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Escuela Imagenología
Alumno:
Bolmarys Carrera
C.I 26220105
Sección: 3T
Se dice que el hueso iliaco es plano, y este articula con el sacro, el cual hace función de
cuña entre los dos iliacos. La unión de estos constituye el cinturón pélvico, donde están
alojados órganos muy importantes para nuestras vidas.
Tener unas caderas fuertes y que puedan realizar todos los movimientos con fluidez y
sin dolor es esencial pues la cadera es la articulación que une tren superior con inferior y
por lo tanto, su buen funcionamiento es fundamental para que todo nuestro cuerpo
pueda moverse correctamente, tanto en decenas de acciones diarias como a la hora de
practicar otra actividad física (como footing, tenis, paddle, ciclismo, etc), además del
método pilates.
Debido a que dichas bursas están rellenas de líquido sinovial, están expuestas a todos
aquellos procesos de índole inflamatoria, que afectan a la cadera
La articulación de la cadera está compuesta por una bola y una copa que la envuelve. La
copa de la cadera se llama acetábulo formas y rodea la bola de la parte superior del
fémur (cabeza femoral). Los gruesos músculos de la nalga en la parte posterior y los
gruesos músculos del muslo en la parte frontal rodean la cadera.
El trocánter mayor es la gran protuberancia en el exterior del extremo superior del
fémur. Esta protuberancia es el punto en el que los grandes músculos de las nalgas que
mueven la cadera conectan con el fémur. El glúteo mayor es el más grande de estos
músculos y se inserta más abajo en el fémur.
Cuando se produce fricción entre los músculos, tendones y huesos, por lo general hay
una estructura llamada una bursa. Una bursa es un saco delgado de tejido que contiene
líquido para lubricar la zona y reducir la fricción. La bursa es una estructura normal. El
organismo incluso produce bursas en respuesta a la fricción.
La cadera es una zona especialmente rica en bursas serosas. De las cuatro bursas que,
generalmente, existen alrededor del trocánter mayor, tres son constantes: dos mayores y
una menor. La menor se sitúa entre el trocánter mayor y el glúteo menor; la segunda,
entre el glúteo medio y el trocánter mayor y, por último, la más grande e importante, se
localiza entre el glúteo mayor y el tendón del glúteo medio. Esta última bursa tiene
forma de almendra y mide alrededor de 5 cm de longitud por 3 de ancho. Su función es
la de permitir el deslizamiento de la porción anterior del tendón del glúteo mayor y del
tensor de la fascia lata, cuando pasan sobre el trocánter mayor, para continuarse con el
ligamento iliotibial. Por consiguiente, cualquier proceso inflamatorio de esta bursa dará
como resultado la clínica de una bursitis trocantérea.
La bursitis trocantérea puede ocurrir en adultos de de cualquier edad, pero los pacientes
son mayoritariamente mujeres, generalmente con cierto grado de obesidad, en una
relación 4:1, en la edad media de la vida o mayores (40-60 años). En el ámbito
deportivo, se trata de una afección muy frecuente en los porteros de fútbol y en aquellos
deportistas que sufren, como consecuencia de su actividad deportiva, un excesivo
rozamiento de la región, como ocurre, por ejemplo, en los corredores de maratón.
La morbilidad incluye el dolor crónico, cojera, y dolor relacionado con trastornos del
sueño que se producen cuando el paciente está acostado sobre el lado afecto.
Diagnósticos
-Radiografías simples de cadera y fémur para evaluar la posibilidad de fractura, en la
artrosis degenerativa, o lesiones óseas. También se puede apreciar si hay inclinación
pélvica causada por una discrepancia en la longitud de las piernas con una radiografía
de pelvis en bipedestación.
-Ecografía. En los casos agudos, el volumen de la bolsa se vería como una imagen
anecoica, bien delimitada, rodeada de una pared fina. Sin embargo, en los casos
crónicos, que son la mayoría, la ecografía muestra la pared de la bolsa engrosada, con
un contenido que puede ser tanto anecoico, como hipoecoico o hiperecoico, por lo que
no constituye una ayuda de gran relevancia en el diagnóstico.
Los factores relacionados con el paciente son importantes para escoger el mejor tipo de
artroplastia según la edad y el peso. La edad determina el tiempo de duración de la
prótesis y la frecuencia de complicaciones intraoperatorias. Contrario a los primeros
informes, no hay estudios que demuestren que el género influye en el tipo de prótesis a
usar o en la duración de la misma. El peso del paciente determina el tipo de material que
se debe utilizar, metálico (cromo, cobalto, titanio) o polietileno. La presencia de
osteoporosis hace necesario el uso de cemento para aumentar la resistencia del hueso
que entra en contacto con la prótesis. Condiciones específicas como insuficiencia
vascular, inmunosupresión, disfunción neurológica e infección articular contraindican la
realización de artroplastias
El abordaje inicial del paciente con reemplazo articular se hace con la radiografía
convencional. Se deben obtener proyecciones perpendiculares de la articulación,
adecuadamente centradas y penetradas, que permitan evaluar la relación entre la prótesis
y el hueso subyacente, así como la presencia de complicaciones. La atención inicial
debe dirigirse hacia las superficies y relaciones articulares, para comprobar la posición
adecuada de los componentes protésicos. Luego, se debe evaluar la alineación de la
prótesis con respecto al hueso nativo
Población y Muestra
Como muestra se tomaran en cuenta deportista quienes son más propenso de una
artoplatia.
Técnica de recolección de datos