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Depende de cada canción, pero es bastante habitual que las canciones tengan un
estribillo que se va repitiendo varias veces a lo largo de la canción.
Ese estribillo puede ser un resumen en pocas líneas del tema sobre el que quieres
hablar.
Puede ser lo primero que escribas, ya que te puede ayudar a escribir el resto de la
canción, ya que con él definirás aún más la temática.
Por ejemplo, si la temática es amor, puedes hablar de dos amantes que viven
separados por la distancia y ya tienes una variación más.
Una vez tienes el estribillo, puedes definir cuánto quieres que dure la canción.
En función de eso, tendrás que escribir las estrofas. Una, dos, tres… depende de
cuán larga quieres que sea tu canción.
Puedes designarlos con letras para que después sea mucho más fácil componer
la música.
Es importante que el orden que elijas para escribir tenga sentido en tu historia.
Ahora que tienes tu letra para la canción, queda ponerle música y melodía de voz.
Más o menos vas a tener que hacer lo mismo que antes, pero en este caso vas a
tomar menos decisiones a la hora de escribir la letra de la canción.
Por ejemplo, si es una canción alegre, hablar de un tema como la muerte puede
quedar un poco raro, aunque por supuesto se puede hacer, ¿porqué no?
Es lo mismo que hemos hecho antes, sólo que ahora te viene dado por la música,
sólo tienes que prestar atención y coger un papel y lápiz.
Quizás prefieras hacer esto antes de decidir la historia (imagínate que hay sólo
dos estrofas y tú quieres estructurar pasado – presente – futuro). Aunque siempre
puedes añadir una estrofa más a la canción.
Lo primero es saber cuántas frases van a haber. Para ello puedes contar las
vueltas que da la música.
Lo habitual es que si son pares hagas un número par de frases y si son impares
impar, aunque no tiene que ser así obligatóriamente, la penúltima la puedes dejar
en silencio o dejarla sostenida para que cubra la frase que falta.
Una vez definas cuantas frases hay en cada parte (A, B o C), sabrás de donde a
donde tiene que ir tu frase.
Puedes empezar por escribir una frase e intentar encajarla en ese intervalo. Ten
en cuenta que puedes jugar con la velocidad.
Cantando más deprisa o más despacio podrás encajar más sílabas por nota o
menos.
Y ahora, ¡a escribir!
Cada nota de la melodía te dirá cuántas sílabas puedes poner en una frase,
aunque algunas veces puedes jugar con eso y poner una palabra entera en una
sola nota.
Así sabrás qué duración aproximada tiene que tener cada frase.
Cuántas frases tienes que poner en cada estrofa, en el puente (si lo hay) y en el
estribillo, también vendrá definido.
Vuelve a coger papel y lápiz para escribir la estructura de la canción, las frases por
estrofa y el número de sílabas por frase.