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Vayikra (Levítico): 9:1-11:47

Haftará: 2 Samuel 6:1 – 7:17

Mata y come: ¿Visión o Misión?

La parashá de esta semana es corta en contenido pero puede ser muy extensa al comentarla. El
primer día de funciones de los hijos de Aarón como sacerdotes del Eterno, la muerte de Nadab y
Abihu y las leyes bíblicas de alimentación para los hijos de Israel, son las divisiones más genéricas
de esta parashá.

En esta ocasión comentaremos un tema muy controversial y malinterpretado en la mayoría de


círculos de la cristiandad. Una visión con símbolos propios de los profetas y de la tradición judía,
revelada a un apóstol judío del Mesías judío ha sido interpretada para ¡abolir la Torá de los judíos!
Nos referimos precisamente a la visión de Shimon Kefa (Pedro) antes de visitar a Cornelio.

Como todos sabemos, la historia se encuentra en todo el capítulo 10 del libro de Hechos. Para
recordar el contexto, un hombre justo llamado Cornelio, recibe una visión del Eterno a eso de las
3:00 PM (hora novena según el horario del primer siglo). En esta visión, un ángel le indica que sus
oraciones han sido contestadas y que mande a buscar a Shimon, quien tiene por sobrenombre
“Kefas” (Pedro).

Cornelio era un “temeroso de Dios”, en hebreo “Yire Elohim” (Hechos 10:2). Así se denomina
en el judaísmo, a un gentil que ha abandonado la idolatría y se ha acercado al Eterno sin dar el
paso, por una u otra razón, de convertirse en judío vía circuncisión (ver Salmo 135:19-21, Salmo
118:1-4). Dichos “temerosos de Dios” eran bienvenidos en la sinagoga como amigos y eran vistos
positivamente por la comunidad judía; sin embargo, no gozaban de las responsabilidades ni de los
derechos de un judío o de un prosélito (converso a judío vía circuncisión).

Dicho esto, Cornelio manda a llamar a Pedro conforme a la orden del ángel. Mientras ellos
iban por el camino, Pedro estaba orando y le preparaban algo de comer cuando le sobrevino un
éxtasis y una visión. Lo presenciado por Kefa es relatado de la siguiente manera:

“Y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las
cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres
y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces
Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió
la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.” (Hechos 10:11-15).

Luego de eso, los enviados de Cornelio llegaron y llevaron a Pedro con ellos y entraron en la
casa de Cornelio, donde anunció la buena nueva de salvación a toda su casa. Lo demás es historia
conocida, se puede indagar aun más en el resto del capítulo 10.

¿Qué significaba la visión? Dejemos que el mismo Pedro nos conteste: “Y les dijo: Vosotros
sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí
me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo;” (Hechos 10:28).

El mensaje estaba claro para Kefa: Aquellos gentiles que él y muchos otros de su nación, veían
en términos degradantes, eran amados por Elohim y tenían un espacio en el mensaje de
Redención en Yeshúa nuestro Mesías. Lo que había sido concebido como el mensaje de la
salvación de Israel, ahora era claramente el mensaje de salvación de Israel y el mundo.

Sin embargo, muchos círculos del cristianismo ven en la visión, un segundo mensaje para
Pedro. En esta cosmovisión, El Eterno no estaba únicamente preocupado por el hombre, sino
también por el animal. Según esta interpretación, El eterno le estaba diciendo a Pedro y compañía
que ya no tendrían que rechazar a un gentil como hermano, ni tampoco abstenerse de alimentos
prohibidos por él mismo 1500 años atrás. En síntesis, El Eterno estaba poniendo a Cornelio en la
congregación y al tocino en el menú de Pedro.

Los que sostienen esta postura incluso argumentan diciendo: “Si la intención era únicamente
los gentiles, ¿por qué usar la visión de animales? ¿No querrá Dios decir algo con respecto a la
comida también? Al fin y al cabo, la ley de Moisés según lo que Pedro dice, consideraba
abominable juntarse a un no judío. ¿No será que Pedro entendió que ambas leyes estaban siendo
abolidas?”.

¿Es cierto esto? ¿Es cierto que Dios estaba “matando dos pájaros de un tiro” con la visión? ¿Es
razonable la conclusión? ¿Existe otra alternativa a la hora de entender lo acontecido? Para dar una
interpretación racional, contextual e histórica de lo acontecido en la visión de Pedro, debemos de
revisar ciertos factores y limpiar malinterpretaciones surgidas con el paso del tiempo.
Primeramente, debemos decir que hay serios problemas con la postura que enseña que en la
visión de Pedro, El Eterno estaba aboliendo las leyes dietéticas de la Torá (contenidas en su
mayoría en Levítico 11 y Deuteronomio 14). Veamos los principales problemas de esta postura:

 Si El Eterno esta aboliendo las leyes dietéticas de la Torá (Kashrut), entonces Yeshúa
mintió cuando dijo: “No penséis que he venido para abrogar la Torá o los profetas; no he
venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el
cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Torá, hasta que todo se haya
cumplido.” (Mateo 5:17-18). Las palabras de Yeshúa son claras: ningún mandamiento de
la Torá pasará mientras hayan cielo y tierra, esto incluye a las leyes de Kashrut.
 Nunca Pedro informa de este nuevo “hallazgo teológico” a sus compañeros judíos. El
relata la visión a sus compatriotas pero jamás dice algo como: “y esto significa queridos
hermanos que desde ahora ¡todo judío puede comer cerdo, liebre, camello y todo cuanto
queremos!”. La interpretación y el entendimiento de todos al final fue: “Entonces, oídas
estas cosas, callaron, y glorificaron a Elohim, diciendo: ¡De manera que también a los
gentiles ha dado Elohim arrepentimiento para vida!” (Hechos 11:18). Si ni siquiera los
primeros discípulos entendieron que este era un significado añadido de la visión, ¿Es
lógico creer que siglos después, líderes del cristianismo posterior, lo entendieron mejor?
 Lucas relaciona textualmente siempre a Cornelio y los gentiles, con la visión y nunca con la
comida. Por ejemplo, vemos la clara relación en el texto que dice: “Y mientras Pedro
estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los
hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de
Simón, llegaron a la puerta.” (Hechos 10:17).
 El sacrificio de Yeshúa fue hecho para purificar a los hijos de los hombres de todos sus
pecados. El no murió para limpiar al cerdo, al armadillo ni al ratón sino a Israel y al mundo.
 Tenemos testimonio de que mucho tiempo después, los discípulos judíos de Yeshúa,
continuaban observando los mandamientos de Dios dados por Moisés. Incluso Jacobo,
para eliminar toda duda sobre la observancia de Pablo, le dijo que finalizara un voto de
Nazir (Nazareo) para que todos comprendieran “que no hay nada de lo que se les informó
acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la Torá (ley).”
(Hechos 21:17-24). Si los discípulos tiempo después, seguían siendo fieles judíos creyentes
en Yeshúa como Mesías de Israel, ¿Cómo se podría decir que Pedro entendió que estaba
permitido comer cerdo, algo prohibido para todo judío?

Estos son solo algunos de los principales problemas que tiene dicha posición, por la que debe
considerarse como una interpretación deficiente de la escritura.

En segundo lugar, para entender un poco más sobre la visión, debemos de clarificar ciertas
cosas: No es cierto que la Torá de Moisés prohíba a un judío interactuar con un extranjero.
Leemos en la Torá por ejemplo: “Y te alegrarás delante de El Eterno tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu
siervo, tu sierva, el levita que habitare en tus ciudades, y el extranjero, el huérfano y la viuda
que estuvieren en medio de ti, en el lugar que El Eterno tu Dios hubiere escogido para poner allí
su nombre.” (Devarim [Deuteronomio] 16:11. Enfasis añadido).
Este verso de la Torá habla de la celebración de las fiestas solemnes realizadas en Jerusalén,
donde el extranjero estaba invitado a tener plena interacción con los hijos de Israel. En ningún
lado de la Torá, encontramos una ley que diga más o menos: “no os acerquéis a un no judío”.

¿Por qué consideraba Pedro “abominable” juntarse a un extranjero? Debido a la alta


contaminación ritual y espiritual de los gentiles del primer siglo, los rabinos preocupados por la
integridad espiritual del pueblo, fijaron como norma preventiva, no entrar a la casa de ningún
gentil. Esto debido a que podía ser un lugar donde hubiera ídolos, impurificación ritual por
muertos enterrados ahí, comida no apta para el consumo judío, etc.

Leemos en la Mishná por ejemplo: “Las residencias de los gentiles son impuras” (Mishna
Oholot 18:7). Debido a esta precaución rabínica impuesta como mandato (en hebreo “Guezera”),
Pedro y otros judíos rechazarían ir donde un gentil. Algo grande tendría que pasar para hacer un
lado un mandamiento rabínico preventivo observado por todo Israel, para ir donde un no judío.

Los rabinos consideraban a los gentiles susceptibles de impurezas rituales, éticas y espirituales
y para preservar la santidad del pueblo judío, aconsejaban la menor interacción posible. Incluso,
metafóricamente ciertos judíos se referían a los gentiles como animales impuros, debido a sus
prácticas deplorables en la sociedad romana del siglo primero.

Por ejemplo, el Midrash compara al imperio de babilonia, medo-persa, griego y romano con
los cuatro animales que la Torá ofrece como ejemplos de animales impuros, esto es, el camello, el
damán, la liebre y el cerdo (Midrash Vayikra Raba 13:5).

La frase de Yeshúa: “ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos” (Mateo 7:6) es una
exhortación a no desperdiciar enseñanzas espirituales profundas con romanos que no querían
saber nada de Dios ni de su palabra.

Aaron Eby acertadamente nos dice: “Como podemos ver, los componentes de esta visión son
típicos del simbolismo judío. Es una parábola profética. Tomar esta visión en sentido literal (como
si Dios deseaba que Pedro comiera reptiles) sin interpretar el simbolismo sería como leer Daniel 7 y
creer que es acerca de bestias monstruosas literales con múltiples cuernos y cabezas” (“Biblically
Kosher”, Aaron Eby, pág. 42. First Fruits of Zion, 800.775.4807, www.ffoz.org.)

Cuando comprendemos este contexto, está claro porque Pedro y compañía entendieron el
mensaje claramente, y porqué era necesaria una visión para causar esta resolución en Pedro: Algo
sobrenatural debía de pasar para dejar claro que El Eterno había hecho algo grandioso, esto es, la
purificación espiritual de los gentiles por la fe en su nombre y en su Mesías. La precaución de
Pedro y otros judíos con respecto a los gentiles tenía cierta razón por sus impurezas y prácticas
abominables; sin embargo, El Eterno informa a Pedro que no tiene de que preocuparse pues EL
MISMO hará algo increíble: El purificará el corazón de los gentiles; ante esto, Pedro ya no tendría
nada que temer.
Esto fue exactamente lo que Pedro dirá después en Hechos 15, donde relatando lo acontecido
con Cornelio apunta: “y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus
corazones.” (Hechos 15:9).

La reacción de los discípulos judíos a quienes Pedro dio el informe en Hechos 11 no fue decir:
“¡De manera que Dios quiere que comamos cocodrilo!”, sino que fue: “¡De manera que también a
los gentiles ha dado Elohim arrepentimiento para vida!”

En ese día las puertas del mensaje de la redención a través del sacrificio de Yeshúa se abrieron
a los gentiles también. Hasta ese momento, el mensaje había sido anunciado a judíos únicamente
(Hechos 2, 5, 11:19) y a los samaritanos, quienes también tenían raíces israelitas (Hechos 8:1-25).
Después de la visión de Pedro y la incorporación de Pablo, el mensaje se llevó a todas las naciones
también. ¡Bendito sea el Eterno por su gran misericordia!

Vemos como la visión no es para nada una abrogación de las leyes dadas al pueblo judío por
mano de Moshé. Dichas leyes son normativas y obligantes para todo judío, por ser
responsabilidades de pacto con Dios. Obviamente esto, no como medio o mecanismo legal para
justificación eterna, sino para vivir rectamente delante de Elohim y cumplir con la misión de ser
una nación sacerdotal y luz a las naciones.

Entre creyentes en Yeshúa, hay cierta controversia sobre si estas leyes son obligatorias para
discípulos gentiles de Yeshúa como lo son para todo hijo de Israel o en qué grado deben de ser
observadas por temerosos de Dios. La primera posición es que no son obligatorias debido a que
son leyes de santidad adicional que Hashem dio a Israel por ser una nación sacerdotal entre
Hashem y las demás naciones.

La segunda, que es muy similar a la perspectiva “One law theology” (“Teología una sola ley”)
en este punto, es que son obligatorias tanto para gentiles y judíos al tener instrucciones dietéticas
claras de parte de Dios. Una tercera posición enseña, que si bien es cierto los no judíos no están
obligados a guardarlas en su totalidad, deberían hacerlo según sus posibilidades para identificarse
con el Mesías judío, sus emisarios y la ciudadanía espiritual del Israel Mesiánico que han recibido,
al hacerlo, el Eterno premiará su devoción. Si estos gentiles visitan comunidades mesiánicas,
deben de observar estas leyes con mucha más razón y establecer un estándar mínimo de
observancia comunitaria.

Está más allá de los alcances de este estudio, discutir en profundidad estas posturas, por lo
que invitamos a escudriñar dichas posiciones en recursos adicionales disponibles

Conclusión

Hemos visto como la visión de Pedro, no era una “misión” para comer reptiles y anfibios; sino una
manera grafica y muy fuerte de explicar que el plan de redención en Yeshúa incluye a las naciones
sin necesidad de convertirse en judíos, tal como está escrito:
“Pues os digo, que Yeshúa El Mesías vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la
verdad de Elohim (Dios), para confirmar las promesas hechas a los padres, y para que los
gentiles glorifiquen a Elohim (Dios) por su misericordia, como está escrito: Por tanto, yo
te confesaré entre los gentiles, Y cantaré a tu nombre. Y otra vez dice: Alegraos, gentiles,
con su pueblo. Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, Y magnificadle todos los
pueblos.” (Romanos 15:8-11).

‫שבת שלום‬

¡Shabbat Shalom!

Yitzjak

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