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1770 José Celestino Mutis. Director de la Real expedición Botánica.

Foto: Universidad del


Rosario
La labor de la Expedición fue reglamentada solo hasta 1784, cuando la Real cédula de Carlos
III le dio vida legal y le permitió a Mutis anexar un grupo de pintores con una paga fija, que
rompía por completo con la labor tradicional de los artistas nacionales en las iglesias y
fachadas para llevarlos hacia tareas más enfocadas a al quehacer científico y documental.
En una primera instancia se trató de traer a pintores españoles para cumplir dichas tareas,
que inclusive tenían una paga superior a la de los aprendices criollos, pero cuya adaptación al
trópico resultaba complicada. Esta fue una de las razones por las cuales Mutis empezó a
preferir a artistas criollos y con el tiempo, encontró en los artistas nativos una habilidad y
mística para este objetivo.
Mutis generó además contratos con cada uno de sus colaboradores y permitió que ellos
firmaran las láminas con dibujos de las especies nativas de la región. Según el historiador de
arte Eugenio Barney Cabrera, la labor de Mutis y La Flora, le dio un sentido diferente al oficio,
al cambiar la situación de los artesanos a “oficiales”, término con el que eran conocidos los
dibujantes e ilustradores, y por otra parte, al liberar el arte como se conocía de su condición
repetitiva y religiosa.
Cada artista u “oficial” contratado por Mutis logró imprimirle un estilo de trazo y de color
particular a sus series de dibujos. En la actualidad, los estudiosos de las 5.393 láminas que
dejó la Expedición, pueden reconocer quién fue el oficial que las pintó, examinando los rasgos
propios de cada pintor y la aplicación de la técnica en las ilustraciones.
De esta manera se comenzó a aplicar el principio que define el arte, como la posibilidad de
plasmar una visión particular del mundo en cada obra, imprimiéndole un sello personal y una
concepción única, elementos que definen la actividad artística cómo la conocemos.
Eugenio Barney Cabrera considera que fueron ellos los primeros artistas que tuvo el país, ya
que rompieron con los sólidos esquemas que se aprendían en los talleres e innovaron, por
ejemplo, en temas como el color, al usar tinturas extractadas de plantas como solían hacer los
indígenas y en la composición, libres del sobrecargado estilo que había imperado hasta el
momento.
La Expedición Botánica surgió relacionada con la Ilustración como movimiento intelectual y
diversos historiadores la conciben como el semillero del movimiento independentista. El arte,
así como la concepción de lo público, encontró un sentido propio y pudo haber
desencadenado que muchos de los participantes, artistas y científicos, decidieran ser
partidarios de la independencia de España.
De hecho muchos de los colaboradores terminaron enlistados y murieron por la causa
independentista. Otros crearon talleres y volvieron a trabajar en motivos religiosos ante la
poca demanda de obras con un carácter distinto ose dedicaron al comercio en el papel de
negociantes.
Cabe destacar también la presencia en los talleres de maestros quiteños. Se cree que al
menos 10 de los dibujantes de la expedición llegaron del Ecuador y permanecieron hasta su
muerte en Colombia. Entre ellos se puede mencionar a Antonio Cortés, Antonio Barronuevo,
Vicente Sánchez, Antonio de Silva, Mariano de Hinojosa, entre otros.
A Mutis también se le debe la fundación de la primera escuela de dibujantes en la población
de Mariquita, municipio del actual departamento del Tolima, cuyo objetivo fue la formar y
preparar a los colaboradores de la Expedición. La escuela tuvo su época dorada cuando hacia
1791, la sede de la Expedición se trasladó a Santa Fe.
Durante los 30 años que duró la Expedición, se formaron en ciencias y artes cientos de
criollos. Mutis llegó a tener hasta 19 discípulos trabajando al tiempo en la preparación del
Material que hoy reposa en la sede del Jardín Botánico de Madrid.
Expedición Botánica
José Celestino Mutis
Escuelas de pintura
Mariquita
Gobierno de la Nuevaranada

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