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¿La Causa principal de la gran inflación en Alemania fue la deuda que debían pagar a
Francia entre los años 1923 y 1930?
Estos hechos que se tornaron graves no sólo influyeron en la política sino también en la
economía y en el surgimiento de una conciencia marcadamente nacionalista, que pretendía
recuperar sus territorios y la capacidad para tomar decisiones sobre sus Fuerzas Armadas.
A raíz de la guerra, Alemania atravesó por un período muy crítico que considero: inflación,
falta y escases de trabajos, pobreza, y enfrentamientos sociales, que el gobierno no pudo
resolver.
Los militares, por su parte, trataban de justificar la derrota alegando que "Alemania había
sido apuñalada por la espalda" por marxistas y judíos. Esta perspectiva nacionalista fue un
rasgo muy importante y un factor clave del movimiento nazi.
El país que más sufrió la crisis económica fue sin dudas Alemania, quien debía abonar las
indemnizaciones económicas por la guerra. El plan aprobado para hacer efectivo este pago
fue el propuesto por el financista estadounidense Dawes en 1923, el cual propuso que
Alemania pagaría 1000 millones de marcos por año a Francia entre 1923 y 1930, y luego 25
millones anuales, hasta completar la suma.
Mientras tanto, Francia podía intervenir en las ganancias de los ferrocarriles y aduanas
germanas, así como también del Banco de Alemania. Pese a las dificultades económicas, la
calidad de vida de la población en los países desarrollados demostró una gran mejora. Las
expectativas de vida se acrecentaron y el hambre disminuyó, aunque siempre existieron
escases en Europa Oriental y del sur.
Una vez finalizada la primera guerra mundial en 1918, Alemania queda a merced de los
vencedores. Si bien su infraestructura no sufrió daños debido a que el país no fue invadido,
el Tratado de Versalles la condeno a una situación económica crítica.
La obligación de pagar constantemente a Francia fue una de las causas principales de esta
inflación, cuando no eran capaces de producir lo suficiente como para subsistir al interior del
país, y al mismo tiempo tener que pagar estas deudas, los llevo a una inflación enorme.
De hecho en 1923 el cambio del marco Alemán era de 4200 millones por dólar. Y los salarios
estaban congelados y como les fue imposible pagar a Francia, esta no encontró mejor idea
que la de invadir la cuenca carbonifera del Ruhr para pagarse lo que se le debía, lo cual
contribuyo a la ya catástrofe económica acontecida.
El ritmo inflacionario había derrotado a loa bancos, los ahorros de la población y la crisis
económica era tal que el salario alcanzaba apenas para alimentos y la compra de elementos
indispensables.
Pero es de resaltar que la mano de ayuda norteamericana alcanzó a todos los países de
Europa occidental y central, incluyendo Italia, Austria y Alemania. Para articular y canalizar
esta colaboración se creó en París en 1948 la Organización Europea de Cooperación
Económica.
Al concluir el plan Marshall, en 1950, Estados Unidos había invertido más de trece mil
millones de dólares en la reconstrucción de Europa. Pero, los países de Europa oriental
rechazaron la oferta de ayuda presionados por la Unión Soviética, que no deseaba que su
aliado extendiera su hegemonía sobre aquella región.
La Gran Alianza que había derrotado al eje en una cruenta guerra de casi seis años se
rompió en el corto plazo de unos meses.
Políticos e ideológicos tan diferentes. Stalin necesitaba la cooperación de las otras grandes
potencias para reconstruir su país y contaba con la colaboración norteamericana para la
cuestión de las reparaciones alemanas.
En 1945 Yalta había marcado el tope que en cuanto a colaboración con la Unión Soviética
estaban dispuestas a alcanzar las potencias occidentales. Con el debilitamiento del nazi-
fascismo y la bancarrota de los imperios tradicionales de Gran Bretaña y Francia, unido al
poder y la confianza que los nuevos dirigentes de Washington depositaron en el armamento
nuclear, hizo que Estados Unidos creyeran que podían dictar por sí mismos los destinos del
mundo.
Es de resaltar que el 5 de marzo de 1946, Churchill visitó los Estados Unidos y pronunció un
célebre discurso en la Universidad de Fulton, en el estado de Missouri. El político británico
consagró la expresión "telón de acero" para referirse a la frontera que separaba a la Europa
dominada por el ejército soviético del resto.
El año 1946 supuso el fin del entendimiento entre los aliados. Aunque los partidos
comunistas occidentales participaban aún en gabinetes de coalición en países como Francia
y como Italia, dos cruentas guerras civiles enfrentaban a comunistas y conservadores en
Grecia y China, y la tensión entre las administraciones de ocupación occidentales y soviética
en Alemania era creciente.
Acabada la contienda, hay dos potencias que proyectan su influencia sobre el mundo:
Norteamérica y Rusia. La primera favorece la idea democrática y facilita su expresión por los
poderosos medios con que cuenta. La segunda es la rectora de un partido internacional: el
comunismo. Esta última toma todas las medidas que considera pertinentes para asimilar los
países que caen bajo su acción inmediata, conformándolos gradualmente hasta convertirlos
en satélites que giran solamente alrededor de la órbita rusa. Ante esta experiencia,
Norteamérica y las naciones democráticas toman también las resoluciones adecuadas a su
defensa y se unen cada día con mayor cohesión. Y así se fueron perfilando los dos bloques
de naciones: el oriental y el occidental. La piedra de toque fueron las Conferencias
internacionales, en las que se pusieron de manifiesto, cada vez con mayor agudeza, la
divergencia de pensamientos y la incompatibilidad de intereses. El instrumento más eficaz
para la conformación del bloque oriental fue la idea comunista, y el mejor aglutinante del
occidental, el Plan Marshall.
El conflicto, conocido como guerra, concluyó tres años después con una tregua que dejó la
frontera anterior a la guerra. En 1953 Stalin murió y Truman abandonó su cargo, pero ambas
partes siguieron su lucha por Europa. La URSS intentó proteger a la Alemania Oriental
comunista de una importante pérdida de población construyendo el que pasaría a ser
denominado Muro de Berlín en 1961. Cada superpotencia también intentó influir en las
nacientes naciones de Asia, África, Oriente Próximo y Latinoamérica. En 1962 surgió una
grave crisis cuando la URSS instaló misiles en Cuba, por aquellos años su nuevo aliado.
soviéticas invadieron Afganistán para salvar el régimen marxista gobernante. El recién
elegido presidente estadounidense Ronald Reagan inició una gran concentración de armas
y nuevos retos para los grupos apoyados por los soviéticos en las naciones emergentes.
Más allá de las formulaciones de la política exterior de las grandes potencias, la muerte de
Stalin abrió un período en el que aparecieron signos de distensión entre Moscú y
Washington,, los acuerdos de Ginebra que ponían fin a la guerra de Indochina en 1954, la
reconciliación entre la URSS y Yugoslavia que culminó con la visita de Kruschev a Tito en
1955 o la firma del Tratado de Paz con Austria en 1955, que significó la evacuación de las
tropas de ocupación y su neutralización.
El país que más sufrió la crisis económica fue sin dudas Alemania, quien debía abonar las
indemnizaciones por la guerra. El plan aprobado para hacer efectivo este pago fue el
propuesto por el financista estadounidense Dawes en 1923, el cual propuso que Alemania
pagaría 1000 millones de marcos por año a Francia entre 1923 y 1930, y luego 25 millones
anuales, hasta completar la suma. Mientras tanto, Francia podía intervenir en las ganancias
de los ferrocarriles y aduanas germanas, así como también del Reichsbank o Banco de
Alemania. Este plan fue suplantado en 1930 por el plan Young, el cual proponía que
Alemania pagase sus deudas con Francia y Bélgica, reducida a 116.000 millones, en un
lapso de 57 años. Durante la gran crisis de 1929, la suma fue reducida a 3.000 millones,
pero Alemania nunca la pagó.
Un país especialmente sensible a la crisis y a la agitación social fue Alemania, obligada tras
los tratados de paz a indemnizar a los vencedores con ingentes sumas de dinero.
Muchas grandes potencias como Autro-Hungria, Francia, Italia, Inglaterra y demás, estaban
muy bien paradas económica y socialmente, los cuales tenían planes para convertirse en
potencia hegemonica, o simplemente tratar de conservarla como es en el caso de Inglaterra.
Alemania esta incluida dentro de esos países, pero no era el único con esas mimas
ambiciones, y es un claro caso que, si no hubiese recibido resistencia alguna por parte de
los demás países hubiese logrado su cometido. Poreso, nuevamente, hay culpa compartida,
todos batallaban y pertenecían a la guerra por objetivos comunales o propios.
En 1914, ocurrió el famosísimo crimen del Archiduque Servio Fransisco Fernando, heredero
al trono de su país, asesinado en la localidad de Sarajevo, Austria por un estudiando de
dicha ciudad. Según la palabra de muchos historiadores esto fue el detonante de la guerra,
la gota que rebalso el vaso, este magnicidio ocaciono una invacion servia al país Austro-
hungaro y la guerra nació. En este conflicto Alemania no esta siquiera involucrada, y no
tendría que incluirse en la culpa del detonante. Luego de este famoso crimen, Alemania,
aliada a Austria decide atacar a Francia. Es por esto, nuevamente que la culpa no es
totalmente germana, y cabe destacar que estos dos países marcaron una gran culpa en este
suceso.
En el tratado de Versalles, Alemania concurrió con posición de perdedor, es decir que se vio
obligada a recibir indicaciones y ordenes de Francia, Estados Unidos e Inglaterra. Según el
embajador Aleman en laescritura del tratado de Versalles, Alemania fue obligada a
reconocer toda la culpa por el comienzo de la guerra, y en su opinión, fue forzado a reconocer
algo lo cual consideraban mentira . Francia e Inglaterra abusaron de su estatus de ganador,
tomando las deciciones a su parecer, sin armar un debate entre todos y tomando solo
posturas aliadas, no juzgaron los causantes con ojos imparciales, nuevamente Alemania es
culpada injustamente y considerada total culpable.
Estas reparaciones, que castigaban al ex enemigo, nunca fueron observadas por Alemania
ni tampoco se hicieron efectivas, hasta 1945, fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando
hubo un pago simbólico, paralelo con el nuevo Plan Marshall.
Alemania violó desde un principio varias otras condiciones del Tratado de Versalles, que se
referían a dejar de producir armamento, a desmantelar su flota marina y no construir nuevos
submarinos.
Por el otro lado, hubo mucha desocupación, al dejar de fabricar armas que ya no eran
necesarias en tiempo de paz.
La desocupación provocó una crisis económica, que a su vez, desató una tremenda
devaluación de la moneda. El papel “valuta” llegó a no valer nada.
Esta situación de inseguridad para la mayoría del pueblo, la aparición de largas filas de
gentes ante las cocinas populares, simplemente porque tenían hambre, escenificó el
escenario ideal para la aparición de un grupo político conocido como los Nacional
Socialistas.
Las tácticas de este grupo político encabezado por Adolf Hitler, eran de atacar y suspender
reuniones de otros partidos alemanes, por el terror. Simplemente llegaban con un gran
número de simpatizantes y acababan con la reunión, a base de golpes.
Hitler, desde que empezó su vida política en Alemania, después de haber sido suspendido
del ejército, en el que sirvió como sargento, se juntó con gente que nunca había encontrado
un lugar en la sociedad.
Con ayuda de esta gente desarrolló su teoría antisemita racial, que consideraba a los judíos
como racialmente inferiores y los “culpables de todos nuestros males”. Fue un buen slogan
político.
Decía: “Die juden sind unser unglueck”, los judíos son nuestra desgracia.
En 1933 Paul Hindenburg, el anciano guerrero alemán, que todavía gozaba de la confianza
de la mayoría de la gente, le entregó el poder a Hitler.
Una vez decretadas las Leyes de Nuremberg (1934), los judíos perdieron todos sus derechos
civiles que gozaban desde la Emancipación. Podían emigrar, dejando al Estado alemán
todos sus bienes. Sólo así conseguían el permiso de viajar a otro país, siempre y cuando
este les haya
concedido un visado. Ahora decía Hitler, hay que limpiar a Europa de los judíos.
Para la humanidad, lo que pasó en Alemania fue una catástrofe, aparentemente imparable.
Los números que arrojan como pérdidas humanas las estadísticas de la Segunda Guerra
Mundial, son de 52 millones de seres humanos, y la afectación económica fue en su
momento insuperable, pero a través de este contexto podemos entender que la guerra en si
abarco perdidas en todo sentido, y aunque la inflación si fue causada por la deuda externa
hacia Francia, este acontecimiento fue el propulsor de desarrollo de esta potencia hoy
admirada por todos.