Francisco I. Madero asume la Presidencia de México el día 6 de
noviembre de 1911. Y es con este nombramiento que inicia una serie de acontecimientos, que en los quince meses que ocupó el poder, hacen difícil una justa valoración de su gobierno. Madero se enfrentaba a fuertes críticas, ataques y amenazas, de dos grandes fuerzas en el país. Por un lado, se encontraban los defensores del régimen porfirista, la burocracia, el clero y los intereses extranjeros. Y por otro, las exigencias de los elementos de la revolución, es decir, el pueblo exigía grandes cambios económicos y sociales. Aunado a esto, las huelgas en la ciudad, los disturbios en las zonas rurales y un número de rebeliones locales contribuyeron a la difícil situación que Madero tenía que resolver desde el poder. El gabinete de Madero estaba compuesto de conservadores y revolucionarios, como conservadores: Manuel Calero, Rafael Hernández, Ernesto Madero y Manuel Vázquez Tagle. Como revolucionarios: González Salas, Manuel Bonilla, Abraham González y Miguel Díaz Lombardo. Posteriormente surgen cambios importantes, Jesús Flores Magón fue propuesto por el secretario de Justicia para el cargo de ministro de Gobernación en lugar de González. También, Díaz Lombardo renunció para permitir que Pino Suárez fuese nombrado ministro de Instrucción Pública. Gustavo Madero desempeña un papel importante durante el gobierno de su hermano, contribuyó para eliminar a Calero del gabinete. Quien se suma a la oposición en el Senado, y genera confusión, incertidumbre y desconfianza en los primeros meses de 1913. Además, se empeñó en ser el director político de Madero y del Partido Progresista Constitucional. Lo que lleva al fracaso del gabinete de Madero. Cabe mencionar que no todo fue negativo en el gobierno Maderista, el doctor Lara Prado admite que, de todos los presidentes mexicanos, “Madero fue el más respetuoso de la libertad judicial”, ya que, durante su administración el Poder Judicial recobró su independencia. Otro punto importante es el deseo ferviente de un gobierno democrático, el cual, a pesar de todas las dificultades, logra que la elección del XXVI Congreso haya sido una de las más libres que México haya tenido. Se debe agregar que, las elecciones para gobernadores durante el período de Madero sin duda, representaron un paso hacia delante en la dirección de la democracia. Por otro lado, la prensa constituyó uno de los mayores obstáculos que confrontaban la administración de Madero. Su gobierno fue atacado por no resolver el problema agrario, como también por tratar de hacerlo. Sin embargo, Madero apoyaba con ahínco la libertad de expresión. Es Henry Lane Wilson, que había sido nombrado embajador en México en los últimos días del período de Díaz, quien se encargó de generar conflictos y obstaculizar al gobierno mexicano con reales o imaginarios agravios, así como con sus insistentes esfuerzos por desacreditar al gobierno de Madero. Aunque en un principio se encontraba satisfecho con el cambio de gobierno, posteriormente, se encontraba molesto porque Madero no reconociera su experiencia y no lo consultara. El problema más grave que enfrentaba la administración de Madero era la cuestión agraria. Surgieron rebeliones, disturbios locales y levantamientos, lo que llevó a la creación de un programa agrario, el cual fue encargado a la primera Comisión Nacional Agraria, encabezada por Rafael Hernández. Era un proyecto que contemplaba, la conservación de bosques, mejoramiento de comunicaciones, los transportes y créditos a los agricultores, mejorar las razas de animales pata su crianza, intensificación de cultivos y la mejor utilización de los recursos hidráulicos. Con respecto a los logros del gobierno Maderista encontramos: la reducción de las horas de trabajo, las huelgas, la protección a las mujeres y niños en la industria y la indemnización por accidentes de trabajo. Además, se crea una Oficina Obrera Nacional, que se encargaba de intervenir en las querellas de los obreros de la industria. Con ello se crea una atmósfera propicia al trabajo. Es también el gobierno de Madero el que estableció las primeras escuelas rurales mantenidas por el gobierno central. Así mismo, se instaura una oficina de inspección de carreteras, de caminos vecinales y de puentes. Y finalmente, Madero funda un Consejo Superior de Guerra para estudiar la organización de las fuerzas armadas. El siguiente aspecto trata de las rebeliones a las que tuvo que enfrentarse el gobierno de Madero, los principales fueron dos movimientos armados: la conspiración de Bernardo Reyes y el Cuartelazo de Félix Díaz en Veracruz. Es el 28 de noviembre, a menos de un año de haber tomado posesión de la Presidencia, fue lanzado el Plan de Ayala. Esta proclama revolucionaria fue redactada por el maestro de escuela Otilio Montaño y firmada por Zapata y sus oficiales. Los Zapatistas desconocieron el liderato de Madero. El plan era esencialmente agrario y local en sus ideas de reforma. Este Plan fue publicado con la autorización de Madero en la Ciudad de México, en diciembre de 1911. El 19 de enero, se declara la ley marcial durante cuatro meses en Morelos, Guerrero, Tlaxcala y en los distritos de Puebla y México. Fue durante varios meses que los zapatistas atacaron y saquearon varios pueblos, sembrando terror en la zona. Dentro de estos pueblos se encontraba Cuernavaca y Jojutla, Puebla y la Ciudad de México. También en la parte norte de la República estalló otra rebelión liderada por Emilio Vázquez Gómez, quien solicitaba la renuncia de Madero. La rebelión vaquista, importante mencionarla, ya que sirvió como disfraz a Orozco, quien había sido el valiente de la revolución de Madero y a pesar de que su rebelión se apoyó en que Madero no cumplió las promesas del Plan de San Luis Potosí, parecía que tenía intereses personales en contra de Madero. Se estableció una Junta revolucionaria en la cual se establecía como presidente provisional a Emilio Vázquez Gómez y a Orozco como jefe militar. Esta rebelión perturbó profundamente al gobierno de Madero. Sin embargo, Madero realizó un llamamiento a la nación para apoyar al gobierno que ella había elegido. El gobierno también solicitó la suspensión de las garantías constitucionales en la zona. El 24 de marzo Victoriano huerta fue nombrado jefe de la División del Norte. Después de la derrota de Orozco, los conservadores ponen los ojos en el movimiento encabezado por Félix Díaz, quien no proyectaba la revolución económico–social, sino más bien la promesa de “imponer la paz por medio de la justicia”, después de varios meses de lucha y al perder prestigio y apoyo, Félix Díaz fue arrestado y sentenciado a la pena de muerte. El gobierno celebró la derrota de Félix Díaz como una victoria. Finalmente, tres rebeliones instigadas y apoyadas por los conservadores habían fracasado y el gobierno parecía razonablemente estable.