente.

Justice intentó cerrar la puerta mental, pero sólo tuvo éxito parcialmente. Las
manos de Keely temblaban contra él; la había estado apretando con demasiada fuerza.

-"No estoy seguro de lo que siento en este momento. Pero, independientemente


de mi reacción a esta noticia, gracias. Gracias por haberme dado la verdad que nunca
supe antes."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Tu madre te amaba y te quería."- Dijo Keely. -"Su emoción era muy potente,
Justice. Lo que te dijeron de no ser querido... era una mentira. Fue una grande y gorda,
mentira cobarde."

Él sonrió ante la indignación en su voz. Estaba furiosa en su nombre. El calor se


extendió por él en ese pensamiento. ¿Alguien, durante la totalidad de su vida, jamás se
había indignado en su nombre antes? Habían dependido de él, lucharon a su lado, y le
habían salvado la vida. Pero, ¿indignación? No. Nunca. Sólo Keely alguna vez se había
levantado por él de este modo.

-"Eso le dijiste."- Murmuró. -"Le dijiste al propio Rey de la Atlántida que se había
equivocado. Daría todo lo que tengo por haber sido capaz de ver eso."

Ella le devolvió la sonrisa, y el flash compartido de humor se volvió algo más


dentro de su pecho. Él sabía que la deseaba; había aceptado que estaba hambriento
por ella. Pero tal vez era más.

Tal vez estaba violando las barreras que había desde hace mucho tiempo
establecido alrededor de sus emociones. El shock reverberó a través de su mente, y el
Nereida se abrió paso de nuevo.

-Sí, déjala pasar. Ella nos dijo la verdad. Mi (nuestra) madre era una mujer
guerrera, como lo son todas las doncellas Nereida. Luchó por nosotros, y murió por
nosotros. De alguna manera, ella habló con nosotros a través de esta humana. ¿No
es suficiente para hacernos saber que esta mujer nos pertenece?

Justice miró a Keely de nuevo, pero esta vez la veía a través de la lente de los
ojos de su mitad Nereida.

Su belleza tranquila se volvió más nítida, más sensual. El verde de sus ojos
brillaba como el más precioso jade. La curva de sus labios se volvió pecadora, casi
rogándole capturarlos con los suyos. El pulso que latía en su garganta le fascinaba.
Quería saborear su piel. Quería trazar el camino desde el cuello hasta los hermosos
pechos, atractivos ocultos bajo su camiseta. Con la boca. Con sus manos.

-Sí. Sí.- susurró la nereida. -Ella es nuestra. Tómala. Tómala ahora.

Justice se inclinó hacia delante, capturado casi hipnóticamente en una red de


deseo ardiente. Los ojos de Keely se abrieron, pero no protestó o trató de esquivarlo.
En cambio, con sus labios ligeramente entreabiertos soltó un jadeo ahogado de aire.

La lujuria se enroscó dentro de él, aristas afiladas y en carne viva. Su polla se


endureció tan dolorosamente que pensaba que la presión podría volverle loco.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

La necesitaba. Debía tenerla. Levantó las manos y finalmente, finalmente las


envolvió en ese pelo glorioso, y suspiró, ya sea por alivió o rendición. No sabía cuál. No
le importaba. Siempre y cuando ella le dejara probarla. Ambos lados de su alma
fracturada se fusionaron en uno solo, con la misma necesidad conduciéndoles a
ambos.

-"Keely."- Gimió, empujando, casi más allá de poder resistirlo. -"Por favor,
déjame besarte. Sólo... sólo una vez."- Dijo, aún reconociendo eso como una mentira.

Nunca podría tomar sólo un saboreo de sus labios. Nunca.

Ella vaciló, y la negrura del abismo se abrió ante él. Si ella le rechazaba, ¿sería
capaz de aceptar sus deseos? ¿O se perderían él mismo y su alma ante la negrura de su
hambre tomándola, obligándola, saqueando a esta mujer que necesitaba tantísimo?

Ella continuó dudando y, aunque gritando por el dolor rebanando a través de él,
se detuvo. Detuvo a sus dos yos. Se apartó, a pesar de que el Nereida aulló de furia
rechinando en su interior. Antes de que pudiera desenredar su pelo de entre sus
dedos, ella puso sus manos sobre las suyas. Miró a sus ojos. Abrió los labios y
nerviosamente se los humedeció con la lengua.

-"Sí."- Susurró. -"Sí. Sólo una vez."

Luego levantó su cabeza y tocó sus labios, siempre muy tentativamente, con los
suyos. Y él estuvo perdido.

Llama, añoranza, y éxtasis altísimo atronaron a través de él, sólo desde el primer
sabor suave de sus labios. Se estremeció y trató de permanecer inmóvil, trató de no
asustarla, pero ella se estremeció bajo sus manos y se inclinó hacia él… y toda
esperanza de cordura escapó.

Él casi la tomó en su regazo mientras se arrodillaban en el suelo, y se apoderó del


jadeo en su boca, su lengua barriendo en reclamación, para capturar, para conquistar.
Envolvió una mano, todavía enredada en su pelo, alrededor de la parte posterior de su
cabeza para tirar de ella aún más cerca, y con la otra mano le acarició la espalda desde
la nuca hasta el fondo de su adorable y firme culo, colocándola más plenamente en su
contra.

La presión de su peso sobre su polla le hizo gemir profundamente en la parte


posterior de su garganta y su gemido respondiendo le inflamó más allá de toda razón.
Puso sus brazos alrededor de su cuello y le devolvió el beso... ella le devolvió el beso...
y él perdió todo el sentido y la lógica, cayendo en ondas brillantes de puro deseo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Justice la besó como nunca había besado a nadie antes, y la realidad se abrió
ante él mientras se lanzaba hacia la fantasía a la velocidad del cohete. Ella sabía a miel
y fruta y los mejores vinos. Ella sabía a salvación.

La necesidad pulsaba a través de él, y la besó. Era todo, y sin embargo, de alguna
manera no era suficiente. La necesitaba desnuda. La necesitaba desnuda, caliente, y
dispuesta bajo él. Tenía que conducirse a sí mismo en la calidez húmeda de su cuerpo.
Tenía que probar cada centímetro de su piel hasta que estuviera impreso en ella como
una marca.

Arrancó su boca de la de ella, jadeando, incapaz de recuperar el aliento, ningún


pensamiento en su cabeza, excepto el de rasgar la ropa de su cuerpo. Ella le miró
fijamente, los ojos muy abiertos, aturdidos. Sus labios estaban hinchados por sus besos
y su pelo estaba enredado alrededor de ella en nubes de salvajes llamas. Parecía como
si hubiera estado desplomada en su cama durante una larga noche de amor salvaje.

-¡Por todos los Dioses!, eso es lo que iba a darle.

Agarró los dos lados de su camisa, algún pensamiento nebuloso de rasgadura fue
golpeando a través su mente, cuando un ruido extraño penetró sus pensamientos. Un
extraño ruido de gruñido. Él parpadeó y notó un color rosa pálido manchando las
mejillas de Keely.

-"Um, eso fui yo."- Dijo, mordiéndose el labio. -"En realidad, era mi estómago.
Gruñendo. Estoy hambrienta."

Se quedó allí sentada en su regazo, sonrojada, caliente y enrojecida,


eminentemente deseable. De repente, se sintió tímido. Un sentimiento extraño y
desconocido recorrió su camino a través de él y salió de él como un sonido áspero,
oxidado. Le tomó un momento para reconocerlo como risa. Risa real, su primera
carcajada en un tiempo muy largo. Ella agachó la cabeza sonriendo ligeramente.

-"Lindo y mundano, ¿verdad? Me das un beso del tipo que 'sacude-los-cimientos-


del-universo', y todo lo que puedo pensar es en mi estómago. Pero tengo mucha
hambre."- Su sonrisa se desvaneció, y ella miró a su alrededor. -"Sin mencionar que, a
pesar de este muy encantador pequeño combate de locura inducido por el trauma,
todavía estamos atrapados aquí y tenemos que encontrar una manera de escapar."

Los aullidos de frustración del Nereida sacudieron el cerebro de Justice, pero él


mantuvo la sonrisa en su cara para que ella no lo viera. Que no adivinara que su mente
se estaba dividiendo en dos, o descubriera que una mitad de él era violenta e
inestable.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-Tómala, tómala, tómala. Ella nos desea; sabes que lo hace.

Justice cerró los ojos por un momento, concentrándose fuertemente en sellar su


mente contra el Nereida de nuevo. Fue difícil esta vez, pero finalmente lo logró.
Cuando abrió los ojos, ella todavía estaba allí. No era un sueño, entonces, pero la
realidad era mucho más exquisita de lo que jamás podría merecer.

-"Gracias."

Confusión ensombrecido sus hermosos ojos verdes.

-"¿Gracias a mi por qué?"

-"Gracias por decirme que yo no fui el único afectado por este beso."- Dijo y
observó sus mejillas volverse ligeramente rosadas de nuevo. -"Y gracias por
recordarme nuestras prioridades. Alimentos y escape. O escape y alimentos. De
cualquier manera, la discusión que debemos tener es mejor dejarla para más tarde."

-"¿La discusión?"

-"Al resolver un misterio para mí, has abierto otro, Keely. Me había olvidado de
la búsqueda de la visión Nereida y todas sus ramificaciones. Ciertamente yo nunca
había considerado que pudiera aplicarse a mí. Pero no hay otra razón por la que podría
haber visto tu cara cuando estaba perdido en el Vacío. Eres parte de mi propia
búsqueda personal de visión."

Sonriendo un poco, obligó a las palabras que sabía que ella no querría oír.

-"Me alegro de que fuera un tipo de beso del que 'sacude-los-cimientos-del-


universo', porque tú eres mi compañera destinada."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Veintiuno

Atlántida, la caverna

Keely se paseaba los bordes de la caverna, manteniéndose tan lejos como le era
posible de la locura tipo 'eres-mi-compañera-destinada' de aquel hombre. Justice
estaba haciendo algo en uno de los muros; no estaba segura de qué. Tras el anuncio de
'compañera', había caído en un silencio conmocionado y luego se alejó de él,
murmurando especulaciones sobre su necesidad de una buena ronda de terapia de
electroshock.

Media hora más tarde, seguía murmurando en voz baja. Desde los ojos
entrecerrados, había disparado miradas hacia él, probablemente tenía una idea de que
su comentario estaba lejos de ser halagador. Se había quedado bien lejos, incluso
cuando se había lavado lo mejor que pudo en la piscina y le había pillado mirándola
como si quisiera devorarla. Al menos no había tratado de saltar sobre ella. No estaba
segura de lo lejos que probablemente intentara ir con esa cosa de 'compañera'. Por
ahora, necesitaban resolver el problema en cuestión.

-"Tenemos que salir de aquí."- Dijo, probablemente por vigésima vez, pero lo
suficientemente fuerte como para asegurarse de que él la escuchase. -"Vamos a salir
de aquí."

Esta vez Justice no se molestó en responder, sin que eso la ofendiera, ya que
había respondido la primera docena de veces que había hecho la misma declaración.
Estaba, sin duda, tan cansado de escucharla como ella estaba cansada de decirlo. Aún
así, cuidadosamente permaneció al menos a unos diez metros de él en todo momento,
cautelosa de evitar estar a su alcance después de ese beso.

Ese beso. Ese… 'sacude-universos', 'explota-fuegos-artificiales-en-el-cielo'... beso.


Había desatado una aurora boreal en el interior de su cráneo, y ella había respondido
con su estómago gruñendo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Perfecto. Simplemente perfecto. Aunque ella siempre había sido una chica
demasiado práctica para creer en los cuentos de hadas, así que conocer a un Príncipe
de cuento de hadas no cambió nada. Ni siquiera cuando él era un Príncipe que tenía el
pelo más increíblemente hermoso que jamás había visto en un hombre.

Hey, tal vez él estaba loco, señor 'yo-soy-tu destino' y todo eso, pero al menos
era precioso.

Teniendo en cuenta lo que había pasado en su vida, se merecía estar un poco


loco. Un zarcillo de simpatía susurró en su mente cuando la memoria de su visión
regresó a la superficie. Es un milagro que estuviera en cualquier lugar del mismo
código postal de la cordura.

Hablando de eso, ¿cuántas personas habían pensado que ella estaba loca? Nadie
sabía mejor que ella que la cordura era un espectro de la relatividad. De todos modos,
había pasado tanto tiempo desde que había estado desnuda con un hombre que a lo
mejor tenía que bajar sus estándares.

-¿Loco? No hay problema, siempre y cuando él tenga un buen cabello.

Ella suspiró y escabulló un vistazo hacia él, desde debajo de sus pestañas. Su
cabello estaba seco ahora. Sedoso, brillante y precioso; fluía en oleadas de azul por su
espalda, llegando hasta la cima del mejor culo en la historia de la humanidad. O de la
especie Atlante. O lo que fuera.

Él no era el Príncipe Encantador; era el Príncipe Alto, Oscuro y Mortal. Justice no


era perfecto, no era un Príncipe de plástico, sino un hombre muy real con una psique
muy dañada. Sin embargo, como seguía recordándose a sí misma, ella no era
psiquiatra. Así que tal vez debería mantenerse a distancia, independientemente de sus
hormonas jugando banda de música.

Finalmente habló desde donde estaba husmeando en una de las paredes de


piedras preciosas incrustadas.

-"Pensé que esto era una puerta oculta a otro pasillo, pero no es nada. Sólo otro
compartimiento secreto que está lleno de un montón de nada útil."

Sostuvo algo en su mano, y la luz de las linternas brilló fuera de él como flashes
de los paparazzi reflejados en cristales Swarovski. No pudo evitarlo. Era arqueóloga,
después de todo, y la curiosidad profesional estaba matándola.

-"¿Qué es?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Más gemas. Dondequiera que giremos aquí dentro, hay cada vez más y más
piedras preciosas sin valor."- Dijo, arrojándolas contra el suelo.

Se acercó a él, aunque con cuidado de no acercarse demasiado.

-"No estoy segura de que 'sin valor' es la palabra que usaría."- Dijo ella,
inclinándose hacia abajo para seleccionar un zafiro del tamaño de la palma de su mano
de entre las piedras que cubrían el suelo. -"Me siento un poco como Indiana Jones
descubriendo un antiguo tesoro. Esta roca solo probablemente vale más que el salario
de un año para mí."

Se encogió de hombros descuidadamente.

-"Tu salario ya no es importante, ya que nos aseguraremos de que tengas todo lo


que necesitas. Toma el zafiro si quieres. Toma todas las gemas que desees. Para
nosotros son sólo piedras, como dices. El mejor de los instrumentos de sanación, ahora
que tenemos una cantante de gemas."

Un sabor amargo como el pomelo podrido amargó la parte posterior de su boca.


Él pensó que ella deseaba sus piedras preciosas. Pensaba que iba a saquear el sitio
arqueológico más increíble en que jamás había puesto un pie. No la conocía muy bien.
Decidió tomar el camino correcto e ignorar el comentario, y sostuvo la joya contra la
luz, examinándola.

-"Me recuerda la que Liam usó conmigo cuando estuvo en mi oficina. La piedra
compañera de la Estrella de Artemisa de la que Nereus estaba hablando."

Justice actuó como si hubiera disparado una corriente eléctrica a través de él.

-"¿Qué? ¿La Estrella de Artemis? ¿Nereus? Cuéntame todo, y te daré cada joya
que puedas querer en una docena de vidas."

Bueno, eso lo hizo. Nuevamente con eso de comprarla con gemas. Se arrodilló y
con mucho cuidado colocó el zafiro en el suelo al lado de las otras gemas. Luego se
puso de pie y cruzó los brazos sobre su estómago cada vez gruñendo más fuerte, alzó
la barbilla y plantó puro desafío en su mirada.

-"No quiero tus estúpidas gemas. Lo que quiero es una pizza. O un plato lleno de
tortitas, goteando mantequilla caliente y pegajoso sirope. No estoy segura de lo que
crees referirte con decirme que mi sueldo ya no es importante para mí, pero ¿adivina
qué? Estoy tratando de no sentirme ofendida. Voy a pretender que ni siquiera me
importa nada de esto ahora mismo. Todo lo que quiero es salir de aquí y encontrar
algo de comer."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Casi antes de que ella terminara su frase, saltó a través del espacio entre ellos y
entrelazó las muñecas con sus manos. Una salvaje excitación ardía en sus ojos y él le
sonrió.

-"Dilo otra vez. Dilo otra vez, justo así. Excepto añadiendo terminología más
descriptiva."

-"¿De qué hablas? No quiero tus duras piedras preciosas azules brillantes."

Gritó una carcajada.

-"No, Keely. Mi hermosa, brillante Keely. Las tortitas. Describe las tortitas de
nuevo. Con mantequilla y sirope, y el olor, y la vista, y el gusto."

Ella suspiró, sacudiendo la cabeza.

-"Has tocado fondo, ¿no es así? Es triste, también, que después de todo lo que
has pasado en tu vida, la simple descripción de unas tortitas sea la gota final."

Se rió de nuevo, luego se inclinó y besó la parte superior de su cabeza.

-"No, no estoy loco. La comida del desayuno no me ha mandado al fondo, como


tú lo llamas. Estoy descubriendo el alcance de mis facultades Nereida, y creo que he
encontrado algo que está relacionado con la potencia de transporte que nos trajo aquí.
Estoy tan hambriento como tú, Keely, y cuando describiste las tortitas, casi podía
olerlas."

Él le soltó las muñecas y se quedó atrás, sólo la mitad de un paso.

-"Descríbelas de nuevo, por favor. Creo que, de alguna manera, puedo llevarnos
a las tortitas."

Keely levantó una ceja, pensando que había algunas cosas equivocadas con ese
plan.

-"Está bien, para no ser una negativista, pero hay un par de pequeños problemas
diminutos que me gustaría traer a colación antes de empezar a hacer poesía sobre
Mrs. Butterworth53. Primero, ¿qué tortitas?, ¿dónde? ¿Y si nos presentamos en mitad
del desayuno en San Quintín?"

-"¿Eso sería un problema?"

-"Supongo que no viste 'Walk the Line'54. Prisión, Justice. San Quintín o alguna
otra prisión, o tal vez en medio de una fiesta de desayuno Shifter."- Ella hizo una
pausa. -"¿Los cambiaformas incluso comen tortitas?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"No lo sé."- Dijo secamente. -"Lo que sí sé es que estar en cualquier lugar que
no sea una caverna subterránea profunda, bloqueada por un derrumbe, sería más que
probablemente una mejora sobre nuestras circunstancias actuales."

-"Buen punto."

-"Toma mi mano."- Ordenó.

Ella entrelazó sus dedos con los suyos y cerró los ojos. Hablando de locos, ella
debería estar junto a él en la celda acolchada para acompañar esto.

-"Qué demonios. Grasa, tortitas esponjosas, con vapor que se eleva en el aire
desde la parte superior de la pila. Mantequilla... mantequilla de verdad, no esa cosa de
margarina... derritiéndose por los laterales. Sirope de arce fresco procedente de
Canadá puesto sobre las tortitas y corriendo sobre el borde del plato... "

Su grito la interrumpió, pero ella no sintió ningún de los desplazamientos


temporales que habían acompañado a su viaje a la caverna. Sus ojos se abrieron de
golpe, sólo para descubrir que nada había cambiado. Todavía estaban en la caverna.
Aún sin salida.

No los había transportado a las tortitas, no importa que su imaginación estuviera


proporcionando ese rico olor a mantequilla de arce. Sus hombros cayeron por un
instante, pero luego trató de ser optimista por Justice.

-"Fue sólo el primer intento. Podemos intentarlo de nuevo."- Dijo, inyectando un


poco de optimismo en su voz.

Pero él no estaba prestando ni una pizca de atención. Estaba mirando al suelo.


Ella miró hacia abajo y se echó a reír. Un mantel floreado yacía, extendido a la
perfección, sobre el suelo junto a ellos. Bandejas de tortitas, tocino, huevos y
salchichas cubrían cada centímetro. Un periódico abierto yacía junto a un plato vacío,
cuidadosamente doblado por las páginas financieras, y un par de gafas descansaban
sobre él.

-"Bien."- Dijo diplomáticamente. -"Por lo menos trajiste las tortitas hasta


nosotros. La próxima vez, tal vez podrías trabajar en traer la cafetera, también."

La expresión de pura indignación ultrajada en su cara la envió por encima del


borde, y la risa se derramó, sin poder evitarlo. Se dobló, agarrándose el estómago con
los dos brazos, y se rió hasta que las lágrimas escaparon de sus ojos. Tal vez fue la
histeria, tal vez fue el agotamiento o la culminación del camino más tenso que una
arqueóloga afable debería tener que soportar, pero todo ello la alcanzó a la vez y se
echó a reír hasta que le dolieron sus costillas.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

En algún momento, un sonido tranquilo le llamó la atención y, secándose los


ojos, miró hacia arriba para ver que Justice también se reía. No era una risa en toda
regla, ni siquiera una risa pequeña, pero al menos era una risa. Era un comienzo. El
hombre tenía sentido del humor. Podía trabajar con eso.

Respirando profundamente para calmarse antes de que su risa se convirtiera en


hipo, se sentó en el borde del mantel y cogió un tenedor.

-"Hey, si vamos a terminar en la cárcel por robo de tortitas, bien podemos


disfrutarlas."

Sus ojos se calentaron con el color del jade fundido, y su aliento se atrapó en su
garganta. Era extraño como algo tan simple como el color de ojos podía tocar sus
emociones de esta manera.

-"Estoy de acuerdo. También me estoy muriendo de hambre."

Cuando se sentó en el otro lado del mantel, Keely metió un tenedor lleno de
felicidad de arce en su boca y prácticamente ronroneó, enviando un agradecimiento
silencioso a la cocinera, que probablemente estaría de pie en medio de la cocina con
su boca colgando abierta en ese mismo momento.

-"Oh wow. Esto es maravilloso."

Él asintió con la cabeza, pareciendo muy feliz de sí mismo.

-"No sirven exactamente desayunos caseros en el Vacío."- Dijo, con la voz un


poco quebrada.

-"Oh. Yo no... No querría entrometerme. Pero si quieres contármelo, estaría


encantada de escuchar."- le ofreció, poniendo el tenedor en el borde de su plato.

Apretó la mandíbula, luego se relajó. Algo oscuro brilló en sus ojos antes de que
finalmente asintiera.

-"Quizás. Quizás tienes derecho a saber. No siempre fui un secuestrador de


arqueólogas encantadoras, sabes."

La sonrisa que apuntó hacia ella era tentativa, pero marcó un progreso enorme, y
ella no pudo evitar sonreír a su vez.

-"Come, o no te contaré nada de eso. Parece como si una suave ola podría
noquearte de nuevo."- Sentenció.

-"Te informo de que soy más fuerte de lo que parezco."- Dijo ella, pero recogió
su tenedor de regreso y cavó en un montón esponjoso de huevos revueltos.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Justice se abrió camino en silencio a través de una porción saludable de


desayuno, y luego apartó el plato.

-"Viste a mi... al Rey."

Ella asintió con la cabeza.

-"Tu padre."

Una mueca torció la cara.

-"Sí, si lo deseas. No es que el hombre me mostró otra cosa que odio. En


cualquier caso, tu sabes sobre los Geas... la maldición... esa sobre mi sin poder revelar
nunca las circunstancias de mi nacimiento."

-"Pero lo hiciste, ¿no?"- Dijo, juntando todo lo que había escuchado de los otros
Atlantes durante la locura ante el portal. -"Se lo dijiste, cuando te sacrificaste para
salvar a tu hermano y todos los demás."

-"Sacrificio es una palabra demasiado noble. Hice lo que cualquiera hubiera


hecho, después de tomar la medida de la situación y desarrollar una estrategia."

-"Correcto. Claro. Entonces muchos de nosotros estaríamos voluntariamente


entregándonos a un... ¿qué era?, ¿un vampiro? No, espera, una Diosa vampiro. Para
salvar la vida de otras personas. Si, tienes razón. Eso no es noble. Lo hago todos los
días antes del desayuno. Dos veces los viernes."

Él entrecerró los ojos.

-"No creas que no veo lo que estás tratando de lograr."

-"¡Oh Dios! Yo tan raramente sé lo que estoy tratando de lograr por mí misma,
así que es bueno que tú puedas ver a través de mí."- Dijo, ampliando sus ojos con
inocencia fingida.

Eso le hizo reír, lo que inexplicablemente la hizo muy, muy feliz. Pero decidió no
analizar demasiado eso.

-"Continua. No eres noble, estás de campo con la Diosa, y ¿luego?"

Un pensamiento extrañamente desagradable cruzó por su mente.

-"Diosa, ¿eh? Apuesto a que ella es muy hermosa".

-"Ella es poseedor de una belleza terrible que es casi inconcebible para la


imaginación humana."- Dijo con gravedad. -"Cada centímetro de ella es un estudio de
oscura y gloriosa perfección."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Grandioso. Diosa. Belleza y perfección inconcebible. Probablemente podríamos


avanzar ahora."

Bueno. Esa es una manera de medir altura, breve apunte en el departamento de


las miradas comparativas: ir en contra de una Diosa. Ella había pensado que era malo
cuando uno de sus novios se había obsesionado con Jessica Alba. Al menos Jessica era
humana. Ishh.

Justice estaba agarrando el final de su pelo trenzado con tanta fuerza que sus
nudillos estaban blancos.

-"No entiendes. Su atracción es como la llama a la polilla, o la serpiente a su


presa. Ella es la muerte, la desesperación y la locura, de alguna manera envasada en
las oscuras fantasías de una mente desquiciada."

Cualquier pensamiento de celos infantiles se desvaneció en el rostro de su obvia


lucha para explicárselo.

-"¿Eras tú? El desquiciado, me refiero. ¿Qué hizo ella contra ti?"

Su rostro se endureció y casi imperceptiblemente negó con la cabeza.

-"No. No te voy a contar eso. No voy a contarle eso a nadie nunca."

Justice guardó silencio tanto tiempo que pensó que había cambiado de opinión
acerca de hablar con ella. Pero entonces él cabeceó, como saliendo de alguna decisión
interna.

-"Rompiendo el Geas destrocé mi cordura. La maldición era tal que siempre


supuse que moriría si alguna vez la rompía, pero quizás algo en el Vacío cambió su
naturaleza. No lo sé. Sólo sé que Anubisa quería... Quería que yo... Ella quería que yo
hiciera... cosas. Cosas horribles e indescriptibles. Pero mi mente se fracturó en mil
pedazos cuando fui incapaz de cumplir con los Geas y estuve muy cerca de la muerte.
Ella no permitiría que yo muriese."

El nudo en su garganta hacía difícil hablar. Nadie debería tener que soportar
tanto como lo había hecho él, siglos de vida o no. Se obligó a las palabras.

-"¿Y luego? ¿Cuando no moriste?"

Una sonrisa se dibujó en su cara, tan terrorífica que ella casi retrocedió
físicamente ante su visión.

-"Entonces ella me arrojó al Vacío, y dijo que iba a llevarse a mi hermano en mi


lugar."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"¿Tienes otro hermano? ¿Además Ven y el Alto Príncipe?"

"No. Ella ya retuvo a Conlan prisionero durante muchos largos años de tortura,
así que sé que está planeando ir de nuevo detrás de Ven, lo siguiente. Pero ahora voy a
estar aquí para detenerla."

Ella no señaló lo obvio: que no había mucho que pudiera hacer atrapado en la
cueva. Cada vez más, estaba empezando a creer que iban a lograr salir. Estaba
empezando a creer en él.

-"¿Serás capaz de superar el daño de romper las Geas? Quiero decir, haces
referencia a ti mismo en plural a veces."- Se aventuró.

-"Mi madre era una Nereida, Keely. La viste. Ella me dio cualidades y,
evidentemente, los poderes de su linaje. Poderes de los que no conozco nada todavía.
Creo que cuando mi cordura se fracturó, de alguna manera liberó la parte Nereida de
mi alma. Él me combate incluso ahora, porque quiere..."- Se interrumpió, y un rubor
oscuro invadió su rostro.

-"¿Él quiere…?"- le solicitó, a pesar de que estaba segura de que de repente no


quería saber lo que deseaba el Nereida.

No, cuando eso hizo que la cara de Justice girase a mármol helado de este modo.

-"Él te quiere a ti."- Dijo rotundamente. -"Él quiere dejarte desnuda y conseguirte
debajo de él, tanto si estás de acuerdo como si no. Él quiere tomarte, Keely, y yo
moriré antes de permitírselo."

Su grito resonó en el silencio entre ellos, y casi se tropezó con sus propios pies
obstaculizándola para moverse hacia atrás y lejos de él. La angustia apretó los rasgos
de Justice, y sus ojos oscurecieron a negro mientras se sentaba, perfectamente
inmóvil, observándola.

-"Ahora ya lo sabes, al menos parte de ello. Ya sabes la oscuridad, la muerte y la


desesperación. Ha habido luz, también, pero yo juzgaría que no serás capaz de oír
hablar de eso ahora. "

Una parte de ella respondió al dolor en su voz y quiso consolarlo, pero la realidad
de lo aislado que estaba (atrapada con un loco auto-confesado) se arremolinaba de
nuevo a la vanguardia de su conciencia. No importa cuál fuera la simpatía o incluso la
empatía que sentía por él, ella no podría hacerle ningún bien si estuviera muerta. O
brutalizada por aquel lado malvado de su naturaleza. Le tomó cada gramo de su
habilidad y entrenamiento, pero se las arregló para hablar con calma.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Por supuesto que me encantaría escuchar acerca de los momentos felices, pero
tienes razón. Ahora no es un buen momento. Debemos trabajar en la búsqueda de la
manera de salir de aquí, ¿no te parece?"

Cuando se levantó con gracia sobre sus pies, se sintió muy orgullosa de sí misma
por no pestañear. Cuando escaparan de esta caverna, después de esta experiencia,
sería capaz de enfrentarse cualquier cosa. Si es que ambos alguna vez escapaban esta
caverna.

Silenciando firmemente la voz premonitoria en su mente, Keely se volvió hacia


las paredes de la caverna de nuevo. Tenía que haber una forma de salir, y ella iba a
encontrarla.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Veintidós

Justice vagó por la caverna, buscando en vano una salida. Cualquier poder que
había logrado llamar antes para transportarlos guardó silencio, como burlándose de él.
Una opción se le había ocurrido, por supuesto. Pero aún no estaba dispuesto a dar
rienda suelta a la Nereida tratando de poseer su mente, sólo para que pudieran
discutir la estrategia.

Podría llegar a eso, sin embargo. Infiernos, probablemente llegarían a eso. Pero
por ahora, al menos con Keely y él alimentados, intentaría una vez más buscar un
pasadizo que se le hubiera escapado antes. La desesperación no se sentía tan
agudamente afilada con la barriga llena, a pesar de que la había asustado hasta
quedarse en silencio. Ahora le evitaba por completo, y no podía culparla por ello. Pero
decirle la verdad le había parecido la mejor opción en ese momento. A pesar de que
ahora lo lamentaba, ferozmente.

Miró a donde ella estaba sentada en el suelo, los platos dejados de lado y una
colección de figurillas de jade de uno de los compartimentos repartidas con precisión
matemática sobre el mantel. A un lado de las estatuillas, la colección de gemas que
había dejado de lado anteriormente se alineaba como soldados de juguete a la espera
de la orden de su general.

Ella había atado esa riqueza de su pelo apartándolo de su cara, y un pequeño


surco había aparecido entre sus cejas de seda mientras se concentraba en los objetos.
No había hablado en bastante tiempo. Contra toda lógica, a pesar de que algo en su
feroz concentración le atraía, se vió resentido por la facilidad con que podía apartarle
de su mente.

Hubiera sido imposible para él. Cada paso que daba, cada pensamiento que
tenía, estaba envuelto en el conocimiento de que ella estaba cerca. El destello de
resentimiento tuvo un efecto ya familiar: el Nereida se tensó contra los escudos de su
mente, cada vez más fuerte con cada hora que transcurría.

La caverna estaba directamente debajo de la casa de sus antepasados Nereida, y


esa mitad de su alma continuaba gritando que no iba a ser negado.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Justice pasó la mano por su pelo, preguntándose cómo derrotar a un lado de su


misma naturaleza, sin destruir toda su psique.

Había escapado del Vacío, ¿sólo para encontrar que su locura le había seguido?
¿Moraba en él? El sacrificio de Pharnatus no debía ser en vano.

La frustración se disparó en impotente furia irracional. Keely le podía pasar por


alto tan fácilmente, y él ni siquiera podía pasar por alto una voz dentro de su propia
cabeza. La comprensión estalló dentro de él... un incendio repentino de rabia... no
menos poderosa por ser irrazonable. El dolor captó su cabeza en una tenaza. Puntas de
acero se condujeron a través de sus Templos, anunciando al Nereida mientras rompía
a través de sus escudos.

-Ella te deja a un lado como si nada, Atlante. Si la hubiéramos tomado, estaría


atada a nosotros para siempre.

Justice sacudió la cabeza, negándolo, pero el movimiento sólo empeoró el dolor


de cabeza apretando su cráneo, y jadeó.

-"No. Nosotros no... No voy a forzarla. Se lo prometí."

-Entonces no voy a compartir contigo el arte Nereida de emplear la


transferencia de materia y vamos a permanecer aquí, atrapados, hasta la muerte.

¿Transferencia de materia? Pero incluso mientras giraba la frase en su mente, lo


sabía. Era el método por el cual él había traído la comida; robada, sin duda, de gente
muy sorprendida y hambrienta. Mucho más importante, era la forma en que había
traído a Keely con él a su escondite largamente olvidado.

-Sí. El modo de entrar, y el camino para salir. La simplicidad en sí misma,


cuando se conoce la clave.- susurró seductoramente el Nereida.

Cerrando los ojos, libró una breve pero furiosa guerra con su otra mitad, sin
ningún resultado. Él estaba considerando seriamente golpear su cráneo contra una de
las paredes cubiertas de gemas para sacar a flote la información, cuando Keely le
llamó.

-"¿Justice? Puede que tenga una idea de cómo podemos salir de aquí."

Keely estaba sentada con las piernas cruzadas en el suelo, contemplando las
figuras. Objetos de valor incalculable, todos ellos, y muy importantes para cualquier
estudio serio del pasado Atlante. Incluso a través de sus guantes, la gran edad de
aquellas tallas se presionaba contra su mente y crepitaba a lo largo de sus
terminaciones nerviosas.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Lo que estaba considerando era increíblemente autodestructivo. Posiblemente


suicida. Pero estaba atrapada entre las proverbiales rocas del derrumbe y un lugar muy
duro.

Justice no sabía cómo conseguir sacarles. Ni siquiera entendía cómo los había
llevado allí. Ideal. Ella había estado dentro de su pasado, a través de la visión de la
espada, y sabía lo suficiente de él para conocer su integridad. Su honor. Incluso el
dolor, que mantenía tan estrechamente controlado. Él no le mentiría. Moriría antes de
dejar al Nereida dañarla. Podía aceptar esos hechos como hipótesis probadas. Así que
eso bastaba para ella.

Cruzando la habitación, se asemejaba más que nada a una elegante pantera, los
músculos fluyendo en un agraciado paso mortífero. La dejó sin aliento y embrolló sus
pensamientos científicos, antes prolijamente ordenados. Debería tenerle más miedo,
sobre todo después de lo que admitió ante ella, pero de alguna manera confiaba en
Justice lo suficiente como para sentirse segura.

Arrodillándose frente a ella, él volvió a atar la pieza desprendida del cordón de


cuero al final de su trenza. El cordón probablemente procedía de uno de los
compartimentos, utilizados para atar alguna bolsa de joyas. Sacudió la cabeza,
divertida por la situación. Allí estaba ella, sentada dentro de un verdadero tesoro que
sería el sueño húmedo de cualquier ladrón de joyas, y lo único en lo que podía pensar
era en fugarse.

Práctica, pragmática Keely. Excepto que, mirando a Justice y deseando que sus
fuertes manos hubieran estado en su piel en lugar de en su cabello, ella no se sentía
del todo práctica.

-"Si continúas mirándome así, voy a permitirme considerar poner en práctica las
fantasías de lo que me gustaría hacer con el jarabe de arce restante y tu precioso,
hermoso cuerpo."- Dijo, con voz ronca y casi gruñendo.

Su sonrisa era tensa y un músculo saltó en su mandíbula apretada.

-"Hay mucha diferencia entre una toma forzosa y una entrega voluntaria."-
añadió.

A medida que el odiado rubor se arrastró desde sus mejillas hasta su pecho, se
mordió el labio y trató de no hacerlo. Ella realmente lo intentó, pero no pudo evitarlo.
Simplemente no podía. Miró el jarabe de arce.

Esta vez él realmente hizo un gruñido, y la ferocidad primitiva del sonido desató
un anhelo primitivo en Keely.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Líquido calor se extendió desde el centro de su cuerpo, y tuvo que luchar contra
retorcerse donde estaba sentada. De pronto sus pantalones eran demasiado apretados
y el encaje de su sujetador se frotaba insoportablemente contra sus sensibles pezones.
Si podía hacerle todo eso desde un gruñido, tenía problemas si alguna vez le conseguía
tener desnudo.

-"Céntrate."- le dijo, casi sin aliento, decidiendo ponerlo todo sobre la mesa. O el
suelo. Lo que sea. -"No sé por qué está entre nosotros ésta loca atracción, pero
tenemos que enfocarnos. No quiero desencadenar tu... tu problema, tampoco."

Se congeló y luego cambió cuidadosamente de posición para sentarse con las


piernas cruzadas, a una distancia prudentemente lejos. Respiró hondo, levantó la
barbilla, y confrontó el problema directamente. Preparada para discutir el problema
lógicamente.

Pero su sonrisa peligrosamente poderosa y la pura prepotencia masculina que


brillaba en sus ojos causaron estragos con sus intenciones.

-"Lo admites, entonces."- Dijo con calma. -"La atracción, como tú lo llamas,
aunque yo diría que esa es una palabra muy suave. Esto no tiene nada que ver con el
Otro en mi interior, Keely. Este es el deseo que surge como un maremoto entre
compañeros destinados."

Ella contuvo la respiración ante el calor que sus palabras evocaron.

-"Tendría que ser tonta o mentirosa para negarlo. Al menos la parte del deseo.
Pero es simplemente una reacción a una situación estresante. Una reacción hormonal
basada en la adrenalina."

Levantó una ceja, y esos ojos fascinadoramente cambiantes relampaguearon


desde negro a verde pálido.

-"No lo creo, mi Keely. Voy a demostrártelo. Cuenta con eso."

Tratando de ignorar el calor que crepitaba a través de ella ante sus


deliberadamente provocativas palabras, hizo la pregunta que había estado pensando
algún tiempo.

-"Tus ojos. Liam hizo eso, también, esa cosa de los ojos cambiando color. ¿El
color de ojos de los Atlantes se interrelaciona con las emociones? ¿Como un anillo de
ánimo fisiológico?"

Él la miró fijamente durante un largo momento antes de contestar.

-"Tal vez. ¿Qué colores has visto en mis ojos?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ella se encogió de hombros.

-"No he estado exactamente catalogándolo, pero han ido de negro a azul oscuro,
a un verde azulado brillante, y ahora están de este hermoso color verde pálido que me
recuerda a la primavera. Oh, y algunas veces cuando están negros, tienen una
intrigante llama pequeña azul verdosa en los mismos centros de tus pupilas."

Su boca se abrió un poco antes de sujetarla cerrada en una delgada línea. El iris
de sus ojos se oscureció a negro mientras la miraba, como la noche cayendo
repentinamente en un hermoso día de primavera. Ella casi le sonrió a su propia
fantasía. Tal vez debería haber tomado más clases de poesía. Podía escribir 'Oda a los
ojos de un Atlante'.

-"Ahora mismo, por ejemplo."- Señaló, tratando de reprimir su sonrisa. -


"Cambiaron de un verde intenso a negro cuando hice ese comentario sobre las
llamas."

-"Bueno, no entres en pánico o saltes arriba y paseando por la caverna de nuevo,


por favor, pero parece que has sido reclamada por las dos mitades de mi naturaleza,
Keely."- Dijo, dibujando las palabras lentamente, como si se hubieran desgarrado fuera
de él. -"Puedes estar en más problemas de lo que pensé."

Ella abrió la boca para hacer algún chiste, pero luego se dio cuenta de que de
ningún modo estaba bromeando. El hielo se estremeció por su espalda, lo que hizo
maravillas para ese enfoque que había estado deseando encontrar.

-"Ambas mitades de tu naturaleza. Supongo que tiene que ver con ese 'nosotros',
entre tu personalidad y el Nereida, ¿no?"

Antes de que pudiera responder, ella sacudió la cabeza.

-"No. Ahora no. Cuando nos vayamos de aquí, te lo prometo, hablaremos de


todo esto. No voy a salir corriendo y gritando hacia las colinas por lo menos durante
una hora o dos."

Su rostro se ensombreció, y entrecerró los ojos.

-"No vas a huir de mí, Keely."- Dijo, con un mandato acerado en su tono. -"No
hay un lugar donde puedas ir que no vaya a seguirte. Sabes eso ahora."

-"Sí, bueno, deberías saber que no soy muy buena aceptando órdenes."-
contraatacó ella. -"En lugar de luchar sobre esto, sin embargo, ¿por qué no hacemos
algo más productivo? ¿Cómo escapar de aquí?"

Eligió el más grande de los zafiros y lo levantó para mostrárselo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Creo que tengo un plan."

Colocando la piedra cuidadosamente hacia abajo sobre la tela, decidió que el


momento había llegado.

-"Hay algo que tengo que decirte. Acerca de la visión que tuve cuando toqué el
zafiro de Liam."

-"¿Liam?"

Era sólo una palabra, excepto que llevaba una gran cantidad de peligro. De
repente, él era el depredador salvaje de nuevo, y ella no sabía por qué. Tal vez él y
Liam tenían alguna enemistad entre ellos. Ahora no era el momento de investigarlo,
sin embargo.

-"Sí, Liam, pero él no es importante. Lo que necesitas es conocer mi visión. Yo


estaba en la habitación con tu Sumo Sacerdote Nereus y su esposa, Zelia, mientras
discutían sobre la Estrella de Artemis."

-"Eso es imposible. Tu visión debe estar mal. Conozco ese nombre, Nereus, pero
él no podía estar casado. Poseidón considera que sus sacerdotes no pueden casarse. Si
no permanecen célibes, sufren una enorme pérdida de sus poderes. Nereus fue uno de
los sacerdotes más poderosos de nuestra historia, por lo que no podría haberse
casado."

Ella se encogió de hombros.

-"Tal vez los registros de matrimonio se perdieron en los archivos en alguna


parte. He vivido con estas visiones desde que era una niña, y nunca, nunca están
equivocadas. Nereus estaba casado con Zelia."

Ella relató la historia de su visión de Nereus y Zelia, y lo que habían dicho acerca
de la Estrella de Artemisa. Cuando concluyó su relato, un detalle importante la golpeó.

-"Justice, dijeron que tiene el poder de curar mentes fracturadas. Tal vez
podrías..."

Horrorizada ante lo que casi había soltado se interrumpió a mitad del


pensamiento. No tenía derecho. Ningún derecho.

Los puños apretados de Justice descansaban sobre sus muslos, pero cuando
habló no fue para decirle que se quedara jodidamente fuera de sus asuntos, como ella
esperaba y, para ser sincera, se lo hubiera tenido bien merecido.

170
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"¿Lo sabía? ¿Liam sabía que esta experiencia sería perjudicial para ti y sin
embargo, él te envió a ella sin previo aviso?"

El tono de su voz había cambiado... era mortal.

-"Bueno, no, él..."

-"Él es un hombre muerto."- Dijo rotundamente. -"Cada aliento que toma es una
deuda contraída con los nueve infiernos."

Un escalofrío corrió por su espalda ante sus palabras, las cuales no se entregaron
como una amenaza sino más bien como un hecho conocido. Keely libró un repentino
pensamiento compasivo por Liam.

-"Bueno. Eso es muy poético, pero no es justo de ninguna manera. No tenía ni


idea de que la visión me afectaría tan fuertemente."

-"Él no debería haberte tocado nunca."- Respondió, implacable. -"Le mataré solo
por eso."

-"Correcto. Bien. Yendo sólo un poquito por la borda, ¿no te parece? Nadie
matará a nadie. De todos modos, lo que yo estaba recibiendo, fue por la intensa
conexión emocional que parezco forjar con objetos Atlantes que leo. Yo estaba
pensando..."

Ella se detuvo y trató de llenar con aire sus pulmones de repente vacíos, y luego
comenzó de nuevo, forzando las palabras hacia fuera a través del nudo de miedo en su
garganta.

-"Estaba pensando que podía empezar a leer objetos, uno tras otro, hasta que,
posiblemente, uno de ellos nos brinde un poco de información acerca de una forma de
salir de aquí."

Ella plasmó una sonrisa optimista en su cara y trató de no pensar en todas las
cosas que podrían salir mal. Intentando no pensar en quedarse atrapada en un
torbellino de visiones interminables. Intentado no preguntarse si este sería el
momento de que muriese en una de ellas, finalmente demostrando de un modo u otro
si la visión de la muerte igualaba a la realidad de la muerte.

De todas las hipótesis que jamás había formulado, esta era la que estaba menos
ansiosa por demostrar. Dado que sus pensamientos daban vueltas como un hámster
atrapado en una rueda, lo arrojó en la cancha de Justice.

-"¿Y bien? ¿Me escuchaste?"

171
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Estaba sentado, silencioso e inmóvil, sus rasgos fríamente pálidos.

-"¿En qué posible estado delirante pudiste creer que iba a dejar que te
arriesgues a ti misma de tal manera?"

La furia cabalgó los planos y ángulos duros de su rostro, y por un instante pareció
un singular Dios vengador. Ella no quería dejarse intimidar, sin embargo. No mucho.

-"No tenemos una opción mejor; tú mismo lo dijiste. No sabes cómo nos trajiste
hasta aquí, y no sabes cómo sacarnos. Tenemos que intentar algo, Justice. Soy una
científica, y exploro diferentes vías, diferentes hipótesis, hasta encontrar una que
ajuste."

Sintiéndose un poco como si estuviera siguiendo un león hasta su guarida, se


inclinó hacia adelante y le tocó el brazo.

-"Tal vez no sea tan malo. Cuando medito y me preparo, mis visiones no suelen
ser tan intensas como fueron estas más recientes."

"Tal. Vez. No. Sea. Tan. Malo."- él arrancó con los dientes apretados. -
"¡Realmente!"

Con un borrón de velocidad sobrenatural, él la agarró por los hombros, tirándola


al otro lado de la tela cubierta de estatuillas y gemas y metiéndola entre sus brazos.

-"Yo lo prohíbo."- Dijo, aún revistiendo cada sílaba con hielo. -"Voy a batallar
contra la otra mitad de mi propia alma antes de dejarte arriesgar tu salud o tu vida con
esta opción."

Apoyó la cabeza sobre la de ella y la abrazó con tanta fuerza que casi no podía
respirar. Ella estuvo a punto de protestar cuando se dio cuenta de que estaba
temblando en su contra. La batalla interna que estaba librando debía ser un infierno
de pelea, y lo peor era que no sabía cómo ayudarle.

Sólo había una cosa que podía pensar, y era la más sencilla. Ella deslizó sus
brazos alrededor de su cintura, y le devolvió el abrazo. Un violento estremecimiento
sacudió su cuerpo y él aflojó, solo lo más mínimo, aquel abrazo de muerte que tenía
sobre sus costillas. Se sentaron allí, inmóviles y en silencio, durante unos minutos, y
luego levantó la cabeza.

-"Yo sé lo que tengo que hacer. Tengo que hacer un trato con un demonio y
esperar que no terminemos todos en el infierno."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Veintitrés

Atlántida, el palacio

Después de una larga ducha caliente y una muda de ropa, Alexios se dirigió por el
inmenso pasillo forrado de tapices para informar a Conlan. Los intrincados tejidos y
brillantes eran matices de la historia de la Atlántida (escenas tejidas a lo largo de miles
de años), pero apenas se fijó en ellos mientras se dirigía a la sala de guerra.

-La sala de guerra.

Sus paredes habían escuchado, en silencio y sin juicio, sobre los planes de los
Atlantes durante más de once mil años. Alexios se preguntó qué pasaría si las paredes
pudieran reír.

Planes, estrategias, reuniones sin fin para discutir guerras sin fin. Todos ellos
eran simples piezas de ajedrez en un juego jugado por los Dioses, e incluso el más
fuerte de los Guerreros de Poseidón rara vez fue elevado a ser algo más que un peón.
Que los peones fueran frecuentemente los más sacrificados había pasado por su
cabeza una o dos veces.

Finalmente llegando, se detuvo en seco, sorprendido de ver guardias apostados


en la puerta. Conlan (o, más probablemente, Ven) debía estar teniendo cuidado con la
traición que podría alcanzarles en el propio palacio. Era impensable, y sin embargo, la
presencia de los guardias demostró que alguien había estado pensando exactamente
eso.

-"Lord Alexios."- Dijo el anciano veterano curtido en la batalla, -"El Príncipe


Conlan y Lord Venganza te esperan en el interior."

El otro tiró de la pesada puerta, y Alexios entró en la habitación, mirando hacia


las paredes mientras lo hacía. Testigos mudos, ironizó. Yeso, mármol y vigas de
madera, formadas por herramientas en algo funcional. Muy similar a él mismo.

173
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Sacudiendo la cabeza para interrumpir sus pensamientos sombríos, Alexios miró


a su alrededor. Conlan y Ven se inclinaban sobre la marcada mesa enorme de madera
en el centro de la habitación, estudiando minuciosamente los mapas. Ven se hizo a un
lado, deslizando el dedo por un mapa y murmurando algo, y luego levantó la vista y
reconoció a Alexios con un movimiento de cabeza.

Cuando Alexios cruzó la habitación, tuvo su segunda sorpresa. La mujer humana,


Tiernan Butler, vestida con pantalones vaqueros y una camisa blanca, con su cabello
oscuro apartado de su rostro, estaba de pie entre los dos hermanos. A juzgar por la
expresión de sus caras, lo que estaban discutiendo no era bueno.

Conlan y Ven vestían ropa sencilla: camisas oscuras y pantalones parecidos a los
suyos. Nada en su atuendo gritó el hecho de que fueran de la realeza. El Alto Príncipe,
que pronto sería Rey de la Atlántida, y su hermano menor, el siguiente en la línea al
trono, jamás comerciaron con esa herencia para ponerse por encima de los demás.

Aun así, la realeza y el aura de mando inquebrantable irradiaba de ellos, un


heraldo silencioso de su derecho de nacimiento. El derecho de nacimiento de otro más
(por lo menos una mitad). Uno que estaba desaparecido, de nuevo.

-"¿Noticias de Justice?"

Conlan negó con la cabeza.

-"Ninguna. Y ningún contacto con Alaric, tampoco. ¿Tienes noticias de él?"

Alexios silbó, bajo y largo.

-"Había pensado que estaría de vuelta aquí antes que yo. Se fue detrás de Quinn;
ella resultó herida en la batalla."

Las manos de Ven se apretaron en puños, arrugando el mapa que sostenía. El


Príncipe respetaba a Quinn como la guerrera que era pero, más que eso, se había
convertido en su amiga. De hecho, ella era de la familia, ahora que su hermana Riley se
casaría con Conlan.

Atlantes casándose con humanos. Pensó en Bastien... un Atlante casándose con


una Shifter. Cada vez más madejas de hilo retorciéndose para crear algunos futuros
tapices que un día iban a decorar los pasillos del palacio, tal vez presagiando el fin
definitivo de esas guerras interminables sobre las que había reflexionado
anteriormente.

-"Fue una herida leve."- Les aseguró. -"Pero ya conoces a Alaric. Quinn y él tienen
un... vinculo. Él la siguió, para poder asegurarse de su bienestar."

174
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Rápidamente les puso al corriente de lo que había ocurrido en Saint Louis.

-"Quinn, Jack, y Denal persiguieron a los líderes vampiros."

Alexios no dio más detalles sobre lo que el trío le haría a los vampiros cuando se
encontrara con ellos. Él no necesitaba hacerlo. Conlan lanzó una mirada a su hermano
y luego asintió.

-"Si la herida de Quinn es leve, Alaric debería volver pronto. No hay nada que
podamos hacer para rastrear a Justice hasta entonces, por lo que debemos centrarnos
en la cuestión que nos ocupa. Tiernan nos ha dado muchas noticias de los planes para
los Apóstatas."

La mirada de Alexios se posó en la humana, y luego regresó a su Príncipe.

-"¿Eso es sabio? Sobre todo teniendo en cuenta dónde la encontramos, ¿vamos a


confiar en que lo que nos dice es verdad y no una especie de trampa elaborada, con
ella como cebo?"

En lugar de ponerse a la defensiva, Tiernan le sonrió.

-"Serías un buen reportero, Atlante. Nunca creas todo lo que oyes. Hecho-
verificación, hecho-verificación, hecho-verificación."

Hizo una pausa, y sus mejillas se sonrojaron de un rojo apagado.

-"La verdad es que lo tengo en mi cabeza. Pensé que sabía la disposición; entré
como parte del personal de catering. Yo sabía que no comenzarían los festejos hasta
que las empresas de catering se marcharan, pero pensé que podría oír algo útil. En su
lugar, me cegaron."

-"¿Obligada a quitarte la ropa y ser parte de la orgía?"- Dijo Alexis, sin creer una
maldita palabra.

-"No, yo... Las empresas de catering estaban en el ajo. Se me ordenó tomar una
carga de bandejas vacías hasta la camioneta de catering y no volver. Pero tomé un
desvío para el baño y luego logré esconderme detrás de ese sofá cuando nadie estaba
mirando."- Se tocó la cara magullada. -"Llegamos a este ojo morado cuando alguien
arrojó una botella hacia allí y me golpeó. Fue difícil para mí no gritar. Pero uno de esos
viejos repugnantes me vió, y tuve que jugar con eso y fingir que era tímida y era mi
primera fiesta. Hubiera sido peligroso para mí correr; él estaba sospechando. Así que
tuve que desnudarme mientras el pervertido observaba. Luego tomó mi ropa y dijo
que estaría de vuelta. Estaba tratando de encontrar la manera de salir esquivándole
cuando vosotros, muchachos, reventasteis dentro."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Más bien sincronización conveniente, ¿no es así? Si algo de lo que estás


diciendo es verdad."- Dijo Alexios. -"Tal vez será mejor comprobar por triplicado tu
versión de los hechos."

-"Qué es exactamente lo que vamos a hacer, con cada pieza de información que
nos dé."- dijo Ven rotundamente. -"Pero ella tenía razón sobre el Vacío, y lo que nos
está diciendo ahora confirma la información que tenemos de fuentes de inteligencia
independiente. Hasta ahora, todo va bien, en otras palabras."

Tiernan señaló a uno de los mapas, y Alexis se acercó más para poder mirar.

-"Están empezando en las zonas más pobladas y trabajando su salida. Las


grandes ciudades... las principales áreas metropolitanas. Nueva York, por supuesto.
Boston. Seattle. Jacksonville, Florida, todos los sitios. La expansión urbana
descontrolada golpea a los vampiros, también, supongo."- Dijo. -"Hemos estado
trabajando sobre esta historia durante casi tres años. Los Apóstatas, y el culto a la
Algolagnia."

-"¿Quién es nosotros?"- Preguntó Conlan.

-"Sí, me resulta difícil creer que tus jefes en el Boston Herald te estén animando a
ir tras esta historia."- Dijo Ven, sacudiendo la cabeza. -"Lo último que escuchamos, es
que ese periódico era uno de casi tres docenas en los Estados Unidos a cargo de un
consorcio de Shifters."

Tiernan le miró, arqueando una sonrisa en los bordes de sus labios.

-"Parece que escuchas mucho. ¿Es cierto que Donald Trump55 es una forma de
Shifter, o es sólo un rumor sin fundamento?"

-"¿Con ese pelo?"- resopló Ven.

Alexios no podía encontrarlo, por sí mismo, como algo divertido. No después de


escoltar a la mitad del equipo rebelde a la sala de emergencias.

-"Tal vez podríamos dejar los intentos de humor en el camino, hasta un


momento más apropiado."

Oyó el chasquido en su voz, pero no se disculpó. Pedir disculpas sería deshonrar


a los heridos... y a Grace. La mirada de Conlan se posó sobre él por un momento,
teniéndole en consideración, y luego el Príncipe asintió.

-"Alexios tiene razón. Pero nuevamente tengo que preguntar, ¿quién es este
'nosotros' a quién te refieres? No hemos oído hablar de ninguna investigación humana
sobre los Apóstatas."

176
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Si hubieras oído hablar de nosotros, significaría que no estábamos haciendo


nuestro trabajo."- replicó Tiernan. -"Somos periodistas de investigación, y trabajamos
bajo el radar. Recopilamos fuentes, hechos y pruebas sólidas. Entonces y sólo
entonces, tomamos la historia en vivo. Esta va a ser la historia más grande de mi
carrera cuando rompa."

Alexios decidió intentar un farol.

-"Hemos oído hablar de ti también, reportera. Hemos oído que eres una persona
que busca la gloria, que piensa que Pulitzer es su segundo nombre. Hemos oído que
eres poco fiable y descuidada. ¿Por qué habríamos de desear trabajar contigo?"

Por una fracción de segundo, tan rápidamente que Alexios casi se lo perdió, los
ojos oscuros de Tiernan fueron nebulosos y desenfocados.

-"Eso es una mentira."- Dijo ella, su voz casi extrañamente tranquila. -"Nunca has
oído hablar de mí, y no has oído hablar de mi investigación, tampoco. No sabes en
quién confiar, y estás preocupado por tu amigo. Hay más."- Dijo, volviéndose hacia
Conlan. -"Tienes miedo de que todo lo que hizo... Justice... con o contra esa
arqueóloga vaya a tener repercusiones para la Atlántida. Repercusiones terribles."

De repente, ella parpadeó y se estremeció un poco, como un pájaro mojado


agitando gotitas desde sus plumas, y pegó una amplia sonrisa en su rostro
repentinamente pálido.

-"No farolees con un jugador de póquer."

Un pesado silencio sobrecargó el aire. Algo extraño había ocurrido, pero Alexios
no estaba seguro de qué. Todos sus sentidos le decían que Tiernan era meramente
humana. Por otra parte, también lo eran Quinn y Riley. Humanas y 'akasha'an'.
Empáticas emocionales, después de miles de años. Erin... era además una cantante de
gemas. Nadie se sorprendió de lo meramente extraño más.

-"Muy bien, vamos a operar en el supuesto de que estás diciendo la verdad."-


Dijo Conlan, luego señaló el mapa. -"Muéstranoslo."

En rápida sucesión, Tiernan señaló una docena de áreas densamente pobladas.

-"Todas estas. El culto de Algolagnia está reclutando fuertemente. Por desgracia,


su versión de contratación es mucho más parecido a lo que nosotros llamaríamos
reclutamiento forzoso."

Ven juró viciosamente en voz baja en el antiguo Atlante, sin duda, en deferencia
a Tiernan. Independientemente de la lengua, sin embargo, el significado estaba claro.

177
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Así que lo que estás diciendo..."

-"Es que no es voluntario."- Tiernan terminó la frase. -"No mucha gente, no


importa lo que pienses de nosotros los humanos, querría inscribirse para que sus
cerebros sean convertidos en puré de patatas."

-"Imágenes vivas, pero ¿cuán apropiada es la analogía?"- Preguntó Conlan. -


"¿Estás diciendo que Anubisa y sus acólitos están cautivando a los humanos? Tan
desagradable como sea, se trata de una medida temporal. Lo hemos visto durante
siglos. De hecho, miles de años."

-"No hay nada temporal sobre esto."- Dijo Tiernan rotundamente. -"Tenemos
evidencia de una deformación real permanente de los patrones cerebrales. Tenemos
neurocirujanos, radiólogos y neuropsiquiatras que trabajan con nosotros. Las
resonancias magnéticas de los cerebros de las personas afectadas son muy, muy
diferentes de las exploraciones de la gente que simplemente sufre de una subyugación
temporal."

Hizo una pausa, mirando a cada uno de ellos, por turnos, como para enfatizar su
punto.

-"Anubisa está creando un ejército de secuaces humanos con mentes


destrozadas, que nunca, nunca serán capaces de volver a ser ellos mismos. Ella está
jugando Sudoku con nuestros cerebros, y alguien tiene que parar eso. "

A menos que fuera una actriz mucho mejor que cualquiera que Alexios jamás
hubiera visto en el escenario, Tiernan estaba diciendo la verdad. La pasión y el dolor en
su voz casi habían provocado su rotura, pero había acero en aquella mujer. Acero
pulido con indignación en lugar de fuego, tal vez, pero acero, no obstante.

-"Las mentes destrozadas pueden ser sanadas."- Dijo Conlan.

Ven lo miró fijamente.

-"¿La Estrella de Artemisa? Pero eso es..."

Conlan hizo un gesto sutil de la mano, cortando a su hermano fuera en mitad del
pensamiento. Ven entrecerró los ojos, pero obedeció. Luego dio un puñetazo en la
mesa, sorprendiendo a todos.

-"Siempre estamos detrás de ella."- Gruñó. -"Estando el universo tan fuera de


equilibrio, ¿cómo Poseidón se sienta de brazos cruzados y permite que la Diosa
vampiro lance sus dados con el futuro de tres razas?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Hablas blasfemias, me siento obligado a señalar, a pesar de que no puedo estar


en desacuerdo."- Dijo Conlan. -"Tal vez, por ahora, debemos centrarnos en qué
dirección podemos tomar en esta batalla, en lugar de agitarnos ante las acciones de los
Dioses."

Tiernan jadeó un poco.

-"¿Estás diciendo que Anubisa es en realidad una Diosa? Y por Poseidón, ¿te
refieres al mítico Dios del mar?"- Ella entrecerró los ojos. -"Vine a ti acerca de un
problema real, con información real sobre tu amigo, esperando ayuda real. ¿Esta es tu
idea de una broma? ¿Vamos a alimentar a los humanos con cuentos de hadas?"

Alexios barrió su brazo en un gesto abarcando la habitación en la que se


encontraban.

-"Estás en la Atlántida, Tiernan Butler. El mítico continente perdido de la


Atlántida, como a tu especie le gusta llamarlo. ¿De verdad quieres desconfiar de la
existencia del Dios del mar cuando estás de pie en su reino, muy por debajo de la
superficie de los océanos?"

Tiernan abrió la boca como si fuera a responder, pero luego la cerró. Después de
un momento, ella sonrió abiertamente, y un destello de la mujer despreocupada que
podría haber sido en tiempos más fáciles brilló en ella.

-"Tú tienes un punto."

Entonces su sonrisa se desvaneció.

-"Tu otro amigo... el que se volvió un poco loco en Boston. ¿Está bien?"

Alexios miró a Conlan, quien asintió.

-"Brennan está muy bien y no tiene memoria de cualquier comportamiento


inusual. Nos encontramos con que debemos mantenerle a una cierta distancia de ti,
sin embargo, ya que es evidente que hay algo acerca de ti a lo que está reaccionando
negativamente..."

-"Dios, vosotros, muchachos realmente habláis precioso."- Ella arrastró las


palabras, la mirada aguda. -"Reacción negativa. Interesante forma de exponerlo."

-"No tenemos tiempo para explorar eso ahora, aunque tuviéramos esa
inclinación."- espetó Ven. -"Brennan permanece lejos de ti. Tu permaneces en la
Atlántida mientras te echamos un vistazo."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Antes de que pudiera pronunciar la protesta que se estaba formando tan


claramente en sus labios, Ven lanzó una malvada sonrisa hacia ella.

-"Hecho-verificación, hecho-verificación, hecho- verificación, ¿verdad? Desde tus


labios a mis oídos."

-"Está bien."- Dijo rotundamente. -"Supongo que estaré de acuerdo, ya que


realmente no tengo ninguna otra opción. Ni siquiera sé cómo hemos llegado hasta
aquí, y tu castillo personal no estará exactamente próximo a una prisión humana."

-"Eres nuestra huésped, Lady Tiernan."- Dijo Conlan, y una vez más el tono regio
era evidente en su voz. -"No eres nuestra prisionera. Pero seríamos negligentes si no
verificamos tu historia, como tú misma comprenderás. Danos un par de días, y te
devolveremos a Boston para continuar tu trabajo."

-"Si estás diciendo la verdad."- se sintió obligado a agregar Alexios.

-"Verdad. Siempre la verdad, brillando en las arenas movedizas de los matices, la


intención y el engaño."- murmuró Tiernan, con la mirada perdida en la distancia. -"Yo
digo la verdad en formas que ni siquiera creerías, Atlante."

Un escalofrío se deslizó a través de la columna vertebral de Alexios.


Definitivamente había algo raro en Tiernan Butler. Tal vez algo que deberían investigar.
Conlan inclinó la cabeza.

-"Esperamos que ese sea el caso, todo por nuestro bien. Si los vampiros han
progresado hacia la destrucción del actual patrón del cerebro humano, entonces
tenemos que intensificar nuestra respuesta."

El Príncipe inclinó la cabeza para estudiar el mapa de nuevo.

-"Tal vez tendrás todavía tu Pulitzer."

Tiernan comenzó a responder, pero Alexios había reconocido el despido en las


palabras de Conlan.

-"Si vienes conmigo, Tiernan, estoy seguro de que podemos encontrar un


confortable..."

-"Erin quiere verla."- interrumpió Ven. -"Está en el Templo y dijo que le daría a
Tiernan el tour turístico."

-"¿Templo?"

Los ojos de Tiernan se iluminaron con lo que Alexios estaba empezando a


reconocer como celo periodístico.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"¿Qué Templo?"

-"El Templo de las Nereidas."- Dijo Alexios, haciendo un gesto hacia la puerta. -
"Más de esos seres mitológicos de los que hablabas antes."

Mientras ella disparaba preguntas hacia él, Alexios consiguió pastorearla hacia la
puerta. La mantuvo abierta para ella saliera delante de él y luego se volvió hacia
Conlan y Ven.

-"Estoy dispuesto, decidáis lo que decidáis."

Ellos asintieron al unísono, pareciendo en ese momento más como gemelos


idénticos que como simples hermanos.

-"Lo sabemos."- Dijo Conlan. -"Tan pronto como regrese Alaric, vamos a trazar
nuestros pasos a seguir."

-"Justice primero."- Dijo Ven, y la determinación de su voz tenía la resonancia de


un juramento. -"Después Anubisa y los Apóstatas."

Alexios asintió, totalmente de acuerdo con ese plan. Él cerró la puerta tras de sí y
se fue a rescatar a los guardias del interrogatorio de Tiernan, repitiendo ese juramento
en su mente.

-Justice primero, y segundo la justicia.

Incluso a la periodista le gustaría eso. Tenía el rango de un titular de primera


plana.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Veinticuatro

Atlántida, la caverna

Justice se forzó a hacer voluntariamente aquello contra lo que había luchado


durante cientos de años. Abrió los escudos en su mente y liberó la mitad Nereida de su
alma. Al principio, su respuesta fue el silencio, como si el otro se burlase de él. Como si
hubiera esperado demasiado tiempo. Sin embargo, siempre muy gradualmente, el
poder se acurrucó como fuego líquido a través de los espacios resistentes de su mente.
El calor llenó su cuerpo, brillando y resplandeciendo por sus venas y arterias como
sangre filtrada de champán.

-Finalmente. Finalmente me llamas, y me invitas a demostrar mi poder.

La voz del Nereida resonó en su mente con el estruendo de algún instrumento de


percusión golpeando una marcha triunfal.

-"Te llamo para compartir tu poder."- Dijo Justice en voz alta. -"Si no podemos
escapar de esta caverna, eso no te hará a ti más bien de lo que me hará a mí."

La frente de Keely se frunció mientras le miraba fijamente con curiosidad, y


comprendió como debería sonar su mitad de conversación.

-"No estoy loco; sólo estoy hablando conmigo mismo."- le ofreció. -"La única
manera de que podamos a salir de aquí es si la mitad Nereida dentro de mí puede
enseñarme poderes que nunca he conocido. No fue un Regalo Atlante lo que nos
transportó hasta aquí. No estoy seguro de lo que hice o cómo lo hice. El Nereida si lo
sabe, y por eso aprenderé."

-"Este es probablemente un tema para otro momento, pero no parece


demasiado saludable que estés hablando de la otra mitad de ti mismo en tercera
persona. Por supuesto, antes te referías a ti mismo como 'nosotros', así que supongo
que todo es relativo."- Dijo ella, sonriendo débilmente. -"Estoy bien con cualquier cosa
que nos saque de aquí."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Justice le sonrió de una manera que él esperaba fuera tranquilizadora, y luego


cerró los ojos y se hundió en la dualidad de su conciencia. Los remolinos y espirales de
colores resplandecientes bailaron en la oscuridad dentro de su mente, como si su
mitad Nereida fuera un prisma reflejando las piedras preciosas más brillantes de la
caverna.

A pesar de que no entendía el alcance del poder liberado, podía sin duda sentir la
magnitud del mismo. Siempre había estado poseído del uso superior de las magias de
la Atlántida, pero esto era diferente. Más oscuro. No más poderoso, sino simplemente
distinto. Una arcilla modelada por un escultor con una intención misteriosa.

Su mente se arrastró a través de los nuevos conceptos. Nueva construcción. Una


visión diferente de ordenar el universo. Transferencia de materia. El conocimiento y la
técnica brillaron ante él. Era tan sencillo; por supuesto que podía hacerlo. Por
supuesto que él lo había hecho. Por supuesto que podría hacerlo de nuevo.

Era un proceso simple. Él ofreciendo su ser en el tejido del universo. Era un


préstamo... nada más. Un retorno momentáneo a la energía de la creación. Imaginarse
a sí mismo y a Keely donde él quería que fueran y ellos viajarían a través de las ondas,
como partículas de ese flujo.

Podía verlo. Podía oírlo, tocarlo, saborearlo. Dondequiera que mirase, rayos de
energía bailaban y jugaban, barriendo a través del tejido de la propia vida. Sería tan
fácil hundirse en la energía. Para dar un paseo.

Se volvió hacia Keely y, viéndola realmente, se echó a reír, de pronto alegre.


Naranjas brillantes, amarillos y rojos flotaban, chispeantes, a su alrededor. Ella existía
dentro de un caleidoscopio de todos los colores de la puesta de sol, coronada por la
roja llama de su cabello. Ella era la fuerza, la maravilla y la inocencia, y sin embargo
había tonalidades más oscuras, también. Destellos de siena desvaneciéndose en caoba
profundo, indicativo de cierta negatividad. Dolor en su pasado.

No tenía motivos para saberlo, pero lo supo. Ya no era sólo Justice. O incluso sólo
Justice y Nereida. Formaba parte del alma de toda la existencia de la galaxia, y viajar
dentro de ella sería tan fácil como nadar en una tranquila piscina.

-No es tan fácil como eso.- advirtió el Nereida. -No puedes caer en esa trampa.
Existen posibilidades ilimitadas para seducir a los incautos. Si te entregas al universo
sin reservas, existe la posibilidad de que nunca volverás.

Justice retrocedió ante la idea de los límites, pero entonces encadenó su


negativa. Se obligó a escuchar al Nereida.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Keely. Tenía que proteger a Keely. Retirarles a ambos de esta caverna en la que
estaban atrapados. Centrarse en la práctica; lo mágico podía esperar. Se volvió hacia
ella.

-"Yo sé cómo hacerlo. Él me lo contó, y es muy sencillo... Bueno. Es muy sencillo


una vez que tienes el conocimiento de ello"

-"¿De verdad nos puedes sacar de aquí?"

Una frágil esperanza brillaba en su rostro y por un momento se detuvo,


sorprendido por su belleza.

-"Sí. Me gustaría preguntar dónde te gustaría ir, pero creo que un destino es
obligatorio. Tenemos explicaciones que tomar. Tengo explicaciones para dar. Iremos al
palacio. Debe ser el principio, a pesar de que todavía no sabemos el final."

Keely respiró hondo y asintió.

-"Una parte de mí no desea nada más que ir a casa, tomar un baño caliente y
beber una o dos botellas de vino. Pero tenemos que contarle al Príncipe acerca de la
Estrella de Artemisa y el Tridente. Todos en la Atlántida podrían estar en grave peligro
si tratan de elevarse sin el conjunto completo de piedras preciosas."

Le tendió la mano y ella enredó sus dedos en la suya, y una fuente de luz
brillante se combinó en un géiser que les rodeó. Embelesado por el encanto hipnótico,
casi se perdió sus siguientes palabras.

-"Sólo dime que esto es seguro."- Dijo ella, intentando una sonrisa. -"Ya sé que lo
hicimos una vez antes, pero no puedo evitar sentirme un poco como un conejillo de
indias. Yo realmente no quiero que la mitad de mis átomos que vayan a Borneo,
mientras que la otra mitad terminen en el palacio de aquí en la Atlántida. Vi Star Trek
en DVD, ¿sabes? Eso del teletransporte no era exactamente fiable."

Desde algún lugar de su pasado, encontró un eco de humor que aún no había
sido golpeado fuera de él por los años de batalla... o meses en el Vacío.

-"Escuché que Borneo es agradable en esta época del año."

De alguna manera, contra todo pronóstico, Keely se echó a reír. Justice llamó a la
magia de sus antepasados Nereidas y, sosteniéndola en sus brazos, dio un paso fuera
del borde de la realidad y dentro del tapiz del universo. Se disolvieron en energía pura,
y ambas mitades de sí mismo (Nereida y Atlante) se maravillaron ante la brillantez de
la luz solar captada que sostenía tan cuidadosamente en sus brazos.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Keely se derritió en la nada, de nuevo... o tal vez no. De alguna manera casi
indefinible, esto era diferente. Se sintió más un participante activo en el proceso,
aunque ciertamente no era ella quien estaba trayendo la magia. Como científica, trató
de observar y catalogar. Las sensaciones, las reacciones, la experiencia como
experimento.

Pero la transferencia de materia desafiaba cualquier descripción. Al menos,


desafiaba cualquier descripción racional. Cualquier explicación sensata. La magia la
consumía, la engullía. Sólo podía esperar que la escupiera de vuelta fuera, por
completo, cuando llegaran a la otra orilla.

Los colores y los sonidos chocaron a su alrededor, como si hubiera tomado una
droga de alteración mental y caído en el medio de una sinfonía. Fue hermoso y
terrible; sensación apilada sobre sensación, hasta que pensó que se volvería loca.

Y luego se acabó

Cayeron, ya sea hacia arriba o abajo no era importante, pero cayeron de las
corrientes... fuera de la vorágine... y de vuelta a la realidad. Cuando llegaron allí, se
posaron muy suavemente sobre sus pies, en una habitación que Keely no había visto
en ninguna de sus visiones, se preguntó por qué la realidad de repente parecía tan
aburrida.

Gritos sobresaltados sonaron a su alrededor, y antes de que pudiera orientarse,


el asunto terminó con dos dagas y una espada que estaban apuntando en su dirección.
Señalando a Justice, en realidad. Los brazos de Justice se apretaron a su alrededor y
luego se trasladó a protegerla tan rápidamente que fue un borrón.

-"¿Cómo te atreves a levantar las armas contra nosotros?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Su voz era poco más que un gruñido, pero entendió las palabras y la intención
con suficiente claridad. Podía ver el temblor de sus músculos que le dijo que estaba
casi incoherente por la rabia. Keely sabía que tenía que hacer algo. Los Atlantes
estaban amenazando la frágil paz que Justice había negociado con su mitad Nereida, y
ella no iba a tolerarlo.

Salió de detrás de él y levantó las manos en señal de rendición, mirando hacia


Conlan, que estaba ligeramente por delante de Ven.

-"Hey, vengo en son de paz. Keely McDermott, soy arqueóloga. Me invitaste,


¿recuerdas?"- le dijo -"Gracias."- añadió, poniendo una mano sobre el brazo de Justice.

Estaba haciendo un bestial ruido gutural bajo en su garganta mientras


examinaba la habitación, con los ojos entrecerrados y mostrando los dientes. Se veía
exactamente como el depredador que había pensado que era; pero ahora sabía que
era eso y mucho más.

Después de años de arqueología, Keely no era ajena a tratar con los gobiernos
extranjeros. Éste podría ser más extraño que cualquiera de los otros que había
encontrado, pensó con sombría diversión, pero el principio todavía sería cierto.

La habitación era sencilla, desnuda de cualquier parafernalia de la realeza. Este


era un espacio de trabajo, estaba claro. Miró a su alrededor, abiertamente curiosa.

-"Se trata de una especie de sala de estrategia, ¿no es así?"

El hermano del Príncipe cabeceó asintiendo, pero todavía nadie habló.


Demasiado para una pequeña charla casual.

-"Justice."- Dijo entre dientes: -"No estoy haciendo muchos progresos aquí.
¡Tienes que ayudarme!"

Conlan y su hermano bajaron lentamente sus armas, idénticas expresiones de


asombro en sus rostros. Ellos intercambiaron una mirada que no podía descifrar y, a
continuación, Ven arrojó su espada sobre una mesa.

-"Estás aquí, y estás a salvo."- Dijo Ven fervientemente. -"Gracias a los Dioses
que ambos estáis a salvo."

Conlan inclinó la cabeza, y Keely vió que sus labios se movían, pero no pudo oír
las palabras. Cuando levantó la mirada, sonrió a Justice.

-"Yo, también, agradezco a los Dioses que has regresado de forma segura desde
el Vacío, hermano mío. Y mis disculpas, Doctora McDermott. ¿Estás bien?"

186
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Envainó sus dagas, dio un paso hacia ella, y el gruñido de Justice traqueteó a un
nivel superior para ser un gruñido real.

-"No estoy herida."- Dijo. -"Aunque no rechazaría una comida caliente y un baño.
Pero tenemos que hablar primero. Justice está teniendo un momento difícil, como
puedes ver. Realmente no lo entiendo del todo, pero tuvo que hacer un trato con la
mitad Nereida de sí mismo con el fin de averiguar esta cosa de la transferencia de
materia que le permitió transportarnos aquí."

-"¿Desde dónde? ¿A dónde fuiste?"

Conlan se pasó una mano por el pelo en un gesto de pura frustración.

-"No podemos comenzar a decirte cuánto sentimos esto. Ciertamente no


tuvimos intención de que tu visita a la Atlántida estuviera marcada por el secuestro.
¿Seguro que estás indemne?"

Keely notó que Ven no le quitaba los ojos de encima a Justice. El pálido rostro de
Ven y la mandíbula fuertemente apretada le dijeron que llevaba su propia carga de
culpa por el sacrificio de su hermano con Anubisa. A su lado, el ruido de gruñido
abruptamente se apagó.

-"¿Estás tan poco preocupado por mi bienestar, hermano?"- Preguntó Justice, la


burla en su voz áspera. -"Después de cuatro largos meses en el Vacío, ¿no me
preguntas antes por mí?"

Keely vió la angustia que ensombrecía el rostro de Conlan. Dio un paso hacia
adelante, hacia su hermano, pero Justice retrocedió, tirando de ella con él.

-"Olvídalo."- Se burló. -"Estamos poco contentos con tus esfuerzos en nuestro


nombre. Pasamos demasiado tiempo como cautivos de la Diosa vampiro, pero sabes
algo sobre eso, ¿verdad, Conlan? Ella parece tener una preferencia por los Príncipes de
la Atlántida, ¿no? Incluso cuando uno de ellos es el bastardo no deseado que nunca
fue reconocido por su propia familia."

-"Nunca lo supimos."- dijo Ven, con los dientes apretados. -"Nosotros nunca lo
supimos. Maldita sea, Justice, ¿no nos conoces mejor que eso después de cientos de
años luchando codo con codo? Te he llamado hermano incluso sin saber sobre el lazo
de sangre. ¿Podrías pensar que, sabiéndolo, lo haría de manera diferente? ¿Cualquier
cosa menos?"

Keely notó que Conlan era menos directo. Estudiaba a Justice sin decir nada, y
había educado su rostro hacia la inexpresividad.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Debe ser algo que te enseñan en la escuela de Príncipes."- Dijo Keely, tratando
de aligerar la increíble tensión en la habitación. -"Esa cara de póquer."

Conlan se rió, sorprendiéndola.

-"Eres la segunda mujer que menciona el póquer en nuestra sala de guerra en el


espacio de un tiempo muy corto. Tal vez esta mesa sería más adecuada para juegos de
cartas, en lugar de los juegos de países y Reyes."

Justice puso un brazo alrededor de ella y la atrajo hacia sí. Sólo el conocimiento
de que él estaba tan cerca de perder el control la mantuvo allí, a pesar de su
frustración por su táctica cavernícola. Había notado la recurrencia de la palabra
'nosotros' en lo que había dicho. El Nereida era cada vez más fuerte, entonces, y no
estaba segura de querer ver lo que sucedería si él se hiciera cargo.

-"¡Aargh! Ahora lo estoy haciendo yo."- Dijo ella, mirando hacia Justice. -"Incluso
yo estoy pensando en ti como dos personas separadas. Debes controlarte a ti mismo, o
vosotros mismos, lo mejor que puedas. Tenemos que hablarles de la Estrella."

Conlan saltó sobre ella.

-"¿La Estrella? ¿La Estrella de Artemisa?"

A su lado, Justice tomó aliento profundo y estremecedor, y pareció recobrar su


autocontrol junto con el oxígeno.

-"La Estrella, sí. La que siempre nos han enseñado que tiene el poder de curar
mentes fracturadas. Su valor era mucho mayor del que ni siquiera nosotros
conocíamos, sin embargo. Tenemos que encontrar la Estrella... tenemos que encontrar
todas las gemas perdidas del Tridente. Sin ellas, la Atlántida no puede elevarse."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Veinticinco

Las palabras de Justice cayeron, haciendo eco, como si una piedra cayera en una
tumba recién desenterrada. Observó con gravedad como Ven y Conlan retrocedieron
físicamente ante su significado. Conlan se recuperó primero.

-"¿Qué quieres decir con que la Atlántida no puede levantarse sin todas las
gemas devueltas al Tridente? No puede ser cierto. Cuando los antiguos enviaron las
gemas a las siete esquinas del globo, no habían descubierto el portal en ese momento.
Si sólo el uso de todas las gemas, junto con el Tridente, permitiría Atlántida ascender a
la superficie, eso tendría como efecto sólo condenar a las Siete Islas."

-"No hay lógica en ello."- Dijo Ven. -"Conlan tiene razón. Sin esas joyas, ¿cómo
podrían los antiguos haber esperado jamás volver a la superficie? No tiene sentido,
Doctora McDermott."

-"No lo sé."- Dijo Keely. -"Yo no sé nada de la lógica, o de tus antepasados, como
tú los llamas, ni nada de eso. La política nunca ha sido mi fuerte. Tal vez vieron el
futuro y supieron que encontrarías una manera de viajar a la superficie. Pero lo vi en la
visión, y mis visiones nunca, nunca han estado equivocadas. Eso zafiro debe estar en su
lugar en el Tridente, junto con todas las otras gemas, o destruirá a Atlántida cuando
intente ascender."

El escepticismo era evidente en sus rostros. No conocían a Keely. No la habían


visto casi aplastada en medio de una de sus visiones. Iban a necesitar una prueba. A
pesar de que todo en él se resistió a la idea, se daba cuenta de que, en su lugar, él
querría lo mismo. Pero el Nereida dentro de él se burló.

-Todo lo que haces siempre será menor, para ellos. ¿Por qué deberían tomar tu
palabra para nada de esto?

Keely suspiró y sus hombros se hundieron.

-"No vas a tomar esto por confianza, ¿verdad? No me conoces desde Adán... o tal
vez desde Poseidón sería la mejor expresión... y vas a querer pruebas."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

La resignación en su postura derrotada tocó a Justice muy adentro, en un lugar


que él había creído siempre enterrado.

-"No. No. Ni quieren ni necesitan pruebas. Tu palabra es buena."

Se cruzó de brazos y se enfrentó a los hombres a los que todavía no se había


acostumbrado a llamar hermanos.

-"No la has visto en una visión. No has escuchado la verdad y la historia que se
derramaba adelante desde sus labios."

Se llevó la mano a la espalda y brevemente tocó la empuñadura de su espada.

-"Ella es una lectora de objetos, y leyó mi espada. Ella la nombró. Se llama Furia
de Poseidón, y nuestro padre me la dio."

Ven y Conlan intercambiaron miradas y de pronto él llegó a una conclusión


desagradable. No estaban sorprendidos por la noticia.

-"¿Lo sabíais? Todos estos años, ¿lo sabíais?"

Conlan negó con la cabeza.

-"No, eso no. Nunca supimos que eras nuestro hermano. Pero la espada, sí, por
supuesto que había visto a mi padre con esa espada. Al principio se nos dijo que la
perdió, pero un día vi a un pequeño niño de cabello azul fibroso llevando una espada
que era demasiado grande para él, y la reconocí."

-"Yo quería quitártela."- Dijo Ven, con una débil sonrisa jugueteando en los
bordes de su boca. -"Éramos aproximadamente del mismo tamaño. Le dije a Conlan
que iba a patearte el culo y tomar la espada de vuelta."

-"Pero yo era el más sabio, como de costumbre."- interrumpió Conlan


secamente. -"Arrastré a Ven hasta casa para que pudiéramos preguntar a nuestro
padre al respecto."

-"¿Qué dijo?"

Justice se inclinó hacia adelante, aunque se despreciaba por su ansia de oír ni


una sola palabra amable de su padre muerto hace mucho tiempo. Se miraron
incómodos.

-"¿Es realmente el momento para hablar sobre el pasado, cuando el futuro de


Atlántida se basa en la verdad de la visión de la Doctora McDermott?"

Keely se rió, pero era un sonido amargo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Confía en mí, Alteza. Mis visiones son todas sobre el pasado. Y por lo que he
visto de lo que vuestro padre puso sobre Justice y su madre, no es de extrañar que no
quieras hablar de ello."

-"¿Su madre? ¿Qué sabes tú de su madre?"- Preguntó Ven.

-"Estaba en mi visión."- Dijo Keely. -"Yo la vi, tendida con dolor en el parto de
Justice, en el suelo de lo que debe ser tu sala del trono. ¿Está esculpido con delfines en
la parte posterior del trono?"

-"Justice podría eso haberte dicho. Infiernos, Liam podía haberte dicho eso."- la
desafió Ven.

Justice sintió desvanecerse su tenue control sobre su temperamento.

-"Tú, que planeas casarte con una cantante de gemas que llegó directamente de
las aguas del tiempo, ¿cuestionas la palabra de una lectora de objetos?"- Él miró a uno
y otro, la comprensión incipiente. -"Es por eso que querías que ella viniera aquí como
arqueóloga, ¿no es así? Me preguntaba por tu criterio cuando anunciaste la lista de
científicos invitados. ¿Qué hay que excavar en las Siete Islas?"

Keely se liberó de su abrazo.

-"¿Es verdad? ¿Sólo por eso? "- una ira cruda superó su voz. -"¿Sólo por algo que
odio en mí? ¿Cómo lo supiste?"

-"En cuanto a cómo lo supimos, uno de tus colegas en la excavación del


Lupercale es un amigo de la Atlántida. En cuanto a la segunda, ¿siempre has odiado tu
Regalo, Keely McDermott?"- La voz de Conlan era amable. -"Yo hubiera pensado que
te sirvió bien en tu profesión elegida. ¿Por qué decidiste explorar el pasado, si estabas
tan decidida a negarte a ti misma?"

Keely apretó los puños contra sus piernas, lentamente inhaló y exhaló un suspiro
muy profundo.

-"Bueno, no puedo lidiar con eso ahora mismo. Estoy funcionando con
adrenalina y tortitas. Esto es lo único que necesitas saber."

Se volvió hacia Justice y le miró, con una pregunta en sus ojos. Sabía lo que le
estaba pidiendo y, a pesar de que despreciaba la idea de que sus hermanos escucharan
acerca de la humillación que había destruido su infancia, él asintió con la cabeza.

-"Creo que necesito sentarme para esto."- Dijo Keely.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Conlan se apresuró a indicar que se sentara, disculpándose por su falta de


modales. Justice permaneció a su lado, sentado a su lado en el maltratado sofá que
había visto tantas sesiones de planificación. Casi sin quererlo, él se encontró tomando
su mano entre las suyas. Necesitaba el contacto. Necesitaba el calor de su contacto
con el fin de soportar las revelaciones que ella estaba a punto de dar.

Conlan vertió un alto vaso de agua de la bandeja que se asentaba en un aparador


y se lo llevó. Keely tomó un largo trago del líquido frío con gas y, a continuación,
comenzó a hablar. En calma, concisa y en orden cronológico, les habló de las visiones
que había tenido. Empezó con la que Liam había forzado sobre ella, de la Estrella de
Artemisa.

Ven interrumpió en un punto.

-"¿Nereus? Pero..."

Conlan le hizo un gesto de guardar silencio.

-"Más tarde."- Dijo a su hermano. -"Por favor, continúa, Doctora McDermott."

El relato pareció durar una eternidad, sobre todo cuando las ondas de vergüenza
se lavaron a través de Justice con el calor del fuego de los infiernos. Keely finalmente
terminó su relato, vació el agua de su vaso, y luego miró a Conlan y Ven.

-"Entonces... ¿alguna pregunta?"- el desafío destacaba sobre el cansancio en su


voz.

-"Tengo tantas preguntas que ni siquiera sé por dónde empezar a hacerlas." Dijo
Conlan. -"Pero tengo la sensación de que necesitas descansar. Comida y descanso. Así
que vamos a levantar la sesión y posponer nuestras preguntas hasta mañana. Tal vez
para entonces nuestro Sumo Sacerdote habrá regresado."

-"¿Alaric se ha ido?"- Preguntó Justice, sorprendido por la noticia.

-"Él no pudo alcanzarte, así que fue a Saint Louis para ayudar con un
determinado asunto que requería su ayuda."- Dijo Conlan, dejando los detalles a la
imaginación de Justice.

Justice sabía que había razones más profundas por las que Conlan deseaba el
regreso de Alaric. El Sumo Sacerdote tenía el rol de probar a cualquier sospechoso de
verse comprometido por los vampiros. Incluso el propio Conlan había sufrido eso.
Justice estaba seguro de que sería el siguiente. Lo que no estaba seguro de lo que era
Alaric haría con su doble naturaleza.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-No te preocupes por ese sacerdote.- susurró el Nereida en su mente. -Vamos a


presentar un frente unido para la prueba.

Un indicio de alivió dio alas a su paso por Justice ante ese pensamiento, y
cauteloso lo siguió, con cuidado, muy de cerca. Ahora, por lo pronto, ¿él estaba
planeando engañar a sus compañeros Atlantes de la presencia extranjera es agazapada
dentro de él?

-Mejor cortar esto de mí mismo como un cáncer.

-Me cortas y mueres.- le recordó el Nereida, con arrogante mandato en su tono.


-Habría esperado gratitud, no censura. Estamos fuera de la caverna, ¿no?

-Sí. Así es.

-"Sí, tuvimos un pequeño problema con vampiros y Shifter."- añadió Ven,


cortando la batalla interna de Justice. -"No salió del todo bien para los chicos buenos,
tampoco. Quinn resultó herida, y Alaric fue tras ella para asegurarse de que estaba
bien."

Justice quería pedir más información, pero Keely se recostó contra él, casi
cayéndose por el agotamiento. Se levantó con cuidado, tirando de ella contra él.

-"Descanso. Como bien dices, necesitamos descansar. Alimentos, un baño, y


luego, una buena noche de sueño debería hacer mucho restaurándonos."

Keely sólo asintió, con los párpados cerrados a la deriva, mientras permanecía
allí. Quería transportarla en brazos, pero sabía que ella odiaría eso, sobre todo delante
de Ven y Conlan. Así que se contentó con caminar junto a ella por el pasillo hacia el ala
de invitados.

Cediendo a la paranoia creciente que crecía con cada paso que daba más lejos
dentro del palacio, sobre todo porque Ven les había acompañado para 'ayudarles',
Justice examinó cada centímetro de la habitación que habían ofrecido a Keely antes de
dejarla dar ni siquiera un paso dentro de ella.

Por último, se volvió hacia la puerta, donde ella se apoyaba (todo menos caerse
de cansancio), y asintió con la cabeza. Lanzando un suspiro de alivio, se acercó a la
cama y se dejó caer hacia abajo sobre las mantas, de cara contra la almohada, su
sedoso cabello en salvaje desorden a su alrededor.

-"Llamaré para pedir un poco de comida para ti."- Prometió y se acercó a hablar
con Ven, que todavía flotaba en el pasillo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"No te puedes quedar aquí con ella."- Dijo Ven, el rostro y la voz igualmente
sombrío. -"Ya sabes eso, ¿no? Necesitamos saber... Dioses, hombre. Lo que hiciste por
mí... "- Ven se detuvo, las palabras estranguladas en su garganta.

La emoción en la voz de Ven (la voz de su hermano) retorcieron algo dentro de


los intestinos de Justice en un nudo doloroso.

-"No necesito ni quiero tu gratitud."- Advirtió, su ronca voz con sentimientos que
quizás era preferible dejar sin expresar. -"Tú habrías hecho lo mismo por mí.
¡Infiernos!, tú has hecho lo mismo por mí."

Ven se frotó los ojos con el dorso de la mano, y ambos simularon que dos de los
guerreros más feroces de Poseidón no habían estado a punto de derramar lágrimas de
emoción.

-"Comida. Keely necesita comida."- dijo Justice, desesperado por algo para
cambiar de tema.

Ven miró por encima del hombro de Justice y señaló a la habitación.

-"Ahora mismo, supongo que no."

Justice se volvió para mirar y vió que Keely estaba profundamente dormida sobre
la colcha, todavía completamente vestida, incluso sus botas. Tocó un panel de presión
en la pared y la habitación se oscureció, luego en silencio se acercó a la cama y la miró
fijamente. Incluso desaliñada y agotada, ella era más hermosa de lo que jamás podría
haber soñado que una mujer podría ser.

La voz de Ven llegó desde detrás de él, sorprendiéndole.

-"Ella es una mujer muy valiente."- Dijo en voz baja.

Los instintos iniciales de Justice le tuvieron apretando los puños para protegerla,
pero que se desvanecieron cuando el significado detrás de las palabras de Ven se
hundió en él.

-"Es valiente y mucho más hermosa de lo que podría merecer."- Admitió. -"Pero
es mía."

Ven suspiró, y luego se echó a reír en voz baja.

-"Tuve la sensación de que podría ser de este modo tan pronto como os vi juntos
a ambos. Recuerda, yo mismo apenas acabo de pasar por esto con Erin. Se siente muy
parecido a ser golpeado en la cabeza con una espada muy pesada, ¿no es así?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Sacudiendo la cabeza, Justice se inclinó y suavemente quitó las botas de Keely,


luego sacó el lado de la colcha sobre ella. Porque no podía resistirse... porque no
quería resistirse... se inclinó y presionó sus labios en su frente. Ella hizo un sonido
como un pequeño ronquido con hipo y luego se acomodó más profundamente entre
las almohadas.

Mientras volvieron a salir al pasillo, cerrando la puerta detrás de ellos, Ven puso
una mano en el hombro de Justice en un gesto de camaradería que le resultaba
familiar. Como algo que Justice mismo pudo haber hecho hace sólo cuatro cortos
meses.

-Hace cuatro largos meses.

Ahora le tomó todo lo que tenía no encogerse por el contacto. Él resguardó la


habitación con sana, familiar magia Atlante, forzando la voz del Nereida al silencio en
su cabeza. Nadie podría entrar en la habitación de Keely mientras dormía; aquellas
barreras de gran alcance se asegurarían de eso. El amanecer traería lo que pasaría,
sobre todo si Alaric estaba de regreso. Pero por esta noche, por lo menos, Justice
podría descansar.

Descansar, y rezar a todos los Dioses que no fuera a soñar.

Keely despertó boca abajo en una pila de almohadas como una nube de seda,
todavía con la ropa a excepción de sus botas. Saltando para salir de la cama, miró
frenéticamente alrededor de la habitación, ya que la noche anterior había estado
demasiado cansada como para conseguir realmente un buen vistazo.

Estaba completamente sola y no quería mirar demasiado de cerca el pequeño


giro de alivió (¿o era decepción?) en su estómago. Desde luego, no podía lamentar que
Justice no estuviera a la vista. O, al menos así trató de convencerse a sí misma.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Vagando por la habitación, sintió un placer femenino ante las sedas de color
verde pálido y muebles complementarios de color crema. Era un estudio en elegancia
que enriquecía a su ocupante en lugar de hacer que se sintiera inferior. Una especie de
psicología interior de diseño, sin duda. O tal vez era un Regalo de la Atlántida. Belleza
por todas partes donde miraba.

Y la vista desde la ventana era una fantasía de ensueño de Cenicienta. Los


jardines del palacio se extendían por hectáreas y hectáreas de colores deslumbrantes y
exuberante vegetación entrecruzados por caminos de piedra multicolor. Ella quería,
más que nada, escalar por la ventana y escapar a la serenidad pacífica de los jardines.
Lejos de los guerreros, de la locura y de la tensión.

En su lugar, se resignó a ponerse en su piel de Doctora McDermott y averiguar lo


que querían y (sólo tal vez) cómo podía ayudarles. Ayudarle a él. Justice nunca estuvo
lejos de sus pensamientos, por mucho que podría desear lo contrario. ¿O no? Su
propia mente se estaba volviendo tan dividida como estaba la suya.

Un golpe en la puerta la salvó de cualquier examen interno más allá, y abrió para
encontrar a una mujer de cabello plateado que llevaba un sencillo vestido de algodón
con cinturón y cómodos zapatos. Tenía una mano sobre un carro con ruedas. Un ama
de llaves, tal vez.

-"Tengo ropa limpia y una bandeja de café y zumo para ti, mi señora."- Dijo la
mujer, sonriéndole.

-"Eso es maravilloso. Muchas gracias. Y es Keely, por favor. Sólo Keely."

Keely abrió la puerta, tratando de no dejar la felicidad fuera ante los


encantadores aromas, mientras la mujer rodaba el carro plateado dentro de la
habitación. Definitivamente había algún delicioso café en la Atlántida, por tanto una
preocupación menos estaba resuelta.

-"Estoy segura de que deseas refrescarte, Keely."- Dijo el ama de llaves, con
calidez en su voz y su sonrisa. -"Volveré en media hora para acompañarte hasta los
Príncipes." le señaló un panel insertado en la pared, y el segundo botón en él. -"Basta
con pulsar este botón si necesitas algo más antes de eso."

Con más sonrisas y más guiños, el ama de llaves salió de la habitación, cerrando
la puerta detrás de ella.

Keely pasó varios minutos disfrutando de un par de tazas de café con un montón
de azúcar y crema arremolinándose en las ricas profundidades mientras miraba por la
ventana, observando todas las maravillas de la vista.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Una y otra vez, su mirada se sintió atraída por la cúpula que cubría toda la
ciudad. Era impresionantemente inspiradora. Ya sea que la hubieran formado la magia
o la tecnología, era simplemente increíble. La fuerza de la presión del agua que debía
soportar hacia abajo contra ella, día tras día…

Bueno. Había ciertas cosas que una chica no necesitaba preguntarse para
enloquecer antes de darse una ducha.

Algún tiempo después, duchada, con cafeína, y sintiéndose casi humana otra vez,
ella comprobó la ropa. Sorprendentemente, todas eran de su talla o cerca de serlo.
Eligió una camisa verde simple y par de pantalones de color canela, se calzó sus
propias botas de nuevo sobre un par de calcetines limpios, dejando de lado todos los
hermosos vestidos, faldas y otras prendas con volantes que el ama de llaves había
traído. Vestirse con algo parecido a su uniforme de trabajo estándar la hacía sentirse
más en control. Había aprendido muy pronto que nadie se tomaba en serio a una
científica que llevaba encajes o volantes.

Por supuesto sus guantes estaban de forma segura en su lugar. Incluso tocar algo
tan neutral como las paredes en un lugar de esta antigüedad probablemente podría
mandarla a un trance.

El ama de llaves regresó, como había prometido, y la condujo a través de


corredores cuyas paredes estaban cubiertas de los tapices más gloriosos que jamás
había visto. A ella le encantaría tener la oportunidad de pasar horas, o incluso días,
estudiándolos.

-Más tarde, tal vez. Si la dejaran.

Cuando llegaron a una puerta custodiada por dos guerreros de rostro sombrío, el
ama de llaves golpeó la puerta y luego la hizo entrar en la misma habitación que ella y
Justice terminaron la noche anterior. Conlan y Ven ya estaban allí.

-"Por favor, se bienvenida. Confío en que tu descanso fue sin perturbaciones."-


Dijo Conlan, inclinándose ligeramente.

-"Sinceramente, un tren podría haber rugido a través de la habitación y


probablemente no me habría dado cuenta."- Admitió con una sonrisa. -"Estaba
bastante cansada. Yo había tenido un poco de emoción, ya sabes."

Ven le devolvió la sonrisa.

-"Camino a recuperarte, Doc. Eres mi tipo de científico, puedo decírtelo."

Hizo un gesto hacia la abarrotada mesa auxiliar.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Por favor, sírvete tu misma el desayuno. Ya hemos comido."

-"Riley envía sus disculpas, pero está teniendo un momento difícil con el
embarazo, y Erin está con ella, también."- Dijo Conlan.

-"Lamento escuchar eso."- Dijo Keely. -"¿Riley es tu esposa?"

-"Pronto será mi señora esposa y Reina, sí. Evidentemente vamos a tener un


Sacerdote o un Elvis."- dijo secamente, pero la calidez de su voz y el calor en sus ojos le
dijo que Riley era muy querida, de hecho.

Una pequeña punzada de remordimiento hizo 'ping' profundamente dentro del


pecho de Keely. Ningún hombre había parecido de esa manera cuando había hablado
de ella.

Se lo quitó de encima. Por lo general, no era tan sentimental. Debía ser algo
acerca de encontrarse en el castillo de Cenicienta lo que la hizo pensar en el Príncipe
azul. O en un Príncipe Alto, de Pelo-Azul, y Mortífero.

Mientras ella comía, ellos estudiaron minuciosamente los mapas en la larga


mesa, hablando en voz baja y echando miradas ocasionales hacia ella. Keely se
zambulló en la comida como la mujer hambrienta que era. Cuando el rugido de su
estómago se desvaneció hasta un cálido estruendo de satisfacción, tomó otro sorbo de
café y luego colocó cuidadosamente su frágil taza de porcelana, casi transparente,
sobre la mesa, resistiendo la tentación de darle la vuelta y examinarla como uno de sus
artefactos antiguos.

De todos modos, artefacto era probablemente la palabra equivocada para su


uso. Un artefacto era algo largo tiempo enterrado y olvidado, escondido en las brumas
del tiempo. Esta delicada porcelana, efectuada por un proceso que nunca antes había
visto, era parte de su vajilla de desayuno. Era alucinante.

La arqueóloga en ella quería saltar como una animadora o ponerse de pie y hacer
volteretas. Ciertamente, se moría de ganas de ir a buscar sus herramientas de la
mochila que (a regañadientes) había dejado en el dormitorio, salir a la calle, y excavar
en algún lugar, sólo por el gusto de hacerlo.

La emoción se drenó de ella de repente, como helio de un globo pinchado. No la


habían invitado allí para excavar. Ellos sabían lo que era. Probablemente tenían ciertos
artefactos que ya se alineaban para ella.

La habían llamado lectora de objetos, como si el término tuviera precedentes en


su historia. Era a la vez impactante y maravillosamente gratificante ser aceptada por
algo que era tan integralmente una parte suya.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Sin embargo, tal como ella utilizaba herramientas en su trabajo, reconocía


cuando alguien quería usarla. No tenía ninguna intención de ser un cincel en sus
manos, por lo menos no hasta que consiguiera algunas respuestas.

La más importante de ellas era: ¿dónde estaba Justice?

Se sirvió otra taza del delicioso café y luego se sentó en su silla, lanzando una
mirada de medida entre Ven y Conlan. Tardó menos de un minuto para que ellos
sintieran el peso de su mirada, y ambos miraron hacia ella.

-"¿Hay algo más que podríamos conseguir para ti?"

La sonrisa de Ven era absolutamente encantadora y totalmente inocente. Incluso


podría tener a alguien dejándose engañar de qué había nacido ayer. Keely no era tan
crédula.

-"Sí, en realidad. Me gustaría ver a Justice. Me gustaría verle ahora mismo."

-"Estamos seguros de que vendrá con nosotros en cualquier momento..."

Ella cortó a Conlan a media frase, eligiendo no preocuparse por si en la Atlántida


había sanciones por interrumpir así a la realeza.

-"Correcto. Dijiste eso. Hace casi media hora. ¿Cómo sé que no le tienes
encerrado en alguna mazmorra Atlante?"

Ven levantó una ceja y sonrió.

-"No es de extrañar que Justice esté tan loco por ti. No hay muchas cosas que te
atemoricen, ¿verdad?"

-"Hay muchas cosas que me dan miedo. El calentamiento global. La pobreza en


los países del Tercer Mundo. El genocidio. Las serpientes. Odio las serpientes."- Dijo
rotundamente. -"Pero vosotros dos no me asustáis, y si habéis perjudicado a Justice de
cualquier manera, vais a tener que responder ante mí."

Ven le sonrió como si fuera un maestro satisfecho con un estudiante premiado.

-"Las serpientes, ¿eh? ¿Eso es común a todos los arqueólogos o sólo viste
demasiadas películas de Indiana Jones?"

Se puso de pie, empujando la silla hacia atrás fuera del camino, y mostró sus
dientes contra él en la expresión más feroz que pudo reunir.

-"Sigue riéndote de mí, y veré si puedo encontrar un látigo, Su Alteza."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Era el turno de Conlan para sonreír cuando Ven aferró a su corazón con una
expresión fingida de dolor en su rostro.

-"Oh, eso es sólo golpear bajo el cinturón. No me llames Alteza, si quieres que
seamos los buenos amigos que sé que vamos a ser."- Dijo Ven.

-"Yo no necesito más amigos."- Dijo Keely, enunciando claramente. -"Estoy


segura de que tú no necesitas más enemigos, por no hablar de incidentes
internacionales. Así que dime donde está Justice... ahora mismo... o vas a tener ambas
cosas en tus manos."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Veintiséis

Sintió a Justice antes de escucharle. El calor parecía fluir en la habitación y


envolverse alrededor de ella, llevando los aromas de agua salada y aire marino. Alivió
puro combinado con satisfacción absoluta se extendió por la tensión en sus
terminaciones nerviosas, calmantes y relajantes. Casi podía sentir el susurro de su
aliento en el pelo, el sonido de su voz en su oído.

Justice había llegado, y su reacción fue tan sencilla y tan incondicionalmente


alegre que la asustó aún más que esas serpientes sobre las que habían estado
discutiendo. Su cuerpo y su corazón parecieron literalmente balancearse hacia él,
como una flor volviéndose hacia el sol. ¿Cómo había atravesado sus defensas tan
fácilmente y con tanta fuerza?

La dura longitud de su cuerpo de repente presionó contra su espalda mientras


envolvía sus brazos alrededor de ella.

-"Incluso después de todo lo que te he obligado a soportar, peleas por mí, amara
mía. No he hecho nada para merecerte, pero nunca voy a dejarte ir."- Murmuró en su
oído.

Se tensó y trató de apartarse, la reclamación primitiva que había apostado sobre


ella ajustó fuera todas sus alarmas de advertencia, pero sus brazos eran como bandas
de acero sosteniéndola en su lugar contra el calor de su duro cuerpo. La lucha sólo le
costaría un mínimo de dignidad y no haría nada para tranquilizar a Ven y Conlan, que
estaban mirando a Justice con una mezcla de alegría y reserva cautelosa.

Conocía a Justice, le conocía incluso más de lo que había conocido a nadie, a


pesar del poco tiempo transcurrido desde se habían encontrado realmente. Había
vivido con su presencia durante años, y había visto el horror de su vida y de su terrible
soledad a través de sus visiones. No le haría daño hacer cualquier cosa que le
permitiera creer que estaba completamente de su lado, no importa qué. No le tenía
miedo.

201
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

No estaba del todo segura de que eso no fuera la verdad, de todos modos. Si
pudieran usar la Estrella de Artemisa...

-"Eso es. Necesitamos utilizar la Estrella."- exclamó. -"Eso le puede ayudar. Lo vi


en mi visión."

Conlan y Ven intercambiaron una mirada, y ella captó su escepticismo.

-"Vosotros no me creéis."

Conlan negó con la cabeza.

-"No es tan simple como eso. Aunque hay leyendas de que la Estrella de
Artemisa puede curar una mente rota por el estrés de batalla o mediante alguna lesión
o enfermedad, ninguno de nosotros sabe si las leyendas son ciertas. La Estrella fue una
de las siete gemas esparcidas a los confines de la tierra antes del cataclismo. Sólo dos
nos han sido devueltas y aquellas sólo recientemente."

-"No tenemos idea de dónde está."- Añadió Ven. -"Y aunque tengamos una idea
bastante clara de que tienes razón acerca de la Estrella, algo del resto de lo que nos
estás diciendo es imposible. Nereus no podría haber tenido una esposa."

-"Lo sé. Lo sé. Sacerdocio, celibato, lo que sea."- Dijo, rodando sus ojos. -"Los
tiempos cambian. Admites que no sabes dónde está la Estrella. ¿No es posible que los
sacerdotes de Poseidón acostumbraran poder casarse, y que simplemente no supieras
nada al respecto? Liam me dijo que Nereus vivió hace ocho mil años. No es
exactamente como que tengas fotos de boda de ocho mil años de antigüedad por ahí,
¿verdad?"

Justice finalmente relajó su control sobre ella, suavemente se apartó de él, y


empezó a pasear arriba y abajo de la habitación, pensando en voz alta.

-"De todos modos, no es sólo la Estrella de Artemisa. Es necesario tener cada una
de esas gemas para que la Atlántida se eleve. Es decir, si quieres que la Atlántida se
eleve. Por cierto, ¿debajo de qué océano estamos? ¿Qué tan abajo estamos? ¿Por qué
no hay submarinos que topen con vuestra tecnología? ¿O aviones navales, o incluso
imágenes de satélite?"

Miró a Justice, pero su mirada se había encerrado en sí mismo y sus puños


estaban cerrados a su costado, como si estuviera peleando otra batalla interna. Sólo
esperaba que él pudiera continuar ganando, porque no quería saber qué pasaría si el
Nereida asumiera el control. Sobre todo porque Justice llevaba su espada envainada
en su espalda, la empuñadura levantándose detrás de su hombro.

202
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-El Nereida desatado con una espada. Eso sería malo.

Como si él escuchara sus pensamientos, Justice le sonrió brevemente, mostrando


consuelo en sus ojos. Estaba tratando de hacerle saber que él estaba ganando la
batalla, por lo que ella le dedicó una brillante sonrisa de apoyo y confianza a cambio.

No fue tan difícil sonreírle, circunstancias incomodas o no. Era tan hermoso que
de hecho dañaba mirarle, incluso con su sencilla camisa blanca y pantalones oscuros.
Se veía como si vistiera en traje principesco o estuviera esculpido en mármol y sobre
un pedestal. Se permitió pasar un momento simplemente saboreando la visión de él.

Su cabello estaba trenzado de nuevo y, por un momento, se permitió imaginar el


placer táctil de destrenzárselo lentamente ella misma. Sentir las olas azules
deslizándose como la seda a través de sus dedos y caer como una cortina sobre su
cuerpo.

El calor lavó a través de ella y de repente se volvió para examinar una de las
paredes para que ninguno de ellos notara su delator sonrojo. Un par de respiraciones
profundas después, puso su cara de póquer de nuevo y seguía queriendo esas
respuestas.

-"¿Y bien?"

Conlan se sentó a la mesa y se sirvió una taza de café. Se dio cuenta de que tenía
una amplia y robusta taza, ninguna de aquellas delicadas tazas de porcelana. Así que
tal vez habían estado sirviéndole a ella en la vajilla de porcelana para invitados. O tal
vez su cerebro estaba tratando de distraerla con trivialidades para alejar su mente del
hecho que estaba discutiendo con la realeza Atlante debajo del océano en alguna
parte.

-Así se hace, Keely.

-"Esas son preguntas y respuestas para otro momento."- Dijo Conlan en voz baja,
pero con un toque de acero en su voz; definitivamente desprendiendo un ambiente
del tipo 'no tientes a la suerte'. -"No hemos sobrevivido durante miles de años por
revelar nuestros secretos con tanta facilidad, incluso a una científica tan brillante como
tú."

-"Encantador, gracias por nada. Chicos, sois tan buenos."- Dijo, poniendo una
exagerada dosis de irónica admiración en su voz.

-No importa. Soy paciente. Puedo esperar.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"En lo que respecta a tus visiones, aunque mis instintos me dicen que estás
contando la verdad, o al menos la verdad como crees que fue, yo sería un mal líder, de
hecho, si tuviera que aceptar tu palabra en algo tan crítico."- dijo Conlan lentamente. -
"Sin embargo, si hubiera alguna forma de poder demostrarme a mí la validez de tus
visiones..."

-"Sí."- Dijo Keely. -"Claro. Si tu..."

-"Por supuesto que no."- Dijo Justice duramente. -"Hemos causado a Keely sufrir
demasiado. No vamos a permitir que la lleves a cualquier daño adicional."

Keely se dio la vuelta, con el corazón en la garganta. Lo escuchó en su voz, no


importaba la autorreferencia plural de nuevo. El Nereida estaba de vuelta, y la furia de
Justice sobre la amenaza potencial hacia ella estaba peligrosamente cerca de provocar
que su frágil control fuera derrocado. Dio un paso hacia él con cierto pensamiento de
consuelo o ayuda, pero él se movió con un desenfoque de velocidad y estaba
repentinamente cruzando la habitación desde ella, aún apretando los puños.

-"No lo hagas."- Gruñó hacia ella.

De repente, las palabras estaban enriquecidas con un acento líquido que había
oído antes... desde su madre en la sala del trono durante sus visiones. Entonces volvió
la fuerza de toda esa rabia sobre sus hermanos.

-"Hemos visto a Keely durante siglos en nuestra búsqueda de la visión. Ella es


nuestra, y no le haréis daño."

Antes de que Keely pudiera moverse, Ven se había posicionado de alguna


manera por lo que se colocó entre Keely y Justice. Le habló con calma, como si tratara
de tranquilizar a un animal frenético. O simplemente a un hermano que había
enloquecido cuando su Geas se hizo añicos.

-"Justice, sabes que no queremos hacerle daño. Sabes que queremos hacer todo
lo posible para ayudarte. ¿Estoy hablando con ambos ahora? ¿Te has vuelto Sybil56
sobre mí?"

De pronto, sorprendentemente, Justice echó atrás la cabeza y se rió. Fue una


cálida abundante, una risa normal, sin nada escalofriante o foráneo en ella. Una oleada
de alivió golpeó a Keely con tal fuerza que sus rodillas se debilitaron de la embestida.
Lo había hecho. Él tenía el control. Cuando Justice dejó de reírse, miró a Ven y sonrió.
Sus ojos estaban claros de nuevo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Tú y tus malditas películas. El Nereida no tiene ningún marco de referencia


para 'Sybil' o 'Dawn of the Dead'57 o 'I Was a Teenage Werewolf'58, tampoco. Tal vez
ese es el truco. Puedo luchar contra la otra mitad de mi alma con películas de serie B."

Ven se desplazó muy sutilmente de manera que ya no estaba bloqueando la


visión de Justice sobre Keely.

-"¿Lo ves? Todos estos años, vosotros matones, os burlabais de mí por mi


excelente gusto por el cine de calidad, y ahora eso podría evitar la pérdida de tus
canicas."

Conlan cruzó los brazos sobre su pecho y miró a Keely.

-"Pensé que tener un hermano pequeño era bastante malo. Ahora tengo dos de
ellos para tratar. Puede que abdique al trono y me traslade a Fiji, donde estaré más
tranquilo."

Keely cerró su boca, desde donde había estado colgando abierta hasta cerca de
sus rodillas. Mirándole fijamente con incredulidad, puso sus manos en las caderas.

-"¿Me estás tomando el pelo? ¿La cordura de Justice y el destino de toda la


Atlántida podrían estar en juego aquí y estáis haciendo chistes malos?"

-"Somos hombres."- Dijo Justice, sin dejar de sonreír. -"Es lo que hacemos."

Fue la cosa más sana, más absolutamente corriente que él había dicho en todo el
tiempo que le conocía, y esa sonrisa en su rostro transformó sus rasgos de oscuros y
terriblemente hermosos para caer muerta… caer-a-sus-pies-con-sus ropas-nada-sexy.

No podía hacer otra cosa que quedarse allí devolviéndole la sonrisa como una
colegiala mareada que se ha encaprichado con el profesor. No sabía cuánto tiempo
pasó, mientras todos estaban allí sonriéndose unos a otros, pero, por supuesto, como
todas las cosas buenas en su vida, se terminó demasiado pronto. Conlan apuró su taza
de café y la puso de nuevo sobre la mesa.

-"He ideado un plan que hará ambas cosas, probar la veracidad de tus visiones y
también quizás darnos la información que necesitamos a fin de localizar las gemas
desaparecidas, Doctora McDermott. Vas a leer un objeto: el Tridente."

Keely tropezó y cayó de espaldas contra la pared, luego se deslizó sin fuerzas
hacia abajo hasta su trasero golpeó el suelo.

-"Oh, por supuesto. No hay problema, Su Alteza. Para mi próximo truco, voy a
leer el objeto sagrado del poder... de un Dios."

205
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

No pudo evitarlo; comenzó a reírse sin poder hacer nada.

-"Después de lo que la espada de Poseidón casi me hizo... ¡oh, diablos! Puedes


también llamarme Keely en lugar Doctora McDermott. ¿Por qué ser tan formal cuando
yo voy a morir muy pronto?"

El Nereida trató de liberarse de nuevo, y Justice lo empujó sin piedad a un rincón


de su mente, pero la sola idea de Keely en peligro amenazaba con aplastar su control a
fragmentos dentados.

-"Ella no va a tocar el Tridente, tu hijo de un calamar de mala muerte."- dijo


apretando los dientes, tratando desesperadamente de no volverse buscando su
espada. -"Hermano o no, te mataré si intentas hacerle daño de alguna manera."

Conlan dio un puñetazo en la mesa, pero antes de que pudiera responder, Ven
comenzó a reírse, aligerando la tensión en la habitación una fracción.

-"¿Hijo de un calamar? ¿En serio? No está mal. Puntos por la repugnante visión,
hombre."

Keely, sacudió la cabeza de ida y vuelta mientras trataba de mirar a todos a la


vez, repentinamente comenzó a reírse también.

-"Sé que soy una idiota, pero ahora lo único que puedo pensar es Calamardo de
Bob Esponja59. ¿Sabías que tienen una película llamada 'Atlántida SquarePantis'? Uno
de mis colegas americanos en la excavación Lupercale tenía un hijo pequeño que la
miraba una y otra vez hasta que pensé que mis oídos se derretirían. Deberíais obtener
una copia."

Ven silbó.

-"Atlántida SquarePantis. Bonito. Voy a tener que cogerla la próxima vez que
esté arriba. Lástima que UPS60 no entregue exactamente aquí abajo."

Justice, más tranquilo ahora, todavía no estaba viendo la diversión. Él miró a


Keely.

-"¿Bromeas cuando tu vida está en peligro?"

Ella parpadeó y luego le sonrió.

-"Soy arqueóloga. Es lo que hacemos."

Escucharla lanzándole sus propias palabras de regreso a él abrió una puerta


profundamente oculta en los recovecos congelados del corazón de Justice.

206
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Que esta mujer pudiera poseer tal increíble coraje ante tales circunstancias
fantásticamente extrañas (que aún pudiera sonreír y bromear) le asombró. Ella le
asombraba. Era más que la suma total de su belleza e inteligencia. Tenía coraje,
compasión y humor más allá de cualquiera que hubiera visto antes. Nunca dejaría que
ella fuera dañada.

-"Ella tocará el Tridente sobre mi cadáver."- Dijo rotundamente.

-"Bonito. Conciso y melodramático, sin embargo."- Dijo Ven. -"Pero no resuelve


nuestro problema aquí. Tu mujer simplemente nos golpeó con una noticia que podría
significar la destrucción de todo nuestro mundo, si no prestamos atención a ella."

-"Yo no soy su mujer."- Dijo Keely.

-"Correcto, Doc. Sigue diciéndote eso."- replicó Ven. -"Necesitamos algunas


respuestas. Si pudiera de alguna manera no sólo demostrar lo que está diciendo es
cierto, sino tal vez descubrir más para nosotros..."

-"Nunca."- gruñó Justice. -"No la viste. Ella entró en un trance que era similar al
coma. Su pulso se desaceleró hasta ser casi inexistente y su piel se volvió fría, sólo por
tocar mi espada. Si toca el Tridente, podría morir. ¡Infiernos!, incluso aquellos que no
son lectores de objetos han muerto por tocar el Tridente. La magia de Poseidón es
voluble y mortal."

-"¡Ofréceme una opción, entonces!"- gritó Conlan. -"Ofréceme una opción que
nos ayude a entender esto. La Doctora McDermott acaba de decirnos que..."

-"¡Estoy en la habitación!"- le gritó Keely a él, plantándose ante sus pies. -"Estoy
en la maldita habitación. Deja de hablar de mí como si no estuviera presente, tu
montón de... de... de cavernícola real."

Silencio. Los tres se quedaron mirando a Keely en estado de shock, como si se


hubieran olvidado que estaba allí. Justicia se debatía entre el deseo de reír y el de
querer cargar su bien proporcionado culo sobre su hombro y llevársela lejos, muy
lejos.

-"Eso está mejor."- Dijo, ya no gritaba, pero no exactamente tranquila, tampoco.


-"Para tu información, voy a tocar cualquier objeto que quiera, pero no soy suicida.
Tengo una opción sugerida, si alguno de ustedes hermanos cabezotas estáis dispuestos
a escuchar."

-"Somos todo oídos."- dijo Ven, arrastrando las palabras.

207
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"El Tridente. ¿En qué se apoya en cualquier caso? En el pasado, cuando un


objeto sostenía recuerdos emocionales que eran demasiado violentos para que los
manejara cómodamente, yo solamente toqué su caja o su recipiente, o incluso la
suciedad o la roca donde se había encontrado."

-"Eso es algo brillante. No es de extrañar que seas una famosa arqueóloga."- Dijo
Ven.

-"No."- dijo Justice. -"Todavía es demasiado peligroso."

-"Es perfecto."- Dijo Conlan. -"El Tridente descansa sobre un cojín de seda en el
Templo. Sin Alaric aquí para traérnoslo, yo sugiero que vayamos hasta él."

-¿Lo ves? Ellos te ignoran. Te tratan como si fueras nada, y van a poner a
nuestra mujer en peligro. Tenemos que tomar medidas.- susurró el Nereida en la
mente de Justice.

La acción fue buena. Poco a poco, sin decir nada, Justice desenvainó su espada.
El silbido inconfundible de acero liberándose del cuero cantó a través del aire, que
inmediatamente bajó varios grados de temperatura.

-"Keely…"- Dijo, acechando hacia ella con la espada apuntando en la dirección


general de sus hermanos -"...no irá al Templo de Poseidón. No vamos a permitir que
ella tome ese riesgo."

Desafortunadamente, sin embargo, cometió el error táctico de mirar hacia los


brillantes ojos verdes de Keely. La cálida comprensión y determinación que vió allí casi
doblaron sus rodillas. Incluso el Nereida dentro de su cabeza se calló. Keely le puso la
mano en su brazo.

-"Si hay alguna posibilidad de que pueda ayudarte... a ambos... tomaré ese
riesgo."- Dijo ella en voz baja. -"Realmente no lo entiendo, pero te has vuelto muy
importante para mí en un período muy corto de tiempo. No hay muchas personas que
sean importantes para mí, Justice. Por favor, no me pidas ser una cobarde cuando un
poco de mi valor podría significar muchísimo para ti."

Estaba deshecho. Él, que había conquistado a miles de enemigos y sobrevivido a


incontables batallas sangrientas, estaba destrozado por las suaves palabras de una
humana. Ella quería arriesgarse a sí misma… por él.

No pudo evitarlo, y el hecho de que Conlan y Ven estuvieran en la habitación no


le importó. Él la agarró con el brazo libre y la atrajo hacia sí, a continuación, presionó
un breve y duro beso en su boca, sólo forzándose a detenerse cuando el calor suave de
su cuerpo casi le hizo olvidar el peligro al que se enfrentaban.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Me honras allá de las palabras, amara mía, pero debo prohibirlo."- Él la empujó
suavemente detrás de él, se enfrentó a Conlan y Ven, y levantó su espada un poco. -
"Desafiadme en esto, y el hermano se verá obligado a luchar contra su hermano en
esta sala."

El rostro de Conlan se endureció.

-"Esperaba no tener que llegar a esto."

Él asintió con la cabeza una vez, bruscamente, y una cinta estrecha de energía
azul-verdosa brillante cortó la habitación desde detrás de Keely.

Antes de que Justice pudiera moverse la energía le rodeó, atrapándole. La furia


se estrelló contra él, y pidió al Nereida ayuda para escapar de la trampa, pero Conlan y
Ven levantaron sus brazos y se añadió su propia fuerza a quien hubiera enviado el
primer ataque.

Estaba atado, incapaz siquiera de hablar, a pesar de que luchó con furia y pidió
ayuda al poder de ambos: el Atlante y el Nereida. El Nereida gritó su desafío dentro de
su cerebro, pero no pudo hacer nada contra el ataque combinado.

-"¿Qué estás haciendo? ¿Le estás haciendo daño? ¡Basta!"- gritó Keely. -"¡Para!
Haré lo que quieras; simplemente dejadle ir. ¿No puedes ver que él está teniendo un
momento bastante duro para controlar su propio lado Nereida sin tenerte a ti
traicionándolo así?"

El arrepentimiento se apoderó de los rasgos de Ven, y por un instante Justice


entendió lo que le estaban haciendo y por qué. Entonces la rabia cauterizó la
comprensión en amargas cenizas y se estremeció bajo la fuerza de regresar a la locura.

-"Si le dejamos que siga, no dejará que nos ayudes. Ya le has oído, Keely."- Dijo
Ven.

-"Si no le dejas ir, nunca voy a leer ningún maldito objeto para ti. Nunca. ¿Me
entiendes? ¡Nunca!"- gritó ella, las lágrimas corrían por sus mejillas.

Luego se volvió para enfrentarse a Justice.

-"Escúchame, por favor. Puedo hacerlo. Puedo tocar con seguridad el cojín, o
nunca lo habría sugerido. Pero te necesito cuerdo, para que puedas sostener mi mano
mientras lo hago. Por favor, Justice. Te necesito."

Justice estaba sorprendido, de vuelta a la razón por la visión de sus lágrimas.


Lloraba por él. Le necesitaba. De repente, él dejó de luchar. Al instante pudo volver a
hablar, como si la magia que estaba sosteniéndole reconociera su aceptación.

209
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Nosotros no vamos a pelear si puedes prometer que se tomarán todas las


precauciones para mantenerla a salvo."- le dijo a Conlan.

Conlan asintió y bajó los brazos, liberándole de las ataduras del poder. Junto a él,
Ven hizo lo mismo. Por último, Christophe se materializó en la esquina de la habitación
y la magia que había estado dirigiendo hacia Justice se desvaneció. Una parte oscura
de Justice estaba amargamente complacida de ver la blanca palidez de los rasgos
rígidos de Christophe. Sujetarle no había sido tan fácil, después de todo, incluso con
tres de ellos.

Él envainó la espada y luego abrió los brazos, apenas atreviéndose a la


esperanza. Pero Keely sólo dudó un momento antes de entrar en su abrazo, puso sus
brazos alrededor de su cintura, y hundió la cara llena de lágrimas en su pecho. Él la
abrazó tan cercana como un susurro de aliento, tan suavemente como una esperanza
acariciada. Ella fue a la vez ese aliento y esa esperanza para él.

-"Vamos a permitirlo, entonces."- les dijo a Conlan y Ven. -"Vamos a ir al Templo,


y descubriréis la veracidad de sus visiones. Luego saldremos de la Atlántida, y nunca
nos molestaréis más."

-"Eres nuestra familia."- Dijo Ven, la angustia estaba plasmada en su voz, pero
Justice endureció su corazón contra él.

-"Nunca fuimos tu familia. Lo habéis demostrado de nuevo este día. Y debemos


advertirte: si alguna vez intentas atraparnos de nuevo, no seremos capturados tan
fácilmente. Ambas almas, Atlante y Nereida, te juramos esto."

Ven empezó a hablar de nuevo, pero Conlan le interrumpió con un gesto.

-"Al Templo, entonces."- Dijo Conlan con tono de cansancio. -"Una crisis cada
vez."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Veintisiete

Templo de Poseidón, Atlántida

Keely no podía hablar. Estaba, literalmente, boquiabierta y sin habla ante la


visión de todo lo que la rodeaba. El exterior del Templo había sido lo suficientemente
impresionante, con su mármol pulido y oro e incrustaciones de cobre. Pero esto... esto
estaba más allá de los sueños más salvajes de la avaricia de cualquier arqueólogo.

Caminaron atravesando habitación tras habitación llena de tesoros históricos;


una habitación estaba amontonada desde el suelo hasta el techo de objetos de oro
brillante y con incrustaciones de piedras preciosas. Ofrendas a Poseidón de siglos
pasados, le dijo Justice. Las "cosas viejas" estaban abajo en habitaciones del tamaño de
un estadio, había dicho él. Las "cosas viejas". Su garganta se paralizó ante la idea de
ello.

Otra sala estaba repleta, de pared a pared, con baúles de cuero de aspecto
antiguo de llenos de lo que, según imaginaba, debían ser cosas increíbles. Sala tras sala
llena de estatuas y pinturas que tenían que fechar miles de años de antigüedad. El
pasillo por el que pasaban estaba forrado con las obras de arte más magníficas que
jamás había visto. Un amigo suyo, que era conservador de arte en un museo, estaría
teniendo un paro cardiaco en este instante.

Una biblioteca tan grande como el estadio de fútbol del Estado de Ohio. A
medida que habían pasado la entrada y sus ojos se habían abierto ante la vista de
cientos de hombres y mujeres vestidos con túnicas de trabajo en mesas largas, Justice
había murmurado casualmente algo sobre obras de restauración de los manuscritos
rescatados de Alejandría.

-Alejandría. Pergaminos rescatados. ¡De Alejandría!

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Casi se había desmayado en el acto al pensarlo. Por suerte, estaba hecha más
resistente a la acción, y sólo había sufrido un mareo temporal.

-Porque, ya sabes, no eran más que rollos. Rescatados de Alejandría. Sólo muy
posiblemente el mayor hallazgo arqueológico de documentos históricos perdidos
desde... bueno, desde nunca jamás.

Su estómago revoloteó de nuevo, y forzó su mente lejos de los pergaminos, del


arte y de las "cosas viejas" para concentrarse en la tarea que tenía delante. También
tenía que concentrarse en no tropezar con sus propios pies, mientras Justice la
arrastraba de la mano hacia abajo por el extremadamente largo pasillo, siguiendo a
Conlan y Ven a un ritmo diseñado para las largas piernas Atlantes, evidentemente.

-"¡Hey! Yo me entreno. Incluso corro, pero estáis molestándome con esta


marcha forzada. ¿Puedo recuperar el aliento un poco?"

Justice desaceleró pero no se detuvo y ni siquiera la miró. Su perfil era sombrío,


sus facciones duras como las estatuas que iban pasando. De hecho, había una cierta
similitud. La expresión orgullosa, casi arrogante. La nariz y los pómulos elegantes.

-"Entonces, ¿todas estas son estatuas de Atlantes?"

Él se detuvo tan bruscamente que se topó con su espalda, la cara primero.

-"¡Hey! ¿Un pequeño aviso la próxima vez?"

Se dio la vuelta y miró hacia ella.

-"¿Estás en camino a correr el riesgo de tu vida, y quieres que hablemos de


estatuas contigo?"

Ella contuvo la respiración ante las ferozmente ardientes llamas azul-verdosas en


los centros de sus pupilas negras. A pesar de que claramente ambas partes de él (o
ellos, o como sea que ese plural podría construirse) estaban presentes y en alerta, ya
no la intimidaba más.

-"Científica aquí. Curiosidad, ¿de acuerdo? Deformación profesional."

Antes de que Justice pudiera responder, Ven les llamó desde unos seis metros
más abajo en aquel pasillo.

-"¿Venís o no? Cuanto antes terminemos con esto..."

Dejó la frase sin terminar, pero Keely no necesitaba un traductor. Más pronto
ellos podrían estar seguros de que ella estaba diciendo la verdad, seguir adelante con
todo lo que tenían que hacer para encontrar la Estrella y sanar la mente de Justice.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

- Así la Atlántida podría elevarse y traer la paz y pequeños conejitos esponjosos


a toda la humanidad. O algo así.

Se dio cuenta de que el miedo y la tensión de poder ser herida tan fuerte que
podría explotar en cualquier segundo estaban haciéndola sentir vértigo.

-Histeria: la palabra del día.

Justice apretó su mandíbula, apretó su mano alrededor de ella, y comenzó a


caminar hacia sus hermanos, tirando de ella con él.

-"Estamos llegando. No nos presionéis."

Al acercarse a la puerta, se detuvo de nuevo. Esta vez la mirada que apuntó hacia
ella era pura determinación enfundada en hielo.

-"No es necesario que realices esta prueba. Si necesitan pruebas de tus visiones
para creerte, entonces, ¡a los infiernos con ellos! Sufrirán por su incredulidad. No
tienes necesidad de demostrar nada a nadie. Vamos a obligarles a liberarte de la
Atlántida y nos iremos contigo."

Le miró sorprendida, pero luego la verdad de sus palabras se hundió en ella y eso
casi la hizo pedazos. Estaba ofreciéndose a abandonar su hogar y a su familia... a todo
su mundo... solo para protegerla. Este guerrero, que luchó ferozmente contra los
demás, sacrificándose por ellos, estaba dispuesto a renunciar a todo por ella. Era más
de lo que podía comprender, por lo que se refugió en el humor.

-"Bueno, tu encajarás perfectamente en el campus con el pelo azul, pero podrías


haberme preguntado primero acerca de venirte a casa conmigo."- Dijo ella, intentando
una sonrisa. -"No eres exactamente un gato callejero, y tengo un apartamento
realmente pequeño."

Sus ojos se estrecharon y él hizo un bajo, amenazante rugido profundamente


desde su garganta.

-"Te hemos reclamado, Keely. Tal vez ahora, cuando nuestra conciencia no está
en calma y el equilibrio es tan precario, no es el momento para tus chistes."

Ella suspiró, pero no dijo nada. Estaba de regreso de nuevo a eso de la


reclamación. Cuando hubiera hecho lo que pudiera por él y por la Atlántida, iba a tener
una larga charla con él sobre el siglo XXI. O tal vez le enviaría un agradable y seguro e-
mail desde unos pocos seguros miles de kilómetros. Con seguridad.

213
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

No es que ella temiera a Justice. Pero el Nereida era una incógnita, y era mejor
que él y ella no estuvieran en la misma zona horaria. Ignoró el dolor en el pecho que
acompañó esa idea y comenzó a caminar de nuevo. Hacia Ven y hacia la habitación
que evidentemente contenía el Tridente.

¿Era una blasfemia ir a hurgar en los objetos sagrados de un Dios, incluso si no


adoras a ese Dios? Tocó la talla del pez que descansaba debajo de su camisa en su
cadena y deseó haber añadido una cruz de oro al collar. Un símbolo de su propia fe.
Aunque el pez podría hacer una doble función. ¿No sirve también un pez como
símbolo de la cristiandad? Jesús alimentó a todas aquellas personas con sólo dos
peces, después de todo.

Cerró brevemente los ojos y ofreció una oración por que pudiera sobrevivir a lo
que sea que yaciera frente a ella. Sobrevivir y ser capaz de ayudar a Justice. Como si
pudiera leer sus pensamientos, él le apretó la mano brevemente y un escalofrío de
calor estalló entre ellos.

Ella tembló cuando la sensación estremeció todo su cuerpo, y el recuerdo de su


beso de vuelta en la caverna disparó en su mente, tan poderoso y potente que se
tropezó.

La memoria destelló calor a través de ella, pero no era sexual o incluso sensual.
Era el calor de la simple alegría: el sabor de la limonada helada en una excavación del
caliente desierto, la vista de una puesta de sol de colores brillantes sobre las olas del
mar, el sonido de campanillas chispeantes en la risa de un niño. La calidez de volver al
hogar. Al tipo de hogar que siempre había querido.

Él la atrapó antes de que pudiera caerse, y ella sacudió la cabeza ante la


pregunta en sus ojos. ¿Cómo podía decirle que su corazón había elegido ahora, de
entre todos los momentos inoportunos e inapropiados, para caer sobre el borde sin
temor?

Tomando una respiración profunda, puso su cara de Doctora McDermott de


nuevo, liberó suavemente su mano de la suya, y caminó por la puerta abierta para
enfrentarse lo que hubiera allí dentro.

Justicia y el Nereida observaban desde sus ojos compartidos como Keely rodeó
lentamente el pedestal sobre el cual el Tridente descansaba en su cojín de seda azul
eléctrico. Ella no hizo nada más durante lo que pareció un tiempo muy largo.
Simplemente andaba alrededor del pedestal, sin apartar su mirada del Tridente, con
sus cinco agujeros donde el resto de las siete gemas debería descansar.

214
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ninguno de ellos parecía querer ser quien perturbara su concentración, sin


embargo. Había algo en la forma en que tensaba su cuerpo; sus músculos apretados
con tanta fuerza que podía ver sus manos temblorosas y su pecho apenas subiendo y
bajando con las respiraciones superficiales que estaba tomando.

Si él no hubiera visto la cosa real, habría imaginado que ella estaba en un trance
ahora. Pero había sido testigo de la cosa autentica, y la perspectiva de ella pasando por
tal trauma de nuevo, en una escala mucho más grande, congeló la médula de sus
huesos con el terror. Le había prometido que podía hacerlo. Que tocar el cojín sería
soportable.

Incluso él, ferozmente protector con ella como era, tuvo que admitir que el
propio cojín nunca había visto batallas ni participó en un solo acto bañado en sangre.
Así que tenía sentido que podría ser soportable para ella. También, Keely le había
jurado que si él sostenía su mano y le daba su apoyo, podría hacer esto.

Él no podía hacer menos que equiparar su coraje. Pero necesitaban seguir


adelante con esto antes de que su propio valor flaqueara de nuevo ante el riesgo que
ella estaba tomando, a pesar de que el destino de su propia mente fracturada podría
descansar en el descubrimiento de la ubicación de la Estrella de Artemisa.

Finalmente, Keely se detuvo y se puso de pie, con la cabeza inclinada, con el pelo
rojo fuego cayendo hacia adelante como para ocultar su rostro a la vista. Sus dedos
dolían por acariciar los sedosos mechones de su frente cuando la atrajo hacia él. Sus
brazos dolían por abrazarla y nunca, nunca dejarla ir.

Apoyarse en su fuerza para ayudarle a luchar la batalla librando dentro de él. Su


calma era el control para su locura, su luz la balanza para su oscuridad. Ella era su
Keely.

-Nuestra Keely.- susurró el Nereida. -Nuestra, y sólo nuestra, para siempre. Deja
que ella haga esta única pequeña tarea, y luego vamos a salir de este lugar hasta
que logremos la fortaleza para utilizar nuestros poderes combinados para
conquistarla. Es nuestro legítimo lugar, como herederos legítimos de la Atlántida.

Justice retrocedió y reforzó todas sus reservas mentales para bloquear al Nereida
a distancia, en un rincón de su mente. No sabía cuánto tiempo podría mantenerle bajo
control, pero él nunca escucharía los planes traicioneros desde el venenoso extraño
que vivía dentro de su cabeza. Dentro de su alma.

Él estaba condenado, estaba maldito, y la única débil esperanza que tenía de


sobrevivir con algo de su cordura intacta, estaba en la fuerza de esta hembra humana.

215
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Estoy lista."- Dijo susurrando, en voz tan baja que casi no la oyó. -"Voy a
quitarme el guante ahora y tocarlo, pero sólo con una mano. A veces eso disminuye la
fuerza del impacto. No estoy segura de por qué."

Lentamente, de mala gana, ella se quitó el guante izquierdo y lo dejó caer al


suelo. Volviéndose hacia Justice, intentó una pequeña sonrisa vacilante.

-"Hey, ¿quieres sostener mi mano?"

Ella levantó la mano derecha, aún con guantes, y él dio un salto hacia adelante
para tomarla.

-"Siempre."- Dijo.

Sus ojos verdes brillaron brevemente con un destello de felicidad o, tal vez,
esperanza. Luego se oscureció de nuevo con resolución severa.

-"Está bien, vamos a hacer esto."

Cerró los ojos y respiró hondo varias veces, relajando visiblemente la tensión en
su cuerpo mientras se preparaba. Entonces sus ojos se abrieron de golpe y ella sonrió.

-"Se siente como si tuviera que decir algo importante o ceremonial aquí, pero no
tengo nada."

Antes de que pudiera pensar en una respuesta, extendió la mano con su mano
izquierda y agarró el borde del cojín más alejado del propio Tridente. Luego sus ojos se
abrieron hasta que pudo ver el blanco bordeando completamente sus pupilas. Su
mano se aferró espasmódicamente a la suya, y luego un rayo de energía pura disparó a
través de su cuerpo y le arrojó al otro lado de la habitación. Él cayó sobre su espalda,
pero estuvo arriba en un solo segundo.

Keely gritó tan fuerte y con tanta angustia que el ácido quemó a través de su
estómago mientras se lanzaba a través del cuarto hacia ella. Ven, jurando una racha
encendida en lenguaje Atlante, se dirigió hacia Keely. Conlan se zambulló hacia el cojín
dándole un tirón para alejarlo fuera de su alcance. Pero una especie de escudo de
energía completamente transparente, como nada que nunca hubiera encontrado
antes, rebotó a todos lejos de ella y cayeron sobre sus culos en el frío y duro suelo de
mármol.

Keely, permanecía en medio, con su mano agarrando el cojín con tanta fuerza
que sus nudillos estaban blancos, se estremecía y temblaba, sin dejar de gritar. Sus
ojos rodaron en su cabeza hasta que no pudo ver nada más que blanco.

216
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Gruñó y saltó hacia ella de nuevo. Debía llegar a ella. Debía protegerla. Le había
prometido a ella sostener su mano, siempre, y estaba fallándole.

El escudo de energía le golpeó de nuevo, y esta vez su cabeza se quebró contra


una pared a una docena de metros de distancia. Pasó una mano en su cuero cabelludo
y la retiró con sangre, pero eso no le detendría, incluso si necesitaba cien intentos, o
mil intentos; ¡por todos los nueve infiernos e incluso los más profundos!, él salvaría a
Keely o moriría en el intento.

De repente, sus gritos cesaron. El silencio inesperado cortó a través de ellos


como la hoja más aguda. Los ojos de Keely volvieron a la normalidad, pero un fuego
esmeralda ardía desde ellos como si algo o alguien más que Keely les mirasen.

-"Él lo tomó."- dijo Keely, con voz firme y clara, a pesar de las convulsiones
trasegando su cuerpo. -"Reisen tomó el Tridente para poder convertirse en Rey. La
Casa de... Micenas. La Casa de Micenas debe gobernar. Poseidón le hizo pagar por su
arrogancia. Él... algo en su mano. Los vampiros se llevaron la mano de Reisen."

-"¿Cómo podría saber eso?"- Preguntó Conlan, el temor infundiendo su voz.

-"Justice podría habérselo dicho."- dijo Ven, pero Justice vió la duda en la
expresión de su hermano. Estaban empezando a creer.

Otra descarga corrió visiblemente a través de Keely, y echó la cabeza hacia atrás,
cuerdas de esfuerzo tensaron su cuello. Aún así, su voz llegó a través de una cadencia
medida, ningún indicio de la tensión bajo la que estaba su cuerpo se mostraba en su
tono o en los ritmos repentinamente líricos de sus palabras.

-"La Atlántida debe hundirse bajo las olas, con el fin de sobrevivir al cataclismo.
Ragnarok. La Maldición de los Dioses. El incendio. Nos levantaremos de nuevo. Enviad
a la totalidad de los mejores y más brillantes de nosotros entre los seres humanos.
Enviadlos a los rincones del mundo. Cada uno de los siete grupos adoptará una de las
joyas del Tridente. El Huevo del Dragón. El Corazón del Nereida. La Estrella de
Artemisa. La Perdición del Vampiro. La Sirena. El Emperador. Y, por último, el Orgullo
de Poseidón. Sólo cuando todas están juntas nuevamente se permitirá a la Atlántida
elevarse. Si las gemas no están juntas y las Siete Islas intentan subir a la superficie, no
importa la magia o la tecnología del futuro, la Atlántida será destruida."

Mientras hablaba sus últimas palabras, liberó su control sobre el cojín y se


hundió, inconsciente, en el suelo. Cuando se cayó, Justice se zambulló hacia ella y esta
vez no encontró resistencia. El escudo de energía había desaparecido tan
repentinamente como había aparecido.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"¿Ahora me creéis?"- Le preguntó a sus hermanos, mientras acunaba su cuerpo


inerte en sus brazos. -"¿Ahora veis que sus visiones son verdaderas?"

Solemnemente, tanto Ven como Conlan asintieron. Tales sencillas palabras para
convencerles a todos. Tales sencillas palabras, habladas claramente y con fluidez, pero
no en inglés. Ni en ninguna otra lengua moderna que posiblemente Keely podría
hablar. Había entregado su escalofriante pronunciamiento... impecablemente... en el
lenguaje de los antiguos Atlantes.

Ninguno de ellos podía dudar de ella ahora.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Veintiocho

Atlántida, sala de guerra

Keely despertó desde un sueño fracturado de brillantes gemas y selvas bañadas


por el sol hasta la visión de Justice mirando hacia la distancia. Las ojeras yacían como
hematomas debajo de sus ojos, que habían cambiado de color de nuevo y eran ahora
más negros que el corazón de un ladrón de tumbas. La furia cabalgaba los planos duros
y los ángulos de su cara, y ella se estremeció.

Por su movimiento, se dio cuenta de que estaba despierta. Él la miró con una
expresión dolorida de alegría, de alivió y de ira. Calor y color barrieron por su rostro
como la primavera después de la terrible helada de invierno, y sus brazos se tensaron
cuando él la apretó contra su pecho, murmurando algo en voz demasiado baja para
que ella lo oyera.

Se dio cuenta que estaba sentada en su regazo, en uno de los sofás, de regreso
en la sala de guerra del palacio, pero estaba demasiado exhausta para desperdiciar
energía en sentirse avergonzada por esa íntima posición. Alguien había colocado el
guante de nuevo en su mano, y estaba agradecida por esa pequeña bondad.

-"Entonces, supongo que sobreviví al Gran Experimento del Cojín, ¿eh?"- forzó
una sonrisa, pero nadie le devolvió la sonrisa.

Ven y Conlan estaban en posiciones curiosamente idénticas a pocos metros de


distancia, con las manos detrás de la espalda en una especie de posición militar de
descanso. A sus palabras, sin embargo, Ven se agachó de modo que estuvo al nivel de
los ojos de ella y dejó escapar un gran suspiro.

-"Hey, Doc, nos asustaste. ¿Estás bien?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Estoy bien. Sólo un poco inestable."- Dijo distraídamente, ya buscando a través


sus recuerdos de la visión por algo útil.

Justice levantó la cabeza desde donde descansaba en la parte superior de la de


ella.

-"Nunca más."- Dijo con dureza. -"Nosotros nunca más te permitiremos pasar por
esto."

Ella levantó una mano a su cara, y él se quedó inmóvil ante su toque.

-"Ahí vas con eso de permitir de nuevo. No soy muy buena en aceptar ordenes."-
le dijo con voz ronca, su garganta áspera.

¿Por qué estaba su garganta áspera? Oh. Correcto. Debía haber estado gritando.
Había estado gritando. Casi había olvidado el dolor, en medio de la maravilla de la
visión, aunque no podía imaginar cómo. El dolor había cortado a través de ella hasta
que había estado segura de que sus brazos y piernas estaban siendo arrancados de su
cuerpo.

-Despacio. Porque alguien aquí está seriamente cabreado.

-"Atrévete a meterte con los juguetes de un Dios, y mira a dónde te lleva."- Dijo
ella, estremeciéndose. -"De todos modos, ya que tocar eso no es ni de lejos como el
Tridente, no tienes que preocuparte por mí intentándolo de nuevo."

-"Lo que es peor, todo fue en vano. Ahora no sabemos nada más de lo que
sabíamos."- Dijo sombríamente Conlan. -"Ofrezco mis más sinceras disculpas de que
nuestro juicio te hizo pasar por tanto dolor, Doctora McDermott. Es aún más
lamentable ya que no hemos aprendido nada nuevo."

-"Bueno, eso no es exactamente así."- Dijo Ven. -"Hemos aprendido los nombres
de todas las gemas. Sabíamos que estábamos buscando la Estrella, que es un zafiro, y
la Perdición del Vampiro, un diamante amarillo. Sabíamos que la esmeralda que ya
poseemos se denomina Huevo del Dragón, y que el rubí es el Corazón de la Nereida.
Pero, evidentemente, el aguamarina, amatista y turmalina que siguen perdidos se
llaman la Sirena, el Emperador, y el Orgullo de Poseidón, a pesar de que nadie sabe
cuál es cual."

-"Alaric puede saber más acerca de los nombres de la gemas."- Dijo Conlan. -
"Tienes razón, por supuesto. Todo conocimiento es poder, y ahora tenemos más de
eso. Sin embargo, todavía no tenemos idea de la ubicación de cualquiera de las joyas
desaparecidas."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Eso no es exactamente cierto, tampoco."- Dijo Keely. -"Yo sé dónde está la


Estrella de Artemisa. O por lo menos sé dónde la llevaron cuando salió de la Atlántida."

-"¿Qué?"- Dijeron Conlan y Ven al mismo tiempo.

-"Oh. Lo siento. No fue una visión típica."- Dijo lentamente, tratando de ser lo
más clara posible para que pudieran entender. -"Por lo general, soy solo una
observadora de algún acontecimiento que tuvo una profunda resonancia violenta o
emocional en relación con el objeto. A veces me convierto realmente en parte de una
de las personas en la habitación. Es como si yo habitase su cuerpo como una
conciencia adicional, si eso tiene sentido."

Justice aflojó un poco los brazos para poder inclinarse hacia atrás y mirarla.

-"Oh, creo que capto el concepto general."- Dijo secamente.

Ella parpadeó hacia él por un momento, entonces la conexión hizo clic en sus
neuronas desgastadas y ella se echó a reír.

-"¿Significa esto que estábamos hechos el uno para el otro?"

El humor en sus ojos se profundizó a alguna emoción más oscura.

-"Keely, no tienes ni idea."

Se obligó a apartarse de la promesa (o la amenaza) en su mirada, se enfrentó a


Conlan y Ven otra vez, e incluso se rió un poco.

-"No sabes lo salvaje es que hablar con alguien sobre esto sin ellos tratando de
encerrarme en una habitación acolchada. De todos modos, esta vez fue diferente,
como iba diciendo. Era como si estuviera viendo una versión loca de la televisión en el
que todos los canales estaban jugando a la vez en HD61, en 3-D, en 4-D, o Supersónico-
D."

Se pasó una mano por el pelo, empujándolo lejos de su cara.

-"Vi donde fueron todas las gemas, pero la mayoría sólo en destellos. No
reconocí ninguno de los lugares, excepto uno. El rubí está en alguna oscura cueva
maloliente, por ejemplo. Un sitio muy húmedo, pero no hay manera de que yo sepa
dónde."

Ven y Conlan se miraron y luego la miraron con creciente respeto.

-"Sí, hemos encontrado el Corazón de la Nereida en una cueva debajo de una


montaña en el estado de Washington."- Dijo Conlan.

221
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"El único lugar que estoy absolutamente segura es de donde tomaron el zafiro.
La Estrella de Artemisa. Vi el mural en la pared. "- Dijo, recordando los colores vivos en
la visión. -"Tengo una impresión de ese mural en la pared de mi oficina. Un colega mío
estaba involucrado en esa excavación. Es la excavación de San Bartolo62."

De las expresiones en blanco en sus caras, ella estaba adivinando que aquí abajo
no llegaban las revistas especializadas arqueológicas.

-"San Bartolo."- repitió ella, entrando en modo de conferencia. -"Es un punto


arqueológico maya precolombino en el noreste de Guatemala. Es más que nada selva
hoy en día, pero había una gran población durante el Período Preclásico Maya. El
Doctor William Saturno, del Museo Peabody63, descubrió una sala con un mural, en la
base de la pirámide en 2001. Fecharon con carbono los murales al año 100 antes de
Cristo, eso lo hizo un hallazgo muy emocionante. Eran los murales mayas más antiguos
y más finos que habían sido descubiertos en el momento, y..."

Se detuvo, en mitad de la frase, y les miró boquiabierta.

-"Oh. Oh, debe ser eso. Vuestros antepasados. Los que se asentaron en todo el
mundo antes del cataclismo. Deben estar detrás de algunas de las mitologías de la
creación del mundo. Siempre hay una inundación, y..."

-"Sabemos de los mitos de la creación."- Dijo Justice impacientándose. -"¿Lo de


San Bartolo y la Estrella?"

-"El mural. Es el mito de la creación maya. Muestra imágenes de Dioses,


sacrificios y árboles. Uno de los sacrificios es el pescado, que algunos creen que
representa a los océanos del inframundo."

El peso suave del pez tallado en reposo contra su pecho pareció calentarse, pero
no tiró de él hacia fuera de debajo de su camiseta, solo archivó la sensación en un
rincón de su mente y continuó.

-"El único que me pareció muy interesante fue el Dios del maíz. Él está mirando
detrás de él a una mujer arrodillada, mientras que otra figura femenina con una larga
cabellera negra flota por encima de la mujer arrodillada. Ellos..."

-"Anubisa."- dijo Justice entre dientes. -"Ella se deleitaba en imágenes de su


dominio sobre los Dioses masculinos."

Keely se quedó sin aliento.

-"¿En serio? ¿Tú crees que podría ser ella? ¿Incluso desde aquel entonces?"

222
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Justice se encogió de hombros, sus poderosos músculos tensándose y luego


relajándose en contra suya.

-"No es tanto tiempo, ¿verdad? ¿Dijiste año 100 AC? Infiernos, acabamos de
derrotar a Barrabás, y él era joven para sus estándares."

-"Bien. Imágenes del encanto de Anubisa en un mural con el Dios del maíz. Lo
tenemos."- Dijo Ven, poniéndose de nuevo en pie. -"Pero ¿qué pasa con la Estrella? Si
realmente puede ayudar a Justice, necesitamos saber dónde está. Por no hablar de la
parte sobre la Atlántida no ascendiendo sin ella."

Keely se apoyó contra Justice, de pronto agotada.

-"Lo siento. Me distraje. La Estrella está escondida en un nicho en la roca. Está


situado justamente detrás del ojo de un pez."

Justice se endureció y luego saltó, aún sosteniéndola en sus brazos como si no


pesara nada.

-"Entonces vamos allí. Ahora. Recuperemos la Estrella y..."

-"No tan rápido."- advirtió Conlan. -"Tiene que haber guardias de Guatemala en
el lugar, y el equipo de excavación. Por no hablar de cómo vamos a explicar que
queremos estropear un sitio histórico importante para sacar nuestro asombrosamente
valioso y enorme zafiro y retirarlo del país. Estoy seguro que el gobierno de Guatemala
tendrá algo que decir al respecto."

Keely luchó en vano contra los brazos como bandas de hierro y finalmente se
rindió. Fijó su mirada feroz de catedrático en Justice.

-"Aléjate de mí, ahora."

Para su sorpresa, lo hizo. Pero mantuvo un brazo alrededor de su cintura, casi


como si no pudiera soportar la idea de perder el contacto con ella. Para su mayor
sorpresa, a ella no le importó en absoluto este gesto.

-"Gobierno, guardias, lo que sea. No es como que puedan dejarnos fuera, con la
magia de Poseidón de nuestro lado."- Dijo Ven.

Keely negó con la cabeza.

-"No lo entiendes. El gobierno ya no controla el sitio. Una banda de vampiros


renegados se hizo cargo de toda la región del Petén hace unos años. Nadie ha sido
capaz de sacarlos, incluso la división de Operaciones de la Policía de la Interpol.
Demasiada selva y también muchos escondites. Sin quemar toda la selva, no hay nada

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

que se pueda hacer. El pueblo más cercano está a sólo un par de kilómetros de
distancia del sitio, y han estado aislados de la civilización durante algún tiempo. Por lo
que entiendo, se les ha dado por muertos."

Justice comenzó a caminar por la habitación, la tensión en cada línea de su


cuerpo.

-"Es Nereida en origen, ¿no es así?"

-"¿Qué?"- Dijo Ven.

-"La Estrella de Artemisa. ¿No mantiene la leyenda que en su origen fue un


Regalo a Poseidón desde la suma sacerdotisa Nereida?"

-"Sí, eso es cierto."- Dijo Conlan. -"Algunos de nosotros prestamos atención en


clase, Ven."

Ven rodó sus ojos.

-"Presté atención cuando más importaba. Pregúntame acerca de las veintiocho


maneras de matar a un vampiro sin un arma."

-"¿Veintiocho formas?"

Keely comenzó un recuento mental, pero sólo podía llegar a cinco.

-"¿En serio? ¿Me puedes mostrar...?"

Justice se desdibujó por la habitación hasta que estuvo bloqueando la visión de


su hermano.

-"Si piensas que jamás te acercarás lo suficiente a un vampiro para probar


cualquiera de esas técnicas, estás muy equivocada."- dijo, su voz una pura amenaza de
seda.

-"Hey, algunos de los peores ladrones de tumbas son vampiros..."

"Si es de origen Nereida..."- continuó Justice, interrumpiéndola, de nuevo, (lo


que realmente empezaba a ser un hábito muy malo) -"... entonces puedo ser capaz de
rastrearla. Si voy a la selva de Guatemala y encuentro este San Bartolo, incluso si la
Estrella ha sido movida, tal vez seré capaz de sentirla."

-"A menos que alguien la encontrara y la robara hace miles de años y haya sido
cortada y ubicada en un par de docenas de collares y pendientes desde hace mucho
tiempo."- señaló Keely, una picadura decidida su voz. -"Además, deja de
interrumpirme."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"En cualquier caso, eso no importa."- Dijo Conlan. -"No puedes ir a ninguna
parte hasta que Alaric tenga tiempo de... visitarte."

-"Tiempo de invadir mi mente, quieres decir."- Dijo Justice oscuramente. -"Yo


estoy en control, por ahora. He llegado a un acuerdo con el Nereida. No me obligues a
hacer algo que podría romper la frágil naturaleza de ese acuerdo. Voy a viajar a San
Bartolo y ver lo que puedo descubrir."

-"Si tú vas, yo voy contigo."- Dijo Keely.

Los tres la fulminaron con la mirada, volviendo todo el poder de su arrogante


actitud de guerreros Atlantes sobre su pobre hembra humana propia.

-Pobres chicos, tienen mucho que aprender.

-"No sucederá."- Dijo Ven.

-"Yo lo prohíbo."- Dijo Conlan.

-"Ni de casualidad."- Dijo Justice.

Pero entonces algo brilló en sus ojos y su cara... cambió. De alguna manera
adquirió un tono más oscuro, con un aspecto más depredador. Una peligrosa sonrisa
cruzó su rostro, y una mirada llenó su expresión de tal intención puramente sexual que
ella realmente se estremeció y dio un paso atrás.

-"Sí."- dijo Justice, que ya no era sólo Justice. -"Sí, vas a ir con nosotros."

Antes de que pudiera responder, la sala estalló en acción. Conlan levantó las
manos en el aire y canalizó esa energía azul-verdosa de nuevo. Ven se zambulló a
través del cuarto hacia Justice, sin armas en sus manos, pero con un serio propósito en
sus ojos.

Justice cayó al suelo y lanzó una pierna, golpeando los pies de Ven por debajo de
él. Cuando Ven rebotó hacia arriba, acuclillado en una posición de combate, Conlan
lanzó dos esferas perfectas de energía hacia Justice.

Justice se echó a reír y levantó una mano casi casualmente. Las esferas
irrumpieron en una lluvia de chispas inofensivas. Luego señaló con un único dedo a
Conlan y disparó un chorro de fuego verde plateado hacia él, golpeando al Príncipe
claramente, lanzándole a través la habitación y estrellándole contra una pared con
tanta fuerza que Conlan quedó aturdido por un momento.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ven aprovechó la ocasión para arremeter contra Justice, pero Justice estaba listo
para él. Él levantó las manos en el aire, gritando una palabra de poder, y sujetó una
bobina espiral de agua brillante alrededor de Ven, encarcelándole dentro de ella. No
importa cuánto luchó Ven para salir, la espiral se ajustaba a sus esfuerzos y le
mantenía firme, con los brazos atrapados a sus costados.

Ven gruñó algo a Justice que Keely estaba bastante segura de que era
francamente desagradable, pero se encontraba en tal estado de shock por la violencia
repentina que se quedó allí, impotente, preguntándose qué clase de defensas podía
ella poner contra magia como esa. Sólo vino una a su mente. Compasión.

Justice rugió un sonido de la dominación absoluta y triunfo, y ella supo que el


Nereida se había hecho cargo. De alguna manera, tenía que llegar hasta el Atlante
Justice. Su Justice.

Se puso de pie, inmóvil, temblando sólo lo más mínimo, mientras él caminaba


hacia ella como el depredador que era. No tenía ninguna intención de ser su presa, sin
embargo. Cuando llegó lo suficientemente cerca como para tocarla, ella intentó su
única arma.

-"Justice, necesito tu ayuda. Tienes que luchar contra él, por mi bien. Voy a hacer
todo lo que pueda para ayudarte, y estoy encantada de ir a San Bartolo.
Encontraremos la Estrella de Artemisa juntos. Pero tienes que estar en control. Tengo
miedo del Nereida."

Se detuvo, con los brazos extendidos delante de él, alcanzando hacia ella. Sus
músculos temblaban con la fuerza de la batalla interna que debía estar librándose
dentro de él. Por último, largos momentos después, la cordura y la razón volvieron a
equilibrar el hambre y la posesión en sus ojos.

-"Yo estoy controlado, por ahora."- Dijo, más o menos. -"Pero te necesito. Tienes
que venir conmigo, o me temo que voy a perder esta batalla para siempre."

Así Keely, que rara vez había hecho un movimiento imprevisto en su vida, lanzó
la precaución a los vientos de la Atlántida y dio un paso adelante en sus brazos... y en
su futuro.

-"Sólo trata de mantenerme lejos. ¿Murales mayas? ¿Una pirámide?


¿Posiblemente un zafiro de once mil años con poderes mágicos? Oye, ¿qué arqueóloga
podría resistirse?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Las líneas alrededor de su boca se profundizaron y la miró con marcada hambre


ardiente.

-"Por mí, Keely. Necesito que vengas por mí, no por la ciencia, o por piedad, o
por cualquier otra razón. Necesito que vengas por mí."

-"Sí."- Dijo ella, cediendo finalmente a la verdad inevitable entre ellos.

No importa lo que sucediera, ella quería este único momento de sinceridad.

-"Voy por ti. Solo por ti."

Dejó escapar un grito sin palabras de triunfo y la tomó en sus brazos. Entonces,
como antes, el mundo se disolvió alrededor de ellos en una cascada de realidades
posibles, y ella cerró los ojos y colgó de él para aquel viaje.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Veintinueve

Holy Ghost Cemetery, 64 Saint Louis

Alaric hacía tiempo que había perdido cualquier débil control que hubiera tenido
sobre su temperamento. Después de toda una noche por la ciudad en busca de
cualquier signo de Quinn, Jack, y Denal, él finalmente alcanzó una tenue luz del
pensamiento consciente de la mente (siempre muy interesante) de Quinn, sólo para
seguirla hasta aquí hasta este lugar de muerte, algunas cortas horas después del
amanecer, y luego perderla de nuevo casi tan pronto como había llegado.

Flotaba como niebla por encima de las lápidas de las tumbas; muchas de ellas
fechadas a principios de 1849. Alguna enfermedad, entonces. Probablemente otra
epidemia de cólera. Recordaba haber hecho lo que podía por los humanos de ese
tiempo con medicamentos Atlantes y curación. Algunos de ellos le habían creído el
ángel de la muerte, llegado para llevárselos.

Se había reído de la idea entonces, pero era cierto que muchas veces había
entregado la muerte. Siempre había limitado el asesinato de los enemigos de los
humanos, sin embargo. Demasiadas veces había sido llamado a trabajar con los
guerreros. Demasiadas veces había curado y sanado hasta que se agotaron sus
poderes, y luego se vió obligado a observar como los guerreros y los humanos morían
horriblemente.

Nunca fue suficiente, nunca era suficiente. Había renunciado a todo por el poder,
e incluso el poder nunca era suficiente.

El poder corrió a través de él como si fuera llamado por su nombramiento o


dibujado por su furia. Ambos, el poder y la furia necesitaban una salida. Él canalizó el
agua y la arrojó en una serie de intrincadas formas de flecha contra la verja que
rodeaba el cementerio, por pura frustración.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Después de que la primera explosión destrozó un tramo de verja en pedazos, se


obligó a calmarse lo suficiente para contener el poder. La próxima andanada condujo
fuera un montón de siglos de suciedad y mugre desde las tablas de madera que
quedaron en pie.

Nada de eso le hizo sentirse mejor. Todavía no podía encontrar a Quinn; el


resplandor tenue que había percibido de sus emociones (que le había conducido aquí)
había desaparecido de nuevo. Ella y su hermana Riley eran akasha'an... empáticas
emocionales. Como tal, no sólo podían leer las emociones de los demás sino que
tenían la capacidad de proyectar sus propias emociones de una manera que otros
humanos (e incluso otros Atlantes) desde hace mucho tiempo no podían hacer.

Había sido capaz de llegar a Quinn, sin importar la distancia, desde el momento
en que la había conocido y le salvó la vida. La conexión con Quinn sólo le había costado
un pequeño precio: pedazos de su corazón ennegrecido y trozos de su alma desecados.
Ella ni siquiera sabía que la había reclamado... empática emocional o no.

Su habilidad era un Regalo que se creía perdido en las aguas de tiempos


antiguos, pero por otra parte, muchos de estos Regalos estaban regresando a la
prominencia durante estos días oscuros y mortales. El mundo parecía estar atrapado
en la cúspide de un cambio tan enorme y horrible que podría rivalizar con el cataclismo
que había enviado a la Atlántida hasta el fondo del océano. Cada acto realizado y cada
decisión tomada balanceaban el péndulo hacia la luz o el lado oscuro del futuro.

Si Poseidón solamente les diera un camino claro a seguir. Los Dioses, sin
embargo, nunca eran tan sencillos. Excepto en los asuntos que él, el Sumo Sacerdote
de Poseidón, podría desear que fueran coloreados en más en tonos de gris que
estrictamente en blanco y negro. Como por ejemplo el voto de celibato y la promesa
de no casarse nunca que había jurado a los ancianos cuando ellos le habían investido
con el sumo sacerdocio.

Él había prometido vivir toda su existencia rigurosamente, sombríamente solo, a


cambio de la oportunidad del poder ilimitado y del acceso a un Dios. Pero el
favoritismo del Dios del mar ofrecía un frío consuelo, y el poder por su propio
beneficio ya no sostenía ningún atractivo. Su pasado, presente y futuro rodaban en un
serpentín sin fin de soledad. Ninguna esperanza de calidez y comodidad. Ninguna
esperanza de Quinn.

Romper el voto significaría la disminución de sus poderes; ya no podría liderar el


Templo o servir como asesor del Alto Príncipe. Ya no podría proteger a la Atlántida,
cuando estaba al borde de su ascensión de nuevo en el mundo de los caminantes de la
Tierra.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ahora, cuando su pueblo más le necesitaba, nunca podría abandonarlos, sin


importar el costo personal. La elección era clara: él podría tener a Quinn, o podría
mantener intacto su mundo. No era mucho como elección, en cualquier caso, cuando
ella le había dejado claro que nunca la tendría.

La líder de los rebeldes y el sacerdote. Sonaba como el remate de una broma


muy mala. Emparejados en el más bajo de los nueve infiernos, pero nunca para ser una
pareja en absoluto. Los Dioses debieron reírse el día que habían modelado a Quinn
para ser la mujer a quien su alma siempre había anhelado. Ellos todavía debían estar
riéndose ahora.

Pero nada de eso importaba. Quinn era simplemente otra guerrera rebelde, una
aliada en la lucha para salvar a la humanidad de los vampiros renegados y
cambiaformas que querían convertirlos en ovejas para ser pastoreados y devorados.
Otro aliado. Ella podría ser nada más y nada menos que eso. Y si pudiera convencerse a
sí mismo de ello, tal vez su corazón cesaría de morir, lenta y tortuosamente, dentro de
su pecho.

Respiró profundo, finalmente rematerializándose en su forma corpórea. Esta


ensoñación no le ganaba nada; obsesionarse sobre lo que no podría ser cambiado
nunca lo hizo. Simplemente necesitaba encontrar Quinn (encontrarles a todos) y
asegurarse de que estaba a salvo. No había obtenido ninguna sensación de Denal
durante la larga noche, tampoco, y debería haber sido fácilmente capaz de seguir los
pensamientos del guerrero en la senda del pensamiento Atlante compartido.

Pero nada. Era como si hubieran desaparecido de la existencia. No es que


hubiera sido capaz de encontrar a Jack. Los were-tigres tenían cerebros demasiado
animalísticos para que un Atlante pudiera seguirles. Jack lo prefería así, aliado o no.
Una neblina roja cruzó su visión ante la idea de Jack. El socio de Quinn tenía
sentimientos más profundos por ella de lo que admitía... y el pensamiento de ambos,
siempre juntos, rebanó a través de Alaric como el filo de una navaja de afeitar a través
de la carne.

Antes de que pudiera destruir más de la inocente valla en otro brillo de emoción
(cólera mezclada con dolor) nada propio de él, percibió un toque ligero como una
pluma en el borde de su conciencia. Los colores únicos entrelazados en la resonancia
emocional le dijeron la fuente al instante.

Era Quinn. Estaba viva. El crepúsculo de profundidad, de color gris plateado, y el


rojo vino de su aura emocional eran colores únicos entre los de cualquier ser humano
con el que alguna vez hubiera tropezado.

230
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Sintió alivio, nostalgia, y una alegría tan pura que quemaba cauterizando por sus
venas. Estaba viva. Quinn estaba viva. Y ahora él sabía exactamente dónde estaba.

Señaló poder hacia él y arremetió contra la puerta cerrada de un mausoleo de


piedra, rompiendo la pesada puerta en pedazos de madera astillada y el candado en
trozos retorcidos de metal fundido. Estaba viva, y ninguna puerta o cerradura jamás
realizada le impediría llegar a ella, con todo el respeto a la familia Denham que había
tallado su nombre en el dintel.

Sin siquiera molestarse en transformarse en niebla, se dirigió a través de la


puerta abierta hasta la cripta, sorprendido de ver una abertura oscura en la parte
trasera. Cruzando el suelo de piedra, ofreció un breve gesto de respeto a los
habitantes muertos hace mucho tiempo. En la apertura, se encontró con una
empinada escalera de madera que rodeaba su camino hacia abajo en la oscuridad.

Por supuesto, los vampiros tendrían una base de operaciones en los túneles
debajo de un cementerio. Los vampiros no eran nada sin un predecible cliché.

Alaric enseñó los dientes en una aproximación feroz de una sonrisa y bajó las
escaleras. Podía sentir a Quinn, y ella estaba allí abajo. Ni los cadáveres, ni los
vampiros, ni los demonios resucitados de los nueve infiernos le mantendrían lejos de
ella.

Ella era una aliada. Ella era su corazón hecho carne. Ella era su mujer en una
realidad alternativa en la que su propio futuro no era la desesperanza sombría, la
soledad, y una muerte solitaria.

Proyectó sus pensamientos hacia ella a lo largo de su conexión mental única.

-Quinn, vengo a por ti. ¿Estás herida?

Sus pensamientos volvieron a él, fuertes y sin sostener una pizca de miedo, pero
tal vez algo de vulnerabilidad. Su mujer guerrera.

-¿Alaric? De alguna manera sabía que vendrías.

-¿Estás herida?

Envió la exigencia más urgente mientras aceleró el paso y comenzó a correr a un


ritmo borroso de velocidad. Su respuesta, cuando llegó unos minutos más tarde, le
empujó a correr aún más rápido, llamando al poder mientras corría.

-Todavía no, pero Jack y Denal lo están. Estamos a unos tres metros de la
puerta, pero está custodiada por vampiros. Siéntete libre para hacerla estallar fuera
de su marco.

231
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Hacia adelante, Alaric vió la puerta de madera parapetada al final del túnel.
Llamó aún más poder y se estrelló contra la puerta con aproximadamente la velocidad
y la fuerza de un tifón tropical. Los tableros destrozados implosionaron hacia adentro,
y uno de ellos tuvo la fortuna imposible de aterrizar en un punto mortal en el corazón
de uno de los vampiros guardianes.

-Uno menos, sólo una docena más para ir.

Echó un vistazo a la disposición de la sala mientras que todavía estaba en


movimiento y no se detuvo hasta que barrió a Quinn, levantándola del suelo donde
estaba sentada, sosteniéndose un brazo en un ángulo incómodo. Se disparó a través
de la habitación oscura y húmeda y suavemente bajó su ligero cuerpo, que parecía no
pesar prácticamente nada, hasta que ella estuvo de espaldas a la pared, mientras él
llamaba a un escudo de agua para bloquearla de cualquier peligro.

Girando alrededor para hacer frente a la habitación, observó las posiciones de


Denal y Jack. Jack estaba en forma humana, inconsciente o muerto, en el suelo, en una
esquina. Denal yacía en un montón arrugado cerca de Jack, pero Alaric al menos podía
sentir la fuerza vital de Denal, fuerte y constante.

Diez vampiros se agazapaban en distintas fases de amenaza, temor o reverencia,


todos orientados hacia un vampiro muy elegantemente vestido que se apoyaba en un
ataúd muy antiguo en el centro de la habitación.

-"Me encuentro dolido de que no me hayas invitado a tu fiesta, Quinn."- Dijo


Alaric secamente, sin apartar los ojos de los vampiros. -"Además, discutiremos el
significado de 'no herida' más tarde."

Quinn se rió, aunque podía oír el borde de dolor en ella. Su brazo estaba
definitivamente roto, pero no tenía tiempo para sanar eso por el momento.

-"Oye, tú me conoces. Siempre fui una chica fiestera."

El vampiro vanidoso levantó una ceja, luego bostezó deliberadamente y ajustó


sus gemelos en los puños franceses de su camisa.

-"Debes ser otro de esos famosos guerreros Atlantes. ¿Realmente Poseidón es


tan débil que elige gente como tú? Por no hablar de que envíes una niñita para hacer
tu trabajo sucio."

Quinn trató de liberarse del escudo de agua que estaba protegiéndola, pero
estaba diseñado tanto para retenerla dentro como para mantener a otros afuera.
Alaric la conocía muy bien, por lo menos.

232
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Esta niñita va a patearte el culo, tú..."

-"Quinn."- Dijo Alaric tranquilamente. -"Su objetivo es encender tu


temperamento. ¿Tal vez me puedes permitir la oportunidad de asistirte por esta vez?"

-"Bien, pero pareces estar haciéndolo un hábito."- Replicó ella. -"Podemos hablar
de eso más tarde, también. Sé mi invitado."

El vampiro echó atrás la cabeza y se rió.

-"Tienes problemas manteniendo a los humanos conformes, ¿no? Vosotros los


Atlantes debéis estar desesperados."- Hizo un gesto hacia Jack. -"Trabajáis con los
cambiaformas, también, ya veo. Este apesta a selva, así que supongo que no es lobo,
aunque no le dio tiempo para manifestar su lado... peludo."

Alaric llamó al poder y despreocupadamente rebotó una esfera de energía en su


mano derecha, sonriendo cuando los vampiros distintos del líder se encogieron lejos
de él.

-"¿Tú debes ser otro de los secuaces de Anubisa? Uno se pregunta si ella tiene un
almacén en algún lugar."

-"Vampiros Estúpidos R'Us.65"- Dijo Quinn, riéndose.

-"Soy Vonos, y yo soy el Primátor."- Dijo el vampiro, sus colmillos alargándose


mientras parecía perder un poco de su deliberada calma.

-"Oh sí. Otro peón como repuesto de Barrabás, después de que nosotros...
vetáramos su carrera política."- respondió Alaric, haciendo rodar la esfera de energía
alrededor de sus dedos.

Vonos se levantó bruscamente en toda su estatura y levantó un paquete forrado


en cuero que había estado, evidentemente, sobre el ataúd detrás de él. Sosteniéndolo
en la palma de una mano, tiró de la cuerda que ataba la parte superior del paquete
unido y el borde de las envolturas de cuero se abrió un poco.

-"Me parece que ahora estoy aburrido con esta conversación."- Dijo Vonos.

Antes de que Alaric pudiera reaccionar, Vonos dirigió la apertura superior del
envase hacia el semicírculo de vampiros que le rodeaban.

-"Nos desobedecisteis, y ahora vais a morir. Siempre he favorecido una política


de tierra quemada."

233
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Una luz amarilla cegadora irrumpió desde el paquete con la intensidad de una
llamarada solar. Alaric levantó un escudo de energía alrededor de Jack y Denal y
amplió el escudo de agua protegiendo a Quinn para incluirse a sí mismo. Con la
velocidad de la luz, el resplandor ardiente golpeó a todos los vampiros distintos del
propio Vonos. Cualquier vampiro en el camino de la luz explotó en gotas
chisporroteantes de ácido que llovían por toda la habitación. Por suerte, los escudos
que rodeaban a Quinn y a los Atlantes se mantuvieron firmes, y todos ellos
permanecieron indemnes.

Vonos silbó apreciativamente, luego envolvió el paquete y tranquilamente


inspeccionó la destrucción.

-"Por una vez, los rumores no eran exagerados. Esta joya nunca puede caer en
las manos equivocadas, ¿no crees? Yo diría que es demasiado difícil conseguir buena
ayuda en estos días, pero detesto los clichés. Un placer conocerte, Atlante. Espero con
interés nuestro próximo encuentro. Ah, y gracias por el juguetito. Este grupo lo había
mantenido en secreto ante nuestra Diosa durante cientos de años, lo que es bastante
molesto, pero ¿qué se puede hacer?"

Él esbozó una sonrisa llena de colmillos de puro triunfo hacia Alaric y le tendió el
paquete como para burlarse de él.

-"Creo que tu clase llaman a esto la Perdición del Vampiro, ¿no? Encaja, ¿no es
así?"

Con eso, el vampiro levantó los brazos en el aire, aún sosteniendo firmemente el
paquete, y desapareció.

Una descarga de electricidad pura corrió a través de Alaric. Si ese fuera el


diamante amarillo legendario conocido como la Perdición del Vampiro, entonces era
una de las joyas perdidas del Tridente. Conlan debía saber esto inmediatamente.

Detrás de Alaric, Quinn tropezó y cayó sobre su espalda, y todos los


pensamientos de la estrategia, las gemas y la magia huyeron. En un instante, él la tenía
en sus brazos, acunándola contra él, con cuidado de no empujar su brazo lesionado.
Llamó al poder y envió la fuerza de la energía azul-verdosa de sanación a su interior y a
través de ella hasta que su hueso estuvo remendado y cada moretón y raspadura en su
cuerpo, no importa cómo de mínimas fueran, quedaron reparadas. Abrió los ojos
mientras retiraba el poder curativo de ella.

-"Eso parece ser otro hábito tuyo. Consigo romperme y tú me arreglas. Estás
arruinando mi reputación como dura líder rebelde."- murmuró.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Arruinado."- Repitió, su voz sonó áspera mientras recordaba otra conversación


en otro momento. -"No puedo hacer otra cosa que protegerte y verte sana y salva, con
todas las disculpas al estado de tu reputación."

Sus ojos oscuros eran enormes en su rostro pálido y, sólo por un instante, el
calor abrasador de alguna poderosa emoción quemó en su mirada. Entonces ella bajó
las pestañas y volvió la cabeza lejos de él.

-"Gracias de nuevo. Estoy curada ahora; puedes bajarme."

Se había enfrentado a pruebas de fuego con menos reticencia de lo que hizo el


acto de liberarla. Cada momento robado, cada caricia robada, era una que almacenar
frente al día (frente al siglo) en que se enfrentase a las noches de soledad, tiempo
después de que su vida mortal fuera terminada.

En el momento en que sus pies tocaron el suelo, dio un paso atrás y lejos de él,
con las manos apretadas en puños a los costados. Mientras miraba al suelo, tomó la
oportunidad de beber la vista de ella. Como siempre, le sorprendió un poco que su
corazón la hubiera elegido como su compañera destinada. Él siempre había pensado
que solo una cierta belleza majestuosa y serena acabaría finalmente atrapándole en las
garras de su único gran amor no correspondido.

Pero Quinn... era Quinn. Ella nunca había conocido un día de serenidad en su
vida adulta, y ¿en cuanto a su apariencia? Estaba más delgada que nunca, toda con
líneas duras y ángulos, como si las batallas de la rebelión drenaran no sólo su energía
sino también su sustancia.

Su oscuro pelo corto aún se veía como si lo cortara con la cuchilla que guardaba
en el bolsillo, y su ropa era desigual y raída, probablemente gorroneada de algún
contenedor de artículos desechados.

-¡Por todos los Dioses, era hermosa!

Era la fuerza de su personalidad, un fervor y un carisma que brillaba hacia él con


toda la fuerza, la gloria y el brillo de su alma. Su alma le llamaba a él tan
poderosamente que era un faro en la oscuridad de su existencia. Finalmente, ella le
miró y le sostuvo la mirada, y entonces se quedó sin aliento. Él sabía lo que debía ser
visible en su rostro y, por tanto, no trató de negarlo.

-"Lo sabes."- Jadeó. -"Siempre lo has sabido, y siempre sabrás que soy tuyo, y sin
embargo nunca podrá ser. Yo soy el más poderoso Sumo Sacerdote que Poseidón ha
nombrado nunca, y sin embargo, soy demasiado débil para ocultar la profundidad de
mis sentimientos por ti."

235
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Él se arrodilló ante ella y bajó la cabeza.

-"Denúnciame si es necesario, pero ya no puedo esconderme de esta necesidad


que tengo de verte. De tocarte. Voy a mantener mi distancia tanto como sea capaz de
hacerlo, pero permíteme estos breves destellos de lo que nunca podré tener."

Quinn hizo un sonido ahogado en algún lugar entre la risa y un sollozo, y cayó de
rodillas delante de él.

-"Si la vida fuera un cuento de hadas, entonces yo podría ser tu princesa para
rescatar. Te miro a los ojos, y veo el final feliz que yo nunca, nunca mereceré. El dolor
de verte no puede ser peor que el dolor de yacer en mi fría cama vacía, noche tras
noche. Anhelándote. Deseándote. Necesitándote."

Ella levantó una mano para tocar su mejilla, pero se detuvo con sus dedos a
pocos centímetros de distancia de su piel.

-"Incluso ahora, cuando debería comprobar a Jack y Denal, mi mente y mi


corazón están llenos de ti. Reemplazas mi deber, y anulas mi sentido común."

Alaric sabía que eso mismo era cierto para él, pero él tenía mucho más allá para
cuidar.

-"Y tú eres la emoción que trae música y luz a mi mundo, y una angustia casi
insoportable a mi corazón."

En la esquina, Jack se movió, y el movimiento rompió el trance en que habían


caído, mirando en los secretos de los ojos del otro.

-"Daría un siglo de mi vida por un solo sabor de tus labios, pero no voy a profanar
el recuerdo de tu beso con este entorno."

Ella se inclinó hacia él, mirando a su boca, y por un momento todo el


pensamiento de honor huyó y no le importaron un comino Denal o Jack, o que
estuvieran rodeados por los restos de vampiros muertos. La deseaba más de lo que
deseaba su próximo aliento.

Denal murmuró algún pequeño sonido de dolor y Quinn parpadeó, luego miró a
Denal y se reclinó hacia atrás. Océanos de pesar llenaron su expresión, pero ella apretó
sus labios y se puso en pie, con cuidado de no tocar a Alaric. Como si un solo toque
pudiera encender las llamas preparadas para saltar a una conflagración entre ellos. No
tenía ninguna duda de que podría hacerlo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

También él se puso de pie y se acercó a Jack y Denal, aliviado de que los dos
estuvieran con vida. Avergonzado por no haberse asegurado de ese hecho antes.
Devastado por la pérdida de su cercanía.

Mientras llamaba a la energía de Poseidón para sanar a Denal y al were-tigre,


también envió una súplica silenciosa por la fuerza para resistir los abrumadores deseos
de su alma.

Luego trató de fingir que no escuchó la risa burlona del Dios.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Treinta

Noreste de Guatemala, la selva

Justice abrió los ojos cuando la sensación de caer a través de un vórtice se


desvaneció. La luz del sol brillante brillaba en parches a través de una gruesa cubierta
de árboles. La selva verde les rodeaba, con una aglomeración de exuberante
vegetación densa.

Durante unos segundos, un absoluto silencio les rodeó, pero luego la vida
silvestre nativa evidentemente decidió que él y Keely no eran ninguna amenaza, a
pesar de su llegada inusual. Varias especies de pájaros trinaban, cantaban, les
regañaban por la interrupción, y oyó al menos un grupo familiar de monos
parlanchines con gritos cercanos al entusiasmo.

Keely todavía estaba aferrada a él, con los ojos bien cerrados, y él no tenía
ningún deseo de alejarse de ella. Poco a poco, le acarició la espalda desde la nuca a la
cintura, y la sensación de su cuerpo ágil temblando contra el suyo, fue suficiente para
endurecer su polla hasta el punto del dolor.

Él tenía que tenerla. Pronto. La necesidad desesperada se sacudió a través de él y


la atrajo hacia sí con más fuerza. Nunca había necesitado algo más de lo que
necesitaba la sensación de su cuerpo desnudo debajo de él, dándole la bienvenida
cuando se sumergiera en ella.

Pero no podía correr el riesgo. Su sujeción del Nereida era cada vez aún más
precaria, y los deseos del Nereida eran más oscuros. Más ásperos. No eran cualquier
cosa que él le haría jamás a Keely. Su Keely.

Ella abrió los ojos y le miró, y la conciencia en sus ojos estuvo a punto de partirle
en dos. Ella sabía que él la deseaba, de la forma en que una mujer siempre lo sabe.
Una palabra de ella, y él se perdería. Así que debía impedirle que dijera esa única
palabra.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Estamos aquí."- Dijo con dureza, liberándose de ella y dando un paso atrás. -
"Dondequiera que sea aquí."

Ella parpadeó hacia él, y un destello de dolor cruzó su rostro. Pero sus palabras
fueron estrictamente profesionales.

-"Tu apuntaste al noreste de Guatemala, por el calor y el aspecto de esta selva,


creo que lo hemos conseguido."

Ellos exploraron su entorno pero no vieron nada a la vista que pudiera indicar las
ruinas o sitio de excavación. La elevada temperatura ambiental golpeó contra ellos
como una fuerza física; respirar era como aspirar aire a través de un jarro de agua fría.

-"Bien."- Dijo Keely, encogiéndose de hombros, -"Probablemente era demasiado


pedir que de alguna manera nos hubieras transportado directamente al mural. Tú
apenas estás aprendiendo cómo hacer esto, después de todo. Piensa en las tortitas.
Por lo menos nos trajiste a la selva en lugar de traer la selva hasta nosotros."

Ella le sonrió, y la fuerza de ello le dio un puñetazo en el pecho. Se tensó,


esperando que el Nereida reaccionara, pero la otra mitad de su alma estaba o bien
agotado o bien escondido y, felizmente, estaba en silencio para variar.

-"¿Puedes sentirla? Dijiste que la Estrella de Artemisa era de origen Nereida.


¿Hay alguna manera de hacer un poco de magia Atlante o Nereida y escanear la zona?
Sé que probablemente estoy elucubrando, pero no tengo ni idea lo que puedes hacer
exactamente. Si hay alguna manera de que podamos orientarnos hacia San Bartolo y
tener una idea de lo lejos que está, eso sería una buena cosa. Sobre todo porque no
tenemos comida ni agua. Estamos en algún lugar sobre el noventa por ciento de
humedad y tal vez treinta y cinco grados, supongo, y vamos a deshidratarnos
rápidamente."

Justice asintió y trató de enviar a sus sentidos a la selva para detectar la Estrella
de Artemisa. Pero no funcionó. Cada pedacito de poder que poseía, tanto Atlante
como Nereida, habían sido drenados durante los últimos días.

Apelando a cada pizca de terquedad que tenía, él empujó con más fuerza.
Forzado su mente para exprimir unas reservas de poder que nunca había usado antes y
canalizarla a sus propósitos.

Sintió algo en su cerebro, girando y corcoveando, y un dolor de cabeza


atronador captó su cráneo en una tenaza. Pero debajo del dolor un pequeño pulso de
conciencia parpadeó. De alguna manera, él sabía lo que era.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"La encontré."- Dijo a Keely. -"Encontré la Estrella, y sé hacia donde tenemos


que ir. Va a ser bastante caminata, pero probablemente puede hacerse en un día, más
o menos, a menos que mis reservas de energía regresen pronto y pueda usar la técnica
de transferencia de materia de nuevo."

Keely le miró fijamente, como si le tomara su medida. Cualquier cosa que viera
evidentemente la tranquilizó, porque asintió con la cabeza con decisión.

-"He caminado a través de selvas, pero nunca sin agua potable. Vamos a tener
que tomar las cosas con calma y tranquilas hasta que recuperes fuerzas y al menos
puedas traernos algunas botellas de agua y algo de comer."

-"Yo debería ser capaz de hacer algo sobre el agua pronto."- Dijo con confianza, a
pesar del hecho de que él no tenía idea de qué tan pronto sus poderes podrían
reabastecerse... si alguna vez lo hacían.

Keely no necesitaba saber cómo de inseguro estaba sobre la magia Nereida. Ella
tenía el valor suficiente de cualquier guerrero, pero no había necesidad de continuar
probándola. Ella comenzó a caminar, pero se detuvo de repente y se rió.

-"Supongo que sería útil que me dijeras en qué dirección vamos. Además,
cuando se trata de esas botellas de agua, ten cuidado de no teletransportarlas desde
las mochilas de algunos pobres excursionistas o inocentes turistas que se quedarían
alucinando, preguntándose qué diablos pasó con su agua."

Señaló hacia el faro tenue de la magia que aún parpadea débilmente en su


mente.

-"La Estrella se encuentra en esa dirección. En cuanto a lo otro, voy a hacer mi


mejor esfuerzo."- Dijo, preguntándose cuando el sonido de su risa se había vuelto más
hermoso para él que cualquier tipo de música.

Él ajustó disimuladamente sus pantalones para que caminar fuera menos


incómodo y empezó a avanzar, empujando con firmeza todos los pensamientos de
Keely, desnuda, fuera de su mente. Volvió la vista hacia ella, y se quedó sin aliento
ante la emoción brillando en sus ojos verdes. Bueno, podría por lo menos intentar
empujar la mayoría de los pensamientos de Keely, desnuda, fuera de su mente.

Como le había dicho antes, él era un hombre, después de todo.

Tres horas más tarde, Keely llamó a una parada. Era fuerte, y se había prometido
a sí misma mantener el ritmo sin quejarse, pero hacer senderismo más lejos sin agua
era suicida y ella no era una idiota. En el feroz calor de horno del ambiente de la selva,
la humedad se iba perdiendo de sus cuerpos a un ritmo rápido.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Tal vez los Atlantes, siendo una especie de gente del agua, podrían manejarlo
mejor que los simples humanos, pero ella necesitaba un descanso. Además, estaba
cansada de mirar a su espalda mientras él encabezaba la marcha a través de la espesa
vegetación.

No es que él no tuviera un muy buen culo. Hombros anchos estrechándose hacia


abajo hasta su estrecha cintura. Por no mencionar esa tentadora trenza suya que
realmente, realmente quería aflojar para poder pasar sus dedos a través de los largos
mechones de pelo sedoso. Su culo era tan firme y musculoso que se había entretenido
con breves fantasías de morderlo, alrededor de una hora o así, cuando todavía había
tenido energía para ese tipo de cosas.

-¿Me pregunto cómo habría respondido a eso el duro guerrero Atlante?

Ella se echó a reír, y él se dio la vuelta con uno de esos arranques de velocidad
inhumana y la miró fijamente.

-"¿Qué pasa?"

-"Justice, necesito un descanso. En la sombra, preferentemente."

-"¿Por qué es tan gracioso?"- Él la miró con recelo. -"¿Qué estás tramando?"

Ella apretó los labios, pero la risa se escapó de todos modos.

-"Oh, créeme, no quieres saberlo. De todos modos, tenemos que parar. Te puedo
decir que estoy deshidratándome, y estamos caminando a través de la parte más
caliente del día. Recomiendo que encontremos un poco de sombra y esperemos que
pase la tarde hasta que esté más fresco esta noche."

Se trasladó de nuevo en otro destello borroso de velocidad y de repente él


estaba de pie cerca de centímetros de ella.

-"Lo siento mucho. Estaba perdido en la contemplación de nuestras opciones y


nuestra meta final y no escatimé ni un pensamiento para saber cómo ibas. Por favor,
acepta mis disculpas por mi irreflexión."

Pero su cercanía hizo estragos con la compostura, y ella realmente no captó el


significado de sus palabras, se quedó allí mirando hacia él, deseando cosas tontas.
Deseando que su vida no se hubiera convertido en una novela de aventuras. Deseando
él simplemente la besara. Deseando haber sido el tipo de mujer lo suficientemente
valiente como para simplemente darle un beso.

-"Yo... tú... ¿qué?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Lo siento. Nosotros los Atlantes tendemos a caer de nuevo en jerga formal en
situaciones tensas."- Dijo con ironía. -"Traducción: Soy un idiota. Deberíamos haber
parado antes. Parece que hay algo de sombra más adelante bajo ese saliente."

Keely se dio una bofetada mental y asintió enérgicamente.

-"Correcto. Sombra. Adelante. Genial."

Se adelantó en una marcha determinada, y él se puso a caminar a su lado. Una


sonrisa se curvó en los bordes de esos labios suyos bellamente esculpidos.

-"¿Hay alguna razón por la que pareces haber perdido el uso de los verbos?"

El tono bajo y ronco de su voz crepitaba a través de sus terminaciones nerviosas,


y de repente la selva era mucho más caliente que antes.

-"Tengo una estricta política de 'sin verbos en la selva', por supuesto. Si nos
quedamos aquí mucho más tiempo, los adjetivos irán por el siguiente camino."- Dijo,
mostrándole una inocente sonrisa.

El tipo de sonrisa que decía "aquí nadie quiere rasgar su camisa y lamer tu pecho
desnudo". Eso esperaba.

¿Qué le pasaba? Debía ser una especie rara de feromonas de la selva. Mezclar un
Atlante con una selva aplastantemente caliente y se obtiene el loco deseo sexual. Por
supuesto que no le dolía porque él fuera el hombre más caliente que jamás había visto
en su vida. El recuerdo de Justice en la caverna, desnudo y mojado, cruzó por su
mente, y su boca se secó todavía más de lo que la simple escasez de agua había
causado.

-Genial. Moriré en la selva guatemalteca de la deshidratación provocada por


las fantasías sexuales. Me pregunto cómo pondrían esas palabras en mi lápida.

Alcanzó el saliente a unos pasos por delante de él. Era un nicho excavado en la
ladera de una pequeña colina, y olía un poco a almizcle, como si los animales la
hubieran usado como hogar en los últimos años. No parecía albergar ninguno ahora,
pero se extendía más atrás en la colina de lo que esperaba, y ella no podía ver todo tan
lejos dentro del oscuro interior. Justice puso una mano en su brazo.

-"Entraré primero y garantizaré que los animales no están en el interior y celosos


de su territorio."

Barrió el brazo en un gesto de "sigue adelante".

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Sé mi invitado, chico espadachín. Esperaré aquí al lado, por si algo sale
disparado fuera."

Él le sonrió y de repente se inclinó y le dio un beso en los labios.

-"Continúas sorprendiéndome. Cada vez que espero que no estés de acuerdo


conmigo, dices algo práctico. Cada vez que espero que avances sin cuestionar, me
dices por qué estoy equivocado. La vida nunca será aburrida contigo, ¿será así,
Doctora Keely McDermott?"

Con eso, él entró en la pequeña cueva, dejándola reposar allí, los dedos
apretados contra sus labios, preguntándose cómo una vida futura con ella se había
convertido en una suposición tan firme en su mente. Preguntándose por qué la idea de
eso no la asustaba un poco.

-"Está despejado, pero hay una abertura de vuelta aquí y vas a querer echar un
vistazo."- la llamó. -"Yo diría que hicimos un descubrimiento, pero es obvio que alguien
estuvo aquí antes."

Se inclinó un poco para entrar en la cueva, y se sintió aliviada al ver que se abría
en una habitación con un nivel bastante alto techo. Mirando a su alrededor, descubrió
algo más. No era ninguna cueva. Las paredes eran exactamente eso... paredes de
piedra. Habían encontrado un antiguo edificio de algún tipo, posiblemente, incluso un
Templo maya o pirámide, teniendo en cuenta la altura de la pequeña colina.

El frío familiar corrió por su columna. Un pedazo de historia que muy pocos
habían visto en tal vez miles de años se extendía ante ella. Esto era por lo que ella
vivía... lo que necesitaba tanto como necesita agua para beber. Alcanzó
automáticamente por su mochila, sólo para recordar que estaba instalada de forma
segura en su cuarto, de vuelta en la Atlántida. Donde no hacía para ella ningún maldito
pedacito de bueno. Mordiendo algunas palabras bien escogidas, siguió la pared hasta
una puerta tallada en la parte posterior de la sala. Un resplandor azul verdoso tenue
emanaba desde la puerta.

-"¿Justice? ¿Eres tú?"

-"He recuperado lo suficiente de mis fuerzas para darnos un poco de luz, Keely.
Vas a querer ver esto."

Siguió a la luz y el sonido de su voz en la cámara y se detuvo, estupefacta. Tres de


las cuatro paredes se encontraban destapadas desde la tierra y la vegetación que
cubría el cuarto, claramente el producto de siglos de abandono. En cada una de las tres
paredes, había una extensión de mural de colores vivos y dramáticos.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Esto no es San Bartolo, pero esto es sin ninguna duda otra representación del
Popol Wuj.66"- Dijo. -"¡Oh, Justice!, ¿por qué no se informó de esto? ¡Este es un
importante descubrimiento!"

Cruzó a pie a su lado y se dio cuenta de que la luz provenía de una esfera
brillante que flotaba sobre la palma de su mano. La levantó como una linterna y la
inclinó para estudiar la primera pared con ella.

-"¿El Popol Wuj?"

-"Es el mito de la creación maya. Su creador, K'ucumatz67, la Madre y el Padre de


toda la vida, primero hizo hombres formados de arcilla o barro. Pero eran débiles y se
disolvieron en agua, como éste. ¿Ves a esta primera imagen de la figura de hombre
disolviéndose en el río?"

Él asintió con la cabeza y señaló a la siguiente imagen, sonando casi tan


emocionado como estaba por el descubrimiento.

-"¿Y este? ¿El árbol siendo esculpido en un hombre?"

Ella asintió con la cabeza, su mano alcanzó por su propia voluntad para tocar su
talla de pez.

-"Sí, K'ucumatz lo siguiente que intentó fue crear a los hombres con madera,
pero no tenían corazones y mentes, por lo que no podían alabar a su creador. Eso
nunca vale con los Dioses, ya sabes."

Ella le sonrió, pero se había perdido en la contemplación de la imagen.

-"A veces he tallado figuras que casi parecían como si pudieran salir de mi mano
y volar, o nadar, o correr."- Murmuró él. -"Pero por supuesto no tenían corazones y
mentes, tampoco."

Keely pensó en todos los momentos difíciles que su talla, y las visiones de Justice,
la habían ayudado a través de los años.

-"He visto tus tallas, y yo no estaría tan segura de eso."

Él se volvió hacia ella, sosteniendo la energía esfera arriba. Podía ver cada detalle
de sus rasgos en la luz suave y brillante y se dio cuenta de que de alguna manera, en
tan poco tiempo, su corazón se había aprendido de memoria su rostro. Ella contuvo la
respiración, con miedo de lo que su propia expresión podría revelarle. Él la estudió por
un momento, luego sacudió la cabeza.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"No lo entiendo. ¿Cómo puedes haber visto mis tallas? Las doy tan pronto como
las termino."

Su mano se tensó sobre el pez. Ella quiso decírselo, quería hacerle saber lo
mucho que había significado para ella durante años. Pero algo la detuvo. Algunos
restos de la Keely racional antes de que hubiera caído a través del espejo.

Necesitaban encontrar agua. Necesitaban encontrar la Estrella de Artemisa y


usarla en cualquier forma que pudiera para ayudar a Justice a sanar su mente
fracturada. Entonces le podría contar historias divertidas sobre un pequeño pez de
madera y tener cuidado de no permitirse caer en lo patético que era que hubiera
dejado que una sencilla talla y las visiones de un guerrero tan lejano adquiriesen tanta
importancia en su vida. Obligó a sus dedos para liberar la talla y la dejó caer por debajo
del cuello de su camisa de nuevo.

-"No lo sé. Sólo estoy acalorada y cansada, probablemente recuerdo algo que
Liam me dijo acerca de tus tallas."- Dijo ella, forzando una sonrisa. -"De todos modos,
mira esto. El último intento, y con éxito, fue cuando K'ucumatz mezcló maíz blanco y
maíz amarillo para hacer la carne y la sangre de los seres humanos. Esta vez funcionó.
Una de las figuras más importantes de la cultura maya es el Dios del maíz, que se ve en
esta pared."

Él estudió la segunda pared, por suerte distraído de sus observaciones acerca de


sus tallas.

-"¿Este es similar al Dios del maíz que nos hablaste en el mural con Anubisa en
ella?"

-"¡Sí! Sí, es claramente del mismo artista o grupo de artistas. Estoy casi segura de
eso. Por supuesto, sin comparación lado a lado de las imágenes, no puedo estar..."

Ella se tambaleó un poco, de pronto superada por una ola de vértigo, y comenzó
a jadear, incapaz de recuperar el aliento. La cogió con un brazo fuerte alrededor de su
cintura.

-"¿Keely? ¿Te encuentras bien?"

Se apartó el pelo de la cara y trató de respirar, pero el calor y la deshidratación,


probablemente en combinación con los acontecimientos de los últimos días, habían
dejado su huella.

Justice soltó la esfera de energía, la levantó en sus brazos y los trasladó a ambos
fuera de la cámara y de nuevo a la entrada de la cueva, donde el aire exterior era

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

mucho más fresco. Se inclinó, tirando en respiraciones lentas y constantes, hasta que
el mareo y la hiperventilación pasaron.

-"Estoy bien."- Dijo finalmente. -"Sólo podría usar un poco de agua."

Inesperadamente, él sonrió.

-"A pesar de que el Nereida todavía se esconde de mí, o se está recuperando del
uso de tanto poder, me parece que mis dones Atlantes están regresando. Si agua es lo
que quieres, mi Keely, entonces agua tendrás."

Caminó fuera y se detuvo en medio del claro, las piernas separadas y los brazos
extendidos en el aire. La luz del sol brillaba sobre él como si él mismo fuera un Dios
primitivo, devuelto a su pueblo y listo para aceptar el homenaje de adoración. Era
hermoso, severo y primitivo, y algo se agitó muy dentro de ella, dejándola sacudida y
conmovida por la visión de él. Sus pechos cosquillearon y sus pezones se endurecieron,
anhelando sus caricias; sus muslos se apretaron cuando calor líquido se agrupó en su
centro, estaba predispuesta para él como una virgen para ser sacrificada a un antiguo
Dios lujurioso.

Su cara flameó ante la idea y trató de recordarse a sí misma el imperativo


biológico que causaba que las mujeres fueran atraídas por los hombres poderosos en
situaciones peligrosas. Ella era una científica. Ella, de entre todas las mujeres, no podía
caer en algo tan primordial. A pesar de que trató de resistir el canto de sirena de su
intensa sexualidad, él bajó la mirada del cielo y miró directamente a los ojos. Los suyos
propios se habían oscurecido a negro con llamas azules-verdosas bailando en los
centros exactos de sus pupilas.

-"Poseidón, escúchame."- Gritó con su voz pletórica de olas azotadas por la


tempestad y vientos huracanados, sin apartar la mirada de ella añadió. -"Trae el agua a
mí para poder dar vida y salud a mi mujer."

-"Yo no soy tu mujer."- Susurró, pero esta vez ni siquiera ella lo creía.

En ese momento, con vientos circunvalando a Justice como un tifón, azotando a


través del claro para centrarse en él, la energía crepitando a su alrededor como
relámpagos en miniatura en tonos de plata, azul y verde, no podía negarle nada.

-"¡Por Poseidón!"- Rugió, echando hacia atrás la cabeza.

De alguna manera su trenza se había aflojado, y largos mechones de pelo


azotaban alrededor de su rostro y sus hombros; azules de todo el espectro de las
posibilidades atrapados en las hebras de su cabello volando en el viento, como si
bailaran a su llamamiento.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Miró hacia arriba, siguiendo su mirada, incapaz de dudar de él ni por un instante.


Había llamado al agua, por tanto vendría. Ella lo sabía, y cuando el remolino, girando
bobinas de aguas cristalinas se desplomó por el aire hacia él, se echó a reír con gozo
encantado.

-"Ven a mí, Keely."- le dijo.

El calor de sus ojos chamuscó a través suyo hasta que quiso arrancarse la ropa y
arrojarse en el suelo frente a él, una ofrenda pagana que debía tomarse allí mismo, en
el aguacero que él mismo había creado. Pero en lugar de eso avanzó tambaleándose,
las manos apretadas a los costados, hasta que estuvo sólo un soplo lejos de él.

Se rió hacia ella y gritó otra palabra, una palabra hermosa, una palabra que no
conocía. El agua se convirtió en una lluvia de primavera, cayendo sobre ellos y en sus
bocas abiertas, cayó sobre sus cuellos y empapando sus sucias ropas. Keely cerró los
ojos, giró el rostro hacia la lluvia y se echó a reír, bebiendo la mayor cantidad que pudo
de esa limpia agua de sabor dulce. Era el agua más pura que jamás había probado. Más
pura que el agua de manantial de montaña, más pura que el agua embotellada más
costosa.

Ella tragó tan rápido como la lluvia cayó en su boca y luego, finalmente saciada,
abrió sus ojos y le sonrió, las gotas de lluvia aferrándose a sus pestañas.

-"¡Eso fue increíble! ¿Puedes hacer esto siempre que quieras? Wow, eso
resolvería tantos..."

Ella se quedó en silencio, su torrente de palabras fallando ante la manera


intencionada con que él contemplaba su boca, como si debiera saborearla o morir.

Su boca descendió sobre la suya, y tiró de ella con tanta fuerza contra él que el
calor de su cuerpo contra ella creó vapor a través de sus ropas mojadas. No había nada
suave en esto; era un beso de reclamación, queriendo y necesitando…
desesperadamente.

Ella murmuró un sonido, perdido en su boca, y sus manos se apretaron sobre su


piel, tirando de ella con más fuerza, todavía. Su musculoso cuerpo se estremeció
violentamente contra el de ella. Keely se echó hacia atrás, alarmada, y le miró.

Apretó la mandíbula cerrada y aumentó la presión sobre ella aún más, hasta que
parecía que cada centímetro de su cuerpo estaba tocando el suyo.

-"Te necesito, Keely. Tengo que tenerte ahora mismo. Por favor."- Dijo con una
voz baja y gutural que se sacudió con la fuerza de la pasión detrás de ella.

247
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Entonces él aflojó su agarre una fracción y dejó caer su cabeza, inhalando


bocanadas de aire.

-"No. No podemos. Me temo que el Nereida se hará cargo. Debes decirme que
no."

El rayo comenzó a disparar a través del aire de nuevo, iluminando la lluvia que
seguía cayendo con sus atronadoras grietas y plateado resplandor azul. Detrás y por
encima de la lluvia, pudo ver el sol, aún brillando en un cielo despejado. Ninguna nube
tuvo nada que ver con este aguacero, y ninguna otra mujer tenía nada que ver con su
necesidad desesperada.

Todo era por ella. Sólo por ella. La comprensión y el calor se encendieron a
través de ella, haciendo que se le encogiera el vientre y sus rodillas se doblasen. Estaba
sosteniéndola con tanta fuerza que no importaba, sin embargo. No podía caer. Él
estaba allí por ella.

A la espera de una respuesta. Una súplica desesperada en sus ojos, tanto si era
porque ella dijera un sí o un no, ella no podía decirlo.

-"Sí."- Dijo, saltando al abismo. -"Yo también te quiero. Juntos domaremos a tu


otra mitad."

Él la levantó en el aire y gritó su alegría, balanceándola alrededor en el centro de


la furiosa tormenta Atlante. Luego la acercó a él de nuevo y bajó la cabeza hasta que
sus labios estaban a un suspiro de los de ella.

-"Juntos. Podemos hacer esto juntos. Bésame, Keely. Bésame para que yo pueda
saber que quieres esto tanto como yo. "

Ningún poder en la tierra podría haberla detenido... ninguna razón, ninguna


lógica, ningún pensamiento de lo que el futuro pudiera deparar. Lo necesitaba más de
lo que necesitaba el agua o el aire y, por una vez en su vida, iba a tomar exactamente
lo que quería, sin importar las malditas consecuencias. Ella cogió su rostro entre sus
manos y sonrió.

Entonces le besó.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Treinta y Uno

El suave beso vacilante de Keely, tocó a Justice tan profundamente que sintió
como si su alma estuviera siendo desgarrada en dos. La mitad de él quería nada más
que rasgar la ropa de su cuerpo y hacer el amor con ella durante horas, mientras que la
otra mitad de él más honorable, quería correr y esconderse en algún lugar lejos de ella.
Lejos de la tentación. Lejos del peligro de que el Nereida se hiciera cargo y la dañara.

-Yo soy parte de ti.- susurró el Nereida en su mente. -Cuanto antes llegues a un
acuerdo con eso, más pronto podremos unir fuerzas para ser más poderosos de lo
que nunca has soñado.

Justice levantó la cabeza de Keely y la miró fijamente.

-"Te quiero más de lo que nunca he querido a cualquier mujer. Pero..."

-¡Tómala, tú, mierda de babosa marina! Tú sabes que deseas follarla hasta que
ella grite nuestro nombre.

-"¡No!"- Gritó.

La mirada perpleja de Keely cambió hacia una de comprensión.

-"Él te está combatiendo, ¿no es así?"

-"Sí. Él te desea tanto como yo lo hago, pero en formas más oscuras. No puedo...
no estoy seguro de que pueda controlarle."- admitió Justice.

La sonrisa de Keely, aunque temblorosa, contenía tal gran cantidad de confianza


que le humilló.

-"Dile... no. Déjame decirle... deciros a ambos. Te quiero. Os quiero a ambos. No


necesitas ser duro o dominarme. Sólo hacer el amor conmigo. Por Favor."

La furia del Nereida, conducida por la necesidad, flaqueó, convirtiéndose en


confusión.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-¿Cómo puede ella quererme? Incluso tú, que eres la otra mitad de mi alma, no
me quieres.

Justice dio a la cuestión la cuidadosa consideración que merecía, y luego


respondió en voz alta para que Keely le pudiera oír, también.

"Tal vez estoy equivocado en esto. Tal vez tengo que aceptar que somos las dos
partes de un mismo todo."

Una risa oscura sonó en su mente.

-Si la conseguimos a ella, yo estoy dispuesto a intentar cualquier cosa.

Entonces de algún modo, de alguna manera, algo cambió. Por primera vez en su
vida, Justice (incluso sin sus escudos mentales) sintió una tregua provisional. Una clase
de paz se apoderó de él y de su mente logrando una forma de calma que nunca había
conocido.

Keely le miró, una pregunta en sus ojos.

-"Sí."- Dijo, con voz ronca. -"Sí, los dos... ambos de mí... todo dentro mí te
quiere."

Inclinó la cabeza y la besó, sin ocultar nada, y el vórtice se abrió a su alrededor.


Su boca sabía a miel, a hogar y a todo lo que siempre había querido. Su lengua se
zambulló y la tomó, se deleitó, bebió su boca y sus labios. Hizo llover besos en sus
mejillas, en su nariz y afrontó el camino descendiente que antes había creado el agua
al ducharla.

La maravilla de su toque le humilló. El toque de sus labios le inflamó. La


sensación de su cuerpo tensó el suyo propio casi hasta el dolor. Su polla se endureció
hasta que pensó que iba a explotar desde el mero toque. La deseaba, la necesitaba.
Ella se convertiría en suya y permanecería siendo suya para siempre.

-"Eres mía, Keely."- Dijo, desesperado porque ella lo admitiera. -"Mi búsqueda de
la visión me lo ha mostrado, y la llama de Poseidón que has visto en mis ojos lo ha
confirmado. Tu alma es la compañera destinada de la mía."

Ella se apartó un poco, pero él apretó sus brazos. Nunca la dejaría ir. Ella tenía
que ver eso, tenía que entenderlo.

-"Justice, esto es demasiado. Yo también te quiero. Nunca me he sentido así


antes. Pero, ¿no podemos hablar de destino y búsquedas de visión más tarde?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ella entrelazó sus brazos alrededor de su cuello, levantó su cara hacia él y las
cejas de seda se dibujaron juntas en frustración.

-"No puedo creer que esté diciendo esto, pero ¿podríamos desnudarnos ahora y
hablar sobre el futuro más adelante?"

No pudo evitarlo. Gritó una carcajada.

-"Tus deseos son siempre mis órdenes, mi señora. Pero primero, tenemos que
hacernos cargo de esto."

La soltó, sacó su espada y la colocó en el suelo, luego se despojó de sus ropas,


arrojándolas lejos de él tan rápido que no tenía ni idea de donde aterrizaron. Cuando
por fin se quedó desnudo frente a ella, le sonrió.

-"Ahora tengo la intención de hacerte lo mismo a ti."

Keely contempló a Justice y recordó su comentario espontáneo sobre estatuas


cobrando vida. Su poderoso cuerpo, esculpido en largas líneas y perfectas curvas
musculares, fue suficiente para hacerla jadear. Su erección era tan grande como el
resto de él y, mientras miraba hacia ella, se balanceaba contra su abdomen, como una
evidencia muy visual de cuanto la deseaba.

Nada era más potente que el conocimiento de ser verdaderamente deseada, y


los pezones de Kelly se endurecieron hasta que el encaje de su sujetador fue una
presión insoportable contra ellos. Sus músculos se sacudieron en un espasmo de placer
y sus muslos se apretaron contra el calor inundando su núcleo.

-"Tú..."

Tenía la boca demasiado seca para sacar las palabras, así que lo intentó de
nuevo.

-"¿Tú planeas tirar mi ropa por toda la selva?"

Mostró esa sonrisa muy malvada y se dirigió hacia ella, acechándola lentamente
como cualquier depredador que acecha a su presa. Un calor feroz, casi salvaje, ardía en
sus ojos y se quedó sin aliento ante sus claras intenciones. La deseaba, y él iba a
tomarla. Él era puro macho alfa dominante, y ella le deseaba como nunca había
deseado nada ni a nadie.

Cuando llegó a su lado, él la atrajo hacia sí y la besó con tanta posesividad que
ella sintió el calor de ello dorar a través suyo hasta su misma alma. Su lengua se
sumergió en su boca y la besó como si fuera a morir si no lo hacía.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Retorció los dedos en su pelo, su mano ahuecando la parte posterior de su


cabeza, y la atrajo hacia él con más fuerza, hasta que ni siquiera un soplo de aire
podría caber entre ellos. La pasión se disparó a través de ella; puro calor y deseo
enloquecido amenazaron con doblar sus rodillas.

-"Más."- Respiró ella contra sus labios. -"Necesito más de ti."

Él puso su mano en su culo, la atrajo hacia sí para que su polla ajustase entre sus
piernas y el duro bulto la empujó aún más en el deseo y la necesidad.

-"¿Ahora?"- Preguntó.

-"Ahora, ahora, ahora."- Dijo ella, más allá de la vergüenza o de la razón.

En un movimiento suave, él sacó su camisa hacia arriba y sobre su cabeza y la


arrojó a un lado, luego inclinó la cabeza para mirarla. Y ella se quedó inmóvil... se había
olvidado de la talla.

Justice contempló los hermosos pechos de Keely, apenas cubiertos por trozos de
encaje, sus pezones sobresaliendo y haciéndole querer nada más que degustarlos,
morderlos, chuparlos. Su collar colgaba en su pálido y precioso canalillo como si
atrajera sus ojos. El colgante era una talla de madera de... un pez.

Su pez. Uno que había tallado hace cientos de años. Lo levantó y lo examinó,
seguro de que debía estar equivocado. Pero no había ningún error.

-"Esto es mío. Pero, ¿cómo es eso posible?"

Keely se mordió el labio y un rubor rosa calentó sus mejillas.

-"Yo quería hablarte sobre esto. Lo encontré hace varios años y yo... bueno, tuve
una visión de ti. Tallándolo. En una hoguera. Pensé que eras un guerrero de hace
siglos, y tu, bueno, esto, más o menos se convirtió en mi talismán. Alguien en quién
podía pensar cuando los tiempos eran difíciles."

Él la miró a los ojos cuando la verdad de su confesión se estrelló contra su


corazón. Ella había tenido una búsqueda de la visión propia... de él. Había confiado en
él.

-"Eres mía, Keely McDermott."- Dijo, su voz saliendo como poco más que un
gruñido. -"Voy a tenerte ahora mismo."

Le quitó el resto de su ropa en cuestión de segundos y se tomó un momento


para sostenerla con los brazos extendidos y maravillarse con la gloria de su cuerpo.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ágil y tonificada, no era una flor de invernadero, sino una mujer que utilizaba su
cuerpo y lo trataba bien.

-"Me encantan tus piernas."- Murmuró.

-"Gracias..."

-"Las necesito para estar envueltas alrededor de mi cintura."

Ella abrió la boca un poco y él cogió sus labios con los suyos de nuevo,
acercándola para poder sentirla completamente contra su cuerpo. Ella levantó las
piernas, las envolvió en torno a él y él la levantó aún más alto, con las manos
soportando su maravilloso culo, hasta que su polla estuvo centrada bajo su cálido,
húmedo centro.

-"Te necesito ahora, Keely."- Dijo, empujando contra ella sólo un poco,
esforzando cada músculo para obligarse a esperar.

-"Yo también te necesito."

Ella le dio un beso y él la penetró tan lejos como pudo ir, metiendo su polla en su
apretado y mojado calor , sintiendo su vaina aferrándose a él y apretándole hasta que
estuvo seguro de que iba a explotar justo como si fuera un jovencito inexperto.

Keely gritó ante la sensación de tenerlo dentro. Su espesor la llenaba,


extendiéndola tanto que sus terminaciones nerviosas quemaron con una
embriagadora combinación de dolor y placer. Pero estaba tan mojada por desearle que
su cuerpo acomodó su longitud y anchura y corcoveó salvajemente contra él,
necesitando más. Necesitando que él se moviera.

-"No te detengas."

Jadeó, levantándose a sí misma y deslizándose hacia abajo sobre el acero


recubierto de terciopelo de su polla. Él era tan duro y tan largo que tocaba algún lugar
profundo de su ser volviéndola loca.

-"Por favor, más."

Devoró su boca con fuertes besos calientes, cuando la penetró más y más duro,
meciéndose en un ritmo que la hizo gemir en delirante necesidad. El calor y una pura
hambre urgente dispararon a través de ella hasta que estuvo desesperada por él,
desesperada por correrse, desesperada por saciar la casi insoportable necesidad.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ella mordió su cuello, impulsada más allá de la razón, y él gruñó algo en Atlante,
luego se sumergió en ella tan profundamente que ella gritó, tan cerca del borde que
casi no podía soportarlo.

Se detuvo, sujetándola en su lugar, enterrado dentro de ella, y se quedó quieto


hasta que ella le miró, aturdida y apenas coherente.

-"¿Qué? ¿Por qué paraste?"

Una expresión de puro triunfo masculino barrió sobre su rostro y algo salvaje
brilló en sus ojos.

-"Mía. Dímelo. Dime que eres mía, y te follaré hasta que grites mi nombre."

La crudeza de sus palabras la emocionó, cuando reconoció lo que estaba


haciendo. Colocando una reclamación. Afirmando su posesión. Obligándola a admitir,
por último, que era su mujer. Pero, en última instancia, dándole una opción. Ella podía
rechazarle.

Algo en su corazón se retorció ante la idea. No, no podía. No podía rechazarle.


Mientras le miraba a los ojos, que ahora mantenían la cautela y quizás los inicios del
dolor mientras el momento se estiraba entre ellos, supo lo que tenía que hacer.

Admitir la verdad, sin importar las consecuencias.

Ella levantó la cabeza para mirarlo a los ojos.

-"Sí. Soy tuya."

Gritó su triunfo y luego la besó de nuevo, empujándose en su cuerpo de nuevo,


aún con más potencia que antes. Cuando levantó la cabeza, ella apenas podía respirar
por la intensidad creciente que amenazaba con explotar en cada centímetro de su
cuerpo.

-"Y tú eres mío."- Se las arregló para decir con voz entrecortada.

-"Siempre."- Dijo. -"Siempre, amara mía."

Entonces él cumplió su promesa, penetrándola una y otra vez hasta que ella se
corrió, gritando su nombre.

Justice se estremeció ante la sensación extrañamente erótica de las manos


enguantadas de Keely clavándose en sus hombros mientras todo su cuerpo se tensaba
alrededor de él. Sus piernas se sujetaron alrededor de su cintura como una prensa, y
ella explotó, gritando su nombre, su cuerpo apretando su polla en una serie de
espasmos tan intensos que no tenía ninguna esperanza de durar más que ella.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Empujó dentro de ella tan lejos como pudo y su liberación se lo llevó como un
maremoto, tirando de él con más poder del que jamás había experimentado. Ella
seguía corriéndose, temblando con sus orgasmos, y cada temblor apretó más y más
sobre su polla. Estaba seguro de que sus rodillas se doblarían desde el puro éxtasis de
ello, pero estaría condenado si se rendiría sin pelear. Apoyó las piernas y la atrajo aún
más cerca de él.

Y entonces el mundo en sí explotó alrededor de ellos, y cayó en un torbellino de


colores. Verdes y oros se arremolinaban a su alrededor. De alguna manera sabía que él
estaba viendo su aura... viendo su verdadero yo. Se maravilló de la riqueza, la brillante
belleza de la misma, y luego cayó dentro de su alma.

Todo lo que era y todo lo que ella había experimentado pasaron por él con una
furia ardiente. Vio su dolorosa infancia; sintió la agonía de una niña pequeña cuyos
padres creyeron que era un bicho raro. Se quemó con furia impotente contra aquellos
padres que podían perjudicar de tal manera a su propia hija.

Vio su bondad y enorme capacidad de generosidad; sintió como fue herida de mil
maneras a través de los años cuando amigos insensibles y colegas envidiosos notaban
su diferencia. Una extraña.

Su corazón quedó destrozado cuando sintió su angustia por el hombre que la


había dejado, y silenciosamente se comprometió a encontrar al bastardo y rasgar sus
piernas fuera de él. Poco a poco.

Supo al instante que Keely lo odiaría si lo hacía. Ella era la luz, la bondad y el
cariño; el lado brillante de la Luna, en contraste con el oscuro pozo de su propia alma.
Cayó y cayó en los rincones de su alma, y en el amor. Ella era suya, y nunca, nunca la
dejaría escapar de él.

Keely gritó cuando los espasmos de las réplicas continuaron desgarrando su


cuerpo. Nunca había tenido un orgasmo tan poderoso o uno que hubiera durado tanto
tiempo y estaba casi asustada de la intensidad del mismo. Era demasiado intenso,
demasiado fuerte; la expuso demasiado. Lo sabía mejor. Exponerse sólo daba a alguien
la oportunidad de rechazarla.

El enorme cuerpo de Justice se sacudió con la fuerza de su liberación y ella se


corrió otra vez desde la sensación de ello, aferrándose a él, abrazándole. Deseando
que él nunca la dejara ir. Sintió la humedad en sus mejillas y se dio cuenta de que
estaba llorando, no de dolor o tristeza sino del poder del momento. Ella empezó a
decir algo (cualquier cosa) para tratar de encontrar el camino de regreso desde la
intimidad estremecedora, pero luego la tierra se abrió debajo de ella y cayó en las
estrellas.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Era como si una puerta en su alma se abriera y la hiciera pasar en su misma


esencia. Todo lo que había visto antes en sus visiones de él (y mucho, mucho más) la
envolvió y la rodeó hasta que estaba bañándose en la corriente de su conciencia. Vió
su feroz honor y orgullo; vió su amor por su familia, a pesar de que era un amor que
nunca se había permitido sentir. Pero, más que nada, sintió la emoción hacia ella.

Era amor, lujuria, y necesidad, todo envuelto junto y ardiendo en llamas azules y
plateadas. Un incendio de emoción, todo ello dirigido hacia ella. Y, casi imperceptible,
un tono más oscuro en el centro. Una peligrosa presencia dentro de los colores de su
alma.

El Nereida.

-¿Eres tú?- pensó la pregunta, vacilante. -Tú eres parte de él, lo sabes.

-¿Lo soy?- fue la sardónica respuesta. -Sin embargo, le amas a él y me temes a


mí.

-¿Amor?- quiso protestar.

Pero el alma no admitía ninguna prevaricación. Únicamente la más elemental de


las verdades sin tapujos.

-Sí, amor.- admitió. -Tú eres parte de él, así que también te amo.

Una vacilación fluyó a través de los colores hacia ella, pero entonces llegó un
sentimiento de negación.

-No. No podrías amarme, porque yo no trato con el amor. Yo finalmente le


dominaré, y te tomaré de todas las maneras que me gusta.

Él dibujó escenas para ella, escenas de crudo sexo furioso. Imágenes de ella
sometida a él en todas las formas posibles. Ella retrocedió, pero la calidez de los
colores de Justice la rodeó, apoyándola de nuevo, y ella envió imágenes de su propia
mente a la parte Nereida de su alma.

-Te tomaré, así.- le dijo

Y le envió pensamientos de amor cálido y suave, intercalados con escenas


deliberadamente provocativas de pasión salvaje y desenfrenada. Su agresión cambió,
cayó en un feroz deseo, y luego se convirtió en alegría.

-Sí, nos tendremos el uno al otro.- dijo el Nereida.

-Sí, soy tuyo tanto como tú eres mía.- dijo Justice.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Sus voces se arremolinaban junto con los colores del alma de Justice. Keely rió y
lloró, estrellándose a través de su último frágil pedazo de duda en este amor. Por
último, finalmente volviendo a un cierto sentido de la realidad, se dio cuenta de que
todavía estaba entrelazada entre sus brazos y su polla todavía estaba dentro de ella.
Ella levantó la cabeza de su hombro y se echó a reír.

-"Estamos completamente desnudos en mitad de la selva. Esto es algo que nunca


me ha sucedido antes en cualquier expedición. Por no hablar de que no tengo ni idea
de cómo tus piernas todavía están sosteniéndonos a ambos en pie."

La levantó suavemente sólo un poco y ella sintió su polla endurecerse de nuevo


mientras él la deslizaba hacia abajo por su eje.

-"Las piernas fuertes por los largos años de entrenamiento guerrero me servirán
bien, porque me parece que te necesito de nuevo."

Ella se rió de nuevo y se quitó los guantes.

-"Creo que olvidé estos antes."

Inclinó la cabeza y se quedó mirando fijamente a sus pechos, y el calor aumentó


en Keely de nuevo, sorprendiéndola ya que hubiera conjeturado que no tendría
fuerzas para sentir deseo de nuevo durante al menos una semana.

-"¿Cómo es que no me tomé un tiempo para degustar estos encantadores


pechos?"- Murmuró casi reverentemente.

Luego la levantó suficientemente alta para que sólo la punta de su polla


estuviera todavía dentro de ella. Mientras ella se retorcía, deseándole, necesitándole
de nuevo, él cogió el pezón en su boca y chupó con fuerza. Keely gritó, y su crema
caliente bañó la cabeza de su polla.

Él la necesitaba, una, y otra, y otra vez; nunca tendría suficiente. Levantó la


cabeza el tiempo suficiente para detectar un montón de ropa y se acercó al mismo,
todavía sosteniéndola, su polla empujando más profundo con cada paso. Luego la
sacó, pero solo el tiempo justo para tumbarla suavemente hacia abajo sobre aquella
ropa, reorganizándola para que su delicada piel no tocara la vegetación. Ella le miró
fijamente, sus hermosos ojos esmeraldas vidriosos por la pasión, y se preguntó por un
instante si estaría atrapado en un hechizo mágico donde todos aquellos sueños que
había tenido se estaban haciendo realidad en la forma de esta hermosa mujer
humana.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Si era sueño o fantasía, decidió que no le importaba. Ella había tocado su alma,
domesticando su parte Nereida, y no necesitaba la realidad, excepto la única dónde
estaba hasta ahora, dentro de ella, donde nunca podría olvidarle.

Levantó sus rodillas, posicionando la punta de su polla en su reluciente entrada,


y se condujo a casa, envainándose hasta la empuñadura hasta que su saco chocó
contra su hermoso culo y ella gritó. Apoyando su peso en un antebrazo, alcanzó entre
sus cuerpos y la tocó, frotó su propia suavidad contra el núcleo de sus terminaciones
nerviosas hasta que gritó de nuevo.

-"No aguanto más."- Dijo, jadeando y azotando su cabeza de lado a lado. -


"Justice, es demasiado. Demasiado placer."

-"Nunca."- Dijo, fascinado por la forma en que sus pezones se habían endurecido
en dos picos rosados. -"Nunca es demasiado."

Ella levantó las caderas, haciendo coincidir cada golpe, emitiendo deliciosos
gemidos que le llevaron a una hambrienta locura, y él la cabalgó (ambos la cabalgaron)
en un ritmo frenético. Sintió el momento exacto en que su cuerpo se apretó alrededor
de él y supo que estaba al límite, por lo que empujó más y más rápido, murmurándole
palabras cariñosas en un chorro de frenético lenguaje Atlante. Ella tenía que saber lo
mucho que la deseaba. Lo mucho que la necesitaba.

Esta vez, fue él quien gritó su nombre mientras se corría; estremeciéndose con
ella en una explosión cegadora de poder… y calor… y color que le condujo al borde de
la conciencia. Cuando se desplomó, con cuidado de rodar un poco hacia un lado para
evitar aplastarla, él se echó a reír.

-"Creo que es posible que hayas logrado lo que ningún enemigo ha sido capaz de
hacer en todos estos siglos. Creo que me has matado."

Ella yacía jadeante, abrazándolo con fuerza. Finalmente recuperó el aliento y ella
también empezó a reír.

-"Eso hace dos de dos. Si siempre es así, estamos en problemas."

Su risa se desvaneció y volvió la cabeza para mirar a los ojos.

-"¿Qué fue eso con los colores? Justice, yo... sentí como si estuviera dentro de tu
alma."

-"Fue la fusión de almas, Keely. La fusión de almas es un Regalo de Poseidón y


permite a un Atlante y su verdadera compañera ver el interior de las almas del otro.
Cuando me dijiste que viste la llama de Poseidón (esa llama azul-verdosa) en mis ojos,

258
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

lo supe. La fusión de almas marca el corazón de un guerrero tan permanentemente


como la marca de Poseidón marca nuestros cuerpos."

Trazó la marca en su brazo.

-"¿Esto? ¿Qué significa esto?"

-"El Tridente de Poseidón divide el círculo en representación de todos los


pueblos del mundo. El triángulo es la pirámide del conocimiento de los antiguos. Todos
los guerreros de Poseidón llevan esta marca como testimonio de nuestro voto de servir
a Poseidón y proteger a la humanidad."

Besó la marca y luego su pecho, anidándose contra él por un momento. Entonces


ella se apartó de él y se sentó.

-"Sabes, odio ser mundana en un momento como este, pero estamos en la selva
sin ropa, y hay insectos. Yo realmente, realmente no quiero picaduras de insectos
sobre mi trasero."

Él parpadeó, aturdido por su carácter realmente con sentido práctico, luego se


echó a reír de nuevo.

-"Sin mencionar que en cualquier momento tu estómago se va a poner a


retumbar, ¿no es así?"

Ella sonrió.

-"Bueno, ahora que lo mencionas…"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Treinta y Dos

Llamó al agua otra vez y se ducharon, incapaces de evitar tocarse uno al otro.
Keely sabía por lo que había visto en el alma de Justice que la tregua con el Nereida era
temporal. Tendría que encontrar una manera más permanente para incorporar ambos
lados del mismo en un todo coherente. Tal vez la Estrella de Artemisa realmente
podría ayudar con eso.

Se sentía como si estuviera clavando todas sus esperanzas en una roca mágica,
una que estaba muy lejos de todo en la tierra de un cuento de hadas. Pero, como se
recordaba a sí misma, ella acababa de viajar a través del espacio y el tiempo hasta la
selva de Guatemala con un Atlante. Es difícil permanecer en la negación después de
eso.

-"Tenemos que irnos."- Dijo finalmente, después de haberse vestido ambos.

La besó hasta que ella se quedó sin aliento y luego la soltó, una mirada de
determinación sombría en su rostro.

-"Sí, nos vamos. Tenemos que encontrar la Estrella de Artemisa para razones
mucho mayores que sólo la mía. Aunque siento un poco de esperanza para el futuro,
ya que la gloria de hacerte el amor ha domesticado incluso al Nereida dentro de mí."

Ella sintió la subida de calor en sus mejillas.

-"Eres muy glorioso tu mismo, pero si empezamos a hablar de hacer el amor,


nunca vamos a salir de este parche de selva."

Cerró los ojos y levantó las manos en el aire, y ella supo que estaba usando sus
sentidos para alcanzar y tratar de sentir la Estrella de Artemisa de nuevo. Sólo tardó
unos segundos.

-"La siento. Su llamada es más fuerte ahora. Debo estar ganando fuerza."- Señaló
en dirección noreste. -"Viene de allí."

260
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ella asintió con la cabeza, esperando que sus piernas temblorosas pudieran
llevarla por otra caminata. Todo su cuerpo se sentía débil y dolorido en lugares
inusuales después de su intenso amor. Sólo esperaba no tener rozaduras.

Se echó a reír a carcajadas. Keely la práctica, él estaba en lo cierto. Justice podría


reírse a carcajadas si escuchara sus pensamientos ahora. Justice dio media vuelta y
levantó una ceja inquisitiva, lo que sólo la hizo reírse más fuerte.

-"Nada. Sólo un pensamiento al azar. Lidera, entonces. Va a ser un paseo largo y


caliente."

-"No iremos caminando."- Dijo, haciéndole señas. -"Viajaremos con estilo. Al


estilo de la Atlántida."

Sólo podía mirar, deslumbrada, como él se transformó en un arco iris brillante de


niebla que tenía de alguna manera la forma y sustancia suficiente para levantarla por
los aires.

-Vamos a volar.- dijo en su mente.

Ella se disparó a través de las copas de los árboles en una alfombra mágica de
gotitas de agua que contenían la forma y la conciencia del hombre que acababa de
tener dentro de su cuerpo.

-Las rocas mágicas parecerían mundanas después de esto.

Volaron sobre la selva, rozando las copas de los árboles, como la fantasía de
vuelo de un niño. Keely se quedó sin aliento al ver a los monos regañándoles
ferozmente y se rió con deleite ante los pájaros de colores brillantes que volaban junto
con ellos, preguntándose claramente qué tipo de nuevo extraño 'primo' compartía sus
cielos.

-"La arqueología nunca fue tan divertida como esto antes."- Canturreó, con la
esperanza de que pudiera entenderla en ese estado, de alguna manera estaba segura
de que podía hacerlo.

No podía mirar todas las cosas suficientemente rápido, y su cabeza azotaba de


un lado a otro en su cuello tan rápidamente mientras miraba a su alrededor que
probablemente le daría un latigazo cervical.

-Estamos muy cerca de allí.

Ella asintió con aire ausente, mirando hacia abajo a través de una abertura entre
copas de los árboles a una pareja de elegantes jaguares cruzar los terrenos, los fluidos
músculos en movimiento bajo sus capas moteadas.

261
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Son tan hermosos."

-Hermosos y mortales.- dijo en su mente.

-"Más bien como tú."- Respondió ella, sonriendo.

En represalia, él la arrojó en el aire de manera que, por un momento, ella estaba


cayendo, sin apoyo, chillando de sorpresa, pero la capturó otra vez tan rápidamente
que nunca tuvo la oportunidad de tener miedo.

-"Eso sí que fue a propósito."- le reprendió. -"Espera a que tenga la oportunidad


de..."

La vista del humo la detuvo mitad de la frase. Espesas nubes de balanceante y


siniestro humo negro un poco lejos, en frente de ellos. Encontrar la Estrella podría no
ser tan sencillo como esperaban. La selva estaba ardiendo.

Justice olió el humo antes de verlo. De inmediato los llevó de vuelta a la tierra, a
una distancia segura de la pareja de jaguares, y se rematerializó. Automáticamente, su
mano comprobó para ver que su espada había hecho la transición con él.
Tranquilizado, la sacó de su vaina.

-"Keely, necesito que te quedes aquí mientras yo compruebo."

Ella negó con la cabeza.

-"Eso no sucederá. Ambos vamos a investigar juntos."

Él miró hacia ella, dándole el aspecto feroz que había causado a muchos
guerreros acobardarse ante él.

-"Esta es mi área de especialización, Doctora McDermott. Harás lo que yo digo y


permanecerás fuera de la trayectoria del peligro."

La obstinación establecida en su mandíbula le dijo que no estaba intimidada en


lo más mínimo.

-¡Por todos los Dioses, es magnífica!

-"Sí, bueno, mi área de especialización consiste en no hacerme asesinar en las


expediciones."- Espetó ella. -"Tú eres el que tiene las habilidades de combate y las
armas. Yo soy quien no va a esperar sola aquí para ti, en la trayectoria de quién sabe
cuántos jaguares hambrientos o incursiones de turbas de criminales. El Departamento
de Estado no emite advertencias de viajes sobre Guatemala sin ningún motivo, ya
sabes. Este es un país hermoso con gente maravillosa, pero mantiene un verdadero
peligro, y yo ni siquiera tengo mi pasaporte conmigo para respaldar mi identidad."

262
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ella estaba en lo cierto. Odiaba admitirlo, pero dejarla allí podría exponerla
incluso a más peligro que llevándola con él.

-"Bien, pero harás exactamente lo que yo diga cuando yo lo diga. Estaré muy
descontento con cualquiera que te ponga en peligro, y eso te incluye."

Ella levantó la barbilla.

-"No soy idiota o una colegiala estúpida de una película de terror barata. No voy
a salir corriendo hacia los brazos del tipo con la motosierra. Haré lo que digas, siempre
y cuando tenga sentido."

Quería sacudir algo de sentido en ella. Quería besarla hasta hacerle perder el
sentido. Por fin había encontrado su verdadera pareja, y ella estaba molestando la
mierda fuera de él.

-"Bien. Vamos. Quédate detrás de mí."

Él se quitó, casi corriendo. Algo sobre ese humo levantó una sensación de temor
en sus entrañas. Había visto demasiados campos de batalla en llamas, también muchos
pueblos y aldeas arrasadas por depredadores decididos a pastorear a los humanos
hasta las fauces en espera de los vampiros y cambiaformas.

Keely había dicho que los vampiros habían tomado el sitio de San Bartolo. Tal vez
habían decidido expandir su territorio. Después de todo, un Templo maya casi perdido
no les ofrecería ninguna oportunidad para alimentarse, pero un pueblo guatemalteco,
aislado de cualquier protección gubernamental, si podría.

Se dio la vuelta, aún en marcha, y levantó a Keely en sus brazos. Podrían moverse
más rápido de esta manera, y de repente tenía una necesidad urgente de velocidad.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Treinta y Tres

Keely quedó en estado de shock en el lugar que se extendía ante ellos cuando
Justice dejó de correr y la dejó en el suelo. Un pequeño pueblo (o lo que quedaba del
pueblo) estaba en ruinas humeantes y seguía ardiendo en algunos lugares.

-"¿Qué ha pasado aquí?"- Susurró.

-"Más bien quien ha pasado por aquí, supongo."- dijo Justice rotundamente, con
los ojos oscurecidos por la furia escaneando la zona. -"Es un truco vampiro común;
queman su presa cuando trata de esconderse. Los vampiros no pueden entrar en
lugares santificados, como probablemente sabes. Así que queman las iglesias
primero."

Indicó el más grande de los montones humeantes de escombros, y Keely se


quedó sin aliento cuando vió los restos carbonizados de una gran cruz de madera.

-"Pero... ¿la gente? ¿Crees que todos ellos consiguieron…?"

Las lágrimas corrían por su cara, desatendidas, ante el pensamiento de los


habitantes del pueblo quemándose vivos en la iglesia. El sonido inconfundible de una
escopeta de cartuchos amartillándose provino de detrás de ellos.

-"No, señora, ellos no consiguieron matar a todos. ¿Usted y su amigo piensan en


rematarnos?"

Justice gruñó una cadena de palabras tan duras y guturales que estaba segura de
que no quería entender lo que había dicho. Se dio la vuelta, colocándose entre ella y el
hombre de la escopeta.

-"Nosotros no somos tus enemigos, pero si amenazas a mi mujer, le darás la


bienvenida al regreso de los chupasangres en comparación con lo que voy a hacerte a
ti y los tuyos."- gruñó Justice. -"¿Cuál es tu nombre y cuál es el nombre de tu pueblo?"

264
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Keely miró por encima de su hombro al hombre de la pistola. Era delgado, con el
pelo oscuro cayendo desgreñado sobre sus ojos. Llevaba vaqueros y una camisa de
color blanco roto que brillaba sobre su piel de bronce. Sus rasgos faciales tenían la
clara evidencia de su herencia maya.

El hombre se encogió de hombros, o bien poco impresionado o bien demasiado


cansado de la violencia para responder a la amenaza de Justice.

-"Mi nombre es Alejandro y estás en Las Pinturas. Por lo demás, me preocupo


poco por tus amenazas, espada o no. Sin embargo, yo no daño mujeres, a diferencia de
esos hijos de puta de vampiros que nos atacan una y otra vez."

-"¿Por qué seguís aquí?"- Preguntó Justice. -"Estáis locos si creéis que no van a
volver una y otra vez."

Los ojos de Alejandro se convirtieron en hielo.

-"¿Crees que no habría quitado a mi pueblo del peligro si pudiera? Las primeras
cosas que destruyeron fueron nuestros vehículos."

Indicó una pila humeante de metal casi escondido detrás de uno de los edificios.

-"Tenemos nuestra radio, y hemos pedido ayuda, pero hay al parecer una ola de
violencia produciéndose en este momento y estamos bajos en la lista de prioridades."

-"Vamos a ayudar, ¿no?"- Dijo Keely, poniendo una mano sobre el brazo de
Justice. -"Tenemos que hacer lo que podamos."

Justice dijo nada, pero dio una leve inclinación de cabeza, con el rostro
inexpresivo, sin mostrar nada de sus sentimientos. Keely intentó tentativamente
alcanzar con sus emociones o su mente, pero no encontró nada más que oscuridad. Él
había protegido su mente de ella, y no sabía lo suficiente sobre la fusión de almas para
entender cómo romper a través de sus defensas.

Ella movió la mano para estrechar la suya, de todos modos, y la ligera presión de
sus dedos la tranquilizó. Había ido al modo de guerrero protector; eso era todo.
Mirando a la destrucción a su alrededor, no podía culparle exactamente.

La mirada de Alejandro pasó rozando a Keely y Justice, y lo que vió le pareció


tranquilizarle, porque bajó el arma y gritó:

-"Son suficientemente seguros. Podéis salir ahora."

Al principio uno, luego otro, y finalmente casi veinte adultos salieron de donde
habían estado escondidos detrás de las hogueras humeantes.

265
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Sólo después de que todos habían rodeado completamente a Keely y Justice, fue
cuando aparecieron seis niños para reunirse con sus padres, aunque cautelosamente.
El corazón de Keely se hundió ante la visión de las caras aterrorizadas de los niños.

-"No vamos a haceros daño."- les dijo en voz alta, hablando con fluidez en
español. -"Somos amigos."

Una niña pequeña, de no más de cinco o seis años, empujó entre la fila de los
adultos y se quedó mirando hacia Keely con sus enormes ojos oscuros, sosteniendo un
animal de peluche sucio en sus brazos. Ninguno de los habitantes del pueblo se
apresuró a reclamarla; de hecho, muchos de ellos la miraron con diversos grados de
recelo, y una mujer de edad incluso subrepticiamente hizo la señal contra el mal de ojo
y luego escupió en la tierra. La niña se estremeció y Keely de repente, quería abofetear
la cara de la vieja bruja supersticiosa, ferozmente.

-"Eleni."- llamó Alejandro bruscamente. -"No te pongas demasiado cerca de


ellos."

-"Pero Justice podrá apagar los incendios con su agua."- Dijo Eleni. -"Y la Doctora
Keely nos ayudará a encontrar a Mama."

Keely se quedó sin aliento.

-"¿Cómo sabes nuestros nombres?"

-"Eleni con frecuencia... sabe cosas."- Dijo Alejandro en Inglés. -"Ella no habla
nada de Inglés, sin embargo, así que voy a usar tu lengua para decirte que su padre
murió hace mucho tiempo y su madre ha muerto hace varias semanas. Los vampiros se
la llevaron y dejaron su cabeza para que yo pudiera encontrarla. Hemos tratado de
decirle esto, pero ella no puede o no quiere entenderlo."

Las líneas en el hermoso rostro de Alejandro se profundizaron y la furia en sus


ojos prometió venganza. Justice tenía una expresión a juego en su rostro. Los dos
guerreros eran casi un espejo el uno del otro, aunque a partir de culturas muy
dispares.

-O, tal vez no. Si los Atlantes se habían asentado en aquellas tierras mayas
hace más de once mil años...

Keely sacudió la cabeza para despejarse de las reflexiones aleatorias. Ahora


ciertamente no era el momento de perder la concentración.

266
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Eleni hizo algún pequeño sonido y miró a Keely, pozos profundos de pérdida y
tristeza en sus ojos. La chica no hizo ademán de acercarse, tan sólo se acurrucó en sí
misma como si temiera un rechazo. Keely era completamente incapaz de mantener
cualquier tipo de desapego mirando esta pobre niña que le recordaba a otra niña, hace
tanto tiempo. Una niña cuyos padres tenían miedo de lo que era.

Pero al menos Keely había tenido padres, a pesar de que no pudieron


proporcionar mucho en forma de apoyo emocional. La pobre Eleni había perdido los
suyos, a ambos. Keely se puso de rodillas y le tendió los brazos a la niña, que vino
voluntariamente a ella, puso su pequeña cabeza en el hombro de Keely y levantó el
animal de peluche para que Keely pudiera verlo. Keely sintió un agudo puñetazo en el
estómago cuando se dio cuenta que no era un juguete en absoluto, sino una zapatilla
borrosa, muy gastada enmarañada y manchada de sangre.

-"Mamá dejó su zapatilla, ves."- confesó Eleni confiadamente. -"Me preocupa


que sus pobres pies se estén enfriando."

Las Pinturas, al crepúsculo

Justicia llevó la última carga de bienes aprovechables a la única casa que había
quedado relativamente indemne por la destrucción de los vampiros y se los entregó a
las mujeres que estaban organizando las tiendas. Algunos de los productos enlatados
habían sobrevivido. Varias mantas carbonizadas en los bordes pero todavía servibles.
Varios artículos personales que los aldeanos habían retirado de los escombros. Lo que
los incendios no habían arruinado, lo trajeron allí.

267
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Volvió a mirar a lo que quedaba de la aldea, y el auto-disgusto revolvió como el


ácido en sus entrañas. No había tenido más remedio que llamar al agua para apagar los
incendios. Habrían perdido todo si no lo hubiera hecho. Pero los ojos de ese niño
agarrando su colección empapada de cromos de béisbol medio quemados habían
revuelto su estómago. O arrancado un órgano más arriba en su pecho, aunque no
admitiría eso.

Estas personas le recordaban a aquellos colonos americanos por los que había
estado luchando para salvarles, de regreso a aquella noche de hace tanto tiempo,
cuando él había tallado el pez de Keely.

Valientes y obstinados. Dispuestos a vivir sus vidas aquí en la naturaleza, sin


ninguna regla o restricciones de hombres... o de gobiernos. Eran campesinos que
luchan por lograr una vida de subsistencia, pero eran orgullosos. Alejandro era quizás
el más orgulloso de todos ellos. Había hecho el trabajo de diez hombres, ordenando y
engatusando a su pueblo a trabajar rápidamente para salvar todo lo que se podía
salvar y parapetarse el edificio para poder ocultar a las mujeres y los niños en el
interior cuando la oscuridad cayera de nuevo. Orgulloso y valiente, ambos. Alejandro
sería un buen guerrero.

-Están locos.- dijo en su mente el Nereida con desprecio. -Con la protección de la


patrulla Paranormal Ops guatemalteca tan lejos… no son nada más que carnada
para los chupasangres.

-"Llamaron esta mañana por radio a la P-Ops, después de que los vampiros se
fueron."- Dijo Justice.

Entonces se dio cuenta de que acababa de responderse a sí mismo en voz alta.

-"Está bien, ahora estoy listo para las habitaciones protegidas del Templo; eso es
seguro."

Keely caminó por el suelo calcinado hacia él. Su rostro estaba manchado de
tierra y cenizas, pero, para él, brillaba como una llama. Ella había atado su abundancia
de pelo apartándolo de su cara, y él quería dejarlo suelto y enterrar su cara en aquellas
hebras de seda. Inhaló su dulce aroma, después de tantas horas con el olor acre de las
hogueras llenando sus fosas nasales y sus pulmones.

-"¿Dijiste habitaciones de protección del Templo? ¿Qué son?"- Preguntó ella,


siempre científica curiosa, incluso con los huesos cansados como debía estar.

Inclinó la cabeza para besarla, porque él no podía hacer nada más. Un


sentimiento tan grande enroscado dentro de él que la presión seguramente estallaría
sus costillas.

268
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

No había nada más importante que Keely, ningún momento de su vida desde
este día que él no dedicara a agradecer a todos los Dioses por ella. Cerró los brazos a
su alrededor y tiró de ella tan cerca que podía sentir su corazón latiendo en su pecho.

Pero un guerrero preparándose para la batalla debe planear la estrategia con la


cabeza, no con el corazón, y por eso la dejó ir, a regañadientes.

-"Quiero sacarte de aquí."- Repitió por enésima vez desde que habían llegado. -
"He tratado y tratado de llamar al portal, y no va a responder a mi llamada. Tal vez
estoy demasiado dañado y la magia Atlante no me va a reconocer de nuevo."

-"Nunca."- Dijo con firmeza, enviando una ola de calor a través de él.

Ella creía en él, y aunque no podía darle crédito con tener cualquier buen sentido
para hacerlo, ofreció su agradecimiento a Poseidón que la creó.

-"No puedo llegar a Conlan o incluso a Alaric, tampoco."- Admitió. -"Están


demasiado lejos, o quizás se han vuelto contra mí. Ellos saben que estamos aquí; les
dijiste que la Estrella estaba en San Bartolo. No puedo creer no hayan venido en
nuestra ayuda, a menos que yo realmente esté exiliado."

-"Son tu familia, Justice. No van a renunciar a ti. "- le dijo.

Un destello de dolor recordado cruzó su rostro, pero ella negó con la cabeza ante
cualquier pensamiento que lo había causado.

-"Yo sé de las familias y del abandono, y tus hermanos estaban dispuestos a


morir por ti. No renuncies a ellos, porque ellos no renunciarán a ti. Puedo sentirlo."

La esperanza trató de enviar una tentativa bengala, pero él la aplastó sin piedad.
Mejor ser sorprendido que tener que vivir con la angustia de las expectativas
destrozadas.

-"Podemos hablar de eso en otro momento, amara mía. Si los vampiros vuelven
de nuevo, no podré soportar que estés en cualquier punto cerca de este lugar. Si
resultas herida, entonces ahogaré la propia tierra con mi rabia. Tal vez ni siquiera estos
aldeanos estarán a salvo."

Ella cruzó los brazos sobre su pecho y levantó la barbilla.

-"Confío en ti. Acabas de trabajar toda la tarde para ayudarles; nunca vas a
hacerles daño. No me hagas tener esta discusión contigo otra vez. Yo no voy a ninguna
parte hasta que nos puedas sacar a todos de aquí, y admitiste que tu energía casi ha
desaparecido."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Era cierto. Había utilizado el poder Nereida de transporte para llevar a un niño
herido y su madre a la clínica médica más cercana, y el uso de su nuevo poder le había
agotado tanto que casi se había perdido a sí mismo en el flujo de energía en el viaje de
regreso. Una vez que las partículas de su ser se hubieran dispersado y se extendieran a
través del universo, él nunca habría vuelto a sí mismo. Nunca podría haber encontrado
a Keely, nunca jamás. El terror acuchilló a través de él ante esa idea. No, no se
arriesgaría a más viajes de esa manera hasta que estuviera seguro de que sus energías
habían regresado. Ella puso una mano en su brazo.

-"Si pudieras viajar como niebla de nuevo, o hacer esa cosa de súper-velocidad, o
cualquier cosa que pueda ayudar a trasladar a estas personas, eso sería otra cosa. Pero
no eres sobrehumano..."

De pronto dejó de hablar y se rió con cansancio.

-"Supongo que sí eres sobrehumano, sin embargo, ¿no es así? No es que el


humano promedio pueda hacer cualquiera de las cosas que has hecho hoy. Eleni
incluso te llama 'Señor Superman'."

-"Sí, bueno, mi capa está en la tintorería."- Dijo salvajemente. -"No soy un


superhéroe, Keely. Soy un monstruo. Una parte de mí piensa que estas personas son
tontos y ovejas que merecen ser abandonadas."

Acercándose a él, puso las manos en sus mejillas y tiró la cabeza hacia la suya.

-"Pero no lo haces, y esa elección es lo que te hace diferente de los monstruos."

Poco a poco, sonriéndole, levantó la cara y le besó suavemente. Él la dejó tomar


la iniciativa y se quedó inmóvil, exquisitamente sensible a la sensación de sus labios
sobre los suyos. Ella emplumó besos en sus labios, el mentón y la mandíbula hasta que
un destello de calor chamuscó a través de su cuerpo como un rayo, y él no pudo
soportarlo más. La levantó en sus brazos, cruzó el claro tan rápido como pudo, y se
retiró a un lugar a unos metros dentro de los árboles, por lo que quedaron bloqueados
de la vista.

-"Justice."- Dijo con un grito ahogado, pero él se tragó su jadeo y la levantó,


apoyó la espalda contra el árbol, y capturó su boca con la suya.

La besó y cada onza de finura, todas las artes de la dulzura que jamás había
conocido le abandonaron de modo que fue tan rudo y torpe como un colegial. La
deseaba más de lo que había deseado nunca a cualquier mujer. ¿Cómo podía ser tan
desenfrenado?

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

La necesidad era demasiado grande, demasiado insoportable, y si él no tenía la


envuelta en sus brazos y desnuda debajo de él pronto, el dolor se lo llevaría de nuevo,
de vuelta a la locura, el ardor y la oscuridad. Cada pizca de su ser se centró en sus
labios, mientras la devoraba, y en su polla, mientras corcoveaba contra ella. Debía
tenerla, o se perdería para siempre.

Pero fue salvado; estaba completo. Ella era su bienestar y su corazón y su hogar.
Ella le devolvió el beso, y todo estaba bien en su mundo. El sabor cálido de su boca,
dulce desde la taza de chocolate caliente que había bebido con su escasa cena de
productos enlatados, le provocó y le torturó, barriendo tempestades marinas agitadas
de añoranza y hambre a través de él. Su cuerpo realmente se estremeció con la
enormidad de su necesidad, y él levantó la cabeza, respirando con dificultad.

-"Keely, necesito... necesito..."

-"¿Señor Justice?"

La pequeña voz vino de detrás de él, pero se tomó un momento para que se
registrase en su frenética mente.

-"Justice, bájame."- susurró Keely con urgencia. -"Es Eleni."

Se agarró a ella con más fuerza por un instante, y luego la soltó, aunque de mala
gana, respirando con dificultad y tratando de recuperar su equilibrio. Keely atropelló a
la niña y se arrodilló frente a ella.

-"¿Estás bien, Eleni?"- Preguntó en su hermoso acento español. -"¿Hay algún


problema?"

Eleni apretó esa lamentable zapatilla contra ella y negó con la cabeza.

-"Ellos vienen, Keely. Los malos están de vuelta y casi están aquí."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Treinta y Cuatro

Keely levantó a Eleni en sus brazos y deseó desesperadamente que pudieran


llevarse a la niña lejos, muy lejos del peligro y de la superstición. El rostro de Justice se
endureció y sacó la espada de su vaina, haciendo una mueca hacia la hoja ennegrecida.

-"Yo hubiera pensado que estarían saciados durante al menos una semana
después de incursión de la noche anterior."- Dijo con gravedad. -"O hay más vampiros
en esta manada de sangre de los que Alejandro conocía, o éstos chupasangres son
muy voraces."

Eleni se estremeció y Keely sacudió la cabeza ante Justice. La niña no necesitaba


oír hablar de eso; había vivido a través de ello y perdió ambos padres por los vampiros.
Él inclinó la cabeza en reconocimiento y luego salió de los árboles de vuelta a la aldea.
Ella le siguió, sosteniendo a Eleni, que se aferraba a ella como uno de los monos
nativos, sus piernas y brazos dolorosamente delgados aferrados a Keely y la siempre
presente zapatilla entre ellas, apestando con el olor como de óxido de la sangre seca.

El pueblo estaba casi tranquilo en las sombras oscuras del crepúsculo. Unas
pocas personas dispersas se movían o estaban en pequeños grupos, hablando en voz
baja. Dos hombres montaban guardia, escopetas en mano, escudriñando el perímetro.
Ellos por reflejo levantaron sus armas cuando vieron a Justice y Keely, luego las
bajaron de nuevo, asintiendo con su reconocimiento. Alejandro apareció de repente,
casi materializándose desde la oscuridad.

-"No soy de la opinión de bajar la guardia hasta que estemos acomodados con
seguridad en los vehículos de la unidad P-Ops."- Dijo. -"Sé que has hecho el trabajo de
cinco hombres, y no sé cuánto de cansado estás, usando tales poderes increíbles, pero
¿podrías estar dispuesto a asumir un turno? Tu espada..."

-"Ellos están viniendo."- Dijo Justice rotundamente, interrumpiéndole. -"Eleni


nos advirtió, y suponemos que ella tiene razón. Reúne a todos los hombres físicamente
capacitados..."

272
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Y a las mujeres."- intervino Keely. -"Necesitaremos unir fuerzas todos nosotros
para obligarles a retirarse."

Justice la fulminó con la mirada, pero no respondió a su comentario.

-"¿Dijiste que no había más de una docena anoche, Alejandro?"

-"Sí, y eso era lo máximo que jamás han enviado. Creo que esa era la totalidad de
la manada de sangre."

-"Una docena de vampiros es lo que llamamos 'un buen comienzo' en la


Atlántida."- Dijo Justice, sonriendo lobunamente. -"Tú y yo, con dos o tres de tus
mejores tiradores nos encargaremos fácilmente y haremos que se arrepientan de
haber puesto un pie en Las Pinturas jamás."

El destello blanco de los dientes de Alejandro brilló, sorprendiendo en la


creciente oscuridad.

-"Encuentro que me gustas mucho, aunque me reservo el juicio sobre tu


pretensión de ser del continente bajo las aguas."

-"Sí, bueno, vamos a ponernos todos femeninos y hablar de nuestros


sentimientos más adelante."- Dijo Justice. -"Keely, a la casa de seguridad. Ahora. Lleva
a la niña contigo."

"Ella puede quedarse con los otros."- protestó Keely. -"Soy una tiradora
condenadamente buena y puedo ayudar."

-"No me importa si puedes disparar fuera el ojo de una sanguijuela a doscientos


metros de distancia."- gruñó Justice. -"Tienes que estar segura o perderé mi precario
agarre en la cordura y destruiré todo y a todos los que se muevan en kilómetros a la
redonda."

Alejandro se quedó inmóvil, con las manos apretando en su escopeta. Luego se


volvió a con Keely.

-"No me cabe duda de que lo dice de veras. En serio, señora. Por favor, haz lo
que dice."

-"Bien."- Espetó ella.

No iba a perder un tiempo valioso discutiendo cuando los minutos hasta que los
vampiros llegaran estaban marcando los segundos. Pondría a Eleni a salvo y luego
encontraría un arma. De ninguna manera se quedaría acurrucada en un rincón como
un conejo asustado.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Mientras corría a través del claro, oyó a Justice y Alejandro gritando órdenes a
sus espaldas. Los hombres llegaron corriendo, con las armas en sus manos y una
sombría determinación en sus rostros. Una de las mujeres se reunió con Keely en la
puerta del edificio y extendió los brazos hacia Eleni.

-"Ven conmigo, pequeña."- la calmó. -"Deja ir la doctora, por ahora."

Eleni gritó y clavó los talones en los riñones de Keely.

-"No, no, no. ¡Quiero ir con Keely!"

-"Está bien."- Dijo Keely, entrando en la habitación y buscando una pila de


mantas donde podía depositar a Eleni. -"Eleni, tienes que escucharme. Tengo que
ayudar a Justice..."

-"El Señor Superman no necesita nuestra ayuda."- Dijo Eleni amenazadoramente.


-"Te quedas conmigo."

Keely se arrodilló en el suelo y trató de soltar suavemente los brazos de Eleni de


su cuello.

-"Por favor, cariño. Me comprometo a venir de vuelta a ti, ¿de acuerdo? Porque
incluso Superman necesita ayuda a veces."

Abruptamente, Eleni soltó a Keely, envolvió sus brazos alrededor de ella misma y
comenzó a balancearse.

-"No vas a volver. Nadie vuelve a mí."

Keely abrazó a la niña, pero ella se había puesto tan rígida e inflexible como una
tabla.

-"Lo haré. Te lo prometo."

Pero los ojos de Eleni habían quedado amplios y en shock; ella empezó a tararear
una melodía discordante para sí misma y Keely supo que no tenía tiempo para romper
con ese estado. Sólo podría tranquilizar a la niña volviendo como le había prometido.

La amable mujer que las había recibido en la puerta se arrodilló junto a Keely,
con una escopeta en sus manos.

-"Cuidaré de ella, Doctora McDermott. No soy tan supersticiosa como estas


otras. Toma esto y ayuda a protegernos de estos demonios."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Keely asintió su agradecimiento, incapaz de hablar por el nudo en su garganta.


Ella dio un beso en la parte superior de la cabeza de Eleni y luego tomó la escopeta de
manos de la mujer y corrió hacia la puerta, esperando que no fuera demasiado tarde.

Justice llamó al agua y se sintió aliviado cuando ella inmediatamente respondió a


su llamada, temblando en espera en el borde del claro como le había mandado. Al
menos uno de sus poderes Atlantes no se había perdido, entonces, a pesar de que la
magia caprichosa del portal de la Atlántida no respondía ante él. El crepúsculo se había
convertido en noche cerrada y los ricos olores terrosos de la selva pulsaron sobre él,
para contrarrestar el hedor residual de edificios quemados y sueños carbonizados.

Alejandro se arrodilló detrás de un carro volcado a solo una docena de pasos de


distancia, nivelando su escopeta en la dirección que el ataque había llegado la noche
anterior. Por supuesto, incluso los chupasangres sabían lo suficiente como para variar
sus métodos y direcciones de ataque, pero sería cuestión de segundos girarse para
enfrentar la amenaza si llegara desde otro punto.

-"Puedo oírles venir."- Dijo Justice tranquilamente. -"Estad listos."

Alejandro asintió y le pasó la palabra a los demás hombres, que se mantuvieron


fuertes y resueltos, a pesar de que sus rostros estaban pálidos de miedo. Todos ellos
habían perdido a familiares por los vampiros. Sabían lo que se enfrentaban, y no tenían
más poderes que sus sencillas escopetas y un montón de estacas de madera al lado de
cada hombre. El truco (o el problema) consiste en acercarse lo suficiente para usar una
de esas estacas.

-Tengo una sorpresa para ti, si insistes en ayudar a estos patéticos humanos.-
dijo el Nereida con aire de suficiencia.

-¿Qué es? Y más vale que sea rápido y útil.- advirtió Justice.

-Tú decides.- contestó el Nereida.

Luego pasó por la mente de Justice una sucesión de visiones (visiones de


conocimiento) tan rápidamente que casi se tropezó con el vértigo.

De repente, lo supo. Era como si siempre lo hubiera sabido. Supo como acceder
al poder de su otra mitad, de su ascendencia Nereida. Podía manejar el agua como un
Atlante. Podía manejar la locura como un Nereida.

Como ambos, podría llevar a la destrucción total de los vampiros que eligieron
ese minuto para elevarse a través de los árboles y de la tierra en el suelo, a menos de
tres metros delante de él. La locura y la confusión, y sería muy fácil.

275
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Aún así, él amaba la sensación de su espada en sus manos.

-"Tú no perteneces aquí."- le siseó el vampiro al frente del grupo.

Mientras, Justice contó nueve más, riendo y merodeando para intentar flanquear
su grupo.

-"No eres un aldeano, ni siquiera eres nativo de esta tierra."

Justice levantó la espada y el vampiro dio un paso atrás, de repente vacilante.

-"Pertenezco a todas partes y a ninguna, chupasangre. Tú, sin embargo, llevas el


sello de la herencia maya, y aún así atormentas a estos compatriotas tuyos. Esa es la
peor clase de traición."

Alejandro se puso de pie, apuntando su arma a la cabeza del vampiro.

-"Propongo un trueque."- Dijo con calma.

El vampiro soltó una ráfaga de escalofriante risa.

-"Que trueque podría..."

La escopeta se sacudió, rugió y explotó la cabeza del vampiro en trozos ácidos de


cráneo y de carne. Justice lanzó una mirada a Alejandro, quien se encogió de hombros
mientras el cuerpo sin cabeza del vampiro cayó al suelo, disolviéndose en un torrente
de fango.

-"Mi casquillo de escopeta por su cabeza. Parecía justo para mí."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Luego se giró prácticamente sin mirar y reventó la cabeza de otro, aún con esa
extraña calma. Justice levantó su espada y gritó un grito de batalla.

-"¡Por Las Pinturas!"

Luego se lanzó hacia los vampiros, rasgando, rebanando, y cortando en rodajas,


un estudio de gracia en movimiento, siglos de formación y práctica evidentes en cada
movimiento. No importa lo que Anubisa había hecho con él, no importa qué batallas
lucharan los lados dispares de su herencia por la posesión de su mente y su alma, era
un guerrero Atlante. Un guerrero de Poseidón.

-Y todos estos vampiros van a morir.

Dos de ellos se lanzaron hacia él en un movimiento coordinado. Esquivó al


primero, cortando su cuello mientras volaba sobre él, entonces circundó alrededor en
un movimiento suave para impulsar su espada en el otro.

Cuando el vampiro gritó y murió, un torrente de potencia se disparó, muy


caliente y poderoso, a través de la hoja de su espada y entró corriendo por el brazo de
Justice, que casi perdió su control sobre ella. En cambio, él levantó su brazo en el aire y
gritó el ardor de su alegría mientras la espada brillaba con luz propia; primero
aparecieron los símbolos en la hoja (como había sucedido en el Vacío) y después toda
la hoja fue transformándose del odiado negro opaco a un fuego azul plateado.

-"¡Por la Atlántida!"- Gritó.

Luego llamó al agua que se había mantenido a la espera de sus órdenes en la


cercanía y lanzó su brazo izquierdo hacia adelante, señalando a un grupo de los
vampiros restantes. El agua obedeció su mandato y se formó a sí misma en flechas
mortales de brillante hielo y se disparó hacia los vampiros en una lluvia de muerte
afilada.

Mientras los tres caían, con sus cabezas rodando para otro lado, se escucharon
los sonidos de dos escopetas diferentes apagarse. Alejandro había cobrado otra pieza,
reventando su cabeza, y otro aldeano había perforado un agujero en el pecho de otro
vampiro. Por desgracia, había fallado el corazón, y la herida estaba cerrándose delante
de sus ojos.

Un tercer disparo de escopeta sonó, esta vez detrás de él. Justice se dio la vuelta
para ver a Keely de pie, delante de la puerta de la casa de seguridad. Apenas a cinco
metros de ella, otro vampiro se disolvía en el suelo en un charco de baba verde.

Keely se quedó allí, temblando, con las manos sosteniendo con firmeza la
escopeta en su hombro, sus ojos enormes cuando levantó la vista y miró a Justice.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Yo... yo lo logré."- Dijo con una voz temblorosa que desató la furia de un millar
de monstruos en la mente de Justice.

Un odio más grande que el mundo se hinchó dentro de Justice ante la idea de
que uno de ellos había estado tan cerca de ella. La furia más profunda que cualquier
océano pulsó a través del Nereida en olas de hielo y fuego.

-"Hemos terminado de jugar con vosotros."- Dijo, y dejó caer su espada, levantó
los brazos en el aire, y rugió un sonido que sacudió los propios árboles.

Cortando sus brazos hacia abajo a través del aire, arremetió una onda de choque
de fuerza de conmoción por el claro, derribando a los aldeanos sobre sus culos,
mientras viajaba directamente contra los vampiros.

Como el agua estrellándose contra las rocas, la ola de su furia se estrelló contra
los vampiros restantes, y cada uno de ellos explotó en una sangrienta lluvia de ácido y
carne. Justice oyó gritar, pero no sabía si se trataba de otra persona o de su propia
garganta mientras la fuerza del poder que había convocado intentó sacudir su mente
libre de sus amarras.

La locura se rió de la cordura y el poder, el poder, ¡oh, por todos los Dioses! El
poder de ello le hizo señas y le sedujo hasta que empezó a girar alrededor, goteando
con ácido y trozos de vampiro salpicado, riendo, y riendo, y riendo. La corriente
cósmica del universo fluía a través de él y alrededor de él, invitándole a bailar un vals
de las edades.

-¿Por qué no me dijiste? ¡Somos todopoderosos! ¡Vamos a matarlos a todos y


tomar cualquier cosa y todo lo que queremos!- exigió Justice a su mitad Nereida.

El Nereida estuvo extrañamente en silencio por un largo momento. Entonces


finalmente respondió.

-Pero ¿y si todo lo que queremos es algo que debe ser dado a nosotros, no
tomado?

Justice dejó de girar, congelado a la inmovilidad por las palabras. Entonces una
voz tranquila rompió a través de la locura.

-"Justice, vuelve a mí. Te necesitamos. Te necesito. Por favor vuelve a mí."

Obligó a sus ojos para concentrarse en lo que estaba justo delante de él, en lugar
de mirar hacia fuera en la corriente de energía del universo. Liberó los colores y la luz
el tiempo suficiente para averiguar por qué aquella voz le llamaba tan poderosamente.

Era ella. Era Keely, y estaba llorando.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Por Favor. Por favor vuelve a mí. Estás aterrándoles, y a mí también."

La vista de sus lágrimas cristalinas trazando un camino por sus mejillas cortó
directamente en su corazón. De repente, él lanzó el poder y empujó a través de la
locura. El Nereida dentro de él le ofreció una sensación de intensa alegría y necesidad.

-Ella es nuestra, y nos ha dado su amor. ¿Qué más puede importarnos?

Justice extendió los brazos, y Keely entró en ellos, sin hacer caso del embrollo
que le cubría.

-"¿Es verdad?"- le preguntó, sin importarle que varios aldeanos estaban


alrededor suyo, muchos de ellos con escopetas mantenidas a media asta. -"¿Me
amas?"

Se aferró a su camisa por un momento, luego se apartó de él y le miró, con


sencilla incredulidad en su rostro.

-"¿Qué si te amo? ¿Qué si te amo? ¿Estás volviéndote loco bromeándome?


¿Crees que habría pasado por un infierno como lo he hecho en estos últimos días solo
por cualquiera?"

Girando sobre sus talones, comenzó a alejarse, pero él corrió hacia adelante y la
agarró del brazo, sabiendo que tenía que escuchar las palabras.

-"Dímelo ahora. ¿Es verdad?"- Repitió. -"¿Me amas?"

-"Sí, Te amo."- Dijo ella, casi escupiéndole las palabras.

No era la forma en que había imaginado su declaración de amor, pero era un


comienzo.

-"Keely, tú debes saber que..."

-"Oh, cállate."- lloriqueó.

Luego cargó contra él y le dio un puñetazo en la cara.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Treinta y Cinco

Justice se frotó la mandíbula, que realmente le dolía. Para ser solo una científica,
encajó un infernal golpe. Una sonrisa se extendió por su cara, lo que hizo que le doliera
el labio partido, pero no le importó.

-¡Por todos los Dioses, era magnífica!

Alejandro bajó la escopeta y silbó apreciativamente, mirando detrás de Keely.

-"Si yo la hubiera visto primero, tendrías absolutamente una pelea en tus


manos."- Dijo con admiración. -"Esa es una gran mujer."

Justice entrecerró los ojos y gruñó al advenedizo.

-"Ve cerca de mi mujer y yo..."

-"Sí, sí. Si has terminado enloqueciendo con nosotros, tenemos un rehén."- Dijo
Alejandro, interrumpiéndole. -"Y si hay alguna manera de que me puedas enseñar esa
cosa de la explosión, daría mi brazo derecho por saber ese truco."

-"Ese truco, como tú lo llamas, es un poder otorgado por mi herencia Nereida."-


Dijo Justice, reclamando por primera vez en su vida al pueblo de su madre con orgullo.

Algo dentro de él se calentó y se expandió ante este hecho.

-"No puedo enseñárselo a alguien que no es Atlante y no es Nereida."

-"Es una lástima."- Dijo Alejandro con una sonrisa triste. -"Pero gracias por no
explotarnos a todos nosotros. Tuve miedo, cuando viste que Keely estaba amenazada,
de que todos íbamos a ser simplemente daños colaterales."

-"Era un miedo válido."- admitió Justice, luego miró a su alrededor. -"¿Has dicho
un rehén?"

-"Por aquí."- llamó uno de los hombres.

280
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Dos de ellos caminaron hacia arriba, arrastrando a uno de los vampiros entre
ellos. Era el que había recibido un disparo en el pecho, y la herida todavía estaba
cerrándose.

-"Debe de haber caído al suelo desde la lesión, por lo que escapó de ser
capturado en esa ola de muerte, o como se llame."- Dijo el hombre, inclinando la
cabeza un poco hacia Justice pero manteniéndose distanciado a una prudente
distancia.

Alejandro inclinó la escopeta.

-"Bastante fácil. Apartaos lejos de él."- Ordenó a sus hombres.

-"No."- dijo Justice. -"Tengo una idea mejor. Le enviaremos a casa con un
mensaje."

-"Bien. Este es el mensaje."- Dijo Alejandro, levantando la escopeta y disparando


con un movimiento suave.

La mitad superior derecha de la pierna del vampiro desapareció y éste empezó a


gritar.

-"En realidad me refería a un mensaje verbal, pero eso funciona, también."- Dijo
Justice, admirando la obra de aquel hombre. -"Eres muy bueno con la escopeta."

-"Vamos a mataros a todos."- chilló el vampiro. -"Vamos a volver con toda


nuestra manada de sangre y despedazaros en pequeños pedazos y..."

-"¿Quieres que le deje estallar tu cabeza con esa cosa?"- Preguntó Justice,
inclinando la cabeza hacia un lado como si realmente estuviera interesado en la
respuesta.

El vampiro tartamudeó al silencio, agarrando su pierna herida, que ya empezaba


a sanar, y disparó miradas mortales hacia todos ellos.

-"Bien. Entonces, aquí está el mensaje. Tu y los tuyos os mantendréis alejados de


Las Pinturas para siempre. Si alguna vez vemos ni la más mínima señal de alguno de
vosotros, vamos a cazaros y destruiros, y créeme cuando digo que la técnica
explotando vampiros fue sólo un truco de fiesta en comparación con la destrucción
que haré llover sobre vuestros culos chupasangres."- dijo Justice.

Su tono tranquilo pareció aterrorizar al vampiro, que balanceaba su cabeza y


trató de dar una sonrisa insinuante.

281
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Sí, te escucho. Daré el mensaje."- gimoteó. -"Si me dejas ahora, voy a


apresurarme para difundir tu mensaje a los cuatro rincones de la región."

Justice miró a Alejandro.

-"¿Estás satisfecho?"

-"Puedo vivir con ello. ¿Puedo dispararle de nuevo?"

Justice se encogió de hombros.

-"Tu pueblo, tu mensaje."

El vampiro gritó, luego cayó al suelo y comenzó a llorar, lágrimas rojas de sangre.

-"No, por favor, no. No puedo difundir el mensaje si estoy demasiado herido
como para moverme."- balbuceó.

Alejandro dio un paso adelante y pateó al vampiro en la cara.

-"Has matado el último de mi pueblo, hijo de puta no-muerto. Cuento con que
nunca, nunca vuelvas o yo personalmente voy a arrancarte las pelotas fuera de tu
cuerpo."

-"Sí, sí, quiero decir, no, no, lo que tú digas."- farfullaba el vampiro.

Alejandro hizo una seña a sus hombres, que pusieron aún más distancia entre
ellos y el vampiro.

-"Ahora, vete, y no te olvides de difundir ese mensaje."- Dijo Justice.

Aún sollozando, el vampiro se alejó de ellos, arrastrando su pierna herida, sangre


salobre verdosa corría por su cara desde su nariz rota.

-"Sí, sí, sí."- siguió diciendo hasta que llegó a los árboles, luego dio un áspero
grito de rabia o de desafío y salió disparado a toda velocidad internándose en la noche.

Se quedaron mirando hacia él durante un buen rato, luego Alejandro extendió


uno de sus brazos mirando fijamente a los pegotes y salpicaduras de baba de vampiro
que recubrían su manga y su piel.

-"Entonces, sobre ese truco con el agua que hiciste antes en las casas en llamas…
¿puede eso servir para una ducha?"

Justice se echó a reír y canalizó el agua, que llegó ansiosamente a su


llamamiento.

282
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Todo es parte del servicio. Explosión de vampiros; ducha caliente y fría."

A medida que se lavaban lo mejor que pudieron bajo la bienvenida lluvia suave,
Justice se dio cuenta de que aún debía enfrentarse a su encuentro más terrorífico
jamás vivido. Tenía que ir a disculparse ante Keely.

Keely se limpió como pudo con agua de un cubo antes de entrar con Eleni, a fin
de no traumatizar a la niña aún más. Estaba tan enfadada que era sorprendente que el
agua no hirviera en vapor al segundo en que tocó su piel.

Las preguntas se estrellaron por su mente, más y más rápido. ¿Ella le amaba? ¿Le
amaba? Él era un estúpido, ciego, lamentable excusa de un ser humano. O ser Atlante.
O lo qué diablos fuera.

Maldito fuera, de todos modos. ¿Realmente tenía que decir las palabras? ¿Acaso
no le había demostrado lo que sentía por él, una y otra vez? ¿Qué hay de que las horas
que duró su revolcón sexual en la selva? ¿Pensaba que ella iba en torno a tener sexo
salvaje en la selva todo el tiempo?

La energía crepitó hasta la nuca desde su cuello, incluso antes de que el sonido
de sus pasos la alertara de su aproximación.

-"Aléjate de mí, Justice."- le advirtió. -"No estoy de humor en este momento.


Acabo de matar a mi primer vampiro... mi primera muerte... y eso es bastante
traumático. Luego tuve que tratar contigo y tus estúpidas preguntas."

-"Keely."- Dijo.

Solo eso. Sólo su nombre.

283
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Pero había tanto dolor y anhelo en el sonido que ella bajó la cabeza, entregando
su rabia ante una emoción más apacible. La ira desapareció como si nunca la hubiera
sentido, y consideró cuidadosamente qué decir, todavía de espaldas a él mientras se
arrodillaba junto al cubo.

-"Justice, lo sé. Sé que estás luchando esta batalla, y sé que a veces no puedes
controlar al Nereida, pero, de algún modo, necesito de ti que te tomes algunas cosas
con fe. ¿Puedes hacer eso por mí?"

Esperó, pero sólo oyó silencio. Una buena dosis de locura se puso en marcha de
nuevo y ella se puso de pie, pateando el cubo con frustración.

-"Mira, tienes que encontrarte conmigo a mitad de camino..."

Ella se dio la vuelta, dispuesta a darle una lista muy detallada de agravios, justo a
tiempo para ver sus ojos volteándose en su cabeza mientras caía de espaldas al suelo.
Saltó hacia adelante, pero no fue lo bastante rápida. Su cuerpo y su cabeza golpearon
el suelo con dos golpes sólidos que le dieron una mueca de dolor por empatía. ¡Oh,
hombre!, iba a tener un buen dolor de cabeza cuando se despertara. Él le había dicho
que usar el poder Nereida le drenaba. Tenía la sensación de que ese truco de la onda
de choque había utilizado grandes cantidades de su poder y energía.

Oyó más pasos que corrían hacia ellos, y luego Alejandro dobló la esquina y
derrapó hasta detenerse. Hubo un largo silencio mientras miraba de ida y vuelta entre
Justice y Kelly.

-"Tengo que corregir mi opinión, Doctora McDermott."- Dijo con gravedad,


aunque hubo un cierto brillo en sus ojos. -"Eres demasiada mujer para mí."

-"Yo no hice esto."- Protestó ella, pero él se limitó a asentir, levantando las
manos como en señal de rendición.

No pudo evitarlo; se echó a reír sin poder evitarlo. El terror, la ira y el


agotamiento la habían drenado por completo. Se rió y se rió hasta que las lágrimas
comenzaron a rodar por sus mejillas. Alejandro se agachó junto a ella y le tocó la
mejilla con una mano.

-"Eres muy valiente, Keely, pero incluso el acero más fuerte puede encontrar su
punto de ruptura. Permíteme ayudarte en acarrear a tu hombre hasta un lugar mejor
para descansar."

-"Él no es mi hombre; es un bufón cabezota."- murmuró, frotando su cara, y fue


el turno de Alejandro para reír.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Todos los hombres son bufones a veces."- Dijo suavemente. -"El corazón de
una buena persona no puede mentir, y su corazón se muestra claramente en su cara
cada vez que le miras, como lo hace cuando estás cerca."

Ella se limitó a suspirar. Alejandro gritó, y uno de sus hombres se acercó a


ayudar. Entre los tres, se las arreglaron para levantar la pesada forma de Justice y
meterle dentro de una plataforma de mantas en un rincón. En cuanto los vió, Eleni se
movió fuera de los brazos de la mujer que había estado sosteniéndola ella y corrió
hacia ellos.

"¡Señor Justice, Señor Justice! No puedes estar herido. No te vi haciéndote


daño."- gritó ella.

Entonces lanzó su pequeño cuerpo en la parte superior del pecho de Justice,


puso un brazo alrededor de él, todavía con esa horrible zapatilla en el otro, y lanzó una
mirada de reproche hacia Keely.

-"Excepto cuando le pegaste. No debiste haber hecho eso. Golpear es incorrecto.


Debemos usar nuestras palabras para resolver nuestras diferencias."- Dijo en una voz
cantarina, claramente repitiendo algo que había oído muchas veces.

Alejandro y el otro hombre se alejaron a grandes zancadas, probablemente para


volver a la guardia, y Keely cayó de rodillas junto al cuerpo inmóvil de Justice.

-"Tienes razón, Eleni. Fue un error de mi parte golpearle, y voy a disculparme


cuando se despierte. ¿Eso está bien?"

Eleni asintió, las huellas de manchas de lágrimas brillando como plata entre el
polvo recubriendo sus mejillas.

-"Tenía mucho miedo. Aunque no vi que se lesionara, tenía mucho miedo. Pero
volviste, como me prometiste."

Keely palmeó dulcemente la espalda delgada de Eleni y temerariamente hizo una


promesa... para ella y para la niña.

-"Siempre voy a volver, Eleni. Si quieres, puedes quedarte conmigo a partir de


ahora."

Pero Eleni estaba quedándose dormida, todavía aferrándose a Justice, y no


respondió. Probablemente no la había escuchado, que era lo mejor.

Keely se preguntó si se estaba volviendo loca. Enamorarse de un guerrero


mágico y luego darle un puñetazo. Jamás había golpeado a nadie antes en su vida.
Prometer a una niña traumatizada algo que probablemente sería imposible de cumplir.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Sin embargo, ella había visto lo imposible a diario desde el momento en que
Liam había entrado en su oficina hablando de la Atlántida. Seguramente hacer arreglos
para que una niña huérfana regresara a casa con ella no podría ser tan difícil.

Poniendo firmemente todo esto fuera de su mente, se acurrucó junto a Eleni y


Justice y puso su brazo sobre los dos. Estaba agotada y necesitaba dormir. Pensaría en
lo demás por la mañana. Mientras se removía, tratando de ponerse cómoda, sintió la
cálida mano de Justice tirar de ella contra su pecho, por lo que se apoyó sobre su
corazón. Confortada por la sensación de su latido, fuerte y firme bajo su palma, Keely
finalmente dejó que su mente y su cuerpo se hundieran en la cálida oscuridad del
sueño.

A varios kilómetros de distancia, en el Templo de San Bartolo, el vampiro herido


terminó de contarle al líder de su manada de sangre la historia de los acontecimientos
de esa noche. Enfurecido, los colmillos amarillentos del líder se alargaron tan rápido
que recortaron sangrantes cintas en sus labios. Gritó un aullido que fue tan largo y
fuerte que todos los miembros de su manada en el área cayeron de rodillas y se
encogieron atemorizados.

-"¿Se atreven? ¿Se atreven a amenazarme?"- gritó. -"¡Veremos quien vive para
amenazar a quien después de esta noche!"

-"Tal vez..."- aventuró el vampiro cuya pierna todavía estaba tratando de sanar -
"¿...podríamos esperar a que el resto de nosotros vuelva de cazar al amanecer y salir
con más fuerza cuando caiga la noche siguiente?"

El líder se abalanzó sobre él, con los ojos de color rojo brillante y salvaje.

-"¿Te atreves a cuestionarme?"- Dijo entre dientes.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Nunca, nunca, mi Señor. Pero si pudieras haber visto el poder de la explosión...


Sólo sugiero que volvamos con la suficiente fuerza para que ningún indicio de peligro
pueda siquiera acercarse a tocarte."

El líder se retiró, una expresión calculadora en su rostro.

-"Quizás tengas razón. Un verdadero líder nunca se arriesga a sí mismo; soy


demasiado valioso para correr ningún riesgo de enfrentarme a la verdadera muerte."

Poco a poco, se volvió hacia el mural de la Diosa Anubisa preparando la fiesta


sobre el insignificante Dios del maíz de los antiguos mayas.

-"Vamos a destruir esta nueva amenaza en su nombre."

Detrás de él, los otros vampiros maullaron y gimieron diferentes ruidos de


acuerdo, pero él no les hizo caso.

Un día él también sería un Dios, como los vampiros que le precedieron habían
sido adorados por estas ovejas mayas. Un día, muy posiblemente tan pronto como
mañana.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Treinta y Seis

Keely se despertó lentamente, subiendo a través de las etapas del sueño como si
su cuerpo cansado y su mente protestaran por cada paso. Cuando por fin abrió los
ojos, pudo ver la luz del sol inclinada a través del edificio y cayendo como barras de
oro en el suelo de madera. Justice y Eleni se habían ido, pero una manta había sido
cuidadosamente remetida por los hombros de Keely. Se sentó, haciendo una mueca
ante el mal sabor en su boca, y un olor igualmente asqueroso procedente de algún
lugar cercano, y deseó una ducha y un cepillo de dientes, sin ningún orden en
particular.

-"Señora, ¿le gustaría acompañarnos para lavarse?"

Keely alzó la vista hacia la pregunta y encontró a la tímida mujer de ayer sentada
en una maltratada mesa de madera, doblando ropa y ordenándola en montones.

-"Pensamos que podrías disfrutar un cambio de ropa."

La nariz de Keely se arrugó cuando se dio cuenta de que el mal olor venía de ella
misma. Senderismo por la selva, tener a los vampiros desintegrándose sobre todo tu
cuerpo... no era manera de mantenerse fresca como una rosa.

-"Sí, me encantaría eso."- Dijo ella con gratitud. -"Lo siento, no sé tu nombre."

-"Soy María."- Dijo la mujer... en realidad, una muchacha.

No podía tener más de dieciocho o diecinueve años.

-"Sígueme, por favor."

Keely siguió a María hacia la brillante luz del sol y automáticamente levantó la
vista hacia el cielo. Tenía que ser media mañana. No podía creer que hubiera dormido
tanto tiempo. Recorrió el claro mientras seguía a María por un sendero que cortaba
entre los árboles, pero no había ni rastro de Justice o Eleni.

-"María, ¿sabes dónde está Justice?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

María miró por encima del hombro y le sonrió.

-"Él y Eleni fueron con Alejandro a patrullar. Aquél es un gran hombre, ¿no?
Tienes suerte de ser su mujer, y él también tiene la suerte de encontrar a una mujer
con tanto fuego en su espíritu como en su cabello."

-"Yo no soy su mujer."- refunfuñó Keely.

Siguió abriéndose paso a través de los árboles y otra vegetación salvaje


demasiado crecida en el camino. De repente, miró a su alrededor y deseó tener su
escopeta.

-"No hay jaguares a los que les guste tomar este camino, ¿los hay?"

María se echó a reír.

-"No, se quedan lejos de la aldea y de nuestros caminos. El olor de los fuegos


para cocinar..."

Su voz se apagó y Keely sabía que ambas estaban pensando en otros fuegos.

-"Lo siento mucho."- Dijo Keely. -"No puedo empezar a imaginar lo mucho que
has sufrido."

Los hombros de María cayeron pero luego se cuadraron de nuevo.

-"Alejandro nos sacará de aquí. Nosotros sólo hemos tenido ataques aleatorios
antes; un solo vampiro intentando coger a alguno de nosotros. Esto sólo ha ocurrido
dos veces en la totalidad de mi vida. Pero esto... esto está organizado como una guerra
y no podemos enfrentarse a ellos. Si tu hombre fuera a quedarse con nosotros y
protegernos... He oído de su magia. Pero no podéis quedaros, ¿verdad?"

Se volvió para fijar una mirada medida sobre Keely, esperanza mezclada con
resignación en sus ojos.

-"No, lo siento. Nos quedaremos hasta que la unidad P-Ops llegue, pero
debemos terminar nuestra misión... y volver a casa."

María asintió.

-"Lo entendemos. Alejandro nos salvará."

Las palabras cayeron de sus labios como una bendición, y Keely, que rara vez se
daba cuenta de las relaciones interpersonales, tuvo un repentino destello de intuición.

-"Él es tu hombre, ¿no es así? ¿Alejandro?"

289
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Me gustaría eso."- Dijo María, sonrojándose. -"Pero él todavía piensa en mí


como una niña."

Doblaron una curva en el camino y un torrente surgió delante de ellas, brillando


bajo la luz del sol que bailaba en su superficie. Keely se detuvo y respiró hondo,
contenta de ver algo bello después del terror de la noche y la muerte.

-"Vamos a lavarnos y puedes usar esta ropa, si lo deseas."- dijo María


tímidamente, extendiendo el bulto en sus manos. -"Son mías y somos casi del mismo
tamaño."

Keely miró las voluptuosas curvas de María y dudó que su propio cuerpo (menos
abundante) rellenara cualquiera ropa de la otra mujer, pero no dejó que nada excepto
un 'gracias' se mostrara en su rostro mientras aceptó agradecida la ropa limpia. Ropa
bien ajustada, después de todo, era la última cosa en su mente, incluso si un pequeñito
bocado de vanidad deseaba que Justice la viera pareciendo al menos casi tan bonita
como la hermosa María.

Se desnudaron hasta su ropa interior y se metieron en la corriente para lavarse,


compartiendo una pastilla de jabón que se sentía como seda y olía como delicadas
flores de la selva. Keely se lavó el pelo, también, y casi gritó con el puro alivió de estar
limpia de nuevo. Cuando terminaron, se dirigieron a la orilla del arroyo, charlando
sobre cosas intrascendentes, buscando lo mundano y lo normal como un respiro del
horror y de la muerte.

El fuerte crujido de una rama rompiéndose sonó en el aire, y ambas se


congelaron. María comenzó a lloriquear, y Keely puso sus brazos alrededor de ella.

-"No pueden ser vampiros, no durante el día."- la calmó, mientras se preguntaba


qué otros peligros habían pasado por alto en su pequeña aventura de baño.

Pero no fue un peligro desconocido el que salió de la selva, fueron Justice y


Alejandro.

Justice le quitó el aliento, de nuevo, como si lo viera por primera vez. Se había
puesto ropa diferente, unos sencillos jeans y una camiseta oscura, pero su glorioso
pelo azul caía suelto y húmedo todo el camino hasta la cintura, y los músculos de su
pecho y brazos llenaban la camiseta de una manera que la tenía queriendo
arrancársela y subirse sobre él. Desnuda.

Ella cruzó los brazos sobre su pecho cuando se dio cuenta que sus pezones
estaban empujando fuera a través de la tela húmeda de su sostén, en respuesta al
calor fluyendo a través de su cuerpo. Todo lo que tenía que hacer era mirar hacia él
para desearle.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Sonriendo un poco tontamente, finalmente encontró su mirada... y se


estremeció. La furia ensombrecía sus ojos al negro, y su mandíbula apretada dio a
Keely la sensación de que estaba bastante disgustado. Posiblemente con ella.

Ella levantó la barbilla y miró desafiante a Justice.

-"¿Por qué estás mirándome de esa manera? Si es sobre ese puñetazo de


anoche..."

-"¿Se te ocurrió, por un segundo, que podría ser peligroso estar aquí sola y
medio desnuda?"

Mordió las palabras entre sus mandíbulas apretadas, y su mirada recorrió su


cuerpo de la cabeza a los dedos del pie y de nuevo otra vez, dejándola como si acabara
de despojarla de su escasa ropa. Dada la mirada de sus ojos, él quería hacer
precisamente eso. O gritarle durante una hora o dos. No estaba de humor para esto
último y no era exactamente un buen momento para lo primero, no importa lo mucho
que sus hormonas estaban saltando arriba y abajo ante ese pensamiento.

Echó un vistazo a Alejandro, de repente dándose cuenta de que Justice no era el


único viéndola en ropa interior mojada y casi transparente, pero podía haber sido
parte del paisaje en lo que a él concernía. Estaba mirando a María como si nunca la
hubiera visto antes, y Keely apostó que ciertamente nunca la había visto así.

El exuberante cuerpo de María se tensó en los retazos de encaje de su sujetador


y bragas, pero no hizo ningún movimiento para cubrirse, aunque un rubor cabalgó en
lo alto de sus pómulos.

-"¿Te gusta lo que ves?"- le preguntó María, su voz temblando un poco, pero
fuerte.

-"Dios mío, deberías ser... tu deberías ser..."

Alejandro se interrumpió como si fuera incapaz de formar una frase coherente, y


el calor brilló en sus ojos. Keely sonrió. Por lo menos algo bueno podría venir de este
día, si estos dos se encontraban el uno al otro.

Antes de que pudiera decir una palabra, sin embargo, un destello borroso de
velocidad que podría haber sido un hombre con el pelo azul la levantó del suelo y
corrió a través de la selva con ella. En un momento Justice finalmente se desaceleró a
una parada y la dejó en el suelo. Ella se había esforzado por controlar su enfado y
estaba lista para ponerlo todo en claro con él.

291
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Está bien, realmente he tenido suficiente con este acto cavernícola. Tú no eres
mi jefe, no eres mi padre..."

-"Gracias a Poseidón."- Dijo Justice fervientemente, mientras miraba fijamente


hacia sus pechos.

Ella perdió su tren de pensamiento por un momento cuando él se inclinó hacia


sus pechos, levantándolos en sus manos, pero hizo un valiente esfuerzo.

-"Tu no..."

Él lamió su pezón y lo chupó en su boca. Ella echó la cabeza atrás y gimió, pero lo
intentó de nuevo.

-"Tu no..."

Sacó sus bragas hacia abajo y deslizó sus dedos por su humedad, luego frotó los
dedos resbaladizos de ida y vuelta por su clítoris y sus rodillas dejaron de funcionar.

La cogió con un brazo fuerte, todavía frotándola rítmicamente mientras chupaba


su pezón, y ella se redujo a gemidos sin palabras, olvidando lo que podría haber estado
tratando de decir. Toda su atención se centró en lo que estaba haciéndole a su cuerpo,
y sabía que si no le tenía dentro muy pronto, iba a enloquecer.

-"Justice, por favor."- Dijo ella.

Estaba casi suplicando, sin importarle, sólo cuidando que no se detuviera, que
nunca se detuviera, ¡oh, Dios!, él estaba chupando su otro pezón ahora y manejando el
primero al tiempo. Luego introdujo un segundo dedo dentro de ella, a continuación,
rozando a través de su clítoris, una, y otra, y otra vez hasta que corcoveó contra él,
apretando los dedos dentro de su calor. Gritó cuando explotó contra él, pero él no la
dejó ir ni retiró sus dedos.

En cambio, él la levantó en sus brazos y la besó, inclinando la cabeza en el mejor


ángulo para empujar su lengua dentro de su boca en el mismo ritmo en que estaba
empujando sus dedos dentro de su cuerpo.

La tensión comenzó a subir en su cuerpo, enroscándose en sus terminaciones


nerviosas de nuevo, centrándose en sus pechos y entre sus muslos. No podía hablar,
no podía pensar, sólo podía gemir.

-"Por favor, por favor, te necesito."- suplicó contra su boca y él dejó de besarla,
su respiración áspera y sus músculos se apretaron tan duro como la roca bajo sus
manos.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Yo también te necesito, amara mía. La vista de toda tú, casi desnuda en plena
luz solar y el pensamiento de que cualquiera podría haber llegado hasta ti estando
así..."- Se estremeció contra ella. -"Te necesito tanto que tal vez tenga que follarte
durante todo el día sólo para conseguir salir de este susto que me diste."

Ella se echó a reír, y luego gimió mientras conducía sus dedos dentro de ella otra
vez, empujando dentro y fuera hasta que estuvo deshuesada por la necesidad y el
deseo.

-"Necesito degustarte, mi Keely, mi mujer. Tengo que beber de ti mientras te


corres en mi boca."- dijo, bruscamente.

Cayó de rodillas en la alfombra suave de hierba y, antes de que pudiera pensar o


protestar o gritar "¡Aleluya!" Justice puso su boca sobre su centro y ella gritó.

La besó, lamió y chupó su clítoris en su boca con la misma presión intensa que
había usado en su pezón, todavía empujando dentro de ella con los dedos. Se
estremeció, se movió y agarró su precioso pelo con las dos manos, sosteniéndolo con
ella cuando él la tomó cuidadosamente con su boca y sus manos. Ella sintió la tensión,
la necesidad y la gloria llevándosela, y estalló de nuevo, gritando, sin importarle si el
pueblo entero la escuchaba, incapaz de soportar la intensidad del placer.

Se corrió, se corrió y él siguió lamiéndola y chupándola, sin detenerse, y ella llegó


de nuevo y otra vez, en un orgasmo sin fin que arrancó a través de su cuerpo
levantándola en la luz del sol y se disparó, contrayéndose, a través de las nubes. Por
último se desplomó, cayendo hacia adelante hasta que él tuvo que atraparla,
deshuesada y débil con el placer saciado.

-"Tú... Yo... ¡Oh, Dios!"- Susurró.

Él le sonrió, una sonrisa llena de hambre y engreída satisfacción masculina con


un borde más oscuro de necesidad.

-"Sabes a ambrosía."- le dijo.

Simplemente desde sus palabras, una réplica estremeció a través de ella y la hizo
jadear.

-"Ahora necesito estar dentro de ti."- afirmó.

Se bajó la cremallera de los pantalones y los empujó hacia abajo, allí arrodillado
en el suelo, y la arrastró hacia abajo para que se sentara a horcajadas sobre él.

-"Tómame Keely. Necesito que me montes y me muestres que me necesitas tan


siquiera una fracción de lo que yo te necesito a ti."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Lentamente, muy lentamente, se deslizó hacia abajo sobre su enorme erección y


jadeó ante la sensación de su espesor deslizándose en ella. Estaba tan mojada, tan
empapada, que él encajó en ella con mayor facilidad que antes, aunque todavía la
extendió hasta una maravillosa sensación de plenitud.

Tomó todo de él dentro de ella hasta que sus muslos se posaron en los suyos,
entonces apoyó la cabeza en su hombro por un momento y respiró hondo. Luego
levantó la cabeza y ahogándose, miró sus hermosos ojos, azul medianoche con llamas
verdes en los centros.

-"Ahora."- Susurró ella. -"Te necesito ahora."

Se alzó y luego se deslizó hacia abajo, para después entrar en un ritmo más viejo
que el tiempo, más antiguo que las ruinas mayas, mayor que los sueños de la creación.
Le tomó porque él era suyo, y tenía que sentirlo dentro de ella o se moriría por la
pérdida. Le tomó, y su cuerpo comenzó a responder de nuevo, contra todo pronóstico,
aumentando con tanta urgencia que sabía que estaba cerca de hacerse añicos a su
alrededor.

Justice sintió la húmeda vaina caliente de Keely apretándole y supo que estaba
cerca de correrse de nuevo. También sabía que la sensación de su orgasmo podría
causar su propio derramamiento y quería esperar, durar más tiempo para ella, pero
estaba tan indefenso como un jovenzuelo para luchar contra la ola de placer que le
atravesó como un tsunami. Él la agarró por las caderas con las manos y la llevó a un
ritmo más rápido, levantando sus caderas para conducir su polla más profundo y más
duro dentro de ella con cada golpe, hasta que no pudo decir donde acababa él y donde
empezaba ella. Ambos se unieron como uno solo y siempre lo estarían. No había
estado exagerando cuando le dijo que podría tener que follársela todo el día para
superar el miedo de perderla. Sólo cuando ella le recibía en su cuerpo se sentía
verdaderamente a salvo del temor de que pudiera abandonarle.

-Ella nunca nos dejará.- dijo el Nereida. -Si alguna vez lo intenta, vamos a
seguirla hasta los confines de la tierra.

-"Nunca."- Justice gruñó, empujando con más fuerza. -"Nunca me dejarás.


Prométemelo."

Keely gimió y se soltó sobre sus hombros, luego cogió su rostro entre sus manos
y le miró fijamente a los ojos.

-"Nunca te dejaré."- Dijo casi sin aliento, ya que él continuaba empujándose en


ella y estaba muy cerca del borde. -"Ahora deja de emitir todos estos ultimátums y
sólo sigue... sólo sigue…"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Su cuerpo se arqueó hacia atrás, rígido, con sus muslos apretando cuando su
vaina convulsivamente agarró su polla en una serie de espasmos y gritó.

-"¡Justice! Es... ¡Oh, Dios! Está ocurriendo otra vez."

Una estocada final, y sus bolas trazaron con más fuerza y explotaron, disparando
su liberación en ella tan profundamente que tuvo un segundo para desear haber
conseguido la bendición de Poseidón de modo que él le estuviera dando a ella su hijo.
Luego la ola se lo llevó, le noqueó y la corriente lo arrastró hacia los colores de su
alma, rugiendo su satisfacción.

La fusión de almas se los llevó y les lanzó a través de tormentosos mares,


iluminados por el sol hasta que, sosteniéndose firmemente el uno al otro, volvieron a
la realidad, todavía unidos. La piel sensible de Keely llevaba el testimonio de sus besos
y sus mordeduras, y un color primario de feroz alegría corrió a través de él con la idea
de que la había marcado como suya propia. Entonces sintió remordimiento de que
podría haberla dañado y besó cada una de las marcas en su cuello y en su pecho, una
por una.

La emoción que había surgido y construido dentro de él mientras hacían el amor


forzó su camino a través de su pecho hasta su garganta, exigiendo ser liberada. Él tenía
que decir aquellas palabras que estaban cerca de explotar directamente desde su
corazón.

-"Keely, amara mía, te amo."

Ella le miró y se echó a reír, sorprendiéndole. Entonces tomó su rostro y le plantó


un beso ruidoso chasqueando sus labios contra los suyos.

-"Justice, mi gran, gran guerrero. Lo sé."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Treinta y Siete

Keely y Justice se tomaron su tiempo haciendo su camino de regreso al pueblo,


disfrutando de esos momentos robados de calma. Él le había dicho que Eleni se había
quejado de un ligero malestar estomacal, pero que no era grave y que la niña había
querido dormir una siesta, así que Keely no sentía la necesidad de darse prisa en
volver.

Los vampiros no eran ningún peligro durante el calor del soleado día, cuando
tenían que acudir a la tierra. Ella, Justice y los habitantes del pueblo estarían listos para
enfrentarles de nuevo por la noche, pero sólo por una hora más o menos, ambos
habían tenido necesidad de capturar un poco de paz. La unidad P-Ops debería
finalmente llegar por la mañana y transportar a los aldeanos a la seguridad.

La camisa de Justice colgaba hasta sus rodillas, por lo que se dirigieron hacia el
arroyo con la esperanza de encontrar su ropa. O, más exactamente, Justice caminó
hacia la corriente, llevándola en brazos, ya que él no quería que se lastimara sus pies
descalzos en el suelo. Keely se debatía entre la apreciación y la exasperación por su
actitud protectora, pero se imaginó que sólo era demasiada caballerosidad como para
que un guerrero Atlante centenario fuera a darse por vencido.

Keely era una gran fan de escoger sus batallas, y esta no iba a ser una de ellas,
sobre todo porque le encantaba la sensación de su pecho desnudo contra su mejilla.
Se estaba convirtiendo en una hedonista, y no le molestaba ni un poco.

-Me pregunto, ¿que habría dicho el Doctor Koontz acerca de eso?

Ella se rió en voz alta, y Justice se detuvo.

-"¿Que es tan chistoso?"

-"Oh, sería muy largo de explicar y es acerca de una persona totalmente sin
importancia, de todos modos. Sin embargo, realmente espero que Maria dejara la ropa
en el arroyo, por supuesto."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Me gustas en mi camisa. Creo que siempre deberías usar nada más que mis
camisas."- Dijo, cuando comenzó a caminar de nuevo, su voz grave sonaba divertida.

-"Estoy segura de que sí, pero no quiero tener que caminar de regreso a la aldea
usando nada más que tu camisa. No es que todo el mundo allí no piense ya en mí
como tu mujer de todos modos, pero digamos que no soy una exhibicionista."

-"Esto es bueno, ya que tendría que matar a cualquier hombre que te viera
desnuda, y Conlan odia cuando matamos aliados potenciales."- Dijo con calma, y ella
no pudo decidir si estaba bromeando o no.

-"Eres un..."

Pero él la interrumpió levantando su mano y haciendo un ruido de siseo para


hacerla callar.

-"La corriente está más allá de esos árboles. Oigo a Alejandro y a María
hablando. Esperaba que se hubieran ido, ahora. Déjame ir en silencio a buscar tu ropa
y tus zapatos."

Él suavemente la bajó a sus pies, luego la besó, se apartó, y se transformó en


brillante niebla. Sus ojos se abrieron con asombro. Nunca superaría el asombro de
verle hacer esto, aun viéndolo un millón de veces. Era tan mágico y hermoso que,
literalmente, la dejaba sin aliento.

En menos de un minuto estaba de regreso, una miniatura de nube de lluvia


iridiscente balanceando un montón de ropa y sus zapatos de algún modo sobre la
superficie de su forma brumosa. Dejó caer la ropa en sus brazos, entonces brilló de
nuevo en su forma corpórea. Por una fracción de segundo, estuvo rodeado de luz
radiante como un halo de cuerpo entero, y ella se quedó sin aliento ante la gloria casi
espiritual de ello.

-"¿Qué infiernos está mal con ese hombre?"- se quejó, trayéndola de vuelta, a la
tierra con un ruido sordo.

-"¿Qué quieres decir?"

-"Todavía están yendo en ello."- Dijo con disgusto.

Ella se echó a reír, tapándose la boca para que María y Alejandro no pudieran
escucharla.

-"¿Qué hay de malo en eso?"

-"Nada."- Espetó. -"Vístete."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Deslizó la camisa sobre su cabeza y se la entregó a él, luego tiró de la falda blanca
suelta y la blusa roja festoneada que María le había proporcionado, tratando de
descifrar por qué estaba tan molesto. De repente, ella parpadeó.

-"¿Estás celoso?"

-"¿Qué? ¡No seas ridícula! ¿Celoso de qué?"- Gruñó.

-"Ese tipo, Alejandro, tiene tanta... resistencia."- Sugirió, apenas capaz de


mantener su cara seria. -"No deberías dejar que eso te moleste, cielo. Después de
todo, eres unos cientos de años mayor que él. Dicen que eso es la primera cosa que
va…"

Él entrecerró los ojos.

-"No eres tan divertida como crees ser, mujer."

Ella soltó una carcajada.

-"Oh, sí, lo soy. Deberías ver la expresión de tu cara."

-"¡No estoy celoso de la resistencia de ese humano, o la de cualquier otro!"

La negación horrorizada en su rostro sólo la hizo reír más fuerte. Cuando


finalmente pudo recuperar el aliento, ella le dejó descolgado.

-"Sabes, probablemente les tomó bastante tiempo para comenzar a 'ir a ello',
como tan elegantemente lo llamas tu. María comentó que Alejandro nunca la había
mirado como algo más que una niña antes. Estoy segura de que eso cambió cuando
recibió un vistazo de ella en aquella ropa interior mojada."

-"¿Qué?"- Dijo inexpresivamente, con las cejas dibujándose juntas. -"¿Qué pasa
con ella?"

El comentario sarcástico que había estado dispuesta a soltar murió en sus labios
cuando le miró a los ojos y se dio cuenta de que él no estaba bromeando. En realidad,
no se había dado cuenta. Hermosa, voluptuosa María. Justice ni siquiera había mirado
a María, ya que cada átomo de su enfoque había estado concentrado en ella como un
láser.

Ella le echó los brazos al cuello y le arrastró hacia abajo para un beso muy
apasionado. Cuando finalmente tuvieron que tomar aire, inclinó la cabeza.

-"No es que yo me queje de ninguna manera, pero ¿porqué fue eso?"

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Por no darte cuenta de María."- Dijo ella, devolviéndole su camiseta pero


lamentando cuando cubrió su magnífico pecho con la tela. -"Sabes, debería haber una
ley diciendo que tienes que andar desnudo todo el tiempo."

Entonces se volvió y se dirigió hacia la aldea, tarareando. Detrás de ella, Justice


hizo un ruido estrangulado como de asfixia y luego la siguió.

-"Mujeres."- Murmuró. -"Nunca las entenderé."

Keely se limitó a sonreír. Justice se contentó con seguirla por el sendero,


disfrutando de su estado de ánimo extrañamente feliz, aunque no tenía ni idea de lo
que lo había causado. Bueno, sabía lo que había causado en él parte de esto. Sonrió,
mirando su hermoso culo y se preguntó si querría ir con él por otro desvío, antes de
que alcanzaran a los demás.

Probablemente no. Él dejó escapar un suspiro, sopesando los pros y los contras
de simplemente agarrarla y acelerar fuera hasta otro lugar aislado. Antes de que
pudiera preguntarse a sí mismo el resultado que quería, escuchó a uno de los hombres
de patrulla dando un saludo. Keely respondió, y algo en su voz encantadora
pronunciando las redondas vocales y consonantes líquidas de su fluido español le puso
duro. Se removió en sus pantalones. Tal vez podría pedirle que hablase español la
próxima vez que hicieran el amor. Se detuvo en seco cuando otro pensamiento le
golpeó con la fuerza de un maremoto. ¡Por todos los Dioses!, cuando aprendiera el
idioma Atlante, estaba condenado. Estaría persiguiéndola y alrededor de ella todo el
día, todos los días de la semana.

-"Justice."- le llamó de nuevo. -"¿Vienes? Voy a ir a ver a Eleni."

Se obligó a desechar pensamientos de Keely susurrando palabras cariñosas


Atlantes y negó con la cabeza.

-"Adelante. Voy a tomar mi turno de patrulla."

Ella esbozó una enorme sonrisa que casi le deslumbró con su calor y se dirigió a
la casa de seguridad. Entonces, otra comprensión le golpeó con retraso.

-Ella me ha llamado 'cielo'.

Cuando se paseó por el claro, sonriendo como un tonto, los hombres dispararon
sonrisas conocedoras hacia él, pero no dijeron nada. Hizo un gesto y se acercó a la
mesa donde algunas de las mujeres estaban estableciendo una comida para el
mediodía. Al llegar lo suficientemente cerca como para oler el delicioso aroma del
guiso picante de verduras, su estómago rugió, recordándole a Keely.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Por supuesto, todo le recordaba a Keely. Tal vez él necesitaba tener a Alaric
examinando su mente y averiguando por qué se estaba convirtiendo en un tonto
golpeado por amor.

Alaric. El portal. Su sonrisa se desvaneció cuando se dio cuenta que no había


probado todavía ese día llamar al portal. Una parte de él sabía que su reticencia se
debía al temor de que la magia no le respondiera. Otra parte de él sólo quería evitar
las consecuencias si lo hacía.

-¿Qué parte soy yo, entonces?- le preguntó el Nereida, que había permanecido
en silencio desde la noche anterior. -¿Tu conciencia o tu acicate?

-Ninguno. Ambos.- respondió Justice. -Eres una parte de mí que no puedo negar
y permanecer entero.

Cerró los ojos y centró su conciencia, tratando de alcanzar la magia del portal
para responder. Algo brilló en los mismos bordes de su mente, fuera de su alcance,
burlándose de él con su cercanía, pero aún no estaba disponible. Si pudiera
concentrarse en mayor medida, lo lograría. Apretó los puños y se inclinó hacia delante,
vertiendo físicamente su voluntad en su esfuerzo. Estaba justo ahí... ahí mismo... casi
podía tocarlo…

Y entonces los gritos de Keely destrozaron el aire.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Treinta y Ocho

Keely agarró la desmenuzada manta en sus manos, incapaz de creer en la


evidencia a pesar de que estaba mirándola. Gritó de nuevo.

-"Lo siento mucho, señora."- Dijo la mujer entre lágrimas. -"Ella estaba
durmiendo, y todos estábamos trabajando muy cerca de este edificio, así que no nos
preocupamos en absoluto acerca de dejarla sola."

Keely no podía responderle. Debería haber sido capaz de pensar en algo


tranquilizador; decirle que no era su culpa. Pero no podía. Porque la culpa era de
Keely. Ella había dejado sola a la pobre huérfana Eleni.

La arqueóloga enamorada tuvo sexo salvaje en medio de una crisis, dejando a


una niña abandonada para ser capturada y herida. Nunca se lo perdonaría. Ella no
merecía ser perdonada. No podía pensar, no podía reaccionar, no podía soportar el
cortante y desgarrador dolor que atravesó su cuerpo. Así que gritó de nuevo.

Justice rompió la puerta y corrió con la espada desenvainada, luego se detuvo en


seco.

-"¿Qué pasa? ¿Estás herida? Dímelo, amara mía."

Keely finalmente dejó de gritar y en silencio levantó los restos rotos de la manta
para que las palabras escritas en la sabana debajo de ella fueran claramente visibles.
Palabras de odio dibujadas con carboncillo negro, como para burlarse de los
sobrevivientes que se apiñaban en la aldea quemada.

TENEMOS LA NIÑA.

EN SAN BARTOLO. AL CREPÚSCULO.

NUESTRO TURNO DE TRUEQUE.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Justice bajó su espada, pero su brazo armado temblaba como con alguna
inmensa presión interna.

-"Se la llevaron. A Eleni."

Keely asintió, incapaz de forzar palabras en el nudo lleno de dolor en su


garganta. Luego señaló con un dedo tembloroso hacia el objeto que le había causado
gritar. Allí, yaciendo medio escondida entre las sábanas enredadas, estaba la zapatilla
sangrienta de la pobre madre muerta de Eleni. Pero parte de la sangre en ella era
fresca.

Justice rugió, un horrible, desgarrador sonido de furia y dolor. Keely se


estremeció y se tapó los oídos. No podía oírle. No podría soportarlo. No podía soportar
la sensación de que su corazón, finalmente dado libremente, le sería arrancado de
nuevo.

Su cerebro intervino y despiadadamente puso una tapa sobre la crisis emocional


de Keely. Fríamente, lógicamente, comenzó a planificar. Porque no había manera en el
infierno de que ella fuera a sentarse sobre su culo cuando había una niña para salvar.
Parpadeó furiosamente para aclarar su visión, se frotó de la cara, las lágrimas que no
había sabido que estaba derramando, respiró hondo, y se levantó.

-"Entonces, ahora resolvamos esto."- Dijo ella rotundamente.

-"Ahora resolveremos esto."- se hizo eco Justice, cubriendo de hielo su voz.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Una hora más tarde... una hora más cerca de la oscuridad de la noche... y Justice
quería matar algo. Realmente muy mal.

Habían acurrucado a todos los niños restantes en el edificio y establecieron


guardias armados dentro y fuera. Habían ignorado a las ancianas que habían intentado
intimidarles durante la comida. Una de ellas, una vieja de cara agria, había intentado
plantear la idea de que Eleni era una especie de niña del diablo y no valía la pena
salvarla.

Keely se había encendido contra ella tan salvajemente que la anciana se había
escapado, murmurando algo acerca de 'custodiar a los niños que merecen ser
protegidos'.

En la mesa, habían argumentado, habían planeado, habían desperdiciado


sesenta minutos preciosos, pero todavía no habían llegado a un acuerdo en cuanto a
cómo manejarían el llamado trueque. Keely y Alejandro estaban a punto de gritarse el
uno al otro hasta que él finalmente tuvo suficiente.

-"Es suficiente."

Las palabras salieron más severas y más fuertes de lo que pretendía, pero justo
en ese momento, no le importaba una mierda.

Todo el mundo se quedó en silencio, mirándole fijamente. Se dio cuenta de que


su mano estaba posada en la empuñadura de su espada y se obligó a soltarla. Estas
personas no eran sus enemigos.

-Encontrar a una niña perdida tampoco es nuestra misión.- dijo el Nereida. -


Necesitamos la Estrella de Artemisa. Para volver al Tridente y tomar nuestro lugar
legítimo como Príncipes de la Atlántida. El destino de la niña es lamentable, pero los
niños están muriendo en todo el mundo. No podemos salvarlos a todos.

-"Podemos salvar a ésta."- Dijo Justice ferozmente.

Alejandro, Keely, y los demás volvieron sus desconcertadas caras hacia él, y
entonces se dio cuenta de que lo estaba haciendo de nuevo. Discutiendo consigo
mismo en voz alta.

-Podemos salvar a ésta.- repitió, pero esta vez en su mente. -Odio tener que
sacar un mal cliché, pero estás conmigo o estás contra mí. Y yo soy el único que
puede mantener alejado al 'jode-mentes' de Alaric o deshacerme de ti para siempre.

El Nereida se quedó en silencio, por lo que Justice decidió hablar con todas
aquellas personas que no vivían en su cerebro.

303
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Mirad, hemos hablado de esto y sobre esto durante una hora. Esta discusión es
inútil y alucinantemente irrelevante."

Señaló hacia Alejandro, cuyos ojos oscuros centelleaban con fuego y venganza.

-"Quieres arrasar nuestro camino ahí dentro, disparando armas de fuego, con
todos los hombres que tenemos. Quieres ir allí antes del crepúsculo, sorprenderles y
arrebatarles a Eleni. ¿Es eso correcto?"

Alejandro asintió.

-"Sí. Es la única manera. Nosotros los venceremos y los..."

Justice lo interrumpió.

-"Es la única manera, de acuerdo. Es la única manera de conseguir el resto de tus


hombres muertos. Los vampiros nunca corren riesgos estúpidos. Su sentido de auto-
conservación sólo es comparable a su cobardía y su depravación. No se habrían
burlado de nosotros con esa nota a menos que tuvieran números muy superiores.
Obviamente ellos tienen a su servicio algún humano o alguna ayuda no-vampírica, o no
podrían haberse llevado a Eleni durante la mitad de la tarde. Seguro como los nueve
infiernos que no estarán sentados en medio del lugar de la reunión jugando con ella a
saltar la cuerda."

Miró a cada uno de ellos por turno.

-"Entramos fuerte y rápido y ellos nos matan fuerte y rápido. A continuación


matan a Eleni, donde quiera que la hayan escondido. Después, sólo por diversión
vienen aquí y matan al resto de tu pueblo."

Keely asintió, frotándose los ojos enrojecidos.

-"Yo le he estado diciendo..."

Justice la cortó, también.

-"Has estado diciéndole que amenacemos a los vampiros. Razonar con ellos.
Decirles que la patrulla P-Ops debería estar aquí mañana y si nos dan a Eleni, no vamos
a delatarles. ¿Es eso más o menos correcto?"

Keely asintió, con los ojos entrecerrados. Se figuraba que probablemente no iba
a gustarle lo que dijo a continuación. Y estaba en lo cierto.

-"Los vampiros no usan la lógica y la razón cuando están enfadados y menos


cuando quieren venganza. Podemos amenazarlos con la llegada de la P-Ops, seguro.
Van a cortar por lo sano y moverse a un lugar nuevo, a un lugar de anidación donde no

304
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

podamos encontrarlos. Por supuesto, estarán drenando a Eleni primero y dejarán su


cadáver para nosotros como un Regalo, pero se habrán ido."

El rostro de Keely quedó blanco muerto ante su crueldad, pero él solo agregó eso
a la lista de sus pecados, el látigo interior de la autoflagelación cortando sin piedad en
él. Sí. Él era un hijo de puta asqueroso que había abandonado estos aldeanos pobres
para una tarde de placer egoísta, y una niña pequeña pagaría el precio.

Una huérfana, como él había sido huérfano. Pero, al menos, él tuvo unos padres
adoptivos que le habían amado. Eleni no tenía nada más que dolor, tortura y muerte
delante de ella, a menos que él lo arreglara. Era bueno en arreglar las cosas.

Él desenvainó su espada y la colocó con cuidado sobre la mesa frente a él.

-"Este es el plan. O subir a bordo o conseguir los infiernos fuera de mi camino,


pero esto va a ser el plan. Ellos me quieren, supongo, ya que yo soy el que tiene el
ingenioso truco explosivo."

Alejandro dio un puñetazo sobre la mesa.

-"¡Ellos me quieren a mí! El uso de la palabra 'trueque' fue deliberado. Si estás


planeando cualquier viaje en solitario al campamento vampiro, estás equivocado. Esta
es mi gente, y yo les fallé mientras yo... mientras yo..."- le disparó una mirada
angustiada a María que estaba sentada, llorando, al final de la mesa. -"Mientras yo
eludía mi deber."- Terminó, un rubor opaco en sus pómulos.

Justice encontró la mirada de Alejandro en un momento de comprensión


perfectamente compartida. Ambos eran guerreros que habían fallado en proteger a su
gente a cargo. Ambos iban a morir para hacer lo correcto.

-Bien. Que venga.

-"¿Cuál es el plan?"

La piel de aspecto amoratado bajo los ojos de Keely enfatizó su cruda palidez
dibujada.

-"Tú eres el poderoso guerrero Atlante, así que ¿por qué no nos cuentas todo al
respecto?"

Donde había habido amor y risas en sus ojos sólo unas pocas horas antes, ahora
no había más que desolación. La culpabilidad de Keely debía ser tan aplastante como la

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

suya propia, se dio cuenta. No sólo los guerreros Atlantes llevan el peso de inocentes
en sus almas.

-"Quieren trueque, hagamos el trueque."- Dijo rotundamente. -"Yo por Eleni."

Un coro de disidencia estalló alrededor de la mesa, pero Keely se miró las manos
apoyadas sobre la mesa y no dijo nada, aunque se estremeció como por un golpe.

-"Te van a matar."- Dijo Alejandro. -"Matarte a ti primero, luego a Eleni, y luego
al resto de nosotros. No me hago ilusiones de que podamos mantener a raya a una
manada de sangre de vampiros furiosos con algunas escopetas."

-"Puede ser. Pero si es así, tengo la intención de llevármelos conmigo."- Justice


respondió, sin apartar los ojos de Keely. -"De todos modos, el plan A es que nadie
muere excepto los vampiros. De pronto tengo mucho por lo qué vivir."

Keely finalmente alzó la vista hacia él, y el vacío negro en sus ojos le asustó más
que la idea de enfrentarse a un centenar de vampiros.

-"Dame una escopeta."- Dijo.

-"No vas a venir a cualquier lugar cerca de ese nido."- Comenzó Justice. -"Yo..."

Pero fue su turno de cortarle el paso. Hizo caso omiso de él tan completamente
como si no existiera y se volvió hacia María, que seguía llorando.

-"Si puedes callarte durante cinco minutos, tráeme una escopeta."- dijo con
desdén helado.

Luego levantó algo de su regazo y lo puso sobre la mesa delante de ella en un


eco misterioso de la acción de Justice de meros minutos antes. Era la zapatilla
ensangrentada.

María, sorprendida en el silencio, cruzó una larga mirada con Keely y luego
enderezó los hombros y salió corriendo. Keely seleccionó un pedazo de pan y empezó
a masticar con total determinación.

-"Tenemos que comer."- Dijo ella, aún en ese tono completamente plano. -"No
hemos comido en todo el día. Falta todavía una hora hasta el crepúsculo, y no voy a
fallarle a Eleni otra vez porque fui condenadamente estúpida como para no poner
combustible en mi cuerpo antes de ir a rescatarla."

Justice, que podía funcionar a plena capacidad por un máximo de seis días sin
comida, decidió seguir su ejemplo. Tal vez dejar a Keely sentirse en control de algo,

306
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

incluso algo tan insignificante como la decisión de comer pan y guiso frío, la ayudaría a
encontrar su camino de regreso desde su propio infierno personal.

Se tragó el pedazo de pan y comenzó con su cuenco previamente intacto de


estofado, lenta y metódicamente comiendo una cucharada tras otra. Era como ver a
un zombie o uno de esos robots en las películas que a Ven tanto le gustaba ver. No
había nada de la emoción humana sobre ella, ni rastro de miedo o tristeza. Sólo
cucharada tras cucharada de guiso frío.

Su boca se secó tanto que era casi incapaz de tragar el pan. Si por su locura había
perdido tanto a la niña como a Keely, ya no quedaba nada para él. Su mente lo torturó
con visiones de un mundo sin Keely y caería en un Vacío tan negro que cualquier otro
que Anubisa pudiera conjurar abriendo su boca como un abismo a sus pies, sería
atractivo.

Alejandro miró desde Justice hasta Keely y luego asintió con la cabeza como
alcanzando una decisión. Él rompió un trozo de pan y empezó a masticar. Keely dejó
caer la cuchara en su tazón y el metal sonó contra el metal; un sonido
inquietantemente hueco.

Luego volvió esos ojos muertos sobre Justice de nuevo y algo en su alma se
marchitó.

-"Nos dijiste lo que vas a hacer tú."- Dijo. -"Ahora dinos cómo podemos
ayudarte."

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Treinta y Nueve

Justo antes del crepúsculo, San Bartolo

Los hombres de la aldea se habían escondido lo mejor que pudieron entre los
árboles y césped que rodeaba el Templo, pero el plan para que ellos cubrieran a Justice
con disparos de protección fue un fracaso total. La topografía no se prestaba a
cualquier cobertura real; con el fin de ver sus objetivos claramente tendrían que entrar
en el claro o estarían disparando a ciegas y con la probabilidad de golpear a Justice o
Eleni.

Por supuesto, si los vampiros le obligaban a tener la reunión dentro del Templo
donde estaba el mural, todas las apuestas estaban apagadas. Estaría totalmente por su
cuenta.

Keely, escopeta preparada y dirigida, yacía en el suelo sobre su estómago (poco


más de un ligero aumento en el suelo), oculta por las altas hierbas. Alejandro la
flanqueaba, de rodillas, y entre ellos dos un montón de municiones estaba listo para
volver a cargar las armas. Justice había intentado abrazarla, sólo para un último abrazo
antes de que él fuera a enfrentarse a los vampiros, pero ella había estado rígida y
reticente en sus brazos.

Había besado la parte superior de su cabeza y la dejó ir, odiando que sus últimos
momentos juntos fueran así. Él se agachó junto a ambos.

-"Es la hora. ¿Estáis listos?"

Alejandro juró con virulencia, sacudiendo la cabeza.

-"No, no estamos listos. Somos casi inútiles aquí. Tengo que ir contigo."

-"No. Ya hemos hablado de esto. Si caigo con ellos, necesito que vayas a buscar a
Eleni y mantenerla a salvo. Mantén a Keely segura. Necesito tu palabra."- Dijo Justice.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Alejandro parecía que quería discutir, pero finalmente asintió.

-"Tienes mi palabra. Voy a proteger a la niña y a tu mujer con mi último aliento.


Ahora mismo voy a comprobar que todo el mundo está en su lugar. Volveré en dos
minutos."

Justice asintió y Alejandro se escabulló silenciosamente como uno de los


jaguares que vagaban por la selva. Keely lo vió alejarse, también y, luego miró a
Justice, esa mirada plana, muerta, todavía en su lugar en sus ojos color esmeralda.

-"Puedo protegerme sola, y no soy la mujer de nadie. Haz lo que tienes que
hacer. Nosotros nos encargaremos de nuestra parte."

Justice no quería nada más que tomarla y volar lejos de este lugar miserable,
lejos de los vampiros, de la muerte y de los niños robados. Por fin había encontrado la
verdadera pareja de su corazón y de su alma, y ahora iba a perderla tan rápidamente.
Él sabía que el plan optimista con que había alimentado a los demás no tenía ninguna
posibilidad de éxito. Los vampiros estarían más que preparados para él.

Se había metido en situaciones como esta antes, pero siempre con sus hermanos
y el resto de los Siete a su lado. Podían manejar todo esto, durante todo el tiempo que
estuvieron juntos. Solo, no era más que carne de vampiro.

Había tantas cosas que desearía haber tenido tiempo de decir. De pronto se puso
de pie y se obligó a moverse.

-"Keely, debes saber esto. No importa lo que estás pensando o sintiendo, no


tienes culpa en esto. Fui yo quien te robó esas horas, yo quien no pudo proteger a este
pueblo y a la niña. Estoy encargado de proteger a la humanidad, y sin embargo yo elegí
egoístamente en lugar de honrar a mi deber."

Un destello de vida se movió detrás de sus ojos, y ella negó lentamente con la
cabeza de lado a lado.

-"Sabía lo mucho que ella estaba sufriendo, Justice. Ella es como yo, excepto que
se quedó huérfana y es tratada como una paria. Yo lo sabía, y aún así la abandoné."

Las lágrimas brotaron de sus ojos, pero su rostro era duro e inflexible.

-"Si tu caes, te seguiré y rescataré a esa niña, no importa lo que cueste."

Él tomó la escopeta de sus manos, la atrajo en un abrazo feroz, y la besó con


cada pedacito de amor y anhelo de su alma dándoselo todo en un grito. Obligarse a sí
mismo a soltarla fue lo más difícil que jamás había hecho en sus tristes y largos siglos
de existencia.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ella le cogió del brazo mientras se alejaba.

-"Justice."- Dijo, en voz tan baja que casi se lo perdió. -"Te amo, también."

Él no dijo nada. Las palabras estaban más allá de él, como su alma preparada
para la muerte. Simplemente comenzó el paseo solitario hasta el Templo de San
Bartolo, un hombre condenado a caminar hacia su propia ejecución. Pero él salvaría a
la niña primero. Cuando recordaran su vida sin valor, sabrían que Eleni vivió.

Sólo había un acto final que por lo menos debía intentar. Se detuvo y cerró los
ojos, reuniendo cada gramo de energía y el poder que poseía, y luego llamó al portal.

Esta vez respondió a su llamada. ¡Maldita cosa voluble! A medida que aparecía la
familiar forma ovoide y brillaba y se extendía en su forma, vió las caras sorprendidas
de los guardias en el otro lado cuando le reconocieron y bajaron sus armas. Cuando él
no hizo ademán de entrar, uno de ellos le gritó.

-"¿Lord Justice? Tus hermanos estarán muy felices de saber que estás de vuelta.
El portal no se ha abierto para cualquiera de nosotros, ni siquiera para Alaric, desde
que te fuiste."

Ah. Esto respondía a una pregunta. Sabían que estaba en San Bartolo. Una parte
de él tenía la esperanza... no, realmente esperaba que iban a aparecer para salvar su
día, como a Ven le gustaba decir.

-"¿Mi Lord? ¿No entras? "- le preguntó el otro. -"¿Hay problemas?"

-"Sí."- Justice finalmente respondió. -"Sí, hay problemas. Dile a Conlan y a Ven...
Diles que envíen ayuda. Diles que necesitamos refuerzos. Diles que la Estrella de
Artemisa está aquí pero está custodiada por un nido de vampiros."

-"Vamos a cruzar ahora mismo para ayudarte."- Dijo el primer guardia.

Dio un paso decidido hacia adelante y la magia del portal disparó algo que se veía
y sonaba como una sacudida eléctrica de alto voltaje para él, lanzándole atrás y
cayendo al suelo.

-"No, parece que no lo haréis." Justice respondió, extrañamente no sorprendido.


-"Por alguna razón, el portal quiere que yo haga esto por mí mismo, lo cual me hace
pensar que Poseidón me ha marcado para alguna prueba particularmente cruel."

-"Pero..."

-"Dile a Conlan y Ven..."- Justice tuvo que forzar las palabras. -"Diles que les
quiero. Diles que estoy orgulloso de ser su hermano y que lo siento. Eso es todo."

310
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"¡Lord Justice!"

Pero Justice simplemente negó con la cabeza y se alejó, ni siquiera mirando a ver
si el portal se cerraba a sus espaldas. Mientras hablaba con los Atlantes, había
descendido por completo la oscuridad. Eleni estaba esperando. Si ella aún seguía
viviendo. Si no lo hacía, iba a ajustar la propia tierra ardiendo con el poder de su furia.

El Nereida habló en su mente, en el tono resignado de quien ha aceptado su


destino.

-Así que ahora moriremos, pero por lo menos moriremos gloriosamente. Ha


sido un honor ser parte de ti, Justice de la Atlántida.

-"Ha sido un honor, ser parte de ti, Justice de las Nereidas."- Dijo Justice,
dándose cuenta a medida que hablaba esas palabras que él las sentía realmente.

-Para nuestro gran gesto final, propongo que verdaderamente nos fundamos
en un solo ser, juntos seremos más potentes de lo que cualquiera de nosotros podría
ser por separado.- dijo el Nereida, con un júbilo oscuro en su tono.

-"Si vas a irte, que sea a lo grande."- Dijo Justice, riendo. -"Vamos a hacerlo."

Como uno, ambos lados de su ser... las dos mitades de su alma... abrieron de
golpe las puertas, los escudos y las paredes que habían forjado entre ellos durante los
largos años de su existencia. Poder, finalmente sin trabas, corrió a través de su cuerpo
y lo energizó con la fuerza imponente de un tifón.

La risa salió de él en la pura alegría de tanto poder barriendo por su cuerpo,


oleadas y oleadas de puro plateado poder. De repente, él sabía lo que podría ser capaz
de hacer. Había una posibilidad. Una diminuta, pero aún así la posibilidad de que iba a
vivir a través de esto.

Sólo una última cosa. Se agachó, encontró una piedra lisa en el suelo, lejos de la
orilla del río donde había sido pulida por el agua. Abriendo su corazón y su alma,
concentró toda su emoción de la verdad absoluta y la vació dentro de esa piedra.

-Te amo, Keely, y te amaré hasta que todos los océanos desaparezcan de las
desoladas llanuras de la tierra. Sabes, ahora y siempre, que eres mi corazón, mi alma
y mi vida.

Apretó la piedra con tanta fuerza en el puño que le hacía daño y luego poco a
poco abrió los dedos. Si su plan fracasaba, esto podría ser suficiente. Tendría que ser
suficiente.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Cuarenta

Justice seguía riendo con la alegría y la fuerza del poder estrellándose a través de
su cuerpo cuando llegó al frente del Templo. Los dos vampiros que estaban de pie en
la entrada se burlaron de él.

-"Ríete ahora, mortal, nuestro líder va a matarte lentamente."

-"Lindo. Original, con sólo ese toque de melodrama."- Dijo, pensando en las
respuestas habituales de Ven a situaciones como esta. -"Ahora dame la chica."

-"Muévete hacia atrás y arrodíllate ante tu superior, tonto."- Dijo el más feo de
los dos vampiros. -"Él viene ahora."

-"No me arrodillo ante nadie excepto Poseidón."- Dijo Justice tranquilamente,


desenvainando su espada.

La Furia de Poseidón brillaba como plata pulida bajo la luna del crepúsculo.

-"Tráeme la chica ahora o vosotros dos moriréis maldiciendo vuestros propios


nombres."

Se miraron con incertidumbre el uno al otro, al oír claramente la promesa en su


voz. Pero luego el sonido de muchas voces vino desde la entrada, y un enjambre de
vampiros salió del Templo. Había estado muy, muy por debajo en su estimación. Había
casi un centenar de ellos, docena más o menos. Él era un muerto andante Atlante.
Pero por todos los Dioses, podía fanfarronear.

-"Tráeme la chica ahora."- Repitió.

Esta vez habló con un hombre que estaba vestido como un pavo real con un
atuendo maya pseudo-antiguo. Tal vez pensó que le hacía parecer más importante.
Regio, incluso. A Justice no le importaba un comino lo que parecía. Sólo quería a Eleni.

-"Tráeme la chica, o haré que la onda de choque más grande que jamás hayas
visto explote a todos y cada uno de vosotros en una pila rezumante de baba."

312
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

El pavo real le enseñó los colmillos.

-"Soy Gultep'can, y tú eres un suplicante a los pies de mi grandeza."

Justice se encogió de hombros.

-"No sé mucho de pies, de grandeza o de cualquier otra cosa. Sólo suplico ante la
grandeza de Poseidón, y no lo hago muy a menudo."

-"Tu Dios del mar es un debilucho insignificante en comparación con la gloria de


Anubisa."- dijo Gultep'can con desprecio.

-"Conozco a tu Diosa, de cerca y personalmente."- Dijo Justice con odio. -"Pero


podemos jugar a 'mi-Dios-es-mayor-que-tu-Diosa' más tarde. En este momento, tienes
diez segundos para traerme a esa chica, sana y salva, o todos vais a enfrentaros a la
verdadera muerte al undécimo segundo."

Los ojos de Gultep'can parpadearon lo suficiente para que Justice pudiera darse
cuenta de que estaba tragándose su farol.

-"Traed a la chica."- ordenó Gultep'can. -"Yo soy el poderoso Gultep'can y yo


propuse este trueque, y por tanto yo decreto que así será."

Sí, buen camino para guardar las apariencias. Sin embargo a Justice no le
importaba cómo sucediera, siempre y cuando sucediera. Por ahora, los vampiros
estaban manteniéndose una distancia saludable. Es evidente que habían oído lo que le
había sucedido a sus compinches la noche anterior.

Pero eso no iba a durar mucho tiempo si él no respaldaba sus amenazas con la
acción. Y el problema era que no sabía si la onda de choque también mataría a Eleni, si
él lanzaba su poder. Anoche había sólo matado vampiros, pero ¿habría eso sido una
casualidad? Hasta que él comprendiera y controlara plenamente sus nuevos poderes
unificados, no quería arriesgar su vida. Si aún tenía una vida para arriesgar.

Finalmente, su cuenta atrás mental llegó a los nueve segundos, y oyó el sonido
más maravilloso del mundo. La diminuta voz de Eleni.

-"¡Señor Justice! ¡Viniste! ¡Sabía que vendrías!"

Uno de los vampiros surgió de la entrada, arrastrándola por su vestido fino, y


luego la dejó ir ante un gesto de Gultepe'can. Corrió hacia Justice tan rápido como sus
pequeñas piernas podrían llevarla y saltó a sus brazos. Él la abrazó rápidamente y
luego la bajó a su lado izquierdo por lo que su brazo de la espada estaba libre.

Ella deslizó confiadamente su mano en la suya y le miró.

313
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Cuando hagas las hermosas trombas de agua, ¿puedo mirar?"

Él le apretó la mano.

-"Eleni, no tengo tiempo para juegos en este momento. Vas a regresar a la aldea
por mí, bajo esa cresta, ¿de acuerdo?"

Señaló la cuesta, exactamente en el punto donde yacían Keely y Alejandro,


ocultos a la vista.

-"Pero quiero quedarme y ayudarte."- Dijo.

Justice trató de ser paciente con la traumatizada niña a pesar del hecho de que
decenas de vampiros estaban merodeando cerca y cada vez más cerca de ellos. Él puso
la piedra en su mano y cruzó los dedos sobre ella.

-"Eres una chica muy valiente, pero puedes ayudarme más al hacer lo que te
pido. Dale esto a Keely para mí, Eleni. Es muy importante. Ahora, por favor vete a
buscar a..."

-"Keely y Alejandro, sí, lo sé. Están justo sobre esa colina."- dijo ingenuamente,
aferrándose fuertemente a la piedra. -"¿Van a dejarme ayudarles a cargar las
escopetas?"

Su inocente pregunta, nacida de su don psíquico, galvanizó a los vampiros como


un rayo a través del agua.

-"¿Te atreves a tratar de traicionar a nuestro trato?"- rugió Gultep'can. -


"¡Matadlos!"

-"¡Corre, ahora, Eleni!"- gritó Justice, por encima del estruendo. -"Te protegeré
mientras te alejas. ¡Corre!"

Eleni corrió. Él cerró el paso para ella, con su espada reluciendo y golpeando
mortalmente a cualquier vampiro que trató de conseguir pasar más allá de él. Luchó
como nunca había luchado antes, pero había demasiados. Vinieron a él desde todas
partes, golpeando, mordiendo y arañando. Muy pronto estaba sangrando desde una
veintena de heridas, pero se las arregló para contener a cualquiera de ellos de seguir a
Eleni.

-"¡Estamos aquí!"

La voz de Keely sonó y Justice la vió dar un paso desde detrás de un árbol, con la
escopeta apoyada contra su hombro.

-"¡Eleni, ven a mí! ¡Corre más rápido!"

314
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Gultep'can gritó órdenes y sus secuaces salieron corriendo en todas direcciones.

-"¡Cogedla! ¡Conseguid a la niña! ¡Matar al Atlante antes de que pueda atraer la


ira de la tierra otra vez!"

Cuatro de ellos corrieron hacia Justice, agarrándolo por cada una de sus
extremidades y hundiendo cuatro juegos de colmillos en él. Echó la cabeza hacia atrás
y aulló su dolor y su rabia, pero eran vampiros fuertes, y él estaba sangrando por
docenas de heridas. Cuatro contra uno era demasiado.

Al mismo tiempo, otro apartó la espada fuera de su alcance, pero la empuñadura


convirtió las manos de aquel chupasangre en fuego y las llamas corrieron por su
cuerpo hasta que fue un montón de cenizas apestoso con una espada situada encima
de él.

Justice observó con angustia como más de ellos se pusieron en marcha por la
colina hacia Keely y Eleni.

-"¡Keely!"- Rugió. -"¡Sal de aquí!"

Eleni alcanzó a Keely mientras él observaba e inmediatamente se dejó caer en


una pelota a los pies de Keely. El trueno de fuego de la escopeta retumbó; primero una
vez, luego dos, y Justice vió que Alejandro también estaba en acción. Mientras miraba,
cada uno de los habitantes del pueblo salieron de sus escondites, con sus armas
dirigidas y disparando. Pensaban que estaban protegiendo a Keely, se dio cuenta, con
la desesperación inundándole. Todo lo que estaban haciendo era conseguir hacerse
matar, y a ella con ellos.

El corazón de Keely comenzó a latir de nuevo, cuando Eleni llegó hasta ella,
segura y, en apariencia, relativamente ilesa. Pero dejó de latir de nuevo cuando se
percató de que Justice estaba enterrado bajo un mar de vampiros que le mordían
lentamente y arañaban su carne arrancándola de su cuerpo. No había manera de que
nadie pudiera sobrevivir a eso.

Con manos temblorosas, se acomodó la culata de la escopeta más firmemente


en el hueco de su hombro, dirigiéndola a uno de los vampiros que sostenían a Justice,
y disparó. El estruendo estuvo a punto de ensordecerla, y se estremeció
instintivamente. Cuando abrió los ojos, vió el cuerpo del vampiro, ahora sin cabeza,
cayendo al suelo. Otro disparo de escopeta sonó muy cerca de ella, y la cabeza de otro
vampiro explotó. Alejandro. Ella se volvió hacia él y le dio un pulgar hacia arriba,
sonriendo sombríamente.

-"Si vamos a seguir peleando, por lo menos vamos a darles una buena pelea."-
Gritó él.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ella asintió con la cabeza, sin tiempo ni energía para hablar, y apuntó de nuevo.
En el espacio de segundos, dos de los vampiros que le sujetaban habían sido malditos
con la verdadera muerte. Justice sonrió al ver a Keely y Alejandro de pie,
prácticamente hombro con hombro, disparando contra los vampiros. Dos a uno eran
grandes probabilidades, no le importaba la sangre corriendo por su rostro desde una
herida en su cabeza.

De repente, se dejó caer como un peso muerto, bajando y llevándose a sus dos
captores restantes con él. Fue un simple truco para romperle a uno el cuello y luego
rodar sobre el otro, tomar su espada, y cortar a través de su cuello. En un instante,
estaba de nuevo sobre sus pies y de vuelta en la lucha, cortando, apuñalando y
rebanando.

Gultair'can se metió en la batalla, sus ojos brillaban de rojo feroz, y arrojó sus
propios vampiros lejos de él para poder despejar el camino hasta Justice.

-"Te mataré yo mismo."- Gruñó.

-"Ven a por mí."- se burló Justice, haciéndole señas.

Un espacio se despejó entre ellos y alrededor de ellos, como lo había hecho en


esas peleas del patio del colegio que Justice había luchado siendo niño. ¡Qué círculo
vicioso era la vida! Había empezado a luchar contra matones en un círculo y ahora iba
a morir de esa misma manera. Pero se llevaría a Gultep'can con él.

Se movió un poco, para poder mirar a Keely. Los vampiros habían dejado de
acosarla, ya que todos se apresuraban hacia allí para contemplar a su líder culo-
repugnante fregando el suelo de la selva con Justice.

-"¡Lee la piedra!"- Gritó tan fuerte como pudo. -"Y por todos los infiernos, ¡sal de
aquí! ¡Ahora!"

Un movimiento por el terreno, en la esquina de su visión periférica, le alertó. Se


dio la vuelta rápidamente, pero no lo suficientemente rápido para evitar la daga que
Gultepe'can lanzó hacia él. Le impactó en las costillas y él se tambaleó hacia atrás. Se
arrancó el puñal de su pecho, lo lanzó al suelo, y luego se echó a reír de nuevo.

-"¿Eso es todo lo que tienes? Gran pésimo aspirante a Dios vampiro y ¿todo lo
que tienes es un pequeño cuchillo?"

Gultepe'can, se enfureció más allá de toda razón, aulló, chilló y se lanzó


directamente hacia él. Justice bloqueó lo peor del golpe y cortó con su espada lo mejor
que pudo en la corta distancia, acertando una larga herida hasta el abdomen del
vampiro.

316
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Morirás lentamente por esto."- gritó Gultepe'can, sosteniéndose dentro algo


que se parecía mucho a un pedazo de sus intestinos.

Justice volvió a reírse, sólo porque podía. Las heridas estaban finalmente
pasando factura, superando la explosión de fuerza cargada de adrenalina. Siempre
había sido inmune a las mordeduras de vampiros, pero la enorme pérdida de sangre
podría conseguirlo. Tropezó, repentinamente mareado, y los vampiros lo tomaron
como su señal. Todos le invadieron y cayó bajo una maraña de brazos, piernas y
lacerantes, rasgadores colmillos. Lo último que oyó fue el eco desvanecido de la voz
del Nereida.

-Nosotros no tenemos que morir así.

Keely vió a Justice descender bajo lo que parecían cientos de vampiros y ella cayó
de rodillas, el arma cayéndose de sus dedos inertes. Algo frágil se desgarró
completamente abierto en su pecho, y ella lanzó un grito de angustia.

Eleni se incorporó y se apoyó en ella, echándole los brazos alrededor suyo en un


fuerte abrazo.

-"No llores, Keely. El Dios del agua está llegando, pero primero Justice hará esas
preciosas trombas de agua azules."

La niña apretó algo redondo y suave en la mano de Keely, y ella cerró


automáticamente sus dedos alrededor de aquello. Una roca. Eleni estaba demasiado
traumatizada, estaba balbuceando tonterías y le había dado una roca para consolarla.
Keely no sabía si reír o llorar. Entonces toda la fuerza del amor de Justice irrumpió en
ella desde la roca, tan potente que impregnó su guante, alzándola y levantando fuera
con las corrientes.

-"Yo. No. Quiero. Morir. Así."- gritó Justice apretando los dientes.

Mientras lo dijo, arrancó a uno de ellos fuera de él agarrándole por la mandíbula.


El colmillo del vampiro tomó un trozo de piel consigo, pero al menos era uno menos.
Estrelló su codo en la cara de otro, y de repente sus brazos estuvieron... por un
momento... libres.

Él los levantó en el aire y rugió una sola palabra. Una palabra en la lengua
antigua de las Nereidas. Una palabra que ni siquiera sabía que conocía, pero que había
crecido de repente en su corazón y su alma, peligrosa, fuerte y mortal. Una palabra
llamando al poder en ella y volviéndose tangible, mientras salía de su boca, colgando
en el aire sobre el lugar en el que él yacía en el suelo, muriéndose. Siendo asesinado.

317
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Observó como la sangre de su vida se drenaba fuera de él desde tantas y tantas


heridas, cuando la palabra tomó forma y se hizo real, creciendo en la belleza oscura y
terrible del poder más temible del universo.

Un rugido de trueno sacudió la tierra, los árboles y hasta el propio cielo; y, desde
la palabra, una onda de choque se derramó visiblemente en círculos concéntricos y
revolucionó el mundo hasta cristalinas sombras de azul y plata.

Todos los vampiros a su alrededor, encima de él e incluso de alguna manera por


debajo de él, explotaron, pero no en su baba ácida de costumbre, sino en fuentes de
agua clara y pura. Levantó la cabeza con lo último de su energía y miró a su alrededor
viendo que en todas partes estaba ocurriendo lo mismo. Géiseres en miniatura de
agua pura se originaban dondequiera que un vampiro hubiera estado. El último de
ellos fue él mismísimo Gultep'can, que gritó su desafío hasta el final.

-"Menudo gesto grandilocuente."- Dijo Justice, su cabeza golpeando en tierra


cuando su cuello ya no pudo soportar el peso de la misma.

Se volvió hacia la pequeña colina y vió a Keely, su amada Keely, brillando como
una llama. Ella tenía sus brazos alrededor de Eleni, pero estaba bajando por la colina
hacia él.

Entonces vivían. Ambas vivían. Era suficiente.

Justice esbozó una sonrisa, llena de pena, pero también de alegría. Él las había
salvado.

Era suficiente.

318
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Capítulo Cuarenta y Uno

Keely estaba llena de temor por como explotaron los vampiros, uno tras otro, en
hermosos remolinos de agua azul plateada. Justice había hecho eso, de alguna
manera. Ella lo sabía.

Entonces le vió, tendido en el suelo, tan ensangrentado que era imposible que
todavía viviera. Empezó a descender, cogiendo ritmo hasta que estuvo corriendo, casi
sin ni siquiera darse cuenta de que Eleni corría detrás de ella.

-"¡Justice! ¡No te atrevas a morir sobre mí! ¡Tienes que vivir! ¡Tienes que vivir
para mí!"

Siguió gritando tonterías sin sentido, durante todo el camino bajando la colina,
hasta que finalmente se detuvo en seco delante de él y cayó al suelo.

Al principio pensó que estaba muerto, y el dolor acuchilló a través de ella con
tanta intensidad que ella se dobló por la fuerza de él. Entonces vió su movimiento de
cabeza, sólo una fracción de centímetro, pero era un movimiento.

-"Por favor, por favor, por favor, vuelve a mí."

Rogó, acariciando la parte superior de su cabeza, que parecía ser la única parte
no lesionada de todo su cuerpo. Alejandro corrió hacia ellos.

-"Está..."

-"¡No!" Gritó Keely. "No, lo está. ¡Y no te atrevas a decirlo!"

-"Keely, debes llevar a Eleni de regreso al pueblo."- Dijo Alejandro, con


amabilidad y cálida simpatía en su voz. -"No hay nada que podamos hacer por él. Esa
herida es tan profunda, que debe haber cortado en sus pulmones."

-"No. No le abandonaré. Lleva tú a Eleni de vuelta."

Ella besó la frente de Eleni para tranquilizar a la niña, lo más que podía calmarla
tras una experiencia como esta.

319
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"Volveré por ti. Pero ahora tengo que estar con Justice, para que no esté solo."

Su voz se quebró y se abrazó a Eleni, sus amargas lágrimas cayendo en el pelo de


la chica.

Alejandro volvió a hablar, pero de alguna manera esta vez no era Alejandro.
Keely no sabía cómo lo supo, pero lo supo. Levantó la cabeza para mirar a Alejandro,
que de repente parecía brillar con luz plateada.

-"ELEGÍ BIEN CUANDO DI MI ESPADA A JUSTICE."- Tronó una voz que tenía todo el poder,
la gloria, y el misterio de los mares.

-"¿Poseidón?"

Keely le conocía. Había oído esa voz antes, en sus visiones.

-"SI, LECTORA DE OBJETOS. YO SOY EL DIOS DEL MAR QUE RECLAMA ESTE GUERRERO COMO MÍO
PROPIO. AHORA SABED TODOS LOS PRESENTES QUE ESTA ESPADA QUE CUMPLIÓ CON SU DEBER TAN BIEN
EN SU MANO, PODRÁ SERVIR PARA SANAR SU PORTADOR."

La luz plateada se extendió desde Alejandro y formó una cúpula iridiscente sobre
Justice, Keely, y Eleni. El frío glacial de las profundidades del océano repentinamente
chamuscó a través de su piel y sus huesos. Eleni jadeó y se acurrucó más cerca de
Keely, enterrando su cara en la camisa de Keely.

La espada de Justice, yaciendo cerca, se iluminó. Los símbolos sobre la hoja


brillaban con un fuego plateado tan brillante que todos tuvieron que proteger sus ojos.
Después de un largo rato, el resplandor que se filtraba a través de los párpados de
Keely se desvaneció y se atrevió a echar un vistazo con los ojos entornados.

La luz se había ido. Alejandro seguía en pie congelado, inmóvil, pero la luz se
había ido.

-"No me gusta esto de que casi he muerto, y mi mujer ya está buscando a otro
hombre."- Dijo Justice, con un tono de diversión en su voz ronca.

Ella giró la cabeza, casi con miedo de mirar. Lo que vió le hizo gritar de asombro.
Justice se incorporó, entero y sano. Incluso la sangre que le había recubierto se había
ido.

-"Tú... tú... tú..."- tartamudeó, y luego se arrojó en sus brazos.

-"Esto me gusta más."- Dijo, luego atrapó sus labios en un beso de fusión de
almas.

320
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Fue un beso infundido con calor, admiración y asombro, y duró un tiempo muy
largo.

-"SÍ."- dijo Poseidón.

La voz como un trueno, sobresaltándoles y sacándoles de su abrazo.

-"HAS ELEGIDO BIEN A TU MUJER, PERO DILE QUE MANTENGA SUS MANOS FUERA DE MI TRIDENTE.
ALGUNOS SECRETOS SON DEMASIADO VIOLENTOS PARA QUE UNA LECTORA DE OBJETOS LOS CONOZCA
JAMÁS Y LOGRE SOBREVIVIR."

Justice se levantó, tirando de Keely de pie junto a él, y levantó a Eleni en sus
brazos.

-"¿Qué fue eso?"- le preguntó a ese Alejandro, que no era Alejandro. -"¿Fue una
prueba? Después de estos cientos de años de servicio leal, ¿me pones a prueba ahora
y pones a mi mujer y estos inocentes en tal enorme peligro?"

-"NO FUI YO QUIEN LOS PUSO EN TAL PELIGRO, PERO ERAS TÚ QUIEN DEBÍA PROTEGERLOS. LA
FURIA DE POSEIDÓN ES MÍA PARA DAR Y MÍA PARA RECLAMAR, Y CADA CINCO SIGLOS DECIDO QUIEN LA
SOSTENDRÁ Y A QUIEN DECIDO PASARLA."

La voz del Dios del mar era altiva más allá de la arrogancia, ordenando fuera de
toda discusión. Keely suponía que, al ser un Dios del mar, eso venía con el cargo.

-"Gracias."- Dijo, sin saber si se permitía que ella hablase con Poseidón, pero
necesitando decirlo. -"Gracias por su vida."

-"TU LE DISTE SU VIDA, DOCTORA KEELY MCDERMOTT DE LA TIERRA DE OHIO. YO SIMPLEMENTE


SANÉ ALGUNAS HERIDAS."

Poseidón levantó los brazos de Alejandro y bajó la mirada hacia su cuerpo.

-"ÉSTE HOMBRE ES FUERTE. NO ME HABRÍA IMPORTADO TENER ALGUIEN COMO ÉL ENTRE MIS
GUERREROS."- Dijo.

Era tan extraño escuchar y ver esto que Keely casi se echó a reír, pero pensó que
podría ser considerado una especie de blasfemia.

-"SUFICIENTE. AHORA TENGO QUE IRME."- decretó Poseidón. -"PERO ANTES, UNA ÚLTIMA
COSA."

Alargó la mano con una de las manos de Alejandro y tocó la cara de Eleni.

-"VAS A CRECER PARA SER MUY SABIA, JOVENCITA, Y SERÁS UNA CONSEJERA DE REYES. CUENTO
CON QUE RECUERDES ESO."

321
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ella se rió y aplaudió.

-"¿Podré ir a jugar con los delfines contigo, Señor Dios del Mar?"

La risa de Poseidón sonó en el aire.

-"DEFINITIVAMENTE, JOVENCITA. DEFINITIVAMENTE."

Alejandro tropezó, luego miró alrededor salvajemente, levantando la escopeta.

-"¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Dónde está?"

Justice apretó su brazo alrededor de Keely.

-"Ahora tendremos un poco de descanso, y luego nos pondremos a trabajar."

-"¿Trabajar?"

No tenía ni idea de lo que estaba hablando.

-"La Estrella, Keely. Debemos encontrar la Estrella de Artemisa y llevarla de


vuelta a Atlántida."

-"La Estrella."- Repitió. -"¿Sabes?, casi me había olvidado de ella."

Voces profundas sonaron desde el interior del Templo, y todos ellos


reaccionaron al instante, yendo en busca de sus armas. Cuando Ven, Conlan, y Alaric
aparecieron en la entrada, fueron recibidos por varias escopetas y una espada
apuntando directamente a ellos.

Keely sonrió un poco, recordando otra entrada sorpresa. El cambio radical era
solamente el juego limpio.

-"Nosotros pensamos que podríamos echar una mano."- Dijo Ven alegremente. -
"Pero parece que tienes las cosas bajo control."

Alejandro, con la escopeta apuntando a la cabeza de Conlan, echó un vistazo a


Justice.

-"¿Conoces a estos hombres, o debo proponer otro trueque?"

Justice se echó a reír.

-"No, mi amigo. Estos hombres son... mi familia."

Alaric les dio aquella mirada con los ojos entrecerrados.

-"Mucho más ha pasado aquí de lo que aparenta en este momento, creo."

322
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Conlan inclinó la cabeza.

-"Creo que tienes razón. ¿Alguien quiere decirnos qué infiernos ha estado
sucediendo aquí?"

Justice y Keely se echaron a reír como bobos, y los tres Atlantes les miraron
como si estuvieran realmente locos.

-"Os contaré la historia de San Bartolo, La Partida, y la Liga de vampiros


extraordinariamente viciosos."- dijo Justice a sus hermanos y Alaric, cuando por fin
pudo hablar. -"Vamos a comer, descansar, y luego hablaremos. Después todos
vendremos aquí y encontraremos la Estrella."

-"¿La Estrella de Artemis está aquí? Vamos a encontrarla ahora."- ordenó Alaric.

-"Justice casi muere."- le dijo Keely con cierta aspereza. -"La Estrella ha estado
enterrada de manera segura en esa roca durante miles de años. Una noche más no va
a hacerle daño."

Alaric comenzó a responder, pero Conlan levantó una mano.

-"No, ella tiene razón. En este momento, me parece que me gustaría tener una
comida con mi hermano y su mujer."

Justice apretó la mandíbula y una feroz emoción brilló en sus ojos oscuros, pero
Ven levantó las manos en señal de protesta fingida.

-"¡Oh, infiernos no!, hermano, no la llames su mujer."

Keely levantó la cara y besó la mandíbula de Justice, luego sonrió a Ven.

-"Está bien. Me rindo. Ya que incluso el mismísimo Dios del mar me llama la
mujer de Justice, he decidido simplemente aceptarlo."

Justicia dirigió para ella una mirada tan poderosa de amor y aceptación que sus
rodillas casi se pusieron débiles. Era una mirada de pertenencia... una mirada de hogar.

-"Amara mía, tú eres mía y yo soy tuyo. Para siempre."

-"Para siempre."- Dijo.

Luego, sosteniendo a Eleni, abrió el camino a los demás hacia la comida y el


descanso.

323
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Epílogo

Dos semanas más tarde, San Bartolo

Keely salió del Templo en el brillante sol de la tarde y sonrió al ver a Justice
jugando a la pelota con Eleni en el claro. Su grande, duro guerrero era un blandengue
cuando se trataba de la niña.

-"¿Va a trabajar con nosotros en esto?"- Preguntó el señor Héctor.

Como director guatemalteco de asuntos arqueológicos, estaba encantado de que


los vampiros se hubieran ido del lugar y ansioso por reanudar el trabajo.

-"No, lo siento, ya que el jefe de mi departamento desapareció misteriosamente,


tengo mucho que hacer de vuelta en el estado de Ohio. Además, tengo otro proyecto
en mente."- Dijo. -"Estoy segura de que usted y el equipo original, tendrán un tiempo
maravillosamente emocionante, sin embargo. Por favor, asegúrese de mantenerme
informada para poder saber todo al respecto."

Él asintió con la cabeza y se apresuró para supervisar los miembros de su


personal que estaban desempaquetando las herramientas y suministros. Ella se dirigió
hacia Justice, su sonrisa creciendo cada paso del camino.

-"¿Sois dos niños divirtiéndoos?"

Justice la levantó en el aire y le dio la vuelta.

-"¿Quieres jugar?"- Dijo con voz sedosa, sus ojos oscureciéndose y muy
intencionados.

324
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Siempre podía ver cuándo su hombre tenía el sexo en mente. Por supuesto, era
así casi todo el tiempo, así que tal vez no era tan impresionante, no es como si fuera
un talento psíquico.

-"Más tarde."- Dijo, riéndose. -"Ahora ponme abajo."

Él lo hizo, después de besarla hasta dejarla sin aliento.

"¿Cuándo estará de vuelta Alejandro?"

Justice le tiró la pelota a Eleni, que rápidamente se dejó caer y se fue corriendo
para charlar con los estudiantes de posgrado. Ella estaba floreciendo poco a poco, a
pesar de todo lo que había pasado, y Keely esperaba que el tiempo, ese gran sanador,
ayudaría a finalmente a darle una feliz infancia normal, y que las sombras en los ojos
de Eleni desaparecerían algún día.

Ahora que había empezado el proceso para adoptarla oficialmente, lo que le


habían asegurado que sería considerado con toda velocidad, teniendo en cuenta el
interés superior de la niña y el gran servicio que Keely y Justice habían realizado para el
pueblo de Petén, Eleni estaba finalmente empezando a creer que realmente iba a
tener un nuevo hogar y familia.

Unos días antes, ella había venido a ellos y les pidió que la ayudaran a enterrar la
zapatilla y celebrar un servicio fúnebre, sólo ellos tres, por su madre perdida. Keely
había llorado junto con Eleni, después pusieron flores en el pequeño montículo de
tierra y dijo 'adiós a mamá en el cielo con papá'.

Incluso Justice había tenido un par de lágrimas arrastrándose por su cara. Le


había explicado a Eleni que ningún valiente guerrero debe tener miedo de mostrar sus
sentimientos nunca, y que honraba a su madre con sus lágrimas. Keely esperaba que la
ceremonia hubiera traído algo de paz a la niña, para que el proceso de curación
pudiera comenzar.

-"Alejandro está todavía en el entrenamiento para dirigir el equipo P-Ops que


custodiará este sitio."- Dijo Justice. -"Debería estar de vuelta en una semana más o
menos, pero nos habremos ido para entonces."

-"¿Qué pasa con Alaric? ¿Qué dijo cuando examinó tu mente?"

El pensamiento de eso todavía la estremeció, pero supuso que era mejor que lo
que ella había pasado cuando era niña. Una sesión corta en comparación con años de
psicoanálisis y drogas. Él se encogió de hombros.

325
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

-"No me puede entender; la dualidad de mi alma, es demasiado extraña para él.


Principalmente creo que sólo va a dejarme en paz."

Ella lo abrazó.

-"Suena como la resolución perfecta para mí. Hablando de resoluciones, ¿estás


listo?"

Él vaciló, luego asintió.

-"Sí. Tan listo como alguna vez pueda estar."

Keely miró a través del claro y se encontró con los ojos del señor Héctor y ella
asintió. Se veía sombrío, pero asintió a cambio. Todos ellos se fijaron. De la mano,
Justice y Keely entraron en el Templo y se acercaron al impresionante mural. A pesar
de que lo había visto tantas veces, todavía le inspiraba respeto y admiración.

-"Que las personas que vivieron hace tanto tiempo pudieran crear tanta belleza
en medio de la construcción de su civilización."- Dijo Keely. -"Me asombra y me
humilla."

-"Espera a ver más de Atlántida."- Dijo Justice, sonriendo. -"Eso va a sacudir tu


mundo."

Ella se rió.

-"Siempre único para romper un estado de ánimo, ¿no es así? De todos modos,
tu eres quien sacude mi mundo."

Volviéndose seria, señaló una pequeña grieta en el mural, situada en el centro


del ojo de uno de los peces.

-"Ahí es. He excavado suficiente para que uses tu energía del agua para extraerla
suavemente hacia afuera con un mínimo de daños."

-"Todavía no puedo creer que Héctor estuviera de acuerdo con esto. O que Alaric
y Conlan aceptaran tanto retraso."

-"Bueno, Héctor de algún modo nos lo debía."- Dijo. -"Sin ti, ellos nunca habrían
tenido acceso a este sitio de nuevo. Y no me hagas hablar sobre Alaric."

Llamó al agua, y un delicado chorro fino en espiral atravesó el aire y la hendidura


con la precisión de un bisturí en manos de un cirujano magistral. Esperaron,
conteniendo la respiración, y pasados uno o dos minutos que se prolongaron para
siempre, un brillo de algo apareció en la boca de la grieta.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Ella ahuecó sus manos enguantadas debajo de la abertura y el agua cayó en ellas,
seguida por un zafiro del tamaño de una pelota de golf que brillaba con el resplandor
de una luna de enamorados.

-"Oh, Justice."- Susurró. -"Es tan hermoso. La Estrella de Artemisa. Por fin."

-"Todavía no puedo creer que Conlan y Alaric no aplastaran por la fuerza a través
de la pintura mural y tomaran la Estrella."- Dijo Justice, arqueando los labios ante el
recuerdo de ese argumento.

-"Bueno, te debían una, también."- dijo ella con fiereza.

-"Y tú eres tan rápida para defenderme, amara mía."

Keely le tendió la Estrella.

-"Ahora podemos descubrir lo que realmente hace. Si esto recupera mentes


fracturadas."

Él la miró fijamente durante un largo tiempo, luego sacudió lentamente la


cabeza.

-"No mi amor. Mi mente ya no está fracturada, y no tengo ningún deseo de saber


si quizás la Estrella me desgarraría en dos otra vez."

Se inclinó y le dio un breve beso en los labios.

-"Tu amor ha sanado todo lo que estaba roto en mí, y no tengo necesidad de esta
roca. Ahora o nunca."

Keely tocó su collar y cerró la mano alrededor del pequeño pez.

-"No puedo creer que este pequeño pez me enseñó el rostro del hombre que se
convertiría en mi universo. Has sanado todo lo que estaba roto en mí, también. No me
puedo imaginar una vida sin ti. Ahora o nunca."

Sus palabras llevaban la resonancia de promesas. Keely comprendió que siglos de


batalla, honor y valentía, en combinación con los horrores de su infancia, habían
desatado no sólo una, sino dos bestias en Justice.

Ahora, a través del poder de su amor, las bestias se unieron para formar un todo.
El hombre al que amaría siempre.

Ella enroscó sus brazos alrededor de su cuello y le besó; la promesa de una


eternidad de amor en sus labios.

327
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Segundos o minutos u horas después, sonó la voz impaciente de Eleni


proviniendo de la entrada al Templo.

-"Vamos, ya."- les exigió. -"Quiero jugar a la pelota, por favor."

Riendo, Keely y Justice se separaron y, de la mano, salieron a la luz del sol, hacia
su niña y su futuro, juntos.

FIN

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

Hot Passion Books

Esta es una traducción hecha por Fans. La ofrecemos de forma totalmente


gratuita, sin obtener beneficios económicos o materiales de ningún tipo por ello y con
el único objetivo de dar a conocer los libros de nuestras autoras favoritas a las lectoras
de habla hispana.

Recomendamos a las lectoras adquirir estos mismos libros en el momento de su


publicación, ya sea en su idioma original o cuando estén disponibles en español, para
incentivar a que estas autoras, a las que agradecemos su excelente trabajo, sigan
creando estas maravillosas obras.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

********************

NOTAS ACLARATORIAS

1
Justice, en español Justicia. Se mantiene el nombre en inglés. A lo largo del texto se hacen
juegos de palabras con el significado de su nombre.
2
Shifters, cambiaformas o cambiantes, se mantiene el termino en ingles.
3
Ketamina, medicamento anestésico muy potente generalmente de uso veterinario.
4
SOP, siglas de Standar Operative Procedure, que significa Procedimiento Operativo Estándar.
5
Pensamiento, no expresado en voz alta, se destacan en negrita y cursiva en todo el texto.
6
En la mitología irlandesa y el folclore gaélico escocés, un Geas es un tabú individual, ya sea
por obligación o prohibición, similar a estar bajo un voto, un hechizo o una maldición.
7
Paleta Marshalltown, herramienta de arqueología hecha de una sola pieza de metal en
forma de pico, más grande y más flexible, que hace que sea mejor para la limpieza de
secciones de terreno.

8
Cartapacio, accesorio de escritorio, también llamado 'vate', a modo de carpeta sobre la que
escribir, que puede contener documentos en su interior y/o anotaciones en su superficie.

9
El Lupercale es una cueva al pie de la colina del Palatino, en Roma. En la leyenda de la
fundación de Roma, Rómulo y Remo fueron amamantados allí por una loba hasta que fueron
rescatados. Aunque en el año 2007 una arqueóloga italiana creyó haberla localizado, se
demostró que no era la cueva correcta.

330
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

10
'Deal or No Deal' concurso estadounidense de televisión, significa 'Trato o no Trato', donde
se elige entre una cierta cantidad de maletines que contienen distintos premios, haciendo
descartes o tratos.

11
Howie Mandel, presentador del concurso 'Deal or No Deal', con la peculiaridad de que
padece un fobia irracional a los gérmenes hasta el punto de que no se da la mano con nadie,
incluyendo los concursantes, a menos que esté usando guantes de látex. También ha
reconocido padecer ADHA, siglas de Attention Deficit Hyperactivity Disorder, en español
Trastorno Por Déficit De Atención Con Hiperactividad (TDAH)

12
OCD, siglas de Obssesive Compulsive Disorder, en español TOC, siglas de Trastorno Obsesivo
Compulsivo, definición genérica del síndrome al que pertenecen todas las fobias.
13
'Germofobia', miedo a los gérmenes. También llamada 'misofobia', 'bacteriofobia' o
'bacilofobia', Los afectados tienden a lavarse las manos constantemente y a tocar objetos con
cautela, en muchas ocasiones con guantes, sin que las condiciones sanitarias lo requieran. Su
miedo se concentra en las materias biológicas, en los olores corporales y en la suciedad visible.
14
Las Vegas, ciudad famosa por sus casinos y su depravación. En este caso, se refiere al mal
gusto en cuestiones de decoración. El resto de sus comentarios también aluden a eso.

15
Películas de serie B (sean del genero que sean) son las realizadas con poco presupuesto de
modo claramente visible y, una vez más, de mal gusto.
16
Las escenas de sexo en videos porno en los años setenta fueron acompañadas con cierta
música cursi y repetitiva. La frase 'bowm-Chicka-bowm-wow' (onomatopeya de esa música) se
usa coloquialmente para referirse a algo sexual, explícito o implícito.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

17
Algolagnia: Palabra proveniente del griego antiguo (algos: dolor; lagneia: placer), que
constituye una de las definiciones usuales en Medicina para referirse al erotismo del dolor, al
placer sexual relacionado con las sensaciones dolorosas.
18
Firefly es una serie de televisión estadounidense de ciencia ficción inspirada en películas del
Oeste. Se hizo una película, titulada Serenity, por el nombre de la nave espacial de la serie.

19
Alguien que espía a los demás mientras ellos se dedican a algún tipo de comportamiento
lascivo. Procede de la leyenda de Lady Godiva cuando cabalgó desnuda por las calles de la
ciudad. Había dado instrucciones a la gente del pueblo para no mirarla, pero uno, llamado
Tom, se asomó y fue cegado inmediatamente.

20
Se refiere al 'Infierno' de Dante Alighieri. Libro donde describe los niveles del infierno.
21
Illini, eran un grupo de 12 a 13 tribus de nativos americanos en el valle superior del río
Mississippi de América del Norte.
22
'Guts and grit' en el original. 'Grit' significar valor o agallas y 'grits' significa grano o sémola.
La traducción literal carece de sentido. Se refiere a que ha confundido los distintos
significados; por ello elegimos dos términos relacionados y también muy diferentes, 'escamas'
y 'agallas', ambas son partes de peces, pero la segunda es también sinónimo de valor.
23
'Jinete de oficina', en argot se refiere a oficinista, aludiendo al hecho de que pasa demasiado
tiempo en un trabajo sedentario, sentado en su silla de oficina.
24
Referencia a la película 'En busca del Arca Perdida', donde Indiana Jones es un arqueólogo
explorador que termina metido en diferentes aventuras en su búsqueda de reliquias.

332
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

25
Expresión en tono sarcástico, se refiere a la falta de seriedad o firmeza por la facilidad con
que se puede borrar al escribir un mensaje a lápiz.
26
Filipo de Macedonia, puede referirse a cualquiera de los cinco monarcas del reino de
Macedonia con ese nombre, aunque especialmente al segundo, conquistador de las polis de la
Antigua Grecia y padre de Alejandro Magno.

27
Termino cariñoso en lenguaje Atlante, significa 'mi amada' o 'mi amor'
28
Hottie, significa caliente o sexy en argot.
29
'Tiny Dick', coloquialmente 'tiny' significa muy pequeño y 'Dick', significa polla. El insulto
sería similar a 'polla pequeña'
30
Se refiere a Alejandro Magno, o Alejandro de Macedonia, uno de los guerreros y
gobernantes más célebres de la antigüedad.

31
Se refiere al Premio Pulitzer, prestigioso premio periodístico internacional.

32
El 'hurling' es un deporte de equipo de origen celta. Se juega con palos de madera llamado
hurley para golpear una pelota pequeña entre los postes de la portería de los oponentes.

33
Navaja de Occam, principio metodológico y filosófico atribuido a un fraile franciscano, según
el cual: "en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta".

333
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

34
Gertrude Bell, escritora, viajera, política, arqueóloga y espía que se convirtió en una gran
influencia debido a su habilidad y contactos, construidos a través de sus extensos viajes.

35
Thomas Edward Lawrence conocido Lawrence de Arabia, fue arqueólogo y oficial del
ejército británico conocido por su papel de enlace durante la rebelión árabe contra los turcos.

36
El hedonismo es la doctrina filosófica basada en la búsqueda del placer y la supresión del
dolor y de las angustias, como objetivo o razón de ser de la vida.
37
Ohio State Buckeyes es el nombre del equipo deportivo de la Universidad Estatal de Ohio.
Go, Buckeyes!, es el 'grito de guerra' de ese equipo.
38
'Ghoul', es un demonio necrófago que habita en lugares inhóspitos o deshabitados y
frecuenta los cementerios.

39
He-Man y los Amos del Universo', serie de dibujos animados de los años 80. El protagonista
es un guerrero de gran fuerza física y poderes. Se refiere a su actitud dominante.

334
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

40
'Wilding', poder mágico, salvaje y potente, que tiene Erin como bruja y cantante de gemas.
41
'Kebab', es una amplia variedad de comidas en pinchos originarias del Medio Oriente, tanto
servidas en pequeños palillos como cortada en laminas y servida en una masa de pan.

42
Una geoda es una cavidad rocosa, normalmente cerrada y hueca, en la que han cristalizado
minerales. La más grande conocida mide 10,7 m³ de volumen (8 m de largo, por 1,8 m de
ancho, por 1,7 m de alto) y está situada en la localidad de Pulpí, Almería.

43
En Las Vegas, existen capillas donde puedes contraer matrimonio inmediato vistiendo
cualquier disfraz, o que el propio oficiante esté disfrazado. Es muy habitual que se disfracen de
Elvis Presley, famoso cantante de rock. Por eso, se las denomina 'capillas de Elvis'.
44
Bruce Willis, actor estadounidense, famoso por protagonizar, entre otras, la serie de
películas de acción extrema 'La Jungla de Cristal', cuyas sucesivas entregas han ido siendo cada
vez más duras y más violentas.

45
OSU, Ohio State University, Universidad del estado de Ohio.

335
Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

46
Un troll es un temible miembro de una mítica raza antropomorfa del folclore escandinavo,
muy grande pero generalmente encorvado y deforme.

47
Es una frase usada en Star Trek (película y serie de televisión muy conocida), "Beam me up,
Scottie", cuando se transportaban desde la nave espacial en una especie de haces de luz.

48
S.O.B., siglas de 'son of a bitch', que significa 'hijo de puta', en argot, SOB también significa
'desalmado'
49
Savile Row, calle en el distrito de Mayfair, en el centro de Londres. Conocida principalmente
por su sastrería tradicional a medida para hombres.
50
Hermenegildo Zegna, casa de moda italiana de lujo que confecciona ropa y accesorios de
vestir para hombres
51
Salvatore Ferragamo, diseñador de zapatos italiano. Su empresa se ha convertido en un
lujoso imperio, cuya gama de productos abarca zapatos de lujo, bolsos, gafas, accesorios de
seda, relojes, perfumes y una línea de ropa.
52
Steve Jobs, Fue cofundador y presidente ejecutivo de Apple Inc. y máximo accionista
individual de Walt Disney Company. Fundó Apple en 1976 junto con un amigo de la
adolescencia, Steve Wozniak, en el garaje de su casa.

336
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53
Mrs. Butterworth, marca estadounidense de jarabes y mezclas para tortitas, los siropes
vienen en botellas distintivas en forma en forma de una maternal mujer.

54
'Walk the Line', en español 'En la cuerda floja'. Película basada en la vida de Johnny Cash,
cuya acción se inicia en la prisión de San Quintín.

55
Donald Trump, multimillonario estadounidense. Su estilo de peinado usa la parte trasera de
su cabello para taparse la parte alta de la cabeza, ocultando la calvicie patéticamente.

56
'Sybil', película que narra la historia real de Shirley Ardell Mason, que fue diagnosticada con
trastorno de personalidad múltiple, se le detectaron 16 personalidades diferentes.

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Guerreros de Poseidón 3 Alyssa Day Atlántida Desatada

57
'Dawn of the Dead', (titulada en España 'El amanecer de los muertos vivientes') es una
película de terror, segunda parte de 'La noche de los muertos vivientes'; narra cómo un grupo
de supervivientes se refugia en un centro comercial de una invasión de muertos vivientes.

58
'I Was a Teenage Werewolf', en español 'Yo fui un adolescente hombre-lobo'. película donde
un adolescente descubre su condición de hombre lobo.

59
Calamardo es un calamar (o un pulpo, según su creador) en la serie de dibujos animados de
Bob Esponja. La primera película para TV, musical, se tituló Atlántida SquarePantis.

60
UPS, United Parcel Service, empresa de transporte internacional de paquetería.

61
HD, High Definition, se refiere a alta definición de imágenes. 3-D y 4-D, se refiere a tres
dimensiones o cuatro dimensiones. Supersonic-D, se refiere a la alta velocidad de las visiones.

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62
San Bartolo es un pequeño yacimiento arqueológico maya precolombino ubicado en el
departamento del Petén, en el norte de Guatemala, al noreste de Tikal. La fama y el interés del
sitio deriva de sus murales. El sitio incluye una pirámide llamada "Las Ventanas"; el templo de
"Las Pinturas"; una tumba real en el complejo del "Tigrillo"; y en el grupo denominado el
"Jabalí", con, una pirámide tríadica.

63
El Museo Peabody de Arqueología y Etnología (Massachusetts, Estados Unidos), es uno de
los más antiguos y reconocidos museos especializados en material antropológico y muy
particularmente en etnografía y arqueología de Mesoamérica y los Mayas.
64
Holy Ghost Cemetery, significa Cementerio Espíritu Santo
65
Ironizando con Toy's'r'us, conocida tienda de juguetes.

66
El Popol Vuh ha sido llamado Libro Sagrado o Biblia de los Mayas. Está compuesto de una
serie de relatos que tratan de explicar el origen del mundo.
67
K'ucumatz o Dios del Maíz, considerado madre y padre de todos los seres vivos, es un ser
portentoso, toma forma de serpiente, de águila, de jaguar y de sangre reposada. Se le
representa por mazorcas de maíz de diversos colores, representando a todas las razas de la
humanidad.

339

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