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Juan Donaire Vizarreta: venero de

iqueñidad

José Vásquez Peña

Cabal significado.

En estos últimos tiempos, la personalidad literaria del


renombrado escritor, Juan Donaire Vizarreta, ha
experimentado un proceso de merecida revaloración. Los
que habitamos ese inconmensurable y complejo universo
de la creación literaria, estuvimos/estamos, absolutamente
convencidos que su legado permanecerá perennemente
en nuestra literatura. Convencimiento que hemos
demostrado en publicaciones (a nivel regional y
nacional), o en documentos debatidos en diversos eventos
literarios, esencialmente en la ponencia: Narrativa
iqueña, de lo verosímil a la ficción, presentada al II
Encuentro Internacional y VII Nacional de Poetas, Luis

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Enrique Moreno Thellesen (Octubre 1995). En ella se ha
fundamentado, de un lado su preciado aporte como
tradicionista; de otro, la función de autor-puente que
cumple en el proceso narrativo iqueño.

Trayectoria vital

Iqueño, (1919-1997), Juan Donaire Vizarreta, desde sus


épocas aurorales es atraído por las dos pasiones de su
vida: el periodismo y la actividad escritural. Durante su
estancia en los claustros del antiguo Colegio “San Luís
Gonzaga”, cursando la secundaria, participó en la
publicación de una Revista Estudiantil; y acumuló
experiencias, anécdotas y un valioso material para
escribir su libro Perrolandia, un poema épico burlesco,
recién publicada en 1987.
Paralelamente a sus estudios universitarios, que
los cursa en la Universidad Católica, institución a la cual
ingresa con beca integral, incursiona en el periodismo
profesional, escribiendo en el Diario El Comercio de

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Lima y en La Voz de Ica, tradiciones y artículos de
costumbres de nuestra tierra.
Titulado, en 1942, como Profesor de Segunda
Enseñanza, en la especialidad de Gramática y Literatura,
y durante su extensa y fructífera labor magisterial,
realizada casi integralmente en el Colegio Nacional “San
Luis Gonzaga” comparte su actividad entre la enseñanza,
el periodismo y la escritura. Escribe en diferentes
Revistas como La Reforma, Reflejos, Horizontes
Culturales, etc.
Su aporte, en el plano magisterial, quedó
plasmado en su libro de Gramática, editado para los tres
primeros años de secundaria.

Su producción literaria

Su obra está enmarcada dentro del género de las


tradiciones. Sus dos libros: Campiña Iqueña, aspectos
folklóricos(1) y Leyendas y Tradiciones Iqueñas(2), han

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cumplido un rol importante en el proceso de la literatura
iqueña.
Como tradicionista, Juan Donaire Vizarreta, asume doble
función literaria: recopila la vasta tradición iqueña; y
enlaza, con su obra, las expresiones narrativas del
costumbrismo y el regionalismo con el cuento ficción
iqueño. Esta tesis la sustentamos en las investigaciones
realizadas por el notable crítico literario peruano,
Estuardo Núñez, divulgadas en su libro Tradiciones
Hispanoamericanas (Caracas, 1979), donde define a la
tradición, aquel género narrativo creado por Ricardo
Palma, como el enclave entre el costumbrismo y el
cuento ficción, el cual aparece después de haberse
enseñoreado aquella como un intento de nacionalizar la
literatura, y (apertura) el surgimiento de una literatura
auténticamente americana.
Proyectemos tal aseveración crítica al plano de nuestra
literatura iqueña. La tradición no se limitó, en cuanto
expresión literaria a Lima-capital, ni temporalmente- a la
segunda mitad de la centuria XIX y las dos décadas

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primeras del siglo XX, tiempos de marras en los cuales
Don Ricardo Palma creó y desarrolló las tradiciones en
todo el ámbito nacional; sino que tardíamente aparecen
en otras partes del país, y en escritores que han cultivado
este género. Esto se explica porque los movimientos
literarios no se dan alineados en un mismo tiempo, y
porque las realidades y necesidades que generan una obra
literaria están inscritas en un marco espacio- temporal
diferente. Tal es el caso de Juan Donaire Vizarreta que
escribe su obra a mediados del siglo XX. Gracias a él
nuestra tradición oral: paraca preñada de voces que desde
los predios del maravilloso pasado iqueño, llega al
presente, danzando sobre crestas de dunas y copas de
huarangos, será eterna tradición, ahora escrita, al haber
sido trasladada desde la fuente viva, a dos libros de su
autoría En ellos, Donaire Vizarreta, ha plasmado entre
otros aspectos de la oralidad, los giros populares, las
décimas, y la permanente evocación de las costumbres de
los campesinos iqueños, que el tiempo se hubiera
encargado de desaparecer.

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Para comprender la magnitud de su obra, basta recordar
que el caudal cultural de un pueblo tornase inmortal en la
medida que sus tradiciones, costumbres, creencias,
estampas, paisajes, así como las vivencias sustantivas de
sus hombres, se convierten en presente de estante, cuando
son atrapadas de un libro.
En ese contexto, Campiña Iqueña, aspectos folklóricos,
que cuenta con tres ediciones: 1941, 1959 y 1988, es una
obra capital para el conocimiento de la idiosincrasia del
campesinado iqueño. Gran parte de las leyendas y
tradiciones allí contenidas están revestidas de un halo
maravilloso. Este rasgo narrativo, resulta entendible, pues
según afirma Gonzáles Vigil, coincidiendo con Estuardo
Núñez, la tarea de los tradicionistas, (entre ellos Donaire
Vizarreta) es la de preparar el camino de la corriente
actual de lo real maravilloso (realismo mágico, realismo
mítico, para otros). Acercamiento al mito y a la óptica
popular-aunque con la sonrisa del incrédulo- y no con el
respeto de un Carpentier que supera el costumbrismo;
así como lo real maravilloso cancela el regionalismo

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modernista y realista de comienzos de la presente
centuria” (se refiere al siglo XX).
Estos juicios críticos permiten inferencias más
aproximadas sobre el proceso literario iqueño y ubican la
obra de Donaire Vizarreta en un sitial preponderante. Esta
es la segunda parte de nuestra tesis, que afirma la
importancia de nuestro tradicionista como nexo entre el
costumbrismo iqueño, con su máximo representante,
Francisco Caso, el regionalismo de María Rosa Macedo y
Gustavo Pineda Martinez; y la narrativa de ficción que
aparece posteriormente a la publicación de Campiña
Iqueña... representada cimeramente por esa notable
trilogía de narradores iqueños: Antonio Galvez Ronceros,
Gregorio Martinez y José Hidalgo. Y por quienes, luego
de un intenso trajín, hemos marcado ya nuestra huella en
la narrativa iqueña.
La influencia que en cuanto a estilo he recibido de
Donaire Vizarreta, está plenamente reconocida en el
prólogo de Perrolandia. Nexo que, salvando las vallas
generacionales, reafirmamos con la publicación de La

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Soledad del Viejo Huarango(3) , libro de cuentos en el cual
le damos a lo regional un tratamiento técnico estilístico
acorde con las exigencias de lo real maravilloso.
Esta es pues la real magnitud de la presencia literaria de
Donaire Vizarreta en la literatura iqueña, una presencia
que denota raigalmente sentimientos y emociones
iqueñas, por esta razón aseveramos que él a través de
sus obras es un permanente venero de iqueñidad.

__________________________________________
(1) Donaire Vizarreta, Juan. Campiña Iqueña (aspectos folklóricos).
Lima. Talleres Gráficos Mercagraph. 1959
(2) Donaire Vizarreta, Juan. Leyendas y Tradiciones Iqueñas. Lima.
Ital Perú, 1985.
(3) Vásquez Peña, José. La Soledad del Viejo Huarango. Ediciones
Duna Encantada. Ica, 1988.

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