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8¡rnerie&s
(et UUro d.el Sinsenid)
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0272984
LIM ERICKS
(El libro del Sinsentido)
DE
JUAN RIVANO
-
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BRA VO Y AI-I,I]NDTi
TÍtulo original
A Book of Lear
Traducción
Juan Rivano Sandoval
Dibujo
Edward Lear
Caligr¿fía
Nelson Pére¿
Íieprohfbecualquiertipode¡eproduccióntotalop¡rcial.Ningunapartcdees!c
libro puede ser reproducida, tmnsmrLida o almacenada, sea por pmccdimientos
mecánicos, ópticos o qu{micos, incluidas las fotocopias. El editor autoriza ciLas
en reyistas, diarios o libros, siemp¡e qüe se mcncione la fuente.
Primera edición,'1992
lnscripción N" 84.263
¡sBN N' 956 7003-14-9
Composición láse r
Silva y Cia Ltda.
lmpreso en chile
Printed in chile
NOTA PRELIMINAR
Rodolf o Rojo
Profesor de Literatura Inglesa
Universidad de Chile
INTRODUCCION
No se me ocurre rnás que mafttener el término inglés,
limerick, para referirme a la estrofa que eligió gUwar¿ iear
como elvehículo preferido de su peculiar poesía. Es nombre
que le viene de Limerick, pueblo situado en el oeste
de
lrlanda. Dicen que era costumbre en fiestas corear altérmi-
no de una copla con versos disparatados con el estr¡b¡l¡o
Will you come up to Lírnerick? Se encuentran estrofas cons_
tru¡das en la forma y estilo del linerickya a com¡enzos del
s¡glo XIX. El m¡smo Lear ref¡ere en la introducc¡ón a su
segundo libro, More Nonsense, aparecido en 1g72, que sus
limericks salieron en profusión a part¡r de la .ug"rencia que
le hizo un am¡go estimado. Nada de insignificante está
sugerencia, como podemos apreciar leyendo los famosos
limericks cle este autor.
Hace muchos años, cuando pasaba lo más del
tiempo en una casa de campo donde abundaban los
n¡ños y la alegría, un amigo est¡mado me sugir¡ó las
líneas que comienzan ,,Habitaba un anc¡áno en
Tobag6"* como una forma de versificación que per_
mitía una variedad s¡n lím¡te de r¡tmos y dibujosj y a
partir de allí, con Ia misma pluma se originaron en su
mayoría los dibujos y versos del primer libro, Book of
Nonsense; nad ie me as¡stió en manera n ing una, como
no fuera la delicia tumultuosa y la bienveÁida ante Ia
aparición de cada nueva absurdidad.
I
sión cuando otras culturas toman nota de esta literatura
infant¡l delsinsent¡do. l\4 e refiero a la distinción entre lectura
infant¡ly lectura adulta de esta literatura. Porque a nosotTos,
por ejemplo, chilenos, no nos llega esta literatura en nuestra
niñez. Por mucho que en nuestra infancia "corra el anillo por
un pon¡llo" o "venga la vaca a comeTnos el popó", la expe-
riencia de la construcción poét¡ca con absurdos no la tuvi
mos plenamente, ni mucho menos.
v
que estar rep¡t¡éndola y repitiéndola y repitiéndola a los o/d
men, las otd lad¡esy med¡o mundo saber, no pretender
hacer las cosas con los -a
instrumenlos que no son apropia'
dos? Yo he visto personas maduras tratando de sacar un
torn¡llo con un l¡mp¡a-uñas, de desprender un vidrio con un
atornillador. Lo que es casi, casi, virar una taza con un
alicate, Fue un logro ¡mportante de los neopositivistas ha-
cernos ver que muchas veces empleamos el lenguaje de
modo semejante. Por ejemplo, hablar de un lím¡te del cono-
c¡m¡ento es hablar de algo de lo que propiamente no se
podría hablar: de algún modo tengo que conocer el otro lado
del límite para saber que es un límite. Pero, si de algún
modo Io conozco, ¿cómo entonces decir que hay un Iímite
del conocimiento? Así se muestra que los filÓsofos pueden
implicar s¡nsent¡dos tal como la dama de Amberes está
ordenando un empleo estúpido de la escoba.
vlll
.l
rebuscado una lectura así? por lo menos a mí, me parece
una aplicación limp¡a y obv¡a.
,J
todas partes del m u ndo q ue dejen en ese m ismo lu ga r
todas
las cosas malas; alf¡nal, se restituiría el montón ¡ni"¡ul.
puede cons¡derarse un argumento parecido con ño
el sentijo y
el sinsentido?
Cosa semejante se puede lograr en términos de
relativismo histórico. La diferencia que aporta la historia
se
aprecia igual en las dos d¡reccjones del iiempo: lo que
una
vez tuvo sentido ya no lo tiene; y lo que una vez
no io tuvo,
lo tiene ahora. Esto se v¡o muy claramente nuestra éfocá
"n afectoi a la
de d¡ctadura mil¡tar. cuando algunos personajes
Junta trataron de re¡ntroducir en la eáucacióÁ y f,u.t,
"nlu,
costumbres. práct¡cas que pertenecían a un remoto pasado.
Yo encuentro un comentario a esta fuente de s¡nsent¡Oos
en
el sigu¡ente limeríck de Lear:
Había un caballero en San Fernando
que asomó a la ventana gritando:
" iManseque, manseque,
ma nseque lac u lequel,.
esa duda en dos pies de San Fernando.
.. ¿H?y.,pues, sinsentido
,ros //mcrlcks puro y absoluto? Busco entre
stnsentido
de esta especie. ¿Acaso sirve éste al
que ya alud í?:
XIV
tástico sat¡sfaga un deseo suyo que todos en
alguna med¡da participamos, probablemente
más de lo que qu¡siéramos admitir.
Pimpín serafín
cuc h ill¡to marf¡l
quien manda la ronda
que esconda un pje
detrás de la puena de San José.
Tutir¡mo nde, esco nde, pa... pel.
XVII
Sobre la deformación que encontramos en la poesía
popular supongo que un agente importante es el olvido
Partes del conten¡do se olvidan y el texto se contrae a lo
recordado. Con la "lima" del r¡tmo y la rima se concluye la
elaboración espontánea, o "sin querer", del sinsentido He
escuchado, he asist¡do a la histor¡a de la deformac¡Ón es-
pontánea y colectiva del sentido. En grupos que emigran a
otras culturas, que deben aprender otra lengua. La nueva
generación sigue rep it ie ndo los cantos y ve rsos que I raiero n
las viejas. Pero, cons¡stiendo la letra sÓlo en retazos, no
habiendo libros, perdiéndose el dominio de la lengua ma-
dre, la nueva generación forma una rnazamorra He escu-
chado hasta por la televisión via satélite mazamorras así'
que se cantan con mucho éx¡to y sin que a nadie le importe
que los versos sean una sucesiÓn de disparates'
XIX
y
oroblemas sociales en térm¡nos de válvulas de escape
i"ri"r"n"¡u de materiales; los doctores conslderan que hay
.,,r"- aot"t"t a regimen el cuerpo social; los
profesores
pi"nrun la educación masiva de las masas Para el econo
"n para el político todo es política'
r.r'i.tu toOo es economÍa,
vida un cabaret' para el de
p.i, de un cabaret la es
"iO""n"
un matadero un matadero y para el cantante de tango un
mundo es todas estas cosas'
tango, Probablemente nuestro
ll ü" l. reducción de donde resulta el sinsentido Y no
literar¡o' chiste' paro-
,álo en lu for*u popular de s¡nsent¡do
asistido en este siglo
ái., *i¡.","*. lói"t¿ iu"tu así! Hemos
reducirlo lodo a lucha de clases'
u ü or"t"n.,on militante de
con la
;;-o;;, nuevo régimen. liberación del hombre' idac io nes'
a-*tJau"nalu de emigraciones masivas' liq u
de ciudades y pueblos en-
é"uit* ai"iluu, encarcelamiento
teros.
si se las
Mirar las cosas desde una perspect¡va como co-
es actltud
vrera en verdad de forma absoluta' ob¡etiva' En
mrln oue no demora en generar su peculiar
stnsenlido
ciesos" la unica
,,;;;;" ;" t G wells- "El Pais cle los enferma de los
i"r.."" q"" t" normalmente es
es considerada
vista como cosa nimia y absurda
nros La sociedad humana
;liüt.];ir;;;;; Curtiu"t" median1e eIsimpIe expedIente de
r'r"¡, Oa=0" la perspectiva "La de pueblos giganles o pueblos
l"tU"f .neuiques en Hacienda Animal" de Orwell
""""á.
son vistos como si fueran cerdos'
ecir en general que el traspaso de
un-co^nle
Se pu ede d
a gritos al
nioo oesitsu medio própio a otro extraño invita
al hombre en piedra'.a
.i"*"i¡¿.. Por ejemplo. representar
plástico supong: q'''" 1:i1:
la flor en madera, al queso en
* r" experiencta de encontrarse a solas con -una
rosa
"i*"
;;,;ir;; no sub"' que decirle o de coser una
oe
üh.*..
Proyectaba un señor de Leningrado
hacer que caminaran los Pescados;
cuando cayero n m ue rtos
dijo "Lo único cieno
es que mejor me vuelvo a Leningrado"
Leo un libro de Julio Barrenechea que me recuerda
otros de escritores chilenos como José Santos González
Vera, Eugenio González, Edwards Bello, Arturo Olavarría
Hay mucho en todos estos autores de la vida bohemia un
tanto chusca y bastante aburrida en nuestros círculos ¡nte-
lectuales, a rtísticos, d¡plomáticos, políticos, ad ministrativos'
Aquí también, un sociólogo dirá por qué. encuentro una
fuente de sinsentido. Tal vez el modernismo, el socialismo'
el surrealismo sobre todo con sus gritos de libertad y liqui-
Jac¡ón del orden burgués. dieron pábulo a la excentricidad'
La paradoja, el atropello de todo orden Por ejemplo'
un
Bairenecnáa cuenta de un señor que exh¡bía en un café
certificado del manicomio en que lo daban de alta Grita este
A
a"ñor, " ¡Yo toy único cuerdo aquí! ivean mi certificado!
"l
rr"r, ¡*re.tt"nae ustedes!". Hay un grupo que.trata de
impo'ner el cambio total de orden: entran retroced¡endo
al
,".iáut"nt", uapiezan por el postre, terminan por la entrada
y se van después de lomar el aper¡tivo Yo oi de uno de estos
persona¡es que salla a la terraza desnudo en las noches de
irnu. "Si otrortoman baños de sol, yotomo baños de luna"'
la universi-
decía. También recuerdo a un estudiante que en
piOiO que se declarara una huelga de "cerebros caídos" '
áuO
XXIII
y miles de refugiados
las últimas décaclas han llegado miles Esta-
n ia Checoslovaqu ia'
t" r'i,i". """,0-"; á" r-r,ngtiu, PoloEritrea'
'
Uganda' Namrbia
áo.'Un,Oot, Ceylán, Vietnam' parecen a veces'
Áié"nt¡nu, Brasil, lrán, Chile, Turquía' etc ' c¡rco lieno
o" integr¿ciÓn cultural' un enorme
""Ü ".ó"n" que dirisiclo por Busler Keaton No es
;;;;;;;;¡;; solá
vengan a':
en modo alguno infrecuente que me poblacrones,oe T:t::
y"nOo pot lJs calles, parques' pla¿as y mr
'"^ Suecia los limer¡cks de Lear' Me doy' de boca a
itOui como sonámbulos-
manos como se dice, con seres que van por apoyo
leianos y amados paisajes tanleando
"...r""áo de mas srmpatra
!n unrnunio exlrano. impolente la propia cultura tan
que ra
;;"" o;;;,; el horario ¡ndustrial v
def inida Y exigente
XXIV
elaborac¡ón recargada de {lisparates gráf¡cos, sino por
¡a
profund¡dad y el impacto del sinsenti(io onír¡co.
En este respecto, el sinsentido elaborado de Lear no
resulta fácil de emular. A veces a la sensación de estar
soñando se agregan los escalofríos clel miedo cerval:
Una joven de blanco sre asomó a Ia ventana
pensando que allá ¡ejos venía la mañana;
los búhos y lec h uzas
la dejaron co nfusa.
blanca como un espectro en la ventana.
Antes de que se oyera hablar de literatura del
sinsentido, ya teníamos Ios cuadros espe lu zn a ntes de Bosch
y Breughel. Después. hemos tenicio a Dalí y Chagall. ia
ilustración del sinsentido espontáneo.upongá qr" É upo_
ta el sinsent¡do m¡smo en su espontánea.ont¡nenc¡a;
éero
hay un contraste entre la ¡lustración de Lear, casi espontá-
nea. y la altamente elaborada de pintores como los
mencio-
nados. También resulta elaborada la ilustración del sinsentido
en.Lewis Carroll, hecha por el mismo y pol. el incomparable
Jo hn Tenniel.
EI sinsentido en Lear es más llano, directo y real que
el sinsentido en Carrol. D¡j¡mos, también, más práfundo. y
si es por variedad, mejor no hablemos. gn Lew¡s Carroil
el
sinsentido es invenc¡ón, escuela. Se pueden dicfarclases
de
lógica con él como batuta. Las reglas para constru¡rlo
obra;
cas¡ explícitas desde los manuales de gramática, retór¡ca y
filosofía. Lear no pasa por oficinas cle adm¡nistración
acadél
mica. En é1, no se trata de un s¡nsentido en contraste
simé-
tr¡co con un sentjdo constru¡do, convencjonal. Se experi
menta como un temblor de l¡erra que n¡ a mirar se
detiene
las pulgas que saltan espantadas sobre sus lomos:
Un anciano sentado en un olmo
tenía una barba que llegaba al colmo,
pero unos paja rue los
le arrancaron los pelos
para tejer sus nidos en el olmo.
Otra fuente amplia de sinsentido tanto espontáneoy
individuo
como elaborado se forma en el contraste entre
oposición así se originÓ
aá.¡ao"J. Es seguro que de una
inabarcables' el sinsentido'
;;;ñ; ";;;"usión v variedad de sentido; el
Claro está, la soc¡edad se pretende un mundo
historia del hombre' su
i"ái"¡J"" se pretende otro tanto La como
describirse
o"t"ti"li" y i, progr-"to, puede muy
-esfuerzo
b¡en
r tá,,"rá¿o porque.ambos.m""q::.9":!l'i^
"iirrno oe
quen-su peculiar sentido en armonía Muchos escrttores
armonía así Desde
;ap;;i;;;^ por meta alcanzable una que tal reso
,nriouo u hasta hoy, otros autores sostuvieron
por la esencial incom patibilidad de
;";;;""á
"*l["",áur"
ll. nr¡n.,olos ¡mplicados En palabras simples' sostenian
.,,,.'-i"nira. la sociedad obra de acuerdo a la convencron'
Ahora decimos
]ito¡"'á". áuL de acuerdo a la naturalezaque no es lo mismo
ui,irlu-o y egoísmo, pretendiendo que ambos princi-
;;r;i;;"" algünos escritores modernos
vienen juntos y por
y
.,.'s amor de sí mismo conmiseraciÓn'
hombre
ii" lor" itr".*r,os en lá misma naturaleza del
resulta
En numerosos limericks de Lear el sinsentido
que quiere hacer lo que
de conflicto entre el individuo'
"stl Para esto'
i"" 0"" Áá, u'"..ciedad que trata de impedírselo
persuasiÓn' crÍtjca'
la sociedad despl¡ega sucesrvas tácticas: y' si no hay
admonición, amenaza, exposiciÓn' marginaciÓn
más remedio, destrucc¡Ón Por ejemplo:
XXVIII
Recuerdo, hace años, escribí un párrafo sobre los
andares del punto final en Ia novela contemporánea: que a
veces va al comienzo, a veces entre medio y en algunas
ocas¡ones al final. Alguien v¡no a reconvenirme: ,,¿por qué
se burla de la Revista Punto Final?". Me quedé de una pieza.
Pero, releyendo, ahíestaba perfecta la alusión que no se me
había pasado a mípor la cabeza. Claro está, podÍan decirme
que el s ubco nsc ie nle...
En vena menos jocosa. algo así se puede exp lica r con
la más disponible de las causas: la ambigriedad cjel habla
ordinar¡a. ¡A dónde no podenros llegar con las palabras
empleando este vehículo I Por ejemplo, considérense los
casos en que algunos personajes de los /lmerlcks cabalgan.
Muchas cosas se pueden hacer con la ambigüedad de la
expresión "cabalgar". lMás todavía considerando la cabal-
gadura. Hay una dama que sale a cabalgar en un cerdo. por
si fuera poco lo hace luc¡endo una peluca. ¿Oué no dirán las
malas lenguas? Y qué de esos otros que cabalgan en un
cocodrilo, un oso. una liebre, una tortuga. O considérese
esta expresión "sentarse en un pjlar" en el /i¡¡enck famoso:
Un señor se sentaba junto al mar
plácidamente en lo alto de un pilar;
pe ro, si hacía frío,
renunciando a sus bríos
mandaba por tostadas a su hogar.
¡A quién no le vieÍre este l¡mer¡cky de cuántas mane-
rasl Un compendio de exhibicionismo, pretensión, h¡pocre-
sía, decepción, arrojo y fracaso. Para todos los gustos, aun-
que en tono menor. ¿No estará también hablando de sí
mismo Lear en esta estrofa? Por lo que leo, no dejaba, de
vez en cua nd o, de " mandar por tostadas a su hoga r". ¿O u ién
l no lo hizo más de una vez "renunciando a sus bríos?".
I Pero Lear nos dice que no busquemos alus¡ones en
I
sus estrofas porque no las hay. Sólo sinsent¡do, puro y
l absoluto s¡nsentido para que dancen los pequeños. ¿pode-
¡. mos o bed ecer?
1
!
I XX¡X
É
q
Se decía u n señor en Cuernavaca:
"tCómo me Iibro de esta horrible vaca?
Si le sonrío un rato
y cu ltivo su trato.
bien podría ablandar a esta vaca".
No hay remedio: cual más, cual menos, todos nos
damos por contados en esta estrofa. Todos, menos la vaca,
como se entiende. a la que le ocurre justamente lo contrar¡o
y sigue fast¡d ián do nos.
Pienso que el cuidado que pone Lear en evitar la
alusión muy bien podría explicar que ub¡que a sus persona-
jes en lugares remotos, que no descienda de la denominación
genérica Gn old man, an old woman, a young lady), que los
ubique en relaciones banales, anécdotas frívolas El paisaje
en que los encontramos es casi puro nombre: un río, una
playa, una co¡¡na, árbol, cerco. Están, sí. casi s¡empre en
situaciones r¡dículas: arriba de un árbol, dentro de un río,
sobre una rueda, dentro de un nido. Muchas veces, están en
compañía de animales. plantas, objetos nimios. En fin, que
todo parece elegido para la distanc¡a, la desimplicación, la
insig nif icanc ia y el ridículo.
Recursos de problemático manejo. Porque el resulta-
do es una geografía que nos abarca a todos. Como si se
obrara una reducción al común predicamento, a la radical
soledad. al deslizamiento de todas las cosas. P¡enso que
una reducción así viene aliusto para la percepción del n¡ño
y que explica también la aceptación sotocuerda, emociona-
da y renunc¡ante que encuentra este poeta entre los old men.
Si, púes, este hombre, este gen¡o, se propuso sólo
divertir a los n iños, cuidándose de a lud ir y cr¡ticar el mundo
de los mayores, hay que endosarle a él un s¡nsent¡do gran
de como una joroba. Pienso en Copérnico, diciendo: "Pero,
¡si sólo quise explicar de manera más s¡m ple el mov¡m¡ento
de los cuerpos celestes! El sol, ¡qué va a estar en el centro!
Sólo lo finjo en el centro. Y ¡vean con qué elegancia danzan
los astros a su alrededor!". Edward Lear podría asimismo
decir: "Pero. ¡si yo no cligo que el munclo humano gire
en
torno del sinsentido! Sólo f¡n1o que gira asi. V
¡uea"n, quJ
alegremente danzan los niños en torno al sinseniido!.,.
- Deque
niños;
¡os adultos se clice que debemos vc,lvernos como
todos llevamos un nino dentro; que muchas
veces nos conducimos como ntnos; que olv¡damos
el nino
que fuimos; que no vemos a los niños. Toclo
Io cual, taml
bién es verdadero y es falso. pregúntenle u crutqrieiu.
o
déjenlo hablar: ¡A mi, no me venga usted con niñerias!
la jnfancia feliz! ¡eué crueles son los niños! ¡Ah,
¡Ver con'tos
ojos de un niño! iSertonto como un niño!
Hay mucho de materia cruelen los linericks de Lear y
que ello t¡ene que ver con su aceptación infantil.
:yPonSo
I\4ás clara es la explicación de su éxito por'la presencia
Je
¡os animales. Un entend¡do sabrá decir cuánto debe
a Leai
la caricatura moderna y el cine infantil de dibujos
animados.
No puedo seguir con todo lo que acumulé para esta
presentac¡ón de los limericks de Lear. Muchos problemas
lt¡¡,.. ,.
tengo tamb¡én con su versiÓn en español Cuando he podido
he conservado el nombre de países y lugares como están en
el or¡ginal. El adjetivo que suele colgar Lear como una burla
al qu¡nto verso lo he conservado casi siempre. Muchas
veces, camb¡é los lugares con vista a la rima. La frase hecha,
el clíché, tiene importancia en Lear;tanta como para tratar el
sinsent¡do desde su perspectiva. Por ejemplo, como se dijo,
la joven que pierde la cabeza cuando la abanica su tío, la
pierde literalmente en la ilustración Podrían confrontarse la
frase figurada y Ia ilustraciÓn literal como una clave del
humor en Lear. Sólo que. en este caso por lo menos, este
"perder la cabeza" que trae la traducción no es el que trae en
el original. Así, he alterado el limerickrraduciéndo lo, pero no
creo haberme apartado de una especie de hurnor y s¡nsentido
que están en Lear. Así, también, el límerick del señor de
Peshawar trae en español un equívoco que no está en el
or¡ginal. "todos van a sentirte" es ambiguo y sign¡f¡ca tanto
"apenarse" como "oír'. De modo que no sabemos si la
señora del ¡nfortunado estádiciendo "¡Quépena.. I" o "¡Por
favor, no grites tanto...l". En otras ocasiones cambié un
sinsentido por otro, asegurándome para hacerlo en otros
escritos. en cartas y anécdotas de Lear'
El l¡mer¡ckde Leartiene casi siempre la misma estruc-
tura métrica y también el mismo tipo de compos¡ción'
Comienza siempre fhere was an old man (an old ladY, a
young tady). Casi nunca traduje "Había un anciano (una
ancia na, una joven )" . U na trad ucc¡ón asi no se aviene co n la
ilustración. Con la presentación, viene el lugar donde la
persona vivía, que muchas veces cambiÓ en la traducción'
Hasta preferí lugares chilenos para la sust¡tuc¡ón. Después
viene la descripción del comportamiento, maneras o hábitos
del personaje. Sigue una anécdola con un comentario, un
desenlace.
Sobre la cuestiÓn métrica. trato sobre todo de lograr
un ritmo. La rima la respeto, pero el ritmo lo construyo de
modo que quepa entera la historia Las palabras inglesas
son cortas y se contraen de modo que en capacidad o
XXXII
volumen no podemos competir. Repetir la útltima o últ¡mas
palabras del primer verso en el quinto es cosa que respeté
en la m¿yoría de los casos. Hay una reflexión de Orwell
sobre este recurso de Lear: que al anticipar el cierre de la
estrofa con las palabras en que termjna el primer verso,
Lear baia el tono del drama; el lector anticipa el final y no
hay sorpresas. Las cosas ocurren como ocurren las cosas
Acaso sea asi muchas vecns, pero no siempre.
Veamos todavía un limer¡ck para una consideración
sobre el abuso del adjetivo, que vale la pena. ya lo dijimos,
Lear suele estampar en el quinto verso (no exclus¡vamente
en éste) un adjetivo que va encima como un parche r¡diculo:
Había un caballero en Las Ardenas
que odiaba las molestias y las penas,
por lo cual se sentaba
y las piernas alzaba
esa persona umbrética de Ardenas.
No siempre he traduc¡do esos adjet¡vos ,,a la buena
de Dios" que sue¡e traer e¡ quinto verso. pienso que este
enlpleo arbitrario y chocante del adjet¡vo v¡ene muy bien
como crítica de las culturas retór¡cas. Me parece que fue
Vicente Huidobro quien dijo ciel adjetivo: ,,cuando no da
v¡da, mata". ¡Eso es hablar b¡enl ¡Cómo aplaudiría Learl
¿Oué quedaría de tanta literatura si quitáramos todos los
adjet¡vos u m bráticos?
Debo term¡nar. Yo queria seguir un h¡lo de senticlo en
esta introducción a Lear hasta desembocar en una histor¡a
que me conlaron srendo muy nrno y que nunca olvidé.
Como sea, la escribo aquí:
Esfe era un rey
que tsnía un buey;
lo amarró a un qui¡lay
y deiénlo ai.
XXXIII
NOTA BIOGRAFICA SOBRE EDWARD LEAR
et. t.Z O3
Edward Lear naciÓ en Highgate' Inglalerra'
que un padre delo en
Mavo de 1812. Fue el menor de 21 hrjos
muteres' soDre rouo dr
la ruina v abandonados Se crio enlre
que muy bien podía
."ii"l"'ü'" -"yor de sus hermanas'
;;;;;;; p"r ios 21 años de edad que los separaban
pot
A los quince años, comenzÓ [ear a valerse comisio-
.sí
ó;;r;; ;in,¡unt", no demoró en consesuir
-ir.;.
ll""*doi de l¡teratura médica Posteriormente
"".'.á*"
l.""io,i' dá ta soc¡eoao zoolÓg¡ca para iluslracio-
animales; en especral' paiaros Recomei:d:.i
nes de""."in"t
Derby) recibro de esre
Eái"rtO Stunf"V (el décimo tercer Lord de su man-
o" iiustrar un libro con la ménageríe
"iá^.-é.
.ion ino*.luy Hall, vecina a Liverpool'
"n a ser experto
Alli permaneció enlre 1832 v 1836 Llego
muy defectuosa le lmpl'
ilustrador nalural. pero una visión mucho en
esia tinea de trabajo que exige
o'i'.ñ't
precis¡Ón Y ""
deta lle
Óleo de
Posteriorrnente se decid¡ó por la
prntura
.al puoo
vacllante
oarsaies. A pesar de su economía siempre pudo desear'
paisaje
i;il; t"s;;; drsfrutar de cuanto Siria' Palestina' Asia
ütri,i i"o¡1, Cevtán Egipto, Arabra' punta a cab:i
n;;;;r: M"li"' cárcesa conocióque ltalia de ?e:
ptáiiiiá ct".¡u sobre todo, a la dedicÓ largas excursro-
ne s.
REFERENCIAS
LIM ERICKS
(El libro del Sinsentido)
I
Una señora que vivíann Navarra
pasótoda su vida en unajarra;
oara ha..r[a lncolora
la pintaba a toda hora
[a serena señora de Navarra.
2
Un señor se runtuba junto al mar
placidamente en [o ulto de un pi[a6
pero, sihac. f rb,
renunciando a sus brbs,
rnanduba por tortudas a su hogar.
3
tr
Había una Jon."ll.u . uga hL6[orta
no había ouién supie ra de rnemoria;
ll
se iba a un arenal
(nadie sabía cuál)
r. l- I
g enl.rnLaba un Peg ueRo tratado d"
hi*oria.
4
?2---
i^- .'--.-"' -+2
-É-:--=-_
5
Había una señorita en Alicante
de cabello rizaáo exhuberante
l'-'Lacia ef mar
que 5e exPandto f r'.
ee enroscó en un Plnar
g asombró utodo "l mundo en
Aticante.
6
Había un jouunteuta.udo.n Zaíre
que se estuvo con las piernas a[ aire
hasta gue el marrueco
[e subióa[ chale.o
a esejoven de Zaire.
".téctico
I
7
I
L/
L,
l-labitaba una darnu en Palmira
que a escobazoslimPiaba EuLira;
.ada u.z que lo hacía
una dulce armonía
embriagaba a ia gente en Palmira'
B
Un señor gue vlvía en Mendoza
tenía l'a conducta más curiosa:
toáa ve= gue podía
en [a mesa dormh
este señorgrandioso de Mendoza.
9
,p
10
Había un .uballero de Be[én
que siemprehizo las coras rnug blen;
rnetía La cabeza
en una bolsa g.u.ra
g de espatdas dormía en Belén.
i
!
n
r
&. 11
[,
Tenía una señora Je Cantón
una barbil[a .omo un agu'¡jón;
en un arpa de viento
[a aguzaba en momentos
gue [lenaban d"trémolos Cantón'
12
l-labitaba un señoren Itá[ica
du dudouu materia enceFá[ica
en las horasde.alma
se subía a una palma
g obserrruba las ruinau d. Itá[i.-.
i
I
II
13
t
li
Había una señora en San Bernardo
que comPró un plto g se sentó en un cutdo;
con 5u modo inquietante,
rudo g desconcertante
Eil.bab-a atodo en san Bernardo'
"tmundo
14
l-labía un.abu[lero Je Tolosa
cugac ldeaE eran mug dudoru.;
en un globo aerostático
| / +1. l,+.
flac La esIudros IunaLrcos
eEe Eeñor iluso de Tolosa.
15
flERflELA
16
Un Eeñor gue vivía en Cartagena
tenía una expresión dulce g serena;
sentdndoue en un río
bebh oporlo trb
el tranguilo señor de Cartag"nu.
17
Habra unajoven en Odesa
oue para Protegerte la
cabeza
J*olutuba un sornbrero
.o,lt ruedos de cuero
"u
g tres colas de clnta de Odesa '
18
Habitaba un señor en Magdalena
un poco consumido por [a pena;
comía torta en tarro
que,sL se hace en un caYro,
atigera bastante de la pena.
i
h
&
s
19
f
I
,/. /.'/',,/¿-/'/ ..' --¿'- -
20
Había un cabaltero en A4ataqulto
a guien tenían insomne
lou Áorgrltor;
para dormlr cenaba
ternera sancochada
sentado en una rueda
en Mataguito.
:
21
Habitaba una dama en El Paso
de virtudesg vicios escasasi
de puro diligente
tragó un pastel caliente
g pasó a mejor vida en El Paso.
22
A un señor con problerr.ras de conciencia
se le ocurríó curarlos con urqencia,
-
con salsa de tomate ,
,on.,hernJ g chocolate
todo lo cual alivia la conciencia.
oz
Sopo
24
í"4---
25
Debido a su locura una Eeñora
se Fue a sentaren una za(zarnoYa;
rl
por las rnucnas e5Pnas
su bata auedó en ruinas
I
26
Había un cabal[ero en pueblo Hundido
que clannaba : "¡ Mejor no haber nacido!,,
se sentaba, lloraba
g tanto se angustiaba
i
27
Había una dama en Montevideo
que compró un sombrero Parael ?aseo
tan grande 9 tan rojo
que le \rrfto los ojos
I ' 'rMontevideo-
9
veloz Yeg(e5o¿
28
Habh un caballero de La Plata
que leía a Homero en una pata;
cuando se srntió1ieso,
dio un saltito ex profeso
g se ahogó en el mar de La plata.
29
r
Latía de unajoven de Gerona
era mug andadora g mug saltona,
saltaba guince vallas
g andaba, en leguas maga5,
aproximadamente cien mil las malagas.
30
Habitaba un señor en Orvieto
gue no podía nunca estarse guieto;
envuelto en Jtina t"la
propiedad de abuela
"u
iba de arrlba aba)o por Orvieto.
31
Le dlo a la mucama una dama de AmbereE'
u5i
en.uentras que hag agu-.¡as o alfileres
en m'r alcoba,
bárreloscon la e.coba)
dan"a exhaustiva de Arnberes'
"sa
32
Había un caballero en Santand".
gue no sabá guédebía ha..r;
ba_;o el sol paseaba
hasta gue 5e toslaba
ese conFu50 serde Santander.
33
,i,
Había una dama de nariz tan [.r9a
que [e costaba soportar 5u cayga;
contratcí una criada
de conducta probada
acaryeay esa nariztan larga.
?arc
34
Había un caballero en Las Ardenau
gue odiaba las nrolestias y las penas;
con laE piernas a[aire
rnoslraba sr¡ desaire
ese urnbratico ser de Las Ardenas.
35
Había una darna
1ue
gritaba en Quito
9 hasta
en Río se oían sut gritos;
.ran gritou bestrales,
nunca nad['e ogóiguales
a los grttos salidos de Quito.
36
Había un señor en Perú
que siempre se decía, "¿Qué harástú2"
se arrancaba et pelo
g [o tiraba at suelo
ese señor intr(nseco en Perú.
L
li
&
a(
ü.
üh
.,/;.a,'',7
Indochina
Había un caballero en
muq dado a abanicar a su sobrina;
se ápli.aba a la em',rc'a
.on i¿l d"licadeza
que |a joven perdió la cabeza'
3B
Erase un hombre gue en su edad primera
casualmerrte cagóen una tetera; '
creció,ni gué decir,
g sin poder satir
IL
11,
iI
ll
Is 5J
s
Había un caballeYo en
Peshavar
que 5e corló la arteria gug:t"Il
al. \os alartdoE
u'u "scuchar
".oouu i Oh, amo r mío'
.uuulró"'
i;i;.;" a uánti't" en Peshavarln
40
ri
nor
I9u,
e\ vtiIa een un istmo
(o5,eet5¡l),ip ie gargarismo
)a:rq d,
anzl_)ía torhto) l'lrd,
I
)o,
lnf
€CIter
I
t5;ó )- e3n elI fo ndo
ce5 ha.ACCE)n 5t;te mr tre gargarismo4'
P
41
Un caballero que vlvía en Jamaica
desposó de súbito a una cuáquera laica,
t'i
la que exclamó' La-lá,
si me viera rnamá !"
aFltgiendo al señor de Jamaica'
42
l
Un caballerode Kilima{aro
luca en Eu nariz un aro ra(o;
durante todo tlunio
miraba el plenilunio
con su aroraro de Kilirna$aro.
43
\
44
[ste era unjoven gue vivía en Buda
cuya conducta era viciosa g ruda;
llevaba una qolilla
entre blancJamarilta
aturullaba a medio mundo en Buda.
1ue
45
Unseñor que habitaba un Bohemia
bautizó a su h'¡ja con elnombre EuFemia;
?ero, \ v aga,aFliccíón I
ia sudqo un ladrón
amargando al señorde Bohemia-
46
Un caballero gue vivía en Vincenza
tenra las piernas de una
altura inmensa,
de una sola zancada
se pasaba a Granada
ese hornbre sorprendente
de Vincenza.
Había unaseñora enSara¡evo
cuga5 hyas m\raban a huevo'
de gris laE vistió
u duro les dio
Lon un baslón..ntorno aSara¡evo'
4B
Había un caballero en Chiguagante
de manera de ser"^uJp".ántu;
entina a prueba de agua
navegó hasta Pisagua
ese acuá1ico ser dé Chiguagante.
49
llabíauna duma cuga nariz
prosperaba g crecía feliz;
ál p"rd"rta d" vista,
.x2larnó, " i Estog liuta r
iAdiós la punta Je ml nariz!"
50
Habitaba un señor en Arezzo
que no tenía nunca más de un peso;
gastdtoda eua plata
en cebollaE g horchata
ese señor reFunFuñón de Arezzo.
)t
en Suecra
Una señora que vivía
a 5ilesia;
subió aLtren'que Partía
cuando escuchó:' iLlegada
I
52
Había uncaballero en Marga - Marga
de nariz aplanada puro laígui
en Eus partes mástlernas
ponía una Iinterna
g pescaba de noche en Marga - Marga.
|'
I 53
t
Unajove4*fabía en San Javier
qu" pidi; lelraleran de beber'
le dleron, "iAg, hgja,
se vació la vas'¡lal"
\o que irrrtó a e5e ser de San üavier'
5+
Habitaba un señoren Vesuvio
que leía en su Fuente a Vitruvio;
la tuente se incendió
g al ron se dedicó
ese mórbido ser del Vesuvio.
t
li
&'
I
55
&',
&j
Había una joven cugo temperamento
se aouietaba de momento en rnomento;
o.uo,\ntáronle, "¿ Mudaz "
iuuá un qesto de duda
.u" proíocador ternpe ramento'
56
Un señor Va[ladaresde Argent¡na
.ortaba sus uñas .on
se cor[ó los pulgares "u.ofii,u;
g exclarnó' "iValla -..dares,
guiénte d¡jo gue usaras escotinal.'
ii 57
ii-,.
R1
ü.
Había una Eeñora en Santiago
de lenguaj ehorrorosarnente vago;
ti ulou'ren l,e prequntaba'
o,
SJn uo*bi"tJ"z" dudaba
la oracula r señora de Santiago'
5B
Había uncaballero en Barranquil.las
gue no comta pan sin mantegui[ta;
pero una grantostada
se le guedó atascada
ahogando a ese horrorde Barranluitlas.
I
I
É.
R
59
&
Había un señor uentado sobre un banco
con nlanchas negra5 en su chaleco blanco;
lo volvió al revés,
lo parlió portres
g obseguió a sus hljas su chaleco blanco,
60
Una persona gue vivía en Luca
5e co\pY! tal pedazo de peluca
gue soto ta narz
como una gran lombriz
le asomaba entre [a petuca.
?o(
61
HabÁ un cabalLe ro en Alabama
siem pre cortéEtr Áándose de damas¡
dand! a su h'1ja La mano
se ahog6 en un pantano
ouu hag en alguna Putt" de Alabama'
62
,,1
Un caballero gue viv(a en Río
tiritaba con sólo oirde Fr6;
se compró unos visones
g unos cinco almohadones
con l.o que se sacó de encima el.Frío.
I
63
l
Aabh un cabaILe ro d" La Higu..o
q". .p"dn p::dg" po",Lo..9u" Fuera;
alguien d'go r "¿ Por qué2 "
q ét gritó r "i Mire, usted,
ño rruelva a a?arccercePor La Hígueral
64
NW
ry
65
Un caballero que LLegó de EuroPa
Iropezó el pobre g se cagó en [a soPa;
Dero una Slrvlenta
Ln.o-iuble g atenta
[o sacó .on un garf\o de [a soPa '
66
Había una personaen Rinconada
quetenía una boca inmoderada;
pero al zamparse un plato
de pescadobaralo'
se atragantdel señorde Rinconada.
67
lii,
Un caballero que
I
vivía en Lga
ence((ó a su señora en una ca1a.
\'i
Quiero salir!" decía.
"Me paruce, querida,
que pasarás [a'vida en esta .uiu."
6B
Egte era un caba[ero d* Dublín
I ¿ \\. --r. .1
gue decía,' i Tipitín, tipitín I
69
Una ioven de azult caneEú
t'¿Eres
r."i^t Uu'. tú, erestúa"
tuindo ogó"'i 5í sog 9o !"
só\o respondió"'iOh!"
ese esPerpeÑo azu\ en canesú'
70
una pe.rsona gue se d!1'o incierta,
,fabía
nadie responde a esta puertar
_"tr J1u
toqué [a campana,
tnesalieron canas
gnadie responde a esta
puerrta."
71
en China
Un caballero que vivía
Gina'
tenía seis pe{ueñaE ' Jiska 9
Amelia 9 Amalia,
Fidelia g Eula[ia,
g todau vivían
en China'
10
l/-
.\->\
73
LIMERICKS
(El libro del Sinsentido)
ll
Vivía una doncella en Gibrallar
que f recuuntaba el Fondo del mar;
acunaba a los pece s, mimosa,
les lavaba laloza
g nadaba de vuelta a Gibraltar.
I
75
t
t.iq "i\
o \\
76
Esta era una dama de Coblenza
que solía dornriren la derpensa
si venían rafones
les echaba bonrboneE
esa _¡uíciosa dama de. Coblenza.
da áecía,
Un señord e barba mug pobla
"iEuto era)uio,lo que metemíal
i Dos búho 5, una gallina,
cuúro alondrasg una golondrina _ .,
tomaron mibarba por hospeder(a!
-74
t()
Había una señora en Gotemburgo
compró un guiltro negro en Eslrasburqo;
que
mermelada de Hamburgo
yjamónde Fríbur9o
h daba al guiltro d. d".agurgo.
79
Adornaba un eeñor de Verona
s¿cabeza con una corona
con tres camaYones
u cuatro ratoneE
ánuurtados en salsa de Verona'
80
Los zapato= de una damade llalcon"s
notenían rnug sueltos los cordones
compró cinco rnaEtines
nuevitos y en patines
salicí a dar una vuelta
por Haicones.
B1
Había un cabatlero de Canfón
que poeeía un quiltro asaz gufrón
su andar g su gracejo
eran qloria g espejo
de cuánto guíttro gordo había enCantón,
oo
Unaseñora tue a Puerto Ri.o,
comprótres pollosg un abanico,
volvió,sentólos
g abanicótos
con su abanico de Puerto Rico.
83
Había un caballero en Somalá
oue se estaba cantando todo el día
I
B4
Una darna que vivía en Conelanza
daba a unos patos clases de danza;
les marcaba , "i Un - dos -tresl"
feSpond ran : r lue -Tue l
l/ \\.-r , L zr\\
cl.' .I
aFligiendo a esa dama enConslanza.
85
Ha6ía un caballero en El RemanEo
cu9o5 amtgos eYan unos
9an5o5i
iba en su compañía
a toda hora del día
es" aFable señor de El Remanso.
86
Unadarna en pljama se aEorno a lz:i venlhna
pensando que'allá lejoe venía l;i rnari¿,t'r,l;
bs búhos g lecl'ruzas
la do jaron conFu:a
e7
Había un caballuro Quilicura
"n
que Frecuentaba valleE g llanuras;
I L L..
cuan[o galo g Yalon,
culebra g culebrón
seguían al señor de Quilicura.
B8
La hlja de un señor del Altiplano
gustaba cabalgaren un marrana;
usaba una peluca
sobre [a mera nuca,
dando hablarentodo el Altiplano.
9ué
89
l-labía cabaliero en Camerún
i-rn
90
Había un caballero de Monrovia
que andab a por Ia plaqa con su novia;
lllJ
les salió un camardn,
les saltó el corazón
g volvieron corriendo a Monrovía
91
Trataba un caballero en Petrogrado
de hacergue camina ranlos p"u-.udou;
cuando caqeron muertos,
djjo " Lo único cierto
'
e5 gue debíguedarme en Petrogrado)
JZ
Había una rnuchacha de San Rerno
a quien la abuela amenazó,"iTe guemo!"
la nieta of rec\ó untrat I
uiQu*.u
rnejoral guto,
oh vieja incongruente de San Remol"
93
Había un señor mug dese=perado
gue 5e conrpró una liebre en el rnercado
nrontden ella un buen día
g corriendo sentía
gue ga no e.tabatan desesperado.
94
Aabh una doncnlla en Aragón
de mucha Farna g gYan repúación;
rnientras tocaba el arpa
pescó máE de rnacaYPa
ia .onrrrnadajoven de Aragón.
95
Un caball"ro de Buena Esperanza
se hizo a la mar arrila de una gansa
pasada la milla
mivó hacia la orilla
g sonriendo volvióa Buena E-speranza,
96
w),
97
A un caballero gue vivía en Niza
le reventaba tener que andar de prisa;
r r-L-L I I
a tomo de [orluc]a
iba de Niza a L"uga
ese lunáJico señÁr de Niza.
qa
r
f,
n
lii'
f
l
il
99
Había un caballero tljuaneño
gue enco nIró un perro chico sín su due
focando lacampana
durante la sernana
arradraba al perrito por Tljuana.
100
Había una señoraen San Vic"nte
a quien seguía un oso,lamentablemente;
sinhéndose extenuada
murióde una sentada
la dan'ra trágica de San Vicertte.
101
Hahía Lrn caballer-o en un nantano
rnodos.' !
t
102
Había una donc.lla de Sorrento
a guien seguía untoro izirulento;
aqarrando una pala
lirito ' "iHala,'hulu l"
dístragerrdo a ese toro virulento.
103
Un señor que vivía en Siracusa
daba clate= cleté alaslechuzas,
oues la sola noción
l".o-"rse un raIón
le parecía irnpropia de lechuzas'
104
una durna de
-Iormes
Había
acoEada poy molcas enormes:
a unas nluUa puñetes,
a otras ahogóln ret.ut u
g se volvió con las demás a Tormes.
105
Un caballero que vivía en Riga
subEisTía .on ünu que otra amiga
cue nicaba del suelo
los palarue\os
"*rá
en la purl" éxolértca de Riga.
106
[ste era un caballero con búho
cue eutaban siempre tastidiando a dúo;
Ll
con cerveza ama(la,
la pata larqa,
107
,\
i
i]
i I
.1
,/
t,
l',
I
\\z't¡
l
I lu...rumba!
tl
lDe acuerdo a la deFinic¡ón la bruLa
zumbalt
108
i¡
I
Se [e melió a un Flaulista de 9ran nola
i
i
una boa en la caña de una bota;
tocó con tal derroche
de arpeqios día q noche,
guu tJ biu .u FuJ .on tanto boche.
109
L
Habitaba un señor en Bal¡a
con veinlicinco hljos g una h'1ja;
les daba caracoleE por pitanza,
los oesaba en balanza
u.J horbre extraordinario de Balga.
110
h uncaballero en San Genaro
que cabalqaba un burro café-claro,
111
A un señor que vivía en Las Yizcachaq
I
112
Había un señoren San Marln<>
orooidar\o de un rnono babuíno
'quJ .n una no¿he helada
incendió la morada
g con ella alseñorde San Marino'
113
k":
en narizg rodilla.
Io picaron g se volvió a Barbados.
114
caballero en GuadaYYa?o
Habá u;r
que no eslaba de acuerdo con los sapos;
{
I
pngaba A 5L 'c sODf ln'd5
doslibraE eaterltnas
,,or .ada sa?o rnuerto en GuadaYYa?o.
115
A un señor lo atacó la manía
de corner liebreotodo el santo día;
por comerlas en cuero
se puso verde entero
.o,1 lo cual Ee le Fue la maná.
116
Gustaban a un señor de Medellín
las arañastostadas remojadasen gin,
agregaba un té Frio
ala or\lla del río
ese señor romárllco de Medeliín.
117
Unseñor sr-rponía gue 5u prerla
en un veinte por cierrto no se enconl.raba
abierta;
pero, mlentras clor rnía
todo el quardarropía
J
le comieron las ratas gue enlraron por la
Puer
118
H46quicA
119
Se decía un señor de Cuernavaca:
"2C6mo me libro de esta horríble vaca
si le sonrío un rato
g cultivo su trato,
bien podría ablandara esta,ra.u)
120
A un caball..o qu" vivía Na,rarra
se le pegó
,t "ncigarra;
una
.ala.espalda
cuando cntyrp en su otdo
le dio un susto parido
g se aleló a Ealtitos d" Narrurra.
121
Erase un hombre en cugas narices
reposaba n los pá)aros Felices;
lehacían compañía
haEta el Finaldel día
hora en que 5e le inchaba n las nartc,
I
122
LIMER¡CKS
(El libro del Sinsentido)
lll
Había un Eeñor en Baviera
elogiado por quien lo conocíera;
al Eon de una carnpana
danzaba la pavana
deleitando á la g.nt" de Baviera.
124
caballero enTalagante
l-labín un
que alrnorzaba un poroto g un guisante;
decía, "9a con eso
siento exceso de peso"
señor -Ialagante.
el prudente de
125
odqL éEV 'ta eln L_o¡H1e\r mid
Un c'.alba lleAIYO
lu.
com r(o 1-t:a,P.
'P
t;
,utlo5t;NLue'
\
EV VO
O55 5;inntm(e(di du;
le pr,e 91 rn1rtza1r(
ror t: ¿,U.
)t't: )..
l.' 'iN
ao (t!o
-1,
'uitol: ,l No ha,tsl¿
re5P)o l'lrd
t ;taea
lu
e5e tLJT,bricdco)55e lo LJItt elYNmridr
e( de L I lat.
126
flr
i
ll
127
Habitaba un señor en Mato Grosso
1ue
corría en los lomos de un oso.
?reguntáronle, 'l Trota ?"
Respond ió -. " iN í una jota I
Et u'n oso nreilo.o grá.r,ruo!"
128
Unseñorque vivía en Las MelazaE
Eólo usaba el paragL-las en casai
decía r " No es decente
molestar a la gente,
por másque ná haga gente
lr
en Las Melazas)'
129
-F€--==:--
130
j
I
Había un caballero de Caslilla
que dil'o t" \Por tavor,una silla!"
lédljeron ;"iLesera!
i5iéntate en tu chistera
e5 el chiste rnás grande_de
ide
C-aclillal"
131
J]
132
Decía una señora de Rosario'
'i Fubuloro, genial, extraordinario l"
cuando esci.hd, " i Carl]ol"
voló colina abajo
nunca
/ (ru€
ma5 I vista Por Rosario'
9 I
133
T
I
1i
i
,
ir
=/2
134
fl
".[.:
ii
i
I
\
lagente se espantaba
g returnbaba toda Viva.eta.
135
HabÁ un joven de ojos agraciadoz
de tamaño g color inusitados;
si estaban rnug abiertos
sembr aba n desco n c íerto
g su entorno guedaba desierto.
136
Había un caballero en La Florida
bastante disgustado con la vida;
un plato de ensalada
g una que otra balada
curaYonal señorde La Florida.
137
Itr
HabÁ un hornbre mug obeso en Praga
a quien de súbito cog\ó la plaga;
le dieron mantequilla,
la que le dio cos\uillas,
las'que curarona'l Eeñor de Pra ga
138
i:-;
r
i'
,tt'\ ü'
139
t-
Cabaloando un Eeñor d" Extrenradu
.JL-/lt.+
cagó ,ú ue partió en doe por la cirftu
pero una5 Duenas qentes
con enqrudo
"x..|énte
al Eeñorde Exlre madura.
TngurJn
140
.,L
Ha bhAtUIrn catb,alletr'ole nrArqrlqenl"o
+
grU(e' t\víliáe,rfl ete\.r'(l(O,LO r merÍo;
ar izz lortn vrr.titeeY(YO
d(etna Y1
oatnidlo5 ue
mrrII'g tl^Pl +
eT,e:(ln o- iol
otrmento.
I
141
Había un caballero iunto al Nilo
montado en un .nótt* cocodrilo;
di iéronle, "Al crepúsculo
-. ' +
p,-iede
r darte mo rdüs.uto
g de_.¡arLe un ruito minús.ulo)
Pocl
142
Un señor que vivía en Maderas
se compró una camisa.on pechera;
le dijeron,'2 No ves
guete ves como un pez
llevando una carnita' .on pu.hera z'
143
Un Eeñor que vivía en San Andrés
caririnaba Jn lu punta de los pies;
le dijeron , "i ldiota ,
no entiendes una lotal
iNo son horas de andar a puntapids
1+4
Había.un hombre en un paradero
u1 o imperecedero;
¡u1.hizo ncf¡,cu1s
{é djjeron, Rapá
para'iu tenlenpie,
oh peste g aFlicciói del z"
¡uraduro
145
Había un cabatle ro en Cridianía
sentado a remache en una sacri{ía
t.. / I ll.- \\
dllefonle: ltfe5 un...
rJupondio ,o íCataplún !"
ese odioso señor de Críd¡anía.
1+6
Habitaba un señoren España
que cortaba el iarnón .o,l quadaña
cuando escu.hló, "iQué imóer.. .l"
gritó, "iGuadañu o .u"r..'. !-'
e5e ser intensivo de España.
147
lr,
r\\L\l
148
Había un cabaLLero de La Plata
delgado comoLámína de lata;
fe achataban los tlancoz,
[o vestían de blanco
1+9
Un anciano sentado en dn olmo
tenía una barbague llegaba al colmo;
unos pQjaruelos
Pero
le arrancaron Los pelos
paratejersus nidos en e\olmo.
150
Había un caballero en Katowitz
al que un loro coqió por [a na(fr2
al J"rLo mnlun.ái.á
dljéronte ," Es bucótico)
lo gue calmó al señorde Katowitz.
151
t
Erase un caballero de Mendoza
de una presenciade ánirno asombrosa,
se compróun caballo
g másveloz gue un rago
escapó de La g"nt de Mendoza.
j
152 1
Tenía una doncella de San Roque
la cabeza cuadradacomo un bloqu";
al salir [e encqjaba
una ptuma dorada
gsan Rolue guedaba blogueada.
153
En una barbacan aha6Á un viejo
gue agitaba lasmano5 rnug perplejo;
le dil'eron, " ileñor,usted se cae !-"
" Lilierra no ftie atrae"
dljo inmutable e[ incipiente viejo.
15+
JabÁ un caballero en Araniuez
oue dec ía.'\94¡o es, esto ás !"
preguntaro n." ¿ Quéa ¿ Cuá I r"
g se arrojó a un canal
que absorbió al caballero de Araiuez.
155
Había un caballero de Berlín
delgado corno lámina de zinc;
por dislrac ción en casa
lo echaron en la masa
u así oaniFrcaron a\ señor de Berlín'
JI
156
;L
F
- , --4-'
157
Había una doncella de SoFía
a ouien no huboamante aguanlara
I 1ue
undía;
se subi6 a una encina
cañó"'iAgdoseFinai
embarazando atodos en SoFía.
158
Este era un señor de Indep.ndencia
de guien nadie tenía reFerLn.ias;
le oFrecieronlab6n
g [e di1'eron ," Dor,
esmejor gue se vuelva a Independencia.
159
Había una persona en Santa Fd
que decía', "¿Qué diablos haré2"
Juundo ogó."\Vete al cuerno!"
dljo en su Fuero interno'
"Éu m*1ot'lue me en Santa Fé)
luede
16C-
Habitaba un señor en Concepción
más bien carente de coraz6n;
armaba un zalarrancho
contres búhos q un chancho
en un coche alqu-ilud" en Concepción.
161
Una:eñora que habrtaba en 9urna
tuvo uir geutt de cortesía suma '
girando s obre sí
ii
ll
se hundió en el eueto I
il
I emergió en [as antrPod as de 9uma.
li'
$il
l,l
'f'
[:
162
lr
Un Eeñor gue vivía en Valderas
compró enormes rnanzanas g
?eyas,
guinientas noventa
con gue sin darse cuenta
dio en la cabeza atodos en Valderas.
163
l)naseñora que vivía en Ancud
se vio envuelta en una multitud,
a unos mafó apÑadas,
a otros a mano armada
e5e ser impulsrvo de Ancud.
\64
Ha6ía un señor insoportable
que h ízo una obse r v ación inacepta ble
lJ d;1u.on,"¿ No nota
gue es usted un idiota,
' -L,. . | .1. + ' + ll
un estuPrdo tdota tnsoPorlaDte.
165
llabía un reñor en Dardanelo=
que amen azó lanzar un grrto a\ cielo'
\e drjeron Pues, grita
"'
ute haremosPaPita
td"
*or.\or.". a \a D av d^n"\ot'
166
Un senor gue vivía en el Chad
nunca hízo nada con propíedad;
cuando en suszuecos nuevos
tratdde hervír los huevos
\o rnandaro n muduru.
de/ Chad.
167
Un eeñor de .emblante mug ar'sco
.-e maquitlaba con un rojo-obispo'
le diierJn, "i Ridículoi
ba:toncículo
^ourróun
gi.u dgó loE lomoa rgo-obisPo'
hl
\68
s"¡,
llabía un caballero de Brasil
a guien prc: en, el cepo el alguacil
por robar chu/elag
'clavos
g chaquetas
esa horrible
persona de Brastl.
169
Había un caballero d" Moravia
cugo l'ostro adornaba la rabia;
mantenía la puer%
sólo un minuto abierta
g ga estaba Moravja desierta'
x70
Había un caballero de Viterbo
gue bailab a la joÍacon un cuervoi
Ie dyeronr"iEs mucho
alentar a ese chucho !"
g lo yulverizaron con su cuervo.
171
Había un señor con un
trmba\
inFernal'
que hacía siempre un baru\\o
dii".on, "i C re\o santo'
I
fi
'\i
r*;':?oY\a""'::::i.**
)'\" ¡,i.ilton Puré con\mba\ '
l' \
I{i
hi
172
LIMERICKS
(El libro del Sinsentido)
IV
A una damase le Eolto el sombrero
que lae avestomaron Por alero;
ilo, "iMe importa un pitol
todos los Palaritos
son bien l,Jnidot a mi sombr"ro)
174
Aabía un caballero en San Vicente
gue andaba enzancos mug
Frecuentemente;
ros envorvía entul
-Í- panes de Estambul,
dando el togue el.gante en San Vicente.
175
Habitaba un Eeñor en Honduras
de respuestas mas blen tnsegÚYas"
-
oía ,l'¿ Qué es de usted z"
si
J".í., " i \\o hag de qué f',
e'e ser aF\\ctivo de Honduras'
Y6
Había un señor que se moríade risa
cada vez gue ajuantaba una paliza;
diéronle uva g bellotag
guitáronle las botas
g le siguieron dando la paliza.
177
Había un caballero en Arenales
con movimienlos mug cons usTancialee;
siendo de cierta talla
se asomó a una rnuralla
u vio dos patos qordos de ArenaleE'
JIJ
178
l
¡ld ía un caballero en
Puerto Bello
n unlrge con manchas hasla el cue/lo;
dyeron, "No ímporIa,
11. ¡ 't
r ilernPo las acorla
entonces ga no llegan hasta elcuello..'
179
Había un caballero en Estambul
que valseaba con una mosca azul;
Juntur reabana una
alaluzde la luna
.ÁAri,ugundo a la gente de Estambul'
1AO
l
tl I ¿ . |-L
tlaora un ancano en ¿ln boTe
idiciendo ,"íSalgo a tlote,salgo aFlote
cuando escuchó que no
casi se desmagó
se anciano intelíz en un bofe.
181
Había un anciano en Buda
de una conduCa cadavez másruda;
hasla gue con un mazo
resolvieron el caso
trifurando a ese anciano de Buda.
182
llabía unajoven de Creia
que ve_s1íade Forma incompleTa:
se enFundaba en un saco
desde el cuello hasla eltaco
esa urnlriíFeraloven de Creta"
447
t\))
i
Habitaba un señior erlLas 7r\sa"
cugo rcsiro era l¡.jo sonrisas;
."Étabu, " i Ag, Aquelii'i 1'
q rascaba el violín
á1 Eeñor de Las Brisas'
"\u.gt*
1B+
Había un caballero en Punta Gruesa
'-l- I //. ¡
gue gr¡ta ba ; " i Cer veza 2 cerveza!'
se la dieron salobre
qen un vaso decobre
lo
9ue
indigní al señorde Punla
Gruesa.
185
ntil
nn
nlil
r.j
i
ti 186
I
tllri
4cruk.l 'rá"
iii-:
I
T 187
t
,i
Aa6ía una señora en Ensenada
gue tañía una Flauta auro- plateada
la segu ían alrancoE
los tres chanchitos b lancos
que su Iía criaba en En5enada.
188
{ \*-
19C' I
ii
Había un caballero de ?rovenza
succionado por una pulga inmensa.
Cuando exclarnó i Qué Facha !'
"'
le oFrecieYon un hacha
deprímíendo al seño r de Provenza
191
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192
ii
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]i
193
Había una persona de Moravia
de semblante aFectado por la rabia
comÁ ra(ces crudas
con las p\er nasdesnudas
e5e ser irascible de Morav'ia.
194
z _ :-----\
195
zr€ o
196
Habitaba un señor en Tupungato
alcanzaba.u u3t nt sus zapdos.
:u",no
Le decran: c5u pez
Respondía sé1"
"'iNo Tupungato.
el dudoso Eeñorde
197
Había un caballero del Ceste
que 5e puso dna b&a azul-celeste;
' \\
preguntaron,l ¿Le gusla 7 .,
J //-t r
198
Aabía un señor sentado en una vía
con una constricción que lo exprimía.
cuarrdo o96," iSe Fue'el treni'
exc lamó: " i Qué desdén 1"
'
srguro exPnnriéndose en la vía.
Pero
199
llabía un caballero en Talcahuano
que andaba cada vezmáE casguivano'
danzabasin lostacos,
comía higos ?o( sacos
gtocaba elviolín con una mano.
200
Edward Lear (1812 - 1888) Autor lnglés. Genial
ilustrador que cultivó el efecto del s¡nsentido con belleza
y originalidad en sus artefactos poél¡cos llamados
Limericks.