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“Apología de Sócrates”

EXPLICACIÓN DE LOS PÁRRAFOS:

I. PRIMER DISCURSO:

A. EXOR
XORDIO:
DIO: A las falsedades hábilmente
hábilmente expuestas de sus acusadores, Sócrates opondrá
la verd
verdad
ad,, la simp
simple
le y ente
entera
ra verd
verdad
ad en leng
lengua
uajeje senc
sencil
illo
lo,, porq
porque
ue nunc
nunca
a ha
comparecido
comparecido ante un tribunal y desconoce por tanto la elocuencia forense.

B. DOS CLAS
CLASES
ES DE ACUS
ACUSADO
ADORES
RES:: Los que desde hace mucho tiempo vienen acusando a
Sócrates y creándole mala fama y los que lo acusan ahora. Las acusaciones de los
primeros son imprecisas, pero difíciles de refutar porque proceden de acusadores
desconocidos y ocultos.

C. LAS PRIM
PRIMERA
ERAS S ACUSAC
ACUSACIONIONES:
ES: La primera acusación formulada contra Sócrates es
que investiga los secretos de la naturaleza y enseña el modo de convertir en buena
una causa mala. ¿Hay un solo ateniense que haya oído a Sócrates hablar de estas
cosas?.

D. ¿DE DÓNDE
DÓNDE HANHAN NACIDO
NACIDO ESTAS
ESTAS CALUMNI
CALUMNIAS? AS?:: Proclamado Sócrates el hombre más
sabio por el Oráculo de Delfos, quiso saber lo que con esto quería decir el dios,
examinó a todos los atenienses más sobresalientes y comprobó que era más sabio que
ellos. De estas investigaciones se originaron las enemistades y odios contra él.

E. Siguiendo sus averiguaciones, Sócrates visitó a los poetas y se convenció de la vanidad


de su pretendida sabiduría.

F. Visitó también a los artesanos, pero porque conocen bien su oficio creen saber otras
cosas y esta pretensión oscurece sus conocimientos.

G. Sócra
Sócrates
tes explic
explica
a el sentid
sentido
o del Orácu
Oráculo
lo y añad
añadee que
que para
para llega
llegarr a explic
explicárs
árselo
elo ha
descuidado sus asuntos privados y los públicos.

H. El odio y la hostilidad contra Sócrates ha aumentado porque los jóvenes que le siguen
hacen las mismas pruebas que él en busca de la sabiduría. De donde ha surgido la
acusación judicial presente
presente de Meleto, Ánitos y Licón; Meleto, en nombre de los poetas,
Ánitos, de los artesanos y políticos, y Licón, de los oradores.

I. LA ACUS
ACUSACI
ACIÓN
ÓN JUDIC
JUDICIAL
IAL:: La acusa
acusació
ción
n oficial
oficial es
es : Sócrates es culpable primero de
corromper a los jóvenes y segundo de no creer en los dioses en que cree la ciudad,
sino en divinidades nuevas.

 J. DIÁLOG
DIÁLOGO O CON MELETO
MELETO:: Refutac
Refutación
ión de la primer
primera
a parte de la acusa
acusació
ción:
n: Meleto
no se ha interesado nunca por la educación de los jóvenes y por consiguiente no
puede juzgar si Sócrates los corrompe o no.

Sócrates no ha corrompido a los jóvenes, o si lo ha hecho, ha sido sin intención. En


ambos casos, Meleto es un impostor.
“Apología de Sócrates”

K. Refutación de la segunda parte de la acusación: Sócrates obliga a Meleto a


declarar que cree en “daimones” o espíritus, que son dioses o hijos de dioses y admite
por tanto la existencia de los dioses.

L. LA MISIÓN DE SÓCRATES: La defensa ha terminado. Sin embargo, Sócrates cree que


debe tocar y aclarar algunos puntos relacionados con ella. Así, a la pregunta que se le
podría hacer de por qué se ha ocupado de cosas que le han conducido a tal situación,
responde que hay que mantenerse en el sitio que se le asigna a uno; hay que
anteponer el deber a todo, incluso a la vida. Y él, fiel a la misión recibida del dios de
Delfos, no cambiará su conducta ni por miedo a la muerte.

M. La muerte de Sócrates causaría grave perjuicio a los atenienses, pues nadie como él,
descuidando sus propios intereses, se ha preocupado tanto del bien de sus
conciudadanos.

N. Sócrates explica por qué no ha intervenido en política: su “daimon” lo ha mantenido


alejado de ella.

O. Sócrates no ha tenido nunca discípulos. Todo el mundo ha podido escuchar sus consejos,
pero del uso que cada uno haya podido hacer de ellos no puede ser el responsable.

P. CONCLUSIÓN: No quiere Sócrates recurrir, como hacen otros, a súplicas y lágrimas


para inspirar piedad a los jueces; y no por arrogancia y desprecio, sino porque estas
escenas son ridículas y humillantes para la ciudad y también porque los jueces deben
dejarse llevar no por el sentimiento de compasión, sino por el espíritu de justicia.

II. SEGUNDO DISCURSO:

A. DESPUÉS DE LA DECLARACIÓN DE CULPABILIDAD: Los jueces han procedido a


la votación. Por treinta votos Sócrates ha sido declarado culpable. Después de
comentar la exigua mayoría de los que han votado su culpabilidad, a la pena de
muerte propuesta por Meleto, contrapone que, en paga a los favores que Sócrates ha
hecho a la ciudad, los atenienses lo mantengan en el Pritaneo.

B. No es el orgullo el que dicta sus palabras, sino el convencimiento de no haber obrado


injustamente contra nadie; por tanto no puede proponer contra él mismo ningún mal,
como la prisión o el destierro.

C. Si fuese rico propondría una multa de toda su fortuna; poco le importaría. Pero es pobre
y sólo puede ofrecer una mina. Sin embargo, sus amigos le piden que ofrezca treinta
minas, suma que ellos garantizan.

III. TERCER DISCURSO:

A. DESPUÉS DE LA CONDENA: Los jueces han votado sobre la pena que debía aplicarse a
Sócrates y lo han condenado a muerte. Ahora el número de jueces que se han
pronunciado en contra ha sido mayor; no han podido resistir la arrogancia, la altenería
casi, con que les acaba de hablar Sócrates.

ALOCUCIÓN A LOS QUE LO HAN CONDENADO: A los jueces que lo han condenado
les advierte que al condenarlo se han condenado a sí mismos ante la posteridad. Su
muerte, por demás, no les librará de la crítica.

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“Apología de Sócrates”

B. ALOCUCIÓN A LOS QUE LO HAN ABSUELTO: Dirigiéndose a los jueces que han
votado su absolución, les da las gracias y les advierte no se preocupen por su muerte.
Pues la muerte no es un mal; de otro modo el “daimon” se o habría anunciado.

C. Si la muerte es el fin de toda sensación y sentimiento, ella no es un mal; si ella es un


tránsito del alma a otra mansión, es la suma felicidad.

D. Sócrates no guarda rencor contra los que le han acusado y condenado; la muerte no es
para él una desgracia. Y después de recomendar a sus hijos a los cuidados de los
atenienses, se despide de todos con unas pocas palabras, sencillamente sublimes, tan
inquietantes como llenas de esperanza.

Milagros Blanco López 3

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