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Devocionario católico

ORACIONES.
(Rezo diario)

En el nombre del Padre, del Hijo y del


Espíritu Santo, Amén.

1
PADRE NUESTRO.

Padre nuestro, que estás en los cielos,


Santificado sea tu nombre,
Venga a nosotros tu Reino,
Hágase Señor tu voluntad, así en la tierra como
en el cielo;

Danos hoy nuestro Pan de cada día,


Perdona nuestras ofensas,
Como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden;
No nos dejes caer en la tentación y líbranos del
mal.

Amén.
AVE MARÍA.

Dios te salve María,


llena eres de Gracia,
El Señor es contigo,
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y Bendito es el fruto
de tu vientre: Jesús.

Santa María,
Madre de Dios
ruega Señora, por nosotros
los pecadores
ahora y en la hora
de nuestra muerte.

Amén.
(10 veces)

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,


Así como era en un principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos,
Amén.

María, Madre de gracia, Madre de


misericordia, defiéndenos de nuestros
enemigos y ampáranos, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.

A SANTA EDUWIGIS.

Gloriosa Princesa Santa Eduwigis:

¿Hubo mientras viviste en la tierra necesidad que


llegando a tu noticia no socorrieses?

¿Hubo aflicción que no consolases, pena que no


mitigares, enfermedad que no curases y deuda de los
pobres que por ellos no pagases?

¿No socorriste doncellas, amparaste huérfanos, y


dotaste religiosas?

Pues a todos se comunicaba el calor de tu caridad y


todos participaban de tus beneficios.

¿Cómo no he de esperar yo, que habiéndose


perfeccionado tu caridad en el cielo, intercedas por mí,
en el trono de las misericordias, de aquel Dios que te
dotó de un corazón tan compasivo para con tus
prójimos?

2
Fiado pues, en lo muy agradables que le son a Dios
tus ruegos,
por la práctica de la caridad y demás virtudes
con que adornó tu bendita alma;
recurro a ti, Santa mía, y te dejo por mi abogada
para que, incluyéndome entre tus pobres, oigas
benigna mis súplicas, y las presentes a aquel Señor,
de quien oíste estas consoladoras palabras:
HE OIDO TU ORACIÓN, ALCANZARAS LO QUE ME
PIDES.

Alégale pues, esta misma promesa, y pídele, ruégale,


que me conceda la gracia que por tu medio solicito:
(Se hace la petición).

No te hagas sorda a mis ruegos,


pues si tú misma te constituiste en protectora de los
afligidos,
atribulado estoy yo con la aflicción que padezco, y así,
desempeña para conmigo, los gloriosos títulos
con que la Iglesia y tus devotos te veneramos.

Si con mis culpas tengo a Dios tan irritado y


no quiere oírme por hallarme en el estado de deudor
insolvente
para con su Majestad; a ti, como patrona especial de
estos desgraciados; a ti toca aplacar con tus ruegos el
brazo de su justicia; alcanzarme un verdadero dolor y
arrepentimiento de mis pecados y restituirme en su
amistad.

Válgame Santa Mía,


ser del gran número de aquellos atribulados,
digo, con quienes ejerciste tu ardiente caridad.

Válgame la Concepción Inmaculada de María


Santísima,
de cuyo misterio fuiste tan devota
y por cuya intercesión, viviste una vida tan santa y
ahora te hallas gozando de la gloria, a donde, ayudado
por tus ruegos, espero ir a alabar en tu compañía a la
Beatísima Trinidad,
por los siglos de los siglos.

Amén.

JUSTO JUEZ
LEGÍTIMA Y VERDADERA ORACIÓN.
Sacada de su verdadero original que se encuentra en el Monte Líbano.

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VARIAS veces se han hecho impresiones con el nombre de oraciones del Justo Juez y estas
oraciones, impresas hasta en verso, no son sino un conjunto de disparates sin sentido y una
falsificación sacrílega de la oración verdadera, por lo cual no es extraño que no produzca sus
maravillosos resultados.

La presente impresión, aprobada y reconocida hasta por los patriarcas armenios de Jerusalén, es
una copia exacta, sacada de su original, que grabado en una plancha de oro, existe en el convento
de religiosos armenios de Santa María Egipciaca, al pie del Monte Líbano en donde el Rey
Salomón tomó los cedros para edificar a Dios el primer templo de Jerusalén.

Dicha plancha de oro fue encontrada en el Monte Calvario, enterrada junto al peñasco en que se
fijó la Cruz a Nuestro Señor Jesucristo y la descubrió el príncipe Godofredo de Bouillón, en la
Guerra que emprendió contra los Mahometanos para rescatar los Santos Lugares de Jerusalén;
con esta oración el citado Príncipe se hizo invisible en varios encuentros que tuvo con los turcos y
lo mismo su cristiano ejército.

Baste decir que a esto se debió, el completo triunfo de las armas Cristianas que hacían gran
mortandad en los infieles sin que estos vieran ni por donde eran atacados por lo que, trescientos
soldados cristianos vencieron a un millón y medio de impíos Mahometanos y recobraron los Santos
Lugares, siendo de notarse que no pereció ni uno solo de los que rezaban con devoción y fe esta
oración.

Esta oración es eficacísima para librarse de enemigos, de persecución de justicia, de guerra,


prisiones, pestes; de toda clase de peligros de mar y tierra como naufragios, asaltos en camino y
todo peligro como lo demuestra la experiencia de más de tres siglos. Será muy útil después de
esta oración rezar el cántico de la Virgen Santísima o sea La Magnífica.

Divino y Justo Juez de vivos y muertos, eterno sol de


justicia;
encarnado en el casto vientre de la Virgen María,
por la salud del linaje humano.

Justo Juez, Creador del cielo y de la tierra


y muerto en la Cruz por mi amor.

Tú que me fuiste envuelto en un sudario


y puesto en un sepulcro, del que al tercer día
resucitaste vencedor de la muerte y del infierno,
Justo y Divino Juez, oye mis súplicas, atiende a mis
ruegos,
escucha mis peticiones y dales favorable despacho.
(se hace la petición)

Tu voz imperiosa serenaba las tempestades,


sanaba a los enfermos y resucitaba a los muertos
como a Lázaro y al hijo de la viuda de Naim.

El Imperio de Tu voz ponía en fuga a los demonios


haciéndoles salir de los cuerpos de los poseedores,
y dio vista a los ciegos, habla a los mudos, oído a los
sordos y perdón a los pecadores, como a la
Magdalena y al paralítico de la piscina.

Tú te hiciste invisible a tus enemigos,


a tu voz retrocedieron, cayendo por tierra en el huerto
los que fueron a aprisionarte
y cuando expirabas en la Cruz, a tu poderoso acento
se estremecieron los orbes.

Tú abriste las cárceles a Pedro y le sacaste de ellas,


sin ser visto por la guardia de Herodes. Tú salvaste a
Dimas y perdonaste a la adúltera.

Suplícote, Justo Juez me libres de todos mis enemigos


visibles e invisibles;

La Sábana Santa en que fuiste envuelto me cubra,


Tu Sagrada sombra me esconda,
el velo que cubrió tus ojos ciegue a los que me
persigan
y los que me deseen mal, ojos tengan y no me
alcancen,
manos tengan y no me tienten, oídos y no me oigan,
lengua tengan y no me acusen y sus labios
enmudezcan en los tribunales cuando intenten
perjudicarme.

¡Oh Jesucristo, Justo y Divino Juez!


Favoréceme en toda clase de angustias y aflicciones,
lances y compromisos y haz que al invocarte y
aclamar al imperio de tú poderosa y Santa voz,
llamándote en mí auxilio, las prisiones se abran, las
cadenas y los lazos se rompan, los grillos y las rejas
se quiebren, los cuchillos se doblen y toda arma que
sea en mi contra se embote o inutilice.

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Ni los caballos me alcancen, ni los espías me miren, ni
me encuentren,
Tu sangre me bañe, tu manto me cubra,
tu mano me bendiga, tu poder me oculte,
tu Cruz me defienda y sea mi escudo en la vida
y en la hora de mi muerte.

¡Oh Justo Juez, Hijo del Eterno Padre,


que con él y con el Espíritu Santo
Eres sólo Dios verdadero!

¡Oh Verbo Divino hecho hombre!


Yo te suplico me cubras con el manto
de la Santísima Trinidad para que,
libre de todos los peligros,
glorifique tu Santo Nombre.

Divino y Justo Juez, acompáñame en mi viaje,


líbrame de todo peligro o accidente
defiéndeme de mis enemigos y socórreme
en mis necesidades.

Amén.
LA MAGNIFICA

Glorifica mi alma al Señor


y mi espíritu se llena de gozo,
al contemplar la bondad de Dios mi
Salvador.

Porque ha puesto la mirada


en la humilde sierva suya
y ved aquí el motivo porque me tendrán por
dichosa
y feliz todas las generaciones.

Pues ha hecho en mi favor


cosas grandes y maravillosas,
El, que es Todopoderoso
y su nombre es infinitamente Santo,
cuya misericordia se extiende
de generación en generación,
a todos cuantos le temen.

Extendió el brazo de su poder,


disipó el orgullo de los soberbios,
trastornando sus designios.

Desposeyó a los poderosos


y elevó a los humildes.

A los necesitados los llenó de bienes


y a los ricos los dejó sin cosa alguna.

Exaltó a Israel su siervo acordándose de él


por su gran misericordia y bondad.

Así como lo había prometido


a nuestro padre Abraham
y a toda su descendencia
por los siglos de los siglos.

Amén.
INVOCACIÓN

Él, que es Todopoderoso y su nombre es


infinitamente Santo,
Cuya misericordia se extiende de
generación en generación,
Y así nos libre y defienda de accidentes,
huracanes, tornados……rayos y de todo
mal.

Santo Dios,
Santo Fuerte,
Santo Dios Inmortal,
líbranos Señor de todo mal.

Bendito sea Dios,


bendito sea su Santo Nombre,
bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y

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verdadero Hombre,
bendito sea Dios en el Santísimo
Sacramento del Altar, por los siglos de los
siglos,

Amén.

DEVOCIÓN DE LOS 33 DÍAS AL SEÑOR


DEL RAYO EN OAXACA.

Heme aquí, postrado humildemente ante ti


Señor,
reconociéndome indigno del inmenso amor
que me
muestras, muerto por mí en la Cruz.

Vengo a recordarte por tu misericordia y


por tu
corazón traspasado, todo lo que has
sufrido por el bien
de mi alma, y por conseguir mi felicidad.

Más, Señor, mi alma y todo mi ser padece


tribulación,
pena y necesidad; por ello vengo ante tu
Cruz, que es
trono de tu misericordia, para pedirte que
remedies esa
necesidad. Te ruego que mires las
lágrimas de María al pie de tu patíbulo y
recuerdes que ella también es mí
Madre, y que en sus labios pongo mi
plegaria.

Por intercesión pues, de María Santísima,


te encomiendo… (tal alma, tal asunto)…
Te ruego lo mires y después hagas lo que
te dicte tu amor que te movió a morir por
mí.

Señor, yo creo en Ti.


Señor, yo espero en Ti.
Señor, yo deseo amarte con todo
el corazón.
Señor, ten compasión de mí.

(Se reza el Credo, un Padre Nuestro, Ave


María y Gloria).

(Se reza 33 días consecutivos).

CREDO DE NICEA

Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso,


Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible
y lo invisible.

Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único


de Dios, nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero
de Dios verdadero, engendrado, no creado, de
la misma naturaleza del Padre, por quien todo
fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por
nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y
se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilatos;
padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día,
según las Escrituras, y subió al cielo, y está
sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a, vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de


vida, que procede del Padre y del Hijo, que con
el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es Una, Santa, Católica


y Apostólica. Confieso que hay un solo
Bautismo para el perdón de los pecados.

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Espero la resurrección de los muertos y la
vida del mundo futuro.

Amén.

SAN JUDAS TADEO


ORACIÓN POR LAS CAUSAS DIFÍCILES.

Oh glorioso Apóstol San Judas Tadeo, siervo fiel y


amigo de Jesús, el nombre del traidor ha sido causa
de que fueses olvidado de muchos, pero la Iglesia
te honra y te invoca como patrón de las causas
difíciles y desesperadas. Ruega por mí para que
reciba yo los consuelos y el socorro del cielo en
todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos,
particularmente (hágase la petición), y para que
pueda yo bendecir a Dios en tu compañía y con los
demás elegidos por toda la eternidad.

Yo te prometo, Apóstol bienaventurado, acordarme


siempre de este gran favor; jamás dejaré de
honrarte como a mi especial y poderoso protector y
de hacer todo lo posible para propagar tu devoción.

Así sea.

Jaculatoria. Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo,


por amor a Jesús y a María, escucha mi oración y
protege a mi familia, y a cuantos con fervor te
invocan.

ORACIÓN PARA PEDIR TRABAJO

San Judas Tadeo, intercesor de todo problema


difícil consígueme un trabajo en que me realice
como humano y que a mi familia no le falte lo
necesario en ningún aspecto de la vida, que lo
conserve a pesar de las circunstancias y problemas
adversos. Que en él progrese, mejorando siempre
mi calidad y gozando de salud y fuerza. Y que día a
día trate de ser útil a cuantos me rodean. Asocio tu
intercesión a la Sagrada Familia, de la cual eres
pariente y prometo difundir tu devoción como
expresión de mi gratitud a tus favores.

Amén.

SALVE
Dios te salve, Reina y Madre, madre de
misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve, Reina y madre, A Ti llamamos los
desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo
y llorando, en este valle de lágrimas. ¡Ea!, pues,
Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos
tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu
vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre
Virgen María!,

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que


seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y
promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

BENDICIÓN DE LOS HIJOS

Con el velo del Santísimo Sacramento


sean mis hijos envueltos,
ni presos, ni heridos, ni muertos,

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ni de sus enemigos vencidos.

El Padre los libre,


El Hijo los guarde y
El Espíritu Santo por ellos hable.

En tus santísimas manos


te los encomiendo, Jesús mío.

Así sea.

SALMO XXIII

El Señor es mi pastor; nada me faltará.


En lugares de delicados pastos me hará
yacer:
Junto a aguas de reposo me pastoreará.

Confortará mi alma; Me guiará por sendas


de justicia por amor de su nombre.

Aunque ande en valle de sombra de muerte,


No temeré mal alguno; porque Tú estarás
conmigo:
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Aderezarás mesa delante de mí, en


presencia de mis angustiadores:
Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está
rebosando.

Ciertamente el bien y la misericordia me


seguirán todos los días de mi vida:

Y en la casa del Señor viviré para siempre.

Amén.

8
Oración a la Divina Providencia

Santísima Trinidad o Divina Providencia,


concédeme tu clemencia por tu infinita bondad.
Arrodillado a tus plantas, de toda caridad
portento, te pido para los míos casa, vestido y
sustento. Concédeles la salud, llévalos por el
buen camino, que sea siempre la virtud la que les
guíe en su destino.

Tú eres toda la esperanza, tú eres el consuelo


mío, en lo que mi mente alcanza, en Ti creo, en
Ti espero, en Ti confío.

Tu Divina Providencia se extienda a cada


momento para que nunca nos falte casa, vestido
y sustento, ni los Santos Sacramentos en el
último momento, Amén.

Por la señal de la Santa Cruz, de


nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios
nuestro, En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo, Amén.

9
Oración del amanecer

Gracias Padre por este nuevo amanecer,


gracias Padre porque me has oído
y siempre me oyes.

Yo soy la riqueza de Dios,


yo soy la afluencia y la abundancia
de Todo lo que yo pueda necesitar.

Como es arriba es abajo


y si arriba tengo yo la paz y el orden,
abajo no puedo tener angustia y desorden,
arriba y abajo son una misma cosa.

Gracias Padre porque me has oído


y siempre me oyes.

Yo soy rico, saludable, poderoso, bueno, piadoso y noble.

Yo soy la presencia de Dios


en mi negocio, en mi vida y en todos mis asuntos.

Yo como hijo de Dios,


no puedo carecer de nada,
mucho menos de dinero,

Cuando éste, es el símbolo de la abundancia


de Dios en la tierra.

Gracias Padre por este nuevo amanecer,


Porque el día de hoy, Todo está cubierto.

Amén.

Oración para la hora de acostarse

Cuando me acuesto, sospecho que mi muerte está cercana,

¿Me levantaré mañana?

¿Será mi tumba éste lecho?

Nunca, Señor en mi pecho, se apague la fe de muerte,

venga cuando Tú dispongas,

con tal de que al morir me pongas,

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donde pueda amarte y verte.

DEVOCIÓN PARA CADA DÍA DE LA SEMANA.


Lunes: la Divina Providencia
Martes: El Espíritu Santo
Miércoles: San José
Jueves: La Sagrada Eucaristía
Viernes: El Sagrado Corazón de Jesús y La Pasión de Cristo
Sábado: La Virgen María
Domingo: El Día del Señor
LUNES
Oración a la Divina Providencia

Oración a la Santísima Trinidad.

Dios santo, poderoso, inmenso, desde el trono de vuestra majestad, dirigid una mirada
compasiva a este gusano de la tierra, que postrado y lloroso, demanda vuestra clemencia.

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Santo, Santo, Santo, señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de
vuestra gloria, y en medio de tanta grandeza, ¿escuchareis mis gemidos?, Si, porque sois
mi Dios, Si, porque al llamaros Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, pongo en vos
mi fe, confieso mi redención y espero el cumplimiento de vuestra palabra. (Se hace la
petición).

¡Con cuanta ternura Señor, repito Santo, Santo, Santo! Señor: mi corazón se dilata y
siente un regocijo extraordinario, mi fe de tal manera se aumenta que estoy seguro, cierto,
de que seré feliz.

Hoy he dicho: Santo, Santo, Santo, pues la peste no emponzoñará mi pobre aliento, la
desnudez, la miseria, el hambre, no llegarán a mis puertas, el rayo no caerá sobre mi
cabeza, el huracán, el temblor, la centella y el incendio me respetarán; y mis enemigos
temblarán a mi presencia pues verán en mi frente al auxilio divino, mis labios y mi lengua
que os han alabado, estarán tranquilos y en mi corazón descansará la paz, la resignación
y la conformidad en un todo con vuestra suprema voluntad.

En mis enfermedades repetiré mil veces; Santo, Santo, Santo y este dulce nombre será
mi escudo.

Dios mío, tened piedad de mí, sed mi amparo y concededme que no se separe de mis
labios vuestra alabanza, y que si hoy fuere llamado a juicio, tenga en mi favor haber
repetido constantemente, Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, llenos están
los cielos y la tierra de vuestra gloria.

Amén.

MARTES
EL ESPIRITU SANTO

CONSAGRACIÓN AL ESPIRITU SANTO

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser,


que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los
instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi
fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser


siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de
vuestro amado Jesús.

Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo


Santificador. Amén

INVOCACIÓN AL ESPIRITU SANTO

Espíritu Santo, fuente de luz: ¡ilumíname!

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Ven, Dios Espíritu Santo
Y envíanos desde el cielo
Tu luz, para iluminarnos.

Ven ya, padre de los pobres,


Luz que penetra en las almas,
dador de todos los dones.

Fuente de todo consuelo


Amable huésped del alma
Paz en las horas de duelo.

Eres pausa en el trabajo,


Brisa en un clima de fuego;
consuelo, en medio del llanto.

Ven, luz santificadora


y entra en el fondo del alma
de todos los que te adoran.

Sin tu inspiración divina


los hombres nada podemos
y el pecado nos domina.

Lava nuestras inmundicias,


Fecunda nuestros desiertos
y cura nuestras heridas

Doblega nuestra soberbia,


calienta nuestra frialdad
endereza nuestras sendas.

Concede a aquellos que ponen


en ti su fe y su confianza
tus siete sagrados dones.

Danos virtudes y méritos,


danos una buena muerte
y contigo el gozo eterno.

Así sea.

ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO.


¡Oh Espíritu Santo! llena de nuevo mi alma con la abundancia de tus dones y frutos. Haz que yo
sepa, con el don de la Sabiduría, tener este gusto por las cosas de Dios que me haga apartarme
de las terrenas.
Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe viva la importancia y la belleza de la verdad
cristiana.
Que, con el don del Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y
salvarme.
Que el don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el
camino de la salvación.
Que sepa con el don de la Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, lo falso de lo
verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado.
Que, con el don de Piedad, ame a Dios como Padre, le sirva con fervorosa devoción y sea
misericordioso con el prójimo.
Finalmente, que, con el don del Temor de Dios, tenga el mayor respeto y veneración por los
mandamientos de Dios, cuidando de no ofenderle jamás con el pecado.

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Lléname, sobre todo, de tu amor divino; que sea el móvil de toda mi vida espiritual; que, lleno de
unción, sepa enseñar y hacer entender, al menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la
bondad de tus preceptos y la dulzura de tu amor. Amén.

II
Ven Espíritu Santo, inflama mi corazón y enciéndelo en el fuego de tu Amor. Dígnate escuchar mis
súplicas, y envía sobre mí tus dones, como los enviaste sobre los Apóstoles el día de Pentecostés.
Espíritu de Verdad, te ruego me llenes del don del Entendimiento, para penetrar las verdades
reveladas, y así aumentar mí fe; distinguiendo con su luz lo que es del buen, o del mal espíritu.
Espíritu Sempiterno, te ruego me llenes del don de la Ciencia, para seguir con la Iglesia sin la
estima de las cosas terrenas, y así aumentar mi esperanza; viviendo para los valores eternos.
Espíritu de Amor, te ruego me llenes del don de la Sabiduría, para que saboreé, cada día más,
con qué infinito Amor soy amado, y así aumente mi caridad a Dios y al prójimo; actuando siempre
movido por ella.
Espíritu Santificador, te ruego me llenes del don del Consejo, para obrar de continuo con
prudencia; eligiendo las palabras y acciones más adecuadas a la santificación mía y de los demás.
Espíritu de Bondad, te ruego me llenes del don de Piedad, para practicar con todos la justicia;
dando a cada uno lo suyo: a Dios con gratitud y obediencia, a los hombres con generosidad y
amabilidad.
Espíritu Omnipotente, te ruego me llenes del don de Fortaleza, para perseverar con constancia y
confianza en el camino de la perfección cristiana; resistiendo con paciencia las adversidades.
Espíritu de Majestad, te ruego me llenes del don del Temor de Dios, para no dejarme llevar de
las tentaciones de los sentidos, y proceder con templanza en el uso de las criaturas.
Divino Espíritu, por los méritos de Jesucristo y la intercesión de tu Esposa, María Santísima, te
suplico que vengas a mi corazón y me comuniques la plenitud de tus dones, para que, iluminado y
confortado por ellos, viva según tu voluntad, muera entregado a tu Amor y así merezca cantar
eternamente tus infinitas misericordias. Amén.
III

Amor infinito y Espíritu Santificador:


Contra la necedad, concédeme el Don de la Sabiduría, que me libre del tedio y de la insensatez.
Contra la rudeza, dame el Don del Entendimiento, que ahuyente tibiezas, dudas, nieblas y
desconfianzas.
Contra la precipitación, otórgame el Don del Consejo, que me libre de las indiscreciones e
imprudencias.
Contra la ignorancia, obséquiame el Don de la Ciencia, que me libre de los engaños del mundo,
el demonio y la carne, reduciendo las cosas a su verdadero valor.
Contra la pusilanimidad, dótame del Don de Fortaleza, que me libre de la debilidad y cobardía en
todo caso de conflicto.
Contra la dureza, particípame el Don de Piedad, que me libre de la ira, el rencor, la injusticia, la
crueldad o la venganza.
Contra la soberbia, infúndeme el Don del Temor de Dios, que me libre del orgullo, la vanidad,
ambición y presunción.

Rey celeste, Espíritu Consolador, Espíritu de Verdad, que estás presente en todas partes y lo
llenas todo; tesoro de todo bien y fuente de la vida, ven, habita en nosotros, purifícanos y sálvanos,
Tú que eres bueno.

Amén.

“Oh Dios, que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia, extendida por todas las
naciones, derrama los dones de tu Espíritu sobre todos los confines de la tierra y no dejes de
realizar hoy, en el corazón de tus fieles, aquellas mismas maravillas que obraste en los
comienzos de la predicación evangélica”.

Así sea.

MIÉRCOLES
SAN JOSÉ

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Gloria de San José en el Cielo. Recompensa de las almas interiores.
Oh bienaventurado Padre, no es esta la vida que os ruego que me concedáis, sino la muerte
interior; esa muerte que es una vida divina transformada en Cristo, prenda de la vida
celestial. Es cierto que es una muerte, pero una muerte fácil y endulzada por la unción de la
Gracia, y muy distinta de la muerte natural.

En ella nos vemos morir y resucitar al mismo tiempo; en una palabra, es una muerte que
quita a la otra muerte cuanto tiene de horrible y amarga. Cuando esta atadura se suelta con
violencia, ocasiona dolores terribles; pero si se hace tranquila y dulcemente, entonces la
muerte es una liberación y la consumación de un holocausto. Oh, bienaventurado José,
muera yo desde este momento a todo lo que no es Dios, para no vivir sino para Jesús, a fin
de que mi muerte sea semejante a la vuestra. Así sea.

Poderoso patrono del linaje humano, amparo de pecadores, seguro refugio de las almas,
eficaz auxilio de los afligidos, agradable consuelo de los desamparados, glorioso San José,
el último instante de mi vida ha de llegar sin remedio; mi alma quizás agonizará
terriblemente acongojada con la representación de mi mala vida y de mis muchas culpas; el
paso a la eternidad será sumamente duro; el demonio, mi enemigo, intentará combatirme
terriblemente con todo el poder del infierno, a fin de que pierda a Dios eternamente; mis
fuerzas en lo natural han de ser nulas: ya no tendré en lo humano quien me ayude…

Desde ahora, para entonces, te invoco, Padre mío; a tu patrocinio me acojo; asísteme en
aquel trance para que no falte en la fe, la esperanza y en la caridad.

Cuando tú moriste, tu Hijo y mi Dios, tu Esposa y mi Señora, ahuyentaron a los demonios


para que no se atreviesen a combatir tu espíritu.

Por estos favores y por los que en vida te hicieron, te pido ahuyentes a estos enemigos,
para que yo acabe la vida en paz, amando a Jesús, a María y a ti, San José. Así sea.

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.


Jesús, José y María, asistidme en la última agonía.
Jesús, José y María, recibid cuando muera, el alma mía.

Oración a San José


Santísimo San José esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las
veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en
su hogar imagen del Padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran
responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San
José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.

Padre Nuestro.

Oración a San José

A Vos recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado José, y después de haber


implorado el auxilio de vuestra Santísima esposa, solicitamos también
confiadamente vuestro patrocinio. Por el afecto que os unió a la Virgen
Inmaculada, Madre de Dios; por el amor paternal que profesasteis al Niño Jesús,
os suplicamos que volváis benigno los ojos a la herencia que Jesucristo conquistó
con su Sangre, y que nos socorráis con vuestro poder en nuestras necesidades.
(En particular). Proteged, prudentísimo custodio de la Sagrada Familia, al linaje
escogido de Jesucristo; preservadnos, Padre amantísimo, de todo contagio de
error y corrupción; sednos propicio y asistidnos desde el Cielo, oh, poderosísimo

15
Protector nuestro! en el combate que al presente libramos con el poder de las
tinieblas, y del mismo modo que en otra ocasión librasteis del peligro de la muerte
al Niño Jesús, defended ahora a la Santa Iglesia de Dios de las acechanzas del
enemigo y de toda adversidad. Amparad a cada uno de nosotros, con vuestro
perpetuo patrocinio, a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos y sostenidos con
vuestros auxilios, podamos vivir santamente, morir piadosamente, y obtener la
felicidad eterna del cielo.

Así sea.

JUEVES
LA SAGRADA EUCARISTÍA

Adoración Eucarística de Juan Pablo II


Señor Jesús:
Nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como
somos.
"Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres
el Hijo de Dios" (Jn. 6,69).

16
Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y
continúa como comunión y donación de todo lo que eres. Aumenta nuestra FE.
Por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos comunicas, queremos llegar al
Padre para decirle nuestro SÍ unido al tuyo. Contigo ya podemos decir: Padre
nuestro.
Siguiéndote a ti, "camino, verdad y vida", queremos penetrar en el aparente
"silencio" y "ausencia" de Dios, rasgando la nube del Tabor para escuchar la voz
del Padre que nos dice:
"Este es mi Hijo amado, en quien tengo mi complacencia: Escuchadlo" (Mt. 17,5).
Con esta FE, hecha de escucha contemplativa, sabremos iluminar nuestras
situaciones personales, así como los diversos sectores de la vida familiar y social.
Tú eres nuestra ESPERANZA, nuestra paz, nuestro mediador, hermano y amigo.
Nuestro corazón se llena de gozo y de esperanza al saber que vives "siempre
intercediendo por nosotros" (Heb. 7,25).
Nuestra esperanza se traduce en confianza, gozo de Pascua y camino apresurado
contigo hacia el Padre. Queremos sentir como tú y valorar las cosas como las
valoras tú. Porque tú eres el centro, el principio y el fin de todo.
Apoyados en esta ESPERANZA, queremos infundir en el mundo esta escala de
valores evangélicos por la que Dios y sus dones salvíficos ocupan el primer lugar
en el corazón y en las actitudes de la vida concreta.
Queremos AMAR COMO TÚ, que das la vida y te comunicas con todo lo que eres.
Quisiéramos decir como San Pablo: "Mi vida es Cristo" (Flp. 1,21).
Nuestra vida no tiene sentido sin ti.
Queremos aprender a "estar con quien sabemos nos ama", porque "con tan buen
amigo presente todo se puede sufrir". En ti aprenderemos a unirnos a la voluntad
del Padre, porque en la oración "el amor es el que habla" (Sta. Teresa).
Entrando en tu intimidad, queremos adoptar determinaciones y actitudes básicas,
decisiones duraderas, opciones fundamentales según nuestra propia vocación
cristiana.
CREYENDO, ESPERANDO Y AMANDO, TE ADORAMOS con una actitud sencilla
de presencia, silencio y espera, que quiere ser también reparación, como
respuesta a tus palabras: "Quedaos aquí y velad conmigo" (Mt. 26,38).
Tú superas la pobreza de nuestros pensamientos, sentimientos y palabras; por
eso queremos aprender a adorar admirando el misterio, amándolo tal como es, y
callando con un silencio de amigo y con una presencia de donación.
El Espíritu Santo que has infundido en nuestros corazones nos ayuda a decir esos
"gemidos inenarrables" (Rom. 8,26) que se traducen en actitud agradecida y
sencilla, y en el gesto filial de quien ya se contenta con solo tu presencia, tu amor
y tu palabra.
En nuestras noches físicas y morales, si tú estás presente, y nos amas, y nos
hablas, ya nos basta, aunque muchas veces no sentiremos la consolación.
Aprendiendo este más allá de la ADORACIÓN, estaremos en tu intimidad o
"misterio".
Entonces nuestra oración se convertirá en respeto hacia el "misterio" de cada
hermano y de cada acontecimiento para insertarnos en nuestro ambiente familiar y
social y construir la historia con este silencio activo y fecundo que nace de la
contemplación.
Gracias a ti, nuestra capacidad de silencio y de adoración se convertirá en
capacidad de AMAR y de SERVIR.
Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar
en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más
perfecta Madre.
Ayúdanos a ser tu Iglesia misionera, que sabe meditar adorando y amando tu
Palabra, para transformarla en vida y comunicarla a todos los hermanos.

Amén.
Juan Pablo II

Oh saludable Hostia

17
Que abres la puerta del cielo:
en los ataques del enemigo danos fuerza,
concédenos tu auxilio.
Al Señor Uno y Trino
se atribuye eterna gloria:
y El, vida sin término,
nos otorgue en la Patria.

Amén.

Juramento sobre la pasión de Cristo


(El misterio de la Eucaristía)

“Creo con el corazón y confieso con la boca, que el pan y vino que se ponen en el
altar por misterio de la sagrada oración y las palabras de nuestro Redentor,
substancialmente se convierten en verdadera, propia y vivificante carne y sangre
de Jesucristo Señor nuestro, y después de la consagración está el verdadero
Cuerpo de Cristo, que nació de la Virgen, y por la salud del mundo estuvo clavado
en la cruz, y que está sentado a la diestra del Padre, y la verdadera sangre de
Cristo la cual salió de su costado, no tan solo por la señal y virtud del Sacramento,
sino en la propiedad de la naturaleza y en la verdad de la substancia, así como se
contiene en esta escritura que yo he leído y vosotros habéis entendido. Así lo
creo, ni enseñaré en adelante contra esta fe. Así me ayude Dios, y estos sus
santos Evangelios."

Últimamente el Santo Concilio de Trento condenó solemnemente cuantos negasen


la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía:

"Si alguno negare, que en el santísimo sacramento de la Eucaristía se contiene


verdadera, real y substancialmente el cuerpo y la sangre juntamente con el alma y
divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y por consecuencia todo Cristo; sino por el
contrario dijere, que solamente está en él como en señal o en figura, o
virtualmente; sea excomulgado”

18
La Palabra de Dios

"Yo soy el pan de la vida.


Vuestros padres comieron el maná en el desierto
Y murieron; éste es el pan que baja del cielo,
para que quien lo coma no muera.
Yo soy el pan vivo, bajado del Cielo.
Si uno come de este Pan, vivirá para siempre;
y el Pan que yo les voy a dar, es mi carne por
la vida del mundo…."Si no coméis la carne
del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre,
no tenéis vida en vosotros.

"El que come mi carne y bebe mi sangre,


tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el ultimo día.
Porque mi carne es verdadera comida
y mi sangre verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre,
permanece en Mí, Y yo en él".

"Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado


y yo vivo por el Padre, también el que me coma
vivirá por mí". Jn. 6, 48-57

"Mientras estaban comiendo, tomo Jesús el pan


y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos dijo:
"Tomad y comed todos de él, porque éste es mi cuerpo."

Tomo luego una copa y, dadas las gracias, se las dio diciendo:
"bebed todos de ella, porque ésta es mi sangre, sangre de la Alianza, Nueva y
Eterna,
que será derramada por muchos para el perdón de los pecados".
Mt 26, 26-28

"Hagan esto en conmemoración mía".

Amén.

VIERNES
EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y LA PASIÓN DE CRISTO

19
Oración de la consagración de las familias de todo el mundo al Sagrado Corazón de
Jesús (realizada el 3 de Junio de 2007 en Barcelona (España) por el Cardenal De
Giorgi)

Señor Jesucristo, Redentor del mundo,


Amigo de los sencillos y de los pecadores,
que en la Cruz te has dejado traspasar
tu Corazón Sagrado
para salvarnos del pecado
y darnos la abundancia de la gracia divina.
Mira compasivo nuestra debilidad, y ten piedad.
Libéranos del pecado y del mal,
y condúcenos a la auténtica paz,
que se encuentra por la conversión
y la acogida de tu Palabra.
Tú que nos invitas a seguirte
y a amarte como discípulos,
porque así encontraremos el descanso
y la felicidad que tanto deseamos,
no nos dejes nunca de tu mano poderosa,
y sostennos bondadoso en todos nuestros caminos.

Hoy consagramos humildemente a tu Corazón


nuestras vidas y nuestras familias,
y encomendamos a tu misericordia todas las familias del mundo.

Porque queremos vivir siempre con la confianza puesta sólo en Ti,


que eres el Amor infinito,
y porque queremos servirte de todo corazón y a nuestros hermanos porque te
amamos.

Haz, Señor, que todos podamos encontrarte como


el Amigo verdadero y el Maestro bondadoso y humilde,
y que en tu Corazón Sagrado aprendamos el amor generoso y sacrificado hacia
todos.

Amén.

Oración del día: ¡Oh Corazón amantísimo de Jesús!, coronado por la Santa Cruz, árbol
frondoso que se nutre con tu Sangre Preciosísima!; en unión de todos los Santos y almas
fervorosas que en todos los tiempos y lugares te han amado, te adoro, te amo con todo mi
corazón; y para darte una prueba más patente de mi afecto, renuevo y te ofrezco las promesas
que hice en el santo Bautismo, prefiriendo tu gracia y tu amor a todas las riquezas de la tierra.
Dame, en cambio, Señor, los verdaderos tesoros y riquezas celestiales, que son las virtudes de
tu divino Corazón que, como flores olorosas brotan al pie de tu Cruz, rociadas y regadas con tu
preciosa Sangre. Amén.

Un Padrenuestro. Un Avemaría. Gloria.

20
SONETO A CRISTO CRUCIFICADO

No me mueve mi Dios para quererte


el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido
muévenme tus afrentas y tu muerte.
.
Muéveme, en fin, tu amor, en tal manera,
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera;
.
No me tienes que dar porque te quiera,
porque aun cuanto espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

ADORACIÓN DE LA CRUZ
¡Amoroso y Divino Jesús crucificado, que lleno de amor a los hombres te ofreciste ante
el Eterno Padre por víctima expiatoria de los crímenes del mundo! Ya que me
concediste la gracia de inspirarme que me ofrezca contigo en holocausto, como víctima
que une sus dolores a los tuyos en desagravio de tantas culpas..., yo, criatura indigna
y miserable, postrada delante de tu Cruz y con la ayuda de tu gracia, confirmo y
ratifico mi promesa de querer padecer con los mismos fines que Tú en ella padeciste...
Recibe todo mi ser en holocausto y haz de mi lo que quieras. Sobre los brazos de tu
Cruz abro los míos para perdonar y abrazar a todos mis enemigos, cuyo bien y
salvación deseo y prometo solemnemente procurar cuanto sea de mi parte, así como el
alivio de sus penas e infortunios.

Y en fe de mi promesa, adoro y beso esa Cruz sacrosanta, desde la cual exclamaste


momentos antes de expirar: «Padre mío, perdónalos a todos, como yo los perdono.»

ORACIÓN DE SAN BUENAVENTURA

Dulcísimo Jesús, Hijo de Dios vivo, Dios y Hombre verdadero, Redentor de mi alma:
por el amor con que sufriste ser vendido de Judas, preso y atado por mi salvación:
¡Ten misericordia de mí!

Benignísimo Jesús mío: por el amor con que padeciste por mi alma tantos desprecios,
irrisiones, negaciones y tormentos en la casa de Caifás: ¡Ten misericordia de mí!

Pacientísimo Jesús mío: por el amor con que por mi padeciste tantos falsos
testimonios, afrentas injurias y acusaciones falsas en la casa de Pilatos: ¡Ten
misericordia de mí!

Mansísimo Jesús de mi alma: por los desprecios, escarnios y burlas de la casa de


Herodes; por los azotes, corona de espinas y mofas sangrientas y condenación a
muerte de la casa de Pilatos: ¡Ten misericordia de mí!

Piadosísimo Jesús de mi alma: por todo lo que por mí padeciste en tu adorable Pasión,
desde la casa de Pilatos hasta el monte Calvario, donde toleraste por mi amor el ser
crucificado para que yo me salvase: ¡Ten misericordia de mí, ten misericordia de mí,
ten misericordia de mí! Amén.

21
ORACIÓN AL SILENCIO
DE CRISTO EN SU PASIÓN

Hay, Señor, en tu adorable Pasión, una palabra que sin vibrar en mis oídos, llega a lo
más profundo de mis entrañas, que me conmueve, admira y enternece y habla como
ninguna... No es la palabra de los discípulos que te niegan, ni la de los jueces que te
escarnecen, ni la de los sayones que te insultan, ni la de la plebe que te blasfema, ni
siquiera la de las piadosas mujeres que te compadecen...

Es la palabra que Tú no has pronunciado, la de tu silencio, severo, grave, solemne, no


interrumpido ni para quejarte, disculparte, justificarte, ni menos para recriminar,
volver por tu honra y la de los tuyos, vindicar tu vida, hundir en los abismos de la nada
a tus acusadores...

¡Silencio largo, adorable, misterios de la Pasión de Cristo! ¡Cuánto confundes mi afán


de justificarme, disculparme, razonar, volver por los fueros de mi orgullo, egoísmo y
amor propio! ¿Cuándo, Señor, cuándo aprenderé tu silencio, y cuándo sabré que Tú, y
sólo Tú eres el que justificas y condenas y que el juicio y estima de los hombres nada
valen si Tú no los sancionas?

¿Cuándo, Jesús mío, aprenderé a callar, a hablar poco con los hombres y a hablar
mucho contigo?

¿Cuándo imitaré tu silencio, humilde, paciente, adorable? Jesús autem tacebat.

¡Oh Jesús callado, dame la santa virtud de tu silencio!

Así sea.

ORACIÓN ANTE EL TABERNÁCULO EL VIERNES SANTO

Tabernáculo augusto, excelso trono


que sostiene al Todopoderoso
en ese sol luciente y misterioso
que adoro con ferviente adoración.

Manjar del alma, prenda inestimable


del indecible amor, de un Dios tan bueno.

Pan consagrado que de gozo lleno,


recibe agradecido el corazón.

Hostia pura; que allá en la última cena


en expiación perpetua te ofreciste,
delicioso maná que descendiste
del Cielo para el hombre alimentar.

Arca preciosa que cerrada guardas


el tesoro más rico y más preciado
como es Jesús Sacramentado
a quien rendido adoro en el altar.

Si mi Dios, mi Señor, mi único dueño,


en pos yo vengo de tu amor prolijo
deja que llegue a tu presencia tu hijo
no lo deseches, oye su oración.

22
Indigno soy, es cierto, de acercarme
ante tu trono porque te he ofendido,
pero vengo contrito, arrepentido,
a implorar de mis culpas el perdón.

Son horrendos y muchos mis delitos


por los cuales me hiciera tu enemigo,
y por eso al venir traigo conmigo
de la Virgen la Santa protección.

De esa Señora tan amante y tierna,


tengo mercedes y licencia tengo
para verte Señor, por eso vengo
a ofrecerte mi pobre corazón.

Te negarás Señor a recibirme


cuando traigo a María por mi abogada,
cuando sé que la estimas, que es tu amada
porque es la fuente del divino amor!

Yo no creo que me arrojes de tu lado


siendo como es tan grande tu clemencia
al contrario, Señor tengo la creencia
de aplacar con mi llanto tu rigor.

Espero con mis lágrimas y ruegos


mitigar tus enojos, Padre mío,
y lo espero yo así porque confío
en tu palabra que jamás faltó.

Tu dijiste al bajar del alto cielo


que venías a buscar con tus amores
no a los justos y si a los pecadores
miserables y pobres como yo.

Tu sangre derramada en el calvario


fue en abundancia por mi amor vertida
más yo comprendo que sería vertida
para lograr mi eterna salvación.

Venid a mí dijiste bondadoso


los que sufrís trabajos y aflicciones
conmigo no tendréis tribulaciones
y a todos os daré mi corazón.

¡Y habrá quien sufra como yo he sufrido!


las consecuencias del fatal pecado!
¡Quién en el mundo más necesitado!
¡Quién más infame como yo, Señor!

Por eso vengo a confesarte ahora


mis incontables faltas y malicia,
no me juzgues cual Juez recto en la justicia,
sino cual padre dame tu perdón.

Perdón: Señor, perdón, yo te lo pido


por tantos como han sido mis errores
perdón, Señor y vuelve tus favores
al que llora contrito su maldad.

No me alzaré de aquí si tú mi padre

23
no me concedes lo que anhelo tanto
ten compasión de mí, mira mii llanto,
vuelve tu rostro, ten de mi piedad.

SABADO
LA VIRGEN MARÍA

AVE MARÍA.

¡Dios te salve María!,


Llena eres de Gracia,
El Señor es contigo,
Bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre: Jesús.

Santa María
Madre de Dios
ruega Señora, por nosotros
los pecadores
ahora y en la hora
de nuestra muerte.
Amén.
(10 veces)

GLORIA.

INVOCACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

24
María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la Formatted: Centered
muertedefiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos, oh¡ gran Señoraahora
y en la hora de nuestra muerte.. AménAsí sea.

Recibe Madre querida


De estos pechos pecadores
Esta corona de flores
Que yo te ofrezco con esta Salve Regina

Dame tu gracia Señora


Para que con pureza te ame
Y con el corazón te diga:

SALVE

Dios te salve, Reina y Madre, madre de misericordia, vida, dulzura y


esperanza nuestra; Dios te salve, Reina y madre, A Ti llamamos los
desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle
de lágrimas. ¡Ea!, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus
ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto
bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen
María!

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de
alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

LA MAGNIFICA

Glorifica mi alma al Señor


y mi espíritu se llena de gozo,
al contemplar la bondad de Dios mi Salvador.

Porque ha puesto la mirada


en la humilde sierva suya
y ved aquí el motivo porque me tendrán por dichosa
y feliz todas las generaciones.

Pues ha hecho en mi favor


cosas grandes y maravillosas,
Él, que es Todopoderoso
y su nombre infinitamente Santo,
cuya misericordia se extiende
de generación en generación,
a todos cuantos le temen.

Extendió el brazo de su poder,


Disipó el orgullo de los soberbios,
trastornando sus designios.

Desposeyó a los poderosos


y elevó a los humildes.

A los necesitados los llenó de bienes


y a los ricos los dejó sin cosa alguna.

Exaltó a Israel su siervo acordándose de él


por su gran misericordia y bondad.

25
Así como lo había prometido
a nuestro padre Abraham
y a toda su descendencia
por los Siglos de los Siglos.

Amén.

Oración a la Virgen de Juquila

Madre querida, Virgen de Juquila. Virgen de nuestra esperanza, Tuya es nuestra


vida, Cuídanos de todo mal.

Si en este mundo de injusticias, de miseria y pecado, ves que nuestra vida se


turba, No nos abandones, Madre querida.

Protege a los peregrinos. Acompáñanos por todos los caminos.

Vela por los pobres sin sustento, Y el pan que se les quita retribúyeselos.
Acompáñanos en toda nuestra vida. Y líbranos de todo tipo de pecado, (HACER
PETICION).

Doy gracias a Dios y a la Virgen de Juquila por los favores recibidos. Amén.

Oración a la Virgen del Rayo

Dios te salve Virgen Santísima del Rayo a quien amamos después de Dios, con
toda la ternura de nuestro corazón, enternecidos admiramos la extraordinaria y
prodigiosa hermosura de esta tu sagrada imagen, que atrae irresistiblemente hacia
ti los corazones.

El señor se ha dignado para hacerte el conducto por donde se nos dispensen

26
innumerables beneficios a todos los mortales, por eso llenos de confianza,
venimos a postrarnos a tus plantas para pedirte el consuelo en todas nuestras
necesidades. (Particularmente, se hace la petición).

Tú eres la madre de la misericordia, del amor, la distribuidora de la gracia y el


perdón después de Jesucristo; ¿Quién nos encomendará a ti? Si tú eres… en las
cosas dudosas nuestra luz; en las enfermedades medico divino; en las tristezas
consuelo; en los peligros y tentaciones fiel socorro.

Tú eres después de tu santísimo hijo nuestra esperanza cierta de salvación, a tu


piedad encomiendo madre querida mi cuerpo y mi alma, te ruego que mandes un
rayo de luz divina para que alumbre nuestro entendimiento, y no se ofusque en los
errores de la impiedad, si no que permanezca firme hasta el último momento de mi
vida en la verdadera religión, que felizmente profeso.

Al mismo tiempo te suplico Virgen Santísima del Rayo, que todos los que tienen la
desgracia de no reconocerte, desde ahora te confíen en Hija de Dios Padre,
Madre de Dios Hijo y Esposa del Espíritu Santo.

Virgen Santísima del Rayo, concédeme, Una limosna sin pedirla, un trabajo sin
buscarlo, y una buena amistad.

Virgen Santísima del Rayo, Ruega por nosotros.


Amén.

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD

Adorada Reyna y dulce Madre mía: Aquí me tienes postrado a tus pies
contemplando tu tristeza y soledad.

Vengo a aprender de ti, a llorar y sentir la muerte de tu amado hijo y mi Señor; no


quites de mí tus llorosos ojos tierna Madre, que aunque yo, con el pecado tantas
veces he puesto las manos en tu inocente Abel, vengo ya a tu presencia
confesando mi cruel ingratitud y terrible maldad.

Murió a mis manos tu querido Jesús cuando pequé, dolorosa Madre mía, aquí está
el instrumento del sangriento disidio que es mi voluntad perversa; Yo he redoblado
sus martirios, multiplicado sus llagas, derramado su sangre y herido su corazón.

Cuanto me pesa ya Señora mía, sobre todo, el levantar mis miradas hacia esa
imagen hermosísima que también retrata su amarga soledad.

Concédeme Madre tiernísima de mi corazón, un vivo dolor de mis culpas y el


remedio a mis necesidades, (particularmente), por la amargura y desolación
que sentiste al ver muerto a tu Jesús, sin persona que lo bajase del madero, por
carecer de lienzo en el cual envolver su sacratísimo cuerpo y de un sepulcro en
donde depositarlo, y sobre todo, la soledad en que quedaste.

27
Remedia mi gran necesidad, la del peligro en que se halla mi alma de perderse
para siempre, a fin de que, así como ahora te hago compañía en tu soledad, vaya
a hacértela después en el cielo.

Amén.
Oración a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

iOH Madre del Perpetuo Socorro! Tú conoces todos los dolores de mi vida y sobre
todo la horrible pena que hoy me trae a Tus Plantas maternales.

Adoro la Divina Voluntad y beso resignado la Mano de mi Dios que me prueba; y


hoy, como ayer y como siempre, confío en Su Infinito Poder y en Su Misericordia
Infinita. Pero Él puso en Tu Corazón las riquezas de Su Bondad y en Tus Manos
los tesoros de Su Omnipotencia. Por eso acudo a Ti, Madre Mía del Perpetuo
Socorro. Señora y Madre mía, las sombras del dolor me envuelven por todas
partes, y no sé a qué puerta llamar para tener algún consuelo en esta amargura
que me ahoga. Los hombres, unos me son adversos, otros me persiguen, otros
me olvidan, los más me miran con indiferencia. Los pocos que parecen
compadecerse de mí se declaran impotentes para remediar mi mal.

Sólo me quedas Tú, Madre mía del Perpetuo Socorro. Por eso a Ti acudo lleno de
confianza y amor. ¡Eres la Madre de Dios! eres mi Madre! Jesús aprieta Tus
Manos para depositar en Ellas Su Misericordia y Su Amor. El primer milagro que
obró en Su vida mortal lo obró movido por Tus súplicas. ¿No puedes hacer ahora
otra súplica como aquélla en favor mío?

Madre mía del Perpetuo Socorro vengo a pedirte un milagro, y que este milagro
sea para gloria de Dios, alabanza Tuya y santificación de mi alma. (Se hace la
petición). A Tus Plantas. ¿Quedará Tu Maternal Corazón insensible a mis
ardientes y humildes súplicas? Porque eres buena, porque eres fiel, porque eres
según el plan Divino, Dueña de todos los tesoros de Dios, por eso confío en Ti.

Sin embargo, que ahora y siempre se haga la voluntad de Dios, así en la tierra
como en el Cielo. Tú, Madre mía, hallarás en Tu Maternal Corazón recursos
poderosos para que descienda el bálsamo del consuelo ahí donde siga el dolor
purificando mi vida.

¡Oh, Madre del Perpetuo Socorro, en Ti confío!

ORACIÓN
A LA VIRGEN DE GUADALUPE

28
¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que
desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan
tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala
ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que


sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo
nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros
trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que


tenemos y somos, lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad
a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos,
para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y
de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de
santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga abundantes vocaciones de
sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios
de Dios.

Así sea.

Madre mía de Guadalupe,


Antes de que termine el día
Remedia mis aflicciones

Madre mía de Guadalupe,


Por la luna que pisas en tus pies
Socórreme todo este mes.
ORACIÓN A LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS

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¡Oh, Virgen Singular, Madre Dulcísima del Amor Hermoso, del honor, del conocimiento y
de la Santa Esperanza!

Vos fuisteis escogida en los Consejos del Eterno y favorecida por el decreto más piadoso
para la humanidad desgraciada en cuya virtud fuisteis predestinada ante toda criatura
para concebir en vuestro seno al libertador generoso de la miserable descendencia de
Adán.

Vos fuisteis anunciada en el Paraíso al pie del Árbol del Bien y del Mal, para quebrantar la
cabeza de la infernal serpiente.

Vos sois, Oh Clementísima Virgen María, a quien en vuestra Santa imagen bajo el titulo
consolador de “Los Remedios”, veneramos e invocamos por Patrona y especial Protectora
nuestra. Haced pues que por vuestra poderosa intención consigamos que sean cumplidas
nuestras esperanzas, (se hace la petición), que procuramos sean conformes a la
voluntad de Dios, para gloria suya, honra vuestra y bien nuestro.
AMÉN.
(Ahora se rezan 3 Ave Marías en honor de la virginal pureza de la Santísima Virgen)

Bajo tu amparo nos acogemos,


Santa Madre de Dios
no deseches las súplicas que te dirigimos
en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos
siempre de todo peligro,
Oh Virgen Gloriosa y Bendita. Amén.

Dulce Madre,
no te alejes.
tu vista de mí no apartes;
ven conmigo a todas partes,
y solo nunca me dejes.
ya que tú me quieres tanto,
como verdadera Madre,
haz que me bendiga el Padre,
con el Hijo y el Espíritu Santo.

Amén.

DOMINGO
El día del Señor

SEÑOR, EL DÍA EMPIEZA


(Oración para el día domingo)
.
Señor, el día empieza. Como siempre,
postrados a tus pies, la luz del día
queremos esperar. Eres la fuerza
que tenemos los débiles, nosotros.
Padre nuestro,

30
que en los cielos estás, haz a los hombres
iguales: que ninguno se avergüence
de los demás; que todos al que gime
den consuelo; que todos, al que sufre
del hambre o la tortura, le regalen
en rica mesa de manteles blancos
con blanco pan y generoso vino;
que no luchen jamás; que nunca emerjan,
entre las áureas mieses de la historia,
sangrientas amapolas, las batallas.
...
Luz, Señor, que ilumine las campiñas
y las ciudades; que a los hombres todos,
en sus destellos mágicos, envuelva
luz inmortal; Señor, luz de los cielos,
fuente de amor y causa de la vida.

PADRE NUESTRO

PADRE NUESTRO.

Padre nuestro, que estás en los cielos,


Santificado sea tu nombre,
Venga a nosotros Tu Reino,
Hágase Señor tu voluntad, así en la tierra como en el cielo;

Danos hoy nuestro Pan de cada día,


Perdona nuestras ofensas,
Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.

Amén.

SEÑOR SANTO, PADRE OMNIPOTENTE


San Buenaventura

Señor Santo, Padre Omnipotente, Dios Eterno, por tu generosidad y la de tu


Hijo quien por mí padeció pasión y muerte, y por la excelentísima santidad de
su Madre, y por los méritos de todos los Santos, concédeme a mí, pecador e
indigno de cualquier beneficio tuyo, que sólo a Tí ame, que siempre tenga sed

31
de Tu amor, que continuamente tenga en el corazón el beneficio de la pasión,
que reconozca mi miseria, que desee ser pisado y despreciado de todos; que
sólo la culpa me entristezca. Amén.

__________

GLORIA A DIOS

Gloria a Dios en el Cielo


y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa Gloria
te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias.
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor Hijo único, Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre:
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros:
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.

Amén.

ORACIÓN AL SEÑOR POR LA PAZ.

Oh! Señor, haz de mí un instrumento de tu paz para que:

32
Donde haya odio, ponga yo Amor; donde encuentre ofensa, siembre Perdón;
donde se presente la discordia, promueva la Unión; donde exista el error,
transmita Bondad; donde descubra duda, proporcione Fe; donde tope con el
desaliento, finque Esperanza, donde reinen las tinieblas, entronice la Luz; donde
viva la tristeza, cultive la Alegría.

Oh! Maestro, que ya no busque tanto ser consolado como consolar, ser amado
sino yo amar.

Porque dando se recibe, olvidando se encuentra el perdón, y muriendo al


pecado se resucita a la vida eterna.

Amén.

Poder y voz de Cristo,


aplaca y detén
a todos los seres
que daño alguno me quieran hacer.

Amén.

ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

Oh Jesús, Pastor Eterno de las almas!


Dígnate mirar con ojos de misericordia
a esta porción de tu grey amada.

Señor, necesitamos mayor número de Sacerdotes,


multiplica las vocaciones y santifica más y más a nuestros Sacerdotes,

Señor danos sacerdotes y religiosos santos.


Te lo pedimos por la intercesión de Santa María de Guadalupe, tu dulce y Santa Madre.
¡Oh Jesús, danos sacerdotes y religiosos, según tu Corazón!

Amen.

33
Oración al Señor al terminar el año.

Gracias Señor, por todo lo que en este año me diste!

Gracias por los días de sol y los nublados tristes!

Gracias por las noches tranquilas y por las inquietas horas obscuras!

Gracias por la salud y la enfermedad! Por las penas y las alegrías.

Gracias por todo lo que me prestaste y después me pediste!

Gracias Señor, por la sonrisa amable y la mano amiga, por el amor y todo lo
hermoso y dulce!

Por las flores y las estrellas y la existencia de los niños y de las almas buenas!

Gracias por tu soledad, por el trabajo, por las dificultades y las lágrimas, por todo
lo que me acercó a Ti más íntimamente!

Gracias por tu presencia en el Sagrario y la Gracia de tus Sacramentos!

Gracias por haberme dejado vivir!

Son las doce… Un año termina!

Oración al Señor al comenzar el año.

Y da vuelta otra hoja del libro de mi vida…

¿Qué traerá el año que empieza?

¡Lo que Tú quieras Señor! Pero te pido fe para mirarte en todo. Esperanza para no
desfallecer.

Caridad perfecta en todo lo que haga, piense y quiera. Dame paciencia y


humildad.

Dame desprendimiento y un olvido total de ti mismo!

Dame Señor, lo que Tú sabes me conviene y yo no sé pedir.

Que pueda yo amarte cada vez más, y hacerte amar de los que me rodean!

Que sea yo grande en lo pequeño!

Que siempre tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activas,
el pie dispuesto!

Derrama Señor, tus gracias sobre todo los que quiero.

Mi amor abarca al mundo y aunque soy muy pequeño,

Sé que todo lo colmas con tu bondad inmensa.

Preserva mi fe en ti Señor.

34
Así sea.

VISITA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Permíteme, Señor, que aquí postrado,


consciente de mi nada en tu presencia,
y aun temiendo pecar de irreverencia
me atreva al alto honor de acompañaros.

Yo sé que no soy digno de miraros,


Mas, fiado en tu amor y en tu clemencia,
se apacigua el clamor de mi conciencia
y me inunda la calma al contemplaros.

En el mundo, Señor por olvidaros,


es todo confusión y algarabía
que me inquietan de modo extraordinario.
.
Por eso, mi Señor vengo a rogaros,
que le dejes gozar al alma mía,
del remanso de paz de tu Sagrario.

35
PREPARACIÓN PARA LA CONFESIÓN.
ACTO DE CONTRICCIÓN

Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador,


Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois y porque os amo
sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón el haberte
ofendido.

Yo propongo firmemente enmendarme y confesarme a su tiempo y


cumplir la penitencia que por mis pecados me fuese impuesta.
Yo os ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados,
te propongo señor, mi vida, obras y trabajos en satisfacción
tuya;

Y así como os lo suplico, confío en vuestra bondad, piedad y


misericordia infinita, que me los perdonareis por los méritos
de vuestra preciosa sangre y me daréis la gracia para huir de
la tentación, nunca más pecar y perseverar en vuestro santo
servicio hasta el fin de mi vida.

Amén.

YO PECADOR
(CONFITEOR)

Yo, pecador, me confieso a Dios todopoderoso, a la bienaventurada siempre Virgen


María, al bienaventurado san Miguel Arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, a
los santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los santos, y a vosotros, hermanos, que
pequé gravemente con el pensamiento, palabra y obra; por mi culpa, por mi culpa, por
mi gravísima culpa. Por tanto, ruego a la bienaventurada siempre Virgen María, al
bienaventurado san Miguel Arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, a los santos
Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los santos, y a vosotros, hermanos, que roguéis por
mí a Dios nuestro Señor. Amén.

__________

36
MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS.

1. AMARAS A DIOS POR SOBRE TODAS LAS COSAS.


2. NO JURARAS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO.
3. SANTIFICARAS LAS FIESTAS.
4. HONRARAS A TU PADRE Y A TU MADRE.
5. NO MATARAS.
6. NO FORNICARAS.
7. NO HURTARAS.
8. NO LEVANTARAS FALSO TESTIMONIO, NI MENTIRÁS.
9. NO DESEARAS LA MUJER DE TU PROJIMO.
10. NO CODICIARAS LAS COSAS AJENAS.

LOS MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA

Los mandamientos de la Iglesia se sitúan en la línea de una vida moral referida a


la vida litúrgica y que se alimenta de ella. El carácter obligatorio de estas leyes
positivas promulgadas por la autoridad eclesiástica tiene por fin garantizar a los
fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral, en
el crecimiento del amor de Dios y del prójimo. Los mandamientos más generales
de la Santa Madre Iglesia son cinco:

El primer mandamiento (oír misa entera los domingos y fiestas de precepto)


exige a los fieles participar en la celebración eucarística, en la que se reúne la
comunidad cristiana, el día en que conmemora la Resurrección del Señor, y en
aquellas principales fiestas litúrgicas que conmemoran los misterios del Señor, la
Virgen María y los santos.

El segundo mandamiento (confesar los pecados mortales al menos una vez


al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar) asegura la preparación
para la Eucaristía mediante la recepción del sacramento de la Reconciliación, que
continúa la obra de conversión y de perdón del Bautismo.

37
El tercer mandamiento (comulgar por Pascua de Resurrección) garantiza un
mínimo en la recepción del Cuerpo y la Sangre del Señor en relación con el tiempo
de Pascua, origen y centro de la liturgia cristiana.

El cuarto mandamiento (ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo


manda la Santa Madre Iglesia) asegura los tiempos de ascesis y de penitencia
que nos preparan para las fiestas litúrgicas; contribuyen a hacernos adquirir el
dominio sobre nuestros instintos y la libertad del corazón.

El quinto mandamiento (ayudar a la Iglesia en sus necesidades) señala la


obligación de ayudar, cada uno según su capacidad, a subvenir a las necesidades
materiales de la Iglesia (Pagar el diezmo).

Las 14 obras de misericordia

Espirituales:

1. Enseñar al que no sabe.


2. Dar buen consejo al que lo necesita.
3. Corregir al que se equivoca.
4. Perdonar al que nos ofende.
5. Consolar al triste.
6. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
7. Rogar a Dios por los vivos y los difuntos.

Corporales:

1. Visitar a los enfermos.


2. Dar de comer al hambriento.
3. Dar de beber al sediento.
4. Dar posada al peregrino.
5. Vestir al desnudo.
6. Visitar a los encarcelados.
7. Enterrar a los muertos.

LOS 7 PECADOS CAPITALES

Siete pecados capitales


lujuria pereza gula ira envidia avaricia soberbia

Guía para el examen de conciencia.


Para facilitar el examen de conciencia, se presenta a continuación una guía en forma de preguntas.
Lea despacio y medite cada pregunta y, si lo desea, haga una lista de sus pecados, aunque es
preferible que no la utilice en la Confesión.

¿Cuánto tiempo hace que me confesé la última vez?


¿Cumplí completamente la penitencia que me impuso el Sacerdote?
¿Qué se me olvidó o que pecados graves callé en confesiones anteriores?

PRIMERO. AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS.

“Yo, el Señor, soy tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de la servidumbre. No
habrá para ti otros dioses delante de mí.

38
No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, Ni de lo que hay abajo
en la tierra. No te postraras ante ellas ni les darás culto” (Ex 20, 2-5; Dt 5, 6-9).
"¡Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el
mayor y el primer mandamiento!" (Mt 22, 38-39).
“Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, solo a Él darás culto” (Mt 4, 10).

» ¿Creo en Dios? ¿Doy testimonio de Él? ¿Tengo en El una fe y una confianza firme y completa?
» ¿Dudo o rechazo como verdadero lo que Dios ha revelado en las Escrituras (La Sagrada Biblia)?
» ¿Me he desesperado, llegando a dudar de la bondad de Dios, de su justicia, de sus promesas y
de su misericordia?
» ¿He presumido de que Dios me salvará de todas maneras, aún sin conversión y sin mérito?
» ¿He sido indiferente, despreciando la acción y la fuerza de Dios en mi vida?
» ¿He respondido al amor de Dios con tibieza?
» ¿He cultivado un enfermizo orgullo propio, que me ha llevado a odiar a Dios?
» ¿Le he dedicado suficiente tiempo a Dios en la oración personal y comunitaria?
» ¿He hecho las cosas que requieren sacrificio, - con verdadero amor - y ofreciéndoselas al Señor?
» ¿He cumplido en todo o en parte, alguna promesa hecha a Dios o a su iglesia?
» ¿He sido supersticioso, o sea que le he atribuido una importancia de algún modo mágico, a
ciertas prácticas legítimas o necesarias?
» ¿He creído y/o consultado y/o usado: supersticiones, hechicerías, brujería, magia, (incluso la
blanca), adivinos, quiromancia, “médium”, agüeros, horóscopos, cartas de naipe, “tazas de
chocolate” y cosas parecidas; al igual que riegos, sahumerios, talismanes, “pencas de sábila”,
filtros, maleficios, sortilegios, cábala, tarot, “carta astral”, alquimia, tabla ouija, santería, amuletos,
vudú, gurúes, shamanismo, numerología, espiritismo, “yo soy”, necromancia, cuarzos, piedras,
mantras, etc., y todo tipo de “objetos con poder” (Dt 18, 10-12; Jr 29, 8).
» ¿He honrado y/o reverenciado y/o adorado a una criatura (cualquiera que sea) en lugar de Dios?.
Como por ejemplo al dinero, al poder (o a los poderosos) al placer, o a las cosas materiales (como
automóviles y pertenencias que se colocan por encima de todo, incluso de Dios).
» He puesto fe, o he practicado, o me he dejado llevar por grupos, sectas o movimientos no
Cristianos o que mezclan la verdad de Jesucristo con otras ideologías que contienen verdades,
pero algunas mentiras muy disfrazadas por el demonio? Por ejemplo: El poder mental, la
reencarnación, la falsa metafísica, el método Silva, el ocultismo, el espiritismo, la astrología, el
tarot, la meditación trascendental, el yoga, el gnosticismo, el i-chin, “los viajes astrales”, los gurús,
el inside, el avance, la dianética, la medicina holística, la parapsicología, la sofrología; la
radiastesia, la homeopatía, la acupuntura y la acuprensión cuando van acompañadas de prácticas
esotéricas. También la hipnosis y autohipnosis, las regresiones, la lectura del áurea, la terapia de
olores y esencias florales, el esoterismo, la teosofía, la masonería, el rosacrucismo, el budismo, el
hare krishna, la “canalización de espíritus o cháneling”, el tao, el feng sui y todo lo relacionado con
el “new age” o la “nueva era”. Igualmente son movimientos o sectas no cristianas los mormones y
los testigos de Jehová que no creen en Jesucristo como hijo de Dios (2Tim 4, 3-4; 1Tim 4, 1).
» ¿He tentado a Dios, o sea que lo he puesto a prueba, dudando de su palabra, o de su obra, o de
su bondad, o de su omnipotencia, o de su amor o poder?
» ¿He cometido sacrilegio? O sea que ¿he profanado o tratado indignamente los sacramentos y
las otras acciones litúrgicas, así como las personas (sacerdotes y religiosos) las cosas y los
lugares consagrados a Dios?
» ¿He tratado sacrílegamente la Eucaristía?
» ¿He comprado o vendido artículos religiosos bendecidos?
» ¿He sido ateo, o materialista práctico (agnóstico), he rechazado o negado la existencia de Dios?
» ¿He orado muy poco o casi nada, olvidándome de ofrecerle al Todopoderoso mi trabajo amoroso
y de darle gracias en oración al levantarme, al acostarme, y al recibir los alimentos?
» ¿Me he acercado indignamente a recibir algún sacramento?

SEGUNDO. NO JURAR SU SANTO NOMBRE EN VANO.

“No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios” (Ex 20, 7; Dt 5, 11; Lv 19, 12).
“Se dijo a los antepasados: no perjurarás... pues yo digo que no juréis en modo alguno” (Mt 5, 33-
34).

» ¿He empleado el nombre de Dios en cosas diferentes a Alabarlo, Bendecirlo y Glorificarlo?


» ¿He abusado del nombre de Dios, es decir, he usado inconvenientemente el nombre de Dios, o
de Jesucristo, o de la Santísima Virgen María, o de algún Santo?
» ¿He hecho promesas a otras personas en nombre de Dios, comprometiendo el honor, la
fidelidad, la veracidad y la autoridad divina? ¿he sido infiel a esas promesas?
» ¿He blasfemado; o sea que he proferido contra Dios –interior o exteriormente– palabras de odio,
de reproche, o de desafío? ¿He injuriado a Dios, faltándole al respeto en las expresiones?
» ¿He jurado en falso, sin necesidad, sin prudencia, o por cosas de poca importancia?
» ¿He perjurado, o sea que he hecho una promesa que no tengo intención de cumplir?
» ¿He jurado hacer algún mal? ¿He tratado de reparar el daño que haya podido seguirse?

TERCERO. SANTIFICAR LAS FIESTAS.

“Recuerda el día sábado (hoy domingo) para santificarlo.


Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, Pero el día séptimo es día de descanso para el
Señor, tu Dios.

39
No harás ningun trabajo” (Ex 20, 8-10; Dt 5, 12-15).
“El Sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado.
De suerte que el Hijo del Hombre también es Señor del sábado” (Mc 2, 27-28)

» ¿He trabajado o he hecho trabajar sin necesidad urgente en día de precepto?


» ¿He utilizado mi tiempo del día del precepto, en actividades indecorosas u otras diferentes al
compartir familiar y crecimiento espiritual? (Estudio de las Sagradas Escrituras, reflexión,
meditación, cultura, etc., que favorecen el crecimiento de la vida interior, familiar y cristiana).
» ¿He faltado deliberadamente a la celebración eucarística (La santa Misa) de algún domingo o día
festivo?
» ¿Me he distraído voluntariamente durante la Eucaristía, y/o he asistido físicamente, pero con el
“corazón y la mente en otro lugar”?
» ¿He observado la abstinencia los viernes de cuaresma? ¿He ayunado el miércoles de ceniza y el
viernes santo?
» ¿Me he confesado al menos una vez al año? ¿He hecho penitencia y ayuno por mis pecados?
» ¿He guardado la disposición del ayuno una hora antes del momento de comulgar?
» ¿Me he confesado lo antes posible, después de cometer algún pecado mortal?
» ¿He ayudado a la Iglesia en sus necesidades, en la medida que puedo?

Hasta aquí los mandamientos son referentes a nuestro AMOR a Dios.


En adelante, los mandamientos nos piden AMAR a los demás y a nosotros mismos
¡AMARÁS a tu prójimo como a ti mismo!

CUARTO. HONRAR A PADRE Y MADRE.

“Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor tu
Dios, te va ha dar” (Ex 20, 12).
“Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es justo”
“Honra a tu padre y a tu madre”, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa:
“para que seas feliz, y se prolongue la vida sobre la tierra” (Ef 6, 1-3; Dt 5, 16).

Examen como HIJOS

» ¿He irrespetado a mis padres? ¿He tenido sinceras actitudes de gratitud y amor por ellos?
» ¿He desobedecido a mis padres o superiores en cosas importantes?
» ¿He tenido un desordenado afán de independencia, que me lleva a recibir mal las indicaciones
de mis padres, simplemente porque me lo mandan? ¿Me doy cuenta que esta reacción esta
causada por la soberbia?
» ¿Los he amenazado o maltratado de palabra o de obras, o les he deseado algún mal grave o
leve?
» ¿He dejado de ayudarle a mis padres en sus necesidades espirituales o materiales, pudiéndolo
hacer, esforzándome?
» ¿Me enfado y peleo con mis hermanos y compañeros? ¿He dejado de hablarme con ellos, y no
pongo los medios necesarios para la reconciliación?
» ¿He dado mal ejemplo a mis hermanos o compañeros; y he sido egoísta o envidioso, queriendo
siempre sobresalir, tener razón, etc.
» ¿Me dejo llevar por el mal genio y me enfado con frecuencia sin motivo justificado?
» ¿Me he sentido responsable ante mis padres del esfuerzo que hacen para que yo me forme,
estudiando con intensidad, y cumpliendo con todo en el plantel educativo?
» ¿Respeto toda autoridad a la que estoy sometido, y miro a estos superiores como representantes
de Dios que los ha instituido ministros de sus dones? (Rm 13, 1-2).

Examen como PADRES

» ¿He degradado el amor conyugal a una simple e irresponsable procreación de hijos, sin
importarme ni hacer algo por la educación moral y la formación espiritual de dichos seres
fecundados?
» ¿He dado mal ejemplo a mis hijos, no cumpliendo con mis deberes religiosos, familiares, o
profesionales?
» ¿He corregido a mis hijos siempre con firmeza, con justicia y con amor, por su bien?
» He cumplido la responsabilidad de evangelizar a mis hijos desde la primera edad, enseñándoles
los misterios de la fe, mediante el testimonio de vida cristiana de acuerdo con el Evangelio?
» ¿He prevenido e instruido a mis hijos sobre las malas compañías, enseñándoles los peligros?
» ¿Los he forzado a recibir algún sacramento, sin la debida preparación?
» ¿He impedido que mis hijos sigan la profesión o vocación que Dios les indica y desea para ellos;
les he puesto obstáculos o los he aconsejado mal a propósito?
» ¿Permito que estudien o trabajen, en lugares donde corre peligro su alma o su cuerpo?
» ¿He tolerado escándalos o peligros morales o físicos entre las personas que viven en mi casa?
» ¿Procuro hacerme amigo de mis hijos? ¿Les doy a conocer cómo es el origen de la v ida,
acomodándome a su mentalidad y capacidad de comprensión?
» ¿En la familia, me enojo con facilidad, y me falta la amabilidad que expreso con extraños?
» ¿He reñido con mi cónyuge? ¿Ha habido malos tratos de palabra o de obra?
» ¿He abandonado parcial o totalmente a mi cónyuge y/o a mis hijos o padres?

40
» ¿He dejado de ayudar en las necesidades espirituales o materiales a las personas que me
rodean; pudiendo hacerlo –aun- con esfuerzo?
» ¿He procurado ganar lo suficiente, y no malgastarlo, para poder mantener dignamente a mi
familia?
» ¿He elegido un establecimiento educativo, donde BIEN se nos ayuda, en la tarea de educar
cristianamente a nuestros(s) hijo(s)?
» ¿En el trabajo o en otra actividad, he ordenado o establecido cosas contrarias a la dignidad de
las personas y a la ley natural?

QUINTO. NO MATAR.

“No mataras” (Ex 20, 13).


“Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No mataras”; y aquel que mate, será reo ante el
tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el
tribunal” (Mt 5, 21-22).

» La vida humana es sagrada. ¿He matado? ¿Me he atribuido el derecho de matar de modo
directo y voluntario a un ser humano; sea el que sea?
» ¿Le he hecho a alguna persona, algo, con intención de provocar indirectamente su muerte?
» ¿Le he negado la asistencia a cualquier persona en estado de peligro?
» ¿He llegado a herir a alguien? ¿he conducido irresponsablemente cualquier vehículo, colocando
en riesgo mi vida y la de los acompañantes?
» ¿He participado indirectamente y con conocimiento previo en cualquier acto donde se asesine
alguna persona, y no he puesto mi total empeño para prevenirlo?
» ¿He participado directa o indirectamente en algún aborto provocado? (Jr 1, 5). (se incurre en
excomunión ipsofacto reservada al Obispo; o sea que es una forma como la Iglesia, manifiesta la
gravedad de este crimen).
» ¿He practicado la eutanasia, o sea, que he puesto fin a la vida de personas disminuidas,
enfermas o moribundas, o he consentido o ayudado a ello por acción o por omisión?
» Somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado... ¿He intentado
suicidarme?
¿He colaborado voluntariamente en el suicidio de alguien?
» El escándalo es la actitud o el comportamiento que induce a otro a hacer el mal. El que
escandaliza se convierte en tentador de su prójimo; y puede ocasionarle la muerte espiritual... Por
acción o por omisión... ¿He escandalizado a alguien arrastrándolo a una falta grave, o sea,
haciéndolo pecar?
» ¿Considero mi cuerpo como un “valor absoluto”, llegando a sacrificar todo a él, o he llegado a
idolatrar la perfección física y el éxito deportivo en un relativo “culto al cuerpo”?
» ¿He abusado de la comida, del alcohol o licores, del tabaco o del cigarrillo, o de las medicinas?
» ¿He usado drogas o sustancias alucinógenas? ¿He producido, o traficado o negociado con
sustancias que incitan a prácticas graves, contrarias a la ley moral?
» ¿He utilizado mensajes subliminales para dominar la voluntad de las personas?
» ¿He puesto en peligro mi salud mental y espiritual, al querer distraerme con música que contiene
mensajes subliminales que incitan a prácticas de violencia, rebeldía, y otras contrarias al verdadero
amor que invita a practicar Jesucristo?
» ¿He participado directa o indirectamente en secuestros, actos de terrorismo o torturas?
» ¿He participado en amputaciones, mutilaciones, o esterilizaciones forzosas a personas
inocentes?
» ¿He ayudado a los moribundos a permanecer dignamente sus últimos momentos,
acompañándolos en oración, y cuidando que reciban a tiempo los sacramentos?
» ¿Tengo en mi corazón un deseo de venganza por el mal que me han causado? (Mt 5, 22).
» ¿Siento odio, rencor o resentimiento por alguien; le he deseado el mal? ¿Quiero sanarme de
esos sentimientos? (Mt 5, 44-45)
» ¿He evitado todo conflicto, pelea o guerra, en la medida de mis capacidades?

SEXTO. NO COMETER ACTOS IMPUROS.

“No cometerás adulterio” (Ex 20,14; Dt 5,17).


"Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio” Pues Yo os digo: Todo el que mira a una mujer
deseándola,
Ya cometió adulterio con ella en su corazón" (Mt 5, 27-28).

» ¿Me he dejado dominar por las pasiones? (para dominar las pasiones se requiere primero que
todo, contar con la gracia de Dios, y hacer un esfuerzo reiterado en todas las etapas de la vida. Se
requiere también la obediencia a los mandamientos divinos, la práctica de las virtudes morales, y
en espacial, la fidelidad en la oración)
» ¿He faltado a la castidad por lujuria? (deseo o goce desordenado del placer sexual) ¿Por
masturbación? ¿Por pornografía? (actores, comerciantes, publico).
» ¿He mal usado los adelantos tecnológicos como la Internet, para charlas impuras, y acciones
que llevan al vicio de la lujuria? ¿Me he percatado que a través del mal uso de estos medios hago
pecar a otros?
» ¿He fornicado? (Acto sexual entre hombre y mujer no vinculados en matrimonio sacramental)
» ¿He manchado mi cuerpo en la prostitución? ¿Vendiendo o comprando placer? ¿Propicio la
prostitución o negocio con ella?

41
» ¿He forzado o agredido con violencia la intimidad sexual de una persona (incluso cónyuge) ¿He
cometido incesto? (Relación sexual o violación cometida por los padres o educadores con los niños
a su cargo) ¿He cometido “pedofilia”? (Relación sexual con niños)
» ¿He tenido relaciones carnales homosexuales? (Rm 1, 24–27; 1Co 6,10; 1Tim 1,10; Gn 19, 1-
29).
» Si tengo tendencias homosexuales instintivas..... ¿He unido en oración mis dificultades al
sacrificio de la cruz de Cristo, buscando siempre la práctica de la castidad, mediante el dominio de
si mismo, y ayudado mediante la gracia sacramental en la practica constante de la comunión y
demás sacramentos?

ESPOSOS

» ¿He sido completamente fiel en mi matrimonio? (Mt 5,32; 19,6; Mc 10,11; 1Co 6, 9-10; 1Co 6, 9-
10; Os 2,7).
» ¿He roto, el libre contrato matrimonial con el divorcio? (Mc 10, 9).
» ¿He vivido en poligamia? ¿He dejado esas relaciones conyugales ilícitas? ¿Estoy cumpliendo
con los deberes contraídos con esa(s) mujer(es) y los hijos?
» ¿He tenido relaciones carnales cometiendo el grave incesto? (1 Co 5, 1 4-5; Lv 18, 7-20).
» ¿He vivido en unión libre? O ¿He vivido en concubinato o en unión a prueba?
» No tengo hijos, y ¿he evitado la fecundidad en mi matrimonio?
» ¿He usado métodos anticonceptivos diferentes a los que exige una continencia periódica (parar
las relaciones sexuales por pocos días) y una auto observación; permitiendo así utilizar el recurso
de los períodos infecundos? (son contrarios, por ejemplo: condones, pastas, espumas, óvulos,
inyecciones, y todo tipo de fármacos antiovulantes, etc.)
» ¿He usado o propiciado métodos anticonceptivos micro abortivos que obligan a salir del útero el
feto ya fecundado en las trompas? (por ejemplo: la “T”, la “S”, y demás objetos físicos que se
introducen en el útero).
» ¿He utilizado técnicas reprobables de fecundación artificial, o de esterilización directa (ligadura
de trompas, vasectomía)
» ¿He practicado el onanismo? o ¿el coito interrupto? (ver Génesis 38, 9-10).

SÉPTIMO. NO ROBAR.

“No robarás” (Ex 20, 15; Dt 5, 19).


“No robarás” (Mt 19, 18).

» ¿He tomado, retenido o cogido injustamente cualquier bien ajeno, contra la voluntad razonable
de su dueño?
» ¿He defraudado, engañado o estafado a alguien en algún negocio o actividad mercantil?
» ¿He pagado salarios injustos, que no estén de acuerdo al desempeño de la persona?
» ¿He elevado los precios de mis bienes, especulando con la ignorancia o las necesidades ajenas?
» ¿He participado de alguna manera en la corrupción, mediante la cual se trata de cambiar el
proceder correcto, por el que mas convenga?
» ¿He trabajado mal?, ¿he robado tiempo en mi trabajo?, ¿he defraudado a mis patrones?
» ¿He defraudado físicamente al Estado, en los impuestos justos y razonables que se revierten en
beneficio de la comunidad? (ver justicia conmutativa y justicia distributiva 2409 – 2413 del nuevo
Catecismo de la Iglesia Católica)
» ¿He falsificado documentos o utilizado actos engañosos?
» ¿He despilfarrado mis bienes o los que he tenido a cargo? ¿he gastado en exceso o en cosas
suntuarias, buscando desmedido placer o prestigio?
» ¿He causado daño a las propiedades o bienes públicos o privados?
» ¿He incumplido promesas o contratos moralmente justos? ¿he faltado sin justa causa en
contratos comerciales, de compra o venta, de arriendo o de trabajo etc.?
» ¿He apostado injustamente, o he hecho trampas en juegos de azar, causando perjuicio?
» ¿He invertido en mascotas, sumas de dinero muy altas, que ayudarían a remediar mejor la
miseria humana?
» ¿He hecho sufrir inútilmente a algún animal? ¿He sacrificado sin necesidad la vida de algún
animal?
» Al trabajar, ¿He colocado el lucro personal como la norma exclusiva y el fin único de mi actividad
económica; olvidándome de los derechos fundamentales de mis trabajadores o compañeros, y
olvidándome de realizar mi trabajo como servicio a los demás? “No podéis servir a Dios y al dinero”
(Mt 6, 24; Lc 16, 13).
» ¿He ayudado con amor a los pobres? ¿He practicado las obras de misericordia y la caridad?

OCTAVO. NO LEVANTAR FALSO TESTIMONIO NI MENTIR.

“No darás testimonio falso contra tu prójimo” (Ex 20, 16)


“sea vuestro lenguaje “Si, si”; “No, no”: que lo que pasa de aquí viene del maligno”
(Mt 5, 37)

» ¿He dicho mentiras? ¿He dicho mentiras con la intención de engañar? (Ef 4, 25).
» ¿He dado un falso testimonio públicamente? (Pr 19, 9)
» ¿He cometido “perjurio”, o sea, he dicho bajo juramento cosas contrarias a la verdad?
» ¿He dañado la reputación de alguien, con actitudes o palabras injustas?

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» ¿He enjuiciado (o juzgado) un defecto moral del prójimo, incluso tácitamente, sin tener
fundamento suficiente para realizar dicho juicio?
» ¿He cometido “maledicencia”, o sea, que sin razón objetivamente válida, he manifestado los
defectos y faltas del prójimo a otras personas que no conocían dichos defectos? (Si 21, 28).
» ¿He calumniado, mediante palabras contrarias a la verdad, dañando la reputación de otros?
» ¿He halagado o adulado –a otra persona–, en la malicia de sus malos actos, y en la perversidad
de su conducta, haciéndome cómplice de vicios y pecados graves?
» ¿He faltado contra la verdad por vanagloria o jactancia; o por ironía?
» ¿He faltado, al revelar los secretos profesionales?; ¿O al no guardar las confidencias hechas
bajo secreto? (Si 22, 22).
» ¿He escuchado conversaciones contra la voluntad de los que la mantenían? ¿He abierto o leído
correspondencia u otros escritos contra la voluntad de sus dueños?
» ¿He hablado mal de los demás; con el pretexto de que me contaron o de que se dice por ahí?

NOVENO. NO CONSENTIR PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS, y NO DESEAR LA


MUJER DEL PRÓJIMO.

“No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva,


ni su buey ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo” (Ex 20, 17).
“El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mt 5, 28).

» ¿He aborrecido la concupiscencia de la carne, es decir, he rechazado ese deseo o apetito


sensible de la carne que lucha contra el espíritu? (Ga 5, 16-17 24; Ef 2, 3).
» ¿He orado para alcanzar de Dios la gracia de la pureza y la limpieza de corazón?
» ¿He luchado por la pureza de la mirada exterior e interior (imaginación); mediante el rechazo de
toda complacencia en los pensamientos impuros? “la vista despierta la pasión de los insensatos”
(Sb 15, 5).
» ¿He faltado contra el pudor del cuerpo, que es modestia y discreción; así como contra el pudor
de los sentimientos?
» ¿Me he dejado llevar por las presiones de la moda, usando públicamente vestidos o prendas que
excitan sensualmente a personas del otro sexo, y causan miradas, deseos y/o pensamientos
indecorosos?
» ¿He participado de alguna manera en pornografía, o en actos o espectáculos exhibicionistas?
» ¿He mal usado el Internet, la televisión u otros medios de comunicación para charlas o
“distracciones” que llevan a deseos, pensamientos, y/o actos impuros?
» ¿He irrespetado y/o lesionado el pudor de niños o adolescentes?

DÉCIMO. NO CODICIAR LOS BIENES AJENOS.

“No codiciarás nada que sea de tu prójimo” (Ex 20, 17).


“Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt 6, 21).

» ¿He codiciado o deseado enfermizamente los bienes ajenos?


» ¿He caído en la avaricia, o sea la pasión inmoderada por las riquezas materiales, y el poder
sobre ellas? “el ojo del avaro no se satisface con su suerte” (Si 14, 9)
» ¿He sentido envidia, o sea, he sentido como “tristeza” ante el bien o el triunfo de los demás, y un
deseo desordenado de poseer u obtener lo mismo, aunque sea en forma indebida?
» ¿He deseado un mal grave al prójimo?
» ¿He estado muy apegado a las cosas terrenales (dinero, vehículos, casas, terrenos,
computadores etc) y ocupo casi todo mi tiempo en acumular esas “cosas materiales”?

Guía para el examen más breve


¿Has dudado o negado deliberadamente alguna de las verdades la Fe católica?
¿He practicado la superstición o el espiritismo?
¿He pronunciado palabras injuriosas contar Dios, con la intención de ofenderle?
¿He jurado con mentira o con duda de si era verdad? ¿He reparado el daño que
haya podido seguirse?
¿He murmurado externa o internamente contra el Señor cuando me ha ocurrido
alguna desgracia?
¿He faltado a Misa los domingos o los demás días de precepto? ¿He dejado de
cumplir, sin motivo adecuado, el ayuno y la abstinencia en los días previstos por la
Iglesia? ¿Me he confesado y he comulgado al menos una vez al año?
¿He callado por vergüenza, en alguna Confesión anterior, algún pecado grave?
¿He comulgado alguna vez en pecado mortal?
¿He desobedecido a mis padres y familiares? ¿Los he tratado sin el respeto y el
afecto que merecen? ¿He defraudado con mi conducta la confianza que han
depositado en mí?
¿He dado mal ejemplo en cosas importantes a las personas que me rodean, sobre
todo a mis amigos?
¿Evito que las diferencias de opinión en cuestiones políticas, profesionales, etc.,
degeneren en indisposición, enemistad o incluso odio hacia las personas?

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¿He causado un daño cierto a alguien en su persona o en sus legítimas
propiedades? ¿He pedido perdón y he procurado reparar eficazmente el daño?
¿He hablado mal de otros sin tener mayor fundamento que "se dice" o la mera
suposición? ¿He calumniado a alguien atribuyéndole acciones injuriosas que no ha
cometido? ¿He descubierto ante los demás defectos graves de otras personas?
¿Me he comportado con deslealtad descubriendo ante otras personas, sin motivo
serio y proporcionado, asuntos que me han sido comunicados privadamente, por
razón de mi trabajo o por amistad?
¿He practicado, aconsejado o facilitado el aborto?
¿Me he puesto voluntariamente en ocasión de ofender a Dios gravemente? ¿He
sido causa de que otros pecasen por mi conversación, por mi modo de vestir, por mi
conducta desordenada, por mi consejo, etc.? ¿He tratado de reparar el escándalo?
¿Me dejo llevar por la pereza en el cumplimiento de mis deberes, particularmente en
el trabajo? ¿Retraso o impido con mi conducta el trabajo de los demás?
¿Me embriagado o he comido con exceso? ¿He tomado droga? ¿He puesto en
peligro mi vida y la vida de los demás conduciendo imprudentemente, bien por
exceso de velocidad o no conocerlo en las debidas condiciones?
¿He utilizado la sexualidad en contra de los planes de Dios, ya sea conmigo o con
otras personas? ¿Aprendo a dominarme y a controlar mis pasiones, o me dejo
dominar por ellas? ¿He caído en pecados gravemente contrarios a la castidad
(masturbación, fornicación, relaciones prematrimoniales, actividades pornográficas,
prácticas homosexuales)? ¿Había circunstancias –de parentesco, matrimonio,
sexo– que agravasen esas acciones?
¿He utilizado a los demás buscando el placer sexual de modo egoísta, ya sea con la
mirada, el pensamiento o las conversaciones? ¿He buscado ese placer con las
lecturas, las películas, la televisión, la radio, internet, o con mi asistencia a
espectáculos poco recomendables?
¿He tomado dinero o cosas que no son mías? ¿He restituido o reparado? ¿He
engañado a otros cobrando más de lo debido? ¿He malgastado el dinero haciendo
gastos excesivos o innecesarios? ¿Doy limosna generosamente de acuerdo con mis
posibilidades? ¿He rechazado ayudar a los demás en sus necesidades, pudiendo
hacerlo?
¿He dicho mentiras? ¿He reparado el daño que haya podido seguirse de ellas?
¿Me dejo dominar por la envidia deseando inmoderadamente lo que otros son o
poseen?
¿He prestado mi apoyo a programas de acción social y política inmorales y
anticristianos? ¿Renuncio por cobardía a defender a Cristo y a la Iglesia cuando son
atacados en mi presencia?
¿Hago el propósito de plantearme más en serio mi vida cristiana, la formación de mi
conciencia y mis relaciones con Dios?

La Contrición.
La Contrición es un dolor espiritual y un aborrecimiento del pecado cometido con el
propósito de no pecar más.
Acto de Contrición
¡Señor mío Jesucristo!, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos
quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón
haberos ofendido, y también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca mas pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me sea impuesta. Amén.

Oraciones del viajero

Cristo, Tú que eres


Camino, Verdad y Vida
Tráenos con bien
De ida y de venida.
Así sea.

Jesús del buen camino,


Llévame con bien
a mi destino.
Amén.

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Devocionario como fundamento de
una ética personal, no para ser
perfecto.
Es:

La fe que rezamos (oración)


La fe que vivimos (moral)
La fe que celebramos (liturgia)
La fe que profesamos (credo)

“hacer del puro amor de Dios la fuente única de la moralidad religiosa: amor
de Dios independiente de todo temor y de todo interés, de toda esperanza
de salvación y de toda preocupación de condena” PEDRO ABELARDO.

2013 “Año de la Fe”

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