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Nos cuenta el historiador de religiones Serge Hutin que la “Orden de Los Iluminados”
(primeramente llamados “Perfectabilistas”) fue fundada en Ingolstadt (Baviera, por lo
que también se les conoce como “Los Iluminados de Baviera”), el 1 de mayo de 1776
por Adam Weishaupt, joven de veintiocho años de edad que enseñaba derecho canónico
en la Universidad de dicha ciudad. Weishaupt tenía ideas de reforma social sumamente
“avanzadas” y fundó dicha Orden con el fin de hacerlas triunfar.
Grados: Los grados formaban una jerarquía de tres series sucesivas, debida a Weishaupt
y a sus amigos:
1) Almáciga
a. “Preparatorio”
b. “Novicio”
c. “Minerval”
d. “Illuminatus minor”
2) Masonería “Simbólica”:
a. “Aprendiz”
b. “Compañero”
c. “Maestro” “Escocesa”
d. “Illuminatus major”
e. “Illuminatus dirigens”
3) Misterios “Menores”
a. “Sacerdote”
b. “Regente” “Mayores”
c. “Mago”
d. “Rey”
Los fines reales de la Orden eran develados poco a poco, a medida que el adepto
ascendía en la jerarquía:
5) En fin, el grado más elevado (Rey) enseñaba al adepto que todos los individuos
tenían iguales derechos, que el hombre debía ser su propio soberano “como en el estado
patriarcal, y que las acciones habían de ser llevadas a este estado por todas las vías que a
ello pueden conducir, es decir, por medios pacíficos, si es posible; si no, por la fuerza,
pues toda subordinación debía desaparecer de la superficie de la Tierra”.
El fin último de los Iluminados era nada menos, al fin y al cabo, que la Anarquía, en el
sentido filosófico del término: “He propuesto -decía Weishaupt- una explicación de la
Francmasonería, ventajosa desde todos los puntos de vista, por
cuanto se dirige a los Cristianos de todas las confesiones, los libra gradualmente de
todos los prejuicios religiosos, cultiva y ranima las virtudes de sociedad por una
perspectiva de felicidad universal, completa y rápidamente realizable, en un Estado
donde florecerán la libertad y la igualdad, un Estado libre de los obstáculos que la
jerarquía, la clase, la riqueza, arrojan continuamente a nuestro paso… No tardará en
llegar el momento en que los hombres serán dichosos y libres”.
Disolución de la Orden