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1.

La ley 1760 del año 1997 elevo a rango de Ley el Código del Procedimiento
Civil, aprobado por el Decreto Ley 12760 del año 1975, posteriormente se
introdujeron varias modificaciones, relacionadas al código de familia, la
abreviación procesal y la asistencia familiar, que no afectaron la definición de las
“partes” en el proceso.

Emergente de la Constitución Política del Estado del 7 de febrero de 2009, se ha


ingresado a la codificación legislativa de nuevas leyes, reglamentos y
disposiciones necesarias para instrumentar las transformaciones de nuestra nueva
Constitución, en tal sentido, el 19 de noviembre de 2013, se aprueba la ley 439,
que dispone el nuevo Código de Procedimiento Civil, que expresa la concepción
de las “partes” en el proceso.

La ley 1760, en el Capítulo I del Título II, De las “partes”, define en el art. 50, la
intervención esencial de las partes, definiendo “Las personas que intervienen
en el proceso son esencialmente el demandante, el demandado y el juez.
También define la intervención accesoria, en el art. 51, a los fiscales y
funcionarios auxiliares comprendidos en la ley de organización judicial, los
abogados, peritos, interpretes, depositarios, administradores, interventores,
martilleros y comisionados.

La ley 439, en el art. 27, define las partes señalando “Son partes esenciales en
el proceso la o el demandante, la o el demandado y terceros en los casos
previstos por la Ley”.

A continuación en el art, 28, identifica a “otros sujetos procesales” como las


servidoras y servidores auxiliares señalados en la Ley 025, abogados, peritos,
traductores, inerpretes, depositarios, administradores, interventores, martilleros,
comisionados y en general los que sin interés en el objeto del proceso, participan
en el de una u otra forma.

En conclusión, la principal diferencia está en la presencia y ausencia del juez,


en ambas normas, el antiguo CPC, lo incluye como parte, el nuevo CPC, no
lo identifica. Ocurre lo propio con los fiscales, que de manera expresa se
identifican como de “intervención accesoria” en el antiguo CPC, en tanto
que en nuevo CPC no figuran de manera expresa.

2. Las partes en el CPP, o se identifican como tal, como lo hace el CPC, pero, se
interpreta a la luz de las disposiciones establecidas.

El art. 16, señala que la Fiscalía ejerce la acción penal pública, en todos los delitos
tipificados por el CP, “sin perjuicio de la participación que el Código reconoce a la
víctima”.
El art. 17. Identifica a la víctima como parte, al señalar que la acción penal
pública puede ser requerida a instancia de parte, es decir, a solicitud, sin
embargo, la fiscalía actúa de manera directa cuando el delito sea cometido contra
menores de edad púber, menores e incapaces, o el delito sea contra menores o
incapaces cometidos por sus padres, tutores o representantes legales.
Finalmente, faculta a la instancia de parte para procesar al autor y “participes” sin
limitación alguna.

El art. 18 norma la acción penal privada, es decir, la facultad de la victima para


establecer la pretensión, de manera separada de la Fiscalia, señalando en el
párrafo “en este procedimiento especial no será parte la Fiscalia”

En los art. 19 y 20, establece los delitos que son sujetos de la acción pública a
instancia de parte y los de acción privada respectivamente.

La caracterización de las partes, se establece en el Libro segundo de los sujetos


procesales, y en su Título III, se refiere a la víctima y el querellante, identificando,
de esa manera, la víctima, no es necesariamente parte en el proceso, salvo que
establezca una querella por virtud del art. 78 del CPP, definiendo al querellante
como parte del proceso.

El demandado recibe el nombre de imputado, es decir, la persona a quien se


considera autor de un delito, que el ministerio público investiga y acusa en el
proceso, por virtud de los art. 83, 85 al 88.

En los delitos contra el estado que determinen acciones civiles el CPP, asigna a la
fiscalía la potestad de representar al estado, sin embargo, esta acción ahora está
encomendada a la Procuraduría General de la Nación.

En conclusión, así como el CPC, identifica a las partes de manera taxativa, el


CPP, define en varios artículos, como partes a la Fiscalía, el querellante y el
imputado., en ese sentido se diferencia del CPC, al señalar como principal
parte acusadora a la Fiscalía, La victima puede ser parte, cuando instala una
querella, finalmente, el imputado es el acusado por la comisión de un delito,
y debe asumir su defensa como parte del proceso.

Todos los demás intervinientes son terceros y no son considerados parte del
proceso.

3. Los principios del CPC, se enuncian en su art. 1, siendo los siguientes:

1. Oralidad. La oralidad es la forma de desarrollar el proceso, sin perjuicio de la


escritura en los actos establecidos por la Ley.

2. Legalidad. La autoridad judicial, en los procesos deberá actuar con arreglo a lo


dispuesto en la Ley.

3. Dispositivo. El proceso se construye en función al poder de disposición de la


pretensión de los sujetos implicados en la tutela jurisdiccional.
4. Dirección. Consiste en la potestad de la autoridad jurisdiccional para encaminar
las actuaciones procesales de manera eficaz y eficiente, y ordena a las partes, sus
apoderados y abogados al cumplimiento de las disposiciones legales.

5. Inmediación. Permite a la autoridad jurisdiccional, el contacto personal y directo


con las partes en las audiencias, con la prueba y los hechos que se alegan en el
proceso, excepto en los actos procesales que deban cumplirse por comisión fuera
de la jurisdicción de Juzgado.

6. Concentración. Determina la conjunción de la actividad procesal en el menor


número posible de actos, para evitar su dispersión.

7. Publicidad. La publicidad exige como condición indispensable la difusión de la


actividad procesal, salvo que la autoridad judicial decida lo contrario cuando la Ley
lo determine.

8. Saneamiento. Faculta a la autoridad judicial para adoptar decisiones destinadas


a subsanar defectos procesales en la tramitación de la causa, siempre que no
afecten los principios del debido proceso y de la seguridad jurídica, de manera que
se concluya la tramitación de la causa con la debida celeridad procesal.

9. Gratuidad. El proceso civil es gratuito, siendo ésta la condición para hacer


realidad el acceso a la justicia en condiciones de igualdad.

10. Celeridad. La economía del tiempo procesal está edificada sobre un conjunto
de institutos orientados a conseguir una pronta solución de las contiendas
judiciales, impidiendo la inercia de las autoridades judiciales, partes, abogadas y
abogados, y servidores judiciales. El Juez no podrá aplazar una audiencia o
diligencia ni suspenderla salvo por razones que expresamente autorice el presente
Código.

11. Interculturalidad. La autoridad judicial en el desarrollo del proceso deberá


considerar que el ejercicio de los derechos individuales y colectivos, permiten la
convivencia de una diversidad cultural, institucional, normativa y lingüística.

12. Transparencia. Los actos procesales se caracterizan por otorgar a las partes
información útil y fiable facilitando la publicidad de los mismos, con el objeto de
que la jurisdicción cumpla con la finalidad de proteger derechos e intereses que
merezcan tutela jurídica.

13. Igualdad procesal. La autoridad judicial durante la sustanciación del proceso


tiene el deber de asegurar que las partes, estén en igualdad de condiciones en el
ejercicio de sus derechos y garantías procesales, sin discriminación o privilegio
entre las partes.

14. Eventualidad. Exige realizar actividades conjuntas, dentro de un mismo plazo,


aun cuando sean excluyentes, contrarias e incompatibles.
15. Contradicción. Las partes tienen derecho a exponer sus argumentos y rebatir
los contrarios.

16. Verdad material. La autoridad judicial deberá verificar plenamente los hechos
que sirven de motivo a sus decisiones, para lo cual deberá adoptar las medidas
probatorias necesarias autorizadas por la Ley, aun cuando no hayan sido
propuestas por las partes.

17. Probidad. Exige en la actuación de las autoridades judiciales, partes,


representantes, auxiliares de la jurisdicción y terceros que intervienen en el
proceso, de conducirse en los actos procesales con buena fe, lealtad y veracidad.

El CPP, no establece, de manera específica Principios, sin embargo, en los 13


primeros artículos bajo el nombre de garantías constitucionales, establece lo que
el libro primero define “principios y disposiciones fundamentales”

El art 1, define el principio de la legalidad, el art. 2 el principio de la


legitimidad, el art. 3, la imparcialidad e independencia, el art.4 la persecución
penal única, el art. 6 la presunción de inocencia, art. 8 y 9 la amplitud del
derecho de defensa, el art.12 la igualdad de partes y por último el art. 13. la
legalidad de la prueba.

En conclusión. Ambos códigos comparten los principios de nuestra carta magna, y


establecen otros ligados a sus funciones específicas, la administración de justicia,
en tal sentido, resaltan principios comunes, como el de la legalidad e igualdad de
las partes, est no quiere decir que otros principios como por ejemplo el de
probidad, no sean la base para la designación de los funcionarios judiciales,
fiscales y jueces.

4. El Litis consorcio.

En el libro “Teoría General del proceso: temas introductorias para auxiliares


judiciales” del autor Omar A. White Ward, señala que el Litis consorcio es la
multiplicidad de demandantes o demandados, pero que sólo existen dos partes
únicas.
“No existe la pluralidad de partes, pero puede ocurrir que, en un mismo asunto, la parte actora y
demandada estén cada una integrada por varios sujetos. Cuando intervienen más de dos personas bajo
una misma calidad dentro del mismo proceso se conoce como litisconsorcio”.

Este concepto coincide con el analizado por Eduardo Couture en su libro


Vocabulario Jurídico, que señala que es la situación jurídica en que se hallan
diversas personas que actúan en juicio conjuntamente como actores (litis
consorcio activo) o demandadas (litisconsorcio pasivo).

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