Vous êtes sur la page 1sur 1

El teatro es una de las expresiones culturales más antiguas de la humanidad.

Es de sobra conocido
el papel crucial que tuvo en la antigua Grecia, cuna de la democracia, dejando inmortales que han
llegado a nuestros días. Desde entonces, variando en la forma según las tendencias de cada época,
el teatro ha sido vehículo de las más profundas y complejas cuestiones humanas, preguntas de
difícil respuesta, ideas, emociones y sentimientos de todo tipo. ¿Es posible vivir sin el teatro? He
aquí algunos de los motivos por los que debemos responder negativamente a esa pregunta.

Las obras de teatro son el reflejo de la realidad, a menudo de nuestros hechos cotidianos, y gracias
a la ficción que se crea en el escenario podemos enfrentarnos a la vida en la distancia, como
espectadores, y desde tal posición tomar una conciencia privilegiada de nosotros mismos. Este
procedimiento nos permite tomar decisiones a posteriori, al abandonar la sala, y considerar nuestra
circunstancia, o la de otros, desde diversos puntos de vista, que hasta entonces nos estaban
vedados. Se produce lo que tradicionalmente vino a denominarse “catarsis”, purificación, que nos
ayuda a enfrentarnos con más confianza a los hechos de cada día, representados en el escenario
bajo un ropaje sutil, tras el cual, no obstante, somos capaces de vernos a nosotros mismos.

Gracias a una comedia, por ejemplo, podemos reírnos de situaciones graves, problemas y
preocupaciones, efectuándose una desacralización de lo trágico, y obteniendo así un alivio que nos
permite vivir más tranquilamente. Además, esto nos convierte en personas más tolerantes, con
mayor capacidad de diálogo, y mejora nuestra comprensión del otro.

Cuando asistimos no solo disfrutamos de una o dos horas de entretenimiento (lo cual es ya valioso
de por sí). También nos enriquecemos por medio de la reflexión, procesando como espectadores
activos la realidad dramatizada que actores y actrices despliegan ante nosotros. Y así ejercitamos
nuestro pensamiento crítico, ampliando nuestra dimensión humana y creciendo como personas. Las
obras de Teatro nos llevan a situaciones, formas de pensar y comportamientos que nunca
podríamos haber experimentado sin ellas. Y, al hacerlo, sentimos que algo nos toca en lo más
íntimo, estableciendo un vínculo profundo con tal o cual personaje y viviendo a través de él; porque
en el fondo late nuestra propia vida, y es que, como decía Terencio, somos hombres y nada de lo
humano nos es ajeno.

Actualmente la compañía ofrece varios espectáculos en gira, cada cual relacionado con distintas
propuestas tanto de humor, como es el caso de “Tres en línea” “Ríete tú de los clásicos” o “Sillas”,
como “2050″, una propuesta dramática, un thriller que nos habla de un futuro marcado por un
régimen totalitario, en el que podríamos estar inmersos, como tantas veces lo estuvimos a lo largo
de nuestra historia. Propuestas que recorren espacios teatrales tanto dentro como fuera de nuestras
fronteras, cosechando satisfactorios éxitos de crítica y público.

Vous aimerez peut-être aussi