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ORACIONES.
(Rezo diario)
1
PADRE NUESTRO.
Amén.
AVE MARÍA.
Santa María,
Madre de Dios
ruega Señora, por nosotros
los pecadores
ahora y en la hora
de nuestra muerte.
Amén.
(10 veces)
A SANTA EDUWIGIS.
2
Fiado pues, en lo muy agradables que le son a Dios
tus ruegos,
por la práctica de la caridad y demás virtudes
con que adornó tu bendita alma;
recurro a ti, Santa mía, y te dejo por mi abogada
para que, incluyéndome entre tus pobres, oigas
benigna mis súplicas, y las presentes a aquel Señor,
de quien oíste estas consoladoras palabras:
HE OIDO TU ORACIÓN, ALCANZARAS LO QUE ME
PIDES.
Amén.
JUSTO JUEZ
LEGÍTIMA Y VERDADERA ORACIÓN.
Sacada de su verdadero original que se encuentra en el Monte Líbano.
3
VARIAS veces se han hecho impresiones con el nombre de oraciones del Justo Juez y estas
oraciones, impresas hasta en verso, no son sino un conjunto de disparates sin sentido y una
falsificación sacrílega de la oración verdadera, por lo cual no es extraño que no produzca sus
maravillosos resultados.
La presente impresión, aprobada y reconocida hasta por los patriarcas armenios de Jerusalén, es
una copia exacta, sacada de su original, que grabado en una plancha de oro, existe en el convento
de religiosos armenios de Santa María Egipciaca, al pie del Monte Líbano en donde el Rey
Salomón tomó los cedros para edificar a Dios el primer templo de Jerusalén.
Dicha plancha de oro fue encontrada en el Monte Calvario, enterrada junto al peñasco en que se
fijó la Cruz a Nuestro Señor Jesucristo y la descubrió el príncipe Godofredo de Bouillón, en la
Guerra que emprendió contra los Mahometanos para rescatar los Santos Lugares de Jerusalén;
con esta oración el citado Príncipe se hizo invisible en varios encuentros que tuvo con los turcos y
lo mismo su cristiano ejército.
Baste decir que a esto se debió, el completo triunfo de las armas Cristianas que hacían gran
mortandad en los infieles sin que estos vieran ni por donde eran atacados por lo que, trescientos
soldados cristianos vencieron a un millón y medio de impíos Mahometanos y recobraron los Santos
Lugares, siendo de notarse que no pereció ni uno solo de los que rezaban con devoción y fe esta
oración.
4
Ni los caballos me alcancen, ni los espías me miren, ni
me encuentren,
Tu sangre me bañe, tu manto me cubra,
tu mano me bendiga, tu poder me oculte,
tu Cruz me defienda y sea mi escudo en la vida
y en la hora de mi muerte.
Amén.
LA MAGNIFICA
Amén.
INVOCACIÓN
Santo Dios,
Santo Fuerte,
Santo Dios Inmortal,
líbranos Señor de todo mal.
5
verdadero Hombre,
bendito sea Dios en el Santísimo
Sacramento del Altar, por los siglos de los
siglos,
Amén.
CREDO DE NICEA
6
Espero la resurrección de los muertos y la
vida del mundo futuro.
Amén.
Así sea.
Amén.
SALVE
Dios te salve, Reina y Madre, madre de
misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve, Reina y madre, A Ti llamamos los
desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo
y llorando, en este valle de lágrimas. ¡Ea!, pues,
Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos
tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu
vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre
Virgen María!,
Amén.
7
ni de sus enemigos vencidos.
Así sea.
SALMO XXIII
Amén.
8
Oración a la Divina Providencia
9
Oración del amanecer
Amén.
10
donde pueda amarte y verte.
Dios santo, poderoso, inmenso, desde el trono de vuestra majestad, dirigid una mirada
compasiva a este gusano de la tierra, que postrado y lloroso, demanda vuestra clemencia.
11
Santo, Santo, Santo, señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de
vuestra gloria, y en medio de tanta grandeza, ¿escuchareis mis gemidos?, Si, porque sois
mi Dios, Si, porque al llamaros Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, pongo en vos
mi fe, confieso mi redención y espero el cumplimiento de vuestra palabra. (Se hace la
petición).
¡Con cuanta ternura Señor, repito Santo, Santo, Santo! Señor: mi corazón se dilata y
siente un regocijo extraordinario, mi fe de tal manera se aumenta que estoy seguro, cierto,
de que seré feliz.
Hoy he dicho: Santo, Santo, Santo, pues la peste no emponzoñará mi pobre aliento, la
desnudez, la miseria, el hambre, no llegarán a mis puertas, el rayo no caerá sobre mi
cabeza, el huracán, el temblor, la centella y el incendio me respetarán; y mis enemigos
temblarán a mi presencia pues verán en mi frente al auxilio divino, mis labios y mi lengua
que os han alabado, estarán tranquilos y en mi corazón descansará la paz, la resignación
y la conformidad en un todo con vuestra suprema voluntad.
En mis enfermedades repetiré mil veces; Santo, Santo, Santo y este dulce nombre será
mi escudo.
Dios mío, tened piedad de mí, sed mi amparo y concededme que no se separe de mis
labios vuestra alabanza, y que si hoy fuere llamado a juicio, tenga en mi favor haber
repetido constantemente, Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, llenos están
los cielos y la tierra de vuestra gloria.
Amén.
MARTES
EL ESPIRITU SANTO
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de
vuestro amado Jesús.
12
Ven, Dios Espíritu Santo
Y envíanos desde el cielo
Tu luz, para iluminarnos.
Así sea.
13
Lléname, sobre todo, de tu amor divino; que sea el móvil de toda mi vida espiritual; que, lleno de
unción, sepa enseñar y hacer entender, al menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la
bondad de tus preceptos y la dulzura de tu amor. Amén.
II
Ven Espíritu Santo, inflama mi corazón y enciéndelo en el fuego de tu Amor. Dígnate escuchar mis
súplicas, y envía sobre mí tus dones, como los enviaste sobre los Apóstoles el día de Pentecostés.
Espíritu de Verdad, te ruego me llenes del don del Entendimiento, para penetrar las verdades
reveladas, y así aumentar mí fe; distinguiendo con su luz lo que es del buen, o del mal espíritu.
Espíritu Sempiterno, te ruego me llenes del don de la Ciencia, para seguir con la Iglesia sin la
estima de las cosas terrenas, y así aumentar mi esperanza; viviendo para los valores eternos.
Espíritu de Amor, te ruego me llenes del don de la Sabiduría, para que saboreé, cada día más,
con qué infinito Amor soy amado, y así aumente mi caridad a Dios y al prójimo; actuando siempre
movido por ella.
Espíritu Santificador, te ruego me llenes del don del Consejo, para obrar de continuo con
prudencia; eligiendo las palabras y acciones más adecuadas a la santificación mía y de los demás.
Espíritu de Bondad, te ruego me llenes del don de Piedad, para practicar con todos la justicia;
dando a cada uno lo suyo: a Dios con gratitud y obediencia, a los hombres con generosidad y
amabilidad.
Espíritu Omnipotente, te ruego me llenes del don de Fortaleza, para perseverar con constancia y
confianza en el camino de la perfección cristiana; resistiendo con paciencia las adversidades.
Espíritu de Majestad, te ruego me llenes del don del Temor de Dios, para no dejarme llevar de
las tentaciones de los sentidos, y proceder con templanza en el uso de las criaturas.
Divino Espíritu, por los méritos de Jesucristo y la intercesión de tu Esposa, María Santísima, te
suplico que vengas a mi corazón y me comuniques la plenitud de tus dones, para que, iluminado y
confortado por ellos, viva según tu voluntad, muera entregado a tu Amor y así merezca cantar
eternamente tus infinitas misericordias. Amén.
III
Rey celeste, Espíritu Consolador, Espíritu de Verdad, que estás presente en todas partes y lo
llenas todo; tesoro de todo bien y fuente de la vida, ven, habita en nosotros, purifícanos y sálvanos,
Tú que eres bueno.
Amén.
“Oh Dios, que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia, extendida por todas las
naciones, derrama los dones de tu Espíritu sobre todos los confines de la tierra y no dejes de
realizar hoy, en el corazón de tus fieles, aquellas mismas maravillas que obraste en los
comienzos de la predicación evangélica”.
Así sea.
MIÉRCOLES
SAN JOSÉ
14
Gloria de San José en el Cielo. Recompensa de las almas interiores.
Oh bienaventurado Padre, no es esta la vida que os ruego que me concedáis, sino la muerte
interior; esa muerte que es una vida divina transformada en Cristo, prenda de la vida
celestial. Es cierto que es una muerte, pero una muerte fácil y endulzada por la unción de la
Gracia, y muy distinta de la muerte natural.
En ella nos vemos morir y resucitar al mismo tiempo; en una palabra, es una muerte que
quita a la otra muerte cuanto tiene de horrible y amarga. Cuando esta atadura se suelta con
violencia, ocasiona dolores terribles; pero si se hace tranquila y dulcemente, entonces la
muerte es una liberación y la consumación de un holocausto. Oh, bienaventurado José,
muera yo desde este momento a todo lo que no es Dios, para no vivir sino para Jesús, a fin
de que mi muerte sea semejante a la vuestra. Así sea.
Poderoso patrono del linaje humano, amparo de pecadores, seguro refugio de las almas,
eficaz auxilio de los afligidos, agradable consuelo de los desamparados, glorioso San José,
el último instante de mi vida ha de llegar sin remedio; mi alma quizás agonizará
terriblemente acongojada con la representación de mi mala vida y de mis muchas culpas; el
paso a la eternidad será sumamente duro; el demonio, mi enemigo, intentará combatirme
terriblemente con todo el poder del infierno, a fin de que pierda a Dios eternamente; mis
fuerzas en lo natural han de ser nulas: ya no tendré en lo humano quien me ayude…
Desde ahora, para entonces, te invoco, Padre mío; a tu patrocinio me acojo; asísteme en
aquel trance para que no falte en la fe, la esperanza y en la caridad.
Por estos favores y por los que en vida te hicieron, te pido ahuyentes a estos enemigos,
para que yo acabe la vida en paz, amando a Jesús, a María y a ti, San José. Así sea.
Padre Nuestro.
15
Protector nuestro! en el combate que al presente libramos con el poder de las
tinieblas, y del mismo modo que en otra ocasión librasteis del peligro de la muerte
al Niño Jesús, defended ahora a la Santa Iglesia de Dios de las acechanzas del
enemigo y de toda adversidad. Amparad a cada uno de nosotros, con vuestro
perpetuo patrocinio, a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos y sostenidos con
vuestros auxilios, podamos vivir santamente, morir piadosamente, y obtener la
felicidad eterna del cielo.
Así sea.
JUEVES
LA SAGRADA EUCARISTÍA
16
Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y
continúa como comunión y donación de todo lo que eres. Aumenta nuestra FE.
Por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos comunicas, queremos llegar al
Padre para decirle nuestro SÍ unido al tuyo. Contigo ya podemos decir: Padre
nuestro.
Siguiéndote a ti, "camino, verdad y vida", queremos penetrar en el aparente
"silencio" y "ausencia" de Dios, rasgando la nube del Tabor para escuchar la voz
del Padre que nos dice:
"Este es mi Hijo amado, en quien tengo mi complacencia: Escuchadlo" (Mt. 17,5).
Con esta FE, hecha de escucha contemplativa, sabremos iluminar nuestras
situaciones personales, así como los diversos sectores de la vida familiar y social.
Tú eres nuestra ESPERANZA, nuestra paz, nuestro mediador, hermano y amigo.
Nuestro corazón se llena de gozo y de esperanza al saber que vives "siempre
intercediendo por nosotros" (Heb. 7,25).
Nuestra esperanza se traduce en confianza, gozo de Pascua y camino apresurado
contigo hacia el Padre. Queremos sentir como tú y valorar las cosas como las
valoras tú. Porque tú eres el centro, el principio y el fin de todo.
Apoyados en esta ESPERANZA, queremos infundir en el mundo esta escala de
valores evangélicos por la que Dios y sus dones salvíficos ocupan el primer lugar
en el corazón y en las actitudes de la vida concreta.
Queremos AMAR COMO TÚ, que das la vida y te comunicas con todo lo que eres.
Quisiéramos decir como San Pablo: "Mi vida es Cristo" (Flp. 1,21).
Nuestra vida no tiene sentido sin ti.
Queremos aprender a "estar con quien sabemos nos ama", porque "con tan buen
amigo presente todo se puede sufrir". En ti aprenderemos a unirnos a la voluntad
del Padre, porque en la oración "el amor es el que habla" (Sta. Teresa).
Entrando en tu intimidad, queremos adoptar determinaciones y actitudes básicas,
decisiones duraderas, opciones fundamentales según nuestra propia vocación
cristiana.
CREYENDO, ESPERANDO Y AMANDO, TE ADORAMOS con una actitud sencilla
de presencia, silencio y espera, que quiere ser también reparación, como
respuesta a tus palabras: "Quedaos aquí y velad conmigo" (Mt. 26,38).
Tú superas la pobreza de nuestros pensamientos, sentimientos y palabras; por
eso queremos aprender a adorar admirando el misterio, amándolo tal como es, y
callando con un silencio de amigo y con una presencia de donación.
El Espíritu Santo que has infundido en nuestros corazones nos ayuda a decir esos
"gemidos inenarrables" (Rom. 8,26) que se traducen en actitud agradecida y
sencilla, y en el gesto filial de quien ya se contenta con solo tu presencia, tu amor
y tu palabra.
En nuestras noches físicas y morales, si tú estás presente, y nos amas, y nos
hablas, ya nos basta, aunque muchas veces no sentiremos la consolación.
Aprendiendo este más allá de la ADORACIÓN, estaremos en tu intimidad o
"misterio".
Entonces nuestra oración se convertirá en respeto hacia el "misterio" de cada
hermano y de cada acontecimiento para insertarnos en nuestro ambiente familiar y
social y construir la historia con este silencio activo y fecundo que nace de la
contemplación.
Gracias a ti, nuestra capacidad de silencio y de adoración se convertirá en
capacidad de AMAR y de SERVIR.
Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar
en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más
perfecta Madre.
Ayúdanos a ser tu Iglesia misionera, que sabe meditar adorando y amando tu
Palabra, para transformarla en vida y comunicarla a todos los hermanos.
Amén.
Juan Pablo II
Oh saludable Hostia
17
Que abres la puerta del cielo:
en los ataques del enemigo danos fuerza,
concédenos tu auxilio.
Al Señor Uno y Trino
se atribuye eterna gloria:
y El, vida sin término,
nos otorgue en la Patria.
Amén.
“Creo con el corazón y confieso con la boca, que el pan y vino que se ponen en el
altar por misterio de la sagrada oración y las palabras de nuestro Redentor,
substancialmente se convierten en verdadera, propia y vivificante carne y sangre
de Jesucristo Señor nuestro, y después de la consagración está el verdadero
Cuerpo de Cristo, que nació de la Virgen, y por la salud del mundo estuvo clavado
en la cruz, y que está sentado a la diestra del Padre, y la verdadera sangre de
Cristo la cual salió de su costado, no tan solo por la señal y virtud del Sacramento,
sino en la propiedad de la naturaleza y en la verdad de la substancia, así como se
contiene en esta escritura que yo he leído y vosotros habéis entendido. Así lo
creo, ni enseñaré en adelante contra esta fe. Así me ayude Dios, y estos sus
santos Evangelios."
18
La Palabra de Dios
Tomo luego una copa y, dadas las gracias, se las dio diciendo:
"bebed todos de ella, porque ésta es mi sangre, sangre de la Alianza, Nueva y
Eterna,
que será derramada por muchos para el perdón de los pecados".
Mt 26, 26-28
Amén.
VIERNES
EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y LA PASIÓN DE CRISTO
19
Oración de la consagración de las familias de todo el mundo al Sagrado Corazón de
Jesús (realizada el 3 de Junio de 2007 en Barcelona (España) por el Cardenal De
Giorgi)
Amén.
Oración del día: ¡Oh Corazón amantísimo de Jesús!, coronado por la Santa Cruz, árbol
frondoso que se nutre con tu Sangre Preciosísima!; en unión de todos los Santos y almas
fervorosas que en todos los tiempos y lugares te han amado, te adoro, te amo con todo mi
corazón; y para darte una prueba más patente de mi afecto, renuevo y te ofrezco las promesas
que hice en el santo Bautismo, prefiriendo tu gracia y tu amor a todas las riquezas de la tierra.
Dame, en cambio, Señor, los verdaderos tesoros y riquezas celestiales, que son las virtudes de
tu divino Corazón que, como flores olorosas brotan al pie de tu Cruz, rociadas y regadas con tu
preciosa Sangre. Amén.
20
SONETO A CRISTO CRUCIFICADO
ADORACIÓN DE LA CRUZ
¡Amoroso y Divino Jesús crucificado, que lleno de amor a los hombres te ofreciste ante
el Eterno Padre por víctima expiatoria de los crímenes del mundo! Ya que me
concediste la gracia de inspirarme que me ofrezca contigo en holocausto, como víctima
que une sus dolores a los tuyos en desagravio de tantas culpas..., yo, criatura indigna
y miserable, postrada delante de tu Cruz y con la ayuda de tu gracia, confirmo y
ratifico mi promesa de querer padecer con los mismos fines que Tú en ella padeciste...
Recibe todo mi ser en holocausto y haz de mi lo que quieras. Sobre los brazos de tu
Cruz abro los míos para perdonar y abrazar a todos mis enemigos, cuyo bien y
salvación deseo y prometo solemnemente procurar cuanto sea de mi parte, así como el
alivio de sus penas e infortunios.
Dulcísimo Jesús, Hijo de Dios vivo, Dios y Hombre verdadero, Redentor de mi alma:
por el amor con que sufriste ser vendido de Judas, preso y atado por mi salvación:
¡Ten misericordia de mí!
Benignísimo Jesús mío: por el amor con que padeciste por mi alma tantos desprecios,
irrisiones, negaciones y tormentos en la casa de Caifás: ¡Ten misericordia de mí!
Pacientísimo Jesús mío: por el amor con que por mi padeciste tantos falsos
testimonios, afrentas injurias y acusaciones falsas en la casa de Pilatos: ¡Ten
misericordia de mí!
Piadosísimo Jesús de mi alma: por todo lo que por mí padeciste en tu adorable Pasión,
desde la casa de Pilatos hasta el monte Calvario, donde toleraste por mi amor el ser
crucificado para que yo me salvase: ¡Ten misericordia de mí, ten misericordia de mí,
ten misericordia de mí! Amén.
21
ORACIÓN AL SILENCIO
DE CRISTO EN SU PASIÓN
Hay, Señor, en tu adorable Pasión, una palabra que sin vibrar en mis oídos, llega a lo
más profundo de mis entrañas, que me conmueve, admira y enternece y habla como
ninguna... No es la palabra de los discípulos que te niegan, ni la de los jueces que te
escarnecen, ni la de los sayones que te insultan, ni la de la plebe que te blasfema, ni
siquiera la de las piadosas mujeres que te compadecen...
¿Cuándo, Jesús mío, aprenderé a callar, a hablar poco con los hombres y a hablar
mucho contigo?
Así sea.
22
Indigno soy, es cierto, de acercarme
ante tu trono porque te he ofendido,
pero vengo contrito, arrepentido,
a implorar de mis culpas el perdón.
23
no me concedes lo que anhelo tanto
ten compasión de mí, mira mii llanto,
vuelve tu rostro, ten de mi piedad.
SABADO
LA VIRGEN MARÍA
AVE MARÍA.
Santa María
Madre de Dios
ruega Señora, por nosotros
los pecadores
ahora y en la hora
de nuestra muerte.
Amén.
(10 veces)
GLORIA.
24
María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la Formatted: Centered
muertedefiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos, oh¡ gran Señoraahora
y en la hora de nuestra muerte.. AménAsí sea.
SALVE
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de
alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
LA MAGNIFICA
25
Así como lo había prometido
a nuestro padre Abraham
y a toda su descendencia
por los Siglos de los Siglos.
Amén.
Vela por los pobres sin sustento, Y el pan que se les quita retribúyeselos.
Acompáñanos en toda nuestra vida. Y líbranos de todo tipo de pecado, (HACER
PETICION).
Doy gracias a Dios y a la Virgen de Juquila por los favores recibidos. Amén.
Dios te salve Virgen Santísima del Rayo a quien amamos después de Dios, con
toda la ternura de nuestro corazón, enternecidos admiramos la extraordinaria y
prodigiosa hermosura de esta tu sagrada imagen, que atrae irresistiblemente hacia
ti los corazones.
26
innumerables beneficios a todos los mortales, por eso llenos de confianza,
venimos a postrarnos a tus plantas para pedirte el consuelo en todas nuestras
necesidades. (Particularmente, se hace la petición).
Al mismo tiempo te suplico Virgen Santísima del Rayo, que todos los que tienen la
desgracia de no reconocerte, desde ahora te confíen en Hija de Dios Padre,
Madre de Dios Hijo y Esposa del Espíritu Santo.
Virgen Santísima del Rayo, concédeme, Una limosna sin pedirla, un trabajo sin
buscarlo, y una buena amistad.
Adorada Reyna y dulce Madre mía: Aquí me tienes postrado a tus pies
contemplando tu tristeza y soledad.
Murió a mis manos tu querido Jesús cuando pequé, dolorosa Madre mía, aquí está
el instrumento del sangriento disidio que es mi voluntad perversa; Yo he redoblado
sus martirios, multiplicado sus llagas, derramado su sangre y herido su corazón.
Cuanto me pesa ya Señora mía, sobre todo, el levantar mis miradas hacia esa
imagen hermosísima que también retrata su amarga soledad.
27
Remedia mi gran necesidad, la del peligro en que se halla mi alma de perderse
para siempre, a fin de que, así como ahora te hago compañía en tu soledad, vaya
a hacértela después en el cielo.
Amén.
Oración a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
iOH Madre del Perpetuo Socorro! Tú conoces todos los dolores de mi vida y sobre
todo la horrible pena que hoy me trae a Tus Plantas maternales.
Sólo me quedas Tú, Madre mía del Perpetuo Socorro. Por eso a Ti acudo lleno de
confianza y amor. ¡Eres la Madre de Dios! eres mi Madre! Jesús aprieta Tus
Manos para depositar en Ellas Su Misericordia y Su Amor. El primer milagro que
obró en Su vida mortal lo obró movido por Tus súplicas. ¿No puedes hacer ahora
otra súplica como aquélla en favor mío?
Madre mía del Perpetuo Socorro vengo a pedirte un milagro, y que este milagro
sea para gloria de Dios, alabanza Tuya y santificación de mi alma. (Se hace la
petición). A Tus Plantas. ¿Quedará Tu Maternal Corazón insensible a mis
ardientes y humildes súplicas? Porque eres buena, porque eres fiel, porque eres
según el plan Divino, Dueña de todos los tesoros de Dios, por eso confío en Ti.
Sin embargo, que ahora y siempre se haga la voluntad de Dios, así en la tierra
como en el Cielo. Tú, Madre mía, hallarás en Tu Maternal Corazón recursos
poderosos para que descienda el bálsamo del consuelo ahí donde siga el dolor
purificando mi vida.
ORACIÓN
A LA VIRGEN DE GUADALUPE
28
¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que
desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan
tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala
ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad
a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.
Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos,
para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y
de humilde servicio a Dios y a las almas.
Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de
santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga abundantes vocaciones de
sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios
de Dios.
Así sea.
29
¡Oh, Virgen Singular, Madre Dulcísima del Amor Hermoso, del honor, del conocimiento y
de la Santa Esperanza!
Vos fuisteis escogida en los Consejos del Eterno y favorecida por el decreto más piadoso
para la humanidad desgraciada en cuya virtud fuisteis predestinada ante toda criatura
para concebir en vuestro seno al libertador generoso de la miserable descendencia de
Adán.
Vos fuisteis anunciada en el Paraíso al pie del Árbol del Bien y del Mal, para quebrantar la
cabeza de la infernal serpiente.
Vos sois, Oh Clementísima Virgen María, a quien en vuestra Santa imagen bajo el titulo
consolador de “Los Remedios”, veneramos e invocamos por Patrona y especial Protectora
nuestra. Haced pues que por vuestra poderosa intención consigamos que sean cumplidas
nuestras esperanzas, (se hace la petición), que procuramos sean conformes a la
voluntad de Dios, para gloria suya, honra vuestra y bien nuestro.
AMÉN.
(Ahora se rezan 3 Ave Marías en honor de la virginal pureza de la Santísima Virgen)
Dulce Madre,
no te alejes.
tu vista de mí no apartes;
ven conmigo a todas partes,
y solo nunca me dejes.
ya que tú me quieres tanto,
como verdadera Madre,
haz que me bendiga el Padre,
con el Hijo y el Espíritu Santo.
Amén.
DOMINGO
El día del Señor
30
que en los cielos estás, haz a los hombres
iguales: que ninguno se avergüence
de los demás; que todos al que gime
den consuelo; que todos, al que sufre
del hambre o la tortura, le regalen
en rica mesa de manteles blancos
con blanco pan y generoso vino;
que no luchen jamás; que nunca emerjan,
entre las áureas mieses de la historia,
sangrientas amapolas, las batallas.
...
Luz, Señor, que ilumine las campiñas
y las ciudades; que a los hombres todos,
en sus destellos mágicos, envuelva
luz inmortal; Señor, luz de los cielos,
fuente de amor y causa de la vida.
PADRE NUESTRO
PADRE NUESTRO.
Amén.
31
de Tu amor, que continuamente tenga en el corazón el beneficio de la pasión,
que reconozca mi miseria, que desee ser pisado y despreciado de todos; que
sólo la culpa me entristezca. Amén.
__________
GLORIA A DIOS
Amén.
32
Donde haya odio, ponga yo Amor; donde encuentre ofensa, siembre Perdón;
donde se presente la discordia, promueva la Unión; donde exista el error,
transmita Bondad; donde descubra duda, proporcione Fe; donde tope con el
desaliento, finque Esperanza, donde reinen las tinieblas, entronice la Luz; donde
viva la tristeza, cultive la Alegría.
Oh! Maestro, que ya no busque tanto ser consolado como consolar, ser amado
sino yo amar.
Amén.
Amén.
Amen.
33
Oración al Señor al terminar el año.
Gracias por las noches tranquilas y por las inquietas horas obscuras!
Gracias Señor, por la sonrisa amable y la mano amiga, por el amor y todo lo
hermoso y dulce!
Por las flores y las estrellas y la existencia de los niños y de las almas buenas!
Gracias por tu soledad, por el trabajo, por las dificultades y las lágrimas, por todo
lo que me acercó a Ti más íntimamente!
¡Lo que Tú quieras Señor! Pero te pido fe para mirarte en todo. Esperanza para no
desfallecer.
Que pueda yo amarte cada vez más, y hacerte amar de los que me rodean!
Que siempre tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activas,
el pie dispuesto!
Preserva mi fe en ti Señor.
34
Así sea.
35
PREPARACIÓN PARA LA CONFESIÓN.
ACTO DE CONTRICCIÓN
Amén.
YO PECADOR
(CONFITEOR)
__________
36
MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS.
37
El tercer mandamiento (comulgar por Pascua de Resurrección) garantiza un
mínimo en la recepción del Cuerpo y la Sangre del Señor en relación con el tiempo
de Pascua, origen y centro de la liturgia cristiana.
Espirituales:
Corporales:
“Yo, el Señor, soy tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de la servidumbre. No
habrá para ti otros dioses delante de mí.
38
No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, Ni de lo que hay abajo
en la tierra. No te postraras ante ellas ni les darás culto” (Ex 20, 2-5; Dt 5, 6-9).
"¡Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el
mayor y el primer mandamiento!" (Mt 22, 38-39).
“Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, solo a Él darás culto” (Mt 4, 10).
» ¿Creo en Dios? ¿Doy testimonio de Él? ¿Tengo en El una fe y una confianza firme y completa?
» ¿Dudo o rechazo como verdadero lo que Dios ha revelado en las Escrituras (La Sagrada Biblia)?
» ¿Me he desesperado, llegando a dudar de la bondad de Dios, de su justicia, de sus promesas y
de su misericordia?
» ¿He presumido de que Dios me salvará de todas maneras, aún sin conversión y sin mérito?
» ¿He sido indiferente, despreciando la acción y la fuerza de Dios en mi vida?
» ¿He respondido al amor de Dios con tibieza?
» ¿He cultivado un enfermizo orgullo propio, que me ha llevado a odiar a Dios?
» ¿Le he dedicado suficiente tiempo a Dios en la oración personal y comunitaria?
» ¿He hecho las cosas que requieren sacrificio, - con verdadero amor - y ofreciéndoselas al Señor?
» ¿He cumplido en todo o en parte, alguna promesa hecha a Dios o a su iglesia?
» ¿He sido supersticioso, o sea que le he atribuido una importancia de algún modo mágico, a
ciertas prácticas legítimas o necesarias?
» ¿He creído y/o consultado y/o usado: supersticiones, hechicerías, brujería, magia, (incluso la
blanca), adivinos, quiromancia, “médium”, agüeros, horóscopos, cartas de naipe, “tazas de
chocolate” y cosas parecidas; al igual que riegos, sahumerios, talismanes, “pencas de sábila”,
filtros, maleficios, sortilegios, cábala, tarot, “carta astral”, alquimia, tabla ouija, santería, amuletos,
vudú, gurúes, shamanismo, numerología, espiritismo, “yo soy”, necromancia, cuarzos, piedras,
mantras, etc., y todo tipo de “objetos con poder” (Dt 18, 10-12; Jr 29, 8).
» ¿He honrado y/o reverenciado y/o adorado a una criatura (cualquiera que sea) en lugar de Dios?.
Como por ejemplo al dinero, al poder (o a los poderosos) al placer, o a las cosas materiales (como
automóviles y pertenencias que se colocan por encima de todo, incluso de Dios).
» He puesto fe, o he practicado, o me he dejado llevar por grupos, sectas o movimientos no
Cristianos o que mezclan la verdad de Jesucristo con otras ideologías que contienen verdades,
pero algunas mentiras muy disfrazadas por el demonio? Por ejemplo: El poder mental, la
reencarnación, la falsa metafísica, el método Silva, el ocultismo, el espiritismo, la astrología, el
tarot, la meditación trascendental, el yoga, el gnosticismo, el i-chin, “los viajes astrales”, los gurús,
el inside, el avance, la dianética, la medicina holística, la parapsicología, la sofrología; la
radiastesia, la homeopatía, la acupuntura y la acuprensión cuando van acompañadas de prácticas
esotéricas. También la hipnosis y autohipnosis, las regresiones, la lectura del áurea, la terapia de
olores y esencias florales, el esoterismo, la teosofía, la masonería, el rosacrucismo, el budismo, el
hare krishna, la “canalización de espíritus o cháneling”, el tao, el feng sui y todo lo relacionado con
el “new age” o la “nueva era”. Igualmente son movimientos o sectas no cristianas los mormones y
los testigos de Jehová que no creen en Jesucristo como hijo de Dios (2Tim 4, 3-4; 1Tim 4, 1).
» ¿He tentado a Dios, o sea que lo he puesto a prueba, dudando de su palabra, o de su obra, o de
su bondad, o de su omnipotencia, o de su amor o poder?
» ¿He cometido sacrilegio? O sea que ¿he profanado o tratado indignamente los sacramentos y
las otras acciones litúrgicas, así como las personas (sacerdotes y religiosos) las cosas y los
lugares consagrados a Dios?
» ¿He tratado sacrílegamente la Eucaristía?
» ¿He comprado o vendido artículos religiosos bendecidos?
» ¿He sido ateo, o materialista práctico (agnóstico), he rechazado o negado la existencia de Dios?
» ¿He orado muy poco o casi nada, olvidándome de ofrecerle al Todopoderoso mi trabajo amoroso
y de darle gracias en oración al levantarme, al acostarme, y al recibir los alimentos?
» ¿Me he acercado indignamente a recibir algún sacramento?
“No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios” (Ex 20, 7; Dt 5, 11; Lv 19, 12).
“Se dijo a los antepasados: no perjurarás... pues yo digo que no juréis en modo alguno” (Mt 5, 33-
34).
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No harás ningun trabajo” (Ex 20, 8-10; Dt 5, 12-15).
“El Sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado.
De suerte que el Hijo del Hombre también es Señor del sábado” (Mc 2, 27-28)
“Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor tu
Dios, te va ha dar” (Ex 20, 12).
“Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es justo”
“Honra a tu padre y a tu madre”, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa:
“para que seas feliz, y se prolongue la vida sobre la tierra” (Ef 6, 1-3; Dt 5, 16).
» ¿He irrespetado a mis padres? ¿He tenido sinceras actitudes de gratitud y amor por ellos?
» ¿He desobedecido a mis padres o superiores en cosas importantes?
» ¿He tenido un desordenado afán de independencia, que me lleva a recibir mal las indicaciones
de mis padres, simplemente porque me lo mandan? ¿Me doy cuenta que esta reacción esta
causada por la soberbia?
» ¿Los he amenazado o maltratado de palabra o de obras, o les he deseado algún mal grave o
leve?
» ¿He dejado de ayudarle a mis padres en sus necesidades espirituales o materiales, pudiéndolo
hacer, esforzándome?
» ¿Me enfado y peleo con mis hermanos y compañeros? ¿He dejado de hablarme con ellos, y no
pongo los medios necesarios para la reconciliación?
» ¿He dado mal ejemplo a mis hermanos o compañeros; y he sido egoísta o envidioso, queriendo
siempre sobresalir, tener razón, etc.
» ¿Me dejo llevar por el mal genio y me enfado con frecuencia sin motivo justificado?
» ¿Me he sentido responsable ante mis padres del esfuerzo que hacen para que yo me forme,
estudiando con intensidad, y cumpliendo con todo en el plantel educativo?
» ¿Respeto toda autoridad a la que estoy sometido, y miro a estos superiores como representantes
de Dios que los ha instituido ministros de sus dones? (Rm 13, 1-2).
» ¿He degradado el amor conyugal a una simple e irresponsable procreación de hijos, sin
importarme ni hacer algo por la educación moral y la formación espiritual de dichos seres
fecundados?
» ¿He dado mal ejemplo a mis hijos, no cumpliendo con mis deberes religiosos, familiares, o
profesionales?
» ¿He corregido a mis hijos siempre con firmeza, con justicia y con amor, por su bien?
» He cumplido la responsabilidad de evangelizar a mis hijos desde la primera edad, enseñándoles
los misterios de la fe, mediante el testimonio de vida cristiana de acuerdo con el Evangelio?
» ¿He prevenido e instruido a mis hijos sobre las malas compañías, enseñándoles los peligros?
» ¿Los he forzado a recibir algún sacramento, sin la debida preparación?
» ¿He impedido que mis hijos sigan la profesión o vocación que Dios les indica y desea para ellos;
les he puesto obstáculos o los he aconsejado mal a propósito?
» ¿Permito que estudien o trabajen, en lugares donde corre peligro su alma o su cuerpo?
» ¿He tolerado escándalos o peligros morales o físicos entre las personas que viven en mi casa?
» ¿Procuro hacerme amigo de mis hijos? ¿Les doy a conocer cómo es el origen de la v ida,
acomodándome a su mentalidad y capacidad de comprensión?
» ¿En la familia, me enojo con facilidad, y me falta la amabilidad que expreso con extraños?
» ¿He reñido con mi cónyuge? ¿Ha habido malos tratos de palabra o de obra?
» ¿He abandonado parcial o totalmente a mi cónyuge y/o a mis hijos o padres?
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» ¿He dejado de ayudar en las necesidades espirituales o materiales a las personas que me
rodean; pudiendo hacerlo –aun- con esfuerzo?
» ¿He procurado ganar lo suficiente, y no malgastarlo, para poder mantener dignamente a mi
familia?
» ¿He elegido un establecimiento educativo, donde BIEN se nos ayuda, en la tarea de educar
cristianamente a nuestros(s) hijo(s)?
» ¿En el trabajo o en otra actividad, he ordenado o establecido cosas contrarias a la dignidad de
las personas y a la ley natural?
QUINTO. NO MATAR.
» La vida humana es sagrada. ¿He matado? ¿Me he atribuido el derecho de matar de modo
directo y voluntario a un ser humano; sea el que sea?
» ¿Le he hecho a alguna persona, algo, con intención de provocar indirectamente su muerte?
» ¿Le he negado la asistencia a cualquier persona en estado de peligro?
» ¿He llegado a herir a alguien? ¿he conducido irresponsablemente cualquier vehículo, colocando
en riesgo mi vida y la de los acompañantes?
» ¿He participado indirectamente y con conocimiento previo en cualquier acto donde se asesine
alguna persona, y no he puesto mi total empeño para prevenirlo?
» ¿He participado directa o indirectamente en algún aborto provocado? (Jr 1, 5). (se incurre en
excomunión ipsofacto reservada al Obispo; o sea que es una forma como la Iglesia, manifiesta la
gravedad de este crimen).
» ¿He practicado la eutanasia, o sea, que he puesto fin a la vida de personas disminuidas,
enfermas o moribundas, o he consentido o ayudado a ello por acción o por omisión?
» Somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado... ¿He intentado
suicidarme?
¿He colaborado voluntariamente en el suicidio de alguien?
» El escándalo es la actitud o el comportamiento que induce a otro a hacer el mal. El que
escandaliza se convierte en tentador de su prójimo; y puede ocasionarle la muerte espiritual... Por
acción o por omisión... ¿He escandalizado a alguien arrastrándolo a una falta grave, o sea,
haciéndolo pecar?
» ¿Considero mi cuerpo como un “valor absoluto”, llegando a sacrificar todo a él, o he llegado a
idolatrar la perfección física y el éxito deportivo en un relativo “culto al cuerpo”?
» ¿He abusado de la comida, del alcohol o licores, del tabaco o del cigarrillo, o de las medicinas?
» ¿He usado drogas o sustancias alucinógenas? ¿He producido, o traficado o negociado con
sustancias que incitan a prácticas graves, contrarias a la ley moral?
» ¿He utilizado mensajes subliminales para dominar la voluntad de las personas?
» ¿He puesto en peligro mi salud mental y espiritual, al querer distraerme con música que contiene
mensajes subliminales que incitan a prácticas de violencia, rebeldía, y otras contrarias al verdadero
amor que invita a practicar Jesucristo?
» ¿He participado directa o indirectamente en secuestros, actos de terrorismo o torturas?
» ¿He participado en amputaciones, mutilaciones, o esterilizaciones forzosas a personas
inocentes?
» ¿He ayudado a los moribundos a permanecer dignamente sus últimos momentos,
acompañándolos en oración, y cuidando que reciban a tiempo los sacramentos?
» ¿Tengo en mi corazón un deseo de venganza por el mal que me han causado? (Mt 5, 22).
» ¿Siento odio, rencor o resentimiento por alguien; le he deseado el mal? ¿Quiero sanarme de
esos sentimientos? (Mt 5, 44-45)
» ¿He evitado todo conflicto, pelea o guerra, en la medida de mis capacidades?
» ¿Me he dejado dominar por las pasiones? (para dominar las pasiones se requiere primero que
todo, contar con la gracia de Dios, y hacer un esfuerzo reiterado en todas las etapas de la vida. Se
requiere también la obediencia a los mandamientos divinos, la práctica de las virtudes morales, y
en espacial, la fidelidad en la oración)
» ¿He faltado a la castidad por lujuria? (deseo o goce desordenado del placer sexual) ¿Por
masturbación? ¿Por pornografía? (actores, comerciantes, publico).
» ¿He mal usado los adelantos tecnológicos como la Internet, para charlas impuras, y acciones
que llevan al vicio de la lujuria? ¿Me he percatado que a través del mal uso de estos medios hago
pecar a otros?
» ¿He fornicado? (Acto sexual entre hombre y mujer no vinculados en matrimonio sacramental)
» ¿He manchado mi cuerpo en la prostitución? ¿Vendiendo o comprando placer? ¿Propicio la
prostitución o negocio con ella?
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» ¿He forzado o agredido con violencia la intimidad sexual de una persona (incluso cónyuge) ¿He
cometido incesto? (Relación sexual o violación cometida por los padres o educadores con los niños
a su cargo) ¿He cometido “pedofilia”? (Relación sexual con niños)
» ¿He tenido relaciones carnales homosexuales? (Rm 1, 24–27; 1Co 6,10; 1Tim 1,10; Gn 19, 1-
29).
» Si tengo tendencias homosexuales instintivas..... ¿He unido en oración mis dificultades al
sacrificio de la cruz de Cristo, buscando siempre la práctica de la castidad, mediante el dominio de
si mismo, y ayudado mediante la gracia sacramental en la practica constante de la comunión y
demás sacramentos?
ESPOSOS
» ¿He sido completamente fiel en mi matrimonio? (Mt 5,32; 19,6; Mc 10,11; 1Co 6, 9-10; 1Co 6, 9-
10; Os 2,7).
» ¿He roto, el libre contrato matrimonial con el divorcio? (Mc 10, 9).
» ¿He vivido en poligamia? ¿He dejado esas relaciones conyugales ilícitas? ¿Estoy cumpliendo
con los deberes contraídos con esa(s) mujer(es) y los hijos?
» ¿He tenido relaciones carnales cometiendo el grave incesto? (1 Co 5, 1 4-5; Lv 18, 7-20).
» ¿He vivido en unión libre? O ¿He vivido en concubinato o en unión a prueba?
» No tengo hijos, y ¿he evitado la fecundidad en mi matrimonio?
» ¿He usado métodos anticonceptivos diferentes a los que exige una continencia periódica (parar
las relaciones sexuales por pocos días) y una auto observación; permitiendo así utilizar el recurso
de los períodos infecundos? (son contrarios, por ejemplo: condones, pastas, espumas, óvulos,
inyecciones, y todo tipo de fármacos antiovulantes, etc.)
» ¿He usado o propiciado métodos anticonceptivos micro abortivos que obligan a salir del útero el
feto ya fecundado en las trompas? (por ejemplo: la “T”, la “S”, y demás objetos físicos que se
introducen en el útero).
» ¿He utilizado técnicas reprobables de fecundación artificial, o de esterilización directa (ligadura
de trompas, vasectomía)
» ¿He practicado el onanismo? o ¿el coito interrupto? (ver Génesis 38, 9-10).
SÉPTIMO. NO ROBAR.
» ¿He tomado, retenido o cogido injustamente cualquier bien ajeno, contra la voluntad razonable
de su dueño?
» ¿He defraudado, engañado o estafado a alguien en algún negocio o actividad mercantil?
» ¿He pagado salarios injustos, que no estén de acuerdo al desempeño de la persona?
» ¿He elevado los precios de mis bienes, especulando con la ignorancia o las necesidades ajenas?
» ¿He participado de alguna manera en la corrupción, mediante la cual se trata de cambiar el
proceder correcto, por el que mas convenga?
» ¿He trabajado mal?, ¿he robado tiempo en mi trabajo?, ¿he defraudado a mis patrones?
» ¿He defraudado físicamente al Estado, en los impuestos justos y razonables que se revierten en
beneficio de la comunidad? (ver justicia conmutativa y justicia distributiva 2409 – 2413 del nuevo
Catecismo de la Iglesia Católica)
» ¿He falsificado documentos o utilizado actos engañosos?
» ¿He despilfarrado mis bienes o los que he tenido a cargo? ¿he gastado en exceso o en cosas
suntuarias, buscando desmedido placer o prestigio?
» ¿He causado daño a las propiedades o bienes públicos o privados?
» ¿He incumplido promesas o contratos moralmente justos? ¿he faltado sin justa causa en
contratos comerciales, de compra o venta, de arriendo o de trabajo etc.?
» ¿He apostado injustamente, o he hecho trampas en juegos de azar, causando perjuicio?
» ¿He invertido en mascotas, sumas de dinero muy altas, que ayudarían a remediar mejor la
miseria humana?
» ¿He hecho sufrir inútilmente a algún animal? ¿He sacrificado sin necesidad la vida de algún
animal?
» Al trabajar, ¿He colocado el lucro personal como la norma exclusiva y el fin único de mi actividad
económica; olvidándome de los derechos fundamentales de mis trabajadores o compañeros, y
olvidándome de realizar mi trabajo como servicio a los demás? “No podéis servir a Dios y al dinero”
(Mt 6, 24; Lc 16, 13).
» ¿He ayudado con amor a los pobres? ¿He practicado las obras de misericordia y la caridad?
» ¿He dicho mentiras? ¿He dicho mentiras con la intención de engañar? (Ef 4, 25).
» ¿He dado un falso testimonio públicamente? (Pr 19, 9)
» ¿He cometido “perjurio”, o sea, he dicho bajo juramento cosas contrarias a la verdad?
» ¿He dañado la reputación de alguien, con actitudes o palabras injustas?
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» ¿He enjuiciado (o juzgado) un defecto moral del prójimo, incluso tácitamente, sin tener
fundamento suficiente para realizar dicho juicio?
» ¿He cometido “maledicencia”, o sea, que sin razón objetivamente válida, he manifestado los
defectos y faltas del prójimo a otras personas que no conocían dichos defectos? (Si 21, 28).
» ¿He calumniado, mediante palabras contrarias a la verdad, dañando la reputación de otros?
» ¿He halagado o adulado –a otra persona–, en la malicia de sus malos actos, y en la perversidad
de su conducta, haciéndome cómplice de vicios y pecados graves?
» ¿He faltado contra la verdad por vanagloria o jactancia; o por ironía?
» ¿He faltado, al revelar los secretos profesionales?; ¿O al no guardar las confidencias hechas
bajo secreto? (Si 22, 22).
» ¿He escuchado conversaciones contra la voluntad de los que la mantenían? ¿He abierto o leído
correspondencia u otros escritos contra la voluntad de sus dueños?
» ¿He hablado mal de los demás; con el pretexto de que me contaron o de que se dice por ahí?
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¿He causado un daño cierto a alguien en su persona o en sus legítimas
propiedades? ¿He pedido perdón y he procurado reparar eficazmente el daño?
¿He hablado mal de otros sin tener mayor fundamento que "se dice" o la mera
suposición? ¿He calumniado a alguien atribuyéndole acciones injuriosas que no ha
cometido? ¿He descubierto ante los demás defectos graves de otras personas?
¿Me he comportado con deslealtad descubriendo ante otras personas, sin motivo
serio y proporcionado, asuntos que me han sido comunicados privadamente, por
razón de mi trabajo o por amistad?
¿He practicado, aconsejado o facilitado el aborto?
¿Me he puesto voluntariamente en ocasión de ofender a Dios gravemente? ¿He
sido causa de que otros pecasen por mi conversación, por mi modo de vestir, por mi
conducta desordenada, por mi consejo, etc.? ¿He tratado de reparar el escándalo?
¿Me dejo llevar por la pereza en el cumplimiento de mis deberes, particularmente en
el trabajo? ¿Retraso o impido con mi conducta el trabajo de los demás?
¿Me embriagado o he comido con exceso? ¿He tomado droga? ¿He puesto en
peligro mi vida y la vida de los demás conduciendo imprudentemente, bien por
exceso de velocidad o no conocerlo en las debidas condiciones?
¿He utilizado la sexualidad en contra de los planes de Dios, ya sea conmigo o con
otras personas? ¿Aprendo a dominarme y a controlar mis pasiones, o me dejo
dominar por ellas? ¿He caído en pecados gravemente contrarios a la castidad
(masturbación, fornicación, relaciones prematrimoniales, actividades pornográficas,
prácticas homosexuales)? ¿Había circunstancias –de parentesco, matrimonio,
sexo– que agravasen esas acciones?
¿He utilizado a los demás buscando el placer sexual de modo egoísta, ya sea con la
mirada, el pensamiento o las conversaciones? ¿He buscado ese placer con las
lecturas, las películas, la televisión, la radio, internet, o con mi asistencia a
espectáculos poco recomendables?
¿He tomado dinero o cosas que no son mías? ¿He restituido o reparado? ¿He
engañado a otros cobrando más de lo debido? ¿He malgastado el dinero haciendo
gastos excesivos o innecesarios? ¿Doy limosna generosamente de acuerdo con mis
posibilidades? ¿He rechazado ayudar a los demás en sus necesidades, pudiendo
hacerlo?
¿He dicho mentiras? ¿He reparado el daño que haya podido seguirse de ellas?
¿Me dejo dominar por la envidia deseando inmoderadamente lo que otros son o
poseen?
¿He prestado mi apoyo a programas de acción social y política inmorales y
anticristianos? ¿Renuncio por cobardía a defender a Cristo y a la Iglesia cuando son
atacados en mi presencia?
¿Hago el propósito de plantearme más en serio mi vida cristiana, la formación de mi
conciencia y mis relaciones con Dios?
La Contrición.
La Contrición es un dolor espiritual y un aborrecimiento del pecado cometido con el
propósito de no pecar más.
Acto de Contrición
¡Señor mío Jesucristo!, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos
quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón
haberos ofendido, y también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca mas pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me sea impuesta. Amén.
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Devocionario como fundamento de
una ética personal, no para ser
perfecto.
Es:
“hacer del puro amor de Dios la fuente única de la moralidad religiosa: amor
de Dios independiente de todo temor y de todo interés, de toda esperanza
de salvación y de toda preocupación de condena” PEDRO ABELARDO.
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