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Más sobre nihilismo

"Creíamos haber entrado ya en la posmodernidad, es decir, en el régimen


más allá del Edipo, en el régimen del ¬∀xΦx. Cuando tratábamos acerca
Del Otro que no existe, intentábamos ingeniárnosla con la época de la
permisividad, con el ocaso del significante amo y con el reino del
capitalismo -destinado, según Lacan, a promover el $ al lugar del agente.
Creíamos que lo destinado a estar en el candelero era el sujeto tachado,
aquel que había empujado el significante amo hacia el piso inferior, el No
soy nadie y -llegado el caso- el productor de sus propios significantes amo.
Pero debemos reconocer que en este comienzo del siglo XXI asistimos más
bien a un retorno sensacional del discurso del amo"

J.-A. Miller, Un esfuerzo de poesía, Paidós, p. 204

Este pasaje de Miller autoriza a pensar que no todo está permitido. Como
en el caso de Raskolnikov, el personaje de Fedor Dostoyevski, "muerto
Dios entonces todo está permitido". Esa fue la conjetura inicial, la muerte
del Padre propicia una liberación del goce, pero no fue exactamente así.
Más bien se trata de un imperativo de goce que se impone a través de la
voz áfona del Superyó de la época que ya no exige, no conmina, casi no
impone, sino que seduce, como sostiene Byung-Chul Han en Psicopolítica,
un panóptico de nuevo tipo de esencia algorítmica más letal. Un nuevo
amo cuyo recurso sutil es un canto de Circe que captura incautos errando
en el desierto de un mundo cada vez más... real, hiperreal. "Entre el
hombre y la nada se atraviesa la sombra de Dios" (Nicolás Gómez Avila).

La sombra de Dios sobrevuela este paisaje de algoritmos, softwares,


mercancías, dispositivos técnicos hiper sofisticados y las más feroces
segregaciones como escenografía global.

La pregunta de Miller nos interroga: "¿En qué porvenir habremos de hacer


que el psicoanálisis exista?"

Julio Riveros

16/09/18

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