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El novedoso comentarlo aI evangello rogr'tn Matt ot Blbllolrco o
...) EL EVANGELIO sEGÜN
que nos ofrece Joel Marcus conrta cle dr¡¡ voli¡nrener (Mr
dc E¡ludlot
1-8 y 9-16). Este prlmero lncluye la lntroduc.< lórr gorrl
ral (autor, contexto, composlclón, teologla,,,), la tla
ducclón completa del evangello y el comentarlo do lo¡
Blbllco¡ MARCOS
ocho prlmeros capitulos.
(Mc 1-B)
La traducclón ha buscado respetar ta llteralldad dal
texto, para que inctuso los lectores que no conocen al
griego puedan perciblr la fuerza de la tosquedad gra.
matical y sintáctica de Marcos, asi como las conexlone¡ Joel Marcus
terminotógicas dentro del texto. Las notos que expilcan
las opciones de la traducclón destacan los problemar
exegéticos que plantean algunas palabras y frases, ade-
más de transmitir informaciones técnlcas.

El comentario constituye el corazón de ta obra. Se .= ttt


trata de hacer accesibte este evangetlo tanto al lector HO
que busca entender un determinado pasaJe como al ln- gL)
vestigador que pretende situarlo dentro del desarrollo UÉ,
de ta vida y et pensamiento de [a lglesla antlgua. Joet 3<
Marcus se esfuerza por descubrir et tema central de ca- ;-€
da perícopa y recuperar la experiencia de los prlmeros (Mc 1-8)
oyentes, a fin de hallar su sentido genuino.
Joel Marcus es profesor de Nuevo Testamento y de Ori- -
genes det cristianismo en la Facuttad de Teotogía de la
Universidad de Boston. Anteriormente ha enseñado en
[a Universidad de Gtasgow y en et Seminario teológlco
de Princeton. Entre sus pubticaciones cabe destacar:
The Way of the Lord: Chrístological Exegesis of the OId
Testament in the Gospel of lÁark; The llystery of the
Kingdom of God; y Jesus and the Holocaust: Reflectlons
on Suffering and Hope.

460
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lsltN ')/N x,t r0l I/ r,r ,'
I}I I}I,I( II'I'CA DE ESTUDIOS BIBLICOS JOEL MARCUS
130

('o lección dirigida por


Santiago Guij arro Oporto

EL E\ANGELIO
SEGÚNMARCOS
r, r-9, 2r

NuBvn TRADUCCIÓN
CON INTRODUCCIÓN Y COMENTARIO

{::
J'.J

,,.
\

EDICIONES SÍGUEME
SALAMANCA
2010
CONTENIDO

Prefocio 9
A brevi aturas p rinc ip al e s ll

TnaouccróN DEL EVANGELTo DE MARcos (1, l-8, 2l) .............. t7

INTRODUCCIÓN

l. Autor 3l
2. Contexto: La comunidad de Marcos 4l
3. Relaciones del evangelio .. 59
4. Composición de Marcos .................. 79
5. El lugar de Marcos en la vida y el pensamiento cristianos 95
6. El método de este comentario 107

Bibliografia 109

Cubierta diseñada por Christian Hugo Martín TRADUCCIÓN, NOTES Y COMENTARIOS


@ Tradujo Xabier Pikaza sobre el original inglés
Mark 1-8. A New Translation wíth Introduction and Commentary 1. El pnóloco DE MARCoS (Mc l, 1-15) ............ 143
L lntroducción.................. 143
O 2000 by Doubleday, a division of Random House, Inc. 2.EI comienzo de la buena noticia (1, l-3) 147
This translation published by arrangement with The Doubleday 3. El ministerio de Juan el Bautista (1, 4-8) 158
Broadway Publishing Group, a division ofRandom House, Inc.
4. El bautismo de Jesús (1, 9-l l) 169
@ Ediciones Sigueme S.A.U.,2010
5. Jesús en el desierto (1, 12-13) 179
C/ García Tej ad o, 23 -27 - E-37 007 Salamanca / España
Tlf.: (+34) 923 218 203 - Fax: (+34) 923 270 563 6. La predicación inaugural de Jesús (1, 14-15) 184
ediciones@sigueme.es
wwwsigueme.es 2. Pnrrrr¡nn sECCróN pRrNCrpAL (Mc l, 16-3,6) 191

ISBN: 978-84-301-1735-2 (vol. 1)


L EI período de luna de miel (Mc I, 16-45) ......... 191
2. La oposición se afirma (Mc 2, l-3, 6) 233
ISBN: 978-84-301-1734-5 (obra completa)
Depósito legal: S. 20-2010
Impreso en España / Unión Europea 3. SecnNne 7-6.6a\
sEccróN pRrNCrpAL (Mc 3, 287
Imprime: Gráficas Varona S.A. l. Introducción: la batalla se intensifica 287
Polígono El Montalvo, Salamanca 2010 2. El impacto de Jesús se extiende (3,7-12\ 289
3. La clccciritt rlc krs l)occ (J, l3-19) .......... 295 PREFACIO
4. ¿,Dc qu¿' parlc cstri .lcsris'/ (3, 20-35) 305
5. Discurso pallbrilico sobrc cl reino de Dios (4, l-34) .................. 327
6. Jesús sc inr¡rorrc sobrc un¿r tormenta (4,35-41) 379
7. Jesús cur¿r a un cntlcnroniado en una región pagana (5, l-20) .... 389
8. Jesús cura a un¿r ruujcr y trlzapara la vida a una niña (5,21-43) 407
9. Jesús es rechazad() cn su propia patria (6, l-6a) ............ 431

4. Tenc¡ne sECCróN lr{rN( rrnr. (Mc 6, 6b-8,21) 441


l. Introducción: Ficstas 441
Éste es el primero de dos volúmenes de un comentario al evangelio de
2. Los discípulos son enviados para un viaje misionero (6, 6b-13) 442
Marcos, que ha sido proyectado para reemplazar al de C. S. Mann, del año
3. El martirio de Juan el Bautista (6,14-29) 453
1986, en la colección de comentarios bíblicos de la Anchor Bibler. Incluye
4. Jesús alimenta a cinco mil hombres (6,30-44) 470
una introducción general a la obra, la traducción, notas y comentarios al|l4c
5. Jesús camina sobre el mar (6, 45-52) 491
6. Más y más curaciones (6, 53-56) 507
l, l-8, 21, tres apéndices y una bibliograJía. El segundo volumen incluirá
la traducción, notas y comentario a Mc 8, 22-16,8, con apéndices suple-
7. Disputa con los fariseos sobre la Escritura y la Tradición
mentarios, un glosario adicional, una bibliograJía y los índices correspon-
(7, l-15) sl I
dientes para los dos volúmenes.
8. Lo que de verdad mancha al ser humano (7,17-23) 531
Por lo que se refiere a las traducciones de textos antiguos, quiero ano-
9. Jesús concede a una mujer pagana la curación que le pide
(7,24-30) 540
tar lo siguiente: a no ser que indique lo contrario, ofrezco mi propia traduc-
10. Jesús cura a un sordomudo (7 , 3l-37) 553
ción del texto de Marcos. Para las restantes traducciones del Nuevo Testa-
mento, ofrezco en general la que aparece en New Revised Standard Version.
I l . Alimentación en el desierto, prueba e incomprensión (8, l -2 1 ) .. s66
Para la traducción de los apócrifos, utilizo la de J. H. Charlesworth (ed.),
Old Testament Pseudoepigrapha (el texto completo de las obras a las que
aludo aparece en la bibliografia). La traducción de la literatura de Qumrán
APÉNDICES
está tomada de F. García Martinez, The Dead Sea Scrolls Translated. Las
traducciones de la Misná están tomadas de la edición de H. Danby y las del
l. Los escribas y los fariseos ................... 607
Talmud de Babilonia, de la edición de Soncino. Las traducciones de Filón,
2. El motivo del secreto mesiánico 615
Josefo y de otros escritores clásicos han sido tomadas dela Loeb Classical
3. El Hijo de Hombre 619
Library. A veces he alterado ligeramente las traducciones, para favorecer
así la precisión, el estilo, el lenguaje inclusivo, etc.2
Glosario 629
A lo largo de los años, mientras he ido trabajando en este comentario,
he contraído un gran número de deudas de agradecimiento. La mayor de to-
indice de figuras ............... 633
das es la que tengo con muchos buenos amigos -espero que lo sigan sien-
indice general ................... 635 do- que han leído y comentado este texto; ellos me han ayudado a corregir
bastantes errores enojosos y, a menudo, me han permitido avanzar por di-
recciones inesperadas y fructíferas.

L C. S. Mann, Mark: A New Translation with Intn¡duction and Commentary. (Enlas


referencias bibliográficas que, a lo largo del libro, aparecen en las notas a pie de página, se
indica simplemente el autor, el titulo y, cuando procede, las páginas. El lector que desee una
información más completa sobre esas obras y sobre las ediciones disponibles en castellano,
puede consultar la Bibliografia, p. 109-140 [N. dcl T.]).
2. Por lo que se refiere al texto bíblico, utilizo cn gcncral la versióndelaCasa de la Bi-
blia. Para el texto castellano de los apócrifos, cf'. A. Dícz Macho, Apócrifts del Antiguo Tes-
tamento, Madrid 1982/1984. Para Qumrán, F. García M¿¡rlínoz. Tbxtos de Qumrán,Madrid
1992.Para la Misná, C. del Valle, Ia Misnó,Salantatrca -r2(X)J. Bn otros casos, se indicará la
procedencia de la traducción o se hará directamentc tlcl tcxlo tlc J. Marcus [N. del T.l.
l0

l). N. lirccclnlan, cdiklr rlc Artr'lrol ll¡lrh'. lr¡r tlt'tlrelrtlo a cste manuscrito su ABRE,VIATURAS PRINCIPALES
cttcrgíit inclrttslrhlc y su gr':ln sr.nlrtlo r'rilrt o 1. rrsi. lo ha iluminado con su vas-
Io t'ottocinlieltlo rlt'los tt'rtos lrrlrlrtos v tlc llr ltistoria del mundo antiguo3.
lirlnlri('n l );rlc Allrsorr lr¡r lt'rtlo v t ontcrrttrtlo cl ntanuscrito y me ha enseña-
tkr nrr¡t'lrits t'os¡ts. lrutlo (()n sus cn¡tlill¡s obscrvaciones como con el comen-
tl¡r'io cn lrcs volirr¡rt'rrt's ¡r Mirlco 1cl <Davies y Allison>, editado en la ICC),
tlcl c¡trc úl cs cl lrtrlor'¡rrirrci¡rul (cl. cl prefacio al volumen 3 de esa obra). Bat
l]hrrna¡r nrc lrl l¡rortaclo su crítica detallada, penetrante y a menudo jocosa
sobrc la sccci(rn de comentarios de este libro. Clifton Black me ha facilitado
sus comentarios a la introducción de este libro, ofreciéndome así su visión
incomparable del texto y de la crítica textual de Marcos. Michael Winger ha AB Anchor Bible
puesto todo su agudo sentido de la lógica y del estilo para ofrecerme una lec- ABD D. N. Freedman (ed.), The Anchor Bible Dictionary
tura crítica de Mc 2, l-3, 6. Por su parte, John Riches me ha ofrecido valio- ABRL Anchor Bible Reference Library
sas observaciones sobre la discusión en torno a las relaciones sinópticas de
AGJU Arbeiten zur Geschichte des antiken Judentums un des Urchris-
tentums
las que me ocupo en la introducción de este libro.
AnBib Analecta Biblica
Me gustaría mostrar también mi agradecimiento a Mark Fretz, editor de
ANRI'Y Aufstieg und Niedergang der rdmischen Welt
la sección religiosa de Doubleday, y a su agudo asistente, Andrew Corbin,
Aram. Arameo
por la supervisión de este proyecto. Debo una especial gratitud a Andrew y
AT Antiguo Testamento
Ferry Karydes, editor jefe de maquetación, por ayudarme a rescatar mis es- ATANT Abhandlungen zur Theologie des Alten und Neuen Testaments
quemas y tablas de contenidos. También quiero dar gracias a Shirley Wan- b. Talmud de Babilonia
kentin, que ha elaborado los índices de autores y de literatura antigua, por BAGD W. Bauer - W. F. Arndt - F. W. Gingrich - F. W. Danker, Greek-
su cuidadoso trabajo. English Lexicon of the New Testament
Estoy también muy agradecido por el apoyo institucional, que me ha BARev Bi blical Archaeology Review
permitido terminar este manuscrito, especialmente por los dos permisos sa- BBB Bonner Biblische Beitráge
báticos que me concedió la Universidad de Glasgow. El Departamento de BBET Beitráge zur biblischen Exegese und Theologie
Préstamos Mutuos de la biblioteca de la Universidad me brindó con rapi- BDB F. Brown - S. R. Driver - C. A. Briggs, A Hebrew and English
dez la bibliografia que necesitaba. Lexicon of the Old kstament
También quiero citar otros tipos de apoyo, menos formales, que he re- BDF F. Blass - A. Debrunner - R. W. Funk, I Greek Grammar of'the
cibido en Glasgow. Gloria, mi esposa, y Raquel, mi hija (que nació preci- New Testament
samente cuando comenzaba a trabajar en este comentario), han soportado BETL Bibliotheca ephemeridum theologicarum lovaniensium
con buen talante mi obsesión por Marcos. El Departamento de Teología y Bib Biblica
de Estudios Religiosos de la Universidad me ha ofrecido una atmósfera de BibLeb Bibel und Leben
apoyo para la investigación, y así he podido experimentar y aplicar en los BibOr Biblica et Orientalia
seminarios de la Universidad muchas de las ideas que he desarrollado en BibRev Bible Review
BJRL Bulletin of John Rylands University Library of Manchester
este comentario. Me gustaría destacar de un modo especial a mis colegas
BJS Brown Judaic Studies
en el estudio del Nuevo Testamento, John Riches y John Barclay, de los que
Black M. Black, An Aramaic Approach to the Gospels and Acts
he aprendido mucho en todos los sentidos. Nadie podría haber deseado unos
BR Biblical Research
colegas mejores y unos amigos más fieles. Doy gracias a Dios por ellos y
Bratcher R. G. Bratcher, A Translator's Guide to the Gospel of Mark
a ellos quiero dedicar este volumen.
Brown R. E. Brown, The Gospel according to John
Bultmann R. Bultmann, HisÍont o.l'the S.ttnoptic Tradition
Burton E. D. Burton, Syntax d'the Moods and Tenses in New Testa-
ment Greek
BWANT Beitráge zur Wissenschall vonr Altcn und Neuen Testament
3. El autor alude con cierta frecuencia a David Noel Freedman a propósito de una de-
terminada opción literaria o exegética. Cuando no indicamos en nota a pie de página la fuen- BZ Biblische Zeitschri/i
te bibliográfica de donde Joel Marcus extrae las sugerencias de dicho biblista, debe enten- BZNW Beihefte zur ZNW
derse que se trata de referencias orales [N. del T.]. CBQ Catho lic Biblica I Quu r t c rl.r'
l) Aln'cviuturas AbreviatLtrus 13

('lr(.)l\,ls ( latholic Biblical Quarterly-Monograph Series Int Interpretation


( '( i I ( '
Cambridge Greek Testament Commentaries IRT Issues in Religion and Theology
L'onlJ Coniectanea biblica JAAR Journal of the American Academy of Religion
ConBNT Coniectanea biblica, Nuevo Testamento JANES Journal ofthe Ancient Near Eastern Society
ConNT Coniectanea neotestamentica JAOS Journal of the American Oriental Society
CQR Church Quarterly Review Jastrow M. Jastrow,l Dictionary of theTargumim, theTalmud Babli and
Cranfield C. E. B. Cranfield, The Gospel according to Saint Mark Yerushalmi, and the Midrashic Literature
Danby H. Danby, The Mishnah JBL Journal of Biblical Literature
Davie yAllison
W. D. Davies - D. C. Allison, A Critical and Exegetical Com- JBLMS Journal of Biblical Literature-Monograph Series
mentary of the Gospel according to Saint Matthew JE Ja,tti s h Ency c I op ae dia
Dibclius M. Dibelius, From Tradition to Gospel JJS Journal of Jewish Studies
I)upont-Sorrrnlcr A. l)upont-Somrner, The Essene Writings from Qumran JR Journal of Religion
lihilr fitudcs bibliqucs JSJ Journalfor the Study ofJudaism
tit)N'r' ll. tlalz - G. Schneider (eds.), Exegetical Dictionary of the Nau JSJSup Journal for the Study ofJudaism-Supplement Series
Tts!umcnl JSNT Journalfor the Study of the New kstament
EEC [i. Fcrguson (ed.), Encyclopedia of Early Christianity jSNTSup Journal the Study of the New Testament-Supplement series
for
Eisenman-Wise R. Eisenman - M. Wise, The Dead Sea Scrolls Uncovered .lSOTSup Journal for the Study of the Old Testament-Supplement series
EKKNT Evangelish-katholisher Kommentar zum Neuen Testament JSS Journal of Semitic Studies
EncJud Encyclopaedia Judaica JTS Journal of The o I o gic al Studie s
ErFor Ertráge der Forschung Juel D. Juel, Mark
ET Expository Times Lagrange M. J. Lagrange, Évangile selon Saint Marc
ETL Ephemerides theo logicae lovaniens es Lane W. Lane, The Gospel of Mark
FB Forschung zur Bibel Laufen R. Laufen, Dre Doppelüberlieferungen der Logienquelle und des
FBBS Facet Books, Biblical Series Marhnevangeliums
Freddman Anotaciones de D. N. Freedman, editor de Anchor Bible, sobre Lauterbach J. Z. Latterbach, Mekilta de-Rabbi Ishmael
el manuscrito de este comenta¡io LB Linguistica Biblica
FRLANT Forschungen zur Religion and Literatur des Alten und Neuen LCL Loeb Classical Library
Testaments Lohmeyer E. Lohmeyer, Das Evangelium des Marlan
Gesenius E. Kautzsch-A. E. Cowley, Gesenius'Hebrew Grammar Lolmteyer Ergdnzungheft Ergrinzungheft (suplemento a la obra anterior)
Ginzberg L. Ginzberg, The Legends of the Jews LQ Lutheran Quarterly
Gr. Griego LSJ H. D. Liddell y otros, I
Greek-English Lexicon with a Supple-
Gnilka J. Gnilka, Das Evangelium nach Markus ment
GTA Góttingen theologische Arbeiten Lührmann D. Li.ihrmann, Das Markus evangelium
Guelich R. A. Guelich, Mark I, I-8, 26 LXX Septuaginta (traducción bíblica de los Setenta)
Gundry R. H. Gnndry, Mark: A Commentary on hisApologtfor the Cross m. Misná
HBD P. J. Achtemeier y otros, Harper's Bible Dictionary Mann G.S.Mann,Mark
Hebr. Hebreo Metzger B. M. Metzger, A Tbxtual Commentary on the Greek New Tes-
HNT Handbuch zum Neuen Testament tament
Hooker M. D. Hooker, A Commentary on the Gospel according to St MeyerK H. A. W. Meyer, Kritisch-exegetischer Kommentar über das
Mark Neue Testament
HTKNT Herders theologischer Kommentar zum Neuen Testament MHT J. H. Moulton - W. F. Howard-N. Turner, A Grammar of the
HTR Harvard Theological Review New kstament Greek
HUCA Hebrew Union College Annual M-M J. J. Moulton - G. Milligan, The Vocabulary of the Greekksta-
IBS Irish Biblical Studies ment
ICC International Critical Commentary Montefiore C. G. Montefiore, The Synoptic Gospels
IDB G. A. Buttrick (ed.), The Interpreter's Dictionary of the Bible Moore C. F. Moore,.Izdaism in the First Centuries of the Christian Era
IDBS K. Crim (ed.), The Interpreter's Dictionary of the Bible, Sup- Moule C. F. D. Moule, An ldiom Book o/'the New Testament Greek
plementary Volume MT Masoretic Text
I4 Alteviulurus A lttt't'itt ltt nt.s t5

Nt.irr,rl \,rrrScgbroeck F.Neirynk-F.vanSegbroeck,NewTbstamentVocabulary SNTW Studies in the New Tcstarlcnt and lts World
N l( N I New International Commentary on the New Testament SI'B Studia postbiblica
N l( ; I C' New International Greek Testament Commentary SSEJC Studies in Scripture in Early Judaism and Christianity
Nineham D. E. Nineham, Sainf Mark S'T Studia Theologica
NJBC R. E. Brown y otros (eds.), The Neu,.lerutme Biblical Commentary Strack-Billerbeck H. L. Strack - P. Billerbeck, Komntentar zum Neuen kstament
NovT Nowm Tcstunt'nlunt aus Talmud und Midrasch
NovTSup Not'uttt'li'stttntntun, Suplentenls SUNT Studien zur Umwelt des Neuen Testaments
NT Nttcvo'll'slunrctttu SVTP Studia in Veteris Testamenti pseudepigrapha
NTAbh Nculcsl¿rnrcnllichc Abhandlungen Swcte H. B. Swete, The Gospel according to Saint Mark
N'lI )A Novulrr 'lcst¡r¡trclrluln ct Orbis Antiquus l. Tosefta
NlS Nrw li'.sttttnt't¡t ,Stuli<',t laylor V Tayloq The Gospel according to Saint Mark
N I lS Ncw lcstruucnt'lirols and Studies I'DNT G. Kittel - G. Friedrich (eds.), Theological Dictionary oJ'the
( )l|( ) ( )rbis biblicus ct oricntalis New kstament
O'l' Old lcstantcnt I'DOT G. J. Botterweck - H. Ringgren (eds.), Theological Dictionary
OTL Old Tcstanrcnt Library
'l'hViat
of the Old Testament
OTP J. H. Charlcsworth (ed.), The Old Testament Pseudoepigrapha
'I'heissen
Theologia viatorum
Pesch R. Pesch, l)u.s Markusevangelium G. Theissen, The Miracle Stories of the Early ChristianTradition
't'Lz The o I ogis c he Literaturze i tung
PG J.Mignc. Pufrclogia Graeca
'lblbert
PGM Pupvri gruecae magicae. Texto inglés en H. D. Betz, The Greek M. A. Tolbert, Sowing the Gospel: Mark's World in Literary-
Magical Papyri in Tt"anslation Historical Perspective
'tM Texto Masorético
Pryke E. J. Pryke, Redactional Style in Marcan Gospel ,IU
Texte und Untersuchungen
QD Quaestiones disputatae '1.\,nBul
Ráisánen H. Ráisánen, The <Messianic Secret> in Mark's Gospel Tyndale Bulletin
Rawlinson A. E. J. Rawlinson, St. Mark Vcrmes G. Vermes, The Dead Sea Scrolls in English
RB Revue Bibliqne VT Vetus kstamentum
RE Realencyclopddie fiir protestantische Theologie und Kirche WA M. Luther, Kritische Gesamtausgaóe (edición de Weimer)
RevQ WBC Word Biblical Commentary
Revue de Qumran
Wellhausen J. Wellhausen, Das Evangelium Marci übersetzt und erklcirt
Rhoads-Michie D. M. Rhoads - D. Michie, Mark as Story
WMANT Wissenschaftliche Monographien zum Alten und Neuen Tes-
Robertson A. T. Robertson, A Grammar of the Greek New Testament in
tament
the Light ofHistorical Research
Wrede W. Wrede, The Messianic Secret
SANT Studien zum Alten und Neuen Testament
WUNT Wissenschaftliche Untersuchungen zum Neuen Testament
SBB Stuttgarter biblische Beitráge
v. Yerushalmi : Talmud de Jerusalén o Talmud Palestino
SBLDS Society of Biblical Literature-Dissertation Series
ZDPY Zeits chrift de s deuts c hen Pakis tina - Ve re i ns
SBLMS Society of Biblical Literature-Monograph Series
Zerwick M. Zerwick, Biblical Greek Illustrated by Examples
SBM Stuttgarter biblische Monographien
SBS Stuttgarter Bibelstudien
ZKG Ze its chrift fi r Kirchenge s c hic hte

ZNW Zeitschrift ftir die neutestamentliche WissenschaJi


SBT Studies in Biblical Theology
.lcEs Science et esprit
D. Schmidt D. D. Schmidt, The Gospel of Mark with Introduction, Notes
and Original Text
K. Scmidt K. L. Schmidt, Der Rahmen der Geschichte Jesu
Schmithals W. Schmithals, Das Evangelium nach Markus
Schürer E. Schürer y otros, The History of the Jewish People in the Age
Jesus Christ
crf
Schweizer E. Schweizeg The Good News according to Mark
SJLA Studies in Judaism in Late Antiquity
Smyth H. W. Smyth, Greek Grammar
SNTSMS Society for New Testament Studies Monograph Series
PALESTINA TRADUCCIÓN DEL EVANGELIO DE MARCOS
.
EN LA EPOCA DEL NUEVO TESTAMENTO (1, l-8,21)
(6-44 d.C.)

t Cesarea de Filipo

TETRARQUíA
o .\' {\
Ir)
e ¿v .s- de L Pnóroco (1, 1-15)
'f AA
q'
FILIPO
qry *€ ..'
1|ElcomienzodelevangeliodeJesúsCristo2(comoestáescritoen
¡a mi mensajero delante de tu faz'
& Caná
Isaás el profeta: <Mira, yo esioy enviando a
. 'iPreparad
a d; ñp;-á tu camino,3la voz de uno gritando en el desierro:
(¡)
,sétoris. Tibe¡íades et camino al Señor, haced rectos sus senderos!'D):
aApareció Juan, bautizando en el desierto y proclamando un bautismo
q el pueblo de la región
{ út0,,. de conversión para el perdón de los pecados' Todo
s

acudían a él y eran
,€ de Judea, incluyendo iodos los habitantes de Jerusalén
pecados' 6Este Juan iba
Uuutiru¿á. po, él el rio Jordán, confesando sus
".t
vestido con pelo de camello, llevaba un cinturón de cuero a su cintura' y se
alimentaba de saltamontes y de miel silvestre.
7
Y él proclamaba este men-
uno que es más poderoso que y:' del cual
saje: <Detrás de mí está viniendo
él para desatar la correa de sus san-
yi ,oy digno ni de postrarme ante
"o
áalias. t i/o ,iirrno os ñe bautizado con agua' pero él os bautizará con Es-
píritu Santo>.
y de Galilea y
e
sucedió que en aquellos días llegó Jesús desde Nazaret
r0 y
fue bautizado pór Juan á el Jordán. cuando salía del agua, inmediata-
mente,élviol.oscielosrasgadosyalEspíritudescendiendosobreélcomo
en ti me
paloma. rrY una voz vino áe los iielos: <Tú eres mi Hijo amado'
a
he complacido>.
Filadelfia 13
y estaba
(Amán)
12
E inmediatamente, el Espíritu le expulsó hacia el desierto;
por Satán; y estaba con
en el desierto durante cuarentá días, siendo tentado
Jerusalén
o los animales salvajes y los ángeles le servían'
*ou" s!6nia ra pero despuéi que Juan iue entregado, Jesús vino a Galilea, procla-
ha cumplido y el
mando el evangelio ie Dios y dicienáo: <El tiempo se
a 15
Belén
y creed en el Evangelio>'
*u reino de Dios si ha acercado. Convertíos
\s
a
\
.f
a 2. Pntttene sEccIÓN PRINCIPAL (1, l6-3' 6)

An-
Y pasando junto al mar de Galilea' vio a Sirnón y a su hermano rTJe-
16

las redes en cl ttrar, pucs eran pescadores.


drés qué estaban echando
r"' dijo: <Venid en pos de mí y haró cltrc sciiis pcscadores de seres hu-
'u'
manos). i8E inmediatamente, dejándo las r.ctlcs lc siguieron.reY
andando
l8 M¿trcos 1,20_2.2 M¿trux ). .l-26 19

hacia dclrrrrtc uil lx)(() rnás vio a Santiago, cl tlt. /t.bcrlc(), y


a su hermano bra. I Y un paralítico fue llevado hasta ó1. traído por cuatro de sus amigos;
.lt¡¡r¡r'l'sr;rlr.'r ('rl.barcapreparandorasrctr..s.','r,rrr¡rcdiaiamenteleslla- ry como no podían llegar hasta él a causa dcl gentío, partieron la techum-
trt'r, \'t'llrs, tle'jando a su padre Zebeclc. cr r;r rr;rrcrr con los jornaleros,
se bre por encima de donde él estaba y abricrrdo un boquete descolgaron la ca-
lirt'l on tl us ó1.
''¡
Y cntraron en cafarnaún e in'¡ctlirrrr,¡lt.r¡rc. c, el sábado, milla donde yacía el paralítico. 5 Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralí-
entrando en tico: <Hijo, tus pecados te son perdonados>.
la sinagoga enseñaba. 22 La genrc csrlrrrir rrrr¡lrirrrtra de
ru po.qua 6Pero algunos de los escribas estaban allí sentados y comenzaron a pon-
les enseñaba con autoridad, y "nranunru,
c()rr() r.s cscribas. 2r E inmediatuÁ"n,a
'o
la sinagoga de ellos había un rr..rrr.t' r'rr cs¡ríritu impuro, qu. ," "n clerar en sus adentros: 7 <¿Por qué habla asi este hombre? ¡Está blasfeman-
tar 2adiciendo: <¿euó rc'crrr.s r()s()r11)s .¡u" u", contigo, furo u gri- do! ¿Quién puede perdonarpecados excepto Uno, que es Dios?>. 8Y Jesús,
Jesús ñazareno?
inmediatamente, percatándose en su espíritu de aquello que estaban ponde-
¿Has venido a dcsrruirrr.s'/ Si.t¡rricrr cres: ¡El Santo dle biosl>. 25y Jesús
le increpó dicicntkr: <¡('rillirtc y s.r de él!)).26y el espíritu-i,nfu.o,."ro._ rando dentro de sí mismos, les dijo: <¿Por qué ponderáis eso en vuestros co-
ciéndolc violc¡rllr¡rrcrrc y. tllrrtkr un füerte alarido, saliS razones? n ¿,Qué es más fácil: decir al paralítico: 'Tus pecados son perdona-
de é1. 27'Todás que_
daron clcspavrlritkrs y sc ¡rrcguntaban unos a otros: <¿eué clos', o decirle: 'Levántate, toma tu camilla y camina?'. r0Pues bien, para
es esto? en-
scña'za nr¡cvil co.r .r¡r'ridad! ¡Manda incluso a rós espíritu, ¡una clue veáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra autoridad para perdonar
óst.s lc .l'rcrlcccnr>. rs E inmediatamente su fama se extendió por
i-fu.o, y pecados -dijo al paralítico-: rr (A ti te lo digo: Levántate, toma tu camilla y
todas par-
tss, cn tocla Ia rcgión de Galilea. vcte a tu casa>>. 12 Y él se levantó, e inmediatamente, tomando la camilla, sa-
r" Y de'jando lió a la vista de todos, de modo que todos se quedaron maravillados y daban
la sinagoga, fueron inmediatamente a la casa de Simón
y gloria a Dios diciendo: <Nunca hemos visto cosa igual>.
A¡ldrós, con Santiago y Juan. 30pero la suegra de simón
estaba en cama con
fiebre, e inmediatamente le habraron de e-lla; j' y, acercándor" 13
Y salió de nuevo a la orilla del mar y toda la multitud acudía a é1, y él
iui"uunto,
agarrándole la mano, y la fiebre le desapareciO y ótta se puso lcs enseñaba. ra Y pasando hacia adelante vio a Leví, el hijo de Alfeo, que
u ,".rri¿.,
32
Al atardecer, cuando ya se había iuesto el sol, comen zaron allevarre cstaba sentado en el telonio (oficina de impuestos) y le dijo: <Sígueme>. Y
a todos los enfermos y endemoniados, 33 y la población ól levantándose le siguió. 15 Y sucedió que, mientras él estaba reclinado en
entera se ugorpuuu
a la puerta. 3a Él curó Lntonces a muchos enfermos su casa, muchos publicanos y pecadores estaban reclinados con Jesús y sus
de diversos .uli, y
pulsó a muchos demonios, y no dejaba hablar
a los demonios, po.lu" etto, "*- discípulos -pues eran muchos y le seguían-. 16Y los escribas de los fari-
le conocían. seos, al ver que Jesús comía con pecadores y publicanos, dijeron a sus dis-
35
Y de madrugada, cuando era todavía muy de noche, se levantó, cípulos: <¿,Por qué come con publicanos y pecadores?). 't Y oyéndolo, Je-
^ salió
y fue a un lugar solitario y allí estaba orando. ,?y simón sús les dijo: <No necesitan médico los fuertes, sino los que están mal. Yo no
v r", q""
con él le persiguieron, buscándole. 37y le encontraron y
le dijeron: "r"¡-
<To-
he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores>.
dos te buscan>>. 38 y les contestó: <vayamos a otra parte, r8Y estaban los discípulos de Juan y los fariseos ayunando; y vinieron
a los pueblos ve-
que yo pueda predicariambién allí, pu", puru y le dijeron: <¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fari-
:ino.:..1_fil de esto he veni_
do>. 3eY vino predicando en sus sinagogas por toda
Galllea y expulsando seos ayunan, pero tus discípulos no ayunan?>. reY Jesús les dijo: <¿Pue-
los demonios. den acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos?
a0
Y vino un hombre con enfermedad de escamas, rogándole y
diciendo: Durante el tiempo que tengan al novio con ellos, no pueden ayunar. 20 Pe-
<Si quieres, puedes limpiarme>. ar y, enfureciéndose, ro llegarán días en que el novio les será arrebatado, y entonces ayunarán,
ex-tendienáo la mano,
tocó y le dijo: <Quiero, queda limpio>. a2Al instante la aquel día.
enfermedad de es_
q?:?qareció y quedó limpio. a3 y regañándole le exputsO inrneáiata_ 2rNadie cose un remiendo de paño sin ablandar en un vestido viejo, por-
"u.u. aaY le dijo: <No
mente' digas nada a nadú, sino vete, muéstrate al sacer- que si lo hace el añadido fuerte tirará de é1, lo nuevo de lo viejo, y el ras-
dote y.ofrece-por tu purificación lo que mandó Moisés, pu.u gón se hará mayor. 22 Nadie echa tampoco vino nuevo en odres viejos, por-
t"rti-onio
ante ellos>. a5 Pero é1, saliendo comenzó a proclamar, que si lo hace el vino reventará los odres, y se perderá el vino y también los
.on grun tu".ru to
ocurrido, de modo que Jesús no podía yu .ntru. abiertamenfe odres. Al contrario, el vino nuevo en odres nuevos>.
.n ningunu
ciudad, sino que tenía que quedarse fuára, en lugares 23Y sucedió que un sábado él pasaba por entre los sembrados, y sus dis-
¿"rpoUluáor, v r"_
guían viniendo a él de todas partes. cípulos comenzaron a hacer el camino mientras arrancaban espigas. 2a Los
fariseos le dijeron: <¡Mira! ¿Por qué están hacicndo en sábado lo que no es-
2 IY entrando de nuevo en Cafarnaún después de algunos
días, se co_ tá permitido?>. 25 Y les respondió: <¿,No habóis lcído alguna vez lo que hi-
*ió la voz de que estaba en casa. 2 y se reuniéron muchós,
de manera que zo David cuando tuvo necesidad y sintió harnbrc ól y los que iban con él?
no había lugar ni delante de la puerta. Jesús se puso
a anunciarles la pala- 26
Cómo entró en la casa de Dios en ticrn¡ros tlcl st¡lno sacerdote Abiatar y
20 Muxr¡s 2, 27 3, 2ó Mar<t¡s -1, )7 1, )0 21

comió de los pancs dc la proposición, que sólo a los sacerdotes les era per- tlo, no puede subsistir, sino que está llcgando a su fin. 27Pero nadie puede
rnilido corncr, y sc los clio aclcnlirs a los c¡ue iban con él'/>>.27y les decía: <El
cntrar en la casa del Fuerte y saquear sus posesiones, si primero no ata al
slibltkl lur sirkr hccho ¡lrla cl hornbrc y no cl hombre para el sábado.28Así Iiucrte; sólo entonces podrá saquear su casa. 28Amén, yo os digo: todo se les
r¡trc cl llijo tlcl lrollrbrc cs scñor tanlbión dcl sábado>. 2epe-
¡rcrdonará a los hombres, los pecados y cualquier blasfemia que digan,
ro cl que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás; será reo
3 I Y c¡rt*i tlc rr.cv. crr la si'agoga y había allí un hombre que tenía la
tlc pecado eterno>. 30 Porque decían: <¡tiene el Espíritu impuro!>.
r.n¿ulo scc¿r. r Y lc cstlrbarr ol'lscrvando para ver si lo curaba en sábado,
a fin rr Y llegaron su madre y sus hermanos y, quedándose fuera, mandaron
de tener así un rntltivt) p¿lra ¿rcusarlc. r y dijo al hombre que tenía la mano
ay
ir por él llamándole. 32 Y la gente estaba sentada a su alrededor, y le dijeron:
seca: <Levántatc y pontc ahí cn a ellos les preguntó: <¿Está <¡Mira! Tu madre y tus hermanos están fuera, buscándote>.33Y respon-
permitido en sábado: lraccr cl bicn'rcdio>.
o hacer er mal; salvar lá vida o matar?>.
tlicndo les dijo: <¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?>. 3a Y mirando
Ellos permanecieron callados. s y rnirándoles en torno con indignación,
cn torno a los que estaban sentados a su alrededor, en corro, dijo: <He aquí
apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: <Extiendi la ma-
rni madre y mis hermanos. 35 Pues cualquiera que haga la voluntad de Dios,
no>. El la extendió, y su mano quedó restablecida. 6y los fariseos, inme-
óse es mi hermano, mi hermana y mi madre>.
diatamente, saliendo, tuvieron un consejo con los herodianos, en contra de
Jesús, a fin de destruirle. 4 rDe nuevo se puso a enseñarjunto al mar. Y se reunió con él una mul-
titud mayor que todas las anteriores, de modo que, subiendo en una barca,
sc sentó en el maq y toda la gente junto al mar, sobre la tierra. 2 Y les ense-
3. SecuNon snccróN pRrNCrpAL (3,7-6, 6a)
ñaba muchas cosas en parábolas y en su enseñanza les decía: 3<¡Escuchad!
7
Mirad que salió el sembrador a sembrar. aY sucedió que, al sembrar, parte
Jesús se retiró con sus discípulos junto al mar; y le siguió una gran
de la semilla cayó al borde del camino y vinieron los pájaros y se la comie-
multitud de Galilea (y de Judea, 8 de Jerusalén, de Idumea, de Transjorda-
ron. 5 Y otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra,
nia y de la región en torno a Tiro y Sidón); una multitud grande, qu" hubíu
y enseguida brotó, porque no tenía tierra profunda,6y cuando salió el sol
oído las cosas que hacía vino a é1. e y dijo a sus discípulós que le prepara-
se marchitó y porque no tenía raíz se secó. 7 Y otra parte cayó entre espinos,
sen una barca, a causa de la multitud, para que no lo estrujaran. r0Fues ha-
y los espinos crecieron y la ahogaron y no dio fruto. 8Y otra parte cayó en
bía curado a muchos, y cuantos padecían aflicciones caían sobre él para to-
tierra buena y dio fruto, saliendo y creciendo, y produjo el treinta, y el se-
carle. IrY los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban unt" ét y
senta, y el ciento por uno. eY él dijo: ¡Quien tenga oídos para escuchar, que
gritaban: Tú eres el Hijo de Dios. 12 pero él les prohibía enérgicamente que
cscuche!>.
le descubriesen. r0
Cuando quedó a solas, los que estaban en torno a él con los doce le
13
Y subió a la montaña y llamó a él a los que él mismo quiso y se sepa_ preguntaron sobre las parábolas rry les dijo: <A vosotros se os ha dado el
raron para [estar con] é1. '4Y constituyó doce, para que estuvieran con él
misterio del reino de Dios, pero a los de fuera todo sucede en parábolas, 12 a
y para que él pudiera enviarles para predicar ts y para que tuvieran autori-
fin de que, mirando, ellos miren, pero no vean, y, oyendo, ellos oigan pero
dad para expulsar a los demonios. 16y constituyó a los dóce, y puso a Simón
no entiendan, para que no se conviertan y sean perdonados>.
el nombre de Pedro; ri y a Santiago, el hijo de Zebedeo, y a Juan, el hermano 13
Y él les dijo: <¿No conocéis esta parábola? ¿Cómo vais a conocer en-
de Santiago; y les puso el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno;
r8y aAndrés, y tonces todas las parábolas? ra El sembrador está sembrando la palabra. 15 Y
a Felipe, y a Bartolomé, y a Mateo, y aTomás, y a Santia_ éstos son los del borde del camino donde se siembra la palabra: aquellos
go, hijo de Alfeo, y a Tadeo, y a Simón el Cananeo, rey a Judas Iicariote, el
que cuando oyen viene inmediatamente Satán y les quita la palabra sembra-
que también lo entregó.
20
da en ellos. 16 Y éstos son los sembrados en terreno pedregoso, aquellos
Y fue a una casa, y de nuevo se reunió la multitud de manera que no que, al oír la palabra, inmediatamente, la reciben con alegría, ri y no tienen
podían ni comer. 2rY sus parientes, oyéndolo, salieron paruagarrarlo por la
raiz en sí mismos, sino que son inconstantes (están atados a lo temporal) y
fuerza, pues decían: <¡Está fuera de sí!>.
en cuanto sobreviene una tribulación o persecución por causa de la palabra
22
Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: <Tiene a Beel- inmediatamente caen. l8 Y otros son los sembrados entre espinos, aquellos
cebul y con el poder del Príncipe de los demonios expursa a los demonios>. que oyen lapalabra, repero las preocupacioncs dcl mundo y la seducción
23
Y llamándoles junto a él les habló en parábolas: u¿-có-o puede satán ex- del dinero y los deseos de todas las restantes cosas entran en ellos y ahogan
pulsar a Satán? 24 Y si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no
el mensaje y éste queda sin fruto. 20 Y éstos son los sembrados en la tierra
puede mantenerse. 25 Y si una casa está dividida contra sí misma, esa casa
buena, aquellos que oyen el mensaje, lo acogcn y <lan fruto: uno treinta,
no puede subsistir. 2ó Y si Satán se ha alzado contra sí mismo y está dividi-
otro sesenta y otro ciento>.
22 Muru¡s l, ) t -5. 9 Marutt:;S, lO-.17 23
2.t
Y les decía: (¿Acaso la lámpara viene para ser colocada
,lcrlín.o.-p1e-sta bajo un ce_ es tu nombre?>. Él le respondió: <Legiirn cs ¡ni nombre, porque somos mu-
debajo de ra camai ¿No viene para ser puesta
sobre el lam- chos. r0Y le rogaba con mucha fuerza que no los echara fuera de la tierro.
paclario? 2r pues nada hay oculto, sino
a fin de que ,";";ifi;;;-nudu ,. rr Había allí cerca una gran piara dc cerdos, que estaban hozando junto
ll¿r hccho sccreto. sino para que llegue
a su manifestación. 23 lrl rnonte, 12y le rogaron diciendo: <E,nvianos a los cerdos para que entre-
oíclus para oír, que oiga!>. ¡euien tenga
ra nlos en ellos>. r3 Y se lo permitió y los espíritus inmundos, saliendo, entra-
Les tlccía adcmás: <prestad atención a lo que
escucháis. con ra me- lon en los cerdos, y lapiara se lanzó al mar desde lo alto del precipicio, y
dida con que vosotros midáis se os medirá, y
se os añadirámás. 25 pues al Ios cerdos, que eran unos dos mil, se ahogaron en el mar.
que tenga se le dará. y ar_que no tenga
se le quitará incruso Io que tiene>. ra
Los porquerizos huyeron y lo contaron en la ciudad y en los campos. Y
26Y decía:
<Er reino de Dios
", "á-o
esto: como si un homüre arroja la cllos fueron a ver lo que había sucedido. 15Y vinieron donde Jesús y, al ver
semilla sobre la tierra,.27y duerme y se levanta, noche y dia,ylasemilla t¡ue el que había estado tanto tiempo endemoniado, que había tenido la le-
germin_a y crece, y ni siquiera él sabe
cómo. 2'óom; ú ;;i;, ru ti._ giirn, estaba sentado, vestido y en su sano juicio, se llenaron de temor. 16Los
rra da fruto: primero el talro, luego la espiga,
después ttigo uuunáunte en ta lcstigos les contaron lo ocurrido con el endemoniado y la historia de los cer-
espiga. 2epero
cuando ra condición der^fiuio ro-permiti rn.n.Jiuü,n.nt.
tlos. r7 Y los habitantes de la ciudad comenzaron a suplicarle que se alejara
envía la hoz, porque la siega ha llegado>.
30 tlc su territorio.
Y- decía: <<¿con qué compararimos el reino
.lo pondremos? rrEs como
de Dios o en qué parábola r8
Y cuando estaba entrando en la barca, el que había estado endemonia-
un grano de mostaza, que cuando se siembra tlo le pedía que le dejase ir con é1. re Y no se lo permitió, sino que le dijo:
en la
tierra, es la más pequeña de todas las semillas
de'la tierra. ,, p"io, ,. <<Vete a tu casa, a donde los tuyos, y cuéntales las grandes cosas que el Se-
siembra, crece y se hace mayor que todas las "uun¿o
hortalizas y e"'u r¿mas tan ñor ha hecho contigo y cómo ha tenido compasión de ti>. 20 Y él fue y se
grandes que las aves del cielo pueden encontrar
x Y con muchas parábolai morada bajo su sombra>. ¡ruso a proclamar por la Decápolis las grandes cosas que Jesús había hecho
como éstas les hablaba ra palabra a ellos,
conforme a su capacidad de entender. 3aNo res ¡ror é1, y todos se admiraban.
decía,uái,i" iáiuorur, 2rY cuando Jesús había cruzado de nuevo al otro lado, mucha gente se
pero-a sus propios discípulos se lo explicaba
35
todo en privado. irglomeró junto a é1, y él estaba a la orilla del mar. 22 Entonces llegó uno de
Y aquel mismo día, al caer la tárde, les dijo: <pasemos
-
lla>. 36Y dejando a la gente, elros lo llevaron cuando
a la otra ori- Iosjefes de la sinagoga, cuyo nombre era Jairo y viendo a Jesús, se echó a
ér había vuelto a ra sus pies 23 y le suplicaba con insistencia, diciendo: <Mi hijita está agonizan-
barca y había otras barcas con é1. 37 se levantó
entonces unu gán ,á.-"n,u tlo; ven, para que impongas tus manos sobre ella para que ella sea curada
de viento y las olas se abaranzaban sobre la
barca, de suerte qí" ru uu."u y comience a vivir de nuevo. 2a Y fue con él y una gran multitud le seguía y
taba comenzando a llenarse de agua. 38 y él "r-
estaba a popa, ¿,i.ri"náá rou." lc estrujabo.
un cabezal, y lo despertaron, diciéndole: <Maestro
¿no te importa que este-
25
Y una mujer que había estado padeciendo una hemorragia desde ha-
mo_s a punto de perecer?>. ie y levantándose,
increpé al vientó y O¡á at mar: cía doce años,26y que había sufrido muchos tratamientos con muchos mé-
<¡cállate! ¡Enmudece!>. El viento amainó y sobrwino
unu lrJn .árr*. .ry dicos y que había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno y no se ha-
les dijo: <¿Por qué sois tan cobardes?
¿Todávía no tenéis fe?). 4r y ellos te_ bía beneficiado nada, sino que había ido más bien a peor, 27 oyendo hablar
mleron con un gran temor y se decían unos a
otros: <¿Quién es entonces és- clc Jesús, acercándose por detrás entre la multitud" tocó su manto. 28 Pues
te, porque hasta el viento y el mar le obedecen?>.
clla se decía: <Si logro tocar aunque sólo sea su manto, seré curada>. 2eE
¡ inmediatamente se secó la fuente de su sangre y conoció en su cuerpo que
,.5 Y llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. 2 y cstaba curada del flagelo. 30 Pero Jesús, conociendo inmediatamente el po-
saliendo él de la barca, inmediatamente, vino
a su encuentro de entre las iler que había salido de é1, se volvió a la gente y preguntó: <¿Quién ha to-
tumbas un hombre en un espíritu inmundo, 3 el
las tumbas y ni con cadenas nadie había pohao
cual tenía su _orJu cado mi manto?>>. 3rY sus discípulos le replicaron: <Ves que la gente te es-
"no"
sujetarlo de forma durade- tá estrujando ¿y preguntas quién te ha tocado?>. 32 Pero él siguió mirando
ra. a Porque muchas veces había sido atad'o
con griiletes v p"- l* alrededor para ver si descubría a la mujer que lo había hecho. 33 Y la mujeq
qfena¡ habían sido separadas por ér y los grilretes habían"u¿""url
sido rotos v na- temerosa y temblorosa, sabiendo lo que le había pasado, se acercó, se pos-
die tenía poder para domarle.
'i continuanie*", ""r[" v-¿i", tró ante él y le contó toda la verdad. ¡4 Él le dijo: <Hija, tu fe te ha salvado;
las tumbas y por los monJe¡, dando gritos e
hiriéndose ""¿""ü";".
pi"¿iur.;v ui"n- vete en pazy queda curada de tu flagelo>.
ante él,""ir
do a Jesús-desde lejos echó a.or."iy se postró ry gritando con 35
una Todavía estaba hablando cuando llegaron algunos de la casa deljefe de
gran voz dijo: <¿eué tengo yo que ver
contigo, Jesús, Hijá del Dios altísi_ la sinagoga diciendo: <Tü hija ha muerto ¿,por c1ué sigues molestando toda-
ry? T" conjuro por Dios que no me tortures) i 1po.q"" J"r* rrÁáJ"^o, via al Maestro?>. 36 Pero Jesús, no haciendo caso a la noticia, dijo al Archisi-
<Que el espíritu inmundo salga del hombre>). e y'Jesús
l" pr.guntó, ,,rpu¿r nagogo: <No temas; sólo sigue creyendo>. 17 Y no tle.jir que nadie le acompa-
24 Marcos 5,38-6, l7 Marcos (t, lll-45 25

ñara, sino Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. i8 y fueron a ca_


lrlrbía casado con ella. 18 Pues Juan había dicho a Herodes: <No te es lícito
sa delArchisinagogo y vio el alboroto que hacían los que iloraban y los que
le ncr a la mujer de tu hermano>., le Y Herodías le detestaba y quería matar-
daban grandes alaridos; 3ey entrando les dijo: <¿,por qué alborotáis y lloráis?
Io, pcro no podía, 20porque Herodes le respetaba, sabiendo que era un hom-
La niña no ha muerto, sino que está durmiendo>. a0 y ellos se burlaban de é1.
brc.justo y santo y le protegía; y cuando le escuchaba quedaba muy perple-
Pero é1, expulsando a todos, tomó consigo al padre de la niña, a la madre y a jo c incluso le escuchaba con gusto.
los que lo acompañaban, y entraron donde estaba la niña. ary, tomando a la rrPero llegó un día oportuno para Herodías, cuando Herodes, por su
niña de la mano, le dijo: (Tálitha koum>>, que se traduce así: <Niña, a ti te ha-
crrnrpleaños, ofíeció una fiesta para sus magnates, sus generales y a los prin-
blo, levántate>. 42 E inmediatamente la jovencita se puso en pie y echó a an- cipales de Galilea. 22Y entró su hija Herodías, danzóy agradó mucho a He-
dar, pues tenía doce años. E inmediatamente ellos quedaron fuera de sí, ad- nrdcs y a los invitados. El rey dijo a la niña: <<Pídeme cualquier cosa que
mirados, con gran sobrecogimiento. a3 y él les mandó con gran urgencia, t¡uicras y te la daré>. 23 Y le juró a ella: <<Cualquier cosa que me pidas te la
diciendo que nadie supiera esto y les dijo que le dieran algo de rluró, aunque sea la mitad de mi reino>>. 2a Y saliendo preguntó a su madre:
"om"..
,,i,Qué le pediré?>. Y ella le dijo: <La cabezade Juan el Bautistu. 25Así ella
6 salió de allí y vino a su patriay sus discípulos le siguieron. 2 cuan-
'Y cntró a toda prisa adonde estaba el rey e inmediatamente le pidió, diciendo:
do llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga y muchos, cuando le
<Yo quiero que me des ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el
habían escuchado, quedaron admirados, diciendo: <¿De dónde re vienen a 26Y aunque el rey se entristeció mucho, a pesar de eso, a causa de
Ilautistu.
éste tales cosas? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada?
¿y esos mila- su.juramento y de sus comensales, no quiso negárselo. 27Así, inmediatamen-
gros hechos por sus manos? 3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y
lc, enviando a uno de su guardia personal, le mandó que le trajera su cabeza.
el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón?
¿No están sus her- Y éste fue, le decapitó en la prisión 28 y trajo su cabeza en una bandeja y se
manas aquí entre nosotros?>. Y ellos quedaron escandalizados por é1. ay
l¿r dio a la niña y la niña se la dio a su madre. 2eY sus discípulos, enterándo-
Jesús les dijo: <un profeta no es deshonrado, sino en su patria y entre sus
sc de ello, vinieron y tomaron su cadáver y lo colocaron en una tumba.
parientes y en su casa>>. 5Y no pudo hacer allí ninguna obra de poder. Tan 'r0 Y los apóstoles se congregaron ante Jesús y le contaron todo lo que
sólo curó a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. 6 y él se ad-
habían hecho y enseñado. 3'Y él les dijo: <Venid por vosotros mismos pri-
miraba de su falta de fe.
vadamente a un lugar desierto y descansad un poco). Porque eran muchos
los que iban y venían y no tenían oportunidad ni de comer. 32Así fueron en
la barca, privadamente a un lugar desierto. 33 Pero fueron vistos marchar y
4. T¡nc¡n¡ s¡ccróN pRrNCrpAL (6,6b-8,21) nruchos lo conocieron y corrieronjuntos al lugaq a pie, de todos los pue-
6bE iba recorriendo blos, llegando antes que ellos. 3a Y desembarcando, vio un gran gentío y
en círculo por las aldeas de aquella zona enseñan- sintió compasión de ellos, pues eran como ovejas que no tenían un pastor,
do. 7Y llamó a los Doce y comenzó a enviarles de dos en dos, y les dio au-
y empezó a enseñarles muchas cosas.
toridad sobre los espíritus impuros. 8 Y les instruyó, para que no tomaran 35
Y dado que la hora erayaavanzada, los discípulos vinieron a él y le di-
nada para el camino, excepto un bastón: ni pan, ni bolsa de provisiones, ni jcron: <Este lugar es desierto y la hora esyaavanzada. 36Despídelos para que
pequeñas monedas en la faja. ePero tened vuestras sandalias amarradas y
vayan a las aldeas y ciudades del entorno y compren por ellos mismos algo
no tengáis dos túnicas. Les dijo además: <En cualquier casa que entréis,
'0 para comen). 37Pero é1 les respondió y les dijo: <Dadles vosotros mismos al-
permaneced en ella hasta que os salgáis de aquel lugar. , y en cualquier lu-
go para comen. Y ellos le dijeron: <¿Qué quieres que hagamos? ¿Tendremos
gar que no os reciban ni os escuchen, cuando salgáis de allí sacudid el pol-
que ir y comprar doscientos denarios de pan y darles de comer?>.
vo de debajo de vuestros pies, como testimonio contra ellos>.
12Y saliendo, ellos predicaban,
38
Y é1 les dijo: <¿Cuántos panes tenéis? Id y miraó. Y averiguándolo le
para que se convirtieran 13y expulsaban dijeron: <Cinco, y dos peces>. 3e Y les mandó que les hicieran reclinarse por
muchos demonios y ungían con aceite a muchos enfermos y les iuraban.
raY el rey Herodes oyó hablar, pues grupos de comida sobre la hierba verde, a0y se sentaron conjunto a conjun-
su nombre se había *.ito to, en unidades de cien y en unidades de cincuenta. arY tomando los cinco
-.ry ,ono-
cido y unos decían que era Juan el Bautista, que había sido resuciiado de
panes y los dos peces, levantando los ojos al cielo, bendijo y partió los pa-
entre los muertos, y que por eso los poderes actuan en él; lspero otros de-
nes y los fue dando a sus discípulos, a fin de que ellos pudieran distribuir-
cían que era Elías; y otros decían todavía que era un profeta como uno de
los. Y los dos peces los dividió entre todos ellos. a2 Y comieron todos y que-
los profetas de la Escritura. r6Pero Herodes, al oírlo, decía: <Juan, a quien
daron saciados, a3y recogieron doce canastos llcnos de trozos de pan y de los
yo mismo mandé decapitar, ha resucitado>.
r7
peces. aaY los que comieron los panes eran cincrl rnil hombres.
Porque Herodes mismo, enviando, prendió a Juan y le encadenó en la as
E inmediatamente él hizo que sus discípulos cntraran en la barca y le
prisión, por causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, porque él se
precedieran hacia la otra orilla, hacia Betsaicla, nricntras él mismo despe-
Marcos 6,46-7, 15 Maru¡s 7. 17 li, 6 27

dia a la gente. 46 Y habiéndoles despedido, se fue de allí a la montaña pa- rlc lu persona pueda mancharla, sino quc las cosas que salen (de dentro) de
ra orar. ai Y cuando llegó el anochecer, estaba la barca en medio del mar y lrr ¡rcrsona son las que manchan a la persona>.
I'Y cuando entró en una casa, dejando a la gente, sus discípulos le pre-
él solo en tierra. a8Y viendo que se agotaban remando sin avanzar -pues el
r8
viento les era contrario- hacia la cuarta vigilia de la noche vino hacia liuntaron por esta parábola. Y él les dijo: <¿,Así que también vosotros sois
ellos, caminando sobre el mar e hizo ademán de pasar de largo ante ellos, lrrltos de entendimiento? ¿No sabéis que nada que entra en el ser humano
ae tle sdc fuera puede mancharlo,
lepuesto que no entra en su corazón, sino en
pero ellos, viéndole caminar sobre el mar, pensaron que era un fantasma
y se pusieron a gritar. 50Porque todos ellos lo habían visto y se habían lle- t'l vicntre, y va aparar a la letrina? (declarando puros todos los alimentos)>.
nado de pavor. Pero inmediatamente habló con ellos y les dijo: <¡Confiad! Y ól dijo: <Lo que sale del ser humano, eso es lo que mancha al ser huma-
Soy yo, estoy aquí. ¡No temáis!>>. 5! Y subió entonces con ellos alabarca rro. rrPorque es de dentro, del corazón de los seres humanos, de donde los
22adul-
y el viento se calmó y ellos quedaron grandemente admirados, dentro de nurlos pensamientos proceden: pecados sexuales, robos, asesinatos,
te ritls, acciones motivadas por la codicia, acciones perversas, engaño, inde-
sí mismos, 52 pues no habian entendido lo de los panes, sino que su cora- 23
zón seguía embotado. t cncia, ojo malo, lenguaje abusivo, arrogancia, insensatez. Todas estas
53
Y cruzando ellos llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. 5aY sa- rrruldades salen de dentro y manchan al ser humano>.
ra
liendo del barco él fue inmediatamente reconocido. 55 Y la gente corrió por Y saliendo de allí fue a la región en torno a Tiro. Y, entrando en una
toda aquella comarca y comenzaron a traer a los enfermos en camillas a ersA, no quería que nadie lo supiera, pero no logró pasar inadvertido.
25
Al
cualquier lugar donde oían que él se hallaba. 56Y a cualquier lugar al que t ontrario, una mujeq cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, inme-

iba, en aldeas o ciudades o campos, ellos colocaban a los enfermos en las tliirtamente oyó hablar de él y vino y se postró a sus pies (esta mujer era
plazas y le pedían que les dejase tocar siquiera la orla de su manto; y cual- rrrra griega, sirofenicia de raza).Y ella le suplicaba que expulsara de su hi-
2i Pero él le dijo: <Deja que primero se sacien los hijos, pues
quiera de los que le tocaban quedaban curados. ¡rr ul demonio.
28
no cstá bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perros>. Pero ella
7 rY los fariseos y algunos escribas procedentes de Jerusalén sejunta- lc rcplicó y le dijo: <Señor, incluso también los perros debajo de la mesa
ron ante él; 2 y cuando vieron que algunos de sus discípulos estaban co- ('()nren las migajas de los hijos>. 2e Y le dijo: <Porque has dicho esto, vete;
miendo los panes con manos impuras, es decir, no lavadas... 3porque los cl clcmonio ha salido de tu hija>. 30Y ella fue y al llegar a su casa encontró
fariseos y todos los judíos rehúsan comer si antes no se han lavado las ma- :r la niña echada en la cama, y el demonio había salido de ella.
rr
nos con la mano cerrada como un puño, aferrándose a la tradición de los Y de nuevo salió de la región de Tiro y fue a través de Sidón, hacia el
ancianos; ay al volver delaplaza (del mercado), si no se inmergen (: bau- nurr de Galilea, atravesando por el centro de la región de la Decápolis. Y
32

tizan) no comen; y observan por tradición otras muchas costumbres, como lc Ilevaron un hombre que era sordo y apenas podía hablar y comenzaron a
las inmersiones de vasos dejarras y de utensilios de cobre y de lechos. 5Y su¡rlicarle que le impusiera la mano; 33 y separándolo de la multitud a solas,
3ay
los fariseos y los escribas le preguntaron: <¿Por qué tus discípulos no ca- lc nretió los dedos en los oídos y escupiendo tocó la lengua con saliva,
minan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen el pan con rrrirando arriba, hacia el cielo, suspiró y le dijo: <<Ephphatha>> (que signifi-
manos impuras?>. ca: ábrete). 35 Y sus oídos quedaron abiertos y su lengua quedó liberada y él
6Pero él les dijo: <Bien profetizó sobre vosotros Isaías, hipócritas, según lrablaba correctamente. 36Y él les mandó que no se lo dijeran a nadie, pero
cuanto más se lo mandaba, más lo pregonaban ellos. Y ellos estaban ex-
37
está escrito: 'Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos
de mí. i Ellos me rinden culto en vano, enseñando como mandamientos de traordinariamente admirados, diciendo: <El ha hecho todas las cosas bien.
Dios unos mandamientos que son de seres humanos. 8 Vosotros olvidáis el l':l hace las dos cosas: que los sordos oigan y que los mudos hableu.
mandamiento de Dios y os aferráis a la tradición de seres humanos'>>.
eY les dijo: <¡Qué bien anuláis el mandamiento de Dios para establecer 8 rEn aquellos días, cuando se congregó de nuevo una gran multitud, y
2
vuestra tradición! r0Pues Moisés dijo: 'Honra a tu padre y a tu madre, y el cllos no tenían nada para comer, llamando a sus discípulos, les dijo: <Ten-
que maldiga a su padre o a su madre, sea ejecutado'. rr Pero vosotros, afir- go compasión de esta multitud, porque han permanecido conmigo durante
máis que si un ser humano dice a su padre o a su madre: 'Declaro korbán, tres días y no tienen nada que comer. r Y si los envio a sus casas en ayunas,
tlcsfallecerán por el camino, pues algunos han vcnido de lejos>. Y sus dis-
a
es decir, un don para Dios, todo aquello mío de lo que tu puedas beneficiar-
te' , t2 ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre, 13 anulando cípulos le replicaron: <¿De dónde podrá alguicn saciar aquí a todos estos
así el mandamiento de Dios con esa tradición vuestra, que os habéis trans- con panes en el desierto?>.
mitido. Y hacéis otras muchas cosas semejantes a ésta>.
5
Y les preguntó: <¿Cuántos panes tenóis'l>. lrllos respondieron: <Sie-
ra
Y llamando de nuevo a la gente, les dijo: <Escuchadme todos y enten- tc>. Y mandó entonces a la muchedumbrc c¡r.rc sc scnt¿lra en el suelo. Y, to-
6

ded esto: 15 No hay nada de fuera de una persona que cuando entra dentro mando los siete panes, dando gracias, los plrliti y sc ltls iba dando a sus
28 Marcos 8, 7-2 I

discípulos para que los repartieran y ellos los repartían a la muchedumbre.


7Y ellos tenían unos pocos peces pequeños. Y bendiciéndolos mandó que
los repartieran también. 8 Y comieron y se saciaron y los discípulos llena-
ron siete cestos grandes con los trozos sobrantes. e Eran unos cuatro mil. Y
los despidió.
r0
E inmediatamente entró en la barca con sus discípulos y fue a la re-
gión de Dalmantza.rrY salieron los fariseos y comenzaron a disputar con INTRODUCCIÓN
12Y suspiró en su espíritu y
é1, pidiéndole una señal del cielo, tentándole.
dijo: <¿Por qué pide esta generación una señal? En verdad os digo: Dios
prohíbe que le sea concedido un signo a esta generación>. t3 Y, dejándoles,
entró en la barca y se fue a la otra orilla.
ra
Y ellos se habían olvidado de tomar panes, y no tenían con ellos en la
barca ningún pan, a excepción de uno. Y él se puso a advertirles, dicien-
15

do: <Mirad, cuidaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de He-


rodes>. 16Y ellos razonaban entre sí, diciendo que él había dicho eso por-
que no tenían panes. 17Y cuando él se dio cuenta les dijo: <¿Por qué estáis
comentando que lo he dicho porque vosotros no tenéis panes? ¿Aún no per-
cibís ni entendéis? ¿Es que tenéis embotado vuestro corazón? t8 ¿Tenéis
1e
ojos y no veis y tenéis oídos y no oís? ¿Es que ya no recordáis? ¿Cuán-
tos canastos llenos de trozos recogisteis cuando repartí los cinco panes en-
tre los cinco mil?>. Le contestaron: <<Doce>>. 20 <<Y cuando repartí los siete
entre los cuatro mil, ¿cuántos cestos llenos de trozos recogisteis?>. Le res-
pondieron: <<Siete>. 2rY les dijo: <¿Y aún no entendéis?>.
I

AUTOR

¿,Quién escribió el libro del Nuevo Testamento que suele titularse <Evan-
llclio según Marcos>? La mayoría de las personas responderá con pleno con-
vcncimiento: ¡Marcos! Pero ¿cómo sabemos que <Marcos>> (engiego, Mar-
/,rr,r;cn latin, Marcus) fue el nombre del autor? El evangelista no se identifica
rr si rrrismo en el interior de su evangelio; para é1, su obra no es <el evangelio
1 lrtrcna nueva) de Marcos>, sino <la buena nueva de Jesucristo> (Mc I , 1).
La ausencia de autoidentificación probablemente sea deliberada. A dife-
rerrcia de muchos biógrafos helenistas, pero siguiendo a la mayoría de los
lrrtores bíblicos, el evangelista considera que su autoría personal no tiene im-
¡rrrrlanciar. La <única cosa necesariu (cf. Lc 10,42) es permitir que la bue-
rur noticia hable por sí misma, la buena noticia que proclama a Jesús y que,
crr un sentido, es también proclamadapor Jesús a través del mismo evange-
lista (cf. comentario a l, I ). La ausencia de autoidentificación responde tam-
biú'n, probablemente, al hecho de que tal identificación no resultaba necesa-
lirr: el evangelista era bien conocido entre aquellos a quienes originalmente
sc clirigía, pues pertenecian a su propia comunidad cristiana (cf. más adelan-
tc la discusión sobre la comunidad de Marcos).
Pues bien, si el autor del evangelio no se identifica a sí mismo, ¿por qué
srrcle vincularse el nombre de <Marcos)) con este libro? Tal nombre apare-
t'c cn la mayoría de los manuscritos que conservamos, como parte de un tí-
Irrlo anejo, sea en su forma breve Kata Markon (<Según Marcos>), sea en su
lirrnra larga Evangelion kata Markon (<Evangelio según Marcos>). Sin em-
bargo, este título se encuentra colocado a veces al comienzo del manuscri-
lo. otras veces al final, otras al principio y al final, y en ocasiones en algún
Iugar del margen. Esta variación sugiere que la identificación de Marcos co-
rno autor no es original, sino que ha sido añadida de un modo independien-
tc por diversos escribas posteriores.
A. von Harnack y Th. Zahn ejercieron un gran influjo con su propuesta
tlc que los títulos del evangelio no aparecieron hasta el siglo II d.C., cuando
la lglesia comenzó a tener textos unitarios que recogian los cuatro evange-
lios, de manera que resultaba necesario distinguir unos de otros. M. Hen-
gclr ha intentado retrasar esta fecha, colocándola a finales del siglo I, cuan-

I . Cf. M. Sternberg, The Poetics of Bibliutl NurrutivL'. l3; Il .1. Achtemeie¡ Mark, 125s.
2. M. Hengel, Studies in the Gospel o./'Murk, (r4-t{4 (crr cstc cstudio de Hengel apare-
'1.
ecn las opiniones de los autores antes citados IN. tlcl | ¡.
32 lntroduct'ión Ault¡r t-J

do las iglesias comenzaron a tener no clratro, sirro tltls ovangelios, pero no ,rlrlrrr¿r que, por alguna razón desconocida, abandonó a Pablo en medio de un
ha sido capaz de ofrecer un argumento convinccntc llara nrostrar que los tí- r rrrjc rnisionero; y Hch 15,36-41 señala quc esa deserción fue la causa de
tulos del evangelio constituían una parte origirral clcl tcxto. Por otra parte, rrn c¡rfientamiento posterior entre Pablo y Bernabé, quien quizás era primo
algunos ejemplares de Marcos siguierorr circr¡lanclo sin título hasta entra- ,lt' Marcos (cf. Col 4, l0). En efecto, algún tiempo después Bernabé quiso
do el siglo IV d.C.3 rr't()rn¿rr a Marcos para una misión con Pablo, pero este, motivado por su ex-
Aunque probablemente al principio circulaba clc manera anónima, pare- ¡rt'r'icrrcia precedente, se negó y los dos misioneros se separaron con enojo.
ce muy posible que nuestro evangelio f uc escrito por alguien que efectiva- ( u:rnrlo el texto deuteropaulino de 2 Tim 4, habla de lo <útil> que Mar-
ll
mente se llamaba Marcos, porque resulta diljcil creer que más tarde se adop- sido para Pablo, puede estar reflejando una rehabilitación posterior de
r
's ha
tara este nombre como un seudónimo. Marcos era un nombre muy común \'l:rrcos o un intento piadoso de crear esa rehabilitación.
en el Imperio romano, y así lo muestran pcrsonajes bien conocidos, como el ,,lrue este <Juan Marcos> el autor de nuestro evangelio? Probablemente,
emperador Marcus Aurelius (Marco Aurclio) o el general Marcus Antonius ,'l escriba o escribas que pusieron a nuestro evangelio el título de <según
(Marco Antonio). No obstante la popularidad de este nombre, de los prime- l\lrrlcos> pensaron así o quisieron que sus lectores pensasen así, dado que
ros tiempos de la Iglesia sólo conocemos a un Marcos, un personaje secun- lurur Marcos es el único Marcos conocido del Nuevo Testamento. Si hubie-
dario asociado a Pablo y que aparece en los Hechos y en la correspondencia rrrrr t¡ucrido aludir a otro Marcos, los escribas lo habrían identificado con
paulina. La relativa insignificancia de ese individuo constituye una razón rrrrrs ¡rrecisión. Más aún, después veremos que Papías, Padre de la Iglesia del
para pensar que el evangelio fue realmente escrito por alguien llamado Mar- ,,rrtlo ll d.C., identifica al autor del evangelio con el Juan Marcos de los He-
cos. En efecto, en el caso de que no existiera una tradición segura sobre su , lros. Pero estos testimonios nos llevan a plantear la pregunta: ¿tenían razón
autor, si un escriba hubiera querido atribuir este evangelio anónimo a un per- l':r¡rils y los escribas antiguos?
sonaje de la Iglesia, hubiera escogido un nombre más ilustre, probablemen- M. HengelT defiende con firmeza esa identificación, poniendo de relie-
te el de alguno de los doce apóstoles de Jesúí. r..' t¡trc el número poco corriente de palabras y frases arameas que hay en el
Pero si un hombre llamado Marcos escribió nuestro evangelio, ¿de quién ,'r rrrrgclio constituyen una prueba de que su autor procede de Jerusalén. La
se trata? Como acabamos de indicar, un personaje que lleva este nombre rrle rrtidad judía del autor podría deducirse también de la aparición frecuen-
aparece citado como cooperador de Pablo en Col 4, l0; Flm 24,y 2 Tim 4, tt' tlc citas y alusiones bíblicas (cf . 1,2-3:7 ,6-l; 12, l0-ll1, 12,36), presen-
I l. La historia de Lucas sobre los primeros años del movimiento cristiano trrtlrrs a menudo de un modo sutil (cf. la alusión al Salmo 22 en el relato de
alude también a Marcos y le presenta como a un residente de Jerusalén que l;r crucifixión de Jesús, en Mc 15,24-34)8. La afinidad del evangelio con
se asocia con Pablo (Hch 12, 12.25;13,5.13; 15, 36-41), alguien a quien Ios tcrnas centrales de Pablo (cf. más adelante la discusión sobre la historia
Hch 12,12.25; 15,37 atribuye el nombre (hebreo) de <Juaru> (giego laan- rle la interpretación de Marcos) puede alegarse también en defensa de Juan
res, hebreo Y6l.tanan). Estos nombres dobles estaban muy extendidos en el \lrrrcos como autor del evangelio, dado que él aparece asociado con Pablo
judaísmo antiguos y Juan era un nornbre judío habitual (cf. en el Nuevo Tes- tiult() cn Hechos como en la correspondencia paulina.
tamento: Juan Bautista, Juan hijo de Zebedeo y el Juan mencionado en Hch l:l que el evangelio haya sido escrito en griego no constituye necesaria-
4, 6 como un pariente de Caifas). LaCarta primera de Pedro apoya igual- nrcntc un argumento en contra de que su autor fuera un jerosolimitano co-
mente una conexión paulina de Marcos, mencionándole junto a Silvano, que rno .luan Marcos. La calidad de su griego no es especialmente buena. Ade-
era el nombre de otro cooperador de Pablo (l Pe 5, 12-13).1 Pedro, Hechos nuis, rnuchos judios palestinos de aquel tiempo tenian unos conocimientos
y la correspondencia paulina se refieren probablemente a la misma persona, lrisicos de esta lenguae. Por otra parte, Juan Marcos bien pudo haber sido
dado que coinciden en asociar a Marcos con Pablo o con un círculo paulino r¡rr <<hclenista>, es decir, un judío grecoparlante, originario de la diásporar0.
en el que se incluyen Bernabé y Silvano6. I I hccho de que poseyera un nombre doble, con una parte griega, apunta en
Si las cosas fueron así, podemos esbozar un esquema general de la tra- t'slir clirección.
yectoria de Marcos, partiendo de las fuentes citadas. Según Hch 12, 12,la Sin embargo, muchos investigadores críticos se han mostrado escépticos
Iglesia de Jerusalén se reúne en la casa de la madre de Juan Marcos. Basán- ¡rrlc csta visión, por tres razones fundamentales: la orientación gentil del
donos en el relato de Lucas, ciertamente Marcos tiene una fama local en Je- ('\lurgelio, las presuntas equivocaciones y/o f'altas de cuidado respecto a las
rusalén, pero aparece después como una figura no muy fiable. Hch 13, l3 It'vcs y costumbres judías, y los supuestos errores sobre la geografia de Pa-
It'stina. Estos argumentos tienen un peso desigual.
3. Cf. C. Black, Mark: Images of anApostolit lnterpreter, l5l.
4. Cf. B. H. Streeter, The Four Gospels: A Studv ol Origins, 560-562: R. E. Brown, Ro - 7. M. Hengel, Studies in the Gospel ol'Murk, 45-51.
nrc,195. t'i. Cf. J. Marcus, The Wav of the Lord,l6s: C. ('. Illack. llit.: lv'lurk u Roman Gospel?,38.
5. Cf. C. H. R. Horsley, Names, Double, l0l l-1017. 9. Cf. S. E. Porter,Jesas and the Use of'Grcck itt lLlrstittt'.123-154.
6. En contra de C. Black. Mark,66-67.72-73. 10. Sobreloshelenistas,cf.Hch6, l.Cf.C.C.llill. llt'llttti,tttttntl Hebrews.
lttttt)tlttt t I¡)tt Ittlt¡t JJ

Así. cn r'onllrr tlt'(lu('e I lutot'tlcl cvangclio haya sido un judio, se suele rrrr¡rlicito> ante la Torá es contraria al .jurllísrnorr. Y C. Blackrs afirma tam-
scñalar, ¡'lor r'jcrn¡rlo. cl llcclro tle c¡Lrc cl .lcsús marcano se relaciona de un lrri'rr c¡ue la forma que Marcos tiene dc a¡rloxinrarse a la Escritura judía re-
rroclo ficcrrcnlc v ¡rositivo c()n gentiles, especialmente en 7, 24-8, 10, mien- '.rrl(u inadecuada. refiriéndose a la atribuciiln crrónea de un texto a Isaias en
tras quc iliscu(c ir nrcnrrrkr con los líderes judíos. Pero eso no significa ne- | . I y a la referencia equivocada a Abiatar cn 2,26.

cesariamenlc cprc Mi¡rcos lnisn.ro fuera un gentil ni que no pudiera haber ('on todo, estos textos no exigen necesariamente que Marcos sea un
sido el judcocristilno .lrrar.r Marcos. Al fin y al cabo, también Pablo era un lt'rrtil. Por lo que respecta a <los fariseos y a todos los judíos> (7,3), la fra-
judeocristiano y quiz.á fi¡c cducado en Jerusalén (cf. Hch 2, l4-16), pero se ',(' p()rle mayor énfasis en los fariseos. A pesar de que el <todos> sea una
relacionaba positivanrcntc con los gentiles y a veces decía cosas muy duras ( \rscración, se trata de una exageración que también los antiguos judios
contra sus compatriotas.judíos que habían rechazado a Jesús (cf. por ejem- rt'irlizaban, como muestrala Carta de Aristeas,305, documento judío que
plo I Tes 2, 14-16 y Rom 9 I I ). Por otra parte, el Jesús marcano no es uni- , ,rrrslituye un paralelo cercano (cf. notas sobre (los fariseos y todos losju-
lateralmente anti-judio y pro-gentil, sino que a lo largo del evangelio se re- ,lros> en Mc 7, 3). Por otra parte, dicha exageración no está totalmente in-
laciona positivamente con los judíos, sobre todo con las multitudes judías ¡rrstil'icada. Basándose en evidencias arqueológicas, K. Deinesró ha mostra-
(cf . l, 2l-28.32-39: 2, l-2.12-13; 3, 7-12: 10, 17 -22; 12,28-34), mientras ,lo t¡ue las leyes fariseas de pureza eran extensamente observadas entre los
que una de sus dos experiencias con una muchedumbre gentil fue negativa: ¡rrtlios palestinos del siglo I d.C.
le piden de un modo expeditivo que abandone la región predominantemen- I\rr lo que respecta a las referencias temporales de 14, 12 y 15,42,Mar-
te gentil de la Decápolis, después de haber curado al endemoniado gerase- , ,,s ¡ruede estar adaptando el cómputo judio del tiempo a sus lectores pre-
no (6, l7). E incluso en la sección propiamente gentil de Marcos, vemos que ,lonrinantemente gentilesrT, o tal vez simplemente es poco exacto. Como ha
Jesús utiliza un tratamiento despectivo típicamento judío en contra de los l,rlcsto de relieve R. E. Brown en su comentario a 15,42t8, para Marcos, la
gentiles, refiriéndose a ellos como (perros> (7,27). ¡'llubra <(la) tarde> puede tener un sentido impreciso, y por esta razón en
Tiene más peso, como prueba en contra de la hipótesis favorable a Juan ,,trrs clos ocasiones en que la utiliza (1,32y 14, 11) siente la necesidad de
Marcos, el hecho de que el autor del evangelio parece hallarse fuera del ám- .rt lirrarla con una indicación suplementaria de tiempo. Por otra parte, en el
bito judío, pues interpreta mal o se muestra indiferente hacia las costumbres \rrtiguo Testamento y en la literatura judía, junto al modo predon-rinante de
y leyes judías. Así, por ejemplo, en 7 , 3-4 el evangelio afirma que <los fari- r orrtur'el día de tarde a tarde, coexiste en ocasiones otro modelo que cuen-
seos y todos los judíos> lavan sus manos antes de comer y observan otros t:r cl clía de mañana a mañana (cf. por ejemplo: Lv 7, 15-16; Jue 19,4-9: I
aspectos de <las tradiciones de los ancianos>. Sin embargo, el gesto de la- \nt I 9, I I : 28, 19; Bel 1, el Dragón [Dn l4] 1 5-17 ; José 1t Asenet 20, 5-12;
varse las manos y otras tradiciones aquí descritas no estaban extendidas a lo- lrrsclb. Anf. 6,336 [cf. I Sm 28, 8.19])r'q. De acuerdo con eso, cuando com-
dos losjudíos, sino que se hallaban especialmente asociadas a los fariseos, I'rrsin¿r los dos esquemas Marcos no está haciendo nada extraordinario ni
de forma que, en sentido estricto, lo que Marcos dice es técnicamente inco- nrtll antijudío.
rrecto¡r. En esa línea, algunos investigadores añaden que Marcos, como gen- La combinación marcana de afirmar la ley y relativizar sus detalles no es
til, no conoce el método judío de contar los dias, que comienza a la caída del t:nnpoco una indicación decisiva del carácter no judío de Marcos. La misma
sol. Así, por ejemplo, S. Schulzr2 se frja en 14, 12, donde se afirma que el ( ()nrbinación se encuentra en Pablo, quien afirma que establece y defiende
sacrificio del cordero de Pascua tiene lugar <en el primer día de los panes lrr lcy (Rom 3, 3l; cf. I Cor 7, 19b), pero al mismo tiempo declara nulas o
ázimos (: Pascua)>. Pero, según el cómputo usual judío, el día en que se sa- r:rcías algunas observancias especificas de la Torá (como en I Cor 7, 19a
crificaban los corderos era la víspera de Pascua, no el primer día de Pascua, t ;ll 5. 6), incluyendo las leyes alimenticias (Rom 14, 14). Éste es, sin duda,
dado que la fiesta no empezaba hasta la puesta del sol. , l ti¡ro de combinación que podría esperarse de alguien a quien se había im-
H. Sariolar3 aduce Mc 15, 42 como una prueba más de la ignorancia de
¡r¡cslo la observancia de la ley desde sujuventud. pero que después se había
Marcos respecto a las costumbres judías. En ese pasaje, Marcos supone que , onvcrtido en apóstol de la misión cristiana, liberada de la ley, en favor de los
lajornada de preparación para el Sábado se prolonga durante la noche. En lentiles. Por lo que toca a las <atribuciones> de autores bíblicos, que se ha-
esa línea, Sariola añade que textos como l, 40-45:2,23-28 y 7, I -23 mues- t t'n or1 l, 2 y 2,26, puede que no se trate de equivocaciones, sino de una exé-
tran que Marcos combina el principio de la observancia de la ley con la in- le sis deliberada (cf . comentario a 1,23 y rrr¡l¿¿.s sobre <en tiempos del sumo
diferencia hacia los detalles de la misma, entre los que incluye las leyes ali-
menticias. A su juicio, esta combinación de un <sí explícito> y un <no t1. 1bid..56.68, 102.
15. C. Black, Was Mark u Rontan Gospel'!.36-10.
ll. Cf. K. Niederwimmer, Johannes Murku.s und tlie Frage nath dent Veúesser das I6. K. Deines, J¡idisches Steinge/iisse und phuri.riii.:t ltt' Ii iintilitkL'it.
:v,eilen Evangel¿rar¡s. I 83-l 85. l7 Cf. M. Hengel, Stud¡es in the Gos¡tel ol lllurk. -15-5.1.1-t7-1.11.1. nota 50.
12. S. Schulz. Die Stunde der Botschali, l,26-127. lfi. Cl. R. E. Brown, The Death of lhe Me.ssiult ll. llll. rurt:r l-J.
13. H. Sariola. Murkus und das Gcse¡:. I l5- I 17. l9 Cf..l. C. VanderKam. Calendur,Ant'icnt l,tntt'litt,¿ri,/./, rli.r/r. lll'1.
Introducción lttlt)t' .17

sacerdote Abiatan de 2,26); pero aun cuando sc tralara cle equivocaciones, rriursnritir las tradiciones sobre el origcn tlc los cvangelios, Papías recoge el
estas pertenecelt a esc tipo que antiguamentc tallt() los -iLrdíos como los no tr':tinronio de un <anciano> llamado Juan, c¡uc incluye la siguiente informa-
judíos cometían con cierta frecuencia. ( r()n llccrca de Marcos:

El mayor obstáculo que encuentra la hipótcsis dc la autoría de Juan Mar- lll anciano decía tarnbién lo siguiente: Marcos, que fue el intérprete de Pedro,
cos es el constifuido por los aparentes errores gcográficos del evangelio (cf.
¡ruso puntualmente por escrito, aunque no con orden, cuantas cosas recordó
notas sobreel <Geraseno> de 5, l; <hacia Bctsaidu de 6,45; (cruzando so- lcf-crentes a los dichos y hechos del Señor. Porque ni había oido al Señor ni le
bre> de 6,53,y (vinierondenuevo> de 7,31;cf. también 10, I y ll, l)20' había seguido, sino que más tarde, como dije, siguió a Pedro, quien daba sus
Pero tampoco estos aparentes errores son decisivos. Como ha puesto de re- instrucciones según sus necesidades, pero no como quien compone una orde-
lieve M. Hengel2r, incluso hoy en día el conocimiento quc la mayoría de la nación de las sentencias del Señor. De suerte que en nada faltó Marcos, ponien-
gente posee sobre su propio país y alrededores es escaso. y ese conocimien- rlo por escrito algunas de aquellas cosas, tal como las recordaba. Porque en una
to resultaba aún más deficiente en la antigüedad cuando los mapas eran ra- sola cosa puso cuidado: en no omitir nada de lo que había oído y no rnentir ab-
ros y no solían ser detallados. solutamente en lo que decía (Eusebio, Historia eclesiástica III,39.l5).
ior otro lado, algunos de los errores de Marcos pueden provenir del he-
cho de que está intentando situar unas tradiciones premarcanas en su propio Si csta tradición fuera fiable, serviría para afirmar con seguridad que el
esquema geográfico. Esto resulta obvio en el conflicto entre la pretendida ,rr¡(ol de nuestro evangelio es Juan Marcos, dado que Papías parece tenerlo
meta de un viaje (quieren ir a Betsaida 6,45) y su meta real (desembarcan ('n nrcnte cuando habla de Marcos como el intérprete de Pedro durante los
en Gennesaret: 6, 53). Finalmente, el caso más problemático, el ilógico via- r¡ltirnos años del apóstol, presumiblemente en Roma, donde murió. Por una
je que se describe en 7 ,3 I, puede reflejar no una ignorancia geográfica, si- ¡rrrrle, Papias conocia I Pedro (Eusebio, Historict eclesiástica II, 15.2, y III,
no el deseo marcano de construir para Jesús una <gira> por áreas nojudías, i(). l7), una carta que vincula al Marcos conocido por Pedro con Silvano, en
de acuerdo con el tema gentil de esta sección del evangelio (cf. nolns sobre l(orrrir ( I Pe 5, 12-13). Por otra parte, en Hch 15, 22-40, Juan Marcos apare-
<vinieron de nuevo>, en 7, 3l). Este tipo de geografia teológica era algo co- ( e como compañero de Silvano (Silas), de Pablo y de otros cristianos, y ese
mún en la antigüedad y está bien ilustrada, por ejemplo, en el mapa del mo- rrrisnlo personaje aparece presumiblemente como residente en Roma, según
saico de Madaba del siglo VI22. ('rrl 4, 10 y 2Tim 4, 11. Lamanera en que Papías vincula a Juan Marcos con
lltrrrra y con Silvano sugiere, por tanto, con gran fuerza, que está pensando
,¡rrc cl evangelista es el mismo Juan Marcos que aparece en Hechos y en la
l. El resuvoNlo DE PnPÍ¡s , orrespondencia paulina2a.
Pero ¿hasta qué punto resulta fiable el testimonio de Papías? A pesar de
De acuerdo con eso, las objeciones planteadas contra la hipótesis de Juan lrr apasionada defensa de M. Hengel y R. H. Gundry25, sigue habiendo va-
Marcos no son concluyentes. En efecto, ni la actitud del evangelista hacia rirrs cosas poco claras y algunas dudas respecto a ese testimonio. Por un la-
los judíos y los gentiles, ni su conocimiento sobre el judaísmo y la geogra- tlo. resulta imposible saber hasta qué punto la información que transmite
fia áe Palestina constituyen argumentos incontestables contra la suposición l.uscbio proviene de <los ancianos> y hasta qué punto proviene de Papías y
de que Juan Marcos de Jerusalén sea el autor de nuestro evangelio. Sin em-
tlcl mismo Eusebio26. Por otro lado, el mismo tono del relato de Papías lo
bargo, también es cierto que los argumentos que se alegan hasta el momen-
lrlce sospechoso. Ciertamente, Papías admite que Marcos no fue un testigo
to actual a favor de Juan Marcos (arameísmos, paralelos paulinos) tampoco
¡rrcsencial del ministerio de Jesús; pero al mismo tiempo afirma con rotun-
son concluyentes.
tliclad que su evangelio constituye una fiel transcripción de los recuerdos de
Además, conviene considerar otra evidencia: el testimonio a favor de la
l'edro, el discípulo más importante de Jesús, si bien no es tan exacto en lo
autoría de Marcos que ofrece Papías, obispo de Hierápolis (Asia Menor), a
t¡uc se refiere al orden de los hechos, que Papías parece atribuir al mismo
principios del siglo II d.C. La obra perdida de Papías La interpretación de
'los Marcos (anticipando de esta forma el consenso de la investigación moder-
oráculos del Seño/3,es citada por Eusebio, un historiador cristiano del
rra)r7. Así, Papías hace un gran esfuerzo por nrostrar el origen apostólico y
siglo IV, en su Historia eclesiástica lll, 39 .l 5. De acuerdo con esa cita, al
cspecíficamente petrino del evangelio de Marcos.
20. K. Nieder-wimmer, Johannes Markus ttntl die Frage noch dem verfusser des
cf.
ge l i unt s, l 7 8- I 82
:u'e ite n Evu n
24. Cf. R. E. Brown, Ronte, 191-194; R. Guclich. illttrl¡ I 3. ió, contra el escepticismo
21. Nl. Hengel, Sudies in the Gospel ol Murk, 148, nota 5l' rlc D. Lührmann, Das Markusevangelium.
22. Cf. M. Piccirillo. Medeba, 656-658. 25. M. Hengel, Stutlies in the Gospel ol M¿n(, -17-5.1: l{. I I. ( iuntlry. Mark, 1026-1045.
23. Cf. R. H. Gundry, Mark, 1026-1029; P..1..1. Í\c¡Iha,The Historical settingof Mark's 26. CL P. J. J. Botha, The Hislorical Setlingol Alutl' ir ('o.r7rr'l. -i(r.
Gospel,36-37. 27. Cf .T. F. Glasson. The Place of the Aneulorr'. l-l()- 1.50.
38 ltttnnlttt t it'tn
Aulot 39

La misma vclrcnrcne iir c()n l:r clue Papías insiste en la conexión con Pe- rlir y cstereotipada de los relatos marcanos no puede provenir de un testigo
dro resulta sospcclrosir. Su lcnguaje es considerado por los investigadores ()cul¿lr, pues a veces los testigos oculares cuentan las historias de ese modo),
<apologótico)), l)ucslo cprc parece dirigido arechazar todas las objeciones tlcbcmos afirmar honestamente que Marcos no da la impresión de hallarse
y a reivinclicar la f iabilidad de Marcos. En este sentido, sostiene que (él es- tttits (erca que Mateo y Lucas de los acontecimientos que relata (a pesar de
cribió puntualmente (akribós)> y que (no faltó en nada>>; su intención ha- t¡rrc Mateo y Lucas, que son evangelistas posteriores, se apropian de la obra
bría sido la de <no omitir nada de lo que había oído ni mentir absolutamen- rlc Marcos). Y la suposición de que entre Jesús y Marcos hubo un largo de-
te en lo que decía>. slrrrollo, con muchos transmisores, ayuda a explicar, por ejemplo, el hecho
Un lenguaje semejante se utiliza en el prefacio al evangelio de Lucas (Lc tlc c¡ue en su evangelio existan dos versiones de una misma narración (la
1,24), donde incluso encontramos la misma palabra akribos. Tanto Papías rrrrrltiplicación de los panes para las muchedumbres: en 6,30-44 y 8, 1-9),
como Lucas están interesados en destacar la precisión de los evangelios, po- vcrsiones que han tenido tiempo de cristalizar antes de haber sido incorpo-
niendo de relieve que su origen se remonta a los testigos apostólicos, y bien ntlus a su evangelio.
podemos suponer que tanto Papías como Lucas están defendiendo el valor
Por otra parte,la estrecha conexión que Papías postula entre el evangelio
y fiabilidad de un evangelio (el de Marcos el primero, el de Lucas el segun- y l)cdro contrasta con muchos detalles de los relatos particulares de Marcos.
do) frente a otras presentaciones de Jesús. Sr, por ejemplo, la primera narración de Marcos que se relaciona con Pedro,
En el caso de Papías, las otras obras frente a las cuales él (o los ancianos)
lrr historia de su vocación en l, l6-18, fuera un recuerdo genuinamente per-
defiende la fiabilidad de Marcos podrían ser los restantes evangelios canó- sorral, esperaríamos más detalles, como una explicación del poder de atrac-
nicos. Es decir, Papías estaría tratando de justificar el hecho de que Marcos
t'irin que tenía Jesús, que movió a Pedro y Andrés a dejarlo todo para se-
narre los relatos que comparte con Mateo y Lucas de un modo ligeramente
lltrirle (en este sentido, el relato, tan distinto, que hace Jnl,35-42 resulta
diferente y con frecuencia menos pulido. Pero también es posible que las
¡rsicológicamente más plausible). Y ¿qué decir de aquellas historias del evan-
obras a las cuales se opone sean las de los gnósticos. Los cristianos <orto- gclio en las que no aparecen Pedro y los otros discípulos, como por ejemplo
doxos> de comienzos del siglo II, como Papías, combatían el cismático mo-
lrrs que ocurren antes de su llamada (que se cuenta en l, l6-20) o la mayoría
vimiento gnóstico vinculando los evangelios canónicos con los primeros tlc aquellas que ocurren tras el arresto de Jesús en 14,43-52? ¿Qué decir de
discípulos de Jesús y negando el origen apostólico de las obras gnósticas. La
lt¡ucllos otros relatos que originalmente sólo tenían que ver con Jesús y a los
reivindicación de la inspiración petrina (aunque qtizás se base parcialmen- r¡rrc los discípulos han sido incorporados con pinceladas superficiales (así en
te en la referencia de I Pe 5, 13 a Marcos) pudo también formar parte de
| .2l-28;2, 15-17;.3, l-6.20-35; 5, 1-20.21-43; 6, 1-6a; cf . notas y comen-
esa batalla contra los gnósticos. Sabemos por Clemente de Alejandría (Stro-
l¿¡r'ir; sobre estos pasajes y comentario sobre 3, l3-15)? Incluso B. Rigaux y
mata 7 .106) que el dirigente gnóstico Basílides afirmaba que había sido ins-
M. Hengel, que defienden la teoría de Papías, según la cual Marcos, autor
truido por Glaucias, el intérprete de Pedro, afirmación plenamente equipara-
rlcl cvangelio,había sido intérprete de Pedro, tienen que admitir que el evan-
ble a la que Papías hace sobre Marcos28. gclio bebe también de fuentes distintas al testimonio de aquel30; por otra par-
Ciertamente, la apostolicidad que Papías atribuye a Marcos es indirecta,
tc, tienen que reconocer que en Marcos <Pedro no aparece como un indivi-
pues le viene de Pedro y no directamente de Marcos. Pero tal atribución te-
tluo concreto, sino como un tipo>3l.
nía que ser indirecta si, como se ha dicho arc|ba, el nombre de <Marcos>, Desde otra perspectiva, si Marcos fuera el evangelio petrino por exce-
que no aparece en ninguna de las listas de los Doce, estaba ya por entonces
lcncia, podríamos esperar que Pedro fuera aquí una figura más prominente
vinculado de un modo estable con este evangelio. (prc en los otros evangelios, pero no es así. Pedro desempeña un papel más
Con todo, el hecho de que el tono de Papías sea defensivo no implica ne-
irnportante, por ejemplo, en Mateo, donde hallamos varias tradiciones sig-
cesariamente que esté mintiendo; a veces,las personas dicen la verdad cuan-
rril'icativas sobre é1 que están ausentes en Marcos (cf. Mt 14,28-311, 16, 17 -
do intentan defenderse a sí mismas o a alguien querido. La afirmación de
)l: 17 ,24-21¡tz. Por su parte, Lucas ofrece una versión humanamente más
Papías de que existe un vínculo especial enfre Marcos y Pedro ha de evaluar-
ccrcana que la de Marcos sobre el incidente más dramático de la vida de
se, por tanto, desde su probabilidad intrínseca: ¿es éste un evangelio par-
l'cdro, su triple negación de Jesús (cf. Lc 22, 6l). Lo cierto es que, si no
ticularmente apostólico o petrino? Desafortunadamente, en contra de la cre-
Iucra por Papías, nadie hubiera imaginado que el segundo evangelio fuera
dibilidad de Papías debemos afirmar que no.
¡rarticularmente petrino33.
A pesar de que Glasson2e ha hecho un buen trabajo desacreditando un
viejo argumento de la historia de las formas (según el cual la forma redon-
30. Cf. B. Rigaux, TheTestimony of St. Murk,49-50.
28. Cf T. V Smifh, Petrine Controversies in Earl, Christianity,33.
3l. M. Hengel, Studies in the Gospel o/ Murk,5l.
32. Cf. R. E. Brown, Rome,195-196.
29. Cf. F. Glasson, The Place oftheAnecdote.
33. Cf. A. Jülicher, Marcus in NT,294.
Intntltt t ii¡tt
2
('icrtirrrrurlc. l;r r isiirr (lr.rc
Marcos ofiece de Pedro resulta más bien ne-
gativa'r. ('. l'.rntlcrr'' lo cx¡rlica clicicndo que este modesto y rugoso retrato CONTEXTO:
que Marcos plrrsrrrr tlc l'ctlro rcfle'jaría la humildad del apóstol. Sin embar- LA COMLINIDAD DE MARCOS
go, tal sr¡posicitirr rlo co¡rcrrcrda con el hecho de que Pedro estuvo implica-
do en algunas clc lirs tlis¡rulas idcológicas más importantes y duras que sur-
gieron en la lglcsia prirnitiva (ct. por ejemplo Gal2, l-14), hasta el punto
de que su nombrc llcgó a convcrtirse en un eslogan entre los partidos con-
tendientes ( I Cor l, l2). Scgún eso, el Pedro histórico dificilmente habría
permitido la circulación de relatos en los que aparecia bajo una luz negati-
va o la ocultación de tradiciones que le exaltaban. para no arriesgarse a que
su posición se debilitara.
En conclusión, nuestro evangelio probablemente fue escrito por alguien
que se llamaba Marcos, pero, en contra de la afirmación apologética de Pa- l. UN pv¡,NcElto coN uN DESTINo coNCRETo
pías, seguramente este Marcos no tenía una conexión especial con Pedro.
parece que escribió su
Tampoco se puede excluir la posibilidad de que este Marcos fuera el Juan Quienquiera que fuera el autor del evangelio'
,rlrr.a, primero y ante todo, parala comunidad cristiana a la que pertenecía.
Marcos que aparece en Hechos y en la correspondencia paulina. A favor de
l ,,s úritimos estudios sobre Marcos han asumido este destino local del evan-
la última hipótesis, podemos ofrecer otra reflexión que no es una prueba de-
discutir los detalles de la ubicación geográfica de
l'initiva, pero que puede sumarse a las ya indicadas de los paralelos paulinos ¡rclio y se han centrado en
y del uso de arameísmos. El fuerte retrato marcano del abandono (temporal) lrr coruunidad a la que se dirigió esta obra, no en demostrar que efectivamen-
lc lire escrita para una comunidad particular. Por eso voy a intentar exponer
tlc Jcsús por sus discipulos, en particular por Pedro (14,27-41.50.66-71),
¿no cstará reflejando en cierta medida la traumática experiencia del mismo :rt¡uí las razones quejustifican esta asunción básica'
Juan Marcos, que abandonó de forma parecida a Pablo en un momento de ya se apuntó una en la sección precedente: el anonimato del evangelio
su misión (Hch 13, l3; 15, 38)? Las dos palabras utilizadas para describir la ¡XXlría indicar que estaba dirigido a una
comunidad concreta. En efecto, es
porque sus lectores
defección de Marcos en estos pasajes de Hechos, apóchorein y aphistanai, ¡r,rsible que no fuera necesario decir quién era el autor
pueden tener un matiz de apostasía (cf., por ejemplo, 2 Mac 2, 33; Lc 8, I 3; Io conocían personalmente.
1 Tim 2, 19; Heb 3, 12) y, como veremos en la exégesis de la negación de Pero ésta no es la única explicación plausible del hecho. E. Best ha des-
Pedro, el relato de aquella defección ha sido modelado también a partir de trrcado ofrarazónal afirmar que la anotación de Mc 15,21 , que identifica a
antiguas experiencias cristianas de un abandono de la fe. Según eso, Marcos Sirrrón de Cirene, el hombre que llevó la cruz de Jesús, como <<el padre de
habria puesto de relieve la deserción de los discípulos de Jesús porque en \le'jandro y Rufo>, se entiende mejor si admitimos que la audiencia de Mar-
cierta medida se asemejaba a la suya con respecto a Pablo. Pero una conje- e os sabía bien quiénes eran los hijos de simón. Pues bien, dado que no se
tura de este tipo, por más sugerente que resulte, no prueba nada. nrcnciona a Alejandro y Rufo en ningún otro lugar de la primitiva literatura
Así pues, para serjustos en la cuestión de si Juan Marcos escribió nues- cristiana, se puede asumir que eran conocidos en la comunidad de Marcos'
tro evangelio, hemos de pronunciar esa sentencia neutral que, en casos co- t¡uizá miembros de ella, mientras que eran prácticamente desconocidos para
mo este, dictan los tribunales de Escocia: <Not proven>> (no se ha probado). .ll resto de las iglesiasr. De un modo significativo, al recontar el relato de
Marcos sobre Simón de cirene, Mateo y Lucas omiten la alusión a Alejan-
tlro y Rufo.
Por otra parte, algunas de las <profecías> de Mc l3 se interpretan me-
jor si están dirigidas a personas que residerr en una localidad particular. Así,
¡ror ejemplo, 13, 14, el Jesús de Marct)s ordena: <cuando veáis la abo-
"n
iulnación de la desolación... entonces aqucllos quc estén en Judea que hu-
yan a las montañas>, poniendo de relievc la irn¡"lortancia de esta instrucción
34. Cf. T. V Snrith, Pelrine C'ontn¡versies in Early Christictttitv. 162-190. Sobre la tm- i.,aralos destinatarios con una anotación palcrlótica, ¡rrobablemente de tipo
probabilidad de que Cehazi sea el principal transmisor de las historias de Eliseo, dado que
las principales narraciones en las que aparece ofrecen una visión más bien negativa de su
cditorial: <Quien lea entienda>.
persona, cf. A. Rofe, The Prcpheticul S¡¿¡ries.'The Nurrutit't's ul¡out the Px4thet.s in the He-
breu' Bible, Their ltineran' lj.,pes ond Hisk¡t't,.21-22. l. Cf. E. Best. Mar*s Reatlers:A Profila,857'
35. C. Emden. St. Mark'.s Debt to St. Peter.367.
42 Introducción La contunidul tlt' lllttntt.s 4J

A pesar de ello, en un trabajo estimulante, R. llauckhamr ha puesto en ,nrt()r'o una autora, que ponen por escrito urra serie de tradiciones, les capa-
duda ese consenso acerca de que el evangelio dc Marcos estaba dirigido a r rtir l)ul'a configurar un texto literario cuyas partes se iluminan mutuamente
una comunidad particula¡ sugiriendo por el contralio que éste y los otros (r l. lir cliscusión sobre el esquema literario de Marcos, en la sección sobre la
evangelios fueron pensados como obras para la instrucción de la Iglesia en r ()r)ll)()sición marcana). En esa línea, ellos pueden escribir sus textos para
su conjunto. Según Bauckham, los investigadores se han equivocado al to- rr¡rrs comunidades concretas de las que forman parte. Así, al ser puestas por
mar como referencia las cartas paulinas, que eJéctivumente estaban dirigi- t'st'r'ito, sus obras se pueden conservar de una manera relativamente fija y
das a unas comunidades particulares. En esa línea, las cartas de Pablo eran
¡ruetlcr.r leerse una y otravez, hasta que comiencen a revelar sus secretos más
una forma de sustituir su presencia personal. Por el contrario, según el con-
¡rrolirndos de estructura y significado.
senso existente sobre el tema, el autor de Marcos era de hecho un miembro l)or otra parte, en contra de Bauckham, la misma pluralidad de los sinóp-
que residía en la misma comunidad para la que escribió su evangelio, de trt os y la combinación de sus semejanzas y divergencias mutuas constituye
manera que no era necesario que escribiera para su comunidad. La instruc- rrrr llgumento a favor de la suposición de que, como afirma B. H. Streeter,
ción oral sería en este caso un modo más efectivo de enseñanza. <Lo que lucnln escritos (en y para unas iglesias diferentes> (es decir, para unas co-
exigió que se escribiera fue la distancia, mientras que la enseñanza oral era rrrrrrriclades locales). Si tanto Mateo como Lucas esperaban ofrecer un texto
suficiente allí donde el autor se hallaba presente... Es muy raro escribir un srrstilutivo autorizado frente al de Marcos (cf. más adelante la discusión so-
libro para instruir a una comunidad específica en una localidad específica lrrc cl problema sinóptico) y si, a pesar de eso, Marcos sobrevivió como tex-
(en la que está presente el autor)>. Eso nos llevaría a suponer que Marcos no to s¡;s¡i1s, tanto aquellas esperanzas de los autores de Mateo y Lucas como
escribió para su comunidad (a la que podía enseñar directamente), sino más lrr supervivencia de Marcos se explican mejor por la hipótesis del apoyo lo-
bien para un conjunto de comunidades distanciadas, es decir, para el conjun- , rrl a cada uno de los evangelios particulares y por la distancia entre las co-
to de las iglesias. nrr¡nidades a las que iban dirigidos.
La prueba positiva más importante que aduce Bauckham a favor del Algo semejante ha sucedido con la existencia de tipos locales de ma-
destino universal de los evangelios (que serían una especie de encíclicas, nrrscritos de los mismos evangelios (alejandrinos, occidentales, de Cesarea,
dirigidas a muchas comunidades) es el cosmopolitismo del mundo antiguo bizantinos), 1o que constituye un testimonio de la fuerza y de la relativa in-
y la conciencia ecuménica de la Iglesia primitiva. Las vías de comunica- tlc¡rcndencia de las iglesias donde esos manuscritos se preservaron. A pe-
ción eran buenas, los viajes resultaban relativamente seguros y baratos, y srrr de su deuda respecto a un cuerpo común de tradición, Mateo y Lucas
los dirigentes de la Iglesia antigua, como Pedro, Pablo con sus compañeros, s()n lnuy diferentes entre sí, especialmente en las narraciones de la infan-
Ignacio y los maestros que se citan en la Didaché viajaban bastante. Los es- era y de la resurrección. Eso nos hace suponerque <las iglesias con tradi-
critos cristianos, especialmente las cartas, se difundían también de esa ma- t'iones tan completamente independientes entre sí en temas que tenían un
nera, a través de misioneros y mensajeros. rrlcrés tan central como estos, se hallaban geográficamente muy separadas
Según Bauckham, los autores de los evangelios no eran miembros de unas de otras>>3.
unas comunidades aisladas y sectarias, sino evangelistas ecuménicos que se Bauckham ha respondido a Streeter argumentando que confunde la cues-
consideraban parte de un movimiento mundial. En esa línea, para utilizar el t itin del contexto en el que fue escrito un evangelio con el tema de la audien-
argumento de Bauckham, dentro del mismo Marcos, Jesús declara que (es- ciir para la que ese evangelio fue escrito. Pero la suposición de Bauckham
te evangelio debe ser predicado a todas las naciones>) antes de que venga el tlc que esos dos rasgos (lugar de origen y destinatarios) son completamente
fin ( 13, l0). Un autor que creía en la necesidad de la proclamación mundial scparables no deja de presentar también sus dificultades. Más aún, en con-
del evangelio ¿no estaría interesado en lograr que su formulación de la bue- tra de Bauckham, además de Pablo y sus cartas, nosotros conocemos mu-
na noticia circulara tan ampliamente como fuera posible? chas obras del ámbito del judaísmo y del cristianismo antiguos que parecen
Argumentando así, Bauckham ha destacado puntos dignos de mención, haber tenido unos destinatarios locales.
pero no ha logrado ofrecer un argumento convincente contra la postura co- Así, por ejemplo, La carta de Arisleas parece haber sido compuesta bá-
mún, según la cual los evangelios se dirigieron en primera instancia a unas sicamente para justificar la adopción de los Setenta por la comunidad judía
comunidades individuales. Pero, en contra de lo que piensa Bauckham, en de Alejandría y para afrontar problemas de convergencia cultural surgidos en
la antigüedad la escritura no era siempre un sustituto de la presencia, sino csa ciudada. Hace poco se ha afirmado tarnbión. rluy convincentemente, que
que podía tener otras funciones, como la de preservar unos recuerdos valio-
cl libro deJoséyAsenelse dirigió en r.ur princi¡rio a los judíos residentes en
sos ante el riesgo de muerte de sus portadores ya ancianos (cf. Mc 9, l) o an-
te el riesgo de la violencia (cf. Mc 13,9-13, etc.). Más aún, el gesto de un
3. B. H. Streeter, The Four Gospels, ll-12.
4. Cf. R. J. H. Shutt, The Letter of Arisl¿¿,s. I 0- | I : .1. M. ( i. Ilarclay, Jeu,s in the Medi-
2. R. Bauckham, For ll/hom Were Gospe ls l|/ri f t a n ?
tcrroneon Diaspora.from Alexander to Trajun. l.-lli- 150.
44 lnfru¡¿lutt it)n La contunidutl tlt ¡rluntts

Heliópolis, con el fin de apoyar la legitinritlrrrl tlcl tcrnplo que Onías II había r , ', lirl deseo ayudaría a explicar el hccho clc cluc su texto fuera recibido tan
establecido en aquella ciudad egipcia cl lño 145 l.('.i r,r¡rrtllrncnte en los círculos de Mateo y Lucas. A pesar de eso, en mi opi-
Los rollos sectarios encontraclos cn Qurnllin parccen haber sido escritos rrrrrr cl cvangelio de Marcos fue concebido ante todo como un medio para
para los miembros de una comunidad ¡rarlicular. que se había establecido en rrr.,lrrrir a la comunidad local de Marcos. Una de las pruebas aducidas por
el desierto de Judea con el propósito dc prcparar alli el camino de Dios (cf. ll:rrre klranr apoya esta suposición: el autor de El pastor de Hermas, que era
IQS 8, 13-14), si bien tal cornunidad podía entenderse como parte de una r[' l{orn¿1, hizo de hecho una copia de su libro con el fin de enviarla a otros
fraternidad esenia más extensa('. Esos escritos ofrecen, por tanto, un parale- l rr':u cs ( l/isíones 2, 4, 3), pero su obra fue pensada en principio y sobre to-
r

lo cercano para Marcos, cuyo texto, aunque estaría dirigido a una comuni- rl(, l)iu'a instruir a los líderes y a los miembros de las iglesias locales de Ro-
dad especifica, formaba parte de un movimiento cristiano mucho más am- nrir v su cntorno (Visiones2,2,6:3,8, l0; 3.9,7)'. Algo semejante parece
plio. Y ya dentro del campo cristiano, La enseñanza de Addai nos ofrece el lr.rlre r sucedido en el caso de Marcos.
ejemplo de una obra dirigida a una comunidad cristiana particular, la de la Algunos de los argumentos que hemos presentado en contra de la teo-
ciudad siria de Edesa, cuya leyenda fundacional se describe allí7. De acuer- rr:r rlc lJauckham (según la cual los evangelios serían encíclicas o escritos
do con eso, en contra de Bauckham, los escritos de este tipo no implican ne- ,lrrrsitlos a muchas comunidades), tales como el carácter críptico de la na-
cesariamente que el autor que los redacta se encuentre fuera de la comuni- r r¡rt'iril.r y la referencia específica a Rufo y Alejando, sirven también para

dad a la que los destina. rt't'lurz¿rr la sugerencia de que Marcos fue compuesto como un recurso pa-
La teoría de Bauckham según la cual los evangelios fueron concebidos r.r lrr cvangelización, es decir, como un texto de lectura para no creyentesr0.
como una encíclica, es decir, para que circularan por muchas comunidades, ( onlo ha puesto de relieve W. T. Shinerl r, en varios de sus pasajes, entre los
tampoco encaja con algunos textos particulares del evangelio de Marcos, co- ,
¡ue sc irrcluyen las narraciones de la vocación (1, 16-20;2, 13-17),la retó-
rno los pasajes crípticos de 4, 10-12l'8, 14-21; 14, 5l-52, o como el posible r rt rr tlcl evangelio presupone la fe cristiana. En contra de lo que sucede en

final de 16, 8, que han tenido que ser profundamente reelaborados o supri- rt'lrrtos filosóficos similares o en la literatura sapiencial, los relatos voca-
midos por Lucas y Mateo. Textos como esos debieron de resultar muy pro- I r()nulcs de Marcos no ofrecen ninguna motivación para que los discípulos
blemáticos para un escrito universal tipo encíclica, mientras que pueden ser ',,' tlccidan a seguir a Jesús, ni hablan sobre los beneficios de dicho segui-
entendidos desde una comunidad particular. rrrcnlo, de modo que resultan poco apropiados para un discurso de evange-
Bauckham encuentra grandes dificultades para entender la referencia a lrzrrcirin dirigido a no creyentes.
Alejando y Rufo que aparece en Mc 15,218. Empieza sugiriendo que Ma-
teo y Lucas la habrían suprimido simplemente por su costumbre de abreviar
a Marcos (pero ¿por qué lo hacen los dos precisamente en este punto?). Sin .' IJNR COMUNIDAD PERSEGUIDA
embargo, enseguida admite que la omisión de esos nombres puede indicar
que tanto Mateo como Lucas <no estaban tan seguros como Marcos de que Aparte de los argumentos que hemos expuesto para rebatir la teoría de
los lectores de sus evangelios supiesen quiénes eran Alejandro y Rufo>. En li llauckham -para quien los evangelios fueron escritos para muchas co-
esta línea, añade que esto podría indicar simplemente que <Alejandro y Ru- rrrtrnidades-, nuestra propuesta de que el evangelio que nos ocupa estaba
fo eran conocidos sólo en algunas de las comunidades en las que se espera- rle stinado a una comunidad cristiana particular se ve apoyada por el hecho
ba que circulara el evangelio de Marcos>, mientras que resultaban descono- rlc cpre los lectores de Marcos estaban sufriendo una clara situación de per-
cidos en aquellas comunidades para las que escribían Mateo y Lucas (y de recrrción. Conviene tener presente que no conocemos ninguna persecución
nuevo podemos preguntar por qué). Finalmente, Bauckham especula con que lcrrcralizada durante el siglo I d.C. contra los cristianos, sino tan sólo hos-
Alejandro y Rufo podrían estar aún vivos cuando Marcos compuso su libro, tiglmientos esporádicos en localidades concretas. Pues bien, encontramos
pero que ya habrían fallecido cuando Mateo y Lucas redactaron los suyos. t'n cl texto varias indicaciones de que los destinatarios estaban padeciendo
Pero si esas personas eran tan bien conocidas como supone Bauckham, ¿por urru situación de persecución. Así, por ejcrnplo, en 10, 30, Marcos introdu-
qué no fueron mencionadas, aunque hubieran muerto recientemente (lo cual r'c la frase (con persecuciones)) en un dicho en el que previamente no exis-
de hecho sería un motivo para hacerlo)? tiirrr. Más aún, la misma estructura del libro parece reflejar una preocupa-
Bauckham puede estar en lo cierto cuando supone que Marcos esperaba ( r(ill por la persecución.
que su evangelio llegaría eventualmente a un círculo más amplio de lecto-
9. Cf. J. Quasten, Patrologyl.96-97: D. E. Aurrc. ll(n,rü\.
5. ClG. Bohak, Joseph and Ascnelh and the .Jcv ish Temple in Heliopolis. 10. En contra de esta opinión, cf. por ejernplo: l{. ll. ( it¡nth'v. Mlurk. 1026, y M. A. Tol-
6. Cf. J. C. VanderKam. The Dead Sea Scn¡lls 7ix!u_t.lttt.ssin. lre lt. I/¡e Gospel: Mark! World in Literarv-Histt¡t'it ttl l\'rt¡t't tiyt'.304.

7. Cf. J. B. Segal, Edesso <the Blessed C¡rr,), 7lt-l'll. I L W. T. Shiner R¡llou, Me! Disciples in lllurhtttt llltL'tot it'. lii:l. nota 25.
8. Cf. R. Bauckham, For Whont Were Go.spe ls ll/ritt(t¡?, nota 27
. 12. Cf. R. Pesch, Das Markusevangeli¿ar¡ II. l{5.
Ittlunlttt t ttin La c'ontuni¿utl tlt i\lun o.s 47

('.nr. tlt'sr;rr'rrrlr li M. It vun lcrselrr, el capítulo 4 de Marcos (cerca


lr:r .'\lrt¡nas observaciones adicionales apoyan la hipótesis de que nuestro
clcl colnicnzo tlcl cr':rnrclio)y cl capítulo I3 (cerca del final), ,t.rrlclitl se dirige a una comunidad pcrscguida. Varios motivos, tales co-
se correspon_
den cn v.ri.s lrs¡rcr'r()s; l)o'c'jcnrplo, en la preocupación rr. t'l sccreto, el énfasis en la persecución, y la división tajante y sectaria
por el destino de la
palabra, crr lu cxh.rrr¡citi. lr ra vigirancia, án et simuolismo
de ru ,r"gu y , r rt r (' (( los de dentro> y <los de fuera>, tal como aparecen en Marcos (cf. es-
que ambos p.rcr tlc cr sLrfiimiento que deben soportar los ,rJrdade_"n
'cricvc l!( ( rirlnrcnte los pasajes sobre el secreto mesiánico y 4, 10.I2), son típicos
rosseguidoresdc.rcsirs(4, r6-r7; I3,9-13).Lasnotoriasi<profecías>delca_ ,1, ¡' ¡ 1¡¡.¡1¡s que se sienten perseguidosrs. Por otra parte, el vocabulario espe-
pítulo 13 resultan particururnrcnte significativas; el ¡esús o (lc las <profecías)) marcanas de la persecución resulta más compati-
de Marcos hace r rl rt
hincapié ante sus seguicl.rcs cn Ia nccésidad de mantener I'lt situación de persecución real que con una de persecución poten-
su testimonio cris- t or.r Lrna
tiano ante gobernadores y rcycs ( 13, 9), y res advierte { rir I ( ) con la hipótesis de unos destinatarios demasiado acomodados. Mc I 0,
de que serán entrega-
dos a la muerte por miembros cle sus propiur famirias (8, \o rstrci0 la situación (<<ahora, en este tiempo>) con persecuciones, y el én-
L2)y <odiados por
todos a causa de mi nombre>, <ie rnaneraque <sólo aquerios
qí" ."ririán rrur- l.rrrs clcado en esta frase por la redundancia (ahora, en este tiempo) hace
ta el fin serán salvados> ( I 3, I 3). rrrr¡rrobable que Marcos esté empleando simplemente una frase general de
Más aún, la sección central der evangelio está dominada por ( ontmste apocalíptico judío, relacionada con la <edad venidera>re.
las predic-
ciones de sufrimiento y de muerte de Jeiús (g, 3l_33; 9, I r I cco o referencia intertextual a Dn 12, I LXX apunta en la misma di-
30_i t; rc,iz_z+¡,
que aparecen estrechamente vinculadas a profecías r, r't itin, porque Marcos introduce un cambio significativo en la fuente que
de persecución de sus
seguidores (8,34-38; 9,41-4g;10, l7_3l.ig_39). Así, se nos muestraa rrtrlizl. Daniel dice: <Será un día de persecución tal como no ha existido
Je_
sús como paradigma del modo en que sus discípulos, , l, srlc clrre ellos existen hasta aquel día>>. Pues bien, Marcos altera el texto
rnctuyendo iu uu¿i"n-
cia de Marcos, deben soportar er sufrimiento. y el final rk'cst¿r forma: <Porque en aquellos días habrá una tribulación tal como no
deí evang"lro, aon-
de se presenta el valiente testimonio de Jesús ante el tribunal ju"dío lr,r cristido desde el comienzo de la creación que Dios creó hasta ahorq>>.
y ante
Poncio Pilato, en contraste con la forma ignominiosa
en que p"á; t lás de- I I t'lrnbio de <hasta aquel día)) a (hasta ahora> constituye probablemente
más discípulos cedieron ante la presión, pu..." haber rnrr rcflexión sobre la situación marcana. <Aquel dia> de tribulación esca-
sido deliberádamen-
te compuesto para preparar a los lectores al martiriora. tolirsica, semejante a la cual no se verá ninguna jarnás, ha venido a conver-
Ciertamente, en teoría es posible que la persecución a la que ttrsc uhota en una realidad espantosa.
aquí se
alude sea potencial más que actual, como ha puesto de relieve
üan Ieisel'r,
o que el tema de la persecución tenga como finalidad
simplemente ofrecer
un estímulo para que un grupo de cristianos instalados
abándone su actitud i ¿,UN EVANGELIo RoMANo?
de autocomplacencia, como ha propuesto D. H. Juerr6. pero
van Ierser ha
destacado también correctamente que <el significado Así pues, asumiendo que el evangelio de Marcos estaba inicialmente di-
del libro está en gran
medida vinculado a un contexto de perseóución>. En rsiclo a una comunidad cristiana particular que se veía a sí misma vivien-
este sentido, por
ejenrplo, las dos narraciones marcanas en ras que ros discípuror;..;;u""- ,lo cl período de la persecución escatológica, podemos preguntarnos: ¿en
tran amenazados en er barco por un mar embravecido, ,¡rró lugar y tiempo estaba situada aquella comunidad? Como hemos visto
están indicando una
situación de persecución (cf. comentario a 4,3i-3g y a 6,
4g-50). por otra rultcriormente, el testimonio de Papías da a entender que el evangelio de
parte, la manera en que Jesús reprende en estos pasajes l\larcos fue escrito en Roma, después de que Pedro hubiera muerto allí. Si,
a sus discípulos,
echándoles en cara su miedo y sus dudas (4,40) o inriándolo, orno resulta probable, el apóstol sufrió el martirio en Roma durante la per-
oqu"'rup"- ,
ren su terror (6' 50)' sugiere que se trata de una persecución sccución de Nerón, en torno al ai'o 64 d.C.to, y puesto que las palabras de
real, actuai, y
no simplemente potencial. I'rrpías sugieren que el evangelio se compuso poco después de dicha perse-
. . Po-r otra parte, respondiendo a la teoría de D. H. Juel, ¿qué sentido ten_ e rrción, entonces bien podemos situarlo a finales de los años sesenta o prin-
drían las palabras de Jesús
-<¿por qué sois tan cobardeslí'g, +O¡,o: nps_ e ipios de los setenta.
toy aquí, no tengáis miedo> (6, 50)_ si ellas se dirigieran
,blo u ln g.upo Esta datación puede ser exacta. De hecho. concuerda con varias referen-
de cristianos autocomplacientes que no sufren riesgá ias de Mc 13. En los años sesenta hubo al menos dos terremotos (el año 60
arguno? Más biEn di- e
chas palabras reflejan una persecución realrT.
v cl 63; cf. Tácito, Anales XlY,27; Mc 13, 8). Hubo persecuciones documen-

l1 9 M F. van lersel, The Gospel accoru)irtg to St. Mark. lj_19.


14. Cf. ibid.,33-34;
8. Cf. F. Watson, The Social Function ol Murk ls,\ct nt r'l'ht'nte. 49-69.
1
pe\er's
G. W. H. Lampe, St. Deniat,346_368. 19. En contra de B. M. F. van Iersel, The Co,s¡tcl ttt t t¡nlin{ tt¡ St. Mark,20.
llIó. 9D. M F.van lersel, The Gospel acc.orclíng
H. Juel, Mark,20.
to St. Merk,35. 20. Cf. lClem5,4-7; lgnacio,Romanr¡s4,2-Jl lrcttco..lrlr't,rrr¡r,rHaereses3.3,2; Eu-
scbio.HistoriaecLesiásticall,25,7.Cf.D.W.O'('orrrror-. I\'tct'ittlk¡me:C.Black, Innges
I7' cf. D. M. Rhoads' Review'ot''D. H. Jue!, <A Master of surprise;
Mark interpreted>, r44. ol utt Apostolic Interpreter.
Introduct ión La utntunidul tlc AIttttos

tadas de cristianos en Jerusalén (el asesinato tlc Sarrtiago por linchamiento, l:n consecuencia, para acabar con los rtnnorcs, Nerón presentó como culpa-
el año 62; cf. Flavio Josefo, Ant.20,200) y cn l{onra 1la persecución bajo blcs y sometió a los más rebuscados tonllcrllos a los que el vulgo llamaba cris-
Nerón. el año 64, en la que murieron entrc ()lros l)cdro y Pablol cf. Tácito, lianos, aborrecidos por sus ignor.ninias. Aquel de quien toman nombre, Cris-
Anales XY,44); y pueden haberse dado tambión otras (cf. Mc 13, 9-13). Y to, había sido ejecutado durante el reinado de Tiberio por el procurador Poncio
hubo varias (guerras y rumores de guerras> (cl. Mc 13,7-8): la derrota de l'ilato. La execrable superstición, momentáneamente reprimida, irrumpía de
ntrcvo no sólo por Judea, origen del mal, sino también por la misma Ciudad
Roma por los Partos, el año 62 (cf . Anales XV I 3- l7), la guerra civil tras la
I l{oma], lugar en el que de todas partes confluyen y donde se celebran toda
muerte de Nerón, el 68, y sobre todo la guerra judía del 66-73 d.C.
clase de atrocidades y vergüenzas. El caso fue que se empezó por detener a los
Ciertamente, los terremotos, las persecuciones y las guerras no fueron fe-
quc confesaban abiertamente [que eran cristianos]; y luego, por denuncia de
nómenos que tuvieron lugar sólo en la década de los sesenta del siglo I; ade- rucluellos, a una ingente multitud y resultaron convictos no tanto de la acusa-
más, las predicciones de ese tipo de catástrofes constituyen una constante de ción del incendio cuanto de odio al género humano (odio htmani generis).Pe-
la apocalíptica2r. Pero varios de los acontecimientos de la guerra judía con- ro a su suplicio se unió el escarnio, de manera que perecian desgarrados por
cuerdan de manera estrecha con los detalles de Mc 13, como veremos lue- Ios perros tras haberlos hecho cubrirse con pieles de fieras, o bien eran clava-
go. Por otra parte, una datación a finales de los años sesenta o comienzos de dos en cruces y quemados al caer el día, de modo que servían como ilumina-
los setenta encaja también con la opinión general de que Mateo y Lucas han ción durante la noche. Nerón había ofrecido susjardines para tal espectáculo,
incorporado Marcos en sus evangelios en los años ochenta o noventa22, pues y daba festivales circenses mezclado con la plebe, con atuendo de auriga o su-
permite que hubiese un tiempo para que Marcos fuera copiado, distribuido bido en el carro. Por ello, aunque fueran culpables y merecieran los máximos
y ganara aceptación en dos distantes comunidades cristianas. Por eso, inclu- castigos, provocaban la compasión, ante la idea de que perecían no por el bien
so sin el apoyo de Papías, resulta coherente una datación de Marcos a fina- público, sino por satisfacer la crueldad de uno solo (Tácito, Anales XY,44)25.
les de los sesenta o principios de los setenta23.
Sobre el lugar de la composición, aunque la mayoría de los investigado- tlsta descripción corresponde ciertamente a la visión marcana de los se-
res modernos han cuestionado la relación que Papías establece entre Marcos rttridores de Jesús, según la cual (serán odiados por todos, a causa de mi
y Pedro, muchos han aceptado con simpatía la otra parte de su información, rronrbre> (Mc 13, l3a). En este sentido, la expresión de Tácito <odio huma-
aquella que afirma la proveniencia romana del evangelio2a. Esa simpatía res- rri generis> puede ser traducida (a causa del odio que la raza humana sen-
ponde parcialmente a la concordia entre los acontecimientos <profetizados> tíl hacia ellos> (en la línea de lo que dice Mc 13, l3a). La afirmación de
en Mc 13, por un lado, y algunos aspectos conocidos de la historia del cris- I licito de que algunos cristianos eran delatados por otros compañeros cris-

tianismo romano del siglo I, por otro. tianos, puede ponerse en relación con la profecía del Jesús marcano según
Hemos visto ya que Mc 13 enfatiza con gran fuerza la tribulación que lrr cual <el hermano entregará a muerte al hermano> (13,12), dado que, en

los cristianos han de padecer al final de los tiempos; esta advertencia se si- Ios escritos cristianos primitivos, la palabra (hermanos)) tiene con frecuen-
túa en el contexto de una profecía de la difusión del evangelio desde su c ia el significado de compañeros cristianos (cf., por ejemplo, I Cor I , I . I 0-

punto de origen en Palestina hasta el mundo entero, incluyendo presumi- 11.26;cf. Mc 10,30)26.
blemente la capital del Imperio (13, 10). Más aún, la exhortación a mante- Además de estas correspondencias con la descripción que ofrece Tácito
ner el testimonio cristiano ante gobernadores y reyes (13, 9), y las adver- tlc la persecución de Nerón, se han aducido algunos argumentos lingüísticos
tencias sobre la traición por parte de miembros de la propia familia y sobre ir f'avor de una proveniencia romana de Marcos. B. Standaert y M. Hengel27
el odio universal (13, l2-13) reciben cierto sentido en el contexto romano. han afirmado, por ejemplo, que los frecuentes latinismos del evangelio apun-
Así, por ejemplo, Tácito (Anales XV, 44) describe la persecución experi- larían a dicha proveniencia, porque el latín era la primera lengua de los ro-
mentada por los cristianos de Roma en el año 64 d.C., cuando el empera- nranos. Estos investigadores se fijan especialmente en dos pasajes (12,42 y
dor Nerón descargó sobre ellos la sospecha popular de que eran los respon- 15, 16) en los que Marcos acude al latín para aclarar unos términos relacio-
sables del gran incendio de Roma, en términos que pueden relacionarse nados con una moneda o un palacio. Para Standaert y Hengel, estas explica-
fácilmente con Mc 13,9-13: ciones están indicando que los lectores romanos de Marcos no se hallaban
hmiliarizados con realidades de la parte oriental del imperio, es decir, con
2l . Así, por ejemplo, 2 Apoc. Bar. 70, 8 menciona terremotos y guerras como parte de cl contexto de Palestina. De un modo senrc.iantc, afirman que la designación
la tribulación escatológica; cf. W. D. Davies-D. C. Allison. Tlte Gospel according to Saint
Mattheu,lll, 340.
22. Sobre la datación de Mateo y Lucas, ib¡d.,1. 121-138, y J. A. Fitzmyer, The Gos- 25. El texto inglés ofrece la traducción relocittla tlc ('. Illack, Mark,228-229; cf. en
pel acc'ording to Luke 1,53-57. castellano J. J. Moralejo, Tácito. Anales, Madrid l 9lt0. 2'l'1-245.
23. Sobre todo lo anterior, cf. W. R. Tellord Murk.2l-23. 26. Cf . C. Black, Mnrk, 235.
24. Cf. J. R. Donahue, The Questfor the Comnutnity ol lvlorkb Gospel,8l7s,y lilindo*-s 2'l . Cf . B. H. M. G. M. Standaert. L'Évangil,' s, l, 'n ,llttn . 170-473: M. Hengel, Strrdles
and Mírrors, l-26. in the Gospel of Mark,29.
50 Intnxtuctión La totnttnilul tlc lllrtnt¡s 51

étnica que Marcos emplea en7,26, hablando clc l¿r <<silol.;nicia>, hubiera si- I /. 5-().13; 18, 12-13). Algunas de estas pcrsccuciones parecen haber sido
do innecesaria en un lugar cercano a Palestina. pcr() (lr.lc rcsultaba esencial en ,r, tos cs¡.lontáneos de violencia de las rnasas (cf . <odiados por todos> en Mc
Roma, doncle debia ser utilizada para distinguir ¿r tnr fcnicio procedente de I i. ll). .losefo, por ejemplo, menciona quc Santiago, el hermano de Jesús
Siria de otro tipo de fenicio, como scría un <libio-f cnicio>, es decir, alguien \ ( rl)czA de la Iglesia de Jerusalén, fue asesinado por un tumulto promovi-
procedente clcl clc Carta-{o. A vcccs sc al'irnta también que el Rufo al ,1,, ¡rtrr.jutlíos, el año 62 d.C. (Ant.9,23):y en Hechos los antagonistas de
que se aludc como ^reanlicnrbro clc la lglcsia r()ntana (en Rom 16, 13) es la mis- 1,,,, ¡ ¡ is[i'¡¡s5 son llamados generalmente <los judíos> (Hch 9, 23: 12,3: 13,
ma persona que e I Rulil nrcncionaclo cn Mc I 5, 12, y esta coincidencia apo- ,r). I -1. I 9, etc.), aunque a veces este término puede aludir a la autoridades
yaría también la provenicncia rorrana de Marcos. ¡rr,li;rs. más que al pueblo en general (por ejemplo, Hch l3' 50).
Sin embargo, estos argumentos aducidos a favor de una proveniencia ro- l.rr cualquier caso, algunas de las acciones contra los cristianos implica-
mana de Marcos no convencen a otros investigadores. Así, por ejemplo, los l,,lr lrr participación de las autoridades (cf. la referencia a losjuicios ante los
argumentos lingüísticos han sido rechazados por G. Theissen y J. Marcus2s, rr'\ r'S y los gobernadores en Mc 13, 9). Hch 12, l-5 nos habla, por ejemplo,
que han indicado que 12, 42 y 15, l6 no están poniendo unos términos oc- ,1,. lrr irnplicación de Agripa I de Palestina, algún tiempo antes de su muerte,
cidentales en lugar de unos orientales, sino que están explicando unas im- ,rrt ctlirl¿r el 44 d.C., en la ejecución de Santiago, el hijo de Zebedeo y en el
precisas palabras griegas por medio de otras latinas más precisas. De un mo- ,.n(.irr.cclarltiento de Pedro en Jerusalén; y 2 Cor 11,32-33 alude al intento de
do similar, la designación de la mujer de 7,26 como <siro-fenicia> quizá no .r rr'stir| a Pablo por parte de agentes de Aretas, el rey nabateo, en Damasco.
pretende especificar que ella pertenece a un tipo particular de <fenicia>, si- '.r los rclatos de Hechos son fiables, se dieron también persecuciones oficia-
no más bien a un tipo particular de <siria>: se trata probablemente de una l,': tlc algún tipo cuando Pablo, antes de su conversión, hostigaba a los judeo-
ntujer siria que se ha casado con un fenicio o que proviene de la zona feni- , rrsliunos (Hch 8, 3) y pretendia arrestar, autorizado por el sumo sacerdote
cia de Siria (la provincia de Siria estaba formada por dos partes principales: ,1,' .lcnrsalén, a los cristianos de Damasco (Hch 9, l-2), y tarnbién cuando los
la parte de Fenicia, que correspondia a la costa de lazona superior de Pales- rrrrrsistraclos de Derbe, en Asia Menor, le castigaron a él después de su con-
tina, y la parte de Cele-Siria, que correspondía en sentido amplio a la Siria r, rsirit.t (Hch 16,22-24).
actual). En cualquier caso, la sutileza de la distinción resulta rnás compren- A{crrás, se dice que hubo causas judiciales contra cristianos ante los go-
sible en un contexto sirio que en cualquier otro, incluyendo el de Roma. Y l,t rrriurtcs en Corinto (Hch I 8,12-17), en Jerusalén (Hch22,30-23' 10) y en
el nombre de Rufo era tan común que no se puede sacar ninguna conclusión ( ('smc¿r (Hch 23, 33-26,32); asimismo se habla de castigos de flagelación
del hecho de que apaÍezca tanto en Marcos como en la Carta a los romanos2e. ,.n lils sinagogas o ante otros tribunales judíos, similares a los que se mencio-
Además, puesto que Pablo no dice que Rufo sea uno de sus <parientes> (a di- rr;rn ur Mc 13,8, que sucedieron en Jerusalén (Hch 5,40) y en otras locali-
ferencia de lo que sucede con Andrónico, Iunias y Herodion, en la misma lis- ,lrrrles si¡ especificar (2 cor 11,24). Por eso, las persecuciones a las que se
ta), es probable que sea un cristiano de origen gentil, mientras que el Rufo ,rlrrtlc cn Mc 13,9-13 no nos llevan necesariamente a Roma ni a los aconte-
del relato de Marcos es hijo de un judío de Cirene; según eso, probablernen- ( rr)icntos que tuvieron lugar en tiempos de Nerón.
te esos dos <rufos> no son la misma personar{). I\rr otra parte, incluso puede ponerse en duda la relación de Mc l3 con
Hay otro argumento aún más importante: aunque la persecución de los l;rs cit'cunstancias de la persecución romana tal como ha sido descrita por
romano-cristianos bajo Nerón es la mejor atestiguada de todas las sufridas lricito. Si Mc l3 refleja realmente aquellos acontecimientos en los que Ne-
por los cristianos durante el siglo l, no fue la tinic'a3t. El libro de los He- r()n I¡lvo un influjo tan predominante, ¿no podría esperarse que el evangelio
chos, la correspondencia paulina y las fuentes posteriores de la Iglesia ates- ,lt' Marcos habría presentado de forma destacada una figura como la de Ne-
tiguan la cxistencia de persecuciones esporádicas antes del tiempo de Mar- r()n on sus <profecías>? Tácito muestra claramente que la persecución del
cos: en Judea (Gal 1, 13.22), particularmente en Jerusalén (por ejemplo, ,uro (r4 d.C. fue instigada por el mismo Nerón, y que él desempeñó un papel
r'r.ntr'¿rl en ella, disponiendo incluso que en sus jardines privados se asesina-
Hch 5, 40; 7 , 54-8,3; 12, l-5l.21,27 -36: 23, l2-15 Josefo, Ant. 20,200);
en Damasco, Siria (2 Cor 11, 32-33; Hch 9, l-2.23): en varias ciudades del rlr lr cristianos. Esta información resulta plenamente creíble, dado que Ne-
Asia Menor (Hch 13,50; 14, 191'19,24-34): y en Grecia (Hch 16,19-24: lrilr tcnía un motivo plausible para acusar a los cristianos (convertirlos en
,lrivos cxpiatorios de un crimen del que ól nlismo era sospechoso) y dado
28. Cf. C. Theissen, The Gospels in Contest,245-249, y J. Marcus, The Jetuish Wur ¿tnd ,¡Uc'fácito mismo no apreciaba a los cristianos. de modo que no habría in-
¡he Sit: in Leben ol Murk,443-446. r e ntado la acusación contra Nerón sirnplcrncntc llara calumniarlo.
29. Cf. J. B. Lightfloot, Suint Pauls Epistle to the Philippians,lT6. Pues bien, Mc l3 no se fijó de un mtlclo cs¡.rccial cn la maldad de un rey
30. Cf. P Lampe. Dle stutttróntisclten Chrislan in dan ersten beitlen Jahrhundcrten.
58; Rulirs, 839. lllsano colxo Nerón. Por otra parte, Mc l.l tirn stilo ofiece una referencia
31. Para un panorama del tema, cf. E. W. Beare. IÍ¿, Eurlie.st Reconl.s o/Jesrr.s, y D. S. rnciclental a los juicios ante los gobernad()rcs (11.9) y no muestra ningún
Potter. Perie( ¿//ion ol the Eurly Churc'h,23I-235. ti¡ro cle preocupación por la maldad de I rcy. litl cottto sc destaca, por ejem-
tlt l\lLttt t¡: 5J
Iiltn,tltttl tótr Ltt totnunidatl

de que tomaran Je-


¡rlo, rrl lrubllrl rlc l¡r nr:rlrllrrl rlc llrs <trcstias> en otros textos, como Dn 7 y Ap l,rrrlrr inrpuestos por los celotas revoluciouatitls dcspués
con los juicios quc dcscri-
13. l'or ()lnr l)iu tc. Ncnln rro corrstituyc un candidato probable a ser vincu- rrr'.:rlr'll. creando de esa manera un lazo plausible
lado con la <ubonrinrrcitin dc la dcsolación> de 13, 14, dado que él nunca l,, l\lrnctls en 13, 931.
guerra judía en Pa-
visitó ni planc(r sir¡tricll l¿r visita de Palestina, y que la <abominación> tal I I ¡rtrnto más débil de este argumento a favor de la
es la falta de una prueba directa
vez consiste cn algÍrn tipo tlc prof'anación del templo de Jerusalén (cf. más l,,trnl cottlo contexto temporal y*espacial
se desatara la persecución contra los cris-
rl'rante dicha contienda
adelante). Si Mc l3 ¡rroccclicra realmente de la persecución de Nerón, ¿no ,1,.r¡rrc
r,.,,,,,.. Sí parece, sin embargo' que los cristianos fueron perseguidos duran-
deberíamos espcrar c¡rc sc ccntrara más en una figura bestial, antidivina,
r, l,r rr'gtrttdarebelión contia Ro*u de los judíos palestinos' entre los años
como hacen Daniel y el Apocalipsis? mesiánicas del
I I 1.1.5 ci.C., porque ,. n"iuton a aceptailas pretensiones
'
lr,lt r itttlío Bar Kokhbara.
de un modo se-
4. ¿UN EVANGELTo srRro? l',,r'cso, no resulta improbable que fueran perseguidos
rrrr.¡rrrrtc cn la primera rebllión, la cual también
estuvo catahzada por espe-
persecuc.ión efectivamente
Muchos investigadores piensan que Mc l3 y el evangelio en general no r,rrrzls ttrcsiánicas. La probabilidad de que esta
in-
reflejan la persecución de Nerón (en Roma), sino los acontecimientos acae- ,, llevti a cabo aumentaría si se demostrara que la Iglesia de Jerusalén
más plausible si consi-
cidos en el tiempo de la rebelión de los judíos palestinos contra Roma, en- , l',',, ,t algunos gentiles. Esta posibilidad se vuelve
gentiles.en Ju-
tre los años 66-73 d.C. Después de todo, el reproche real del evangelio se rlr'r:ilnos"qu" t i"s 2, l4-16 tlRt¡u una evangeli zactón de
,t,,,i'. y que el relato del <Concilió de los apóstoles> de Hch l5 indica que
dirige contra los judíos, no contra los romanos, y los duros acontecimien- que.cumplieran una
t., ltlc'sia de Jerusalén estaba abierta a admitir gentiles
tos de la guerrajudía ofrecen un contexto plausible para el despliegue de esa judíos y paganos se
..,.,,. ,lc condiciones. Estos grupos mixtos de cristianos
animosidad. Por otro lado, el orden de los acontecimientos de Mc l3 refleja revolucionarios, teniendo
el curso general de los acontecimientos de la guerra judía. Así, por ejemplo, lr;rlr ilrn convertido .t uluin.ó de la furia de los
"n por una teología no sólo
oímos hablar de <guerras y de rumores de guerras> (13, 7) y de naciones que ,i,, ,lr*r,to que la rebelián debió de estar inspirada
se alzan contra naciones ( 13, 8). Ciertamente, se trata de predicciones gene- ,rnli trrtrtana, sino también anti-genti136'
( )tros elementos del evangelio de Marcos se comprenden mejor
cuando
rales y por sí mismas no prueban nada, pero Marcos las vincula con otras ex- la guerra
periencias descritas de un modo más específico: la destrucción del templo de
',t sltl)r)t1Q que el evangelio fué compuesto en un tiempo próximo a
I l, l7' Jesús condena a las autoridades del
Jerusalén (13, l-2); entrega a <concilios>>, flagelaciones en las sinagogas y ¡rr,lirt. Así, por ejemplo, en Mc na-
de oración para todas las
juicios ante gobernantes (13, 9); la <abominación de la desolacióu (13, 14); t( nrl)lo porque esta <casa>, que debía ser c.asa
en una ((cueva de ban-
{ r{}ncs (cf. ls 56, 7)' ss ha convertido por el contrario
y la aparición de mesías y profetas falsos (13, 22; cf. 13,6).
,lrtlos>> (cf. Jr 7, I l). En
josefo, el téimino <bandidos> tiene un sentido ig-
Estas referencias marcanas nos permiten establecer un nexo más cerca- que arrastraron al pueblo judío
no con los acontecimientos de la guerra judía contra los romanos, dado que rr,,rrrinioso y se aplica a lor r.uolu"ionarios
,rl tlcsastroso conflicto contra Roma' Si Marcos
ha entendido ese término de
la destrucción del templo (descrita en Mc 13, l-2 y acaecida el año 70 d.C.) reflejaría exactamente lo que
rril nrtxlo similar, el reproche del Jesús marcano
marcó de hecho el final de aquella guerra. Por otra parte, la mayoría de los grupo
,,rrccclió en la rebelión judía en el invierno del 67-68 d'C'' cuando un
investigadores piensa que la <abominación de la desolación> se refiere tam- entraron en Jerusalén bajo la direc-
,1,. ,,5a'didos> re,rolucionarios o celotas
bién a algunos acontecimientos relacionados con la guerra y el templo de Je- de mando en el
( r(;n clg Eleazar,it¡o á" Si*On, y establecieron su centro
rusalén, en parte porque la expresión hunde sus raíces en las profecías de la
,rsrro interior aet tempto, p".Áán""i"ndo allí hasta la caída de la ciudad'
profanación del templo, asociadas con la guerra (cf. Dn 9,26-27; I l, 3l-33; 'n"ti.'q,l5l-157; 5, 5). Esta acción respondió proba-
,.1 rrño 70 d.C. (Josefo,
12, ll). La referencia original viene dada talvez por el hecho de que Antío- los grupos revoluciona-
l,lenlcnte a la actitud anti-gentit que prevalecia entre
co Epífanes mandó erigir un altar pagano en el templo de Jerusalén el año
r,,s:loscelotasp"nruron-qu"ellosdebianpurificareltemplodelacorrup-
167 a.C., cosa que provocó la rebelión de los Macabeos.
, rirrr dc influencias extranjeras'
En esa línea, los <profetas de signos> y los mesías judíos parecen haber
catalizado los impulsos de la guerra, de manera que resultan así buenos can- .l.l.Cf.Bel/.4,335-344,yJ'R'Donahue''4t'(',Ytnttht'Christ')'2lT-224;postetiormente
coluo hemos indicado arriba.
didatos para ser identificados con (los falsos cristos y falsos profetas> de los ilefendido un.on',"*ro romano pare cl cva'gcli..
/'('1 1'ii:l'l;cl S (i witson'Relutedstrun-
l ),r.ultrrc ha
que habla Marcos 1332. Por otra parte, Flavio Josefo describe los juicios de 'r'l Justino' e'i'u''oiliffi;\';:Á;"
,,¡ /]. .111'.s and Chrislians,5-7
' 'ti.'cr. '
¡li. suná.ir,3.¡¡r,, tics. se(1uriun.\. /)l.r.rt¡/rrrlr, /)t,r'i¿¿r¡ls. 8.
('tttt!t't'!ttti.on, J. Marcus'
32. Sobre los <profetas de signos>, cf. el ct¡mcnturnr a 8, l0-13; sobre los pretendien- Cf. R. lr*"tt,
.16. fnf,-,l.ii,o,oii on¿ the G(tltrtittil\ .2V-299.,
Vio'
tes mesiánicos, cf. Josefo. 8e11.2,433-434,444.6562: (r.313:7,29-3l.Cf. J. Marcus, l./le .tt*islt lLar and tnn i¡i¡)r"ti¡,,ii
ttt,, ol Murk,450. rr.trr '17''l Scl¡rncl Estahlishnent
Jewish War and the Sitz in Leben of Mark, 45'7 -459 . l, n,,'in Philo and Luke.21l-2'72
La u¡munilud tlt illttn t¡t -5.t
51 I'ttt,,,ltt,, tt¡tt

t,,,..r( r()¡ tlel evangelio fue a finales de ltls sesenta, resulta dificil una prove-
Scgirrr Mllt't)s. ('n r'()ntlir (lc lo que se proponían los celotas, esta ocupa-
lr, n( r:t glrlilea, ya que el frente de la gucrra cstuvo por ent6nges en esa Zo-
ción lranslirr'¡nir lrr t'lrs¿r (lr-rc Dios había querido que fuera un centro de ora-
ción intcnurcional, en una ((cueva de bandidos>>. En consecuencia, el líder nr (l(. nl()(lo que una comunidad que residicra allí probablemente no tendría
revoluciorlario rcsponsable de esta toma del templo pudo ser visto como <la r, , ilrs()s rri tiempo ni inclinación para escribir un evangelio.

abominación de la desolación, que vino a cstar allí donde no debío (Mc 13, I rr r cz cle inclinarse por Galilea, la mayoria de quienes han defendido un
l4) y que profanó el templo e infiingió la ley entrando hasta el santuario in- ,r rr't.n c!'l'ciiflo a Palestina tiende a pensar en la provincia romana de Siria,
tcrior. llenándolo con violcncia y cxpulsando a los gentiles, en contra de ,tu(.(.r'it co¡tigua a Palestina. Siria se encontraba bastante cerca de Galilea,
qucr'ía convcrlirkr cn casa clc oración para ellos (cf. Josefo, Bell. 4, ,1,. ,,',',r",'. que fácilmente tendría contacto con muchas tradiciones sobre Je-
[)ios, c¡Lrc
llt2- I ¡13.201 .llili; 6. t)5 ).
,rr., llrr otra parte, era una región predominantemente gentil y su Iglesia ha-
Mhs uiul. cl hccho dc r¡uc la revolución estuviera dirigida por líderes t,r,r r,.t.ibiclo ét innu¡o paulino, de manera que resulta comprensible el énfa-
que se arrogabarr cl rlrcsianisnro davídico ayuda a explicar la ambivalente ,r,, ,¡rrc Marcos ha puesto en relacionar a Jesús con los no judíos, 1o mismo

actitud de Marcos rcspccto de la imagen davídica del reino de Dios, pues a ,


¡rr,. srr libcrtad respecto a la ley y la forma de
explicar algunas costumbres
veces parece afirmarla para Jesús (cf. 10, 47-48; I l,9-10) y a veces la nie- lrrrlrrs y algunos términos arameos4l.
ga (12,35-37). Por una parte, Marcos da la impresión de que presenta a Je- I rr csa misma línea, como hemos indicado arriba, en la discusión sobre
sús como el santo guerrero de Dios, como el Mesias davídico que combate Lr lri¡rritcsis romana, la designación de la rnujer de 7,26a como <siro-feni-
los poderes demoníacos que se alzan contra el pueblo de Dios, cumplien- , r.r,, rpoyaria también un origen sirio del evangelio, porque puede haber si-
do así incluso las esperanzas distorsionadas de los revolucionarios. Pero, ,l,r rrrlroducida para precisar su patria (la zona fenicia de Siria) y distinguir-
por otra parte, Marcos mostraría que Jesús ha dado cumplimiento a dichas Lr :r:í rlc la otra zona de la provincia de Siria (la Cele-Siria). Por otra parte,
esperanzas davídicas de un modo imprevisto, contrario a las visiones con- ,r (.()nr() parece probable, la instrucción que aconseja a los judeocristianos
vencionales de aquel tiempo, indicando de esta forma que la verdad funda- lrrril rr lrrs colinascuando aparezca la abominación de la desolación (13, 14-
I r ) csth clirigida a la comunidad de Marcos, entonces las colinas a las
que
mental sobre él no es aquella que le presenta como Hijo de Davi{ sino la
que le presenta como Hijo de Dios37. ,r,¡rri sc aludé son, con bastante seguridad" aquellas que se encuentran en la
la región transjordana de la Decápolis'
El detallado conocimiento del curso de la guerra judía que Mc l3 pare- ¡,.rrtc oricntal del valle del Jordán, en
ce reflejaq se explica mejor si suponemos que el evangelio fue compuesto ¡r,rr lrr que Marcos muestra mucho interés
(5, l-20; 7,31-37); ésta es la re-
en una situación de cercania geográfica y temporal a esa guerra, es decir, en r,r,lrr ncutral más cercana a Judeaa2.
algún lugar próximo a Palestina durante la contienda o poco después. Pero l:sta huida de los cristianos de Marcos desde Jerusalén a la Decápolis
el lugar donde surgió talvez no fue la misma Palestina. El antiguo plantea- r,.lle.jaría la noticia que aparece en Eusebio (Historia ec'lesiástica III, 5' 3)
miento de E. Lohmeyer, W. Marxsen y W. Kelber38, que situaba a la comu- r e rr lipifanio (Panarion 29,7 .78; Pesos v medidas l5), de acuerdo con la
nidad marcana en Galilea, sobre todo por la importancia que dicha región ( ilirl l¿l Iglesia de Judea, advertida por un oráculo divino, huyó a la ciudad
tiene para el evangelio, cuenta ya con pocos partidarios. ,lt. l)cla, én la Decápolis antes o en previsión de la guerra Qtro tou polemott)
Probablemente, Galilea es importante en Marcos no porque su comuni- (, lntcs ilel asedio de Jerusalénal. Por otra parte, un contexto sirio durante
dad se situe en esa zona, sino porque allí se desarrolló la mayor parte del mi- l;r sucrra o poco después de ella, concordaría con el énfasis que el evange-
nisterio de Jesús y alli tuvieron lugar algunas de las primeras apariciones del 1,,, ¡ro¡e enla persecución, dado que la guerra en Palestina se expandió ha-
Resucitado (cf. Mc 16, 7; Mt 28,16-20; Jn 2l). Además, Galilea es el ti- , irr Siria. donde hubo frecuentes masacres de judíos por parte de gentiles o
po de lugar donde el Jesús de Marcos plausiblemente puede interactuar con \ re cversa'l4. Los cristianos, que eran percibidos colro un grupo que se ha-
gentilesse. A pesar de eso, es una zona poco probable para situar allí la comu- llrrba en medio, entre los judíos y los gentiles, pudieron convertirse en ob-
nidad de Marcos, por dos razones. En primer lugar, porque dicha comunidad ¡e lrl de persecución por ambas
partes45.
parece predominantemente gentil (cf. 7, 3), mientras que Galilea era una tie- A partir de esas razones, la teoria de la proveniencia siríaca del evange-
rra de gran mayoría judía40. Y en segundo lugar porque, si el tiempo de com- li., paiece la más probable de las que se han venido dando, de manera que la

37. Cf. J. Marcus, The Jeuish War and Íhe Sitz in Leben o/ Mark,456-460.
l. Cf. H. Koester, Inü'o(luctiotl to the Ner' 7i'sluntt'tt Í l, I 64-l 67'
38. Cf. E. Lohrreye¡ Das E',,angelium tle.s Markus: W. Marxsen, Mark the Evangelist; '+
-12. cf. J. wehnert, DieAusv,andertmgderJt'ru.sult,ntt,t'(ltristan nuch Pello,25l,nota4l.
W Kelber,
43. Sobre la historicidad de la tradición de Pcla. cl. ('. Kocster, Tlrc Origin und Signifi-
The Kingdom in Mnrk.
39. Cf. G. Stemberger, Galilee-Land ol Sulwtion?. apéndice 4 a W D. Davies, The
, ttn(.e ol the Ftight to PellaTruulition,g0-l06. y J. Wchrrcr-t. l)ic'ltt.stutnderungtlerJerus't'
Gospel and the Land,435-436: C. Black, Mark.249, nota ó0.
l, ntt'r Christen nach Pella.
40. Partiendo de la base de que sus lectores tiencn cierto conocimiento de la Escritura
44. Cf. J. Marcus. TheJewishllarand tha Sit: i¡t I,clu'n tl lllurk'451-454'
y de las costumbres judías, D. H. Juel, Master o/ Sur¡trise,l33-139, afirma que ellos son ,15. cL Josefb. 8ett.2,463, y G. Theissen. Tltc (irt.s¡u,l.s itl ('t)nt(tt.268-269.
judeocristianos, pero así no explica realmente cl tcxto de Mc 7.3.
56 Intttxlu< tii¡tt Ltt t'onttmidad tte Murtt¡s

adoptaremos y la utilizareffIos en estc conlcnll¡io t'onlo base de inferencia estar relacionado de un modo inmctliato con
la
para interpretar la forma en que los oycrrtcs-lctlo¡cs tlel cvangelio podrían
r,,r l)()r'(luc ese dato parece qr-rc la au-
, ,,,,¡.r,,rición del evangelio, siendo
, un acontecimiento dramático
haber entendido algunos de sus pasajcs. anticipa y anuncia
,lr, rrt iit clc Marcos ha visto recientemente' o que Marcos
Ciertamente, la proveniencia siríaca rlc Mlrcos no se puede probar con
(|l¡clilcomunidadverámuypronto.sinofueraasí'resultariadificilenten-
seguridad total. De todos modos, la rrrayor' ¡rirrtc tle la exégesis que ofrece-
,l, r l;r cxhortación que sigue (<Quien lea entienda>)'
rnos seguiría siendo válida si el cvangclio lrubicla surgido en Roma o en al-
.', ,tloyo, parte'de tol in*stigudores opina
t
que se trata de algún acon-
gún otro lugar donde los cristianos sc llubicrarr cncontrado bajo un tipo de de la desolación>
r, ( nnicnto sucedido en el templo]pues esa <abominación
persecución. Pero las reconstruccioncs histirricas son importantes y nos ayu- sobre el origen si-
,,itirir cn el contexto ¿e naniel (ct' arriba la discusión
dan a intcrpretar un escrito como cl dc Marcos, porque tanto él como otros el sentido de esa expre-
rr,r tl¡l sv'nrelio). Las opiniones razonadas^sobre
autores del Nuevo Testamento no cscribían tratados filosóficos intempora- que afirman que se refiere a la ocu-
varían désde aquellos
'n cll
r' Marcos
les ni nada parecido, sino mensajcs con una finalidad determinadaa6, como alude a
t,,r,rirt clcl santuario por los ce'lotas'9, hasta los que sostienen.que
demuestra claramente 13, 14, cuando vincula una referencia a un aconteci- 70 porTito50' pasando por los que con-
t,, ,l,.'strucción del templo en el año
miento dado (en un tiempo y cn ur.r espacio distinto) con una llamada a su evoca la erección anticipada de un santuarlo pa-
,rrh.tiln clue esa
audiencia, para que capte su significado: <Quien lea entienda>. "^prarión
,,.ur() cn tugu, dél templo judío algún tiempo después5r'
Según eso, el propósito de Marcos cuando escribe es semejante al des- "l
llrhtridaalasmontañasconstituyeunacontecimientomásdificildeda-
crito por George Orwell: <Mi punto de partida es siempre la sensación de
t'rllltclttsosuposibleidentificaciónconeltrasladodelalglesiadeJerusa-
ser un partisano que lucha contra un tipo de injusticia. Cuando me siento y tal resulta dificil
l, n ofrece poca uyu¿u, porque el traslado en cuanto
r l)clil
me pongo a escribir un libro, no me digo a mí mismo: 'Voy a producir una gut"bio lo sitúa antes o durante la guerra (depen-
,1,. tlrrlur. temporalmente.
obra de arte', sino que me pongo a escribir porque hay alguna mentira que lo sitúa inmediatamente antes del
, tr,.rtltr clc la traducc iói de pro); Epifanio
quiero sacar a la luz, algún hecho sobre el que quiero llamar la atención, y de que se refiera al mismo
, ,,'tlitr dc Jerusalén y tc it,20-i2 (en el caso
mi preocupación inicial consiste en buscar una audienciuaT. También Mar- ha comenzado'
cos comienza con la sensación de ser un partisano, con la preocupación por ,r,,,ntccirt1iento) lo sitúa después de que el asedio
I )c acuerdo con la postuia que hemos adoptado aqui' paraJt4arcos y su
conseguir una audiencia, con el deseo de sacar a luz las mentiras y de llamar con la ocupación
, ,,nn'liclad la abominación de ia desolación se identifica
la atención sobre los <hechos>. Nunca podriamos comprender la famosa fá- parte' la huida de los cris-
,l, l lcntplo por los celotas en el año 67-68' Por su
bula de Orwell Rebelión en la granja si no tuviéramos algún conocimiento acontecimientos' aún
sobre los comienzos del régimen comunista soviético. De igual modo, no en- Ir.uros dc Jerusalén se produjo poco después' Estos
inaugurado el tiempo de
tenderíamos jamás a Marcos si no pudiéramos recrear en nuestra imagina- r,.( rrntcs cuando ,. él Évangetio, habrían
"r"ribió piensan que les ha toca-
Lr lnrr rribulación, que Marcos y sui destinatarios
ción el mundo del siglo I d.C.
,1, r ivir' (cf. 13, l4- l9).
' Marcos con la des-
I{csulta más fácil ii¡u, tu relación cronológica de
trata de un acontecimiento que ha su-
5. D,qr¡.cróN rrut citir.l del templo, ál u¡o 70: ¿se
"n y sus lectores conocen' o más bien de un-aconte-
, ,,litkr ya y que Marcos
, rrrricrtto que ellos anticipan como algo que-va a ocurrir
pronto? A favor de
Además de relacionar la composición del evangelio de Marcos con el
,rrr;r rlutación anterior at á¡o ZO está, por un lado'
la probabilidad.de que Je-
tiempo de la guerra judía (66-73 d.C.), ¿podemos precisar más su fecha de
.rr" hrrbict'a profetizado la destrucción del templo' como lo hicieron otros
composición? Quizá los datos más importantes para resolver esta cuestión
en este caso' no tendríamos que pensar
sean la referencia a la destrucción del templo en 13,1-2,1a <abominación de l,r,,ll'tus a lo largo de los siglos52,
se necesitaba te-
la desolación> en I 3, 14 y la huida a las montañas en el mismo verso. , ,,,r,, t'ccha poiterior al añ-o 70' Por otro lado' tampoco
', en el año 67-68 los re-
El primer acontecimiento mencionado, la destrucción del templo, se n( r l)odcl'es extraordinarios para prever que' cuando
comenzaron
puede datar con mucha precisión: el dia en que sucedió fue el 9 o 10 del t,, ocuparon el templo y poco después los romanos
l,ics.iudíos
iba a terminar redu-
mes de Ab (ulio/agosto) del 70 d.C.48 La <abominación de la desolación> lr," ¡rrcltor?tiVos para el asedio de lérusalén' cl tcmplo
resulta más dificil de data¡ a causa de la controversia que existe sobre el , l(l{r il cscombfos.
sentido del término. Realmente es una lástima que no podamos fijarlo me- ttl i\lurk'
l'). .1. Marcus, The Jeu'ish Wtr ttnd the Sif: in I'cln'n
\0. tl.. Pesch, Nun",'rrn,i,t,',n[i''iioa¡t¡o' und l]cl'tktit¡tt
in Mk l3' 139-140'
46. Cf . J. C. Becker, Paul the Apostle: The Triuntplr tl God in Li/b and Thought, passim. tL t;. Theissen, The G't:¡ils in Contet!'259-264 (
47. G. Orwell, lL/h, I Write, en The Penguin Essu.t.; oI George Orwell, I-7 . .r l R l: Brow¡r' ?'l¡e Death ol
48. Sobre la divergencia de las fuentes en torno a la f'echa exacta, cf. E. Schürer, I/ze ttrr ejempto Jr ?. i- i3. ó;. lot.to' Á.i1. 6' -l{10-'10e
Historl, of the Jewísh People in the Age of Jesus (' h ri.tt l. 506, nota I I 5.
i,, I/,,rrirr/¡l.450,yC.A.Euon.,jor,,rinNon-Cltt.i.stitur,\i¡¡rrrr'.r.cnll.chilton-cA.Evans
r,,i, )..\¡¡¡rlt ir.tl the Historic'ul'lesus' 475-417'
I ¡tt t,,,ln, , t,,n

A lir'.r' tlc cslr tl¿rllrcirirr ¡r'evia al año 70 se puede aducir también el he- 3
cho de que la profbcía de Mc 13, r-2 no se cumplió de un modo exacto. En
efecto, tras la destrucción del año 70 había aún <piedra sobre piedra> en la RELACIONES DEL EVANGELIO
estructura del templo; es más, casi dos mil años después de aquel suceso to-
davía quedan algunas piedras encima de otras, como puede comprobar cual-
quiera que visite el <Muro de las Lamentaciones> en la ciudad vieja de Je-
rusalén. ciertamente, lo que se conserva son restos de los cimienios y del
muro de contención del edificio, no del templo propiarnente dicho. con to-
do, la naturalezapoco diferenciada del lenguaje de Jesús en Marcos (no que-
dará <piedra sobre piedra>>) puede tomarse aún como argumento en contra de
la datación de Marcos después de la destrucción del santuario. por otra par-
te' Marcos no menciona el gran incendio que fue de hecho la causa de la rui- I I r l,troBlEptnSINóprlco
na del templo, a pesar de que este dato aparece de un modo destacado en los
relatos sobre la guerra escritos tras el año 705i. Si Marcos no fuera el primer evangelio, habria que revisar muchas de
Lr', ( ()nclusiones anteriores. ¿Hasta qué punto es seguro ese postulado?
G. Theissensa intenta resolver el problema de la falta de cumplimiento
de la profecía (no quedará <piedra sobre piedra>>) afirmando que ia palabra
( irsi todos los observadores estarían de acuerdo en afirmar que existe
hade (: aquí) tiene en 13, 2 un sentido restrictivo, de modo que poáía alu- , r, rt;r lclación literaria entre los tres evangelios sinópticos (Mateo, Marcos
dir a que <sólo se destruiría el edificio construido sobre la piataforma del r I rrers). es decir, que uno de los tres fue escrito primero y que después
templo, no sus fundamentos)). pero no hay razónpara tomar ál l'toa" en sen- lr, t o¡'riado o adaptado por los otros dos. El nexo literario resulta evidente
tido restrictivo; la lectura más natural del texto es que Íodas las piedras que l','r l:r {r¿rn concordancia verbal entre los sinópticos, no sólo por la manera
formaban la estructura del templo serían derribadas. En cualqúier caso, la ,l( l)r'cscntar las palabras de los personajes (una congruencia que teórica-
falta de precisión respecto a la naturaleza de la ruina del templo tampoco !n''nlc llodría atribuirse a la precisión retentiva de la memoria de los testi-
constituye un argumento decisivo a favor de que no había rr"édido aún en r',rs). sino también por la caracterización de las acciones de los personajes,
el momento en que se escribe el evangelio; el mismo Josefo, a pesar de ha- ,ll(' r'cslrltaría muy dificil de explicar si prescindimos de la teoría de una de-
ber sido testigo de los acontecimientos, afirma de un modo impreciso que l'( rl(lcncia literaria (cf., por ejemplo, Mt7,28.29 ll Mc 1,33 ll Lc 4,321'Mt
el templo fue arrasado por completo desde la base (\eil. 7 , l-4)ss. r \. ll // Mc 8, 6-9; Mt2l,l llMc 11, I ll Lc 19,28.29). Más aún, los evan-

A la vista de estos argumentos enfrentados, no resulta posible tomar una lr'lios suelen disponer las perícopas en el mismo orden básico, incluso en
decisión sobre si Marcos conocía el hecho de que el templo había sido de- lrullrrcs donde tal orden no resulta estrictamente lógico. Así, como ha mos-
molido o si anunció que sería destruido en un futuro muy cercano. El evan- rr;rtlo, por ejemplo, C. M. Tuckettr, Mateo y Marcos interrumpen su narra-
gelio podría haber sido escrito lo más pronto hacia el año 69 d.c., de modo r'rrl¡r clel ministerio de Jesús exactamente en el mismo momento, con el fin
que hubo un lapso de tiempo rras la huida de Jerusalén (67-6gd.c.) para la ,lt'ofi'ccer una visión retrospectiva de la muerte de Juan Bautista (Mt 14, 3-
reforma de la comunidad marcana (quizá por la incorporación de los cristia- t.t ¡/ Mc 6, t7-29).
nos huidos de Jerusalén a una Iglesia ya establecida de Siria, de origen pre- A partir de una obra clave de H. J. Holtzmann2, la mayoría de los inves-
dominante gentil) y para la composición actual del evangelio. O p:udo ser trsudores han actuado sobre la base del convencimiento de que Marcos fue
escrito lo más tarde hacia el 74-75 d.c., tiempo todavía bástante , l ¡rrirrer evangelio, que Mateo y Lucas conocieron y adaptaron su obra, y
u
"Lr"uno
la destrucción del santuario y al final de ra guerra, de modo que podía (luc cllos tenían también a su disposición otra presumible fuente denomi-
con-
servarse una gran tensión escatológica. rrrrila <Q> (del alemán Quelle, <fuente>). Pero esta hipótesis llamada de las
,,tlos fuentes>> (una es Marcos, la otra el docurnento Q) ha sido muy comba-
titla en la última generación por W. R. Famerr y por sus discipulos y segui-
tlores. EstoS investigadores han propugnado cl rctorno a una teoría más an-
ti!,ua. defendida en primer lugar por J. J. Gricsbachr, según la cual el primer

53. Josefo, 8e11.6,250-287; Dion Casio, Historiu Rontuna 66,6:'Abot R. Nat.[b]7;[A. l. Cf. C. M. Tuckett. Svnoptic Problent,263.
J. Saldarini, The Futhers accotding to Rabbi Nuthun ('.,lhot
de Rabbi Nathan),lZ_ili: cf.A. 2. Cf. H. J. Holtzmann, Die synoptischen Evungclictt.
Ta'qn 29a. 3. Cf. W R. Farmer. The S.v"noptic Problen.
54. G. Theissen,The Gospels in Context,259. '1. J. J. Griesbach,,4 DemonstrationThat Murl¡ Llits ll rittt'rt ulicr MatÍhev,an¿l Luke,
55. P J. J. Botha, The Hi.ttoric.al Settittg ol Mur.k): Go,spel,34. I 0.r- l 35.
I ttlri,,/¡¡1 , ¡¡¡1¡
ReIac'ione:; ¿(I (vt trt(I i(, 6I
t't¡rnl't'llo it.ll;r tlt. l\l¡¡lt.o. lr¡llrtliclrclo qr.re Lucas
,.1
se basó en Mateo y que, t )lrr iirnrcnte, resulta imposible resulrir aquí todos los pros y los contras
¡,r' Iirr. l\l:¡rt.s rt'rrrrrri 1 ¡esr¡¡'iti ¿r Mateó y Lucas (esta (hipótesis de Gries_ ,1, , ',tt' complicado debate sobre las relacioncs dc los sinópticos, que ha ge-
blrr'lr" s.r'lt'rlr('\('rr.rs('ir \cccs c.rno
teoría de los <dos evangelios> bási_ ir( r.r(l() crr los últimos años una gran multitud de conferencias, artículos y
cos. (lu('sr.r'illr l,rs tlt. l\.1¿rlco y l.trcas).
Atlclr'is rrc t'sr:rs rr.'s rri¡rótcsis principales, rrr.ro[r'llias. Para nuestra finalidad la cuestión más importante es la de sa-
se han defendido otras: unos l,, r sr M¿rrcos fue o no el primero de los evangelios escritos. A pesar de la
diccr c¡uc Mlrrc. r¡ririzti ir M.irrcos'y ru"go
n1¿rn q'c Ml''c.s
ir.u, usó a amboss; otros
-l^* afrr_ , r¡r'srcirin de Farmer y de otros, la prioridad de Marcos sigue siendo la hi-
¿r Matco y qué después
'ccr'r'iti Lucas utilizóu ¿or.; ¡'.tt'sis rn/rs aceptada y será la que adoptaremos en este comentario. Aquí
olros sup.rclr. crr r'ir. r¡rrc r.s trcr sinépticos
usaron no sóro er desapareci_ ¡rt senlr) las principales razones para preferir esta hipótesis, en contra de su
do Q, sirro tarlrbii'll orll) proloovangelió
igualmente desaparecidoT. r,¡.r' scri¿l competidora, que es la hipótesis de J. J. Griesbach:
Teoríu da lu.s tht,t firt,trtt,.s
Hipótesis de Griesbach L llcsulta más fácil explicar el fenómeno general de las expansiones de
Marcos \l,rtt'oi'l-ucas respecto de Marcos que el fenómeno contrario (que sería el
-\-__ a Mateo ,l, l;rs rrbrcviaciones de Mateo/Lucas respecto de Marcos). Situados ante un

Y*- "- - rY Jf4 -


\ Luca. ' iurqclio
\ más breve (que es el de Marcos), resulta razonable que Mateo y
Mateo I rrt ls hayan querido completarlo con otros materiales, abreviando al mis-
Lucas Marcos
rrr,r licrnpo aquellos pasajes marcanos que ellos incluyen en su texto. Pero
Sin embargo, ra mayor parte de ros .r l\l¡rrcos hubiera tenido ante sí los evangelios de Mateo y Lucas, como su-
investigadores ha tenido dificultades
a la hora de admitir Ia teoría de los l,{rn('n los neo-griesbachianos, ¿por qué razónhabría prescindido de mate-
<dos evangerios> como punto de parti-
da básico para explicar ,as peculiarida¿e, rr,rlt's tan valiosos como el padrenuestro, el sermón de la montaña/llanura y
J" los sinópticos, a causa de lo l.r ¡rrctlicación de Juan Bautista? Por otra parte, ¿por qué habría expandido
que suele lramarse <ra navaja de
occam>, según la cuar una teoría no
bería. adoptar más presupuestos
hipotéticos que ros imprescindibles. por
de- l,
's nlrrtcriales que toma de Mateo y Lucas con tantos detalles que parecen
otro lado, cualquier teoría. que u..pi. la It,( () consecuentes?e
depenienci" d" il;;;';'s!ecto de l. ttcsulta más fácil explicar las reestructuraciones de Mateo/Lucas a
Mateo, incluyendo la hipótisis de'Griesbaih,
tal como ha sido formulada ¡r.rrlir de Marcos que explicar las reestructuraciones de Marcos a partir de
por w. R. Farmer, se enfrenta con problemas
tales como: ras diferencias en_ \l;rtco/Lucas. Así, por ejemplo, como han puesto de relieve Davies y Alli-
tre. esos dos evangerios (Mateo
y Lucas) en lo referente a las narraciones ,.,,nr". hasta Mt 14, I el evangelio de Mateo estructuracuidadosamente su
del nacimiento y ra re.surrección de
iesÁ; la inexpricabrrarrp.rrion rr.u- nrrlcrial en forma de tríadas, pero a partir de ese momento no ofrece ya es-
rra del material que Mateo recoge
.l ,áron dé ra montañi v ¿ir- true lur¿ls triádicas. Pues bien, Mt 14, 2 (: Mc 6, l4) constituye precisamen-
cursos; y, en general, la "n
incapacidad que muestra Lucas para "oá,
insérta. el ma_ t(' e I nromento en el que el orden de Mateo comienza a ser paralelo al de
::fl"TilH:li 0". comparte con Mateo en et mismo.on*io
* qu" \lru'cos. Partiendo de la hipótesis de la prioridad de Marcos, este esquema
r('sulta fácil de explicar: a) hasta Mt 14, I Mateo impone sobre su material
En cierto sentido, resurtaría más f,ácir
defender ra dependencia de Mateo un()s csquemas triádicos, rompiendo las secuencias de Marcos; b) pero a par-
respecto de Lucas, porqye M.ateo
es el evangelio mejor organiz;;,;;;o trr tle 14, I acepta el orden de Marcos, de modo que las tríadas desaparecen.
en ese caso permanecerían sin resolver uun
los ótros ao, p.obien'ui, ," ¿"_ l)c acuerdo con la hipótesis de Griesbach, <Marcos se desvía significativa-
ben postular más hipótesis de ras
necesaJur; ü; .^rrt"n grandes diferencias "jí" nrcrrte de Mateo únicamente cuando este último compone su evangelio en
en los relatos der nacimiento-y de tu
pur.uu'a" Jesús. Er hecho de que con l,r'rlra de tríadas; pero tan pronto como Mateo deja de presentar grupos de
pocas excepciones (como la.de
L. R- Lindsey) esta hipótesis cs. Marcos decide seguirlo>r r. Sin embargo, en contra de Griesbach, debe-
teo estaría al final de Ia evolución flu J. q* fufu_ Ir

de los rrry",ü""rlgria" nros afirmar que, puesto que Marcos no muestra en otros lugares un recha-
parece depender de una antigua "uáng"liorjn"
fue el primero de los
tradición de ra iglesia
-segní lu .*iüut." zo ¿r las tríadas, este procedimiento resulta dificil de explicar partiendo de la

que Lucas no- más que "uung"-lirtu,


y *
r"guioor del Jesús terreno, mientras teoría de la prioridad de Mateo.
de consideracione"s exegeticas. 3. Uno puede entender la razón por la que Mateo y Lucas han dejado a
rrn lado aquellos pocos pasajes de Marcos quc ambos omiten. La mayoría
M. Farrer, On Dis¡tensing vrilh
t 9f C4 Butler, tlc dichos pasajes son crípticos (4,26-29: t), 4t)-50; I l, l6; 14, 5l-52), teo-
e.
9 P Thc S),nopiit. protlent. '
7. L. R. Lindsev. I Ui¿¡ioct n"_Ooir,rr"rt
fh"ur.t,r',/.S1,nopf ic. Depenclerce arul Inter_ 9. Cf. C. M. Tuckett, Synoptic Problem,264.
tl ep e d
1 7t 9
e, ZZS -Z6l : M. E. Bo smard, C
- i o,,r'n,'i ni r,'¡,í.'
8. Cf. J. A.Fitzmyer, The prioritt,'ol.M;;;:;';,,;r'i;i" 10. W D. Davies-D. C. Allison, The Gospel uttottlittu to Suinl Mafthev, I,98-103.
<e> Source in Luke.3_40 n.1bid..t03.
63
Relacit¡ttes ¿''l ''tt'tt'!''li"
Iln,,.l!t, ' tt,!l
(Mt 5' 32) y esta
de la n.rorltaña de Mateo
lirgtt;r rrniur:llolo,'r(;rn('nl('¡r1)l)lcnriilic()s(1,43,2,27;3,20-21;7,32-37 l,r, n c()lrlo una parte del sermón un pa-
(lcl dicho ;" áiuottit de su mujer" '>) tiene
(<lodo;;;;;;;t
li. ll .l(r.t). l()lr. lr,.l l. l(). l).r'cl)ctitivos(15,25)o innecesarios(6,31; 1,, ,,rir
7. J.l ¡r:rr';r l\l:rlt'o¡r l'r¡t's bicn. scgirn la hipótesis dc Griesbach, son preci- r.tlr'lo cl1 Lc 16, 18'
siullcnlr.. es()s l);r\;rl('s rurirurrlos los cltrc han sido añadidos por Marcos. Pe- Los slNoPTlcos
Figura l. DtcHos ooglEs rN
ro un csli¡crzo srslt'rnritrt'o ¡ror clinrinar los rasgos extraños de un texto pa- M,qteo LUc AS
MARCoS
rccc rrlis ¡rroblblc (lue ur) csf ucrzo por introducirlos. Así 1o han puesto de I r.rDl|tílN
rclicvc l)¿rvics y Allisorr: <<¿,Sc ¡lucclc suponer seriamente que al reescribir I t,¡l¡lt'lt' et1 Mat't'os )' Lttctts 9. 38b
los tcxtos dc Mrrlco y l.uc¿rs alsuicr.l habria omitido el nacimiento milagro- I I r¡rrc cluiera serprimero l8' 26
1'01,t^, * 20,26-2'7
so de Jssús, cl sclrrrrin tlc la nlontaña y las apariciones del resucitado, mien- scrír el último
tras que, por otr¿r plltc. habría añadido la historia deljoven desnudo (14,
ltt¡l¡lt'lt' ct1 Mateo v Lucus 8, l8
5l-52), un milagro clc crrración en el que a Jesús parece que le cuesta curar 4,25 t3, 12
.\ lt¡ucl que tiene l5 tq t9,26
(8,22-26) y la af irnraci(rrr clc clue la familia de Jesús pensaba que estaba lo- o?1
(.). 16,24
co (3,20.21)?>rr. l()tillll-la cruz
8. 34 t4,27
10,38
4. En otros casos, en la hipótesis de las dos fuentes, Mateo ha alterado ( ):
16,25 9,24
8, 35
un rasgo de la historia de Marcos por una razón obvia, pero al hacerlo se ha tie rtlcr. la propia vida 10.39 17,33
( ): 9,48
creado a sí mismo un problema narrativo. Por ejemplo, en Mc 10, l7- 18, el 9.37 18, 5
liee ibir como un niño a Jesús 10,40 10, 16
joven rico se dirige a Jesús llamándolo (maestro bueno> y le pregunta qué (.):
es lo que débe hacer para merecer heredar la vida eterna. Jesús le responde:
<¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino Dios>. Mateo, aparente- l)t¡l¡lale sólo cn Maleo 9. 34
3,22
mente, pensó que esta negativa de Jesús a aceptar su propia bondad resul- .,\etrsación de Beelzebul 12,24 11.15
(.): 16, l-2a
taría ofensiva para los cristianos, y por este motivo decidió cambiar la pro- 8, I l-12
Sigrro de Jonás 12.18-42 | | . 29-32
blemática pregunta de Jesús (<¿Por qué me llamas bueno?>) por otra más (.):
10, I l-12 19, I
inofensiva: <¿Por qué me preguntas sobre lo que es bueno?>. Pero entonces I )ivorcio 5,32 16, l8
las palabras que Jesús pronuncia acto seguido y que esencialmente reprodu- ( ):
19,30
será el último 10,3l 13,30
cen la continuación de Marcos (<sólo Uno es bueno>) tienen en Mateo me- l:l prinrero 20, l6
( ): 21.21
nos sentido que el que tenían en el contexto de Marcosra. Esta explicación | 1,22-23 7, 5-6
l.ir lc mueve montañas I 7, I 9-20
I
redaccional de la incoherencia de Mateo funciona mejor que la hipótesis de (.):
Griesbach, según la cual la incoherencia formaba ya parte de la narración
del primer evangelio. Observaciones semejantes pueden hacerse a propósi- l)tthlete sólo en Lucas 8, 16
4,21 11.33
to de las tensiones que parecen derivar de la edición mateana de Marcos en I u liimPara 5, l5
( ): 8, 17
Mt 15, 5-9 y en Mt21,l5-18r5. I scondido Y revelado
4,22 t))
10. 26
5. Los dobletes (dichos que aparecen dos veces) en Mateo y Lucas apo- ( ): 9,26
8. 38
yan la hipótesis de las dos fuentesr6. En la tabla que ofrezco a continuación .,\u.rgonru,.a de Jesús 10,32-33 12.9
(igura I ) presento los casos en que Mateo o Lucas (o ambos) tienen dos (.) :
21, 12-15
13,9-l I 12. rl-t2
formas de un dicho. En todos estos casos, menos en uno (el primero de la 'nvucla del EsPíritu 10. l9
(1,
tabla), uno de los dichos es semejante en su forma al dicho que aparece en
se entienden con fa-
Marcos, mientras que el otro es semejante a la forma que aparece en los
la hipótesis de las dos fuentes estos dobletes
I)csde Lucas han tejido
hecho de que Mateo y
, iriilad. En efecto, p.;;;;;;"i
otros evangelios sinópticos más largos, pero no en Marcos. Por ejemplo, el
dicho de Jesús prohibiendo el divorcio (<quienquiera que se divorcie de su u*uu' fuentes (Marcoi y Q)' cada una de
\.s cvangelios con mat;;i;' át
de los casos'
esposa...>) aparece tanto en Marcos como en Mateo, en el contexto de una ti'u¿o dicho' En la mitad
t:rs cuales contenía t""';;;;;-d; la rcpetición resultarte' de
controversia con los fariseos (Mc 10, ll-12 llMt 19,9). Pero aparece tam- evang"liJ;;;;;;ores elirninó
.rlsrttro de los pe-
tradición rrarcana que transmrtran;
,,.r,,crdo con su politic" ;;r*i;;la el doblete
12. Cf. ibid., 108-109; W G. Kümmel. Intt'odLtt'tion to the Neu'Tbstoment.
mitad dt l;'-;;';' ;; vieron incot.rvenie nte en dejar
13. W D. Davies-D. C. Allison, The Gospel uctortling to Saint Matthev'1, 109. r() cn la otra la rcpetición en otros tex-
14. Cf. E. W Beare. The Earliest Records ú,lesus.194-195.
t(tiltbos,Mateo y t*;;;;";üut"ti*']ado ha cxistido)'
15. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospal uttording to Saint Motthev' I, 107 .

r()s. pero en esos


nJ poátemos sabcr quc
16. Cf. la tabla L Cf. F. Neirynck, Synoptic Pn¡ltlcn,587-595. "u'o'
Re laciones dt' I <'ttt tr Y,t' I i t t
InIti,tIttt t tt)tr

l'n t'orrtr;r tlt' t'so. scgún la hipótesis de Griesbach, la visión del tema re- ' ,,\( r il,ttt)os MENORES

srrllir rrr;is t orrr¡rlrt'rrtll: cl cvangelio de Mateo contiene nueve dobletes, que


¡rnrvicrrr'rr ¡rrt'srrnrrblcrrrcntc dc diferentes fuentes orales que él utilizó y/o de
l',lconjuntodepruebasafavordelahipótesisdelasdosfuentespare-
lircntcs es('r'rtirs t¡rrc sc harr pcrdido (en todo caso, nueve son muchos doble- r r , pu!'S, rrtuy tu"ri". El mayor problema en c.ontra de ella lo ofrecen los
tos l)irrir scr'('r'('r(l()s rlc csa fbrma; Marcos, que según la hipótesis de las dos ,,.r,.rrcrtl's menores)) lmtnoi agieements), es decir, aquellos pasajes de la
rr r¡,le traclición en los que las u"ersiones de
Mateo y de Lucas se separan de
fircrrtcs cs cl ¡rrirrrer cvungclista, sólo tiene uno). Lucas conserva cuatro de
entre Mateo
esos rloblctcs rlc Mrrlco y clirnina cinco, dejando a un lado, en cada caso, ,,,,',,,,,,1,, semejante de la versión de Marcos2o. Estos acuerdos
relación con los (acuerdos mayores)) (en los que
uno dc los tliclros tkrblcs; ¡ror otra parte, crea cinco dobletes más, comple- r I rre rrs. que son pocos en
un problema pa-
tando las ¡loríco¡lus t¡rrc ha rccibido de Mateo con otras tradiciones. Des- ,,,,,1,.,s totnan el material del Q), constituyen sin embargo
argumento a favor de
pués vino Marcos, (¡rc llcv(i hasta el final esa tendencia y eliminó todos los r,r lrr lri¡.r(rtesis de las dos fuentes yprimafacie sonun
de las dos fuentes sostiene
dobletes mcnos r¡¡ro. I:l punto débil de esta reconstrucción es la inexplicada 1,, lrr¡r,iicsis neo-gresbachiana, púes la hipótesis
,¡rrr' no cxiste uni dependencialiteraria directa entre Mateo y Lucas' mien-
presencia de tarrtos doblctcs cn Mateo y la fantasiosa manera que Lucas ha-
,, ,r', ,¡,,. la de Griesbach la afirma. Unos pocos ejemplos
servirán para ilus-
bría tenido de cornbinar la climinación y creación de dobletes.
6. El estilo del gricgo dc cada uno de los sinópticos apoya también la r r . r r I rr natural eza del fenómeno aquí implicado:
prioridad de Marcos. Como puso de relieve W C. AllenrT, hay varios versos I lin elrelato del bautismo de Jesús (Mt 3, 13-17 // Mc I '9-ll llLc3'
en los que el vocabulario de Marcos resulta raro o inusual, mientras que el ' I .'l ), Marcos dice que Jesús vio los cielos rasgados (schizomenous) y el
de Mateo es más común (cf. Mc 1,10.12.16;2,11.21;3,28:'10,25; I l, 8; t ,¡,irrttr ilescendiendo eis auton (<sobre él>' literalmente <dentro
de él>; pe-
14, 68.72; 15, I I ). Resulta más fácil pensar que Mateo intentó hacer que el ('lr Mateo y en Lucas los cielos están abiertos (eneachthesan / aneÓch-
r,
' un aconteci-
texto de Marcos viniera a ser más comprensible que explicar la razón por la rltt tttti\ ntás que rasgados, y esta apertura es presentada como
que Marcos hubiera reemplazado una palabra común de Mateo por una más que cómo uná visión de Jesús' En ambos casos (Mateo
iu r( más
nto objetivo
rara en su evangelio. Además, a pesar de la visión contraria de Davies y Alli- usual de decir
r I r¡t'rrs) et espiritu désciende ep'altton,que es la forma más
sonrs, el estilo del griego de Mateo y Lucas, que en general es mejor que el ', ,,,11'c ól>> (en contra del eis auton de Marcos)'
da-
de Marcos, constituye otro argumento a favor de la prioridad de Marcos y l:n Marcos 4, I I Jesús dice a sus discípulos: <A vosotros ha sido
.' 13' 1l y
en contra de la hipótesis de Griesbach. Ciertamente, si Marcos estuviera re- ,1,, t'l nti;;terio [singular] del reino de Dios>' Sin embargo' Mateo
formulando libremente los textos de Mateo y de Lucas, quizás habría utili- os han da-
I rrt rrs 8. l0 traiucen la irase del siguiente modo: <A vosotros se
zado su característico estilo griego, de peor calidad. Pero, según la hipóte- Jrt ;t t't)ttoc€t'los misterios [plural] del reino de Dios>'
sis de Griesbach, no está contando de nuevo libremente las historias de sus \ I :n la historia del encuentro áe Jesús con su familia en Mt l2' 46-40 ll
fuentes, sino copiándolas, a veces palabra por palabra. En estas circunstan- \1,1.20-21.31-35llLc8,l9-2l,niMateoniLucasencuadranestanarra-
fal-
cias, ¿por qué habría escogido constantemente un modo menos adecuado de c¡ la controversia sobre Beelzebul, como hace Marcos; y en ambos
, ro¡
expresarse que el que aparecía en sus fuentes? l.rn llrs notas marcanas de Jesús que va a una casa con sus
discípulos' que es
L Las tendencias cristológicas de cada evangelio ofrecen también un ¡,,rlt.lttlo por una multitud de manera que no puede ni siquiera
comer por la
poderoso argumento a favor de la prioridad de Marcos y en contra de la hi- y que viene a ser declarado loco por sus parien-
¡,r,..itir.r ie la muchedumbre,
pótesis de Griesbach. P. M. Head'e ha mostrado que, siguiendo la hipótesis y parientes de Jesús están fue-
i, , t',,l. otra parte, al indicar qu" ta mudt" los
de las dos fuentes, uno puede entender de un modo plausible las razones por la situación utilizando una
,.r ,lc lu .uru, .n Mateo y Lucás' la gente describe
las que Mateo ha retocado aquellos pasajes de Marcos que tratan de la iden- I estékasin exÓ);por el
l',,'.'scnrejante: <Ellos están fueru (exÓ hestékasin
tidad de Jesús, razones que concuerdan con otros pasajes de Mateo que tra- esa situación diciendo: <Fuera ellos
, {rillt.lu.io, en Marcos, la gente describe
tan de los mismos temas. Lo contrario, sin embargo, no es cierto: resulta r( r'sliirr buscando> (exÓ z7tousin se)'
muy poco plausible la forma en que Marcos, según la hipótesis de Gries- l. Ln Mc 14,65,los soldados que se burlan de Jesús lo golpean y dicen:
bach, habría editado la cristología de Mateo, ya que, según esa teoría, Mar- <¿Quién es el
'.1'rrrlctiza>. Tanto en }y'rt26,68 cómo enLc22,64' añaden:
cos habría omitido temas que en otros lugares son importantes para él (por ,¡il( tc ha golpeado?> (tis estin ho paisas se\'
ejemplo, Jesús como Señor o el Hijo del hombre futuro); Marcos no recoge
esos temas ni los reempl aza por alternativas consistentes. l,irprimeracosaquesedebedecirentorntlacsttrsacuerdosesqueson
, r(.llilulente menores, no sólo por lo que se rcf-ierc a los acuerdos
relaciona-

17. W. C. Allen, The Gospel ac'cording to St. Mottev'. XXVI-XXVII.


I 8. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel ac'cording to Sainl Matthew l, 103. -,()'Paraunapresentacióngeneraldeesosacuclcltls.cl.l]'Ncirynck.TheMínorAgree.
('u¡nttlulitt' l'itt'
19. P. M. Head" Christology and the Sltnoptic Pn¡l¡lem. ',,' rtrt ol Mattheu' and Luke against Mark with u
l¡tIttnInt t itttt Relociones de I tt,tutwlio 67

tlos r'orr ('l (l()( unle llto Q, sino también al número total de divergencias de rlr,ilr('rirs, aunque estos acuerdos constituyen un problema parulahipótesis de
Mrrtco y clc Lucas respecto de Marcos. Así, por ejemplo, H.-H. Stoldt2r ci- I r'. .,rl.s llentes>, debemos añadir que la otra hipótesis (la de los <dos evan-
ta 212 acuerdos menores. Sin embargo, como han destacado W. D. Davies ',, lros¡>) rro aporta una solución mejor. Así, por ejemplo, C. M. Tuckett2a se
y D. C.Allison22, existen literalmente miles de ocasiones en las que Mateo tlr{,'ililtl, con razón, por qué Marcos habría omitido la frase <¿quién es el
y Lucas se apartan de Marcos, dado que los dos últimos evangelistas están ,¡rrr' tc lra pegado?> cuando aparece en las dos fuentes que utilizaba, como
revisando constantemente su fuente y toman caminos propios. No sería, por lil hipótesis de Griesbach.
,rr¡r,'rrc
tanto, sorprendente que existan casos en los que, por pura casualidad de un Los tlcf'ensores de la hipótesis de las dos fuentes que piensan que un pro-
modo ocasional, hayan introducido las mismas alteraciones respecto al tex- , , ',, etlitorial independiente resulta incapaz de explicar los <acuerdos>
en-
to de Marcos. rr, l\l¡¡1s1¡ y Lucas, han recurrido a diversas soluciones. Algunos han apela-
Estos acuerdos menores resultan menos impresionantes cuando se estu- ,1,, .rl irrllujo de la tradición oral, lo cual resulta especialmente probable
en
dian los casos particulares. Entonces resulta claro que Mateo y Lucas tratan , I r irso dc un material importante, como es el de la narración de la pasión
de resolver, de un modo predecible, un problema que el texto de Marcos r,l,:tlc aquí se podría explicar el <¿quién te ha pegado'/> del ejemplo 4).
plantea. Por ejemplo, en el primer caso arriba citado, la violencia de la visión r )rr()s l)an apelado a una posible influencia de Q, pero no sabemos exacta-
maÍcana, en la que aparecen los cielos rasgándose, resulta potencialmente in- rr('ntc qué contenía esa fuente, de modo que podría haber incluido algunos
cómoda, mientras que la <apertura del cielo> es un motivo común en el ju- ,l, lrs ¡rasajes de esos <acuerdos menores). A menudo se apela también a la
daísmo antiguo y en los textos cristianos23. Por otra parte, el eis auton de ''¡"rrnilación textual> de Mateo y Lucas entre sí. Eso significaría que cual-
Marcos resulta potencialmente equívoco (¿penetró de hecho el Espíritu en ,¡rrrt'nr dc los dos sinópticos mayores podría haber seguido el texto de Mar-
Jesús?). Según eso, el cambio del cielo rasgado al cielo abierto y de eis au- , ,', y clcspués un escriba habría adaptado su texto al del otro evangelio si-
ton a ep'auton resulta predecible. También resulta común el cambio de una rr,¡rtico, que resultaba más conocido.
experiencia visionaria particular a un acontecimiento público. l:irralmente, algunos han afirmado que Mateo y Lucas utilizaron una
El hecho de que Marcos sólo atribuya a Jesús la percepción de los acon- r ,rsitin de Marcos diferente de la que ha llegado a nosotros. Dicha versión
tecimientos visionarios forma parte de su motivo del secreto mesiánico (cf. ¡', 'rlr'íu ser un <proto-Marcos)), la recensión original perdida25, o un <déute-
el apéndice: <El motivo del secreto mesiánico>), y Mateo y Lucas no sien- r, Mir¡cos>>, una revisión perdida del presente evangelio26. La teoría de un
'
ten la necesidad de conservarlo, dado que en sus narraciones Jesús ha sido ,l( rtcro-Marcos parece algo más probable de la del proto-Marcos, dado que
proclamado <rey de los judíos> (ll4t2,2) e <Hijo de Dios> (Lc 1, 32.35) des- l, r', ;¡c¡..¿rr MateollLucas son a menudo más fáciles de entender
o teoló-
de su nacimiento. De un modo similar, por lo que se refiere al tercer ejem- 'r( iil)lcnte menos problemáticos que la versión marcana; pero esta misma
plo, no debe extrañarnos que tanto Mateo como Lucas hayanrcchazadola r, llexión va a favor de la teoría de que ellos dependen de un proceso edito-
intercalación técnica de Marcos, dificil de seguiq omitiendo los versos en los rr,rl irrdependiente.
que los parientes de Jesús afirman que está loco, y hayan cambiado la frase l\)r otro lado, tanto la teoría del proto-Marcos como la del déutero-Mar-
más chocante (exó zétousin) por otra más normal (exó hestékasin). ,,'s ¡rlantean dos dificultades. ¿Qué habría movido a alguien a reeditar el
Resultan más dificiles de explicar algunos ejemplos como los de los nú- rr'rt, de Marcos en una nueva versión que difería muy poco de ra anterior
meros 2 y 4 (aunque debemos añadir inmediatamente que la mayoría de los r,k' hccho, se distinguía sólo por los pasajes donde aparecen los <acuerdos
acuerdos menores van más en la línea de los ejemplos I y 3, ya citados). En ilr( nores)) entre Mateo y Lucas)? ¿Por qué ese proto o déutero-Marcos ha
el ejemplo número 2,la combinación del cambio al plural (<misterios>) y la ,|,'sirparecido completamente, a pesar de que fue un texto tan bien conocido
adición de <conocer>>, o el hecho de que, en el ejemplo número 4, Mateo y ,¡rrc fle utilizado por Mateo y Lucas, los cuales escribieron probablemente
Lucas hayan añadido exactamente las mismas cinco palabras en la misma se- , rr krcalidades muy distantes entre sí? No termina de satisfacer la contesta-
cuencia, hace más dificil pensar en la independencia entre Lucas y Mateo, , ¡ri¡l de los que argumentan, como H. Koester2T, que la otra de las grandes
pero no la hace en absoluto imposible: <Os ha sido dado> el misterio [Mar- lrr'rrtcs de Mateo y Lucas, es decir, el documento e, ha desaparecido tam-
cos] resulta enigmático si no se añade <conocen; el sintagma en plural de l,rt'rr. Los dos casos son distintos: una versión independiente de Marcos ha
Mateo y Lucas <los misterios del reino de Dios> resulta menos enigmático ,,'hrcvivido, mientras que no lo ha hecho una versión independiente de
e;
que el singular de Marcos; y la introducción de <¿quién es el que te ha gol- l.s tcxtos de Marcos tienen aparentemente más poder de atracción que los
peado?> sirve para aclatar el sentido menos claro de <profetizo. De todas
14. C. M. Tuckett, Synoptic Problem,267 .
15. Cf. E. Wendling, Die Entstehung des Maruu.s-liyun,qt,lirurrs.
21 . Cf. H.-H. Stoldt, Hrstory and Criticism o/ the Marcan Hltpothesis. l(r. cf. A. Fuchs, Die <seesturmperikopet Mk 4. -15-4 ! ¡turr'. in wundel der urkirklichen
22. Cf .W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospcl uc'c'ording to Saint MatthewI, ll2-113. t, r' lt i i n d igung, 65 -92, y A. Ennulat, Die ( Minor Agr&, n(' n t.\ D.
23. Cf ., por ejemplo, C. Rowland, The Open Hcaven, el epígrafe <Open Heaven>. 17. H. Koester, Ancient Christian Gospels,275.
68 lntn¡duu iitn Re lac i o n cs lL' I <'ytt tt t<' I i t t

de Q (esto va unido al hecho de que Marcos cra un evangelio independien- l'l .cdactor del Evangelio secreto añadió también dos pasajes, citados
te, mientras que Q parece no haberlo siclo). Y lcsr¡lta extraño que, según las ', l;r c.r'ta de clemente, y otro que está asociado con ellos y qué hu perrna-
dos teorías, la del proto y la del déutcro-Marcos. haya sobrevivido el texto r, r r(l() c'el Marcos canónico. a) un texto largo que iba después de to,:+
menos preciso que el desaparecido. Si la historia textual nos enseña algo es r ,'rr cl riue se habla de un joven resucitado de la muerte por Jesús, que va
que los textos más llanos y menos problemáticos sobreviven y eventualmen- 'r r t'¡ lc cn la noche vestido con una túnica de lino y a quien Jesús enséña el
te predominan, mientras que los que resultan más dificultosos suelen desa- rrlirr'r'i() del reino de Dios. b) una descripción de la huida del mismo joven
parecer (cf., por ejemplo, el predominio de la familia bizantina en la tradi- , , ('l del arresto de Jesús; ese texto ha sido conservado
ción textual del Nuevo Testamento). 'lolnento
\ lrr.c.s canónico en 14, 51-52. c) un texto breve, siguiendo a 10, 46a
for el
en
' I r¡rc .lcsús, que se encuentra en Jericó, se niega a recibir a la hermana y a
l,r nurrlrc del joven y a Salomé.
3. ¿EvnNcnr-ro SECRETo? '1. I)or su parte, el Evangelio secreto vino a convertirse en la base para
rrrr;r rr|ricsgada edición de Marcos que aparece denunciada
por clemente en
A pesar de estas reservas, H. Koester ha propuesto una teoría más elabo-
', r':rrt¿r. Esta versión incluía la frase <hombre desnudo con hombre desnu-
rada de un proto-Marcos28, que contempla la existencia de un texto conoci- ,hr". 1¡¡¡s fue aceptada por la secta gnóstica de los carpocratianos, a quienes
do como el Evangelio secreto de Marcos y que merece un estudio más de- 1,r., ¡¡¡1"''t.r6ror ortodoxos de la Iglesia acusaban de libertinos.
tenido. Según Koesteq el evangelio se desarrolló en varios estadios:
5. ('on el fin de combatir a los carpocratianos, un redactor ortodoxo eli-
l. El <Marcos original> se formó a partir de tradiciones orales (una na- rrrrrir l.s dos pasajes citados por clemente, produciendo así el Marcos
ca-
rración de la pasión, historias de milagros, una colección de parábolas, etc.). r()rieo que forma parte de nuestras biblias. Esto no pudo suceder hasta me-
Era más corto que el evangelio actual, no incluía 6,45-8,26 (la sección ,lr;rtl.s del siglo II, más o menos, pues Carpócrates actuó durante el reinado
omitida por Lucas), pero contenía algunos de los pasajes que aparecen en ,1,'l crnperadorAdriano (1 17-138 d.C.).
los acuerdos menores entre Mateo y Lucas. Esta forma breve fue la utiliza- Scgírn eso, la propuesta de Koester puede ser resumida en el diagrama
da por Lucas. ,
¡rrt' sigue, tomado de un excelente artículo de p. Sellewro.
2. Al Marcos original se le añadieron las adiciones de 6,45-8,26y el
texto resultante fue el utilizado por Mateo, que podemos llamar <Marcos ITradición premarcana]
aumentado>.
3. Esa forma aumentada se convirtió luego en la base del Evangelio se- Marcos original (sin 6, 45-g, 26)
creto de Marcos, una versión esotérica y más espiritual de Marcos, que sur- z=t \
Marcos aumentado (Marcos original + Mc 6, 45-g,26\
gió en Alejandría al comienzo del siglo II d.C., y que es mencionada en una
carta de Clemente de Alejandría descubierta y publicada por M. Smith2e. 1.-'
__--_
-r.
Mateo
Conforme a la visión de Koester, el Evangelio secreto de Marcos intro- -----\ Lucas
ducía numerosos cambios editoriales sobre el texto del <Marcos aumenta-
Marcos secreto
do>, empujándolo hacia el esoterismo. Así, por ejemplo, muchas de las re-
ferencias a la <enseñanza> provienen de este nivel de la redacción, como t-\
puede verse por la frecuencia con que Mateo y Lucas omiten esas referen- I Marcos carpocratiano
cias. Algunos de los desacuerdos de Marcos en relación con Mateo y Lucas v
Marcos canónico
se dan en lugares donde el autor del Evangelio secreto alteró el texto, des-
pués que Mateo y Lucas habían copado el <Marcos original>>. Por ejemplo,
lrsta es una teoría arriesgada que sitúa el desarrollo de Marcos, de un
el extraño <misterio> de Mc 4, 1 1, que se refiere al bautismo, y las prácticas
rrrotlo interesante, dentro de un contexto escolar parecido a aquel
mágicas que se describen en 7 ,32 y 8,22-26 están en la línea de la atmósfe- en el que
't'tlcspliega el evangelio de Juan, un texto que, según muchos investigado-
ra mística del Evangelio secreto y son adiciones hechas en este estadio.
r,'s. fue pasando por diferentes recensiones a lo largo de bastantes
añoi. Es-
28. rbid.,273-303. t,r .liece además cierta explicación para ras distintas versiones
de Marcos
29. M. Snrith, The Secret Gospel. Sin embargo, algunos investigadores han expresado ( rlirdas por clemente,para algunos de l.s
acrcrtlos meÍlores y para otros
sus dudas sobre la autenticidad de la carta. El único invcstigador que asegura haberla visto rrrssos extraños del texto actual de Marcos. por c.jcnrplo, la
es elmismo M. Smith, de manera que otros alirnun (luc sc trata de un engaño antiguo o mo- extraña histo-
derno. Para la discusión sobre el tema, cf. J. [). ('rossa¡r. l'intr Olher Gospels, y la literatura
citada en H. Koester, Ancienl Christian Grss¡x'|.s,2().1. rlota ll. .10. P Sellew, Secret Mark and the Histottt ol (tuk)ttit.ttl llttii.245.
Iníroducción Relaciones dc I t't'tt n Yc Ii t t 71

ria del joven anónimo, vestido sólo con una tela, c¡uc vicrrc de la nada y que ll,r tlc un aspecto esencial de la trama dc Marcos. como es el tema de la in-
después escapa desnudo en 14,51-52, aparecc alrora, cn cste contexto, co- , ,,rrr¡rlcnsión creciente de los discípulos (6. 52:7. 18;8' 14-21), tema que
mo parte de una serie de narraciones sobrc ó1. lrl cxtlaño texto de 10,46, en .,¡,,,,.'.. también en otras partes del evangelio (por ejemplo, en 4, 13' 14,
el que Jesús entra en Jericó y sale inmediat¿llncntc, sin haber hecho nada, re- r,x ) l:s mucho más plausible que este tema básico de la trama haya estado
y no que haya si-
cibe también una explicación, segirn la cual originalrnente Jesús había hecho ¡rrt'scnte desde el comienzo del desarrollo del evangelio'
algo en Jericó: había rechazado a la hsrnlana y la madre deljoven y a Salo- ,l,r ullroducido en un momento posterior de su desarrollo'
mé, lo cual explicaria la precipitacla partitla dc Jesús. Scllew refuta también la conclusión de Koester, según la cual muchas
A pesar de ello, en último término los argumentos de Koester no resul- ,1,. lrrs referencias a la <enseñanza> no existían en el texto original de Mar-
tan convincentes. Por ejcnrplo, las f isuras narrativas en el texto de Marcos ,,,s Normalmente, esas referencias han sido de hecho retenidas en Mateo
podrían haber sido tapadas por los redactores subsiguientes (después del r t, cn Lucasis; y muchos de los casos en los que estas han sido eliminadas
Marcos actual), en vez de haber sido creadas por un extraño proceso edito- ,,,. lrirn debido a que no resultaban apropiadas en un contexto de milagros,
rial. Pudo darse el caso de que a un editor posterior le resultara chocante la rh. n.'¡terá que résultaba normal que fueran eliminadas, como afirma H.
aparición del joven desde la nada en el relato de la pasión de Marcos y qui- li;rrstinenr('. ior otra parte, como el mismo Ráisánen ha destacado' la teoría
so dar a ese personaje algún trasfondo, creando una historia sobre su primer ,lr. Kocster resulta en sí misma contradictoria, porque (el autor del Evan-
encuentro con Jesús. De un modo semejante, ese editor posterior podría ha- ¡,t.litt sec't.€to incluye distintas observaciones que insisten en la idea de una
ber advertido la presencia de una laguna extraña en el relato del viaje de Je- r.¡scñanza esotéríca de Jesús y, sin embargo, lo presenta ofreciendo su en-
sús a Jericó, y así pudo haber esbozado la pequeña historia de su rechazo ',r'¡i¡rza a la muchedumbre>> (por ejemplo, en l, 27 ; 2, 13 ; 4, I -2; I 0, I ; I l,
en aquella ciudad. De hecho, lagunas de este tipo forman a menudo la ba- I /. ll, 35.37-38). El ataque combinado de Ráisánen y sellew en este pun-
se para una expansión subsiguiente de los textos bíblicossr. Por otra parte, r,r tlchilita uno de los principales pilares en los que se asienta la propuesta
la presencia de esta clase de lagunas no constituye una sorpresa para los lec- ,lt. Krrcster, porque en el Evangelio secreto una Supuesta tendencia a intro-
tores de Marcos. Así, por ejemplo, como explica R. H. Gundry32, 10, 46 no ,lrrt.ir ref'erenciai a la pedagogía tendría que ir unida a una preocupación
es el único lugar en el que se dice que Jesús va a un lugar y después no ha- , .,otú'r'ica por una comprensión profunda.
ce allí nada (cf. 7 ,31; I l, I I ). l.o rniimo que Koester, también J. D. Crossan3i ha querido acoplar el
La teoría de Koester sobre el origen del joven vestido sólo con una tela \lrrrcos secreto dentro de una genealogía de las versiones marcanas, pero Su
de lino presenta además algunos problemas lógicos. Como ha indicado Se- rrrte t)to resulta todavía menos convincente. Al igual que Koester, Crossan
llew33, si ese personaje hubiera sido presentado ya en el capítulo 10, resulta- ,rln¡ra que el Marcos canónico es una redacción del Marcos secreto' Sin
ría sorprendente que Marcos lo presente en 14, 51 como <cierto joven> (ne- (.nrl)itrgo, ofrece una visión más simple del desarrollo completo de las ver-
aniskos rls). En contra de eso, en los evangelios ésta suele ser la manera de ,,r,,rre s de Marcos, porque rechaza la teoría del proto-Marcos. Así lo mues-
introducir a un personaje que no ha sido mencionado previamente (cf. Lc 10, tr:r cl siguiente diagrama:
30; I 5, I I ; I 6, 1.201' 19, I 2). Y Gundryra se pregunta, de un modo convincen-
te: si el autor del Evangelio secreto interpoló una escena deljoven en cada Marcos secreto
.L
uno de los dos capítulos (Mc l0 y Mc l4), ¿por qué el autor del Marcos ca-
nónico lo eliminó en el primer caso y no en el segundo?
. . Marcos carPocratlano
Y
Pero aún más importantes que esas preguntas sobre los pasajes particu- Marcos canónico
lares son las reservas sobre la plausibilidad de la teoría en su conjunto. Así,
===\----
-k/
Mateo Lucas
por ejemplo, Sellew rebate la propuesta de que a la versión original de Mar-
cos le faltara Mc 6,45-8, 6, poniendo de relieve que el hecho de que Lu-
cas omita esta sección va en la línea de su tendencia a evitar las repeticio- It. H. Gundry3s ha articulado una refutación bien pensada y detallada
nes (si hubiera conservado esta sección, Lucas tendría dos viajes en barca, ,lt,l cstudio de crossan, fijándose en los pasajes concretos de Marcos en los
dos multiplicaciones milagrosas y dos curaciones de ciegos, como sucede rlrrc sc ?polo. Pero, en contra de la postura de crossan, se puede presentar
en Marcos). Por el contrario, la presencia de esta sección en el Marcos ori- lrrtlilvía otro argumento muy importante. Al rechazar la teoría del proto-
ginal queda confirmada por la gran importancia que tiene para el desarro- l\lrrrcos, que Koester defendía, Crossan dcbe suponer que Mateo y Lucas

31. Cf. J. L. Kugel, In Potipharb House,247-251. 15 Cf. F. Neirynck-F. van Segbroeck, New T(\t(nk'ilt líx'ubularl''233'
32. R. H. Gundry, Mark,606. i(). Cf. H. Ráiiánen, The <Mássianic Sec'n't> itt hlut lil: Gospel' l10, nota l6'
33. Cf. P. Sellew, Secret Mark and the Histor.t'tl Cunonical Mark,25l-252. 17. .1. D. Crossan, Four Other Gospels'91-101.
34. Cf. R. H. Gundry, Mark,612. rl{. Ct R. H. GundrY, Mark,613-623.
72 I ¡tlt, t,ltt, , t' 'tt Relacione,s dal twt ugc| i tt 73

tuvieron quc tonr¡lr lir tr'¡rtlrr'ror¡ r[. Nlrr¡t os cr) ol cstadio final de su compo- ., r t ic¡'t¿r esta conclusión, tendría una gran in.rportancia parala exégesis de
sición. cs tlccir', rlt.s¡rrrt.:, tlr.l lr,.rrr¡ro tlc los carpocratianos, o sea, hacia me- \l:rrt'os, por cuanto significaría que dispondríamos de algo que, desgracia-
tli¿rrlosrlcl sililollrl.('. l\'r.e'stlrlccharesultaabsurdamentetardíaparalos rl.rrrrerrto, no tenemos: un acceso directo a una de las fuentes de Marcos. Si
rlrrs cvrrrrgclios sirrir¡rlicos nrilyorcs. Posiblemente por esta tazón, en su libro
',rnlirrarnos con esa fuente previa (Q), podríamos estudiar la forma en la
¡.rostcrior sobrc cl .lcsús histórico3e, Crossan ya no describe al predecesor ,¡rrr' Murcos edita sus fuentes, como hacen los comentadores de Mateo y de
dcl Marcos canónico como carpocratiano, sino como una versión de Mar- I rrt ;rs, clue pueden observar la forma en que esos dos evangelistas han edi-
cos elaborada en relación con los <gnósticos libertinos, que serían como un t,rrlo l Marcos. De esa manera, contaríamos con una base más segura para
tipo de antepasados de los carpocratianos, semejantes a aquellos con los rrt('r'l)r'ctar la intención redaccional del mismo Marcos.
que Pablo se encontró en Corinto>, es decir, con características de los gnós- Sirr embargo, desafortunadamente las pruebas a favor de que Marcos
ticos del siglo I y no del siglo II. rtrlrzri cl documento Q no son concluyentes. En cualquier caso, resulta más
Pero esta nueva reconstrucción ya no puede relacionarse con la carta de ¡rr,rlrirble que Marcos conociera algunos dichos que fueron recogidos en el
Clemente y su mención de los carpocratianos, que era el único fundamento ,1o1 1¡¡¡19¡1s Q, pero en versiones diferentes a las de la tradición de Qo'.

seguro para la tesis de una redacción antilibertina de Marcos. Por eso es me- l.a otra opinión, es deciq la de que Marcos conoció propiamente el do-
jor seguir a Koester y tomar al Marcos secreto -si es que existió- como una , urncnto Q, vuelve a chocar con algunas de las dificultades que señalamos
edición tardía de Marcos, que refleja el interés por el esoterismo típico de la rrr;is irrriba, a propósito de la discusión en torno a la posibilidad de que co-
cristiandad de Alejandría en el siglo II. Sin embargo, en contra de Koester, rrrrl is¡¿¡ Mateo y Lucas: ¿Por qué razónhabriaprescindido Marcos de algu-
el Evangelio secreto de Marcos ha de ser considerado, más probablemente, rros ruateriales tan útiles como el padrenuestro, el sermón de la montaña o
corno una redacción posterior del Marcos canónico, y no a la inversa. l,r ¡rrcdicación de Juan Bautista? ¿Por qué motivo habria reducido de ma-
rrt'rr Ian drástica la narración de las tentaciones hasta hacerla tan críptica
( ()nro aparece en su evangelio?
¿Por qué habría rcchazado el dicho sobre la
4. ¿Urntzó MARCos EL DocuMENTo Q? r'\llulsión de los demonios con el dedo de Dios (Mt 12, 28llLc 11, 20), en
',rr vclsión de la controversia sobre Beelzebul (3,22-30), cuando su afirma-
En el resumen del problema sinóptico que hemos ofrecido, definíamos , rirr cle que los exorcismos de Jesús demuestran la llegada del reino de Dios
el documento Q como el conjunto de materiales evangélicos que no está pre- l):u ccc ser el tema central de la parábola marcana del Hombre Fuerte? ¿Por
sente en Marcos, pero que claramente ha sido utilizado por Mateo y Lucas. ,¡rr[', cn la narración donde Jesús se niega arealízar un signo (8, l0-13), ha-
Hay, sin embargo, varias conexiones entre el material del Marcos y el de e, lrrirr omitido Marcos el dicho sobre el signo de Jonás y el arrepentimiento de
lugares donde se transmite una misma tradición, pero de maneras diferentes. los habitantes de Nínive (Mt 12, 39llLc 11,29-32), cuando estos temas hu-
Ofrecí ya varios ejemplos cuando me ocupé de los dobletes, en la sección lre ran concordado tan bien con el tema de la inclusión de los gentiles, en es-
dedicada a las relaciones sinópticas; aquí voy a apoftar algunos más. t;r sccción del evangelio?
Tanto Marcos como Mateo-Lucas narran la tentación de Jesús por Sa- Más aún, si Marcos hubiera utilizado el documento Q, entonces su ver-
tán, pero el texto de Marcos ocupa sólo dos versículos y no incluye ningún ''rtirr de los dichos de Q debería ser más desarrollada que la que aparece en
diálogo entre Jesús y Satán (Mc l, 12-13), mientras que los textos de Ma- t.l. y él debería conocer la redacción de ese documento y no simplemente del
teo y Lucas (Mt 4, l-l2llLc 4, l-13) ocupan once y trece versículos respec- rrrrtcrial bruto utilizado por Q. Pues bien, parece que las cosas no han sido
tivamente, y describen con detalle los intentos de Satán por hacer que Je- ;rsi. E,n contra de la pretensión de H. T. Fleddermanna2, Marcos nunca ofre-
( c una prueba concluyente de que conoce la redacción de
sús convierta las piedras en panes, lo adore y se arroje desde el pináculo del Qo'. En algunos
templo. De un modo semejante, tanto Marcos (4,30.32) como Mateo-Lucas t lsos, de hecho, la forma que un dicho tiene en Q parece ser secundaria res-
(Mt 13, 3l-32llLc 13, l8-19), ofrecen una versión de la parábola del grano ¡rccto a la de Marcos.
de mostaza, pero las versiones de Mateo-Lucas son tan diferentes a la de Esto sucede varias veces, por ejemplo, en el material que contiene Mc 4.
Marcos y se parecen tanto entre sí que resulta evidente que provienen de una r\l comienzo de su versión sobre el dicho de lo que está oculto y su reve-
fuente distinta de la de Marcos. lrrcrón (Mt l0,26llLc 12, 2: <Nada está escondido))), Q parece suavizar la
Estas conexiones entre Marcos y el documento Q han llevado a algunos lrlusquedad con que se encuentra en Marcos: <No hay nada escondido> (Mc
exegetasa0 a pensar que Marcos de hecho conoció y utrlizó el texto Q. De I. 22). De igual manera, la versión Q de Mc 4, 25 (Mt 25, 29 I lLc 19, 26) re-

4l . Cf. R. Laufen, Die Doppelüberliefentngcn il(r l.()g¡(nqut'lle und des Markusevan-


39. J. D. Crossan, The Historical Jesus,329-340.429-430.
40. Por ejemplo, cf. J. Lambrechf,John the BupÍist and Jesus in Mark l, l-15,357- 'y'littnts.
42. H.T. Fleddermann, Mark and Q.
384; D. K. Catchpole, The Beginning of Q,202-221: tl. T. Fleddermann, Mark and e. 43. Cf.C. M.Tuckett, MarkandQ, 149-175,y l: Ncirynck, ll4urkand8,263-397.
74 Introducción Rel ac ir¡nes dt' I L'r'u ngL' I i rt

sulta más suave que la versión marcana; uno dc los rasgos extraños de la ver- tr, I r,, (,n .luan'/ (Con la notable excepción dc J. A. T. Robinson5o, de un mo-
sión de Marcos es la redundancia del pronombre (<clado para é/>), que es un rl,, r ,rsi rrniversal, los investigadores concuerdan en afirmar que Juan es el
signo de sintaxis semítica y que probablemcntc sca primitivo. tlc los evangelios canónicos). ¿O hay que sostener más bien que tan-
'ltr¡r¡
La parábola de la semilla de mostaza del mismo capítulo (Mc 4, 30-3211 r,, l,rs sinripticos como Juan han utilizado de un modo independiente una
Mt 13, 3l-32/lLc 13, l8-19) ofrece otro argumento importante a favor de ,,,,.,,r¡,' .urri"nte de tradición? Juan es tan distinto de los sinópticos que, si
la independencia de Marcos respecto de Q. El hecho de que Marcos omita la , I h,s hrrbicra empleado, los habría transformado radicalmente, en función
parábola de la levadura (Mt 13, 33llLc 13,20-21), con la que en Q aparece rI rrrs l)l'{)pios intereses narrativos y teológicos. Sin embargo, existen tam-
vinculada la parábola del grano de mostaza, resulta dificil de explicar en el 1,,,'rr rrlg,unos casos en los que se dan unas semejanzas sorprendentes entre
caso de que él conociera Q, pues dicha parábola hubiera encajado muy bien lr¡,rr v los sinópticossl.
en el tema de Mc 4, que habla de la expansión oculta del reino de Dios. Más t i pKrblema estriba en saber si esa combinación de semejanzas y dife-
aún, Mc 4,30-32 y Lc 13, l8-19 (: Q) <no tienen virtualmente nada en co- ,, ,,, ,,,, puede indicar una dependencia de Juan respecto de los sinópticos
mún, a no ser esos elementos esenciales más simples necesarios para contar ,, ,',,,r lric¡ su independencia respecto a ellos. Aunque estas cuestiones pa-
una parábola comparando el reino de Dios con un grano de mostaza>4. Así, r{ r (.¡ u prilnera viita más importantes para un comentario de Juan, tienen
r,rrrrlriú,r.r su importancia para un comentario de Marcos. Aun en el caso
la tesis de que Marcos depende de Q parece imposible de probar. de
En esa línea, aunque ciertas diferencias de Marcos respecto de Q pudie- posterior a Marcos, en el caso de que sea independiente, en
'lilr' .luilrr sea anteriores (y seme-
ran responder a una redacción marcana (cf. la introducción al comentario ,,, .,r,.,',o, su texto puede haber conservado tradiciones
podría ofrecer.oca-
sobre 4, 26-34), otras son dificiles de explicar así. Por ejemplo, al introdu- l.rrrlt's) a las tradiciones premarcanas, y de esa manera
j,r,,rurlrlrcnte la manera en que Marcos ha editado
cir la parábola del grano de mostaza (3,31-32), ¿por qué Marcos no sigue a una clave para entender
Q, haciendo que 4, 3l lleve un verbo principal, en vez de comenzar la sen- , l rnrrtcrial que él utiliza.
tencia de un modo abrupto, con un ((como)), una forma típica de las parábo- ,\tlcntás de eso, algunos de los argumentos que se emplean para inves-
las rabínicas, pero no de la sintaxis griega?as Y en el cuerpo de la parábola trl'iu cl tctna en Juan son los mismos que hemos utilizado en la sección pre-
¿por qué eliminó la figura del sembrador, que aparece en el texto Q, cuan- , ,.,lt.rrtcsr. Al igual que aquellos que defienden que Marcos ha utilizado el
do esta figura hubiera respondido bien a la del sembrador que aparece en ,l,,t.rrr).lcnto Q, los autores que Se inclinan por que Juan ha utilizado los si-
4, 3-8 y 4,26-29?46Y al final de la parábola ¿por qué cambió la alusión pri- il{,1)ticos expiican las diferencias entre las tradiciones paralelas afirmando
maria del Antiguo Testamento, de Dn 4, 2l aEz 17,23, cuando la primera ,¡,,i.. *c dcben al hecho de que el evangelio posterior ha redactado (revisa-
hubiera sido tan apropiada como la última?47 Quienes defienden la tesis de ,1,,¡ cl tcxto de los evangelios anteriores; en esa línea, ponen de relieve al-
ha utilizado el mate-
que Marcos ha utilizado el texto Q pueden salir del paso respondiendo de al- t,ilr)()s casos en los que, desde su punto de vista, Juan
gún modo a esas preguntasas. Pero sus soluciones suelen dar la impresión de rr¡rl ¡.cdaccional de los sinópticosss. Por el contrario, quienes defienden la
querer que el agua corra río arribaae. Así que debemos afirmar que probable- rrr,lc¡rcnclencia de Juan respécto a los sinópticos niegan ese uso del material
mente Marcos no conoció Q como documento literario. r,.,lilr'cional de los sinópticos y ponen de relieve aquellos casos en los cua-
1,.' lil pretendida redacción de Juan no se puede explicar desde los sinópti-
r os. o aquellos en los que la tradición de Juan parece ser más primitiva que
5. Mnncos y JUAN l:r tlc los sinópticos.
l.os que defienden la independencia parecen tener también aquí razón,
En varios sentidos, el tema de las relaciones entre el evangelio de Mar- ,rrr(l.c debemos admitir que el número y el influjo de los que defienden la
cos y la tradición joánica resulta semejante al tema de la relación entre el ,1,.p.:ndencia de Juan respecto de uno o más sinópticos se ha incrementado
este último grupo de in-
evangelio de Marcos y el documento Q. Así, podemos preguntar: ¿se puede ¡,;rtrliltinamente en los últimos años. No obstante,
hablar de una influencia literaria directa de Marcos y/o de los otros sinóp- r est igadores no ha sido todavía capaz de presentar una prueba convincen-
Ir. tlc su tesis (según la cual Juan habría utilizado la redacción de los sinóp-
44. Cf . C. M. Tuckett, The Revival oJ the Griesbach Hvpothesis. rrt..s). Así, por eJemplo, los contactos que F. Ncirynck ha observado entre
45. Cf. ibid.,79; J. Jeremias, The Parables of Jes¿rs, l0ls.
46. Cf . J. Marcus, The Mystery of'the Kingdom of God,207 -208; T. A. Friedrichsen, <Mi- lrr 10, I - I 0 y Lc 24, 12, porun lado, y entre .ln 20, I I - I 8 y Mt 28, 9-10, por
nor> and <Major> Matthew-Luke Agreements against Mk 4, 30-32,659. ()lr-o, ofiecen un apoyo demasiado débil a la tcsis de la dependencia de Juan
47. Cf . C. M. Tuckett, The Revival ol the Griesl¡ut,h ll1,pothesis,83.
48. Cf. J. Lambrecht, Redaction and Theologt, in Mk. 4,291-297; H. T. Fleddermann, 50. J. A. T. Robinson, The Priority o/ John.
Mark and Q,90-99. 5I . Cf. el panorama que ofrece R. Kysar' Jrrárr, thc ( irt:¡x'l rl ' 920'
49. Cf. C. M. Tuckett, Mark and Q, 172-174: T. A. Friedrichsen, <Minort and <Ma- 52. Cf.el prnoru*udeladiscusiónaitualcnl).M.Srnilh../¿rhnurnongtheGospels.
jor> Matthew-Luke Agreements against Mk 4. 30--12, y F. Neirynck, Mark and Q,277-278. 5--j. Cf., pór ejemplo, F. Neirynck, Jo hn und tlu"st tto¡rlit "r' I 6 I - I 87'
Rela(ioncs ¿.'I t't\t tI4' I it, 77
Infioducción

respecto de la redacción de Lucas y Mateo. y prrcclcn clcberse al contacto ,'l lrscenso celeste del alma (cf. EvTom 9)u". A parte, de esos ras-
c¿lusa, en
con una tradición comúns4. Por otra parte. la inscgLrriclad textual de Lc 24, r,rrs gnósticos, la mayoría de los investigadttt'cs data el evangelio de Tbmás
12hace que este argumento resulte aún mhs dóbil. B. D. Ehrman55 ha de- ,.rr ci siglo II d.C. De todas formas, esa datación tardia no excluye a priori,
fendido recientemente que este versículo no ora una parte original del tex- que Tomás pueda ser una fuente para el conocimiento de la
',"."ro.ia-"nte, que surgido un documen-
to de Lucas, sino una (corrección ortodoxa> dc la Escritura, que funde y rlrtlición antigua sobre Jesús, pues la fecha en ha
vincula rasgos de Jn 20, l-10. t() no se identifica por fuerza con la fecha de las tradiciones que transmite.
Por otra parte, las narraciones que Juan comparte con los sinópticos es- l,l cvangelio canónico de Juan es también relativamente tardío y, sin embar-
tán a veces menos desarrolladas teológicamente que las versiones de estos, r'(). como hemos visto, esto no excluye que pueda Ser una fuente para el co-
circunstancia que va en contra de la tendencia general de la teologíajoáni- rrocirniento de la tradición de Jesús.
ca (cf., por ejemplo, la discusión sobre la versión joánica de la historia de La cuestión que se ha planteado es, por tanto, la de saber si Tbmás con-
,,e rva ejemplos de dichos evangélicos que son independientes y quizá histó-
Jesús caminando sobre el agua en la introducción al comentario sobre Jn 6,
45-52). Y hay casos en los que Juan narra detalles inconsecuentes, que no rieos (o sea, que provienen del mismo Jesús), como defienden' por ejemplo,
tienen paralelo en ninguno de los sinópticos y que no parece que posean un l l). Crossan, H. Koester y los miembros del Jesus Seminar6t; o si depende
significado teológico. rruis bien de los evangelios canónicos y si, por tanto, carece de valor como
Así, por ejemplo, en la historia de la multiplicación, Juan es el único que tircnte para el estudio del Jesús histórico y para la tradición pre-sinóptica,
especifica que los peces distribuidos eran peces ^recos (opsaria: Jn 6, 8. I 1 )56. .. orno defienden W. Schrage, C. M. Tückett y J. P. MeieÉ2.

C. H. Dodd57 ha utilizado esos casos para elaborar un argumento impresio- Gran parte de este debate ha vuelto a plantearse en torno a ejemplos de
nante con el que muestra que Juan recoge una tradición histórica antigua, ,lichos individuales. Casi la mitad de los dichos de Jesús en el evangelio
una tradición que no es simplemente una elaboración de los sinópticos, aun ,lc Ti¡más tienen gemelos en los evangelios sinópticos63, aunque las formas
en los casos en que aparezca en pasajes que son paralelos a los sinópticos. tlcl primero suelen ser más cortas, formalmente más simples y a veces más
de desa-
Pues bien, esa demostración de Dodd plantea un reto significativo, que va ¡Irradójicas. Por ejemplo, las parábolas de Jesús en Tbmás carecen
en contra de la dependencia de Juan respecto a los sinópticos. rnrllos alegóricos y, en su mayoría, también de aplicaciones6a. Algunos in-
r cstigadores han utilizado esos rasgos para afirmar que la tradición de To-
,,r,Í.r. és anterior a la que encontramos en los evangelios canónicos6s, aunque
6. El EvnNcELro DE Torr,rÁs otros interpretan estas mismas características como signos de una reelabo-
rrrción gnóstica más tardia66. Es dificil evitar la sospecha de que, en parte,
Unos argumentos semejantes y unas conclusiones divergentes sobre la estc debate está reflejando factores extracientíficos: algunos tienen prejui-
dependencia o independencia respecto a los sinópticos surgen también con t.itrs en contra de Tomás por su carácter no canónico; otros, por esta misma
relación al Evangelio de Tbmás, que está formado por una colección de afo- rrzón, muestran su predilección por é1.
rismos que pretenden ser dichos entregados por Jesús resucitado a Tomás En vista de la naturaleza equívoca de las otras evidencias y de la preva-
y a los otros discipulos. Los manuscritos conservados de Tomás están es- lencia de factores subjetivos en el debate, conviene apelar a un argumento
critos en copto, pero entre los fragmentos de papiros de Oxyrrinco (Egip- ,¡uc hemos utilizado antes, al tratar del uso que Marcos hace del texto Q y
to) se han encontrado versiones griegas de dieciocho dichos particulares de rlcl que Juan hace de los sinópticos, a saber: fijarnos en si Tbmós utiliza o no
Tomás, y la mayor parte de los investigadores creen que el lenguaje origi- rul material redaccional de las fuentes anteriores. En este caso' la evidencia
nal de ese documento es el griego58. ¡rirrece indicar que Tbmás depende de los sinópticos. C.
M. Tuckett6T apela a
Tbmás parece estar influido por creencias gnósticas del siglo II d.C., ta-
les como una actitud radicalmente negativa hacia el mundo (cf. EvTom 60. Cf' H' J'Klawk, Allegorie und Allegorzse ¡n $)nopÍischen Gleichnistexlen' 199-200'
S0bre otros elementos gnósticos del EvTom, cf. J. P Meier, A Marginal Jev,l, 125-12_7.
56)tn y por una soteriología que pone su énfasis en la autorrealización y en
6l. Cf. J. D. Crossán, Four Other Gospels,35-3'7: H. Koester, lncient ChrisÍian Gospels,
ri,+-86.
54. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel according to Saint Matthew lll,668-669: 62. Cf. W Schrage, Das verhriltnis des Thontus-Et'ungeliums nu'synoptischen Tradi-
J. A. Fitzmye¡ The Gospel according to Luke Il, 1547-1548. tittn ttnd zu den koptúehen Evangelienübet'set:ung(il: ('. M. Tuckett, Thomas and the St'-
55. B. D. Ehrman, The Orthodox Cormption ol Sc'ripture,212-21'7 . ttrt¡ttics; J. P. Meier, A Marginal Jew I, 124-139.
5ó. Cf. R. E,. Brown, The Gospel according to John 1,246,y en general, 236-250. 63. Cf. S. J. Patterson, The Gospel of'Thomus ond .JL'.sttt.95-9'7 '
57. C. H. Dodd. Hístorical Tradition ín the Fourth Gospel. 64. Cf. B. B. Scott. HearThen the Parable,30.
58. Cf. F. Fitzmyer. The Oxyrhynchus ktgoi ol .lesus and the Coptic Gospel acc'ording 65. Cf. H. Koester, ThreeThomas Parables,l95-20-1.
Ío Tho mas, 355-433, y C. M. Tuckett, Thomas a nd lu' S.t,noptics, I 34.
I 66. J. P. Meier,,4 Marginal Jeu' l, 133.
59. Cf. A. Marjanen, Is Thomas a Gnostit' Gos¡ttl?. I 07- t 13. 67. C. M. Tuckett, Thomas and the Svnoplits.
7.\ Itttttnltnt iittt

pasajcs como EvTom 5llLc8,l7; EvTom líllLc 12,51-53 y EvTom 20llMc 4


4,30-32 (de nuevo la parábola del grano de mostaza) en los que da la impre-
sión de que Tbmás depende del texto editado de los sinópticos. Por su par-
COMPOSICIÓN DE MARCOS
te, R. Uro68 despliega un fuerte argumento para mostrar el carácter secunda-
rio de EvTom 13 respecto a Mt 15, 116e.
Sin embargo, esta evidencia no resuelve totalmente la cuestión de si Zo-
más ha preservado o no tradiciones anteriores. El hecho de que algunos de
los dichos de Tbmás dependen de la edición de los sinópticos o reflejan la
gnosis del siglo II, no implica necesariamente que todos sus dichos hayan de
entenderse así, pues, como indica R. Wilson, <la cuestión básica no es tan-
to la fecha en que ha surgido el Evangelio de Tbmás, en su forma actual o en
su original griego, sino la del núcleo a partir del cual ha crecido toda la co-
I M/\TERIALES BRUTOS

lección>7o. Pues bien, planteadas así las cosas, hay varias razones que pare- sus materiales de
cen ir en contra del uso directo de los evangelios canónicos por Tbmás.
l)c acuerdo con lo expuesto, tal vez Marcos no tomó
rrtnrs cvangelios, pues escribió antes que Mateo, Lucas y Tomás' Incluso
Una primera razón es el orden. ¿Por qué parece que Tbmás no ha segui- (cosa que probablemente no es)'
.ilrrr[rc admitiéramos que Q es un evangelio
do el orden de ninguno de los evangelios canónicos en su uso del material por tanto, los materiales
Nl:'cos no parece habirlo utilizado. ¿Cuáles eran,
que es semejante al de los sinópticos?7rTückett72 ha intentado responder a
lrr rrtos a partir de los cuales compuso su relato de la vida de
Jesús?
esta objeción demostrando que la falta de orden puede ser más aparente que premarcana
Ll rnis largo y elaborado de ellos fue quizás una narración
real, pero esta refutación, aunque posible, tiene un carácter especulativo. Pa-
rece preferible seguir a Uro, que se ocupa del problema del orden, sugirien- ,1,. lrr pasión: rin ielato de los últimos días de Jesús en Jerusalén que culmi-
,,,,1,,r cn su pasión y muerte. En el segundo volumen de
este comentario ar-
do que Tbmás es un ejemplo de <oralidad secundaria>: el Evangelio de To-
d"tull" a favor de la existencia de esta fuente; también
más no está utilizando los sinópticos de un modo directo, sino a través de t,lnlcntare;o, "on
que el discurso escatológico de Mc l3 se ha-
una presentación oral. ¡,lrrntcaremos la posibilidad de
r,r lirmado o haya cristalizado a partir de un núcleo premarcano'
En otras palabras, el autor de Tomás parece haber oído alguna vez los
l.a otra sección discursiva mayor de Marcos, el <capítulo de las parábo-
sinópticos, pero no los tiene sobre su mesa en el momento de escribirT3. De nú-
todas formas, nada en este análisis excluye la posibilidad de que otros di- l,rs, clc 4, l-3l,probablemente constituye también la expansión de un
, leO ¡rremarcano, formado por las tres parábolas de la semilla, de
4,3-8.26-
chos de Tomás, mediados también oralmente, puedan reflejar una tradición
,,) y 30-32. Se habían ¿irun¿i¿o en la antigüedad colecciones de parábolas
antigua, presinóptica. Por eso, aunque se exija una sana dosis de escepticis-
por ejemplo, en Lam' Rab' 1' l;2'2
mo al utilizar la tradición de Tbmás, su importanciapara la reconstrucción ¡,l,rticndo de una imagen común' Así,
un
de la tradición presinóptica no puede quedar totalmente descartada. i l, 7 encontramos una serie de parábolas rabínicas en torno al tema depal-
,,rey>>. Por su parte, Gen. Rab- 3, I ofrece una serie de parábolas sobre
que
,',cras. Este tiio de recopilaciones escritas no son, probablemente' más
l()s picos visibles de una especie de icebergs orales'
ir,., un famoso pasaje talmúdico, R. Yol.ranan se refiere a las
trescientas
perdidas, a excepción de tres (ó'
¡rrrlribolas sobre zorras de R. Meir, todas
\,rrrlr. 38b). El hecho de que sólo hayan sobrevivido tres probablemente no
.s clsu?I, dado que la agrupación de parábolas en grupos de tres resulta co-
rri' cn las antiguas f'eñtes (aunque no sea algo tan corriente como los gru-
¡,r,s clonde hay áos parábolas,
tales como las de Mc 4,21-25)' Así, encontra-
y
,,',,s grupo, áe tresparábolas, por ejemplo, en EvTom 63-65 y en 96-98'
r,rrrrbién, con cierta frecuencia, en la tradición sinóptica (Mc 2, l8-22:Mt
13'
l5); la mayor parte de esos grupos pro-
68. Cf. R. Uro, Thomas and Oral Gospel Trodition. '.t-.lll 13, 44-48;21,28-22,14;Lc
69. Cf. J. P Meier, I MarginalJew I, 134-137. r rcrrcn quizás de colecciones oralesr. Según eso, a primera
vista, es proba-
70. Cf. R. Wilson, <<Thomast and the Grov,th ol the Gospels,23. lrle que iraya existido una colección premarca'a dc trcs parábolas de semi-
7 I . Cf. B. De Solages, L'évangile de Thomas et les évangiles canoniques, I 02- I 08
72. C.M. Tuckett, Thomas and the !¡noptics, 139-140.
. Cf. J. Jeremias, The Parables oJ Jesus, 90-96'
73. Cf. J. P. Meier, A MarginalJew I, l3l-132. l
Contposit'ión ¿( Ítt n1 )\ ¿t1
Inltrillut ( ¡(itI ^

,,olrrc R. flanina b. Dosa en b' Ber' 34b y cn l¡' Ttt'an' 24b-25a)1 ' Además
de
llas. cstl sul)osici(in clucda li)flalccida por el hecho de que el material que es-
t¿r cn tonro r krs trcs parábolas de semillas puede ser identificado a menudo
.,rrr'alorcomoentretenimiento,queeralrotablc,estascadenasdemilagros
y Dios
exaltar al ñacedor humano de los milagros al
cornrr rctl¿rccional ¡ror otra razones (cf .la introducción a 4, l-34). rrrbi.icos servían para
Es igualrncrrtc posible que el núcleo de las secciones de controversia de rle lsrael que actuaba a través de é18'
en el entorno del Nue-
2,1 3,6 y dc I l.2l-12,37 sea premarcano. También aquí, la posibilidad t-os ciclos de milagros, por tanto, eran conocidos
,oip,.ndtnte que los primeros cristianos los hayan
de que haya cxistido una fuente anterior queda apoyada por el análisis re- r o l'cstamento y no
", de Jesús y de sus se-
daccional (cf'. la introducción al comentario sobre 2, l-3,6) y por textos rlcsarrollado también. Cieitamente, la representación
probablemente una de las ra-
paralelos de la litcratura antigua. En la literatura fuera del Nuevo Testamen- li,,i.lnr", como realizadores de milagrosfue
to se encuentran a vsccs colecciones de historias que provienen de fuentes /()llcsprincipalesparaeléxitodelm-ovimientocristiano;lafiguradeJesús
más
,,¡rro hacedor de milagros constituye uno de
los temas que aparece con
orales y que presentan a un líder o a los líderes del propio grupo refutando ,
a los oponentes del mismo. Por ejemplo, el Talmud conserva disputas en- liccuencia en el arte cristiano primitivoe'
tre rabinos y adversarios, habitualmente paganos hostiles o sectarios judíos, listeénfasisenlosmilag'ossehallabapresumiblementepresentedesde
han detectado una co-
entre los que se incluyenjudeocristianos (cf. b. Sanh.90b-91b, y b.'Abod. ¡rs c.mienzos del cristianisÁo. Así, los investigadores
titulado <fuente de los signos)' en la
Zar. 54b-55a)2. Estas colecciones tienen una intención que resulta obvia: It'cción de milagros ¿elerri,' que han
de Juanr0; y es probable que Marcos haya
utilizado tam-
ofrecer a los partidarios del propio grupo religioso una serie de ejemplos lrrrsc del
",rurrg"-íio que él escribiera su evan-
que les animarán a enfrentarse con sus adversarios, ofreciéndoles también la lrii'n una cadáa de milagros que existía antes de
más fáciles de identificar son la que des-
argumentación intelectual que les sirva de ayuda para superar de un modo 1,clioil. Las coleccion." í .ud.nu,
victorioso esos enfrentamientosl. , r'rbc las acciones milagrosas de Jesús en la
ciudad de Cafarnaún de Galilea'
Pero las fuentes antiguas no presentan a sus héroes sólo hqblando, sino ,¡rrc lra sido recogida ,o'ultntnte por el evangelio (cf ' íntroducción aMc
"íri los p-anes pa-
también haciendo cosas, entre las que se incluyen milagros. Las descripcio- i. to-+S), y uqu"llu que vincula la multiplicación milagrosa de
nes de un héroe o de un dios realizando milagros tenían un gran valor pro- rrr rtriles de personas con un milagro en
el mar (cf' la introducción al comen-
(cadenas)) premarcanas, pero son
pagandístico, tanto como testimonio para los de fuera como para animar a trtr.io a6,ú_qq.posiblemente haya otras
pero insegura teo-
los de dentro, pues demostraban que Dios estaba a favor del héroe (cf. Hch rris difiáiles de identificar (así, por ejemplo' la atractiva
10, 38) o que el dios del que hablaban era realmente Dios. r irr sobre un ciclo premarcano tinttudo
en el barco -viajes en barco-' que
Así, por ejemplo, en el mundo no judío la fama del dios sanador Ascle- t I r sc utiremos en la introduc
c ión a 3, 7 -6' 6a)t2'

pio (Esculapio) era difundida por las inscripciones de sus templos, que ha- Ademásdelanarracióndelapasión,eldiscursoescatológico'unaco-
blaban de milagros que él había realizado allí; algunas de estas inscripciones lt.ccióndeparábolas,unuodoscoleccionesdehistoriasdecontroversiasy
podría haber incorpora-
parecen remontarse a fuentes orales, que han sido agrupadas por sus conte- ;rlgunos ciclos de milagros, el evangelio de Marcos
nidosa. De modo similar, la Vida de Apctlonio de Tiana, filósofo pitagórico ya unidos entre sí' Por ejemplo'
,lo tarnbién otros tipos de fuentes con textos
del siglo I d.C., escrita en el II d.C. por Filóstrato, abunda en relatos que des- ,.1 carácter de miscelánla que ofrece 9,
33-50 podría indicar que ese pasaje
criben los hechos sobrenaturales de Apolonio, sus milagros, curaciones y (uizá de un catecismo primi-
tomado de una fuente oral preexistente'
'c ha sobre
profecías; estos hechos están al servicio de la intención de Filóstrato de pro- ,¡,, .n que se habían vinculaáo de una forma débil unas historias reclamo (en
bar que un poder divino operaba a través de Apolonio. Algunas de estas na- "t
lesírs y unós dichos suyos, utilizando para ello unas
palabras de
rraciones de milagros talvez reflejan tradiciones locales sobre las activida- manera que así fueran más
nri notttbre, perder ru É.o-p"n'a' fuego, sal)'
de
des milagrosas de Apolonio que circulaban originalmente de un modo orals. lricilcs de recordarl3.
Pueden hallarse todavía paralelos más cercanos en el ámbito judío.
Las mismas historias bíblicas sobre los milagros obrados por los profe- Pre-Marc:an Mirucle CaÍenae'
7. Cf. P. J. Achtemeier, The Origin ancl Futtction of tlte
tas Elías y Eliseo derivan probablemente de círculos de narraciones orales6. ,0..1-205.

De modo similar, en la literatura rabínica se conservan muchas narraciones 8. Cf. W. C. Green, Palestinian Holv Men' 639-641 '
9. cf. R. rnlurruuilen, ó7i:iriioriring ú, ktntun f)nrpir.c (en índice sobre <milagros>),
sobre hacedores de milagros, organizadas a veces en cadenas o series de mi-
r l. I: Mathews, Clash of the Gods'
lagros, que provienen de fuentes orales (véanse, por ejemplo, las historias 10. paralahistoriaa.luúrcrrionsobreel tcntr,cl-.D.M.Smith,JohanttineChristia-
r¡¡rr'. J09-393'
l.
I Cf. P. J. Achtemeier, The Origin an¿l FttttL lit¡n ttf lht' Pre-Murcan Müucle Catenae'
2. Cf. H. H. Ben-Sasson, Disputations and Polemics,S2-103.
,0+.205.
3. Cf. R. Bultmann, Histotltof the SynopticTudition,39-54. (ir'sr"'/r' 102-203'
4. Cf.L. R. LiDonnici, The Epidaurian Miraclc Inscriptions,50-60. ii. Ci, también, H. Koester, Ancient Christit.ttt
'l'ttt'litt' i' l +()- l 50r E Best' Murki Prcser-
5. Cf. J. Flinterman, Power Paideia and P.t,tlrugtreanisnt,68. 1 3. cf. R. eurttunn,?':lüi"i
i'""i'it '
"i'il'"
6. Cf. H. Gunkel, Elias, Jahveh und Baal, y A. Rofé, The Prophetical.S¡ories, l3-18. r,trirtn of theTradit¡on, 124'
82 Inlnxlu< t iittt Composit'ión d<' M tt nt ¡.s 8J

Además de esas colecciones, parecc qr.rc M¿lrcos conocía diversas tradi- ('onro ha indicado E. Bestrs, otro indicio de la tradición premarcana lo
ciones sobre Jesús transmitidas de mancra inrlcpcrrdicnte. Así, podemos ver ,,rnstituyen las identificaciones superfluas de los discípulos, como cuando
que Marcos fue introduciendo en varios lugarcs clichas tradiciones autóno- , rr .10. J5 (cf. 1, l9;3, l7) se habla de <los hijos de Zebedeo> o cuando en
mas dentro de unas fuentes preexistentcs (por c.¡crnplo, en 1,40-45;2, 1-12; I l. .l.l se precisa que Judas es ((uno de los Doce> (cf. 3, 19; 14, l0).
3, l-6 y 4, 10-12; cf . introducción a l, 16-45, 2, I 3, 6 y 4, l-34). Sin em- Itrr otra parte, parece que Marcos no controla siempre del todo su ma-
bargo, parece que más a menudo no sc lirnitó a ampliar unas fuentes ante- Ilnirl. Ocasionalmente, el mismo Marcos parece culpable de eso que J. C.
riores, sino que fue creando secciones enteras, por medio de la combinación \ l cr rslrcrr 6 ha llamado <construcciones chapuce ras>> (clumsy), originadas
de tradiciones originalmente independientes. El mismo Marcos aparece de ¡,r cl hecho de que él ha querido preservar en su texto unas tradiciones que
esa forma como el responsable del <marco básico de la historia de Jesús>, l,' lu¡¡l sido transmitidas. Por otra parte, su estilo griego resulta con frecuen-
como dice el título de un famoso libro de K. L. Schmidtra. r rr chocante y ha tenido que ser corregido por sus adaptadores posteriores
t \1ltco y Lucas). En oposición a los investigadores que les consideran, a él
\ ;r otr'os escritores del Nuevo Testamento, como representantes del estilo
2. ¿RnnncroR coNSERVADoR o rEoloco cREATrvo? ',,'listicado de los retóricos helenistasrT, no debemos olvidar nunca el dis-
lrslo clue sentía un retórico tan experto como san Agustín, cuando, después
Asumiendo la propuesta de K. L. Schmidt, yo sigo la línea de aquellos ,1,' lrrber estudiado durante años a los clásicos, vino a ocuparse por prime-
investigadores que ven a Marcos como un autor que modela de un modo r,r vcz de los escritos bíblicos: <Me parecieron totalmente indignos de ser
creativo las tradiciones que ha recibido. Esta visión tiene dos aspectos. Por , )nrl)¿rrados con la prosa tan exacta de Cicerón> (Confesiones).
'
una parte, reconoce la continuidad de Marcos respecto a la tradición; según l:l cstilo y la disposición del material de Marcos no son sólo frecuente-
eso, él no ha creado totalmente su visión de Jesús, sacándola de su propia n r('nlc torpes, sino que, como ha mostrado E. Bestr8, al adoptar tradiciones
cabeza, sino que se ha inspirado en las memorias de las palabras y de los
lrrr'e \istentes Marcos recibe y transmite narraciones que, en algunos rasgos
hechos de Jesús que le han sido transmitidos por la Iglesia y, hasta cierto lí- nr('nos importantes, contradicen su propia teología. Por ejemplo, el oscuro
mite, se ha visto obligado a seguirlas. Por otra parte, esta visión añade que I rtr rlo que gritan los demonios en I , 24 (<el Santo de Dios>) no aparece re-
entre la tradición anterior y Marcos existe también un cierto grado de dis-
¡rr'litlu en el evangelio; si Marcos hubiera compuesto libremente ese texto,
continuidad: Marcos no reproduce mecánicamente estas memorias, sino que
¡'r obrrblemente habría procurado que el demonio hubiera utilizado el título
las ha elaborado de un modo creativo, para responder de esa manera a la si- , rrstológico más importante (<Hijo de Dios>), como hacen los espíritus im-
tuación de su propio tiempo y lugar.
l)ur()s cn un texto redaccional (3, 1l). De modo similar, en 8, 38 y 14,61-
Así, por una parte, cuando empezó a escribir su evangelio, Marcos con- t'.' ll tlistinción que allí se supone entre Jesús y el Hijo del Hombre contra-
taba con un rico acerbo de material en bruto con el que trabajar. Como he- ,lrt e la teología de Marcos, para quien Jesús es el Hijo del Hombre. Marcos
rnos visto en la sección previa, ese acerbo incluía al mismo tiempo tradicio- ,( nr.rcstra también inconsecuente en relación con los discípulos: según 1,
nes particulares y colecciones que habían sido ya compuestas. Los bordes y
I r, J0 y 1 0, 28, ellos han dejado casa, familia y bienes, pero según I ,29 Pe-
rugosidades de ese material preexistente, que Marcos ha transformado sólo
,lro conserva una casa, y según 3,9 y 4, 1.36 los discípulos todavía dispo-
de un modo imperfecto dándole su forma actual, más o menos unificada, re-
n,'rr tlc una barca.
sultan todavía visibles bajo la superficie del texto.
Scgún eso, Marcos no es un autor totalmente independiente, guiado só-
Entre los ejemplos de esta elaboración imperfecta del material pueden
lo l)t)r'SU imaginación y por sus convicciones teológicas, tal como aparece
contarse los siguientes: a) 2, l-12 donde, al introducir un elemento de con-
,'n kr obra de algunos críticos modernos como F. Kermode, VI Kelber, M. A.
troversia (2, 5-l0a) dentro de una historia previa de milagro, ha producido
lrlbcrt y B. Mack'e. É1 tampoco es un <Henry James antiguo>>2o, que mani-
la anomalía de que los escribas hostiles alaben a Jesús; b) 4, l-34, donde su
¡'rrllr de un modo sutil a sus personajes, un autor con soberana libertad, ni es
inserción del motivo de la instrucción secreta (4, 10-12) ha llevado a la con-
,'l crcador revolucionario de <un mito de inocencia> (B. Mack), transfor-
fusión de que no se sepa si la audiencia de las parábolas siguientes está for-
mada por el <grupo> de los discípulos o por la muchedumbre en general;
f .5. E. Best, Markb Preservation of the Traditit¡n, I l9- 133.
c) y 6,45-53, donde la yuxtaposición de dos tradiciones originalmente in- 16. Cf. J. C. Meaghe¡ Clumqt Construction in Murklt Go,spel.
dependientes ha llevado a la extraña situación de que Jesús y sus discípu- 17. Cf. B. H. M. Ó. M. Standáert, L'Évangile st,lon ll.lutr", tj. H¡ack-V K. Robbins, Pa¡-
los salen hacia Betsaida pero llegan a Genesaret (cf. la introducción al co- r, t rt.s ttf Persuasion in the Gospels.

mentario a 2, l-12 y a 6, 53-56, y la inÍrotlu<'r'ión a 4, l-34).


lli. E. Best, Markb Preservation of the Troditio¡t.
l(). F. Kermode,The Genesis of Secrecv; W Kclbcr, Ihc ()rul dnd the Written Gospel;
\ l A.'folbert, Sowing lhe Gospel; B. Mack, A M.t:t lt ol l tt ttt x cttt L,.
14. K. L. Schmidt. Der Rahmen der Geschit lttc .lc,stt. 10. F. Kermode, The Genesis ol Secrecv,68.
84 Introducciiut Composición de lltutt t¡.t 85

mando asi, con una fantasía nunca antcs conoci(lir. a un Jesús apocalíptico t,'r ¡¡¡ ¡t el carácter del evangelio. ¡Así, por cjcmplo, la narración premar-
y trascendental. Como ha puesto de relicvc 1.. W. I lurtadorr, su evangelio es , ,rrrr tlc la pasión comenzaría ya de hecho ctt 8,271
un documento evolucionario más que rcvoluciorrario; Marcos no es un au- Sirr crnbargo, como ha destacado U. Luz, en una penetrante recensión
tor autónomo, sino un eslabón en una cadcrr¿r rlc tradición. En esa línea, E. ,l, t'srr obra26, el empeño de R. Pesch por poner de relieve la historicidad de
Best ofrece una valiosa imagen cuando sugiclc clue deberíamos pensar en \l.rrr'os le ha llevado a defender, a veces, unas explicaciones improbables
Marcos no como en un pintor que se coloca antc un lienzo en blanco, sino ,1,'t rcr'1os rasgos del texto, que se sitúan en la línea de los racionalistas del
como un artista que crea un <collage> a partir dc materiales preexistentes22. .r1,lrr XVlll27. En esa línea, U. Ltzha refutado de un modo convincente la
A pesar de eso, nadie puede negar quc los autores de <collages>) son ar- I'r,'tt'rrsión de R. Pesch, según el cual Marcos habría utilizado una fuente
tistas creativos, y el mismo E. Best cambia después su comparación para r¡nrtrrri¿I, distinta e históricamente precisa, en la segunda mitad de su evan-
destacar la función básica de Marcos en la configuración de su material, di- ,', lro. lrl vocabulario de la segunda mitad no es radicalmente diferente del
ciendo que puede compararse más bien a un compositor que transforma ,l, lrr ¡rrirnera mitad y hay muchos datos a favor de que esa supuesta <fuen-
canciones folclóricas tradicionales, acomodándolas en una nueva compo- r, ,, unitaria de la segunda parte incorpora diversas tradiciones preexisten-
sición donde las integra2s. Porque, como reconocen Best y otros represen- r, '. v tlc que ella ha sido configurada por la redacción de Marcos28.
tantes de la crítica de la redacción, los evangelistas no son simplemente re- Scuún eso, sería una equivocación inclinar demasiado labalanza en una
copiladores (como pensaban los defensores de la crítica de las formas), sino Irrrt':r, sca en la línea de Marcos como <teólogo creativo>, sea en la línea que
escritores que han configurado y organizado las tradiciones que han llega- l, nrir'¿r como un (redactor conservador)>, desde la perspectiva de su activi-
do hasta ellos, con el fin de desplegar unos temas básicos que son importan- ,l,r,l lite raria. La obra de Marcos ha sido fuertemente influenciada por am-
tes para su propia situación. l,,r\ ('()s¿rs, tanto por las tradiciones que él ha heredado como por sus propias
En el caso de Marcos, esto resulta especialmente claro si se tiene en , ,rnvicciones teológicas, que fluyen de la situación ante la que se encuentran
cuenta el uso general que hace del motivo del <secreto mesiánico>, que es , I r srr comunidad. Según eso, para Marcos como para otros autores del An-
el artificio por el cual el Jesús de Marcos intenta ocultar su identidad de rrl'u() l'e stamento estudiados por M. Fishbane2e, la <tradición> ha de enten-
Mesías e Hijo de Dios a lo largo del evangelio (cf. apéndice: <El motivo del r lr'r sc on un doble sentido: como traditum, algo que viene del pasado y que

secreto mesiánico>). Sin ernbargo, no es algo accidental el hecho de que Je- rrrlluyc en el presente; y como traditio, un proceso de entrega que implica
sús sea proclamado <Hijo de Dios>, que es el título cristológico más impor- rrr,'r ilublemente adaptaciones a la nueva situación.
tante del evangelio, en lugares centrales, estratégicamente colocados al
principio, en el centro y al final de la obra (1, I l; 9,7;15,39)24. Por otra
parte, el estilo de Marcos no es tan imperfecto como se ha dicho con cierta i l'.st.rUEtr,tR LITERARIO
frecuencia; aunque a veces sea poco fiel a los principios gramaticales, tiene
la capacidad expresiva inmediata y directa de un buen escrito o discurso y l:sla combinación de conservadurismo y de creatividad se expresa en el
se adapta de un modo admirable al retrato marcano de un Jesús dinámico, i ,(lucnla literario del evangelio. Por un lado, no deja de haber cierta verdad
áspero, intensamente emocional, que aparece así como un instrumento apa- , r¡ lrr visión que defiende M. Káhler, según el cual tanto Marcos como los
sionado de la venida del reino de Dios. ,l( rn¿is cvangelios eran (narraciones de la pasión con unas introducciones
Esta comprensión de la actividad editorial deliberada y penetrante de , r tt'rrsirs))']o. Desde esa perspectiva, el influjo de unas fuentes anteriores, es-
Marcos aparece en cierto sentido oscurecida en el comentario en dos volú- l'( ( rirlrnente de la narración premarcana de la pasión, sobre la estructura de
menes de R. Pesch. que es por otra parte impresionante25. Pesch minimiza , ,r¡¡j¡¡¡1[sdel evangelio, habría sido grande. Por otro lado, Marcos mismo
la contribución propia del evangelista en la creación del evangelio. A sujui- lr,r sitlo el responsable de unificar estos datos de la tradición y ha configu-
cio, Marcos no es un verdadero autor, sino un redactor (: editor) de carác- r,r.lrr cl evangelio, de manera que ha venido a convertirse en un todo com-
ter conservador, y así pone el énfasis en esta palabra: <conservadon. Más
l'¡,'ilsivo y estructurado.
que una reinterpretación de las tradiciones sobre Jesús, su obra sería una ('omo otros biógrafos helenistas, Marcos ha creado un marco cronoló-
fiel reproducción de unas fuentes extensas y a menudo históricamente fia- o tlc conjunto; pero dentro de ese marco ól ha organizado su material si-
bles. Conforme a la visión de Pesch, esas fucntes son las que determinan la 'r,
.)rr. U. Luz, Markusforschung in der Sackgus.sc.', (r4l-(r55.
21. L. W. Hurtado, The Gospel of Mark, l5-32. .17. Cf. J. Marcus, Review of R. H. Gundrv, Murli.648-654.
22. Cf . E. Best, Mark'.s Presen,ation ol the Ttuditiott. 128. .'¡i. Cf.otrascríticasaR.PeschenR.Neirynck.l.'lit'ttttgilcleMarc,l53-181.
23. ld., Mark. The Gospel as Story,, l2l-122. .'(). M. Fishbane, Biblical Interpretation in Ancitttt Lstutl.
24. Cf. A. M. Ambrozic, The Hidden Kingdont.)3. 10. M. Káhler, The So-Called Historical Jc.stt,: utttl tht lli.stt¡¡'it Bihlical Christ,80,
25. R. Pesch, Das Marktsevangeliun. rr,,l,r I I
¿Jó Introdttcción Composición de A4utt ¡t.t 87

guiendo unos tcln¿ts. rlc un modo históricamente artificialsr. Así, por ejemplo, I :r lristoria de la tumba vacía de 16. l-t3 parece formar un epílogo para
resulta en sí nrisrlo irnprobable que el Jesús histórico hubiera dedicado dos . I r ut'r'l)r) plincipal del evangelio, de manera que ella corresponde al prólo-
días exclusivanle nte a roalizar milagros (1,21-45) y que después hubiera pa- ",,, l, l . I - I 5; en ambos casos se pone de rclicve el tema de <ir por delante>
sado varios días sin haccr más que discutir con sus oponentes (2, 1_3,6). rI'r,', r'tlcr) y se habla de un movimiento de Jesús hacia Galilea. Pasando ha-
Por otra parte. la inclicación temporal de Marcos, según la cual Jesús no , r.r ,rtris, la narración de lapasión (14, l-15, 47)forma una sección separa-
habría comenzado su ministerio hasta el arresto de Juan Bautista (1, l4), pa- ,l,r ',u cornienzo está señalado en 74, l-2, a través de una construcción hi-
rece influida por la convicción teológica del evangelista, que concibe a Juan l,.l,rt licir, que sirve para llamar la atención (véase el glosario), utilizando
como precursor de Jesús, en la línea de Elías (cf . 1,2-3;9, I l-13) más que t'.r.r ('llo una de las raras noticias temporales del evangelio, que sitúa los
por la realidad histórica (cf. Jn 3, 22-24, donde se supone que los ministe- r, , rrrll'¡i¡11len1os que siguen dentro de un contexto de pascua; ese pasaje por
rios de Jesús y de Juan coincidieron por un tiempo). En esa línea, la suposi- , I ,lu(' sc inicia la narración de la pasión (14, l-2) alude también a un com-
ción de Marcos según la cual Jesús no habría realizado un ministerio en Je- t'1, 't (l(' los escribas y de los fariseos, que conducirá rápidamente a la muer-
rusalén hasta los últimos días de su vida aparece cuestionado por varias r, ,lt .lcsúrs. La subdivisión previa del evangelio se ocupa del ministerio de
referencias tanto dentro como fuera del evangelio de Marcos (por ejemplo, l, .rr.; cn .lerusalén antes de la pasión; Jerusalén y el templo constituyen el
Mc 14,3;Mt 23, 37llLc 13,34,y en generalelevangelio de Juan)32. r r r.I r\ ( ) tlc fbndo de esta sección, que comienza con un envío clarividente de
Pero ¿cuál es el plan estructural de conjunto del evangelio de Marcos? 1,, , rlrscipuloS (l l, l-6) que es paralelo al pasaje que se encuentra al comien-
Parece que la tarea de descubrir el esquema literario de Marcos no tiene ,, ,lr' lrr rtarración de la pasión (14, l2-16).
fin33. H. Baarlink, en su monografia de 1977, distinguió dos formas de plan- \lovióndonos aún más hacia 1o anterior, en la sección previa a la de Je-
tear la estructura de Marcos: unas de tipo geográfico (las que distinguen en-
'rr',.rlt'rr.
el tramo central del evangelio (8,22-10,52) parece formar tam-
tre Galilea/Jerusalén) y otras de tipo teológico (aquellas que toman como lí- l,r, rr rrnr sección distinta. Este segmento se encuentra estructurado en tor-
nea divisoria la confesión de Pedro y la respuesta de Jesús en 8, 27); ahora ,,,,.1 lrc{ predicciones de la pasión (8,3l; 9,30-32;10,32-34) y por la
podríamos añadir otra forma de estudiar esa estructura, partiendo de ele- lri ( re r)tc referencia al <camino> y al <reino de Dios>. Sin embargo, el ras-
mentos literarios, como han hecho B. H. M. G. M. Standaer y B. M. F. van r,,, r':lnrctur&l más llamativo viene dado por el hecho de que esa sección
Iersel, que utilizan de un modo extenso las estructuras concéntricas, y como lt,.r('cc cncuadrada por dos historias de curaciones de ciegos (8,22-26 y
ha hecho M. A. Beavis que separa el evangelio en secciones de acción y de ltt .l()-52). Ese modo de enmarcar la sección responde a su contenido, que
enseñanza3a. Resulta quizá equivocado mostrarse aquí demasiado dogmáti- , , ('ntr'¿l básicamente en la <iluminación> de los discípulos para que com-
cos al poner de relieve sólo un tipo de criterios que deberian utilizarse y al I'r, rrtLu) el significado de la vida cristiana -la enseñanza de Jesús sobre el
insistir demasiado en el lugar exacto en el que comienzan y acaban las sec- , rrtrtkr de sufrir con é1, para seguirle <en el camino) y para entrar de esa
ciones de Marcos. Como ha recordado H. Deweyrs, los narradores orales, lo ,r,urell cn el reino de Dios-. De esa manera, esta sección comienza a res-
mismo que los escritores que están muy influenciados por técnicas orales, ¡', '¡¡11¡¡ irrrplícitamente a la pregunta con la que concluia la sección anterior:
pueden utilizar varios métodos que se solapan entre sí para relacionar unas ,, lorlirvía no entendéis?> (8,2l).
secciones con otras y, a menudo, ellos no trazan unas líneas fijas y estrictas l\rl lo que se refiere a los capítulos que preceden a este segmento cen-
entre las secciones, sino que dejan que se mezclen entre sí, de un modo im- rr.rl. r'csulta obvio que el prólogo del evangelio (que a mi juicio abarca 1, l-
perceptible, como sucede en las películas modernas. I ' r ( onstituye una sección distinta. Pero ¿cómo se estructura l, 16-8, 212
A pesar de eso, parece que en el evangelio existe un marco geográfico r .nr() indicaremos en la introducción a I, l6-45, el primer pasaje de esta
general, dentro del cual se integran y cumplen su función las estructuras li- Lrrr':r sccción constituye una narración del envío de los discípulos (1, l6-20)
terarias y teológicas. Los primeros diez capítulos tienen lugar fuera de Je- , rrris tarde, hay dos narraciones semejantes (3, 13-19;6,7-13). Cada una
rusalén, mientras que los capítulos 1l-16 se situan en la ciudad santa. para ,1. t'sl¿rs tres historias de envío utilizan una forma del verbo kalein (llamar)
,, rlt's¡)uóS de cada una sigue un sumario con la actividad de Jesús que sirve
discernir las restantes subdivisiones, resulta más fácil partir de la observa-
, l, t r rrrrsición para lo que sigue ( 1, l4- 1 5; 3, 7 -12: 6, 6b). A pesar de estas se-
ción de M. Káhler y comenzar desde el final.
nr( lrllr¿rs, entre esas tres narraciones de envío existe un progreso; la prime-
31. Cf. R. A. Burridge, Ilhat Are the Gospels? r,r ('s r.nra llamada, la segunda una investidura y la tercera un envío para la
32. Cf. H. Baarlink, Ant'üngliches Evangeliunts. rrrr.,rirl. Según eso, resulta coherente tomar esas tres narraciones de envío
33. Cf. las visiones de conjunto que ofrece': H. Baarlink, Anfiingliches Evangeliums;
F. J. Matera, What Are They Safing abour
, .nrt) 0l comienzo de tres unidades literarias dentro del evangelio36. Más
.Mark.,, y W. R. Telford. Mart.
34. Cf. B. H. M. G. M. Standaert, L'Evangilt, .tt'ltttt Marc; B. M. F. van Iersel, Locali¡,
Stntcture and Meoning in Mork,45-54, y M. A. Bcavis. Markk Audience,163-165. i(' ('f. E. Schweizer, Mark's TheologicalAcltietvnct¿¡l N. I)crrin-D. C. Duling, The New
35. H. Dewey. Mark os I n tentoven Tapes r.v, 221 -236.
I 1, . r, t t t( rt I :An Introduction.
88 Introdut't'ión Composición dc lllurt tt.s 89

aún, cada una de esas unidades concluye corl r.rrr ¡rlsljc cn cl que Jesús se en- l,r¡rlr;rliu (R. A. Burridge), como una obra dc historia apocalíptica (A. Y. Co-
frenta con una incomprensión y/o con una o¡.rosicirin, aunque la gente impli- llrn,,) c incluso como una novela (M.A.Tolbert)r7.
cada en cada caso va cambiando de un rnockr signif icativo y preocupante: I stl irltima sugerencia, que considera Marcos como una novela, resul-
primero se oponen los fariseos (3, l6), dcspuós los habitantes del pueblo de r.r l:r rrriisdificil de aceptar. Aunque Marcos ofrezca ciertos rasgos novelís-
Jesús (6,l-6a)y, finalmente, sus mismos discípulos (8,14-21). rr¡ o\. sc distingue de las novelas antiguas porque tiene como personaje cen-
Según eso, la estructura del evangelio que aqui se propone (y que se rr,rl :r un¿r persona real, que ha vivido en el pasado reciente; no se ocupa de
aproxima a la defendida por E. Schweizcr) rcsulta como sigue (he introdu- ur trlx) tlc personajes ficticios, asimilados a las figuras queridas por las ma-
cido el número de versos y palabras, a fin de que el lector pueda hacerse .,r', ltrr otra parte, el evangelio presupone una lectura comunitaria, como
una idea del tamaño aproximado de las secciones): ,, rcllc.jir, por ejemplo, en muchas escenas en las que Jesús se dirige a las
r r rr r I I rl rrtlcs o a grupos de discípulos. Las novelas antiguas, por el contrario,
I. I, l-15: Pnóloco (15 versos,248 palabras). ,lr.¡r¡ 1l¡¡igid¿s a individuod8.
II. I, 16-8, 2l : Acro lo: Primer ministerio de Jesús (290 versos, 4.83 I palabras). Sr Marcos no es una novela, ¿qué es? Una parte considerable de la dis-
a) I , l6-3, 6: Primera sección principal'.ltna de miel y comienzo de la opo- , rr',rirn dcl siglo XX ha girado en torno a la cuestión de si los evangelios
sición (64 versos, 1.958 palabras). r r,rr () r1o biografias de Jesús. Ya al comienzo del siglo XX, C. W. Votaw3e
b) 3,7-6,6a: Segunda sección principal: el conflicto se intensifica (l 18,5 ,rtrrrrurba que los evangelios eran biografias, pero se le opusieron rápida-
versos, L958 palabras). ,,rr'nrc lL. Bultmann y K.L. Schmidtao. Conforme a la visión de estos últi-
c) 6, 6b-8, 2l'. Tercera sección principal: fiestas (107,5 versos, 1.760 pala- rrr,'s irrvcstigadores, muy influyentes, las biografias helenistas (del género
bras). /,r,,r. <<vida)), como en las Vidas paralelas de Plutarco) formaban parte de un
111.8,22-10,52: Acro 2o'. Cuarta sección principal'. <<en el camino> (l 17 versos, ,,,1 rstic¡do tipo de literatura en la que se reflejaba la personalidad de sus au-

2.076 palabras). tr rrr'5. 1¡¡,. aparecían muy conscientes de sí mismos, mientras que los evan-

IV I I, l-15,47: Acro 3o: Ministerio en Jerusalén (231 versos,3.828 palabras). cscritos de forma anónima, eran literatura popular, sin sofisticacio-
',,'lros.
rrr'r. tcxtoq que surgieron de la experiencia comunitaria y de las necesidades
a) ll, l-13,37: Quinta sección principal'.enseñanza (l l3 versos, 1.963 pa-
, rrlrrt'ls de las comunidades cristianas.
labras).
b) 14, 1-15, 4J: Sexta sección principal: muerte (l l8 versos, 1.865 palabras). l'sla última perspectiva resultaba atrayente para Bultmann, ya que le per-
,rrrtirr tlcf'ender que los evangelios eran textos destinados a la predicación,
V 16, l-8: EpÍLoco (la tumba vacía: 8 versos, 136 palabras).
rr.r\ (luc historia o biografia, para refutar así a los fundamentalistas que los
ri,nnl)ul.r como relatos históricamente precisosar. Por otro lado, Bultmann
Como podrá observarse, todas las secciones mayores presentan aproxi-
l,, r¡srrba que el género <evangelio> era un invento cristiano, sin ningún pre-
madamente la misma extensión (entre 1.800 y 2.000 palabras), a excepción
, , rh'¡rtc. postura que ha tenido también una implicación teológica: era com-
de la primera ( I , I 6-3, 6), que es más o menos la mitad de las otras. Preci-
samente la extensión de estas secciones, aunque no podamos tomarla como t,,rtrlrlc con el énfasis puesto sobre el carácter único del mensaje cristiano.
l n gran parte debido al enorme influjo de Bultmann, esa postura de Bult-
una prueba estricta, bien puede sugerir que nuestro análisis está yendo por
,r,rrr y Schmidt, que destacaba el carácter no biográfico de los evangelios,
buen camino.
lr.r ritkr dominante hasta bien pasado el tiempo de la Segunda Guerra Mun-
,lr,rl ( 1939-1945). Pero en los últimos años esta opinión ha ido perdiendo te-
r rr'n() llor dos razones: por un lado, se ha podido demostrar que algunas bio-
4. GÉNeno
populares que lo que daban a entender
',r,rllrrs helenistas eran mucho más
ltrrltrrlrnn y Schmidt; por otro lado, los argumentos de los autores que se si-
Las observaciones que hemos hecho en las secciones precedentes, en
ru,ur cn la línea de la crítica redaccional y literaria han mostrado que los
torno a la estructura, el nivel literario y la implicación de las tradiciones,
puede ayudarnos a explorar otro tema discutido: el relacionado con su gé-
! r7. ('L R. A. Burridge, What Are the Gospels'/: A. Y. Collins, Is Markb Gospel a Life
nero literario. Este es un tema importante, dado que la visión que los lec-
'r /, r¡¿r.), I -38; M. A. Tolbert, Sowing the Gospel.
tores tengan del tipo de escrito que están leyendo puede influir en su com- tri. ('f . S. E. Dowd The Gospel oJ Mark as Ancicnt Nt¡'a|.53-59.
prensión del libro. Así, por ejemplo, cuando leemos una novela histórica lo {') ('. W Yotaw, The Gospels and Contentprtt'ur.t' Bitryru¡thies in the Graeco-Roman
hacemos con unas expectativas distintas que cuando abrimos una biografia
'10 ll. Bultman\ Historia de la tradición sinóptit u; K. [-. Schrnidt, Die Stellung der
o un libro de historia. Esta analogía no ha de tomarse como algo marginal, t,, rtr 4' I i c a ll gem einen Literaturges c h ¡( h I (, 37 - | 30.
rt i n d er
dado que los investigadores recientes han interpretado a Marcos como una ll. ('f. H. Y. Gamble. Books and Readers in thL' l'.ttrlv ('l¡un'h.
90 Introduc't it'¡tt Composición de lll u t't, t.t 9t

evangelios son escritos mucho más sofisticarkrs clc lo que antes se había pen- 'rr,' r lrrs obras de estos autores sobre el conricnzo del movimiento de los
sado42. Según eso, los evangelios y las biograljas hclenistas parecen haber- ,l, rr'r lros civiles en los Estados Unidos.
se acercado de algún modo. .'\rulros libros, el de Garrow y el de Branch, giran en torno a la figura de
De todas formas, aún quedan algunos problcmas que impiden que poda- \l.rtrrr l.t¡ther King, como el de Marcos gira en torno a la figura de Jesús,
mos ver en Marcos una biografia de Jesús. E,l primero es que la obra marca- t', r. rnris que biografias de M. L. King, esos libros constituyen una descrip-
na se parece más a una historia antigua, especialmente a una historia bíbli- , r,¡r rlt'l n.rovimiento que él dirigió. Significativamente, ninguno de esos li-
ca, que a una biografia de la antigüedad. Como ha destacado L. Hartmana3, I'r, ,', ( onlienza con el nacimiento del personaje principal, como harían unas
el estilo de Marcos imita de un modo consciente las narraciones históricas ,rr{ rrtrc¿rs biografias, sino con el comienzo de su ministerio público, como
del Antiguo Testamento, por su manera de usar expresiones como (y suce- I r l¡r'rtoli¿r que Marcos escribe de Jesús; aún más, el libro de Branch comien-

dió en aquellos días> ( I , 9), <respondió y dij o> (3, 331. 6, 37) e incluso por r ',rr tlcscripción, como lo hace el de Marcos, con un capítulo sobre el <pre-
la frecuencia con que se emplea en Marcos la frase <e inmediatamente> (cf. ' ur',{rr )) ( ¡Vernon Johns!).
noto a <<y cuando él salió del agua, inmediatamente)), en l, 10). Sin embar- '\tlcnlhs de su orientación hacia la historia de la redención, un segundo
, ,r ,r'( l
go, el título de la composición de Marcos no presenta la obra como bios, l)()r' el que el evangelio de Marcos difiere de las biografias típicas de
sino como evangelio (arche bu euangeliou: (Comienzo de la buena noti- I r ,rntigiicdad lo constituye la misma naturaleza del tema del que trata. Cier-
cia. . . >: I , I ), y A. Y. Collinsaa ha destacado que la palabra arche se utiliza r,,rr('ntc, como han puesto de relieve V K. Robbins y S. E. Dowda6, pode-
más para el comienzo de una narración histórica que para una biografia. ,rr,'', Iurll¿rr ciertas analogías entre Marcos y las biografias antiguas de los
Por otra parte, la narración de Marcos no empieza con el nacimiento del lr, ¡,1'q s¡¡¡s reúnen discípulos y que suscitan movimientos filosóficos o re-
héroe, como hacen la mayoría de las biografias (en ese sentido, Mateo y Lu- lr,r( )\()s, de manera que su influencia se hace palpable a través de esos mo-
cas siguen más de cerca la línea de las biografias), sino con una cita del An- , rnrrt'ntos. Pero esto, sin embargo, no es igual que lo que sucede en el re-
tiguo Testamento (1, 2-3) y Ia descripción de un precursor profético (1, 4- l,rr. ¡¡¡l¡¡q¿¡e, donde se trata de una figura de la que se cree que está todavía
8), elementos que aluden a la llegada de Jesús como plenitud de la historia I'ri'.i('ntc, del modo más realista posible, en (con) la comunidad que él fun-
de la redención. De acuerdo con eso, la narración de Marcos no trata sola- ,1,' 1l¡¡¡¡¡l¡¡ poder a esa comunidad día tras día, realizando milagros a su fa-
mente acerca de Jesús como un maestro, un hacedor de milagros o un már- ','r v guiándola a través de las aguas tormentosas de la edad presente, que
tir digno de ser imitado, sino también sobre lo que Dios estaba realizando , , l)('r'vcrsa, hacia la inminente parusía47.
a través de su ministerioas. ( icrtamente, Marcos puede entender el genitivo <de Jesucristo> de Mc
El evangelio de Marcos es más la biografia de un movimiento o, al me- I I lilt)to de un modo subjetivo como de un modo objetivo: su historia no
nos, del comienzo del movimiento (arche), que la biografia de un indivi- rr,rtrr srilo de la buena noticia sobre Jesús, sino también de la buena noticia
duo; además, la narración apunta hacia la continuación de aquel movimien- ,
¡u, predica a través del evangelista (cf. el comentario a l, 1). Pero el
.lcsúrs
to después de la muerte de Jesús, tanto a través de unas profecías explícitas lr, t lro de que el Jesús de Marcos sea alguien que está presente en la comu-
(como las del capítulo l3), como por la manera en que Jesús y sus segui- rrr,lrrtl suscita una cuestión en torno a la posibilidad de llamar a su evange-
dores y oponentes se muestran constantemente como símbolos de grupos lr,' s¡¡1lpfs¡¡snte una bios,una biografia, la historia de la vida ya completa-
del tiempo en que escribe Marcos. ,l.r rlc una figura reverenciada (o ultrajada) del pasado.
Conforme a esta visión, que lo presenta como historia de un movimien- l'ru'a Marcos y sus lectores, la vida (bios) de Jesús no se ha completado,
to, el evangelio de Marcos se parece a dos libros: David J. Garrow, Bearing rrr;rs uún, no puede completarse, cosa que se expresa en el hecho de que el
the Cross: Martin Luther King, Jr., and the Southern Christian Leadership , modo abrupto (suponiendo que el final originario era
',r¡rrclio acaba de un
Conference, New York 1986, y Taylor Branch, Parting the Waters: America |(
', li ). El escrito de Marcos describe sólo el comienzo de las buenas noticias
in the KingYears 1954-19ó3 (Touchstone Books), NewYork 1988. A pesar ,1,' .lcsúrs (1, 1), porque en los días de Marcos las buenas noticias de Jesús
de que Marcos no ha querido ser un historiador-biógrafo en el sentido mo- , ,,tttittúan a través de su presencia con la lglesia y en el mundo. Según eso,
derno y <crítico> del término, como lo son Garrow y Branch, hay semejan- , ,'rrlo ha destacado M. E. Boring48, uno puede preguntarse si la cristología y
zas sorprendentes entre el relato marcano de los comienzos del cristianis- l,r lriografia son categorías realmente compatibles, es decir, si un libro cris-
t,lr'rglss, como es el evangelio de Marcos, pr.rede ser biográfico.
42. Cf ., por ejemplo, C. H. Talbert, Whut Ls a Gospel?; D. E. Aune, The NewTestantent
in Literary Environment, l7-76,y R. A. Burriclgo. llhat Are the Gospels?
its
43. L. Hartman, Das Markusevangeliurn. 147 -17 l. 'l(). Cf. V K. Robbins, Jesus the Teacher, l0; S. ti. l)owtl, Pruver, Power, and the Pro -
44. A.Y. Collins, Is Markb Gospel a Li.ft'ol .lc.ttrs!,l,8. "t, rtt ol Suflbring,24-26.
45. Cf. R. Guelich, The Gospel Genr<',183-219; M. E. Boring, Mark l, l-15 and the 17. Cf. M. E. Boeing, Sayings of the Risen Jcsu.t.
.18. M. E. Boing, Revíew of D. Ltihrmann, Dus l\,lttrkt¡st't,ttt,¿tliunt.345.
Beginning o/'the Gospel,70, nota 9.
92 Inffoduc<,iótt Composic'ión da lllrtntt.s 93

Sin embargo, entre Marcos y las bbi lrclcrrist¿rs sc clan semejanzas sor- , ,t,r tt'oríu no ha recibido el apoyo general, cn parte por el poco conocimien-
prendentes, que han bastado para que algurr.s lcct.rcs antiguos irayan r¡r('lurcrlos del uso
teni- r¡' de los leccionarios.judíos primitivos y del orden que
do la tentación de colocarlos en un misrrr. csra'tc. por otio lado, aunque , ¡,rri:r lu lcctura continua en los leccionarios de las iglesias antes del siglo
Marcos y los otros evangelios se diferencian clc la mayor parte de ias <bio- l\ rl ('.'r; y en parte porque el evangelio tiene una cohesión mayor que la
grafias> por la naturalezade su temática, on csto no son únicos en absoluto.
'trr'{)licccn las series de lecturas de un leccionario55.
como notó K. L. Schmidt'e, existen gra'dcs pararerismos entre los evange- Ir'¡ricndo en cuenta la unidad literaria del conjunto del evangelio, Stan-
lios y las vidas de los santos, incluyendo ras biografias hasídicas de sabios ,l,rr'¡1 '' l1¡ sugerido, más plausiblemente, que la obra de Marcos en su con-
maravillosos y de rabinos hacedores de rnilagros, que ejercen de mediado- ¡rrrrlrr lirc concebida para que se leyera entera en una única celebración litur-
res entre Dios y los seres humanos, cuya presencia se extiende con frecuen-
lr',r N() cs inverosímil que los cristianos primitivos quisieran participar en
cia más allá de la tumba y que a veces han llegado a ser adoradoss'. ,rrr.r rt'citación tanlarga, especialmente si ésta se realizaba de un modo dra-
Pero si le hubieran preguntado al mismo Marcos qué tipo de obra había rrr,rtrt'o. .lustino Mártir afirma que en la celebración dominical <se leían las
escrito, ¿cuál habría sido su respuesta? para intentaicontestar a esto, una nr, nr()ri¿rs de los apóstoles [: evangelios] o los escritos de los profetas con
clave importante nos la ofrece ra palabra con que él se refiere a su obra: t,utttt (\'l(t'tsión como el tiempo lo permitiera> (Apología 1,67)s7; y aún hoy
euangelion o <buena noticiu. En los restantes lugares del Nuevo Testamen- ,rl¡'rrrrirs celebraciones de la Iglesia Ortodoxa rusa duran hasta cuatro horas.
to, este término se emplea siempre para referirse a la proclamación oral del
,,1\rclríamos precisar con más exactitud el tipo de liturgia en la que podía
mensaje sobre Jesús, sea en un contexto misionero (así es de ordinario), nr, lrrirsc una lecfura del evangelio de Marcos? Standaert sugiere la celebra-
sea
dentro de Ia Iglesia (cf. por ejemplo Rom l, 15; 16, 25; I Cor 15, l_2; I Tes ¡ r,)n (lc la vigilia de Pascua, que culminaba con el bautismo de los nuevos
3,2;2Tim 1, l0-l l; 2, 8). A pesar de la semejanza estructural con el discur- i r r.,trilnos, a la salida del sol, en la mañana de Pascua, y vincula esta liturgia
so misionero de Pedro en Hch 10,34-43st, no parece probable que
'rr los temas bautismales y pascuales que halla a lo largo de Marcos: a) el
el evan- ,,
gelio haya de entenderse como <buena noticiu en el sentido de \:rrr-tclio comienza con Juan Bautista y el bautismo de Jesús; b) el evange-
iredicación '
para los de fuera (véase la discusión sobre este tema en la sección Ir,, sc so¡g.rtra en la pasión de Jesús y en ella aparecen dosjóvenes vesti-
anterior
sobre la comunidad de Marcos). Es más probable que Marcos sea evangelio ,1,'.. rlc lino (cf. 14,51.53; 16, 5), cosa que Standaert, siguiendo a R. Scrogg
en el sentido en que aparece en el tipo de mensaje que era procla mado r 1... l. GrofFs, identifica con la vestidura bautismal; c) el evangelio conclu-
den-
tro dela Iglesia, en las celebraciones liturgicass2. r, t orr la salida del sol el día de pascua (véase también el énfasis que el
como ha puesto de relieve M. Hengel, la división del texto en un tipo , r rrrrclio ha puesto en los exorcismos y en la <iluminación> de los ciegos,
de unidades rítmicas o versos (cf . glosario) sugiere que ha sido compuesto tr'ilrirs clu€ en la iglesia primitiva están asociados con el bautismo). Ésta es
parala recitación oral en una comunidad. Más aún, algunas de las trádicio- ,rrrrr hi¡rótesis interesante, pero de momento no ha logrado un apoyo gene-
nes que llegaron a convertirse más tarde en una parte áe Marcos habían r r I
''. cr.r parte porque algunas de las exégesis de Standaert parecen forzadas60
si- .

do transmitidas en un contexto de liturgia cristiana (véase el relato sobre la 1 t'rr ¡xrrte porque hasta finales del siglo II d.C. no está atestiguada la cele-
Última cena en I cor l r,23-26),y má adelante Marcos y los otros evan- I'r;rcitin de una vigilia bautismal durante la pascua cristiana6r.
gelios fueron utilizados en los leccionarios de la Iglesia. Es probable que Sca como fuere, estuviera o no originalmente integrado en un contexto
eso
se diera ya en el tiempo de Marcos, como había Jucedido antes y suóedería l',rrrtisrnal, la sugerencia de que este evangelio desempeñaba un papel im-
después: el texto formaba parte de la liturgia. I',,r liurte en la liturgia de la comunidad cristiana de Marcos parece una idea
algunos investigadores como p. carrington y M. D. Goul-
_ -ciertamente, 'lu('(lcbe tenerse en cuenta. Uno de los puntos a su favor es que, dentro de
ders3 han sostenido que el evangelio de Marcos empezó sien¿á un lecciona-
' '.(' contexto, cobra sentido lanaturaleza críptica de la narración de Marcos,
rio cristiano, una colección de textos para recitar en las celebraciones cultua- ,lt'¡rrndo de ser algo ofensivo para los lectores. Porque uno de los elemen-
les, tras las lecturas propias de los sábados o fiestas judías. Sin embargo, t.s característicos de la liturgia y, más en concreto, de su poder numinoso
( ', (llc contiene elementos de ruptura, elementos misteriosos, <medio reve-
K. L. Schmidt, Die stellung der Evangelien in der allgemeinen Literaturgeschich-
-19. 18.
te,9l-l 5-1. CL D. E. Aune, The Nev,Testament in its Lilt'nu'.t' Environntent.
. i0 9f D. Landau' Piety and power, 28, y A. Rapoport-Albert , God and the Zaddik as
the Iwo focal Points oJ Hasidic Worship.299_329.
:5. Cf. E. Best, Mark: The Cospel as Stor.r.
56. B. H. M. G. M. Standaert, L'Evangilt'sclt¡n ll4un'.
!1 Cf Ch H. Dodd, TheApostolic prcuchingund lts Developments. 57. Citado por H. Y. Gamble, Books and Ruttlcrs in tltc l')urlv Church,205.
52. cf. R. Bultmann, History of the synoptit'Ttu¿tition,37r, que define a Marcos como 5lt. R. Scrogg-K. I. Groff, Bapfism in Murk. -53 l-5411.
una <leyenda cultual extendidD;E.Best, Maik rhe Gospel as sio,:u, :s; rtr. g."g
su¿p, 59. Cf. la fuerte crítica de E. Best, Mark: Tlta Oospcl tr.s,\l¿.¡¡'r', 95-98.
intheGospelofMark,52,y_enespecial L.Hartman. Di,tMarkusííangerrui,rílllt. "1, ()0. Cf. F. Neirynck, La Fnite de jenne homntc cn ll,lt l1, 5 I-52.43-66, en contra de la
. 53: _ci P. carrington, The Primitive christiutt (ttrcntrar, v rvr. o."courdo, Tie Evan-
gelists' Calendar.
l,'r ¡¡¡¿¡ que Standaert ha unido a los dosjóvencs corr cl hilrrtisnro.
()1."nCf. T. J. Talley, The Origins oJ'the Lirurgi<ul littt.
94 Introducción

lados, medio escondidos), que tienen la f inalidad (lc suscitar una reveren- 5
cia sagrada entre los adoradores. Las protcstas clc l{udolf Otto contra los
esfuerzos de los reformadores litúrgicos modcrnos. que han querido elimi-
EL LUGAR DE MARCOS
nar esos elementos, pueden verse ya desdc la pcrspectiva de aquello que la IIN LA VIDAY EL PENSAMIENTO CRISTIANOS
Iglesia posterior perdió cuando, impulsada por las narraciones más racio-
nales de Mateo y Lucas, dejó en segundo lugar a Marcos:

En estas [nuevas liturgias] podemos encontrar esquemas cuidadosamente or-


ganizados, elaborados con el equilibrio y la coherencia de un ensayo [cien-
tífico], pero nada que sea imprevisible, y por lo tanto sugestivo; no encontra-
mos ninguna cosa que sea accidental, y por lo tanto pregnante de sentido;
nada que brote de las profundidades que están por debajo de la conciencia,
y que sea capaz de romper la unidad redondeada de las disposiciones a las
que estamos acostumbrados, y por lo tanto nada que seacapaz de elevarnos I MARcOS EN LA HISTORIA DE LAS RELIGIONES
hacia una unidad de orden superior: en una palabra, nada que resulte verda-
deramente espiritual62. llcrnos visto que Marcos puede haber sido escrito originalmente para
, t(.rcür un influjo dentro de un contexto particular de la vida de la Iglesia.
Como las liturgias más antiguas, cuya desaparición lamenta Otto, Mar- l'(.r1) ¿,dónde se sitúa, de un modo más general, dentro de la historia de la
cos (carece del equilibrio y coherencia de un ensayo)), pero está repleto de ,,,1,r y del pensamiento cristianos? ¿Y dónde se encuadra, de un modo aún
elementos disruptivos, misteriosos, alusivos, elementos que abren hacia pro- nr:is gcneral, dentro de la historia de las religiones?
fundidades espirituales. Como ha destacado E. Kásemann63, en Marcos <la l.o primero que debe decirse sobre el evangelio de Marcos es que se tra-
historia de la vida de Jesús se ha convertido casi en tema de un despliegue t:r tlc un escrito écléctico. Como hemos visto anteriormente, algunas de sus
de misterio>. Y de esta manera el evangelio puede evocar lo que ha sido su rlt.scripciones de Jesús como hacedor de milagros están en la línea de his-
origen dentro de la liturgia de la Iglesia primitiva. trrr.ius que se cuentan no sólo sobre profetas del Antiguo Testamento y so-
En conclusión, Marcos puede muy bien haber sido una dramatización de l,rc rabinos palestinos, sino también sobre hacedores de milagros en el con-
la <buena noticiu que originalmente se proclamaba en el contexto de una r,.rt0 heleniita más amplio. Otros motivos, como algunos de los que están
celebración liturgica cristianae. En este drama liturgico, los diferentes pape- rrrr¡rlicados en la historiá de la ejecución de Juan Bautista, parecen haber si-
les eran quizá declamados por lectores distintos, como sucede hoy en algu- tl(} rttrnados del folklore del paganismo grecorromano; además, parte de la
nas lecturas extensas del leccionario, en tiempos como Navidad o Pascua. .,lhrduria proverbial de Jesús y de las instrucciones que él imparte a sus dis-
La preponderancia del discurso directo sobre el indirecto (que era más usa- , i¡rulos r. hullun próximas a los fragmentos de la filosofia popular helenis-
do por las biografias helenistas) quizá apunta en esta dirección. Ciertamen- rrr (cf . las notas a<no necesita médico el sano, sino el enfermo)), en2, 17, al
te, esta dramatización puede tomar prestados diversos rasgos y formas de los ,, h¿rstón y a la bolsa de provisiones>>, en 6, 8, y a las <dos túnicas>, en 6,9,

dramas, las biografias y las historias bíblicas; pero es también una nueva ,rsi como el comentario a 6, 14-16 y a 6,21-28).
creación, a causa de su estrecha conexión con el contexto litúrgico cristia- lncluso en el caso de que, como hemos argumentado anteriormente, Mar-
no. Marcos es'rn evangelio, una proclamación de la buena noticia: es una t.0s hubiera sido un nativo de Palestina, esto no significa que él (y Jesús an-
experiencia redentora reactualizada y reexperimentada allí donde la Iglesia r('s que é1) no hubiera recibido influjos helenistas, dado que Palestina, en el
celebra al Señor compasivo, sufriente, resucitado, que no sólo ha marchado ,iglo I d.C., estaba significativamente helenizadar. Y si en un momento pos-
delante de ella en el camino de sufrimiento y muerte, sino que también está tr..iior Marcos llegó a ionvertirse en miembro de una comunidad cristiana de
presente en medio de ella, andando con ella <en el camino>. Siria, habría estado expuesto aún más a tales influencias. E incluso si, como
rrrtlicaré más tarde, él era un pensador apocaliptico, esto no le saca del ám-
l,rto helenista, porque la apocalíptica en cuanto tal fue un fenómeno muy ex-
62. R. Otto, The ldea of the Holy, 64-65. te rrclido en el mundo grecorromano2.
63. Cf. E. Kásemann, The Problem of the Historicol Jesus,22. Pero esta importante observación sobrc el carácter cosmopolita de Mar-
64. Sobre la semejanza de la estructura del evangelio con la de un drama, cf. G. G. t os (y del Nuevo Testamento en general) tienc sus límites. Uno de ellos ha
Bilezikian, The Liberated Gospel, y M. A. Beavis, Murk'.s Audience,3l-35.128-129. Una
demostración del potencial dramático de Marcos puclo verse, por ejemplo, en la reciente es-
cenificación, hecha por un solo actor, Alee Mc('owcn (cn la catedral de Newcastle, el l7 l. Cf. M. Hengel, Judaism and Hellenísm.
de marzo de 1996 [añadido del traductor]). 2. Cf. D. Hellh-olm 1ed.¡, ,lp ocalypticism in lh<' Mulittt'tttttt'un w¡rld and the Near East.
96 Introdutt ititt Marcos en la vida.v el l)(tr\(ttnit'nt(t ( ri.\lidno.s 97

sido destacado por E. Stauffer3, cuando al'ilnur (luc cl unico escrito citado \rrr cnrbargo, Marcos mantiene esta nota dc expectación inminente, vin-
por el Nuevo Testamento es el Antiguo Tcslarrrcnlo (y no los libros de Home- ,,rl,rrrtlol¿r al mismo tiempo con un sentido de cumplimiento actual. Esto
ro, Platón o Cicerón). Sólo los libros del Atrtigtro'll'stamento reciben el títu- il sin duda una tensión, y Marcos la mantiene. Por un lado, él inclu-
"lrlr(
lo de <Las Escrifuras> (hai graphai: Mc 12. lll.24: 14,49). Sólo a ellos se ,,, rlrt lros e historias individuales que implican la presencia de la salvación
aplica el perfecto pasivo. que tiene tanta ittt¡'roltlntcitr'. gegrap¡ai (<está escri- \,r ,'r cl rninisteriodeJesús (2, 19-22.27-28;3,17;4,35-41, etc.). Porotro
to>: Mc 1,2:,7,6:9,12-13;ll,17;14,21.27: cf . 12, l9). l,r(l'r. vuxtapone la historia sobre la vida terrena de Jesús con predicciones
Pues bien, la manera particular en la qLrc Marcos interpreta esos escri- , ,, ,rtokigicas. De esa forma, la poderosa revelación de la gloria divina del
tos se mantiene en la misma línea de la cxógcsis que los escritores judíos l, ,us nrirrcoro a sus tres discípulos en el Monte de la transfiguración(9,2-
hacen del Antiguo Testamentoa. El Dios cuya venida anuncia el Jesús mar- ', t r;r scsuida inmediatamente de su profecía sobre algunos que (no gusta-
cano, el Dios a quien deben dirigirse slls oycntes en actitud de penitencia y r rrr l;r nruerte antes de que vean la llegada del reino de Dios con podeu (9,
con fe, el Dios en quien él confia que Ic resucitará de la muerte (un concep- I r r lu correlación entre estos dos textos sugiere que la transfiguración
to antihelenista) es el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob (cf. 12,26), y no el ,,
'r,,trtuyc en cierto sentido un anticipo del reino de Dios.
Dios de los filósofoss. Según eso, el carácter básicamente judío del desarro- l)c un modo similar, la yuxtaposición de las profecías escatológicas en
llo del evangelio de Marcos resulta claro desde los primeros versos, da igual , I {:rl)ítulo l3 con la narración de la pasión que sigue sugiere que Marcos
la forma en que pensemos su trasfondo étnico-religioso y el carácter paga- ,l' ,('ir quc sus lectores interpreten lo último (la pasión de Jesús) como un
no de su comunidad. , r, rtrr ti¡.ro de cumplimiento de lo primero (las profecías escatológicasf. Co-
,,r,' lt'sús ha profetizado que sucederá, <al final> algunos discípulos no han
¡,,,,lrtlo mantenerse despiertos y no se encuentran preparados cuando llega
2. EscnrolocÍA ApocALÍprrcA DE Mnncos l,r lroraii de la crisis escatológica (14,32-34; cf. 13, 35-37); incluso los ele-
r,rrlrrs so descarrían y abandonan (14,50-52; cf. 13,22); los acontecimien-
La forma en que Marcos interpreta el Antiguo Testamento está particu- r,, , r'¡¡¡ci¿lss se despliegan a intervalos de tres horas (15, 25.33-34; cf. 13,
larmente cercana a aquella que encontramos en los escritos apocalípticos r'' ), v cl cvangelio abre su camino hacia los gentiles (15, 39; cf. 13, l0).
judíos, dado que é1, lo mismo que los apocalípticos judíos, cree que las pro- Srrr cmbargo, las correspondencias marcanas entre las profecías y el cum-
fecías del Antiguo Testamento se están cumpliendo en los acontecimientos
¡'lrrrrcr)to narrativo no eliminan la nota de expectación futura. De hecho, pa-
de su propio tiempo6. Esta no es la única manera en la que Marcos aparece r,r \lrrrct:rs la fe en que el cumplimiento escatológico comenzó en el minis-
como un pensador apocalíptico. Su visión general puede llamarse (apoca- r, rr, tlc .lesús alimentaba el sentido de expectación inminente que él tenía,
lípticu porque, de principio a fin, su narración se inscribe dentro del con- , ,,rrr,r habia sucedido ya en el mismo Jesúse. Los acontecimientos redento-
texto de la aproximación del fin del mundoT. ,, , tlc una generación anterior fueron para Marcos el comienzo de la edad
El sermón inaugural del Jesús de Marcos anuncia que el tiempo se ha trn,rl. si aquella generación aparece ahora como llegando a su fin, esto sig-
cumplido y que el reino de Dios está llegando (1, 14-15). Más tarde, ese Je- ,rl r( ir Llue el final debe hallarse muy cerca, a la vistar0.
sús habla a sus oyentes diciendo que algunos de ellos no gustarán la muer-
te antes de que vean el reino de Dios viniendo con poder (9, l).
Para los oyentes de Marcos, que escuchan estas palabras unos cuarenta I I ,\ I]ATALLA CÓSMICA
años después de la muerte de Jesús, resulta inevitable la impresión de que el
tiempo que quedaba era muy breve. Ellos no habrían querido evadirse de ese l'clo la esperanza de un próximo final no es el único modo en el que
fin, porque el acortamiento del tiempo presente de tribulación era la base de \ l r t os aparece como un pensador apocalíptico. Un cierto tipo de apoca-
,

su esperanza (13, 19-20): el horror que están experimentando no puede du- lr¡'¡¡1¡¡, que M. C. de Boerr I llama <escatología apocalíptica cósmica), se
rar mucho tiempo; el Hijo del Hombre volverá pronto sobre las nubes del , nr ucntra caracterizada por la noción de que la tierra está sometida a po-
cielo y enviará a sus ángeles para reunir a sus elegidos (13,24-27). ,l, rr's cósmicos de perversión, de tal forma que los seres humanos son in-
, ,rl);r('cs de vencer a esos poderes mediante su propio esfuerzo; tienen la es-
3. E. Stauffer, Neu'Tbslctntent Theologr,, l7-18.
4. C. J. Marcus, The Wov of the k¡rd.
5. Cf. B. Pascal, Memoríal. ri Cl R. H. Lightfoot, The Gospel Message ol St. lllurk.48-59.
6. Cf. J. Marcus, TheWay ef'¡l¡¿ Lotd,itdice'. <apocalyptic eschatology> y <eschatologi- '). C'f. W. G. Kümmel, Promise and Fulilmcnt. t¡uc cornbina en la escatología de Je-
cal interpretation of OT>. ,r r'lr'n)cntos de presente y de futuro.
7. Sobre la definición de <escatología apocalíptica> y de <apocalíptica>, cf. P. D. Han- l(l C'f-. un paralelo con la apocalíptica judía actutl cn A. Ilrvitzky. Messianism, Zío-
son, Apocalypse, Genre,27-28; Apocall,pflcisnr, 28-J4; .1. .1. Collins, The Apocalyptic Ima - ', ,u ttn¿.lewish Religious Radicalism.
gination ll; M. C. de Boer, Paul and Jewish Apttcul.r'¡trit Eschutology,l69-190. I L M. C. de Boer, Paul and Jewish Apocalyptic lix lutttilrtgt. I69-I90.
98 Introduccititt Marcos en la vida 1t el pen,utniento cri.sÍianos 99

peranza de que su salvación sólo podrá realizarsc ¡'ror medio de un acto es- I cl conjunto del Nuevo Testamento (cf . Ef 6, 12)y en las fuentes judí-
rr

catológico de Dios que transformará totalmcnlc llrs condiciones de la exis- ¡ r, I l(JS 3, l5-4, 26),la oscuridad es un signo de los poderes demonía-
tencia humana y que vencerá a los podercs ()prcs()rcs. , , , ,'l rnisr-no Marcos vincula un oscurecimiento apocalíptico del sol con el
'
Esta descripción cuadra perfectamentc con la narración de Marcos. An- ,lr ,l,rr':rrnicnto de los poderes cósmicos (¿demoníacos?) en 13, 23-25. En esa
tes de la llegada de Cristo, existe una situación cn la que el reino de lo huma- lrll' ,r. l)iu'¿r describir el grito de muerte de Jesús (phane megale, un gran gri-
no se opone violentamente al reino de lo divino (cf. 8, 33). La condición del ¡ r. .14.37), Marcos utlliza exactamente las mismas palabras que ha em-
', '
ser humano es la de hallarse en cautiverio bajo un <hombre fuerte>, es decir, trl, ,rrlo lrrcviamente para describir los gritos de los endemoniados (1,26;5,
un poder demoníaco al que es incapaz de oponerse, hasta que aparece en es-
'
¡ 'i n cnrbargo, la aparente derrota de Jesús por Satán se convierte en vic-
r

cena Jesús, el <Más Fuerte>, para liberar a los hombres (3,27). t,'r r,r tle .lcsús sobre éste (15,38-39; cf. I Cor2,8).
Como en este pasaje (3,27), Marcos utiliza también en otras ocasiones ,,( irrno ha logrado formular Marcos esta escatología apocalíptica, que es
el verbo dynasthai, (ser capaz)), o el adjetivo correspondiente (dynatos, <<po- rrrrltlrrcamente tan pesimista (sobre las capacidades humanas) y tan opti-
sible>), para mostrar que sólo Dios y/o Jesús pueden oponerse y vencer a los rrrr',t;r (sobre las posibilidades divinas)? No podemos ignorar el posible influ-
poderes demoníacos ( l, 40; 2, 7 ; 5, 3 ; 8, 4; 9, 3.22.28; 10, 26-27 ; I 4, 3 5 -36) t, ' ,1,'l llasfondo religioso de Marcos (¿se había educado quizá en un medio

o que los seres humanos sólo pueden hacerlo en virtud del poder de Dios (9, r¡',rr rrlí¡rtico judío, como el de la secta de Qumrán?) y de su temperamento
23.29). Todo el tema se resume en la tersa afirmación de 10,26-2'l: para los t', r',orrirl. Además, los modos de pensamiento apocalíptico quedan a menu-
seres humanos la salvación es imposible, pero no para Dios. ,L r ,¡1 ¡'¡¡1¡¡¿dss en situaciones de guerra, de persecución y por otras formas de

Para Marcos, como para los demás apocalípticos, la salvación consiste r, n ,r()n. lales como las que debió experimentar la comunidad de Marcos en
ante todo en que la humanidad quede liberada de los poderes cósmicos que , I llu¡o tlc la Guerra Judía.
la oprimen. La misión principal de Jesús reside en liberar a la tierra de los I'rrlticndo de eso, resulta dificil aceptar la visión de B. Mack'a, según la
demoniosl2; incluso su enseñanza es un medio para vencer en esta batalla , u,rl lirc ol mismo Marcos el que inventó la apocalíptica cristiana a partir de
(cf . 1,27). No es, por tanto, una casualidad que la primera acción del Jesús rr', ¡rrrrpias necesidades psicológicas y de la tensión que estaba sufriendo
marcano después de su bautismo haya sido una batalla a muerte contra Sa- .rr r onluflidod. En contra de eso, en Marcos encontramos una línea de pen-

tán (1, 12-13), que el primer pasaje extenso del evangelio haya sido la des- ..unrcnto apocalíptico que se puede retrotraer al mismo Jesús, a través de
cripción de un exorcismo dramático (1,21-28), que los exorcismos siguien- l, r', lr¡ inrcros cristianos, pasando por Pablo y por otros cristianos de la prime-

tes hayan sido también destacados de un modo dramático (cf. 5, l-20 y 9, r,r 1,r'rrcrociórrls. Teóricamente, Marcos pudo haber estado influido por todas

14-29 y los sumarios de 1,32-34.39; 3, I l-13), que la capacidad de reali- , ,,r', lrrcntes, dado que fue posterior a ellas.
zar exorcismos haya sido reconocida como signo de autoridad apostólica
(3, l5; 6, l3), y que incluso algunas curaciones hayan acabado presentán-
dose con rasgos de exorcismos. Por otra parte, como ha mostrado J. M. Ro- I M^t{cos y Peslo
binsonr3, para el evangelista la oposición de los hombres a Jesús, tal como
aparece por ejemplo en las historias de las controversias, constituye una pro- Ahora aparece el tema verdaderamente discutido: saber si Marcos estu-
longación de la oposición cósmica, que se muestra especialmente visible en \ r, () no estuvo
influido por Pablo. Podríamos tener la seguridad de que ha-
los exorcismos (cf. comentario a 5, 14-17 y a 6, 1-3). I'r.r rccibido el influjo de Pablo si supiéramos que él era realmente el Juan
La oposición entre lo demoníaco y lo humano, que va entretejida a lo \l;r¡cos de Hechos; pero, desafortunadamente, no podemos estar seguros
largo de todo el evangelio, culmina en la crucifixión de Jesús. Marcos pro- ,1,'t'llo (véase más arriba la discusión sobre el autor de Marcos).
bablemente quiere que sus lectores entiendan que la conspiración de los lí- Sca como fuere, ciertamente se perciben semejanzas entre la teología de
deres judíos para liquidar a Jesús (3, 6; I I , 1 8) responde al miedo que sien- \ l:rlcos y la de Pablo'6. Por ejemplo, los dos presentan el mensaje sobre Je-
,r¡s como <buena noticiu (euangelion) e interpretan esta palabra como un
ten los demonios, pensando que Jesús va a destruirles a ellos (1, 23). El
verbo apolesai se utiliza en ambos casos y vuelve a aparecer en la descrip- .r',¡rccto central de su teología (cf. Mc l, 1; Gal 1,6-9; Rom 1, 16-17)t7.
ción del intento de un demonio que quiere destruir a un ser humano (9, 22). \ nrbos acentúan el significado de la crucifixión de Jesús como la línea di-
Esta interpretación demoníaca de la muerte de Jesús está apoyada por la
-1. B. Mack, ,4 Myth of Innocence.
forma en que Marcos presenta dicha muerte como una escena de oscuridad I

| .s. Cf. D. C. Allison, A Plea for Thoroughgoing EschuÍolosv,65 I -658; L. W. Hurtado,


cósmica (15,33). tlt, tiospel of Mark, 19-25; A. J. M. Wedderburn, Puul urul ./<'.su.s,189-203.
l(r. Paraunacomparaciónextensa,cf.J.C.Fenton.Paul undMurk,S9-ll2.Cf.también
12. Cf.E. Kásemann, Jesus Means Freedont,55. t lf lirck. Christ Crucilied in Patil and in Mark, 80-l(14.
13. J. M. Robinson, The Problem of'Hislor.tt in Mark and Other Marcan Studies. I 7. Cf. W. Marxsen, Mark the Evangeiis¡, I I 7- I 50.
t00 Introdttct iótt Marcos en Ia vida v al ¡tttr.:ttntit'rtto t'ti,sliunos t0I

visoria de los tiemposr8, aunque ninguno dc cllos ignora tampoco la resu- , r,r', (llrc han sido destacadas por autorcs como M. Werner y V Taylor son
rrección. Los dos ponen de relieve la victoria rlc .lcsírs sobre los poderes de- r,rrr .,rrtrrificativas como puede parecer cn un primer momento. Aunque al-
moníacos (exorcismos de Marcos; Rom ll, 3l{-.19: I C'or 15, 24, etc.) e in- r.rrr)s (lc esos temas no eran exclusivos de los círculos paulinos, el tipo de
terpretan su llegada como la aurora o contictrzo dc la edad de bendición , ¡rl,rsis cn la abrogación de la ley, una actitud crítica hacia Pedro e incluso,
divina profetizadaen las Escrituras (cf. Mc l, l- l5; Rom 3, 2l-22). Los dos i n ( rerto sentido, la teología delacruz eran temas controvertidos; precisa-
destacan la importancia de la fe en Jesús y cn Dios, presentando en oca- rr( nte sc Irataba de ese tipo de cuestiones que resultaban tan polémicas en
siones esta fe en un sentido dualista, como una forma nueva de <ver> que , I lrrtonro de Pablo22. La combinación de los mismos énfasis polémicos en
Dios concede a su pueblo elegido, mientras condena a los de fuera a la <os- n tipo de relación con la misión paulina.
curidad> (Mc 4, l0- 12; Rom 1 1 , 7- 1 0; I Cor 2,6- l6)re. Sin embargo, en am- s de las semejanzas terminológicas indicadas son real-
bos casos este dualismo se abre a veces a una perspectiva universalista (por s, en especial la que existe entre Mc 7,19 y Rom 14, 20.
ejemplo en Mc 10, 45; Rom 11,25-32). :ho de que en Marcos no aparezcan temas como el <ser
Tanto Marcos como Pablo destacan algunos elementos negativos de Pe- rncisión puede tener otra explicación (y no deberse sólo
dro y de algunos miembros de la familia de Jesús (por ejemplo: Mc 3, 20- rcos sea ajeno a las preocupaciones de Pablo). En un sen-
21.31-35;8, 3l-33; Gal2). Ambos afirman que Jesús no vino para los jus- iel relato de Marcos resultaría dificil hablar, por ejemplo,
tos, sino para los pecadores impíos (por ejemplo:. Mc 2, 17; Rom 4, 15'5, o>. Y la cuestión de la falta de referencias al tema de la
1 8- I 9), a favor de los cuales padeció una muerte redentora (Mc 1 0, 45; Rom
rcos bien podría deberse al hecho de que Jesús no dijo na-
l, y Marcos no suele introducir temas que no están funda-
3 , 25; 5 ,8), y que él vino primero Qtróton) para los judíos, pero también pa-
esús (Marcos los amplía, mas no los inventa).
ra los gentiles (Mc 7, 27-29; Rom 1, 16. Cf. Rom 11). Ambos piensan que
t_ en determinadas ocasiones, M. Werner pasa por alto algu-
la ampliación del plan de Dios, dirigida a la incorporación de los gentiles, l¿
l.¡ ,s que Marcos pone sutilmente de relieve algunos puntos
se cumplió a través de un cambio en la ley que previamente había separado
a los judíos de los gentiles, un cambio que incluye la abrogación de las le-
lq
{,-rf n semejantes a las afirmaciones más explícitas de Pablo.
yes alimentarias del Antiguo Testamento; en la nueva situación que se ha in- lE ¿ en la discusión de la teología de la cruz23 Wermer afirma
l" t/ .fundamental entre Marcos y Pablo está en que Marcos atri-
augurado con la llegada de Jesús, todos los alimentos son puros (katharizón q
at .pilidad de la muerte de Jesús a unos seres humanos, es de-
panta ta bromata,McT,19; panta men kathara, Rom 14, 20). E
.judíos y a Judas, mientras que Pablo, de un modo caracte-
A pesar de eso, estas semejanzas no han convencido a todos del influjo
I
\, isa responsabilidad a los poderes demoníacos. Pero el único
de Pablo sobre Marcos. En una monografia que a menudo suele citarse co- ¿ rer cita para probar esta visión (característico de Pablo es
mo definitiva sobre el tema, M. Wernefo concluía que los temas comparti- ¿) 'rismo reconoce que en otros lugares Pablo atribuye la muer-
dos por ambos autores no son distintivamente paulinos, sino universalmen- a
:nemistad de seres humanos ( I Tes 2, 15). Puede ser verdad,
te cristianos; las ideas específicamente paulinas están ausentes o han sido
érner, que en este pasaje Pablo haya visto a los <judíos> (y
explícitamente rechazadas por Marcos; por otro lado, obviamente, Pablo no !a
ltoridades romanas) como instrumento de los demonios; pe-
comparte la preocupación de Marcos por la vida humana de Jesús. De mo-
do similar, V Taylof I afirma que en Marcos faltan <las grandes ideas pau-
/ tblemente también la visión de Marcos (véase más arriba la
r el motivo de la batalla cósmica).
linas de la justificación por la fe, la unión con Cristo por la fe y la vida en la teología de la cruz, incluyendo la función de los poderes
el Espíritu. Yo añadiría, además, que Marcos no menciona aquel problema ersos en la muerte de Jesús, constituye una semejanza entre
particular en el que se concentra usualmente, según Pablo, la cuestión de la o; y existen otras muchas semejanzas. Al mismo tiempo, hay
observancia de la ley, es decir, el tema de la circuncisión; Marcos tampoco én su debido peso a las diferencias legítimas anteriormente
vincula su polémica contra Pedro y contra la familia de Jesús con el tema de : los dos autores. La conclusión más razonable sería la de afir-
la observancia de la ley, como hace Pablo en Gal 2. :os escribe dentro de una esfera de actividad paulina y mues-
Sin embargo, las semejanzas entre Pablo y Marcos no se pueden obviar samiento algún tipo de influencia paulina, aunque é1 no sea
tan sencillamente. En esa línea debemos indicar que no todas las diferen- rna <escuela> paulina, en el rnisuro sentido en que lo son los
olosenses/Efesios y de las Caltas pastorales. A diferencia de
18. Cf. J. L. Martyn, Epistemology ot thc Turn ol the Ages; J. Marcus, Mark 4, l0-12 'J
and Marcan Epistemology, 557 -5'7 4. 'f I

19. Cf. K. Romaniuk, Le Probléme des Pttulini.stn¿s tl,tns l'Évangile de Marc,273-274. ¡,i il carácter controvertido de la teologít tlc lu clr¡z dc Pablo, cf. E. Kásemann,
20. M. Werner, Der EinJluss PaulinischarT'htttlrryit'irn Markusevangelitrm. i¡ nificance o/'the Death of Jesus itt I)uttl. l2-5().
21. V Taylor, The Gospel according fo Suittt ,\'lurl¡. 12. 'i*.:
'.:i' ,jWerner, Der Einfluss PauIinistlrct"I'hutIt¿qir'in¡ IIurkuset¡angelíum,60-72,
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02 Introductititt
t-
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1
.lI- 'F -' l:,
I A, ¡l¡,
ellos, Marcos no ha estudiado, asimilado c inlitirtlo lrrs c¿trtas de Pablo. Pero lv
él tampoco se opone herméticamente al inllrrjo tlc l'¿rblo y, de hecho, en al-
l, rr t'rr l¿r que Se o Itt
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rr r r r rrllrdcs paulin. 1rt \g
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gunos aspectos, se encuentra bastante cerca rlc l'¿rblrlr'r. I lrry aún otra a t- A
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Irrl{'r)l() dc <enfri¿ E \y
l¡,1,'sil cle Marcc Y,
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5. CnrsrolocÍA coRRECTTvA , r'tr\t.S.'s. Pero ¿e" o 'itiva> de la teología de Marcos re-
v¡" v
Una de las diferencias entre Marcos y Pablo que puede ser significativa
,r¡llr cxacta en s
>. a ,s intentando enfrentarse realmen-
l, ,t liltlr fuerte o -t
.U ú le su misma comunidad cristiana?
es que Pablo parece relativamente poco interesado en la vida pública de Je-
sús, mientras que Marcos se encuentra, obviamente, muy interesado por ella.
\,¡ui ¡xrdemos e E
A
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d
¡r
ltos fuertes y de las debilidades de
, ,l;t itl)roxlmacl res interrelacionadas de T. D. Wee-
Más aún, algunos estudiosos como E. Schweizer y R. Martin2s piensan que
el propósito del evangelio de Marcos ha sido el de evitar que el kerigma de
,l, rr y N. Perrin:
( 'orrfbrme a
2 )sos, los oponentes de Marcos eran
Pablo flote y se pierda en un espacio vacio, y por eso ha querido arraigarlo t, rrlotos en la I 'inos> que creían que, a través de la
en la historia de Jesús de Nazaret. Según ellos, Marcos ha sido un discípulo rrnron con el S, soy>: 13, 6), eran capaces de parti-
de Pablo que estaba preocupado por la amenaza que suponían aquellos cris-
' rl)ll clt la vid; ;tencia terrena y poseían, por tanto,
tianos de su comunidad que ponían de relieve su unión con el Cristo celes- , | ¡rotlcr de har )pone a esta teología gloriosa de los
tial, como hicieron los antagonistas gnostizantes de Pablo en Corinto. ,,1r,'nrbres divl ada en la narración por los discípu-
E,. Schweizer y R. Martin suponen que Marcos acude a la tradición de Je- l,r', ! ilpar€C€ ristológico de <Hijo de Dios>, ofre-
sús y a la teología de la cruz para combatir el docetismo incipiente (cf. glo- r t('il(l() cn con Iesús sufriente, vinculado al título de
sario) de sus oponentes. Una teoría similar ha sido propuesta por T. J. Wee- ,,1lrjocleHon
den26, aunque sin hacer explícita la conexión con Pablo, vinculando a los Asi, por e. ".:: .rcos hace que Jesús reformule la pre-
enemigos de Marcos con los <hombres divinos> que se oponen a Pablo en ,'r¡rrtu dei suo'iii..:,..,.,*-,,,,- ,-,1"J isto> y <el Hijo del Bendito (: Hijo de
Corinto, pero sin relacionar a Marcos con Pablo. Éstas son sólo dos entre las I )t( r\ )r)clt tér .
t __ii.f.? i. De un modo semejante, en la prime-
,. ,
diversas teorías que clasifican a Marcos como un documento polémico. r.r nril¿rd de s .t- : ,t;-.j- -'',.'rqrl ¡pora la tradición de los milagros, que
Otros estudiosos piensan que Marcos no está luchando contra una gno- lr.rr¡ sitlo tan
t i:'lt:- -_
".r.#' fos, pero lo hace sólo para redefinirlos
sis cristiana, sino contra un tipo de herejía opuesta, a saber: unjudeocris- rlr'r¡rtt['S,en' -.t*sl' .figelio. mediante Ia teologia de la cruz.
"'" "'
tianismo observante de la ley, como aquel contra el que Pablo se enfrentó \tlernhs, M¿,,-,- *-- visión del <hombre divino> mostrando
en Antioquía (Gal2), en Galacia (como indica el resto de la Carta a los gá- rlut' Sr-lS defensores, los discípulos, abandonaron a Jesús y huyeron cuando
latas), en Jerusalén (Rom 15, 31; cf. Hch 15) y en algunos sectores de la ll,1:ir la persecución; más aún, él supone que esta apostasía fue definitiva
Iglesia de Roma. Como ejemplo de esta batalla interna dentro del evange- , r¡¡rntlo hace que el evangelio acabe con el fracaso de las mujeres, que no lo-
lio, suelen citarse la manera en que Marcos denigra a Pedro, a los Doce y r,r:rron transmitirles el mensaje sobre su encuentro en Galilea (16, 8).
a la familia de Jesús, todos los cuales estaban vinculados a la comunidad I:sta forma particular de entender la <cristología correctiva> de Marcos
cristiana de Jerusalén, cumplidora de la Ley, y la manera en que acentua la lr,r siclo seriamente rechazada por una serie de razones30:
misión a los gentiles y la abrogación de las leyes judías sobre los alimen-
tos. Los defensores de esta visión se dividen entre aquellos que piensan que
l. El término <hombre divino> no parece haber formado parte de una
t( n)rinología ya fijada en el helenismo del siglo I d.C.; además, cuando ese
Marcos está continuando, en forma narrativa, las mismas batallas de Pablo
ti'r.rrrino es utilizado no aparece particularmente conectado con los milagros
(A. Loisy, M. D. Goulder)" , y los que creen que Marcos y Pablo represen-
, on el título de <Hijo de Dios>3r.
e
tan sólo un ejemplo de dos tipos distintos de cristiandad gentil que se en- '
2. No está nada claro que Marcos muestre una actitud tan negativa an-
frenta con unos problemas semejantes en relación con la Iglesia de Jerusa-
tt' los milagros, como piensan T. J. Weeden y N. Perrin. A pesar de que los
rrrilagros desaparecen gradualmente en la segunda mitad del evangelio, al
24. Cf.B. W. Bacon, The Gospel oJ l4urk lts ('ont¡xt.sition and Date.
25. Cf.E. Schweizer, MarkbTheologícalAchict't'ntcttt,42-43; R. Martin, Mark: Evan-
gelist and Theologian, 156-162. lf3. Cf. E. Best, Mark,42-43;M. D. Hooker, 'friul unl 'frilulution in Mark 13,78-99.
26. Cf.T. J. Weeden, The HeresyThaf Ncccs.sittttett Murk'.s Gospel,64-77; Mark: Tra- 29. Cf. T. J. Weeden, The Heresy That Net't'.y.tittttul lllurk's Co.spel; Mark: Traditions
ditions in Conflict. rt t ( trtflict; N. Perrin, What's Redaction Critit i,sn .': l<l.. l ltr ('lt ri,stt¡logt, o/ Mark,95- 1 08.
r

27. Cf . A. Loisy, L'Evangile selon Mar<',37-4.t: M. I). (ioulde¡ Those Outside (Mk. 4,
-10. Cf. J. D. Kingsbury, The Christologl,tl lllurk s (itt,s¡tcl.
l0-12),289-302. 11. ld.,The <Divine Man> as the Key to Murk's ( ltri.ttttltryl,243-25'1 .
Marcos en la vicla y al ¡n'rt.ttttttit'rtltt (t'i.\l¡dnos 105
104 Inúoduct iótt

r,.rnrrtlores que vendrán y extraviarán, <si f ucrc posible>, a los mismos ele-
final, en el momento de mayor énfasis, aparccc cl rrlryor de todos los mi-
¡'rrlrrs ( I 3,5-6.21-22). Por otra parte, los discípulos interpretan mal a Jesús
lagros, el de la resurrección. Un paralelo intclcs¿rrrtc ¿ll)¿rrccc en la observa- , .¡¡5(¡¡¡fs¡ns¡te y éste les riñe a menudo por esta falta de entendimiento (cf.
ción de A. Rofé32, cuando muestra que en las nurnrcioncs proféticas del An-
I I l; 7. l8; 8, l4-21.33; hay también otros lugares de mala interpretación
tiguoTestamento (por ejemplo en 2 Re 2, l-lt{ y cn 13, l4-17),lo mismo , ,lt'
' ¡rcrcepción incompleta en 4, 4l;' 8, 4;9, 6.10.32; 14, 40).
que en las narraciones hasídicas sobre rabinos htccclorcs de milagros, el fi-
I'irlcce probable, de hecho, que la confusión de los discípulos refleje al-
nal de la vida del vidente viene marcado a rlcnudo por una lucha contra las
¡,rrrr ¡rroblema de comprensión (de aceptación) en la comunidad de Marcosra,
fuerzas del Sheol, que culmina en un milagro rnayor que todos los realiza- , ,¡rccialmente si se tiene en cuenta que dos de los casos de reprimenda (4,
dos anteriormente en su vida. I I. 7. | 8 ) ocurren después de que Jesús ha tomado aparte a los discípulos
En el caso del círculo de Eliseo, la historia conclusiva de 2 Re 13,14-17
l',r r la instrucción privada, pues esta es una manera que tiene el evangelista
<contiene alusiones a muchos de los milagros anteriores, que se yuxtapo- r l(
l)cnnitir que el Señor resucitado se enfrente con los problemas del propio
nen a un milagro que es igual que todos los anteriores>: éstas son observa- r r('urlx) de Marcos (cf., por ejemplo, 1 0, l 0- 1 2; 13, 3-31). Pues bien, algunas
ciones que pueden aplicarse igualmente a la resurrección de Jesús. De to- ,1,' llrs incomprensiones afectan a la cristología.
das formas, la presencia de milagros en la primera parte de la narración de
lrslo resulta especialmente obvio en la resistencia de Pedro a aceptar el
Marcos es tan <masiva>, siendo evaluados de una forma tan positiva por los ,rliirrriento del Mesías (8, I l-13; cf. 14,40) y en su incapacidad para en-
observadores, que resulta dificil creer que Marcos no los apruebe -aunque r,'rrtlcl el sentido de la gloria de Jesús transfigurado (9, 6). Una actitud si-
él reconoce la ambivalencia de esos milagros, dado que pueden realizarlos rrrrlru'parece hallarse implicada también en la falta de comprensión de <lo
también los falsos cristos y los falsos profetas (13, 22)-. Por otra parte, los r lc ltrs pon€S)> (6, 52; 8, 14-21) que muestran los discípulos, lo cual puede
únicos que juzgan negativamente los milagros de Jesús en el evangelio son rrrtlicur su incapacidad para intuir la presencia de Jesús en la comida euca-
sus enemigos, los escribas -¡y Jesús les acusa de blasfemar en contra del Es-
r r',ticrr de la comunidad (cf . comentario a 6, 51-52 y a 8, 17 -21).
píritu Santo por hacerlo! (3, 28-30)-. t Jna parte de lo que estas reprimendas y correcciones quieren mostrar es
3. En Marcos, los discípulos son como marionetas confusas, pero no ,¡rrt' lu ausencia de Jesús de la que algunos se quejan en la comunidad mar-
unos traidores. A pesar de sus caídas, a lo largo de la mayor parte de la his- , inrir (cf. 2,20) es tan sólo aparente; él está de hecho presente en ella, se en-
toria evangélica ellos siguen a Jesús, incluso a pesar de su miedo (10, 32- ( u('ntr¿r presente de un modo <<masivo>, sea en la comida que los miembros
34), y el hecho de que al final le abandonen parece haber sido superado por ,1,' lrr comunidad comparten (cf. el tema de los <panesD eucarísticos), sea en
la promesa de Jesús, que les habla de una vinculación renovada con él des- l.r ¡rlcnitud escatológica que la comida simboliza (cf. los números destaca-
pués de la resurrección(74,28;16, 7). El hecho de que esta promesa haya ,lrrs cn 8, 19-20), sea en el poder escatológico demostrado por sus propios
sido cumplida, conforme a la visión de Marcos, queda confirmada por r'\()rcisrlos y curaciones (cf .6,7.12-13). La incapacidad de algunos miem-
aquellas profecías en las que se dice que algunos miembros de los Doce su- I'ros tlc la comunidad de Marcos para captar las consecuencias radicales de
frirán elmartirio por causa de Jesús y del evangelio (10, 29;13,9-13). Co- , ..t1 ¡rresencia y del cambio escatológico que ella representa, les lleva a apo-
mo sucede con algunos grandes héroes del Antiguo Testamento (por ejem- r rrrsc de nuevo en unos modos de estar en el mundo anticuados, ya pasados
plo, Abrahán, Moisés, David y Jonás), las caídas y pecados de los discípulos ,I i'¡'roca, como son los ordenamientos alimenticios del tipo de los prescri-
marcanos no impiden que ellos puedan convertirse en instrumentos del po- I.\ por la ley de Moisés (7, 17-18).
der trascendente de Dios (2 Cor 4,7). l:l poder vivificante, explosivo, del Dios que está presente en Jesús va
4. En 14,61-62, el término <Hijo de Hombre> no niega la connotación ( n c()ntra de esos intentos de apoyarse en lo antiguo (cf.2,21-22), pero úni-
gloriosa del <Hijo de Dios>, sino que larefuerza, dado que aquí Hijo de ( lnlcnte se vuelve visible para los ojos de la fe, puesto que no se manifies-
Hombre no es una figura sufriente, sino triunfal, alguien que viene en las t;r tlc una manera externa eliminando la debilidad el sufrimiento y la muer-
nubes del cielo parajuzgar a sus enemigos, de acuerdo con el trasfondo bí- tt' tlc la vida de los miembros de la comunidad (como tampoco lo hizo en
blico primario de Dn 7. l,r r ida de Jesús; cf 8,31-33). Ese poder de Dios se revela más bien en me-
,lro de las realidades contrarias (en la debilidad, el sufrimiento y la muerte;
Sin embargo, destacar la patente debilidad de las opiniones de Weeden , I -1, l3-20). Una vez más, este mensaje resulta notablemente similar al del
y Perrin no exige que rechacemos la idea de que la cristología de Marcos .r¡rtistol Pablo, el cual se gloría en el poder de Dios que se hace presente en
incluye un elemento correctivd3. El Jesúrs marcano advierte a sus discípu- nredio de su propia debilidad: <Cuando soy clóbil, cntonces es cuando soy
los sobre el riesgo de los <falsos cristos y los falsos profetas>, que son en- lucrle)) (l Cor 12, 10).

32. Cf. A. Rofé, The Prophetical Stories,42.55. .14. Cf. K. G. Reploh, Markus, Lehrer tlar (iL'tn<'itttlt. Sl .

33. En contra de J. D. Kingsbury, The Christtilot!t rtl llurk'.s Gospel,33-45


t06 Introducción

Según eso, la cristología de Marcos y su teología cn general no son (co-


rrectivasD en el sentido radical propuesto por T. J. Wccden. Marcos no está
deseando anatematizar un grupo herético dentro clc su comunidad. Los <en- EL MÉTODO DE ESTE COMENTARIO
gañadores> de 13, 6-7 .22-23 no están dentro dc la comunidad sino fuera de
ella. La preocupación reside en que puedan <engañar a los elegidos), tal co-
mo han engañado a otros. La teología de Marcos intenta corregir una ten-
dencia de algunos miembros de su Iglesia, que pueden olvidar el cambio
<masivo> que la muerte y resurrección de Jesús han suscitado. Esta <amne-
sia cristológica>3s puede haber llevado a algunos miembros de la comunidad
de Marcos a refugiarse en las certezas de la ley mosaica (cf. 7, l7-18).
Pero una preocupación aún más fuerte del evangelio es que los cristia-
nos de la comunidad marcana pueden hallarse sobrecogidos por su situa- I )c acuerdo con el formato tradicional de la colecci ón The Anchor Bi-
ción presente, amenazados por (una tribulación como no ha existido otra /'/,'. cste libro consta de tres secciones: traducción, notas y comentario.
desde el comienzo de la creacióu (13, l9); pueden sentirse tentados, co- l:.¡ la fraducciónhe inlentado lograr una versión casi literal del texto, tan
mo los discípulos en la barca amenazada por la tormenta, de tal manera que lrt('lirl que refleje laaspercza de la gramática de Marcos, así como algo del
gritan diciendo: <Maestro ¿no te importa que estemos en riesgo de morir?>
1,,'rlerío de su rudeza. Por ejemplo, he conservado el rasgo estilístico mar-
(4, 38). Marcos responde a su miedo y a su desesperación contando de nue- , .rn(). r'ccio y lleno de fuerza, que consiste en conectar las cláusulas con un
vo la historia de Jesús, que vence al viento y a las olas, y que viene hasta el .rrrr¡rlc <y>>, respondiendo así al lamento de M. Sternberg: <¿Cómo podría
lugar donde se encuentran sus discípulos caminando sobre el mar tormen- 1, ,¡' ¡ '¡¡'s¡¡ que los traductores conserven el arte de la parataxis bíblica?>'.
toso de la muerte (cf. 6,45-52). Para ello, Marcos pide de nuevo a su au- l'cro hay ocasiones en las que una traducción completamente literal ha-
diencia que mantenga la memoria cristológica; en otras palabras, pide que r c tluc cl texto resulte imposible de entender o produzca una impresión que
mantengan la fe (cf. 4,41). r('\ulta engañosa. Así, por ejemplo, en el primer borrador empecé a verter
1, r.,
¡rrcsentes históricos como presentes en inglés, pensando que de esta for-
rrr,r tlirnsmitía laviveza de la lengua griega. Pero al revisar luego mi traduc-
r rr)il nre di cuenta de que el cambio constante de presente a pasado (y vice-
r ,'rsrr) distrae al lector, y descubrí felizmente que en el griego de la koiné el

I'r('scnte histórico no constituye habitualmente un medio paramarcarlavi-


\ ('/l (lcl relato, sino para indicar algún tipo de transición en la narración2.
| ,te tipo de transición resulta a menudo imposible de reproducir en una tra-
,lrrt ci(ln; un actor o lector podría dejar una pequeña pausa oral, pero comen-
'irr ulr nuevo párrafo constituiría una ruptura demasiado grande.
Así, de ordinario he traducido los presentes históricos griegos por preté-
rt()s cn inglés [también en castellano]. He procurado que una misma pala-
I'r:r irrglesa [castellana] sirva siempre para traducir una misma palabra grie-
r',r. tlc tal manera que incluso lectores que no conozcan el griego pueden ver
l.rs conexiones dentro del texto de Marcos, aunque a veces he sacrificado es-
tr' ¡rrincipio para obtener una traducción más clara.
lras notas explican las opciones que se han tomado en la traducción, des-
t.r( inl los problemas exegéticos relacionados con algunas palabras y frases,
rrrt lrryendo algunos problemas sobre el texto, y transmiten informaciones
l('( rricas. Los lectores impacientes, que no tengan intereses técnicos y/o que
,.,trin interesados sobre todo por el significado central del pasaje, pueden

l. CL M. Sternberg, The Poetics of Biblic'al Nurrutit't'.525, nota 8.


l. Cf. C. D. Osburn, The Historical Presenl in h,Íurk u,t u T[.rl-Critical Criterion,486-
35. CL J. L. Martyn, Galatiuns 3, 28,3s-44 ,t)r): ll. M. Fanning, VerbalAspect in New Tesluntenl (int'h.
106 Introducción

Según eso, la cristología de Marcos y su teología cn general no son (co-


rrectivas> en el sentido radical propuesto por T'. J. Wecdcn. Marcos no está
deseando anaÍematízar un grupo herético dentro clc st¡ comunidad. Los <en- EL MÉTODO DE ESTE COMENTARIO
gañadores> de 13,6-7 .22-23 no están dentro dc la conrunidad, sino fuera de
ella. La preocupación reside en que puedan <engañar a los elegidos), tal co-
mo han engañado a otros. La teología de Marcos intenta corregir una ten-
dencia de algunos miembros de su lglesia, que pueden olvidar el cambio
<masivo> que la muerte y resurrección de Jesús han suscitado. Esta <amne-
sia cristológica>3s puede haber llevado a algunos miembros de la comunidad
de Marcos a refugiarse en las certezas de la ley mosaica (cf. 7, l7-18).
Pero una preocupación aún más fuerte del evangelio es que los cristia-
nos de la comunidad marcana pueden hallarse sobrecogidos por su situa- l)c acuerdo con el formato tradicional de la colección The Anchor Bi-
ción presente, amenazados por (una tribulación como no ha existido otra /,/,'. cste libro consta de tres secciones: traducción, notas y comentario.
desde el comienzo de la creacióu (13, l9); pueden sentirse tentados, co- l¡.n la traducción he intentado lograr una versión casi literal del texto, tan
mo los discípulos en la barca amenazada por la tormenta, de tal manera que lrt('l:rl que refleje laaspereza de la gramática de Marcos, así como algo del
gritan diciendo: <Maestro ¿no te importa que estemos en riesgo de morir?>
l','tlcrío de su rudeza. Por ejemplo, he conservado el rasgo estilístico mar-
(4, 38). Marcos responde a su miedo y a su desesperación contando de nue- , .rn(). r'ccio y lleno de fuerza, que consiste en conectar las cláusulas con un
vo la historia de Jesús, que vence al viento y a las olas, y que viene hasta el .rrrr¡rlc <y>>, respondiendo así al lamento de M. Sternberg: <¿Cómo podría
lugar donde se encuentran sus discípulos caminando sobre el mar tormen- l, r¡' ¡ '¡¡'ss que los traductores conserven el arte de la parataxis bíblica?>' .
toso de la muerte (cf. 6,45-52). Para ello, Marcos pide de nuevo a su au- l'cro hay ocasiones en las que una traducción completamente literal ha-
diencia que mantenga la memoria cristológica; en otras palabras, pide que r c tluc cl texto resulte imposible de entender o produzca una impresión que
mantengan la fe (cf. 4,41). r( \lrlta engañosa. Así, por ejemplo, en el primer borrador empecé a verter
l, r., l)rcsentes históricos como presentes en inglés, pensando que de esta for-
rn;r tlirnsmitía laviveza de la lengua griega. Pero al revisar luego mi traduc-
r ron nre di cuenta de que el cambio constante de presente a pasado (y vice-
r ,'rsrr) distrae al lector, y descubrí felizmente que en el griego de la koiné el

l,r('scnte histórico no constituye habitualmente un medio para marcar la vi-


\ (',/il (lcl relato, sino para indicar algún tipo de transición en la narración2.
| .te tipo de transición resulta a menudo imposible de reproducir en una tra-
,lrrt ci(ln; un actor o lector podría dejar una pequeña pausa oral, pero comen-
'iu un nuevo párrafo constituiría una ruptura demasiado grande.
Así, de ordinario he traducido los presentes históricos griegos por preté-
rt{)s cn inglés [también en castellano]. He procurado que una misma pala-
I'r:r inglesa fcastellana] sirva siempre para traducir una misma palabra grie-
r',r. tlc tal manera que incluso lectores que no conozcan el griego pueden ver
l.rs ('e¡1s¡is¡ss dentro del texto de Marcos, aunque a veces he sacrificado es-
tr' ¡rrincipio para obtener una traducción más clara.
l.¿s notas explican las opciones que se han tomado en la traducción, des-
Lr( ul los problemas exegéticos relacionados con algunas palabras y frases,
rrrt lrryendo algunos problemas sobre el texto, y transmiten informaciones
Ir'( nicas. Los lectores impacientes, que no tengan intereses técnicos y/o que
,..trin interesados sobre todo por el significado central del pasaje, pueden

l. CL M. Sternberg, The Poetics of Bíblic'ol Nurrutit't'.525, nota 8.


L Cf. C. D. Osburn, The Historical Presenl in h'lurk tr u Ta.rt-Critical Criterion,486-
35. CL J. L. Martyn, Galatiuns 3, 28.39-44 ,trrl. ll. M. Fanning, VerbalAspect in New Testunt'nt (int,h.
t08 Introdut t itin

prescindir de las notas y pasar directamentc ¿ll colncnlirri(), aunque verán que BIBLIOGRAFÍA
a menudo el comentario les remite a notas concrclirs.
La sección del comentario constituyc cl conrzri¡r clc cste libro. Ésta es la
sección que deseo que puedan leer todos, clcstlc cl pastor o ministro de la
Iglesia que intenta entender un determinado pasajc dc Marcos para la homi-
lía del domingo, hasta el investigador quc cluicrc situar ese texto dentro del
desarrollo de la vida y el pensamiento de la lglcsia antigua. Es aquí donde
presento mi visión sobre el tema del que trata básicamente cada perícopa. l'.rr la presente bibliografia ofrecemos al lector una información más completa
Las secciones del comentario comienzan con una <introducción> que descri- 'l, l:rs obras que, a lo largo del libro, aparecen citadas en las notas a pie de página.
be la relación del pasaje con lo que le precede, reconstruyendo su historia re- .r .r ( on1o de las ediciones disponibles en castellano.

daccional (es deciq separando la contribución de Marcos de la tradición que


é1ha heredado) y describiendo su estructura. Esas secciones ofrecen después \.rlcrr. S., <<Reignt and <Houset? in the Kingdom oJ'God in the Gospels: NTS 8
una exposición del pasaje, dividiéndolo de ordinario en subsecciones, tal co- r t()61 I 1962) 215-240.
mo han sido fijadas en el análisis de la estructura. En estas exposiciones, \lre llrach, M., Pharao, en EncJud 13,359-363.
procuro dejar siempre claras dos cosas: l) que Marcos ha escrito un texto \( lrrclncier, P. J., Mark (Proclamation Commentaries), Philadelphia 'z1986.
narrativo; 2) que ha querido que ese texto sirva para unos lectores -o mejor t )t t,qin und Function of the Pre-Marcan Miracle Catenae: JBL9I (1972) 198-221.

dicho, para unos oyentes- específicos del siglo I d.C. Por eso, mi intento al \r lrtcrncier, P. J., y otros (eds.), Harperb Bible Dictionary,San Francisco 1985.
situarme ante un pasaje ha sido el de retornar y hacer que mis lectores retor- \,llcr'. C., y otros (eds.), The Jewish Encyclopaedia: A Descriptive Record of the
I li.stt¡ry, Religion, Literature, and Customs of the Jewish People .from the Ear-
nen a la experiencia secuencial de los primeros oyentes de Marcos, para en-
lic.tt Times to the Present Day, 12 vols., NewYork-London 1964.
contrar así el sentido del pasaje, planteándome estas preguntas: ¿Qué impac-
\ llre ltz, M., Die synoptischen Streítsgesprciche,Berlin 1912.
to habría tenido en ellos, en su situación histórica concreta, el desarrollo del \ llr'¡r. W. C., A Critical and Exegetical Commentary on the Gospel according to St.
pasaje? ¿Cómo habrían respondido esos oyentes a preguntas como: <por qué ,t I u t t hew (ICC), Edinburgh 19 12.
3

el texto dice esto y no esto otro)3, y por qué lo dice aquí y no allí? \ ll rson. D. C., The Baptism of Jesus and a New Dead Sea Scroll: BARev 18 ( 1992)
He intentado destacar a veces el hecho de que, como los primeros lecto- s lJ-(r0.
res/oyentes se hallaban enraizados en una situación diferente de la nuestra, lltt lind o.f theAges Has Come: An Early Interpretation of the Passion and Re-
algunos pasajes que para nosotros resultan enigmáticos no lo habrían sido tttrrcction of Jesus, Philadelphia 1985.
para ellos. Pero en ocasiones ellos mismos se sentirían tan desconcertados lltr' Living I(aters (John 4, I0-14; 6, 35c; 7, 37-39): ST Vladimir's Theological
(.)trarterly 30 ( 1986) 143-157 .
como nosotros y habrían escuchado como dirigidas a ellos las palabras con
I ltt'
Ncv' Moses. A Matthean T"vpology, Edinburg 1993.
las que se cierra el primer acto del evangelio: <¿No entendéis todavía?>> (8,
llrlt()r.v and Theology in the Fourth Gospel, Nashville 21979.
21). Nuestro evangelio ha sido escrito por alguien que piensa que el camino
t l'lau.fbrThoroughgoing Eschatology: JBL 113 (1993) 651-658.
de la interpretación es dificil y está lleno de trampas, alguien que no ha que- t''ttlnt 23 (22) in Early Christianity: A Suggestion: IBS 5 (1983) 132-137.
rido que las cosas resulten demasiado fáciles para sus lectores, en parte por- tl ltt¡ ll/ill Comefrom East and West?:IBS I I (1989) 158-170.
que cree que. en un nivel humano, el enigma constituye una parte necesaria \ 1,,n. (1., The Levitical Uncleanness of Gentiles, en Judaism and the Classical World:
de la revelación de los misterios divinos (cf. más arriba la referencia a R. Ot- ,\'tudies in Jewish History in the Times of the Second kmple and Talmud, Jeru-
to, en la discusión sobre la composición marcana). srrlcrn 1977, 146-189.
Ningún comentador de Marcos puede tener la esperanza de resolver to- \ rrrlrlozic, A. M., The Hidden Kingdom. A Redaction-Critical Study of References
das sus perplejidades y problemas. A lo más que un exegeta puede aspirar rtt rhe Kingdom of God in Mark's Gospel (CBQMS 2), Washington 1992.
es a ofrecer una ayuda a sus lectores (y a sí mismo) para reproducir la si-
\,'n' Teaching in Power (Mk I, 27), en J. Plevnik (ed.), Word and Spirit: Essays in
Iltnor of David Michael Stanley S. J. on His 60r' Birthday,Willowdale Ont. 1975.
tuación vital de los discípulos y para situarles (y situarse) en el camino que
\rrrlcrson, 8.W., Exodus Typology in Second Isaiah, enB. W. Anderson-W. Harrel-
lleva al entendimiento del texto. Los pasos siguientes ha de darlos cada lec-
strn (eds.), Israel s Prophetic Heritage: Essu.t,s in Honour of James Muilenberg,
tor o lectora, y Marcos hubiera añadido que esos pasos ha de darlos el mis- Ncw York 1962 (177 -195).
mo Dios, pues él presenta la curación de la ceguera como un milagro divi- \ nrlcrson B. W. (ed.), Creation in the Old Te.stument ( l RT 6), Philadelphia 1985.
no que tiene lugar en el contexto del rnilagro del discipulado: <Y su vista \rrrlcrson, G. A.,The Exaltation ofAdam and thL' lüll tt/ Satan: Journal of Jewish
fue restaurada y él le siguió en el camino> (10" 52). l hought and Philosophy 6 (1997) I 05- I 34.
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EL PRÓLOGO DE MARCOS (Mc l, 1-15)

I lir lnonucclóN

Los primeros versos del evangelio de Marcos están separados del grueso
,1,' lrr obra de varias maneras. Juan Bautista juega en esos versos un papel fun-
,l.rrrrcntal, pero después de Mc 1, l0 sólo aparece en breves recuerdos (por
, l('nrplo en 1, l4; 9, 13; 13,30) y en una extensa visión retrospectiva oflash-
1,, t, l, (6. I 4-29). De un modo semejante, sólo en l, 12-13 aparece Satán en el

, r rrnge lio de Marcos como verdadero personaje, actuando dentro de la narra-


, r( )n. Por otra parte, las tres figuras colectivas que juegan un papel tan impor-
t.rrtc cr1 la continuación de la historia -los discípulos, la muchedumbre y los
,,l )( )rrcntes- no aparecen hasta l, | 6-20; l, 29-34 y 2, I -12. Según eso, la de-
',r1'nución común de estos pocos versos del evangelio como <prólogo) pare-
, r' cstarjustificada. Pero
¿hasta dónde se extiende este prólogo?
A. Boringr ha puesto de relieve que la respuesta a esa pregunta depende
, rr ¡rarte de la manera en que se entienda el género literario del evangelio. Si
, l t'vangelio fuera simplemente una biografia de Jesús, sería sensato afirmar
,¡rr,.'cl prólogo está formado por l, 2-8,ya que estos versos hablan de Juan,
' l ¡rrccursor de Jesús; el cuerpo del evangelio empezana en l, 9, donde se in-
Ir.tlrrce al protagonista de la biografia. Sin embargo, al discutir enla intro-
,ltt, t ión el género literario del evangelio, hemos indicado que, más que es-
, rrbir simplemente una biografia de Jesús, Marcos está situando a Jesús al
lrrrrl de una línea de cumplimiento histórico-salvífico que comienza con la
¡rrolccía de Isaías y que continúa a través del Bautista. Según eso, una divi-
.r,rn <biográfica) entre l, 8 y l,9 resultaría inapropiada.
I'arnpoco tiene sentido una división después de la perícopa bautismal de
I ()- I I, dado que ese pasaje se encuentra íntimamente relacionado con
,r(lucl que le sigue por medio del adverbio favorito de Marcos (<inmediata-
rrrt'nlc>>) y por el motivo compartido del Espíritu. Según eso, la elección
¡'re l'crible es aquella que sitúa la conclusión del prólogo al final de la narra-
, r,irr sobre Jesús tentado por el diablo (en I , I 2- I 3) o al final del relato de
l.r ¡rlcdicación inaugural de Jesús (en l, l4- l5 ). A favor de la división al fi-
rr,rl tlc l, l3 está la ausencia del motivo del Espíritu en l, 14-15, el cambio
lrrrnratical representado por las primeras dos palabras de l, 14 (véaselano-

l. A. Boring, Mark l, l-l5 and the Beginning ol tlra (iospal,54.


t44 El prólogo de Martt¡s (lllt l . I I .\ ) Intnxttu't ititt t45

ta) y el cambio de localización, por el quc .lcsírs ¡rasl dcl desierto a Galilea, \ (luc cs un texto esencialmente histórico. I)cro es dificil de imaginar que
donde tiene lugar la mayor parte dc la prirncrl rnitad dcl evangelio2. A fa- , ,trr sccción existiera por sí misma, con.lo una colección separada de citas,
vor de una división entre l, 15 y l, l 6 estli lir inclusiirn creada por la palabra I'r('s solamente tiene sentido como introducción para una obra más exten-
euangelion (buena noticia) que aparecc al ¡rrirrci¡-rio en l, I y al final dos ve- ',,r. ('omo Marcos o
Q7.
ces en l, 74-15; además, los últimos vcrs()s csthn unidos a l, 72-13 por el ('icrtamente hay algunos que piensan, como D. K. Catchpole y J. Lam-
vínculo que hay entre la derrota implicada clc Satán en 1, 12-13 y la victoria I'rr't'ht8, que Mc l, l-15 refleja un conocimiento de Q; pero en ese caso re-
implicada de Dios en 1, l4-153. Támbión los clos verbos significativos , kerys- ',ullrrría dificil de explicar el hecho de que Marcos haya omitido el texto de
sein (proclamar)y erchesthai (venir), vincr.rlan l, 14-15 con los pasajes an- \ l t l. 7- 1 0//L c 3, 7 -9e y la forma en que ha desfigurado el relato de la ten-
teriores (cf . 7, 4; 7 , 9), y la llamada de .lesús al arrepentimiento en 1 , 15 re- t.rt rirn de Q (sobre el tema general de la relación de Mc con Q véase la ln-
cuerda su predicación en 1, 4. Quizá la conclusión más sabia consista en no rrrtll¡¡¡¿i[n). Por otra parte, debemos añadir que 1, 1-15 no es tampoco una
ser demasiado dogmático, pero reconociendo que l, 14-15 funciona como ,,,rrr¡'rc'rsición libre de Marcos, pues dentro del texto existen ciertas tensio-
transición, pues no es sólo el final de lo anterior (de Mc 1, l-15), sino tam- rr,'s: usí, la descripción de l, 9 donde se habla del bautismo de Jesús en el
bién el principio de lo que comienza tras l, l4-154. l.¡111i¡1, repite sin necesidad una información previamente transmitida en
Dentro del prólogo se pueden discernir dos subsecciones: aquella que | . .l-5; y la noticia de l,12 sobre el Espíritu que conduce a Jesús al desier-
trata primariamente de Juan Bautista (1, 1-8) y la que trata primariamente rr r 1 ¡'s¿¡ cierta tensión con I , 4-9, donde se sugiere que Jesús estaba ya en el

de Jesús (1, 9-15). Como ha destacado M. E. Boring, cada subsección iden- rlt'sicrto. La solución alternativa consiste en tomar la sección como un con-
tifica a un personaje (Juan o Jesús), le coloca en el desierto y describe su ¡lor¡¡s¡¿¿o marcano, elaborado a partir de materiales originalmente sepa-
predicación5. r,r,Irs. A favor de esta sugerencia podemos decir que dos de las frases de
Este paralelismo entre Juan y Jesús queda reforzado por el hecho de que rrrrrírrr (<<y sucedió que> de 1, 9; <e inmediatamente> de 1, 12) son especial-
las palabras keryssein (proclamar: l,4.1 .14) y egeneto (apareció, vino a pa- rr rt'rrtc características de Marcos.
sar: l, 4.9) se utilizan en ambas subsecciones. Por otra parte,la superioridad t Jno de los principios organizativos de esta composición de Marcos pa-
de Jesús respecto a Juan queda sugerida por la mayor plenitud y resonancia r('( c scr la de querer demostrar que el comienzo del evangelio aconteció tal
bíblica de la frase en la que se emplea egeneto, en 1, 9. Mientras que Juan ,,( ()nro está escrito en Isaías el prof'etu (1, 2). Esta formula no alude sim-
<apareció> (1,4),la venida de Jesús <vino a suceder en aquellos días>. Ade-
lll('nrcnte ala cita de Is 40, 3 que hallamos en Mc 1, 3, sino que remite al
más, sólo la venida de Jesús se describe con el verbo significativo erchesthai
'niunto de Isaías, particularmente a la segunda parte de su libro, que se
,
(venir: l, 7 .9.14). La relación de Juan con Jesús en el desarrollo de l, 1 - 1 5 ,rlrbuye comúnmente a un autor postexílico anónimo (el Déutero-Isaías),
puede resumirse como sigue: ,¡rre cstá influyendo en todo el prólogo marcano.
1,2-3 Profecía del Antiguo Testamento sobre Juan como precursor de Vcamos algunos ejemplos de este influjo de Isaías en Mc l, l-15. El per-
Jesús. ,lrrr cle los pecados (Mc 1,4) constituye un tema principal del Déutero-
l, 4-8 Aparece Juan y dirige el camino hacia Jesús. l',;riirs (por ejemplo: Is 43,25 y 44,22),1o mismo que el desierto (Mc 1, 4;
l, 9-1 I Juan y Jesús aparecen unidos en el bautismo de Jesús, pero Jesús , I Is 40, 3; 43, 19; 48, 20-21, etc.). Por su parte, la frase <proclamando...
es el centro de atención.
l','rrl(rn>¡ (kéryssón... aphesin) remite a <proclamar el perdón> (keryxai aphe-
I, 12-15 Juan sale fuera de la escena, pero se le recuerda en l, l4a.
rr ) cle Is 61 , l . La ruptura de los cielos, el descenso del Espíritu y el con-
'
tt'n¡clo de la voz celestial (Mc l, 10-11) remiten a Is 63, 11-64, l; 11, l-2
Juan, por tanto, es anunciado, viene a colocarse en el centro de la esce-
r .12, l. La escena en la que Jesús aparece viviendo enpaz con los animales
na, apunta hacia su sucesor, se retira a un segundo plano y desaparece, de-
t Mc l, 13) contiene una reminiscencia de Is I l, 6-8 y 65,25, y el anuncio ini-
jando sólo un eco tras de sí. Según eso, Mc 1, l-15 expresa oblicuamente,
{ rirl de Jesús que proclama la buena noticia de la cercanía del reino de Dios
por inferencia dramática, aquello que el evangelista Juan pone en boca del
t Mc l, l4-15) es un eco de la proclamación del Déutero-Isaías, cuando anun-
Bautista: <Conviene que él crezca, yo debo menguaD (Jn 3, 30).
, u la buena noticia de la llegada del poder real deYahvé en Is 40, 9-10; 52,
¿Quién es el responsable de esta narración construida así, de forma ar- /; 6 l, l-15. Así, cada una de las cinco perícopas iniciales del evangelio de
tificiosa? R. Pesch6 piensa que I , 2- I 5 existía ya como unidad premarcana
\lrrrcos tiene una fuerte conexión con la segunda parte del libro de Isaías.
2. Cf. F. J. Matera, The Prologue as the Inlerpretative Key to Markb Gospel,5.
3. Cf. L. E. Keck, The Introduction to Mark ls Gospel, 359-362. 7. Gnilka, Das Evangelium nach Markts l, l9-40.
J.
4. J. Dewey, Mark as Interwoven Thpeslr.t,,225-226. li. Cf. D. K. Catchpole, The Begínning o/ Q,2{12-221;.1. l.anrbrecht, John the Baptist
5. M. E. Boring, Mark I, l-l 5 and the Beginning o/ the Gospel, 59. ,rttl .lc.sus in Mark I, 1-I5,357-384.
6. R. Pesch, Das Markusevangelium 1,7l-73. 9. Cf. V¿ D. Davies-D. C. Allison, The Gos¡tal uccottling to Soint MetthewI,286.
t46 El prólogo de Mant¡s (/'lt l. I l:l Mc l.l-.1: Nottt:

El Déutero-Isaías ha sido llamado <cl parlrc tlc lir apocalíptica>r0; de esa t,rlrrrcnte extraño para nadie que estuvicra fhnliliarizado con el trasfondo
manera, el hecho de que el prólogo de Marcos cstó situado en un contexto r,leológico del movimiento antirromano. Ni cl relato de la batalla de Jesús
muy influido por el Déutero-Isaías pucdc sugcril c¡Lrc también Marcos tie- ( r)nlra Satán en l, 12-13, ni la proclarnación dc la victoria del poder real de
ne conexiones significativas con el modo clc ¡.lcrrsar apocalíptico. Esta su- l )ios en I, l4-15 podría sonar como disonancia en un contexto donde los ro-
gerencia está apoyada por varios detallcs clcl pasa.je. Así, por ejemplo, Mc rrrruros podían ser evocados como (el ejército de Belial [: Satán]> (lQM l,
l,l utiliza la palabra <comienzo> para poncr cn marcha el relato evangéli- | . I 3 ) y donde los rebeldes judíos veían su obra -o mejor dicho, la obra de

co de las cosas maravillosas cumplidas por Dios, y este comienzo despier- l)ios en ellos- como expresión del derrumbamiento del imperio satánico y
ta de un modo inevitable los ecos de la prin.rcra fiase del Génesis: <En el ,lcl establecimiento del dominio real de Dios: <Porque nosotros tomamos
comienzo> (cf. la alusión semejante en Jn l, I ). lrrrcc tiempo la decisión de no ser esclavos de los romanos, ni de ningún
Esta alusión tiene afinidades con la apocalíptica, dado que en la litera- ,Iro, sino sólo de Dios, porque él solo es el verdadero yjusto gobernante de
tura apocalíptica el <tiempo inicial> del Génesis ha venido a convertirse lr rs seres humanos> (Josefo, Bell. 7 ,323).

en prototipo del <tiempo final>: el tiempo que comenzará a existir en el es- Ciertamente, el sermón inaugural pronunciado por Jesús en Mc l, 15,
chaton será tan nuevo y dependerá del poder de Dios tanto como dependió (lrrc recoge el impulso escatológico de todo 1o que ha pasado anteriormen-
de Dios el cosmos creado por Dios (en el comienzo>>rr. Esta tipología del lr'. toca temas que, sin lugar a dudas, revestían una gran importancia para
<tiempo inicial/tiempo final> parece hallarse explícitamente en la mente de krs corazones de los rebeldes judíos: el cumplimiento del término estable-
Marcos cuando escribe los primeros versos del evangelio. , rtlo para el reino terreno del mal, la llegada inminente del reino de Dios y
Más aún, como indicará claramente el estudio de las perícopas siguien- l:r llamada dirigida a los seres humanos exhortándolos a romper toda vin-
tes, el perdón de los pecados ( 1 , 4), la venida del Espíritu y el rasgarse de los , rrlación con los poderes de la edad antigua y a, en lugar de eso, poner to-
cielos ( I , 8- I I ), el asalto de los poderes demoníacos y la tipología implícita ,lrr su confianza enla buena noticia de la victoria de Dios sobre el campo
de Adán (1, l2-13) son rasgos apocalípticos. Por su parte, el sermón inau- ,lc batalla.
gural de Jesús ( l, I 5) es totalmente apocalíptico, pues habla de la muerte de Pero ¿quién es el rey que dirige al pueblo de Dios a la victoria contra el
la edad antigua, del nacimiento de la nueva y de la reorientación humana ('ncmigo? Ésta es la pregunta a la que se dirige el mismo prólogo. Pues
que está implicada y expresada en el cambio cósmico. Según eso, de co- lricn, la presentación del tema culmina con una fuerte crítica dirigida en
mienzo a fin el prólogo de Marcos se encuentra atravesado por rasgos apo- t ontra de las figuras mesiánicas que inspiraron la rebelión judía. El cum-
calípticos; y el carácter apocalíptico del prólogo tiene un efecto decisivo so- ¡rlirniento de las esperanzas mesiánicas de Israel es Jesús y no los <falsos
bre la forma en que debe leerse el resto de la narración de Marcos. f r istos)) de la rebelión (cf. 13, 6.22). En este contexto ,la voz divina que re-
Dicho carácter apocalíptico responde probablemente al hecho de que \ucna en el momento culminante del prólogo se dirige enfáticamente a Je-
Marcos se sitúa en el contexto temporal de la guerra de los judíos contra sirs, excluyendo a todos los otros aspirantes: <Tú eres mi Hijo Querido, en
los romanos (del 66-73 d.C.), puesto que, como he señalado enla introduc- ti rne he complacido> (1, 1l).
ción, aquella guerra parecía estar catalizada por esperanzas apocalípticas.
La guerra había sido precedida por una serie de incidentes en los que apa-
recieron profetas que conducían al pueblo al desierto, prometiéndoles que .1. E,l conrrBNzo DE LA BUENA NolcrA (1, 1-3)
allí les mostrarían <los signos de la liberación> de los romanos, cumplien-
do de esa forma los oráculos bíblicos, como los de Is 4012. De acuerdo con I 2
' El comienzo del evangelio de Jesús Cristo (como está escrito
eso, la manera en la que Marcos comienza su evangelio con una sección que
c¡r lsaías el profeta: <Mira, yo estoy enviando a mi mensajero delante
está situada en el desierto y que incluye una cita de Is 40 puede reflejar muy
tlc tu faz, que preparará tu camino,3lavoz de uno gritando en el de-
bien la situación revolucionaria del tiempo de la guerra. Más aún, probable-
mente los líderes de la guerra se vieron a sí mismos en términos regios, co-
sicrto: '¡Preparad el camino al Señor, haced rectos sus senderos!')).
mo reyes mesiánicos a los que Dios había dado el poder para llevar a cabo
una tarea escatológica.
Notas
Por esta razón, el impulso de la historia de la unción mesiánica de Jesús
en l, 9-l l, que emplea la imaginería davídica del Salmo 2, no resultaría to-
l, l. El comienzo farchel. El texto gricgo no lleva el artículo definido
((ol)), pero el artículo suele faltar con frecuencia cn la primera palabra de un
10. Cf. Stuhlmache¡ Das paulinische Evungcliunt, l16.l22.
P.
1 1 . Cf. D. S. Russel,
The Method and Messutlt, ol .leu,ish Apocalyptic,2S0-284. litulo (véase, por ejemplo, el comienzo de Oscas, [)rovcrbios y Cantar de los
1 2. Cf. la conclusión al comentario a S, l 0- l l. y l). Schwartz, Tbmple and Desert, 29-43. ('antares en los LXX; véase también Matco y cl Apocalipsis en el Nuevo
t48 El prólogo de Munt¡s (/.lr' I. I l.\) Mc l.l--l: Nt¡ttt.t r49

Testamento). R. Peschr interpreta arche cotrlo <<los rudimentos> del mensa- ,¡rr,'viene después y que confirma lo antcrior. De los pasajes citados por
je sobre Jesús Cristo, pero en todos los clcrnris ¡rasa jcs Marcos utlliza arche l,n lor. sólo I Cor 2,9 incluye la cita entera ((como ha sido escrito) y en ese
sólo con un sentido temporal (cf. 10, (r; ll, t{. l9) y cste sentido es el más , .r"o l¿r fórmula está precedida por un (pero)), fuertemente disyuntivo, que
apropiado para el comienzo de una narrac¡(irl. r rr'ir ultil separación respecto de la sentencia anterior. cosa que no aparece
de Jesits Cristo llesott Christoul. Marcos sabe que lapalabra griega , n Mc 1,2. Según eso, ((como está escrito)) se refiere aquí a lo anterior y
<Cristo> se refiere al concepto judío dc un ungido de la línea de David (en r, ('( cl comienzo de una nueva frase distinta.
hebreo mdííal.t, en arameo méíihd ', y cn gricgo Cristos, significan todos t'tt lsaías el profeta len tQ EsaiQ fO prophPtPl. Muchos manuscritos. in-
<el ungido>), como aparece en Mc 12, 35; así Io indica también el hecho de , lrrycndo el Alejandrino, borran la referencia a Isaías y ponen (en los pro-
que en casi todos los casos Marcos emplea el artículo definido: <el Cristo>2. l, r;rs)), pero esto es ciertamente un intento por evadir la dificultad de que no
Sólo aquí (en l, l) y en9,4l el evangelio emplea <Cristo> sin el artículo de- r, rtlrrs los pasajes citados en Mt l, 2 estántomados de Isaías. Sobre la razón
finido, probablemente porque se trata de un caso en genitivo. Según eso, la
l'.u r csta atribución marcana a Isaías, cf . comentqrio a 1, l-2.
situación en Marcos es diferente de aquella que aparece en los escritos de Pa- Srilo aquí y en Rom 9,25 un autor del Nuevo Testamento cita un pasaje
blo, donde el término se utiliza normalmente sin el artículo; en nuestro ca- ,l, l Arrtiguo con la palabra ((en)) y el nombre del autor; Billerbeck no ha en-
so, en Marcos el término Cristo parece que está en camino de convertirse en
' , 'nlnrdo en la literatura rabínica ningún pasaje que sea exactamente compa-
un tipo de segundo nombre para Jesús3. r.rlrlc". )¿d6 que la palabra griega <en> puede significar, además de <en>,
Lamayoría de los manuscritos, incluyendo algunos muy buenos y muy ,,¡','r'rnedio de>>10, es posible entender esta frase en un doble sentido: a) <co-
antiguos, añaden a <Jesús Cristo> <el Hijo de Dios>, pero ese añadido está
rr¡. está escrito en el libro de Isaías>; b) <como ha sido escrito a través de la
ausente del Sinaítico y de otros importantes testimonios textuales. Es más
rrr,',li¿rción de Isaías>; en este segundo caso, el verdadero sentido de las pa-
probable que un escriba antiguo haya añadido el título <Hijo de Dios> y no
Lrl,r¡¡¡; qus siguen sería <de Dios> (cf. el uso de dia: <<a través> enMf 1,22;
que lo haya omitido. Una omisión intencionada de ese epíteto, tan ubicuo
' I 5.17, etc.). Ese último matiz respondería bien al comienzo de la cita de
e importante, resulta improbable, y es también poco probable que un escri-
l.r I scritura, en la que Dios habla en primera persona a través del profeta.
ba, en el mismo comienzo de la transcripción de un manuscrito, fuera tan po-
lllitu, vo estoy enviando a mi mensajero delante de tufaz fldou apostella
co cuidadoso o esfuviera tan cansado como para omitir estas importantes pa-
labras al principio de su textoa. 'ttttt'lt¡n mou pro prosopou sou]. Estas palabras están tomadas deEx23,20
I \ \, aunque Marcos omite el superfluo y quizá enfático egó: <<yo mismo>.
Ciertamente, algunos escritos judíos antiguos (por ejemplo: Tobías, Ba-
I rr t'l lixodo, estas palabras se refieren al ángel que Dios promete enviar de-
ruc, Mateo) comienzan a menudo con una supersinscriplio identificando al
l.urtc (le los israelitas en el desierto (el término griego angelos, como el he-
autor o protagonista como el <hijo de alguien>s, pero esta costumbre pue-
lre t't tttol'd.k, puede significar un mensajero terreno o uno celestial, es decir,
de citarse tanto a favor de que <Hijo de Dios> haya sido añadido por un es-
rrrr :irrgcl, en contra del sentido del texto original del Éxodo, Marcos aplica
criba como a favor de que formara parte del texto original de Marcos.
2. como estó escrito lkathas gegraptail. Ésta es una fórmula típica ju-
, .,' tónnino a un enviado humano, a Juan el Bautista).
diapara citas de la Escritura (cf.4 Re 14,6 LXX)6. l.u mayor parte de los exegetas piensan que Mateo identifica a este
V TaylorT y otros han afirmado que (como está escrito> constituye el ur{'nsiliero con Juan Bautista. Sin embargo, M. A. Tolbertrr sugiere que es-
comienzo de una segunda frase, independiente de l, l, y citan Lc I l, 30; ri nrulsajero al que se refiere nuestro texto es Jesús, que prepara el cami-
l7 ,26; Jn 3, 14 y I Cor 2, 9 como paralelos. Sin embargo, como ha mos- rrr l)iu'a Dios. Pero entre l, 2-3 y 1,4-8 existen muchos vínculos, de mane-
trado R. Guelichs, en los casos en los que aparece en el judaísmo y en las r,r (luc csa interpretación no resulta verosímil. Así, vemos que el mensajero

muchas veces que ha sido empleada en el Nuevo Testamento, esa formula ,1, I . 2-3 proclama un mensaje en el desierto y prepara el camino para una
tiene una función de transición, actuando como puente entre un hecho o t,, r s()na designada a través de un <tú> (delante de tu faz). Pues bien, con-
acontecimiento previamente mencionado y la cita del Antiguo Testamento l'rno 3 l,4-8, el que proclama un mensaje en el desierto y pone los ci-
nrr'ntos para el ministerio de Jesús es Juan, de manera que aquel de quien
1. R. Pesch, Das Markusevangelium,T4-76. ,, lr;rbla en Mc 1,2-3 tiene que ser ese mismo Juan Bautista.
2. Sobre el conceptojudío de Mesías, cf..l. J. Collins, The Scepter and the Star. I lrr otra parte, las mismas palabras de 1 , 2 ( <que preparará tu camino>)
3. Cf. W. Kramer, Christ, Lord, Son o/ Gotl,203-214. , .t:irr tomadas de Mal 3, l, y más tarde ese mismo capítulo identifica ex-
4. Cf. B. D. Ehrman, The Text of Mark in tlta Hunds o/ the Orthodox,l49s.
5. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Cospa I uct'ordi ng to Saint Matthew, 152.
6. Sobre paralelos de Qumrán y de las tradiciones rabínicas, cf. J. Marcus, The Way oJ '). ('1. H. L. Strack-P. Billerbeck, KommenÍar ttnt NL,ttt'tt T¿,.\lument ausTalmudund
the Lord, 18, nola22. \/r,irirrt i II. l.
7. V Taylor, The Gospel according to Suint ll4ttrk, 153. 10. Clf. W. Bauery otros, I Greek-English Le.rictstt rtf thc NcrTcstoment,26l.
8. R. Guelich, The Beginning of the Gospal; Murk I . I - I 5, 6. I l. Cf. M. A. Tolbert, Sowing the Gospel,239-248.
lliliir:
iiE¡lí1gliÉgllEligÉa¡iialgíllílg:gÉisglgi

Erooo li. l0 LXX MrLreLr.rs 3. I T\l \'l.rrretlrs 3. t L-\-\ \lrrro I l. I0: M.rncos l. f
Luces 7, 27 (Q)

Mira, yo mismo estoy Mira, yo envío a mi Mira, yo envío (exa- Mira, yo (Mt+ egó Mira, yo envío
enviando (egó apos- mensajero postelló) a mi mensa- : yo mismo) envío (apostelló) a mi men-
tella) a mi mensajero jero (apostelló) a mi men- sajero ante tu faz
ante bJ faz, sajero ante tu faz

para que te guarde en y él examinará/lim- y él examinará (epi- que preparará (katas- que preparará tu ca-
el camino piará un camino Qtnh blepsetai) un camino keuasei) tu camino mino (kataskeuasei)
drk) antemifaz ante mi faz delante de ti

Isnies 40, 3 TM Is¡ins 40, 3 LXX M¡ncos 1,3 : Mn- JueN 1,23
rpo 3, 3 : Luc¡s 3,4
Voz de uno gritando Voz de uno gritando
en el desierto: Voz de uno gritando Yo soy la voz de uno
en el desierto: gritando en el desier-
en el desierto exami- Preparad (hetoimasa- to:
nad/limpiad el cami- re) el camino del Se- Preparad (hetoimasa-
no Qtnh drt) del Se- ñor le) el camino al Se-
ñor. ñor Enderezad (euthyna-
re) el camino del Se-
Enderezad (eutheias Haced(eutheias poiei- ñor
Enderezad en el de- poieite) el camino de le) rectos sus sende-
sierto una vía para nuestro Dios ros
nuestro Dios
I 52 El prólogo de Martrt.s (Mc I , I I5) Mc l, l-3: Ci¡nt<'ttlttt'io 153

ma en que el nombre divino se escribiera cn los LXX, ese nombre se pro- Sca como fuere, estos textos eran rnuy importantes para Marcos, dado
nunciaba probablemente como Kyrios. El tcrna cs importante, ya que el uso ,¡rrt'ú'l los escogió para citarlos en el mismo comienzo de su evangelio, in-
de los LXX como trasfondo de la aplicacirin quc cl Nuevo Testamento ha- lr,'tliatamente después del título de l, L Gramaticalmente, 1,2-3 constitu-
ce de Kyrios a Jesús implica la atribución a Jcsús de algún tipo de divini- lc rrn tipo de paréntesis, dado que el auténtico <comienzo de las buenas no-
dad. De todas maneras, Marcos nunca llarna a Jesús Kyrios en este sentido trt irrs> viene en1,4, con la aparición de Juan que prepara el camino para
divino de un modo totalmente claro (véasc t'r¡ntentario a 1,2-3). l,'sirs. Nuestro pasaje (1,2-3) indica, a modo de paréntesis, que esta apari-
, rrln constituye el cumplimiento de la profecía de la Escritura.
lrn sí mismas, las citas de la Escritura van progresando desde la prome-
Comentario ',,r t¡rrc Dios hace a Jesús de enviar un mensajero delante de él ( l, 2b), pa-
.,rntlrr por la descripción del mensajero como :unavoz que grita en el de-
Introducción Marcos comienza su obra con un título ( I , I ) que sirve de ,rr'r'to (l, 3a), hasta el sumario de su mensaje, que consta de dos cláusulas
introducción tanto para el prólogo del evangelio (1, l-13 o 1, 1-15) como ¡',rlrrlclas en imperativo (1,3b). Las citas de la Escritura se encuentran vin-
para el evangelio en su conjunto. Después, este titulo se expande, como sin r ullclas entre sí fonéticamente por los sonidos en (ou)) (en el texto griego)
interrupción, en un entramado de tres citas (Mc l, 2-3: cf . Ex 23, 20; i|i4al r tt'nr¿iticamente por el motivo del camino; y todas ellas están incluidas por
3, l; Is 40,2) que presentan a Juan Bautista y a Jesús como cumplimiento l\lru'cos bajo la rubrica: <Como está escrito en Isaías el profetu.
escatológico de la esperan za bíblica (1, 2-3).
Indudablemente, ha sido Marcos el que ha escrito los primeros versos
l,l . Título. Las primeras palabras de la obra de Marcos son <el comien-
.',' tlcl evangelio de Jesús Cristo> (probablemente, <el Hijo de Dios> no for-
del evangelio. Sin embargo, la historia de la tradición de las tres citas del
Antiguo Testamento resulta complicada (cf.figura 2). Mc l, 3 (: Is 40, 3),
rn:rlrir parte del texto original; véase nota sobre <de Jesús Cristo>> en 1). l,
( rrtlrr palabra es aquí significativa.
que sigue casi al pie de la letra el texto de los LXX, no tiene paralelos en Q,
.<lll comienzo> tiene probablemente una doble referencia: por un lado
mientras que Mc 1,2 (:Ex23,20 + Mal 3, l), que difiere de los LXX, tie-
',, r'cf iere a los primeros trece o quince versos del evangelio, que son su
ne un paralelo en Q. Los textos originales hebreos que están detrás de los pa-
sajes citados en Mc I , 2 y en 2,3 se encuentran vinculados por la frase pnh ¡rrr'rltrgo (véase la introducción a 1, l-15); por otro se refiere al conjunto del
, r rrngclio de Marcos (según eso, técnicamente hablando, la composición de
drk, perc esta vinculación no se encuentra presente ni en los LXX, ni en el
l\lrr¡'cos no es un <evangelio>, sino e/ comienzo de un evangelio). Hay mu-
texto griego de Marcos, aunque lo está en el Targum. Esto sugiere que 1,2
, lros ¡rrecedentes para este tipo de referencia doble.
y 1, 3 se hallaban ya conectados en un contexto semítico antiguo.
Varios estudiososrT han propuesto que Marcos ha tomado estos textos ya Varias obras bíblicas y del judaísmo antiguo empiezan con una referen-
r r:t rlLt€, como la de Mc l, l, carece de predicado y que funciona de un mo-
vinculados de un libro de <testimonios>>, una colección de pasajes del Anti-
r I r nriis inmediato como el comienzo de la sección introductoria de la obra,
guo Testamento que los primeros cristianos aplicaban a acontecimientos re-
lacionados con Jesús. Esta teoría puede explicar el hecho de que se aplique l,('r() que sirve también como sumario del conjunto de la obra (véase, por
a Isaías el conjunto de la <cadena de textos>: todos los textos sobre la <pre- ' l('nrplo: Prov 1, l-6; Ecl l,l-2;Cantl,l-2; I Henoc l, l;Ap 1, l-3). El
I t u l() del primer libro de la Biblia (Génesis LXX) constituye el prototipo
paración del camino> habrían aparecido bajo el título <Isaías>, dado que ha- r

bía varios pasajes de Isaías sobre ese tema (40, 3; 57 , 14; 62, 10). Con todo, t,,rir csta doble referencia, pues las primeras palabras de ese título (<en el
la teoría resultaría más convincente si el texto de Isaías (de Mc l, 3) viniera ,,'rrricnzo>>) establecen el tema de su primer capítulo, pero también de to-
,1,' e I libro, que es un libro de los comienzos.
antes del texto donde se juntan los pasajes de Éxodo/Malaquías (1,2).
Como sugiere K. Stendhalr8, es más probable que Ex 23,201, Mal 3, I e l\rr lo que respecta a los evangelios en cuanto tales, W D. Davies y D.
Is 40, 3 se hubieran vinculado oralmente, usando el principio dela gézerdh t Allison han mostrado con gran fuerza que Mateo ha querido que sus pa-
shawah (analogía) -juizá incluso en círculos asociados a Juan Bautista-. Los Lrlrlls introductorias (<el libro de los orígenes de Jesús Cristo>) se lean de
textos así vinculados se tradujeron eventualmente al griego, a partir de tradi- rrr nlodo <telescópico>> -es decir, refiriéndose al mismo tiempo a estas tres
( ,sirs: a la genealogía que sigue inmediatamente, a la narración del naci-
ciones textuales de los LXX y de otras tradiciones, y en una forma de la tra-
dición (documento Q) el texto 8x23,20 lMal3, 1 se separó del de Is 40, 3r'. rrrento de Jesús en su conjunto y a todo el evangelio-20.
<lll comienzo de la buena noticia de Jesús Cristo> constituye un título
17. Cf . J. A. Fitzmye¡ 4Q Testímonia and tha Neu'Testament, en Essays on the Semi- ,r¡'rtr¡riado parala obra marcana, dado que Marcos quiere relatar a su audien-
tic Background of the New Testament, 62-63. , rrr srilo la parte inicial de la buena noticia sobrc .lcsúrs, la porción que habla
18. Cf. K. Stendhal, The School ol'St. Mutthcvr und lts Use of the Oldkstament,5ls.
19. En contra de D. K. Catchpole, The Beginning tl Q,214, no es probable que Mc 1,2
refleje un conocimiento de Q. Cf. C. M. Tuckctt, Murk und Q, 162-168. .10. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospal uuttnling tu ,\i¿tint Matthew, 149-155.
1 54 El prólogo de Mar<t¡s ( Nlt l , I I5) Mc I,l-3: (\¡ttt<'ttltttit¡ 155

de la historia de su vida terrena, que termin¿r cort la re surrección (cf. Hch I, r( rsto), como un genitivo subjetivo (la bucna lrueva que anuncia el mismo
l-2: <Todas las cosas que Jesús comenzó a haccl y a enseñar hasta el día en l, .ut risto), o como una combinación de ambas cosas. El matiz objetivo es-
que él fue elevado>). La interpretación de Mc I, I corno título de todo el li- , , ,rr tluda presente, como se percibe comparando esa expresión con l, 14,

bro nos ayuda además a entender el final abrupto de 16, 8 -el comienzo de ,l' rn(lc (el evangelio de Dios> es la buena nueva sobre Dios. Pero no se pue-

la buena noticia acaba en la mañana de pascua; a partir de ahí <la buena no- 'l, r'rcltrir elmatiz subjetivo, dado que pasajes como l, 8 y 13, I I implican
ticia de Jesús> continuarán a través de la vida de la lglesia-. Lr ¡rrcsencia de Jesús y del Espíritu en la comunidad marcana2a. Según eso,
, , ro sucede en Ap l, 1, la expresión <de Jesús Cristo> ha de entenderse co-
El genitivo <del evangelio> (: de la buena noticia) responde al texto grie- 'n
goi tou euangeliou. El término griego euangelion ha permanecido idéntico ,rr,' unicndo ambos matices: el objetivo y el subjetivo; la composición de
en castellano (: evangelio) y significa literalmente un anuncio de algo bue- \ t'os no es sólo el evangelio sobre Jesús, sino también el evangelio que el
I .rr

no. Los paralelos del Déutero-Isaías resultan especialmente importantes pa- ,ru',rrro.lesús proclama a través de Marcos.
ra entender esa expresión en el Nuevo Testamento2r y en especial en Marcos,
1.2-3. El Antiguo Testamento profetiza el ministerio de Juan Bautista.
dado que Is 40, 3 LXX (el pasaje citado por Mc 1,3) aparece seguido poco
lluc¡ra nueva)) implica novedad un anuncio nunca antes oído. Pero tam-
después por dos referencias <al que anuncia la buena noticiu (euangelizo-
l,r( n cs irnportante para Marcos la afirmación de que lo que ha sucedido en
menos) a Sión y a Jerusalén (Is 40, 9).
l, ,rrs lcsponde al plan de salvación desplegado por Dios en las profecías de
Tanto en el Déutero-Isaías como en los restantes lugares, ese término
l,r I scritura. Por consiguiente, igual que otros autores del Nuevo Testamen-
(evangelio) y los de su familia se encuentran asociados con la victoria mili-
r,, { los cl€ Mateo, Juan, Romanos y Hebreos), al comienzo de su obra Mar-
tar (véase, por ejemplo, Filóstrato, Vida de Apolonio de Tiana 5, 8; Is 40, 9-
, , ¡ , rclaciona la historia de Jesús con el Antiguo Testamento, usando la ma-
l0;41,25-27), un matiz que M. B. Boring22 ha captado hermosamente cuan-
,,, r;r ct)rrún de citar del Nuevo: <Como está escrito> (kathas gegraptai). Err
do traduce euangelion como <la buena noticia de la victoria desde el campo
,'r('11o. el tiempo perfecto (<está escrito>, ha sido escrito), que implica una
de batallu. Como veremos a lo largo de este comentario, ese matiz de vic-
r, , rirr pasada con resultados permanentes2s, resulta especialmente apropia-
toria militar resulta muy importante para Marcos, pues él interpreta el mi-
nisterio de Jesús como un triunfo sobre los poderes demoníacos y sobre sus '|il P:ilu una fórmula de este tipo. ya que esta sugiere que el escrito antiguo
rr, t's lctra muerta, sino una fuerza viva en el presente.
agentes humanos. '
l.rr lórmula vincula específicamente la buena nueva con los escritos de
En parte a causa de la asociación natural entre batallas y reyes, euange-
,l',;urrs el profetu. Esta atribución es técnicamente incorrecta, dado que
lion y sus términos afines se encuentran frecuentemente vinculados con la
,,'l,r Mc l, 3 (la descripción de la voz que grita en el desierto) proviene de
realeza. Así, por ejemplo, en el Déutero-Isaías, el <anunciador de la buena
lr, r lro de Isaías, mientras que l,2b (la descripción del mensajero) consti-
noticiu proclama la victoria de Yahvé, verdadero rey de Israel, sobre las
ru\('un¿r mezcla deEx23,20 y Mal 32,2.Esta interpenetración de textos
fuerzas hostiles (Is 40, 9-10; 41,25-27) y reclama para sí el poder real que
,1, L,\ rrtiguo Testamento constituye un dato familiar para el judaísmo pos-
se consigue a través de la victoria (ls 52,7; cf. Tg. Is 40,9).
I'rlrlrco, como vemos en los rollos del Mar Muerto, y es también común en
De modo similar, en las fuentes no judías euangelion se usa como anun-
\ l,rr t os (cf. l, I l; 12, 36; 74, 24; 14, 27 .62) y en el resto del Nuevo Testa-
cio de un nacimiento, con la llegada de una edad nueva o la coronación de
rrrt rrto (cf. Mt27,9-10; Rom 3, I l-18; 9,25-26;1 Pe 2, 6-8).
un emperador, como en la famosa inscripción de Priene, relacionada con
l'.1 hecho de que Marcos atribuya toda esta (cadena)) de textos a lsaías
Augusto: <El nacimiento del dios fue para el mundo el comienzo de las bue-
nas noticias (euangelion) que han venido a través de él>23. Esta inscripción I'rr,'tlc ser simplemente una equivocación; pero es más probable que él ha-
i,r t¡rrcrido situar deliberadamente su historia en el contexto de Isaías. Mar-
se encuentra especialmente cerca de Mc l, 1, por cuanto ella habla del co-
, o. l)ilr'ecs tener una vinculación especial con Isaías, que es el único autor
mienzo del anuncio de las buenas noticias. El empleo de euangelion en el
,1, L,\ntiguo Testamento al quien menciona por su nombre en el evangelio
comienzo del prólogo de Marcos forma, pues, una inclusión (véase glosa-
r,r,¡rri y en7,6); y además todo este prólogo se encuentra lleno de alusio-
rio),no sólo con los dos usos de euangelion en l, l4-15, sino con el tema
rr, , rrl Déutero-lsaías (véase la introducción a l, l-15).
del reino de Dios del que allí se trata.
I lablando a través de <lsaías>, Dios anuncia a Jesús que enviará un
La buena noticia que Marcos proclama es específicamente <la buena no-
,r( nsaiero delante de é1 (1, 2b-3). De esa manera, desde su mismo comien-
ticia o evangelio de Jesús Cristo>>. La expresión <de Jesús Cristo> podría to-
marse de tres formas: como un genitivo objetivo (la buena nueva sobre Je-
,
' e I cvangelio de Marcos evoca una extraordinaria intimidad entre Jesús
, l)ios. Este anuncio directo a Jesús está aludiendo de antemano alavoz
21. Cf. P Stuhlmacher, Daspaulinische Ewngelium.Vorgeschichte, 109-179.218-225.
22. Cf.M. B. Boring, Mark l, l-15 ond tht' Baginning of the Gospel,56. .'L Cf. M. E. Boring, Mark l, l-15 and the f]cgirtnittg ttl the Go.spel,7l, nota 16.
23. Cf . G. Friedrich, Euangelizomai,722.124-725. '\. t'f. H. W. Smyth. Greek Grammar, $ 1.945.
t5ó El prólogo de Martt¡.s (Mc l, l- l5) Mc l, l-3: Concttt¿tt itt 157

celeste que sólo él escuchará en 1, I I . Tambión cstá indicando una estrecha ,


' ( ¡rc .luan está también implicado en 9, I I - I 3 como aquel que va delante
relación, sin precedentes, entre Jesús y Dios a través de la manera en que ,1, lr'sí¡s en el camino de sufrimiento y de rnuerte (véase comentario).
las citas del Antiguo Testamento establcccrl un paralelo entre el (camino) l'rrcs bien, lo que nuestro pasaje relata es la primera <preparación> de
de Jesús y <<el camino del Señou (tou lg,riou). lrr,rn ¡rara Jesús, o sea, su predicación. En esa línea, Mc l, 3 presenta a Juan
Esta última palabra (Kyrios) constituyc una circunlocución empleada rrr r t;rnlt) como una persona, sino como rrnavoz, gritando en el desierto y lla-

por los escritores de los LXX o por sus lectores, para traducir YHWH, el rrr,rntkl ¿r los hombres a preparar el camino del Señor. Si, como piensa K.
nombre impronunciable de Dios, y a partir de aquí se convierte en un nom- ',tr'nrlrrhl30, esta aplicación de Is 40,3 aJuan se hizoya en el círculo de segui-

bre usual para Dios en el Nuevo Testamento (véase la nota sobre <de el Se- ,1,'rt's tlcl Bautista, ellos tal vez se apoyaban en una tradición exegética an-
ñor> en l, 3). La estrecha conexión que Marcos establece entre Jesús y <<el t, r¡or.'lambién los grupos de Qumrán, vinculados al mismo espacio del de-
Señon aparece en otros pasajes del evangelio (2,28; ll,3;12,36-37), en ,rr lo tlc Judea, pensaron que su existencia era el cumplimiento de Is 40, 3,
los que el término <Señoo se aplica a Jesús. t,u('s (se separarán de en medio de la residencia de los hombres de iniquidad
Ciertamente, en todos estos pasajes, el término <Señon podría enten- t',¡rr rnarchar al desierto, a fin de abrir allí el camino de Aquel. Como está
' r'rlo: 'En el desierto, preparad el camino'> (1QS 8, l3-14)3'.
,,(
derse en un sentido secular (como cuando decimos: <¡Sí, señor!>), y el úl-
timo de ellos (12, 36-37) distingue entre el señor de David (: Cristo) y Dios lrn cl mismo Is 40, 3, <el camino del Señon no es tanto aquel camino por
como el Señor. Esta distinción es coherente con varios pasajes marcanos , I r¡rrc Dios quiere que marche su pueblo, sino el camino del mismo Señor,
que ponen de relieve la subordinación de Jesús a Dios (10, 18.40; 13,321' ,rr rnirrcha triunfante a través del desierto y su entrada en la ciudad santa,
14, 36; I 5, 34) y con el hecho de que en l, 2-3 Marcos no ha borrado las di- ' uur(lo él dirija a su pueblo de nuevo, sacándole del exilio, en una magnífi-
ferencias entre (tu camino> y <el camino del Señor>. Según eso, Marcos ,l (lclnostración de poder salvador. Dado que, como hemos visto, Marcos pa-
'
no ha querido identificar a Jesús con <el Señor>, a pesar de que é1 parece r''( ('consciente del contexto más amplio de Isaías y dado qve elmismo euan-
pensar que el camino de Jesús es el mismo camino de Dios. La mejor ma- r','/irrrr implica victoria militar, el significado de la frase en Isaías puede ser
nera de vincular todas estas observaciones es decir que, para Marcos, allí t,rrrrbión relevante para el evangelio. Marcos puede haber entendido <la bue-
donde está actuando Jesús, está actuando de hecho el mismo Dios (véase el n¡r nucva sobre Jesús> como cumplimiento de la visión que Isaías ha teni-
comentario sobre 5, 1 8-20; tambi én Mt 1 , 23). ,hr tlc la guerra santa. Esto resulta especialmente probable si el trasfondo de
Según eso, el hecho de que las primeras palabras que alguien pronun- l\lrrrc<rs es la rebelión judía contra los romanos (véase la introducción).
cia en el evangelio las diga el mismo Dios (<Mira, yo envío...>) no son un ls 40 constituye un pasaje que habría sido muy irnportante para los revo-
hecho accidental, sino una indicación de la iniciativa divina en el drama de lrrt iorrarios judíos, pues podía interpretarse fácilmente como una llamada a
la salvación26. Dios habla, de un modo específico, de <enviar> (apostello)un l,r ¡'¡¡"r.u santa contra los romanos. En Marcos, sin embargo, el cumplimien-
mensajero, a quien el lector identifica pronto con Juan Bautista (1, 4-8)27, t. tlc la bien conocida expectación isaiana de la victoria a través de la guerra
.,,rrllr tendrá lugar de una manera paradójica. Como hemos visto, <el camino
quien aparece así como la culminación de la serie de profetas que Dios ha
enviado al mundo (cf. 12,2-6)"; Juan aparece también como alguien que ,1,'l Scñor> es el (camino> de Jesús (1,2-3); y este camino de Jesús vendrá a
, r rrrvcrtirse en el leitmotiv de la sección central del evangelio, donde Marcos
anticipa (anuncia) a los discípulos a los que Jesús y Dios enviarán en el cur-
so de la narración del evangelio (cf. 3, 14; 6, 7 ; ll, I ; 14, 13. Cf . 9, 37). ¡rorrtlrh de relieve el proceso de sufrimiento y muerte que le conducirá hasta
La misión de Juan se describe como preparación del camino de Jesús. A l (' n rsalén (cf . 8, 27
; 9, 33 -34; 10, 17 .32.46.52). Así, tal v ez Marcos ha queri-
medida que progrese el evangelio, veremos que Juan ha preparado el cami- ,Ir ¡nostrar a los lectores frecuentes de su mensaje que el retorno triunfante
no de Jesús, tanto por su predicación como por su martirio. Como han ob- ,lt' Vrlrvé a Sión, profetizado por Isaías, no se logra a través de la lucha revo-
servado N. Perrin y D. C. Duling2e, el primero que predica y es entregado es lrrr'ionaria contra los romanos, sino sólo, verdaderamente, a través del cami-
Juan (1, 7. l4); después predica y es entregado Jesús (1, 14; 9, 3 I ; I 0, 33); y n,r tlc sufrimiento y muerte que lleva a Jesús hasta Jerusalén.

finalmente los cristianos predican y son entregados (3, 14;13,9.13). Pare- A pesar de su oposición al activismo de los rebeldes judíos, Marcos en
{ uiulto tal no es un quietista. La proclamación de Juan Bautista culmina en
l;rs ¡ralabras finales de nuestro pasaje, como una llamada para preparar el ca-
26. Cf . J. D. Kingsbury, The Christolog¡t of Mark's Gospel, 56-57 .
27. Sobre la teoría de M. A. Tolbert, Sowing the Gospel: Mark's World in Literary-His- n¡¡rro del Señor y para rectificar sus senderos, y el verso siguiente relaciona-
torical Perspective, q\e identifica al mensajero con Jesús, cf. nota sobre <Mira, yo estoy r;r su bautismo con el arrepentimiento, que es una acción que han de realizar
enviando a mi mensajero delante de tt faz>>, en 2,3. l.s scres humanos. De un modo correspondientc, como ha destacado K. R.
28. Sobre la vinculación de apostellein con los profetas en el Antiguo Testamento, cf.
K. H. Rengstorf, Apostelló, 400-401.
29. N. Perrin-D. C. Duling, The NouTbstomenl: An Introduction: Proclamaüon and Pare- .10. K. Stendahl,The School of St. Mattheu, unl lts ll.s<'ol tltc Old Tbstament,2l5.
nesis, Myth and History,110.239. I l. Traducción de F. García Martinez, Texlos tlc Qrurtt titt,5t) [N. del T.].
158 El prólogo de Marcos (Mt l. l- l .\) Mc l, 4-tJ: Notus 159

Snodgrass32, el texto de Is 40, 3 ha sido interprctado cn la literatura de Qum- lruutizando fbapfizanl. En el griego anterior al Nuevo Testamento, inclu-
rán como una referencia a las acciones humanas tlc estudiar, enseñar y cum- r,'rrrkr los LXX, este verbo significa <introducir, hundir, inmergin y puede
plir la ley, para preparar la llegada de Dios ( I QS tt, 12-16; 9, l7-20). Aun- rt r l izarse para hablar, por ejemplo, de introducir una espada en el cuerpo de
que Marcos no pone el mismo énfasis que la literatura de Qumrán sobre la ,rl¡irrnt'rr. También puede tener un sentido figurado, utilizándose también, por
ley, hay un cierto paralelo en su énfasis sobre la necesidad de proclamar en para hablar de la inmersión de la gente en varios tipos de males
''l('nrplo,
todo el mundo el evangelio, como acontecimiento que prepara de alguna ma- r l{), 3t1.39)2. Antes del Nuevo Testamento esa palabra no tiene el sentido téc-
nera el camino del retorno de Jesús y del fin del mundo (cf. 13, 10). nt'o de referirse a un acto de iniciación por medio del agua.
Según eso, en los mismos primeros versos de Marcos se anticipa ya una ¡tntclamando lKeryssón]. Este verbo deriva del sustantivo griego keryx,
tensión característica de tipo apocalíptico que penetra todo el evangelio. El ,¡rre significa <proclamador, heraldo>>. En tiempos posteriores, este ver-
<hecho>> decisivo que está marcando ahora el sentido del mundo es la bue- I'o ¡rasó como préstamo verbal al hebreo y al arameo3. El oficio del heral-
na nueva de aquello que Dios harealizado y esIárealizando en Jesús Cris- ,Ir lrrc ya importante en diversos lugares del mundo antiguo, pero el verbo
to, creando por medio de él <un camino) de redención, un camino de libe- l\t't't',\,\ein tiene un trasfondo especial, que resulta particularmente impor-
ración para el universo cautivo. A pesar de eso, dentro de este drama divino, tirrlo en el Antiguo Testamento (véase el comentario a 1,4). Pues bien, el
los seres humanos tienen una tarea que cumplir. En el próximo pasaje del rrstr tle ftZryssein enel Nuevo Testamento va más allá de ese doble parentes-
, o (tlcl mundo gentil y del Antiguo Testamento) y se convierte, con unas
evangelio se explorará más esta paradoja, cuando Juan proclame un bautis-
mo de arrepentimiento y un bautismo en el Espíritu Santo (1, 4-8). l)ocrs excepciones (Lc 12,3;Hch 15,21; Rom 2, 2l), en un término técni-
, r) l)lra indicar la proclamación de la acción redentora escatológica de Dios
, rr ( 'ristoa.
t I t' c onvers ión
3. El rr¡r¡¡rsrERro DE JueN ¡,r- B¡urlsre (1,4-8) fmetanoiasl, literalmente <cambio de mente>. La palabra
¡'ricga, que fuera del mundo bíblico sólo se emplea para hablar del arrepen-
1 aApareció Juan, bautizando en el desierto y proclamando un bau- tnrricnto o disgusto por actos individuales, ha recibido una inmensa profun-
,lrtlrrtl por el influjo del concepto judío de t¿íúbdh (literalmente: volverse,
tismo de conversión para el perdón de los pecados. 5 Todo el pueblo de
rltorrro), que está ewaizado en la llamada de los profetas del Antiguo Tes-
la región de Judea, incluyendo todos los habitantes de Jerusalén acu-
t:rncnto que piden a la nación que retorne a Dios; de esa manera, ese tér-
diana él y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pe- nrino evoca un cambio total en la orientación espirituals.
cados. óEste Juan iba vestido con pelo de camello, llevaba un cinturón l.a conversión fue un tema destacado en el judaísmo del siglo L Así, por
de cuero a su cintura, y se alimentaba de saltamontes y de miel silves- ,'¡t'rnplo, en la quinta de las Dieciocho Bendiciones de la oración diaria, el
tre. 7 Y él proclamaba este mensaje: <Detrás de mí está viniendo uno r,,r'rrclita pide a Dios que le conceda la conversión (<convertirse a Dios>) y
que es más fuerte que yo, del cual yo no soy digno ni de postrarme an- ,'l irrlcpentimiento completo, y bendice a Dios diciendo que él es <un Dios
te él para desatar la correa de sus sandalias. 8Yo mismo os he bautiza- 'lilc se complace en el arrepentimiento>. En algunas formas de judaísmo,
do con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo>. ,'se concepto toma un colorido escatológico; por ejemplo, los esenios de la
,rlrrurza de Qumrán se llaman a sí mismos los <convertidos del desierto> (Jóy
Itttttll¡r,4QpPs37 3, l) y se miran a sí mismos como el pueblo que ha luel-
Notas t' ) (ha retornado) a Dios en la víspera del acontecimiento escatológico6.

¡tura el perdón de los pecados leis aphesin hamartion].Lapalabra aphe-


1,4. Apareció Juan, bautizando fegeneto lóannes baptizón). Algunos significa literalmente una remisión. El sentido neotestamentario de la re-
'rr
manuscritos (por ejemplo el Sinaítico), para los que <Juan el Bautista> se rrrisión de la culpa ante Dios deriva de los LXX7.
ha convertido en una expresión fija, insertan el artículo definido delante de
Ióannés, de manera que la lectura queda así: <Apareció Juan el Bautistu. l. Cf. H. G. Liddell-R. Scott-S. Jones, I Greek-English Lexícon with a Supplement,
r0 5-.-106.
Otros, como el Vaticano, después de haber hecho esta inserción (del artícu- l. Cf. A. Oepke, Bapta,530.545.
lo) eliminan el <y> después de <en el desierto>>, para hacer que el orden .1. Cf. M. Jastrow, A Dictionary of the Targumim, the Talmud Babli and Yerushalmi,
gramatical resulte más fluido (de manera que el texto quedaría así: <<Apa- ,¡¡ t, I t lte Midrashic Literature, 665.
4. Cf. G. Friedrich, Keryx,683-718.
reció Juan el Bautista en el desierto, proclamando>). -5. Cf. J. Behm y otros, Metanoeó, metanoia,976-989.
6. Cf. W S. LaSor, The Dead Sea Scrolls and thc Ncv'Testument,156. Cf. T Jud.23,
32. K. R. Snodgrass, Streams of Tradition Emergingfrown Isaiah 40, l-5 and Their , t lt. Sanh.97b.
Adaptation in the New Testament,24-45. 7. Cf. R. Bútmann, Aphíemi, 509-512.
t60 El prólogo de Muntt.t (i'lt l , I I .\) Mc l, 4-ll: Nt¡ttt.s 161

5. Todo el pueblo de la región de Judt'tt lltu:;u lr? lt¡uduis chóraf,literal- ,¡rr,' hlrn continuado existiendo durante varios siglos, después de la
muerte
mente (toda la región de Judeu. El nonrbrc tlc ll rcgión se aplica a sus ha- ,1, ,,rr lirndador, Juan Bautistar2.
bitantes, así como si alguien dijera: <Torla Arnór'ica (: todos los america- ,\lgunos estudiosos como E. Lohmeyerrr piensan que el <más podero_
nos) es aficionada al béisbol>. ,r t'.ya venida espera Juan era Dios. En Is 40, l0 LXX se dice que el Se_
r,,
incluyendo todos los habitantes de.Jaru,tulttn fkui hoi lerosolymitai pan- rrr rr ¡ jg¡s con poder (ischys), y en Ap 18, 8 se le
describe como Fuerte (ls-
/es]. Dado que Jerusalén se encuentra cn la provincia de Judea, el kai, que ,lttrtt.:; cf. Ecl 6, l0)r4. Pero esta interpretación supondría que Juan se
normalmente significa (y), ha de tomarsc n.rejor en un sentido inclusivo, ,,'lrt'lba a sí mismo casi en paralelo con Dios (<uno que es más fuerte que
como hemos indicado en la traducción (csc rnismo sentido aparece en 16, \,'" ) y clue hablaba de sí mismo como alguien que puede <desatar la correa
7: <Decid a mis discípulos, incluyendo a Pedro...>8. ,l, l;rs sandalias de Dios>. Ambas cosas parecen improbables. En contra de
acudían a él lekporeuesthail. Esta palabra se aplica en el Antiguo Tes- ' '.. l)lr'o Juan Bautista, el <más fuerte> era probablemente el Mesías.
tamento al éxodo de los israelitas de Egipto bajo Moisés (cf. por ejemplo, ('.r'o han mostrado w. D. Davies y D.c.Allisonr5, partiendo del len-
Ex 13, 4.8; Dt n, a $l; Jos 2, l0), y Marcos puede estar evocando aquí ,',r.r¡c cle Is I I, 2, los Salmos de Salomón (Sal. Sal. 17,37) hablan del Me_
deliberadamente la tipología del éxodo y de Moisés, como ha sugerido E. ,r,r\ e()rno de alguien que es <poderoso (dynato.s) en el Espíritu Santo> y le
Lohmeyere. Esta tipología resulta especialmente apropiada, dado que Mar- ,rtr rlrl¡ys¡ el poder (ischys) (cf. I Henoc 49,3); según
esos textos, esta com-
cos sifua toda su historia, y en particular el prólogo, en el contexto del nue- I'rrrrcirin de motivos de poder y de Espíritu Santo resulta muy semejante a
vo éxodo profetizado por el Déutero-Isaías (véase el comentario a 1,2-3), l,r r¡rrc aparece en Mc l, 7-8. Además, si el término <más poderoso)) se
em_
como lo muestra el mismo hecho de que Elías, que es el modelo para el Bau- rrlr':rba cofiro un epíteto para el Mesías, es fácil ver cómo la Iglesia pudo ha-
tista, resulte en varios sentidos una figura mosaicar0. l¡r'r a pensar que Juan se estaba refiriendo a Jesús cuando él habla-
6. iba vestido con pelo de camello, llevaba un cinturón de cuero a su 'cnido
l',r tlc csta figura del más poderoso.
cintura fkai én. .. endedymenos triches kamélou kqi zónén dermatinén peri tlc';utar la correa de sus sandalias ltysai ton himqnta tón hypodématón
ten osphyn autoul. A lo largo de los siglos, los ascetas han utilizado vesti- 'ttttt)rl. La correa (himanta) era la cinta de cuero que sujetaba las sandalias
duras ásperas e incómodas como signo de penitencia; véase, por ejemplo, ,r lrrs ¡ries16. En las fuentes rabínicas, la tarea de desatar la correa del
calza-
la <vestidura de árboles> (: hojas o cortezas) que llevaba el eremita Bano, ,1,, tlcl maestro resultaba propia de esclavos, y era indigna
de un discípulo;
según Flavio Josefo (Vída 2, I I ) y los hábitos de pelo de los monjes en la , n l¡ Ketttb.96a, R. Joshua b. Levi dice que <un discípulo hace por
su maes_
Edad Media. Sobre las implicaciones de la vestidura de Juan, véase el co- rrrr t.tlas las tareas que un esclavo hace por su dueño, excepto la de desatar-
mentario a 1,5-6. l, t'l calzado>>. Pues bien, Juan afirma que él es indigno de rearizar incluso
saltamontes fakridasl. Saltamontes o langostas constituyen una comida
' I rrris humilde de estos servicios, que es propio de los esclavos. La versión
permitida según Lv 11,22, y, según m. Hul. 8, l, estos se distinguen de la ,l, Milrcos, al añadir la referencia a <inclinarse delante de él>, ha destacado
((carne). Esto hace que nuestro verso sea cornpatible con Mt 11, l8//Lc 7, .rrr con más fuerza esta inferioridad.
33, donde se describe a Juan como alguien que no come carne. U. ft¡ mismo os he bautizado lEga ebaptisaf. El egó (yo) es superfluo y
7. más poderoso fischyroteros], comparativo de ischyros. Es cuestiona-
I'r,'bublemente enfático, y por eso he añadido <mismo> [yo mismo] en la
ble que este dicho de Juan se refiera originalmente a Jesús, de manera que tr.rtlr¡cción. Cf. nota a <dad... vosotros mismosr>, en6,37.
la figura del <más poderoso> sólo se puede identificar con Jesús partiendo tl t¡'s bautizará con Espíritu santo fautos de baptisei hymas en pneuma-
del hecho de que Marcos ha vinculado este pasaje con l, 9-l l, que habla de rt ltrt.qiqll. Las tradiciones rabínicas (por ejemplo
Jesús. Ciertamente, Mt I l, 2-6llLc 7,8-23 presentan a Juan ponderando la eoh. Rab.7, 4) hablan del
| '¡ri.ittr Santo que descansa, se posa (írh/ír') sobre las personas. La misma
posibilidad de que Jesús sea el Mesías, pero no como alguien que está con- r'rr./ l)lres significar <disolveg empapar o impregnaurT y esta variación
en el
vencido de ello. Además, Josefo no traza ninguna línea que conduce de Juan .r'rril'icado puede ayudarnos a entender el sentido del concepto del bautis-
a Jesús (como si Juan hubiera sido precursor de Jesús), aunque menciona a rrrr r cn el Espíritu Santo en el Nuevo Testamento.
El en griego de nuestro pa-
los dosrr. Hay textos de la era cristiana antigua que hablan de personas que
han recibido el bautismo de Juan, pero que no son cristianos (Hch 19, 3; cf.
18,2); esos textos hablan también de una (sectaD de bautistas no cristianos ll. Pseudo-clemente, Recogniciones,l,54,60; w. wink, Jo hn the Baptist in the Gos-
'I lntlition-98-105.
Ll. Cf.
E. Lohmeye¡ Das Evangelium des Marku.r, lg. nota l.
8. Cf.WBaueryotros,AGreek-EnglishLericortof'theNeu'Testament,392[1c]. l-l
Cf. R. Schneck, Isaiah in the Gospel oJ MarÁ / ,9. 3tt.
9. E. Lohmeyer, Das Evangeliunt des Markus,15. I 5. w. D. Davies-D. c. Allison, The Gospel actt¡ttlinu tt¡ suint
Matthew I, 314-315.
W. Bauer y otros, I Greek-English Lexittttt ol'tlrc Nau.Testament,376.
10. Cf. D. C. Allison, The New Moses: A Muttheun Tvpoktgy,39-45.
11. Sobrelaautenticidadsustancial del testinroniodeJosefosobreJesús,cf.J.PMeier,
l!17. qf
cf. M. Jastrow, A Dictionarv o.f the Targuntint, tlta'litltnt¡¿l Babli andyerushalmi,
A Marginal Jev,: Relhinking the Historicul Je:;ti.s l, 5(r-(r8. 1 t l p Midrashic Literuture, 1629-1630.
',,,
t62 El prólogo de Mant¡s (lllt l l I5) Mc l, 4-8: (l¡t¡tt'ttlut it¡ 163

cnrbargo, Marcos retiene bastantes rclbrencias al juicio realizado por


saje ((con)) podría tener un sentido instrulncnlalr', haciendo que el sentido "rn
(en)) r, ',irs y por Dios (cf. 8, 35-38; 9,42-50: 12,9) y el carácter primitivo de la
dé en pneumati fuera paralelo al de en hvluti l<<c<t, agua)), pero ese
la inmersión en el Espíri- I'rr nll rnarcana de este dicho está apoyado en el testimonio independiente
puede tomarse también literalmente, para sugcrir
, l, .l¡r I , 33 (véase de nuevo la./igura 3).
tu, concebido como una sustancia sobrenatural de tipo líquido'
como ha destacado E. sjóberg"), en cl Arrtiguo Testamento (2 5m23, 1- Figura 3. M¡,ncos l, 7-8 v PARALELos
2; Is I l, l-2; 61, l), en los apócrifos (Sal. Sal' 17, 37 : I Henoc 49, 3; 62'
l\4t l. 7-8 Mr 3, l1-12 :Q Lc 3, 16: Q JN 1,26-27.33
2) y enel Targum (Tg. Is 42, l-4) se dice que un Ungido o Mesías aparece
poseídJpor el espíritu. La idea se encuentra presente también en la lr, tris dc mí está Yo mismo os bau- Yo mismo os bau- Yo mismo bautizo
"áÁo
literatúra rabínica (cf. por ejemplo v. Sahb.78a y las referencia frecuentes
con el
. ililr'n(lo uno que
- tizo en agua para
- tizo en agua en agua,
a Lam 4,20). parece hiber un paso pequeño entre un Mesías dotado , . rrrlrs poderoso l arrepentlmlento;
Espíritu y un Mesías que concede el Espíritu. ,1il( \ O.

La vinculación de <espíritu> con (agua) aparece ya en el Antiguo Tes- ,1, I t tlrl yo no soy pero el que viene Pero está vinien- pero en medio
tamento y en el judaísmo (por ejemplo en Is 32, 15; Ez 36, 25-27; I QS 4' ,lryno (ltikunos) después de mí es do uno más de vosotros hay
2l), vinióndo a presentarse también en diversos lugares del Nuevo Testa- Ir ile l)Ostfafme más poderoso que poderoso que yo uno... viniendo
ménto (cf. 1 Coi 12,13;Tit 3, 5-6)20. Como ha destacado R. Guelich2r, el .rrrtr'i'l ¡rara des- yo después de mí
texto de 8236,25-27 ofrece un paralelo especialmente significativo: <De- rt,rr ltr correa de
rramaré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados de todas vuestras '
r., slr¡lrlalias.
impurezas... Pondré mi Eipíritu dentro de vosotros y haré que andéis según
de quien no soy de quien yo no soy
mis leyesr. Como vemos, el rociar con agua aparece aquí en paralelo con (hikanos) de-
digno (hiknnos)
digno de digno (hikanos) de digno (axios) de
di
la efuiión del Espíritu; y el pasaje viene seguido inmediatamente por una -
llevar sus sanda- desatar la correa desatar la correa
correa
expresión clásicadel tema del desierto (<haré que andéis según mis leyes>; lias de sus sandalias del calzado
cf .8236,33-36), un tema que es también importante en el contexto de Mar-
cos (1, 3-4.12-13). t,, r' i'l os bauti- Él os bautizará Él os bautizará Éste es el que
7-8, veremos que el bautismo en el Espíritu
l, ,rr.i con Espíritu con Espíritu San- San-
con Espíritu bautiza con Espí-
fuego -
En el comentario sobre
de los discípulos de Jesús aparece vinculado a dos cosas: a) al poder que re- ',,rrr() to y to y fuego ritu Santo
(véa-
ciben para actuar como exorcistas; b) y a su inspiración en el lenguaje
se está combinación de exorcismo y de lenguaje poderoso en
l,2l-28 y en
3, l5). El componente de lenguaje del <bautismo en el Espíritu Santo> pue- ( olltentario
¿e inctuir, probablemente, li restauración de la profecía, ya
que las tradi-
ciones rabínicas vinculan de tal forma el Espíritu Santo con la profecía que ltt¡n¡ducción. Tras haber ofrecido las bases escriturísticas para el minis-
las dos realidades (Espíritu y profecía) se vuelven prácticamente sinóni- r' ro
(le Juan Bautista (1,2-3), Marcos lo hace salir a escena en l, 4-8. Sin
Jl 2, 28-29, que
mas22. En esa línea ha interpretado Hch 2, 17-18 el texto de , nrbrrrso, en el curso del pasaje, el foco de atención va pasando de Juan a Je-
habla del don escatológicode la profecía, como una referencia al Espíritu <aquel que ha de venin>, aquel cuyo camino está preparando Juan.
,u',. rlr.rc es
(cf. Num. Rab. 15,25, que anuncia la extensión escatológica del don de la lil
pasaje parece haber sido compuesto por Marcos, a partir de algunas
profecía a todo lsrael). rr,rtliciones particulares sobre el Bautista que él tenía a su disposición: una
La forma Q del dicho habla no sólo de un bautismo en el Espíritu San- l,r¡¡¡¡¡¡l¿ bautismal (1, 4b), una tradición sobre el vestido y comida de Juan
to, sino tambidn de un bautismo de fuego (cf . figura 3). Algunos estudio- r I
()). una comparación de Juan con el <más poderoso> (1,7-8), que tam-
,or" pirnrun que Marcos conoció esta versión de Q (bautismo en Espíritu l,rr'rr rrparece en Q (Mt 3,l7llLc 3, 16) y fragmentos que también encontra-
Santo y fuego), pero dejó fuera la referencia al bautismo por fuego,
porque
r r r( )\ cn el cuarto evangelio (Jn l, 26-27 .33
). Los textos paralelos de Mt, Lc
no l. guttaüa la que Jesús realizara el juicio por medio del fuego.
idea de r lrr ticnen una estructura quiástica, de manera que las referencias al bautis-
,r{) lx)nen de relieve la inferioridad de Juan respecto a Jesús. Por el contra-
18. Cf. E. Blass y otros, A Greek Grantnur o/'the New Testament' $ 195' r rr,. g¡1 \rl¿¡sos, los temas de la inferioridad de Juan y del bautismo son se-
19. En E. Schwelzer y otros, Pneunta, pneuntutikos,3S4'
, u('nciales (van en paralelo en todo el texto, cf..figtuu 3\.
20. Cf.D.C.Allison,-i'lre LivingWateis(John4, 10-14:6'35c; 7'37-39)' 151-152'
21. Cf. R. Guelich' Mark I-8, 26,25' l.a acción editorial propia de Marcos en estc pasaje puede vislumbrar-
22. Cf.B. D' Sommer, Did Prophec.t' Cutsc?.33'37' , i'n l, 4o, que forma parte del marco del evangclio y contiene un vocabu-
23. Cf. R. Guelich. Mark l-8, 26,26
164 El prólogo de Maru¡,t (i.'lt l I I '5 1 Mc l, 4-rtl: ('t¡ttt<,ttlttt itt 165

lario redaccional: (en el desierto> y (procl¿llllilltdtl>. Esa acción redaccio- "rro


lcstamento,
los sacerdotes se lavaban a sí mismos antes de tomar par-
nal aparece también en la descripción gcogliil'ic¿t clc l, 5 (que es semejante r, ('n los sacrificios, y el pueblo ordinario actuaba de la misma manera, si
a la de 3, 7 -B) donde se repite por dos veccs <toclo/todos>, que es una de las lr,rlrirr contraído algún tipo de impureza ritualr. Esas últimas prácticas con-
palabras favoritas de Marcos. Esa misma acción redaccional apatece quizá trni¡rrrr hasta el día de hoy en el uso del mikveh. o baño ritual, que realizan
también en algunos rasgos de l, 7-8. lrr', ¡rrdíos religiosos. Este lavatorioritual se extendió también de hecho en
No es probable que esos últimos versos hayan sido creados por Marcos , I ¡rrtlaísmo a los prosélitos gentiles, que de esa manera se purificaban a sí
a partir dé q lvease la discusión sobre los solapamientos de Marcos/Q en nusnros de la impureza de su vida pagana. Según eso, la inmersión en un
lí intoducción y la nota sobre <él os bautizará con Espíritu Santo>, en 1, l',rrro ritual vino a convertirse en un requisito para la conversión (véase, por
8). En esos versos hallamos ciertos rasgos que no son propios de Q y que , l('nrplo, m. Pesalt. 8, 8; á. Yebam.46a), aunque todavía se sigue discutien-
son probablemente marcanos: entre ellos se incluye el uso del verbo en la ,1, r sr cl bautismo de los prosélitos era un requisito obligatorio en el perío-

forma personal erchetai (está viniendo), el aoristo ebaptisa (yo he bautiza- '
tlcl Nuevo Testamentoa.
l,
'
do) y quizá la secuencia de los temas. Nótese que estos rasgos marcanos no l.a secta de Qumrán, junto al Mar Muerto, concedía gran importancia
tienen paralelos en el evangelio de Juanr. ,rl lrlño ritual y allí, lo mismo que en el bautismo de Juan, el baño estaba
La palabra erchetai prepara al lector para la aplicación de esa misma pa- r rrrt trl¿rdo con la limpieza y renovación del fin de los tiempos que se reali-

labra aJesús en 1, 9 y 1, 14 y en el conjunto del evangelio:' el aoristo ebap- ,rrn por medio del Espíritu de Dios (1QS 3, l-12). Esta semejanza no re-
llsa corresponde al gran énfasis que Marcos ha puesto sobre el status de ,rrltrr sorprendente, dado que Juan actuaba en la misma área del desierto de
Juan como el precursor (cf. I ,2-3.14; 9, I I - 1 3). Por su parte, la concentra- lutlci¡ cn la que se asentaba el grupo de Qumrán, de manera que él pudo ha-
ción de las referencias bautismales en 1, 8 prepara para el bautismo de Je- l','r ¡rcrtenecido incluso, durante un tiempo, a la comunidad de Qumrán. Sin
sús, que sigue inmediatamente en Marcos (Mc l, 9). , rrrlru'go, su bautismo se distanciaba del esquema de Qumrán, pues se tra-
ei pasaje en su conjunto tiene una estructura quiástica (de sándwich): t.rlrrr tlc un rito realizado una sola vez, por una segunda persona (distinta del
dos sumarios de la proclam acíón (kéryssein) de Juan en | , 4 y 1,7-8 están l,.rrrtizado), no de una auto-inmersión continuamente repetida.
rodeando un relato sobre la actividad bautismal de Juan y sobre su modo Mc l,4b dice específicamente que Juan <proclamaba un bautismo de
ascético de vida en 1,5-6. El verso 1,7 marca el punto de inflexión en la , r,rn cl'siófl para el perdón de los pecados). Para H. Tyen5 esta frase consti-
perícopa y en el conjunto del prólogo, porque el enfoque cambia aquí del r r \ (' r¡na fórmula bautismal procedente de los círculos del Bautista, como in-
ministlrió del propio Juan a su profecía anunciando la llegada de <uno más ,lr, ;rr'í¿r el carácter comprimido y técnico del vocabulario, sin artículos defi-
poderoso> que bautizará con el Espíritu Santo. rrrrkrs. y su tensión con la primitiva teología cristiana, pues la formula parece
rtrbuir el poder de absolución al bautismo de Juan más que a la muerte de
1,4. Juan proclama el bautísmo. El pasaje comienza clarificando la mis- l, ,,ris. Sin embargo, si nos atenemos a esa fórmula, no queda claro si el per-
teriosa cita dá la Escritura en 1, 2-3, que hablaba de una <voz gritando en el ,1, sc concede a través del bautismo o por medio de la conversión.
desierto>. Marcos identifica ahora esta voz con Juan el Bautista, que procla- 'n
l .n este contexto, resulta interesante la afirmación del historiador judío
ma y practica en el desierto un bautismo de arrepentimiento, que conduce al
I l;rr ¡rl Josefo cuando sostiene que, conforme a la visión de Juan, (para que
p.ráón de los pecados. El verbo proclamar (kéryssein), que aparece aqui y , I lrrrutismo fuera aceptable a Dios era necesario un cambio precedente de
en 1,7 tiene su trasfondo más importante en los profetas, donde se encuen-
rrlrrr¡. Josefo añade que quienes recibían el bautismo <no debían emplearlo
tra vinculado a veces con el arrepentimiento (cf. Jon 1,2;1,2'4), que pue-
t'.urr obtener el perdón de cualquier tipo de pecado que hubieran cometido,
de ser de tipo escatológico (Sof 3, I 1 -1 5). A veces, el verbo aparece también
rr() rlue debian entenderlo más bien como una consagración de sus cuerpos,
vinculado con la llegada de un ungido o Mesías (Is 61, I ;Zac9,9-10)' Uno ,l,rrrtlrr por supuesto que sus almasya habían sido totalmente purificadas por
de esos pasajes mesiánicos (Is 61, l), utiliza incluso la frase keryxai apeh-
Lr ¡rrsticia>> (Ant. 18,l l7)6. Segun eso, para Josefo, lo que conduce al perdón
sin (proilamar la remisión/perdón), que aparece en Mc l, l4' , . l¡r conversión más que el bautismo.
El objeto de la proclamación inicial de Juan es su propio bautismo. En
I'cro esa afirmación de Josefo aparece en un contexto apologético7 y es
el mundó antiguo se practicaban varios tipos de lavatorios rituales, pero la
,,rrrv probable que las cosas no fueran tan claras, ni para Juan y sus seguido-
conexión más directa del rito de Juan es aquella que le vincula con el An-
tiguo Testamento, a través del judaísmo posterior. En el período del Anti- l. ('f. R. de Vaux, Ancient Israelll,460-461.
L C'f-. Scot Mclfuight, A Light among the Gentiles,32-85.
l. cf. R. Laufen, Die Doppelüberlielérungen tler Logienquelle und des_Markusevang* :. ll. Tyen, Baptisma Metanoias EisAphesin Hunnrti0n,97-98.
'
liums, 120-122,y S. von Dobbeler, Das Gericht untl tkts Erbarmen Gottes,53' t'. fraducción castellana adaptada según las corrr:ccioncs introducidas por J. Marcus
2. Sobre láimportancia de Is 61, l-3 en el cristianismo primitivo, cf. W. D. Davies-[). ,, , l tcrto inglés [N. del T.].
C. Allison, The Gospel according to Saint Mutthct 1,436-439' ' C'f. A. Schlatter, Johannes der Ttiulbr,60-63.
166 El prólogo de Martt¡.s (lth l, I I.s1
Mc 1, 4-fl. (lttttt'¡tlut'it¡ 167

res, ni para Marcos. En nuestro pasaje dc Marcos. kl c¡ue Juan proclama no trrrrr cscatológicor0. En todo caso, según Marcos, el bautismo de Juan cons-
es en primer lugar la conversión, sino cl baulisnro; las personas son bauti- trtuir una limpieza proléptica del pecado, pues la verdadera remisión estaba
zadas por Juan mientras confiesan sus pecaclos. r'ro de.s¡tués, y el verbo (eran r rncula a la muerte de Jesús <para redención de muchos> (10,45).
bautizados> precede al participio (conf'csando>. Todo esto sugiere que, al
menos para Marcos, el bautismo tiene una prcccdencia lógica respecto a la 1,5-6. Actividad bautismql y ascetismo de Juan. Después de haber es-
conversión, aunque ambas cosas se encucntr¿rn interrelacionadas. I'ozudo un aspecto de la proclamación de Juan, es decir, su anuncio de un
Pero ¿de qué manera lo estaban exactamente'/ Quizá tengamos una cla- l';rrrtismo de conversión, Marcos presenta el efecto de esta proclamación y
ve en Zac 12, 10-13, l, un pasaje del Antiguo Testamento que ha sido ex- r['s¡rués se detiene a describir la vestidura y comida de Juan, antes de vol-
tensamente utilizado en el Nuevo Testamentos y en el que hallamos varios r cr' ¿rl otro aspecto de la proclamación (que aparecerá en 1, 7-8). La preten-

motivos de nuestro texto: la imagen del agua, conversión, confesión, per- ,r,ir cle Marcos según la cual todos los de Judea, incluyendo los jerosolimi-
dón de los pecados e incluso una referencia a los habitantes de Jerusalén. t,lrrrs. iban en masa donde Juan -y no solamente muchos, como dice Flavio
Conforme a este pasaje, Dios derrama un espíritu de remordimiento y sú- lrrsclb, Ant. 18,l l6-1 l9- constituye claramente una hipérbole y puede con-
plíca sobre los habitantes de Jerusalén. Según eso, el arrepentimiento ma- Ir'ncr un matiz escatológico: ha llegado el tiempo final en el que todo Israel
sivo profetizado por Zacarías constituye una actividad que debe fundarse en '.t' rrrrepentirá (cf . Zac 12, 10-13, l; Hch 3, 19-21; b. Sanh. 98a).
último término en el mismo Dios. Podemos deciq incluso, queDios bauti- lrste matiz escatológico encajaría bien con los rasgos de la figura del
za (es deciq envuelve o introduce) al pueblo en una oleada de arrepenti- llltrtista, que era ((como Elías>, ya que, para el período tardío del Antiguo
miento escatológico y de limpieza espiritual. De un modo correspondien- lrstarnento, Elías se ha convertido en una figura escatológica (véase Mal 3,
te, el contexto marcano (1,6) sugiere que ambas cosas (el bautismo del ' l'24; Mc 6, l5; 8, l8). La palabra <todos> recuerda a Elías, pues en 1 Re
pueblo y su confesión del pecado) provienen de la misma iniciativa escato- I s. 2l Elías llama a todo el pueblo de Israel para que escoja entre Yahvé y

lógica de Dios, que ha atraído <a toda Judea y a todos los jerosolimitanos>, ll;url. Asimismo, la ropa de Juan es semejante a la de Elías, a quien 2 Re l, 8
llevándolos al desierto (véase comentario a 1,5-6). ,lt'scrib€ como un hombre vestido con pieles y un cinturón de cuero. En el si-
El lector queda con la impresión de que está teniendo lugar una podero- r,l,r I d.C., esta descripción podría hallarse combinada con aquella del profe-
sa acción de Dios, que se expresa, al mismo tiempo, en el bautismo de miles t,r t¡rrc lleva un manto de pelo, según Zac 13,4tt.
de personas y en el hecho de que ellos son impulsados a confesar sus peca- Ibr otra parte, Elías predica un mensaje de arrepentimiento (por ejemplo
dos, de manera que así expresan su conversión. Según eso, la conversión se , n I Re 18,2l) y está asociado con el desierto (l Re 17, 3; 19, 3-18) y con
encuentra intensamente asociada con el perdón de los pecados, pero la rela- ,'l .lrrrdán (2 Re 2,4-11). Esa última vinculación aparece además en aquel
ción entre ambas cosas no es simplemente una relación causal (de manera ,lt'stacado pasaje donde se dice que Elías fue arrebatado al cielo y que una
que el bautismo sea causa de la confesión de los pecados o a la inversa). ,,¡rorción doble> de su espíritu cayó sobre su discípulo Eliseo (2 Re 2, 6-14).
¿Cuándo se supone que tiene lugar el perdón de los pecados, que esta- \rrnque originalmente esto pudo haber significado simplemente que Eliseo
ba asociado con el bautismo de Juan? El mismo rito del bautismo sugiere lr;rbi¿r heredado el derecho de nacimiento (la primogenitura) de Elíasr2, pare-
limpieza y, por lo tanto, perdón. Pero el rito puede estar pensado para anti- (¡rc la tradición posterior deljudaísmo lo interpretó como si Eliseo hubie-
' r'
cipar una remisión de los pecados que tendrá lugar en el eschaton. Cierta- r.r rccibido el doble del poder de Elíasrr. De un modo similaq Jesús acude al
mente el eis (para, dirigido a) de 1,4 puede interpretarse de esa manera. l()r1kin para ser bautizado por Juan y allí recibe una dotación del espíritu di-
Además, dado que, según Juan, la condena escatológica de los malvados \ rr() que le hace <el más poderoso>, superando así a Juanla.
constituye un acontecimiento futuro (cf. Mt 3,7-101/Lc 3,7-9 y Mt 3, I l- Incluso sin tener en cuenta estas conexiones con Elías, la descripción de
l2llLc 3, 16-17), Marcos pensó probablemente que, según Juan, el perdón lr¡rur Bautista tiene un sabor fuertemente escatológico. Su vestidura de pelo
de los pecados de los justos sería también un acontecimiento futuroe. Esto rk' curnello, su cinturón de cuero y su comida de miel silvestre le sitúan en
resulta especialmente probable dado que Juan asociaba la venida futura del r¡rr cstado de vida primario, de vuelta a la tierra, que recuerda la narración
<más poderosoD con la llegada del Espíritu (Mc 1, 7-8). ,lt'l .lardín del Edén, conforme a la elaboración judía de ese jardín. La vesti-
Por otro lado, en los textos proféticos del Antiguo Testamento y en la ,lrrrir de pelo y el cinturón de cuero recuerdan, por ejemplo, el texto de Gn
apocalíptica judia(Ez36,25-26;Zac 12,I0-I3, I; IQS 4,20-21) el Espíri- t. I I LXX donde Dios viste a Adán y Eva con túnicas de cuero (chircnas
tu suele aparecer vinculado al perdón. En esos textos, el perdón no es tanto
una posibilidad accesible en el tiempo actual, sino una esperanza para el fil- I 0. Cf. W. Eichrodt, Theology of the Old Testunn'nt ll. 457 -460.
I l. Cf. M. Hengel, The Charismatic Leader und fti,r I'bllon'at.s,36, nota 71.
ll. Conro me ha indicado personalmente D. N. l.'rictlnlanlt.
8. Cf. C. H. Dodd. According to lhe Scripture.s, 65. ll. CL L. Ginzberg, The Legends ol the,lL'yts IV. 2lt): Vl, 343-344.
9. Cf. J. J. Ernst, Johannes der Tciufbr, 334-33ó. l-1. CL R. E. Brown,Jesus and Elisha,87-88. y notas I l2-l lJ.
168 El prólogo de Matu¡s (Mt l. I l.r) Mcl,9-ll:Nttu.s 169

dermatinous); por su parte, la miel recuerda l¿r lristoria de José y Asenet 16, Aunque de hecho durante el ministerio terreno de Jesús sus discípulos
14 [8], donde Asenet come un panal de rnicl firbricada por la abejas del Jar-
r'ibicron autoridad para expulsar demonios (3, l5) y de hecho la ejercie-
r,
r,'¡r cn varias ocasiones (6,7.13), estos fueron más tarde incapaces de rea-
dín del Edénr5. Estos rasgos edénicos anticipan la historia de Mc 1, 13, don-
Irzrrr trn exorcismo (9,14-29) y la impresión de conjunto que Marcos ofre-
de Jesús aparecerá en medio de los animalcs salvajes, en el desierto; ésta es
( (' sobre los vacilantes seguidores de Jesús no es la de que ellos fueran unos
una escena que también remite al Edénró. En ambos pasajes, los recuerdos
del Edén se proyectan hacia delante, hacia el c,rc'haton, ya que el tiempo del r¡rrlividuos poderosos, llenos de Espíritu. A fin de convertirse de un modo
, orrsccuente en exorcistas eficaces, ellos tendrán que recibir más tarde el
final será, en un sentido, un retorno al paraíso, cuando el mundo <natural>
aún no existía. Incluso algunos lectores nojudíos pueden haber captado esta l',rrrtismo en agua y en Espíritu, después de la resurrección, un bautismo que
referencia. Así, por ejemplo, Virgilio, Égloga Cuarta 30, menciona la provi- L's ca¡-lacitará para dar testimonio de Jesús sin miedo, de un modo elocuen-
sión milagrosa de miel como un rasgo de la Edad de Oro que viene. t, 1cl. 13, 1 1 y la nota sobre <é1 os bautizará en Espíritu Santo> en l, 8).
Scgún eso, 1o mismo que Pablo (Rom 8, 15-17), Lucas (Hch 2) y el
1,7-8. La profecía de <el más poderoso>. Las referencias a Elías y los , r';rrrgelio de Juan (Jn20,22),Marcos supone que la recepción del Espíri-
rasgos escatológicos del retrato marcano del Bautista conducen lógicamen- tr Sarrto y, por lo tanto, la recepción del Espíritu, constituye un aconteci-
te a la descripción que Marcos hace de la profecía de Juan, que anuncia la r rrrento post-resurreccional, aunque había estado anunciado y precedido por
llegada del <más poderoso>, ya que se esperaba la llegada de Elías como ,'l nlinisterio terreno de Jesús y de sus discípulos. Según Mc 1,8, el agente
precursor del Mesías de los tiempos finales (véase el comentario sobre 9, rI cSte bautismo en el Espíritu, que viene después de la resurrección, será
l1-13). Marcos no deja a sus lectores ninguna duda sobre la identidad del It'sr'ls, ! esto indica que Marcos concibe a Jesús como presente y activo en
<poderoso>, que bautiza en el Espíritu Santo, pues hace que la profecía de , l ¡rcríodo posterior a la pascua (cf . comentario a 2,20 y a 6,45-50).
Juan vaya seguida inmediatamente por la narración del bautismo del mis- l:n esa línea, la proclamación del bautismo de Juan da paso a su anun-
mo Jesús y su recepción del Espíritu, usando en ambos casos el verbo er- , r() (lc la llegada de la figura crucial del tiempo final, el <más poderoso> o
chesthai (venir). Aunque resulta improbable que el Bautista histórico haya lrlcsías, y las palabras finales de Juan testifican su inferioridad respecto a
hablado de hecho de Jesús en la profecía (véase nota sobre el <poderoso> ,'.;:r l'igura. Nuestro pasaje ha desarrollado, según eso, el tema de 1,2-3,
en 1,7), ésta es ciertamente la impresión que Marcos ha querido ofrecer. rrostrando que la función divinamente ordenada de Juan Bautista era la de
Pero ¿de qué manera fue Jesús <más poderoso> que Juan Bautista? El
¡r('l)¿lrar el camino de Jesús. Nuestro pasaje conduce de esa forma al si-
poder de Jesús está conectado con su bautismo en el Espiritu, y en el con-
1'rrrcrrte (1,9-l l), en el que Jesús hará su aparición en Marcos.
texto de Mc 1, 12-13.21-28 el Espíritu se identifica ante todo con el poder
que capacita a Jesús y a sus seguidores para luchar contra los malos espíri-
tus. Por otra parte, el único caso en el que Marcos utiliza el adjetivo ls- I lrr- BAurrsrr¡o oe Jesús (1, 9-11)
chyros (poderoso), además del nuestro, es el de 3, 22-27 , donde el mismo
Jesús viene a presentarse como más poderoso que Satán, porque expulsa a
I " Y sucedió que en aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Ga-
los demonios. Y en Mc 9,74-29, Jesús se muestra a sí mismo como supe-
lrlerr y fue battizado por Juan en el Jordán. r0Y cuando salía del agua,
rior a sus discípulos por su capacidad como exorcista.
La pregunta de los discípulos (¿por qué no hemos tenido fuerza para rrrrrrcdiatamente, él vio los cielos rasgados y al Espíritu descendiendo
rr
expulsarlo?: 9, 28) utiliza una palabra de la misma raíz que <poderoso> (ls- 'lrrc él como paloma. Y una voz vino de los cielos: <Tú eres mi Hi-
',,

chyein: tener el poder). Todo esto sugiere que para Marcos el poder de Je- tr) iunado, en ti me he complacido>.
sús y su bautismo en el Espíritu manifiestan ante todo y sobre todo su ha-
bilidad para destruir las fuerzas de Satán y que Jesús es más poderoso que
Juan a causa de su habilidad para realizar exorcismos y otros milagros (cf. \olas
Jn 10,41: <Juan no realizaba signos>).
Según Marcos, Jesús es dotado patentemente del <poden de exorcista 1,9. Y sucedió lkai egeneto]. Estas palabras, en conjunción con un ver-
en su bautismo, donde recibe el Espíritu (1, 9-11). Esto sugiere que también I cn forma personal (cf . 4, 4), son un modismo propio del Antiguo Testa-
,r r
los cristianos quedan bautizados <en el Espíritu Santo> en el momento de su nr('nto, que no se encuentra en el griego no bíblicol.
bautismo de agua (cf. Hch 2,38; I Cor 6, I l; 12,13;Tit 3, 6)ri. rtt el Jordán feis ton lordanen]. La palabra griega (ers) que traducimos
((enD, significa en griego clásico <dentro>, pero en el griego de la
'r)nlo
15. Cf. L. Ginzberg, The Legends ol the .leu,s V 29, nota 79.
16. Cf. J. Drury, Mark, 402-41'7
.
I . Cf. E. C. Maloney, Semitic Interference in Mun un ,\iy¡la.r. 8 l-86.
17. Cf. G. R. Beasley-Murray, Baptisnt in tht Neu'TesÍa,nent,275-279.
170 El prólogodeMantts(lllc I.I I5) Mc l. 9- I L Nottts t71

koiné se ha borrado casi la diferencia entrc clla y crr (que significa <en>) l, rirs lraya podido ver el Espíritu. Sea colno f ucre, como han destacado W.
(cf.6, 8; 10, l0; 13, 13, etc.)2. I ) l)uvies y D. C.Allisonlo, la palabra ((cotlto)) (fiors) está evocando el mun-
10. Y cuando salíq del agua, inmediuluntctttc [kai euthys anabainón ek ,1,' tlcl simbolismo apocalíptico, donde se utilizan comparaciones de cosas
tou hydatosf. Ésta es la primera vez que aparecg culh¡ts (inmediatamente), ,lt lrr tierra para hacer que las realidades celestes se welvan más próximas;
una palabra favorita de Marcos, que la utiliza cuarenta y una veces (de un l)(lr cso, no es casual que esa palabra (hós) aparezca con más frecuencia en
total de cincuenta y una en todo el Nuevo Testamento). Mateo y Lucas la , I Apocalipsis que en los restantes libros del Nuevo Testamento.
omiten ordinariamente, pero a veces la sustituyen por el sinónimo eutheós, ;,Qué significa el simbolismo de la paloma? R. Peschrr ha puesto de re-
que es el término griego más normal (aunque Filón y Josefo prefieren lrci'c cl hecho de que un ave es el símbolo apropiado del Espíritu porque pue-
euthys,lo mismo que Marcos)3. ¡lt' t'r'r-lZ?r la barrera entre el cielo y la tierra; pero esto no explica por qué se
Este adverbio ofrece viveza a la narración y deja a los lectores con la im- rr,rs habla aquí de una paloma envez de otro tipo de ave. W. D. Davies y D.
presión de que la serie de acontecimientos queridos por Dios se está desarro- r Allisonr2 recogen para ello dieciséis (!) posibilidades,la más plausible
llando con gran rapideza. Esta palabra tiene también una resonancia bíbli- ,l, lrrs cuales es la que supone que se trata de un eco de Gn 1,2, donde el Es-
ca, dado que euthys se utiliza en los LXX para traducir la fórmula común del ¡'rrrlu planea, como un ave, sobre las aguas primordiales. Esta teoria puede
Antiguo Testamento: wéhinnéh (<y he aquí>: Gn 15, 4; 38, 29)5. Más aún, .rl)r)yirrse en b. flag. l5a, donde se compara al Espíritu planeando sobre las
Marcos parece estar tan satisfecho con esta frase bíblica que a veces va en ,u'urs con una paloma incubando a sus polluelos, y en 4Q521 1, 6, donde se
contra del mismo sentido gramatical para insertarla, como en nuestro caso, .r¡rlica el vocabulario de Gn 1, 2 a un <empoderamiento> escatológico de los
en un pasaje donde euthys se refiere al verbo posterior (<vio>) y no a la fra- ,,'res humanos (<sobre los pobres se posará su Espíritu>)r3; por otra parte,
se de participio a la que sigue inmediatamente (<y cuando salía del aguu), t i,'tt. Ilab. 2,4 interpreta Gn l, 2 como una alusión al <espíritu del Mesías>

como sería lo normal (cf.1,2L29;6,25;'9,15; I l, 2;14,43)6. r :rñirde la referencia a Is 1 l, 2, de la que tratará la próxima nota.
rasgados lschizomenous]. Esta dura palabra no es la habitual para la tlc:;e'endiendo fkatabainon]. El manuscrito x añade kai menon (: y per-
apertura de los cielos en contextos visionarios. Pero su correspondiente he- uttttt('iendo), pero esto quizás es una asimilación a Jn 1,33 (cf.figura 4).La
breo qr'aparece en el TM de Is 63, 19. <¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!> r,'t onstrucción del fragmento l0 de 4Q2ST,realizadapor M. O. Wise y J. D.
(cf. comentario a l, 10-l l). Los paralelos de Mateo/Lucas a este pasaje usan lrrlrorrr, resulta cercana a estos dos versos: <El Espíritu Santo descansó so-
el verbo más común, anoigein, <abrin>, que también aparece en el sorpren- I'rt' su Mesías), pero resulta problemática por el estado fragmentario del ma-
dente paralelo de Z Leví 18, 6-12. En este último caso, los cielos se abren y rrrrscrito; así, por ejemplo, sólo puede verse la última letra de la palabra tra-
la gloria de Dios irrumpe sobre el sumo sacerdote escatológico: <Con una ,lrcicla por <descanso> (una he)ts.Yéase, sin embargo, Is I I, l-2 donde el
voz paterna, como si viniera de Abrahán a Isaac>>, el Espíritu desciende so- I s¡riritu del Señor descansa sobre una persona del linaje de David.
bre éf en el agua, y Belial (: Satán) queda atado>> (cf. Mc I,12-131'3,27). l:l descenso del Espíritu en el bautismo de Jesús pudiera hacernos supo-
el Espíritu fto pneumaf . R. Bultmanni afirma que este uso absoluto de n( r'que fue en este momento cuando Jesús se convirtió en Mesías e Hijo de
<el Espíritu>, sólo se encuentra en textos nojudíos, pues en los textosju- I )ros. Mesías/Cristo significa ante todo <ungido>, e Is 61, l, que es citado en

díos aparece sólo en las expresiones donde se encuentra cualificado, como ,rrrrrs lugares del Nuevo Testamento (Lc 4, 16-22; Hch 10, 38), habla de una
cuando se dice: <El Espíritu de la Santidad o el Espíritu de la verdad>. Aun- lrlttrra que es ungida con el Espíritu y que proclama la buena nueva, que es
que esta afirmación es en general verdadera, Nm I I , 26 habla en absoluto l, r¡rrc Jesús hace inmediatamente después de su bautismo en I , 14- I 5 .
'
de <el Espíritu> descansando sobre Eldad y Medad; por su parte, IQS 4, 6 Scgún eso, el descendimiento del Espíritu sobre Jesús pudiera entender-
habla de <los consejos del Espíritu para los hijos de la verdad>8. .(' c()nlo una investidura en el oficio mesiánico; esta lectura sería coheren-
como paloma lhós peristerar]. ¿Se parece el Espíritu a la paloma o só- Ir' eoh ttná interpretación del oráculo o palabra de I, I I (Tú eres mi Hijo),
lo está descendiendo como una paloma? Los estudiosos optan a menudo , rrlcndida de manera preformativa, es decir, cumpliendo lo que ella procla-
por la última interpretacióne, pero la primera explica mejor el hecho de que rrrr Pero, por otro lado, el aoristo eudokesq (<complacido>) de l, I I supo-
n(' (f uc Dios se ha complacido en Jesús antes del bautismo (cf . nota a <<me
lr('complacido>>, de l, ll). Estas dos visiones no son incompatibles: Dios
2. Cf. J. J. O'Rourke, A Note Concerning the Use ol EIS and EN in Mark,349-351.
3. Cf. W. Bauery ofros,A Greek-English Lexicon ol the Nev'Testament,320.
4. Ct P. Dschulnigg, Sprache, Redaktion und Intcnrion des Markus-Evangeliums,34-86. I0. Cf.W.D.Davies-D.C.Allison,TheGospal u<t'orzlingtoSaintMattheu, 1,331.
5. Cf. R. Pesch, Das Markusevangelittm 1,90. I I . Cf. R. Pesch, Das Markusevangeliunt l. 9l .
6. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel ututrtling to Saint Matthew'1,328. I 2. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Go.spcl uu tttling to Suint Mattheu, l, 33 l-334.
7. R. Bultmann, History ol the Synoptit'Tr¿tdition. l.-1. Cf. D. C. Allison, The Baptism of Jesus u nd u Ney. I )autl Sea Scroil, 58-60.
8. Cf. J. Gnilka, D¿s Evangelium nach Murkus 1,50. l.+. M. O. Wise-J. D. Tabor, The Messiah ut Quntun.62.
9. Cf. L. E. Keck, The Spirit and the Dot'e,41-67. f 5. Cf. touoelos-r Electronic Bulletin Bounl (acccso tlcl 29 4 1996).
172 El prólogo de Martt¡:; (lllt l. I l.\) Mc l. 9- I L Nolu.s I /J

podría haber seguido (planeando) durantc lnrgo ticrnpo antes de hacer a Je- r ,' tlcclarar una evaluación favorable dc una persona. Sin embargo, como
sús su Mesías en su bautismo. Puedc scr c¡rc Mlrcos tampoco estuviera se- ,u),icre el mismo termino, la bat qól no cs inmediatamente la voz de Dios,
guro del momento en que Jesús vino a convcrlirsc cn Mesías. ',lr() un eco de ella, y algunas tradiciones como 1. So¡a 13,2 la ponen explí-
sobre él feis autonf. En griego clásico ci,r significa (dentro)). Esto ha { rtuucnte en contraste con el Espíritu Santo. Este tipo de devaluación judía
hecho que F. Hahnr6 sostenga que, segirn la visión de Marcos, el Espíritu se r lt' csta bat q6l puede resultar polémica (y posterior), para ir en contra de la

une con Jesús de un modo que refleja conccpciones helenistas. Pero en el ¡ut'lcnsión de los cristianos que quieren contar con una revelación extraor-
griego de la koiné, incluyendo a Marcos, cr^r * acusativo puede equivaler a ,lrrurria del mismo Dios, tal como la que aparecería en nuestro pasajere.
epi + acusativo, con el sentido de <sobre> (cf. 4, 5.8; 12, 74; I 3, 3), y ésta es vino.Elverbo egeneto falta en el texto original de algunos manuscritos,
la construcción que aparece en los paralelos de Mateo, Lucas y Juan a l, l0 r rrro €l Sinaítico y elBeza. Es posible que no estuviera presente en el ori-
(cf.figura 4)t1 .Lamayoría de los manuscritos de Marcos cambian también r,rurl rnarcano, pero también es posible que haya sido omitido inadvertida-
el ers por el epi, tal vez para rcchazar <la pretensión gnóstica según la cual, rrrt'rrlc por homeoarcton (véase glosario). Sea como fuere, aunque no hu-
en el momento del bautismo, un ser divino entró en Jesús>Is. I'rt'r'a estado en el original, un verbo de este tipo debe ser sobreentendido
¡ror cl lector.
Figura 4. Mnncos 1, l0-11 y pARALELos tú eres mi... Hijo lei ho huios moul.Estas palabras son una cita casi
( \rcta de Sal2,1 LXX, con la única diferencia de que el versículo del sal-
Mnncos l, 10 MArEo 3, 16 Luc¡s3,21-22a JueN 1,32
nro pone primero el predicado nominativo (<mi Hijo eres tú)). R. H. Gun-
(y fue bautizado) y cuando Jesús fue y Jesús, habiendo ,lrvt", efltre otros, afirma que el cambio respecto de los LXX refleja un de-
bautizado, sido bautizado, y .,t'o cle enfatizar el hecho de que, a diferencia de otras figuras como Juan
mientras oraba
y cuando salía del inmediatamente llrrrrtista, Jesús es el Hijo de Dios (Tú eres mi Hijo). Sin embargo, esta in-
agua, subió del agua, rr'tl)retación resulta cuestionable, dado que Mc 8, 29 tiene exactamente la
rnisrna estructura y el uso que hace del <tu no es enfático2r. Como ha pues-
inmediatamente, él y he aquí los el cielo fue He visto
vio los cielos ras- cielos fueron abierto, t,, tlc relieve D. N. Freedman, el texto del Sal 2,7 enTM y en los LXX tie-
gados abiertos, Ir(' una estrucrura quiástica:

y al Espíritu des- Espíritu y el Espíritu Santo


y vio al al Espíritu que Mi Hrjo
cendiendo sobre él
de Dios que des- descendió sobre él descendía del cie- tú eres.
(ers) como paloma cendía como palo- (epi) en forma lo como paloma, y
Yo hoy
ma y venía sobre corporal, como permanecia sobre
te he engendrado.
él (epi) paloma él (epi)

Sin embargo, dado que ha omitido el segundo verso (<yo hoy te he en-
M¡.ncos l. l1 Mnreo 3. l7 Lucns 3. 22b JueN 1,34
le rrdrado>), Marcos cambia el orden y emplea una secuencia más natural.
y una voz vino de y he aquí, una voz luego vino una yo le he visto y he h,n el Antiguo Testamento (Ex 4,22; Os I 1, 1, etc.), se puede hablar de
los cielos: de los cielos de- voz del cielo: dado testimonio l,rs ángeles (cf. Gn 6,2;Job 1,6, etc.) o de los reyes como hijos deYah-
cia: de que
r i'rr. El uso del término <hijo> en un contexto regio (de reyes) es uno de los
<Tú eres mi Hijo
<Éste es mi Hijo <Tú eres mi Hijo éste es el elegido rruis importantes para Marcos, especialmente en nuestro pasaje, en el que
amado, en ti me
amado, en quien amado; en ti me de Dios. .e cita un salmo real. En el judaísmo posbíblico, estos salmos reales se in-
he complacido>. me he compla- he complacido>.
t('rpretan a veces de un modo mesiánico. Así, por ejemplo, 4Qflor l, l0-13
cido>.
rr¡rlica las palabras de 2 Sm 7, 14 (<Yo seré su Padre y é1 será mi Hijo>) al
\'lcsías davídico; y la tradición rabínica, en casos como b. Sukk. 52a, cita
Srrl 2, 7 con referencia al Mesías. Más aún, un texto de Qumrán (4Q246)
ll. voz @hanel.Lavoz que se escucha aquí y en 9, 7 es semejante a la lrlbla del Mesías como Hijo de Dios23.
bat qólrabinica, es una <hija de voz>> (voz hija), que suena desde el cielo pa-
ra expresar la voluntad de Dios; ella puede expresar una cita de la Escritura
19. Cf. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospcl o& oftlins to Saint Matthew I, 335s.
20. Cf. R. H. Gundry The Use of the Oldkstcuuent itt St. Mutthewb Gospel,30,nota2.
16. F. Hahn, Christologische Hoheitstitel, 342-143. 21. Cf. H.-J. Steichele, Der leidende Sohn Gt¡ttL'.s.137. nota 104.
17. Cf. J. D. Kingsbury, The Christolog.t,ol Murkls Gospel,62-63. 22. Cf. G. Fohrer, en E. Schweizer, Huios, httitúltc.si¿r. 347-353.
18. Cf. B. D. Ehrman, The Orthodox Corruption rl Scripture, l4l. 23. Cf. l. J.Collins, TheScepterandtheSt¿tr. I54-l6().
174 El prólogo de Marct¡.s (A4t l. I I .5) Mc 1, 9- 1 1. Cotn¿'nlorit¡ 175

Amado lagapetosf. Esta última palabra r1o so oncuentra presente en Sal ( o¡rrentario
2, 7, faente de la que se toma <tú eres mi lIi¡o>. Marcos nos sitúa con ella
en un contexto bíblico diferente. En los LXX ugopétos puede significar ltttroducción Los lectores de Marcos acaban de oír la palabra de Juan
<único>, pero el contexto actual, en el que Dios rnismo declara su compla- ,¡rr,.'anuncia la llegada de uno que es más grande que é1, el <más podero-
cencia en Jesús, habla a favor de su traducciólr por <amado>24. Resulta po- ',o,). una figura escatológica que bautizará en el Espíritu Santo. Con esta
sible interpretar agap¿tos como adjetivo sustantivado y considerar dicha ¡'rol'ccía resonando aún en sus oídos, Marcos expone ahora ante sus lecto-
palabra un título separado, como en Ef l, 6, de manera que la voz divina r{ ,, un cuadro en el que Jesús aparece en escena, siendo bautizado por Juan,
proclamaría a Jesús <mi Hijo, el Amado>. Sin embargo, el término hijo (o , nri(luecido con el Espíritu del Dios todopoderoso y reconocido por la voz
hija) amado forma parte de un lenguaje bíblico, que se utlliza en los LXX , r'ltstial como el Hijo de Dios. La superioridad de Jesús sobre Juan queda
(por ejemplo, en Jdt 9,4;Tob 3, l0s) y en tradiciones post-bíblicas (cf. Z , rrlirlrzada por la misma construcción gramatical de 1, 9-10, donde Jesús

Isaac 2, 7; T. Jacob I , 73; 4 Bar. 7 , 24), y de manera más significativa en ,rl)iu cce como sujeto de todos los verbos principales, incluso de aquel en el
la historia en la que se habla de Abrahán atando a su hijo lsaac para el sa- 'lrl('sc habla del acto en el que Juan le battiza (1, 9-10).
crificio (Gn 22, 2.12.1 6). l'.rr l, 4, Marcos presentaba a Juan con un simple verbo: egeneto (apa-
Esa <atadura> de Isaac (áqedah) ha venido a convertirse en un tema r,'r'ir'r). Ahora presenta a Jesús con una fórmula bíblica mucho más elabo-
central de las tradiciones rabínicas, donde la obediencia de Abrahán a la vo- r,rrl;r, incorporando el mismo verbo: kai egeneto en ekeinais tais hémerais
luntad de Dios, incluso hasta la muerte, ha sido ampliamente elaborada. En rr srrcedió que enaquellos días: cf. Ex2,ll;Jue 18,31; I Re 28, I LXX).
algunas formas de la historia, Isaac muere realmente, realizando de esa for- I stl fórmula no es sólo bíblica, sino también escatológica, dado que en los
ma la expiación25. Estas concepciones pueden haber existido ya en los tiem- lrlrrtrs proféticos delAntiguoTestamento (cf. Jr 31,33; Jl 3, l;Zac8,23)y
pos del Nuevo Testamento y, en ese caso, podrían haber influido en pasajes , rr los dosprimeros evangelios (cf. Mt 7,22;9,15; Mc 13,77;19,24),ella
(.,('n aquellos días>) alude al tiempo del final2e. El efecto cumulativo de es-
tales como el nuestro y Rom 8,3226.
t,r lilnnula lleva a sugerir de un modo inequívoco que Jesús es la figura esca-
en ti me he complacido feudokesal. Alusión aIs 42, 1, un versículo que
Mt 12, l8 traduce de la siguiente manera: ho agapétos mou eis hon eudo- t,rlirgica venidera a la que Juan está apuntando.
kesen he psych¿ mou: <Mi amado, en el que mi alma se ha complacido>. lrl pasaje muestra signos claros de la actividad editorial de Marcos, es-
Pues bien, este verso de Isaías continúa: <yo he puesto mi Espíritu sobre ¡r,'r'nlmente en el primer verso, que sirve de transición y que tiene varios
r,r:,llos que son típicos de la redacción marcana: <en aquellos días> (cf. 8,
é1>, de modo que tenemos una conexión con el descenso del Espíritu en Mc
1, 10. El aoristo eudokesa se suele traducir como presente (<yo me deleito, I I l, 24), <vino> (erchesthai) y <Galileu. También es posible que Marcos
,, rr cl lesponsable del uso que l, l0 hace del verbo violento <<rasgar>> (schi-
yo estoy bien complacido>). Esto es posible gramaticalmente2T, pero resul-
ta inusual. Los aoristos suelen traducirse en pasado, y éste es el sentido del '',/. cn contraste con Mateo y con Lucas que ponen <abrin), un verbo que
,r¡iucce de nuevo en conjunción con el <Hijo de Dios> en una escena que
término correspondiente en Isaías, donde la elección que Dios hace de Is-
I'rr nr¿r parte del <clímax> final del evangelio (15, 38).
rael en el pasado aparece como fuente de seguridad para algo nuevo que
Itcsulta más cuestionable el tema de si Marcos es o no responsable del
ahora está para acontecer.
lr,'t lro de que el rasgo clave de la narración bautismal aparezca en su evan-
De un modo semejante, el texto de Marcos se refiere probablemente a
una elección divina de Jesús en el pasado, que está siendo ahora ratificada ¡,,'lio como una visión privada de Jesús. Según Marcos, sólo Jesús ve los
, r('l()s rasgándose y el Espíritu descendiendo sobre é1 como una paloma; y
en el bautismo. En apoyo de esta interpretación, pueden citarse algunas tra-
',,'lo.lcsús oyelavoz del cielo: <Tú eres mi Hijo amado, en ti me he com-
diciones judías en las que se supone que Dios ha escogido al Mesías antes
de la creación (ver, por ejemplo, I Henoc 48, 3.6; b. Pesal.t 54a); por otra I'l:rt'itlo>. En todos los restantes evangelios, estos acontecimientos sobrena-
trrrlcs toman un carácfer más público, de manera que Juan Bautista yio la
parte, Ef l, 4-6 utlliza la raiz eudok- para el deleite de Dios por su elegido
r r rr¡r'lrcdumbre los perciben (cf .
desde la fundación del mundo28. figura 4).
l:s posible que esa manera más pública de presentar la tradición bautis-
ru;rl rcfleje un deseo apologético de los evangelios posteriores, que quieren
24. Cf.W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel according to Saint Matthew I,340.
l,{,ncr de relieve la verdad objetiva de los acontecimientos bautismales. Por
25. Cf. S. Spiegel, The Last Trial.
,¡tr¡r p¿rrte, Ianaturaleza privada de la visión en el evangelio de Marcos va
26. Sobre esto, cf. por ejemplo G. Vermes, Scripture and Tradition ín Judaism,y C. R.
Kazmierski, -/esus, the Son of God,53-56. I n ('onsonancia con su motivo del secreto mesiánico, según el cual ningún
27 . A. T. Robertson, A Grammar of the Greek New Tbstament in the Light of Histori- .( r llurnano, excepto Jesús, conoce su filiación divina, hasta su muerte en
cal Research,837 .
28. Acerca de la relación de Ef 1,4-6 con nuestro texto, cf. J. Marcus, The Way ofthe
Lord,124. .l'). ('f. W. D. Davies-D. C. Allison, The Gospel occt¡ftlin{ kt Saint Matthewl,288.
176 Elprólogo de Mantx (lllt l. t 1.5) Mc L 9- I I : ('oactttut'it¡ 177

la cruz. En esa línea, la visión privada dc .lcsÍ¡s poclría reflejar la redacción rllclo que los primeros cristianos creían qve ellos habían empezado a ser
rr,r,
marcana30. La elección entre estas dos altcrrrlrlivits scría más fácil si supié- lrr¡.s tlc Dios en sz bautismo, recibiendo el Espíritu, que indicada el amor
ramos con ceÍteza que en el documento Q había una narración bautismal, ,lrl('I)ios teníaporellos (cf. Gal4,5-61, Rom 8, l5; Ef 1,5-14).
porque esto hubiera aumentado la probabiliclad de que la forma pública Itcspecto a las resonancias del Antiguo Testamento, L. Buse37 destaca la
fuera anterior y la visión privada de Marcos f ucra una redacción posterior. r, lrrcirin de Mc l, l0 con el texto de Is 63, 11;64, l, que citamos:
Desafortunadamente, la cuestión de si el texto Q incluía o no incluía el bau-
tismo resulta muy discutida3'. ¿,Dónde está el que hizo subir del mar al pastor de su rebaño?
¿,Dónde está el que puso en él su Espiritu Santo?
El texto de Mc l, 9- I I se encuentra estructurado en dos partes: el bau-
tismo en sí mismo (1, 9) y la visión de Jesús ( l, l0-11). El énfasis se pone ¡Oh, si desgarraras los cielos y descendieras!
(LXX: un espíritu del Señor descendió)38.
en la segunda parte. La visión incluye dos realidades vistas por Jesús (cie-
los rasgados, Espíritu descendiendo) y una palabra que él escucha (la voz
lrste pasaje contiene estos rasgos comunes con Mc 1, l0: describe una
celestial). Entre estos componentes, el clímax está puesto en el último (en
'.,rlitla del agua, una recepción del Espíritu Santo, un desgarrarse los cielos
la voz), por su posición al final, por el cambio de la visión a la audición,
r r¡n tlescenso divino (en los LXX desciende el Espíritu). Significativamen-
por el gran número de palabras dedicadas a dicha audición y por su fun-
t, . cl pasaje de Isaías forma parte de una sección proto-apocalíptica donde
ción, que consiste en interpretar los elementos visuales32. En la estructura
, l ¡rlofeta invoca a Dios, pidiéndole que rompa la barrera que separa al cie-
de conjunto de Marcos, el acontecimiento del bautismo es como un antici-
lr, 1lL' ¡. tierra y que infunda su Espíritu sobre el reino inferior, como parte de
po de lo que ocurrirá al final del evangelio: Jesús alienta (entrega) su espí-
',rr ;rcción de crear un nuevo cielo y una nueva tierra (Is 65, l'7). Como ha
ritu, la cortina del templo se rasga y el centurión romano proclama que Je-
,l'sllcado D. H. Juel, Marcos está evocando también un cambio cósmico
sús es Hijo de Dios (15,37-39)33.
lrntlamental e irreversible, con su visión de los cielos rasgados, en contras-
1,9. El bautismo en sí.EI bautismo en sí está descrito lacónicamente. No It' t r)h €l escenario más moderado que ofrecen Mateo y Lucas, cuando di-
se dice nada de la relación personal de Jesús con Dios, de su motivación , t'n Qr.l€ los cielos simplemente <se abrieron>. <Lo que se abre puede ser
para acudir al bautismo de Juan, ni de sus sentimientos durante la experien- ( ('r'r¿rdo; 1o que se rasga en dos partes no puede volver fácilmente a su es-

cia. Ciertamente, los primeros cristianos se sentían molestos por el hecho de t:rtlo anterior>>3e.
que Jesús hubiera sido bautizado por Juan, y ello por dos razones: a) por la I)or tanto, según Marcos, Dios ha rasgado y separado de un modo irre-
posible implicación que esto tenía en la visión de Jesús como pecador (1, 4); r,rt'able los cielos en el bautismo de Jesús, de modo que ya no podrán ce-
b) por la aparente subordinación de Jesús a Juan que ello implicaba (Mt 3, r r;rrsc de nuevo. A través de esta <cortadura> de gracia en el universo, Dios

14-15 y Lc 3, 2l constituyen ya ejemplos antiguos de solución de esos pro- lr:r dcrramado su Espíritu en el reino de la tierra. Lo mismo que la ruptura
blemas)34. Históricamente, es probable que Jesús comenzara su carrera co- ,1,' kls cielos, esta venida del Espíritu constituye un acontecimiento escato-
mo discípulo de Juan35; pero si llegó a conocer este dato, Marcos ha supri- l,rtico. A pesar de que en las narraciones del Antiguo Testamento el Espí-
mido toda referencia expresa que lo indique, de manera que en su evangelio rttr Santo desciende con frecuencia sobre las personas y las capacita para
Jesús no aparece como discípulo de Juan. ¡rrrrlctizar o para realizar hechos que están por encima de las fuerzas hu-
rrr:rnils40, los profetas 1o describen como don escatológico (cf., por ejemplo,
1, 10-11. La visión de Jesús.Envez de relatar las posibles relaciones de
ls 12, l5; Ez 36, 26-27; Jl 2,28-29). Por su parte, la tradición rabínica su-
Jesús con Juan, Marcos nos ofrece una descripción de las cosas que Jesús
l)onc que el Espíritu, unavez desaparecidos los profetas canónicos (cf. ó.
vio (1, l0) y escuchó (1, 1l) inmediatamente después de su bautismo. Es \i,uth. I la), ha cesado de actuaq de manera que únicamente volverá a actuar
bien posible que Jesús hubiera experimentado una visión en su bautismo36;
, ,rrr la llegada del tiempo futuro (cf., por ejemplo, Tanfuuma sobre Nm 8, 2
pero nuestro relato ha sido modelado desde referencias tomadas del Antiguo
Testamento y apartir de las convicciones cristianas acerca de la identidad de
llliha'alatka 6, fin])a'. Incluso los textos de Qumrán que afirman la presen-
, irr clel Espíritu (por ejemplo IQH 4, 3l1,7,6-7; 12, ll-12) no van en con-
Jesús. También puede estar influido por la institución del bautismo cristia-

.17. L. Buse, The MarkanAccount ofthe Baptism ofJesus and Isaiah 63,74-75.Eltex-
30. Cf. H. Greeven, Peristera,68, nota 57. r,r lcgsgs la traducción de Buse, retocada.
3 L Para un resumen de la cuestión, cf. J. S. Kloppenborg, Q Parallels. 18. Traducción de L. Buse, revisada por el autor.
32. Cf . J. Marcus, The Way of the Lord,Sl . .rq. D. H. Juel, Mark,33.
33. CL D. H. Juel, Mark,34-35. ,10. Cf. F. Baumgártel, en su contribución al trabajo conjunto de E. Schweizer, Pneu-
34. Cf . J. Marcus, -/esus'Baptismal Vision,52l, nota l. t trt t. | ) nettmati kos, 362-3 69.
35. Cf. J. P. Meier, A Marginal Jew II, I ló-130. 4l . Cf. también P Scháfer, Die Vorstellung vom hciligut Geist in der rabbinischen Li -
36. Cf. J. Marcus, -fesus'.Baptismal Vision. t, tittur. l12-115.
178 El prólogo de Morut.t ¡tlt l, I 15)
Mc l,l2-l-l: Notus 179

tra de esta afirmación, dado que la comunidacl rlc Qurnrán era consciente t,rrrbién un eco de Gn 1, I que reforzaría cl carácter escatológico del pasa-
de vivir por gracia en el momento de llegada tlcl a:;t'hatona2. ¡, .¡r.r la utilización de una tipología apocalíptica que relaciona el tiempo
No sólo el hecho de la venida del Espíritu, sino también la forma de su ,l, l ¡rrincipio con el tiempo del final. <La complacencia de Dios, su deleite
descenso se sitúa en un contexto apocalíptico. lll lenguaje simbólico (co- , rr llr creación, el convencimiento vivificador de que la realidad es 'muy
mo vna paloma) es típico de los textos apocalípticos y la misma paloma I'rt'.a' (cf. Gn 1, 3l) renace en las aguas bautismales, expresándose a par-
constituye una evocación de Gn l, donde el Espíritu aparece sobrevolando trr rlc esas aguas en la persona de Jesús... De esa manera, el mismo Dios
(incubando) como un pájaro sobre las aguas originales del caos (véase la 'r\:illza con el Mesías... para luchar en contra de las fuerzas de la negación
nota sobre ((como una paloma> en l, l0). Según eso, en la visión del Espí- ,¡rrt'tlestruyen las esperanzas de la humanidad>aa.
ritu como una paloma está implícito un paralelismo entre el tiempo del co- Mc l, 9-l I constituye el momento más dramático de todo el prólogo,
mienzo y el del final: con su descenso comienza la nueva creación. lr,rt icndo que el lector tenga acceso a una serie de acontecimientos apoca-
La nueva creación aparece concentrada en Jesús, a quien la voz del cie- lr¡rtrcos de trascendental importancia, que constituyen una verdadera teofa-
lo presenta como Hijo de Dios, empleando para ello una expresión bíblica. r¡r;r ''. Tras muchas eras o tiempos de alienación, el cielo mismo se ha vuel-
La primera parte de la voz <tu eres mi... Hrjo, es una cita exacta del Sal 2, t'tcr-c?noi se ha rasgado la barrera entre el cielo y la tierra, el poder de la
7 LXX; la segunda parte, (en ti me he complacido>r, constituye una refe- ,rr¡r'r'a edad ha comenzado a inundar la tierra y ¡tJavoz del padre se expan-
rencia a ls 42, 1; y <amado> parece ser un eco de Gn 22 (véanse las noÍcts ,l('l)or todas partes)) (Pseudo Hipólito, Teofonía,6). Pero, si la escena bau-
sobre l, I l). No debe sorprendernos el hecho de que, cuando en ésta y en tr''rrr:rl de Marcos es una teofanía, se trata de una teofanía extraña, dado que
otras ocasiones, Dios habla directamente en la historia de Marcos (cf.9,7) t rrr srilo existe un oído sintonizado para escuchar la voz de Dios, el oído del
él utiliza para ello el lenguaje de la Escritura. Es como si, por así decirlo, ilil\n.ro Jesús. ciertamente, los lectores de Marcos están invitados a identi-
ese lenguaje de la Escritura fuera el idioma nativo de Dios. En esa línea re- lr( iu'sc con Jesús, a fin de que también ellos vean la visión secreta y escu-
cordamos que Marcos ha indicado ya, en los primeros tres versos del Evan- ,lrt'rr la secreta voz;y al final del evangelio el misterio de la identidad de
gelio, que su historia se desarrollará de acuerdo con la profecía de la Escri- l, sirs comenzará a expresarse en la historia incluso a través de los protago-
tura, entendida como Palabra de Dios. rrrstrrs (del evangelio) (cf. 15, 39).
Sin embargo, las alusiones del Antiguo Testamento no funcionan como Si' embargo, antes de que pueda vislumbrarse la verdad sobre Jesús, se
simples textos probativos, sino que ellas definen de un modo importante el l¡.r tlc luchar contra el enemigo que impide su percepción. Esta confronta-
mensaje de este texto del bautismo de Jesús. Sal 2 solía interpretarse en , r.n penetrará todo el resto de la narración, de manera que en último tér-
el primitivo judaísmo de un modo mesiánico, de modo que el hecho de que rrilrro clla desembocará en la muerte de Jesús sobre la cruz. El primer acto
aparezca aquí citado constituye como un <imprimatur> (una confirmación) , h' e sa batalla constituye el tema del próximo pasaje.

de lo que Marcos ha dicho en l, l, afirmando que Jesús es el Cristo (por


ejemplo, 4Qflor 1,18-2,2 y Tg. Is 42, l). Además, en el salmo, el reinado
del <ungido>> está en consonancia con el reinado de Dios, y los príncipes , .lr,sus EN EL DESIERTo (1, 12-13)
del mal se elevan contra estos dos reinos (de Dios y de su Cristo), para ser
rápidamente destruidos. En la exégesis judía posterior, esta oposición al Me- I rr
E inmediatamente, el Espíritu le expulsó al desierto; 13
y estaba
sías y a su Dios asume a veces dimensiones cósmical3. La semejanza con , n cl desierto durante cuarenta días, siendo tentado por Satán; y esta-
la <trama> básica de Mc 1,9-15 resulta sorprendente. El ungido de Dios es
l',r colt los animales salvajes y los ángeles le servían.
aclamado con su hijo (1, 9-l I) y amenazado después por el representante de
un reino opuesto (I , 12-12; cf. 3, 23-27). Posteriormente, el rey ungido pro-
clama la victoria del poder real de Dios y, por implicación, la destrucción es-
\ol as
catológica del reino hostil (1, 14-15) -una pretensión que queda demostra-
da poco después por los exorcismos y las curaciones en 1, 2l-34-.
1,12. la expulsg fekballeil. El verbo está en tiempo presente, pero el
La segunda parte de la voz divina, la alusión a ls 42, I (<en ti me he ,, rti(lo
es pasado. Éste es el primer caso de presente históiico qr. ..rrun-
complacido>>) apunta en una dirección escatológica semejante, porque en "i Así
list¿r utiliza con frecuencia para indicar transiciones en la historia.
ese pasaje eljusto siervo de Dios ha sido escogido para una tarea escatoló- ",
nr.ucA, en este y otros casos, el comienzo dc un nuevo pasajer.
gica (véase la interpretación mesiánica de i"g. Is 42,1). Aquí puede haber
.t-1.tbid..75.
42. Cf . B. D. Sommer, Did Prophecv ('eu,s¿.) , 33-34.36-37 .
l5 q!4 Yógtle,DiesogennanteTauljterik4teMk t.9-tt. t05-l39,enespecial 135s.
43. Cf. J. Marcus, The Way of the Lortl.l02-105. L CL B. M. Fanning, Verbal Aspect in Neu'7i'.slunt,nt Ot.t,ak.232.
180 El prólogt de Munt¡s (hlt l. l- l5) Mt l, I 2- l -1. (1un(ttlut ¡() 18t

Ekballein no tiene en todos los casos una connotación de fuerza, y asi , lros tcxtos monásticos vinculan la recupcraciritr clcl paraíso con un tipo de
puede significar sin más <enviar a)), en un scntido meramente local (cf., por r rtlrr cn paz con los animaless.
ejemplo, Mt9,38llLc 10,2;|n20,4)2. Sin cmbargo,lamayorparte de los tittgeles fangeloil. Sobre esta palabra véase la nota sobre <mira yo es-
usos marcanos de esa palabra aparecen en los relatos de exorcismos ( l, 34. rrrr,'c¡.rvi¿¡ds a mi mensajero delante de tu faz> en 1,2.
39, etc.), mientras que, en las ocasiones en las que no se trata de exorcis- lc .servían fdiekonounl. En el nivel más concreto, diakonein describe la
mos (1, 431'5,40 9,47;11,151,12,8), dicho término sugiere siempre un trcu del sirviente (camarero) que cumple la tarea de disponer para alguno
tipo de expulsión forzada. Por otra parte, en los contextos bíblicos, el Espí- l,r cornida y la bebida, auque la palabra ha venido a significar todo tipo de
ritu actúa a menudo de una manera violenta, coercitiva, induciendo al éx- ,,scrvicio> en general y de esa manera, con su sentido más amplio, ha veni-
tasis (cf. I Sm 10, l0), arrebatando a las personas y arrojándolas al suelo rkr l ce¡ys¡1irse en un término especialmente importante para el primitivo
(cf. 1 Re 18, l2; 2 Re 2. 16), y transportándolas milagrosamente a un lugar , rstianismo6. En nuestro caso, sin embargo, se debe preferir el sentido con-
diferente (cf.Ez 8,3; Hch 8, 39). ( r cto, que aparece también en l, 3 I y se adapta bien a nuestro contexto, en
13. siendo tentado ftteirazomenos]. Esta palabra puede utilizarse en sen- ,, con la tipologia adámica, que puede observarse a lo largo de to-
'rrsonancia
tido neutral: <probar, intentar> (cf. Hch 9,26); en sentido positivo, para ,ll la narración. Pues bien, en esa línea, podemos recordar una leyenda ju-
descubrir el temple de una persona (cf. I Cor 10, l3); o en sentido negati- ,lirr clue presenta a los <ángeles servidores>, (ml'\ry hirt), preparando comi-
vo, buscando la debilidad de una persona o empujándola al pecado. En el ,lrr y bebida para Adán y Eva (b. Sanh. 59b); esto es lo que hacen también
Nuevo Testamento predomina el negativo. A diferencia de Mateo y Lucas, :rt¡trí a Jesús. Diakonein,lo mismo que el hebreo bd,plede significar igual-
que narran tres tentaciones específicas, Marcos no presenta a Satán indu- rncrrte <<adoran (cf. Josefo, Ant. 7,365), y éste puede ser un matiz secunda-
ciendo a Jesús para que cometa pecados especiales, sino que pone el énfa- r io de nuestro pasaje, en el que viene a expresarse así la leyenda de Adán

sis en la implacable hostilidad entre los dos combatientes. rrtlorado por los ángeles (véase el comentario sobre l, 12-13).
por Satán lhypo tou Satana],una transliteración del arameo Satana'. El
Antiguo Testamento conoce muy poco sobre Satán o el Diablo. En el Anti-
guo Testamento, hdíSdñn (: el adversario) no es una persona, sino la de- ('r¡mentario
signación de un tipo de oficio, propio de una especie de fiscal judicial an-
gélico a quien Dios.ha delegado la tarea de acusar a los seres humanos (Job Introducción El Espíritu, que Jesús acaba de recibir, lucha ahora con
l-2 y Zac 3,1-2). Unicamente en I Cr 2l,l aparece ya como nombre pro- Srrtán, arrebatando a Jesús y llevándolo al desierto, donde los dos tienen
pio, aunque se usa sin artículo definido, para indicar una figura malvada r¡trc enfrentarse inevitablemente. Según el Antiguo Testamento, el judaísmo
que induce a Israel a pecar. La importancia de Satán en el Nuevo Testamen- trrrdío y las tradiciones cristianas, el desierto, además de ser el lugar de la
to refleja el desarrollo de la demonología del judaísmo intertestamentario, rcclención pasada y de la revelación futura de Dios, aparece también como
en especial en los escritos apocalípticos3. rrrorada de los malos espíritus (cf. Lv 16, l0; I Henoc 10,4-5;Mt 12,43llLc
y estaba con los animales salvajes fen meta tón th¿riónl. El importantc I I ,24). Esto es lo que se expresa en nuestra escena. Es como si el Espíritu,
paralelo de T. Neft. 8, 4 (cf. comentario a 1, I 2- I 3) puede sugerir que los ani- habiendo encontrado finalmente un instrumento humano a través del cual
males son hostiles a Jesús. Pero, como ha notado R. Bauckhama, en todos los ¡rudiera cumplir sus fines, se estuviera preparando ahora para una lucha con-
restantes lugares de Marcos, einai meta tinos ttene generalmente el sentido lra el adversario (véase lanota sobre <por Satán> en l, 13 y la referencia de
de una asociación cercana y amistosa (3, 14; 5, 18; 14, 67 . Cf .4, 36). Por Mt 12,28, donde el Espíritu aparece como vencedor del demonio).
otra parte, en el Antiguo Testamento y en los escritos del judaísmo tardíon la Probablemente, en su relato sobre la tentación de Jesús, Marcos está
enemistad entre los seres humanos y los animales aparece como una distor- lpoyándose en materiales premarcanos, pues 1, 12 no cuadra en este con-
sión de la armonía original que existia entre ellos en el Edén. tcrto: ¿Cómo puede Jesús ser expulsado al desierto, si es que conforme a
En el eschqton será superada esa enemistad (cf. Is I l, 6-9) y Dios ofre- I , 4- I I se encontraba ya en el desierto? Es improbable que la fuente de la
cerá a los hombres un nuevo pacto con los animales, de tal forma que los que Marcos ha tomado este relato pueda ser la narración extensa de Q (Mt
hombres podrán vivir de nuevo en paz con ellos (cf. Os 2, l8). Marcos cree, 1. l-llllLc 4, l-13)7 . Por un lado, resulta dificil de explicar la drástica abre-
sin duda, que esta restauración se ha realizado ya en Jesús, el nuevo Adán v iación que Marcos habría hecho del texto más cxtcnso de Q. Por otro, de-
(véase de nuevo eI comentario sobre I , I 2- I 3 ). De un modo semejante, mu-
5. Cf. Atanasio, Vida de San Antonio 14; Sulpicio Scvclo. /)i¿il¡rgr¡ l, 13. Pueden recor-
2. Cf. W. Bauer y ofros, A Greek-English Lc.rit ort t¡l lha Nev'Testantent,23'7. rlarse además lasFlorecillas de San Francisco de Asís.
3. Cf. D. S. Russell, The Method an¿l Mes,rttgt'tl .lcv'ish Apocalvptic,235-262. 6. Cf. H. W. Beyer, Diakoneo,Sl-93.
4. R. Bauckham- Jesus and the lilild Aninuls (lllk l, I -l), 3-21. 7. En contra de J. Lambrecht, John the Bdpt¡.\t un¿ .l(.\tt.t it¡ trlurk l, 1 -I 5, 357 -384.
182 El prólogo de Marcos (Mt l, l-15) Mc l,12-13: Comenlario 183

( )tros pasajes del Antiguo Testamento pueden haber influido también en


bemos recordar que los dos relatos son muy distintos en su fondo: Q no
menciona los animales, mientras que Marcos no menciona el ayuno. Mar- \lt l, 9-13. Así, por ejemplo, Is I l, l-9 habla de una figura davídica que
cos ha tomado este relato de otra fuente. Sus contribuciones propias al pa- r,'t'¡bc el Espíritu (1o mismo que sucede en Mc 1,9-11) y viene a describir
saje son probablemente mínimas; él puede ser responsable del uso de <in- rlt's¡rués una visión idílica conforme a la cual comienza a superarse de un
mediatamente) en l, 12 y de la referencia al desierto en l, 12, dado que rrrtxlo milagroso la enemistad entre los animales salvajes y los seres huma-
esta resulta superflua en el contexto y el desierto es para él un tema impor- n{)s. como en Mc l, 13r0. Además de eso, la tentación de Jesús por Satán
tante (cf. 1,3.4.35.45, etc.). trt'nc reminiscencias de tradiciones judías en las que Abrahán aparece ten-
Estructuralmente, el pasaje consta de cuatro cláusulas, tres de las cua- t;rtlo por Satán en la dqedah, es decir, en el sacrificio de Isaac (véase, por
les comienzan con (y). Las últimas tres tienen una estructurarilmica: ' l('nrplo, Jub. 17, 15-16; b. Sanh. 89, b) -una historia que puede haber in-
llrutlo en la descripción de Jesús como hijo amado en el pasaje anterior (véa-
A y estaba en el desierto durante cuarenta días, ',r l¡ nota sobre <amado> en l, I I )-.
B siendo tentado por Satán, Marcos no describe específicamente el desarrollo de la batalla entre Je-
A' y estaba con los animales salvajes ',rrs y Satán, pero el contexto sugiere que él consigue la victoria, vencien-
B' y los ángeles le servían. ,l,r irllí donde Adán fracasó, por su resistencia en contra de Satán. A la na-
rrrre i(ln le sigue inmediatamente la proclamación triunfal de Jesús que
Las partes A y A sitúan a Jesús, utilizando cláusulas que comienzan con ,rrrtrncia la llegada del reino de Dios (1, 14-15). Conforme a la orientación
las palabras <y estabu. Las partes B y B'describen lo que le sucede, po- ,r¡rocaliptica, que se presupone a lo largo de todo el evangelio de Marcos,
niendo en contraste el asalto de Satán y el ministerio de los ángeles. ,rr¡rrcl anuncio del Reino indica que el dominio de Satán ha sido derrumba-
,1, r' . Más aún, poco después tiene lugar un poderoso exorcismo (1,21-28),
I
I, 12-13. Jesús habita en el desierto. Después de haber sido arrojado
r'n cl que se muestra que el poder de Satán en la gran batalla cósmica ha si-
por el Espíritu al desierto, Jesús permanece allí cuarenta días -como Elías,
,1,, sustancialmente debilitado (cf. Lc 10, l7-18). Esta comprensión se en-
que fue también mantenido por la provisión de comida del ángel (l Re 19,
, r r('ntra reforuada por el Z Neft. 8, 3-4, un pasaje donde se combinan varios
5-8; cf. I Re 17, 5-6)-. Pero el modelo bíblico originario para el retrato de
,1,' ltrs motivos que hallamos en Mc 1,12-13 y 1, 14-15:
Jesús que ofrece nuestro pasaje no es Elías, sino Adán8. Adán fue tentado
por la serpiente, adversaria de Dios, que en el judaísmo posterior vino a Por vt poder real (skeptos) se revelará Dios para salvar a la nza de Israel. . .

identificarse con Satán (cf. Apoc. Moisés 15,4). Más aún, antes de la caí- Si obráis el bien, hijos míos,
da, Adán vivía en paz con los animales (Gn 2, 19-20) y, conforme a una le- os bendecirán los seres humanos ylos ángeles...
yenda judía, sus comidas eran preparadas por ángeles -hemos visto ya que El diablo huirá de vosotros,
la preparación y servicio de la comida era uno de los matices de di¿konoun las fieras os temerán
(le servían) en l, 13 (cf. nota sobre <le servían> en l, 13)-. y los ángeles estarán a vuestro lado.
El motivo de los cuarenta días aparece en un relato apócrifo muy influ-
yente de la caída (Vida de Adan y Eva,6). En ese mismo relato, que proba- Aquí hallamos las tres acciones que están asociadas con Jesús en Mc l,
blemente refleja una tradición muy extendidae, Adán ha sido elevado por I I (Satán, los animales salvajes y los ángeles), en un pasaje que trata de la
Dios a una posición de preeminencia, recibiendo la oposición envidiosa de r,'r'clación del poder real de Dios (cf. Mc 1, l5) y del destronamiento con-
',('( ucnte del Diablo.
Satán, pero siendo adorado por otros ángeles (Vida deAdany Eva,12-15).
De un modo semejante, en Mc 1,9-13, Jesús es proclamado Hijo de Dios, lrsta lectura tendría importantes corolarios para los lectores de Marcos,
o incluso entronizado como Hijo de Dios, siendo combatido por Satán y l)()r'(ple quizás ellos mirarían la lucha de Jesús como un prototipo de sus pro-
adorado por los ángeles (en el caso de que diekonoun tenga aquí ese signi- ¡'rrrs luchas. Sean cuales fueren los poderes demoníacos que se les oponen,
hrs lcctor€S de Marcos deberían saber que también ellos, al igual que lo fue
ficado alternativo; véase la nota sobre <le servían> en l, l3). Esta interpre-
,rrrlcs Jesús, han sido conducidos por el Espíritu al campo de batalla y han
tación tiene la ventaja de vincular nuestro pasaje con el anterior y ofrece un
,,rtlo armados con su poder, de manera que no deben tener miedo. Más aún,
motivo para entender la hostilidad de Satán contra Jesús, es decir, la envi-
l,r vinculación narcafiva entre el bautismo de Jesús (1, 9-l l) y la lucha con-
dia. Ella concuerdatambién con el énfasis general del prólogo, centrado en
rrrr Satán con la fuerza del Espíritu (1,12-13) puede recordarles su propio
la nueva creación (véase la introducción a 1, l-15).
lr;rrrtismo, en el que han sido equipados por el Espíritu para luchar contra los

8. Cf. H. Mahnke, Die Versuehungsgesehiehte im Rahmen der synoptischen Evange-


lien, y U.Mel| Jesu Taufe durch Johanne s ( M u rku s I : 9 - I 5), I 6 1 - I 78. I0. Cf. R. Bauck,ham, Jesus and the Wíld Animals (Mark I.I3), 14-|6.
9. Cf. G. A. Anderson, The Exaltation d Adun und the Fall of Satan, 105-134. I I . Cf. L. E. Keck, The Introduction to Mark's Gospel,36l -262.
l¿14 El prólogode Mun't¡.t (lllt l. l-15)
Mc L l 4- 1 5: Nt¡tus 185

poderes demoníacosr2. Un eco de la teología bautisrnal resulta aquí especial- (iulilea [Galilaia (n)l.Para un buen panorar]ra del tema de Galilea en
mente apropiado, ya que, en el primitivo cristianismo, las personas recién \lrrrcos, véase el trabajo de G. Stembcrgerr sobrc el tema. Investigadores
bautizadas se asociaban a menudo con Adánrr y, como hemos visto, nuestro rnlluyentes, como E. Lohmeyer, R. H. Lightfoot y W. Marxsen, han inter-
pasaje se encuentra muy marcado por la tipología adámica.
¡rrctudo la Galilea en Marcos como tierra de salvación, en contra de Jeru-
Según eso, para Marcos, lo mismo que para Pablo, Jesús es el primogé- '.,rli'rr, que es la tierra del rechazo. En contra de esa visión, G. Stembergef
nito de una nueva humanidad (cf. Rom 5,12-21; I Cor 15,21-22).Más l¡:r indicado que Jesús ha encontrado a menudo oposición y hostilidad en
aún, a Jesús, como a Adán, se le ha concedido el dominio universal, de ma- t i:rlilca (cf . 3,20-35; 6, l-6;1 , l-23). Pero debemos responder que en nin-
nera que él ha venido a convertirse de esa forma en el instrumento a través
1,rrno de esos pasajes emplea la palabra <Galileu.
del cual puede realizarse el mismo reino de Dios sobre la tierra (cf. Gn l, l:n sí misma, la palabra Galilea tiene para Marcos una connotación posi-
26-28). En el siguiente pasaje, Jesús dejará su Edén en el desierto, no por- trrrr (1, 14.28.39;3,7;14,281'15,411'16,7); sólo en unos pocos casos apa-
que ha sido expulsado de é1, como Adán, sino a fin de proclamar al pueblo r('(c con un sentido neutral (1,9.16) o negativo (6,21). Es también signifi-
de Dios la llegada del dominio real de Dios. ,:rtivo el hecho de que casi la mitad de los usos marcanos de esta palabra
(, irrco de doce) se dan en el capítulo primero; la palabra se encuentra, pues,
('\('ncialmente asociada con el comienzo del ministerio de Jesús y así ayuda
6. Ln pneorcAclóN TNAUGURAL DE Jasús (1, l4-15)
.r rltuninar su uso en 14,28 y 16, 7, donde aparece como promesa de un nue-
\ () comienzo para el ministerio de Jesús después de la resurrección.
I ra
Pero después que Juan fue entregado, Jesús vino a Galilea, pro-
lil evangelio de Dios fto euangelion tou theouf, que es la lectura de N,
clamando el evangelio de Dios rs y diciendo: <El tiempo se ha cumplido ll. etc. Sin embargo, muchos textos introducen l¿.s basileias (del reino)
1.,
y el reino de Dios se ha acercado. Convertíos y creed en el evangelio>. rlt's¡rrréS de euangelior,r, haciendo así que Jesús aparezca como predicador
,lt' ltt buena nueva del reino de Dios. Pero, como ha destacado B. M. Metz-
¡'t'r'. <el evangelio de Dios> constituye una lectura más dura y es probable
Notas (a
'luc sea la original y que haya sido expandida por un escriba posterior
lrrr tle lograr que esta frase inusual de Marcos venga a conformarse con la
l, 14. Pero despttés fmeta del, que es la lectura de N, A y la mayoría dc , r¡rrcsión mucho más utilizada de 'el reino de Dios'>5.
los testimonios. Sin embargo, algunos pocos testimonios, con B y D, intro- l:l primer matiz del genitivo tou theou (de Dios) es objetivo (la buena
ducen un ka¡ (y), leyendo kai meta (y después). Esto respondería al uso pa- r¡,rlicia o evangelio sobre Dios), como muestra el verso siguiente, donde Je-
ratáctico (cf . glosario) normal de Marcos, pero por eso mismo puede ser una .rrs proclama la buena noticia de la llegada del reino de Dios. No obstante,
armonización propia de escribas. Resulta preferible la lectura del testimonitr r,rrrrbién puede presentar unmatiz subjetivo (el evangelio <de Dios>); cf. el
textual citado (metq de). Esa construcción marcana, meta de, sugiere cierta , r)tn(nterio a l,l. La semejanza y el contraste existentes entre nuestra fra-
discontinuidad con lo que ha venido pasando hasta ahorar. .,'y la de l, I (el evangelio de Jesús Cristo) resultan significativos. Jesús
fue entregado fttaradothenai]. Marcos no especifica quién es el agentc I'roclama <el evangelio sobre (de) Dios> (1, l5), pero tras la pascua cam-
de esa (entrega)). El término griego puede referirse a una actividad huma- I'rr cl centro de gravedad del mensaje, que aparece como (evangelio sobre
na y significar simplemente: <Pasó bajo la custodia de>2. Pero en el famo- rrle ).lesús Cristo> (1, l). Así, Marcos demuestra que distingue entre el pe-
so pasaje del <siervo sufriente> (ls 53, 6.12)y en los salmos del justo su- rrotkr pre- y post-pascual; en el paso de un tiempo al otro, <el proclamador
friente (Sal 27 , 12; 41,2, etc.) ese término alude a la acción de Dios quc ., hl venido a convertir en el proclamado>, conforme a la formulación clá-
entrega a sus siervos escogidos al sufrimiento y a la muerte. Quizá aquí sc .¡t l de R. Bultmann6.
implican esos dos matices, dado que Marcos conoce el arresto de Juan por 15. y diciendo lkai legón hotil. Literalmente, <y diciendo que)). Pero en
los agentes de Herodes (cf . 6, l7); pero el contexto inmediato habla del , l [r'icgo dela koiné, cuando viene delante de un discurso, hoti pierde su sen-
cumplimiento delplan divino (cf. <eltiempo se ha cumplido>: l, l5). tr(l() propio y viene a equivaler a dos puntos más un signo de cita7.

12. Cf. B. H. M. G. M. Standaert, L'Evungile selon Marc,506-508. Sobre las relacio- \. G. Stemberger, Galilee-Land ol'Salvation?, apéndice 4 a W D. Davies, The Gospel
nes entre el bautismo y los exorcismos a lo largo de la historia de la Iglesia, cf., también, tl. ,, t, I r ltt Land, 409-438.
A. Kelly, The Devil at Baptism. .r. rbid..409-438.
13. Cf.J.Jewell, ImagoDei,l9T-2l3,yWA.Mceks.ThelnrugeoftheAndrogyne, lS5. 5 B. M. Metzger, .4 Terlttul Commentery on lhe Greak Ncw Te ,rtument,74.
l. Cf. V Taylor, The Gospel according to Suittt Murk,165; también, la introduccit'rn ('. Cf. R. Bultmann, Theology o/ the Newkstantcnt I, 33. ('L G. Rau. Das Markuse-
a I.l-15. ,, ttr\!'Iium,2047 -2072.
2. Cf. W. Bauer y otros, Paradidó¿¡i, 614-615. 'li,ttrtntt'ttt,
7. C'L E. Blass y otros, A Greek Grqntilkrt' ú tha N<,y' \ 470 [ I ].
Mc l, 14-15: (\¡manlurio 187
186 EI prólogode Murut¡s (I4c I, l-15)

El tiempo se ha cumplido lpeplérr1tai ho kairosl. Lapalabra kairos pue- A. M. Ambrozictí ha intentado salir en ayuda de la opinión de Ch. H.
)otld poniendo de relieve el paralelismo entre las dos primeras cláusulas del
de significar ((un momento decisivo> (f . 12, 2: 13, 3) o un (lapso de tiem- I

po> (cf. 10, 30; 11, l3). A causa de su combinación con pleroun, cumplir, ,nrtrncio de Jesús en 1, 15. Sin embargo, este argumento malinterpreta el pa-
que implica linearidad en este caso, se debe preferir al significado de épo- r:rle lismo bíblico, que puede implicar cualquier intermedio, desde identidad
ca o <lapso> de tiempo8.
,r t ontradicción y que, en este caso, indica, probablemente, una intensifica-
{ r{in cle la primera cláusula a la segundarT: <El tiempo se ha cumplido y, lo
el reino de Dios. Esta es la primera referencia a he basileia tou theou,
,lut' (s más, el reino de Dios se ha acercado>.
una frase que suele traducirse por <reino de Dios> (así lo hace la versión in-
('onvertíos lmetanoeitel. Véase la nota sobre (conversión)) en l, 4.
glesa King James: <the Kingdom of God>), pero que, conforme a la visión
de la mayor parte de los investigadores, no evoca tanto el lugar sobre el que
t'rced en el evangelio fttisteuete en tO eLtangelipl. Aquí, como en 8, 35;
I tt. 2t); 13, l0 y 14,9, Marcos utlliza to euangelion, <la buena nueva), en un
Dios reina, sino más bien el hecho de que Dios reina o el poder por el cual
,, ntido absoluto, es decir, sin una frase cualificativa, como <buena nueva de
él manifiesta su soberanía; por eso, podría traducirse como <dominio de
l, sirs Cristo>> (en l, l) o <de Dios> (en l, 14). El uso absoluto no se encuen-
Dios>; con ese matiz empleamos la fórmula <reino de Dios>e. Éste es el
rrr nunca fuera de la Iglesia primitiva, e implica una <intensificacióu dis-
sentido básico de la expresión hebrea y aramea (reino del cielo> (malkút
trrtivanrente cristiana del concepto de euangelion 18. De un modo sorpren-
ídmayim/malkútd'dé íémayya'), que se refleja en la frase del Nuevo Tes-
,l( nlc, ese uso no aparece utilizado nunca por Mateo, que prefiere la frase
tamento. S. Aalenr0 sólo puede criticar esta interpretación de la basileia tou
, rrrrlil'icada: <el evangelio del reino [de Dios]> ('ll4.|4,23;9,351'24, l4), ni
theou en el Nuevo Testamento tomando la postura improbable de que Jesús
rechazó deliberadamente el matiz dado a esa frase en el judaísmo. Este ca- l,,r'Lucas, que en su evangelio evita el sustantivo (evangelio), parautilizar
rrus lrien el verbo correspondiente euangelizesthai (a pesar de ello, cf. Hch
so de Mc 1, l5 constituye un argumento fuerte a favor de una interpretación
dinámica y apocalíptica de la frase en Marcos, pues en su texto se dice la
l\. 7). El evangelio de Juan omite también el término <evangelio>. Por el
, ,rrtrario, el uso absoluto del término aparece muy a menudo en los escritos
basileia se ha acercadorr.
,1,' l'rrblore. Para ver otros rasgos paulinos en Marcos, cf. introducción.
se ha (tcercado fengiken]. Ch. H. Doddr2 ha tenido gran influencia al
afirmar que el sentido original de esta frase era que el reino de Dios ha lle-
gado, apelando para ello a los pasajes en los que engizein se utiliza paratra- ( o¡rrentario
ducir el hebreo ng'o el arameo ml' . Sin embargo, en los LXX, engizein sir-
ve casi siempre para traducir otros dos verbos distintos: ngí y qrb, quc
Itttroducción Después de haberse mantenido firme, con el poder de
significan acercarse y éste es el significado más obvio del verbo griego en
)ros. crt su lucha personal contra Satán y después de haberse opuesto a su
I
los otros pasajes del Nuevo Testamento, lo mismo que todas las restantes y
',rn¡r pretensión de dominio universal
(cf. Mt 4, 9llLc 4, 6), Jesús viene
raras veces que aparece en la literatura griega fuera de la Biblia'3. Cierta- ,rlrrrir ¿r Galilea, el hogar de origen de la salvación(cf . nota sobre <Galilea>
mente, hay casos en el Nuevo Testamento donde la palabra engizein podría , rr I . l4), proclamando la buena noticia de que Dios mismo está pronto pa-
significar <llegadu (y no simplemente acercamiento). Así, por ejemplo, R. r .r t'ir f irmar su dominio sobre el mundo: <El reino de Dios se ha acercadoD.
r

F. Berkeyra cita Lc 24, 15 y Hch21,33. Pero esos dos casos de engizein son I nl conexión semejante entre el fin del dominio de Satán y el comienzo
participios aoristos, que aluden con probabilidad a una acción anteceden- ,l, l tlorninio de Dios aparece también en la profecía escatológica de T Moi-
ter5, de manera que es probable que ellos indiquen sólo un acercamiento an- ., r I 0, l: <Entonces aparecerá su reino (regnum) a través de toda su crea-
terior que ha precedido a la llegada real. , r,rrr. l..ntonces el Diablo perecerá>.
I l transición que introduce en el tema del Reino de Dios aparece anun-
8. Cf. J. Marcus, <TheTime Has Been Ful/illed!> (Mark 1, 15),52-53. , r.rrlrr también por la tipología entre Adán y Cristo, presente en1,12-13, da-
9. De manera consecuente, J. Marcus utiliza en su texto la fórmula inglesa <the do-
minion ofGod>. Pero, en castellano, a pesar de los inconvenientes que pueda tener, parece '1,r1¡¡¡g el Adán anterior alacaída es el representante del reino universal de
preferible seguir empleando la fórmula tradicional de <reino de Dios>, pues las otras f(ir- lf rrrs (Gr 1,26-28) y suele aparecer representado como un rey20. Más aún,
mulas (dominio de Dios o soberanía de Dios) tienen matices menos apropiados [N. del T I
10. Cf. S. Aalen, <Reign> and <House>?,215-240.
I 1 . Cf. J. Marcus, Entering into the Kinglv Power of God, 663-67 5.
I r, A. M. Ambrozic, The Hidden Kingdom,21 .

12. Cf. Ch. H. Dodd The Parables of the Kingdom,36-37.


I i .1. L. Kttgel, The ldea of Biblical Poetry: Parallelism
and lts History, 51.
13. Cf. W. G. Kümmel, Introduction to lhc Ncu,kstament, l-25; J. Schlosser, /.,'
lx. ('f. H. Koester,
Ancient Christian Gospels: Their Híslon and Development,5.
Régne de Dieu dans les dits de Jesus, 106-108.
l() ('f. W. Marxsen, Mark the Evangelist, 147.
14. R. F. Berkey,rNczaN, EzHTHANEIN, und Reuli:ed Eschatology,l83. '0. ('t.,porejemplo,2Henoc30,12y lasrepresentacioncsiconográficasdescritaspor
, , \ .,\n(lerson, The Gurments o/ Skin in Apooyphal Nunutive un¿l biblical Commentary,
15. Cf. E. D. W. Burton, Syntax o/ the Mtxxls und Tenses in New Testament Grecl'.
r r rrrtt l.
$ 134-r38.
El prólogo de Marctts (ll4t' l. I - I 5) Mc 1. 1 4- 1 5: Contanturit¡ t89

en una versión antigua de la historia de Adhn (Apoc. Moisés 39, I -3), Dios A pesar de que tienen orígenes diferentes, los dos versiculos (1, 14 y 1,
le profetiza que en el eschaton el dominio de Adán reemplazará al de Sa- | ', ) sc vinculan como una unidad marcana cohesiva. Las palabras finales de
tán, que Adán se sentará en el trono de Satán y que esta transferencia de po- I l-l (el evangelio de Dios) aparecen en 1, 15 en un orden invertido (el rei-
der será causa de alegría -un paralelo no sólo del tema marcano del paso tt tlt, Dios, creed en el evangelio). Más aún, el contraste entre el eón antiguo
del dominio de Satán al de Dios, sino también del tema de la buena nueva r cl nLrevo, que llena todo l, 15, como un modelo altemativo de vida, se en-
o evangelio-. r r('rf [ra también implícito en l, 14. El arresto de Juan Bautista ( 1, 1 4a) mues-
De los dos versículos de l, 14-15, el primero parece de origen marca- tr;r l¿r rnanera en que los poderes de la edad antigua reaccionan contra aque-
no: se trata de un versículo de transición y presenta un vocabulario carac- ll,rs t¡ue anuncian la acción escatológica de Dios. Pero el hecho de que Jesús
terístico de Marcos (entregado, Jesús vino, Galilea, proclamando, evange- r rrt'lva a su patria para proclamar la buena noticia (1, l4b) demuestra que la
lio), aparte de que responde a la visión marcana de Juan como precursor dc ,,¡lrsición de esos poderes no puede silenciar la voz de Dios.
Jesús (cf. 1,2-3;9,11-13). Sin embargo, el resumen del mensaje de Jesús en
I, l4-15. Proclamación inauguralde Jesús. Marcos introduce el pasaje
l, 15 incorpora probablemente una tradición premarcana, puesto que es si- ¡ ln un? cláusula subordinada que implica que el ministerio público de Je-
milar a otros pasajes del Nuevo Testamento que han sido identificados co- '.rrs rro empiezahasta después que Herodes haya encarcelado a Juan (cf. 6,
mo fórmulas bautismales (cf.figura 5).
I I l9). De hecho, históricamente, el ministerio de Jesús parece haberse so-
El paralelismo resulta aún más sorprendente en el caso de Rom 13,12,
l,r¡rrdo con el de Juan Bautista durante algún tiempo (cf. Jn 3, 22-30)22. Si
donde se encuentran exactamente los cuatro elementos de Mc l, 15 en el
\lrn'cos conocía este hecho, él lo ha velado, probablemente por su idea de
mismo orden, a saber: 1. el anuncio de la finalización de la edad antigua;
,
¡rrc la función de Juan había sido la de actuar como precursor de Jesús (cf.
2. el anuncio del comienzo de una nueva edad; 3. la llamada a convertirsc
Ll-3), tanto en su proclamación del eschaton (cf. 1, 4-8), como en el he-
y a dejar la edad antigua; 4.lallamada a dirigirse a la nueva edad2r. Por otro
, lro dc que ambos personajes han sido arrestados, han sufrido y han pade-
lado, en el Nuevo Testamento los motivos de la conversión, la fe y el reino
de Dios suelen aparecer asociados con el bautismo (cf. Hch2,38; Jn 3, 5; ' r(lo una muerte injusta (cf.6, 14-29;9, 11-13).
l.a primera acción que Marcos recoge en el ministerio público de Jesús
I Cor 6, 9-11; Col 1, 13; Heb 6,1-2). ,', srr proclamación de la <buena noticia de Dios> (1, 15), siguiendo en la
Sin embargo, el hecho de identificar l, 15 como una fórmula bautismal
lrrrr'rr d€ 1o que ha hecho en el comienzo del conjunto de su evangelio, que
no significa que no resulte posible retrotraer su núcleo al Jesús histórico; err
, nrl)czaba con una referencia a la <buena noticia de Jesús Cristo> (1, l).
efecto, las fórmulas bautismales posteriores bien pueden haber incorpora-
| .itl correspondencia no puede ser accidental. Ella muestra más bien que
do temas suyos característicos.
l,r lrrcdicación de Jesús anticipa y prepara la predicación de la Iglesia, re-
,,rrrociendo, al mismo tiempo, la distancia que existe entre ellas (cf. nota
Figura 5. M¡ncos l, l5 v ornes nóRvules BAUTTsMALES ,,'lrrc <<el evangelio de Dios> en l, 14).
Iil contenido del evangelio viene especificado en un par de sentencias
,¡rrc han sido cuidadosamente vinculadas por su estructura (1, l5). La pri-
Mc I, 15 Rov 13, 12 I Tes 5, 5-6 Col 1, 13 Hcu 26, 18
n r('r'a consta de dos cláusulas principales conectadas por un <y>, y cada una
El tiempo se ha La noche está Sois hijos de nos ha librado r['csoS cláusulas contiene un verbo indicativo en tiempo perfecto (se ha
cumplido muy avanzada, luz e hijos del del poder de la
, rurrplido, se ha acercado). La segunda sentencia consta de dos imperativos
día. tiniebla
( t onvertíos, creed), conectados también por un <y>. Las dos sentencias son

de
Y el reino y el día está No somos hijos y nos hatrasla- , ',Inrcturalmente paralelas, tanto horizontal como verticalmente:
ha
Dios se cerca. de la noche ni dado al reino de
acercado. de las tinieblas. su Hijo amado. El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado.
Convertíos Despojémonos, Por tanto, no para convertir- Convertíos y creed en el evangelio.
pues, de las durmamos co- se de las tinie-
ti-
obras de las mo los demás. blas a la luz I:ste paralelismo ha de entenderse en el contexto de la escatología apo-
nieblas y , :rliptica. El kairos,la antigua edad mala del dominio de Satán se ha cum-
el
y creed en vistámonos con sino vigilemos y del poder dc ¡'lrrlo, esto es, se encuentra en su fin (1, 15a; véase la nota sobre <el tiem-
evangelio. las armas de la y seamos so- Satanás a Dios. ¡rrr sc h8 cumplido> en 1, 15; cf. también Gal 4,4; Ef l, l0); la nueva edad
luz. brios. ,k'l rcino de Dios va a comenzar (1, lb). El primer imperativo (convertíos:

21. Cf. I. Marcus, <TheTime Has Been Fullillttl!> (Murk l, l5),52-53 12. Cf. C. H. Dodd, HistoricalTradition in the Fourth Gospel,279-287.
190 El prólogo ¿le Maru¡,s (tr|( l , l- l 5)

l, l5c) corresponde al primer indicativo: kls oycrtte s reciben la llamada pa- 2


ra convertirse y salir de la edad antigua, c¡uc alttlra se encuentra en el lecho
de muerte. El segundo imperativo (creed: I, l5d) corresponde al segundo PRIMERA SECCIÓN PRINCIPAL
indicativo: los oyentes están llamados a volvcrsc en fe hacia la nueva edad (Mc I ,16-3,6)
que está empezando, una edad en la que Dios reinará como rey.
Como he dicho antes. este anuncio incorpora probablemente una anti-
gua fórmula bautismal. Si eso es asi, Marcos está haciendo que sus lecto-
res recuerden, de esta forma, el momento en que ellos mismos se aproxima-
ron a las aguas bautismales. <El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios
se ha acercadoD; en su bautismo, ellos habrían escuchado este anuncio de
la transformación cósmica como una promesa de que ahora ellos podían
entrar en el reino de Dios. <¡Convertíos y creed en el evangelio!>; en su
bautismo, ellos habrían oído esta exhortación como una llamada a sepultar I El p¡niooo DE LUNA DE MIEL (Mc l, 16-45)
bajo el agua este mundo moribundo y a levantarse a partir de ella y contem-
plar, con los ojos de la fe, la nueva creación de Dios. En resumen, Mc l, l5 iI) INTRODUCCIÓN
les recordaría el momento en que ellos mismos vinieron a convertirse en
discípulos de Jesús. Después del prólogo (1, l-15), la primera sección principal de Marcos
Por eso, resulta lógico que el siguiente pasaje del evangelio narre la lla- ( ()nrienza con la llamada a cuatro hombres, para que dejen sus redes de
mada de los cuatro primeros discípulos de Jesús. llcsca y comiencen una vida de seguimiento de Jesús (1, l6-20). A 1o largo
,lc los seis primeros capítulos del evangelio encontramos tres narraciones
r'\tcnsas de este tipo, en las que se contiene un encargo o nombramiento de
lcs[rs a sus discípulos, y en todas ellas aparece el verbo kalein (llamar)r. En
t rrtla uno de esos casos, la llamada o vocación viene después de un suma-
r io cle transición donde se describe la actividad de Jesús ( 1 , l4- 1 5; 3, 7 -12;

t'. (rb)2. Parece razonable suponer que Marcos ha colocado deliberadamen-


tc cstas tres llamadas de <vocación> al comienzo de tres unidades literarias,
lrr primera de las cuales es l, 16-3, 6.
Dentro de esa unidad más grande ( I , 1 6-3, 6), I , 16-45 constituye la pri-
rrrcla subsección. Ella resulta sorprendentemente distinta, por su tono, de la
srrbsección que sigue (1, l-3, 6), en la que Jesús aparece constantemente en
t onflicto con los escribas y los fariseos. Aquí, en I, l6-45, la audiencia de
lesús está formada exclusivamente por amigos y vecinos, que le reciben con
hrs tlrazos abiertos y que dan gracias a Dios por su presencia entre ellos. En
r'sta sección aparecen una y otra vez noticias sobre la profunda y favorable
rrrrpresión que Jesús va dejando ente sus compatriotas: su fama se extiende
¡ror doquier a través de Galilea (l, 28); toda la ciudad de Cafarnaún se reú-
r rc a la puerta de <su casa> ( I , 22) y la gente acude hacia él desde todas par-

te s ( l, 45). Es realmente un período de <luna de miel>.

De los cinco pasajes de esta sección, los cuatro primeros acontecen en la


¡rtrblación de Cafarnaún (1,21-28;1,29-34) o en sus alrededores (1,16-20;
l. l5-39). Estos pasajes vinculados a Cafarnaún son característicos porque
l;r rrrayoría de ellos mencionan a Pedro por su nombre, Simón (1,16 12x1.29.
t0 36), y porque, en contra del modo de narrar de Marcos (a no ser en la na-

l. Cf. E. Schweizer, The Portrayal of the Li/e ol lüirlt irt rha Go.spel of Mark,388-389.
l. Cf. N. Perrin-D. C. Duling, The Neu,Te,\lont(nt. ,,1tt lttlnxltttlitn.239-240.

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